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Manuel Osorio, en su Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales,

señala: “…la imparcialidad constituye la principal virtud de los jueces. La


parcialidad del Juzgador, si es conocida, puede dar motivo a la excusa o
recusación”.

“Entre los derechos y garantías reconocidos a las partes en general que


intervienen en una contienda jurisdiccional, está el debido proceso, que tiene
una triple dimensión, pues desde el enfoque de la nueva Constitución Política
del Estado, es concebido como derecho, garantía y principio. Uno de los
elementos que lo componen y que hacen a su configuración garantista de
derechos y garantías dentro de un proceso, en este caso penal, está el
derecho a un juez imparcial, entendido como la garantía de que la autoridad
competente para conocer una determinada causa, esté libre de prejuicios o
influencias negativas respecto de las partes o al objeto del proceso que está
bajo su conocimiento, factores que de estar presentes, podrían influir en la
resolución justa del caso; dicho de otro modo, el Juez imparcial como
componente del debido proceso, exige que aquel que decida la controversia
judicial sometida a su conocimiento, se halle exento de todo interés o relación
personal con el conflicto, manteniendo una posición objetiva al momento de
adoptar una decisión y emitir una Resolución.

Siguiendo esa línea de análisis, la normativa adjetiva penal, prevé el instituto


de la recusación, que es entendida como la facultad que tienen las partes
litigantes de pedir que un juez se abstenga de administrar justicia en un
determinado proceso por considerar que tiene interés en el mismo o concurre
una o varias de las causales expresamente señaladas por ley, cuestionando
su imparcialidad.

Con la finalidad de evitar dilaciones indebidas en el desenvolvimiento


procesal, que produce retardación de justicia, en aplicación del principio de
celeridad como elemento de la garantía del debido proceso, se puso en
vigencia la Ley 586 de 30 de octubre de 2014, de “Descongestionamiento y
Efectivización del Sistema Procesal Penal”, que entre los institutos que
modificó, se encuentra el nuevo régimen de las Excusas y Recusaciones
incursos en los arts. 316 a 322 del CPP, habiendo modificado específicamente
los arts. 318 (Trámite y Resolución de Excusas), 319 (Oportunidad de
Recusar), 320 (Trámite y resolución de Recusación) y 321 (Efectos de la
excusa y recusación), de la citada norma procesal.

Con la finalidad de resolver el caso concreto, es preciso establecer que,


existiendo alguna de
la causal de excusa previstas en el art. 316 de la norma procesal penal, la
autoridad jurisdiccional debe seguir el trámite establecido al efecto, conforme
se advierte del art. 318 del CPP, con la modificación de la ley en actual
vigencia, que dispone:

“I. La o el Juez comprendido en alguna de las causales establecidas en el


artículo 316 del presente Código, está obligado a excusarse en el término de
veinticuatro (24) horas mediante resolución fundamentada, apartándose de
forma inmediata del conocimiento del proceso.

1. La o el Juez que se excuse, remitirá en el día la causa a la o el Juez


que deba reemplazarlo, quien asumirá conocimiento del proceso
inmediatamente y proseguirá su curso sin interrupción de
actuaciones y audiencias; asimismo, remitirá en el día copias de los
antecedentes pertinentes ante la Sala Penal correspondiente del
Tribunal Departamental de Justicia, la que sin necesidad de
audiencia debe pronunciarse en el plazo improrrogable de cuarenta
y ocho (48) horas de recibidos los actuados, bajo alternativa de
incurrir en retardación de justicia, sin recurso ulterior. Si el Tribunal
Superior acepta o rechaza la excusa, según el caso, ordenará a la o
el Juez reemplazante o a la o el Juez reemplazado que continúe con
la sustanciación del proceso. Todas las actuaciones de uno y otro
Juez conservarán validez.
III. Cuando la o el Juez que se excusa integra un Tribunal, pedirá a éste que
lo separe del conocimiento del proceso, sin suspender actuados procesales,
el mismo Tribunal se pronunciará sobre la aceptación o rechazo de la excusa,
en caso de ser aceptada, se elevarán copias de los antecedentes ante la Sala
Penal de turno del Tribunal Departamental de Justicia, la que se pronunciará
en el plazo improrrogable de cuarenta y ocho (48) horas, desde su recepción,
bajo responsabilidad, sin recurso ulterior.

1. Cuando el número de excusas impida la existencia de quórum o se


acepte la excusa de alguno de sus miembros, el Tribunal se
complementará de acuerdo a lo establecido en las disposiciones
orgánicas” (negrillas nuestras).

Ahora bien, en cuanto a las recusaciones, el art. 319 del CPP, modificado en
el art. 8 de la Ley 586, dispone:

“I. La recusación podrá ser interpuesta por una sola vez:

1. En la etapa preparatoria, dentro de los tres (3) días de haber


asumido la o el Juez, conocimiento de la causa.
2. En la etapa del juicio, dentro del término establecido para los actos
preparatorios de la audiencia; y,
3. En los recursos, dentro del plazo para expresar o contestar agravios.
4. Cuando la recusación se funde en una causal sobreviniente, podrá
plantearse dentro de los tres (3) días de conocida la causal,
acompañando la prueba pertinente, indicando de manera expresa
la fecha y circunstancias del conocimiento de la causal invocada,
hasta antes de la clausura del debate o resolución del recurso.

III. En ningún caso la recusación podrá recaer sobre más de la mitad de una
sala plena o Tribunal de Sentencia, y no se podrá recusar a más de tres (3)
Jueces sucesivamente”.
Entre las modificaciones previstas en el art. 8 de la Ley 586, se encuentran
los fundamentos del art. 320 del CPP, que determina la forma de resolución
de la recusación, señalando los siguientes acápites:

“I. La recusación se presentará ante la o el Juez o Tribunal que conozca el


proceso, mediante escrito fundamentado, ofreciendo prueba pertinente.

1. Si la o el Juez recusado admite la recusación promovida, continuará


el trámite establecido para la excusa. En caso de rechazo se aplicará
el siguiente procedimiento:
2. Cuando se trate de una o un Juez unipersonal, elevará antecedentes
a la Sala Penal de turno del Tribunal Departamental de Justicia
dentro de las veinticuatro (24) horas de promovida la recusación,
acompañando el escrito de interposición junto con su decisión
fundamentada, sin suspender el proceso. El Tribunal Superior se
pronunciará dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes de
recibidos los actuados, sobre la aceptación o rechazo de la
recusación, sin recurso ulterior, bajo responsabilidad. Si el Tribunal
Departamental de Justicia acepta la recusación, reemplazará a la o
el Juez recusado conforme a lo previsto en las disposiciones
orgánicas; si la rechaza, ordenará a la o el Juez que continúe con el
conocimiento del proceso, quien no podrá ser recusada o recusado
por las mismas causales.
3. Cuando se trate de una o un Juez que integre un Tribunal, el rechazo
se formulará ante el mismo Tribunal, quien resolverá en el plazo y
forma establecidos en el numeral anterior.
4. La recusación deberá ser rechazada cuando no se funde en causal
sobreviniente o no se haya indicado la fecha y circunstancias de la
causal invocada, sea manifiestamente improcedente o se presente
sin prueba.
III. Cuando el número de recusaciones impida la existencia de quórum o se
acepte la recusación de uno de sus miembros, el Tribunal se completará de
acuerdo a lo establecido en las disposiciones orgánicas”.

En cuanto a sus efectos, el art. 321 del CPP dispone:

“I. Producida la excusa o recusación, la o el Juez reemplazante no podrá


suspender el trámite procesal; aceptada la excusa o la recusación, la
separación de la o el Juez será definitiva, aun cuando desaparezcan las
causales que las determinaron.

1. Las excusas y recusaciones deberán ser rechazadas in límine


cuando:
2. No sea causal sobreviniente;
3. Sea manifiestamente improcedente;
4. Se presente sin prueba; o
5. Habiendo sido rechazada, sea reiterada en los mismos términos.

III. Las excusas rechazadas deberán ser puestas en conocimiento de la


autoridad disciplinaria competente; si se rechaza la recusación in límine, se
impondrá multa equivalente a tres (3) días de haber mensual de una o un
Juez técnico; en caso de recusaciones rechazadas consecutivamente, la
multa deberá ser progresiva en tres (3) días de haber mensual de una o un
Juez técnico.

1. La tramitación de la excusa o la recusación suspenderá en su caso


los plazos de la prescripción, de la duración de la etapa preparatoria
y de la duración máxima del proceso.
2. En caso de rechazo de una recusación que hubiere sido declarada
manifiestamente infundada, temeraria o alertamente dilatoria, se
interrumpirán los plazos de la prescripción de la acción penal, de la
duración de la etapa preparatoria y de duración máxima del
proceso, computándose nuevamente los plazos.
Consecuentemente la o el Juez o Tribunal, previa advertencia en uso de su
poder coercitivo y moderador impondrá a la o el abogado una sanción
pecuniaria equivalente a dos (2) salarios mínimos nacionales, monto de
dinero que será depositado en la cuenta del Órgano Judicial. En caso de
continuar con la actitud dilatoria, la o el Juez o Tribunal apartará a la o el
abogado de la actuación del proceso en particular designado a un defensor
público o de oficio”.

Ante el fenómeno creciente de retardación de justicia, el juzgador vio la


necesidad de realizar algunas modificaciones en institutos inmersos en la
normativa Procesal Penal vigente, entre estos el de las Excusas y
Recusaciones; toda vez, que estas fueron mal utilizadas vulnerando el
principio de celeridad procesal, por ello se incorporó el rechazo in limine (del
latín en el lumbral), a través de la Ley 007 de 18 de mayo de 2010,
habiéndose mantenido dicha forma de rechazo en la Ley 586.

Sobre esta temática, la jurisprudencia constitucional, a fin de aclarar el


procedimiento y efectos del rechazo in limine de la recusación, a través de la
Sentencia Constitucional 038/2012 de 26 de marzo, estableció:

“(…) en una interpretación literal del art. 321 de la Ley 007, acorde con
pautas teleológicas y sistémicas, se tiene que la prohibición de conocimiento
de ulteriores actos procesales una vez promovida la recusación, es un
presupuesto aplicable para las recusaciones formuladas en el marco del art.
320 del CPP; empero, considerando que el rechazo in límine no contempla
las causales del art. 320 del CPP, sino por el contrario, sus presupuestos son
distintos, del tenor literal del art. 321, se establece que no existe una
regulación normativa expresa del procedimiento de rechazo in límine de
recusaciones formuladas en procesos penales, razón por la cual, de acuerdo
a pautas objetivas de interpretación, a la luz del debido proceso, deberán
interpretarse los postulados a seguirse…”
La citada Sentencia Constitucional agregó: “En el contexto señalado,
siguiendo un criterio teleológico de interpretación, se tiene que el primer
supuesto del art. 321 del CPP en el marco de las causales reguladas por el
art. 320 del mismo cuerpo adjetivo, cuando establece la prohibición de
realización de actos procesales ulteriores bajo sanción de nulidad, tiene una
finalidad concreta, que es asegurar el principio de imparcialidad como
elemento del debido proceso. Ahora bien, la finalidad de establecer un
rechazo in límine cuando se presenten los supuestos regulados en la última
parte del artículo 321 del CPP, los cuales por su naturaleza no se encuentran
contemplados en el artículo 320, de acuerdo a una pauta teleológica y
sistémica, tiene la finalidad de evitar dilaciones procesales indebidas y
asegura así la consagración del principio de celeridad como presupuesto de
un debido proceso penal.

En base al razonamiento antes esbozado, considerando que la teleología de


un rechazo in límine de recusaciones es el resguardo del principio de
celeridad y por ende del plazo razonable de juzgamiento, toda vez que su
finalidad es evitar dilaciones procesales indebidas, no sería coherente con
esta interpretación teleológica, atribuirle a este supuesto los mismos
presupuestos disciplinados para la tramitación de recusaciones enmarcadas
en las causales plasmadas en el art. 320 del CPP, por cuanto, a la luz de esta
interpretación teleológica, es razonable señalar que en este supuesto
(rechazo in límine), los jueces o tribunales ordinarios, precisamente para
asegurar esa celeridad procesal, en caso de enmarcarse la recusación a una
causal de rechazo in límine, deberán establecer de manera previa y motivada
este rechazo, luego de lo cual, a diferencia del primer supuesto disciplinado
en el art. 321 de la Ley 007, deberán continuar de manera inmediata con el
conocimiento y resolución de la causa, aspecto que de ninguna manera vicia
de nulidad los actos procesales ulteriores”.

IN LIMINE= Es utilizada para expresar el rechazo de una demanda, o recurso, cuando


es desechada de fondo, no admitiendo discusión, por no ajustarse a los dispuesto por
el marco normativo.

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