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El acoso laboral en Colombia un análisis desde la óptica del abuso sexual.

1. Conceptualización El acoso laboral (mobbing) “describe un modo de trato entre las

personas. Su significado fundamental es acosar, molestar, hostigar, obstaculizar o

incluso agredir físicamente a alguien. Se trata de una fuerte y agresiva intromisión en

la vida y las acciones de otra persona” (Schallenberg, 2004, p. 21). Este fenómeno

presenta la particularidad de que es un conflicto asimétrico entre las dos partes, donde

la parte hostigadora tiene más recursos, apoyos o una posición superior a la del

trabajador hostigado. El contenido y significación de muchos de los comportamientos

y actitudes resulta de muy difícil objetivación (Leymann, 1996). Se puede observar que

el concepto de violencia va más allá de la agresión física e incluye otras conductas que

intimidan a quien las sufre (Góngora, Labera y Rivas, 2002). Las consecuencias del

mobbing pueden ser de distinta naturaleza y afectar a varios ámbitos. Sus consecuencias

son muy próximas a la patología originada por el estrés, pero con una especial

incidencia de la patología de tipo social (González, 2000). Así, de acuerdo con Piñuel

y Zabala (2001), “causa enormes sufrimientos a las personas que lo padecen y merma

la competitividad potencial de las empresas”

Según Shuster (1996, citado por González, 2000), es una de las experiencias más

devastadoras que puede sufrir el ser humano en situaciones sociales ordinarias, ya que se

trata de “ser objeto de agresión por los miembros del propio grupo social” (p. 25). Las

consecuencias del acoso a nivel laboral se traducen en individuos desmotivados e

insatisfechos que encontrarán el trabajo como un ambiente hostil, asociado al sufrimiento

y que no tendrán óptimo rendimiento. La conducta lógica de un trabajador sometido a una


situación de mobbing sería el abandono de la organización; sin embargo, en muchos casos

éste no se produce debido a las limitadas posibilidades de movilidad laboral.

Se conoce que la violencia laboral es una patología universal que preocupa a gobiernos y

países en general. De su estudio y tratamiento se han ocupado diversos organismos

internacionales, la OIT y la OMS, entre otros. Estos han producido importantes

documentos, que contribuyen eficazmente a explicar la problemática y a definir la forma

de atacarla; verbigracia el titulado Directrices marco para afrontar la violencia laboral en

el sector salud, generado por la Organización Internacional del Trabajo y la Organización

Mundial de la Salud, en el que se comienza por plantear lo siguiente: “La violencia en el

lugar de trabajo –sea física o psicológica– se ha convertido en un problema mundial que

atraviesa las fronteras, los contextos de trabajo y los grupos profesionales. La violencia en

el lugar de trabajo – que durante mucho tiempo ha sido una cuestión “olvidada” – ha

adquirido una enorme importancia en los últimos años y en la actualidad es una

preocupación prioritaria tanto en los países industrializados como en los países en

desarrollo. La violencia laboral afecta a la dignidad de millones de personas en todo el

mundo. Es una importante fuente de desigualdad, discriminación, estigmatización y

conflicto en el trabajo. Cada vez más, es un problema capital de derechos humanos. Al

mismo tiempo, la violencia en el lugar de trabajo aparece como una amenaza grave, y a

veces letal, contra la eficiencia y el éxito de las Organizaciones.

La regulación normativa

3.1 Antecedentes normativos

De acuerdo con las definiciones de violencia y acoso se tiene que indiscutiblemente


implican vulneración de las normas de trabajo que regulan los derechos, deberes,

obligaciones y prohibiciones de los servidores públicos y particulares, establecidos hace ya

bastante tiempo por la ley. Así, entre otros preceptos pertinentes, del Código Sustantivo del

Trabajo pueden mencionarse los

Siguientes:

Art 57-5 Es obligación del empleador “Guardar absoluto respeto a la dignidad personal

del trabajador, a sus creencias y sentimientos”.

Art 59-9 Está prohibido al empleador “Ejecutar o autorizar cualquier acto que vulnere o

restrinja los derechos de los trabajadores o que ofenda su dignidad”

Decreto 2351 de 1965, art. 7, establece como justa causa de despido: “Todo acto de

violencia, injuria, malos tratamientos o grave indisciplina en que incurra el trabajador en

sus labores, contra el empleador, los miembros de su familia, el personal directivo o los

compañeros de trabajo”.

Y es justa causa de retiro del trabajador: “Todo acto de violencia, malos tratamientos o

amenazas graves inferidas por el empleador contra el trabajador o los miembros de su

familia, dentro o fuera del servicio, o inferidas dentro del servicio por los parientes,

representantes o dependientes del empleador con el consentimiento o la tolerancia de

éste”.
A su turno del Código Disciplinario Único (Ley 734 de 2002), puede ser pertinente citar,

entre otras, las siguientes disposiciones:

Conforme al artículo 33-7, es derecho del servidor público: “Recibir tratamiento cortés con

arreglo a los principios básicos de las relaciones humanas”.

El artículo 34-8, contempla como deber del servidor público: “Tratar con respeto,

imparcialidad y rectitud a las personas con que tenga relación por razón del servicio”.

El artículo 35-2 y 7, consagra como prohibiciones al servidor público: “Imponer a otro

servidor público trabajos ajenos a sus funciones o impedirle el cumplimiento de sus

deberes”. “Ejecutar actos de violencia contra superiores, subalternos o compañeros de

trabajo, demás servidores públicos o injuriarlos o calumniarlos”. Si se examinan estas

normas y otras relacionadas, en términos generales resultan subsumidos distintos aspectos

de la violencia en el trabajo o del acoso laboral, de modo que mal puede decirse que

careciesen de regulación con anterioridad a la ley 1010 de 2006, pero no puede

desconocerse que su expedición resulta útil, en cuanto expresa la voluntad del estado de

identificar un problema laboral de interés mundial, que en algunos medios se ha propagado

como una especie de virus maligno para las empresas e instituciones.

3.2 Ley 1010 de 2006

Por medio de la Ley 1010 de 2006, el Congreso de Colombia, adoptó medidas para

prevenir, corregir y sancionar el acoso laboral y otros hostigamientos en el marco de las

relaciones de trabajo. La ley tiene por objeto definir, prevenir, corregir y sancionar las
diversas formas de agresión, maltrato, vejámenes, trato desconsiderado y ofensivo y en

general todo ultraje a la dignidad humana que se ejercen sobre quienes realizan sus

actividades económicas en el contexto de una relación laboral privada o pública. Son bienes

jurídicos protegidos por la ley: el trabajo en condiciones dignas y justas, la libertad, la

intimidad, la honra y la salud mental de los trabajadores, empleados, la armonía entre

quienes comparten un mismo ambiente laboral y el buen ambiente en la empresa. La ley se

entiende por acoso laboral toda conducta persistente y demostrable, ejercida sobre un

empleado o trabajador, por parte de un empleador, un jefe o superior jerárquico inmediato

o mediato, un compañero de trabajo o un subalterno, encaminada a infundir miedo,

intimidación, terror y angustia, a causar perjuicio laboral, generar desmotivación en el

trabajo, o inducir la renuncia del mismo. En este contexto, el acoso laboral puede darse,

entre otras, bajo las siguientes modalidades generales:

1. Maltrato laboral. Todo acto de violencia contra la integridad física o moral, la libertad

física o sexual y los bienes de quien se desempeñe como empleado o trabajador; toda

expresión verbal injuriosa o ultrajante que lesione la integridad moral o los derechos a la

intimidad y al buen nombre de quienes participen en una relación de trabajo de tipo laboral

o todo comportamiento tendiente a menoscabar la autoestima y la dignidad de quien

participe en una relación de trabajo de tipo laboral.

2. Persecución laboral: toda conducta cuyas características de reiteración o evidente

arbitrariedad permitan inferir el propósito de inducir la renuncia del empleado o trabajador,

mediante la descalificación, la carga excesiva de trabajo y cambios permanentes de horario

que puedan producir desmotivación laboral.


3. Discriminación laboral: todo trato diferenciado por razones de raza, género, origen

familiar o nacional, credo religioso, preferencia política o situación social o que carezca de

toda razonabilidad desde el punto de vista laboral.

4. Entorpecimiento laboral: toda acción tendiente a obstaculizar el cumplimiento de la

labor o hacerla más gravosa o retardarla con perjuicio para el trabajador o empleado.

Constituyen acciones de entorpecimiento laboral, entre otras, la privación, ocultación o

inutilización de los insumos, documentos o instrumentos para la labor, la destrucción o

pérdida de información, el ocultamiento de correspondencia o mensajes electrónicos.

5. Inequidad laboral: Asignación de funciones a menosprecio del trabajador

6. Desprotección laboral: Toda conducta tendiente a poner en riesgo la integridad y la

seguridad del trabajador mediante órdenes o asignación de funciones sin el cumplimiento

de los requisitos mínimos de protección y seguridad para el trabajador.

Por tanto, de acuerdo con la Ley, se presume que hay acoso laboral si se acredita la ocurrencia

repetida y pública de cualquiera de las siguientes conductas:

a) Los actos de agresión física, independientemente de sus consecuencias;

b) Las expresiones injuriosas o ultrajantes sobre la persona, con utilización de palabras soeces o

con alusión a la raza, el género, el origen familiar o nacional, la preferencia política o el estatus

social;

c) Los comentarios hostiles y humillantes de descalificación profesional expresados en presencia

de los compañeros de trabajo;


d) Las injustificadas amenazas de despido expresadas en presencia de los compañeros de trabajo;

e) Las múltiples denuncias disciplinarias de cualquiera de los sujetos activos del acoso, cuya

temeridad quede demostrada por el resultado de los respectivos procesos disciplinarios;

f) La descalificación humillante y en presencia de los compañeros de trabajo de las propuestas u

opiniones de trabajo;

g) las burlas sobre la apariencia física o la forma de vestir, formuladas en público;

h) La alusión pública a hechos pertenecientes a la intimidad de la persona;

i) La imposición de deberes ostensiblemente extraños a las obligaciones laborales, las exigencias

abiertamente desproporcionadas sobre el cumplimiento de la labor encomendada y el brusco

cambio del lugar de trabajo o de la labor contratada sin ningún fundamento objetivo referente a la

necesidad técnica de la empresa;

j) La exigencia de laborar e n horarios excesivos respecto a la jornada laboral contratada o

legalmente establecida, los cambios sorpresivos del turno laboral y la exigencia permanente de

laborar en dominicales y días festivos sin ningún fundamento objetivo en las necesidades de la

empresa, o en forma discriminatoria respecto a los demás trabajadores o empleados;

k) El trato notoriamente discriminatorio respecto a los demás empleados en cuanto al otorgamiento

de derechos y prerrogativas laborales y la imposición de deberes laborales;

l) La negativa a suministrar materiales e información absolutamente indispensables para el

cumplimiento de la labor;

m) La negativa claramente injustificada a otorgar permisos, licencias por enfermedad, licencias

ordinarias y vacaciones, cuando se dan las condiciones legales, reglamentarias o convencionales

para pedirlos;
n) El envío de anónimos, llamadas telefónicas y mensajes virtuales con contenido injurioso,

ofensivo o intimidatorio o el sometimiento a una situación de aislamiento social.

En los demás casos no enumerados, la autoridad competente valorará, según las circunstancias del

caso y la gravedad de las conductas denunciadas, la ocurrencia del acoso laboral. Excepcionalmente

un sólo acto hostil bastará para acreditar el acoso laboral. La autoridad competente apreciará tal

circunstancia, según la gravedad de la conducta denunciada y su capacidad de ofender por sí sola

la dignidad humana, la vida e integridad física, la libertad sexual y demás derechos fundamentales.

La citada Ley además de precisar estas conductas, contempla unas medidas preventivas y

correctivas del acoso laboral entre las que se encuentran:

1. Los reglamentos de trabajo de las empresas e instituciones deberán prever mecanismos de

prevención de las conductas de acoso laboral y establecer un procedimiento interno, confidencial,

conciliatorio y efectivo para superar las que ocurran en el lugar de trabajo. Los comités de empresa

de carácter bipartito, donde existan, podrán asumir funciones relacionados con acoso laboral en los

reglamentos de trabajo.

2. La víctima del acoso laboral podrá poner en conocimiento del Inspector de Trabajo con

competencia en el lugar de los hechos, de los Inspectores Municipales de Policía, de los Personeros

Municipales o de la Defensoría del Pueblo, a prevención, la ocurrencia de una situación continuada

y ostensible de acoso laboral. La autoridad que reciba la denuncia conminará preventivamente al

empleador para que ponga en marcha los procedimientos confidenciales referidos en el numeral

anterior y programe actividades pedagógicas o terapias grupales de mejoramiento de las relaciones

entre quienes comparten una relación laboral dentro de una empresa.

La Corte Constitucional también ha hecho aportes importantes en cuanto a la definición de

mobbing. Mediante sentencia T-362 de 200050 establece que “las persecuciones laborales

constituyen una clara violación a gozar de un trabajo en condiciones dignas y justas”; y por
condiciones dignas y justas ha entendido el respeto al artículo 25 del Código Sustantivo de Trabajo:

“Igualdad de oportunidades para los trabajadores; remuneración mínima vital y móvil, proporcional

a la cantidad y calidad de trabajo; estabilidad en el empleo; irrenunciabilidad a los beneficios

mínimos establecidos en normas laborales; facultades para transigir y conciliar sobre derechos

inciertos y discutibles; situación más favorable al trabajador en caso de duda en la aplicación e

interpretación de las fuentes formales de derecho; primacía de la realidad sobre formalidades

establecidas por los sujetos de las relaciones laborales; garantía a la seguridad social, la

capacitación, el adiestramiento y el descanso necesario; protección especial a la mujer, a la

maternidad y al trabajador menor de edad.” Además, dicho artículo advierte que “La ley, los

contratos, los acuerdos y convenios de trabajo, no pueden menoscabar la libertad, la dignidad

humana ni los derechos de los trabajadores”. (Sentencia C-898-0651).

Mediante un gran número de sentencias, la Corte Constitucional ha reiterado este punto y ha hecho

énfasis en que es urgente una protección efectiva para los trabajadores que se encuentren en un

determinado momento bajo este tipo de acoso. Incluso antes de la expedición de la ley 1010 de

2006 la Corte ya había sentado algún tipo de precedente sobre la importancia del respeto a la

dignidad humana dentro del contexto laboral como veremos posteriormente. Después de la

expedición de la ley 1010 la Corte, mediante Sentencia T-881 de 200652 hace un análisis más

detallado del acoso laboral citando autores como Heinz Leymann y refiriéndose a legislaciones que

han adoptado el tema del acoso laboral como prioridad en su agenda legislativa, dando así paso a

la inclusión de un tema al que, aunque ha existido siempre, nunca antes se le había dado visibilidad

y por el que hay mucho que trabajar en muchos países del mundo.

T-265/16 Acoso sexual en el trabajo es violatorio del Derecho Internacional de los Derechos

Humanos

La Sala Sexta de Revisión de tutelas de la Corte Constitucional dejó sin efectos dos fallos de la

Procuraduría que impidieron la participación de una mujer presuntamente afectada en un proceso


por acoso sexual en el trabajo y advirtió que tal conducta debe ser considerada como una violación

al Derecho Internacional de los Derechos Humanos. El pronunciamiento fue hecho al conceder una

acción de tutela a la señora a quien el Ministerio Público había negado su participación porque no

era la quejosa y porque consideró que “la falta disciplinaria investigada no constituye violaciones

del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, ni del Derecho Internacional Humanitario”.

Acoso sexual

Frecuentemente tiende a pensarse que el mobbing consiste en una persecución sexual y cuando se

habla de acoso laboral las personas tienden a relacionarlo con este tipo de conductas. Sin embargo

el acoso sexual no es más que una manifestación del mobbing que ya hemos analizado. Este

comportamiento, sin embargo, puede ser evaluado como una conducta independiente ya que

constituye una infracción penal. La definición del acoso sexual la trae la Real Academia de la

Lengua como “el que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona cuando quien lo

realiza se halla en posición de superioridad respecto de quien lo sufre”. Para que se configure el

acoso sexual se requiere de ciertos elementos como por ejemplo que dicha conducta sea (i)

indeseada, irrazonable y ofensiva para la persona que es objeto de la misma. Como vemos, este

requisito imprime un elemento subjetivo y es la voluntad de la víctima. Para ella debe ser algo que

sucede sin mediar su consentimiento o voluntad. (ii) Que la negativa de la persona al sometimiento

de esa conducta de parte de sus superiores, subordinados o compañeros se utilice de forma implícita

o explícita para una decisión que tenga efectos sobre el acceso, continuación, formación, salario o

ascenso relativos a la actividad profesional. (iii) Que la conducta cree un entorno laboral

intimidatorio, hostil o humillante para la persona objeto del acoso, afectando la actividad laboral

de la persona. (iv) Que constituya una actitud que vulnere derechos fundamentales del acosado tales

como la igualdad de trato y no discriminación y la dignidad humana. Esta conducta libidinosa debe

ser evaluada también de una manera objetiva, independientemente de las características de la


víctima, ya que por sí misma vulnera derechos fundamentales. Los derechos que pueden resultar

afectados con este tipo de conductas son por ejemplo la integridad de la persona (artículo 1

Declaración Americana sobre los Derechos y Deberes del Hombre), el derecho a la protección de

la honra y la protección de la vida privada (artículo 5) y el derecho al trabajo en condiciones dignas.

También se encuentran violados los derechos a la integridad física, síquica y moral, la prohibición

de someter a alguien a tratos crueles, inhumanos y degradantes así como los derechos a la honra y

la libertad, todos ellos establecidos en el Pacto de San José de Costa Rica y el Pacto Internacional

de Derechos Civiles y Políticos.

Una de las formas de prevenir el acoso sexual en la empresa es por medio de convenciones

colectivas de trabajo, mediante las cuales se pueden establecer mecanismos de protección hacia las

personas víctimas del acoso laboral. Veremos entonces algunas clasificaciones que ha otorgado

Velásquez al acoso sexual:

El acoso sexual de intercambio: es aquel que implica la condición del favor sexual a cambio de una

modificación en las condiciones de trabajo. De esta manera el sujeto pasivo se ve condicionado a

aceptar los requerimientos, bien sea para mantener su trabajo, o para ascender en el mismo.

El acoso sexual ambiental: es aquel en el que el acoso no es deseado por la persona destinataria y

suficientemente grave para producir un contexto laboral negativo, humillante, intimidatorio y hostil

en el trabajo. Entre los comportamientos de acoso sexual ambiental se destacan entonces:

comentarios dirigidos a la condición sexual del o la trabajadora; peticiones de favores sexuales que

incluyan ofrecimiento de mejoramiento de condiciones de trabajo o que desmejoren las mismas en

caso de negativa; exhibición o uso de pornografía; y en general toda agresión sexual o

discriminación o abuso en razón al sexo de la persona. Este comportamiento también es considerado

por la legislación nacional, artículo 210A del Código Penal Colombiano como un delito, del cual

se derivan consecuencias como la pena de prisión o la multa. Sin embargo, por ser este un fenómeno

que ataca sobre todo a las mujeres, es importante realizar un estudio con perspectiva de género que
nos permita evaluar de manera más amplia y más acorde con el ordenamiento jurídico actual, tanto

nacional como internacional, las implicaciones de este tipo de situaciones en los lugares de trabajo.

En conclusión, se considera que la Ley 1257 de 2008 otorga elementos esenciales en la protección

de la mujer que deberían ser extensivos a todas las personas que sufran acoso en el lugar de trabajo,.

En la Ley 1010 de 2006, como vimos, se confieren elementos nuevos en el contexto de la Ley 1010,

la cual debe ser leía e interpretada de conformidad con estas disposiciones sobre la prevención y

sanción de la violencia contra la mujer, es decir, en caso de que la violencia en el lugar de trabajo

recaiga sobre una mujer, debe entenderse que no importa el tipo de vínculo laboral, puede dirigirse

directamente ante el Ministerio de la Protección Social para radicar la denuncia y, adicionalmente,

la ARP es responsable de la prevención y tratamiento sobre las consecuencias de la conducta

dañosa.

¿Existe el acoso laboral sexual?

Atendiendo las recientes denuncias de acoso sexual de actores, periodistas y políticos, entre otros,

resulta oportuno cuestionarse si estas conductas más allá del tipo penal, tienen alguna regulación

en materia laboral toda vez que pueden surgir en escenarios donde está presente el elemento de la

subordinación.

¿Cómo está regulado el acoso laboral en Colombia?

En Colombia solo se reguló el acoso laboral en el 2006 con la Ley 1010. En ese momento el

legislador pretendió “definir, prevenir, corregir y sancionar” cualquier conducta encaminada a

causar algún “ultraje en la dignidad humana”; es decir, toda persona vinculada por contrato de

trabajo que vea afectada su dignidad, tiene cómo proteger sus derechos invocando los 19 artículos

que componen la norma.

No obstante, si se analiza la norma, quedan muchos vacíos respecto de si se está protegiendo a las

víctimas del acoso laboral o si se están generando espacios donde la víctima no logra la protección
de sus derechos. La norma no es clara cuando dispone cuál es el procedimiento para presentar una

queja de acoso laboral, cómo se investiga o quien puede hacerlo, y en ese sentido se desincentiva a

la víctima para que presente quejas que mejoren los ambientes laborales.

¿Existe la conducta de acoso sexual laboral en Colombia?

La Ley 1010 no tiene tipificada la conducta de “acoso sexual” desde una perspectiva laboral. En su

artículo 2 se hace una breve mención de modalidades de acoso que al ser “persistentes y

demostrables” pueden convertirse en conductas de acoso sexual en un ambiente laboral; sin

embargo, el artículo séptimo que establece las conductas que “constituyen acoso laboral” no

describe qué conductas de acoso sexual en un ambiente laboral pueden ser investigadas o

sancionadas por autoridades laborales. Es más, esta es una conducta que debe ser denunciada por

la víctima, de lo contrario el Juez Laboral y/o la autoridad administrativa no puede “investigarla”

de oficio como sucede en otras ramas del derecho. Así las cosas, es evidente que no existe una

norma clara, desde la perspectiva laboral, que proteja al trabajador ante conductas de acoso laboral

permeadas por actos sexuales.

¿Qué hacer ante el acoso sexual en el trabajo?

Nuevamente quedamos limitados, pues el tema no es claro desde una perspectiva jurídico laboral.

Existen dos opciones: presentar la queja ante el Ministerio de Trabajo quien solo podrá iniciar una

investigación administrativa, o presentar la queja ante el Juez laboral, quien mediante un

procedimiento express según lo señalado en el artículo 13, debe resolver de fondo situaciones que

pueden exteriorizar un sinfín de conflictos internos dentro de una organización.

¿Qué rol juega el comité de convivencia ante un caso de acoso sexual?

La Resolución 2646 de 2008 del Ministerio de la Protección Social dispone que una de las medidas

“preventivas y correctivas” del acoso laboral es la conformación del Comité de Convivencia el cual

debe establecer un procedimiento interno que prevenga las conductas de acoso; sin embargo, esto
supone una responsabilidad para quienes componen el comité y surgen incertidumbres como: ¿es

capaz la víctima de denunciar a su victimario frente a sus compañeros de trabajo?, ¿qué pasa si el

victimario hace parte del comité?, ¿el comité tiene facultades técnicas y profesionales para enfrentar

un caso de acoso laboral sexual?

Cabe aclarar que este es un análisis de acoso laboral sexual desde una perspectiva jurídico laboral,

y aunque es claro que la víctima siempre puede acudir directamente a la Fiscalía a presentar la

denuncia, en el campo laboral quedan muchas dudas pues la norma es limitada y poco

ejemplarizante, especialmente en cuanto a las sanciones que impone al victimario y al empleador

que tolera dichas situaciones. Tal vez es por esto que las quejas de acoso laboral sexual no son

recurrentemente estudiadas, analizadas y resueltas por los jueces laborales.

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