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PRINCIPIOS Y PRESUPUESTOS PROCESALES

1.1. CONCEPTO:
Los principios procesales son “conceptos de orden general
que definen el modo de ser del proceso en cuanto a la
actividad de los sujetos que en él intervienen y a sus
relaciones”.

Los principios procesales son normas matrices o preceptos


fundamentales de los cuales se originan pautas para regular
las relaciones jurídicas del proceso, así como del juez y de
las partes dentro del marco limitado en el que se desenvuelve
la actividad procesal.

Los principios procesales son aquellos criterios o ideas


fundamentales, contenidos en forma explícita o implícita en
el ordenamiento jurídico, que señalan las características
principales del derecho procesal y sus diversos sectores, y
que orientan el desarrollo de la actividad procesal1.

1.2. CARACTERÍSTICAS DE LOS PRINCIPIOS PROCESALES:

A. Bifrontalidad:
PODETTI señala que los principios no son absolutos en
sentido excluyente respecto a los otros, sino que, por el
contrario, estos se emplean según las necesidades del litigio;
por ejemplo, no existe un proceso puramente escrito, ya que
se admite el principio de Oralidad.

B. Dinamismo:
Comprenden dos aspectos: uno absoluto, que permite
explicar la Ratio Legis o razón legal para la interpretación y
aplicación de las normas procesales, tal como se aprecia en
el principio de Elasticidad, y otro del relativo que se aprecia
al admitir la existencia de un ordenamiento procesal
determinado y que el jurista deberá encargarse de explicitar
en la aplicación de los principios.

C. Practicidad
Poseen virtudes pragmáticas partiendo de tres condiciones:
No se aprecian a simple vista, no son numerosos y son tan
abstractos que son idóneos para resolver las dudas
interpretativas.

D. Complementariedad
Se complementan entre sí para su mejor funcionamiento y así
obedecer a la finalidad del proceso en forma coherente.
Los Principios Generales del Proceso son una especie que
conforman los Principios Generales del Derecho y sirven para
poner en manifiesto el sistema procesal por el que el legislador ha
optado.
Los principios consagrados en el Código Procesal Civil son
manifiesta expresión de una concepción publicística del proceso
civil, es decir, considera que lo trascendente en él, es el interés
público que cumple el Estado a través del órgano jurisdiccional,
tanto para hacer efectivo el derecho como para lograr la paz social
en justicia.

1.3. PRINCIPIOS PROCESALES MÁS COMUNES.

1.3.1. Principio dispositivo:


En aplicación a este principio, el proceso está sujeto a la
voluntad de las partes, fundamentándose en la autonomía de
la voluntad.

MILLAR define a este principio, “como la potestad que tienen


las partes para ejercer o no un acto procesal”

“Supone que en Derecho procesal civil pesa sobre las partes


la carga de proporcionar los fundamentos de la sentencia
mediante sus actos de postulación (peticiones, alegaciones,
aportación de pruebas: quo non est in actis (partium), non est
in mundo.

Según VÉSCOVI “el principio dispositivo es el que asigna a


las partes, y no al juez, la iniciativa del proceso, el ejercicio y
el poder de renunciar a los actos del proceso”.

El principio dispositivo: El principio dispositivo es aquel en


que se confía a las partes la actividad a fin de que procedan
al estímulo de la función judicial, al aporte de materiales
sobre los cuales ha de versar la decisión del juez.

1.3.2. Principio del impulso procesal de oficio:

DEVIS ECHANDÍA refiere que este principio “se relaciona


directamente con el inquisitivo, y consiste en que, una vez
iniciado el proceso, debe el juez o el secretario, según el acto
de que se trate, impulsar su marcha sin necesidad de que las
partes lo insten a hacerlo, pues simplemente se trata de
cumplir las normas legales que lo regulan, y son
responsables de cualquier demora ocasionada por su culpa”.

El mencionado autor advierte que, no obstante lo expresado,


“hay ciertos actos que necesariamente deben tener origen en
la voluntad expresa de las partes, y, además, hay otros,
simplemente de tramitación, que también les corresponden,
como consecuencia del principio dispositivo que
parcialmente rigen los procesos civiles”.

1.3.3. Principio de eventualidad:

El principio de eventualidad “fuerza a las partes a aportar de


una sola vez todos los medios de ataque y defensa como
medida de previsión – in eventum - para el caso de que el
primeramente interpuesto sea desestimado”.
Así también lo considera GOZAÍNI cuando afirma que el
principio de eventualidad “consiste en pedir a las partes que
todos los actos de postulación, ataque y defensa, respondan
a las etapas preclusivas del proceso; de modo tal que cada
uno de los planteos deducidos en el curso de un litigio deban
presentarse en forma simultánea y no sucesiva, esto es,
prohibiendo el ejercicio ad – eventum que supone dejar
abierta una posibilidad de alternancia si la petición principal
fracaso”.

5.2.2. Eventualidad.
El principio de eventualidad permite que las partes acumulen
“eventualmente” distintas peticiones, incluso contradictorias
e incompatibles entre sí, para que pueda ser estimada una en
el caso de que se desestime la otra. Este principio es
consecuencia directa del de preclusión, que impide, entre
otras cuestiones, la alegación de cualquier hecho o la
formulación de cualquier petición fuera de plazo. Siendo así,
la parte deberá acumular las distintas peticiones que
pretenda en el acto que proceda, aunque sean absolutamente
incompatibles entre sí. Por ejemplo, el actor puede solicitar
en la demanda que se le entregue la posesión de la cosa
objeto del contrato de compra-venta o, en su caso y
subsidiariamente para el caso que no se estime la pretensión
anterior, que se declare resuelto o rescindido el contrato de
compraventa con reclamación del precio pagado. Nótese la
coherencia de la petición: el actor pretende que el
demandado cumpla con el contrato; ahora bien, para el caso
que exista un vicio de nulidad del contrato, que se declare
resuelto y se devuelva la cantidad abonada. La primera
petición (que el contrato, válido, se cumpla) es incompatible
con la segunda (que el contrato, nulo, se rescinda), ya que, o
bien el contrato es válido, o bien no lo es. Lo importante es
que si el actor no realiza cualquiera de estas peticiones en la
demanda no podrá hacerlo posteriormente, razón por lo que
debe acumular eventualmente ambas peticiones.
1.3.4. Principio de preclusión:
Las actividades procesales deben realizarse dentro del
término señalado para ello. De no hacerlo dentro de esa
oportunidad se pierde el derecho.

Al decir de COUTURE, “el principio de preclusión está


representado por el hecho de que las diversas etapas del
proceso se desarrollan en forma sucesiva, mediante la
clausura definitiva de cada una de ellas, impidiéndose el
regreso a etapas y momentos procesales ya extinguidos y
consumados”.
El principio de preclusión: Se puede definir a este principio como
la pérdida, extinción o consumación de una facultad procesal. En
nuestro ordenamiento el proceso se halla dividido en periodos o
fases, etapas, dentro de cada uno de los cuales deben cumplirse
uno o más actos determinados, con la consecuencia de que
carecen de eficacia aquellos actos que se cumplen fuera de la
unidad de tiempo que les está asignada.

5.2.1. Preclusión.
La preclusión es un efecto que impide la realización de actos
procesales fuera del tiempo establecido para ello, que viene
establecido, con carácter general, en el art. 136 LEC que dispone
que: “Transcurrido el plazo o pasado el término señalado para la
realización de un acto procesal de parte se producirá la preclusión
y se perderá la oportunidad de realizar el acto de que se trate…”.
De este modo, se protege el orden de sustanciación de los autos
que exige un momento procesal para la realización de cada
actuación procesal, sin que pueda realizarse con posterioridad 10.
Téngase presente que el impulso procesal corresponde al órgano
jurisdiccional, que dará al proceso el curso que corresponda
conforme con las normas procesales que son de orden público
(véase, sobre el impulso procesal, el § 5.3 de este Capítulo). De lo
contrario, el proceso quedaría en manos de los litigantes.
El principio de contradicción: El principio de contradicción es
aquel que implica la prohibición a los jueces de dictar resolución
alguna sin que previamente hayan tenido la oportunidad de ser
escuchadas las partes que hubieran de verse perjudicada o
afectada por la decisión. Este principio también es llamado de
bilateralidad, o contradicción, tiene consagración constitucional,
se halla previsto en el Art. 18 de la Constitución Nacional. Sobre
esta idea fundamental es que las leyes
El principio de contradicción: El principio de contradicción es
aquel que implica la prohibición a los jueces de dictar resolución
alguna sin que previamente hayan tenido la oportunidad de ser
escuchadas las partes que hubieran de verse perjudicada o
afectada por la decisión

El principio de congruencia: Concepto. Reglas básicas. Breve


referencia sobre la posición estricta, y la flexibilización del
principio de congruencia. “Tradicionalmente se ha entendido que
se trata del principio normativo que delimita el contenido de las
resoluciones judiciales que deben proferirse, de acuerdo con el
sentido y alcance de las peticiones formuladas por las partes…”.1
Es la derivación del sistema dispositivo que los límites de la
decisión judicial queden demarcados por las peticiones y
pretensiones deducidas por las partes, porque de traspasarse
dicho límite se afecta la congruencia misma de la resolución, se va
más allá de lo pedido y se pronuncia ultra petita y extra petita. A
la hora de dictar sentencia este principio se constituye en uno de
los más importantes, ya que impone al juez el deber de
congruencia o correspondencia. Es un principio de base
constitucional, por ello el juez debe someter su pronunciamiento
al contenido de las concretas peticiones de las partes, no
otorgando ni más ni menos, ni otra cosa más que lo pedido, ni
puede considerar hechos no invocados por las partes.

Principio de congruencia de las sentencias. La sentencia debe


dictarse conforme a lo actuado, de manera que debe existir
correspondencia entre lo pretendido y lo juzgado. La
incongruencia se presenta en los siguientes casos: El juzgador
omite decidir alguna de las cuestiones oportunamente planteadas
por las partes y que sean conducentes a la solución del litigio (citra
petitia); el juzgador otorga cosa distinta a la peticionada por la
parte o condena a persona no demandada o a favor de persona que
no demandó, yendo más allá del planteo litigioso (extra petitia); el
juzgador otorga más de lo que fue pretendido por el actor (ultra
petitia); y por último, si hay incoherencia entre la motivación y la
decisión, siendo contradictorias entre sí, se presenta el caso de la
incongruencia interna.

2.2. El principio de igualdad.


El principio de igualdad garantiza que las partes –incluidas todas
las personas físicas o jurídicas que en cada caso integren las
posiciones fundamentales de actor y demandado– tengan las
mismas posibilidades de ataque y de defensa; y que estas no sean
coartadas por el Juez en el concreto proceso o por normas legales
que impongan obligaciones o cargas desiguales. Los tribunales de
justicia están obligados a aplicar las normas procesales de manera
igualitaria, de modo que se garantice a todas las partes la
oportunidad de defender sus respectivas posiciones procesales,
sin que pueda admitirse trato favorable a ninguna de ellas

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