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Fanny Barbera
Profesora titular Escuela de Enfermería. Doctoranda en Enfermería. Directora de Extensión y Servicio. F.C.S
Universidad de Carabobo - Venezuela.
Nelly Arenas
Profesora titular jubilada activa. Dra. En Enfermería Salud y Cuidado Humano. Miembro de la Comisión
Coordinadora del Doctorado en Enfermería Universidad de Carabobo – Venezuela.
Resumen
El yo íntimo de la persona, sólo es tal en la medida en que se trasciende a sí mismo en la intersubjetividad. Por tal
razón, en el campo de las ciencias humanas, es propio preguntarse ¿cómo se hace presenta la intersubjetividad en
la experiencia interhumana del cuidado enfermero? El relatos de vida de 5 enfermeras muestra entre otras
categorías, la intersubjetividad, que desde la perspectiva que la experiencia de enfermería significa “ponerse en
lugar del paciente”, imprimiendo en el discurso de la enfermera un yo íntimo personal que trasciende al otro, en
busca de reconocer, comprender y de sentir el yo mismo como el yo del otro.
De esta manera la empatía como respuesta humana compleja es un cuidado trascendental, que promociona la
vida, da sentido de existencia y expresa la visión antropológica de enfermería en dimensión de intersubjetividad
como expresión de encuentro y dialogo humano. El “el ponerse en lugar del paciente” planteada en el contexto de
la antropología parece mantenerla en el modelo religioso, en cuanto que la filosofía de la trascendencia humana es
corriente del cristianismo
Palabras Clave: Intersubjetividad, empatía, compasión, cuidado trascendental.
Introducción.
A partir de Florence Nightingale, las enfermeras se han propuesto cambiar su modelo religioso por un modelo que
las acerque a las ciencias y las aleje de la caridad. Por muchos años ha intentado legitimar su práctica en la sociedad
científica cartesiana, construyendo modelos, procesos y diagnósticos de enfermería que interpretan a las personas
como seres biopsicosociales y espirituales en búsqueda del equilibrio, homeostasis o adaptación a su medio
ambiente.
En ese contexto, el papel de enfermería limitó la intersubjetividad a la observación de la apariencia, los síntomas,
los signos vitales y los resultados de prueba de diagnóstico, cuyos datos son reunidos para asignarles un significado
estándar llevado a fórmulas diagnósticas que reducen al paciente a una realidad objetiva (1).
Aun así, un estudio realizado en 1998 descubre en el discurso del cuidado de las enfermeras las categorías: Ayuda,
devoción, amor, caridad y humildad, lo que lleva a la conclusión que la enfermera en su discurso mantiene la práctica
vocacional y religiosa en el modelo de cuidado (2).
A finales del siglo XX, enfermería se perfilaría en el marco de las ciencias humanas, procurando entender el
significando de la salud-enfermedad y el cuidado como experiencia humana. Este significado ha sido construido a
través del compromiso activo con otros, por consiguiente, el concepto de intersubjetividad se vuelve superior, porque
la interacción humana es comunicación, es un compromiso en el proceso de escuchar activo y el diálogo como
estrategia para facilitar la coparticipación de las personas en su cuidado (3)
Pero ¿cómo se interpreta la intersubjetividad desde la antropología filosófica? ¿Se refleja la intersubjetividad en el
discurso de la enfermera (o)? ¿Y de qué manera la intersubjetividad es parte del modelo de pensamiento
antropofilosófico de enfermería? Inicialmente este artículo presenta los resultados parciales de una investigación
que pretende la búsqueda de las diferentes perspectivas del pensamiento antropofilosófico, que no es más que
sumergirse en el discurso de enfermería a través de relatos de vida sobre su vivencia en la práctica cotidiana,
iniciando así un debate alrededor de las interrogantes planteadas.
El ser humano no sólo existe en el mundo, como si fuese una isla solitaria, sino que se relaciona con el mundo y de
manera especial con los otros seres humanos. Así, la existencia se interpreta como un convivir en esencia y esta
forma de existir, en y desde la convivencia, es la misma esencia que pertenece a lo más íntimo del yo personal, no
se trata por lo tanto, de una condición humana secundaria, sino, de una dimensión constitutiva del ser humano.
De tal manera que, existir es un convivir, un vivir con y entre los otros. Esta convivencia se evidencia en la
transformación del mundo, en las decisiones culturales, políticas, en el trabajo como condición fundamental de la
existencia, en el lenguaje como comunicación (4). Dicho de otro modo, el ser humano no existe, ni puede
desarrollarse sino en la intercomunicación. En efecto, el yo íntimo de la persona, sólo es tal en la medida en que se
trasciende a sí mismo en la intersubjetividad. Sin duda, que la presencia dialogal del tú al yo es esencial en el
proceso del ser humano, desde la misma concepción biológica, hasta el fin de la existencia, es en sí mismo, efecto
de la relación intersubjetiva; es decir, el ser humano en relación con el otro.
Evidentemente, las preguntas surgen de un yo personal, y la comprensión de las respuestas corresponde a un yo
íntimo, que no puede ser reducido a ninguna otra totalidad. Las interrogantes sobre la esencia del ser humano y
sobre el significado de su existencia, hoy como en el pasado, no nacen en primer lugar de una curiosidad científica,
encaminada al aumento del saber. Los problemas antropológicos se imponen por sí mismos, irrumpen en la
existencia y se plantea por su propio peso. La existencia, al hacerse problemática, requiere una respuesta y obliga
a tomar posiciones (5).
De este modo, el ser humano se descubre a sí mismo, como un ser inconforme, que no está acabado, que no
responde determinado por sus instintos animales, que no posee respuestas terminadas a todos sus planteamientos,
un ser que necesita por esencia salir de sí, conocer, proyectarse, transcenderse a sí mismo constantemente; pero
siempre en relación con los demás, ya sea en una relación de conflictividad o de comunión, de identidad o de lucha,
de iguales o de contrarios, de amigos o de enemigos, en una relación de vida o de muerte; lo cierto es, que el ser
humano al ser en sí mismo relación, siempre busca respuestas al sentido de su vida en compañía del otro, desde
cualquier tipo de relación.
Por esto, se hace necesario establecer los niveles de significación y tipos de relación en que se desarrolla el ser
humano, en este sentido, se señalan cinco formas de relación interpersonal: la relación de dominio, la relación de
indiferencia, la relación desde el entenderse, relación de amarse, relación de confianza (5).
La relación de dominio, es la relación en donde se establece una lucha de destrucción entre el yo y el tú, el
crecimiento personal es hacia la muerte, el yo sobrevive en la medida en que destruye y domina al otro. De hecho,
es la relación que se establece desde la perspectiva del pragmatismo radical, en donde el otro se convierte en lo
manipulable, en lo que me produce utilidad, provecho, placer; en definitiva, la relación de dominio es donde el otro
se convierte en objeto, y se le niega su ser como persona.
De allí pues, que en este tipo de relación, el paciente es el que depende del enfermero, el que no puede, el que
tiene que ser ayudado, educado y orientado a decidir y actuar según criterios ajenos a su propia persona; es decir,
el paciente no tendría libertad de ser. El enfermero es concebido como el dominador, el que representa a la
autoridad, el que siempre tiene la razón y el poder dentro del proceso de enfermería.
El paciente se entiende como un cliente a quien hay que explotar económicamente, sacarle el máximo de ganancias
económicas, y si el paciente carece de recurso se transforma en una carga, un estorbo de quien hay que salir lo
más pronto posible, de la manera más cómoda, y a veces se llega a la barbaridad de no querer ni siquiera tocarlo
para no contagiarse.
La relación de indiferencia es el tipo de relación, en donde el otro puede ser cualquiera, en donde cada individuo
se transforma en un número, en un código, en un dato, en uno más de la masa; en un voto, en un soldado, en un
compañero, en el chofer, en el panadero, en el vecino sin nombre, en el paciente de la cama 33. Siendo así, la
relación desde la indiferencia las personas desaparecen como tales, nada importa, un muerto, tres muertos, da lo
mismo; el paciente es el ocupante de un cuarto, de una cama, uno más que es atendido, uno más.
En la relación de la indiferencia las personas desaparecen como tales, nada importa, un muerto, tres muertos, da
lo mismo; el paciente es el ocupante de un cuarto, de una cama, uno más que es atendido, uno más que muere,
una persona a quien ni siquiera se llega a conocer.
La relación desde el entenderse, se presenta como el primer tipo de relación intersubjetiva de carácter
constructivo, en donde se establece un acercamiento sincero entre dos o más personas que están dispuestas a
compartir ideas, ideales, criterios y formas de vida. Es por ello, que cuando dos personas se entienden, el otro tiene
un rostro definido, posee un nombre particular y significativo; es el amigo, el compadre, mi profesor, mi maestra, mi
vecina, mi paciente, mi enfermera.
La relación desde el amarse, esta forma de relación es personal, se vive desde la intimidad, va más allá del
entenderse, tiene que ver con otras dimensiones de la existencia que trasciende lo profesional, lo familiar, lo vecinal,
lo establecido, en efecto, el amarse es un tipo de relación que está más allá de lo explicable y penetra en el misterio
de la persona humana. Es por ello, que el amor se da sin razones; muchas veces sin entenderse, se da y punto. Sin
Sin embargo, desde lo teórico, es momento de preguntarse: ¿Cuál es el nivel de relación planteado desde la
intersubjetividad empática? Sand (2002) encuentra en su investigación a un grupo de enfermeras las cuales según
Conclusión
El “el ponerse en lugar del paciente” planteada en el contexto de la antropología filosófica hace de la empatía un
cuidado trascendental de enfermería. Lo que parece mantenerla en el modelo religioso, en cuanto que la filosofía
de la trascendencia humana es corriente del cristianismo.
Referencias bibliográficas
1. Pierson W, “Considering the nature of intersubjectivity within professional Nursing” Journal of Advanced
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