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M i g u e l Á n g e l A r i z a D í a z , J h o n D i e g o D o m í n g u e z A c e v e d o y Ke v i n D a n i e l R o z o R o n d ó n 1 Pero ha habido dos cosas que han suscitado la y la constante vigilancia por parte del aparato

aceptación general. La primera es el aspecto ge­ estatal, pues para los gobiernos es primordial
neral del ‘paisaje que se observa’. Prescindiendo imponer su visión de la historia para implantar
de las distintas teorías sobre el origen de la revolu­ una posición propia sobre la política, y quien

Los ecos de la Marsellesa. ción (1992, p. 18).


Dicho de otra manera, hay un consensum en
tiene el poder político, se esfuerza en controlar
la visión de la historia que ha de transmitirse o

Dos siglos recuerdan la veracidad del componente factual de la histo­ difundirse. Esto explica la necesidad de vigilar
ria de la Revolución Francesa por parte de los a quienes se ocupan de estas cosas, esto es, los
diferentes agentes, que hacen uso de ella para historiadores. Así, “los luchadores sociales en la
la Revolución Francesa legitimar sus apuestas políticas. La divergencia
se halla en la interpretación. Es por esto que
lucha usan trajes de época” (Hobsbawm, 1992,
p. 58). ¿Será que hay una tendencia en la his­
todas las personas están de acuerdo en que se toria de buscar un modelo para repetirlo? ¿O
Eric John Hobsbawm. Editorial Crítica. 2003. Barcelona. 174 páginas. produjo una crisis en el seno de la monarquía será, más bien, que el uso de dichos trajes de
que en 1788 condujo a la convocatoria de los época constituye una herramienta de legitima­
The echoes of the Marseillaise. Estados Generales, en donde confluía la asam­ ción de las luchas de los agentes del presente?
Two centuries remember the French Revolution” blea que estaba conformada por los estados del Apelamos a la segunda. He aquí la importancia
reino: el clero, la nobleza y los demás, es decir, del uso social de la historia.
el Tercer Estado, lo que propició la transfor­

A
mación de los Estados Generales, o más bien No obstante, aun cuando se reviven los muertos,
l leer Los ecos de la Marsellesa, de Eric gustan de la Revolución Francesa y su herencia” el Tercer Estado, en Asamblea General, termi­ sus intenciones pueden ser transformadas por los
Hobsbawm, emergen preguntas por (1992, p. 9). Así pues dice Hobsbawm: “El pre­ nando con el Antiguo Régimen (por ejemplo la sujetos que quieran convertirlos en herramienta
el papel del historiador en la cons­ sente ensayo es una defensa, así como una ex­ toma de la Bastilla, la prisión real, la renuncia de legitimación de sus propias luchas en el pre­
trucción de la historia, la contradic­ plicación de la vieja tradición” (1992, p. 11). La de la nobleza a sus derechos feudales, la decla­ sente. De esta manera, Lenin se refiere a Danton
ción entre la subjetividad y la objetividad, el uso vieja tradición es la que habla de una revolución ración de los Derechos Humanos, la transfor­ como: “el mayor maestro de la táctica revolucio­
político de la historia, la ética del investigador burguesa que instaura el Estado de derecho, las mación de la Asamblea General en Asamblea naria que se conoce” (Hobsbawm, 1992, p. 118).
112 y el revisionismo histórico. Las presentes lí­ libertades públicas y civiles y la nueva sociedad Constituyente, la cual revolucionaría la estruc­ Luego se reviven las hazañas de los muertos y 113
neas representan un esfuerzo por generar esce­ contemporánea burguesa, que además conside­ tura administrativa y la organización del país, se empapan del cáliz de la ideología que mejor
narios posibles para la comprensión de dichos ra tales novedades como altamente positivas y, redactando la primera de las veinte constitu­ le convenga al brujo que está agenciando el rito.
interrogantes. por ende, la Revolución misma que las dio a luz. ciones de la Francia moderna). Parafraseando Entonces, en el uso de trajes de época para legi­
En esta crítica, Hobsbawm devela los intereses a Hobsbawm, no existen desacuerdos sobre la timar las luchas del presente, puede suceder que
En primer lugar, iniciaremos con una ca­ un mismo relato del pasado sirva de materia pri­
políticos que atraviesan al historiador en la es­ doble revolución que tuvieron lugar en Francia
racterización del sentido que tiene para el au­ critura de la historia. De allí, la tensión entre ma para la elaboración de ideologías contrarias,
(1791), las cuales finalmente conducirían al
tor volver a pensar lo que se ha dicho de la subjetividad y objetividad y el uso político que ello es, por supuesto, otra responsabilidad del
estallido entre la Francia revolucionaria y una
Revolución Francesa en plena víspera del bicen­ se hace de la historia en la empresa de legitima­ historiador —como sujeto condicionado por la
coalición de potencias extranjeras contrarevolu­
tenario (1989). Lo más importante de todo esto ción del presente. estructura—.
cionarias y, al mismo tiempo, la insurrección al
en los últimos años, según Hobsbawm, es el
Ahora bien, recordando la analogía entre mi­ interior de Francia. Pensar es pensar contra alguien y el adversario
revisionismo histórico sobre el significado, al­
cance y repercusión de la Revolución Francesa. rar un paisaje y mirar hacia una parte del pasado, La historiografía en modo alguno es una político de Hobsbawm en el terreno de la histo­
Hobsbawm afirma que la nueva literatura sobre Hobsbawm es muy claro al poner de presente las disciplina exenta de valoraciones políticas, ideo­ riografía sobre la Revolución Francesa no es otro
la Revolución Francesa, especialmente en su limitaciones que tiene el historiador —en tanto lógicas y axiológicas. Es un campo de batalla que el revisionismo. El revisionismo histórico
país de origen, es extraordinariamente sesgada. sujeto— como observador. Argumenta que, político. Esto deriva en el caso de la Revolución empezó con la misma revolución. Se trata de la
“La combinación de la ideología, la moda y el Francesa, en que: “lo que la gente ha leído so­ escuela reaccionaria: Edmund Burke, Joseph de
como veremos, lo que la gente ha leído de la
poder de los medios publicitarios permitió que bre ella durante los doscientos años transcu­ Maistre, Bonald, F. L. Von der Marwitz, Gentz,
Revolución Francesa durante los doscientos años
el bicentenario estuviera ampliamente domina­ transcurridos desde 1789 ha variado enormemen­ rridos desde 1789, ha variado enormemente, Chateaubriand, Hardenberg, Adam Muller, K.
do por quienes, para decirlo simplemente, no te, sobre todo por razones políticas e ideológicas. sobre todo por razones políticas e ideológicas” L. Von Haller, F. J. Stahl son los nombres más
(Hobsbawm, 1992, p. 18). En efecto, es menester representativos de la escuela de pensamiento re­
comprender que el historiador se halla inmerso accionario surgido frente a la revolución. El revi­
1 Estudiantes de la Licenciatura en Educación con énfasis en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional. entre efectuar el pleno ejercicio de su disciplina sionismo histórico sostiene que no fue para tanto

Polisemia No. 13, 112 - 114. Los ecos de la Marsellesa. Dos siglos recuerdan la Revolución Francesa. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Enero - junio de 2012 Polisemia No. 13, 112 - 114. Los ecos de la Marsellesa. Dos siglos recuerdan la Revolución Francesa. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Enero - junio de 2012
M i g u e l Á n g e l A r i z a D í a z , J h o n D i e g o D o m í n g u e z A c e v e d o y Ke v i n D a n i e l R o z o R o n d ó n 1 Pero ha habido dos cosas que han suscitado la y la constante vigilancia por parte del aparato
aceptación general. La primera es el aspecto ge­ estatal, pues para los gobiernos es primordial
neral del ‘paisaje que se observa’. Prescindiendo imponer su visión de la historia para implantar
de las distintas teorías sobre el origen de la revolu­ una posición propia sobre la política, y quien

Los ecos de la Marsellesa. ción (1992, p. 18).


Dicho de otra manera, hay un consensum en
tiene el poder político, se esfuerza en controlar
la visión de la historia que ha de transmitirse o

Dos siglos recuerdan la veracidad del componente factual de la histo­ difundirse. Esto explica la necesidad de vigilar
ria de la Revolución Francesa por parte de los a quienes se ocupan de estas cosas, esto es, los
diferentes agentes, que hacen uso de ella para historiadores. Así, “los luchadores sociales en la
la Revolución Francesa legitimar sus apuestas políticas. La divergencia
se halla en la interpretación. Es por esto que
lucha usan trajes de época” (Hobsbawm, 1992,
p. 58). ¿Será que hay una tendencia en la his­
todas las personas están de acuerdo en que se toria de buscar un modelo para repetirlo? ¿O
Eric John Hobsbawm. Editorial Crítica. 2003. Barcelona. 174 páginas. produjo una crisis en el seno de la monarquía será, más bien, que el uso de dichos trajes de
que en 1788 condujo a la convocatoria de los época constituye una herramienta de legitima­
The echoes of the Marseillaise. Estados Generales, en donde confluía la asam­ ción de las luchas de los agentes del presente?
Two centuries remember the French Revolution” blea que estaba conformada por los estados del Apelamos a la segunda. He aquí la importancia
reino: el clero, la nobleza y los demás, es decir, del uso social de la historia.
el Tercer Estado, lo que propició la transfor­

A
mación de los Estados Generales, o más bien No obstante, aun cuando se reviven los muertos,
l leer Los ecos de la Marsellesa, de Eric gustan de la Revolución Francesa y su herencia” el Tercer Estado, en Asamblea General, termi­ sus intenciones pueden ser transformadas por los
Hobsbawm, emergen preguntas por (1992, p. 9). Así pues dice Hobsbawm: “El pre­ nando con el Antiguo Régimen (por ejemplo la sujetos que quieran convertirlos en herramienta
el papel del historiador en la cons­ sente ensayo es una defensa, así como una ex­ toma de la Bastilla, la prisión real, la renuncia de legitimación de sus propias luchas en el pre­
trucción de la historia, la contradic­ plicación de la vieja tradición” (1992, p. 11). La de la nobleza a sus derechos feudales, la decla­ sente. De esta manera, Lenin se refiere a Danton
ción entre la subjetividad y la objetividad, el uso vieja tradición es la que habla de una revolución ración de los Derechos Humanos, la transfor­ como: “el mayor maestro de la táctica revolucio­
político de la historia, la ética del investigador burguesa que instaura el Estado de derecho, las mación de la Asamblea General en Asamblea naria que se conoce” (Hobsbawm, 1992, p. 118).
112 y el revisionismo histórico. Las presentes lí­ libertades públicas y civiles y la nueva sociedad Constituyente, la cual revolucionaría la estruc­ Luego se reviven las hazañas de los muertos y 113
neas representan un esfuerzo por generar esce­ contemporánea burguesa, que además conside­ tura administrativa y la organización del país, se empapan del cáliz de la ideología que mejor
narios posibles para la comprensión de dichos ra tales novedades como altamente positivas y, redactando la primera de las veinte constitu­ le convenga al brujo que está agenciando el rito.
interrogantes. por ende, la Revolución misma que las dio a luz. ciones de la Francia moderna). Parafraseando Entonces, en el uso de trajes de época para legi­
En esta crítica, Hobsbawm devela los intereses a Hobsbawm, no existen desacuerdos sobre la timar las luchas del presente, puede suceder que
En primer lugar, iniciaremos con una ca­ un mismo relato del pasado sirva de materia pri­
políticos que atraviesan al historiador en la es­ doble revolución que tuvieron lugar en Francia
racterización del sentido que tiene para el au­ critura de la historia. De allí, la tensión entre ma para la elaboración de ideologías contrarias,
(1791), las cuales finalmente conducirían al
tor volver a pensar lo que se ha dicho de la subjetividad y objetividad y el uso político que ello es, por supuesto, otra responsabilidad del
estallido entre la Francia revolucionaria y una
Revolución Francesa en plena víspera del bicen­ se hace de la historia en la empresa de legitima­ historiador —como sujeto condicionado por la
coalición de potencias extranjeras contrarevolu­
tenario (1989). Lo más importante de todo esto ción del presente. estructura—.
cionarias y, al mismo tiempo, la insurrección al
en los últimos años, según Hobsbawm, es el
Ahora bien, recordando la analogía entre mi­ interior de Francia. Pensar es pensar contra alguien y el adversario
revisionismo histórico sobre el significado, al­
cance y repercusión de la Revolución Francesa. rar un paisaje y mirar hacia una parte del pasado, La historiografía en modo alguno es una político de Hobsbawm en el terreno de la histo­
Hobsbawm afirma que la nueva literatura sobre Hobsbawm es muy claro al poner de presente las disciplina exenta de valoraciones políticas, ideo­ riografía sobre la Revolución Francesa no es otro
la Revolución Francesa, especialmente en su limitaciones que tiene el historiador —en tanto lógicas y axiológicas. Es un campo de batalla que el revisionismo. El revisionismo histórico
país de origen, es extraordinariamente sesgada. sujeto— como observador. Argumenta que, político. Esto deriva en el caso de la Revolución empezó con la misma revolución. Se trata de la
“La combinación de la ideología, la moda y el Francesa, en que: “lo que la gente ha leído so­ escuela reaccionaria: Edmund Burke, Joseph de
como veremos, lo que la gente ha leído de la
poder de los medios publicitarios permitió que bre ella durante los doscientos años transcu­ Maistre, Bonald, F. L. Von der Marwitz, Gentz,
Revolución Francesa durante los doscientos años
el bicentenario estuviera ampliamente domina­ transcurridos desde 1789 ha variado enormemen­ rridos desde 1789, ha variado enormemente, Chateaubriand, Hardenberg, Adam Muller, K.
do por quienes, para decirlo simplemente, no te, sobre todo por razones políticas e ideológicas. sobre todo por razones políticas e ideológicas” L. Von Haller, F. J. Stahl son los nombres más
(Hobsbawm, 1992, p. 18). En efecto, es menester representativos de la escuela de pensamiento re­
comprender que el historiador se halla inmerso accionario surgido frente a la revolución. El revi­
1 Estudiantes de la Licenciatura en Educación con énfasis en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional. entre efectuar el pleno ejercicio de su disciplina sionismo histórico sostiene que no fue para tanto

Polisemia No. 13, 112 - 114. Los ecos de la Marsellesa. Dos siglos recuerdan la Revolución Francesa. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Enero - junio de 2012 Polisemia No. 13, 112 - 114. Los ecos de la Marsellesa. Dos siglos recuerdan la Revolución Francesa. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Enero - junio de 2012
Miguel Ángel Ariza Díaz, Jhon Diego Domínguez Acevedo y Kevin Daniel Rozo Rondón

y que los mismos efectos se hubieran producido


por una evolución del Antiguo Régimen, sin tan­
Ante tales aseveraciones en boca de hom­
bres que al fin y al cabo estaban describiendo la CoLABoRADoREs
ta catástrofe histórica. sociedad donde vivían es difícil comprender las
opiniones contemporáneas que afirman que la
La moderna opinión revisionista que sostiene Revolución fue “ineficaz en su resultado”, por Gilma Liliana Ballesteros Peluffo
que la Revolución Francesa fue en cierto senti­ no mencionar a los historiadores revisionistas Candidata a PH.D en Estudios para la Paz, de la Universidad de Granada (España), Politóloga de la
do ‘innecesaria’, es decir, que la Francia del siglo Pontificia Universidad Javeriana, elabora su tesis doctoral sobre Desobediencia Civil. Se ha desempeñado
que mantienen que “al final la Revolución bene­
XIX habría sido muy parecida a como fue, aun­ como Asesora del Gobierno Nacional y docente universitaria, actualmente es la Coordinadora del
que la revolución no hubiese tenido lugar, es el
fició a la misma élite terrateniente que la había
Observatorio de Infancia, Adolescencia y Familia ­ Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF­.
tipo de proposición no basada en hechos que empezado (1992, p. 135).
resulta tan poco demostrable como plausible
En el fondo, Hobsbawm considera el revisio­ Cristina Isabel Carmona Portocarreño
(Hobsbawm, 1992, p. 47). Psicóloga egresada de la Universidad Nacional de Colombia. Magister en Psicología Clínica con Énfasis
nismo como el efecto político, en la historiogra­
Cognitivo Conductual de la Universidad Católica de Colombia. Primary Training en la Rational Emotional
Además, Hobsbawm arguye a favor de su te­ fía, del conservadurismo y de la escuela reaccio­
Therapy del Albert Ellis Institute de New York. 10 años de Práctica Clínica Privada en Trastornos del
sis acerca de la gran trascendencia histórica de la naria que surgió apenas tuvo lugar la Revolución.
Estado de Ánimo, soledad, Trastornos de Conducta Alimentaria, Trastornos de Ansiedad y pareja. 6 años de
revolución que los hombres que vivieron en ésta, “Los únicos que siguen atacando a 1789 son los experiencia docente. Participación en ponencias a nivel nacional e internacional en temas asociados al duelo y
la consideraban como un acontecimiento histó­ anticuados conservadores franceses y los herede­ los Trastornos de Conducta Alimentaria. Publicaciones en revistas a nivel nacional e internacional. Miembro
rico decisivo en la Historia Universal. Asimismo, ros de esa derecha que siempre se ha definido a fundador del Grupo TABOR Desarrollo Humano Integral que trabaja a través de herramientas del arte y la
pensban que la Francia contemporánea es un re­ sí misma a partir del rechazo de todo aquello que trascendencia para la Transformación del Ser Humano.
sultado necesario de la Revolución. defendió la Ilustración” (1992, p. 138).
Esteban Arias Ardila
Magister en ciencias de la religión con énfasis en Biblia, Universidad Metodista Sao Paulo Brasil.
Magister en Teología ICFES a través de la U. Javeriana Bogotá (Convalidación). Especialista en teorías
métodos y técnicas de la investigación social, Universidad Pedagógica Nacional. Licenciado en filosofía y
ciencias religiosas, Universidad Santo Tomás de Aquino­USTA. Licenciado en teología Seminario Teológico
Presbiteriano Bogotá.

114 115
Jorge Vergara Estévez
Doctor en filosofía de la Universidad de Paris VIII, Vincennes-Saint-Denis. Investigador asociado al
Grupo de Investigación “Ciudadanía, paz y desarrollo” de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la
Universidad Uniminuto (Clasificación A1 de Conciencias). Profesor del Departamento de Educación de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.

Juan Carlos Marulanda Hernández


Psicólogo de la Universidad Nacional y candidato a magíster of Science en Neurociencia de la Facultad de
Medicina de la Universidad Nacional de Colombia. Hace parte del grupo de investigación en Neurociencia y
Comportamiento de la Universidad de los Andes y soy co-coordinador de la línea de neurofilosofía del mismo
grupo. Participa en el proceso de corrección y edición de la revista de estudiantes de psicología y del boletín
del Colegio Colombiano de Neurociencia (COLNE).

Cesar Augusto Pinzón Torres


Psicólogo de la Universidad Javeriana. Formación en Psicoanálisis en el Campo Freudiano. Actualmente
cursando la Maestría de Estudios Sociales, en la Universidad del Rosario, Bogotá D.C. Docente de Uniminuto.

Victor Eligio Espinosa Galán


Profesional y Licenciado en Filosofía de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, Magister
en Desarrollo Educativo y Social de la Universidad Pedagógica Nacional, estudiante del Doctorado
Interinstitucional Universidad Pedagógica Nacional en la línea de Filosofía y enseñanza de la Filosofía. Es
docente de la Unidad de Ética de Uniminuto. Sus investigaciones han girado alrededor de los temas de la
Educación, la cultura y la filosofía política.

Polisemia No. 13, 112 - 114. Los ecos de la Marsellesa. Dos siglos recuerdan la Revolución Francesa. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Enero - junio de 2012
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