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Génesis y ielesis

Ward, cuyo principal interés en el campo de la sociología se enfocaba sobre la


dinámica, describió la estática como una especie de instantánea de que
actividad continua que constituye el funcionamiento de Ias estructuras sociales.
Puesto que las fuerzas sociales son de naturaleza psíquica, la ley fundamental
de la estática social debe tener ese mismo carácter. Por lo tanto, la regla
fundamental de la estática social es ley de parsimonia, la ley del mínimo
esfuerzo.

Ward distingue las leyes, que son enunciados de secuencias uniformes, de los
principios, que explican su modo de operar. El principal interés de Ward, la
dinámica social, se centra sobre los cambios de estructura social. Mientras que
los fenómenos estáticos son controlados por un solo principio, hay tres
principios dinámicos: primero, la diferencia de potencial social, que se
manifiesta principalmente en el cruce de culturas; segundo, la innovación
basada en la invención; y tercero, la conación, o sea el esfuerzo mediante el
cual la energía social se aplica a cosas materiales, dando por resultado
realizaciones humanas. Le deja perplejo a uno leer que esos tres principios son
fuerzas inconscientes que trabajan a favor del progreso social. Ward dice que
el progreso es resultado de la fusión de elementos disímiles, fusión que es
creadora porque de ella nace una tercera cosa nueva y superior a las
anteriores.

Ward presenta seis definiciones y cinco teoremas, todos relacionados entre sí y


comprensivos de una de sus ideas favoritas: la salvación por la educación. Las
definiciones de Ward por lo menos son congruentes con sus proposiciones
fundamentales: la felicidad es el exceso del placer sobre el dolor; el progreso
es el triunfo en el empeño de armonizar los fenómenos naturales con las
conveniencias humanas; la acción dinámica es el empleo del método indirecto
de conación; la opinión dinámica es un concepto correcto de las relaciones del
hombre con el universo; el conocimiento es familiaridad con el medio; la
educación es la distribución universal del conocimiento existente. En lugar de
demostraciones, Ward ofrece alegatos muy elocuentes dirigidos a los
sentimientos de los lectores.
La mente puede concebir ideales de perfección. Ésa es la imaginación
creadora. La mente no puede hacer algo de nada. Pero con esos materiales no
sólo puede reconstruir, sino también construir. Se sabe también que existe
alguna propiedad o fuerza natural y se percibe su acción sobre las cosas
materiales. (El cuerpo se adapta) a dejarse mover de tal manera, que la fuerza
natural conocida lo impulsará hacia el fin percibido." No obstante, resulta difícil
comprender cómo podía Ward considerar genéticos y no télicos principios
como el de la innovación basada en la invención, y el de la conación o esfuerzo
social.

La conación directa se refiere al uso de la fuerza muscular del organismo; sus


leyes son las mismas del movimiento. Cuando la conación es indirecta, (los
obstáculos que se interponen son evitados mediante rodeos (a base de
conocimiento). La conación directa es estéril, no da resultados; la conación
indirecta es mucho más eficaz. Como la conación indirecta se basa en el
conocimiento, la educación la hará más fácil y más frecuente. Por lo tanto —
insiste Ward— la educación debe ser obligatoria y universal. En su análisis de
la telesis, Ward anda muy cerca de considerar a la cultura como materia
importante del estudio sociológico. Para él la sociología es el estudio de las
realizaciones sociales. Llamaba civilización a la suma total de las realizaciones
humanas a la luz cumulativa del conocimiento, y rechazaba la palabra cultura,
que le parecía referirse a las humanidades.

Juicio retrospectivo de Ward

Las respuestas que dio Ward a las cuestiones fundamentales de la teoría


sociológica pueden resumirse brevemente en los siguientes términos: Primero,
no formuló nunca una definición de la sociedad, dando por supuesto que es
cosa en la que todo el mundo está de acuerdo. Hizo muchas observaciones
interesantes relativas a la cultura, implicando la palabra civilización, que para él
era la realización cumulativa y duradera de la mente humana.

Segundo, lo que tomó como unidad para el análisis sociológico fue la fuerza
social, que identificaba con el sentimiento como productora de energía
impulsora. Destacó también otra unidad: el acto individual de imaginación
creadora. Las estructuras sociales nacen y cambian mediante una combinación
de acción dinámica, basada en. el sentimiento, y de imaginación creadora.

Tercero, para Ward, como para otros evolucionistas consecuentes, el estado


de la sociedad en un momento dado y la dirección del cambio social están
determinados por la etapa evolutiva en que se encuentra. Pero esta
proposición no está tan sólidamente concebida en los escritos de Ward como
en otros sistemas sociológicos de tipo evolucionista, a causa de la importancia
que concede a la síntesis creadora, poder primordial de la evolución, y de la
existencia de factores psíquicos de civilización que caracterizan las etapas
finales de la evolución cósmica.

Cuarto, Ward no se planteó nunca explícitamente el problema de las relaciones


de la personalidad con la sociedad y con la cultura, el hombre está sumergido
en el proceso genético, pero al mismo tiempo influye en ese proceso por la
telesis. "El medio transforma al animal, mientras que el hombre transforma el
medio".

Quinto, para Ward la sociología es la ciencia de las ciencias, una síntesis


creadora de todas las ciencias. El difuso contenido de sus tratados sociológicos
está en conformidad con esa opinión. Su teoría de las fuerzas sociales
encarnaba la opinión de que la sociología puede desenvolverse tomando por
base la concepción de una acción mecánica entre las acciones humanas
promovidas por el sentimiento, posición hoy inaceptable.

Conceptos fundamentales de Giddings

Franklin H. Giddings (1855-1931) nació en Shcrman, Connecticut. Aunque


estudió ingeniería en el Union College, empezó a ganarse la vida como
periodista.

Las aportaciones sociológicas de Giddings son dobles. En sus primeras obras


fue esencialmente un evolucionista psicológico. En sus escritos posteriores
acentuó, sin abandonar el evolucionismo, el cuantitatívismo y el conductismo.
Para él, lo mismo que para Spencer y Ward, la evolución era la ley suprema del
devenir en todas las esferas de la realidad. En consecuencia, Giddings creía
innecesario buscar un principio nuevo de interpretación objetiva; bastaba la
evolución a través del equilibrio de la energía- El influjo de esta opinión sobre la
obra de Giddings es muy fuerte. Igual que Spencer, enfoca los problemas de
la evolución social desde los campos de la biología y la etnología y busca en
ellos pruebas convincentes de los hechos sociales. La conciencia de índole,
según Giddings, es un estado de conciencia en el que todo ser reconoce a otro
ser consciente como de su misma índole. La conciencia de índole puede ser
consecuencia de la imitación o de la imposición (coacción). —dice Giddings—,
las mentes individuales actúan las unas sobre las otras de tal manera que
sienten simultáneamente las mismas emociones, llegan a los mismos juicios y
a veces obran de concierto. Mediante esa interacción nace la mente social.

La mente social no es para Giddings una mera abstracción o ficción, sino algo
concreto, aunque exista sólo en. las mentes individuales. La mente social —
advierte en una ocasión— es la actividad mental simultánea de dos o más
Individuos en comunicación los unos con los otros, el acuerdo de las
emociones, ¡os pensamientos y las voliciones de dos o más individuos en
comunicación.

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