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Anuario IEHS 32 (1) 2017, 207-210

Raúl Fradkin y Jorge Gelman, 2015.  1


Juan Manuel de Rosas. La construcción de un liderazgo político.
Buenos Aires: Edhasa. 475 p.

La joven pisó el umbral de aquella puerta su eco persistente en la vida política del
y tuvo que recurrir a toda la fuerza de su país–, es el de la victoria de Juan Manuel
espíritu, y a su pañuelo perfumado, para de Rosas sobre los unitarios, primero, y
abrirse camino por entre una multitud de
negras, de mulatas, de chinas, de patos, sobre los federales doctrinarios, después,
de gallinas, de cuanto animal ha criado acontecimientos que hacen necesario in-
Dios, incluso una porción de hombres terrogarse sobre las posibilidades trun-
vestidos de colorado de los pies a la cabeza, cadas por la derrota de una de las par-
con toda la apariencia y las señales de
estar, más o menos tarde, destinados a la
tes en pugna, de manera de poder juzgar
horca, que cuajaba en el zaguán y parte sobre la inevitabilidad y el sentido de lo
del patio de la casa de doña María Josefa ocurrido.
Ezcurra, cuñada de don Juan Manuel Rosas, Como puede comprobar el lector por
donde la bella joven se encontraba.
las dos citas del epígrafe, el menosprecio
José Mármol, Amalia. 1
hacia el pueblo por parte de esas dos fi-
Mire, aquí está la bandera inglesa que yo guras antagónicas de la política argentina
he enseñado a respetar [...] a este pueblo no era muy distante. Sin embargo, su re-
yo lo he montado, le he apretado la cincha,
lación con la entonces llamada plebe tuvo
le he clavado las espuelas, ha corcoveado;
no es él el que me ha volteado… características diferentes. Frente al des-
Palabras de Rosas al embajador Gore, el precio que profesaban muchos de los uni-
día de su refugio en la embajada inglesa de tarios y de los miembros de la generación
Buenos Aires, en Lucio V. Mansilla, Rosas. 2 del 37 hacia los sectores populares, se dis-
tinguía el cultivo de una estrecha relación
Un problema relativo al estudio de los de Rosas con ellos, relación con algunos
conflictos del pasado es el de saber si el tintes igualitarios pero que, como lo tra-
resultado fue inevitable consecuencia sunta el texto del epígrafe, estaba desti-
del curso de los acontecimientos o una nada a disciplinarlos. Así lo había explica-
alternativa impuesta por la superioridad do Rosas en 1829 en sus muy conocidas
de alguna de las fuerzas en lucha o, sim- confesiones al enviado oriental Santiago
plemente, efecto del azar. En la historia Vázquez al referirse a “los hombres de las
argentina, uno de los ejemplos más des- clases bajas, los de la campaña, que son la
tacados de lo que acabo de afirmar –tan- gente de acción” y al peligro de “que esa
to por su valor historiográfico como por clase se sobrepusiese y causase los mayo-
1  J. Mármol, 1953 [1855]. Amalia. Novela histórica res males, porque Ud. sabe –le decía el
americana. 5ª edición. Buenos Aires: Sopena, p. 56. flamante gobernador de Buenos Aires– la
2  L. V. Mansilla, 1925 [1898]. Rosas. Ensayo histórico- disposición que hay siempre en el que no
psicológico. Buenos Aires: La Cultura Argentina, p. 131. tiene contra los ricos y superiores.”
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Sin embargo, el matiz de distancia que nueva visión de la economía y de la socie-


transmiten estas palabras no correspon- dad rural, en muchos aspectos muy dis-
día a la permanente actitud afectuosa y tinta de algunos estereotipos provenien-
protectora que Rosas, y también su es- tes de la literatura militante del siglo xix.
posa, Encarnación Ezcurra –algunas de La relación del mismo Rosas con traba-
cuyas cartas a su esposo han tentado la jadores de sus campos muestra así por-
analogía con Eva Perón–, mostraron ha- menores que los muestran como posee-
cia “los de abajo”. Esta modalidad del es- dores de cierta capacidad de negociación
tilo político de Rosas, que unía fácilmente y no como pasivas victimas de opresión.
el cálculo político a la conducta afectuo- Por otra parte, hay asuntos descuidados
sa, es uno de los asuntos más tratados en por la historiografía de la primera mitad
este libro, asunto en el que sobresale, a la del siglo xix que reciben un notable tra-
par de rica información, el enfoque ten- tamiento, como, por ejemplo, las trans-
diente a evitar las deformaciones prove- formaciones, desde 1821 en adelante, en
nientes de las tomas de partido facciosas la justicia de la campaña de Buenos Aires,
en pro o en contra del personaje. Pero cuyo análisis constituye una de las inva-
tampoco emerge de todo ese panorama lorables contribuciones de esta obra a la
la figura de un representante del pueblo historia social rioplatense de esos años.
sino de alguien que busca controlarlo y, En cuanto a la estrategia con la que
asimismo, utilizarlo en las contiendas con Rosas va construyendo su acceso al po-
sus enemigos políticos. der, el detalle de los recursos con que se
1. afirma en él e impone sus condiciones, no
Como lo advierten los autores, este li- sólo a sus adversarios sino a sus mismos
bro es y no es una biografía en sentido es- partidarios, el libro ofrece nuevas revela-
tricto. Su propósito es intentar ubicar a ciones, las que a veces anulan viejas inter-
Rosas en el entramado de relaciones so- pretaciones y otras las convalidan, pero
ciales y económicas de su tiempo para siempre con un apoyo en investigación de
poder interpretar mejor las distintas fa- archivos, que es una de las cualidades más
cetas no tanto de su personalidad como importantes de este trabajo. De ese tipo
de su acción política. En este cometido, el de información, desgranada en varios de
libro ofrece al lector una valiosa reunión los capítulos, emerge la figura de un frío e
de los resultados que la historia econó- implacable ejecutor de los pasos tácticos
mica y social argentina ha logrado en las que consideró indispensables para arribar
últimas décadas por medio de investiga- al completo dominio del poder. Se trata
ciones serias que contrastan con las ver- de un largo proceso de imposición de su
siones facciosas de historiadores adver- voluntad, tanto a los distintos sectores de
sos al personaje como también con las la plebe, desde los trabajadores rurales y
del revisionismo histórico. Por ejemplo, urbanos hasta las “naciones” africanas,
en la descripción del complejo mundo de como también a los sectores medios ru-
relaciones entre estancieros y trabajado- rales y urbanos, y asimismo a la capa más
res rurales el lector puede encontrar una alta de la sociedad porteña; un proceso
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que, más allá de Buenos Aires, fue tam- terrupción de procesos políticos, en 1831
bién el de sometimiento de las élites de y en 1833-35, que se proponían asentar
gran parte del Río de la Plata. constitucionalmente el orden social, pro-
No está ausente del libro la contro- pósitos que escollaron ante la férrea resis-
vertida relación de Rosas con Inglaterra, tencia de Rosas.
distinguiendo en ella lo que concernía a Luego de 1832, ante la emergencia de
la hostilidad de algunos gobiernos britá- un fuerte movimiento por la organiza-
nicos y de sus representantes diplomáti- ción constitucional en el seno de las pro-
cos, del apoyo de la próspera comunidad pias fuerzas federales porteñas, se asiste
comercial británica instalada en Buenos a un fenómeno no inédito en la historia
Aires desde los primeros años de vida in- política. Se trata del momento en el que
dependiente. De la información ofrecida, el representante de un sector social privi-
surge la imagen de una firme defensa por legia su personal ejercicio del poder sobre
parte de Rosas de los intereses de Bue- los intereses que representaba. Así ocu-
nos Aires frente a las potencias europeas, rrió cuando Rosas enfrentó a los federa-
que él revistió hábilmente del carácter de les doctrinarios que buscaban ordenar
causa americana –criterio no comparti- legalmente el uso del poder y los derro-
do por varias provincias afectadas en su tó. Quizás, un examen de las particulari-
economía por la política porteña–, pero dades del lenguaje político de la época,
sin quebrantar su perdurable alianza de especialmente relativo a la distinción en-
mutuo beneficio con Inglaterra, la que tre dictadura –institución considerada
no pudo siquiera ser destruida por el blo- entonces legítima, denominada faculta-
queo de 1845-1850. des extraordinarias– y tiranía –término
2. apropiado para la suma del poder públi-
Pese a estos méritos, un enfoque no co–, puede ser útil ante este giro de los
acertado de esta obra es la afirmación de acontecimientos. Porque como surge de
que la política de Rosas adquirió auténti- los mismos datos expuestos en el libro, los
cos atributos nacionales, ni –como se ex- procesos electorales exigidos por Rosas
pone hacia el final del libro– que “aún sus para legitimar su permanencia en el po-
peores enemigos reconocieron en Rosas der, dadas las condiciones de manipula-
a la persona que supo reconstruir el or- ción y de ejercicio del terror que los con-
den social en una sociedad que había sido dicionaban, carecían del valor que se atri-
profundamente alterada, conmocionada, buye a los mecanismos electorales como
por el fin del orden colonial y el proceso manifestación de la voluntad del pueblo
revolucionario, así como sentar las bases “por libre consentimiento”.
de un nuevo orden político en Buenos Ai- En el Río de la Plata, como en otros
res y en lo que sería luego la Argentina...” lugares de Hispanoamérica, el proce-
(p. 383). Si bien algunos de sus enemigos, so abierto por las independencias impli-
y aún algunos historiadores, manifestaron có la adopción de soluciones políticas –
opiniones similares, tal tipo de afirmacio- régimen representativo con división de
nes implica convalidar como mérito la in- poderes y federalismo– que habían sido
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elaboradas en muy distintos contextos dos rioplatenses, en buena parte efecto


constitucionales, particularmente los de de la política económica de Buenos Aires,
las excolonias inglesas. El esfuerzo por im- condicionaría la frustrante historia del fe-
plantarlas, desde 1813 en adelante, chocó deralismo y del régimen representativo
contra pautas políticas provenientes de su argentino desde 1853 hasta el presente.
antigua constitución de raíz hispana. La Porque, como hemos explicado en otro
fragilidad de los intentos innovadores se lugar, 3 mientras la fundación del Estado
hizo evidente, en los años ‘20, en la acción federal norteamericano fue consecuencia
del propio partido que parecía encarnar- de negociaciones entre los Estados, en el
las, el unitario, con su intolerancia hacia caso argentino fue producto de la volun-
las posturas confederales de la mayoría de tad de un militar victorioso, Urquiza, so-
las provincias y la ruptura de la legalidad bre los débiles Estados provinciales obli-
al derrocar al gobierno legítimo de Buenos gados a abandonar sus pretensiones con-
Aires y ejecutar a su gobernador, Manuel federales en el Acuerdo de San Nicolás
Dorrego. Sin embargo, derrotado el parti- –con excepción del único Estado fuerte,
do unitario, dentro de las fuerzas llamadas Buenos Aires, que, en defensa de su sobe-
federales, se renovaron los intentos de res- ranía, impugnó el Acuerdo, conservando
paldar constitucionalmente el orden so- durante diez años su independencia–.
cial, protagonizados primero por las pro- Pese a esto, el esfuerzo que implica la
vincias de Corrientes y Santa Fe, en 1831, reunión de una notable masa de infor-
y luego, dentro de la propia Buenos Aires, mación y el de analizarla con inteligencia,
por los llamados federales doctrinarios. ofreciendo así, en muchos aspectos, una
Reprimidos en forma cruenta, esos inten- visión innovadora de la historia rioplaten-
tos desaparecerían hasta el derrocamien- se, hacen de este libro, cuyas múltiples fa-
to de Rosas. Es por esto que juzgo que la cetas no es posible reflejar adecuadamen-
sustancia política de los conflictos desata- te en este espacio, un importante hito en
dos desde el seno de la Liga del Litoral en la historiografía de la primera mitad del
adelante requieren, a mi juicio, mejor aná- siglo xix argentino.
lisis que el realizado en esta obra.
3  J. C. Chiaramonte, 2016. Raíces históricas del
Por otra parte, es imprescindible ad- fe­deralismo latinoamericano. Buenos Aires: Sud-
vertir que la debilidad de los demás Esta- americana.

José Carlos Chiaramonte


Universidad de Buenos Aires / CONICET

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