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SECRETOS

MUY BIEN GUARDADOS

PEDRO TOMÁS VELA

Mayo 2012
© 2012 Bubok Publishing S.L.
1ª edición
ISBN:
DL:
Impreso en España / Printed in Spain
Impreso por Bubok

Todos los derechos de propiedad intelectual han sido


registrados en

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libro son de libre disposición exclusivamente para el uso
privado, advirtiendo que se prohíbe la utilización y/o la
reproducción de los contenidos, de forma parcial o total,
con fines comerciales o lucrativos.
Para Lucía y Javier

«La vida es el secreto mejor guardado»


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 9
Un problema energético 23
Cuatro problemas 27
Lógica y matemática 37

I - EL HOMBRE DE VITRUVIO 41
Las dos pirámides y la cuadratura del círculo 52
El plano de la meseta de Gizeh 56
¿Un enigma o una casualidad? 59

II – LAS DOS PIRÁMIDES DE GIZEH 65


Pirámides por todo el mundo 71
¿Cómo se construyeron las pirámides? 87
¿Para qué se construyeron las pirámides? 95
Enigmas y teorías 111
Profecías 124
Pirámides y energías 135
Experimentos con pirámides 143
Agua y pirámides 151
El enigma de los sarcófagos vacíos 160
Electricidad en el antiguo Egipto 165
La Gran Pirámide de Keops 178
La Pirámide de la Salud 187

III – LA GRAN ESFINGE 195


La nariz que le falta 206
Simbología de la nariz en Egipto 209

IV - ELECTRICIDAD NATURAL 221


El agua fuente de energía 228
Fenómenos atmosféricos 240
Electricidad en las tormentas 257
Electricidad en erupciones volcánicas 261
Investigar para comprender 269
Aerolitos misteriosos 276
Clima y salud 284

V – BIOELECTRICIDAD 289
Electricidad natural 290
Generación de bioelectricidad 296
El impulso nervioso 303
El sistema olfativo 321
Respiración y energía bioeléctrica 336
Respiración y prana 347

VI – LA ENERGÍA EN EL FUTURO 355


Electrostática 359
Termodinámica y entropía 365
Representación dinámica de la materia y la energía 370
Electricidad y pirámides 382
Investigar y experimentar 395
El Arca de la Alianza 404
Imágenes invertidas 417

VII - LA FUERZA DE GRAVEDAD 421


Las cuatro fuerzas de la naturaleza 425
El movimiento absoluto del sistema solar 429
La esfericidad de los astros 439
El peso de los cuerpos 453
Levitación 456
Antigravedad 460
Dominar la gravedad 464
“Discos alados” 472
“Zumbidos de abejas” 476
“Platillos volantes” 481
Vibraciones y estructuras 485

EL MUNDO DE LOS SUEÑOS 494

BIBLIOGRAFÍA 505
Para documentar los temas que se abordan en este
trabajo ha sido imprescindible seleccionar la información,
las citas y las referencias utilizadas entre numerosísimas
fuentes existentes, en especial en todo lo relacionado con
la civilización y la cultura del antiguo Egipto, acerca de
las cuales, relatos, opiniones y datos históricos, resultan
ser por lo general muy similares, ya que se reproducen en
todo género de libros, revistas especializadas y otras
publicaciones que abordan esa clase de temas. Gran
parte de la información, de las referencias y de las
imágenes utilizadas se encuentran disponibles en
numerosas páginas web en Internet, y en especial en
Wikipedia, la enciclopedia de contenido libre.
Con el propósito de lograr que la información resulte
lo más completa posible, igualmente ha sido necesario
utilizar la transcripción de numerosas citas y referencias,
especialmente destacadas, las cuales figuran citando las
fuentes y sus autores, ya que en numerosos casos
corresponden a libros y revistas especializadas con los
derechos de propiedad intelectual reservados y no está
autorizada su reproducción.
Para ampliar o acceder al contenido de dichas citas e
informaciones se detallan en el apartado ‘Bibliografía’ los
libros más significativos, sus autores, las editoriales y los
datos de publicación.
9
 

INTRODUCCIÓN

¡En verdad, lo mágico está a la vista!

Los secretos muy bien guardados son conocimientos


o informaciones de las ciencias, las artes, las religiones, o
de la propia Naturaleza, cuya existencia suele estar a la
vista o al alcance de todos, de tal forma que apenas se
perciben de ellos pequeños signos o señales, o sutiles
indicios, o meros detalles que suelen escapar a nuestra
atención, que pasan desapercibidos porque nadie repara
en ellos, y serán desconocidos para todos aquellos que no
sean capaces de intuir su presencia, y también porque
acaso nadie los identifica como tales, o no se les dedica la
observación y el estudio necesarios para desentrañarlos y
lograr su comprensión.
Desde la más remota antigüedad, todas las culturas
y civilizaciones ocultaron muchos de sus conocimientos
porque los consideraban sagrados, o por ser creencias de
religiones o supersticiones que les llevaron a creer que
estaban dotados de ‘poderes ocultos’, y por tanto solo
podían tener acceso a ellos las castas privilegiadas y
dominantes, y de esa forma su finalidad era mantenerlos
fuera del alcance de los profanos, del vulgo, de las clases
bajas, para impedir que fueran mal utilizados, y también
para evitar que pudieran ser ‘robados’ por enemigos o
invasores. Los conocimientos sobre religión, astronomía,
las artes y las ciencias, eran cuidadosamente ocultados
por los antepasados, utilizando símbolos o lenguajes que
10 
 

no tenían ningún sentido para quienes no estuvieran al


corriente, de tal forma que solo fuera posible acceder a
esos conocimientos para aquellos que formaran parte de
esas castas y además fueran ‘iniciados’ en las claves que
permitían alcanzar su comprensión.
No ha de haber ninguna duda de que el logro y el
avance en los conocimientos que alcanzaron nuestros
antecesores en el pasado más remoto, fueron fruto de la
observación y el estudio de todos cuantos fenómenos
tenían su origen en la naturaleza, en la tierra, en la
atmósfera, en los mares, en los astros, en el firmamento,
que lógicamente llamaron la atención y asombraron en
todas las culturas, y les llevaron a adoptar creencias, ya
que atribuyeron su origen, sus causas, o poderes a seres
superiores, a dioses, o a fuerzas sobrenaturales. Todo ello
llevó al nacimiento y desarrollo de ciencias y religiones, y
los que detentaron el poder, siempre se preocuparon por
guardar esos conocimientos con el mayor de los secretos,
aunque en ocasiones optaron por representarlos de forma
simbólica en objetos o monumentos, mediante signos,
dibujos, esculturas, relieves o construcciones.
«Quizás los antiguos nunca tuvieron la intención de
ocultar, por quienes así lo dispusieron, la sabiduría que
transmitían en los textos, tradiciones o monumentos. El
enigma no se encuentra en la cosa misma, sino que es el
resultado de nuestro propio entendimiento, de nuestras
facultades y nuestra inteligencia, que no son adecuadas
para la mentalidad según la cual expresaron las ideas, y
justamente es esto lo que nuestra educación actual nos
impide admitir.»
También a lo largo de la historia han existido grupos
religiosos, hermandades, sociedades secretas, hombres
de ciencia, artistas, destacados personajes, que se vieron
en la necesidad de ocultar sus descubrimientos o sus
creencias para evitar ser perseguidos y quemados en las
hogueras al ser considerados herejes por las autoridades
eclesiásticas de sus épocas.
11
 

Muchos de esos conocimientos de los antepasados


permanecen ocultos o sus enseñanzas se perdieron en el
transcurso de los tiempos, porque las construcciones, los
documentos o los símbolos donde quedaron reflejados
fueron destruidos por la acción de la naturaleza, o por el
fuego y la ignorancia de invasores y ‘conquistadores’.
Existen por todo el planeta numerosísimos vestigios y
ejemplos, espacialmente las grandes construcciones en
piedra que han sobrevivido al paso de los tiempos, y que
continúan intrigando a los investigadores y expertos,
porque no se encuentran explicaciones racionales que
justifiquen determinados hechos o indicios que escapan a
la ciencia. Algunos de esos monumentos, en los aspectos
que se refieren a los métodos constructivos, a las técnicas
empleadas, a los fines para los que fueron levantados,
como veremos, siguen constituyendo auténticos enigmas,
problemas complejos, cuyas respuestas solo son posibles
mediante teorías o supuestos, y de los que alcanzar su
comprensión podría representar el acceso a nuevos y
sorprendentes conocimientos que realmente, como así lo
consideran muchos estudiosos, parece que su origen solo
puede ser atribuido a ‘seres superiores’.
Parece que lo más lógico sería creer que la sabiduría
y los conocimientos que alcanzaron esos antepasados,
fueron fruto del esfuerzo, de la observación, del estudio,
del análisis, la recopilación y la transmisión de aquellos
fenómenos o aspectos cuyo origen está en la propia
Naturaleza, que les causaron asombro, temor, curiosidad
y el deseo de buscar los motivos y la explicación de sus
causas, atribuyendo en muchos casos, aquellos en que
no encontraron respuestas racionales, a un origen divino,
sobrenatural y sagrado de esas causas. Los ‘secretos
mejor guardados’ pues, son todos aquellos que nos ha
reservado la Naturaleza a los seres humanos; son los que
rodean nuestras vidas; casi todos han estado y siguen
estando tan a la vista que la mayoría nos suelen pasar
desapercibidos, hasta que alguien repara en ellos, a
través de la observación, el estudio y la investigación.
12 
 

Son los ‘secretos’ que están en las fuentes de todos


nuestros conocimientos, y por qué no, poder alcanzar su
comprensión quizás sea uno de los fines primordiales de
nuestras existencias.
Hay ‘secretos muy bien guardados’ de los que sí se
intuye su presencia, porque se perciben los indicios o los
efectos que causan, y cuyo conocimiento puede lograrse
mediante el esfuerzo y la dedicación, ya que alcanzar la
comprensión de los mismos requiere recorrer diferentes
etapas, es decir, se precisa tener una preparación previa,
para ir desvelando, ir conociendo y comprendiendo los
aspectos más superficiales primero, los más simples o
elementales, para poder ir progresando, accediendo a las
siguientes etapas, cada vez más complejas, y así de forma
sucesiva, hasta abarcar el conocimiento en su conjunto.

«Las enseñanzas de las antiguas religiones


mistéricas eran unos secretos muy bien guardados.
Todos los iniciados hacían un juramento, e incumplirlo
se pagaba con la muerte. Sin embargo, estos secretos
se guardaban solos. Son los ‘secretos sagrados
abiertos’, escritos en el lenguaje de la naturaleza, en
el movimientos de los astros y en el canto de los
pájaros. Las respuestas están claras para todos
aquellos que sean capaces de mirar y de escuchar con
una mente que no está ofuscada por la opinión de los
demás.»

Hermética. Timothy Freke y Peter Gandy

Cuando se escribe por ilusión se corre el riesgo


de que tras cada línea, frase o párrafo se cuelen
torpezas, tonterías y hasta alguna barbaridad.
13
 

La inteligencia

La observación, el estudio y la investigación son los


fundamentos del progreso del ser humano: para conocer
y comprender la realidad que se oculta, deberás aprender
a buscarla... deberás potenciar tu inteligencia.
La inteligencia es uno de esos secretos muy bien
guardados de los seres humanos. Somos conscientes de
su existencia, de su importancia en el devenir cotidiano
de nuestras vidas, pero acaso no dedicamos el esfuerzo y
la constancia necesarios para procurar mejor desarrollo y
plenitud. Resulta curiosa la paradoja de que, por una
parte, podamos ser conscientes de que las capacidades
intelectuales que utilizamos de nuestro cerebro son muy
inferiores a las que efectivamente éste podría en teoría
llegar a alcanzar, y por otra parte, actuemos de forma tan
inconsciente despreciando esas limitaciones a las que
estamos sujetos.
Puede resultar superfluo sugerir cosas que por sí
mismas parecen evidentes, como que hemos de aprender
a utilizar nuestra propia inteligencia para poder discernir
con libertad, entre lo cierto y lo incierto, entre la verdad y
la mentira, entre lo verdadero y lo falso, entre lo posible y
lo realizable, entre la realidad y la ficción. Más por
superfluo que nos parezca expresarlo, si no delimitamos
los conceptos y los conocimientos con nuestra propia
inteligencia, otros lo harán por nosotros, otros tratarán
de influir en nuestra voluntad, nos manipularán, nos
falsearan la realidad y nos esconderán la verdad.
Louis Charpentier, un periodista y editor francés, es
autor de diversos libros que destacan por estar dedicados
al estudio de nuestros antepasados, a los conocimientos
que tuvieron y a los secretos que guardaron. De entre
esos libros se recogerán algunas de sus ideas y datos, a
modo de referencias que resultan interesantísimas, y de
entre ellas, seleccionamos unas primeras citas que nos
han de servir de reflexión y de apoyo para comprender el
14 
 

sentido de muchos de los aspectos que se desarrollarán


en este libro.
«La ciencia tradicional es una ciencia, con todo lo
que este término puede entrañar; más completa, sin
duda que la ciencia actual que, con microscopio o con
telescopio, sigue no viendo el Universo más que ‘por
fuera’, al no poseer el ‘intus lectio’, la posibilidad de ‘leer
por dentro’ -¿acaso no es esa la etimología de la
inteligencia?-. Y es, en tanto que ciencia, generadora de
‘poder’, que ha sido conservada secreta, escondida,
oculta.»
O esta otra, en la que nos proporciona una inmensa
luz sobre la influencia que ejercen sobre los hombres las
diversas religiones y las ideologías.
«Todo ello parte del principio bíblico admitido en el
cristianismo: “Aquel que no está conmigo, está contra
mí...” Y lo cierto es que todos nosotros vivimos dentro de
ese estado de ánimo, pues dicho principio ha desbordado
el plano religioso para introducirse en la vida corriente y
en la vida política. Partiendo de aquí, si usted no está
“pro”, es considerado como “anti”, aunque sea usted
perfectamente indiferente. Y se llega a tal grado de
estupidez que la gente se golpea en el rostro, en nombre
de la no violencia, si es preciso... Ese estado de ánimo se
ha extendido asimismo a las ciencias, y principalmente a
la llamada “histórica”, de ahí la sistemática alteración de
todo aquello que, en el pasado, no se ajusta a la
revelación, sea ésta religiosa o laica. Esto no facilita el
conocimiento. Todo aparece deformado, porque estamos
condicionados por las autoritarias decisiones de los
pontífices de la moral, de los pontífices de la política o de
los pontífices de la historia. ¿Se sabrá alguna vez el daño
que los sacerdotes, católicos o protestantes, han hecho al
cristianismo, que los personajes del saber han hecho a la
ciencia, los moralistas a la moral, los marxistas y demás
leninistas al socialismo, y los historiadores titulares han
causado a la Historia?»
15
 

La estupidez

Aristóteles, uno de los filósofos más destacados de la


antigua Grecia, afirmó que difícilmente se llegarían a
conocer los límites del conocimiento humano, «pero de lo
que sí podemos estar completamente seguros es de que
jamás se conocerán los límites de la estupidez humana,
puesto que esta es infinita».
También Albert Einstein, científico extraordinario,
dejó esta constancia de su opinión acerca de la estupidez,
cuando afirmó: «Hay dos cosas que son infinitas: el
Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy
seguro.»
La estupidez humana es un tema inagotable del que
se podrían escribir innumerables libros que recogieran
infinidad de acontecimientos anecdóticos que fueron, han
sido y serán protagonizados por personas guiadas por su
propia estupidez, aunque irónicamente parece que para
la inmensa mayoría les pasa desapercibida. La estupidez
es como un defecto de la inteligencia, una deformación
que está presente en todos los seres humanos, y creemos
conocerla y nos esforzamos en evitarla, pero muchas de
las acciones cotidianas que realizamos nos muestran que
actuamos como si la ignoráramos. Es una actitud que
acaso observamos muy bien y con relativa frecuencia en
nuestros semejantes, lo cual nos debería servir de ayuda
para mejorar nuestras propias actitudes, o para evitar
comportamientos que en otros consideramos ridículos. A
pesar de ello, con mucha frecuencia, la ignoramos en
nosotros mismos, porque somos incapaces de prestar
atención a nuestras propias limitaciones o carencias.
Como dice el refrán, solo ‘vemos la paja en el ojo ajeno’.
En cualquier caso, en pocas ocasiones la percibimos en
su total dimensión y es que la estupidez, como muchas
otras cosas en la vida, tiene diversos grados. Dentro de
esa escala imaginaria de graduación de la estupidez nos
encontraríamos todos los seres humanos. Una escala que
16 
 

comienza cuando actuamos ignorando o despreciando lo


que necesariamente deberíamos conocer. Subimos grados
cuando, siendo conscientes de lo que sabemos, actuamos
como si lo ignoráramos. Seguimos subiendo más, cuando
conociendo los riesgos o consecuencias de los propios
actos, actuamos despreciándolas.
Un ejemplo evidente de todo esto es cuando fruto de
la propia estupidez se llegan a realizar acciones de riesgo
‘sin conocimiento’, que pueden llevarnos a perder nuestra
propia vida, o la de nuestros seres más queridos, o a
quitársela a nuestros semejantes.
LA ESTUPIDEZ... con mayúsculas, es una ‘cualidad’
que es perfectamente definida por Carlo María Cipolla, un
historiador económico, en sus Leyes Fundamentales de la
Estupidez: «El estúpido no sabe que es estúpido. Esto
contribuye poderosamente a dar mayor fuerza, incidencia
y eficacia a su acción devastadora (…) Con la sonrisa en
los labios, como si hiciese la cosa más natural del
mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a
perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida y
el trabajo, hacerte perder dinero, tiempo, buen humor,
apetito, productividad... y todo esto sin malicia, sin
remordimientos y sin razón. Estúpidamente».
Y concluye: «La capacidad de hacer daño que tiene una
persona estúpida depende de dos factores principales: del
factor genético y el grado de poder o autoridad que ocupa
en la sociedad».
17
 

La sabiduría

La sabiduría es una facultad que nos ayuda a poder


superar los límites que rodean todas aquellas cosas que
suponen acciones de difícil realización como, por ejemplo,
ver lo que parece invisible, probar lo improbable, hacer lo
irrealizable, lograr lo inalcanzable, creer en lo increíble...
en fin, aquellas cosas cuyos límites nuestros sentidos no
logran atravesar, o porque solo son barreras ficticias, o
porque fueron puestas, intencionada o equivocadamente,
por personas de espíritu quebrantado por las ideologías o
por creencias irracionales.

« ¡Dichoso el hombre que ha encontrado la Sabiduría;


bienaventurado el que progresa en la inteligencia! Porque
su comercio es mejor que el de la plata, y el provecho que
se obtiene de ella mejor que el del oro más fino. Es más
preciosa que las perlas, y todas las cosas deseables no
valen nada frente a ella. En su mano derecha lleva la
larga vida, y la gloria en su izquierda. Sus caminos son
agradables, y todos sus senderos están repletos de
prosperidad. Es el árbol de vida para los que la abrazan, y
todos los que la conservan son bienaventurados. El Eterno
ha fundado la tierra por Sabiduría y ha consolidado los
cielos por la Inteligencia.»
Salomón (Proverbios III, 13-19)

La sabiduría es la llave para comprender aquello que


otros ocultaron o lo hicieron incompresible, y la que os
permitirá llegar a conocer las claves de los innumerables
secretos que todavía guarda la naturaleza para aquellos
que buscan alcanzar nuevos conocimientos mediante el
estudio, la investigación, la experimentación, el esfuerzo,
la dedicación y la constancia. Y es que la mayor fuente de
la sabiduría es la experiencia.
18 
 

Las fuentes de los conocimientos

«El saber no está almacenado en un solo lugar, sino


disperso por sobre toda la superficie de la tierra.»
Paracelso

La sabiduría, la inteligencia, y la estupidez, son tan


solo breves ejemplos utilizados para presentar el sentido
en que ha de interpretarse el concepto de ‘secretos muy
bien guardados’, por el significado de muchos aspectos
que están tan íntimamente ligados al devenir de nuestras
vidas, y que nos resultan tan evidentes porque solo los
vemos superficialmente, cuando en realidad es como si
permanecieran ocultos, ya que nos cuesta ver y entender
el verdadero alcance y el significado de los mismos.
En este mundo es posible buscar y encontrar una
solución o una explicación coherente y hasta real para
todos aquellos aspectos o fenómenos que son físicamente
observables, estableciendo para tal finalidad los métodos
apropiados, que serán las vías que nos lleven a encontrar
esa explicación o a lograr su comprensión. Los métodos
son absolutos por definición, o relativos por comparación,
El método absoluto, lo analógico, es todo aquello que es
directamente observable en la naturaleza, como pueden
ser, por ejemplo, el movimiento de rotación de la Tierra,
el movimiento de los astros, el discurrir del tiempo, o el
trazado de una circunferencia con el compás. El método
relativo, lo digital, es el resultado observable a partir de la
representación de lo analógico en patrones de unidades
medibles, para ser comparadas o valoradas, tendiendo a
que todo sea reducido a números, a dígitos, o fórmulas,
como por ejemplo, el tiempo que la tierra tarda en dar un
giro, o una órbita alrededor del sol, o la medida del
tiempo expresada en un reloj de dígitos, o la medida de la
longitud de una circunferencia en relación con su radio.
Lo absoluto es lo real, y lo relativo es su representación
comparativa.
19
 

El planeta que habitamos es como un vehículo en el


que viajamos por el espacio, durante el tiempo en que
transcurren nuestras existencias. Las preocupaciones y
esfuerzos que nos rodean en el devenir cotidiano, habrían
de estar dirigidos a utilizar y a conservar ese ‘vehículo’
adecuadamente. Al menos tres deberían ser los objetivos
primordiales que nos deberían guiar mientras dura ese
viaje y nuestra estancia: Obtener en él lo necesario para
mantener la supervivencia, acondicionarlo para tener una
mejor comodidad, y conservarlo tal como lo encontramos
para las generaciones que seguirán viajando en el futuro.
En la consecución de esos objetivos disponemos de
una herramienta maravillosa, como es nuestro cerebro, el
instrumento que pone a nuestro alcance la posibilidad de
llegar a conocer y comprender cuanto nos rodea. Quizás
sea otro de los objetivos primordiales de nuestra estancia
pasajera en este planeta: Acumular en nuestra memoria,
en nuestra mente, información y conocimiento de cuanto
nos rodea, además de las vivencias que acaecen en cada
instante de nuestro devenir cotidiano.
Habitualmente solemos buscar lo que necesitamos
conocer, saber o aprender en los libros. En los libros se
encuentra de todo, o mejor dicho, casi todo. Es posible
que únicamente encontremos información, o aquello que
otros plasmaron de las cosas que conocieron o cómo las
aprendieron. En realidad, lo que plasmaron fueron sus
propias versiones, sus puntos de vista de aquellas cosas
que intentaron conocer o comprender. Y muchas veces lo
plasmaron con importantes lagunas, con falta de criterio,
con falta de rigor en cuanto a la verdad, o con la
intencionalidad interesada de ocultar la realidad, de
retorcerla, e incluso de borrarla. En ocasiones accedemos
a libros que no son tales. Hay que tener muy presente
esto. Los libros que han de considerarse como fuentes de
los conocimientos son aquellos en los que sus autores
trataron de plasmar la realidad de las cosas. Hay libros
en los que la realidad es tan solo ficción, son novelas,
historias, poesía, teatro, o cuentos, por que únicamente
20 
 

tratan una realidad distorsionada, inventada, ficticia y a


veces hasta manipulada. Hay que tener cuidado con esos
libros y saber distinguirlos.
Especialmente, los libros destacados para adquirir
verdaderos conocimientos son aquellos que tratan sobre
las ciencias de la naturaleza, de la vida. Cualquier clase
de ciencias. Las fuentes de esos conocimientos siempre
fueron los elementos y los fenómenos que ocurren en la
naturaleza. Y esas fuentes resultan inagotables. Además
cuesta grandes esfuerzos alcanzar y llegar a comprender
el fondo de muchos de esos fenómenos. De hecho, la
naturaleza es la principal fuente del conocimiento de los
seres humanos, y de alguna forma, el avance y el logro
progresivo de los conocimientos que se van acumulando
constituyen la evolución de la historia de la humanidad.
Desde la más remota antigüedad nuestros antepasados
fueron conociendo y comprendiendo las causas y las
consecuencias de los fenómenos de la naturaleza, fueron
abriendo vías, puertas y ventanas de esos conocimientos.
Mediante la observación, la meditación, el estudio y la
investigación se ha llegado a acumular los numerosos
conocimientos a los que podemos acceder actualmente.
Y todavía hoy siguen descubriendo nuevas puertas y
ventanas a nuevos conocimientos que tan solo hace unos
pocos años resultaban inalcanzables o incomprensibles.
Y todavía existirán muchas otras más que abrir, ya que
parecen inagotables los conocimientos y los fenómenos
que quedan por descubrir, por conocer y por comprender.
En este libro trataremos de señalar algunos aspectos
de conocimientos que todavía esperan ser comprendidos,
o tan sólo porque pueden ser enfocados desde puntos de
vista muy simples o diferentes a como son considerados
algunos conocimientos ‘oficiales’.
También se consideraran algunos conocimientos que
pudieron haber sido ‘muy bien guardados’ por nuestros
antepasados, quizás porque los dejaron ‘discretamente’
ocultos de forma intencionada, por circunstancias que
nos resultarían de difícil comprensión. En el fondo, este
21
 

documento tratará de aportar una visión sencilla, nueva


o diferente sobre algunos conocimientos o fenómenos que
habitualmente suelen pasar desapercibidos en nuestro
devenir cotidiano.

«La ciencia de la vida es, por ende, la ciencia suprema


y el arte de vivir, la mejor de las artes. Siempre ha habido
personas que han buscado la verdad, dispuestas a
reconocer la superioridad de lo eterno con respecto a lo
temporal, que se han dedicado a dominar la vida y han
perpetuado de una generación a otra el conocimiento y la
aptitud que acumulaban.»
Manly P. Hall
22 
 

Los “secretos muy bien guardados” que se van a


abordar en este libro, son tan solo pequeños ejemplos de
definir cómo se pueden enfocar determinados problemas
o cómo ha de observarse lo que nos rodea, aquello que
nos llama la atención, especialmente cuando buscamos
superar una situación, encontrar una solución diferente,
o comprender nuevos conocimientos. Por regla general, y
suele ser habitual, nos enfrentamos a situaciones en las
que hemos de buscar entre arquetipos, en conocimientos
o teorías que nos encasillan, nos oprimen, o condicionan
nuestras decisiones o nos impiden ver las cosas de forma
diferente, nueva, o sencillamente nos ocultan la realidad,
incluso porque esa realidad fue manipulada o destruida
interesadamente. Los ejemplos que trataremos destacan
porque por diversos motivos son ‘secretos’ que parecen
estar todos ellos relacionados entre sí, y de forma muy
especial, porque parecen tener alguna vinculación con el
antiguo mundo de los egipcios, del que no resultaría muy
utópico afirmar que los conocimientos que alcanzaron en
aquella época los guardaron muy bien, probablemente
para asegurarse de que se transmitieran en el tiempo,
para que llegaran hasta el futuro, hasta nuestros días,
pues únicamente eran conocidos por un círculo cerrado
compuesto por personas privilegiadas, los faraones, los
sacerdotes, los arquitectos, que diseñaron y construyeron
las Pirámides y los Templos del antiguo Egipto, en el
entorno de una misteriosa y extraordinaria civilización.

Si quieres ver, tienes que abrir tus ojos...


Si quieres comprender, tendrás que abrir tu mente...
Si quieres ser libre, deberás aprender a discernir
... entre percepción, conocimiento y sabiduría.
23
 

Un problema energético
El ‘dibujo de Leonardo da Vinci’, las ‘dos Pirámides
de Gizeh’, la ‘Gran Esfinge’, la ‘electricidad natural’, la
‘bioelectricidad’, la ‘energía del futuro’ y la ‘fuerza de
gravedad’, son los temas que se van a abordar con una
intencionalidad específica, sin condicionamientos previos,
y ajenos a metodologías oficiales o científicas. Son temas
que representan incógnitas tras las cuales se esconden
pequeños detalles, indicios interesantes, o enigmas que
señalan enseñanzas cuyas explicaciones o comprensión
todavía no se han logrado, o guardan conocimientos que
han pasado desapercibidos, o que nadie reparó en ellos, o
que fueron considerados marginales y no les otorgaron la
importancia que requerían, o porque en su trasfondo
permanecen ocultos ‘secretos muy bien guardados’ que
esperan ser desvelados, y porque presentan conceptos
que son comunes, o están interconectados entre sí por
extraños vínculos de difícil comprensión.
Por regla general, las soluciones en determinados
problemas han de empezar a buscarse tras el enunciado
de los mismos, pues las claves para resolverlos suelen
estar ocultas en el sentido o el significado de las palabras
que los componen. También, y muy especialmente, el
planteamiento correcto de un problema puede suponer
siempre el mejor camino para encontrar su solución.
El objetivo final que se perseguirá en este libro, y
alrededor del cual va a girar todo cuanto se va a tratar, es
cuestionar la escasez atribuida a determinados recursos
energéticos, por su previsible rápido agotamiento por los
consumos que experimentan crecimientos exponenciales,
y ante la falta de alternativas consistentes, al menos en
cuanto a energías que posibilitan la movilidad autónoma
y consecuentemente, se tratará de señalar algunas vías
donde buscar las alternativas para resolver ese problema,
o al menos, apuntar hacia posiciones de reflexión que nos
sirvan de referencia para encontrar soluciones eficientes.
24 
 

Y el planteamiento general ha de consistir en algo


semejante a un simple juego, como el de resolver una
adivinanza, para lo cual requerirá recopilar informaciones
o datos que nos parezcan de utilidad, para luego buscar
entre esas informaciones algo que suponemos que existe
y que está escondido en alguna parte, que desconocemos
en qué forma lo está, y de lo que no sabemos ni dónde ni
cómo lo encontraremos, ni si llegaremos a comprenderlo.
Sí sabemos que muchas más personas están tratando de
resolver ese problema o están buscando nuevas vías para
encontrar esas soluciones. En el fondo, sería una de las
formas o vías en los que se suelen encontrar los nuevos
conocimientos, por la observación y la experimentación,
aunque los hay que se descubren por el simple azar... o
por haber llegado a desvelar secretos que estaban ‘muy
bien guardados’.
El problema de las necesidades energéticas a escala
mundial se viene produciendo desde hace más de cuatro
décadas, cuando se produjo la conocida como ‘crisis del
petróleo’ en la década de los 70, por la decisión de varios
países árabes exportadores de petróleo. Desde entonces,
se adoptaron medidas encaminadas a encontrar nuevas
materias y nuevos sistemas para la obtención de energías
alternativas con las que suplir las energías tradicionales,
principalmente las producidas por la energía nuclear y
por el petróleo.
Quizás no sea exactamente un problema de medios
para obtener nuevas energías, o de escasez de productos
energéticos, sino más bien sea un problema de costes de
las energías que consumimos, o también porque en gran
medida sea un problema auspiciado intencionadamente
por grandes grupos económicos con muchos intereses en
que se consuman determinados tipos de energías. Todos
son conscientes de que la mejor alternativa a las energías
fósiles o nucleares, habría de ser una materia o sistema
diferente del que se obtenga la electricidad, de una forma
limpia e ilimitada, ya que sería la energía ‘ecológica’ por
excelencia, porque no contamina y porque la fuerza que
25
 

genera puede utilizarse para cubrir cualquier necesidad


energética, para desarrollar todo tipo de trabajos o para
proporcionar fuerza motriz con autonomía.
Personas con preparación científica y académica, con
mucha experiencia y grandes recursos a su disposición,
desde hace ya varias décadas buscan esas alternativas,
por todas partes, pero hasta la fecha todavía no se ha
encontrado esa solución ‘ideal’ y satisfactoria para suplir
las fuentes energéticas, aunque se han experimentado
notables avances, pues ya se han desarrollado y están en
funcionamiento muchas y nuevas formas de producción
que se conocen como ‘energías alternativas’. Quizás se
tiene muy claro lo que se busca y cómo y dónde buscarlo,
pero todavía se desconoce cómo o donde lo encontrarán.
Se conocen teorías que confirman que las soluciones son
posibles, y por tanto que las soluciones reales existirán.
Veamos un planteamiento muy elemental y breve de
esas formas sobre cómo o dónde están buscando nuevas
fuentes de energía. Buscan sustituir principalmente el
petróleo, porque, según nos dicen, las reservas se agotan
rápidamente, para lo cual buscan nuevas materias que
produzcan una combustión o una reacción química, para
poder seguir utilizando el funcionamiento de motores, de
explosión o eléctricos, con los que se pueda generar y
utilizar la electricidad.
Se buscan alternativas que permitan la sustitución
de la energía nuclear de fisión, por sus grandes riesgos
en cuanto a accidentes y los efectos contaminantes que
plantea el almacenamiento de residuos radiactivos, por lo
que los científicos tratan de comprender cómo interactúa
la energía en las entrañas de la materia o en los confines
del universo. Las teorías son consecuencia de complejas
formulaciones matemáticas y los medios económicos con
los que cuentan son extraordinariamente potentes. Se
construyen grandes instalaciones en las que se investiga
la fusión nuclear, y para acelerar y colisionar protones
para el estudio teórico de la física de partículas.
26 
 

«Un LHC o colisionador de hadrones, es un complejo


sistema para la aceleración de partículas construido en
túnel de 27 kilómetros de circunferencia, en cuyo interior
se aceleran dos haces de protones en sentidos opuestos
hasta alcanzar el 99,99% de la velocidad de la luz, y se
les hace colisionar entre sí generando altísimas energías,
aunque a escalas subatómicas.»
«Un Tokamak es un complejo aparato que fue ideado
y construido por físicos rusos, que utiliza potentísimos
electroimanes con los que se consigue el confinamiento
magnético del plasma, estado de la materia a muy altas
temperaturas, que se contiene en suspensión dentro de
una cámara de vacío con forma de toroide, evitando así el
contacto con sus paredes, y cuyo objetivo es obtener la
fusión de dos partículas ligeras en una sola partícula
más estable y de peso medio mayor, lo que generaría la
liberación de grandes cantidades de energía.»
Se construyen grandes observatorios espaciales y se
ponen en órbita grandes telescopios, como el ‘Hubble’,
para explorar los confines del Universo, los orígenes de la
energía y de la materia, o la formación de las galaxias. Se
buscan las soluciones en el microcosmos que conforman
los átomos y en la infinitud del macrocosmos que es el
Universo. En definitiva, se trata sin duda de un problema
muy complejo, del que en principio se debe descartar que
la solución sea imposible, aunque sí difícil de encontrar,
o que la solución pase por encontrar nuevas alternativas,
dadas las inmensas posibilidades que ofrece la física de
la naturaleza, de las cuales, seguramente todavía quedan
muchas por descubrir o por comprender.
Un problema que debemos centrar en la búsqueda
de una alternativa directa al petróleo, por ser la forma de
energía que en la actualidad supone dotar de las mejores
posibilidades de autonomía, especialmente en múltiples
usos de desplazamientos individualizados y transportes.
Un problema, en fin, que es causa y origen del que nació
todo cuanto se desarrolla en este trabajo.
27
 

Cuatro problemas
Como dijimos al principio, hemos de plantear este
problema como si se tratara de un juego, y ese juego ha
de ser como una adivinanza, en el que tendremos que
buscar nuevas vías o indicios que nos lleven hasta donde
poder encontrar o desvelar algunos secretos que estarán
‘muy bien guardados’, por lo que comenzaremos el juego
haciendo un planteamiento cuyo objetivo es señalar la
dirección o el camino que nos vaya mostrando cómo se
pueden llegar a descubrir o comprender algunos de esos
secretos. En el fondo, presentaremos unos problemas con
los iremos viendo cómo el contenido de sus enunciados
nos permitirán analizar los objetivos que se pretenden, de
forma que podamos deducir los indicios que nos han de
llevar a comprender las posibles soluciones. Para ello
precisamos hacer los enunciados de problemas teóricos
para, a modo de ejemplo, ir señalando esos caminos que
nos lleven a buscar respuestas allí donde nadie las buscó
o con métodos sencillos que nunca fueron utilizados.
Cuatro son los problemas que vamos a afrontar y los
cuatro guardan alguna relación entre sí. Tres problemas
son de dibujo lineal de geometría elemental y el cuarto es
de lógica natural. Y estos son los enunciados.
El primero: Partiendo de las dos figuras geométricas,
el círculo y el cuadrado del dibujo El Hombre de Vitruvio,
de Leonardo de Vinci, trazar un cuadrado que tenga la
misma superficie que el círculo, utilizando una regla y un
compás.
El segundo: Partiendo de un punto, obtener el dibujo
de un cuadrado y un círculo que tengan las mismas
proporciones a escala que las dos figuras geométricas del
dibujo de Leonardo, utilizando una regla y un compás.
El tercero: Partiendo de un círculo, obtener el dibujo
de las maquetas de dos pirámides que tengan las mismas
proporciones a escala que las dos pirámides de Keops y
Kefrén, en Egipto, utilizando una regla y un compás.
28 
 

El cuarto: Partiendo de las dos pirámides de Keops y


Kefrén, en Egipto, buscar una fuente de energía eléctrica
que posibilite la sustitución de las energías fósiles, y que
proporcione capacidad suficiente de utilización durante
cinco mil años.
A primera vista, son cuatro problemas complejos de
resolver, incluso que sus planteamientos son absurdos o
que solo nos conducirán a una pérdida de tiempo. Sin
embargo, las palabras que componen sus enunciados nos
habrán de servir para acotar, buscar y localizar las
previsibles soluciones. Así, en el primero, tendremos que
utilizar una fotocopia del dibujo citado de Leonardo da
Vinci, medir el radio del círculo y calcular el lado del
cuadrado que tiene su misma superficie, y con la regla o
el compás, localizar dos puntos a lo largo de la superficie
circular cuya distancia coincida con la medida calculada.
Es la forma que nos llevará a encontrar y comprender
cómo se cuadra un círculo, que es la enseñanza ‘secreta’
que guarda el citado dibujo.
En el segundo problema, tendremos que utilizar el
mismo dibujo, efectuar las mediciones de las dos figuras
geométricas, y de otras referencias o claves marcadas por
Leonardo, para encontrar unas proporciones que sean
comunes a ambas, desde una circunferencia inicial, que
en geometría es la única figura que se traza con un
compás a partir de un punto.
En el tercer problema, se han de utilizar las medidas
reales de las dos pirámides citadas, y encontrar la forma
de relacionarlas con la circunferencia, para lo cual será
preciso utilizar alguna de las proporciones que se habrán
localizado con el problema anterior.
El cuarto problema nos puede resultar extravagante,
aparentemente absurdo, casi ridículo, paradójico, aunque
en este caso no se tratará de resolverlo, sino únicamente
de buscar indicios o datos que nos permitan comprender
que la solución es posible y acaso marcar vías o iluminar
caminos que puedan conducir hasta la solución.
29
 

En la andadura marcaremos o prestaremos atención


sobre aquellos indicios que señalan fenómenos que no
están suficientemente explicados, de los que existen gran
diversidad de hipótesis o teorías, pero que ninguna las
explica completa o suficientemente, porque en el fondo
quizás son detalles ocultos que aguardan como ‘secretos’
que todavía permanecen ‘muy bien guardados’
En los Evangelios católicos hay una frase que resulta
propicia para la ocasión. Se atribuye a Jesús cuando dijo:
«Conoce lo que está al alcance de tu vista y lo que te está
oculto se hará claro, porque no hay nada oculto que no
sea revelado.» Aunque se trate de una cita bíblica o de
carácter místico, con la presencia de esa frase en nuestra
mente deberemos analizar las palabras del enunciado de
ese cuarto problema, ya que nos indican inicialmente que
habremos de buscar en el entorno de esas dos pirámides
la información que nos pueda resultar de utilidad para
enfocar las características de nuevas formas de energía
que serán utilizadas en el futuro.
Existen evidencias de la vida en este planeta desde
hace millones de años. En lo referido a seres humanos,
los primeros vestigios o artilugios fabricados por hombres
primitivos que se conservan se remontan hasta hace tan
solo unos treinta mil años. Existe pues un período de
varios millones de años de los que no hay constancia de
que la Tierra hubiera sido habitada por seres inteligentes.
Durante ese período tan prolongado de tiempo, sí se tiene
constancia geológica de que hubo grandes cataclismos
geográficos y climatológicos de magnitud suficiente como
para haber borrado por completo de la faz del planeta
todos los vestigios o pruebas físicas de la existencia de
vida anteriores civilizaciones desaparecidas. Hemos de
considerar por tanto que los seres humanos primitivos
son de épocas muy recientes y que durante miles de años
fueron desarrollando lentamente sus habilidades, hasta
que florecieron las primeras culturas por todo el planeta.
30 
 

Sin embargo, y tan solo hace unos siete mil años, de


una forma casi repentina, se inició una época de la cual
no podemos opinar de la misma forma, porque llevaron a
cabo portentosas obras arquitectónicas que demuestran
que sus autores poseían conocimientos extraordinarios,
ya que necesariamente hubieron de emplear técnicas que
aún hoy resultan increíbles y desconocidas. Fue sobre
todo en la civilización de los antiguos egipcios, durante la
cual realizaron grandes obras en piedra, en las que se
supone que utilizaron fuerzas y técnicas que requerían el
uso de alguna forma de energía mucho más potente que
la fuerza desarrollada por la mano del hombre, quizás
porque utilizaron técnicas desconocidas y que sin duda
actualmente resultarían de una gran utilidad, aunque las
pruebas o indicios sobre esas supuestas y sorprendentes
técnicas, que muchos les atribuyen, serían en la mayoría
de los casos, simples teorías que únicamente buscan dar
respuestas lógicas y explicar mediante hipótesis unos
hechos con evidencias tan reales y tangibles, que están
ahí, a la vista de todos cuantos las admiraron, y que han
sido objeto de ingentes estudios por los expertos durante
los últimos siglos, que siguen constituyendo auténticos
enigmas ya que no se han encontrado ni pruebas que
sustenten el origen de esos conocimientos que, por otra
parte se atribuyen a esa cultura, ni la certeza de que los
recibieran de seres más inteligentes, porque los ocultaron
en lo profundo de sus secretos y terminaron perdiéndose
en el tiempo.
En los dos últimos siglos, apenas doscientos años, se
puede hablar de espectaculares avances tecnológicos en
el desarrollo de máquinas e ingenios que representan
increíbles descubrimientos realizados por el ser humano.
Desde la óptica que el transcurrir del tiempo da a las
generaciones del futuro respecto a las del pasado, hoy día
nos resultan primitivos algunos inventos de esas épocas,
como máquinas o barcos a vapor, los primeros coches,
trenes o aviones. Igualmente hemos de deducir que las
generaciones del futuro valorarán como ridículos algunos
31
 

de los artilugios que son usados en la actualidad, como


los motores a gasolina de los coches y aviones, o el uso
de reactores nucleares para producir la electricidad.
Han pasado casi quinientos años desde la muerte de
Leonardo da Vinci (1452-1519), genial pintor e inventor,
diseñador de máquinas y artilugios que hoy nos pueden
parecer ´simples juguetes’ pero que en su tiempo fueron
como ‘máquinas del futuro’ y por ello siguen despertando
nuestra admiración. Por tanto considerar lo que puede
ocurrir durante los próximos quinientos años parecerá
una tarea totalmente estéril, dado el ritmo frenético con
el que se producen los acontecimientos que dan lugar a
nuevos descubrimientos tecnológicos. Sin embargo es tan
sólo una forma de buscar un contrapunto que sirva de
reflexión frente a los objetivos a corto plazo que dominan
las economías de las sociedades actuales, en las que los
políticos solo se preocupan por mantener el poder, donde
la codicia de unos pocos que buscan el enriquecimiento
rápido condicionan la vida de millones de ciudadanos,
conduciendo a muchos a situaciones de pobreza, a la vez
que van causando una progresiva degradación del medio
ambiente, ya que pareciera como si a los ‘ricos’ y los
‘poderosos’ no consideraran como un problema que este
planeta ha de ser preservado en condiciones sostenibles
para seguir siendo habitado en el futuro por cientos de
nuevas generaciones de seres vivos.
Desde esa óptica, con gran probabilidad, durante los
próximos cinco mil años, los seres humanos del futuro
continuarán utilizando la electricidad como fuente básica
para cubrir la mayoría de usos y necesidades energéticas.
Lo que actualmente desconocemos es cómo se obtendrá o
se generará la electricidad entonces, una circunstancia
que nos debe resultar irrelevante, ya que únicamente se
va a tratar de señalar los indicios visibles y evidencias
que permitan llevar a comprender algunas de las formas
en que la electricidad se manifiesta en la naturaleza.
32 
 

Serán las formas que se conocen como ‘electricidad


dinámica’ que se manifiesta en diferentes circunstancias
o momentos y en función de su estado: la electricidad
estática, la bioelectricidad, y la electricidad natural.
Se trata de un problema evidentemente complejo.
Requiere realizar procesos de abstracción a partir de
datos e informaciones que se conocen, en la búsqueda de
indicios en los que se observa presencia de electricidad,
de fuerzas o de energías, en todas aquellas fuentes que
muestra la naturaleza, para analizarlos y compararlos
con otros conceptos artificiales o con referencias que se
relacionen con la electricidad. Una primera hipótesis nos
llevará hasta las dos pirámides de Gizeh, en Egipto, de
las que trataremos aspectos relacionados con el propósito
que nos interesa, ya que guardan conocimientos ocultos
de los antiguos egipcios que constituyen grandes enigmas
que siguen sin resolver satisfactoriamente y que, de entre
las posibles respuestas, casualmente, algunas hipótesis
como veremos, apuntan hacia indicios tras los cuales se
ocultan aspectos que se han de considerar, ya que la
comprensión de lo que se oculta quizás ayude a abrir
nuevas puertas tras las cuales aguardan conocimientos
que todavía deben ser comprendidos.
Cuando comencé a profundizar en esta dirección,
encontré indicios que me condujeron hacia las pirámides
de Egipto, a estudiar sus características por medio de la
lectura de libros especializados que recogen datos y
opiniones de numerosos expertos, con los que se abre un
mundo inmenso, fantástico, lleno de misterios y enigmas,
de hipótesis y teorías, a veces fantásticas, que tratan de
explicar lo que aparece como incomprensible, hasta el
punto que se plantean explicaciones inverosímiles sobre
las grandiosas construcciones en piedra que proliferan a
lo largo del planeta, apuntando a que fueron levantadas
muchísimo tiempo antes de que surgieran las primeras
civilizaciones, o incluso que únicamente pudieron haber
sido obra de seres superiores, de gigantes, o de dioses,
33
 

seres llegados en extraños objetos voladores procedentes


de otros planetas o sistemas estelares...
No entraremos a valorar las diferentes hipótesis o los
relatos que citaremos como referencias, pues el único
propósito será señalar aquellos aspectos, datos o indicios
que puedan resultar de interés para los objetivos que
pretendemos. Fundamentalmente destacaremos aquellas
informaciones que presenten algún nexo de unión con
aquellos fenómenos observables en la naturaleza, en los
que se pone de manifiesto alguna forma de energía, la
electricidad, el magnetismo, la gravedad... Los objetivos
de este trabajo serán la obtención de datos e indicios, a
partir de la inmensa información accesible, para plantear
hipótesis, analizar las deducciones, recopilar o descartar
posibles conclusiones, y con ellas diseñar algún sistema
de experimentación para verificar si esas conclusiones
tienen alguna base cierta o posible.
Para ello trataremos de buscar un primer enunciado
lo más breve y sencillo posible. Lo que buscamos es la
electricidad, la energía eléctrica, por tanto la pregunta
que hemos de hacernos es muy simple: ¿Dónde podemos
encontrar electricidad en la Naturaleza? Las deducciones
más elementales llevan a que hay que mirar al cielo, de
forma natural y sencilla, pero ha de ser especialmente en
días o noches de tormenta, pues en esas circunstancias
podremos ver la electricidad. ¿No es electricidad lo que
tenemos que encontrar? Pues está ahí, entonces, en esos
momentos.
34 
 

Una anécdota

«El estudio de los datos experimentales ha


enseñado gradualmente a los físicos cómo concebir
convenientemente una pregunta. A menudo, un
planteamiento adecuado representa más de la mitad
del camino hacia la solución del problema.»
Werner Heisenberg

En numerosas ocasiones o circunstancias tratamos


de abordar o resolver los problemas de forma que nuestro
propio sistema anímico nos provoca confusión y nos hace
muy complicado encontrar las soluciones, hasta el punto
de llegar a creer que no existe una solución satisfactoria
o correcta, o que ésta resulte demasiado compleja, y en
ocasiones adoptamos la convicción de enfrentarnos con
problemas imposibles de resolver.
Como ejemplo, narraremos una anécdota sobre un
curioso problema o adivinanza, que suelen manejar los
consultores de empresas en recursos humanos, cuando
imparten seminarios o cursillos, para hacer comprender
a los asistentes que los planteamientos de determinados
problemas, en la forma de enfocarlos, está el germen de
la solución correcta o del fracaso, pues un planteamiento
inadecuado en las cuestiones que crean conflictos entre
las personas, suele ser una causa frecuente que conduce
al extravío en los argumentos que se han de utilizar para
resolverlos, y lleva a conclusiones erróneas, de las cuales,
la más común es afirmar que “esto no tiene arreglo”, o
simplemente a desistir en la solución de los conflictos, y
a no encontrar las soluciones satisfactorias.
Para argumentar estas enseñanzas, presentan un
sencillo problema, pidiendo a los asistentes que busquen
la solución, con este planteamiento: Hacen un dibujo
sobre un tablero o pizarra con nueve puntos que tienen
la disposición de tres en tres horizontal y verticalmente, y
35
 

piden a los asistentes que los reproduzcan en una hoja


de papel:

A continuación formulan el enunciado: «Desde uno


de los nueve puntos, dibujar cuatro segmentos rectilíneos
con un trazado continuo, sin levantar el bolígrafo del
papel de forma que pasen por los nueve puntos, y con la
condición de que ninguno de los segmentos pase dos
veces por un mismo punto.»
 
Todos los asistentes, excepto alguno que conozca ya
la solución de antemano, comienzan a realizar los trazos
sobre los nueve puntos, y por más que dan ciento y una
vueltas no consiguen ver encontrar la solución, ya que
todos los trazos que realizan son siempre dentro de ese
“cuadrado imaginario” que configuran los nueve puntos.
Transcurrido algún tiempo, cuando observan que
muchos asistentes han desistido ya de seguir realizando
trazados al haber renunciado a buscar la solución, o por
considerar que el problema es imposible de resolver, el
consultor explica la forma de hacerlo. Y la solución
existe, y es bien sencilla... naturalmente, una vez que ha
sido explicada, y ya nunca se olvidará.

-La solución a este sencillo problema se encuentra en la


última página de este libro.

La moraleja de esta sencilla anécdota consiste en


comprender cómo para afrontar determinados problemas
no debemos enredarnos en la dinámica que nos lleve a
‘encorsetarnos’ con el enunciado de los mismos, por lo
que en ocasiones hemos de saber salirnos de ellos, abrir
36 
 

nuevas opciones o vías que nos posibiliten, si es preciso,


encontrar soluciones que de otra forma nos parecerían
imposibles, y también para comprender que tras el propio
enunciado, a veces, se esconden las claves o los detalles
que nos deben servir para encontrar las soluciones.
Es como el acertijo del huevo y la gallina. ¿Quién fue
primero de los dos? El enunciado conduce a un círculo
vicioso que lleva al absurdo, por lo que para evitarlo es
preciso salir de ese enunciado tan simple y ver cómo ha
de plantearse de forma más generalizada. Por ejemplo,
para que de un huevo nazca una gallina es preciso que
otra gallina haya puesto un huevo, pero, fecundado por
un gallo. Por tanto, primero debieron ser al menos un
gallo y una gallina, que pondría los huevos fecundados
por el gallo, de los que nacerían nuevas gallinas y gallos.
Aunque para intentar comprender un asunto tan
complejo generalmente se ha de recurrir a las teorías de
la creación o de la evolución. O los seres vivos son fruto
de la evolución de seres unicelulares que surgieron de las
aguas de los océanos, en condiciones térmicas propicias
a lo largo de millones de años, o todas las especies fueron
creadas, supuestamente como la de este acertijo, en el
que primero sería creado el gallo, al que profundamente
dormido le arrancarían una costilla, de la que modelaron
la gallina...
La lógica apuntaría al primer supuesto, ya que, en la
mayoría de las especies, los seres vivos nacen de la unión
de dos primeras células formando un embrión que se
desarrolla, durante los primeros meses de vida, en un
medio líquido, con una temperatura cálida y constante.
Al margen de estas anécdotas, la cuestión realmente
importante de todo cuanto está relacionado con la vida y
la naturaleza, es que nos resulta imposible alcanzar o
comprender, no solo es el cómo, sino qué o quién diseñó
todas las criaturas y especies.
37
 

Lógica y matemática
Conviene conocer que para resolver los problemas, o
llegar a comprender algunos conocimientos o secretos
que se ocultan, es preciso utilizar datos o informaciones
que aparentan carecer de nuestro interés, pero que
marcarán el camino que hay que recorrer para lograr los
objetivos que se persiguen. Al final nos desprenderemos
de cuanto sea superfluo, tras haber comprendido lo que
nos interesa y lo que tenga verdadero valor.
Proseguimos presentando una curiosidad geométrica
muy simple, para mostrar la diferencia que hay entre los
problemas que requieren buscar una solución lógica, de
aquellos cuya solución sea matemática, con el objetivo de
educar el pensamiento lógico y la capacidad de la mente
para comprender que, en ocasiones, es imprescindible
aprender a deducir, a saber distinguir lo lógico de lo
matemático, lo absoluto de lo relativo.
Veamos como ejemplo un teorema muy conocido,
según el cual partiendo de una figura geométrica, el
triángulo rectángulo, se deduce una función matemática.
El teorema de Pitágoras muestra la relación entre los tres
lados de ese triángulo, de la que podremos obtener la
medida de cualquiera de ellos en función de la medida de
los otros dos, según la igualdad: ² ² ²

Una de las curiosidades de dicha ecuación es que el


valor de a² representa la superficie de un cuadrado cuyo
lado sea el cateto mayor a. Y otra de las curiosidades de
los triángulos rectángulos es que, desde el centro de la
hipotenusa (e), se traza una circunferencia, de radio igual
38 
 

a la mitad de ésta, dicha circunferencia pasará siempre


por los tres vértices del triángulo, cualquiera que sea la
medida de los dos catetos.

De esa circunstancia se deduce que el radio es igual


a la hipotenusa dividida por dos: /
La siguiente deducción nos llevará a plantear si sería
posible encontrar una circunferencia cuya superficie, el
círculo, sea igual a la del cuadrado de lado a, para lo cual
debería cumplirse la siguiente igualdad: ² /
Resultará posible, al menos por lógica, si conocemos
que partiendo desde cualquier triángulo rectángulo, como
el del ejemplo, se pueden trazar un número indefinido de
circunferencias, disminuyendo las medidas del cateto
menor y de la hipotenusa, y manteniendo la medida del
cateto mayor a, como se muestra en las circunferencias
dibujadas al azar en el siguiente dibujo:
39
 

Conforme disminuyen progresivamente las medidas


de b y c, las circunferencias disminuyen y los círculos
tienen una superficie menor. Y otro detalle curioso que se
desprende del dibujo: los centros de las circunferencias
(e) situados en la mitad de las respectivas hipotenusas,
se encuentran en una misma línea o eje horizontal (e’-e’’)
que a su vez pasa justo por el centro del cateto a.
Del triángulo rectángulo de partida se incrementan
los valores de b y c, hasta que ambos catetos se igualen,
completando un cuadrado de lado a, observaremos que el
tamaño de las circunferencias aumenta progresivamente
hasta la que inscribe dicho cuadrado.

Por lógica se ha de deducir que de los innumerables


círculos que se pueden trazar, al menos uno y solo uno
ha de coincidir con los valores de la ecuación matemática
expresada, de tal forma que obtendremos un círculo y un
cuadrado que tienen las superficies iguales.
Esta solución permite deducir que se habría resuelto
el problema que fuera... a partir de un cuadrado trazar
un círculo que tenga la misma superficie.
Como hemos visto, matemáticamente se demuestra
que es posible, y si nos guiamos por la lógica, la solución
debería resultar posible, aunque bastante compleja. De la
misma forma que se podría plantear el mismo problema,
pero a la inversa... ¿A partir de un círculo, sería posible
40 
 

dibujar un cuadrado que tenga la misma superficie,


utilizando un compás y una regla?
La respuesta la comprenderemos si conocemos que a
partir de un círculo se pueden trazar también un número
indefinido de cuadrados, cuya superficie irá aumentando
progresivamente, desde el inscrito, de superficie inferior,
hasta el circunscrito, de superficie mayor, comprendidos
entre ambos, como se muestra con los trazados al azar
en el siguiente dibujo.

Si se observa atentamente el dibujo, se verá cómo se


produce una sucesión de triángulos rectángulos, cuyos
catetos mayores (a) aumentan progresivamente hasta
coincidir con la medida de la hipotenusa (c), mientras los
catetos menores (b) disminuyen, y cómo de cada uno de
esos triángulos se completan los cuadrados.
Sobre la respuesta al problema enunciado, habremos
de deducir que, por lógica, al menos uno y solo uno de
esos cuadrados ha de tener la misma superficie que el
círculo inicial. Queda tan solo por conocer el método con
el cual se puede trazar ese cuadrado.
Y eso es, precisamente, un secreto que está ‘muy
bien guardado’ en un dibujo famosísimo.
41
 

EL DIBUJO DE LEONARDO DA VINCI

«A fin de preservar para la humanidad el fruto


de sus esfuerzos intelectuales, aquellos pioneros
del progreso ocultaron sus descubrimientos
mediante claves secretas, confiando en que las
generaciones futuras, más amables que la suya,
descubrieran y apreciaran sus conocimientos.»

‘El Hombre de Vitruvio’, de Leonardo da Vinci, es


probablemente el dibujo más famoso y enigmático de la
historia. Un dibujo en el que Leonardo ocultó un secreto
que ha permanecido muy bien guardado durante varios
siglos, mostrándolo a la vista de todos, como un reto a la
imaginación, a la inteligencia; un enigma cuya solución
podrían encontrar aquellos que consiguieran desvelar las
anotaciones que rodean el dibujo para poder comprender
el significado de lo que se oculta. Quizá lo realizó con una
cierta intencionalidad irónica, de quien desea plasmar
para la posteridad un conocimiento secreto, desconocido
para el mundo científico de la época, como muchos otros
conocimientos, a los que solo accedían y se transmitían
entre miembros de las organizaciones secretas, a las que
solo podían acceder quienes hubieran sido iniciados en
esos conocimientos, que debían guardar bajo juramento,
ya que desvelarlos suponía el castigo de pena de muerte.
42 
 

La cuadratura del círculo, un problema cuyo origen


se remonta a varios miles de años, pues su conocimiento
se atribuye a los antiguos egipcios, y que también puede
ser uno de los innumerables conocimientos secretos que
fueron muy bien guardados, en este caso, en las medidas
de las dos pirámides de Gizeh, las más grandiosas de
todo Egipto y del mundo. Un problema cuya solución es
considerada imposible. Es la conclusión universalizada y
oficial desde hace siglos en el mundo. Porque se trata de
un problema cuya solución nunca nadie logró encontrar.
También porque esa afirmación se instauró como ‘verdad
oficial’ desde que se demostró ‘matemáticamente’ dicha
imposibilidad, y a partir de entonces quienquiera que se
plantee afrontar su búsqueda se verá correspondido con
cierta sonrisa burlesca, de quienes sienten la seguridad
de que dedicar esfuerzos a esa tarea será una empresa
totalmente banal e inútil.
Un problema que tiene un enunciado muy simple:
‘dibujar a partir de un círculo un cuadrado que tenga su
misma superficie, con la sola utilización de un compás y
una regla sin graduar’.
Ha de prestarse atención al propio enunciado, ya que
denota como una doble sensación, la de que supone ser
un desafío, y a la vez el poner sobre aviso de la dificultad
que aguardará para aquellos que se lancen a la búsqueda
de la solución, así como también deja entrever una cierta
ironía de algo que se oculta, se desconoce, se escamotea,
por quienes sabían de antemano que el problema en sí
había de tener alguna especie de ‘truco’, de argucia, y
que aquellos que la desconozcan abandonarán la tarea
con la frustración de comprobar la imposibilidad. Final al
que llegarán inexorablemente aquellos que no logren
descubrir que el problema requiere como primer paso
fundamental conocer ese truco, que es el ‘método’, la ‘vía’
con la que se ha de trazar el cuadrado. Una vía o método
que quienes redactaron el enunciado de ese problema, los
maestros egipcios, dejaron oculto y bien guardado, como
uno más de sus innumerables conocimientos secretos.
43
 

Precisamente ese ‘método’ es el secreto que guarda el


dibujo de Leonardo.
Entre las palabras contenidas en el enunciado se
encierran las claves precisas y sencillas que señalan la
necesidad de encontrar ese ‘método’: un círculo como
punto de partida, un compás que servirá para realizar las
mediciones, trasladarlas y marcar puntos de referencia, y
una regla que se necesitará para trazar las líneas rectas.
Sólo restaría buscar los puntos por los que se deberán
trazar esas líneas. Porque sin duda, ese era el verdadero
objeto del problema: encontrar primero el ‘método’ o el
‘truco’, el modo con el que se ha de dibujar el cuadrado a
partir del círculo, ya que únicamente conocido ese ‘truco’
resultaría posible comprender la lógica del problema. Los
autores de ese enunciado que conocieron ese ‘método’ o
‘truco’ con el que realizar el dibujo, conocieron bien esa
posibilidad, esa lógica, y conocieron también la dificultad
para determinar con exactitud o con una aproximación
aceptable cual sería la solución correcta, exacta, debido a
los precarios instrumentos que disponían entonces para
realizar las mediciones y los cálculos.
Es un ‘secreto’ que ha permanecido oculto durante
milenios, aunque posiblemente pudo ser conocido por
algunos ‘iniciados’, personajes ilustres, o miembros de
sectas y hermandades, que lo fueron custodiando y
transmitiendo con el paso de los siglos, sabedores de que
no debían revelarlo, como tantos otros conocimientos
secretos que se les atribuyen, y que hacerlos públicos lo
hubieran pagado con la vida.
En ese supuesto, es muy probable que Leonardo da
Vinci llegara a conocer ese ‘secreto’, ya que es sabido que
pudo pertenecer a alguna de esas hermandades secretas,
aunque tratándose de un genio, no se ha de descartar
que lo lograra encontrar por sus propios medios, a tenor
de las referencias que transmitieron sus mentores, que
dejaron constancia documental de que dedicó tiempo y
esfuerzos a este problema, incluso hasta el punto de que
‘llegó a obsesionarle’.
44 
 

Sin embargo, y por razones desconocidas, no desveló


ese conocimiento y lo ocultó de una forma genial, como
un ‘secreto muy bien guardado’ en uno de sus dibujos
cuya finalidad no fue explicada: El Hombre de Vitruvio.
Algunas personas de la época afirmaron que el objeto
de ese enigmático dibujo era servir de ilustración en las
ediciones impresas de las obras del arquitecto romano
Vitruvio. También hay referencias de quienes conocieron
bien Leonardo, que transmitieron su esmerada afición a
enmascarar sus pensamientos o ideas heterodoxas, como
secretos que ocultaba entre sus obras pictóricas más
destacadas. A propósito de esas aficiones, hay un curioso
pasaje en uno de los libros de Javier Sierra, titulado La
Cena Secreta, que trata sobre el famoso cuadro de ‘La
Última Cena’, pintado por Leonardo sobre una pared del
convento de Santa María delle Grazie, en Milán.
«Preguntado Leonardo por uno de sus ayudantes
acerca de secretos que pretendía esconder en ese cuadro,
le responde con frases como estas:
- ¿Mis secretos? ¿Otra vez preguntas por ellos,
Marco? Todos están aquí. Ya te lo dije ayer. A la vista.
Hace años que aprendí que si deseas ocultar algo a la
necedad humana, el mejor sitio para hacerlo es ese en el
que todo el mundo pueda verlo. Lo entiendes, ¿verdad?...
... ¿Y qué quieres que te diga? Tengo cosas más
importantes de las que ocuparme. Como dejar terminada
esta Cena y... su secreto. -Leonardo se mesó las barbas
con un gesto divertido antes de proseguir-: ¿Sabes,
Marco? Cuando por fin descubras el secreto que estoy
pintando y seas capaz de leerlo por primera vez, ya no
podrás dejar de verlo nunca. Y te preguntarás cómo has
podido estar tan ciego. Ésos, y no otros, son los secretos
mejor guardados. Los que están delante de nuestras
narices y no somos capaces de ver... »
Entonces, tal como relatan esos pasajes, conociendo
la peculiar forma de actuar de Leonardo, no sería nada
aventurado plantear que en el dibujo de ‘El Hombre de
45
 

Vitruvio’, de la misma forma que en muchas otras de sus


obras, también guardó u ocultó algo secreto.
Leonardo realizó el dibujo de forma tal que el
resultado final refleja dos figuras geométricas, en cuyas
intersecciones se señalan los puntos necesarios para
trazar, con regla y compás, un segundo cuadrado, el
‘oculto’, el que ha de encontrarse, el que tiene la misma
superficie que el círculo, y con el cual el dibujo quedaría
completado, el problema resuelto y el ‘secreto’ desvelado.

            
El cuadrado ‘oculto’

Existen evidencias o testimonios de que Leonardo


perteneció a alguna secta o hermandad secreta, como la
masonería, y es conocido que las sociedades secretas
obligaban a sus miembros a guardar las enseñanzas que
les eran transmitidas como si fueran secretos inviolables,
y se castigaba con la muerte la traición de esos deberes
sagrados. Ésta circunstancia, y la persecución a la que
eran sometidos aquellos que fueran considerados herejes
46 
 

por la iglesia católica, podrían ser los motivos por los que
Leonardo guardaba conocimientos secretos en sus obras
pictóricas, en los que pudieron estar sus trabajos sobre
la cuadratura, plasmados en un dibujo enigmático.
Se trata de un dibujo genial, una figura masculina
desnuda, con sus miembros en dos posiciones, dentro de
dos figuras geométricas, y todo el conjunto rodeado por
una compleja serie de anotaciones hechas a mano, -con
esa extraña escritura invertida propia de Leonardo que
obliga a leerlas utilizando un espejo-, con las diferentes
medidas y proporciones que solo pueden ser las claves
que dejó para quienes lograran interpretarlas llegaran a
comprender como se resuelve ese ‘enigma’ o ‘juego’, cuyo
final es trazar un cuadrado, el objeto de la solución, ya
que de un análisis somero del dibujo se desprende que
las figuras geométricas de un círculo y un cuadrado son
suficientemente llamativas, como para relacionarlo con el
famoso problema de la cuadratura, y desde esa óptica, lo
único que faltaría para completarlo es el cuadrado que
tenga la misma superficie que el círculo, puesto que se
deduce fácilmente que el cuadrado del dibujo no la tiene.
Y eso es porque esas figuras geométricas no fueron
trazadas al azar por Leonardo, ya que sus proporciones y
medidas son el resultado de un trazado muy estudiado.
Unas medidas y proporciones que se pueden encontrar y
verificar fácilmente utilizando un compás. Como ejemplo
señalaremos algunas. Quizás la clave principal de todo el
dibujo se encuentre en el punto medio de la línea que
recorre paralela bajo el lado del cuadrado, en la que se
aprecian una serie de marcas. Dicho punto está situado
en el mismo eje vertical sobre el que también se sitúan
los dos centros, el del cuadrado y el círculo. Se obtiene
trasladando la distancia que hay desde el centro del
cuadrado hasta el punto que marca la cuarta parte de
cualquiera de sus lados. Dicho punto es imprescindible
para poder obtener el centro del círculo, y la distancia
que los separa es igual a las dos terceras partes del lado
del cuadrado.
47
 

Estas referencias, así como muchos otros detalles


acerca del dibujo y del problema, fueron ampliamente
tratadas en dos publicaciones anteriores. La primera en
el año 2009, ‘El secreto de la cuadratura del círculo’ y la
segunda, en el año 2011, ‘El hombre de Vitruvio’. Ambas
están disponibles en Internet donde se pueden descargar
libremente en los enlaces:

http://www.bubok.es/libros/10058/EL-SECRETO-DE-LA-
CUADRATURA-DEL-CIRCULO
 
http://www.bubok.es/libros/206690/EL-HOMBRE-DE-VITRUVIO

Dichas publicaciones se desarrollan bajo la óptica de


enfocar ‘el problema’ específicamente y con amplitud, y
en ambas se analizan las claves, las referencias, las
proporciones, los argumentos, y las explicaciones para
comprenderlo, así como varios dibujos marcando formas
diferentes de buscar la solución. En este capítulo se trata
tan solo de dar unas breves referencias desde el punto de
vista de un ‘secreto muy bien guardado’, con el principal
objetivo de recordar que la existencia de algún nexo de
unión que lo relaciona con las dos pirámides de Gizeh, en
Egipto, en cuyas medidas se encuentran también claves
que apuntan hacia ese mismo ‘problema’. Una relación
que aparece evidente si se tiene en cuenta que el trazado
de las dos figuras geométricas del dibujo de Leonardo
tiene fases semejantes a las que se precisan para dibujar
el plano de una de las dos pirámides.
Resulta sorprendentemente curioso observar como
muchos de los ‘secretos’, enigmas, o conocimientos que
se han mantenido ocultos o rodeados de misterios con el
transcurrir de los siglos, tienen una línea de relación
directa con la antigua civilización egipcia. En ese sentido,
por ejemplo, se podría afirmar que la mayoría de autores
de libros en los que se desarrollan temas acerca de las
grandes construcciones llevadas a cabo por los antiguos
egipcios, como las pirámides o templos, necesariamente
hay capítulos en los que destacan que las proporciones
48 
 

que se utilizaron para construirlas, tienen relación con el


número áureo Phi, con la constante Pi, con la cuadratura
del círculo.
Igualmente son numerosos los autores que tratan de
temas relacionados con la Edad Media, con las catedrales
góticas, los templarios, el Santo Grial, las hermandades
secretas, y otros misterios de la antigüedad, también
aluden invariablemente alguna forma de relación, a algún
nexo de unión con conocimientos cuyo origen se atribuye
a los antiguos egipcios.
Entre esos autores destacamos a Louis Charpentier,
que en uno de sus libros extraordinarios, ‘El enigma de la
catedral de Chartres’, menciona datos interesantísimos
acerca de las proporciones con las que fue construida la
citada catedral, relacionándola con la pirámide de Keops,
en Egipto, y con la cuadratura del círculo. De dicha obra
es preciso transcribir algunos párrafos relacionados con
el objetivo que se persigue en este libro, sobre ‘secretos
ocultos’ que se encuentran por cualquier parte, en los
lugares más insospechados, aunque en algunos casos,
como ocurre en las catedrales góticas, es conocido que
guardan numerosos conocimientos y secretos plasmados
deliberadamente por los maestros constructores de todas
esas obras arquitectónicas.
Dedica Charpentier uno de los capítulos del citado
libro a la cuadratura del círculo, en el que desarrolla una
serie de hipótesis, según las cuales, la catedral gótica de
Chartres habría sido diseñada partiendo de un plano en
cuyas proporciones se representan a partir de un círculo
y un cuadrado que tendrían la misma superficie. Una
relación geométrica que probablemente se repite en otras
catedrales góticas y quién sabe si también en muchas
otras construcciones en piedra de la antigüedad.
Argumenta Charpentier sus hipótesis con párrafos
como los siguientes:
«... Habló y, no sé ya a propósito de qué, citó el
enigma tradicional: Tres tablas llevaron el Grial: una
tabla redonda, una tabla cuadrada y una tabla
49
 

rectangular. Las tres tienen la misma superficie, y su


Número es el 21.»
«... Se trata precisamente de la cuadratura del
círculo; no ya en el plano de las matemáticas de
laboratorio, sino en el de la geometría de construcción. Y
esa cuadratura debía ser encontrada en alguna parte. Si
ese alto lugar de las Galias era en verdad aquello de lo
que me persuadía poco a poco a mí mismo, las tres
tablas de igual superficie debían estar inscritas en él.»
«... ¡Ah! -dirá la Universidad- ¿acaso ese hombre
ignora que, lo mismo que la cuadratura del círculo, la
división del círculo en siete arcos iguales es imposible
geométricamente? Acaso la Universidad tiene razón. Al
menos, todavía no ha encontrado solución a esos
problemas a nivel de tiralíneas. Pero nosotros estamos
aquí a nivel de la catedral de Chartes, o incluso, si se
quiere, a nivel de la construcción en general, donde, aun
resuelta, la construcción sería tachada de error humano
y de error instrumental.»
«... Construir una tabla redonda que tenga la misma
superficie que la de una tabla cuadrada o rectangular, es
la cuadratura del círculo, una imposibilidad geométrica
asaz demostrada. El mismo cálculo integral sólo llega a
una aproximación de la constante de Pi. Esto es verdad
en matemáticas de laboratorio; en la práctica, se logra,
geométricamente, a una aproximación perfectamente
suficiente para que los ‘acordes’ no desafinen. Puede
parecer asombroso que esa cuadratura del círculo, que se
ha hecho proverbial como alegoría de lo imposible, haya
inquietado tanto a nuestros antepasados, que, por lo
demás, se empeñaban en una solución geométrica. Creo
que hay que ver en ello la búsqueda de una ‘puerta’, de
una clave de paso de un mundo a otro; un secreto de
iniciación, en cierto modo. Esa búsqueda permanece, en
efecto, más espiritual que directamente material, pues
soluciones muy aproximadas y suficientes eran ya
conocidas en una antigüedad bastante remota. El sentido
de la ‘cuadratura del círculo’ era sin duda diferente para
50 
 

los filósofos y para los medidores, como sucede con el


‘maridaje del agua y del fuego’ para los alquimistas, que
no piensan en absoluto en sacar de ello máquinas de
vapor... Sea como fuere, se ha dado demasiada
importancia a esa solución geométrica para no pensar en
absoluto en algún secreto encerrado en ese problema,
secreto y clave de un enigma vital.»

Las tres tablas de Chartres, según Charpentier

La representación de las tres tablas sobre el plano de


la catedral gótica de Chartes, una tabla redonda, una
cuadrada y una rectangular, y las tres tienen la misma
superficie, según las hipótesis de Charpentier.
«... A ese problema de la cuadratura del círculo, se
conocen varias soluciones geométricas aproximadas. Una
de ellas pasa por la estrella de siete puntas, pero esa
estrella, en ese lugar, no parece ‘instalarse’ en el plano
del monumento. Otra solución que los tradicionalistas
denominan la ‘resolución esotérica de la cuadratura del
círculo’, tiene por base una proyección analítica de la
51
 

pirámide de Keops. Desgraciadamente, es una pirámide


ideal; acaso fue real, pero su ‘decapado’ no nos permite
ya afirmar que así era efectivamente.»
«... Inicialmente, si la catedral de Chartres es para el
visitante perfectamente ‘regular’, en el plano ya no lo es;
salvo en su conjunto, excepción hecha de ciertas
anomalías. Algunas de esas anomalías no parecen
‘deliberadas’, y es comprensible que las medidas de los
constructores no hayan tenido un rigor absolutamente
científico. Las medidas humanas, al depender de la vista
y de la mano, sólo son aproximadas, sobre todo a esas
dimensiones.»
«Los enigmas que rodean la aparición del arte gótico,
esa especie de lenguaje en piedra conocido como ar-got
que surgió entre un reducido grupo de maestros durante
la construcción del primero de sus templos: la catedral de
Chartres. Se edificó en el siglo XIII y fue la única de ese
nuevo estilo que se levantó ininterrumpidamente, que no
le faltó ni arquitectos, ni mano de obra, ni dinero.»
La representación geométrica de esas características
arquitectónicas en construcciones de esa magnitud, como
son las grandes catedrales góticas levantadas durante los
siglos XII y XIII, tuvo que obedecer a poderosas razones o
a conocimientos secretos en arquitectura que se fueron
transmitiendo entre los maestros de obras desde la más
remota antigüedad.
En aquella primera catedral, construcción en piedra
de gran esplendor y un estilo arquitectónico desconocido
hasta aquella época, fue representado el problema de la
cuadratura del círculo, según la teoría de Charpentier, y
curiosamente, de forma muy semejante a como lo habían
representado varios milenios antes en las medidas de dos
pirámides egipcias, las más famosas del mundo.
52 
 

Las dos pirámides


y la cuadratura del círculo
«Era costumbre entre los antiguos ocultar la
verdad y las cosas completamente evidentes para
los hombres mediante alegorías y el lenguaje
artístico de los filósofos.»

La cuadratura es un problema cuyos orígenes se


remontan hasta los antiguos sacerdotes y constructores
egipcios, que fueron los depositarios a lo largo de varios
milenios de grandes conocimientos en las ciencias de
aquella época, entre ellas la Geometría, a los cuales se les
atribuye el famoso enunciado. Obviamente, aquellos que
lo enunciaron debieron conocer la forma de resolverlo, un
‘método’, o ‘truco’, imprescindible para comprender como
se ha de completar el cuadrado objeto de la solución.
Los antiguos egipcios guardaban sus conocimientos
en los templos y construcciones, a los que solo podían
acceder las castas privilegiadas, manteniéndolos fuera
del alcance de los profanos o extranjeros. Y ese método lo
ocultaron de forma grandiosa, como un ‘secreto muy bien
guardado’ en las medidas de las dos pirámides de la
meseta de Gizeh: La Pirámide de Keops y la Pirámide de
Kefrén.
Las pirámides de Egipto, en especial las de Gizeh,
encierran innumerables misterios, enigmas y secretos
que desde hace siglos ocupan y preocupan cuantos han
tratado de averiguar las respuestas que los expliquen,
aunque la mayoría de esas respuestas de arqueólogos,
egiptólogos, científicos o escritores, expertos al fin y al
cabo, en muchos casos tan solo conforman teorías o
hipótesis que buscan hacer comprensible que, en tiempos
tan remotos, nuestros antepasados utilizaran técnicas
que en nuestra sociedad técnicamente tan avanzada se
desconocen.
53
 

Uno se aquellos secretos sería ese mítico y milenario


problema de la cuadratura del círculo, cuyo enunciado
ha sido atribuido históricamente a los antiguos maestros
egipcios, y cuya respuesta podría estar representada en
las dos pirámides de Gizeh, exactamente en sus medidas,
relacionadas entre sí mediante unas proporciones que se
establecen con dos circunferencias.
La certeza de que la representación de ese problema
podría encontrarse en esas pirámides, comenzó a hacerse
sólida cuando comprendí que para obtener una pirámide
regular perfecta se tiene que utilizar una circunferencia,
y dibujar a partir de ella el esquema o plano que contiene
todas sus líneas, de las cuales a escala, se obtienen todas
sus medidas reales.
Ciertamente, el mítico problema de la cuadratura
está representado precisamente en esas dos pirámides,
exactamente en sus medidas, las cuales trasladadas a
sus respectivas circunferencias, se pueden verificar muy
fácilmente, haciendo sencillos dibujos con un programa
de ordenador. Para el trazado de ambas circunferencias
basta con utilizar las medidas reales de la mitad de un
lado de la base, y de la apotema del triángulo de una de
sus caras. De la suma de ambos valores se obtienen las
medidas de los radios de las dos circunferencias, en las
que, una vez trazadas, se dibujan las líneas maestras de
cada pirámide a partir de los ejes principales; de ambos
trazados se hace una breve descripción.
Para obtener el esquema de la pirámide de Kefrén se
dibuja una circunferencia y los dos ejes perpendiculares
y desde su centro un cuadrado cuyo lado sea igual a 1,5
radios de la circunferencia. Los dos ejes marcan el punto
medio de los lados de ese cuadrado, y cada mitad de
nuevo se subdivide marcando cuatro partes iguales sobre
cada lado. Desde el centro de ese cuadrado, y con radio
hasta uno de los puntos marcados se traza un círculo
que pasa por los ocho puntos. La base de la pirámide es
el cuadrado cuyo lado mide exactamente la mitad que el
cuadrado trazado como referencia. Se dibuja en el centro
54 
 

y desde cada una de sus esquinas hasta los extremos de


los dos ejes -horizontal y vertical- se trazan las líneas que
formarán los triángulos de sus caras.
Para obtener el esquema de la pirámide de Keops se
dibuja una circunferencia, se trazan los ejes horizontal,
vertical y los oblicuos, quedando dividida en ocho partes
iguales, formando un octógono, cuya medida del lado nos
da la medida del cuadrado de la base. Se dibuja sobre el
centro y se completan las caras de los triángulos igual
que en el esquema anterior. Uniendo con cuatro líneas
los vértices de las caras se formará el cuadrado inscrito
de la circunferencia inicial.

Pirámide de Kefrén Pirámide de Keops

Los dibujos representan los planos de las pirámides.


Las circunferencias iniciales, en color negro, cuyos radios
se calcularon con la suma de la mitad de la base más la
apotema del triángulo. Las líneas en azul marcan el
contorno de la base y las caras. El círculo y el cuadrado,
en color rojo, tienen la misma superficie. Es precisamente
de las medidas reales de las dos pirámides con las que se
obtienen esos dos esquemas, con los que se establece la
relación entre ambas pirámides: de la pirámide de Kefrén
surge un círculo que tiene la misma superficie que un
cuadrado que surge de la pirámide de Kefrén.
55
 

Los datos recogidos del dibujo de ambos esquemas,


los cálculos y los resultados se reflejan en este cuadro.

Si se tiene en cuenta el dato de que los radios de las


circunferencias se han obtenido utilizando unas medidas
medias aproximadas que se atribuyen a sus respectivas
bases, los resultados son elocuentes. Ajustando el radio
de las circunferencias unas pocas milésimas de milímetro
bastaría para verificar que los resultados serían exactos.
Encontramos pues dos figuras geométricas que surgen de
las medidas de estas dos pirámides: un círculo y un
cuadrado que tienen la misma superficie, que muestran
de esta forma tan extraordinaria los conocimientos de los
antiguos egipcios en Arquitectura y Geometría.
Llegando a esta conclusión, es posible establecer con
cierta lógica que el problema de la cuadratura del círculo
se encontraría representado en esas dos pirámides, cuyas
proporciones estarían relacionadas entre sí a través de
las medidas de las líneas básicas que las conforman, de
tal manera que se puede desarrollar la hipótesis, según la
cual, la pirámide de Kefrén construida en segundo lugar,
habría sido diseñada con unas medidas que se habrían
calculado con las medidas de la pirámide de Keops,
construida muchos años antes, y en consecuencia, las
medidas y proporciones que tienen esas dos pirámides
habrían surgido de una relación geométrica entre dos
circunferencias, un ‘secreto muy bien guardado’ al que
básicamente se puede acceder a través de la inagotable
geometría regular que surge de la circunferencia.
56 
 

El plano de la meseta de Gizeh


«Estas dos pirámides están construidas una junto a la
otra, sobre un mismo plano. Más lejos, y en un punto más
elevado de la montaña se halla la tercera pirámide.»

Los resultados tan evidentes puestos de manifiesto,


han de servir para desarrollar esa hipótesis, en el sentido
de que la pirámide de Kefrén pudo haber sido diseñada
partiendo de las medidas y de la posición relativa que
tenía en la meseta de Gizeh la pirámide de Keops, y su
diseño se habría obtenido con la relación geométrica de
dos circunferencias.
Para documentar gráficamente esta hipótesis, basta
con utilizar una fotografía cenital de la meseta de Gizeh,
y dibujar sobre las dos pirámides sus esquemas. El plano
de la meseta señala con todo detalle cual es la posición
relativa de ambas pirámides, la de Keops a la derecha y
la de Kefrén a la izquierda. Los ejes de sus diagonales
están en la misma orientación, y la distancia entre sus
ubicaciones es aproximadamente la mitad de la diagonal
de la base de la pirámide de Keops.

Los esquemas sobre las dos pirámides


57
 

Utilizando únicamente un compás y una regla sin


graduar, es posible trazar un dibujo con los esquemas de
las dos pirámides, lo cual significaría una representación
geométrica del problema de la cuadratura del círculo, ya
que contendría un círculo y un cuadrado con la misma
superficie.
El enunciado de ese problema sería así: Partiendo de
una circunferencia trazada al azar, se han de configurar
los planos de dos pirámides que tengan, en proporción y
a escala, las mismas medidas y ángulos que las dos
pirámides de Gizeh.
Un dibujo de esas características, únicamente podría
lograrse conociendo algunas referencias que permitan
relacionar los esquemas de ambas pirámides, de forma
que una vez trazado el de la primera, poder obtener el de
la segunda, de forma sucesiva y consecuente. Una de
esas referencias, entre otras que pudieran existir, se
encuentra en la propia meseta de Gizeh. Concretamente
en la disposición o ubicación real y relativa de ambas
pirámides. Dicha circunstancia significaría que las dos
pirámides fueron construidas en posiciones y distancias
específicas, la una respecto de la otra, intencionadamente
y con ese propósito específico.
Brevemente describimos esas referencias. En primer
lugar, verificamos que las diagonales de ambas pirámides
tienen la misma orientación, aproximadamente, respecto
a un mismo eje. Seguidamente, con un compás, situamos
un extremo sobre el vértice inferior izquierdo de la base
de la pirámide de Keops, y con radio igual a la mitad de
la diagonal, se traza una circunferencia y verificamos que
corta el citado eje casi en el vértice contiguo de la base de
la pirámide de Kefrén. Con estas dos referencias, el eje y
la distancia que las separa, partiendo del esquema de la
pirámide de Keops, se puede obtener el de la pirámide de
Kefrén. (El trazado completo, paso a paso, está detallado
en la publicación El hombre de Vitruvio. Página 182).
58 
 

Una vez concluido el dibujo de los dos esquemas, se


imprimen en una cartulina, se recortan los contornos de
las figuras, se pegan las caras y las bases, y se obtienen
las maquetas de las dos pirámides, cuyas medidas, las
bases, las alturas, las caras, los ángulos, la inclinación
de las pendientes, etc. son en proporción y a la escala
correspondiente, idénticas a las dos pirámides de Gizeh.

Maquetas de las dos pirámides

Lo más sugerente de las dos maquetas junto con sus


esquemas es que reflejan la cuadratura del círculo, tal
como la concibieron o diseñaron, supuestamente, los
constructores de las dos pirámides.
Comentar que los esquemas han sido dibujados con
un ordenador, pero se puede afirmar con seguridad que
los dibujos se pueden realizar manualmente, utilizando
sólo un compás y una regla sin graduar.
59
 

¿Un enigma o una casualidad?


Resultará sorprendente, casi increíble, que de un
dibujo iniciado a partir de una circunferencia de radio
muy concreto (301,61), se obtengan las maquetas de las
dos pirámides de Gizeh, cuyas medidas y proporciones,
que en apariencia son muy similares, y que en realidad
difieren en todas sus líneas, ángulos y pendientes.

La representación a escala en dos circunferencias,


de los esquemas de las dos pirámides con sus medidas
exactas, es lo que permite desvelar ese ‘secreto’, las dos
figuras geométricas, un círculo y un cuadrado que tienen
igual superficie, y que conforman la base de ese problema
tan conocido desde la antigüedad.
Se escapa el propósito o la intencionalidad por el que
los constructores egipcios realizaron la construcción de la
segunda pirámide con unas proporciones y medidas que
surgen de las de la Gran Pirámide. Un acontecimiento
arquitectónico de tal envergadura tuvo que estar basado
en razones muy poderosas, ya que, como hemos podido
comprobar, la relación de medidas de las dos pirámides
es tan evidente, que significaría un proyecto faraónico,
como es la construcción de una enorme pirámide, del que
uno de sus objetivos primordiales sería la representación
geométrica de la cuadratura del círculo.
Constituiría un argumento incuestionable de dicha
representación, el hecho de que siendo las medidas de las
dos pirámides totalmente diferentes en sus líneas y en
60 
 

sus ángulos, a partir de una circunferencia y siguiendo


los modelos de sus dos esquemas correspondientes, sea
posible obtener dos maquetas que se ajustan a escala, a
las medidas y proporciones de las pirámides originales.
Esta circunstancia tan sorprendente puede ser fruto
de una simple casualidad, o puede significar la existencia
de un enigma, un conocimiento ocultado por los egipcios,
cuya explicación solo podría ser conocida mediante esa
extraordinaria y desconocida relación entre las medidas y
las proporciones con las que fueron construidas las dos
pirámides, al menos la segunda, cuyo significado real
podría ser que sus medidas estuvieran vinculadas entre
sí con una intencionalidad manifiesta de representar en
esos dos enormes monumentos en piedra, el problema de
la cuadratura del círculo, y quizás también, que en esa
representación arquitectónica podría estar la solución de
ese problema.
Podría significar la existencia de una vinculación
expresamente intencionada entre las medidas de las dos
pirámides, o podría ser una extraña e incomprensible
casualidad. De resultar un enigma o un secreto oculto,
realizado con el propósito indicado, estaríamos ante uno
más de tantos y tan extraordinarios misterios que rodean
la cultura del antiguo pueblo egipcio, a las pirámides, y
especialmente a la Gran Pirámide. Es conocido el hecho
de que en los templos y las construcciones, los egipcios
reflejaron expresamente todos sus conocimientos.
Precisamente, todo cuanto rodea a la Gran Pirámide
aparenta ser un misterio, con infinidad de enigmas,
incógnitas y preguntas que esperan respuestas creíbles.
Numerosas hipótesis y teorías intentan dar explicaciones
a todos esos misterios, aunque tras cada uno de ellos
quizás solo se encuentran acciones específicas y sencillas
que realizaron los antepasados egipcios, personas que
poseían conocimientos extraordinarios para realizar esas
obras colosales y geniales, faraónicas, de las que, eso sí,
todavía se desconocen los procedimientos y técnicas que
utilizaron.
61
 

La coincidencia matemática de los cálculos que se


desprenden de la comparación de las medidas obtenidas
con los esquemas o planos de estas dos pirámides,
reflejarían lo que es sobradamente conocido, y es que sus
constructores tenían unos conocimientos extraordinarios
en ciencias como la Geometría y la Arquitectura, aunque
cueste creer que en lo referido a la cuadratura, quisieran
dejar una constancia tan magnificada, oculta y secreta,
acerca del conocimiento que tuvieran del mismo; es como
si hubieran actuado con la seguridad absoluta de que
nunca nadie lograría descubrirlo, o que nadie llegaría a
comprender esta extraña relación que parece existir entre
las medidas de ambas pirámides.
Los sacerdotes y maestros egipcios destacaron por
sus amplios conocimientos en Arquitectura y Geometría,
y por la construcción de faraónicas obras en piedra; ellos
fueron los autores del enunciado del curioso problema y
conocedores de su solución, cuyo secreto ocultaron en las
medidas de las dos pirámides de Gizeh. Un ‘secreto’, el de
la cuadratura del círculo, muy bien guardado en las Dos
Pirámides de Gizeh, exactamente en sus esquemas, que
ponen de manifiesto la relación evidente en las medidas y
proporciones, y que significaría la constatación del origen
de este milenario problema.
Otra teoría que puede plantearse como consecuencia
de estas deducciones, y que no sería muy aventurada, es
creer que Leonardo da Vinci y personajes destacados del
mundo de la ciencia en épocas pasadas, pudieron haber
tenido acceso a documentos antiguos que reflejaran esos
conocimientos de los maestros constructores egipcios, si
tenemos en cuenta la similitud que parece existir entre el
trazado de las figuras geométricas del dibujo ‘El Hombre
de Vitruvio’ y el trazado con el que se obtiene el esquema
de la pirámide de Kefrén, y de varias pirámides más en
Egipto con esas mismas proporciones o similares.
Las fases del trazado del dibujo permiten comprobar
cómo Leonardo ocultó un “secreto”, un método, es decir
un sistema o una vía con cuyo conocimiento hace posible
62 
 

comprender cómo dibujar el cuadrado para encontrar la


solución del mencionado problema. Consecuentemente,
contraponiendo ese método con el utilizado para dibujar
los esquemas o maquetas de las dos pirámides se llega a
la conclusión de que existen por lo menos dos métodos
diferentes que se pueden seguir para buscar y encontrar
la solución de la cuadratura, y que los dos modelos de los
que se pueden deducir esos dos métodos, el dibujo de El
Hombre de Vitruvio y los esquemas de las dos pirámides
de Gizeh, presentan unas similitudes sorprendentemente
coincidentes, pues en la realización de ambos dibujos se
requiere la utilización de referencias semejantes, como
son dos círculos, dos cuadrados, y una seria de marcas
intermedias que se toman y se trasladan con el compás.
Con el ‘método de Leonardo’ se deduce que el trazado
del cuadrado consiste en dibujar la línea del primero de
sus lados, entre un punto que es el vértice de uno de sus
ejes o diámetros hasta el perímetro del círculo, utilizando
un segundo punto de referencia que, con el compás y la
regla, ha de localizarse oportunamente.

Esquema del ‘método de Leonardo’


63
 

Con el ‘método de las dos pirámides’ se deduce que


el trazado del cuadrado será el inscrito en un círculo de
referencia que ha de localizarse oportunamente a partir
del esquema de la pirámide de Kefrén.

Esquema del ‘método de las dos pirámides’

El dibujo de Leonardo da Vinci y el esquema de las


dos pirámides de Gizeh son representaciones magistrales
que guardan muy bien un secreto en clave de geometría
de un problema que ha suscitado el interés y la intriga de
los hombres de ciencia durante varios miles de años.
64 
 

Una línea ficticia aparece como un vínculo o un nexo


de relación a través de los tiempos, que converge en las
dos pirámides de Gizeh, en la catedral gótica de Chartres,
en el dibujo de Leonardo da Vinci... y en los templarios.
«Las estructuras octogonales del Temple contenían el
espacio central de planta circular, con el que plasmaban
los dos centros sagrados de Jerusalén, el octógono del
Templo de la Roca y el círculo de la iglesia del Santo
Sepulcro... El símbolo de la iglesia octogonal proviene del
Centro Sagrado Invisible: el punto central ocupado por la
roca sagrada de Jerusalén, el centro del mundo para el
sincretismo hebreo e islámico, que los templarios acatan
e incorporan en sus ceremonias. En esta arquitectura
iniciática se plasma el universo: del centro sagrado
circular se pasa al cuadrado a través del octógono, que
simboliza la unión de lo celeste y lo terrenal, la perfección
divina.»
Círculo, octógono, cuadrado... idénticas proporciones
geométricas que las del esquema de la Gran Pirámide.
Un vínculo que señala hacia el pasado, hacia aquella
extraordinaria civilización en la que concurren el mayor
número de misterios y enigmas de toda la antigüedad,
entre los que buscar indicios o pequeños detalles, que
por su relevancia pueden servir para configurar nuevas
opciones, otras posibilidades que serán como minúsculos
focos de luz que iluminen nuevas vías hacia secretos que
están muy bien guardados, conocimientos que todavía
esperan ser explicados o comprendidos.
65
 

II

LAS DOS PIRÁMIDES DE GIZEH

La civilización de los antiguos egipcios ha causado


siempre gran fascinación a cuantos visitantes pasearon
entre las grandes construcciones en piedra, a lo largo y
ancho de todo Egipto, y también a todos aquellos que se
adentraron en la lectura de libros que tratan sobre dicha
civilización. Los libros, documentos y las informaciones
que tratan acerca de su historia, su cultura y sus obras
arquitectónicas son innumerables, pero todos ellos tienen
un punto de referencia común, y es que ponen de relieve
la existencia de misterios y enigmas por todas partes. El
objetivo y la razón de entrar en un tema tan complejo e
inmenso como este, será precisamente porque encierra
numerosos secretos ‘muy bien guardados’, de los que
recogeremos algunos detalles o aspectos relacionados con
esos misterios que se suscitan, destacando los datos que
pueden ser de gran utilidad, especialmente aquellos que
relacionan esos monumentos en piedra, las pirámides,
por sus supuestas propiedades físicas, energéticas, por
su influencia en elementos de la naturaleza, en definitiva
por las interacciones que al parecer se producen con lo
que son conocidas como ‘energías naturales’.
66
 

Precisamente, uno de los enigmas que durante siglos


causó y sigue causando fascinación entre los hombres de
ciencia que se han dedicado al estudio arqueológico de la
civilización egipcia, está originado en el repentino y
sorpresivo desarrollo de la vida cultural y conocimientos
científicos que alcanzaron en tan solo unos pocos lustros,
especialmente en aspectos tecnológicos y arquitectónicos.
Los historiadores, arqueólogos y filósofos no pudieron
imaginar cuál pudo ser la causa por la que los antiguos
egipcios representan un fenómeno de la evolución
humana completamente diferente al resto de pueblos que
poblaron el planeta en épocas remotas. En otras culturas
y civilizaciones del pasado se advierte un desarrollo lento,
escalonado y sucesivo, desde los niveles más primitivos
hasta el florecimiento y apogeo de sus respectivos estilos
culturales y arquitectónicos. Con los antiguos egipcios, al
parecer no ocurrió de igual manera, tal como lo muestran
los imponentes restos arqueológicos de aquella época,
muchos de los cuales permanecen todavía hoy con todo
su esplendor. La tierra de los faraones resultó ser un
caso diferente, único, pues hace unos ocho mil años, por
las tierras regadas por el Nilo se encontraban algunas
tribus dispersas, con un nivel de vida y cultura bastante
pobres. Poseían tan sólo herramientas rudimentarias,
cerámica tosca y modestas construcciones de adobe y sin
embargo, en el transcurso de unos dos siglos floreció una
sorprendente civilización, pues comenzaron a construir
grandes ciudades, suntuosos templos, monumentos en
piedra, con formas, estructuras y decoraciones notables,
hasta alcanzar en relativamente tan poco tiempo una
asombrosa perfección, representada especialmente en las
pirámides, construidas con enormes y pesados bloques
de piedra, lo que supone una demostración del adelanto
tecnológico que todavía sigue causando la sorpresa y la
admiración de sabios y hombres de ciencia que hayan
visitado las tierras de Egipto.
Desde los antiguos filósofos griegos, los romanos, los
árabes, hasta los más famosos y destacados arqueólogos,
67
 

egiptólogos, científicos, escritores, alquimistas, incluso


emperadores, todos quedaron fascinados por la ciencia de
los antiguos egipcios, y a lo largo de siglos han tratado de
desentrañar los numerosos misterios que rodean el
antiguo Egipto, de los cuales, los más profundos secretos
se esconden en las enormes y silenciosas pirámides.
Las pirámides de Egipto, y en especial las dos
pirámides de la meseta de Gizeh, son construcciones que
impresionan, semejantes a grandes montañas artificiales
que fueron diseñadas por maestros arquitectos de un
mundo perdido que acaso pretendían desafiar al tiempo,
y porque quizás, según algunas leyendas muy extendidas
que llegan a afirmar que contienen en su interior algunos
de los secretos del Universo. Unas piedras milenarias que
a lo largo de los siglos han sorprendido y suscitado gran
admiración entre quienes las visitaron y han generado
multitud de teorías y opiniones diferentes, debido a esos
numerosos enigmas y misterios que parecen encerrar,
secretos de unas ciencias que, en parte todavía hoy
permanecen ocultas, después de tantos miles de años, y
quizás, el mayor secreto de todos sea el hecho de que se
desconocen los motivos o los objetivos por o para las que
fueron construidas. No se tiene certeza absoluta sobre su
finalidad, si fueron monumentos funerarios, tumbas o
templos iniciáticos. Siguen causando numerosas dudas y
siendo objeto de multitud de hipótesis y teorías, aunque
esos secretos en el fondo podrían resultar simples y
naturales, porque podrían tratarse de conocimientos de
la física de la naturaleza que quedaron olvidados en el
pasado, debido a que aquellos que los descubrieron los
consideraron sobrenaturales o sagrados, y los ocultaron
lejos del alcance de los profanos.

«Existieron, antes de la Historia, hombres


que poseyeron una ciencia suma, principalmente
en lo que concierne a la Naturaleza, la Tierra, el
cielo y el hombre.»
68
 

Las pirámides siempre fueron motivo de controversia


y admiración, especialmente por la posibilidad de que
estas estructuras geométricas representen algún tipo de
fuerzas, energías desconocidas o relacionadas con formas
de generar, recoger o transmitir las energías telúricas,
aunque para algunos estudiosos sobre el origen de las
religiones, la forma de las pirámides “imitarían a la llama
del ‘fuego’, un elemento considerado como el origen solar
de muchas religiones arcaicas”.
En la meseta de Gizeh hay tres pirámides y una gran
esfinge. Según algunas tradiciones, la Gran Pirámide de
Keops encierra misterios y propiedades que estarían
relacionados con el mundo de lo material, simbolizando
las fuerzas de la Naturaleza. La Pirámide de Kefrén sería
una representación del Hombre, el mundo de lo humano,
y simbolizaría el movimiento. La Pirámide de Micerinos,
representaría el mundo Divino, un símbolo de lo Eterno.
Y la Gran Esfinge... ¿Qué representaría? ¿Cuál es el
enigma que simboliza?
Haremos una breve incursión en esos secretos tan
bien guardados para mostrar que interpretaciones se dan
o los significados que se atribuyen a estas portentosas y
antiquísimas construcciones, a partir de diversos puntos
de vista, opiniones de arqueólogos, expertos y diversos
autores que las estudiaron.
Una de las grandes dudas que suscitan este tipo de
monumentos es considerar que fueron construidos como
tumbas para los faraones, ya que por lo general se
encuentran en un complejo funerario, en un cementerio
rodeadas de multitud de pequeñas tumbas, si bien la
circunstancia de existir enterramientos cercanos podría
ser considerada a la inversa, es decir, que los ciudadanos
egipcios de las clases más bajas quisieron enterrarse al
lado de los grandes monumentos sagrados. En el interior
de las pirámides no han encontrado enterramientos, ni
momias de faraones, ni tesoros, aunque por ejemplo, en
la Gran Pirámide se encuentra todavía un sarcófago, pero
cuya finalidad podría haber sido distinta a la de contener
69
 

en su interior la momia de un faraón. Hay quienes lo


consideran un receptáculo muy bien tallado, de cuya
capacidad se facilita el conocimiento de algunas verdades
científicas, como la densidad de la Tierra y su peso. Si
bien, como veremos más adelante, esas apreciaciones no
tendrían ningún significado si el destino real de esas
pirámides hubiera sido el de servir de tumba eterna para
los faraones. Dados los conocimientos arquitectónicos
que poseían los sacerdotes y los constructores egipcios,
no hubiera representado para ellos ninguna dificultad el
poder ocultar para siempre estancias funerarias reales,
ya que si las pirámides se construían desde dentro y
dado que los faraones solían morir con mucha antelación
a que la pirámide estuviera completamente terminada,
una vez enterrados sería muy sencillo sellar por completo
los accesos y los pasillos que conducirían a las estancias,
haciendo imposible el acceso a las mismas, a menos que
se desmontaran las pirámides por completo, bloque a
bloque. Una circunstancia que hubiera ocurrido con gran
probabilidad si profanadores de tumbas, conquistadores,
persas, romanos, árabes, franceses, etc., hubieran tenido
la completa seguridad de la existencia de esas estancias
en su interior, en las que se encontrarían los inmensos
tesoros que auguraban todas las leyendas. Pero tal cosa
no ocurrió, por fortuna para la ciencia y la egiptología,
pero eso motivó que se abrieran grandes interrogantes,
cuyas respuestas son inciertas y variadas, y las dudas
que suscitaron perduran en la actualidad.
Porque, si no fueron tumbas... ¿qué fueron?
Y si no fueron tumbas... ¿para qué se construyeron?
¿Por qué las pirámides fueron consideradas templos?
¿Por qué hay pirámides cercanas a necrópolis?
¿Por qué hay pirámides de algunas culturas que sí
fueron tumbas, o contuvieron enterramientos?
¿Por qué adoptaron la forma piramidal para unas
construcciones tan descomunales?
¿Por qué otras en culturas que florecieron con
posterioridad únicamente se construyeron templos?
70
 

¿Por qué por todas partes del mundo se encuentran


pirámides de diferentes formas y tamaños, en numerosos
países, de diferentes culturas y civilizaciones, en épocas
distintas y con creencias religiosas tan variadas?
El cronista árabe Al-Maqrizi (1360-1442) citando lo
dicho por otros historiadores antes que él, acerca de las
pirámides de de Gizeh, relata: «Las tres mayores son las
que todavía quedan en pie, frente a Masr. No hay acuerdo
sobre la época de su construcción, ni sobre los que las
edificaron, ni sobre los motivos de su erección. Acerca de
este tema corren muchas leyendas que se contradicen, la
mayor parte de las cuales carecen de fundamento.»
Demasiadas incógnitas y muchas más que siguen
esperando respuestas satisfactorias. Veamos algunas de
las numerosas pirámides que se encuentran por todo el
mundo, con breves comentarios acerca de las diversas
finalidades que se les atribuyen.
71
 

Pirámides por todo el mundo

Quizás los aspectos por los que las pirámides llaman


más poderosamente la atención sean por su forma y por
su enorme tamaño. Y también por el hecho de que estas
portentosas obras constituyen un fenómeno extendido
por todas partes del mundo, y en unas épocas en que los
seres humanos vivían en chozas construidas con ladrillos
de barro y paja. Aunque las pirámides de Egipto son las
más famosas y conocidas en el mundo, es un fenómeno
que intrigante desata la imaginación porque forma parte
de tantos y tantos misterios de los antiguos, como es la
existencia de innumerables pirámides en muchos países
de varios continentes, con diversidad en sus formas y
tamaños, edificadas desde hace varios miles de años por
diferentes culturas y civilizaciones, aunque con el tiempo,
por el transcurso de las sucesivas generaciones fueron
cayendo en el olvido las motivaciones que tuvieron los
que las edificaron, y sobre todo porque se desconoce para
qué sirvieron o qué finalidades les dieron.
Durante milenios se desarrollaron gran diversidad de
civilizaciones de las que en asuntos de arquitectura, unas
lograron sobresalir mucho más que otras, aunque solo en
determinadas culturas se construyeron pirámides, como
la de los egipcios, los mayas, los aztecas, o los chinos.
Un tema bien conocido y estudiado, abierto a teorías,
especulaciones y fantasías, las pirámides están presentes
como una forma arquitectónica de antiguas civilizaciones
en países diversos y distantes del planeta: Egipto, Sudán,
México, Guatemala, Perú, Mesopotamia, India, Siberia,
China... culturas totalmente ajenas entre sí y separadas
no solo por enormes distancias geográficas, sino también
por periodos de tiempo milenarios. En América, enormes
construcciones piramidales de mayas, aztecas, moches y
otras culturas se extienden por el norte, el centro y el sur
del continente americano, de existencia supuestamente
desconocida por los europeos, africanos y asiáticos hasta
72
 

hace cinco siglos, cuando fue ‘oficialmente’ descubierto.


Aquellas civilizaciones construyeron diferentes clases de
pirámides, con usos y justificaciones específicas de cada
cultura, que fueron desde monumentos funerarios hasta
templos; unas estuvieron recubiertas de superficies lisas,
otras escalonadas, otras con rampas, otras truncadas en
sus cúspides, etc… pero todas coincidieron en reproducir
esa misma forma geométrica piramidal.
Algunos arquitectos y arqueólogos coinciden al dar
una explicación de por qué la pirámide era una forma tan
común en la construcción en la antigüedad: la pirámide
sería una forma arquitectónica muy estable que se puede
construir sin necesidad de argamasa, ya que el peso de
cada hilera de piedras se distribuye de forma uniforme
sobre la hilera anterior. Para una civilización primitiva
esa sería la forma más fácil de elevar una edificación
grande y majestuosa que no se viniera abajo fácilmente.
Una explicación que puede ser válida para algunas
mastabas funerarias o pirámides muy simples y toscas,
pero parece demasiado simple para ser considerada, si se
toma como referencia la Gran Pirámide, en la que hay
cámaras, rampas y galerías en su interior que requieren
de complejas habilidades arquitectónicas que van más
allá del simple esfuerzo de izar y colocar piedra sobre
piedra, cuando se tratan de enormes y pesados bloques.
En cualquier caso se induce a la gran duda de por qué
adoptaron esta forma geométrica con tanta generalidad y
cuando también esas culturas construían templos con
bloques más ligeros y sustentados por columnas.
¿Acaso pretendían con la forma piramidal reproducir
alguna estructura con especial significación mística, con
poderes sagrados, o para generar fuerzas sobrenaturales?
¿Qué estructuras presentes en la naturaleza podrían
haber imitado los antiguos constructores?
73
 

¿Una montaña sagrada como la del Valle de los Reyes...?

¿Un mineral precioso como el diamante...?

¿Una estructura que simbolice vida o energía...?


74
 

Pirámides en África

«Una de las maravillas que hay en Egipto son las


pirámides que han atraído la atención de gran número de
escritores que consignaron en sus obras la descripción de
estos monumentos. Las hay en gran número, y están
todas situadas en el mismo lado del río Nilo, en la misma
línea que la capital y en un espacio que recorre todo el
país. Entre ellas las hay grandes y pequeñas; algunas
están construidas de tierra y ladrillos; la mayor parte son
de piedra; unas están formadas por escalones o gradas,
pero casi todas tienen una forma piramidal exacta, con
superficies lisas.»

Pirámide escalonada de Zoser

La primera gran pirámide que se construyó, de la


que sí se conocen esos datos fue la tumba o cenotafio del
faraón Zoser, de la III Dinastía, sobre el año 2650 a. C.
Denominada antiguamente como ‘la más Sagrada’, se
conoce actualmente como ‘pirámide escalonada’ y según
Manetón fue edificada por Imhotep, el primer arquitecto
de la historia.
«Imhotep, sacerdote, médico, astrónomo y arquitecto,
fue el artífice e inspirador de la pirámide de Zoser. Antes
que él fueron las enigmáticas pirámides de Gizeh, cuya
autoría constituye todavía hoy un misterio, y después...
75
 

la mediocridad. Pero, entre una y las otras, tuvo lugar el


descubrimiento de una técnica secreta, el ‘ablandamiento
de piedras’ que dio lugar a uno de los misterios más
insondables sobre la edificación de estos monumentos.
Los textos jeroglíficos que figuran en la conocida como
‘Estela Química de Jnum’, relatan las fórmulas dadas por
el dios ‘Jnum, el que modela’ al faraón Zoser a través de
sueños, con el fin de que éste pudiera fabricar piedras
artificiales con las que alzar su sagrado monumento»

Pirámide acodada en Dashur

La pirámide acodada o romboidal fue construida por


orden del faraón Snefru, en Dashur. Se piensa que su
particular forma fue una tentativa fallida de pirámide de
caras lisas, última fase en la evolución de las pirámides
egipcias. Posee numerosas particularidades y se asemeja
en muchos puntos a la pirámide erigida por el hijo y
sucesor de Snefru, Jufu (Keops). Tiene dos entradas, una
de las cuales está situada sobre la fachada septentrional,
hecho único en el Imperio Antiguo, y conserva aún la
mayor parte de su recubrimiento, lo que la convierte en
una de las pirámides mejor conservadas de todo Egipto, y
lo que hizo que fuese conocida como ‘Aquella que brilla al
sol’. El complejo funerario que la rodea, revela vestigios
de un imponente templo cuya rica ornamentación lo
distingue de otros monumentos de la Cuarta Dinastía. La
76
 

original forma de la pirámide acodada es extraordinaria y


representa una forma piramidal de transición, mientras
que la pirámide Roja es la primera pirámide clásica de
caras triangulares.

Pirámide Roja en Dashur

La pirámide Roja es la tercera de las pirámides cuya


construcción se atribuye al faraón Snefru. Representa la
primera tentativa de pirámide de caras lisas y fue la
construcción más alta de la época en que fue construida.
Estaba originalmente recubierta con piedra caliza blanca,
pero solo algunas de esas losas permanecen aun en una
esquina de la base de la pirámide, debido a que durante
años la piedra caliza fue usada para edificios de El Cairo,
dejando a la vista el granito rojizo de su estructura. No se
encontró ningún sarcófago en el interior de ninguna de
sus cámaras.
El yacimiento arqueológico más importante de Egipto
y posiblemente el más célebre del mundo se encuentra en
la meseta de Gizeh, lugar donde hace unos 5.000 años se
erigieron las tres grandes pirámides de la IV Dinastía: La
Gran Pirámide de Keops, la de Kefrén y la de Micerinos.
Las tres pirámides formaban parte de amplios complejos
funerarios, con templos, tumbas, y pirámides menores.
Al este de la pirámide de Keops se construyeron las
denominadas pirámides de las reinas, de casi 50 metros
77
 

de lado y 30 de altura, para servir de tumbas a su madre


y sus esposas. Existen otros tipos de sepulturas más en
dicho complejo funerario, como las mastabas e hipogeos
destinados a varios miembros de las familias reinantes,
altos dignatarios o sacerdotes.

Pirámides de la meseta de Gizeh

«La posición social de un faraón, considerado casi un


dios en la tierra, se reflejaba en su tumba. Desde tiempos
inmemoriales, la pirámide representaba el amanecer y la
resurrección, y la gente creía que una tumba de estas
dimensiones ofrecería al rey muerto más posibilidad de
resurrección. La pirámide era vista como una escalera al
cielo, permitiendo al alma del rey muerto viajar y unirse
con los dioses en el cielo. Durante las horas de la noche,
el rey, tomando la forma de Osiris, dios de la vida futura
y de la resurrección, bajaba en la barca de Ra, dios del
Sol y, estrechamente unido a este dios, navegaba en la
oscuridad.»
Destacan por sus especiales características las dos
grandes pirámides de Gizeh, y en los capítulos siguientes
se desarrollarán los aspectos más significativos, así como
sobre la monumental y enigmática escultura que parece
presidir todo el complejo: La Gran Esfinge.
Al Sur de Egipto, hay muchas más pirámides de otro
estilo, las nubias, diferentes y mucho más pequeñas que
las egipcias y más empinadas. Los reyes nubios, que
realmente se hacían enterrar en tumbas piramidales eran
78
 

sepultados de manera diferente, sobre un lecho en lugar


de un sarcófago y conjuntamente con sus súbditos.
«Al igual que los egipcios, los nubios creían en una
vida después de la muerte. Pensaban en ella como una
continuación de la vida en la tierra. Para ellos, la vida
futura se asemejaba a ésta, y construían sepulcros
enormes como un hogar para los muertos.»

Pirámides nubias de Menroe

Pirámides en América

Las pirámides que se encuentran en Centroamérica


siguen constituyendo un misterio insondable, ya que los
actuales investigadores están considerando que son más
antiguas de lo que hasta ahora se creía, llegando incluso
a atribuirles antigüedades de hasta ocho milenios.
Existen notables diferencias respecto a las pirámides
egipcias, destacando primordialmente la forma ‘truncada’
que presentan en las cúspides, los materiales utilizados,
fundamentalmente adobes y ladrillos cocidos, y por las
escalinatas por las que se accede hasta las cúspides, las
cuales nos dan una idea más concreta sobre su función
principal, como templos más que como monumentos
funerarios, y por último también por sus medidas, mucho
más pequeñas, sobre todo en la altura.
79
 

Las diferentes civilizaciones que poblaron las tierras


de ese continente, edificaron pirámides con estructuras
diferentes y diversos usos. Las pirámides aztecas, por
ejemplo, eran enormes templos donde se ejecutaban
complejos rituales, ceremonias y sacrificios de adoración
a diversas deidades; las pirámides incas eran residencia o
morada de algún tipo de deidad, aunque muchas de ellas
se cumplían además funciones funerarias. Las pirámides
mayas también cumplían funciones muy similares.

Pirámide azteca del Sol

La pirámide del Sol, en Teotihuacán, México, es la


más imponente de Mesoamérica, «un posible indicador
geodésico y astronómico para colocar al hombre en el
espacio y el tiempo y para ajustarlo al Cosmos, ya que la
leyenda dice que era un lugar donde los hombres se
hacían dioses.»
Sus medidas son de 225 metros de base y 63 metros
de altura. Es la representación de un centro energético.
Según algunas leyendas populares, supersticiones y
creencias, se dice que estando en la cúspide, de pie en el
centro de la plataforma, si se pide un deseo, éste
seguramente se cumplirá; también es el lugar apropiado
para recibir ‘energía cósmica’; incluso hay padres que
llevan a sus niños en brazos hasta la cúspide para
presentarlos al cosmos.
80
 

Uno de los enigmas que rodean a la pirámide del Sol


lo constituye un hallazgo realizado por un arqueólogo,
cuando se realizaban trabajos de desescombro en ese
monumento, y fue la existencia bajo la pirámide de una
misteriosa caverna, y de una complicada red de cámaras
subterráneas, pasajes y conductos de drenaje. Algunas
de esas cámaras contenían una ancha y gruesa capa de
mica laminada que cubría una gran superficie, de la cual
no se sabe qué finalidad tenía. También se halló cerca de
allí un templo en el que existe un trozo de suelo cubierto
con hojas de mica.
«La mica es un material resistente a la electricidad y
tiene propiedades naturales de aislamiento, que la hacen
resistente al agua, al calor y a la electricidad, y se la
consideraba un apreciado aislante eléctrico y térmico que
sólo fundía a temperaturas superiores a los 1.100 grados
centígrados. Un material demasiado raro para el lugar,
del que los expertos han determinado que su procedencia
se encuentra en Brasil, a 2.000 millas de distancia. Por
alguna oscura razón los arquitectos de Teotihuacán la
colocaron allá hacia el siglo II a. C.»
¿Qué finalidad tendrían esos recubrimientos de un
material tan específico y raro como es la mica?

Pirámide azteca de la Luna


81
 

La Pirámide de la Luna, también en Teotihuacán,


cubre una estructura más antigua y tenía ya ese perfil
desde la etapa anterior al año 200 d. C. Entre 200 y 450
d. C., se le añadió la estructura de cuatro cuerpos talud-
tablero frente a la escalinata que da a la Calzada de los
Muertos. Dicha estructura tenía una plataforma en la
parte superior que sirvió para realizar ceremonias en
honor de Chalchiutlicue, una de las figuras femeninas
más importantes vinculada al ‘líquido’ en la cultura
mesoamericana, conocida como la diosa de los océanos,
los lagos, y todas las corrientes de agua, relacionada con
la Luna, a quien se le dedicó el templo superior y cuya
escultura fue hallada al pie de la pirámide.

 
Pirámide maya de Kukulkán

La pirámide maya de Kukulkán, en la península de


Yucatán, México, es la principal estructura de Chichén
Itzá, y representa un centro astronómico, en el que se
muestran los profundos conocimientos que los mayas
poseían en ciencias como las matemáticas, geometría,
acústica y astronomía. Al ser una sociedad inicialmente
agrícola, los mayas observaron con detenimiento el
comportamiento de las estaciones, las variaciones de las
trayectorias del Sol y las estrellas, y combinando sus
conocimientos, lograron registrarlos en la construcción
del templo dedicado a su dios Kukulkán.
82
 

Según las crónicas mayas, Kukulkán, al igual que


Quetzalcóatl, es el conquistador que llegó a Yucatán por
el mar desde el oeste, hacia finales del siglo XI, y se
convirtió en caudillo y fundador de su civilización. De la
fusión de los dos mitos, Kukulkán aparece como el señor
del viento y de la lluvia, porque rige y gobierna la nave
que le condujo a Yucatán y al pueblo que fundó.

Pirámide del Gran Jaguar

La pirámide del Gran Jaguar, en Guatemala es un


templo funerario-ceremonial construido hacia el 700 d.C.
por la civilización maya, siendo la principal construcción
de la ciudad de Tikal, la más grande del período maya
clásico-tardío, situada en una región de Guatemala.
Tikal es uno de los mayores yacimientos arqueológicos y
centros urbanos de la civilización maya precolombina, un
complejo en el que se encuentran tumbas, templos,
palacios y monumentos.
«El nombre de Tikal puede ser una derivación de las
palabras ‘ti ak'al’ que en el idioma maya significa "en el
pozo del agua". Aparentemente ese nombre fue aplicado
por cazadores y viajeros de la región y se refería a una de
las antiguas reservas de agua del sitio.»
83
 

Pirámides en la India

«Los templos en la India tienen una estructura


triangular, sin llegar a ser pirámides propiamente dichas,
pero la forma de triángulos como figuras geométricas son
utilizadas con diversos fines, en especial con el objetivo
aparente de que sirve para atraer o concentrar la energía
vital del universo, el prana, en esas imágenes.»

Templos de Prambanan

El complejo de Prambanan, en la India, está


compuesto por 240 templos dedicados al dios Shivá, con
la típica arquitectura tradicional hindú, un modelo del
universo con tres niveles que representan los tres reinos:
el reino más bajo habitado por los mortales; el reino
medio por los santos, y dioses menores, y el reino más
alto y más sagrado, por los dioses.
«Los distintos niveles o terrazas que componen los
templos hindúes representan a los cuatro elementos de la
naturaleza: tierra, el símbolo del nacimiento físico y la
manifestación de la conciencia individual; agua, símbolo
de la creación lunar y reflejo de la creación; el fuego,
símbolo que desarrolla el ego del hombre; el aire, símbolo
que da el equilibrio de la energía; más el éter, o símbolo
que abre las puertas del conocimiento total.»
84
 

Pirámides en China

Tan solo en China hay casi ochocientas pirámides,


especialmente en la región de Xi’an, algunas de las cuales
superan en tamaño a la Gran Pirámide de Gizeh. Aún
cuando realmente hace ya más de un siglo que existen
indicios sobre la construcción de enormes pirámides en
la China antigua, fue motivo de controversias debido a
que tanto las autoridades como los arqueólogos de ese
país, negaron la existencia de esas edificaciones.
«Diversos exploradores dieron testimonio de las
numerosas pirámides en el área de Xi’an, haciendo
especial hincapié en una de ellas, una construcción
colosal que alcanzaría los 300 metros de altitud y algo
más de 500 metros de base.»
Muy conocida es una historia referida por el piloto
James Gaussman, según la cual durante un vuelo a la
India a finales de la Segunda Guerra Mundial, tuvo que
corregir su rumbo, sobrevolando un valle en el que
observó una ‘gran pirámide blanca’ hecha de metal o de
piedra, y que en su cima había una piedra pulida, como
una gran joya, pero ninguna fuente digna de crédito dio
evidencias de ello.
Los científicos americanos que han estudiado la zona
certifican que las alturas de 300 metros que se atribuían
a estas pirámides (el doble que la de Keops) se habían
exagerado, y que los montículos de esta zona son mucho
más pequeños y que "las pirámides de esta Región de
China están construidas con barro y arena y se parecen
más a montículos que a las pirámides de Egipto". Relatos
antiguos asignaban a la pirámide de Qin Shi Huang una
altura de unos 150 m, pero actualmente se cree que esta
altura era la originalmente proyectada, y que jamás llegó
a alcanzarse debido a la paralización de las obras tras la
muerte del emperador, a causa del coste económico de su
construcción para las arcas del imperio, y a las revueltas
sociales que se sucedieron.
85
 

El emplazamiento de estas pirámides, a unos 60 km


al suroeste de Xi'an, es un vasto complejo funerario de
gran valor arqueológico, pero pocas pirámides han sido
exploradas. En la actualidad resulta posible visionar la
localización de varios grupos de pirámides de la región de
Xi'an, a través Internet, con el programa Google Earth, en
estas coordenadas:

34°20′18″N 108°34′12″E   
34°23′53″N 108°42′46″E 
34°21′42″N 108°38′27″E
34°22′37″N 108°41′06″E
 

 
Pirámide en Xi’An 

Se estima que la mayoría de las 400 edificaciones se


construyeron durante la dinastía del emperador Qin Shi
Huang (260-210 a.C.) con el propósito de albergar cerca
de su tumba los restos de los miembros de la corte
imperial china para que le acompañaran en su descanso
eterno. A pesar de la tiranía y crueldad de su mandato,
Qin Shi Huang llevó a cabo importantes proyectos de
construcción, como una versión primitiva de la Gran
Muralla China o una extensa red de carreteras y canales
que conectaban las provincias para acelerar el comercio y
para facilitar los desplazamientos militares.
86
 

A pesar de que la cámara funeraria del emperador


nunca ha sido abierta, relatos antiguos mencionan que
en el mausoleo, cuyas dimensiones podrían rondar los
50x80 metros, está representado el reino de China, con
maquetas de sus palacios, estrellas en el cielo, y ríos y
lagos recreados con mercurio. Recientes análisis del
terreno han detectado elevadas concentraciones de este
elemento, corroborando la veracidad de esta hipótesis. En
la actualidad esa pirámide, así como otras construidas
con posterioridad, aparecen como montículos recubiertos
por vegetación.
«El emperador estaba completamente obsesionado
con alcanzar la inmortalidad, se hacía preparar bebedizos
y pócimas que consumía con la esperanza de alargar su
vida. Y esa misma búsqueda lo condujo a la muerte.
Murió mientras se encontraba haciendo un viaje por la
China oriental, en busca de las legendarias islas de los
inmortales y el secreto de la vida eterna. Según se cuenta
murió a causa de un brebaje que contenía demasiado
mercurio.»
La existencia de tantas pirámides repartidas por todo
el mundo sería una circunstancia puramente anecdótica
si se compara con el enorme influjo y la fascinación que
siempre ha causado la Gran Pirámide de Gizeh, por los
innumerables secretos y misterios que la rodean.
87
 

¿Cómo se construyeron las pirámides?


La forma en que fueron construidas las pirámides es
uno de los misterios o enigmas que todavía permanecen
sin una respuesta convincente, dando lugar a numerosas
hipótesis y controversias. Especialmente, nos referiremos
a la construcción de la Gran Pirámide, cuya perfección
parece del todo imposible de estar al alcance para una
cultura a la que se supone que tenía un escaso desarrollo
tecnológico. Entre los aspectos que destacan por ser los
más incomprensibles están la inexistencia de pavimentos
o huellas de arrastre de los enormes bloques de granito,
ni puntos de engarce para ser izados con grúas y con
cuerdas. Además, en la colocación de los bloques
utilizaron yeso de rápido fraguado en las juntas, lo que
obligaba a situar cada bloque en su lugar con enorme
precisión, ante la imposibilidad de volver a modificar su
posición sin romperlo o dañarlo.
Según el historiador griego Heródoto, «la Gran
Pirámide de Keops se construyó de este modo: a manera
de gradas, que algunos llaman adarves y otros zócalos.
Hechos así el comienzo, levantaron las demás piedras con
máquinas formadas de maderos cortos, que las alzaban
desde el suelo hasta la primera hilera de las gradas;
cuando subían hasta ella la piedra, era colocada en otra
máquina levantada sobre la primera grada, y desde ésta
era levantada hasta la segunda hilera por otra máquina.
Porque había tantas máquinas como hileras de gradas, o
bien porque la misma máquina, siendo una sola y
fácilmente transportable, la irían llevando de grada en
grada, cada vez que descargaban la piedra: demos las dos
explicaciones exactamente como las dan ellos. La parte
más alta de la pirámide fue labrada primero, después
labraron lo que seguía y por último la parte que estribaba
en el suelo y era la más baja de todas. En la pirámide
está anotado con letras egipcias cuánto se gastó en
rábanos, en cebollas y en ajos para los obreros; y si bien
88
 

me acuerdo, al leerme el intérprete la inscripción, me dijo


que la cuenta ascendía a mil setecientos talentos de
plata. Y si esto es así ¿cuánto sin duda se habrá gastado
en las herramientas con que trabajaban y en alimentos y
vestidos para los obreros, ya que construyeron las obras
durante el tiempo mencionado y además trabajaron otro
tiempo, durante el cual tallaron y transportaron la piedra
y labraron la excavación subterránea, en tiempo nada
breve?»
«Según los sacerdotes, estuvo el Egipto en el mejor
orden y en gran prosperidad, pero durante el reinado del
faraón Keops -Kufu-, precipitó a los egipcios a una total
miseria. Primeramente, cerró todos los templos y les
impidió ofrecer sacrificios; ordenó después que todos
trabajasen para él. Los unos tenían orden de arrastrar
piedras desde las canteras del monte Arábigo hasta el
Nilo; después de transportadas las piedras por el río en
barcas, mandó a los otros recibirlas y transportarlas
hasta el monte que llaman Líbico. Trabajaban por bandas
de cien mil hombres, cada una durante tres meses. El
tiempo en el que penó el pueblo para construir la calzada
para conducir las piedras fue de diez años; y la obra que
hicieron es a mi parecer no muy inferior a la pirámide,
pues tiene cinco estadios de largo (888 metros), diez
brazas de ancho (18 m) y ocho brazas de alto (14 m) en
su mayor altura, y está construida de piedra labrada y
esculpida con figuras.»
Existen muchos otros testimonios sobre la forma en
que fue construida la Gran Pirámide, algunos de gran
interés, como el del médico árabe Ali ben Raduán, quien
escribió: «He reflexionado sobre la construcción de las
pirámides, habiendo llegado a la conclusión de que
fueron necesarios profundos conocimientos teóricos y
prácticos de arquitectura y mecánica en las personas que
trazaron el cuadrado de su base, tallaron las piedras
machos y hembras y revocaron todo con yeso marino, de
manera que consiguieron hacer crecer la construcción
hasta un punto en el que será posible subir los grandes
89
 

pesos. Al elevarse, la edificación si iba estrechando, y en


cada hilera se ponía una piedra perfectamente ajustada,
alternativamente macho o hembra, Se siguió así hasta un
punto en el que no fue posible continuar; entonces se
truncó la altura, y las aristas salientes, utilizadas para la
subida de los materiales, fueron rebajadas, y al hacer
esta operación sobre toda la superficie, obtuvieron un
bloque liso que formaba la pirámide.»
El escritor André Pochan que relata ese testimonio
en el libro El enigma de la Gran Pirámide, añade una nota
al pie con la siguiente aclaración: «Efectivamente, en los
bloques de revestimiento que continúan en su lugar, en
la segunda pirámide, se ven entalladuras que debían
corresponder o bien a espigas talladas en el bloque que
estaba inmediatamente debajo, o a otras entalladuras
destinadas a recibir espigas metálicas que aseguraran la
estabilidad del revestimiento.»
«Su construcción no se hizo utilizando esclavos como
se ha creído durante mucho tiempo, sino trabajadores
altamente cualificados, con considerables conocimientos
en geometría, estereotomía -el arte de cortar las piedras-,
astronomía, etc. Por ello, es probable que no haya sido la
construcción de la pirámide la causa del descrédito del
reinado de Keops, sino las medidas administrativas y
religiosas adoptadas por este faraón, que influyeron muy
negativamente en la tradición egipcia posterior.»
Otro de los aspectos que resulta incomprensible es el
hecho de que nadie pueda decir cómo se iluminaron sus
constructores en el interior, puesto que no se ha hallado
ningún rastro de humo en los pasillos ni en las cámaras.
Un extraño hecho que se hace extensible en la excavación
de las tumbas y a la decoración interior en los templos
por todo Egipto.
Distintas teorías apuntan a la existencia necesaria
de rampas para poder transportar los enormes bloques
de piedras y materiales hasta alturas tan considerables.
Pero la hipótesis de una gran rampa que llegara hasta la
cúspide de la pirámide está descartada por la enorme
90
 

longitud que debería haber tenido, y porque llevar a cabo


una construcción de esa envergadura hubiera precisado
ejecutar una estructura tan grande o mayor que la propia
pirámide.
La hipótesis más lógica parece que sería la existencia
de rampas por el interior de la pirámide, con diferentes
accesos externos, que al concluir la construcción serían
convenientemente cegados y sellados, a través de los
cuales pudieron ser introducidos y transportados todos
los bloques de piedra y materiales necesarios, mediante
ese tipo de rampas, por las que accederían primero hasta
los niveles donde instalaron las diferentes cámaras y
pasadizos, y que finalmente llegarían casi hasta la misma
cúspide.

Posibles rampas por el interior de la pirámide

Desde esta óptica, las rampas internas quedarían


siempre sustentadas sobre bases perfectamente sólidas,
ya que la propia estructura ofrecería los planos de apoyo
precisos, y ninguna de las rampas soportaría en falso
más peso que cualquiera de las cámaras y pasadizos que
se conocen en la Gran Pirámide. El esquema del recorrido
de las rampas, visto sobre un plano, indica una similitud
extraordinaria que tendría con el trazado de los míticos
laberintos, ya que al igual que las rampas, por lo general
parten del punto más exterior y terminan siempre en el
centro. Dentro de la pirámide, sería como un laberinto
cuadrangular y ascendente, cuyo inicio partiría desde la
base y finalizaría cerca de la cúspide, y al igual que las
91
 

caras de la pirámide, iría decreciendo progresivamente en


el interior conforme va ascendiendo en altura.
Entre las teorías más novedosas y originales se
encuentra la expuesta recientemente por el arquitecto
francés Jean-Pierre Houdin, según la cual, la Gran
Pirámide fue construida por medio de rampas, situadas
tanto en el exterior como en el interior del monumento.
En ese sentido, Houdin sugiere que las piedras de la base
se transportarían a través de una rampa exterior.
«Al rebasar el primer tercio de la altura del edificio,
para llegar hasta la cima se emplearía otra rampa interna
de unos dos metros de ancho y con una inclinación del
7%. El diseño de esta rampa interna estaría condicionado
por la ubicación de las salas del monumento y de los
pasadizos que las unen. Por ella se transportaron las
piedras de los dos últimos tercios de la pirámide, mucho
menos pesadas que los enormes bloques de granito de
hasta 50 toneladas que se encuentran, por ejemplo, en la
cámara del Sarcófago.»
«Un estudio de microgravimetría habría demostrado
que, efectivamente, por el interior de la Gran Pirámide
existen, trazos de una posible rampa interior. El único
problema que reconoce Houdin en su teoría es el mismo
que detectó el arqueólogo Mark Lehner: en las esquinas
de 90 grados, la rampa tendría que haber sido más ancha
para poder girar los bloques de piedra, de tal forma que
los obreros pudieran empujarlos por la parte trasera. De
lo contrario, los constructores tendrían que haber usado
algún tipo de grúa. La propuesta de la rampa interior ha
tenido muy buena acogida entre gran parte de expertos
arqueólogos. Quizá nos encontremos ante una teoría que
puede ofrecer respuestas lógicas a una de las grandes
incógnitas de la egiptología. Aun así, todos parecen
coincidir en que esta propuesta no es más que un primer
paso, ya que aún son muchos los enigmas que quedan
por resolver.»
Si tal como se expone en esta teoría, las pirámides
fueron construidas de esta forma y en ellas existen estas
92
 

rampas internas, que hasta la fecha no han podido ser


encontradas, no se debería descartar la posible existencia
de cámaras o salas que también permanecen secretas en
el interior de esas enormes estructuras de piedra.

Simulación térmica del interior de la pirámide

«Los resultados del estudio experimental revelarían


que el aire contenido en una rampa interna provocaría
una inversión térmica entre las diferentes alturas del
monumento, por lo que la temperatura de la pirámide, en
este caso, sería algo más fría en la parte superior que por
la parte inferior, mientras que si la pirámide estuviera
completamente cerrada en el interior, su parte superior
sería más cálida. La evolución de la temperatura sobre la
superficie de una pirámide ha de experimentar los
mismos cambios de las temperaturas en función de la
climatología que se da en las diferentes estaciones del
año. Pero con una salvedad, y es que la evolución de la
temperatura en la superficie de una pirámide, en realidad
dependerá, aunque sea muy ligeramente, de lo que se
halle debajo de la superficie, en particular si existen
espacios vacíos.»
Estas circunstancias pueden tener una significación
especialmente interesante, ya que tanto en la superficie
como por el interior de las pirámides se dan diferentes
temperaturas y condiciones ambientales, debido al aire y
la humedad contenida en los huecos y cámaras, lo que
93
 

puede generar interacciones con las fuerzas físicas de la


naturaleza, o con condiciones atmosféricas, causando las
influencias que puedan ejercer sobre su entorno y que se
atribuyen a estas formas geométricas piramidales. Estas
circunstancias formarían parte de los secretos resortes
que llevan a muchas personas a considerar las pirámides
como ‘centrales de energía metafísica’ o incluso son
consideradas como ‘fuentes de armonía, de equilibrio
interno y de poder’.
Acerca de esas posibles influencias o interacciones
de las pirámides con su entorno geográfico o atmosférico,
resultará de enorme interés conocer un relato que recoge
íntegramente André Pochán, en el libro El enigma de la
Gran Pirámide, sobre algunos fenómenos observados en
las pirámides... «El 8 de enero de 1897, el Instituto
Egipcio recibió una carta firmada por William Groff, que
había sido redactada en los siguientes términos: "Hace
aproximadamente dos semanas, tuve ocasión de pasar la
noche en el desierto con nuestro vicepresidente, el doctor
Abate Bajá; estábamos cerca de las pirámides de Gizeh;
hacia las ocho de la tarde observamos una luz que
parecía girar lentamente alrededor de la tercera pirámide,
más o menos a la mitad de su altura; era como una
pequeña llama, o mejor aún, como dijo un beduino, una
estrella fugaz; me pareció que daba la impresión de
rodear tres veces la pirámide, y después desapareció.
Vigilé atentamente esta pirámide durante buena parte de
la noche. Hacia las once, volví a ver otra luz; esta vez era
de color azulado, pálida; ascendió lentamente, casi en
línea recta, y al llegar a cierta altura por encima de la
cúspide de la pirámide, desapareció, extinguiéndose.
Aquella tarde y la noche que siguió, la atmósfera del
desierto fue muy pura y la temperatura baja. Hacía muy
poco viento; la luz zodiacal, de color blanquecino, era aún
visible a las diez y media; se podía ver las estrellas de
quinta magnitud. Por la mañana, con el primer rayo de
sol, el disco que aparecía era de un color verde muy
brillante. He pasado muchas noches en el desierto, cerca
94
 

de las pirámides de Gizeh, y he visto alrededor de ellas


luces, sin buscar al principio cuál era su origen. Luego
fui prestando mayor atención al asunto e hice algunas
averiguaciones, que al parecer dieron como resultado que
estas luces no se ven con mucha frecuencia, sino tan solo
algunas veces, unas cinco horas después de la puesta del
Sol. Algunas averiguaciones y un estudio completamente
provisional, me han hecho sospechar que son debidas a
emanaciones procedentes del interior de la pirámide. El
aire que sale del interior es más cálido que la atmósfera
del desierto, lo que provocaría corrientes térmicas de aire
que arrastrarían consigo esas emanaciones, que son o se
vuelven luminosas. Esas luces fueron observadas en el
pasado con más o menos frecuencia, y han creado ciertas
leyendas y tradiciones.»
La aparición de estas luces es un hecho constatado
llegando incluso a fotografiarse. Los documentos gráficos
no dejan lugar a las dudas. Egipto, y en especial las
pirámides de Gizeh, guardan el secreto de unas luces que
surcan la noche o que aparecen en cualquier sala de los
templos para asombro de quienes las contemplan. Del
testimonio de William Groff, se pueden plantear diversas
hipótesis para tratar de justificar la presencia de esas
extrañas luces. La energía piramidal, tan veraz como
desconocida, podría ser la causante de esos fenómenos.
Una de las conclusiones que más interesa considerar
sobre la forma en que pudieron haber sido construidas
las pirámides, en especial la Gran Pirámide, es el hecho
de que no es un conjunto macizo, completamente cerrado
por bloques de piedra superpuestos, sino que presenta
estructuras interiores conformadas por una compleja
serie de cámaras, galerías, corredores y cavidades, cuya
disposición o distribución responde sin duda a un diseño
perfectamente calculado y estudiado.
95
 

¿Para qué se construyeron las pirámides?


Si la construcción de pirámides fue un fenómeno que
se extendió entre las más diversas culturas y lugares del
planeta, las incógnitas que esconden estos monumentos
sugieren inevitablemente la pregunta formulada: ¿Para
qué fueron construidas las pirámides?
Las respuestas que se pueden encontrar a esta
interrogante son numerosas y variadas, y las hipótesis
que se han llegado a desarrollar a partir de ella, también.
Hay multitud de versiones tan dispares que van desde las
que consideran que son templos, tumbas o monumentos
funerarios, hasta las que argumentan, como es el caso de
la Gran Pirámide, que son centros solares o iniciáticos, o
que se trataría de una máquina, de una planta hidráulica
o se la relaciona con alguna forma de energía, vibratoria
o nuclear. La respuesta más convencional es la de que se
tratarían de monumentos funerarios, sin embargo, son
más de cien los casos de pirámides en Egipto en los que
no se han encontrado ningún resto que justificara que en
ellas se hubieran realizado enterramientos. Abundando
en todo esto, entre los misterios que todavía permanecen
sin respuesta acerca de estas edificaciones, hay uno
especialmente extraño, como es el hecho de que algunas
pirámides en Egipto no exista ningún dato sobre quiénes
fueron sus constructores, o que en ellas no figuren los
nombres de los faraones que ordenaron levantarlas.
En el siglo V, el historiador Proclo afirmó que la
pirámide de Keops era en realidad un observatorio
astronómico, y este no es el único testimonio referido a
las pirámides en el sentido de que tendrían otras muchas
funciones ajenas a la del enterramiento.
Las pirámides que se construyeron en Egipto fueron
en pleno apogeo de los Imperios Antiguo y Medio, desde
las dinastías III a XIII, en la denominada ‘Era de las
Pirámides’ que abarcó un periodo aproximado de mil
96
 

años, concretamente entre el 2630 y 1640 a. C., durante


el cual fueron levantadas más de cien pirámides.
Las pirámides parecen estar estrechamente ligadas
con ceremonias sobre la muerte y la resurrección de los
reyes, aunque lo más probable en que en ambos casos
fueran conceptos que no estaban referidos a la muerte
física, sino a la muerte espiritual. La pirámide formaba
parte del complejo funerario del rey, el cual, básicamente,
lo conformaba la propia pirámide, uno o dos templos y
altares sagrados, una calzada que los une, más otras
pirámides o tumbas subsidiarias y un muro que rodeaba
todo el recinto, lo que lleva a pensar que su función
principal sería la de realizar ritos sagrados o ceremonias
espirituales.
En Egipto, hay algunas pirámides enclavadas dentro
de cementerios o complejos funerarios, consideradas por
numerosos egiptólogos como tumbas, aun cuando no hay
constancia de que se hubieran encontrado dentro de ellas
ni ataúdes, ni sarcófagos, ni momias, similares a los
hallados en otros enterramientos, como en las mastabas,
o en las tumbas reales excavadas en las montañas.
Muchos egipcios, especialmente los personajes nobles y
con fortuna de las clases adineradas, construyeron sus
tumbas y mausoleos funerarios en las cercanías de las
pirámides, con lo cual significaban su aprecio al rey o
faraón, y también expresaban las grandes creencias que
ese pueblo tenía acerca de la vida eterna.
¿Acaso fuera esa la poderosa razón que llevó a esa
antiquísima cultura a construir tan grandes y perfectos
monumentos? Es una evidencia la gran dedicación que
tuvieron hacia la pervivencia de los cuerpos momificados
más allá de la muerte, los faraones y sus familiares, los
señores poderosos, sacerdotes y personajes destacados.
Superar la muerte, tener una vida eterna, o volver a
renacer con una nueva vida junto a los dioses, eran
aspectos que les resultaban familiares a tenor de lo que
se ha venido descubriendo en los escritos que plasmaron
en sus jeroglíficos.
97
 

«Todo en el antiguo Egipto era astronomía. Porque su


calendario estaba basado en los movimientos periódicos
de las estrellas y del Sol. El Este, el punto por donde sale
el Sol, era conocido como ‘el lugar de la resurrección’. Y el
amanecer era el momento exacto que marcaba la vuelta
cíclica a la vida del astro rey. Cada vez que las estrellas
que dibujan el ‘león celeste’ se sitúan en el Este y dejan
de verse exactamente cuando emergen los primeros rayos
de luz solar, los antiguos egipcios ponían en marcha sus
rituales de vida más sagrados.»
Es posible también que a esos monumentos les
atribuyeran poderes mágicos ocultos, con los que fueran
capaces de generar o desencadenar determinadas fuerzas
de la naturaleza, utilizando procedimientos que en la
actualidad son desconocidos o parecerían inverosímiles.
La esmerada construcción arquitectónica que obedece a
un diseño específico y predeterminado, la perfección en
las líneas, la exactitud con la que encajan sus bloques de
piedra, la perfección de las proporciones geométricas, la
exacta alineación geográfica con los puntos cardinales
terrestres, así como los conocimientos sobre astronomía
que se atribuyen a sus constructores, y otros muchos
detalles, son las circunstancias que abren la puerta de la
mente a la imaginación de numerosos autores, al tratar
de explicar múltiples funciones que seguramente van
mucho más allá de las verdaderas utilidades para las que
realmente fueron construidas.
Otro importante detalle que ha de valorarse de estos
monumentos es que, para muchos expertos arqueólogos,
son considerados como observatorios astronómicos, en
especial por la significación de unos canales existentes en
la Gran Pirámide, ya que parecen tener una determinada
orientación que estaría dirigida hacia constelaciones de
estrellas muy concretas. Detalles como este son los que
originan las controversias entre los expertos. Detalles que
no dejan de tener su fundamento, puesto que resulta una
incongruencia encontrar canales de ventilación en lo que
se supone que son tumbas completamente selladas.
98
 

De las innumerables hipótesis y teorías que existen


acerca de estos fabulosos monumentos, haremos una
breve descripción, especialmente de aquellas referencias
o citas que pudieran estar relacionadas con el propósito
de este trabajo, que serán un objetivo principal en los
diferentes apartados de este capítulo. Lo primero que
llama poderosamente la atención y que inevitablemente
se ha de resaltar, son las estructuras internas que tienen
las pirámides, en este caso, de las más destacadas de
Egipto, con el propósito de poner de manifiesto y valorar
las diferencias existentes entre ellas, algo que de entrada
ya da origen a numerosas incógnitas. Esas estructuras
internas son muy variables, aunque muchas de ellas
siguieron un patrón común, el de tener una sola entrada
que se encuentra en la cara norte, con la excepción de un
pequeño grupo de pirámides del Imperio Medio que
tienen la entrada en otra de sus caras, y de un par de
pirámides que tienen dos entradas. En casi todos los
casos, la entrada da a un pasaje descendente que tiene
unos 26 grados de pendiente, que conduce hasta las
cámaras interiores. La distribución y número de cámaras
y pasadizos interiores es muy diverso y variable, como
veremos, lo que puede dar pie a pensar que en algunas
pirámides existen partes de esas estructuras internas o
cámaras que no se habrían descubierto todavía en su
totalidad.
La Gran Pirámide es de la que mejor conocimiento se
tiene de toda su estructura interna, aparentemente, que
resulta ser muy compleja, por estar compuesta por varias
cámaras, galerías, pozos subterráneos, con pasadizos que
las comunican todas entre sí. La pirámide se compone de
tres cámaras principales, dos situadas en el interior de la
pirámide, denominadas cámara del Rey y cámara de la
Reina, y una en el subsuelo, la cámara subterránea, por
debajo del nivel de la línea que marca la base. A esas
cámaras se accede desde la entrada situada sobre la cara
norte, en la hilada 15, a unos 14 metros de altura sobre
el nivel de la base, donde se encuentra un canal estrecho
99
 

e inclinado, un pasaje descendente que comunica con


otros dos pasadizos, uno ascendente, obstruido por un
gran bloque de granito, que conduce a la Gran Galería y
hasta las cámaras de la Reina y del Rey, y otro que baja
descendente hasta una cámara subterránea.

Esquema de la estructura interna de la Gran Pirámide

La Gran Galería es un pasaje ascendente de unos 47


metros de longitud y 8 metros de altura. Sus paredes son
planas hasta unos dos metros de altura y, a partir de ahí
se produce un escalonamiento progresivo, conformándose
una falsa bóveda por la aproximación de las hiladas.
La cámara del Rey está conformada por losas de
granito y es de planta rectangular, paredes y techo lisos,
sin decoración, y únicamente contiene un sarcófago vacío
de granito con un deterioro en una de sus esquinas, sin
inscripciones, depositado allí durante el tiempo en que se
realizó la construcción de la pirámide, puesto que es más
ancho que los pasadizos de acceso a la cámara. Sobre su
techo se encuentran cinco huecos separados por bloques,
conocidos como las ‘cámaras de descarga’, y la más alta
dispone su techo con dos grandes bloques inclinados, a
dos aguas, supuestamente para desviar la gran presión
que ejercerían los bloques superiores de la pirámide,
evitando que todo el peso descargue sobre el techo de la
100
 

cámara real. Se accede a ella por un pasaje horizontal


llamado Antecámara que parte del extremo superior de la
Gran Galería.
«La Antecámara o cámara de los Rastrillos se inicia
al final de la Gran Galería, fue construida y dotada con
mecanismos que se supones que sirvieran para impedir
el acceso a la cámara del Rey, contigua a la misma. Tres
correderas talladas sobre las paredes laterales, las cuatro
ranuras verticales sobre la pared sur y algunos otros
detalles, sugieren que esta cámara quedaba cerrada con
tres grandes bloques de piedra que se dejaban deslizar
desde arriba mediante algún sistema de cuerdas.»
La cámara de la Reina, que fue denominada así por
los árabes, aunque según el arqueólogo norteamericano
Mark Lehner y una mayoría de egiptólogos no estaba
destinada a la esposa del rey sino a una estatua Ka del
mismo, está situada casi en el eje de la pirámide; tiene
acceso mediante un pasaje horizontal, que comunica con
la zona inferior de la Gran Galería, inicialmente oculto
por las losas del pavimento. Es de planta rectangular,
paredes lisas, sin decoración alguna, con un nicho, y con
el techo inclinado a dos aguas, sin ‘cámaras de descarga’
a diferencia de la cámara del Rey.
De dos paredes de ambas cámaras, la del Rey y la de
la Reina, salen unos angostos conductos cuadrados de
unos 20 cm de lado, inclinados, en dirección hacia las
caras norte y sur, de los que no se sabe exactamente su
significado ni su función concreta, conocidos como
‘conductos de ventilación’, aunque su función al parecer
no fue precisamente la de ventilar, entre otros motivos
porque los de la cámara de la Reina no llegaban hasta el
exterior en su último tramo, al estar obstruidos. Además
de que no se tiene ninguna explicación sobre la utilidad o
su función, constituyen un elemento de discrepancia,
debido a la inexistencia de este tipo de canales en el resto
de pirámides conocidas.
La cámara subterránea fue excavada en el subsuelo;
situada en el centro de la pirámide, a una distancia de
101
 

unos 97 metros de la entrada, y a unos doce metros por


debajo del nivel del suelo, y al parecer no fue terminada;
es de planta rectangular, con suelo irregular, las paredes
y el techo planos; contiene dos habitáculos, a modo de
sarcófagos, un pozo y una pequeña galería. Se accede a
ella por un pasaje inclinado y descendente, que es una
prolongación del primer pasillo de entrada a la pirámide.
Está comunicado con la Gran Galería mediante un túnel
angosto, casi vertical, perforado entre los bloques.
La distribución de las cámaras por el interior de esa
Gran Pirámide es atípica, algo que no ocurre, en líneas
generales, en otras pirámides de Egipto. Precisamente, es
la existencia de estas complejas estructuras interiores lo
que da pie para comenzar a indagar sobre los numerosos
interrogantes que suscita esta construcción tan colosal, y
las diferentes posibilidades que se le atribuyen, sobre su
utilización real y los motivos para los que fue construida.
Todo relacionado con la Gran Pirámide ha interesado
a la ciencia desde hace cientos de años, tal vez porque el
monumental edificio se resistió desde siempre a revelar
los secretos encerrados en sus piedras. Se ha recurrido a
todo género de hipótesis o conjeturas, equilibradas unas
y descabelladas otras, para tratar de ubicar sus orígenes
y desvelar sus enigmas. Es notorio que la curiosidad de
las personas que dedicaron al estudio de la cultura de los
antiguos egipcios desde los más expertos arqueólogos o
egiptólogos, hasta los escritores especializados, se haya
centrado casi exclusivamente en la Gran Pirámide de
Kufú o Keops, considerada el paradigma de la perfección
arquitectónica de toda la Antigüedad. De todo esto queda
en el aire una pregunta bastante inquietante: ¿Por qué,
de entre los grandes enigmas que se suscitan por todo
este planeta se sobrepone siempre el misterio de la Gran
Pirámide de Gizeh en Egipto?
La pirámide de Kefrén tiene una estructura interna
mucho más elemental si la comparamos con la de Keops.
De hecho presenta únicamente una coincidencia muy
similar en los conductos y cámaras situados a la altura
102
 

de la base en ambas pirámides. De la entrada principal,


situada entre las primeras hiladas de piedras, parte un
corredor descendente que tiene un desnivel aproximado
de 26º 30’, como en la de Keops, que se hace horizontal y
paralelo por la parte inferior a la línea de la base, y
termina en una supuesta cámara funeraria, cuyo techo
está conformado por bloques inclinados a dos aguas.

Estructura interna de la pirámide de Kefrén

Tiene una segunda entrada situada en el exterior, a


nivel del suelo, con un pasadizo descendente hasta una
especie de pozo o pequeño habitáculo del que parte otro
pequeño corredor ascendente que conecta con el corredor
que procede de la entrada principal y que también accede
hasta la cámara funeraria. El resto de la pirámide está en
apariencia completamente cerrado por hiladas de bloques
de piedra superpuestos. En Egipto hay otras pirámides
macizas que no tienen galerías ni siquiera en el subsuelo,
como en el caso de la pirámide de Kefrén. Las pirámides
totalmente macizas siguen siendo un completo misterio
arqueológico, pero de los estudios realizados con rayos
cósmicos puede afirmarse que dicha pirámide es maciza,
sin galerías interiores en toda su estructura, lo cual la
diferencia extrañamente de la Gran Pirámide en que, tal
como se ha señalado esta tiene cámaras y galerías, y
sobre todo porque habiendo sido iniciada su construcción
apenas cinco décadas de posterioridad, sus diferencias
arquitectónicas sean tan evidentes y notables.
103
 

Unas estructuras internas, en apariencia, demasiado


simples y elementales como para ser una pirámide tan
grandiosa y esbelta, que compite en tamaño con la otra
pirámide. Una estructura demasiado simple como para
no pensar que por su interior no se alberguen otras
cámaras secretas, corredores y pasadizos, cuyos accesos
pudieron haber sido cuidadosamente sellados en las
fases de construcción para impedir que fuera profanada y
saqueada. Una posibilidad arquitectónica que no se ha de
descartar, a tenor de los conocimientos y habilidades que
se atribuyen a los sacerdotes y constructores egipcios.
«La pirámide de Kefrén presenta una particularidad
que los arqueólogos no han sabido explicar, relacionada
con la existencia de un corredor ‘anómalo’ que conduce a
la cámara funeraria, que se abre en el exterior, a la altura
de la base de la pirámide y que desciende con una
inclinación de 21º 40’, haciéndose después horizontal,
donde se encuentra una nueva cámara o pozo, y que con
una brusca subida casi perpendicular, va a desembocar
en el corredor horizontal superior. ¿Por qué?»
No hay respuesta que explique esta incógnita, puesto
que no se llega a comprender qué razones les motivaron a
planificar y construir dos pasajes que conducen al mismo
sitio. La existencia de galerías, cámaras y pasadizos en la
estructura interna de una de las pirámides y la práctica
inexistencia de estos en la otra, sugiere formular un par
de hipótesis. Podría suceder que en la primera pirámide,
los pasadizos y accesos a las cámaras fueran elementos
internos propios de su construcción, o podrían ser tan
solo simples “cebos” para despistar a los saqueadores de
tumbas. También podría suceder que, en la segunda
pirámide, no se hubieran encontrado todavía las posibles
cámaras y los pasadizos o accesos a las mismas, que
pudieran existir en partes superiores de la estructura. En
cualquiera de las dos hipótesis y dada la extraordinaria
perfección que se observa en ambas construcciones, no
ha de descartarse la posible existencia de otras cámaras,
galerías y salas ocultas, con sarcófagos y momias de los
104
 

faraones, que estarían completamente encofradas y todos


sus accesos sellados, bloqueados con enormes piedras,
por lo que la única posibilidad de llegar a esas presuntas
cámaras sería desmontando casi por completo millones
de bloques que componen esas pirámides.
Si el enterramiento de la momia de un faraón y de
sus correspondientes tesoros, hubiera sido el propósito
verdadero de estas estructuras, el completo sellado de las
cámaras y pasadizos sería una posibilidad perfectamente
realizable por quienes diseñaron y construyeron esos
impresionantes edificios. De hecho, recientemente, en la
Gran Pirámide han utilizado pequeños robots dirigidos a
través de los conductos que parten desde la cámara de la
Reina y se han descubierto lo que parecen ser puertas de
acceso a otras posibles cámaras.
«Un robot llamado ‘Djedi’ intentará penetrar hasta el
centro de la pirámide y desvelar el secreto que ocultan
tres puertas de piedra caliza desde hace 4.500 años. En
1992 se hizo pasar una cámara de video por el conducto
que sale de la pared sur de la cámara de la Reina. Se
descubrió que 60 metros más adelante está bloqueado
por una puerta de piedra caliza que tiene dos manijas de
cobre. En 2002, una nueva expedición taladró esa puerta
y reveló, 20 centímetros detrás, una segunda puerta. La
segunda puerta es distinta a la primera. Parece como si
velara o cubriera algo, explica el doctor Zahi Hawass, jefe
del Supremo Consejo que está a cargo de la expedición.
Pasados 18 metros el pasadizo norte se inclina 45 grados,
pero 60 metros más adelante también está bloqueado por
una puerta de piedra caliza.»
Las narraciones que refieren a los primeros árabes
que penetraron a la Gran Pirámide, dicen que “nunca se
ha encontrado nada que explique el motivo de su
construcción”. De hecho, las estructuras internas de la
Gran Pirámide, las rampas, las cámaras y galerías, se
conocieron a causa de las ‘excavaciones’ que realizó el
califa Al-Mamún en el año 820 d.C., quién ordenó que se
horadaran los bloques de la pirámide para acceder así a
105
 

su interior, ya que según antiguas leyendas, “existía una


cámara secreta en la que se encontrarían documentos
que contendrían los secretos de las ciencias de los
antiguos egipcios, enseñanzas sobre la longevidad de la
vida o la resurrección después de la muerte, además de
inmensos tesoros y objetos extraños, como armas que no
se oxidaban y artículos de cristal que podrían doblarse
sin romperse, así como cartas y mapas astronómicos de
las esferas terrestre y celeste, y muchos datos relativos a
los cielos ya que, según se creía, el monumento fue
levantado por unos hombres sabios que dejaron en esa
obra todos su conocimientos geográficos y astronómicos”.
El historiador Plinio el Viejo (23-79 d.C.) mencionó la
existencia de una cámara inferior bajo la Esfinge de la
cual salían tres túneles que conectaban con la Gran
Pirámide. Ninguno de esos túneles ha sido encontrado
hasta la fecha. «La sospecha de que bajo la Esfinge
existía algún tipo de túnel que la pueda conectar con la
Gran Pirámide o con una supuesta biblioteca milenaria
que pudiera estar bajo el león, es tan antigua como el
propio monumento. Ya en el siglo X de nuestra Era, los
cronistas árabes mencionaban la existencia de puertas
secretas que daban acceso a interminables galerías que a
su vez llevaban a grandes cámaras llenas de tesoros.»
El descubrimiento en los años ochenta de unas
galerías que discurren por debajo del cuerpo de la Esfinge
de Gizeh, parece dar la razón a los cronistas antiguos y
modernos que defendieron la existencia de esas cámaras.
El hecho de que se constatara la existencia de túneles y
galerías bajo la meseta de Gizeh, puede tener una gran
significación a la hora de evaluar la posibilidad de que los
verdaderos accesos hasta el interior de las dos pirámides
estuvieran en túneles que partirían desde los templos
contiguos o incluso desde la propia Esfinge, como
parecen afirmar algunas de esas leyendas.
Una posibilidad que no se ha de descartar si se tiene
en cuenta que las dos pirámides estaban originalmente
recubiertas por bloques de revestimiento que hacían las
106
 

caras completamente lisas, que les daban una apariencia


de deslumbrantes triángulos cuando los rayos solares
incidían sobre sus superficies brillantes, de lo que se
puede deducir que en sus caras no habría ninguna
puerta para acceder hasta su interior, y por tanto los
accesos se encontrarían necesariamente en el exterior.
Esa circunstancia vendría a significar que podrían existir
por el interior de esas dos pirámides otras cámaras y
pasadizos, a los que resultaría imposible acceder ya que
los posibles accesos serían por el subsuelo de las bases, y
las puertas, o los supuestos túneles podrían haber sido
completamente bloqueados o sellados.
Todo esto conduce a una reflexión sobre la incógnita
inicial: ¿Para qué se construyeron esas dos imponentes
pirámides? ¿Para esconder documentos o tesoros? ¿Para
servir de tumbas o mausoleos de faraones? ¿Podría ser
que la Gran Pirámide tuviera finalidades distintas a las
de otras?

«Vale más remitirnos a la opinión de los


antiguos griegos, quienes, más próximos que
nosotros a los sacerdotes y a las instituciones de
Egipto, sólo vieron en las pirámides monumentos
religiosos, consagrados a las iniciaciones.»

Existen en Egipto otras pirámides que tienen diseños


arquitectónicos muy similares a la de Kefrén, en lo que se
refiere a la disposición de sus estructuras internas, como
sucede, por ejemplo, en las pirámides construidas por los
faraones Dyedkara y Teti, cuyos pasadizos parten desde
la misma superficie en el exterior, descienden hasta una
determinada profundidad, por debajo del nivel de la base
de la pirámide, hasta confluir en unos pozos conectados
con lo que se supone que debieran ser las cámaras
funerarias, lo cual tendría una significación evidente de
que fueron edificadas bajo un mismo plan arquitectónico,
por sus diseños tan semejantes y con unas finalidades
aparentemente idénticas, por lo que el objetivo primordial
107
 

de estas pirámides sería que fueran tumbas o mausoleos


o que al menos así lo aparentaran, en prevención contra
los saqueadores, aunque eso tan sólo sería ser una mera
impresión, ya que en ninguna se encontraron signos de
que se hubieran producido enterramientos, por lo que la
funcionalidad real de esas pirámides sigue representando
un auténtico misterio.

Estructuras de las pirámides de Teti y Dyedkara

La conclusión que sí podría extraerse de los aspectos


arquitectónicos tan similares en las estructuras interiores
de algunas de pirámides en Egipto, es que son totalmente
diferentes a las de la Gran Pirámide.
Otro detalle que supone una diferencia significativa
entre las dos pirámides y sus posibles finalidades, está
en las cúspides, ya que en la de Keops faltan las últimas
hiladas de piedras, mientras que en la de Kefrén aparece
completada toda su cúspide. La duda es si lo que faltan
con los últimos bloques de piedras que culminarían la
cúspide porque los desprendieran, o lo que realmente
falta es un “piramidión” o bloque de piedra en forma de
pequeña pirámide con el que se supone debería culminar
la impresionante obra. La mayoría de investigadores han
supuesto que en algún momento existió el piramidión de
la Gran Pirámide, aunque no se conservó de él ningún
vestigio, ni se puede determinar con precisión el tamaño
del mismo.
108
 

De ser realmente ese elemento lo que falta en la


cúspide de la pirámide, surge inmediatamente una nueva
incógnita: ¿Tenía algún significado o efecto especial ese
piramidión?

«...estaba revestida con una reluciente caliza


blanca y coronada por un casquete o piedra apical
recubierta de oro batido, que medía nueve metros.»

Es sobradamente conocido que varias pirámides de


Egipto tuvieron ese ‘piramidión’, una bella y enigmática
pirámide decorada que culminaba la cúspide; algunos de
ellos se encuentran expuestos en el Museo de El Cairo.

Piramidión de Amenenhat III

Numerosos son pues los misterios y enigmas que


rodean estas portentosas construcciones. Y también son
numerosos los arqueólogos y egiptólogos que han visto e
interpretado en ellas diferentes y excitantes significados
relacionados con todo un sinfín de aspectos: El lenguaje
simbólico de las piedras, la numerología en sus medidas,
las profecías que contienen, su mítica relación con los
atlantes, o seres extraterrestres, la energía cósmica, lo
esotérico y lo hermético. Numerosas publicaciones en las
que se relatan y detallan todo este tipo de aspectos, con
sus correspondientes argumentaciones, evidenciando las
109
 

lógicas controversias que se ocasionan entre sí. Resultará


valioso recoger algunas referencias o citas en las que se
detallan las diferentes opiniones acerca de esa siempre
incierta finalidad que tuvieron estas pirámides.
El escritor canadiense Manly P. Hall relata en el libro
‘Las enseñanzas secretas de todos los tiempos’, que la
Gran Pirámide fue construida por supervivientes de la
Atlántida, una mítica civilización de hombres muy sabios,
que predijeron un desastre telúrico que iba a ocurrir y
emigraron hacia otros lugares. «Algunos se instalaron en
Egipto donde establecieron centros de sabiduría y en la
Gran Pirámide expresaron en lenguaje simbólico todo su
saber.»
La aseveración de Hall parece muy aventurada y una
consecuencia de aquellos interrogantes o cuestiones que
se plantean y a los que no se les encuentra explicación
lógica o científica. Sin embargo, muchos expertos aceptan
la posibilidad de la existencia de una civilización superior
y antiquísima, previa a la entonces naciente civilización
egipcia, poseedora de conocimientos muy avanzados para
la época en que fueron erigidos aquellos monumentos de
piedra. Egiptólogos, arqueólogos, académicos, doctores,
profesores de universidades, y otros hombres de ciencia,
personas muy inteligentes y con mucha experiencia, no
descartan e incluso apoyan abiertamente esta clase de
teorías, sobre la posible intervención de antepasados con
extraordinarios conocimientos que dejaron muy bien
guardados en monumentos de piedra a lo largo y ancho
de la Tierra. Conviene tomar esas teorías con mucha
precaución, pero a la vez tenerlas en cuenta, porque si
fueron seres humanos los que dejaron los conocimientos
que se les atribuyen, podrían existir todavía muchos
conocimientos que en la actualidad no han sido aún
encontrados o comprendidos.
Schwaller de Lubicz, autor del libro ‘El templo en el
hombre’, en el que recoge las conclusiones de los estudios
realizados sobre la posible simbología sobre el cuerpo
humano representada en la arquitectura del templo de
110
 

Luxor, en Egipto, del cual veremos otras referencias más


adelante, hizo observaciones como la siguiente:
«Aunque los templos de Tebas, Luxor y Karnak, no
sean ahora más que montones majestuosos de piedras
rotas y estropeadas por el curso del tiempo, el espíritu de
la filosofía egipcia prosigue su marcha triunfal a través de
los siglos. Obviamente, nadie construiría semejantes
monumentos, y en tales cantidades durante miles de
años, para campesinos ignorantes. Estos trabajos son
necesariamente de una élite y, lo que es más destacable,
una élite que nunca dejó de renovarse, una élite que
parece que fue especialmente dotada de una riqueza de
conocimiento científico, incluyendo la comprensión de las
leyes de la Vida.»

«No debemos pues, considerar las pirámides


como los monumentos que atestiguan el orgullo
megalómano de los déspotas teocráticos que las
hacían construir, sino como monumentos de la
cultura, la ciencia y técnica de la época que
presenció su erección.»
111
 

Enigmas y teorías
La salida y la puesta del sol, el viaje de la vida hacia
la muerte y el más allá, la naturaleza y los cambios de las
estaciones, son todos aspectos de la vida que los egipcios
trataban de explicar a través de la mitología. Desde las
plantas y los animales hasta los planetas, todo tenía una
historia...
Reconocidos egiptólogos siguen afirmando que en las
pirámides se efectuaban enterramientos de los faraones,
que eran simples tumbas... ¿simples tumbas? Convendrá
detenerse a reflexionar y pensar en otras posibilidades,
como que los faraones cuando ordenaron levantar esas
pirámides no lo hicieron simplemente para preservar de
los ladrones sus cuerpos momificados y sus riquezas
después de su muerte; ellos, y también sus sacerdotes
‘expertos en conocimientos de ciencias’ perseguían otra
finalidad, ¿pero cuál?
Por otra parte, cada vez son más los expertos que
creen que las grandes pirámides no fueron tumbas en las
que se enterraron faraones, al menos en Egipto. Sugieren
que pudieron ser templos iniciáticos en los que los reyes
y faraones egipcios se sometían a pruebas y rituales de
carácter mágico o religioso. También se está reconociendo
en la actualidad que alguna de las pirámides resulta ser
el centro de todo un complejo de templos y edificios,
además de la posibilidad de que permanecen ocultas una
parte de sus estructuras internas, cámaras, pasadizos,
pozos, etc., porque todavía no habrían sido descubiertos.
Algunos historiadores dijeron que eran las obras de
reyes vanidosos, fruto del orgullo y de su megalomanía,
pero de ser este argumento cierto... ¿Cómo es posible que
otros faraones poderosísimos, como Ramsés II, durante
cuyos reinados levantaron grandiosos templos, como el
de Abu Simbel, y grandiosas estatuas, y sin embargo no
construyeran sus propias pirámides para unos propósitos
tan sagrados y cruciales como era preservar sus cuerpos
112
 

para alcanzar su vida eterna? Por tanto, las incógnitas y


las preguntas siguen esperando respuestas.
¿Qué finalidad tenían las pirámides? ¿Por qué o
para qué las construyeron? ¿Cuánto tiempo hace que se
construyeron? Y es que estas enigmáticas construcciones
no solamente se levantaron en Egipto, sino también por
otras partes del mundo, y muy distantes entre sí, en
América y en China.
“Hacia el año 1200 d.C. un científico iraquí llamado
Abdul-Latif-El-Bagdadi visitó en dos ocasiones la meseta
de Gizeh y dejó constancia escrita de ello. Este hombre de
ciencia calificaba de ‘admirable’ la forma elegida por los
arquitectos faraónicos, así como la solidísima estructura
de las pirámides, y atribuía a aquella forma perfecta la
conservación de aquellos monumentos a través de los
siglos, los cuales han desafiado el tiempo, y el tiempo los
ha respetado. Su estructura obliga a reflexionar y se llega
a la conclusión de que para crear estas maravillas del
arte arquitectónico fue necesario que se reuniesen los
esfuerzos de los hombres más geniales de la época, de las
mentes más sagaces y de los matemáticos más expertos
en geometría”.
De entre las innumerables leyendas y teorías que
existen acerca de esos prodigiosos monumentos, haremos
un breve repaso o relato de algunas de ellas, desde la
posible existencia de una ‘sala de los archivos’ hasta la
presunción de que la Gran Pirámide es un inmenso ‘libro
de piedra’ e incluso que contiene las ‘profecías’ desde los
orígenes de la historia hasta el fin de los tiempos.
113
 

La vida eterna o el retorno a la vida

«La pirámide de Keops fue la primera construida y la


mayor de todas, fue un prodigio arquitectónico que se
edificó para cumplir el papel de una 'máquina de la vida
eterna.» Entre las numerosas leyendas, opiniones o
comentarios que suscita esa gran pirámide, la relacionan
con la ‘vida eterna’ o con el ‘retorno a la vida’. Y resulta
extremadamente curioso que en sus muros interiores no
figure ninguna inscripción, de ningún tipo, a diferencia
de otros monumentos, templos, tumbas o mausoleos, en
los que las inscripciones y los relieves son tan profusos,
hasta el punto de que son conocidos como los ‘libros de
piedra’, entre los que destaca el ‘Libro de los Muertos’
«Se conoce como Libro de los Muertos a una colección
de sortilegios que se incluían en las tumbas y pretendían
ayudar al difunto en su difícil camino hasta el Más Allá y
en el juicio de Osiris. Su título original podría traducirse
como ‘La salida al día’. La muerte no era más que un
renacimiento a la vida, al igual que el sol sale cada día,
así el difunto accedía a un nuevo renacer.»
Ese libro era como un ‘manual’ para devolver la vida
a los muertos, siempre y cuando éstos cumplieran unas
determinadas condiciones. Las ceremonias más antiguas
de los sacerdotes eran un  conjunto de hechizos mágicos
funerarios que tenían que ver con su empeño en devolver
la vida a los faraones y altos dignatarios. Estos hechizos
y rituales eran inscritos únicamente en los muros de las
tumbas de los egipcios de la clase alta. Para la época del
Imperio Medio, estos secretos se hicieron disponibles
para cualquiera que pudiese afrontar un ritual funerario,
y eran grabados dentro de los sarcófagos, para que las
momias pudiesen ‘leer’. Y esos sortilegios, a su vez, sólo
se ponían en marcha cada cierto período de tiempo, en
los que determinadas estrellas dominaban el firmamento.
Para eso precisamente momificaban a sus reyes difuntos,
preparando su resurrección cuando llegara el momento.
114
 

«En el templo de Luxor, en una sala estrecha, al lado


del sanctasanctórum ordenado construir por Alejandro
Magno, hay una pulcra escena grabada a cincel en la
base de un muro enorme totalmente cubierto por escenas
en las que hombres y dioses practicaban alguna clase de
oscuro ritual... en estos dibujos está el secreto mejor
guardado de nuestros antepasados... ningún hombre,
desde los tiempos de los faraones, ha sabido interpretar
el enigma que contienen... en galerías y columnas podían
admirarse toda clase de sorprendentes bajorrelieves...
ejércitos que parecían a punto de saltar de sus piedras,
sacerdotes llevando las barcas sagradas a hombros,
músicos golpeando los tambores de guerra... todos
parecían vivos. Más que celebrar éxitos militares aquellas
escenas fueron labradas para recordar a los fieles que en
aquel lugar se libraba la eterna lucha del bien contra el
mal, de la luz contra las sombras. Ningún hombre egipcio
de los tiempos de gloria, salvo los sacerdotes y el faraón,
atravesó jamás los muros donde se mostraban esos
dibujos. Nadie se atrevió a ello. Sabían que los rituales
que se practicaban dentro del templo formaban parte de
una magia poderosa y oculta que no se podía profanar.»
Numerosas leyendas y tradiciones esotéricas señalan
que la Gran Pirámide podría haber sido utilizada como
un Templo de Iniciación. La disposición de sus cámaras y
pasajes, sus presuntas comunicaciones subterráneas con
el Templo de la Esfinge, apoyarían estas tradiciones. «El
candidato hacia sus juramentos en el altar que estaba
ante la Esfinge, cuyos restos todavía pueden verse hoy.
Luego pasaba por una muerte simbólica y moraba en el
mundo inferior. Esto lo representaría el descenso por el
pasaje subterráneo. Finalmente, el candidato ingresaba a
las cámaras inferiores de la Gran Pirámide donde era
sometido a una serie de pruebas y ritos de purificación.
Después de un tiempo, y según se iba haciendo digno,
subía a las cámaras superiores, cada una de las cuales
correspondía a su adelanto y comprensión personal.»
115
 

Una breve referencia a estos mitos de los egipcios


para recordar que destacados personajes de la historia y
las religiones, también participaron de alguna forma en
estas creencias de vida, muerte y resurrección. Así por
ejemplo, Moisés y Jesús estuvieron durante un periodo
de sus vidas viviendo en Egipto, donde sin duda pudieron
haber tenido acceso a conocimientos muy elevados de los
misterios iniciáticos, o pudieron haber sido influidos con
las enseñanzas de los sacerdotes egipcios, «... a cierto
‘evangelio secreto de Marcos’ se le describía como un
tratado que contenía las enseñanzas más elevadas del
Nazareno, así como las instrucciones precisas acerca de
cómo vencer a la muerte y lograr la inmortalidad del
cuerpo.»

Un centro solar

«Las tres grandes pirámides de la meseta de Gizeh no


fueron construidas como tumbas para tres faraones, sino
para delimitar sobre el suelo una especie de gigantesco
diagrama astronómico que reprodujera sobre la Tierra el
aspecto de la constelación de Orión, representando con
ello una posible conexión estelar con las pirámides, una
forma de reflejar el mapa celeste sobre un ‘teórico’ plano
que conforma el conjunto de la meseta.»
Otras conclusiones apuntan a que la Gran Pirámide
sería una maqueta a escala del sistema solar, ya que los
antiguos egipcios lograron alcanzar unos conocimientos
astronómicos bastante sofisticados. El monumento pudo
haber sido utilizado como observatorio astronómico desde
el cual se trazaron mapas y clasificaciones de estrellas y
constelaciones con una precisión notable. Conocer con
antelación el movimiento de los astros no sólo constituía
una motivación religiosa, sino que además, tenía gran
importancia para el día a día de los egipcios. Gracias a la
observación del firmamento lograron crear un calendario
116
 

bastante preciso que les permitía conocer con exactitud


en qué momento del año iba a crecer el Nilo, lo que era
fundamental para todo su entramado productivo: “Sabían
que llegaba la inundación con la llegada de una estrella”
Un curiosísimo detalle que resulta de gran interés,
desde una óptica astronómica o geográfica, es el hecho de
que las cuatro caras de la Gran Pirámide están divididas
desde la base hasta la cúspide, por imaginarias líneas
que constituyen sus apotemas, a causa de una reducción
progresiva que presenta la construcción, desde las
esquinas de la base y las aristas hasta el centro de las
caras. Esta ‘anomalía’ perfectamente calculada en el
diseño previo, se produce debido a que la construcción de
las caras se hizo con una precisión insólita, formando
con ello dos planos que forman entre sí un ángulo de 27’
de arco, lo que provoca unos efectos especiales de las
sombras que se originan en las caras cuando la luz solar
incide sobre ellas desde una dirección determinada.

El efecto relámpago señala los equinoccios

Esta peculiaridad produce un fenómeno conocido


como efecto ‘relámpago’, y tiene especial significación en
la cara sur, y se produce exactamente en la madrugada
de los días en que tienen lugar los equinoccios de
primavera y otoño, cuando la luz del Sol ilumina la cara
este y proyecta la sombra de la arista sobre la mitad de la
117
 

cara sur, y la recorre de izquierda a derecha con una


duración de unos 20 segundos, mientras la otra mitad
sigue iluminada por el Sol la cara oeste queda totalmente
en penumbra. Este fenómeno indica con gran precisión el
momento de los equinoccios y los solsticios que marcan
el cambio de las estaciones de cada año.
La pirámide constituye también un centro geodésico,
cuidadosamente elegido, desde el cual pudo establecerse
la geografía del mundo antiguo. La medida de la altura de
la Gran Pirámide determina, a escala decimal y bastante
exactitud, la distancia al Sol en su perihelio. La superficie
de la base determina, a escala decimal, la superficie de la
esfera terrestre. Las caras laterales establecen, a escala
decimal, la órbita de la Tierra en torno al Sol. Con ello
queda implícitamente establecido que la Gran Pirámide
de Gizeh es una maqueta a escala del Sistema Solar.
También, medio minuto de arco sexagesimal arroja
una distancia de 923,9 metros, siendo que el perímetro
de la base de la pirámide es de 924 metros. La apotema
de los triángulos de las caras miden 184,72 metros que
multiplicados por 10 dan la longitud de un minuto de
latitud a la altura del paralelo 29. Los ángulos de su base
son prácticamente rectos y sus caras están orientadas
con gran precisión a los cuatro puntos cardinales. Los
antiguos egipcios lograron que su base sea un cuadrado
perfecto de 440 codos de lado, aproximadamente 230.383
metros, pues el error máximo es de sólo 13 centímetros.
Lo mismo que sucede con sus ángulos, casi exactamente
cuadrados, y la horizontalidad perfecta del monumento,
apenas inclinado unos cuantos centímetros. Si bien estas
medidas fueron tomadas por expertos, no ha de olvidarse
que son teóricas, puesto que faltan los bloques de todo el
recubrimiento exterior.
118
 

Números en las piedras

Todo parece indicar también que los sacerdotes y


maestros constructores tenían un conocimiento real de la
geografía de la Tierra. Así, por ejemplo, su peso sería
conocido por los antiguos. Se estima que el peso la Gran
Pirámide es la milbillonésima parte del peso de la Tierra.
El largo de la cámara del rey dividido entre 10, da el valor
del metro egipcio que es de 1,047901 que se corresponde
con la medida del cuadrante del meridiano terrestre.
Hay un saber oculto en los antiguos monumentos de
piedra, algo de lo que cada vez menos personas dudan;
en lo que se refiere a la Gran Pirámide, los arqueólogos
más escépticos se han rendido a las evidencias: en sus
medidas fueron reflejados conocimientos matemáticos y
astronómicos de una ciencia incomprensible hace seis o
siete mil años. Son diversos los autores que afirman que
en las medidas de la Gran Pirámide estarían registrados
datos tan sorprendentes como la circunferencia exacta de
la Tierra, la ‘ley de variación de la constante de gravedad’
sobre la superficie, la distancia exacta entre el planeta y
el Sol, la ‘ley de variaciones periódicas de las estaciones’ y
de la ‘frecuencia de los terremotos’, la duración exacta del
año solar, la medida del año sideral, las leyes de la
precesión de los equinoccios y la variación de la longitud
del perihelio, etc.
El ingeniero escocés David Davidson, uno de los
primeros defensores de la ‘piramidología’, estudio las
medidas de la Gran Pirámide a principios del siglo XX,
afirmó que la suma de los cuatro lados de la base de la
pirámide medían 36.524,20 ‘pulgadas piramidales’, cifra
que dividida por cien da la de 365,242 que corresponde
exactamente a la duración en días de un año trópico.
La suma de las diagonales de la base da una cifra de
25.826,26 pulgadas piramidales, que casi coincide con el
‘año equinoccial’, tiempo que tarda la Tierra en balancear
su eje con relación al plano de la eclíptica.
119
 

Aunque, según otros criterios el perímetro de la base


mediría 36.238,1 pulgadas piramidales, lo que da lugar a
una diferencia de 286,1 pulgadas.
Una nota discordante que pone de manifiesto las
numerosas contradicciones que existen en este tipo de
apreciaciones.
Los lados y los ángulos de la pirámide se utilizaron
como medidas base en la cartografía antigua. La unidad
de medida usada por los constructores fue la pulgada de
pirámide, que es la misma medida de la antigua pulgada
polar usada por los hebreos y otros pueblos antiguos; en
una época, la pulgada británica tenía la misma longitud.
En el techo del pasillo ascendente, llamada Gran Galería,
justamente antes de entrar a la Cámara del Rey, hay un
bloque de granito en cuya parte superior está grabada en
relieve una pulgada piramidal. Probablemente dejaron
esa medida grabada como una guía para la posteridad.
El monumento pudo ser una “biblioteca» práctica del
sistema de pesos y medidas vigente en el mundo antiguo.
Otra de las explicaciones que se propusieron consistiría
en que la Gran Pirámide habría sido diseñada como un
reloj gigantesco. «En 1853, el físico francés Jean Baptiste
Biot dedujo que el ancho y nivelado pavimento que se
extiende junto a las caras sur y norte de la pirámide eran
en realidad una superficie graduada hecha para recibir la
sombra del monumento, de forma que en invierno la
pirámide proyectaría su sombra sobre el pavimento norte;
en verano, el revestimiento de caliza pulida reflejaría el
sol sobre el pavimento sur. De esta manera, era posible
leer en las graduaciones el día del año y la hora del día.»
Hay muchísimos ejemplos asombrosos de sabiduría
secreta, escondidos en su sistema numeral oculto.
120
 

Geometría sagrada

En 1864, Charles Piazzi Smith, Astrónomo Real de


Escocia, conocido por sus innovaciones en la astronomía
y sobre sus estudios de la Gran Pirámide de Gizeh, fruto
de las esmeradas mediciones realizadas descubrieron que
los constructores de la pirámide habían conocido que la
relación entre la altura de la pirámide y su perímetro es
la misma relación que existe entre el radio de un círculo y
su circunferencia. El área del cuadrado de la base
dividida por el doble de su altura da la cifra de 3,14159.
Esto vendría a corroborar que los egipcios conocieron el
valor de Pi, la constante de la circunferencia.
Por medio de la ‘geometría sagrada’ empleada por los
arquitectos resulta posible llegar a averiguar los secretos
mejor guardados de estas asombrosas construcciones. La
revista MÁS ALLÁ, marzo de 1996, publicaba un artículo
en el que destaca un detalle muy interesante referido a
un hipotético plano que surgiría de las ubicaciones de las
tres pirámides en la meseta de Gizeh.

Plano de la meseta de Gizeh

«La geometría sagrada está presente en las


distancias y en las disposiciones en que se encuentran
las tres pirámides de la meseta de Gizeh: La cara este de
la pirámide de Keops dista de la cara oeste de la de
Kefrén la misma distancia que existe entre la cara norte
de esta última y la cara sur de la de Micerinos. Pero el
121
 

dato más significativo lo constituye el hecho de que la


línea que une el centro de la de Keops con el centro de la
de Micerinos, corta a las caras norte y sur de las tres
pirámides con un ángulo de 51 grados y 51 minutos, es
decir, el mismo que la inclinación de las caras de la Gran
Pirámide.»
Esta ‘geometría sagrada’ estaría contemplada en la
disposición que las tres pirámides tienen en la Meseta de
Gizeh y que ha dado lugar a numerosas conjeturas y
diferentes conclusiones que se pueden sacar mediante el
trazado, la unión y las medidas de las diferentes líneas
geométricas que surgen de esas tres pirámides. De dichas
líneas y de sus intersecciones aparecen la disposición y
medidas de lo que sería uno de los triángulos de las caras
de la Gran Pirámide, así como las líneas interiores que
señalarían la situación de las cámaras del Rey y de la
Reina, y los dos canales laterales de ventilación.
A una conclusión semejante se llega con otra de las
hipótesis que existe sobre el diseño del plano de la Gran
Pirámide que realizarían sus arquitectos, y que se basa
en la geometría del heptágono. Efectivamente, a partir de
una circunferencia, del heptágono inscrito y del cuadrado
circunscrito, surgen todas las líneas básicas con las que
es posible marcar las posiciones de las dos cámaras y la
situación de los principales corredores, sus medidas y
sus inclinaciones, tanto el de entrada, como el corredor
ascendente, la Gran Galería, el acceso a la cámara de la
Reina, así como el pasaje descendente hasta la cámara
subterránea del Caos.
Simplemente trazando una circunferencia, los dos
ejes, el heptágono, un cuadrado circunscrito, las líneas
que unen dos vértices alternos del heptágono y las líneas
que unen con dos vértices del cuadrado con los puntos
medios de sus lados opuestos. En las intersecciones de
dichas líneas aparecen las líneas básicas de la pirámide y
de los corredores que llevan hasta las cámaras. ¡Todos
los corredores y las cámaras se corresponden con las
122
 

líneas e intersecciones producidas por las líneas de ese


dibujo!

Heptágono y líneas de la pirámide

Algunas teorías van más allá, sugiriendo que otras


líneas similares a las citadas, podrían marcar la situación
de más corredores y cámaras que hasta la actualidad
seguirían permaneciendo ocultas. De nuevo vemos una
certeza geométrica que relaciona la Gran Pirámide con la
división de la circunferencia en siete partes iguales, o
como argumentaba Louis Charpentier en su libro sobre la
catedral de Chartes, con una estrella de siete puntas. La
circunferencia tiene 360 grados y si se divide esta cifra
por 7 el resultado es el ángulo de inclinación de las caras
de la pirámide, 51º 51’.
Precisamente, entre las numerosas hipótesis que se
pueden encontrar en publicaciones relacionadas con la
geometría de la Gran Pirámide, y las múltiples relaciones
geométricas que se pueden llegar a establecer a partir de
sus medidas, siempre destacan las que afirman que en
esta pirámide se encuentra representada la solución al
problema de la cuadratura del círculo. Hace años, una
revista especializada en temas esotéricos, pseudociencias,
enigmas y misterios, publicaba un artículo con un titular
sensacionalista: Solución a la cuadratura del círculo.
Relación del nuevo Pi con el último gran descubrimiento en
el interior de la Gran Pirámide. En el fondo, dicho artículo
123
 

pretendía demostrar que con un valor de Pi=3,16 se


lograba resolver la cuadratura del círculo, aunque todo lo
reducían a relacionar una gran cantidad de números y
datos deducidos de las medidas de la Gran Pirámide,
para finalmente llegar a la conclusión de que lo que se
cuadraban eran unos números elevados al cuadrado con
otros que eran el resultado de una raíz cuadrada. ¿...?
No obstante, el problema de la cuadratura del círculo
aparece reiteradamente citado por numerosos autores
que tratan en sus libros referencias y datos de números
relacionados con la Gran Pirámide. Lo cual suscita una
gran interrogante, ya que, al decir de dichos autores, el
problema de la cuadratura del círculo se deduciría de las
medidas de ese monumento, y habría sido planteado por
los constructores egipcios... ¿realmente la clave de la
cuadratura podría estar en la Gran Pirámide?
124
 

Profecías
«En las piedras de la Gran Pirámide se
encuentra también un mensaje sobre el futuro de
la Humanidad, un futuro que esta obra nos
anuncia como ya próximo a su final.»

Varios egiptólogos e investigadores llegaron a afirmar


ya en el siglo XIX, que los pasajes internos de la Gran
Pirámide de Gizeh formarían una especie de calendario
cronológico, contenido en la metrología de los pasillos y
cámaras del interior de dicha pirámide, con profecías que
se cumplieron inexorablemente. Algunos piramidólogos
dedujeron a partir de las mediciones tomadas desde el
principio del corredor ascendente y la Gran Galería,
hasta la cámara del Rey, considerando esas mediciones
en forma de ‘pulgadas piramidales’, y contándolas una a
una, marcarían los días, los meses y los años que
coinciden con fechas importantes en las que ocurrieron
destacados acontecimientos en el pasado, aunque en su
mayoría se refieren al siglo XX. Constatando previamente
que existen evidentes controversias sobre esas supuestas
‘profecías’, veamos las opiniones más destacadas.
«El inicio del corredor ascendente señalaría el año
1486 a.C. que corresponde al año del Éxodo de Israel. El
final de ese corredor marcaría el año 4 a.C., fecha del
nacimiento del Mesías, y el año 30 a.C., la crucifixión y
muerte de Cristo. Desde el principio al final de la Gran
Galería no consta ninguna fecha o acontecimiento, y es al
inicio del pasadizo de acceso a la cámara del Rey, donde
se comenzarían a marcar las fechas del siglo XX: 25-26
de enero de 1844... 2 de abril de 1909... 27-28 de octubre
de 1922... 4-5 de agosto de 1914, principio de una época
trágica de la Humanidad... 10-11 de noviembre de 1918...
29 de mayo de 1928... 15-16 de septiembre de 1936...
19-20 de agosto de 1953...»
125
 

«Desde el siglo XIX no han sido pocos los que han


intentado hallar en las dimensiones del edificio todo tipo
de profecías y conocimientos ocultos. Desgraciadamente
para ellos, desde que en 1883 se llevara a cabo la
primera medición científica se sabe que sus ideas parten
de presupuestos falsos y erróneos. La mítica ‘pulgada
piramidal’ utilizada para leer las supuestas profecías de
la Gran Pirámide no existía, pues la habían deducido a
partir de unas mediciones erróneas. Sin embargo y pese
a todo, aún existen grupos que todavía hoy perseveran
sobre la realidad de estas profecías.»
«Miembros del Instituto de Piramidología de Londres,
creen que la Gran Pirámide profetiza con gran precisión
el pasado y el futuro de la humanidad. Según dicho
Instituto, podría llegar a demostrarse, mediante un
complejo sistema de mediciones y cálculos matemáticos,
que el gran monumento egipcio predijo el éxodo de los
judíos desde Egipto, la crucifixión de Cristo, el estallido
de la Primera Guerra Mundial -episodio que según los
miembros del instituto constituyó el comienzo de la
desintegración de antiguo orden, tal como profetizaron
Daniel y Jesús- y el comienzo del milenio en el otoño de
1979. Esta fecha -postula el instituto londinense- marca
el comienzo de los 1.000 años en que Cristo reinará sobre
la Tierra; esta era terminará con Armagedón y el día del
juicio en 2.979»
«En toda la construcción se encuentra un vasto
simbolismo matemático. Autoridades competentes han
descubierto que las dimensiones de las cámaras, pasajes,
vestíbulos y aún de los dinteles, tienen una relación
numérica correspondiente a las fechas de los grandes
acontecimientos de la historia, cuando se les aplica cierta
clave matemática. Estas fechas han correspondido ya a
muchos acontecimientos históricos y otras predicen los
futuros. Una de las más grandes de esas fechas, según la
interpretación de las profecías de la pirámide, fue la del
16 de Septiembre de 1936. Se cree que esta fecha marcó
una transición tremenda en las cosas del mundo, que
126
 

afectará a todas las naciones y a todos los pueblos. Esa


transición será un cataclismo del cual vendrán guerras,
derramamiento de sangre, contiendas, ruina de sistemas
políticos, y de todo ello surgirá la civilización más gloriosa
que el mundo ha conocido. El cambio debía empezar en
la fecha mencionada, alcanzando su período crítico a los
ocho o diez años. Sea como fuere, los piramidólogos son
muy precisos: el año 1936 está simbolizando en la Gran
Pirámide el nacimiento del Anticristo, y, por tanto, el
inicio del fin; el principio de la época tremenda, en la que
los mitos y creencias harán crisis para que, en último
término, vuelva la luz.»
«El mensaje de la Gran Pirámide se resume en una
terminación del mundo situada entre los años 2001 y
2030, bien entendido que ese fin no tendría por qué ser
total. Probablemente, sólo el término de una etapa.
Según la Gran Pirámide, tras la tempestad vendrá la
calma, el ‘orden’, o lo que es lo mismo, se producirá el
‘nacimiento de un hombre nuevo’, de una espiritualidad
nueva.»
Prácticamente, en casi todas publicaciones y libros
que tratan sobre la Gran Pirámide se hacen referencias a
esta clase de profecías, en las que naturalmente, figuran
las fechas de destacados acontecimientos ciertamente
acaecidos en el pasado. Puede resultar extravagante creer
que la longitud de los pasadizos de una construcción tan
antigua, medidos en pulgadas de determinada longitud,
contadas una a una, siendo miles de ellas, unas u otras
habrían de coincidir con marcas, señales o esquinas, que
determinarían una coincidencia meramente casual. Por
ello ha de resultar increíble e incomprensible, a priori,
que esas ‘profecías’ o conclusiones pudieran tener algún
fundamento, llamemos que ‘sobrenatural’, si algunos de
esos acontecimientos anunciados fuera a coincidir en la
realidad, en el futuro, y sin dar lugar a dudas.
Cuando algún acontecimiento destacado resulta ser
un hecho que realmente ocurrió en ese futuro profetizado
se ha de dejar testimonio y dar fe, aunque no tenga nada
127
 

que ver con ningún ‘secreto oculto’, sino porque estamos


ante un misterio de naturaleza superior que traspasa los
límites de nuestro intelecto. Un hecho que fue profetizado
en uno de los libros que leí. Transcurrieron muchos años,
unos veinticinco, desde que compré un curioso libro que
trataba sobre temas misteriosos, titulado ‘Los grandes
enigmas del universo’, cuyo autor fue Rupert Furneaux,
impreso en Argentina en el año 1977. Desde que lo leí ha
estado en una estantería junto con libros preferidos que
tratan sobre Egipto, pirámides, misterios, enigmas, o la
alquimia.
Como podría esperarse entre esos grandes enigmas
estaba el capítulo relacionado con la Gran Pirámide.
Cuando leí el libro por primera vez, reparé en un dato
que me llamó poderosamente la atención, y que me llevó
a marcar con una pestaña una página, dejando señalado
en ella un párrafo de tres líneas. Es algo que suelo hacer
al leer los libros, y es dejar marcadas las páginas que
contienen datos interesantes o informaciones que me
pueden ser útiles o servir para tomar referencias en un
futuro. Curiosamente en ese libro, a diferencia de otros,
únicamente quedó marcada una página con una pestaña,
la número 26. El hecho era que en las páginas de aquél
capítulo se narraban unos trabajos llevados a cabo por
un ingeniero escocés, David Davidson (1884-1956), sobre
las detalladas mediciones que realizó en el interior de la
Gran Pirámide, y que las relacionaba con las fechas y los
acontecimientos históricos profetizados. Lo sorprendente
en aquel momento, fue que había fechas reflejadas de
acontecimientos que ocurrirían en el futuro, a diferencia
de otros libros o documentos, en los que únicamente se
señalan fechas de acontecimientos que habían ocurrido
en el pasado. Motivado por la curiosidad, o quizás por el
escepticismo, la incertidumbre y las dudas que provocan
esta clase de ‘profecías’, el caso es que dejé aquella marca
pensando con cierta ironía que si volvía a leer ese libro en
el futuro, una vez transcurridos los años que faltaban
hasta las fechas señaladas, entonces podría verificar si
128
 

realmente habrían ocurrido acontecimientos destacados,


tanto como para justificar que lo anunciado en el libro
tenía algún fundamento, y se habría cumplido, o si por el
contrario aquellas ‘profecías’ habrían terminado por ser
meras supercherías y fabulaciones.
Transcurrieron los años, hasta que un buen día, por
circunstancias del azar, tomé aquel libro y al igual que
suelo hacer con otros libros, fui directamente a la página
marcada con la pestaña para mirar el contenido que
estuviera destacado, y fue en ese momento, al leer las
tres líneas del párrafo que aparecían subrayadas, cuando
un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, ya que acudieron a
mi mente recuerdos todavía cercanos, de los terribles
acontecimientos que habían ocurrido unos pocos años
atrás, coincidiendo en el tiempo con las fechas señaladas
en aquel libro, que había sido impreso treinta años antes,
y que habían sido profetizados con casi ochenta años de
antelación por un ingeniero escocés, que siguiendo las
hipótesis desarrolladas por otros piramidólogos, había
relacionado las medidas de los corredores de la Gran
Pirámide con acontecimientos futuros de la historia.
Las líneas del párrafo subrayado dicen textualmente:
«Según Davidson, los días de la tribulación final
comenzarían en el 2001 y 3/4 y terminarían en el 2045
y 1/2.» Sería demasiada casualidad, o porque el destino
así lo quiso, pero resultó trágicamente cierto que en el
mes 3/4, que corresponde a septiembre del año 2001, el
día 11, tuvieron lugar unos atentados terroristas jamás
antes conocidos, sobre la ciudad de Nueva York, que
paralizaron el mundo y marcaron un antes y un después
en el devenir de la historia, a los que, en pocos años,
siguieron dos guerras y una gran crisis económica de
dimensión mundial... Hasta la fecha, ya que habrá que
esperar hasta el mes de junio del año 2045, -quienes
vivan entonces- para poder ver y valorar lo que haya
acontecido en todo este periodo profetizado.
Resultará ser un gran misterio, puede parecer un
fenómeno sobrenatural, una casualidad irracional, o un
129
 

enigma desconocido, pero los hechos parecen evidenciar


la realidad y de ello hay que dar fe, por lo que he de
transcribir varios párrafos del capítulo del citado libro,
para verificar el contexto en que aparece la mencionada
referencia al periodo de fechas que, con toda evidencia,
resultaron ser trágicamente históricas.
Los párrafos narran lo siguiente: «... John Taylor fue
un matemático y un entusiasta astrónomo aficionado.
También fue profundamente religioso. Aceptaba la Biblia
como literalmente verídica, hecho bastante común en la
década de 1860. De las mediciones que se habían
efectuado, él dedujo que la gran pirámide había sido
construida para registrar las dimensiones de la tierra y la
extensión del año solar. Las proporciones de la pirámide
habían sido concebidas para que expresaran ciertas leyes
geométricas y astronómicas que se deseaba preservar y
transmitir a futuras generaciones. Taylor consideró esto
un “sorprendente descubrimiento” que lo sumió en una
terrible incertidumbre. Taylor creía que sus cálculos
demostraban que la pirámide había sido erigida en el año
2100 a.C. Eso significaba sólo unos 300 años después del
gran diluvio, que la Biblia parecía datar en el 2400 a.C.
Era imposible creer que el hombre había progresado lo
suficiente en ese lapso de tiempo tan breve como para
haber diseñado una estructura tan matemáticamente
perfecta. Al buscar una solución a esta paradoja, Taylor
vio la luz. Los diseñadores de la pirámide habían sido
influidos por la revelación divina. Eso los identificaba
como miembros de la raza adámica. Taylor también
observó la semejanza de la unidad de medida de la
pirámide con la pulgada británica. Murió en 1864,
dejando a cargo de sus discípulos la conclusión de que
los herederos del acto divino debían ser, por lo tanto, la
raza británica, los descendientes de las Tribus Perdidas
de Israel. Haciendo suya esta teoría, el escocés Robert
Menzies declaró que el sistema de pasajes de la pirámide
era nada menos que una representación cronológica de
profecías, lo que corroboraba la Biblia, en una escala de
130
 

una pulgada de la pirámide por cada año. Debemos


apartarnos de la evolución del pensamiento racional para
seguir el desarrollo de esa sobrecogedora teoría.
Según un pequeño grupo de fervorosos creyentes
que estuvieron particularmente activos entre 1890 y
1935, la Gran Pirámide demostraba el plan divino para la
raza adámica. Mediante la conversión de las longitudes
de los corredores y cámaras de la pirámide en años,
meses y días, era posible predecir el futuro de ese sector
elegido de la raza humana desde la Creación, en el año
4000 a.C. hasta el 2045 y 1/2 de nuestra era, fecha de la
tribulación final. David Davidson, un ingeniero de Leeds,
Inglaterra, se convirtió en el principal intérprete de esta
revelación. Dedicó meses a la diligente medición de los
pasajes y cámaras de la pirámide y publicó sus hallazgos
en dos folletos en 1924 y 1934, The Great Pyramid Its
Divine Message, y The Hidden Truth in Myth and Ritual.
Davidson afirmaba que el simbolismo estructural de
la pirámide había sido incorporado bajo “la supervisión,
de inspiración divina, de maestros constructores
protohebreos”. Aceptaba que la unidad de medida
empleada hubiera sido el codo sacro que representaba
unos 63 centímetros. Él desarrolló lo que denominó la
“pulgada piramidal”.
Davidson adoptó como su punto de partida espacio-
temporal una imaginaria marca en la profundidad del
suelo, fuera de la pirámide, sobre la línea que se proyecta
hacia abajo desde el declive del Pasaje Ascendente.
Designó el ajustable punto de partida como el año 4000
a.C. Avanzó hacia arriba, midió cada pulgada para cada
año y llegó al punto de unión de los pasajes Ascendente y
Descendente en el año 1486 a.C., que según declaró,
representaba el año del Éxodo de los israelitas de Egipto,
fecha que se considera demasiado antigua para ese
famoso hecho. Denominó el lugar Portal del Ascenso. La
longitud del Pasaje Ascendente representaba los años
entre el Éxodo y el nacimiento de Jesucristo en el año 4
a.C., otra fecha controvertida. El breve pasaje horizontal
131
 

que lleva al pie de la Gran Galería representaba el Pasaje


del Mesías, marcado por la crucifixión.
Cuando llegó a la parte superior de la Gran Galería,
Davidson midió la longitud del pasaje que conducía a la
Cámara del Rey. Calculada según la pulgada piramidal
correspondía exactamente al periodo del 4 de agosto de
1914 al 11 de noviembre de 1918, la duración de la
Primera Guerra Mundial. Acicateado por su estupendo
descubrimiento, Davidson procedió a denominar la
Cámara del Rey como “Cámara de la tumba abierta” y a
definir otras fechas proféticas. Uno de los discípulos de
Taylor, el coronel Garnier, ya había indicado en 1882
como el año del Segundo Advenimiento. Davidson la
postergó hasta 1913 para que tuviera mayores
probabilidades de verificarse. Utilizó la longitud de la
Cámara del Rey para simbolizar los años entre 1936 y 20
de agosto de 1953. Por lo que sabemos, nada importante
ocurrió ese día. Según Davidson, los días de la
tribulación final comenzarían en el 2001 y 3/4 y
terminarían en el 2045 y 1/2. Pero la teoría de Davidson
de que la pirámide había sido construida como una
cápsula de tiempo ya había sido demolida por el
descubrimiento de sir Flinders Petrie, en 1880, de que
sus constructores no habían trabajado según el codo
sacro sino según el codo real, que representaba unos 52
centímetros.»
Resulta difícil imaginar que este relato, que se ha
transcrito textualmente, fuera fruto de la casualidad, o de
una ironía trágica del destino, por el hecho insólito de
estar referido, con precisión y sin ningún género de
dudas, a unas fechas que resultaron ser especialmente
trágicas por los acontecimientos ciertos que paralizaron
el mundo, que habrían sido ‘profetizadas’ casi con un
siglo de antelación, por el mero hecho de contar las
‘pulgadas’ de las galerías y la cámara del Rey dentro de la
Gran Pirámide.
132
 

Sería más probable considerar que esos dramáticos


acontecimientos profetizados, en realidad podrían haber
ocurrido porque unos terroristas sin escrúpulos, en sus
creencias fanáticas de que cumplían con el destino,
hubieran planificado cometer los atentados escogiendo
cuidadosamente las fechas, haciéndolas coincidir con las
que aparecen en numerosos textos y en infinidad de
páginas web en internet, que recogen gran diversidad de
informaciones, datos, y hasta opiniones personales, sobre
aquellas ‘profecías’ que pesan sobre la historia de la
humanidad desde los tiempos más remotos, que auguran
siempre las peores calamidades.
Pero lo que resulta verdaderamente inverosímil, si
cabe, es llegar siquiera a imaginar que los constructores
de la Gran Pirámide, diseñaron los planos y controlaron
los trabajos de unos obreros con esa esmerada precisión
y minuciosidad, porque fueran conscientes de que en
cada pulgada, esquina o rincón de esos corredores y
cámaras estarían marcando los acontecimientos futuros
de la humanidad, en el transcurso de los siguientes cinco
mil, seis mil, siete mil ¿...? y pico de años, meses y días
posteriores.
Por mi parte, tan solo puedo dar fe de que en el libro
del que se han transcrito los párrafos, constan las fechas
señaladas, el año 2001 y 3/4, en su página 26, que fue
impreso en el año 1977 en Argentina, y que ha estado en
una estantería desde la década de los años 80. Unos
hechos que disparan la imaginación de cualquiera y la
deja abierta a nuevos datos y otras muchas teorías que
seguirán sorprendiéndonos.
133
 

Una ‘sala de archivos’

Otras profecías no menos sorprendentes y que se


hicieron muy famosas, fueron realizadas por el conocido
psíquico norteamericano Egdar Cayce, a principios de los
años treinta del pasado siglo XX. Habló repetidamente de
Egipto como uno de los destinos de los atlantes y como el
lugar donde se depositaron los registros históricos sobre
la Atlántida. Habló Cayce de que la Esfinge se construyó
hace unos diez mil años y que fue entonces cuando se
produjo la destrucción y la evacuación de la mítica
Atlántida. En este sentido pronosticó la existencia de un
‘Salón de los Registros’ enterrado bajo la Gran Esfinge.
«Según Cayce, bajo la zarpa delantera derecha de la
Esfinge se descubriría antes del final del siglo XX,
exactamente en el año 1998, la entrada a una sala
subterránea que habría permanecido oculta, donde se
encontrarían toda la historia de la Atlántida y una serie
de objetos y textos almacenados que demostrarían el
origen atlante de la civilización egipcia, que heredó toda
su sabiduría y sus conocimientos de otra muy anterior y
mucho más desarrollada.»
Existen numerosas leyendas sobre la existencia de
túneles y galerías bajo la Esfinge, que se comunicarían
con la Gran Pirámide, y que quizás encierren alguna
verdad que a los arqueólogos actuales les cuesta verificar.
Cronistas árabes antiguos y modernos, describieron la
existencia de numerosas galerías y pasillos que se
introducían bajo el subsuelo de la meseta de Gizeh hasta
profundidades insospechadas, en las que se encontrarían
todo tipo de tesoros. Aunque solo sea por curiosidad,
parece oportuno recoger un episodio muy conocido entre
los egiptólogos, acerca de uno de esos numerosos túneles
subterráneos que realmente se conoce que existen bajo
dicha meseta.
«Durante la primera mitad del siglo pasado, el doctor
John Kinnaman, un arqueólogo de reconocido prestigio,
134
 

afirmó en conferencia pública que en unas excavaciones


realizadas en 1924, junto con el también prestigioso
egiptólogo sir Flinders Petrie, descubrieron de forma
casual un túnel al sur de la Gran Pirámide.
Según Kinnaman, existía un corredor descendente
que, sumergiéndose a gran profundidad, llegaba hasta
una sala que albergaba gran número de máquinas de
extraño funcionamiento y, por supuesto, de origen
desconocido. También mencionó la existencia de miles de
prismas de cristal cuya función igualmente ignoraba, y
una ‘máquina antigravedad’, entre otras muchas cosas.
Sospechosamente, el doctor Kinnaman no recordaba la
ubicación exacta de ese túnel extraordinario por lo que
nadie ha vuelto a encontrarlo jamás.»
Numerosos investigadores y arqueólogos han tratado
y siguen tratando en vano de encontrar esa supuesta
‘sala de archivos’, existiendo una gran variedad de teorías
acerca de lo que se podría encontrar allí. Por ejemplo,
pruebas que expliquen supuestas conexiones entre las
pirámides de Gizeh y las pirámides centroamericanas; la
conexión matemática que se presume que existe entre
esos monumentos con las catedrales góticas; evidencias
de que Egipto obtuvo su ciencia de otra cultura superior
y hoy día olvidada, etc. El caso es que ha transcurrido ya
más de una década desde las fechas pronosticadas por
Cayce y las profecías no se ha cumplido, aunque sí que
se tiene certeza de la existencia de cámaras, corredores y
pozos subterráneos todavía sin excavar, y que incluso se
solicitaron permisos -que fueron denegados- para seguir
haciendo excavaciones con el propósito de localizar ese
lugar, esa mítica ‘sala’ donde se encuentren documentos
o secretos celosamente guardados por los antiguos
sacerdotes egipcios.
135
 

Pirámides y energías

 
«“Pir-a-mide” significa en griego “fuego en el centro”»

La palabra ‘pirámide’ es, en sí misma, un misterio.


Su etimología es sumamente interesante. Se creyó que
provenía del término egipcio ‘peremus’ compuesta por las
palabras ‘per-em’ que significa ‘aquello que sube’, pero se
ignora por completo lo que significa la palabra ‘us’. Su
acepción real se cree que deriva de las palabras griegas
‘pyr’ o ‘pirós, que significa ‘fuego’ o luz, y ‘midos’, que
significa medida. Así pues, literalmente, el significado de
pirámide sería ‘medida del fuego’ o ‘medida de la luz’. La
luz, la electricidad y el magnetismo son radiaciones o
energías misteriosas asociadas a determinados colores y
formas. Se cree que la Gran Pirámide pudo ser un templo
sagrado ‘energético’ por la existencia de intensas fuerzas
telúricas que parecen generarse en su interior, incluso
hay quienes afirman que la zona en la que se encuentra
posee unas especiales características geológicas que la
convierten en un acumulador de energía, si bien no es
posible precisar la índole o naturaleza de esa energía.
Incluso se cree que las pequeñas maquetas a escala con
forma piramidal son capaces de generar algún tipo de
energía, o alguna forma de influencia semejante a la de
un campo electromagnético.
La forma piramidal ha fascinado al hombre desde
siempre, hasta el punto de que se ha acuñado el término
‘piramidología’ para referirse al conjunto de creencias
pseudocientíficas de quienes dotan a las pirámides, o por
extensión a la forma piramidal, de poderes místicos o
136
 

sobrenaturales. Se llegó a suponer que los sacerdotes


egipcios poseían conocimientos insospechados sobre las
propiedades de la materia, de las formas y de las fuerzas
capaces de influir o modificar los procesos naturales. La
estructura piramidal parece recoger y emanar energías
que aún no han sido estudiadas ni comprendidas, que en
un futuro podrían dar nuevas claves importantes, y
curiosamente, las proporciones de la Gran Pirámide
parecen estar indicando los componentes principales del
hombre: el agua y el carbono.
Desde tiempos remotos se ha hablado del poder y los
efectos que las formas piramidales pueden ejercer sobre
los objetos y las personas. Se ha dicho que estas formas
geométricas pueden contener secretos de la física todavía
hoy desconocidos, a tenor de innumerables experiencias
que se han hecho con el objetivo de demostrar que de
ellas emanan supuestas energías que tendrían influencia
en fines terapéuticos, la meditación, la momificación de
animales, la conservación de alimentos, el crecimiento de
las plantas, etc. Más por curiosidad que por sus posibles
fundamentos científicos, puede ser interesante conocer
algunas referencias relacionadas con supuestos efectos
energéticos que se atribuyen a las pirámides, por la
interacción con el agua, la humedad o el aire. Así entre
los muy diversos artículos en libros o revistas que tratan
sobre los efectos de las pirámides, se pueden encontrar
datos como los siguientes.
«En el año 1935, el profesor John Hall, de Chicago,
haciendo experimentos con pirámides y empleando un
anillo de cobre y dos hilos demostró que del vértice de la
pirámide se desprendía una especie de carga eléctrica,
con lo que corroboraba la controvertida experiencia de sir
Williams Siemens, quien, encontrándose en lo alto de la
pirámide de Keops, sufrió una descarga de electricidad
estática al beber de una botella envuelta en un periódico
húmedo.»
«Durante los años 70 se realizaron diversas pruebas
en el interior de la Gran Pirámide para tratar de localizar
137
 

supuestas cámaras ocultas. Para ello utilizaron técnicas


basadas en mediciones de rayos cósmicos que atraviesan
permanentemente el planeta y que pierden parte de su
energía cuando traspasan los objetos. Pretendían medir y
registrar la frecuencia de dichos rayos impresionándolos
sobre placas de rayos X. Los resultados y conclusiones
que se obtuvieron fueron desastrosos, debido a que las
mediciones que se tomaban variaban de un día para otro,
cada vez que se registraban. El encargado del proyecto, el
doctor Amr Goneid, afirmó: “O bien se ha cometido un
error considerable que podría afectar a nuestras lecturas,
o aquí tenemos un misterio inexplicable... llámelo como
quiera, ocultismo, maldición de los faraones, hechicería o
magia; aquí hay una fuerza que desafía las leyes de la
ciencia aplicadas a la Gran Pirámide y a todas las leyes
conocidas de la Física”.»
También en los años 70, otra expedición compuesta
por científicos norteamericanos y egipcios, realizaron una
serie de experimentos en el interior de la pirámide de
Kefrén, utilizando unos sistemas de emisión de ondas de
radar y un potente ordenador para registrarlas, con el
objetivo de localizar la existencia de cámaras todavía sin
descubrir, en las que habría de encontrarse el sarcófago
del faraón. El resultado de estos trabajos también fue
considerado un rotundo fracaso, debido a que las ondas
de radar desaparecían en el momento de traspasar los
muros de la pirámide, como si fueran ‘engullidas’ por las
piedras. Según la explicación que se dio entonces, a ese
extraño fenómeno se atribuyó al ‘altísimo porcentaje de
humedad’ acumulado en el interior de la construcción, a
pesar de estar situada en un desierto permanentemente
caluroso.
«Un piramidólogo e inventor norteamericano, Patrick
Flannagan, que con diecisiete años ya era muy conocido
por su invento del neurófono, un aparato para la ayuda
auditiva que transmite impulsos eléctricos directamente
al cerebro, afirmó que “la energía de las pirámides altera
las propiedades dieléctricas de la materia y sostiene que
138
 

la energía dieléctrica es una reflexión de la carga eléctrica


de la superficie de los cuerpos”. Constató también que la
temperatura del interior de la pirámide es ligeramente
superior a la del exterior y que el contenido de energía
varía según el momento del día, la estación, el clima, las
fases de la luna y la cantidad y polaridad de los iones de
la atmósfera que rodea a la pirámide; y que, hasta cierto
punto, la energía mental del investigador también puede
afectar al resultado.
Flannagan consideró a la Gran Pirámide como un
“condensador y transmisor de energía bioplasmática”
porque, tanto de día como de noche se podían detectar
esas emisiones de energía que se concentran en el vértice
de la pirámide que pueden llegar a alcanzar varios
kilómetros de altura, de ahí, la capacidad de esa pirámide
de generar energía continuamente, circunstancia que
tendría alguna relación con la concentración de energías
telúricas de la Tierra en la zona. Igualmente llegó a
afirmar que las distintas cámaras encontradas en la Gran
Pirámide, dispuestas verticalmente sobre la cámara del
Rey, tienen el objeto de cambiar la frecuencia de ciertos
sonidos producidos en la citada cámara. Por resonancia,
toda la pirámide vibraría emitiendo ondas ultrasónicas.»
Las cámaras y pasadizos de la Gran Pirámide están
conformadas por enormes bloques de granito, una roca
ígnea compuesta esencialmente por cuarzo, feldespato y
mica. El cuarzo a su vez es un mineral compuesto por el
dióxido de silicio, también llamado sílice, incoloro en
estado puro, su dureza es tal que puede rayar los aceros
comunes, y es muy abundante en las rocas graníticas.
Cristaliza formando cristales de tamaños considerables,
hexagonales, coronados por una pirámide trigonal. El
silicio es el material con el que se fabrican los ‘chips’ que
conforman los circuitos integrados de los ordenadores.
«En el complejo de Stonehenge, no sólo repite las
alineaciones astronómicas de los anteriores, sino que
introduce además el segundo factor básico en todos los
centros energéticos: la piedra con mineral de cuarzo. En
139
 

este complejo se utilizó la piedra arenisca, como en otros


el granito, pero en todos deberá estar presente el cuarzo,
porque sin él, podemos afirmar que no existirá una
auténtica capacidad energética. Así lo demuestran los
arquitectos sagrados, que lo utilizaban ya muchos siglos
antes de Stonehenge, y lo seguirían utilizando durante
los siguientes 3.500 años sin interrupción. No sabemos
hasta qué punto las presiones o las vibraciones a que
puedan verse sometidas estas piedras pueden producir
corrientes eléctricas con capacidad suficiente para
conseguir efectos dignos de mención. Más bien parece
que esta omnipresencia del cuarzo implique la existencia
de otras propiedades de este mineral, aparte de la
piezoelectricidad. Quizá como en tantos otros fenómenos,
la presencia de mínimas corrientes eléctricas acompañe o
provoque la actividad de las otras fuerzas que influyen en
el biocampo.»

Viento que llegó de ninguna parte

En la pirámide acodada de la planicie de Dashur, en


Egipto, ordenada construir por el faraón Snefru, padre de
Keops, periódicamente tienen lugar unos fenómenos que
hasta la fecha se consideran un auténtico misterio, pues
no se les ha logrado encontrar una explicación lógica.
Cuentan varios testimonios que en los pasajes que hay
en su interior se producen unas fuertes corrientes de aire
de las que se no se conocen ni su origen ni su destino, y
que aparecen y cesan sin causas aparentes.
«Sus enigmas empiezan en la disposición de sus
pasillos y cámaras, única en Egipto. Si los corredores de
todas las pirámides tienen la orientación norte-sur, la
acodada presenta dos orientaciones, a semejanza de los
dos ángulos que definen sus caras exteriores. La entrada
original se eleva unos diez metros del suelo en la cara
norte. Cien metros de corredor de poco más de un metro
140
 

de alto, que en su centro se ahueca una enorme galería


vertical de casi doce metros de alto, a cuyos lados surgen
otras galerías estrechas, que no conducen a sitio alguno,
así como una cámara vacía. Los dos ejes interiores, el
norte-sur y el oeste-este, están separados en su plano por
15 metros de distancia. En algún tiempo desconocido se
abrió un túnel que los comunicó. Desconocido porque ese
túnel no puede ser de la época de la construcción del
monumento, ya que es fácil apreciar cómo fue excavado,
lo que constituye uno de los grandes enigmas de esta
construcción. Cuando en 1839 el coronel Howard Vyse y
su ayudante Perring exploraron la pirámide, advirtieron
un fenómeno extraordinario del que dejaron constancia
en sus crónicas: Los trabajadores árabes que contrataron
para el trabajo de desescombro de los pasajes sufrían un
intenso calor y molestias por la falta de oxígeno. Pero un
día, súbitamente, una fuerte ráfaga de viento comenzó a
silbar a lo largo de los pasajes. Cuarenta y ocho horas
después -cuentan-, el aire cesó misteriosamente y nadie
logró encontrar la clave del asunto. Un hecho que no es
esporádico, ya que las dos últimas veces que nuestro
equipo visitó el lugar, tuvo ocasión de presenciar idéntico
fenómeno, pudiendo constatar algo desconcertante. La
ráfaga de aire sólo se produce en el canal que une los dos
ejes y fluye con tal fuerza que es imposible encender una
cerilla, aunque ese viento es imperceptible en los pasajes
originales de la pirámide. La única explicación posible es
que existan estancias y pasillos aún no descubiertos, con
túneles similares a los canales de ventilación de la Gran
Pirámide, capaces de ‘organizar’ el trasvase de aire por el
interior de la obra, lo cual supone un nuevo reto a la
investigación.»
141
 

El poder de las pirámides

Existen más testimonios que también relacionarían


las pirámides con la circulación del viento por su interior.
Así, dentro de la cámara del Rey de la Gran Pirámide se
han registrado sonidos producidos por el viento que sopla
procedente de los canales de ventilación, produciendo
débiles vibraciones que se intensifican gracias a las
enormes dimensiones de la pirámide, y que algunos
expertos creen posible identificar con el sonido de alguna
nota musical.
Desde las últimas décadas del siglo pasado se vienen
realizando numerosos experimentos científicos mediante
los cuales se pudo comprobar el poder de la energía que
desprenden las formas piramidales. Esto hace pensar que
en la antigüedad conocían secretos que miles de años
después se han podido verificar gracias a experimentos
de laboratorio, y es que en las pirámides se generan
energías muy potentes, tanto internamente, dentro de la
pirámide, como en su entorno. Y no solo se generan esas
energías en las formas piramidales, sino también otras
formas geométricas, como las esferas o los conos, aunque
con diferencias sustanciales.
Salvando el hecho conocido de que muchas de las
teorías que sustentan este tipo de experimentaciones son
oficiosas, ya que carecen de reconocimiento oficial o de
confirmación científica, y otras que están motivadas por
creencias de espiritualidad o simples supercherías, lo
cierto es que existen numerosas referencias sobre las
múltiples y posibles cualidades que caracterizan estas
estructuras piramidales. También es conocido que en los
últimos años se han realizado numerosos y diferentes
experimentos científicos para comprobar la influencia de
la energía que desprenden las pirámides, constituyendo
un amplio abanico de resultados y opiniones, como por
ejemplo, llegando a afirmarse que esa energía influye en
la deshidratación de los cuerpos, acelerando ese proceso,
142
 

o para calmar algunos dolores en el cuerpo humano, para


acelerar el crecimiento de las plantas y la germinación de
semillas, en la conservación de alimentos, o en potenciar
la memoria y los poderes de la mente, etc.
«Los antiguos egipcios conocían ciertos secretos que
se han podido comprobar mediante experimentos de
laboratorio, por ejemplo, que las estructuras piramidales,
además de cumplir la representación religiosa cultural
que conocemos, generan energías muy potentes; aunque
la mayoría solo conoce a las pirámides por su función
arquitectónica, han de contemplarse también desde una
dimensión diferente: la generación de energía.»
En muchos libros y revistas especializadas podemos
leer comentarios y afirmaciones sobre que las pirámides
generan misteriosas fuerzas, de cuya naturaleza no se
encuentra ninguna explicación certera. Se efectuaron
numerosas pruebas buscando demostrar aspectos como
que las estructuras piramidales constituyen una especie
de imanes para los rayos cósmicos, o que son centros de
electricidad estática. Existen abundantes testimonios y
relatos acerca de personas quienes, tras visitar el interior
de las pirámides, afirman haber adquirido el poder de
predecir su propio destino...
En uno de los libros de Javier Sierra, El secreto
egipcio de Napoleón, hay un relato acerca de la estancia
de una noche que Napoleón Bonaparte pasó en el interior
de la Gran Pirámide, dentro del sarcófago de la cámara
del Rey, en el que hay una frase que se asemeja a una
profecía y que parece el anticipo de un gran secreto
oculto que deberá descubrirse en el futuro. Dice así:
«Insistió en llevarle ese ocaso a las afueras de la
ciudad, al interior de la más grande de las pirámides de
Giza, e iniciarle en sus arcanos secretos. ‘Quien domine
la pirámide, dominará el Universo’, le anunció de
camino. En cierto modo, Napoleón estaba seguro de que
aquello era una gran verdad. Quizá, la verdad.»
143
 

Experimentos con pirámides


Muchos investigadores han comprobado que en el
interior de cualquier estructura piramidal construida con
material adecuado se producen una serie de fenómenos
físicos, energéticos y cuánticos que se conocen con el
nombre de energía piramidal o efecto piramidal.
Actualmente, en Internet, resulta sencillísimo buscar
y encontrar tantos y tantos relatos sobre experimentos,
curiosidades y efectos que producen las pirámides, de los
que se transcriben aquellos que pueden considerarse de
mayor interés, especialmente los que describen acciones
y efectos que dichas estructuras producen sobre el agua
o la humedad.
«La mayoría de las experimentaciones con pirámides
que se conocen, fueron protagonizadas por personas con
preparación académica o científica a los que, bien por la
curiosidad o por el interés de su profesión, les motivó a
poner en práctica este tipo de acciones para corroborar
los supuestos poderes de las formas piramidales. Aunque
los casos más sorprendentes parecen protagonizados por
personas normales, sin mentalidad científica, que nunca
estuvieron en Egipto, que ponen de manifiesto ese poder
de las pirámides. Se trata de testimonios que confiesan
haber obtenido notables resultados experimentando con
pirámides, utilizando modelos de cartón, metal o plástico,
construidos a escala exacta de la Gran Pirámide. En este
sentido, son generalizadas las afirmaciones acerca de que
esos modelos tienen un ‘poder intrínseco’ que influye en
aspectos muy diversos y heterogéneos, como mantener
afiladas las hojas de afeitar durante largo tiempo, de
conservar frescos más tiempo los alimentos, de promover
sentimientos de paz y de armonía interior, e incluso de
ayudar a predecir el futuro.»
El tema de la fuerza oculta que parecen poseer las
pirámides, sea cual sea su tamaño, salto a la actualidad
en el año 1970, a raíz de la publicación de un libro sobre
144
 

las experiencias del ingeniero electrónico checoslovaco


Karel Drbal, en el campo de las energías piramidales.
Drbal, ingeniero de radiocomunicación, construyó una
réplica a escala de la pirámide de Keops, y realizó
continuos experimentos entre 1949 y 1954, con los que
constató que las réplicas de las pirámides tienen la
capacidad de mantener afiladas las hojas de afeitar y
utilizarlas durante mucho más tiempo que el normal. Los
experimentos consistían en colocar las hojas de afeitar
debajo de una pirámide y comprobar que se regeneraba
su filo, y les daba una capacidad de corte mayor y una
mayor duración en cuanto al número de afeitados que las
podía utilizar. Hojas de afeitar cuya vida útil era de siete
afeitados, sometidas a la acción de la pirámide llegaban a
los cuarenta afeitados.
«Según Drbal ese efecto se debía básicamente a dos
factores: por un lado demostró que en el interior de la
estructura piramidal se produce un peculiar efecto de
resonancia energética, que actuaría sobre la materia
inorgánica, produciéndose una deshidratación rápida y
profunda que eliminar la humedad del filo de las láminas
metálicas, y por otro lado ejerce una acción sobre la
materia orgánica produciendo la ‘momificación’, ya que
“en las materias orgánicas dicha acción destruye los
microorganismos que causan la putrefacción, facilitando
la conservación de alimentos sometidos a la acción de la
pirámide”. Realizó también experimentos con utensilios
metálicos afilados, como tijeras, navajas, cuchillos, etc., y
verificó que la energía del interior de las pirámides
eliminaba la humedad en los espacios intracristalinos del
filo de dichos utensilios.»
«El agua posee dos tipos de cristales: sólidos -los
comunes como los de la nieve- y líquidos. El profesor
Linus Pauling, dos veces Premio Nobel de Química,
descubrió que los cristales líquidos se ordenan cuando el
agua es colocada en el interior de una pirámide. El
comportamiento de dichos cristales provoca fenómenos
que fueron observados por el químico y físico florentino
145
 

Giorgio Piccardi, que realizó unos curiosos experimentos.


El procedimiento es muy simple. Piccardi explica esos
fenómenos de la siguiente forma: en contacto con la
energía electromagnética que llega desde el espacio, los
coloides se mantienen en suspensión, mientras que en
cualquier sustancia que se aísle de estas radiaciones los
coloides se precipitan rápidamente. Además, según
Piccardi, las moléculas de agua funcionan como antenas
que captan las radiaciones del Cosmos. Así se explica -
dice- que la velocidad de decantación sea mayor en el
mes de Abril que en Septiembre, ya que el movimiento de
la Tierra en la galaxia es máximo en Abril y mínimo en
Septiembre. En una probeta se coloca un precipitado
lechoso, consecuencia de mezclar cloruro de bismuto con
agua. Más tarde se observa cómo la sustancia más
pesada comienza a separarse de la más liviana. Piccardi
demostró que el tiempo que tardaba en tener lugar este
fenómeno de precipitación variaba con las horas del día,
con los meses del año e, incluso, con los ciclos solares de
11 años. Otra de las pruebas realizadas por este experto
consistió en comparar dos precipitados iguales, uno
situado en el medio ambiente del laboratorio y otro
protegido por un blindaje metálico hermético. El último
decantó mucho más rápido debido a que el blindaje
impedía que las ondas electromagnéticas del ambiente
entraran en el tubo de ensayo. Por el contrario, en el caso
del primero, las ondas mantuvieron la flotación de los
coloides.  Piccardi fue el primero en utilizar el término
‘activación’ como tratamiento físico, para cambiar las
propiedades del agua.
Aplicado a las pirámides, dicho experimento tiene,
como veremos, resultados sorprendentes. Realizamos la
prueba anterior con una solución de cloruro de bismuto
en tres tubos de ensayo diferentes: el primero, sometido
al medio ambiente normal; el segundo, protegido por una
caja de metal blindada; y el tercero, situado bajo una
pirámide de plástico. Añadimos agua a los tres tubos, con
lo que se produce la hidrólisis -oxicloruro de bismuto-,
146
 

dando como resultado, de forma casi inmediata, una


solución lechosa. Sin embargo, la decantación tendrá
lugar en tiempos diferentes: tres minutos para el tubo
sometido al medio ambiente, uno en el caso de la probeta
blindada y ¡quince! cuando se trata del tubo colocado en
el interior de la pirámide. Es decir, la solución "protegida"
por la pirámide comienza a precipitarse cinco veces más
tarde que aquella "abandonada" a las circunstancias del
medio ambiente. Como hemos visto, una pirámide
retarda enormemente la floculación coloidal. En nuestra
tecnología actual hay muy pocos medios capaces de
provocar la liofilización de un coloide; entre ellos se
encuentra la denominada goma arábiga, que prolonga el
tiempo de suspensión de una solución coloidal. Fuera de
estos métodos, sólo las pirámides funcionan como
suspensores coloidales.»
«En 1930, el radiestesista francés Antoine Bovis,
visitando la pirámide de Keops descubrió los cuerpos de
gatos, ratas y otros pequeños animales que después de
vagar por los laberintos de la pirámide murieron en su
interior y fueron depositados en un recipiente en la
cámara del Rey. Pese a llevar muertos muchos días no
presentaban signos de descomposición, y algunos se
encontraban completamente deshidratados, momificados.
Bovis construyó una maqueta de la pirámide de Keops,
de 75 cm de altura, orientándola en el sentido norte-sur
del campo magnético terrestre, y a un tercio de su altura
colocó el cadáver de un gato que se momificó, tal como
había sucedido en el interior de la pirámide de Egipto.
Después de repetir el experimento varias veces, se dio por
convencido de que la pirámide actuaba de manera
decisiva e influyente a detener el proceso de putrefacción
y a provocar una acelerada deshidratación de los cuerpos
orgánicos colocados en su interior.»
«Verne Cameron, un radiestesista norteamericano,
fue el primero en notar que los productos alimenticios
guardados bajo una pirámide no solo se mantenían
147
 

frescos indefinidamente, sino que, además, conservaban


todo el sabor y las cualidades nutritivas.»
«Según Eric McLuhan, profesor de electrónica en la
Universidad de Ontario, el hecho de que la pirámide esté
alineada con el norte-sur magnético indica que sus
efectos deben tener alguna relación con el campo
magnético terrestre y que de alguna forma las ondas de
energía de la pirámide son polarizadas. Dice que las
pirámides egipcias son masas sólidas de roca cuyas
cámaras están relacionadas entre sí como cavidades de
resonancia, en las cuales puede almacenarse o excitarse
la energía electromagnética, de manera semejante a los
altavoces de alta fidelidad. Para McLuhan, la clave del
poder piramidal está en estos tres aspectos: gravedad,
magnetismo y resonancia. Afirma también que en Italia,
Francia y Yugoslavia, cuando la leche y el yogur se
distribuían en envases con forma piramidal los productos
se mantenían frescos durante mucho más tiempo, lo que
demostraría de forma indubitable que la intervención de
otras energías existe, puesto que era imposible mantener
los envases en la orientación norte-sur.»
«Bill Schul y Ed Pettit, autores de dos libros clásicos
sobre la energía de las pirámides, El poder secreto de las
pirámides y El poder psíquico de las pirámides, llevaron a
cabo diversos experimentos en los cuales constataron
que las pirámides pueden, según su uso, acelerar o
retardar el desarrollo de plantas, mejorar la cicatrización
de las heridas y la sanación de trastornos emocionales,
aparte de tener curiosos efectos sobre las personas que
meditan en el interior de pequeñas réplicas de pirámides,
contribuyendo al desarrollo de facultades paranormales.»
«Son numerosos los experimentos realizados con
réplicas de pirámides, a escala de las de Egipto, de todo
tipo de colores y tamaños, con fines terapéuticos, con
alimentos, con bebidas, con plantas, etc... para calmar
los dolores de todo tipo en el cuerpo, regular el estrés,
vencer el insomnio. Los expertos recomiendan utilizarlas
de diferentes colores en función de la finalidad que se
148
 

persiga. De color rojo para aumentar la vitalidad, de color


anaranjado para facilitar la digestión, de color amarillo
para tonificar el cuerpo, de color verde para calmar los
nervios, de color azul para la meditación... También
aseguran que se mejoran los sabores de las bebidas como
el vino o el whisky, así como las frutas y la leche que se
mantienen frescas durante más tiempo si se dejan unas
horas bajo una pirámide.»
«Especialmente importante el dato a tener en cuenta
de las afirmaciones sobre la orientación que han de tener
las pirámides para constatar sus efectos: la orientación
ha de ser norte-sur coincidiendo con los polos geográficos
de la Tierra.»
Actualmente se siguen conociendo nuevas funciones
de las pirámides, con utilidades insospechadas. Muchos
investigadores siguen realizando experimentos en todo el
mundo, buscando descubrir nuevas funcionalidades de
las pirámides y el tipo de energía causante de los efectos
que se observan. En algunos países hay empresas que
comercializan todo tipo de estructuras piramidales, con
distintos materiales, formas y tamaños, y para los más
diversos usos y finalidades.
Estos son algunos de los efectos constatados por
quienes han realizado experimentos con pirámides:
• Recuperar el filo de las hojas de afeitar.
• Conservación y revitalización del agua.
• Conservación indefinida de alimentos.
• Las verduras y frutas se deshidratan sin iniciar
proceso de putrefacción.
• Tratamiento de líquidos en general.
• Conservación indefinida del poder germinativo de
semillas de cereales y hortalizas.
• En apicultura se consigue mejorar el rendimiento
y la producción de miel.
• Aplicaciones terapéuticas en la cura de algunas
enfermedades, dolores y traumatismos.
• Efecto de relax en casos con trastornos del sueño.
149
 

• Efectos que potencian la meditación y relajación.


• Armonización de ambientes, haciendo el aire más
fresco, las personas sentirse más cómodas y las
plantas más sanas.

Y estos son algunos testimonios que comentan esos


efectos atribuidos al ‘poder’ o a la influencia ejercida por
las pirámides:
«Las pirámides se usan para la curación de algunas
enfermedades, y para evitar su aparición. Especialmente
las derivadas de malformación molecular por cualquier
causa, como las reumáticas, mielíticas y otras de
etiología desconocida, así como cualquier enfermedad con
etiología bacteriana, ya que nada se pudre en las
pirámides y ello impide la formación de colonias de
saprofitos, mientras que no interfiere en absoluto con las
bacterias simbióticas encargadas de la digestión, ni
impide la función de los fagos encargados de limpiar el
cuerpo de microorganismos extraños y partes de células
muertas.»
«Dormir dentro de una pirámide bien orientada y
construida con unos materiales adecuados -siempre
paramagnéticos como el aluminio, la madera o el vidrio-,
representa la posibilidad de evitar contraer enfermedades
reumáticas o infecciones bacterianas. No se sabe aún
hasta qué punto previene de enfermedades víricas, pero
se han tenido pruebas de que los virus muy difícilmente
ataquen a un organismo cuyas moléculas de agua están
bien estructuradas y el sistema inmunitario en perfectas
condiciones. Las mejoras del sistema inmunitario se han
hecho evidentes en muchísimos pacientes tratados con
pirámides.»
«Las cefaléas, migrañas y en general trastornos
funcionales de etiología desconocida, variable o dudosa
que han sido tratados en una pirámide, han remitido
totalmente en todos los casos tratados hasta ahora.»
150
 

«A este conjunto de fenómenos, armonía telúrico-


cósmica, corrección molecular del agua, aceleración y
coactividad de campo, eliminación de radicales libres y de
protomoléculas oxidantes, debemos agregar el que quizá
sea el mayor causante del aumento de la tasa vibratoria:
La acumulación de neutrinos en el interior de la
pirámide, así como dentro de las moléculas de agua en
los organismos tratados.»
«En las pirámides hay una diferencia enorme con los
demás sitios porque muy diferente es el tipo de energía.
Desde luego, los efectos biológicos y psíquicos son
también diferentes.»
«En la pirámide, los cuerpos orgánicos son afectados
en cuanto a la estructura molecular del agua por el efecto
conocido como ‘Simpatía Magnética de la Forma’. Este
poderoso efecto (bien conocido por los físicos que fabrican
piedras preciosas artificiales) hace que las moléculas de
agua adquieran su forma natural correcta de 5-H₂O,
haciéndose más solventes y menos oxidantes. Ya se sabe
que la molécula de agua tiene una forma de pirámide
perfecta, con casi 52 grados de inclinación de sus caras.»
«Con lo que sí hay que tener especial precaución es
con la composición de los materiales con los que se vayan
a construir las pirámides, en las cuales sólo podemos
confiar en aquellas que están construidas con aluminio,
madera, vidrios, silícicos en general, plásticos o carbón.»
Con la prudencia necesaria y sin entrar a cuestionar
ni valorar los testimonios que hemos recogido, es preciso
resaltar que todos ellos expresan una conexión directa y
evidente de la influencia o la energía que las estructuras
piramidales ejercen sobre el agua y aquellos cuerpos o
elementos en cuya composición se contienen moléculas
de agua, ya que en todos son comunes conceptos como
éstos:
- Deshidratación
- Humedad
- Estructura molecular del agua
151
 

Agua y pirámides
«Los templos de los egipcios estaban diseñados de tal
manera que la distribución de las cámaras, los adornos y
los utensilios tenían una relevancia simbólica, como lo
demuestran los jeroglíficos que los cubrían. Junto al altar
por lo general situado en el centro de cada habitación,
estaba la cisterna de agua del Nilo que entraba y salía
por tuberías invisibles. Allí también había imágenes de
los dioses en series concadenadas, acompañadas de
inscripciones mágicas. En aquellos templos y mediante
símbolos y jeroglíficos se instruía a los neófitos en los
secretos de la casta sacerdotal.»
El agua, uno de los cuatro elementos básicos de la
naturaleza, era considerada en Egipto como la fuente de
renovación periódica de la vida y la riqueza, y porque
encierra en su interior las claves de una extraordinaria
fuerza, que probablemente era bien conocida por los
sacerdotes y maestros egipcios. Uno de los aspectos que
destacan sobre la función de las pirámides es su relación
con el agua. «La asociación del agua con las pirámides
fue constante en Egipto a pesar de las circunstancias
topográficas desfavorables. Los ceremoniales incluían un
obligatorio viaje por agua para llegar a las pirámides y
Heródoto habla, incluso, de lagos asociados a la Gran
Pirámide que los arqueólogos no han podido descubrir.»
Son numerosos los mitos, leyendas y relatos, casi de
ciencia ficción, que relacionan con fenómenos sobre la
influencia que las pirámides ejercen sobre el agua, la
humedad, o la deshidratación, especialmente referidos a
la Gran Pirámide. Un autor árabe, Abu Mohammed Abda
Allah, relató en tiempos remotos una de sus aventuras en
el interior del monumento: «El pozo era cuadrado y los
hombres que bajaron a él encontraron una puerta que
conducía hasta unas salas llenas de cuerpos de animales
muertos extraordinariamente ligeros, pues el tiempo les
había vuelto tan pesados como la paja seca.»
152
 

Otros investigadores observaron que los cuerpos de


animales aparecieron momificados, por lo que utilizaron
esta estructura piramidal para realizar experimentos y
verificaron que producía fenómenos de deshidratación en
pequeños animales y frutos.
En un amplio artículo de la revista MÁS ALLÁ DE LA
CIENCIA, número 16/03/1996, un monográfico dedicado
íntegramente a las pirámides del mundo, hay una cita en
la que destaca la cantidad de agua como componente de
las piedras que conforman la pirámide de Kefrén:
«En la pirámide atribuida a Kefrén si hay restos de
ablandamientos en su cara oeste. Se pudo constatar que
en algunos lugares, para rellenar los huecos vacios, se
colocó pasta de tal forma que hoy es difícil apreciar los
desperfectos. Las hiladas recorren decenas de metros sin
que se observe junta alguna y con señales inequívocas de
las maderas que constituyeron el armazón de tan
singular mortero. Por su parte, investigaciones llevadas a
cabo por el doctor Klemm sobre algunas piedras de esta
pirámide arrojan resultados muy significativos. Los
análisis de Klemm demostraron no sólo que un mismo
bloque presentaba diferentes consistencias, sino que
cada uno de ellos era completamente distinto a los
demás, cosa imposible en piedras procedentes de una
misma cantera. Pero su gran descubrimiento lo realizó
cuando pudo medir la cantidad de agua que poseían. Se
sabe que todas las rocas contienen una pequeña parte de
agua, pero las rocas investigadas por Klemm poseían una
cantidad de hasta cien veces superior a la normal, y dato
curioso, apreció más líquido en la parte inferior de las
piedras que en la superior.»
En 1818, el arqueólogo italiano Giovanni Belzoni
exploró la pirámide de Kefrén y descubrió una entrada y
un pasadizo descendente que llevaba hasta una cámara
que contenía un sarcófago vacio. Dicha cámara, cuya
parte superior tiene forma de pirámide, está situada justo
en el centro de la pirámide y por debajo del nivel de la
base. Belzoni lo describió así: «Al ser mi principal objetivo
153
 

hallar el centro de la pirámide, me dirigí a lo largo de


aquel corredor, al final del cual encontré otro pasadizo
horizontal que me condujo directamente hacia el centro.
Partiendo del pozo, todos los pasadizos estaban
excavados en la roca viva, y el último al que habíamos
llegado tenía menos de dos metros de alto por poco más
de un metro de ancho. Al caminar por este pasadizo
pudimos ver las paredes recubiertas de ramificaciones de
nitrato potásico, que imitaba cuerdas de lana de un
blanco cordero o las hojas de achicoria. Por fin llegamos a
la cámara central de la pirámide, di algunos pasos por su
interior y me paré a examinar el lugar, el cual había
permanecido durante tantos siglos oculto a toda mirada
para vergüenza de los esfuerzos realizados por los
científicos deseosos de descubrirlo. La antorcha con que
me alumbraba, aunque era suficiente para que pudiera
ver las cosas esenciales, esparcía una leve luz por el
interior de la sala. Naturalmente, mi mirada se dirigió
hacia el extremo occidental de la misma, en donde
esperaba encontrar el sarcófago situado de igual forma
que el de la primera pirámide (la de Keops), pero me llevé
una desilusión, puesto que en aquella parte no había
nada. Al continuar examinando la parte septentrional de
la cámara, me vi agradablemente sorprendido por el
hallazgo de un sarcófago, enterrado a nivel del suelo.
También en las paredes de la cámara se advierte la
presencia de ramificaciones de salitre, pero mayores y
más consistentes que las del pasadizo. Había algunas de
hasta 6 centímetros de longitud que parecían las hojas
dentadas y rizadas de la achicoria.»
Existe una teoría según la cual, la sal hallada en las
piedras interiores de la pirámide demostraría que estuvo
sumergida o cubierta por el agua del mar durante alguna
época desde su construcción. Sin embargo, esta teoría se
debilita por el hecho científico de que el tipo de piedra de
que está compuesta sufre exudaciones naturales de sal.
Por tanto, aunque es posible que el monumento hubiera
estado sumergido, al menos en parte, durante los miles
154
 

de años transcurridos desde su construcción, la prueba


que se aduce para demostrarlo no resulta decisiva.
Investigaciones más recientes llevadas a cabo en la
Gran Pirámide, han determinado que en las paredes del
canal horizontal, en las cámaras de Descarga o en el pozo
subterráneo se encontraron restos de una materia
salada, lo que mueve a pensar que en dicha pirámide se
hubieran llevado a cabo algún tipo de experimentación de
tipo físico o químico. Otro dato reciente, proviene de las
alteraciones que producen los grupos de visitantes en la
estructura interior de la pirámide, debido a que “las
continuas variaciones de las temperaturas provocan la
formación de peligrosos depósitos de sal en las paredes,
de tal forma que en tan solo seis años se pueden llegar a
acumular una capa de hasta dos centímetros de sal”.
Las moléculas de agua están formadas por un átomo
de Oxígeno y dos de Hidrógeno (H2O). Esas moléculas a
su vez se aglutinan de cinco en cinco tomando en su
conjunto la forma de una pirámide.

H2O

H 2O H2O

H2O
H 2O

Estructura de una molécula de agua

El profesor norteamericano Linus Pauling, Premio


Nobel de Química en 1954, demostró que la molécula de
agua no es H2O, sino un polímero constituido por cinco
moléculas H2O colocados en los cinco ángulos de una
pirámide de base cuadrada cuyo ángulo es de 52º, siendo
una circunstancia de gran trascendencia que aún hoy
resulta desconocida públicamente, incluso en muchas
155
 

universidades, donde esta realidad es considerada como


una “anécdota”. De resultar correcta la afirmación de un
destacado científico, según la fórmula expresada, las
moléculas de agua H₂0 se estructuran en agrupaciones
que presentan inclinaciones iguales que las caras de la
Gran Pirámide, lo que convertiría ese monumento en una
representación faraónica de la molécula del agua.
Basándose en este concepto, son muchos los autores
que han llegado a relacionar la estructura de la molécula
del agua con la representación arquitectónica que fue
plasmada en dicha pirámide, aunque no faltan quienes
dijeron que dicha coincidencia era fruto de la casualidad.
Veamos otros testimonios que relacionan el agua con la
temperatura en las pirámides de Gizeh.
«Cuenta un viajero sobre su experiencia de su visita
en el interior de la pirámide: El calor del sol a finales del
verano en el desierto egipcio es horroroso. Al entrar en la
Gran Pirámide y subir a la Gran Galería, en su centro, la
temperatura era muy agradable. Aún después de haber
permanecido allí por algún tiempo, se sentía igualmente
grata y no demasiado fresca.»
«Cuando salen de la pirámide, los que la han visitado
se visten, se cubren bien y beben un buen vaso de licor,
para prevenirse contra la pleuresía que podría provocar el
cambio brusco de temperatura, al pasar de un ambiente
extraordinariamente cálido, a otro más templado.»
«Investigadores de la Gran Pirámide han observado
en su interior un curioso fenómeno en la cámara de la
Reina que lo relacionan con algún mensaje hermético,
distinto de cualquier otro contenido en la estructura del
monumento: A diferencia de cuanto sucede en otros
lugares de la construcción, en los que la temperatura
sufre algunas variaciones, y aun cuando posee ciertos
cambios térmicos muy débiles, el interior de la cámara de
la Reina mantiene una temperatura constante en todas
las épocas del año, análoga a la media de la temperatura
de la corteza terrestre. Esa inmutabilidad de temperatura
ambiental se debe a la existencia de dos tragaluces, que
156
 

desde dos paredes opuestas a la cámara se proyectan con


una particular inclinación hacia el exterior de la
pirámide, pero sin llegar a juntarse. Debe existir alguna
razón para justificar el hecho de que el corazón de la
pirámide tenga cierta temperatura. La estancia, según
valoraciones de los ingenieros, está situada en la
quincuagésima hilada de las piedras de la pirámide.»
Otros investigadores, por ejemplo, comentan que la
Gran Pirámide es extremadamente caliente y húmeda,
olvidando que estaba originalmente cubierta con bloques
de roca caliza pulida que podía reflejar el calor del Sol. De
forma similar, se ha dicho mucho acerca del alineamiento
de los canales que van desde la cámara del Rey hacia el
exterior, aunque nadie sabe si estos canales habrían
penetrado a través de los bloques calizos de la cobertura,
que fueron removidos por los árabes. Otra precisión es la
abundante cantidad de sal encontrada en el interior, en
particular en la cámara de la Reina y en el techo calizo
sobre la cámara del Rey. «Este dato divide la opinión de
los investigadores, pues unos afirman que se debe a la
composición de las piedras o causas naturales, mientras
otros argumentan que puede ser debido a la realización
de experimentos con agua salada en dichas cámaras.»
«La pirámide de Micerinos es la de la paz espiritual.
Si la Gran Pirámide está dedicada a la Astronomía y la
segunda a la Medicina y al equilibrio físico, la tercera
pirámide está emparentada con la paz interior y la
progresión espiritual... El alto contenido en cuarzo del
granito rojo presume la utilización de sus cristales con
fines espirituales... Una gran pirámide revestida de
granito, con sus cámaras interiores también de granito,
dentro de un área que, como se ha demostrado estaba
rodeada de agua, debía poseer unas propiedades que,
manejadas con sabiduría, proporcionaba altos estados de
consciencia a aquellos individuos que se sometían a sus
proporciones.»
Louis Charpentier en Los misterios de la catedral de
Chartres, relata un pequeño texto en el que relaciona los
157
 

grandes monumentos y construcciones de piedra con el


agua, basándose en la existencia de pozos de agua bajo
los dólmenes y las catedrales góticas, circunstancias que
casualmente coinciden con la existencia de pozos bajo las
pirámides. «...hice notar que un resultado análogo de
tensión de la piedra se había obtenido, en el edificio
gótico, mediante el sistema de la intersección de ojivas; al
ser la acción buscada un ‘acondicionamiento’ del hombre
en un sentido evolutivo, no es imposible que ocurriera lo
mismo con la erección del dolmen. Con la diferencia de
que éste es edificado por algunos individuos, y la catedral
gótica por una multitud. Aunque los dos monumentos se
asemejan a las antípodas entre sí, existen otros puntos
de aproximación entre la catedral y el dolmen: el de una
utilización de capas de agua subterránea. Como las
catedrales, los dólmenes tienen generalmente su pozo, el
pozo dolménico que parece haber pertenecido al conjunto
que debía de constituir el dolmen y su recinto. Y muy a
menudo, el agua de esos pozos tiene algunas propiedades
terapéuticas. El nombre de ‘Bonneau’ para dólmenes no
suele ser tan raro. Parece verosímil que exista cierta
correlación entre esta agua y la acción buscada en el
dolmen y, sin duda, también en las catedrales.»
En el libro El Poder de las Pirámides 2, Emilio Salas
y Román Cano, citan experimentos efectuados con agua y
pirámides. Veamos algunas de ellas.
«Realizando las experiencias de momificación se nos
ocurrió la perogrullada de que en ellas existían siempre
dos constantes: la evaporación del agua y la no
putrefacción de los alimentos. La conclusión más lógica
era que si podíamos separar estos dos factores quizá
lograríamos averiguar algo más sobre los mecanismos de
acción de la pirámide. La putrefacción es imposible
separarla del agua, incluso investigando sobre cultivos de
gérmenes, ya que es bien sabido que toda la materia viva
contiene un elevado porcentaje de agua. Sólo quedaba
una solución: estudiar el efecto de la pirámide sobre el
agua. Ante todo debemos aclarar que ya conocíamos las
158
 

maravillas que se cuentan del agua tratada en la


pirámide, de las que hablaremos más adelante, pero lo
que ahora tratábamos de averiguar era algo muy distinto:
se trataba de saber qué le ocurría al agua en sí desde el
punto de vista de sus propiedades químicas y físicas.
Nuestro experimento consistió en realizar un test
sobre la evaporación del agua. No por esperados los
resultados fueron menos sorprendentes: el agua se
evapora mucho más rápidamente bajo la pirámide que
bajo un cubo o al aire libre. Esta experiencia la repetimos
multitud de veces y siempre ocurrió lo mismo. En una
ocasión debimos ausentarnos por unos días y dejamos
tranquilamente sobre la mesa los recipientes con el agua
sobrante de una de estas experiencias. A nuestro regreso,
comprobamos con estupor que uno de los recipientes
estaba completamente seco mientras que los otros dos
todavía contenían agua. Se trataba de pequeños
recipientes (cápsulas de Petri) con poca cantidad de agua,
y supusimos que el que estaba seco sería seguramente el
sobrante de la experiencia con la pirámide, ya que éste
era el que había quedado con menos agua; pero aun así
esto no justificaba la diferencia.
Para proceder a la ratificación de nuestra hipótesis,
colocamos en la pirámide un recipiente con agua durante
quince días y luego dejamos sobre la mesa, sin ninguna
protección, dos cubetas con la misma cantidad de agua,
una con agua de la pirámide y la otra con agua del grifo.
El resultado fue comprobar que el agua tratada seguía
evaporándose más rápidamente que el agua común, aun
después de retirada la pirámide. En la serie de pruebas
que realizamos a continuación pudimos comprobar que,
a pesar de las pequeñas diferencias que observamos en
todas las experiencias con pirámides, el agua tratada
siempre se evapora aproximadamente un 10 por 100 más
que la no tratada. ¿Qué había cambiado en el agua para
producir tal diferencia? Mandamos realizar análisis de las
dos muestras de agua pero no revelaron la más mínima
diferencia de composición química. Ése no era el camino.
159
 

Si la composición química no sufre alteración, entonces


deben ser las constantes físicas las que son alteradas por
la pirámide. En este caso, tiene que ser forzosamente la
tensión superficial la que debe haber disminuido.»
«Existen en los cuerpos vivos cristales líquidos y
materias que se aproximan a los mismos, a través de los
cuales la tasa de los procesos vitales puede ser influida.
Asimismo, la afirmación de la acción que el magnetismo
ejerce en dichas estructuras inestables es un dato más a
tener en cuenta en la acción de las pirámides sobre el
agua y los seres vivos.»
«El profesor ruso Karl Sigmundovich Trincher,
basándose en sus investigaciones sobre las propiedades -
hasta ahora ignoradas- del agua, explica que este líquido
es la sustancia con mayor poder dieléctrico conocida. La
capacidad común es de 10, pero el agua tiene 80. Esta
cualidad dieléctrica origina múltiples anomalías que
desafían las leyes de la Física y la Química. El agua es el
fluido por excelencia; es el solvente universal, y como tal
posee cualidades potenciales, como una conducción casi
perfecta de la electricidad y el magnetismo.»
160
 

El enigma de los sarcófagos vacíos


«Si las pirámides no son tumbas, los sarcófagos que
se encuentran en su interior no son ataúdes.» Conclusión
que señala otro de los enigmas a los que nadie encuentra
respuestas coherentes o convincentes.
Grandes sarcófagos de granito y piedra bien pulida y
cuidadosamente trabajada se encuentran en el interior de
las pirámides, por todas partes, pero todos vacios... En el
interior de varias pirámides se encontraron sarcófagos de
granito, vacíos y que tienen un tamaño más grande que
los pasadizos interiores por los que fueron introducidos,
lo que indica que los introdujeron mientras se ejecutaron
las obras, lo cual, una vez concluidas las construcciones
hacía imposible que pudieran ser robados. Los ejemplos
más interesantes son los sarcófagos de las primeras
dinastías, encontrados en las pirámides de Zoser, Keops,
Kefrén, Unas, o Diodefre. «En la pirámide de Sekhemjet,
la cámara permaneció inviolada hasta 1954, fecha en la
que los arqueólogos descubrieron, asombrados, que el
sarcófago realizado en una sola pieza de alabastro, que
supuestamente había de contener los restos del faraón,
estaba lleno de... ¡aire! Un hecho que se repite en estas
construcciones, lo que hace suponer que, en realidad,
estos edificios no fueron alzados como tumbas, sino como
centros rituales donde celebrar extrañas ceremonias para
prolongar la vida de los reyes.»
El sarcófago de la pirámide de Keops es el único
elemento que se encontró en el interior de la pirámide, en
la cámara del Rey, y se sabe que la tapa desapareció en el
siglo XVIII, tras la expedición de Napoleón Bonaparte. A
propósito de dicho sarcófago, François Jomard, uno de
los miembros eminentes de dicha expedición francesa,
relató: «...Esta cuba o prisma hueco de granito, de una
simplicidad extrema y estrechas dimensiones... ¿Puede
acaso compararse a los sarcófagos de las tumbas reales
161
 

de Tebas, y ha compartido alguna vez su destino? ¿Era


esta cuba una tumba o un simulacro?»
El hecho que suscita dudas es que en los sarcófagos
de las dos pirámides de Gizeh no se encontraron momias
o restos funerarios. Y otro detalle muy importante es que
no presentan ningún tipo de inscripción o jeroglíficos, a
diferencia de muchos otros sarcófagos encontrados en los
enterramientos y tumbas reales.

Sarcófago de la pirámide de Keops

Sarcófago de la pirámide de Kefrén

Desde las canteras eran transportados en un único


bloque de duro granito rojo y una vez en las pirámides,
en el interior de las cámaras es cuando se cortaban las
162
 

tapas y se vaciaban por su interior, algo por otra parte a


lo que tampoco se le encuentra una explicación racional
que permita comprender cómo pudieron ser cortados y
vaciados con tanta precisión y perfección con las pobres
herramientas que disponían en esa época. «El sarcófago
de Diodefre presenta muestras inequívocas de la
utilización de una taladradora tan eficaz que era capaz de
cortar, en el interior del bloque, perfectos ángulos de 90
grados.

Sarcófago de Diodefre

Otro de los elementos que aparecen comunes a todos


estos sarcófagos encontrados dentro de las pirámides, a
diferencia de los hallados en las tumbas, es que tienen la
apariencia de estar sin terminar, pues en todos falta el
pulimento final.
Javier Sierra en el libro En busca de la Edad de Oro,
relata con detalle un testimonio sorprendente, acerca de
unos sarcófagos hallados en un pozo en la meseta de
Gizeh, cercano a las dos pirámides, cuando se realizaban
unas excavaciones: «A primeros de 1998 el doctor Zahi
Hawass, el máximo responsable arqueológico de la
meseta de Giza, anunció el descubrimiento de otra
‘tumba de Osiris’ cerca de las pirámides. Hawass fechó el
hallazgo -ubicado a medio camino entre la Esfinge y la
segunda pirámide de Gizeh- en una época cercana al
163
 

período saíta. Esto es, entre los años 665 y el 525 a.C. Y
añadió que la tumba había sido hallada vacía y sin
inscripciones. Lo primero que me llamó la atención fue la
embocadura del monumento funerario: un pozo de
sección cuadrada y unos quince metros de profundidad,
que inmediatamente daba paso a otra sección interior
sumida en la más absoluta de las penumbras. El pozo,
según me informó el inspector mientras descendía
conmigo por unas resbaladizas escaleras de mano que se
perdían en la oscuridad, tenía unos setenta metros de
profundidad y estaba dividido en tres niveles principales.
En uno de ellos reposaban cinco sarcófagos de granito
negro, vacíos. Y más abajo, rodeado por un foso de agua,
un sexto sarcófago, gigante, pero con la forma de un
hombre tallada en el fondo; descansaba allí desde tiempo
inmemorial. De haber albergado a un ser humano, su
ocupante debió de medir más de dos metros veinte de
alto, y mereció la construcción de una galería vertical de
enormes dificultades técnicas en su vaciado, que acogió
aquella caja de piedra enorme. Y de haber permanecido
siempre vacía..., ¿para qué tanto esfuerzo?»
Este no es un testimonio aislado. El mismo enigma
de grandes sarcófagos de piedra encontrados vacíos se
repite en otro lugar de enterramientos conocido como el
‘Serapeum’, descubierto bajo las arenas en Sakkara, por
el profesor Auguste Mariette en el siglo XIX. «Consiste en
un complejo laberinto de túneles subterráneos en los que
se encuentran alineados a lo largo de varios pasillos 24
sarcófagos de granito. Miden 3,80 metros de largo; 2,30
de ancho y 2,40 de alto. Sus paredes tienen un grosor de
más de 40 centímetros, y la tapa de unos 60. Cada uno
pesa más de 70 toneladas, incluida la tapa. Se atribuyen
a tumbas para bueyes Apis, y sin embargo todos estaban
vacíos, sin ninguna momia dentro, incluidos los que se
encontraron intactos y hubieron de ser abiertos con
dinamita.
La Gran Pirámide de Gizeh, el Serapeum de Sakkara,
la intacta pirámide de Sekhemjet, son algunos ejemplos
164
 

destacados de hechos que todavía hoy desconciertan a


los egiptólogos: los sarcófagos vacíos. Algunos de ellos de
tamaño descomunal, por lo que surgen inevitablemente
incógnitas. ¿Para qué sirvieron, qué uso, qué finalidades
tenían estos sarcófagos y sus tapas? ¿Eran elementos de
iniciación o celebración de algún tipo de ceremonias o
ritos? ¿Eran piezas o recipientes donde realizaban alguna
forma de experimentaciones? Puesto que si no fueron
sarcófagos para enterramientos, entonces ¿eran tan solo
contenedores o tanques para agua?
Algunos especialistas en temas ‘esotéricos’ especulan
sobre la posibilidad de que estos misteriosos sarcófagos
de piedra fueran utilizados en ceremonias de iniciación,
para los faraones que se introdujeran en su interior
esperando recibir algún tipo de aporte de energía cósmica
de la pirámide, o para que sus espíritus y sus mentes
alcanzaran la paz o determinados estados de conciencia.
Hemos citado la anécdota referida a Napoleón Bonaparte
que pasó una noche dentro del sarcófago de la cámara
del Rey, en la Gran Pirámide. De cualquier manera, el
hecho de que en las dos grandes pirámides los sarcófagos
tengan unas dimensiones más grandes que los pasadizos
de acceso a las cámaras, por lo que nunca podrían ser
sacados intactos, lleva a la paradoja de que los posibles
saqueadores pudieran llevarse los cuerpos momificados
de los faraones pero nunca sus sarcófagos de piedra, lo
que hace pensar en la existencia de poderosas razones
que tuvieron los sacerdotes y constructores para hacer
imposible que los sarcófagos pudieran ser robados por los
profanadores.
En los últimos apartados hemos citado testimonios
que relacionaban las pirámides con el agua, con materia
salada, con experimentos, y finalmente encontramos
unos sarcófagos que aparecen vacios en cámaras de las
pirámides y cuya función más bien aparenta ser la de...
contenedores para agua. Enigmas sin respuesta que
habrán de servirnos para reflexiones futuras.
165
 

Electricidad en el antiguo Egipto

Otro de los aspectos que forma parte de los grandes


misterios o enigmas que preocupan a los investigadores
lo constituye la luz o los métodos que pudieron utilizar
los antiguos egipcios para poder iluminar el interior de
los recónditos lugares donde realizaron esas obras tan
maravillosas, que han dado lugar a toda clase de teorías
y respuestas, algunas de las cuales se presentan como
meras especulaciones, como las que sostienen que los
antiguos egipcios conocieron la electricidad o llegaron a
disponer de sistemas para generar luz. La curiosidad y la
sorpresa son los sentimientos que surgen a la mente de
todos cuantos tratan de averiguar cómo en el antiguo
Egipto lograron alcanzar tal perfección artística y técnica,
trabajando en las condiciones de completa oscuridad que
se dan en el interior de las pirámides, en el interior de los
templos, o en los corredores subterráneos de las tumbas
socavados a lo largo de cientos de metros bajo montañas,
para mover grandes bloques de piedra, pintar y esculpir,
hasta los más pequeños detalles, en bajorrelieves, figuras
o pinturas sobre las paredes, columnas y techos.
Por el interior de las pirámides movían bloques que
pesaban varias toneladas, y su desplazamiento por los
estrechos corredores tuvieron que hacerlo con algún tipo
de iluminación. Los trabajos en el interior de templos y
tumbas, los bajorrelieves, las pinturas, las inscripciones
jeroglíficas, fueron hechos sobre la roca virgen horadada,
picada, pulida y preparada para posteriormente realizar
las decoraciones.
Todo ello ¿bajo qué tipo de iluminación? Las teorías
más comunes sostienen que se iluminaron con la luz del
fuego proveniente de teas, antorchas, velas, lámparas de
aceite, u otras, que son los sistemas con los que se han
pretendido explicar el enigma de la luz artificial en el
antiguo Egipto. Pero las manchas de humo y de hollín
propias de ese tipo de fuegos habrían quedado por todas
166
 

partes. Las incógnitas surgen desde el momento en que


los investigadores determinan que jamás se han hallado
restos o manchas de humo o partículas de herrumbre en
las paredes o los techos, o en ninguno de los pasadizos,
que serían las señales propias dejadas por el humo,
aunque hubieran tenido su origen en fuegos de pequeño
tamaño, como candiles o lámparas de aceite que ardieran
sin apenas expeler humo. Resulta complejo creer que los
restos de humo que necesariamente debieron dejar esos
fuegos no se aprecien por ninguna parte, al no existir
restos de esa naturaleza en ninguno de los numerosos
templos, ni en el interior de las pirámides, ni en los
pasadizos subterráneos, ni en antecámaras, ni en ningún
lado. ¿Cómo sería posible todo esto? ¿Acaso disponían de
otros elementos o métodos para iluminar las cámaras, las
galerías y los pasadizos subterráneos?
Una de las hipótesis que se postulan es que los
antiguos egipcios pudieron haber utilizado espejos con
los que reflejaban la luz solar, estratégicamente ubicados
en los tramos y esquinas de los oscuros pasadizos que
conducen hasta las cámaras. Los espejos encontrados en
Egipto no parecían ser de la necesaria calidad para esa
función, y en las pruebas que llegaron a hacer con ellos,
cada vez que reflejaban la luz, al menos una gran parte
de ésta se disipaba, con lo que después de combinar
varios espejos situados desde la entrada a una tumba y
por el interior de las galerías, al final, a su objetivo no
llegaba el más mínimo rayo de luz. Surge la incógnita que
trae de cabeza a los investigadores. Si no utilizaron el
fuego ni los espejos para tener la luz necesaria con la que
iluminarse ¿cómo fue posible que ejecutaran con tanta
precisión prodigiosas construcciones como las pirámides,
con tan angostos y oscuros corredores y pasadizos, o los
perfectos trabajos pictóricos con formidables colores, o
las esculturas de los bajorrelieves, en las interminables y
oscuras galerías subterráneas de las tumbas del Valle de
los Reyes, y en los oscuros templos del antiguo Egipto?
167
 

Una de las hipótesis, aunque parezca fantasía pura,


sostiene que los antiguos egipcios pudieron trabajar en
las condiciones que se han detallado porque conocieron
la electricidad, porque iluminaron esos lugares por medio
de lámparas. Algo que no debería resultar extraño ya que
otras civilizaciones antiguas conocieron alguna forma de
electricidad. Aunque es un hecho que ninguno de los
‘artilugios’ que pudieron haber utilizado con esa finalidad
se ha conservado hasta nuestros días. Otro hecho, más
inquietante, es conocer la existencia de unos documentos
encontrados en una aldea de Deir el Medina, lugar donde
vivían los artistas que decoraron tumbas en el Valle de
los Reyes, en el que constan los instrumentales utilizados
en los trabajos, y en los que se hace una alusión estricta
a la contabilidad de la cantidad de lámparas utilizadas
por los trabajadores cada día, lo que infiere a su vez en
otro hecho sorprendente y enigmático, como es que de los
miles de ‘lámparas’ que debieron utilizar, no quedara ni
una sola para la posteridad. ¿A qué clase de lámparas
podrían referirse? ¿Acaso eran lámparas que funcionaban
con electricidad? En este sentido, muchos autores llegan
a la conclusión de que los antiguos sacerdotes y maestros
egipcios conocieron de alguna forma la electricidad y que
pudieron haberla utilizado para iluminar los interiores.
El cronista árabe Abdul el Latif, menciona el obelisco
de Sesostris I, erigido en la ciudad de Heliópolis hacia el
año 1970 a.C., resaltando que «... la cúspide piramidal
tenía un recubrimiento metálico que se prolongaba varios
metros hacia abajo, compuesto por una aleación natural
de oro, plata y cobre, que curiosamente recibía el nombre
de "electrum" que tendría gran capacidad de conducción
eléctrica.» Casualmente ¿...?, todos los obeliscos egipcios
culminan con una pequeña pirámide que, en algunos
casos, estaría recubierta con la citada aleación.
La reina Hatshepsut, de la XVIII Dinastía, tras la
muerte de su padre, el faraón Tutmosis I, ordenó levantar
varios obeliscos de los que solo queda uno en pie, el más
alto de Egipto, situado en Karnak, de 33 metros de altura
168
 

y unas 300 toneladas de peso. En la base se encuentran


32 líneas horizontales con jeroglíficos, ocho a cada lado,
que describen porqué hizo construir esos obeliscos. Una
parte de la inscripción dice así: «... Estoy sentada en el
palacio y yo recuerdo a quien a mí me creó, mi corazón
me ordena que tengo que construirle dos obeliscos de
electrum...»
Esas no son las únicas referencias existentes, ya que
diversas crónicas narran que esos obeliscos tendrían la
función de pararrayos, cuya finalidad sería proteger los
templos o edificios cercanos. También es conocido que los
‘piramidiones’ con los que culminaban las cúspides de las
pirámides, estaban fabricados o recubiertos de metal,
como podría haber sido el de la Gran Pirámide de Keops,
del que se dice que estaba recubierto de oro.
Todas estas referencias y datos nos deben conducir a
reflexionar sobre las diferentes motivaciones por las que
los egipcios instalaran estos ‘dispositivos electrum’ en lo
alto de las pirámides y obeliscos; una sería la protección
contra los efectos causados por los rayos, pero también
cabe otra posibilidad, y es la de que fueran utilizados con
la finalidad de dotar a esas construcciones de un carácter
‘sobrenatural’ o mágico, que se pondría de manifiesto en
aquellos días en que se produjeran descargas eléctricas
causadas por fenómenos atmosféricos de las tormentas.
En cualquier caso, resulta toda una tentación vincular la
utilización de los citados ‘dispositivos’, similares a los que
tienen relación con fenómenos eléctricos naturales, con
su posible utilización para proveerse de electricidad con
la que generar algún tipo de luz para poder iluminar el
interior de los oscuros corredores y pasadizos.
«Otro posible uso de los obeliscos tendría relación
con la activación de las aparentes ‘bombillas’ descritas en
los bajorrelieves del Templo de Dendera. Si se considera
que los egipcios aprendieron a utilizar la energía eléctrica
presente en la atmósfera, los obeliscos y sus cúspides de
‘electrum’ les habrían servido para atraer y descargar la
electricidad, cuyos efectos serían semejantes a los que
169
 

genera la electricidad estática, como los dispositivos que


se conectan con tierra para descargar la electricidad que
se acumula en el ambiente, en determinadas condiciones
de calor y humedad.»
Las ideas o teorías por las que se piensa que los
antiguos egipcios conocieron y usaron la electricidad, y
obtenían la luz necesaria para iluminarse en la oscuridad
por medio de unas ‘lámparas’, tienen su origen en unos
enigmáticos bajorrelieves existentes en el templo de
Dendera, en el Alto Egipto, en los que se aprecian unos
extraños objetos que algunos egiptólogos consideran que
podrían tratarse de la representación jeroglífica de unas
‘bombillas’. Se trata de una serie de composiciones en
bajorrelieve que representan a varias figuras humanas
que sostienen o manipulan entre sus manos una especie
de ‘berenjenas’, ampollas u objetos cilíndricos alargados
que asemejan con meridiana claridad a unas bombillas
eléctricas.

  
Relieve del Templo de Dendera

Son unas imágenes enigmáticas que a todos aquellos


que las observan les recuerdan inevitablemente a unas
‘bombillas eléctricas’. Las descripciones que se atribuyen
a esos bajorrelieves, son muy numerosas y prácticamente
todas hablan de ‘bombillas’, refiriéndose a las figuras de
egipcios que sostienen entre sus manos «... campanas
170
 

alargadas y transparentes que en su interior muestran


una especie de serpientes ondulantes, que se asemejan a
unos ‘filamentos’. Dichas serpientes están en contacto o
salen del cáliz de una flor de loto con forma de ‘casquillo’
que a su vez está conectado mediante un cable de cierta
longitud, con una especie de pedestal sobre el que está
arrodillado Shu, el dios del aire, que a su vez proviene de
una caja rectangular que se asemeja a un ‘generador’ o
‘batería’... Se sustentan sobre un pilar o ‘djed’, el símbolo
de la energía, la estabilidad y la fuerza, muy extendido
por todo Egipto, mostrando con esto una llamativa
semejanza con actuales aisladores de corriente de alta
tensión... Todo el conjunto está presidido por la imagen
de un gran babuino sosteniendo en ambas manos dos
cuchillos que pueden significar una advertencia de los
riesgos de la corriente eléctrica.»

‘Lámparas’ en Dendera

En la antigüedad se solía simbolizar la electricidad


con una serpiente, debido a sus movimientos. Todos los
símbolos que tienen o recuerdan los movimientos de la
serpiente representaron a la energía solar en alguna de
sus numerosas formas. Los rayos que surcan el cielo en
las tormentas eran conocidos en la antigüedad como ‘la
gran serpiente’ debido a las formas serpenteantes. Otra
interpretación que se da a esos filamentos serpenteantes
171
 

en el interior de las ‘bombillas’ de Dendera, es en el


sentido de que podrían tratarse de ‘anguilas eléctricas’,
una especie de peces con forma ondulada, conocidas
precisamente por su capacidad para generar ‘descargas
eléctricas’. Numerosas son pues las conjeturas, ¿qué es
en realidad lo que representan esos bajorrelieves?
«En el templo de Dendera hay bajorrelieves con
numerosas inscripciones y representaciones pictóricas en
las paredes y columnas que aparentan haber sido
realizadas como para impartir conocimientos en unos
términos que serían semejantes a los usados por los
científicos modernos. Según estudios realizados por el
arqueólogo alemán Alfred Waitakus sobre el significado
de los jeroglíficos que rodean las ‘bombillas’ en esos
bajorrelieves, asegura que en ellos abundan los términos
que hacen referencia a la ‘luminosidad’.»
Un relato que puede resultar clarificador sobre los
jeroglíficos de Dendera, es el que refiere Javier Sierra en
el libro ‘En busca de la edad de oro’, un testimonio
extraordinario al haber encontrado referencias similares
en multitud de templos egipcios: «Durante estos últimos
años de visitas ininterrumpidas a Egipto, un extraño
entretenimiento ha ocupado mis ratos libres: buscar en
otros templos ptolemaicos como el de Kom-Ombo o el de
Edfú -también construidos sobre montículos primordiales
marcados por los compañeros de Horus- trazas del
insólito jeroglífico de las ‘bombillas’. Al principio, la tarea
no dio ningún fruto. Sencillamente, porque no existían
‘bombillas’ de ese tamaño esculpidas en ningún otro
recinto faraónico. Sin embargo, cuando dejé de buscar
‘lámparas incandescentes gigantes’ y me concentré en los
pequeños jeroglíficos, buscando alguna clase de forma
estilizada de ‘bombilla’, éstas comenzaron a surgir por
todas partes. Las hallé en los corredores de Edfú, bien
visibles. También en Kom-Ombo, e incluso en Esna. ¡No
había un solo templo de aquel período que no las
tuviera!»
172
 

Muchos investigadores llegaron a la conclusión de


que la electricidad era sobradamente conocida por los
sacerdotes del antiguo Egipto. Algunos análisis realizados
por el ingeniero vienés Walter Gran, quién construyó un
modelo de bombilla basado en los relieves de Dendera,
confirmó que las serpientes representadas eran ‘chispas o
descargas luminosas de gas formadas como consecuencia
del voltaje proveniente de lo alto del loto’.
Otra referencia que puede guardar relación con este
enigmático asunto, aparece en un texto conocido como el
Libro del Am-Duat, en el que se describe un «recorrido
triunfal del dios Re por las 12 partes o regiones que hay
en el otro mundo, cada una de las cuales se corresponde
con cada hora determinada de la noche. La barca solar
que lo transporta por el mundo de la oscuridad está
iluminada a lo largo de su trayecto nocturno por doce
divinidades que tienen forma... de serpientes.»
Quizás las mismas ‘serpientes’ con las que iluminaron los
antiguos egipcios en el interior de sus construcciones.
«Cada mañana, el sol renacía bajo el aspecto de un
niño que surgía de la corola de una flor de loto azul. Se
pensaba que la flor de loto de color azul, cuyo aroma es
más dulce y fuerte que el de la flor de loto de color
blanco, confería el “aliento de la vida”. El loto azul es uno
de los elementos más usuales en la simbología egipcia
para denotar “renacimiento”, porque éste con la luz solar
se orienta hacia el sol y emerge de las aguas en las que
estaba sumergido por la noche.»
Con estas referencias destacamos como los antiguos
egipcios relacionaban a la deidad Re con el Sol, la luz que
se enciende cada amanecer, y ésta a su vez con el loto, la
flor del renacer, la flor simbólica en las religiones del
Antiguo Egipto, de la India y luego de la China, la flor que
nace del fondo de las aguas... El simbolismo que los
egipcios representaron con la flor del loto pudo ser debido
a la estrecha relación con los cuatro elementos conocidos
de la antigüedad: tierra, agua, aire y fuego. La planta del
loto hunde sus raíces en el barro, crece hacia arriba a
173
 

través del agua y florece en el aire al calor y la luz solar.


Esa flor sería pues un símbolo evidente de energía para
los antiguos, y por qué no, de la electricidad.
Sobre el posible conocimiento de la electricidad en
Egipto y en otras civilizaciones de la antigüedad existen
también numerosos testimonios y pruebas materiales que
aseguran con toda certeza del conocimiento de diferentes
pueblos, aunque en ningún caso se puede constatar si
esa energía, tal como hoy la conocemos, fue objeto de
algún tipo de uso, aunque solo fuera con fines rituales o
mágicos. Hay indicios del conocimiento en la antigüedad
de acumuladores eléctricos o baterías como es el caso de
las famosas ‘pilas de Bagdad’... «Descubiertas en 1936,
por un grupo de obreros dirigido por el ingeniero alemán
Wilhelm Köning, cuando realizaban la construcción de un
sistema de alcantarillado en la colina de Rabua, muy
próxima a Bagdad, cuando se toparon con un extraño
objeto de arcilla en forma de jarrón. Este objeto tenía 15
centímetros de alto, y poseía un tapón de asfalto de
donde partía hacia el interior un tubo cilíndrico de cobre
de 26 milímetros de diámetro y 19 centímetros de altura.
A su vez, del citado tubo sobresalía una varita de hierro
de 1 centímetro, cubierta de plomo ligeramente corroída
por algún tipo de ácido. A pesar de que las autoridades y
los "expertos" tildaron este pequeño jarrón o vasija de
"objeto de culto" -muy típico en estos casos-, el propio
Köning tras introducir un electrolito común en el interior
del recipiente, logró hacer funcionar ese "objeto" como
una batería. En el mismo yacimiento fueron descubiertos
otros objetos que habían sido sometidos a un proceso de
galvanización. Estos se dataron hacia el año 2000 a. C.,
por lo que se llegó a la conclusión que hace más de 4.000
años, los antiguos moradores de estas tierras de la
Mesopotamia utilizaban pilas eléctricas.»
«El posible conocimiento de la electricidad por parte
de los babilonios lo corroboran una especie de pilas que
se encuentran en el museo de Bagdad clasificadas como
‘objetos de culto’. Dichas pilas consisten en un recipiente
174
 

de barro vidriado con una tapadera de asfalto atravesada


por un arco de cobre y un electrodo de hierro en el
centro. En el interior de estas pilas el análisis químico
reveló la presencia de acetato de cobre. Técnicos de
General Electric realizaron estudios concluyendo que se
trataba de pilas eléctricas, lo cual fue probado llenando
una de ellas con agua destilada, tras lo cual y después de
miles de años de reposo, la pila mostró su actividad
produciendo una fuerza electromotriz próxima a 1 voltio.»
En 1565 d.C. el sacerdote jesuita Atanasio Kircher
recogía en su obra Edipo Egipcíaco, un documento hindú
con datos sobre la construcción de una batería eléctrica.
El documento decía así: «...colocar una plancha de cobre,
bien limpia, una vasija de barro y cubrirla con sulfato de
cobre; luego cubrirlo todo con aserrín húmedo para evitar
la polarización. Después poner una capa de mercurio
amalgamado con zinc encima del aserrín húmedo. El
contacto producirá una energía por el doble nombre de
Mitra-Varuna. Se dice que una cadena de cien vasijas de
este tipo proporcionan una fuerza muy activa y eficaz...»
El griego Luciano (120-180 a.C.) describió una bella
alhaja en Hierápolis, Siria, «...engarzada en una cabeza
de oro de la diosa Hera, de la cual ‘emanaba una gran
luz’, tanto que ‘el templo resplandecía como si hubiese
estado iluminado con una miríada de cirios’... Luciano
no dejó revelada la explicación a este misterio pues los
sacerdotes se negaron a descubrirle el secreto.»
Era una práctica habitual entre los egipcios, griegos
y romanos, conservar en los sepulcros de sus muertos
lámparas encendidas como ofrendas a los dioses. Hay
testimonios suficientes de muchas de aquellas lámparas
que fueron encendidas cuando se sellaron los sepulcros y
se ha declarado que permanecían ardiendo cuando se
abrieron varios siglos después. La posibilidad de preparar
un combustible que se renovara tal como se consumía,
ha dado lugar a bastantes controversias entre los autores
medievales.
175
 

A tenor de los testimonios, cabe la posibilidad de que


los antiguos sacerdotes-químicos tuvieran conocimientos
sobre cómo obtener combustibles que harían posible la
fabricación de lámparas que permanecerían encendidas
durante períodos de tiempo muy prolongados, aunque no
de forma indefinida. Existen numerosas referencias,
incluso en la antigua Roma o Grecia, que se refieren a la
existencia de ciertas lámparas incandescentes de color
rojizo, conocidas como ‘lámparas perennes’, como la que
describió San Agustín, «... una lámpara perenne en un
templo de Egipto, que ardía continuamente y que no
podía ser apagada ni por los vientos ni por la lluvia», y
también otra en Antioquia que permaneció encendida
más de quinientos años. «O como la encontrada en el
Templo de Numa Pompilio, en Roma, famoso porque en
su cúpula brillaba siempre una luz encendida. Pausanias
vio en el Templo de Minerva, en el año 170 de nuestra
era, una lámpara de oro que daba luz durante un año sin
que fuese alimentada por ningún combustible.»
«El griego Plutarco escribió en el siglo I sobre una
"lámpara perpetua" que tuvo ocasión de ver en el Templo
de Júpiter-Amón, en el oasis de Siwa, al oeste de Egipto,
en el que los sacerdotes que custodiaban el templo le
declararon que la habían mantenido encendida durante
siglos sin ningún combustible, aunque no le revelaron el
misterioso funcionamiento esa luminaria. En una tumba
situada en la Vía Apia que se abrió durante el papado de
Paulo III, siglo XVI, se halló una lámpara que se había
mantenido encendida en una cámara hermética durante
casi mil seiscientos años. Se han descubierto lámparas
perennes en todas las partes del mundo. No solo los
países del Mediterráneo, sino también en la India, Tíbet,
China y America del Sur, han aportado casos de luces
que ardían de forma permanente sin combustible.»
Todos esos indicios o testimonios apuntan a que en
la antigüedad conocían diversas técnicas de iluminación,
sin descartar la posibilidad de que la electricidad fuera
también conocida y utilizada por las castas sacerdotales,
176
 

«... atribuyendo su origen a los dioses, quienes, según los


propios sacerdotes, convivieron con los hombres en los
tiempos remotos, dándoles muchos conocimientos, entre
otros el de la electricidad.» «Egipto no fue una excepción,
pero al igual que el resto de los pueblos de la antigüedad,
el conocimiento de la electricidad o de los fenómenos
eléctricos, era un ‘secreto guardado celosamente’ por las
castas sacerdotales, como un gran legado de los dioses,
que se fue perdiendo progresivamente con el paso de los
tiempos y los avatares de la historia.»
Finalmente, queda hacer una reseña a un testimonio
que quizás resulte ser el que con más evidencia apunta a
que la electricidad era conocida en la antigüedad, y por
los sacerdotes egipcios. Es el testimonio que figura en la
Biblia, el que hace referencia al Arca de la Alianza, de la
cual, muchas de las teorías en la actualidad sostienen
que era una especie de generador eléctrico o una batería.
Esta idea se basa en testimonios que la representarían
como un ingenio del que salían rayos, construido en una
época en la que se supone que la electricidad aún no
había sido inventada por el hombre. Una explicación a
las muertes que sufrían las personas que la tocaban
puede deberse a la forma que estaba hecha; ‘con placas
de oro por dentro y fuera, separadas por madera de
acacia; una placa o plancha de oro gruesa que cubre la
superficie exterior y formando un cuerpo con esa placa se
levantan en ambos extremos dos querubines de oro’. Esa
estructura sería similar a un condensador eléctrico
formado por dos superficies metálicas conductoras que
están separadas por una de madera, material dieléctrico
que en un entorno seco puede llegar a acumular mucha
electricidad estática. Si consideramos que el Arca fue
construida por Moisés, un príncipe egipcio que con toda
seguridad habría sido iniciado en el conocimiento de los
misterios de los sacerdotes egipcios, surge de inmediato
una seria duda, y a la vez una posible hipótesis sobre el
poder energético o eléctrico del Arca de la Alianza, porque
si se construyó con la forma y con los materiales que se
177
 

describen en la Biblia, ciertamente dan pie a pensar que


en realidad de lo que se trataba era de alguna especie de
generador de electricidad. En este caso, probablemente,
el ingenio solo sería una réplica de otros muchos ingenios
de similar naturaleza, con propiedades eléctricas, que
eran conocidos por los sacerdotes egipcios. El arca de los
judíos sería pues una réplica o adaptación de un arca
egipcia. En unos bajorrelieves del templo de File se ven
sacerdotes egipcios transportando un arca a hombros por
medio de unas pértigas, como las que se describen en el
Éxodo.
Concluyen así los numerosos misterios y secretos
ocultos que rodean la cultura de los antiguos egipcios,
como el hecho que constituye el Arca de la Alianza, que
ni de ella ni de ningún otro ingenio de similar naturaleza,
han quedado vestigios materiales o pruebas que llegaran
hasta nuestros días.... tan sólo testimonios y leyendas.
Algunos detalles que no deben ser pasados por alto
en esa cultura, al igual que otras civilizaciones, son las
‘huellas’ de sus conocimientos que legaron en sus obras,
especialmente las que dejaron en los monumentos de
piedra. En sus templos y tumbas grabaron y pintaron las
imágenes y los jeroglíficos con sus historias, las de los
vivos y las de los muertos. Los bajorrelieves del templo de
Dendera han desatado la imaginación de los arqueólogos
sugiriendo ver en ellos unas ‘bombillas’. El templo de
Luxor parece haber sido concebido como un libro sobre la
anatomía del ser humano. Y las pirámides... ¿Por qué y
para qué...?
Veamos algunos secretos más que todavía guardan
las dos pirámides más grandiosas y enigmáticas.
178
 

La Gran Pirámide de Keops

La Gran Pirámide de Keops

El nombre con el que los antiguos egipcios conocían


a la Gran Pirámide era: El Horizonte luminoso de Kufu.
Referimos en un capítulo anterior posibles significados de
la palabra ‘pirámide’, pero en lo concerniente a la de
Keops se le confieren atributos referidos al ‘fuego’, como
la representación simbólica de la ‘Llama Divina’, la que
da origen a ‘la vida de cada criatura’.
La Gran Pirámide está considerada como una de las
Siete Maravillas del mundo y es la única que todavía se
conserva. Aunque es conocida con el nombre del faraón
al que se atribuyó su construcción, la Gran Pirámide es
un vestigio incuestionable de los conocimientos de una
civilización desconocida, ya que quienes la construyeron
y la finalidad o propósitos para los que fue construida se
perdieron en el olvido de los tiempos. Vimos como los
egipcios y otras civilizaciones construyeron pirámides por
todas partes y en épocas diferenciadas. Pero ninguna se
asemeja a ella.
Hay autores esotéricos que atribuyen a esta pirámide
aspectos espirituales y sostienen que reúne un conjunto
179
 

de conocimientos arcanos que los sacerdotes egipcios


habrían guardado en forma codificada y que únicamente
personas espiritualmente puras deberían poder descifrar.
Resultará curioso conocer algunas teorías que atribuyen
a las dos pirámides de Gizeh funciones tales como
“guardianas de tesoros espirituales”, o de “una sabiduría
oculta y trascendente que sólo algunas personas sabrían
desentrañar en el futuro”.

«Quien quiera llegar a ese punto donde los


ritmos espaciales den la clave de los tiempos,
deberá hallar la tercera medida, la medida
secreta, la ‘vieja medida’, que fue también la de
las Pirámides y del Templo de Salomón.
Puede parecer sorprendente que semejantes
correspondencias puedan existir entre Keops y
Chartres; entre dos monumentos tan diferentes,
dos formas de civilización tan distantes en el
espacio y en el tiempo. No es sorprendente sino en
apariencia.
Al igual que la Naturaleza, la Ciencia que va
de las Pirámides a las Catedrales es una, razón
por la cual las coincidencias son constantes entre
las proporciones de Chartres y las de Keops.»
Louis Charpentier.

Entre los numerosos hechos enigmáticos que rodean


la construcción de la Gran Pirámide, hay dos datos que
no pueden pasarse por alto, y que contribuyen a su
grandeza. El primero es que, precisamente, apenas cien
años antes a los que se atribuye su construcción, habría
sido construida la primera estructura de piedra caliza
que se conoce, lo que mueve a cuestionarse si las artes y
las ciencias que representa, tanto para su construcción
como su orientación y la posición geográfica de la Gran
Pirámide, fueron concebidas en el transcurso de tan solo
un siglo, o fueron ya conocidas desde mucho antes. Los
180
 

primitivos utensilios empleados durante el siglo anterior


al de su supuesta construcción no hubieran podido servir
para sacar de la cantera los bloques de piedras con las
que fue construida dicha pirámide. Los conocimientos
arquitectónicos que se intuyen como imprescindibles
para levantar la pirámide no se ven en las construcciones
que fueron realizadas a lo largo del siglo que la precedió.
No fue hallado ningún vestigio de que los primitivos
egipcios que precedieron aquella época tuvieran tales
conocimientos, ni los útiles apropiados, ni tan siquiera en
forma elemental, o de que los hubieran desarrollado en
apenas cien años. Al menos durante el siglo anterior no
quedó evidencia o señal de muchas de las ciencias de las
que depende su construcción. La ciencia, la técnica, el
ingenio y los útiles necesarios para la construcción de la
Gran Pirámide continúan asombrando a los ingenieros y
a los sabios de hoy en día.
El segundo dato es que en el transcurso de poco más
de cuarenta años, después de que fueran construidas las
tres pirámides de Gizeh, a los constructores egipcios
parece que se les hubieran ‘olvidado’ las técnicas para
edificar pirámides. Los faraones de dinastías posteriores
a los reinados de Keops, Kefrén y Micerinos, levantaron
pirámides en Abusir que carecían de los revestimientos, y
en las que se emplearon bloques de piedra que apenas
superaban la media tonelada de peso, con diferentes
tamaños, presentando grandes irregularidades, colocados
de forma tan ‘chapucera’ que entre las juntas que los
separan es posible introducir un dedo y hasta una mano.
En cambio, los bloques de piedra de la Gran Pirámide
pesan entre dos y sesenta toneladas, y su colocación es
milimétricamente perfecta, ya que entre las juntas de
separación no cabe una cuchilla de afeitar.
Es un hecho aceptado que la Gran Pirámide solo
pudo haber sido construida empleando tecnologías muy
avanzadas que nadie ha podido explicar, ni cuales fueron
ni cómo los antiguos egipcios lograron alcanzar esos
conocimientos, ni por qué la forma piramidal era de
181
 

importancia tan vital para ellos como para embarcarse en


empresas de semejante envergadura, para levantar esas
imponentes estructuras de piedra, tanto por el esfuerzo
como por los ingentes recursos económicos necesarios.
¿Tan sólo por el orgullo o la vanidad de dejar para la
posteridad constancia de sus conocimientos?
¿O precisamente porque acaso sus conocimientos y
las técnicas empleadas hicieron sencillos de ejecutar los
trabajos para levantar esas estructuras?
Es un hecho también, que en tiempos muy remotos
hubo otras culturas que utilizaron piedras megalíticas
que pesaban cientos de toneladas, que fueron cortadas,
transportadas y milagrosamente colocadas en su posición
con tal precisión que resulta igualmente difícil imaginar
las técnicas que utilizaron, si realmente fueron hombres
como nosotros, o fueron gigantes, como dicen numerosas
leyendas.
Estos datos y hechos realmente relevantes, ponen en
duda las fechas sobre su construcción y los autores a los
que se atribuyen. Aunque fue datada en el año 2570 a. C.
existen toda clase de suposiciones acerca de que la Gran
Pirámide habría sido construida muchos siglos o milenios
antes de los que oficialmente se cree. Su construcción es
atribuida oficialmente al faraón Kufu o Keops, aunque no
ha quedado ninguna constancia de que fuera este faraón
quien ordenó construirla; de lo que sí existen referencias
es de que dicho faraón “llegó a ser odiado por el pueblo,
por ser considerado como un ‘vil usurpador’, ya que lo
que hizo fue cerrar ese monumento, quedando para la
historia como un ‘cruel faraón que cerró los templos’,
unos testimonios de los que se deduciría que en realidad,
la pirámide llevaría construida muchísimos años antes, y
que su finalidad, hasta entonces, podría haber sido muy
distinta a la de un templo o monumento funerario”.
«La Gran Pirámide no era un faro ni un observatorio,
ni una tumba, sino el primer templo de los Misterios, la
primera estructura levantada como depósito de aquellas
verdades secretas que son la base cierta de todas las
182
 

artes y las ciencias. La pirámide de Keops fue la primera


y la mayor de todas, fue un prodigio arquitectónico que
se edificó para cumplir su papel de 'máquina para la vida
eterna'.»
François Jomard, miembro de la expedición francesa
napoleónica a Egipto, dejó un elocuente testimonio de la
posible finalidad de las pirámides...
«Una reflexión se plantea aquí a los espíritus atentos.
Que las pirámides en general tengan una relación real o
de analogía con las tumbas es algo que no se puede
negar, y yo no he dicho nunca lo contrario. Establecido
esto, ¿cabría asombrarse si se descubriera que las
pirámides tienen puntos en común con la ciencia de la
astronomía? ... ¿Por qué tendría que sorprendernos,
después de todo lo que acabamos de decir, que las
pirámides fueron no sólo representaciones materiales,
como en Tebas, sino indicaciones relativas a la ciencia, y
pruebas de las observaciones celestes que se hubieran
llevado a cabo cuando la construcción? Y si se halla esta
evidencia incontestable, ¿se podría seguir sosteniendo
que con esta edificación no se persiguió ningún designio
científico, y que su único destino era servir de sepultura
al rey?»

El Tetragramatón

Otro enigma muy significativo es el hecho de que en


el interior de las pirámides no se hayan encontrado algún
tipo de escritura, ni jeroglíficos, ni relieves, ni pinturas
decorativas, aunque en la Gran Pirámide hay unos signos
en su entrada que ya de por sí suponen otro gran secreto.
Existe un acceso a la Gran Pirámide, situado en la
cara norte, originalmente recubierto por varias capas de
bloques de piedra, además de los de revestimiento, que
está compuesto por cuatro bloques de descarga en forma
de caballete apoyados sobre un dintel cuadrado. Dichos
183
 

bloques y el dintel forman un hueco triangular, en cuya


parte interior hay una inscripción de cuatro signos,
indescifrable y enigmática, conocida como ‘Tetragrama’ o
‘Tetragramatón’.

Entrada a la Gran Pirámide y el tetragrama

Robert M. Schoch, doctor en Geología y Geofísica en


la Universidad de Yale, en Estados Unidos, en su libro ‘El
misterio de la Pirámide de Keops’, describe esa misteriosa
inscripción de la siguiente forma:
«La entrada a la Gran Pirámide se encuentra en el
lado norte y consiste en un cuadrado cobijado por un
triángulo. El cuadrado simboliza la palabra de cuatro
letras: Yod-He-Vau-He, el Tetragramatón, la Palabra
Perdida a través de la que la Luz Divina creó todas las
cosas en el plano material. El triángulo, un símbolo de
inmortalidad del alma, se eleva hasta un punto donde
desaparece en el Infinito. Thothnu Tastmona también se
refiere al Tetragramatón, el Inefable Nombre de Dios, las
cuatro consonantes Y HV H, donde las verdaderas vocales
son desconocidas y, por lo tanto, se desconoce la
pronunciación, el Sem Hemaforás. Tastmona cree que la
identidad de Jehová está codificada en las pirámides de
Gizeh y parece que, para Tatsmona, Jehová es un cometa
o, más concretamente, una tríada de cometas…. Si tienen
o no algo que ver las cuatro letras bajo el dintel de la
184
 

entrada de la Gran Pirámide con el Tetragramatón es una


cuestión abierta y no una dirigida específicamente por el
Doreal o Tastmona. Posiblemente las cuatro “letras” de
este tetragrama de la Gran Pirámide están relacionados
con los conceptos clásicos de los cuatro elementos -tierra,
aire, fuego y agua- o con propiedades -humedad, sequía,
calor y frío- o con el concepto gnóstico de que la
naturaleza, la sabiduría y la ciencia se basan en los
cuatro Principios: Los gnósticos decían que todo el
edificio de su ciencia descansaba sobre un cuadrado
cuyos ángulos eran el Silencio, la Profundidad, la
Inteligencia y la Verdad. (Manly P. Hall, 2003, p. 116,
citando a Albert Price).»
Precisamente, Manly P. Hall, en uno de sus libros
opina acerca de la posible autoría de dichas marcas: «El
Tetragramatón es un panel de jeroglíficos situado encima
de la entrada de la Gran Pirámide, del que un observador
despreocupado podría pensar que ofrecía una solución al
misterio..., lamentablemente solo data de 1843 y se talló
en tiempos del doctor Lepsius como homenaje al rey de
Prusia.»
El antropólogo Eliphas Levi escribió que... «los lados
de la pirámide miran a los cuatro puntos cardinales que
representan los extremos de calor y frío (lados Sur y
Norte) y los extremos de la luz y la oscuridad (lados Este
y Oeste), y la base cuadrada de la pirámide representa
además, los cuatro elementos o sustancias materiales de
que está compuesto el cuerpo cuádruple del hombre.»
El gran astrónomo Charles Piazzi Smyth, uno de los
muchos y destacados estudiosos de la Gran Pirámide,
consideró el monumento como “una heredad consignada
para el futuro”, argumentando que... «La Gran Pirámide
fue edificada, completada y herméticamente sellada; fue
dejada así, como nosotros la conocemos; si dejamos
aparte las dilapidaciones de que tenemos conocimiento,
plantada en medio de un mundo de incrédulos,
guardiana de sus secretos en el transcurso de los siglos,
con objeto de que pueda servir al fin para el que estaba
185
 

destinada, cualquiera que este pueda ser, en los días


venideros del género humano”.»
El historiador y geógrafo árabe Al-Masudi (896-956
d.C.), en referencia a las pirámides refirió lo siguiente:
«Las pirámides son muy altas y de una construcción
notable; en su superficie se encuentran toda clase de
inscripciones, escritas con los caracteres de las naciones
antiguas y de los reinos que ya no existen. No se sabe lo
que es esta escritura, ni lo que significa. Los que han
estudiado las dimensiones de las pirámides calculan su
altura en 400 codos o más, como han comprobado los
que han ascendido a ellas; las inscripciones se refieren a
las ciencias, a las propiedades de los cuerpos, a la magia
y a los secretos de la Naturaleza...»
Se pueden encontrar numerosísimas referencias más
acerca de la fascinación y la intriga que sigue causando
la Gran Pirámide, como la del libro ‘El poder psíquico de
las pirámides’, de Bill Schul y Ed Pettit: «Esta parece ser
la historia de las pirámides: dejar escapar poco a poco
sus secretos, lentamente, como si por designio el hombre
deba crecer para conocer su significado. Uno se pregunta
si los antiguos constructores ocultaron sus secretos tan
astutamente precisamente por exigir a los investigadores
un conocimiento en expansión constante acerca de su
universo o de ellos mismos. “Hombre, conócete a ti
mismo”, proclamaba el oráculo délfico, y cuando Paul
Brunton permaneció toda una noche en la Gran Pirámide
y fue visitado por el espíritu de un sacerdote, “recibió el
mensaje de que los secretos reales estaban dentro de él
mismo”.»
Aunque mucho más enigmática resulta esta otra cita
del libro ‘Las enseñanzas secretas de todos los tiempos’,
de Manly P. Hall... «Al hablar de la Gran Pirámide los
hombres dicen que es la construcción más perfecta del
mundo, la fuente de los pesos y las medidas, el arca de
Noé original, el origen de las lenguas, los alfabetos y las
escalas de la temperatura y la humedad.»
186
 

Y también esta otra: «La atmósfera y la temperatura


de la Cámara del Rey son un gran misterio: hace en ella
un frío sepulcral particular, que hiela hasta la medula de
los huesos.» En cambio, otros investigadores comentan
que la Gran Pirámide es extremadamente caliente y
húmeda...
Así pues, la Gran Pirámide ha sido relacionada por
muchos expertos y en numerosas ocasiones con los
mismos factores y propiedades que observaremos en el
análisis de varios fenómenos atmosféricos... ¡Los cuatro
elementos! ¡Cuatro propiedades! ¡Cuatro principios!
¡Temperatura y humedad!
Hemos llegado hasta el propósito que pretendíamos,
que no era otro que tratar de establecer algún vínculo o
nexo de relación entre las estructuras piramidales con la
física de los elementos, y si los secretos que todavía
aguardan habrán de buscarse entre posibles respuestas
de incógnitas como estas: ¿Qué finalidad tenía la Gran
Pirámide? ¿Tuvo alguna influencia o interacción con los
elementos o los fenómenos de la atmósfera? ¿Acaso se
utilizó para la generación de algún tipo de energía?
Lo habitual es estudiar este tipo de construcciones o
monumentos desde un punto de vista arqueológico, lo
cual conduce a muchos expertos a considerar que fueron
tumbas o templos. En cambio, la Gran Pirámide, en base
a sus enigmáticas y complejas estructuras, si se enfoca
desde otra óptica, puede llegar a ser considerada como
una máquina, un artefacto, ya que posibles finalidades
han despertado la curiosidad de numerosos expertos en
otras ramas de la ciencia.
Veremos más adelante, en otro capítulo, algunas
teorías interesantes o increíbles formuladas en torno a
este enigmático monumento, por destacados científicos e
investigadores con hipótesis que llegan a afirmar que la
finalidad de la Gran Pirámide pudo haber sido cualquier
otra cosa: una máquina generadora de energía, una
planta energética, una bomba hidráulica, una máquina
vibratoria...
187
 

La Pirámide de la Salud
«La primera pirámide fue consagrada a la astronomía
y la historia; la segunda a la medicina.»

Pirámide de Kefrén

Kefrén o Jafra, fue el cuarto faraón de la dinastía IV


de Egipto, entre 2547 y 2521 a. C. Heródoto escribió que
Kefrén era hermano de Keops, reinó 56 años y que en su
época todos los templos estaban cerrados al culto y que
Egipto se encontraba en la mayor indigencia, siendo
detestado por los egipcios; según Heródoto mandó erigir
la segunda pirámide de la meseta de Gizeh, datada sobre
el 2520 a. C. Unas narraciones que se contradicen sobre
la construcción de esta pirámide.
Es la segunda pirámide más grande construida en
Egipto, tras la de Keops. Se supone que es la primera
pirámide que se construyó basándose en el triángulo
sagrado egipcio de lados 3-4-5. Los lados de su base
miden 215 metros, su altura es de 143,5 y los ángulos de
sus pendientes son de unos 53º.
De la segunda pirámide de la meseta de Gizeh nos
centraremos exclusivamente en destacar su estructura
188
 

interior, o mejor dicho, la carencia de una estructura tan


compleja como tiene la otra pirámide. Tiene dos entradas
situadas en la cara norte; la primera a unos doce metros
de altura, entre las hiladas de la pirámide, de la que
parte un corredor descendente hasta el nivel justo por
debajo de la base, hasta conectar con otro corredor que
discurre horizontalmente y que conduce hasta la cámara
funeraria, situada en el centro de la pirámide, en la que
hay un sarcófago de granito rojo, que se encontró vacío.
La segunda entrada está situada a nivel del suelo, a unos
treinta metros fuera de la pirámide, con un largo pasaje
que desciende por el interior y vuelve a ascender hasta
confluir en el mismo corredor horizontal que lleva hasta
la cámara. La cámara funeraria está tallada en la roca,
aunque el techo está conformado por losas de granito
colocadas oblicuamente, a dos aguas, con forma de
triángulo; el revestimiento de los muros también es obra
de cantería.

Estructura interna de la pirámide de Kefrén

Nos interesará señalar de esta pirámide la simpleza


de su estructura interna: dos entradas, un corredor, una
pequeña cámara funeraria y el resto, bloques de piedra
amontonados hasta la cúspide.
Y una paradoja: tiene dos pasadizos descendentes....
¡que conducen al mismo sitio!

«Las dos entradas recorren el mismo tramo norte-


sur. Una asoma al suelo de la meseta de Gizeh y da paso
189
 

a un pasadizo que se interna en el subsuelo para luego


ascender hacia la cámara. La otra emerge a pocos metros
de la propia pirámide y, tras internarse horizontalmente,
prosigue su camino descendente hasta juntarse con el
canal que sube desde la otra puerta, para confluir en la
única cámara interior. No se comprende el esfuerzo que
supone el realizar dos pasajes que conducen al mismo
sitio. Ni siquiera la Arqueología ha podido dar ninguna
solución, lo cual aumenta el mérito de los arquitectos,
que han logrado sembrar tal grado de desconcierto en
nosotros.»
Esta hermosa pirámide está considerada por algunos
egiptólogos como una edificación dedicada al hombre, a
los seres humanos, a la ciencia y a la medicina, y en
algunos círculos es citada como la ‘Pirámide de la Salud’.
Veamos algunos datos del por qué.
En el monográfico MAS ALLA de la Ciencia, número
16/03/1996, dedicado a las Pirámides del Mundo, uno
de los reportajes está dedicado a la Pirámide de Kefrén;
es un artículo firmado por Manuel José Delgado y José
Álvarez López, del que se transcriben algunos párrafos
que son realmente impresionantes, pues en ellos se
relaciona esta construcción... ¡con el sistema respiratorio
y olfativo de los seres humanos!
«Una posible solución al misterio de las dos entradas
de Kefrén ha sido hallada recientemente, ya que sólo en
los últimos años la Biología ha podido vislumbrar los
factores que determinan los ritmos del ser humano. Es
sabido que culturas tan diferentes como la griega o la
budista han ejercitado disciplinas físicas destinadas a la
armonía corporal. La práctica del yoga, por ejemplo,
incluye un variado entrenamiento de la respiración, que
siempre se ha considerado como la productora de ‘prana’.
La existencia de este prana nunca ha sido admitida, pero
incluso sin constatación científica los yoghis supieron de
tan misteriosa energía y descubrieron que el ciclo del
hombre es de 50 minutos, por lo que hacían un ejercicio
consistente en respirar por uno de los canales de la nariz
190
 

mientras taponaban el otro. Los griegos llegaron a similar


conclusión y ejercicios, aunque para ellos el resultado
más palpable, que sepamos, fue el de conseguir un
cuerpo armonioso y un canon de belleza. La producción
del prana ha dejado de ser una quimera para dar paso a
investigaciones que indican que su existencia puede ser
medible. El profesor José Álvarez López, director del
Instituto de Estudios Avanzados de Córdoba, en
Argentina, ha logrado un descubrimiento espectacular
que puede cambiar la idea que tenemos de nuestro
cuerpo, sus reacciones y sus posibilidades. En concreto,
Álvarez López descubrió que, mientras respiramos, en el
interior de la nariz se produce lo que llamamos ‘mocos’,
que químicamente son una ‘base’. El paso del oxígeno
durante la respiración hace que la parte superior de ese
moco cambie su esencia y se transforme en un ‘ácido’.
Lo curioso es que el moco mantenga a la vez las
características de una base en su parte interior y más
líquida, y las propiedades de un ácido en su parte
exterior y más sólida. En laboratorio se ha comprobado
que el enfrentamiento entre la base y el ácido produce
una diferencia de potencial, similar a una electrólisis, de
unas décimas de voltio, pero suficiente para que esta
energía se incorpore a los mecanismos corporales. Los
pelillos que tiene la mucosa nasal son los vehículos por
donde transita esta energía. Pero llega un momento en
que el proceso se invierte y predomina en el otro orificio
de la nariz. Este cambio de canal principal produce una
modificación de polaridad y el resultado más óptimo se
consigue cuando este proceso dura 50 minutos.
El problema reside cuando el hombre, voluntaria o
involuntariamente, varía el tiempo de canalización del
aire por cada orificio, lo que ocasiona una desarmonía. El
profesor Álvarez López ha comprobado en su laboratorio
que un cambio de polaridad en la ionización del aire
provoca una variación inmediata en el orificio principal
de la nariz que utilizamos en la respiración. En su
Instituto de Estudios Avanzados se está hoy trabajando
191
 

en un artefacto que varíe, en cada ciclo de 50 minutos, la


ionización del aire de una habitación, para estimular así
la respuesta humana de respirar coherentemente, lo que
llevará a un aumento de salud.
Además, las mediciones efectuadas en el interior de
la nariz dan como resultado un cambio de potencial
eléctrico de corriente alterna a continua y viceversa, un
aspecto que tiene confundidos a los científicos. El
profesor argentino ha podido constatar que la diferencia
de positivo a negativo en ambos orificios nasales no es
igual en todos los seres humanos, y tiene que ver con el
género de la persona investigada. Para entendernos,
diremos que una persona ‘muy macho’ tiene una
diferencia de 70 a 10, mientras que otra ‘muy hembra’
tiene su relación de 10 a 70. Lo espectacular es que
surgen mediciones que dan como resultado 20 a 60, ó 30
a 50, con lo que, por primera vez en la historia, se ha
podido cuantificar mediante mediciones los rasgos de la
homosexualidad.»
Es importante considerar esos párrafos subrayados,
por las relaciones establecidas en ese artículo, entre una
pirámide y las funciones respiratorias de las personas, y
por las propiedades ionizantes que se dan en la mucosa
nasal, pues más adelante trataremos esas características
para relacionarlas con la energía y la bioelectricidad en
los seres vivos.
«En el Antiguo Egipto, como en otras civilizaciones
orientales, sabían que la enfermedad no existe como tal y
que ésta es el resultado de una desviación del cuerpo,
aunándose de este modo a los médicos modernos, que
opinan que la mayoría de las enfermedades son
psicosomáticas. Si esta producción de prana presupone,
además de un cuerpo bello, el desarrollo de la voluntad
para conseguir conocimiento, nos encontramos que el
‘men sana in corpore sano’ es el primer paso para
acceder a lo que podemos definir como estados alterados
con los que curar nuestro psiquismo y desarrollar
nuestra espiritualidad. Cuando se escribió hace más de
192
 

mil años que la Pirámide de Kefrén estuvo dedicada a la


Medicina, desde luego nada debían saber de los datos
referentes a la pila nasal. Para aquellos historiadores el
asunto les era tan extraño como lo es hoy. Las prácticas
mágicas se han tenido como supersticiones sin
fundamento, así que resulta evidente el desconcierto de
los investigadores cuando es la Biología la que pretende
dar explicación a los enigmáticos dos canales que, desde
el exterior, penetran en la Pirámide de Kefrén,
relacionándolos con la importancia que tiene para el
hombre la producción del prana en la nariz.
De este modo llegan a resultar convincentes las
antiguas historias que indicaban que, mientras en la
Gran Pirámide de Keops sus arquitectos incorporaron el
conocimiento que unos seres superiores poseían de los
astros y sus interconexiones, en la Pirámide de Kefrén
sus diseñadores plasmaron su saber médico. Y por si
acaso alguien pudiera pensar que la semejanza entre los
corredores de esta construcción y la nariz humana es
puro azar, otros descubrimientos relacionados con las
medidas del monumento abren un nuevo camino de
investigación. Nos referimos a los ciclos biológicos.»
Esta singular relación que los autores del citado
artículo establecieron entre esa construcción milenaria y
la nariz en los seres humanos, no es en absoluto gratuita
ni casual, pues por una parte la estructura de la nariz
presenta una similitud muy notoria con la estructura
piramidal, y la pirámide a su vez es una estructura con la
que se simboliza la ‘energía’. Unas formas de energía a la
que se da una importancia vital en algunas culturas y
religiones orientales, para las que el ‘prana’ representa
una fuerza material y espiritual que el cuerpo puede
llegar a alcanzar con determinadas prácticas.
Adelantemos algunas referencias que tratan sobre
dichas religiones, acerca de lo que interpretan o definen
el ‘prana’, un concepto que será comentado ampliamente
en otro capítulo.
193
 

«Prana es una palabra en sánscrito que hace


referencia a "lo vital", la fuerza de las cosas vivas y la
energía vital en el proceso natural del universo. Prana es
un concepto fundamental en el Ayurveda y el Yoga,
donde se cree que fluye a través de una red de canales
llamados ‘nadis’. Los tres principales canales son el Ida,
el Pingala y el Sushuma. Ida hace referencia al lado
izquierdo del cuerpo, terminando en la ventana izquierda
de la nariz y Pingala al lado derecho, terminando en la
ventana derecha. En algunas prácticas, como el
Pranayama se cree que el hecho de alternar la respiración
por una y otra ventanas nasales permite que el prana
fluya por el cuerpo.»
« De forma práctica, se pueden explicar de diferentes
formas los sentimientos fisiológicos de hambre, sed, calor
o frío. Todos los sentimientos o energías que aparecen o
fluyen en el cuerpo, pueden ser interpretados como una
evidencia de que el prana está ahí, ya que es lo que
distingue a un cuerpo vivo de uno muerto. Cuando un
ser vivo muere, el prana o fuerza vital escapa por sus
orificios y poros. El ‘Prana’ está formado por glóbulos
vitales cuya energía es completamente distinta a la luz,
pero depende de la luz para su manifestación. Según la
Ciencia Kun-Li, Prana es la energía Cósmica Primaria en
el Universo, y tiene diversas formas de manifestación, es
indestructible, está sujeta a transmutaciones ilimitadas y
metamorfosis eternas. Puede mover los astros, sostener
galaxias, crear los campos psíquicos, hacer circular la
sangre, dar calor o frío, etc. Así Prana es: calor, luz,
gravedad, magnetismo, vigor, vitalidad, pensamiento,
emociones, Alma y Espíritu. De modo que Prana es
energía, energía cósmica, y nuestro primer encuentro con
ella es en el cuerpo físico. Se manifiesta primero como
respiración y luego va manifestándose como otras formas
de respiración: influencias, magnetismo, pensamientos,
vida, creación, ser.»
De forma tan elocuente habremos de valorar estas
connotaciones de la tradición hinduista, expertos en este
194
 

campo de las energías vitales, y salvando los aspectos


considerados ‘no científicos’, destacar las interrelaciones
que en apariencia existen entre algunos conceptos que se
han comentado, como ‘energía vital’, ‘nariz’, ‘respiración’,
‘magnetismo’, y una construcción milenaria como es la
pirámide de Kefrén, de la que algunos especialistas han
querido ver en ella una representación simbólica de la
nariz, el órgano de la respiración de los seres humanos.
Más adelante veremos algunas hipótesis y más datos que
apuntarían a que esa posibilidad no se debe considerar
del todo descabellada.
Antes de cerrar el capítulo, conviene hacer una breve
reflexión comparativa de las dos pirámides de Gizeh, o de
la significación de sus diferencias más evidentes. La Gran
Pirámide fue construida en primer lugar, aunque no se
ha podido determinar ni el tiempo en que fue construida,
ni sus autores, ni las funciones de su estructura, ni su
finalidad. La segunda pirámide, de Kefrén, como vimos en
el primer capítulo, fue construida con unas proporciones
que se obtienen de las medidas de la primera, con una
estructura muy sencilla y aunque tampoco está precisada
cual fue su finalidad, existen en Egipto otras pirámides
semejantes a ella, que aun siendo más pequeñas y de
distintos tamaños, tienen unas proporciones similares y
unas estructuras internas prácticamente idénticas.
Esta reflexión nos ha de servir para determinar una
primera conclusión, y es que, teniendo las dos pirámides
unas dimensiones externas geométricamente idénticas,
sus estructuras internas son completamente diferentes, y
sus finalidades, probablemente también lo fueran...
195
 

III

LA GRAN ESFINGE

La palabra esfinge significa ‘enigma’.


Las esfinges en la antigüedad eran la representación
en piedra de un enigma, y tras los enigmas se escondían
secretos o conocimientos ocultos que sus constructores
pretendían inmortalizar.
La Gran Esfinge aparenta presidir el conjunto que
forman unas imponentes pirámides. Una reciente teoría
sostiene que es mucho más antigua de lo que admiten
oficialmente los eruditos, cuya construcción atribuyen al
faraón Kefrén. Ya señalamos que muchos escritores han
expuesto hipótesis sobre que las pirámides -en especial
las referidas a la meseta de Gizeh- y la esfinge no fueron
construidas por los antiguos egipcios, sino por hombres
procedentes de civilizaciones mucho más antiguas, cuyos
196
 

vestigios se habrían perdido en la noche de los tiempos, o


por causa de grandes cataclismos geológicos, como la
mítica Atlántida, o incluso que habrían sido erigidas por
seres extraterrestres.
La presencia de la Gran Esfinge, construcción única
en el mundo, ante las pirámides más emblemáticas de
Egipto, significa un gran reto para cualquier observador,
pues denota que tras las pirámides se esconden secretos
que fueron muy bien guardados, muchos de los cuales
permanecen sin respuestas o cuyos posibles significados
únicamente han sido explicados mediante las más
variadas hipótesis o teorías que en ocasiones superan la
propia realidad, incluso hasta desbordar la imaginación.
Para nuestros objetivos, interesa encontrar informaciones
que nos ayuden a profundizar en esta incógnita: ¿Cuál
sería el enigma que representaron en esa Esfinge?
Esta formidable y enigmática figura, una gigantesca
mole de piedra que se levanta junto a las tres grandes
pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, ha causado el
asombro de miles de generaciones y ha mantenido en el
más estricto secreto el misterio de su origen y el de los
fines para los que fue construida.
Un experto en temas de egiptología, Nacho Ares, en
uno de sus artículos define la Esfinge como «... Auténtico
logotipo de la cultura faraónica, ‘Abu-el-Hol’ o ‘Padre del
terror’, tal y como la llaman los actuales egipcios, este
león larguirucho mantiene en silencio uno de los secretos
mejor guardados de la civilización egipcia. Aunque a
ciencia cierta se desconozca la fecha de su construcción y
a quien representa, suele vincularse más mal que bien
con el faraón Kefrén de la IV dinastía.»
La Esfinge de Gizeh plantea múltiples cuestiones a
las que los investigadores no han podido responder. Un
enigmático león con rostro humano tendido sobre las
arenas del desierto que mira al Este, hacia el lugar por
donde cada día sale el Sol, el ‘Centinela de los Misterios
Antiguos’.
197
 

Un ser mitológico que parece saberlo todo, esperando


impasible y amenazante que acontezca algo que desvele
su enigma. Cabeza humana, cuerpo de león, y ‘nemes’ o
tocado de faraón, es un símbolo solar que representa el
poder, la fortaleza y la sabiduría de un rey semidivino.
«Desde el más remoto pasado, muchas personas creyeron
que era la guardiana de inmensos tesoros faraónicos que
se ocultaban en su interior.»
Esta Esfinge es la más famosa de cuantas se tuvo
noticia, por ser una magnífica estatua esculpida en roca
natural, cuya cabeza se cree que es la del faraón Kefrén,
de la IV Dinastía. Podría tener 4.500 años de antigüedad,
aunque algunos geólogos expertos creen que es mucho
más antigua. Con 70 metros de longitud, 14 metros de
ancho y 20 metros de alto, la Gran Esfinge es la estatua
más grande del mundo tallada en una sola piedra.
Pero no fue la única esfinge en Egipto. Hileras enteras de
esfinges de menor tamaño bordeaban con frecuencia los
caminos para procesiones de los templos. Existen más de
noventa esfinges con cabeza de carnero y cuerpo de león,
bordeando una avenida de tres kilómetros en el acceso al
templo de Karnak, en Luxor. Nadie sabe cómo llamaban
los egipcios a estas criaturas, ya que el nombre de
“esfinge” fue tomado de una criatura mítica griega, con el
cuerpo de león y la cabeza de una mujer.
El rostro de la Gran Esfinge es atribuido al faraón
Kefrén, por el hecho de que se halla cerca de la pirámide
que lleva su nombre, aunque no tiene ningún parecido
con el rostro que aparece en las estatuas de ese faraón.
«Según un análisis hecho por un antiguo oficial forense
de la policía de Nueva York, en 1991, comparando varias
de esas figuras, tanto de frente como de perfil, los rostros
pertenecen a distintos personajes.»
No obstante, el detalle definitivo es la presencia de
una barba real falsa, ya que fue a partir de Djedefre, el
sucesor inmediato de Keops, y hasta el faraón Userkaf,
cuando los soberanos del Imperio Antiguo comenzaron a
ser representados con barba falsa ceremonial. La barba
198
 

ceremonial falsa era uno de los atributos de la dignidad


real del faraón. Los pocos restos de dicha barba que se
conservan de la Esfinge son un añadido realizado a la
estatua durante la XVIII Dinastía del Imperio Nuevo. Al
parecer, y según algunos especialistas, la Esfinge se
construyó sin ella.
La Esfinge, al igual que las tres pirámides de Gizeh,
ha supuesto un enigma con varias implicaciones: Ocupa
un lugar privilegiado en la meseta, aunque carece de una
función evidente. Se desconoce la fecha en la que fue
construida, así como quienes fueron sus constructores y
sus motivaciones, ya que carece de cualquier tipo de
jeroglíficos o inscripciones, lo que ha provocado multitud
de teorías sobre su propósito supuestamente oculto, tales
como que su objeto era preservar el acceso hasta las
pirámides, o también la supuesta existencia de cámaras
o pasadizos secretos en su interior, donde se guardarían
inmensos tesoros y documentos de los antiguos egipcios.
Esto dio siempre lugar a todo tipo de especulaciones
y teorías. Así por ejemplo, en el siglo pasado, el francés
Eliphas Levi señaló que «el complejo arquitectónico de
Gizeh formaba un pentáculo mágico creado por grandes
sabios de la antigüedad para transmitir al futuro su
ciencia secreta. Las pirámides, triangulares y cuadradas
por la base, representaban según él, la metafísica de
estos hierofantes, basada en la ciencia de la naturaleza.
En cuanto a la Esfinge, contenía a modo de jeroglífico el
secreto de esos antiguos conocimientos»
La Gran Esfinge, está situada sobre el eje este-oeste
de la meseta de Gizeh y mirando hacia el este, orientada
hacia la constelación de Leo, de los cielos del año 10.500
a.C. Curiosamente en esa misma época las tres pirámides
estaban alineadas perfectamente con la constelación de
Orión, la cual, por cierto, reproducen fielmente con su
alineación. Robert Bauval, escritor e ingeniero egipcio,
afirmaba que «la Gran Esfinge había sido construida,
entre otras cosas, como una especie de marcador de los
equinoccios. Durante dos días al año -alrededor del 21 de
199
 

marzo y el 21 de septiembre, al principio de la primavera


y el otoño, respectivamente-, el día y la noche tienen
exactamente la misma duración. Además, a diferencia de
los solsticios, el Sol durante esos dos momentos del año,
surge exactamente por el este, y asciende por el horizonte
por el centro de la cabeza de la Esfinge, proporcionando
así un dato geo-astronómico de inestimable valor para la
fijación del resto de los puntos cardinales.»
El historiador árabe Al-Makrizi (1364-1442 d.C.)
recopiló todo el material existente hasta la fecha sobre las
pirámides. Así, habla del soberano egipcio que las erigió,
Saurid, para guardar todo el conocimiento ante una gran
catástrofe que se avecinaba, el Gran Diluvio Universal. Lo
que parece claro es que tanto la Esfinge como el templo
que se halla a sus pies se construyeron a la vez, ya que,
aparentemente el templo podría estar dedicado al culto
solar, a la puesta y salida del Sol, de ahí su orientación
hacia poniente.
Plinio el Viejo (año 20 d.C.) cuenta al referirse a las
tres pirámides que, «frente a ellas está la Esfinge, quizás
más admirable, sobre la que se guarda silencio, y es la
divinidad local de los habitantes. Creen que es la tumba
del rey Armais, y pretenden que fue llevada hasta allí;
pero en realidad es la misma roca, trabajada en su propio
emplazamiento, y para el culto, se ha pintado de rojo la
cara del monstruo.»
La Esfinge se ha ido deteriorando por efecto de los
elementos desde su construcción, por las continuas y
regulares crecidas del Nilo a lo largo de los siglos, por el
viento y por los brutales cambios de temperatura entre el
día y la noche; todos ellos han ido destruyendo poco a
poco el monumento. Sin embargo, el grado y tipo de
erosión que ha sufrido, junto con otras construcciones
adyacentes, no se corresponde con lo que debería ser lo
normal en 4.000 años. De acuerdo con varios estudios, la
erosión que soporta la Esfinge es debida a la acción del
agua más que a cualquier otra causa. Se han formulado
diversas hipótesis, acerca de que esas aguas fueran de
200
 

origen subterráneo, aunque no se han observado los


mismos efectos en monumentos cercanos, salvo en el
Templo Funerario ubicado frente a la pirámide de Kefrén,
a unos 46 metros más elevado que la esfinge. La única
fuente de agua que pudo ser la causa de las erosiones
tan profundas que se observan en ambas construcciones
tuvo que ser externa, y para llegar a provocar esos efectos
debieron permanecer bajo el agua al menos durante 600
años. Algo que únicamente pudo suceder tras la última
glaciación, ocurrida hace unos 15.000 años.
Otra hipótesis, bastante lógica por otra parte, sobre
que la Esfinge no fue construida en la IV Dinastía, fue
expuesta por el geólogo norteamericano Robert Schoch, el
cual realizó en los años 90 unos estudios muy rigurosos,
y cuyas conclusiones fueron que la Esfinge de Gizeh
habría sido construida en algún momento entre los años
7.000 y el 5.000 antes de Cristo. «Las marcas de erosión
que pueden verse en forma de acanaladuras no fueron
fruto de las tormentas de arena ni de aguas que fluyen
bajo las arenas. Tuvieron que ser producto de fuertes y
prolongadas lluvias que comprendieron un largo período
de tiempo, en una época de cambio climático tal vez, ya
que durante la época en la que vivieron los faraones a los
cuales se les atribuye las tres pirámides de Gizeh, fueron
de gran sequía y escasas lluvias, por lo que sería preciso
remontarse entre 7.000 y 5.000 años antes de nuestra
era, para encontrar unas condiciones similares.»
El profesor Schoch defendía la hipótesis de que los
hombres que tallaron la Esfinge lo hicieron unos cuantos
miles de años antes de lo que la egiptología considera la
verdad ‘oficial’, ya que, por supuesto, lo más paradójico
que pone de relieve esta teoría es que necesariamente
tuvo que existir una civilización anterior a los años 5.000
a.C. capaz de realizar una obra de semejante magnitud, y
que no pudo desaparecer sin dejar huellas arqueológicas.
Y los datos más antiguos que se conocen de esas fechas y
en aquellas tierras, son de algunos asentamientos no
demasiado evolucionados.
201
 

Sin duda, la gran Esfinge de Gizeh continúa creando


numerosos quebraderos de cabeza a los arqueólogos y
egiptólogos, ya que su trabajo es interferido por teorías y
leyendas que en muchas ocasiones nada tienen que ver
con la egiptología. Desde que Platón hizo la descripción
de la Atlántida no han faltado hipótesis que señalan a
Egipto como la heredera de aquella mítica civilización. Lo
cierto es que, en cierta medida, parece lógico creer que
los antiguos egipcios accedieron a una inmensa fuente de
conocimientos, que existió en algún momento antes de la
I Dinastía. Las civilizaciones no florecen súbitamente, ni
evolucionan de la noche a la mañana, como para levantar
construcciones en piedra tan magníficas como la Esfinge.
De nuevo encontramos ‘anomalías’ semejantes a las que
rodean a las otras grandes construcciones en piedra, las
pirámides, es decir, no se comprende cómo, de dónde y
en tan corto período de tiempo, lograron obtener los
medios y las técnicas que se consideran imprescindibles
para desarrollar esos monumentos.
Otro de los misterios que rodean a la Esfinge es su
consideración como ‘guardiana de tesoros’ o de ‘secretos
escondidos’ a los que se accedería por alguno de los
numerosos pasadizos que existen bajo la meseta y que
llegarían hasta las mismas pirámides. Según antiguas
tradiciones, de los griegos o de los árabes, hablaron de
túneles, galerías subterráneas o pasadizos secretos bajo
las arenas, utilizados por los sacerdotes egipcios para
trasladarse desde la Gran Pirámide hasta la Esfinge.
Existen multitud de historias que narran la presencia de
túneles bajo la Esfinge, o de un laberinto de galerías que
recorren la meseta de un lado a otro.
«Alrededor del año 1400 a.C., el faraón Tutmosis IV
mandó construir una estela de granito rojo que mide 3,66
metros de alto por 2,68 de ancho. Es conocida como la
‘Estela del Sueño’ en la que se ve como la Esfinge reposa
sobre lo que parece ser un edificio o un templo, y de la
cual deducen que bajo la Esfinge habría alguna cámara o
edificación. Cuando Robert Schoch llegó a Egipto para
202
 

realizar los sondeos a la Esfinge, no solo llegó a la


conclusión de que era tremendamente antigua, sino que,
increíblemente, Gizeh era lo más parecido a un queso con
agujeros. El caso es, que una vez más, la realidad supera
a la ficción, y se detectan algunas anomalías en la roca,
justo debajo de las patas del león. En la primavera del
año 1991, descubrieron la existencia de cuatro salas, de
las que cabe destacar una impresionante que medía unos
cien metros cuadrados de superficie, suficientemente
grande como para albergar los papiros de los egipcios...,
sin embargo, esas cuatro cámaras no albergaban ningún
objeto ni documento.»
En 1924, el psíquico norteamericano Edgar Cayce
había hecho una serie de predicciones que hablaban del
continente perdido de la Atlántida. Según Cayce, antes
del año 2000 se descubriría una cámara secreta bajo la
garra derecha de la Esfinge. En ese recinto, denominado
por Cayce como “Sala de los Archivos”, se encontraría
depositado todo el ‘saber de los atlantes’.
«La hipótesis de una ‘Sala de los Archivos’ es del final
de la época faraónica. La representación del edificio bajo
la Esfinge en la estela de Tutmosis IV, ha hecho las
delicias de los más insignes soñadores, y los que no lo
eran tanto. Desde más ó menos 1926 hasta 1990, nos
topamos con anécdotas puntuales y destacados hallazgos
de pozos que conducen, unos a grandes estancias, y
otros a ninguna parte. En 1978, Zahi Hawass descubrió
justo tras la cabeza de la Esfinge una cavidad de poco
más de medio metro de ancho. Dicha abertura había sido
realizada por el mítico y auténtico Howard Vyse, a base
de dinamita. El hecho es que, aparte de las huellas del
buscador de tesoros, se descubrió un trozo de piedra de
grandes dimensiones, que era un trozo del tocado nemes
de la Esfinge.»
Pero el mayor misterio que rodea la Esfinge es su
significación como ‘enigma’, por ser considerada como un
símbolo de algo que se oculta tras ella. Junto a las tres
pirámides de la meseta de Gizeh se encuentra la Esfinge,
203
 

que como tal, es un animal mitológico, con cuerpo de


león y cabeza humana. Se atribuye su construcción al
faraón Kefrén (2.500 años a.C.), por lo que el rostro
humano representaría al citado faraón. Sin embargo,
recientes investigaciones apuntan a que el rostro de la
esfinge no presenta ningún parecido con el de ese faraón
y además, porque sus facciones reflejan rasgos que
serían propios de otra raza distinta. O pertenecientes al
de un rostro femenino.
«En realidad, nadie que haya contemplado esa obra
de arte tan grandiosa puede después negar que contiene
algún ignito mensaje. Aunque para algunos, los rasgos de
la Esfinge expresan, más que un enigma, la serenidad de
una certidumbre, una verdad absoluta cuya plenitud los
colma.»
La ‘Estela del Inventario’ fue descubierta por Auguste
Mariette en un pequeño templo situado frente a la cara
oriental de la Gran Pirámide, y es considerada como un
auténtico documento arqueológico. Según el texto que
figura en dicha estela, la Esfinge fue llamada por los
antiguos egipcios “Guardián de la Atmósfera, quién
guía los vientos con su fija mirada”. Actualmente los
habitantes de la región la conocen como el ‘Padre del
Terror’, nombre con el que al parecer la llamaban así los
antiguos árabes. En cambio, para los antiguos egipcios,
era el símbolo de la fuerza y la inteligencia. Con la mirada
expectante, profunda y fija, clavada en el horizonte, hacia
el Este, hacia el lugar por donde ha de salir el Sol cada
día, son los aspectos más destacados que se conocen
sobre el misterioso significado de la Esfinge.
Pero siguen quedando en el aire interrogantes que se
repiten por doquier, y que no obtienen las respuestas que
serían deseadas: ¿Cuáles fueron los motivos por los que
fue levantada? ¿Qué finalidades tenía? ¿Quiénes la
concibieron y que funcionalidad le dieron? ¿Por qué esa
forma de efigie se repitió, con tamaños muy inferiores, en
tantos otros lugares en Egipto?
204
 

Hay que comentar algunas informaciones sobre que


la Esfinge habría sido considerada como un ‘talismán’
que protegía las construcciones de los alrededores, como
los templos, pirámides y recintos funerarios. También se
le atribuye que pudo haber sido erigida para ‘ahuyentar a
los malos espíritus de las tumbas que llenan ese lugar’ y
se conocen leyendas acerca de ‘espíritus y fantasmas’ que
se aparecerían por las noches sobre el área en la que se
encuentra emplazada, circunstancias ambas que no han
de causar sorpresa, debido a las creencias de entonces, si
se tiene en cuenta que aquello era una necrópolis o un
cementerio antiguo en el que se enterraban los cuerpos
embalsamados y momificados.
Otra posibilidad es que tuviera algún tipo de relación
con la celebración de ceremoniales o ritos mágicos. Según
las tradiciones de aquella época, era muy común realizar
los ritos funerarios conocidos como el de ‘apertura de la
boca’ sobre los cuerpos momificados para despertarles el
‘ka’ o el ‘aliento de vida’. Esos ritos de apertura de la
boca, también los realizaban sobre todo tipo de efigies y
estatuas reales o divinas, para celebrar su ejecución y
para ‘animarlas’ mediante pases mágicos, para situarlas
solemnemente en las estancias, templos y capillas. Era
muy común entonces que los egipcios consideraran sus
efigies o estatuas bajo la óptica de creencias mágicas,
‘como elementos religiosos dotados de vida divina, y no
rezaban a esas esculturas, sino a los espíritus que las
animaban’.
«En el Picatrix y el Asclepio, dos libros atribuidos a
Hermes Trismegisto, se cuenta que con determinadas
prácticas de carácter mágico, los sacerdotes egipcios
introducían ‘demonios’ en el interior de sus dioses de
piedra, para hacerlos cobrar vida.»
En lo referido a la Esfinge, también se cuenta que
desde alguna cámara oculta en su interior o desde algún
pasadizo subterráneo, los sacerdotes hablaban al pueblo,
asemejando que era la esfinge la que en realidad hablaba.
Se conoce también por abundantes testimonios que era
205
 

objeto de culto y de una devoción muy particular, ya que


se trataba de un lugar de peregrinaje, adonde acudían a
rendirle culto tanto los faraones como los particulares.
La Esfinge se halla emplazada al final de la calzada
que une con la pirámide de Kefrén, por lo que algunos
egiptólogos sugieren que su función principal sería
guardar ese monumento funerario y exhibir la riqueza y
el poder de ese faraón. Situado bajo la Esfinge hay un
templo alineado con el templo de Kefrén, lo cual es
considerado un claro indicio de que fue ese faraón quien
ordenó construir esos monumentos, incluida la propia
Esfinge. Finalmente, la Esfinge podría ser representación
de un acertijo o enigma que encierra el conjunto de los
monumentos de la meseta de Gizeh, aunque de manera
muy especial, podría significar el secreto que guarda la
pirámide de Kefrén.
El nombre de “esfinge” es de procedencia griega, al
que se le da una acepción parecida a la de “acertijo” o
“adivinanza”, incluso la de “enigma”. Su significado era
algo así como de “estrangulador” que se atribuye a una
esfinge griega, con cuerpo de león alado y cabeza de
mujer, guardiana de la ciudad de Tebas. Su mito era que
únicamente dejaba pasar a la ciudad a aquellos viajeros
que acertaran a responder su acertijo:

¿Qué criatura de una sola voz camina con cuatro


piernas por la mañana, al mediodía con dos y con
tres al anochecer?

Aquellos viajeros que no podían resolver ese acertijo,


eran aniquilados y devorados por la esfinge.
Basándose en este claro precedente legendario, la
incógnita para la Esfinge de Gizeh sería llegar a saber si
realmente representaba algún acertijo o adivinanza, una
cuestión de la que historiadores y egiptólogos nunca se
han preocupado, o ni siquiera parecen haber planteado.
206
 

La nariz que falta


Un detalle que destaca enormemente es la falta de la
nariz en la Esfinge, una circunstancia conocida al menos
desde que se hicieron los primeros dibujos y fotografías.
Y vamos a aprovechar ese detalle para vincularlo a otro
enigma que surge del hecho de que a numerosas efigies y
esculturas egipcias les falte ese apéndice nasal.
Algunas fuentes citan que la Esfinge fue desfigurada
hacia el año 1800 por la artillería turca, que la utilizó
como blanco de sus disparos, hasta arrancarle la nariz.
Sin embargo, otros autores afirman que fue hacia el año
1380, cuando un fanático musulmán partió la nariz de la
Esfinge ‘para que los seguidores del profeta no cayeran
en la idolatría’. Según otro testimonio, datado en el siglo
XIII, en aquella época la Esfinge todavía conservaba el
apéndice nasal íntegro, ya que al parecer unos científicos
iraquíes destacaron especialmente la nariz por resultar
‘un ejemplo perfecto de proporciones’.
En otro relato de aquella misma época, el historiador
árabe Abd el-Latif (1162-1231), dejó constancia de que la
Esfinge todavía conservaba la nariz: «El rostro tiene un
tono rojizo y un barniz colorado, que conserva toda su
frescura. La cara es muy bella, y la boca tiene gran gracia
y belleza. Se diría que sonríe gentilmente. Un hombre
inteligente me preguntó qué objeto, de todo lo que había
visto en Egipto, era el que había merecido más mi
admiración. Le respondí que la exactitud de las
proporciones de la cabeza de la Esfinge. Y en efecto, las
diferentes partes de la cabeza, por ejemplo la nariz, los
ojos y las orejas, guardan la misma relación que las
obras de la Naturaleza. Resulta sorprendente que, en un
rostro tan colosal, el escultor haya sabido conservar la
justa proporción de todas sus partes, pues en la
Naturaleza no hay ningún modelo de un coloso
semejante, ni de nada que se le pueda comparar.»
207
 

Por el contrario, un estudio más actual y bastante


consistente, efectuado por el arqueólogo Mark Lehner,
indica que ese deterioro de la nariz ‘muestra trazas muy
nítidas de que fue llevado a cabo con utensilios de una
época más antigua e indeterminada, que se situaría entre
los siglos III y X de nuestra era’.
Un detalle que puede resultar de gran importancia, a
la hora de determinar los verdaderos motivos por los que
la nariz de la Esfinge pudo ser arrancada o destruida,
son las dos profundas acanaladuras que se observan con
gran nitidez en lo que correspondería a la zona interna de
la nariz; una justo en la parte central, entre los dos ojos,
y la otra en la parte inferior, bajo el ojo izquierdo.

Detalle del rostro sin nariz de la Esfinge

Esos vestigios no tienen apariencia de haber sido


causados por disparos o cañonazos, ni de martillazos, por
lo que es más factible pensar que esos daños se hicieron
intencionadamente, con algún propósito muy concreto y
decidido: le destruyeron la nariz utilizando herramientas
muy duras, como un escoplo o un cincel, profundizando
en la piedra con gran saña e intencionalidad.
Entonces, ¿Cuáles fueron las motivaciones reales o
el porqué de esas intenciones?
208
 

Por otra parte, las acanaladuras que se observan en


el rostro, presentan una simetría y una profundidad
demasiado equilibradas y correctas, como para creer que
fueron fruto de una acción salvaje e indiscriminada, y
dan pie a pensar en otras posibilidades que no debemos
descartar, como por ejemplo, que formaran parte de la
estructura interior de ese órgano nasal, los conductos u
orificios internos, realizados por quienes la esculpieron y
precisamente con la intención de representar fielmente
dicha estructura.
En ese supuesto, las acanaladuras formarían parte
del interior de la nariz y quedaron al descubierto como
consecuencia de los daños causados al destruir la parte
exterior. Es este un detalle que ha de considerarse, por
cuanto vendría a representar la intención de los autores
que la esculpieron, porque buscaran con ello dotarla de
un cierto realismo, ya que poner esos conductos internos
de la nariz con la misma semejanza que los de los seres
humanos, podría tener un significado de que quisieron
simbolizarla como si estuviera dotada de ‘vida divina’, de
‘espíritu’, de ‘energía vital’. Sería un matiz importante que
puede estar en línea con las ceremonias que realizaban
los sacerdotes egipcios con todas las efigies y esculturas
que esculpían, con la finalidad de dotarlas con la misma
‘vida espiritual’ que a los dioses, faraones y personajes
destacados a los que se representaban.
Ese realismo pondría de manifiesto lo que para los
antiguos egipcios constituía ese órgano vital, ya que a
través de la nariz fluye en los seres humanos el ‘espíritu’
y la ‘energía’ que constituyen el fundamento y la base
para la vida. Romper o destruir ese órgano vital tendría el
significado de ‘matar a la Esfinge’, quitarle el ‘aliento de
vida’, el ‘espíritu’, la ‘energía’... al igual que ocurría con
numerosas esculturas y efigies.
209
 

Simbología de la nariz en Egipto


«La nariz, desde la mentalidad egipcia, era uno de los
órganos fundamentales de la existencia, ya que entre
otras cosas era la vía de acceso del aire que permite la
respiración que sustenta la vida. La relevancia de la nariz
fue expresada en los textos religiosos más destacados del
antiguo Egipto. La nariz era considerada un órgano vital
y un rasgo de la personalidad, que era reproducido en las
efigies, en las esculturas, las pinturas y bajorrelieves con
extremada delicadeza y perfección.»
Curiosamente, sobre la parte superior de la nariz de
los seres humanos, hay un músculo que recibe el nombre
de ‘músculo piramidal’ o ‘prócer’, que se encuentra en la
parte central la nariz, por debajo del músculo frontal, en
el entrecejo, entre las dos cejas, y su función es desplazar
la piel frontal hacia abajo, generando el efecto de ‘fruncir
el ceño’ demostrando así los sentimientos, como el enojo,
la tristeza o el pánico.
Y aquí surge la gran pregunta que se hacen algunos
egiptólogos, incluso muchos aficionados de la egiptología,
¿por qué tienen la nariz rota tantas esculturas, efigies o
bustos de faraones? Es una pregunta en cuyo enunciado
se intuye que estamos ante unos hechos muy extendidos
y que no responden a algo normal o casual. Tanto como
para pensar que de las posibles respuestas que podamos
encontrar sobre las causas de esos deterioros, habríamos
de considerar algunas cuyas motivaciones no responden
a hechos fortuitos o accidentales.
Es un detalle especialmente significativo, el hecho de
que el apéndice nasal de la Esfinge aparenta más haber
sido ‘destruido’ o ‘arrancado’ de una forma intencionada,
que destrozado por los disparos o cañonazos de tropas
invasoras por pura diversión, por cuanto que la misma
circunstancia ocurre en muchas otras esculturas, con
inusitada frecuencia, en las que se aprecia que la nariz
presenta signos evidentes de haber sido ‘mutilada’ de los
210
 

rostros de bustos, efigies, esfinges de algunos faraones y


otros destacados personajes de Egipto.
¿Y si esas esculturas que eran una representación de
personas vivas hubieran sido dañadas en la nariz de una
forma intencionada? Esta es la interrogante que surge al
comprobar que en muchas de las efigies que presentan
ese deterioro, se puede observar claramente cómo el
apéndice nasal ha sido destruido con golpes de martillo y
cincel, ya que en su lugar quedan las marcas de unas
acanaladuras que son una huella evidente de que las
mutilaciones tuvieron que ser intencionadas, ya que es la
única parte que aparece dañada de toda la escultura.
Unas canaladuras verticales muy similares a las que se
observan en el rostro de la Gran Esfinge.
En muchos casos, las mutilaciones son tan evidentes
y localizadas en el órgano nasal, como para descartar que
se trataba de deterioros accidentales, o que los causantes
o autores de esos destrozos fueron simples viajeros o
turistas que buscaban obtener así trozos de piedras como
‘recuerdos’ o ‘talismanes’. Destruir intencionadamente la
nariz de una imagen o escultura tendría para los egipcios
un simbolismo mágico, cuya finalidad sería acabar con el
poder o el espíritu de la imagen, y destruir la ‘vida eterna’
de la persona representada.
Existen diversas referencias sobre hechos conocidos,
en el sentido de que a la muerte de algunos faraones, sus
nombres y sus efigies eran ‘borrados’ de los bajorrelieves
y las pinturas por orden de sus sucesores. Una evidencia
clara acerca de esa clase de procedimientos figura en una
estela de execración, encontrada en una tumba del Valle
de los Reyes, en la que según sus traductores, pueden
leerse frases como esta: «Que sean aniquilados quienes
atacan mi Nombre, mis efigies, las efigies de mi Doble y
mi Fundación...»
El caso de la Esfinge no es único ni casual, porque
muchas esfinges, que representan los rostros de algunos
faraones, también se observan los mismos deterioros en
la nariz, intencionados sin duda, como por ejemplo la
211
 

Esfinge de Tanis, cuyo rostro está totalmente intacto, al


igual que el resto de la escultura, excepto en la nariz, que
presenta un corte longitudinal en la parte inferior, tan
profundo y preciso que parece hecho por un experto
escultor, utilizando un cincel o una herramienta muy
dura para provocar un corte semejante.

Esfinge de Tanis.

Son tan numerosas las estatuas y efigies de faraones


y destacados personajes de aquella época que fueron
deterioradas en la misma forma, que esas acciones no se
pueden atribuir a la casualidad: la mutilación de la nariz
fue realizada intencionadamente. Las causas de esos
deterioros podrían atribuirse a las caídas accidentales, o
acciones vandálicas de invasores, o a daños sufridos en
los trabajos de excavación o traslado de esas estatuas.
Sin embargo, si se observan detenidamente, pocos de
esos deterioros pueden atribuirse a acciones fortuitas,
sino que obedecerían a una intencionalidad manifiesta.
La rotura del órgano nasal en efigies o estatuas tendría
como intención lo que ya se ha señalado: destruir el
“signo de vida” de la estatua, significaría privar de la vida
eterna al personaje en ella representado. En algunos
casos ese detalle es tan preciso que resulta demasiado
elocuente como para considerar que se trataba de actos
casuales o accidentales.
212
 

Un ejemplo de todo esto, que resulta incuestionable


y que parece evidenciar ese tipo de acciones, sería el del
faraón Sesostris III, de la XII Dinastía, del cual existen
tres efigies que le representan en tres épocas diferentes
de su vida: la juventud, la madurez y la senectud. Los
tres bustos fueron intencionadamente desfigurados con
la nariz rota, al igual que ocurre con una pequeña esfinge
sedente que le representa, con forma de león y su rostro,
en el cual únicamente falta el órgano nasal que presenta
las marcas de dos ranuras causadas por un cincel.
«Durante los 20 años posteriores a la muerte de la
reina Hatshepsut, el faraón Tutmosis III, aparentemente,
emprendió una campaña de ensañamiento contra todo
aquello que recordaba a su tía-madrastra, y ordenó la
eliminación sistemática de su nombre y de sus imágenes
de todos los edificios donde habían sido inscritas o
colocadas.»
Se pueden observar muchos ejemplos que presentan
esa misma evidencia, como el de Senenmut, un poderoso
funcionario, gran visir, ‘sumo administrador’, tutor de la
princesa Neferure, hija de la reina-faraón Hatsetsup,
quien al parecer concedió a Senenmut unos privilegios
especiales y grandes riquezas, lo que motiva que algunos
autores conjeturen que pudieron ser amantes. Esa reina,
madre del faraón Tutmosis III, reinó como un varón, lo
cual pudo ser considerado por los sacerdotes como una
aberración contra el imperio, lo que provocó que los reyes
que gobernaron con posterioridad ‘se esforzaran por
borrar su rostro de la historia’.
En varias efigies y estatuas que se conservan de
aquellos personajes, se percibe sin lugar a dudas que
fueron desfiguradas intencionadamente, ya que el único
deterioro que presentan se encuentra en el rostro, que
presenta la nariz rota o amputada. Es un efecto que se
puede apreciar con total nitidez en unas esculturas de
Senenmut con la princesa Neferure. En una de ellas que
tiene forma de cubo se aprecia claramente que el único
deterioro corresponde a la nariz de Senenmut, un daño
213
 

que por la propia forma de la escultura resulta imposible


que pudiera haber sido causado por una caída fortuita,
por lo que se ha de deducir que la nariz fue destruida de
forma intencionada.

Estatuas sedente y de cubo de Senenmut con Neferure

Para nuestra forma actual de enfocar determinadas


cuestiones, lo normal y lo más fácil hubiera sido que
destruyeran por completo esas esculturas, y de esa forma
quedarían borrados de la historia el recuerdo de aquellos
personajes, sin embargo, parece evidente que el objetivo
era destruir el “signo de vida” que proporcionaba la nariz
a esas imágenes, resultando curioso que muchas de esas
acciones fueron ejecutadas en esculturas pertenecientes
a personajes que cayeron en desgracia o en desprestigio.
Evidencias de las que podemos mostrar numerosos
ejemplos, como el busto del faraón Amenenhat III o el de
la reina Sebeknefrure, en los que el único deterioro es la
rotura de la nariz, fruto sin duda de una intencionalidad
manifiesta, ya que el resto de rasgos faciales están bien
conservados, lo cual también lleva a descartar que la
rotura de la nariz fuera debido a una caída accidental.
214
 

Amenenhat III Sebeknefrure

Las siguientes imágenes son de otra estatua sedente


de un faraón, en la que se aprecia con total nitidez como
la nariz fue destruida de forma intencionada, ya que ese
deterioro nunca pudo ser debido a una caída accidental;
por la forma de la escultura parece imposible que pudiera
llegar a caer de frente, y de haber ocurrido así, la barba
falsa también hubiera sufrido daños.

Estatua sedente y detalle del rostro del faraón

Por la forma y disposición de dicha estatua cabe


deducir que lo lógico, en el supuesto de haber sufrido
una caída accidental, esta se hubiera producido en
215
 

dirección lateral, ya que es muy difícil que pudiera llegar


a caer de frente, y mucho menos como para asumir que
el único deterioro causado fue precisamente en la nariz.
Observando con detalle el rostro de la estatua se aprecia
una profunda muesca vertical que ocupa toda la zona del
apéndice nasal, causada con una herramienta dura e
incisiva, con la que dañaron exclusivamente la nariz, ya
que otros aspectos del rostro, como ojos, labios, pómulos,
barbilla, barba falsa, etc. están perfectamente intactos.
Y otro detalle curioso que se observa en esa estatua,
es que también le fue destruido el ‘Ureus’, probablemente
de forma intencionada, el símbolo de soberanía, realeza,
poder y autoridad divina que portaban los faraones sobre
la frente, que era una especie de serpiente, una cobra
egipcia o áspid. Y resulta llamativo porque también en la
Gran Esfinge parece que falta ese símbolo y con igual
apariencia de haber sido destruido con intención.
En fin, que los ejemplos son numerosos y evidentes.
La gran mayoría de efigies y estatuas que tienen la nariz
dañada o rota, exclusivamente ese apéndice, obedece sin
duda a una clara intencionalidad, fruto de las creencias
místicas y religiosas que tenían en aquella época. Esas
acciones, o esa forma de obrar tenían que obedecer a
creencias o ritos practicados con unos objetivos muy
claros para los antiguos egipcios, y que quizás formaban
parte de lo que las sociedades secretas llamaban magia.
Numerosas efigies, estatuas y esculturas de aquellas
épocas en Egipto se conservan en perfectas condiciones,
y también muchas que presentan deterioros o roturas
que son fruto evidente del paso del tiempo, o de caídas
accidentales, o destrucciones por causas naturales. Por el
contrario, las efigies o esculturas únicamente dañadas en
el apéndice nasal, y además de una forma exhaustiva,
elocuente, directa, e intencionada, pueden tener un
significado mucho más profundo, ya que sugieren que el
hecho de romper o mutilar la nariz, de dañarla con saña
en ese único órgano, tendría un sentido trascendental en
el devenir eterno del ser representado...
216
 

«Mutilar la imagen de un ser humano, haciendo


simultáneamente desaparecer su nombre, es como
aniquilarla para siempre, destruyendo su vida terrestre y
divina.»
Eran acciones que obedecían a creencias religiosas y
mágicas, ordenadas por los propios sacerdotes egipcios, y
ejecutadas de forma consciente, con esmerada precisión,
como detalla significativamente Robert Schoch en uno de
los relatos de una visita a un templo egipcio: «El 27 de
septiembre de 2003, John Anthony West y yo estábamos
hablando en el Templo de Osiris en Abydos, mirando los
relieves de las paredes del templo que aparentemente,
metódica y sistemáticamente, tenían algunas zonas
cinceladas y desfiguradas, mientras que otras partes se
habían dejado intactas, sugiriendo que no se trata de
vandalismo tardío o daños producidos por cristianos,
sino desfiguraciones rituales o concretas que se hicieron
con toda intención por los antiguos para “matar” el
templo o neutralizar su magia al final de la vida del
templo, o cuando el ciclo del templo llegara a su fin.»
No resulta fácil encontrar claras referencias en textos
egipcios para justificar estos propósitos, o despropósitos,
aunque existe alguna que sí podría ser interpretada con
ese sentido. Es una piedra o lápida conocida como la
‘Estela del Hambre’, de la época ptolemaica, que se
encuentra en la isla de Sehel, en Asuán, que tiene escrito
un fragmento según el cual el dios Khnum se presenta en
sueños al faraón Zoser. «... A continuación se le apareció
Khnum en sueños y le habló: Soy Khnum, tu creador.
Mis brazos te rodean para proteger tu cuerpo, soy el
señor de la creación que se ha creado a sí mismo, el gran
océano, que estaba aquí desde el principio de los tiempos,
el Nilo que fluye según mi propia voluntad. Yo haré crecer
el Nilo para ti, el hambre acabará, los corazones de los
egipcios rebosarán más que antes de alegría. Doy forma a
todo el mundo. Guío a todos los hombres cuando llega su
hora. Tatanen, padre de los dioses, el Gran Shu, arriba
en el cielo. La capilla en donde yo vivo tiene dos puertas.
217
 

Cuando yo abro el manantial, sé que Hapy acaricia los


campos, un abrazo que colma cada nariz con vida,....»
De la significación de dicha Estela existen opiniones
y comentarios que suelen reflejarse en numerosos libros
y publicaciones, como el siguiente: «Los antiguos egipcios
creían que el Ka, o la ‘energía vital, había sido creada por
el dios Khnum, una divinidad originaria de Filé y de la
ciudad de Elefantina, que solía ser representada como un
hombre con cabeza de carnero, tocado con la Corona Atef
y con cuernos ondulados. Según los llamados Textos del
Templo de Esna, Khnum utilizó el barro formado con
tierra y agua del Nilo para crear con sus propias manos a
los dioses, a los hombres y a todos los seres vivos, a los
que moldeó y modeló en su torno de alfarero, dándoles
después un ‘soplo de vida’ por medio de las palabras
mágicas surgidas de su boca. Rito semejante a un tipo de
magia vinculada a las llamadas ‘figuras de sustitución’
halladas en las tumbas egipcias y que era muy habitual
en el antiguo Egipto.»
Y como este otro: «Re, el Padre de todos los dioses,
era el dios solar más importante del panteón divino. Éste
regía la creación, el mundo terrestre y el celestial. En
Heliópolis, capital religiosa, se erigieron templos solares,
obeliscos y grandes pirámides en su honor. Según
explicaciones cosmogónicas, cada mañana renacía bajo el
aspecto de un niño saliendo de una flor de loto. Esa flor
se representaba frecuentemente en el ámbito funerario,
dada su relación con el renacer. De hecho, fue en la
tumba de Tutankhamón, donde se halló una figura de
madera con la representación del joven faraón saliendo
de entre los pétalos de un loto abierto. Orientada al sol
durante el día y escondida bajo el agua durante la noche,
emitía un fuerte aroma considerado ‘aliento de la vida’.»
Resulta curioso pues, considerar que este pequeño
detalle podría tener gran trascendencia. Dada la enorme
importancia que los antiguos egipcios otorgaban a la vida
después de la muerte, cabe suponer que igualmente le
daban una importancia extraordinaria a la función que la
218
 

nariz significa para esta vida. Resulta que para los seres
humanos el signo de la vida se inicia con la respiración
y concluye al dejar de respirar. Y es porque es el signo
externo más evidente de que la vida se sustenta en la
acción de respirar. Una función vital que está claramente
representada en el rostro humano en la forma del órgano
nasal, en la nariz. Porque a diferencia de cualquier otra
especie animal, es un apéndice cuya forma recuerda sin
duda una estructura piramidal.

    

¿Qué razones o motivos tuvieron los hombres más


poderosos de la época, los faraones y sacerdotes egipcios,
los guardianes de los conocimientos sagrados de aquella
cultura, para llevar a cabo tan descomunales y perfectas
construcciones como son las pirámides? ¿Podrían tener
esas construcciones alguna relación con el órgano de la
respiración? ¿O con la función de la respiración? ¿O era
importante este órgano por otras motivaciones?
Hemos visto en un capítulo anterior, que la pirámide
de Kefrén pudo ser una representación arquitectónica de
la nariz humana o de la función de la respiración. Si se
analiza la estructura de una pirámide desde una óptica
primitiva, elemental, casi pueril, se puede determinar que
su forma recuerda la forma de ese órgano nasal. Si se
visualiza o se fotografía una pirámide desde una posición
perpendicular a una de sus aristas, la perspectiva es
semejante a la estructura frontal de una nariz.
219
 

Y si un rostro se mira desde una perspectiva lateral,


la inclinación triángulo-piramidal de la nariz respecto a la
frente o la cara, entonces la evidencia es incuestionable.
Un detalle muy significativo que se aprecia en la
Gran Pirámide es la concavidad existente en sus cuatro
caras, ya que presentan una disminución progresiva en
las apotemas de los triángulos de las caras, desde las
esquinas y la cúspide hasta el centro de la base, cuya
reducción media se estima en unos 92 centímetros.

El efecto relámpago en la Gran Pirámide

Este curioso efecto da lugar al conocido como “efecto


relámpago” se produce coincidiendo con las fechas de los
equinoccios y se pone de manifiesto al incidir la luz del
Sol sobre las caras de la pirámide, proyectando diferentes
tonalidades de sombras en sus caras, lo que permite
apreciar con total nitidez la mencionada disminución. El
citado efecto produce la sensación de que fueran cuatro
los prismas triangulares unidos entre sí, configurando
entre los cuatro lo que se podría considerar que fuera
una representación simbólica de “cuatro narices” unidas
por sus costados posteriores, tal como se simula en la
imagen que representa el ‘efecto relámpago’ de dos de las
caras de la Gran Pirámide en un dibujo con perspectiva
frontal, con el efecto de dos triángulos, un estructura que
recuerda los rasgos estilizados de la nariz.
Puede resultar aparatoso plantear que esa similitud
entre el órgano nasal en los seres humanos y la forma
piramidal pudo ser una de las razones que motivaron a
220
 

los antiguos egipcios a edificar monumentos adoptando


las estructuras piramidales con ese propósito. Hubieron
de existir poderosas razones para que los egipcios y otros
pueblos de la antigüedad se lanzaran a emprender unos
trabajos descomunales, y aunque sin duda la analogía
entre la nariz humana y una pirámide parece evidente,
dichas razones tuvieron propósitos religiosos y sagrados.
Si los egipcios consideraban la nariz como el órgano
de la respiración y sustento de la vida, y en consecuencia
destruirla en imágenes y esculturas significaba privarlas
de la vida o del espíritu del ser representado en ellas,
surgen inevitablemente nuevas incógnitas, puesto que la
respiración es una función que también se puede realizar
a través de la boca, por tanto ¿por qué la destrucción de
la nariz y no la destrucción completa de esas efigies y
esculturas? ¿Qué misterios se ocultan tras esos rituales o
supuestos actos de magia?
Hemos visto que a las estructuras piramidales se les
atribuyen influencias energéticas, fuerzas o poderes
indeterminados, alguna conexión o vínculo con el agua o
la humedad, pero ¿tendrían algo que ver con el órgano
nasal? Queda pues para la reflexión y análisis posterior
la función que pudo tener para los antiguos egipcios, en
sus conocimientos reales y sus prácticas religiosas o
mágicas... este órgano vital.
221

IV

ELECTRICIDAD NATURAL

«Yo soy la Naturaleza, la madre universal,


señora de todas las cosas, la progenitora original
de todos los mundos, hija primordial del tiempo,
soberana de todo lo espiritual, reina de la muerte,
también reina de los inmortales, la única
manifestación de todos los dioses y diosas que
existen. Mis órdenes gobiernan las brillantes
alturas del Cielo, las brisas marinas, los lamentos
del silencio del mundo. Aunque soy adorada de
muchas maneras, conocida con innumerables
nombres, y aplacada con todo tipo de ritos, todo el
mundo me venera.... los egipcios que sobresalen
en los antiguos conocimientos y me adoran con
ceremonias propias de mi divinidad me llaman por
mi verdadero nombre, Reina Isis.»

En un planeta como la Tierra que recibe constante y


permanentemente la luz y el calor de una estrella, el Sol,
concurren todos los elementos y condiciones necesarias,
no solo para el desarrollo de la vida, sino también para la
generación de energía, especialmente la energía eléctrica,
de la cual sería una fuente inagotable. En la Naturaleza
se genera la electricidad dinámica de una forma natural,
constante y en cantidades ingentes, y si se pudiera usar
a voluntad mediante algún ingenio o artificio, no existiría
222 
 

la problemática de la escasez energía mundial, o falta de


recursos energéticos que, según vaticinan los expertos,
más pronto que tarde acabarán agotándose.
Esa forma dinámica de generación de la electricidad
natural, puede ser un ‘secreto muy bien guardado’ que la
Naturaleza parece mantener oculto aunque esté a la vista
de todos. Porque en la física de la Naturaleza, todo parece
ser un misterio, un sinfín de secretos encadenados, unos
conocimientos ocultos que para ser conocidos requieren
el esfuerzo y la observación de los seres humanos, por la
necesidad de desentrañarlos para poder comprenderlos.
El calor solar es una fuente de energía disponible en
sí mismo, y la más importante, pero no es la única. Casi
todos los elementos tienen propiedades o características
que los convierten en posibles fuentes de energía, unos
más que otros, pero de entre todos ellos destaca el agua.
Y es precisamente el agua donde trataremos de buscar
sus secretos, ya que se trata del elemento por excelencia,
el elemento que encierra en su interior las claves, los
porqués de su extraordinaria fuerza. Es una fuerza que
se puede transformar o convertir en energía... y de muy
diversas formas.

Elementos y propiedades

Los antiguos consideraron que eran cuatro los


elementos básicos que componen la naturaleza de todas
las cosas animadas e inanimadas: El Agua, el Aire, la
Tierra y el Fuego. A dichos elementos se les atribuyen
diferentes propiedades que surgen de la influencia o la
combinación de unos factores variables: calor-frío-seco-
húmedo.
«La teoría de los cuatro elementos, heredada de la
Antigüedad y desarrollada especialmente por Aristóteles -
tierra, aire, agua y fuego-, ligados entre sí por otras
tantas propiedades: calor, frío, sequedad y humedad.»
223

Los alquimistas atribuyeron a cada uno de los cuatro


elementos unas propiedades o características específicas,
así, el aire es un elemento cálido y húmedo, el agua es
fría y húmeda, la tierra es fría y seca, y el fuego es cálido
y seco.
La consideración de esos elementos y propiedades
elementales se pueden encontrar en todos aquellos libros
que tratan sobre la Alquimia, de los que nos pueden ser
de gran interés conocer algunas de las atribuciones que
les dieron los antiguos. A modo de ejemplo seleccionamos
algunas citas del libro Las Enseñanzas Secretas de Todos
los Tiempos, de Manly P. Hall.
«Los primeros elementos son el aire, el agua y el
fuego; el fuego está arriba, el agua está abajo, y el aliento
del aire crea el equilibrio entre ellos. El calor se creó a
partir del fuego; el frío a partir del agua, y el estado
templado del aire, que los equilibra. En el ser humano
(masculino y femenino) la cabeza se formó a partir del
fuego; el abdomen a partir del agua, y el pecho (tórax),
del aire, que los equilibra.»
«Como el cuerpo físico del hombre tiene cinco
extremidades definidas e importantes (dos piernas, dos
brazos y una cabeza que gobierna a las cuatro primeras),
el número cinco ha sido aceptado como símbolo del
hombre. Con sus cuatro esquinas, la pirámide simboliza
los brazos y las piernas y, con el vértice, la cabeza, con lo
cual indica que un solo poder racional controla cuatro
esquinas irracionales. Las manos y los pies se usan para
representar los cuatro elementos, de los cuales los dos
pies son la tierra y el agua, y las dos manos el fuego y el
aire. Por lo tanto, el cerebro simboliza el quinto elemento
sagrado, el éter, que controla y une a los otros cuatro. Si
las pies están juntos y los brazos están abiertos, el
hombre simboliza la cruz, con el intelecto racional como
cabeza o extremidad superior.»
«Según enseñaban los primeros filósofos, cada uno
de los cuatro elementos primarios tiene su análogo en la
cuádruple constitución terrestre del hombre. Las piedras
224 
 

y la tierra corresponden a los huesos y la carne; el agua,


a los distintos fluidos; el aire, a los gases, y el fuego, al
calor del cuerpo. Como los huesos son el marco que
sostiene la estructura corporal, se pueden considerar un
emblema adecuado del espíritu: el fundamento divino que
sostiene el tejido complejo formado por la mente, el alma
y el cuerpo.»
«Los griegos creían que el mundo, el universo
material, estaba compuesto por cuatro elementos -tierra,
aire, fuego y agua - y para la mente griega era inevitable
la conclusión de que las formas de las partículas de los
elementos eran las de los sólidos regulares. Las
partículas de tierra eran cúbicas, porque el cubo era el
sólido regular que poseía más estabilidad. Las partículas
de fuego eran tetraédricas, porque el tetraedro era el
sólido más sencillo y, por lo tanto, el más ligero. Las
partículas de agua eran icosaédricas, precisamente por el
motivo contrario, mientras que las partículas de aire,
como intermedias entre las dos últimas, eran octaédricas.
Los pitagóricos enseñaban que los elementos de tierra,
fuego, aire y agua estaban impregnadas de una sustancia
llamada ‘éter’, que es la base de la vitalidad y la vida.»
«El doctor Sigismund Bacstrom creía que si un
médico podía establecer armonía entre los elementos de
la tierra, el fuego, el aire y el agua, y podía unirlos en una
piedra -la piedra filosofal- simbolizada por la estrella de
seis puntas, -o por los dos triángulos entrelazados-,
dispondría de los medios precisos para curar todas las
enfermedades. El doctor Bacstrom afirmaba, además, que
a él no le cabía la menor duda de que el fuego (el espíritu)
universal y omnipresente de la naturaleza ‘lo hace todo y
lo es todo en todo’. Por el calor, atracción, repulsión, el
movimiento, la sublimación, evaporación, desecación,
condensación, coagulación y fijación, el fuego -el espíritu-
universal manipula la materia y se manifiesta en toda la
creación. Cualquier individuo que comprenda estos
principios y los adapte a los tres departamentos de la
naturaleza se convierte en un verdadero filósofo.»
225

«El elemento agua de los filósofos antiguos se ha


convertido en el hidrógeno de la ciencia moderna: el aire
se ha convertido en oxígeno; el fuego en nitrógeno y, la
tierra en carbono.»
Pueden resultar chocantes unas referencias directas
y expresivas a unos conceptos que son por excelencia los
que con mayor profusión se utilizan en la Alquimia, una
ciencia de la antigüedad muy compleja en sí misma y que
requería ser un iniciado en la utilización de esos
conceptos para poder progresar con éxito en los
conocimientos y alcanzar el fin que perseguía: obtener la
piedra filosofal y el elixir de la eterna juventud. Una
inmensa colección de conocimientos ocultos que tuvo un
auge impensable durante la Antigüedad y la Edad Media,
y que ha llegado hasta nuestros días como una ciencia
precursora de la Química.
La palabra ‘alquimia’ proviene etimológicamente del
árabe ‘al-khimia’ o ‘al-kimiya’. Si consideramos este
término de una forma simple, la desinencia ‘al’ en las
palabras árabes es sinónimo de ‘agua’ o se utilizaba para
designar todas aquellas cosas que tengan relación con el
‘agua’. Por tanto, la palabra ‘alquimia’ vendría a significar
algo así como ‘química del agua’.

Algunos conceptos elementales

Todos estos conceptos que se han destacado en las


referencias anteriores, expresan de una manera muy
elemental la base de muchos de los fenómenos que se
dan en los elementos que componen la Tierra, el agua y
la atmósfera, que desde hace pocos siglos vienen siendo
recogidos y estudiados por las Ciencias de la Física y la
Química, en las que son tratados con planteamientos
científicos a veces demasiado complejos, pero que para el
propósito que enseguida veremos, resultara conveniente y
226 
 

de gran utilidad tenerlos presentes para analizar algunos


fenómenos que relataremos en los siguientes apartados.
Además de los conceptos básicos sobre los elementos
y propiedades, deberíamos prestar atención a pequeños
detalles que suelen pasar desapercibidos y que pueden
tener una importancia vital cuando observamos ciertos
fenómenos que se generan en la naturaleza. Serán todos
aquellos en los que se manifiesten movimientos, fuerzas,
energías, electricidad...
«Actualmente sabemos que la influencia del Sol, la
Luna y las corrientes eléctricas de la ionosfera producen
variaciones en el campo magnético terrestre. Estas
variaciones originan a su vez corrientes eléctricas que,
utilizando el suelo como conductor, circulan por el
mismo según líneas de menor resistencia como las fallas
geológicas o los arroyos subterráneos.»
«Cuando se produce un deslizamiento de dos
terrenos uno sobre el otro, el corrimiento de las capas
geológicas pone en contacto tierras de distinta naturaleza
y humedad, y entonces se produce un fenómeno bien
conocido, utilizado en el termómetro de aguja. Cuando se
ponen en contacto dos materias distintas, toda variación
de temperatura origina una corriente eléctrica. Es un
fenómeno que puede ser débil o fuerte, según las
materias empleadas, pero que es constante. Así, pues,
dondequiera que exista una falla de terreno, todo cambio
de temperatura engendra una corriente eléctrica, y como
consecuencia aparecerá un campo magnético, que puede
tener una mayor o menor influencia, en función de su
magnitud.»
«El movimiento de las aguas subterráneas produce
una corriente eléctrica, que se manifiesta por medio de
un campo magnético; un campo de fuerzas que los
individuos sensibilizados pueden percibir muy bien y que
les permite detectar el agua; es lo que ocurre con los
zahoríes y los animales.»
227

El nitrógeno es un gas abundante que se encuentra


en la atmósfera y un elemento químico que forma parte
de numerosos compuestos orgánicos. Está presente en la
naturaleza en cantidades mayores que el agua, por lo que
parece ser otro de los elementos fundamentales ya que,
debido a sus propiedades, podría ser determinante como
fuente de energía inagotable. Entre sus características
figuran «su elevada electronegatividad y cuando su carga
es neutra, tiene cinco electrones en el nivel más externo,
comportándose como trivalente en la mayoría de los
átomos estables que forma. Por su composición química
molecular se define como un gas inerte que no se dilata
con la fricción o el movimiento.»
Resultará interesante analizar con detenimiento los
mecanismos que intervienen en las distintas condiciones
atmosféricas de dan lugar a determinados fenómenos que
observamos en la naturaleza. Algunos de esos fenómenos
son el resultado o la consecuencia de las energías que se
liberan cuando concurren determinadas condiciones en
presencia de determinados elementos, cuyas propiedades
químicas o físicas intervienen, quizás decisivamente, allí
donde se desencadenan esos fenómenos: lluvias, vientos,
tormentas, tempestades, granizos, nieblas...
De forma especial hemos de observar los fenómenos
de tormentas, donde algunos de esos elementos -vapor de
agua, nitrógeno, oxígeno- presentes en los escenarios en
los que se forman las tormentas, tienen las propiedades
idóneas por las que ceden o desprenden cargas eléctricas
masivamente y de forma espontánea. Puesto que si lo que
pretendemos es encontrar formas de obtener o generar
electricidad, lo que debemos hacer es prestar especial
atención a esos elementos, a sus propiedades y a las
condiciones que están en el origen de esas ingentes
cantidades de energía que, como observamos, se liberan
permanentemente en la naturaleza.
228 
 

El agua, fuente de energía


«La fuerza vital de la tierra es el agua. Dios modeló la
tierra con agua. También la sangre la hizo de agua.
Incluso en una piedra existe esta fuerza.»

NOTA: Este apartado es reproducción del que figura en mi libro  


http://www.bubok.es/libros/212754/EL-AGUA-VIDA-ENERGIA-Y-RIQUEZA

Las distintas fases del ciclo natural del agua son


aprovechadas como fuentes para la obtención de energía.
Una de ellas, la hidroeléctrica, ha sido y seguirá siendo
una de las fuentes clásicas de producción de energía
eléctrica. El proceso es elemental. Cuando el vapor de
agua de las nubes se condensa y cae sobre la tierra en
forma de lluvia, sobre los montes o cordilleras, al volver
al estado líquido recupera la densidad y el peso original,
y por el efecto de la gravedad, cobra una gran fuerza al
caer por grandes saltos. Dicha fuerza es aprovechada
acumulando el agua en embalses y presas, construidas
en los desniveles orográficos y se deriva a través de unos
conductos que mueven unas turbinas con las que se
genera la electricidad. Otra de las formas de producir
energía a partir del agua, consiste en aprovechar su
estado gaseoso, aplicando la energía térmica de forma
artificial, lo que la convierte en vapor del agua que se
acumula aumentando considerablemente su volumen y
su presión, lo que origina una gran fuerza que se deriva a
través de conductos hasta los generadores para obtener
electricidad. De la misma forma, esa energía se utilizó en
otras épocas como fuerza para mover diversos motores de
vapor, en trenes, barcos, coches...
Es la curiosa paradoja: El agua en estado gaseoso no
tiene peso específico debido a su baja densidad; en
cambio al volver al estado líquido recupera su densidad
original, ganando en masa y en el peso que fue ‘diluido’
229

por la acción térmica del calor. De esa forma, el agua al


recuperar peso y por el efecto de la gravedad puede ser
utilizada como fuerza motriz para mover generadores y
obtener electricidad. Por otra parte, si se produce vapor
de agua de forma artificial, debido a la presión que
acumula también puede ser utilizada como fuerza para
mover los generadores, con lo que igualmente se obtiene
electricidad. En cambio y de forma opuesta, el vapor de
agua liberado y condensado en la atmósfera, al no tener
densidad tampoco tiene peso, ni acumula presión, con lo
cual ‘desaparecen’ esas fuerzas y en ese estado gaseoso
no existe la posibilidad de ser utilizada como una fuente
de energía... aunque esto quizás sea solo aparentemente,
porque la energía siempre está, sólo se transforma.

Humedad

Un constante y permanente fluir de vapor de agua se


genera como consecuencia de la insolación de los rayos
solares sobre las superficies de océanos, mares o masas
de agua, y se entremezcla en la atmósfera, con los fluidos
gaseosos que la componen, y que absorben esa humedad,
que se va incrementando de forma progresiva y se reparte
irregularmente, en función de otras dos condiciones o
factores: temperaturas y presiones. Esta característica es
conocida como ‘humedad relativa del aire’, que significa
que en la atmósfera siempre hay contenida determinada
cantidad de agua, por pequeña que sea, en todas partes y
lugares, desde los ambientes húmedos, tropicales, hasta
los más áridos y secos como los grandes desiertos.
«Una masa de aire no puede contener una cantidad
ilimitada de vapor de agua. Hay un límite a partir del
cual el exceso de vapor se licúa en gotitas. Este límite
depende de la temperatura ya que el aire caliente es
capaz de contener mayor cantidad de vapor de agua que
230 
 

el aire frío. Así, por ejemplo, 1 m³ de aire a 0ºC puede


llegar a contener como máximo 4,85 gramos de vapor de
agua, mientras que 1 m³ de aire a 25ºC puede contener
23,05 gramos de vapor de agua. Si en 1 m³ de aire a 0ºC
intentamos introducir más de 4,85 gramos de vapor de
agua, por ejemplo 5 gramos, sólo 4,85 permanecerán
como vapor y los 0,15 gramos restantes se convertirán en
agua. Una masa de aire está saturada cuando su
humedad relativa es del 100%.»

Temperatura

La temperatura es la cantidad de calor que posee el


aire de la atmósfera. Influye sobre la misma la acción de
los rayos solares, ya que el Sol es la principal y mayor
fuente de calor de la Tierra. La distribución irregular de
las temperaturas existentes sobre las distintas zonas a lo
largo de la superficie terrestre depende de gran cantidad
de factores que influyen sobre la misma. Un fenómeno de
especial importancia es que el gradiente de temperatura
de la atmósfera terrestre varía con la altitud. La relación
entre la altitud y la temperatura es variable en función de
las distintas capas de la atmósfera que la componen:
troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera.
«La radiación solar es la principal fuente de energía
térmica y prácticamente la única para la atmósfera de
nuestro planeta. Esta radiación solar nos llega en forma
de insolación: rayos de luz y de calor con diferentes
longitudes de onda que constituyen el espectro visible,
los rayos luminosos, los de menor longitud de onda no
visibles, los rayos ultravioleta, y los de mayor longitud de
onda, los rayos infrarrojos, que tampoco son visibles. Así
pues, el espectro visible se encuentra en el medio del
espectro constituido por la radiación solar que llega a
231

nuestro planeta, y más específicamente, a la atmósfera


terrestre y a la superficie de océanos y mares.
«La radiación solar atraviesa la atmósfera sin
calentarla, porque el aire es diatérmano, es decir, permite
atravesar los rayos solares sin calentarse. Esta radiación
solar, al llegar a la superficie terrestre o marítima se
transforma aumentando su longitud de onda, y calienta
tanto las aguas como el suelo y las capas inferiores del
aire. Así, este calentamiento de la atmósfera terrestre no
es directo sino indirecto, a partir de los rayos infrarrojos
de mayor longitud de onda que son re-emitidos por la
superficie terrestre caliente. No obstante en determinadas
condiciones, como el fenómeno de la inversión térmica,
esto puede variar y el gradiente negativo se transforma en
positivo, es decir, aumenta según asciende. Se pueden
distinguir dos tipos de inversión térmica: la inversión de
gran altura, consecuente a una convergencia frontal,
cuando una masa de aire caliente es forzada a ascender
dinámicamente, y la inversión de superficie, que se
produce en situaciones de anticiclón térmico, cuando el
aire desciende por el enfriamiento, y esa pérdida de
temperatura es mayor en capas bajas que en las altas.»
Diferentes temperaturas y presiones que varían de
forma cíclica y permanente por toda la atmósfera, se dan
en función de la altitud tomada desde la superficie del
mar, tal como se observan en el siguiente cuadro.
232 
 

Presión atmosférica

«La presión atmosférica puede ser considerada como


el peso de una columna de aire imaginaria. Al igual que
la temperatura, la presión disminuye con la altura. La
presión atmosférica es generalmente medida en milibares
(mb). Esta unidad de medida es equivalente a 1 gramo
por centímetro cuadrado. También son utilizadas otras
unidades, como bares, atmósferas, o mms. de mercurio.»
La presión disminuye rápidamente con la altura,
pero además hay diferencias de presión entre unas zonas
de la troposfera y otras que tienen gran interés desde el
punto de vista climatológico. Son las denominadas zonas
de altas presiones, cuando la presión reducida al nivel
del mar y a 0ºC, es mayor de 1.013 milibares o zonas de
bajas presiones si el valor es menor que ese número. En
meteorología trabajan con presiones reducidas a nivel del
mar y a 0ºC, para igualar datos que se toman a diferentes
alturas y con diferentes temperaturas y poder hacer así
comparaciones. El aire se desplaza de las áreas de mayor
presión a las de menor, originándose de esta forma los
vientos.

El punto triple del agua

«El punto triple de un elemento es aquel en el cual


coexisten en equilibrio el estado sólido -punto de
congelación-, el estado líquido -punto de condensación-,
y el estado gaseoso -punto de ebullición- de ese elemento.
Se define como la relación variable entre temperatura y
presión, que es lo que determina el estado de un líquido,
en este caso del agua. El punto triple del agua está a una
temperatura de 273,16 K (0,01°C) y a una presión de
611,73 pascal.»
233

El punto triple del agua se puede dar, por regla


general, en determinadas condiciones atmosféricas, en
las que conviven simultáneamente moléculas en esos tres
estados, o que también favorecen que el estado de esas
moléculas cambien rápidamente dando lugar a los
fenómenos de precipitación, en forma líquida o sólida,
acompañada de otros fenómenos atmosféricos, como los
fuertes vientos o las descargas eléctricas, ya que dicha
precipitación depende además de condiciones eléctricas
de la atmósfera, según las cuales, se condensará en
forma de lluvia, o de nieve o de granizo.

H2O

H2O H2O

H2O H2O 
Estructura de las moléculas de agua

Curiosamente, las moléculas de agua se agrupan en


una estructura que tiene una forma piramidal, mientras
que las estructuras de los cristales de hielo o de nieve
tienen una forma hexagonal perfecta.
«Las gotitas de agua en suspensión en un líquido no
acuoso de la misma densidad alcanzan fácilmente el
estado de sobrefusión, y los meteorólogos han reconocido
que las gotitas finalmente dispersadas en las nieblas y en
las nubes pueden permanecer en estado líquido muy por
debajo de los 0º.»
«Al parecer, y al contrario de lo que se cree, el agua
líquida superfría no alcanza el punto de congelación a los
cero grados centígrados, sino que puede enfriarse mucho
más antes de convertirse en hielo. Puede congelarse
hasta los -12,77ºC bajo cero, no solo porque esté a una
temperatura tan extrema, sino porque la estructura
molecular del agua cambia físicamente para crear formas
234 
 

de tetraedro, con cada molécula débilmente unida a las


otras. Los resultados indican que este cambio estructural
de líquido a lo que se conoce como hielo intermedio -una
estructura entre hielo y líquido- explica el misterio de qué
determina la temperatura a la cual el agua se congela.»
Estas propiedades tan significativas únicamente se
encuentran en el agua, que es el único elemento de la
naturaleza que puede presentar ese ‘punto triple’, los tres
estados de la materia -sólido, líquido y gaseoso- de forma
simultánea o sucesiva, en determinadas circunstancias y
en zonas o áreas de la atmósfera, allí donde concurren
condiciones muy específicas que, como hemos visto, son
las que originan que el agua cambie a esos tres estados
en muy breves espacios de tiempo, y esos movimientos
cambiantes del estado de la materia a su vez, dan lugar a
movimientos en la estructura de sus moléculas, lo que
puede ser origen del desprendimiento de cargas eléctricas
que se observan en algunos fenómenos atmosféricos.
Un detalle de gran trascendencia que se atribuye a
las extraordinarias propiedades del agua.

Polaridad de las moléculas de agua

Una molécula de cualquier elemento está polarizada


cuando situada en un campo eléctrico se orienta con un
lado hacia el polo positivo y con otro hacia el negativo.
Sucede esto porque, aunque la molécula en conjunto no
tiene carga eléctrica, en cambio la distribución de cargas
dentro de la molécula no es homogénea, y una zona tiene
un incremento de carga positiva mientras que otra zona
lo tiene de carga negativa.
«Las moléculas de agua son muy polares, puesto que
hay una gran diferencia de electronegatividad entre el
hidrógeno y el oxígeno. Los átomos de oxígeno son mucho
más electronegativos -atraen más a los electrones- que
235

los de hidrógeno, lo que dota a los dos enlaces de una


fuerte polaridad eléctrica, con un exceso de carga
negativa del lado del oxígeno, y de carga positiva del lado
del hidrógeno. Los dos enlaces no están opuestos, sino
que forman un ángulo de 105° debido a la hibridación del
átomo de oxígeno así que, en conjunto, los tres átomos
forman una molécula angular, cargada negativamente en
el vértice del ángulo, donde se ubica el de oxígeno y,
positivamente, en los extremos de la molécula, donde se
encuentran los del hidrógeno. Este hecho tiene una
importante consecuencia, y es que las moléculas de agua
se atraen fuertemente, adhiriéndose por donde son
opuestas las cargas. El hecho de que las moléculas de
agua se adhieran electrostáticamente, a su vez modifica
muchas propiedades importantes de la sustancia que
llamamos agua, como la viscosidad dinámica, que es muy
grande, o los puntos de fusión y ebullición, o los calores
de fusión y vaporización -temperaturas-, que se asemejan
a los de sustancias de mayor masa molecular.»
«El profesor ruso Karl Sigmundovich Trincher,
basándose en sus investigaciones sobre las propiedades -
hasta ahora ignoradas- del agua, explica que este líquido
es la sustancia con mayor poder dieléctrico conocida. La
capacidad común es de 10, pero el agua tiene 80. Esta
cualidad dieléctrica origina múltiples anomalías que
desafían las leyes de la Física y la Química. El agua es el
fluido por excelencia; es el solvente universal, y como tal
posee cualidades potenciales, como una conducción casi
perfecta de la electricidad y el magnetismo.»
236 
 

Corrientes oceánicas

Las grandes corrientes oceánicas tienen su origen en


la interacción que surge entre las masas de aguas frías
que proceden de los polos y las masas de aguas cálidas
procedentes de los trópicos, que fluyen hacia el norte o
hacia el sur. Las aguas árticas o antárticas que tienen un
alto contenido en sales, fluyen en corrientes profundas
hacia los trópicos, de forma simultánea a las corrientes
de aguas cálidas de los trópicos que se desplazan por la
superficie hacia los polos norte o sur. Estas reacciones se
generan por el intercambio de temperaturas de calor-frío
o frío-calor, cuyas consecuencias son el permanente
desplazamiento de las aguas oceánicas.

 
Corrientes oceánicas 

Las aguas de los mares tropicales absorben el calor


por la mayor y más directa influencia del sol, se calientan
por la superficie y se enfrían con las aguas que fluyen por
la profundidad, generando dichas corrientes, y creando
un eficaz sistema de transporte de calor del ecuador a los
polos, que abarca a los grandes océanos e influye en las
condiciones de la atmósfera.
«Las influencias de las corrientes oceánicas en el
clima son bien conocidas. Las aguas tropicales son un
sistema de almacenamiento y transporte de una enorme
237

cantidad de calor y dióxido de carbono, de forma que se


distribuyan por el planeta. Como la corriente profunda de
la meseta submarina de Kerguelen, situada en el océano
Índico meridional, que forma parte del sistema global de
corrientes oceánicas, determinantes a la hora de conocer
cuánto calor y carbono puede almacenar el océano. Dicha
corriente transporta a velocidad media de 20 centímetros
por segundo, un volumen de más de doce millones de
metros cúbicos por segundo, de agua procedente de la
Antártida, a menos de cero grados de temperatura y sin
llegar a congelarse, ya que está mezclada con sales y
minerales. Se trata de la corriente más fuerte medida a
profundidades de 3 kilómetros bajo la superficie marina.
Estos sistemas de corrientes profundas realizan una gran
contribución a esta circulación oceánica global.»
Al igual que con la formación de los vientos, en los
océanos concurren unas condiciones específicas, tanto
térmicas como de presión, en cuanto a la variación de
temperaturas y presiones que se dan entre las diferentes
masas o capas de agua, en función de la distancia o la
profundidad que las separan. En tan solo pocos cientos
de metros de profundidad se pueden dar diferencias de
temperaturas de hasta más de 20º, entre aguas que se
encuentran en las mismas zonas. Esas temperaturas van
descendiendo progresivamente desde las aguas próximas
a la superficie hasta las situadas a mayor profundidad.
Las condiciones que concurren en las masas de agua
que componen los océanos y mares, ocasionan, al igual
que en los vientos, que se encuentren en permanente
movimiento y renovación, y por causas de unos factores
similares a los que provocan el movimiento de las masas
de aire en la atmósfera.
238 
 

El Niño

Todos los años, una suave corriente de agua cálida


recorre el Pacífico sur desplazándose hacia la costa de
Ecuador y el norte de Perú, por encima de la corriente de
Humboldt, más fría y profunda, que fluye hacia el norte.
Los pescadores la denominan "El Niño", porque siempre
llega aproximadamente por Navidad. Cada tres o cuatro
años, y por causas todavía desconocidas, se produce un
calentamiento más intenso y extendido en toda la zona
ecuatorial central y el Pacífico oriental. Este aumento de
la temperatura superficial del agua, que suele durar
entre catorce y dieciocho meses, tiene unos efectos tan
acusados en el clima mundial que en la actualidad se
reserva el nombre de El Niño para este fenómeno.
En diciembre, la presión atmosférica sobre el sudeste
del Pacífico es bastante alta, lo cual indica que el aire
desciende, mientras que sobre Indonesia se produce el
fenómeno opuesto: el aire asciende fruto de las bajas
presiones. Cuando se produce El Niño, la situación se
invierte, lo que provoca un cambio en el gigantesco
sistema de circulación alternante sobre dicho océano y
sobre el resto de corrientes atmosféricas del planeta. El
Niño transforma las condiciones climáticas normales: hay
sequía donde debería llover y se producen inundaciones
en zonas normalmente secas.
En el océano Pacífico, los vientos alisios del noroeste
y el sudeste suelen converger a lo largo de la zona
ecuatorial de calma. Los vientos resultantes soplan hacia
el oeste y empujan el agua de la superficie, mucho más
caliente que las aguas profundas. Esto provoca una
elevación del nivel del mar en el Pacífico occidental, de 30
a 70 centímetros, con el correspondiente descenso en el
Pacífico oriental, lo cual permite que el agua fría aflore
desde las profundidades a lo largo de la costa de América
del Sur.
239

«El Niño es el causante de periodos prolongados de


sequías o lluvias en diferentes y distantes áreas de la
Tierra. Mientras dura, grandes cantidades de calor y de
humedad añadidas a la atmósfera por la evaporación de
las aguas cálidas del océano, influyen en la circulación
atmosférica de todo el planeta. Las fluctuaciones en los
sistemas de circulación atmosféricos y oceánicos pueden
provocar desviaciones periódicas en las zonas costeras de
las aguas frías ascendentes con posibles consecuencias
desastrosas. Estos cambios en los patrones de presión
atmosférica y vientos tienen unos efectos muy acusados
en el clima de todo el Pacífico. Por lo general, las altas
presiones dan lugar a un tiempo muy seco que favorece
los incendios y las tormentas de polvo en unas áreas,
mientras que en otras, las bajas presiones dan lugar a
lluvias abundantes, causando graves inundaciones.»
Antes de proseguir, un primer apunte para señalar,
de forma elemental, los factores básicos que determinan
o condicionan los movimientos que hemos relatado: el
calor que procede del sol y el frío que se acumula en los
casquetes polares. Además de esas condiciones térmicas
concurrirán otras circunstancias u otros factores, como
la presión hidrostática causada por el peso del agua. Las
diferentes presiones que se acumulan en las aguas de los
océanos, aumentan progresivamente en función de la
profundidad, lo cual ejercerá una indudable influencia en
la acción de los desplazamientos, como también tendrán
influencia la acción de los vientos que se originan por las
fuertes tempestades. La circulación permanente de las
corrientes oceánicas, en conjunción con los movimientos
de grandes masas de aire en la atmósfera, son como
consecuencia de la ingente liberación o conjunción de
fuerzas que se materializan, junto a otros elementos, por
la ‘energía’ que está confinada en las propiedades físicas
del agua.
240 
 

Fenómenos atmosféricos
La atmósfera que envuelve la Tierra está compuesta
por diversos gases, entre los cuales, los fundamentales
son el Nitrógeno, el más abundante con un porcentaje del
78%, y el Oxígeno con el 20%; el resto, apenas el 2%, son
pequeñas cantidades de otros gases como el Hidrógeno,
el Argón y el Dióxido de Carbono (CO₂). Los gases de la
atmósfera se encuentran concentrados cercanos a la
superficie terrestre, comprimidos por la atracción de la
gravedad, y conforme aumenta la altura, la densidad y la
presión disminuyen progresivamente y con gran rapidez.
La atmósfera contiene también masas variables de
vapor de agua, causadas por la evaporación del agua de
océanos, mares, ríos, lagos, embalses, y la humedad de la
tierra, que a partir de determinada altura se condensa en
pequeñas gotitas líquidas y cristalitos de hielo formando
las nubes, o agua en estado gaseoso que se comporta
como un gas. La cantidad de agua que se evapora está en
función de las temperaturas y del grado de saturación del
aire, pues el aire con humedad relativa baja absorbe gran
cantidad de vapor de agua, mientras que el aire una vez
saturado de humedad ya no admite ese vapor por muy
elevada que sea la temperatura. En el conjunto de la
atmósfera se registran unas condiciones variables, en
función de diversos factores y de la intensidad con que
concurren, causando que se encuentre en permanente
movimiento, dando lugar a una diversidad de fenómenos
atmosféricos que van desde las suaves brisas marinas de
aire húmedo, hasta las grandes borrascas o los violentos
huracanes.
Seguidamente analizaremos con detalle algunos de
esos fenómenos atmosféricos, señalando los factores y
condiciones que concurren en ellos y los efectos que se
desencadenan, para tratar de comprender la física que se
oculta tras estos eventos que ocasionan la liberación de
241

energía, el movimiento de masas de aire, o la liberación


de descargas eléctricas como los relámpagos y los rayos.
Hemos señalado anteriormente la paradoja de que el
agua, tanto en estado líquido como en estado de vapor a
alta presión, acumula grandes fuerzas susceptibles de
ser almacenadas y utilizadas como fuente de energía para
generar electricidad. En la atmósfera, por el contrario, a
partir de determinada altura, el agua se encuentra en
estado gaseoso, en forma de vapor, a muy baja presión, lo
que descarta pensar siquiera en considerar como posible
fuente de energía, por lo que en ese estado carece de
interés económico. Aparentemente, pues debería llamar
más la atención, ya que en determinadas condiciones de
la atmósfera, se observa cómo de ese vapor, en las nubes
de tormenta, se liberan grandes cargas de electricidad.
Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos
hemos sentido un gran temor irracional y a la vez un
especial respeto, hacia los fenómenos que ocurren en los
días de tormentas. El súbito resplandor de las centellas y
los relámpagos, siempre nos ocasionan una sensación de
temor durante la tensa espera mientras transcurren los
interminables segundos hasta escuchar el estruendoso
retumbar de los truenos.
Todos los días, a todas horas, por muchas partes del
planeta, numerosas y distantes, se están produciendo
fenómenos de tormenta, con una actividad permanente y
constante en cuanto a su formación y desplazamientos.
Descargas eléctricas, relámpagos y rayos se suceden de
forma una intermitente, hasta el punto de que el número
de rayos que se desprenden cada día por todo el mundo
se contabilizan por millares. Algunos estudios estiman
que en todo momento, unas 2.000 tormentas eléctricas
están descargando sobre la Tierra, generando unos 100
rayos por segundo. Las tormentas eléctricas se producen
bajo ciertas condiciones atmosféricas, generadas por los
desequilibrios térmicos originados por capas de aire más
frías y densas que se colocan sobre otras más cálidas y
ligeras, pero en las que indefectiblemente siempre están
242 
 

presentes imponentes cumulonimbos, o grandes masas


nubosas cargadas de agua, y en ocasiones de granizo.
Diariamente podemos ver cómo las nubes se mueven
en los cielos, cómo pasan de forma variable y aleatoria,
lenta o rápida; hay días que transcurren completamente
nublados, cubiertos por espesas capas de nubes oscuras
que en ocasiones pasan de largo sin descargar una sola
gota de agua, mientras que en otras pasan días enteros
descargando lluvias. En los días más calurosos, cuando
concurren embolsamientos de aire frío en las capas altas
de la atmósfera, se producen la formación de grandes
cúmulos de nubes llamadas de desarrollo o de evolución,
con la presencia de fuertes vientos cálidos que ascienden
junto con vientos fríos que descienden, y es entonces
cuando comienzan a generarse las descargas eléctricas,
los relámpagos, los rayos y los truenos.
Bajo esas condiciones atmosféricas que convergen en
los días de tormenta, temperatura, humedad, calor, frío,
bajas presiones, fuertes vientos... es cuando se generan
las consecuencias que observamos casi con incredulidad,
como es que del vapor de agua salga electricidad, pues es
de allí de donde se desprenden impresionantes descargas
de la electricidad natural. Son las leyes de la naturaleza,
las leyes de la física, las que hay que respetar y observar
atentamente para aprender de ellas cuanto necesitamos
conocer.
«Los vientos cálidos y húmedos, al encontrarse con
obstáculos orográficos como las altas montañas, suben
por encima del nivel de condensación del agua -unos
2.000 metros de altitud- y descienden por las vertientes
opuestas, entonces convertidos en vientos cálidos, secos
y ‘electrificados’.»
243

Los vientos

«“Cuando sople el viento, adora el sonido”.


Con esto, Pitágoras recordaba a sus discípulos
que el mandato divino se escucha en la voz de los
elementos, y que todas las cosas de la naturaleza
manifiestan mediante la armonía, el ritmo, el
orden o el procedimiento, los atributos de la
divinidad.»

En un libro ‘Las causas ocultas de la enfermedad’,


su autor E. Wolfram, refiere un breve y maravilloso relato
con el título ‘El espíritu de los cuatro vientos’, atribuido a
Paracelso, un destacado médico y célebre alquimista del
siglo XVI, quien describió las condiciones o propiedades
que se confieren al aire, que son los factores que generan
los vientos y que determinan su constante movimiento
por toda la atmósfera terrestre, fundamentales para el
mantenimiento y la renovación de la Naturaleza y de la
Vida en la Tierra. Dice así:
«Los Espíritus de los Cuatro Vientos cumplen un
papel similar en la vida interior del hombre, y son Euro,
viento del este; Céfiro, viento del oeste; Auster, viento del
sur; y Bóreas, viento del norte. El viento del este, fuerza
de “conservación”, es cálido y seco; húmedo y frío es el
viento del oeste, la fuerza de “putrefacción”; cálido y
húmedo el viento del sur, fuerza “resolutiva”; frío y seco
el viento del norte, la fuerza de “coagulación”. El hombre
es la marioneta inconsciente de los Espíritus causales de
los Vientos, que traen consigo la sequía, la lluvia, las
heladas y el calor, y mantiene la envoltura aérea de la
tierra en perpetuo movimiento, al igual que los vientos
interiores actúan agitando el alma humana. La vida de
las criaturas terrestres, todo lo sano y fructífero, depende
del equilibrio entre las heladas y el calor, entre la sequía
y la humedad. Paracelso ha presentado a los Cuatro
Vientos que mantienen en movimiento la envoltura aérea
244 
 

de la tierra con los mismos atributos -frío, húmedo, etc.-


que da a las “Complexiones” humanas. Ya que los vientos
no son el “Aire”, sino aquello que proporciona al aire las
características que le diferencian en cuatro tipos de aire,
que merced a su intercambio de actividades proporciona
vitalidad al aire. Como resultado de esta vitalización, de
esta “vida”, se permite a la Tierra dar vida futura a las
plantas, animales y hombres.»

Los ‘cuatro vientos’ de Paracelso

Paracelso, Theophrastus Bombast von Hohenheim,


(1493–1541), fue un célebre médico y astrólogo suizo del
siglo XVI. Extraordinario personaje que destacó además
por sus conocimientos sobre alquimia, una de sus facetas
más interesantes para el propósito de este libro, la de
alquimista, en lo que se refiere al relato expuesto.
En sus escritos, Paracelso transmitió los secretos de
esa misteriosa ciencia, la Alquimia, utilizando términos
sencillos, simples, de manera esotérica, cerrada, como
corresponde a los alquimistas, es decir, para que fueran
únicamente comprensibles para aquellos que hubieran
sido iniciados en los conocimientos de las distintas fases
de los trabajos que han de acometer los que pretendieran
alcanzar el conocimiento o fin último de la Obra, cuyo fin
último era lograr la Piedra Filosofal.
Paracelso expresó las propiedades de los vientos de
tal forma que aparecen inversamente opuestos entre sí,
en lo referido a su humedad y temperatura, en función de
su procedencia desde los distintos lugares del planeta.
En la siguiente presentación destacan esas propiedades,
haciendo notar, en cuanto a la situación geográfica, que
son referenciados al hemisferio norte.
245

   Norte: Frío y seco

Oeste: Frío y húmedo Este: Cálido y seco

Sur: Cálido y húmedo

Los ‘atributos’ de los vientos y su procedencia

En el relato referenciado, Paracelso reflejó de forma


maravillosa las propiedades de los vientos, haciendo una
analogía sobre las causas que influyen en el desarrollo de
determinadas enfermedades en el cuerpo humano, ya
que, según sus postulados, dichas propiedades asemejan
a las que se reproducen en el cuerpo de los seres
humanos, que dan lugar a las ‘cuatro complexiones’,
sanguínea, colérica, melancólica y flemática, las cuales
simbolizan los diferentes temperamentos y las fisonomías
inherentes al carácter de cada persona, en función de la
influencia más o menos predominante de alguno de los
cuatro humores o líquidos que hay en el cuerpo: Sangre,
bilis amarilla, bilis negra y flema.
Dichas propiedades, atribuidas para los fluidos del
cuerpo humano por un destacado alquimista como fue
Paracelso, asimilándolas a ‘los espíritus de los vientos’,
representan las condiciones físicas más elementales que
predominan en la atmósfera, que está compuesta en su
mayor parte por fluidos gaseosos. Húmedo y seco, frío y
cálido. La humedad, las temperaturas y las presiones
atmosféricas son los factores básicos que determinan la
formación de los vientos y su intensidad.
La interacción de dichos factores y los elementos, en
correlación con el volumen de las masas a las que afectan
y su mayor proximidad o lejanía, en un entorno donde
246 
 

influyen campos de fuerzas de naturaleza gravitatoria y


magnética, determinan el desarrollo de la gran diversidad
de fenómenos que se producen en la atmósfera, entre los
cuales, como bien indicaba Paracelso, están los vientos,
que condicionan la vida de todos los seres vivos. Los hay
suaves, como las brisas marinas y los hay violentos como
los huracanes o los tornados, cuyas consecuencias son
devastadoras.
Estos fenómenos, desde los más sencillos hasta los
más complejos o de mayor magnitud, están relacionados
con las alteraciones que origina el conocido como "chorro
polar" o "corriente en chorro" que circula de oeste a este
de forma permanente sobre el hemisferio norte y el
casquete polar, a unos 10 km. de altitud y a velocidades
medias de 90 kilómetros a la hora, pudiendo llegar hasta
los 500 Km/h. Dichas corrientes juegan un papel
importante en la transferencia de calor desde los trópicos
hasta los polos, ya que compensan el desarrollo y el
movimiento de las regiones de altas y bajas presiones en
la atmósfera inferior. Esto determina o influye en que los
vientos experimenten frecuentes variaciones, más fuertes,
más fríos o húmedos, o más cálidos o secos.
«La agencia espacial estadounidense NASA pretende
rastrear los vientos a gran altitud de la Tierra, a unos 60
o 65 kilómetros de la superficie del planeta. El objetivo de
la misión es conocer el origen de los vientos que giran
alrededor de la tierra hasta 300 kilómetros por hora.
Según han señalado los científicos, estos vientos se
encuentran en la misma región donde se producen
fuertes corrientes eléctricas en la ionosfera, por tanto, es
una región con gran cantidad de turbulencias eléctricas,
del tipo que pueden llegar a afectar negativamente a las
comunicaciones por satélite y radio.»
El contraste térmico y otras propiedades físicas de
los elementos que componen las masas de aire húmedo,
principalmente vapor de agua condensado, dan origen al
desarrollo de fuertes movimientos de vientos ascendentes
y descendentes, produciendo una serie de efectos que las
247

caracterizan, como intensas lluvias y fuertes vientos en la


superficie e intensas descargas eléctricas. Las fuertes
corrientes del aire cálido y húmedo que ascienden desde
la base de las nubes se condensan al entrar en contacto
con las masas de aire frío de las capas más altas, son las
circunstancias que propician la formación de grandes
nubes del tipo cumulonimbos, que llegan a alcanzar más
de 10 kms de altura y 8 de anchura. En esa ascensión,
las masas de vapor de agua caliente entran en colisión
con las corrientes del 'chorro polar', o vientos muy fríos y
secos, originándose una condensación muy rápida con la
formación de pequeñas gotitas de agua o de cristales de
hielo, causando la ionización o separación de las cargas
eléctricas de los elementos que allí se encuentran.
Las condiciones físicas presentes en las causas que
originan los vientos, también liberan fuerzas que pueden
ser aprovechadas para producir electricidad, por ejemplo,
la utilización de los aerogeneradores que transforman las
fuerzas de los vientos en energía eléctrica. Detrás de esas
fuerzas, hay un movimiento que las genera, que a su vez
proviene de la concurrencia de unos factores físicos en
presencia de elementos como el aire y el vapor de agua.
Estamos por tanto ante fenómenos en los que se genera
energía o de los que se desprende la electricidad natural,
y como tales hemos de tener en cuenta. Veamos una
descripción breve y sencilla de diversos fenómenos y de
los conceptos que son causa de esas condiciones, de esos
factores, y de cómo interactúan en la atmósfera.
248 
 

Tornados

Los tornados son fenómenos espectaculares que se


caracterizan por sus consecuencias destructivas cuando
alcanzan la superficie, especialmente en zonas de tierras
secas y calentadas por el sol.
Los tornados se forman cuando corrientes de aire
caliente y húmedo se elevan a una determinada altura y
entran en colisión con otras de aire frío y seco. Se genera
un núcleo tormentoso y surge una fuerte rotación de los
vientos, llamada ‘mesociclón’, al entrar en colisión las dos
masas de aire, igual que cuando se forma un huracán.

Las bandas lluviosas de precipitación giran hacia el


centro de la tormenta. Las rachas de viento más fuertes y
las mayores precipitaciones suelen producirse en bandas
de lluvia individuales, mientras otras bandas de vientos
relativamente calmados entre ellas. Cuando el mesociclón
aumenta su velocidad radial sufre un estrechamiento,
originando una estrecha columna de aire que gira muy
rápidamente por el centro formando una especie de cono
o chimenea, con menor presión en la parte inferior, que
desciende violentamente hasta tocar el suelo, causando
la succión de todo cuanto se encuentre por debajo en las
áreas cercanas.
249

Gota fría

Chubascos y tormentas de extraordinaria violencia,


aunque de poca duración y que afectan normalmente a
zonas poco extensas, son frecuentes en zonas costeras
del Mediterráneo, sobre todo en los meses de septiembre
y octubre. Los meteorólogos suelen explicar que la causa
de estas lluvias torrenciales son las denominadas "gotas
frías". Son más frecuentes junto al Mediterráneo, pero
también suceden en otros lugares.
El fenómeno de ‘gota fría’ se forma cuando coinciden
tres acontecimientos: mar caliente, atmósfera inestable
en la superficie y aire frío en altura. Cuando el mar se
encuentra a temperaturas altas, como el Mediterráneo,
que al final del verano pueden llegar a estar cerca de los
30º C en zonas cercanas a la costa, se desprende mucho
vapor de agua. Si en estas circunstancias se aproxima
una borrasca o frente frío, en forma de un embolsamiento
de aire frío que se desplaza a gran altura, se produce una
situación de gran inestabilidad del aire en superficie que
aumenta progresivamente conforme asciende. El vapor de
agua que el mar libera en grandes cantidades, asciende
arrastrado por esa inestabilidad y se va condensando al
mezclarse con las zonas frías en altura, desarrollándose
nubes en forma de grandes cumulonimbos.
Esas nubes puede ir agrandándose a gran velocidad
porque el vapor ascendente encuentra mucha facilidad
para subir al encontrarse con zonas más frías, y con ese
frío va condensándose cada vez más cantidad de vapor de
agua. En muy pocas horas se van acumulando grandes
nubes tormentosas, que aunque no tengan una gran
extensión en sentido horizontal, pueden llegar a tener
más de diez kilómetros en altura. Esos cumulonimbos
finalmente acaban descargando fuertes lluvias que van
generalmente acompañadas de un gran aparato eléctrico,
y en ocasiones de granizo.
250 
 

Tormentas

Las tormentas son fenómenos atmosféricos que se


caracterizan por la coexistencia próxima de dos o más
masas de aire y humedad con diferentes temperaturas.
Esos contrastes asociados a los efectos físicos implicados
desembocan en una inestabilidad de la que se generan
gran variedad de fenómenos meteorológicos: relámpagos,
rayos, truenos, lluvias torrenciales, granizo, asociados a
fuertes ventiscas. Se forman cuando un centro de bajas
presiones atmosféricas confluye sobre un sistema con
altas presiones.

Junto a las corrientes de aire cálido que ascienden


bajan corrientes de aire frío, lo cual origina una situación
de extremada turbulencia en el interior de las nubes. Las
rápidas corrientes ascendentes favorecen la formación y
la colisión de las gotitas de agua, de los cristales de hielo
y del granizo, causando que se generen cargas eléctricas
de signos opuestos en esos elementos, provocando la
creación de dos polos magnéticos, uno positivo en la
parte alta y otro negativo en la inferior que al disgregarse
entre las nubes.
251

Esa magnetización genera descargas de energía que


salen despedidas hacia otras nubes o hacia la tierra en
forma de relámpagos y rayos.
«Una nube de tormenta puede representarse, desde
un punto de vista eléctrico, como un dipolo, es decir, por
la concentración de cargas eléctricas de signo contrario
en dos áreas separadas dentro de la propia nube, por
circunstancias que todavía siguen sin ser comprendidas
del todo. En el interior de las nubes de tormenta y como
consecuencia del frio, se origina la formación de cristales
de hielo, ionizando el ambiente, lo que significa que los
cristales más pequeños se ionizan con cargas eléctricas
positivas, mientras que en los cristales más grandes y
pesados se concentran las cargas negativas. Esto causa
que en la parte superior de las nubes se concentren las
cargas positivas, mientras que en las inferiores se cargan
negativamente. Las diferencias de potencial eléctrico así
generadas pueden llegar a superar los 100 millones de
voltios, lo que da lugar a continuas descargas eléctricas
de extraordinaria intensidad.»
La distribución de cargas en una nube tormentosa se
estructura como un esquema sencillo: cargas positivas en
determinada parte de la nube y cargas negativas en otra.
Se trata de una estructura de dipolo. Se han propuesto
dos modelos muy diferentes para explicar esta estructura
dipolar: el de la precipitación y el de la convección.
«La hipótesis del modelo de precipitación supone que
las gotas de lluvia tormentosas, el pedrisco y el granizo,
descienden por el aire debido a la gravedad, dejando
atrás suspendidos cristales de hielo y gotas de agua de
menor tamaño. Las múltiples colisiones entre partículas
precipitadas y las suspendidas cargan negativamente, al
parecer, a las primeras. Si las partículas que precipitan
tienen carga negativa, la parte inferior de la nube irá
acumulando la carga negativa, mientras en la superior se
acumulará la carga positiva.»
252 
 

«El modelo de convección supone que las cargas


eléctricas de la nube proceden de dos fuentes externas:
los rayos cósmicos y un campo eléctrico. Dentro de la
tormenta, las turbulentas corrientes de aire provocan
remolinos, haciendo subir y bajar las gotas de agua y
cristales de hielo, dando lugar a la producción de granizo.
La corriente de electrones fluye, choca con las moléculas
de aire y libera más electrones, ionizando el aire. El aire
caliente, al ascender por convección, transporta hacia las
regiones superiores de la nube los iones positivos que
atraen a los negativos que los rayos cósmicos habían
formado por encima, los cuales penetran en ella y se
unen rápidamente a las gotitas de agua y a los cristales
de hielo, creando una capa cargada negativamente. Las
corrientes de aire que descienden por la periferia de la
nube transportan hacia abajo las partículas cargadas
negativamente; el resultado vuelve a ser la formación de
una estructura de dipolo positivo-negativo. A medida que
se acercan al suelo, las ramas principales, que portan
grandes cargas negativas, provocan guías ascendentes de
cargas eléctricas positivas procedentes de otros puntos
conductores situados en el suelo. Cuando una rama de la
cabeza escalonada entra en contacto con de estas guías
ascendentes se crea un canal completo de aire ionizado,
lo que permite que las enormes corrientes positivas,
denominadas trazo de retorno, fluyan hacia arriba como
vivos destellos de descargas eléctricas, los relámpagos, y
provoquen las ondas sónicas de choque que escuchamos,
los truenos.»
Los truenos los producen las corrientes de los rayos
que forman un canal de gases a altas temperaturas y
presiones. Los gases se expanden en el aire circundante
como ondas de choque que tras recorrer una distancia se
transforman en ondas acústicas. Cuando un rayo cae
cercano el trueno se escucha como un brusco chasquido,
mientras que a distancias mayores produce estampidos
retumbantes.
253

Ciclones tropicales

Los ciclones tropicales son un sistema de tormentas


caracterizados por una circulación cerrada alrededor de
un centro de baja presión, que se produce a causa de la
energía que se genera a partir de la condensación del aire
húmedo provocando fuertes vientos y abundantes lluvias.
Se distinguen de otros fenómenos ciclónicos, como bajas
polares, por el mecanismo de calor que las alimenta, que
las convierte en sistemas tormentosos de ‘núcleo cálido’.
Se desarrollan sobre extensas superficies de agua cálida
y una de las características señaladas por meteorólogos
es el hecho de que ‘pierden su fuerza cuando penetran en
tierra’.

Estos sistemas tropicales se forman cuando los


vientos ascendentes son conducidos hacia la troposfera;
cuando las condiciones de la atmósfera son favorables, la
perturbación tropical se intensifica generándose vórtices
de aire, es decir, fuertes vientos girando en torno a un
centro que se forma en las masas nubosas en rotación.
Una característica peculiar del término "ciclón" es
que refiere la naturaleza ciclónica de las tormentas, es la
gran fuerza de rotación que se produce en las masas
nubosas, y el sentido que toma esa rotación, girando en
sentido contrario de las agujas del reloj en el hemisferio
norte, y en el mismo sentido en el hemisferio sur.
254 
 

En el centro del ciclón se registran las temperaturas


más frías en superficie y las más cálidas en altura. Los
vientos en las capas altas de un ciclón tropical se alejan
del centro de la tormenta con una rotación anticiclónica
mientras que los vientos más cercanos a la superficie son
ciclónicos, y se debilitan con la altura donde se invierten
a sí mismos.
«Lo que distingue los ciclones o tormentas tropicales
de otros fenómenos meteorológicos es la condensación
del vapor de agua como fuerza conductora. Dado que la
convección es más fuerte en un clima tropical, define el
dominio inicial del ciclón. Por contraste, frecuentemente
los ciclones de media latitud obtienen su energía de los
gradientes horizontales de temperatura preexistentes en
la atmósfera. Para poder seguir alimentando su motor de
calor, el ciclón tropical debe permanecer sobre agua
cálida, que provee de la humedad atmosférica necesaria.
La evaporación se acelera por los fuertes vientos y se
reduce por la presión atmosférica de la tormenta, dando
origen a un bucle de alimentación positiva.»
Muchos ciclones tropicales se desarrollan cuando las
condiciones atmosféricas alrededor de una perturbación
en la atmósfera son favorables. Cuando las condiciones
atmosféricas alrededor de esos sistemas se deterioran o
cuando un ciclón entra sobre una superficie de tierra, el
sistema se debilita y finalmente se disipa.
«El paso de un ciclón tropical sobre el océano puede
causar que las capas superficiales del mismo se enfríen
de forma sustancial, lo que puede influir en el desarrollo
del ciclón. Los ciclones tropicales enfrían el océano al
actuar como "motores de calor" que transfieren a la
atmósfera el calor de la superficie del océano procedente
de la evaporación. El enfriamiento también se produce
por el ascenso de agua fría debido al efecto de succión del
centro de bajas presiones de la tormenta. También puede
existir un enfriamiento adicional como producto de las
lluvias que pueden producirse en la superficie oceánica
en un momento dado. La cobertura de nubes también
255

puede desempeñar parte de esta función al actuar como


escudo entre el océano y la luz directa del sol, antes y
algo después del paso de la tormenta. Todos estos efectos
pueden combinarse para producir un descenso dramático
de las temperaturas en un área considerable durante
algunos días.»
Un ciclón tropical presenta un área de aire que
circula en sentido descendente en el centro del mismo; si
el área es lo suficientemente fuerte puede derivarse en un
tifón o un huracán, llegando a formarse lo que se conoce
como el "ojo del huracán", que es una zona en el centro
de la perturbación que se encuentra libre de nubes.
Los grandes huracanes se forman cuando los vientos
muy cálidos de las zonas tropicales, procedentes desde el
continente africano, de las calientes arenas del desierto
del Sahara, provocan la condensación del vapor de agua
en altura causado por la elevación de ese aire cálido,
formando un bucle de alimentación positiva sobre las
aguas templadas de los océanos, donde la temperatura
de la superficie llega a alcanzar los 27º o más. El aire se
calienta con la energía expulsada por la condensación,
elevándose aún más rápidamente, lo que conduce a más
condensación y mayor formación de núcleos nubosos,
causando grandes corrientes de aire en el centro u ‘ojo’
de la formación. Cuando el aire que fluye hacia el exterior
de ese ‘ojo’ o ‘chimenea’ central, desciende y vuelve a la
superficie, ocasiona vientos muy fuertes propios de estos
fenómenos.
En otro sentido, los huracanes se pueden considerar
como un tipo especial de ‘complejo convectivo’ que
continua desarrollándose a partir de una vasta fuente de
humedad y calor. Gran parte de la energía ocasionada
conduce las corrientes de aire hacia arriba, lo que
incrementa la altura de las nubes y acelera la
condensación. La rápida y fuerte condensación conduce a
mayores velocidades de los vientos, ya que una pequeña
fracción de la energía liberada se convierte en energía
mecánica, haciendo que esos vientos sean cada vez más
256 
 

rápidos y las presiones asociadas con ellos más bajas, lo


que causa una mayor evaporación en superficie.
Otra circunstancia que influye decisivamente es la
altura de las columnas de lluvia que se forman en un
huracán. Las columnas más altas llegan a alcanzar los
17 kms en altura y son las zonas donde se producen las
lluvias más intensas. Cuanto más alto sube el vapor de
agua antes de enfriarse, más intensa tiende a ser la
tormenta, ya que estas columnas son como generadores
que convierten la ‘energía interna’ del vapor de agua en
una ‘fuerza poderosa’ de producción de lluvia y viento. El
aumento de la temperatura de los mares y del aire de la
superficie de los océanos mejora el combustible, que, al
ser más energético, debido al cambio climático, alimenta
tormentas más virulentas que hace años, y que se
intensificarán más por el calentamiento de los mares.
«Climatólogos de todo el mundo discuten el tema sin
ponerse de acuerdo tampoco en este punto. Para algunos,
las condiciones meteorológicas son cada vez peores en la
zona de convergencia intertropical entre los hemisferios
Norte y Sur. Pronostican que los riesgos climáticos están
aumentando progresivamente en regiones ecuatoriales,
con fenómenos tormentosos que cada vez serán más
violentos... Extensas zonas de violentas tormentas y
fuertes turbulencias, enormes muros de nubes negras de
1.000 kilómetros de ancho, entre 200 y 300 kms de largo
y hasta 18 kms de altitud, sacudido por relámpagos, son
fenómenos conocidos con el nombre de ‘cluster’, unos
peligrosos cúmulos de tormentas aisladas violentísimas,
generando turbulencias entre moderadas y fuertes, que
experimentan súbitas subidas de temperaturas que
oscilan desde los –48 ºC hasta los –19 ºC.»
257

Electricidad en las tormentas


Las nubes tormentosas de tamaño medio producen
varios rayos por minuto y con una potencia de algunos
cientos de megavatios, es decir, la de una central nuclear
pequeña. En un sólo día pueden caer sobre la península
Ibérica más de 12.000 rayos. Son las consecuencias de
las tormentas de verano. ¿Cómo y por qué se producen?
Cuando en una nube tormentosa se produce una
separación de cargas eléctricas, hasta tal punto que el
campo eléctrico excede la rigidez dieléctrica local de la
atmósfera, esto es, la capacidad de la atmósfera para
mantener esa separación de cargas, el resultado es un
rayo. El rayo es el paso de cargas eléctricas positivas o
negativas, entre unas regiones de las nubes a otras, para
equilibrar la diferencia de cargas, o el tránsito entre las
nubes y la tierra, como descarga de dicho desequilibrio.
Para que ocurran las descargas las nubes han de estar
electrificadas, es decir, las cargas positivas deben estar
separadas y distantes de las negativas, pero las causas
por las que se producen esos efectos no están muy claras
y siguen generando múltiples dudas: ¿Cómo se produce
la separación de cargas?
Debido a los efectos de la ionización.  ‘Ionización’ se
define como un fenómeno físico o químico a consecuencia
del cual los átomos o moléculas de un elemento se
cargan eléctricamente, debido a que ganan o pierden
electrones de sus capas exteriores, convirtiéndose en
‘iones’ por el efecto de tener un número de electrones
mayor o menor que el de su equilibrio eléctrico. Dicho en
términos elementales, la ionización es consecuencia del
desequilibrio de las cargas eléctricas de los átomos o
moléculas que componen los elementos. 
Pero en estos fenómenos de tormentas, el hecho de
conocer las consecuencias - la ionización- no significa por
ello que se conozcan las causas. ¿Por qué se produce?
258 
 

La energía eléctrica liberada por la descarga de los


rayos tiene que proceder de alguna parte. Se sabe que
proviene del calor que provoca la expansión del vapor de
agua, al hacerse éste menos denso que el aire exterior y
ascender. Durante la ascensión, el vapor va condensando
en forma líquida o sólida; el calor latente se desprende y
el agua líquida o el hielo comienzan a caer. ¿Pero, qué
separa las cargas?
La potencia de la descarga de un solo rayo resulta
impresionante. En una fracción de segundo un rayo
descarga miles de amperios de corriente eléctrica, energía
íntimamente ligada con el fenómeno de la ionización.
Desde los 10.000 a los 40.000 amperios de corriente
llegan a tierra en unas milésimas de segundo. El rayo es
extremadamente caliente, y puede calentar el aire a su
alrededor a temperaturas superiores a los 30.000º C. Ese
calor hace que el aire que circunda el canal de descenso
se expanda con enorme rapidez, originando una onda de
choque -la vibración- creada por el trueno que se escucha
poco tiempo después de haber visto el relámpago.

Rayos en días de tormenta

Las grandes tormentas del verano suelen presentar


unas características específicas, notables y diferenciales:
en el entorno de los días en los que se acumula un calor
sofocante por las altas temperaturas, se desarrollan unas
259

tormentas asociadas con la formación de granizo, en las


que las descargas eléctricas, o rayos, son especialmente
virulentos. «Se ha observado que las máximas tasas de
producción de rayos se hallan asociadas al movimiento
ascendente del granizo y granizo blando por encima de la
región principal de las cargas negativas. Este cuadro
contradice la hipótesis de la precipitación, según la cual
solo las partículas descendentes de granizo causaban la
electrificación. El movimiento relativo entre los cristales
de hielo es la razón más probable de la separación de
cargas. Las ascendencias vigorosas del aire cálido y
húmedo colisionando con las masas de aire frio y seco de
las alturas, no sólo son coherentes con la electrificación
sino que también son esenciales: la ascendencia rápida
mantiene la provisión de gotas de agua enfriadas por
encima de la altura de inversión de carga. Esas gotitas
proporcionan el material necesario para el crecimiento de
las partículas de granizo blando que se precisan para la
electrificación.»
Nada hay comparable al rayo en la naturaleza desde
la óptica de una liberación instantánea de energía.
«El rayo es una poderosa descarga electrostática
natural, producida por las cargas que se acumulan en las
nubes de tormenta eléctrica. Tienen lugar dentro de las
nubes, como relámpagos difusos, o entre las nubes y el
suelo, en forma de descarga eléctrica bifurcada. A pesar
de que han pasado cerca de 250 años desde que el
científico Benjamin Franklin demostrase que el rayo está
formado por energía eléctrica, los científicos todavía no
han llegado entender por completo cómo funcionan.»
Destacamos los datos de interés: fenómenos de la
naturaleza de los que se siguen buscando causas o datos
que permitan comprender cómo se genera la electricidad
natural. Precisamente, ese es uno de los objetivos que se
persiguen: señalar los factores que propician el origen de
esa energía, entender las causas por las que se genera la
‘electricidad natural’ y buscar formas para reproducirlas
artificialmente.
260 
 

Rayos y tormentas en Venus

La Tierra no es el único lugar o planeta del sistema


solar en el que tienen lugar fenómenos meteorológicos en
los cuales se detecta la presencia de electricidad natural,
o la generación de rayos. De hecho, se conoce que en casi
todos los planetas se producen ese tipo de fenómenos,
aún cuando las composiciones de sus atmósferas sean
diferentes. Como ejemplo, esta noticia de prensa del año
2007 que comentaba fenómenos similares que ocurrirían
en otros planetas como Saturno o Venus.
«La Agencia Europea del Espacio (ESA) presentó en
París los últimos resultados obtenidos con la información
enviada por la sonda Venus Express. Entre los hallazgos
presentados, se encuentra el descubrimiento de que,
como sucede en la Tierra durante el invierno, un vórtice
de fuertes vientos ocupa los polos de la atmósfera de
Venus. Y también como en la Tierra, en Venus hay rayos.
"Hacía mucho tiempo que esto se estaba tratando de
averiguar, y ahora, uno de los magnetómetros ha
detectado una especie de campo magnético con una
duración muy breve que parece confirmar que ocurren
rayos". Las nubes de Venus son parecidas a las nubes de
polución que flotan sobre las grandes urbes terrestres y,
en principio, igual que éstas, no deberían producir rayos.
En las descargas eléctricas, no obstante, no se detectaron
relámpagos visibles como sucede en la Tierra. La
evidencia de tormentas eléctricas en Venus hace que los
científicos se replanteen las formas en que una atmósfera
planetaria puede generar electricidad. Al parecer, la
extrapolación de la experiencia terrestre en el caso de
este fenómeno ese engañosa. Los rayos tienen un interés
añadido, pues las descargas eléctricas producirían una
química más compleja en las capas de la atmósfera
donde tienen lugar.»
261

Electricidad en erupciones volcánicas


La actividad de volcanes en erupción suele destacar
porque las imágenes que observamos habitualmente se
centran en las grandes cantidades de magma que surgen
de los cráteres, por las espectaculares explosiones que
escupen esa materia espesa, roja e incandescente, y los
ríos de lava que se desparrama por sus laderas. También
porque de ellos se elevan densas columnas de humo y
cenizas, que llegan a alcanzar hasta 25 kilómetros de
altura, lanzando a la atmósfera grandes cantidades de
vapor de agua, dióxido de carbono y otros gases.
Pero si se observa atentamente las imágenes que nos
ofrecen de estos fenómenos, podremos ver cómo de las
densas columnas de humo y cenizas calientes también se
desprenden cargas eléctricas, muy similares a pequeños
rayos...

Erupción de un volcán

Estamos acostumbrados a ver los rayos o descargas


eléctricas principalmente en los fenómenos de tormenta,
y no son esas las únicas circunstancias o condiciones en
las que se producen. Rayos de naturaleza semejante a los
de las tormentas eléctricas, se generan también entre las
calientes nubes de cenizas de las erupciones volcánicas,
en las que, con evidentes diferencias, se dan condiciones
262 
 

o intervienen factores cuya consecuencia es la liberación


de cargas estáticas o eléctricas.
Las masas de lava volcánica y de gases calientes que
emergen de la erupción de un volcán, al alcanzar cierta
altura en la atmósfera, desprenden descargas eléctricas y
rayos, como si se tratase de tormentas. Puede observarse
este fenómeno en las imágenes de la erupción del volcán
Grimsvötn en Islandia, en mayo de 2011.

«Un relámpago precede a la actividad eléctrica oculta


dentro del volcán Eyjafjallajökull. Según un estudio, se
logra medir la cantidad de electricidad que se desprende
durante una erupción, midiendo las emisiones de radio.
Cuando el volcán Redoubt de Alaska entró en erupción
en 2009, los investigadores que acudieron desplegaron
sensores de radio para poder catalogar los relámpagos
causados por el volcán. Las lecturas revelaron que las
descargas eléctricas generadas por volcanes pueden tener
la misma potencia que las tormentas gigantes.»
Nos encontramos ante circunstancias, interrogantes
y cuestiones similares a las que suscitan la electrificación
en las tormentas. ¿Cuáles son las causas o el origen de
estos fenómenos? Los científicos buscan datos para poder
encontrar explicaciones. Veamos algunas respuestas que
podemos encontrar en diversos medios.
263

«En el caso de un volcán, las cenizas volcánicas


actúan de forma similar a como sucede en las nubes de
tormenta normales. Aunque las cenizas y la roca que
salen del volcán son inicialmente neutras, la diferencia de
temperaturas, la fricción, los choques entre las partículas
de ceniza y de los gases del volcán, hacen que se vayan
cargando eléctricamente, con cargas de signo contrario
(siempre que se frotan dos objetos, uno se carga con
carga positiva y el otro con carga negativa), mientras la
columna de gases y partículas asciende y se desplaza.
Luego el propio movimiento de las partículas, de diferente
densidad, hace que se vayan separando progresivamente
las cargas positivas de las negativas, y cuando la
diferencia de potencial es suficientemente elevada se
produce la descarga eléctrica, es decir, el rayo, dentro de
la nube de cenizas.»
«En el caso de los rayos volcánicos, se tienen que dar
en las nubes de ceniza condiciones similares a las que se
dan en el interior de la nubes de tormenta. "Las cenizas y
los piroclastos que arroja un volcán inicialmente son
neutros (sin carga eléctrica), pero la fricción entre ellos en
un ambiente ciertamente hostil (ardiente) provoca la
liberación de iones en el seno de la pluma volcánica".
Cuando sucede esto, es decir, cuando la nube volcánica
tiene diferencias de cargas eléctricas, se producen los
rayos.»
«En 2006, los científicos Robert Thomas y Stephen
McNutt, investigaron el fenómeno de los rayos en torno a
la erupción del monte Santa Augustina en Alaska, en
enero de ese año. Su trabajo llevó a la conclusión de que
existen dos motivos por los que se pueden generar rayos
en torno a una erupción volcánica. El primer motivo
genera rayos dentro de la pluma de humo, donde el aire
caliente que sale del cráter del volcán asciende y choca
con la atmósfera fría, lo que produce una especie de "rayo
organizado". El segundo motivo es que el magma, las
piedras y las cenizas que emanan del volcán llevan carga
eléctrica.»
264 
 

Los efectos de las descargas de la electricidad que se


libera o desprenden los elementos que están presentes en
estas erupciones, el polvo y las cenizas incandescentes,
deberían ser los mismos que en las tormentas, pero en
estos fenómenos no se detecta la presencia de fuertes
corrientes de vientos que ascienden y descienden por los
alrededores. Únicamente se observan elementos calientes
que proceden de los volcanes, y se mezclan entre el frío y
la humedad presentes en las zonas.

Erupción del volcán Puyehue en Chile

Hay al menos dos tipos de rayos volcánicos, como los


que se observan en la imagen del volcán Puyehue, en
Chile. Unos se producen en el mismo cráter del volcán,
mientras que otros se desprenden a mayor altura. Ese es
precisamente uno de los detalles que conviene resaltar,
debido a que las condiciones atmosféricas del lugar son
muy diferentes a las que se observan en los fenómenos de
tormenta. Solo condiciones de frío y humedad propias de
la altura de las montañas en que se encuentran esos
volcanes.
265

El relámpago del Catacumbo

Existen muchos otros fenómenos en los que poder


observar actividad de la eléctrica natural, en lugares
donde convergen factores o condiciones propicias, como
el conocido ‘Relámpago de Catacumbo’, en una extensa
zona de ciénagas existentes en Venezuela. No existe un
modelo físico que explique la naturaleza de esta actividad
eléctrica tan frecuente y localizada que constituyen las
características de este singular fenómeno atmosférico-
eléctrico. Algunos lo explican así:
«Los relámpagos y los rayos son manifestaciones de
la actividad eléctrica atmosférica que ocurren con mucha
frecuencia en los deltas de los ríos Catatumbo, Zulia y
Bravo, al sur de Maracaibo, entre los que destaca un
relámpago inaudible conocido como el “Relámpago del
Catatumbo”, por su luminosidad, su fulgor y porque
ocurre incluso en períodos de sequías.»

El relámpago del Catacumbo

«El relámpago aparece sobre los cielos del Estado


Zulia entre 140 y 160 noches por año, y cada vez que lo
hace, refulge entre siete y diez horas continuas, con una
frecuencia de 50 descargas por minuto y una intensidad
de hasta 400.000 amperios. El fenómeno se produce a
partir del choque de nubes, cuya formación depende de
la presencia de agua. Las nubes se cargan por la
circulación cerrada de vientos cálidos en confluencia con
266 
 

una zona de bajas presiones, situada sobre las aguas de


ciénagas ubicadas en una amplia zona con clima tropical,
de las que se desprenden grandes cantidades de gas
metano.» La concentración de este gas en el seno de las
nubes convectivas sobre la región podría ser la causa de
la separación de cargas eléctricas en el interior de las
células de las nubes, posibilitando las descargas (rayos)
así como las fosforescencias (relámpagos) observadas. «La
existencia de tormentas eléctricas permanentes como
causa de ese fenómeno requiere de un estudio microfísico
de los procesos atmosféricos que den cuenta de los
mecanismos de separación de cargas en nubes de
tormentas, y además, la subsecuente descarga de rayos
supone especificar las condiciones para la existencia de
un intenso campo eléctrico superficial y local como
agente causal de las descargas nube-tierra durante las
tormentas eléctricas.»
«El relámpago del Catacumbo es el primer generador
de electricidad de origen tormentoso del planeta, pues “en
diez minutos genera la energía necesaria para encender
las bombillas existentes en toda Suramérica”.»
Otro fenómeno de características extrañas ocurre en
la provincia china de Qinghai, desde hace siglos, en un
lugar denominado Valle del Diablo. «Las nubes que pasan
por esa zona se cargan rápidamente de electricidad y
producen repentinos rayos de gran intensidad. Esa zona
contiene grandes cantidades de basalto magnetizado
originado por erupciones volcánicas que tuvieron lugar
en el periodo Triásico. También se han hallado vetas de
hierro y de cuarzo que actúan como potentes imanes
electromagnéticos. Se desconocen los detalles de este
curioso fenómeno, pero sí se ha medido con precisión la
diferencia de voltaje existente entre la parta baja de las
nubes y las rocas del suelo, que llegan a alcanzar varios
millones de voltios, suficientes para causar los mismos
efectos que se producen en una tormenta eléctrica en el
interior de un gran cumulonimbo.»
267

Electricidad en un incendio

Una tarde muy soleada y calurosa del mes de junio,


viajando por una autopista que corría paralela al mar, de
repente, en la lejanía comenzamos a ver una pequeña
columna de humo, en apariencia procedente de algún
pequeño incendio, que se elevaba desde el suelo hasta
alcanzar una altura considerable. Como no hacia viento,
el humo ascendía formando esa columna en dirección
casi perpendicular al suelo, muy estable, y con forma
cilíndrica, como si ascendiera por una chimenea. Debido
a que el incendio se estaba produciendo en una zona
muy reducida, cercana a la autopista, conforme íbamos
acercándonos se podía ver mejor la columna, la cual al
alcanzar una determinada altura, sorprendentemente el
humo se expandía en una forma redondeada, formando
una especie de bola que se agrandaba gradualmente
conforme el humo de la columna superaba esa altura.
Era un fenómeno muy extraño, ya que producía una
sensación semejante a como si el humo traspasara una
lámina que separa dos capas de aire diferentes, como si
existiera algún plano imaginario que separara esa altura.
La forma esférica de aquella bola recordaba la forma de
un pequeño cúmulo-nimbo, aunque junto con la columna
más bien se asemejaba a la forma de un pequeño hongo
nuclear. Cuando llegamos prácticamente a la altura de
donde partía la columna de humo, se podía ver cómo
estaban actuando una pequeña brigada de los equipos
forestales de extinción de incendios, y en ese momento es
cuando pude observar algo realmente sorprendente, y fue
que, de la bola redondeada de humo se desprendían
pequeñas descargas eléctricas, semejantes a pequeños
rayos, los cuales, a pesar de que se producían a plena
luz del día, se podían ver con toda nitidez.
Esta observación duró muy poco tiempo, pues al ir
conduciendo solo podía dirigir la vista en breves y rápidos
intervalos hacia la nube de humo para ver las descargas
268 
 

eléctricas. Cuando sobrepasamos la zona del incendio, la


columna de humo continuaba con su misma posición, en
cuanto a la altura que alcanzaba y a la bola esférica de la
parte superior que se mantenía estable. El fenómeno
mereció posteriormente una pequeña reflexión, pues no
dejaba de resultar absolutamente curioso que los efectos
que producía aquella columna de humo caliente, en una
zona de alta humedad por su cercanía al mar, y con una
temperatura medioambiental caliente, pudiera dar como
consecuencia que se desprendiera electricidad, de una
forma muy similar a la que se produce en una tormenta.
En este fenómeno se producía lo que podría considerarse
como una ‘microtormenta’ provocada artificialmente.
¿Cómo era posible que en aquellas condiciones se
produjeran esos efectos? Pues la única presencia era el
humo caliente, en un entorno de calor del ambiente y de
la humedad marítima. Unas condiciones muy comunes y
corrientes que se dan en otras muchas ocasiones y en los
más diversos lugares, en las que no se suelen observar
esos fenómenos de formación de descargas eléctricas. Sin
embargo, las evidencias no dejaban lugar a las dudas, lo
cual significaba que por las causas o circunstancias que
fueran se estaban generando unos efectos de liberación, o
acumulación de cargas eléctricas, que se desprendían de
los elementos allí presentes: aire, humedad, calor, humo
caliente... De esta pequeña reflexión, quizás lo que más
interesa destacar o señalar, sea la influencia que puede
tener el efecto de un posible cambio brusco de presión y
temperatura, que se producía a una determinada altura,
a partir de la cual se observaba cómo se expandía el
humo y se formaba la nube. En un determinado punto, a
determinada altura, es como si la columna traspasara
una especie de barrera o plano invisible, a partir del cual
se expandía formando la nube, evidenciando con ello la
posible existencia de diferentes condiciones atmosféricas,
o diferentes áreas de presión atmosférica superpuestas.
269

Investigar para comprender


Una de las conclusiones que hay que destacar de los
fenómenos atmosféricos que se han relatado, es que se
trataría de acciones y reacciones físicas por las cuales, en
determinas condiciones de presión y temperatura, de
determinados elementos se desprenden o liberan cargas
eléctricas de forma espontánea. Es la electricidad natural
que se libera espontáneamente en la atmósfera, y como
hemos visto en dichos fenómenos, es la energía contenida
en el agua, porque un elemento como el agua contiene la
gran fuente de energía natural del planeta, y porque la
electricidad se manifiesta en toda su magnitud cuando
confluyen desequilibrios térmicos en la atmósfera.
Sería una gran propuesta de solución que permitiría
resolver los problemas de escasez de energía eléctrica de
forma casi inagotable, si se llegaran a comprender y en
consecuencia se pudieran reproducir de forma artificial
esas mismas condiciones que observamos en la física de
la naturaleza, considerando como una fuente de energía
de la que se podría obtener a voluntad la electricidad que
se precisara. Varios factores intervienen generalmente en
la formación de los fenómenos atmosféricos que se han
descrito, aunque pueden existir ocasionalmente algunas
variaciones en las que, como hemos visto, se generan
efectos muy similares en circunstancias muy diferentes.
Investigar las condiciones y los ‘ingredientes’ que
concurren en esos fenómenos atmosféricos debe ser pues
una prioridad que ha de tenerse presente a la hora de
realizar cualquier tipo de experimentación en esta línea.
Precisamente, uno de los retos de los investigadores es
tratar de poner todo ese potencial energético que se
desprende de estos fenómenos atmosféricos al servicio de
la ciencia, para comprender y poder desarrollar técnicas
para el aprovechamiento de esa gran fuente de energía.
La mayoría de hipótesis que se contemplan se hacen
sobre la base del fenómeno de las tormentas. Se deduce
270 
 

de dichas hipótesis la existencia de controversias entre


distintas teorías y opiniones a la hora de establecer las
verdaderas causas o condiciones que se desencadenan en
esa clase de fenómenos, que siguen llamando la atención
a numerosos investigadores, con mayor fuerza, con más
medios, y con la utilización de tecnologías cada vez más
sofisticadas, puestos al servicio fundamentalmente del
estudio de las condiciones que propician la formación de
dichos fenómenos, aunque la prioridad parece más bien
ser la dirigida a obtener información y datos para mejorar
los sistemas de detección y anticipación que les permitan
hacer pronósticos meteorológicos con mayor antelación.
«Las tormentas juegan un papel fundamental en la
regulación del constante flujo de energía que se mueve
entre la atmósfera y la superficie terrestre. En este
instante, 1.800 tormentas están sacudiendo el planeta.
Ellas y los 15 relámpagos por segundo que provocan.
Pero la NASA ha sacado la calculadora y las cuentas no le
salen. Haría falta que la frecuencia de los relámpagos
fuese casi diez mayor para justificar los 1.000 amperios
que se mueven de forma constante en ese intercambio
energético. ¿Cómo se desplaza esa energía entonces?
Para disipar esta incógnita, la NASA ha puesto en
marcha el programa ACES (Estudio de la Electrificación
de los Altos Cúmulos), que tiene como función medir la
corriente eléctrica que fluye de las tormentas hacia la
tierra y la que se genera sobre las nubes. Puede que esta
energía, hasta ahora ignorada, explique la porción de
electricidad de origen desconocido que flota en el
ambiente. Para estudiar el flujo energético que generan
las tormentas se ha recurrido al avión no tripulado Altus
II, dotado de sensores eléctricos, ópticos y magnéticos.
Este avión sobrevuela las nubes tomando datos que
transmite en el acto a una base terrestre para su estudio.
La gran altitud y la baja velocidad a la que vuela (hasta
16.500 metros y solo 240 km/h) hacen de este aparato el
instrumento más fiable hasta la fecha»
271

«La atmósfera terrestre constituye un aislante de


extraordinaria calidad y está colocada entre dos buenos
conductores: la superficie terrestre por abajo y la alta
atmósfera y la ionosfera por arriba. Estas capas son los
componentes pasivos de un circuito eléctrico global.
Entre la superficie de la tierra, cargada negativamente, y
la atmósfera, cargada positivamente, hay una diferencia
de potencial constante de unos 300.000 voltios.»
Nos encontramos pues con fenómenos que, descritos
elementalmente, serían la forma en que la Naturaleza
genera la electricidad natural. Pero esa energía eléctrica
que se libera y que se observa como se desprende en
forma de rayos, ha de proceder de alguna parte, se ha de
generar de alguna forma, han de concurrir elementos y
factores de los que se han de precisar sus mecanismos.
Estamos acostumbrados a ver descripciones de gran
simpleza que comúnmente son aceptadas por la física;
dicen que... los rayos son descargas eléctricas que se
producen entre dos nubes, o entre una nube y la tierra.
Pero no está claramente definido cómo se producen o se
desprenden estas cargas eléctricas. Hay gran diversidad
de opiniones acerca de esa cuestión. Por ejemplo, que las
cargas se producen a causa del rozamiento causado por
las enormes masas de nubes al desplazarse... Por la
fuerza del viento al chocar contra las nubes... Por el
choque de partículas que se produce cuando se forman
cristales de hielo o pequeñas bolas de granizo... Por el
hecho de que existe una diferencia de carga eléctrica
entre distintas nubes o de éstas con la tierra... Y es que
resulta que el fenómeno de la electrificación espontánea
en las tormentas severas no está aún completamente
entendido.
«La mayor parte de los meteorólogos opinan que no
se observan los signos de la actividad eléctrica hasta que
las nubes no han alcanzado un desarrollo bastante
notable en altitud, y con formación de hielo en las capas
superiores.»
272 
 

Del análisis detallado de estos fenómenos sería lógico


deducir que la separación cargas eléctricas en las masas
nubosas, ha de darse en unas condiciones que faciliten,
de forma instantánea o muy rápida, un cambio del estado
de los elementos presentes en la atmósfera. Y el elemento
principal que se encuentra en la atmósfera, que está
presente siempre en los fenómenos de tormentas, es el
agua condensada, en estado de vapor. Es este elemento
el que con mayor facilidad y rapidez cambia su estado
cuando varían rápidamente las condiciones de presión y
temperatura, comúnmente conocidas como “inestabilidad
atmosférica”.
Han de ser precisamente esos cambios bruscos del
estado de un elemento, los que deberían dar lugar por sí
mismos al desequilibrio brusco de las cargas eléctricas, a
la ionización, a esa liberación de electrones, que son las
consecuencias que se observan en las distintas regiones
de las masas nubosas. Hemos señalado con anterioridad
que una de las propiedades físicas del agua es la rapidez
para el cambio de estado en determinadas condiciones de
presión y temperatura, sólido, líquido, gaseoso, en zonas
próximas dentro de una misma nube. El vapor de agua
condensada que forma las nubes y los gases presentes,
nitrógeno y oxígeno principalmente, serían los elementos
que propiciarían la acumulación de las cargas eléctricas
desprendidas, y la descarga de rayos. O simplemente
actuarían como elementos conductores de la electricidad
desprendida por el cambio brusco de estado, condensado,
líquido o sólido (vapor, gotitas, cristales o bolas de hielo).
La definición de esta propiedad permite señalar una
de las posibles causas que originan la ionización, que es
la separación de cargas eléctricas de elementos presentes
en unas condiciones en las que se producen cambios
bruscos de temperatura y presión, o por mejor definirlos,
cuando entran en contacto masas de vapor condensado
cálido con otras masas de aire frío y seco, que causan los
intercambios de temperaturas, los veloces movimientos y
los cambios de presión por las diferencias de altitud.
273

Las condiciones que derivan de hechos constatados,


como el observado en los cumulonimbos de tormenta, en
los que las cargas eléctricas positivas se sitúan en la
parte superior de las nubes y las negativas en la base.
«En la estructura eléctrica de una nube de tormenta
es posible observar la presencia de una región de cargas
negativas situada entre dos regiones de cargas positivas.
La región cargada negativamente se encuentra localizada
aproximadamente entre isotermas de -15ºC y -25ºC y con
una altura alrededor de un kilómetro. La región positiva
superior está menos localizada y su altura puede ser de
varios kilómetros. La región positiva en la parte inferior
de la nube es más pequeña y su cantidad de cargas es
menor que las otras dos zonas.»
La liberación de cargas eléctricas sería consecuencia
de la compensación de la diferencia de potencial eléctrico,
entre dos masas de aire o agua condensada, a presiones
y temperaturas distintas. Esta definición podrá ser válida
si se observa que los movimientos de masas de aire, los
vientos, son más violentos cuanto mayor es la diferencia
de temperaturas entre dichas masas, y cuando esto se
produce en presencia de masas nubosas, mayor es la
frecuencia de fuertes descargas eléctricas.
Lógicamente, si esto fuera ciertamente así, ha de
extraerse un primera conclusión de que la electricidad
natural estaría contenida en las masas de vapor de agua
condensado y cálido, y que se libera al entrar en contacto
con las masas de aire frío y seco, pues esa liberación de
cargas eléctricas no es observable en fenómenos en los
que colisionan o concurren solo masas de vientos fríos
con vientos cálidos, en ausencia de masas nubosas.
Para completar esta deducción, debemos considerar
además otros factores, como la presencia de montañas, o
fuerzas de la naturaleza. Hay que señalar que la Tierra es
un inmenso campo magnético-gravitatorio, por lo que si
el estado de los elementos, en cuanto a su temperatura,
tiene relación directa con su carga eléctrica, tendremos
algunos datos acerca de las posibles causas que originan
274 
 

la circulación de las masas de aire asociadas a las masas


nubosas, de las diferentes áreas de presión atmosférica,
de los vientos, de los ciclones, de los huracanes, etc.,
estableciendo una relación directa entre sus diferentes
estados, temperaturas, cargas eléctricas, y la influencia
de su “atracción magnético-eléctrica”.
Hagamos un resumen detallado de los factores y
elementos que necesariamente han de tener influencia en
el desarrollo de los fenómenos descritos, y que convendrá
tenerlos siempre presentes.
Las altas temperaturas del agua de la superficie de
los océanos y mares, que suelen variar de los 26º C hasta
los 37º C. «Las aguas a altas temperaturas provocan que
la atmósfera sea suficientemente inestable para propiciar
la formación de fenómenos tormentosos con descargas
eléctricas.»
La presencia de masas de aire muy frio en las capas
altas de la atmósfera. «El enfriamiento rápido en relación
con la altitud permite la expulsión del calor latente, que
es la fuente de energía en un ciclón tropical.»
Una humedad alta, especialmente en alturas baja y
media de la troposfera. «Cuando hay humedad relativa
alta en la atmósfera, las condiciones son más favorables
para que se desarrollen las perturbaciones.»
Las bajas presiones atmosféricas. «Un sistema de
perturbación atmosférica preexistente debe tener algún
tipo de circulación como centro de bajas presiones».
Los gases componentes de la atmósfera, en especial
el Nitrógeno, elemento de mayor presencia, junto con el
Oxígeno y el vapor de agua disociado, (Oxígeno más
Hidrógeno).
La geografía, la orografía y la atmósfera. Zonas en
las que convergen grandes masas de agua con superficies
terrestres, situados en áreas cercanas al Ecuador. Zonas
de altas montañas contra las que chocan los frentes de
bajas presiones y las borrascas procedentes de los
océanos. Grandes movimientos de masas de aire frío en
altura procedentes de zonas polares y que fluyen hacia
275

las zonas más ecuatoriales. Épocas del año en los que el


calor del Sol incrementa la temperatura del las aguas de
los océanos y que suelen coincidir con los cambios de las
estaciones.
Las consecuencias que se desprenden de esta clase
de fenómenos son evidentes, como las inmensas fuerzas
que se liberan, el movimiento de grandes masas de aire y
de humedad, provocando tempestades con fuertes vientos
y abundantes lluvias o granizos, frecuentemente unidos a
descargas eléctricas. Y es que estamos ante fenómenos de
la naturaleza de grandes dimensiones que todavía no han
llegado a ser suficientemente comprendidos, explicados y
resueltos, a pesar de los numerosos y avanzados medios
técnicos con los que se vienen investigando desde hace
muchos años; son los complejos y delicados procesos que
intervienen en la formación y el desarrollo de ingentes
fuerzas tras las que todavía quedan aspectos ‘ocultos’ que
esperan ser desvelados, como si se trataran de ‘secretos
muy bien guardados’.
Ha de hacerse hincapié sobre la importancia de estos
fenómenos que desprenden o liberan ingentes cargas de
electricidad, porque si llegaran a poder ser reproducidos
en laboratorio, de forma artificial, mediante el empleo de
algún tipo de ingenio o máquina, significaría ser una
solución espectacular para las necesidades energéticas
del futuro en este planeta.
Plantear un procedimiento de experimentación con el
objetivo de verificar si es posible reproducir los factores o
condiciones específicas que han de darse, cuáles son las
causas que influyen para que las nubes se ionicen, el
porqué y cómo se produce la separación espontánea de
las cargas eléctricas de signos opuestos en las nubes, es
la vía que ha de seguirse para llegar a comprender esos
conocimientos ‘ocultos’, o despejar las incógnitas que
resuelvan el problema.
276 
 

Aerolitos misteriosos
Durante el mes de enero del año 2000 ocurrieron
una serie de extraños acontecimientos atmosféricos a los
que nadie logró dar una explicación convincente y sobre
todo científica. Unos misteriosos bloques de hielo de gran
tamaño, -a los que pronto se conocería con el nombre de
“aerolitos misteriosos”-, comenzaron a caer del cielo de
forma intermitente en numerosos y dispersos lugares de
la península Ibérica. De pronto, de una forma inusual, y
durante unas pocas semanas, los periódicos, cadenas de
radio y televisión, estuvieron dando diariamente noticias
inquietantes. Y todas las noticias coincidían en lo mismo:
los bloques caían en forma individualizada, es decir, que
en aquellos lugares donde se producía la noticia, solo
habían detectado la caída de un solo bloque, grande, con
formas y pesos variables, pero únicamente un bloque.

Aerolitos de hielo de gran tamaño

Cada día las noticias y reportajes de televisión


mostraban imágenes de los bloques de hielo, algunos de
los cuales tenían un considerable tamaño y peso, desde 4
kilos y alguno que superaba los 6 kilos, siendo más de
veinte los incidentes de estas características que se
registraron en aquellos días. Las entrevistas a personal
científico e investigadores relacionados con este asunto,
concluían siempre con similares argumentos: vamos a
277

estudiar el fenómeno... aparentemente no hay ninguna


explicación... ya existen antecedentes de caídas de
bloques en otras épocas y en muy diversos lugares... etc.
El fenómeno ya era conocido por los científicos, pero
nunca se habían tenido noticias de que se hubieran
producido con la intensidad que se estaba dando y con
una localización geográfica tan concreta y reducida como
era la península Ibérica. Y sobre todo, porque las caídas
de estos objetos de hielo se producían en lugares donde
los cielos estaban siempre despejados, sin nubes, ni con
formaciones tormentosas en las cercanías, ni de otros
fenómenos atmosféricos que pudieran ser los causantes
de las formaciones de esos bloques de hielo.
Pero de pronto, también de forma casi tan rápida
como habían aparecido, comenzaron a dejar de caer estos
bloques. El fenómeno apenas duró unas pocas semanas.
Aunque posteriormente y transcurridos un par de años,
se reprodujeron algunas noticias sueltas sobre ese mismo
fenómeno que se había vuelto a detectar, de forma casi
esporádica, en algunos lugares. Pasados unos días más
el fenómeno desapareció por completo, y transcurridos ya
más de diez años, no se han tenido noticias del mismo,
ya que no se ha vuelto a reproducir, al menos con aquella
intensidad y con una localización geográfica tan concreta.
Realmente, todo resultó ser un fenómeno inusual y
misterioso, y también como muchos otros casos, de ellos,
al final solo quedó el recuerdo, ya que continuamos sin
conocer ninguna explicación científica, ni del origen de
aquellos bloques ni las causas que los originaron. Alguna
de las hipótesis que se plantearon entonces, para explicar
aquel fenómeno físico, es que lo atribuían a la “formación
de rayos gélidos que generan fuerzas capaces de provocar
la condensación del vapor de agua atmosférico”.
278 
 

Noticias de la prensa

«Durante los últimos quince días una auténtica


avalancha de aerolitos de hielo ha mantenido en vilo a la
población española. Decenas de fragmentos de un hielo
compacto, limpio y claro, se han precipitado sobre los
rincones más dispares de la península Ibérica, obligando
a las instituciones científicas a hacer el más grande
esfuerzo de coordinación que se recuerda en mucho
tiempo. El misterio, pese a que algunos científicos han
afirmado que eran bromas urdidas por no se sabe quién,
nos cautivó a todos. Bien es cierto que no era la primera
vez que llovían bloques de hielo de un cielo despejado y a
plena luz del día. Sin embargo, sí ha sido la primera vez
que lo ha hecho sobre un punto planetario tan pequeño
como España y en una oleada furiosa.»
«Sin explicación. Investigadores del Centro de
Astrobiología que comparten el Centro Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Nacional
de Técnica Aeroespacial, se desplazaban el 13 de enero
de 2000 a l'Alcúdia con un congelador portátil y asumían
el control de una investigación que han coordinado desde
entonces y que todavía sigue activa sin que exista una
explicación científica sobre las causas que provocan la
aparición de los bloques de hielo, a los que se han
acuñado el nombre de "megacriometeoros". Destaca el
liderazgo y la repercusión que la investigación realizada
en el centro español sobre el origen de estos eventos, "que
está lejos de haber concluido", ha tenido en las revistas
científicas más prestigiosas del mundo, lo cual ha
despertado el interés de otros científicos. Sin embargo, no
existe una explicación unánimemente aceptada sobre
cómo y por qué se generaron los "megacríometeoros",
aunque sí han quedado descartadas algunas de las
causas que se apuntaron en los primeros momentos. La
explicación es que las características que presentan los
bloques de hielo caídos en España "comparten" los rasgos
279

observados y bien conocidos de los grandes "hailstones" o


piedras de granizo atmosférico, con la salvedad, claro, de
que su caída se produjo en días despejados y sin una
nube a la vista.»
«Climatólogos de la Universidad de Whitewater, en
Wisconsin, sostienen que la similitud en los detalles
aportados por los investigadores que a lo largo de la
pasada década recogieron y estudiaron en distintas
partes del mundo 50 bolas de hielo como las caídas en
España, hace suponer que no se trata de un engaño. Los
análisis demostraron que el hielo de esas "grandes bolas"
procedía de agua de lluvia. Tras analizar la composición
de los bloques descubrieron que estaban estratificados en
capas y llenos de burbujas de aire, y que contenían gases
como amonio y partículas de sílice, los investigadores
llegaban a la conclusión de que estos bloques de hielo
"tienen su origen en procesos similares a los de la
formación del granizo". La formación de los primeros
núcleos de hielo podría deberse a la persistencia de las
estelas de aeronaves que, en condiciones atmosféricas
inusuales, podrían contribuir a generar núcleos de hielo
en las capas altas de la atmósfera.»
«El enigma del hielo que cayó del cielo. La incógnita
continúa, cambio climático, fugas de agua en los aviones,
extraterrestres, restos de un cometa, bromistas... Apenas
duró unas semanas, pero pocos fenómenos como el de
los mal llamados aerolitos o bloques de hielo caídos del
cielo han acaparado la atención de los valencianos. Diez
años después de los sucesos casi todas las preguntas
siguen sin respuesta, mientras los "megacriometeoros"
siguen cayendo por todo el mundo. Nunca se supo con
certeza la procedencia de esas piedras, pero el de los
aerolitos es un fenómeno meteorológico que se forma en
la troposfera. Su posterior caída podría estar relacionada
con las anomalías atmosféricas y del ozono ligadas al
cambio climático.»
«El 8 de enero de 2000, un bloque de hielo de origen
desconocido caía en Soria. Fue el primer aviso, aunque
280 
 

inicialmente desapercibido, de un fenómeno tan intenso


como fugaz que sigue sin respuestas claras diez años
después de aquel primer impacto documentado. El día 10
un vecino de Tocina (Sevilla) tomaba tranquilamente un
café cuando un bloque de hielo cayó sobre el capó de su
coche, provocando una enorme abolladura y la rotura del
cristal delantero. El día 12 se repetía el fenómeno en una
nave industrial de l'Alcúdia, el 13 en Elx, el 14 en la
Unión (Murcia), el 15 en Enguera y Xilxes, el 16 en Cádiz
y Huelva y el 17 en Algemesí. La prensa y la televisión se
volcaron con el fenómeno, en toda España, especialmente
en la Comunitat Valenciana, donde se concentraron
varios de los casos más llamativos se produjo un episodio
de psicosis colectiva, como si todos los ciudadanos y sus
bienes estuvieran expuestos al impacto de los misteriosos
bloques de hielo. En dos semanas se documentaron 50
casos, aunque se cree que muchos fueron bromas o
fraudes. El fenómeno terminó de repente, tal y como
había comenzado.»
«14 de agosto de 2002. Los "aerolitos" de hielo caídos
sobre España hace algo más de dos años, para sorpresa
de ciudadanos y científicos, podrían deberse a los efectos
del cambio climático. Así lo aseguraron entonces los
científicos españoles que acometieron su estudio, y su
tesis es ahora validada por colegas estadounidenses que
se han aproximado al fenómeno, publicando sus
resultados en la revista científica "Sciencie". »
«14 de marzo de 2007. Un bloque de hielo de unos
20 kilos y 50 centímetros de diámetro cayó ayer del cielo
y agujereó el tejado de una nave industrial de Mejorada
del Campo (Madrid). Abrió un boquete de dos metros de
largo por uno de ancho. Nadie resultó herido. Renace así
el desconcertante misterio de los aerolitos de hielo que,
cual Guadiana, surgió en el 2000, quedó en el olvido y
poco después resucitó durante unas semanas del 2002.»
281

Coincidencias extrañas

En aquellas mismas fechas del año 2000, también se


produjo un fenómeno misterioso, del que fui testigo, y al
que tampoco pude encontrar una explicación coherente,
que no fuera otra que la de una simple coincidencia.
Hacía ya muchos años que había construido una
pirámide que daba la impresión de que tuviera algo de
especial. Tenía las mismas proporciones y dimensiones a
escala que la Gran Pirámide de Keops. Medía algo más de
30 centímetros de altura. Las caras triangulares eran de
madera prensada por su parte interior, recubiertas en el
exterior con cartulina recia de color blanco. Ciertamente
tenía un tamaño y forma espectacular. Permaneció
durante ese tiempo sobre la tarima de una mesa para
trabajos manuales, en una galería con un cerramiento de
aluminio en color bronce y cristales traslúcidos. La tenía
colocada con una orientación Norte-Sur de sus caras, y
siempre con una brújula colocada a su lado que señalaba
más o menos dicha orientación.
Su interior tenía colocada una estructura un tanto
peculiar, consistente en dos paneles situados en alturas
diferentes, uno sobre la base y otro a mitad de la altura,
más o menos. En el panel superior había practicado
diversos orificios pequeños y un orificio central de mayor
diámetro. Por ese orificio pasaban unas agrupaciones de
cables de cobre, cada una de las cuales estaba enrollada
por un trozo de tela blanco, que hacía a modo de aislante
entre cada uno de los grupos de cables. La parte inferior
de los cables enrollados llegaban agrupados desde este
panel hasta el de la base, y en la parte superior, donde
sobresalían por encima del orificio central, dispersos
aleatoriamente, formando algo semejante a las hojas de
una palmera. También en el interior había un pequeñito
frasco de plástico lleno de agua, cerrado durante algún
periodo de tiempo y a veces abierto, a modo de curiosidad
experimental.
282 
 

Transcurrieron así varios años, hasta que un buen


día, y como consecuencia de lo que describía un libro
que estaba leyendo, construí unos elementos nuevos que
añadí a la estructura interior de la pirámide. Se trataba
de cuatro triángulos con la misma medida que los de las
caras, y con una altura aproximada de algo más de la
mitad. Dichos triángulos iban recubiertos con papel de
aluminio y colocados en la parte superior interna de cada
una de las caras. Pocas semanas después de colocados
los triángulos, comenzaron a producirse unas noticias
inquietantes, referidas a misteriosos bloques de hielo que
estaban cayendo en diversos lugares de la geografía
española. Pasaban los días y las noticias se sucedían, y
cada vez eran más alarmantes; los lugares donde caían
los bloques eran aleatorios, unos hacia el oeste, otros al
este, cercanos a la costa mediterránea, otros más al sur.
A la vista de que esos acontecimientos iban en aumento y
algunos se acercaban geográficamente a la ciudad donde
residía, tomé la decisión, quizás absurda o inconsciente,
de retirar la pirámide de la ubicación en la que estaba
habitualmente, y la escondí en el armario, bajo la tarima,
variando su posición, dejándola apoyada sobre una de las
caras, en lugar de su base.
Transcurrieron así los siguientes días, en los cuales
las noticias de las caídas de bloques de hielo comenzaban
a disminuir, hasta que dejaron de producirse, por lo que
llegue a pensar que todo esto no habría sido más que una
simple y casual coincidencia, a pesar de la cual, opté por
seguir manteniendo la pirámide recogida bajo el armario,
tal como la había guardado. Al cabo de un tiempo, y de
que aquel episodio de los bloques ya había sido olvidado,
un buen día pensé que haber recogido la pirámide había
sido una decisión ridícula, volví a colocarla de nuevo
sobre la tarima, en la misma posición y orientación que
las habituales. Pero, de nuevo la causalidad, pocos días
después comenzaron a producirse más noticias de caídas
de bloques de hielo sobre diversos lugares.
283

Entonces, por precaución y aunque esa casualidad


fuera totalmente absurda, opté por retirar la pirámide y
recogerla definitivamente, en el cuarto trastero, en los
sótanos de la casa, en el que transcurridos unos años, y
debido a la gran humedad que se acumuló en el lugar,
opté por tirarla a la basura.
Realmente fue este un episodio extraño y del que
tampoco se puede encontrar una explicación coherente,
sobre si todo eso fueron coincidencias o realmente ambos
episodios tuvieron algún nexo en común. La incógnita era
inquietante, puesto que una de las propiedades que se
atribuyen a las pirámides es su gran influencia o relación
con el agua o con la humedad, y en este supuesto esa
relación parecía evidente. Un misterio, un nuevo enigma,
un secreto que guarda oculto la naturaleza.
Precisamente, aquel episodio me llevó a relacionar
dos hechos históricos que aparecen relatados en libros
cuyos autores datan la construcción de la Gran Pirámide
en una época anterior a la que se estima que tuvo lugar
el gran Diluvio Universal, y como si esos acontecimientos
hubieran tenido algún nexo de relación. Casi todas las
culturas de la antigüedad dejaron constancia en relatos y
leyendas referidos a aquel cataclismo geológico, de lo que
se ha de deducir que fue una inundación que se habría
producido a escala planetaria global. Teniendo en cuenta
las supuestas influencias que las estructuras piramidales
parecen ejercer sobre el agua, es inevitable relacionar
aquel acontecimiento meteorológico y la Gran Pirámide,
cuestionando si su origen fue por causas naturales, o
provocado por causas artificiales.
A tenor de las incógnitas que surgen acerca de las
múltiples finalidades que se atribuyen de dicha pirámide,
como veremos más adelante, sería una deducción que no
se debe descartar.
284 
 

Clima y salud
Las condiciones atmosféricas y los fenómenos que se
han analizado, constituyen en su conjunto el clima, que
por otra parte, influyen de una forma determinante en el
cuerpo y en la salud de las personas, hasta tal punto que
las variaciones climáticas favorecen el empeoramiento o
la aparición de determinadas enfermedades o dolencias.
Cualquier cambio brusco del clima causa afecciones
en la mayoría de las personas, de forma más o menos
sensible, independientemente de su estado de salud. Los
cambios bruscos del tiempo pueden desencadenar crisis
o empeoramientos de pacientes con determinados tipos
de enfermedades crónicas. Un descenso repentino de la
temperatura o de la presión atmosférica, o la aparición de
fuertes rachas de viento, ejercen una influencia negativa
en ese tipo de pacientes. Todos esos factores climáticos
se ven potenciados cuando la humedad ambiental es
mayor, y sobre todo, cuando confluyen simultáneamente.
Los cambios de temperatura, la presión atmosférica,
el viento y sobre todo la humedad, que potencia los
efectos del frío o del calor, son factores que condicionan
claramente nuestro bienestar y producen efectos físicos y
psicológicos relacionados con el riesgo de aparición o
agravamiento de algunas enfermedades. Los climas muy
secos favorecen la aparición de enfermedades que afectan
a los órganos de la respiración, como la rinitis, faringitis
o bronquitis. Cuando una persona tiene problemas en los
senos nasales, generalmente significa que tiene la nariz
taponada, congestión nasal y presión en la cabeza. La
irritación que causan los resfriados, las alergias y el
humo, pueden hacer que el interior de la nariz se hinche
y que se tapen las aberturas por donde sale el moco de
los senos nasales.
El clima nunca ha sido ignorado por los antiguos.
Efectivamente, los caldeos, babilonios, egipcios, griegos,
romanos, árabes, chinos y otras culturas incidieron en
285

valorar el influjo que ejercen las variaciones del clima en


el bienestar humano. La relación entre ambiente y salud
es un hecho que ya suscitó la curiosidad y el interés en la
antigüedad. El célebre médico griego Hipócrates estudió
esa relación y escribió el libro al que dio por título ‘De los
aires, de las aguas y de los lugares’ y durante mucho
tiempo algunas enfermedades se explicaron únicamente
por esos factores externos. Hipócrates creía que los
factores ambientales, el aire, el agua y la geografía tenían
una influencia directa en los humores y aconsejaba
prestar cuidado a los cambios de estación más bruscos.
Dentro de la teoría sobre los ‘humores’ o complexiones,
siempre ha perdurado que la melancolía se producía por
la presencia desequilibrada en la sangre de la bilis o la
flema, lo que provocaría desaliento y la dejadez corporal,
situaciones propias de estaciones donde el clima se va
tornando a frío y húmedo.
«No tiene una explicación satisfactoria, pero es cierto
que la conjunción de temperaturas, presión atmosférica y
humedad provocan desórdenes en el sistema biológico».
Actualmente ya están estudiadas las relaciones entre
el clima y las enfermedades. Los cambios meteorológicos
afectan los sistemas circulatorios y respiratorios. Aunque
los seres humanos se adaptan al clima y a diferentes
condiciones de vida, siguen siendo vulnerables a los
cambios meteorológicos importantes. Las oscilaciones del
campo eléctrico que se desencadenan por el aumento de
electricidad producen neuralgias, crisis de enfermedades
nerviosas, epilepsia, asma, ataques cardiacos, reúma y
pérdidas de reflejos, las crisis físicas más frecuentes -
junto a las alergias- de la estación primaveral.
El cambio de estación influye en el comportamiento y
en las emociones de los seres humanos. El cerebro y el
sistema nervioso, análogos por esas interconexiones
eléctricas, se ven influidos por los cambios ambientales
que prevalecen en cada estación del año. Un catarro o un
resfriado son comunes en algunas épocas. También se
detectan actitudes emocionales provocadas por los
286 
 

cambios de tiempo. Así, en primavera se ve favorecida la


expansión de una energía vital, mientras que en otoño
ocurre exactamente lo opuesto, la energía disminuye,
mientras la melancolía o la tristeza se apoderan de los
cuerpos vivos.
Temperaturas demasiado altas o bajas, y los bruscos
cambios, provocan deterioro de la salud de las personas,
llegando a desencadenar enfermedades y muertes. Los
dolores de articulaciones aumentan con las temperaturas
bajas. El tiempo y el clima influyen considerablemente en
la propagación y concentración de estos cuadros, varían
según la estación del año, y tienen una relación causal
directa con los vientos, la humedad, las lluvias, y los
cambios bruscos de temperaturas. El paso de un frente
frío o cálido resulta determinante para alterar la salud y
el estado de ánimo. La concentración de contaminantes
en el aire también depende de la estación del año y de las
condiciones meteorológicas prevalecientes, en particular
de las corrientes de aire, la variación de la temperatura,
la humedad y la precipitación.
El cuerpo humano parece diseñado para vivir en un
ambiente tropical, cálido y húmedo, donde no existan
grandes fluctuaciones de temperaturas que afecten a
nuestra temperatura corporal normal, sobre los 36ºC. No
es casualidad pues, que las enfermedades que aparecen o
se agravan ante determinadas condiciones climáticas han
sido denominadas con el nombre de ‘meteoropatológicas’.
La electricidad de la atmósfera afecta al organismo,
pero ¿influye el tiempo en la conducta de los humanos?
Para algunos especialistas la vulnerabilidad en pacientes
reside en los trastornos que se ocasionan en algunas
estructuras de nuestro cerebro, en concreto, sobre el
sistema límbico-hipotalámico y en la glándula pineal.
«Algunas crisis de migrañas coinciden con bajadas
rápidas de la presión atmosférica, la proximidad de una
tormenta, el aumento de la temperatura y la aparición de
determinados vientos. Nuestro cerebro es muy sensible a
las oscilaciones barométricas, de forma que se muestra
287

afectado en determinadas condiciones, por ejemplo en las


tormentas, en las que la presión atmosférica fluctúa
numerosas veces por minuto.»
«Sabemos de las influencias que los vientos ejercen
sobre el comportamiento humano: los del este y noroeste
son excitantes e irritantes; los del oeste y suroeste
provocan estados depresivos; y los del noroeste y sureste
son indeterminados. Estos serían los vientos más sanos.»
Cuando el ambiente está ‘cargado’, el aire caliente y
húmedo nos envuelve, la tormenta se desencadena y
cuando ha pasado queda el aire con una sobredosis de
iones negativos que nos proporciona una sensación de
placidez y energía. La ionización del aire es una de las
variables atmosféricas en las que confluyen factores como
la presión, temperatura, viento, humedad y electricidad,
y es precisamente éste último, el factor que mayor y más
notable respuesta suscita en nuestro organismo.
En realidad, no es la temperatura, la humedad o el
viento lo que hace que las personas sean sensibles a los
fenómenos atmosféricos, sino los cambios bruscos de las
propiedades electromagnéticas de la atmósfera, como el
grado de ionización y de conductividad eléctrica del aire,
el campo eléctrico, y en especial en los sistemas frontales,
debido a que la electricidad en la atmósfera se mueve con
mayor rapidez.
Pero no es exclusivamente el clima el que determina
y afecta a nuestra salud, sino que son los factores que se
observan en los fenómenos climáticos, cuando concurren
en circunstancias muy específicas. Como por ejemplo la
breve descripción de un catarro común debido al calor,
relatada en un libro que trata sobre digitopuntura, La
salud en sus manos, de Devendra Vora: «La otra razón
para el dolor de cabeza y el catarro es el exceso de flujo
de bilis, que crea una excesiva acidez en el estómago. Eso
lleva al calentamiento del aire que hay en el estómago.
Este aire caliente ocupa los espacios vacíos en la cabeza y
en la cara. Durante el día, siempre que se enfría este aire
caliente, debido al viento frío, al funcionamiento de un
288 
 

ventilador encima de la cabeza, o al sentarse en un lugar


con aire acondicionado, se reúne humedad y esta se
convierte en agua. Esa agua enfriada contrae los nervios,
lo que lleva al dolor de cabeza y a la sinusitis. Cuando el
frío acumulado comienza a bajar, irrita la garganta y la
nariz, y lleva a la amigdalitis, y produce el estornudar y el
moquillo.»
Nuevamente, en este episodio tan específico en el
que se han descrito condiciones climáticas, vemos cómo
los mismos factores atmosféricos que intervienen en los
fenómenos tormentosos, influyen decisivamente en los
seres vivos, en los seres humanos. Esa influencia tan
directa y evidente puede ser debida a que las células de
nuestros organismos estén mayoritariamente compuestas
de elementos como el agua y sales minerales.
Los organismos de los seres humanos y otros seres
vivos superiores, están condicionados por la ‘electricidad
natural’, imprescindible para vida y el desenvolvimiento
de nuestros propios cuerpos. Los seres vivos y en especial
los seres humanos, somos lo que somos, vivimos y nos
movemos o ‘funcionamos’ por el ‘impulso eléctrico’, por la
‘bioelectricidad’, por la energía que ha de generar nuestro
organismo, pero... ¿dónde, cómo, de qué manera genera
esa ‘bioelectricidad’...? ¿Cuáles son sus mecanismos...?
289
 

BIOELECTRICIDAD

Los seres vivos superiores tienen un elemento común


fundamental para el mantenimiento de la vida: Toda su
movilidad es consecuencia de los impulsos nerviosos que
emite el cerebro, generados de una energía ‘bioeléctrica’.
La diversidad de las especies invita a deducir que las
formas, posibilidades y condiciones en las que se genera
la bioelectricidad necesaria para emitir los impulsos son
muy heterogéneas. Las consecuencias son un hecho bien
conocido actualmente por la ciencia, pero las causas o el
origen, el cómo, dónde, o de qué forma se genera esa
‘bioelectricidad’ puede que sea uno de esos “secretos” que
todavía han de ser explicados.
«La bioelectricidad o biomagnetismo, es una rama de
las ciencias biológicas que estudia fenómenos eléctricos o
campos magnéticos que se generan en los seres vivos,
aunque estos dos conceptos vayan fuertemente unidos,
ya que alrededor de toda corriente eléctrica se genera un
campo magnético. Estos fenómenos incluyen el potencial
eléctrico de las membranas celulares y las corrientes
eléctricas que fluyen a través de los nervios y músculos
como consecuencia de su potencial de acción.»
290 

Electricidad animal
Unos experimentos realizados por un médico italiano
Luigi Galvani (1737-1798), le permitieron identificar la
naturaleza eléctrica del impulso nervioso.
«Mientras disecaba una rana colocada en una mesa
en la cual había una máquina eléctrica, un ayudante de
Galvani tocó los nervios crurales con la punta de un
escalpelo. Inmediatamente los músculos de las ancas del
animal se contrajeron. Galvani, un anatomista no muy
familiarizado con la electricidad, investigó el suceso.
Repitió el experimento cortando la columna vertebral por
debajo de las extremidades inferiores y dejando las ancas
adheridas por los nervios lumbares. Colocando una de
las extremidades de un arco metálico de cobre y cinc en
contacto con esos nervios y la otra tocando los músculos
de una de las ancas, observó cómo se flexionaban.
Galvani realizaba pequeños experimentos prácticos que
mostraban a los estudiantes la naturaleza y propiedades
de la electricidad. Demostró que, aplicando una pequeña
corriente eléctrica a la médula espinal de una rana
muerta, se producían grandes contracciones musculares
en los miembros de la misma. Estas descargas podían
lograr que las patas (incluso separadas del cuerpo)
saltaran igual que cuando el animal estaba vivo. El hecho
fue erróneamente explicado por Galvani aludiendo a una
‘electricidad’ de origen animal. Posteriormente descubrió
que se generaba electricidad al poner en contacto dos
metales diferentes con un líquido conductor interpuesto.»
Giovanni Aldini (1762-1834), físico italiano nacido en
Bolonia, sobrino de Luigi Galvani, realizó experimentos
macabros con cadáveres humanos y de animales para
demostrar la fuerza del galvanismo, y cómo afectaban los
estímulos de naturaleza eléctrica en los seres vivos.
«Aldini utilizaba las cabezas y los troncos de vacas,
caballos, ovejas y perros y cadáveres de criminales que
habían sido ejecutados. Tras cortar la cabeza a un perro,
291
 

hizo pasar la corriente de una batería a través de ella. Al


poner en contacto se produjeron terribles convulsiones:
Las mandíbulas se abrieron, los dientes castañetearon,
los ojos se pusieron en blanco, y de no haber parado, se
podría creer que verdaderamente el animal sufría y había
vuelto a vivir de nuevo.»
«El experimento más famoso de Aldini tuvo lugar en
Londres en 1803, con el cuerpo de un ahorcado llamado
George Forster.  Después de haber permanecido colgado
durante más de una hora en temperaturas bajo cero,
Aldini adquirió el cadáver y comenzó sus experimentos
galvánicos. En la primera aplicación del proceso, vertió
pasta en las fosas nasales y en la boca, las conectó con
una batería y entonces el cuerpo de Forster parecía
revivir “con grandes convulsiones en su cabeza, rostro y
cuello, así como en el deltoides”. Las manos comenzaron
a temblar y los músculos adyacentes horriblemente
retorcidos, y un ojo se abrió. En la parte posterior del
proceso la mano derecha se levantó y apretó, y las
piernas y los muslos se pusieron en marcha.»
Al margen de esos trabajos y experimentos también
se pudo comprobar que no solo se podían estimular los
músculos eléctricamente, sino que éstos respondían a la
acción de los nervios dentro de la actividad normal de los
animales impulsada por fenómenos eléctricos. Todo esto
era tan inusitado que el papel de la electricidad en los
cuerpos vivos ni siquiera se imaginó hasta tiempos muy
recientes.
Actualmente son numerosos los dispositivos que la
tecnología viene desarrollando con fines terapéuticos,
basados en la bioelectricidad que se genera en el cuerpo
humano y son que utilizados en medicina para una gran
diversidad de funciones, como los electrocardiogramas,
encefalogramas o medición de los impulsos eléctricos del
cerebro, implantes de marcapasos o los desfibriladores.
Las investigaciones más avanzadas están llevando a
extremos insospechados, como que se están desarrollado
292 

implantes eléctricos para la médula espinal o cables para


conectar un cerebro con una computadora.
«Mediante unos implantes eléctricos, unos científicos
norteamericanos han logrado estimular la médula espinal
en pacientes paralíticos a causa de accidentes, y según
en qué casos, las probabilidades de recuperación de esa
clase de discapacidad están resultando esperanzadoras.
Andrew Meas, un ciudadano estadounidense de 33 años,
se ha convertido en el primer paralítico que se ha logrado
levantar y caminar gracias a la rehabilitación estimulada
por un implante eléctrico. Perdió la movilidad de cintura
hacia abajo en un accidente de coche en 2007, en el que
su espina dorsal quedó seriamente dañada. Pero gracias
al implante, y a la rehabilitación, ha logrado recuperar la
habilidad para levantarse y mover las piernas sin ayuda.
Para llegar a moverse tuvo que pasar por toda una serie
de azarosas pruebas. En primer lugar se sometió a una
rehabilitación convencional, en la que no experimentó
ninguna mejora. Tras esto se le implantó una matriz de
16 electrodos en la zona inferior de la médula espinal,
para estimular de forma continua los nervios raquídeos.
Cuando el implante se encendió y se colocó en la posición
correcta, fue capaz de levantarse sin ayuda en el primer
intento. Las señales cerebrales voluntarias lograron
atravesar la lesión y dar órdenes a las extremidades más
alejadas. Una sensación que, según narra cambió su vida
para siempre: “Cuando se encendió noté una sacudida en
los músculos. Fue algo alucinante. Era la sensación más
normal que sentía desde que tuve la lesión”.»
Aunque pueda parecer un relato de ciencia ficción,
ya parece posible conectar el cerebro de una persona a
una máquina para registrar los impulsos eléctricos. «Un
grupo de investigadores de la Universidad de Michigan
acaba de conseguir algo que parecía imposible: fabricar
un delgadísimo cable capaz de "enchufar" directamente el
cerebro humano a una computadora. El ingenio es tan
preciso que puede conectarse directamente incluso a
neuronas individuales. Este sorprendente estudio se ha
293
 

publicado esta semana en Nature Materials. El cable en


sí es un filamento de carbono revestido de plástico, de
modo que las señales eléctricas de las neuronas no
causen molestas interferencias no deseadas. En uno de
sus extremos, el cable está impregnado con un gel cuya
finalidad es la de acoplarse a la perfección con las
membranas de las células cerebrales y transmitir y
recibir de ellas señales eléctricas. El otro extremo está
conectado a una computadora, de forma que las señales
que emite el cerebro llegan directamente a la máquina, y
con una extraordinaria claridad.»

El agua y el cuerpo humano

Conocemos la actividad eléctrica del cerebro humano


y que de la actividad de sus neuronas parten todos los
impulsos eléctricos que regulan la función de los órganos
y mueven los músculos del cuerpo. Esa es la forma de
transmisión de los impulsos eléctricos, pero... ¿Sabemos
cómo o donde se generan los fenómenos eléctricos en el
cuerpo de los seres humanos? Las posibles respuestas a
esa interrogante nos llevan a tener que responder otra...
¿Cómo puede existir electricidad en un organismo vivo
que en su mayoría está compuesto por agua?
«En el momento de la división celular se crean unos
estados oscilatorios de alta frecuencia que producen la
bioenergía. Ésta puede manifestarse en forma de fotones
creadores de luminiscencia, por medio de radiaciones de
frecuencia similar a los rayos ultravioletas, o como
ultrasonidos o corrientes eléctricas, pero todas estas
manifestaciones son sólo distintas presentaciones de una
única energía. Esta energía está repartida universalmente
y acompaña a los fenómenos electromagnéticos, lo que
hace que en muchas ocasiones pueda confundirse con
los mismos, pero es totalmente distinta, y es capaz de ser
294 

captada por los seres vivos, por ciertas estructuras


geométricas y por unas determinadas combinaciones de
materiales. Esta fuerza interior del organismo, ejerce su
actividad en un área a la que se llama biocampo, el cual
se encuentra formado por varios campos menores
emitidos por los distintos órganos del ser vivo.»
«Otra curiosidad es que, siendo el agua un pésimo
electrolito, paradójicamente disuelve e ioniza a una
enormidad de substancias, y gran número de las que no
se disuelven pasan al estado coloidal, de tal modo que el
agua, cuyo valor nutritivo es nulo, se convierte por este
hecho en el constituyente principal de todos los seres
vivos, y por decirlo así, en el alimento más indispensable,
ya que se muere diez veces antes de sed que de hambre.
Pero no toda el agua que existe en los seres vivos se halla
en un solo estado. Actúa como disolvente, pero también
ligada a los coloides celulares en un estado muy especial.
Todo ello nos demuestra la existencia de dos clases de
agua en los tejidos vivos, una de ellas más fuertemente
retenida que la otra y que no se separa ni durante la
cocción ni la congelación Esta clase especial de agua, a la
que se llama agua físico-lógica, es muy probable que
forme complejos, o complejos de complejos moleculares
con los constituyentes de las células. ¡Y éste es el punto
clave de toda la cuestión! Esta capacidad del agua para
polimerizarse y formar uniones moleculares inestables, es
la base de la vida. Podríamos decir que siendo líquida, es
un líquido tan especial que todavía recuerda la forma
cristalina del hielo del que proviene; que en realidad
sigue siendo un intermedio entre los estados sólido y
líquido, y que posee una estructura semicristalina
extraordinariamente inestable que la hace sensible a
influencias externas mínimas.»
En 1962 Giorgio Piccardi, profesor de la Universidad
de Florencia, decía: "Quizás incluso sean el agua y el
sistema acuoso lo que permite a los organismos vivos
reaccionar ante las fuerzas externas, porque la existencia
de una estructura tan delicada y sensible permite
295
 

suponer que, con medios apropiados, podría modificarse


su misma estructura de infinitas maneras, y de esta
forma podemos afirmar que el agua es sensible a
influencias extremadamente delicadas y capaz de
adaptarse a las más diversas circunstancias como
ningún otro líquido puede hacerlo".  Este profesor estaba
preocupado por el hecho de que el comportamiento de
algunas reacciones químicas no fuera exactamente el
mismo en unos días que en otros, a pesar de todas las
precauciones que se tomasen para que las condiciones
iniciales y ambientales del experimento fueran lo más
iguales posibles.
«Acompañando siempre a campos electromagnéticos,
existe otro campo, al que llamamos bioenergético, que es
la base de la vida. Al contrario de las energías de la física,
la bioenergía no se halla limitada por las constantes de la
velocidad de la luz, ni la unicidad direccional del tiempo.
Esta bioenergía puede ser detectada y medida de forma
indirecta mediante aparatos de alta precisión de la física,
y existen substancias, como el agua y el aluminio, que
pueden cargarse de dicha energía, para desprenderse
poco a poco de la misma, lo que facilita su utilización.»
«El agua, gracias a cambios estructurales, es capaz
de acumular en sí misma la más mínima variación
energética que se produzca en su entorno, para cederla a
su vez, también en otro de sus cambios. Y no olvidemos
que la temperatura crítica de estabilización del agua es
de 35º a 40º C. ¡Que casualmente es la temperatura
media del cuerpo humano!»
Resumiendo, podríamos decir que el agua, además
de ser el elemento principal para la vida, es el más simple
y eficaz catalizador que existe.
296 

Generación de bioelectricidad
Los efectos de la electricidad animal o bioelectricidad
en los seres humanos son perfectamente conocidos desde
ya hace muchas décadas, por lo que no vamos a plantear
más ejemplos; sin embargo, no está todavía muy claro
cómo el cuerpo humano genera, conserva o renueva las
necesarias ‘reservas’ de energía bioeléctrica.
«En Estados Unidos, la búsqueda de la bioenergía
para algunos científicos ha sido precedida por la creación
de un modelo electrónico con el cual han identificado el
organismo humano. Así, el doctor George Crile considera
que cada célula es como una diminuta pila eléctrica que
genera su propia corriente por medios químicos y utiliza
como conductor al sistema nervioso. Otros investigadores
han continuado los trabajos de George Lakhovsky sobre
la aplicación de corrientes eléctricas de baja intensidad
para regenerar los tejidos humanos. Uno de ellos, Robert
D. Becker, ha comprobado que la aplicación de estas
corrientes continuas de diminuto amperaje consigue
acelerar la curación de fracturas, restaurar los tejidos
humanos y regenerar las células. Becker cree que la
aplicación de un campo electromagnético induce en el
núcleo una carga que al elevar el nivel energético de la
célula incrementa su vitalidad.»
Hemos comprobado cómo el clima, la atmósfera, los
medios aéreos, ejercen su influencia sobre los organismos
vivos y cómo dicha influencia reside en las características
electromagnéticas que concurren en la atmósfera: las
corrientes de aire, la ionización de los elementos, los
campos eléctricos, etc. generan ondas electromagnéticas
de baja frecuencia. «Los cambios eléctricos que acontecen
en la atmósfera afectan a los procesos fisiológicos, ya que
hemos de tener en cuenta que los seres humanos somos
semejantes a los electrodomésticos, es decir funcionamos
con electricidad.»
297
 

El cuerpo humano es un organismo caliente, es una


‘máquina viva’ en cuyo interior se producen multitud de
reacciones químicas y metabólicas que generan calor. Los
alimentos por sí mismos no generan calor, sino que son
las reacciones químicas de los alimentos con los líquidos
de los órganos internos los que liberan ese calor.
Es preciso que esos organismos deban de regular y
mantener estable la temperatura interna, especialmente
cuando se realizan esfuerzos o actividades musculares
continuadas, para lo cual el principal mecanismo que
usan es hacer pasar más cantidad de sangre por la piel
para intentar disipar ese calor y aumentar la cantidad de
sudor. Es precisamente la piel, la zona en permanente
contacto con el exterior, la que se encarga de mantener
ese equilibrio térmico. El cerebro pone en marcha los
mecanismos precisos, gracias al preciso control de la
temperatura que ejerce en el organismo a través de un
complejo sistema de regulación térmica que está ubicado
en la zona cerebral conocida como el hipotálamo. Dichos
mecanismos son una respiración más rápida, y una
aceleración del ritmo cardiaco, cuyas consecuencias son
una circulación y distribución sanguínea más fluida por
todo el cuerpo. De esta forma, la piel se congestiona y
pierde temperatura por la transpiración del sudor, en
forma de agua y sales, enfriando la superficie cutánea
con mayor rapidez y causando la sensación de sed por el
efecto de la deshidratación.
Y es que el mecanismo de la termorregulación hace
que al aumentar la temperatura corporal comencemos a
sudar, y con ello se produce una pérdida de calor, un
enfriamiento de la piel, y con la pérdida del sudor se
produce también la pérdida de agua y electrolitos o sales
minerales, entre ellos el calcio y el potasio, dos elementos
de fácil ionización que precisamente son, entre otros, los
que intervienen en la transmisión de impulsos nerviosos
o eléctricos de las neuronas.
Pero ese ‘enfriamiento’ no se produce por el efecto de
la sudoración, sino por la absorción del calor, por la
298 

evaporación de los elementos que componen el sudor, lo


que implica un intercambio constante de temperatura, el
paso del estado líquido al gaseoso de dichos elementos da
lugar al enfriamiento, lo cual requiere un consumo de
energía. En los ambientes calurosos y/o muy húmedos,
el proceso de evaporación del sudor es mucho más lento
y por tanto hace más difícil la refrigeración de la piel, por
lo que, cuando el ambiente está saturado de humedad, el
cuerpo humano tiene que generar mucho más sudor para
conseguir un poco de alivio térmico. Cuando el calor es
fuerte, puede sobrepasar la capacidad termorreguladora
del organismo, entonces hacen falta nuevos factores para
facilitar el proceso de sudoración, como por ejemplo una
mayor ventilación.
«El viento, el movimiento del aire es un agente que
adquiere especial importancia en países tropicales, y allí
donde la humedad relativa es muy alta. Las corrientes de
aire favorecen la evaporación del sudor y en consecuencia
proporcionan un mejor rendimiento a los mecanismos
termorreguladores. No obstante, no es el calor la causa
de la sudoración, ya que ésta se da igualmente en
invierno y en ambientes de temperaturas frías, cuando el
organismo es sometido a esfuerzos o a ejercicios físicos
continuados.»
Si el mecanismo termorregulador de la sudoración se
anulase o sufriera graves trastornos, la retención del
sudor causaría la muerte en apenas veinticuatro horas.
De hecho, con alguna frecuencia se producen situaciones
de gravedad o que desencadenan en el fallecimiento de
personas como consecuencia de realizar ejercicios físicos
intensos en condiciones de altas temperaturas.
Analizando el efecto contrario, el frío excesivo, nos
encontramos con una interesante paradoja: Cuando el
organismo es sometido a condiciones extremas de frío, el
cuerpo se debilita, los músculos se agarrotan y fallan las
fuerzas. De hecho, un cambio brusco de la temperatura
corporal, al ser sometido el cuerpo a un intenso frío de
forma repentina, también puede ocasionar la muerte.
299
 

Un ejemplo, según cuentan algunas narraciones,


ocurrió en el naufragio del Titanic, ocurrido en 1912; los
marineros que trabajaban en las salas de máquinas y
calderas del barco, en su intento por salvarse, al lanzarse
bruscamente al agua, perecían casi instantáneamente a
causa de la congestión cerebral causada al entrar en
contacto sus cuerpos calurosos con las congeladas aguas
del Atlántico Norte. Las causas de esas congestiones
pudieron ser, con toda probabilidad, la conjunción de los
intensos y fuertes estímulos nerviosos de las células de la
piel de todo el cuerpo, emitidos simultáneamente hacia el
cerebro de las potentes señales ‘eléctricas’ generadas por
el brusco intercambio de temperaturas tan extremas y
causando así el bloqueo de los estímulos cerebrales.
De nuevo observamos unos procesos, en este caso
relacionados con organismos vivos, en el que intervienen
o confluyen unos factores semejantes a los que hemos
señalado para los fenómenos atmosféricos en los que se
desprenden descargas eléctricas: diferencia o cambios
bruscos de temperaturas, calor, frio, humedad, presión,
etc. En este caso, nos encontramos con una energía de
naturaleza ‘bioeléctrica’, precisamente porque el proceso
ocurre en el interior del cuerpo de los seres humanos,
como consecuencia de las diferencias de temperaturas
existentes entre la superficie del mismo, la piel, y la del
ambiente exterior que lo rodea.
No obstante, los procesos descritos no parecen dar
respuesta completa o satisfactoria a las circunstancias o
factores que concurren para cubrir las necesidades de
esa ‘bioelectricidad’ en los seres humanos, ya que las
diferencias de temperatura señaladas no se dan de forma
regular o permanente, como ocurre por ejemplo, en las
zonas cálidas, en situaciones de reposo, en personas con
movilidad reducida, en los interiores con temperaturas
calurosas o acondicionadas, etc. Como tampoco parece
intervenir uno de los factores que se han señalado para
otros fenómenos, como es la diferencia de presiones...
300 

Lógicamente surge una interrogante... ¿Hay algún


lugar u órgano en los seres humanos en el que concurran
los factores señalados...?
Pues efectivamente sí que lo hay, es el lugar idóneo,
el órgano que desempeña funciones vitales para la vida
de los seres vivos, en el que confluyen los elementos que
se precisan, como el agua y las sales minerales, y los
factores que influyen, como variaciones de temperaturas,
corrientes de aire, diferentes presiones... y de una forma
constante y permanente.
Ese órgano está situado en el interior de la nariz, son
las fosas nasales, y que forman parte de dos sistemas
que son complementarios y a la vez bien diferenciados: El
sistema respiratorio y el sistema olfativo. Dos sistemas
que, como veremos, comparten una estructura compleja,
compuesta por senos nasales, cornetes, mucosas, fibras
nerviosas, bulbos olfatorios, etc. Es allí donde se darían
las condiciones idóneas para generar cargas eléctricas, de
forma continuada, constante y permanente, con las que
suministrar la energía bioeléctrica que precisa el cerebro,
para su propio funcionamiento, el control, la acción y el
movimiento del resto de órganos y músculos del cuerpo
de los seres humanos.
Esa energía de naturaleza bioeléctrica se generaría
espontáneamente por la acción del aire más frío que se
calienta bruscamente al pasar por el interior de los senos
nasales y en contacto con las mucosas que los recubren,
compuestas por sustancias minerales, permanentemente
húmedas y a la temperatura corporal. «La reacción de los
elementos que componen el aire, junto a la humedad y
temperatura existentes en la estructura interna nasal
causan el cambio iónico (ionización) en las moléculas de
dichos elementos.»
En el libro Las causas ocultas de la enfermedad, ya
citado con anterioridad, E. Wolfram, su autor desarrolla
tesis y enseñanzas de Paracelso sobre las causas de las
enfermedades en el cuerpo humano, del que pueden
resultarnos muy interesantes algunos aspectos referidos
301
 

precisamente a las fosas nasales y a la función de la


respiración. Paracelso destacó por sus estudios y trabajos
relacionados con la Alquimia, por lo que en sus escritos
como médico utilizó términos relacionados con aquella
ciencia.
«A las fosas nasales se les asigna como sustancia el
“Azufre Blanco” como una de las causas de enfermedad.
Cuando la “Estrella” domina, es decir, cuando por medio
de la debilidad o de los pecados del Ego, los procesos del
organismo humano están sujetos día a día a influencias
destructivas que producen ciertas enfermedades; la
condición es la misma que la del tonel que es rellenado
por fuentes ocultas. Por ejemplo, los constipados se
podrían curar si su causa oculta (el defecto del alma que
los ocasiona) o, para utilizar la terminología de Paracelso,
el “Azufre Blanco” no se renovase día a día, debiendo el
organismo liberarse del mal por medio de las fosas
nasales. Aquellos cuya naturaleza anímica no genera
“Azufre Blanco” no sufren resfriados y pueden exponerse
a la humedad y cambios de temperatura sin ningún
peligro, ya que son inmunes. Pero mientras que el Ego
genere “Azufre Blanco”, mientras esta particular “estrella”
rija, ni las medicinas ni los cambios de aire producirán
efecto alguno».
Destacamos en esta breve referencia, cómo Paracelso
relaciona las enfermedades que se originan en las fosas
nasales con determinadas condiciones externas, como “la
humedad”, “la temperatura” o “los cambios de aire”. Las
mismas “condiciones” que utiliza posteriormente cuando
se refiere a las cuatro complexiones del cuerpo humano:
Colérica, Sanguínea, Melancólica y Flemática.
«Las Complexiones son una creación particular
dentro del Corpora, estando allí los cuatro gustos: ácido,
amargo, dulce y salado. Los cuatro gustos son completos
para cada ser, pero sólo pueden ser desentrañados en el
hombre. La Cólera proviene de lo amargo, de aquello que
es seco y caliente. La Melancolía de lo que es ácido, de lo
que es frío y seco. La Flema de lo dulce, de lo que es frío y
302 

húmedo. Lo Sanguíneo de lo salado, de lo que es caliente


y húmedo. Paracelso añade que estas particularidades -
frío, caliente, húmedo y seco-, no tienen nada que ver con
los Elementos, incluso si el elemento Tierra es frío, el
Fuego caliente, el Agua húmeda y el Aire seco, según se
establece en el Opus Paramírum. Como ejemplo, la Flema
es fría y húmeda: pero la Flema y el Agua se parecen
como el fuego y el agua.»

Puede ser uno de esos secretos muy bien guardados


por la Naturaleza, la forma en que los organismos vivos,
entre ellos el cuerpo de los seres humanos, generan la
mayor parte de la energía bioeléctrica que precisan para
el funcionamiento de su propio organismo, especialmente
el cerebro. La respiración es una función imprescindible
para la vida en de los seres humanos y muchas otras
especies de animales, porque aporta al cuerpo oxígeno
y... energía. En un pasado remoto, esa función vital para
la vida pudo haber sido objeto especial de culto, o haber
estado entre las motivaciones que llevaron a los antiguos
a levantar colosales monumentos en piedra.

«Las vestimentas, las insignias, las joyas y


los ornamentos de los antiguos hierofantes
simbolizaban las energías que irradiaba el cuerpo
humano. La ciencia moderna está redescubriendo
muchos de los secretos perdidos de la filosofía
hermética. Uno de ellos es la capacidad para
medir la evolución mental, las cualidades del alma
y la salud física de una persona a partir de las
descargas de energía eléctrica semivisible que
manan constantemente de la superficie de la piel
de todo ser humano durante toda su vida.»
303
 

El impulso nervioso

«El funcionamiento del cerebro de los seres


humanos guarda todavía muchos misterios»

Es un hecho bien conocido que toda la actividad que


realiza el cuerpo humano está basada en los impulsos
nerviosos, una interrelación entre nervios y músculos que
es consecuencia de la actividad de fenómenos eléctricos.
Todo el cuerpo humano funciona mediante electricidad.
El cerebro es una enmarañada red de neuronas, células
nerviosas interconectadas entre sí, que se intercambian y
transmiten señales eléctricas desde lo más profundo del
cerebro, creando intensos campos biomagnéticos, y que a
través de los nervios, llevan los impulsos nerviosos hasta
los órganos y músculos del cuerpo, de forma similar a las
‘corrientes eléctricas’.

Las neuronas poseen prolongaciones largas y finas:


los axones con los que alcanzan y se ponen en contacto
con otras neuronas, originando una red interconectada
que se extiende a todo el cuerpo. Las neuronas producen
304 

señales eléctricas en respuesta a los estímulos físicos y


químicos, conduciendo estas señales a lo largo de sus
axones para transmitirlas a otras neuronas con las que
están en contacto. La red interconectada de neuronas y
nervios forman el sistema nervioso por el que discurre el
tráfico de señales eléctricas. El sistema está compuesto
por tres ramificaciones que salen y entran al cerebro: una
primera receptora o sensorial que informa sobre sus
condiciones respecto de su ambiente externo e interno.
Una segunda rama transmisora o efectora que produce el
movimiento ordenando la contracción de los músculos.
Una tercera rama que interconecta las partes sensorial y
efectora.
Las neuronas y las células nerviosas mantienen una
diferencia de potencial eléctrico de aproximadamente una
décima de voltio a través de sus membranas en contacto.
Esa diferencia de potencial se produce por la distribución
desigual de los tres iones inorgánicos más abundantes en
los seres vivos, el sodio, el potasio y el cloro, entre el
interior y el exterior de la célula, y por la baja y desigual
permeabilidad específica de la membrana celular para la
difusión de estos iones. Como respuesta a la estimulación
física o química, la membrana celular de una neurona
puede aumentar o disminuir dichas permeabilidades
específicas para los iones, lo que generalmente produce
una caída de potencial eléctrico a través de la membrana.
Lo más importante de esos cambios en la permeabilidad
de los iones es la aparición del potencial de acción o
impulso nervioso. Se produce entonces un cambio
transitorio bastante grande en el potencial de membrana
que dura sólo una o dos milésimas de segundo cuando
una caída de potencial anterior sobrepasa un cierto
umbral mucho menor. Gracias, en su mayor parte, a su
capacidad de generar dichos impulsos, la neurona -mal
conductor de corriente eléctrica si se compara con un
hilo de cobre aislado- puede conducir señales eléctricas a
través del cuerpo. El cambio transitorio en el potencial de
membrana iniciado por el impulso se propaga sin pérdida
305
 

de intensidad a lo largo de los finos axones. Por tanto, el


elemento básico de señales en el sistema nervioso es el
impulso nervioso, y la información transmitida por un
axón viene codificada por la frecuencia con la que se
propagan los impulsos a lo largo de él.
«Los neurofisiólogos han desarrollado métodos por
los que es posible escuchar el tráfico de impulsos que
tiene lugar en una sola neurona del sistema nervioso.
Con este propósito se inserta un electrodo con una punta
muy fina en el tejido nervioso y se coloca muy cerca de la
superficie de una neurona. Se coloca un electrodo neutro
en un sitio lejano del cuerpo y los impulsos que aparecen
en la neurona dan lugar a una diferencia de potencial
transitoria entre el electrodo próximo y el neutro. Con
aparatos electrónicos apropiados, esta diferencia de
potencial transitoria puede verse en la pantalla de un
osciloscopio u oírse en un altavoz.»
Todos esos fenómenos eléctricos tienen su inicio en
el cerebro y son fruto de la bioelectricidad que parte de
las neuronas a través de lo que se conoce como ‘sinapsis’
o contactos funcionales entre dos neuronas. Entre las
microscópicas membranas de las neuronas media un
pequeño espacio o hendidura sináptica, en el que se basa
la transmisión de los mensajes nerviosos por la existencia
de mediadores químicos que propician el paso entre
ambas de los ‘impulsos eléctricos’.
«La sinapsis es una unión intercelular especializada
entre dos neuronas, o entre una neurona y una célula
efectora. La sinapsis se produce en el momento en que se
registra una actividad químico-eléctrica pre-sináptica y
otra post-sináptica." En dichas acciones se liberan unos
neurotransmisores ionizados con base química, cuya
cancelación de carga provoca la activación de receptores
específicos que, a su vez, generan otro tipo de respuestas
químico-eléctricas. La sinapsis permite a las células
nerviosas ‘comunicarse’ con otras a través de los axones
y las dendritas, transformando una señal eléctrica en
otra química o viceversa.»
306 

La transmisión de señales eléctricas entre neuronas


y nervios resulta posible porque los espacios sinápticos
están compuestos básicamente de elementos químicos
salinos, como el sodio y el potasio, dos sales minerales
cuyos átomos pierden fácilmente el electrón de la órbita
más alejada del núcleo, formándose los iones positivos
que causan el impulso de las señales nerviosas.
Elementalmente, se puede describir como corriente
eléctrica ‘la que circula a través de un circuito de cables
que conecta dos puntos, para lo cual es necesario que
exista una diferencia de potencial entre esos dos puntos;
cuando ese potencial se equilibra la corriente deja de
circular, por lo que se hace necesario que uno de los
puntos vuelva a ser conectado a una batería o a un
generador, para que la diferencia de potencial se renueve
y la corriente vuelva a circular’. Esta es una función que
en las neuronas del cerebro humano ocurre millones de
veces cada segundo.
¿Dónde se encuentran los generadores o las baterías
de bioelectricidad en el cuerpo humano?
Los anatomistas pudieron encontrar los nervios y los
músculos que se movían, pero no hay músculos para que
se generen los innumerables impulsos nerviosos. Si los
nervios son como cables eléctricos por los que circula la
bioelectricidad... ¿Dónde se genera todo ese potencial
bioeléctrico?
«Aún cuando los ritmos cerebrales han sido motivo
de investigación para los neurofisiólogos, su significación
fisiológica, así como ‘los mecanismos de su generación’,
permanecen todavía oscuros».
El cerebro de los seres humanos es un complejísimo
sistema de células, neuronas, tejidos, cavidades, nervios
y líquidos, cuya estructura y funcionamiento, a pesar de
haberse experimentado grandes avances de la ciencia en
su estudio y conocimientos, constituyen todavía un sinfín
de enigmas, ‘secretos muy bien guardados’, que siguen
sin ser explicados científicamente.
307
 

El cerebro presenta en los vertebrados superiores


una actividad eléctrica incesante, aun en condiciones de
reposo, durante el sueño profundo, o en situaciones de
graves perturbaciones patológicas. La existencia de dicha
actividad es inherente a la vida y su desaparición es un
signo inequívoco de muerte. Esta actividad se manifiesta
de forma rítmica en determinadas circunstancias, y se
puede registrar mediante encefalogramas.
«Si una corriente eléctrica de intensidad mínima es
aplicada a un área del neocórtex situada inmediatamente
por delante del denominado ‘surcus central’, evoca
contracciones de la musculatura esquelética en el lado
del cuerpo opuesto al lugar de la estimulación».
Haremos una descripción breve y elemental sobre la
anatomía del cerebro y de las funciones biológicas que
desempeñan algunos órganos para detectar la presencia
de elementos o factores físicos que concurren con la
actividad eléctrica, tratando de encontrar algún símil con
aquellos que hemos señalado en los fenómenos eléctricos
de la atmósfera.
Para enfocar los objetivos que perseguimos hemos de
centrarnos en una zona del cerebro donde se localizan las
áreas específicas en las que residen los bulbos olfatorios,
las dos amígdalas, y las glándulas pituitaria y pineal.
«Los nervios craneales o pares craneales son los doce
pares de nervios que parten de la base del cerebro y a
nivel del tronco del encéfalo y del bulbo raquídeo que,
excepto dos de ellos, emergen por los agujeros de la base
del cráneo, distribuyéndose por la cabeza, el cuello, el
tórax y el abdomen, para regular toda la vida del cuerpo
humano. Todos parten fuera del cráneo excepto un par,
que queda confinado en su interior, localizado justo bajo
la parte frontal del cerebro: son los bulbos olfatorios.»
Ese par de nervios se diferencia del resto hasta el
punto de constituir una paradoja anatómica: La función
de los nervios es recoger y transmitir información de todo
el cuerpo, entonces, ¿por qué ese par queda residente en
el interior del cráneo?
308 

Estructura del cerebro. Localización del bulbo olfatorio

El sistema olfativo en el ser humano parece romper


todas las leyes que gobiernan la organización de otros
sistemas sensoriales. Es el único sistema conocido en el
que las neuronas sensitivas primarias se encuentran en
la superficie corporal. Las células olfativas por sí mismas
están directamente estimuladas por el medio ambiente.
Este sistema tan especial, y a la vez demasiado complejo
para la función tan primaria para la que aparentemente
está diseñado, lo componen la nariz, las fosas nasales,
los conductos nasales, las cavidades paranasales, y las
mucosas nasales. Estrechamente interconectadas con
estructuras del cerebro, como los bulbos olfatorios, la
paleo-corteza, las amígdalas del hipocampo, el núcleo
cortical, y probablemente las glándulas pineal e hipófisis
o pituitaria.
Los bulbos olfatorios, están situados encima de la
placa cribosa del hueso etmoides,  en la base de la bóveda
craneal, son una región del sistema nervioso central que
procesa la información procedente del epitelio olfatorio,
que es la parte anatómica capaz de detectar los olores.
Los bulbos olfatorios tratan y codifican esta información
y la dirige a estructuras superiores del cerebro.
309
 

La paleocorteza está localizada en el cerebro humano


en las áreas olfatorias primarias y en las secundarias. Es
la corteza predominante en el cerebro de los vertebrados
inferiores.
Las amígdalas del hipocampo son un conjunto de
núcleos de neuronas localizadas en la profundidad de los
lóbulos temporales del cerebro de los humanos. Las
amígdalas envían proyecciones al hipotálamo, encargado
de la activación del sistema nervioso autónomo, los
núcleos reticulares para incrementar los reflejos de
vigilancia, paralización, escape/huida, y a los núcleos del
nervio trigémino y facial para las expresiones de miedo.
El núcleo cortical está relacionado con el sentido del
olfato y el procesamiento de las feromonas, sustancias
químicas que se transforman en señales que estimulan el
comportamiento. Recibe la información desde el bulbo
olfatorio y la corteza olfatoria.
«En el cerebro humano hay una glándula minúscula,
llamada cuerpo o glándula pineal. Poco se sabe sobre la
función de este órgano, del que Descartes sugirió que
podía ser la morada del espíritu del hombre. Más allá de
su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos
insisten en que la glándula pineal es también un
magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos
magnéticos y transforma sus ondas en estímulos
neuroquímicos.»
«La glándula pineal, del tamaño aproximado de una
avellana, es el órgano que recibe, mediante impulsos
nerviosos, la luz que llega al cerebro a través de los ojos.
Esta glándula segrega la melatonina, una hormona que
controla el sueño y la actividad, en la que la luz solar
parece determinante en su producción. Desde un punto
de vista espiritual, las doctrinas esotéricas de Oriente se
refieren desde hace milenios a la glándula pineal “como
un ‘tercer ojo’ capaz de hacer consciente la realidad
espiritual del ser humano, el punto de unión entre el
mundo físico y las dimensiones superiores del universo”.»
310 

La hipófisis o glándula pituitaria es la glándula


endocrina más importante del cuerpo de los vertebrados,
ya que segrega las hormonas encargadas de regular la
función de otras glándulas del sistema endocrino. Es una
glándula compleja que se aloja en un espacio óseo
conocido como ‘silla turca’ en el hueso esfenoides,
situada en el suelo del cráneo, en la fosa cerebral media,
que conecta con el hipotálamo a través del tallo pituitario
o tallo hipofisario. El hipotálamo puede considerarse
como la “estación terminal anterior de los haces motores
que llevan la sensibilidad visceral de la médula espinal”.
En el cerebro humano hay cuatro huecos o espacios
que se conocen con el nombre de ‘ventrículos cerebrales’
en los que circula el líquido cefalorraquídeo por el interior
de ese sistema ventricular. Dos ventrículos laterales están
situados a lo largo de ambos hemisferios conectados a un
tercer ventrículo que es una delgada cavidad aplanada
situada entre los tálamos, conectado a su vez con un
cuarto ventrículo situado entre el tronco cerebral y el
cerebelo. «Del cuarto ventrículo sale un líquido que llena
todo el sistema ventricular del cerebro. Es el líquido
cefalorraquídeo, de color transparente, que circula por el
encéfalo, la médula espinal, los espacios subaracnoideos,
los cuatro ventrículos cerebrales, y el canal medular,
manteniendo una presión constante.»
Antes de proseguir con los datos más elementales de
la anatomía del cerebro, busquemos algunas referencias
que nos permitan enfocar la significación o importancia
de estas estructuras, y para ello nada mejor que localizar
esas referencias retornando de nuevo al remoto pasado,
al mundo mágico de los egipcios, los cuales otorgaban a
esas estructuras un carácter superior, casi sobrenatural
o sagrado, como las ‘bases de la vida’. El Egipto faraónico
sigue siendo un gran desconocido en lo que se refiere a
su auténtica ciencia, sus conocimientos psicoespirituales
y su mentalidad filosófica.
311
 

¿Qué significación tuvieron esas estructuras para los


antiguos egipcios? Seguramente no existen pruebas que
sustenten con solidez las respuestas a esa interrogante,
pero si podemos encontrar algunas referencias entre los
numerosas libros que tratan sobre los enigmas de aquella
civilización, aunque solo signifiquen hipótesis deducidas
por sus autores, basadas en los indicios que suscitan la
búsqueda de una explicación más o menos convincente
de esos enigmas.
Entresacamos algunas referencias del libro El Poder
de las pirámides 2, de Emilio Salas y Román Cano.
«Las tres cámaras principales de la Gran Pirámide
están relacionadas con el corazón, el cerebro y el sistema
reproductor, que son los tres centros espirituales de la
constitución humana... La cámara del Rey, que es el
mayor centro de energía de la pirámide, es también el
centro de gravedad. Esto no es casual. La pirámide está
alineada en dirección norte-sur, paralela al eje magnético
terrestre. Esto tampoco es casual y coincide con la teoría
complementaria de que el magnetismo tiene su
influencia, y las ondas de energía de la pirámide están en
alguna forma polarizadas.»
«Aun cuando no podemos compartir plenamente esta
teoría, proseguiremos diciendo que Flanagan afirma que
la pirámide crea un vacío eléctrico en su interior, pero no
un vacío de campo energético. El doctor Otto Brunner,
que investiga los campos de "energía viva", llama a la
misma "energía biocósmica dieléctrica", y Flanagan está
convencido de que las cavidades del cerebro e interior del
cuerpo son acumuladores de energía dieléctrica: toda
cavidad tiene un campo dieléctrico en su interior en
correspondencia con el eléctrico de su superficie exterior.
La forma del campo determina parte de sus funciones, lo
que explica por qué los efectos de la pirámide son
distintos de los de las otras formas.»
«Las pirámides egipcias son masas sólidas de roca,
con cámaras interrelacionadas entre sí de una forma muy
específica. Estas cámaras son "cavidades resonantes",
312 

espacios cerrados en los que la energía electromagnética


puede ser almacenada o excitada, en forma semejante a
unos altavoces de alta fidelidad.»
Desde el punto de vista de los autores, en estos tres
aspectos de gravedad, magnetismo y resonancia, están
las claves del poder piramidal.
Podemos seguir localizando numerosas referencias,
como las que encontramos en un libro extraordinario de
egiptología, titulado ‘El templo en el hombre. Arquitectura
sagrada y el hombre perfecto’, en el que su autor R.A.
Schwaller de Lubicz, analiza lo que para él significa la
simbología representada en templo de Luxor, fruto de sus
detallados estudios llevados a cabo durante quince años
sobre la arquitectura y los relieves de dicho templo, en el
que sugiere la existencia de una detallada analogía de las
estructuras de ese templo, en correspondencia perfecta
con las estructuras internas del cuerpo humano, desde el
cráneo hasta los pies pasando por el pecho, el abdomen y
las piernas. Escrito con intencionalidad y expresado de
una forma diáfana, el autor argumenta con todo lujo de
detalles, que con la construcción del templo de Luxor los
egipcios hicieron una representación del cuerpo humano,
algo semejante a un mapa o plano, en el que cada piedra,
mosaico, columna, muro o sala, tienen un valor o un
significado específico de los diferentes sentidos, órganos,
y los huesos del esqueleto del cuerpo humano.
«Es un libro que viene a llamar la atención sobre la
lectura simbólica que debemos hacer en los monumentos
egipcios. Lejos de ser unos simples amontonamientos de
piedras con finalidad meramente práctica, el investigador
francés señala que los templos son entes vivos y que
como tales cuentan con toda una serie de estructuras
orgánicas.  El templo de Luxor está innegablemente
dedicado al Microcosmos humano. Esta consagración no
es una simple atribución: todo el templo se convierte en
un libro que explica el secreto de las funciones de los
órganos y de los centros nerviosos.»
313
 

De las detalladas descripciones que realiza Schwaller


de Lubicz, tomaremos aquellas que nos interesa destacar,
y son las referencias que tengan relación directa con el
propósito que tratamos de desarrollar en este apartado.
Así, cuando habla de los órganos situados en el cerebro,
tal como aprecia que están representados en diversas
salas de dicho templo, aporta datos interesantísimos,
como los siguientes:
«Para mi estudio, era necesario recurrir al canon
egipcio; en este aspecto, tengo dedicado un capítulo a un
tema que nunca ha sido tratado hasta ahora: la
importancia que los antiguos concedían a la bóveda
craneal. Esta bóveda craneal, separada en la figura
egipcia con una banda para el pelo, una diadema, una
guirnalda o corona, es una verdadera revelación respecto
al conocimiento psicoespiritual de los pueblos antiguos.
Esto se hace patente por la localización de los principales
órganos de la inteligencia y de todos los mecanismos de
control de la vida en los diferentes santuarios, cuyas
representaciones, textos y arquitectura señalan su
propósito.»
«Los antiguos daban más valor a la función vital que
al órgano perceptivo. Tenían un exacto conocimiento de
los centros vitales y de la inteligencia, y lo sabían todo
sobre el cerebro. La bóveda craneal, que contiene el
órgano físico del cerebro, no debe confundirse con la
corona circular que rodea el propio cráneo. No puedo
analizar esta corona aquí, ya que corresponde a
conductos de flujos de energía que pertenecen a un
estado más sutil del cuerpo humano. Por otro lado, no
puedo permanecer en completo silencio sobre este
asunto, ya que sin ningún conocimiento sobre él, los
símbolos que en Egipto se le relacionan, por ejemplo, la
diadema real, serían interpretados erróneamente. Esta
diadema representa la coronación de la sabiduría, es
decir, el movimiento continuo de los centros de vida
suprema en la cabeza. Su circuito termina en el punto
central de la frente, representado en Egipto por el ‘ureus’
314 

frontal... Cuando los egipcios hablan de canales en el


cuerpo humano, se refieren no solo a los canales físicos
(nervios y venas), sino también a los circuitos de energía.
Los fluidos de energía son tanto fluidos nutritivos como
‘imanes’ de la fuerza universal. No necesariamente son
transportados por vasos físicos. Podrían, por ejemplo, ser
considerados como fluidos de inducción que emanan de
centros concretos, situados de forma precisa siguiendo
los caminos que envuelven la materia física.»
Conviene hacer una breve pero profunda reflexión
sobre el énfasis que otorgó De Lubicz al símbolo del
‘ureus’ que portaban los faraones del antiguo Egipto en el
frontal de sus diademas o coronas.

El ‘Ureus’ sobre la frente

El símbolo del ‘ureus’ era la representación de una


serpiente, una cobra, a veces acompañada de un buitre, y
como vimos en otro capítulo anterior, las serpientes
representadas en los bajorrelieves de algunos templos
simbolizaban la fuerza vital, la energía, o la electricidad.
Los faraones egipcios no lucirían aquel símbolo como un
simple adorno, por lo que esa figura tuvo que significar
mucho más, como la soberanía, el poder, la protección,
siendo un atributo considerado por los egipcios como
exclusivo del Faraón. Aunque, por otra parte, también las
serpientes eran consideradas por los antiguos como los
símbolos que representaban la sabiduría.
315
 

Relata De Lubicz: «Un caso parecido lo encontramos


en el muro que separa la sala XII de la sala V. Si
colocamos la sección sagital de un cráneo sobre el plano,
se comprueba en efecto que ese muro representa la
“lámina cribosa etmoidal” y que el ‘bulbo olfativo’ se
encuentra en la sala XII. Por la lámina cribosa pasan las
ramificaciones olfativas. Ahora bien, en el lado de la sala
XII encontramos sobre la pared los símbolos de ‘los
tejidos’ y, en transparencia con la sala V, las ‘cajas de los
tejidos’. Las explicaciones que damos aquí tienen el
objetivo de destacar uno de los secretos para la lectura
correcta de los textos. Esta inscripción de los ‘tejidos’, y
de la ‘caja de tejidos’ colocada en transparencia, merece
una atención especial para confirmar, como la prueba del
conocimiento de los egipcios de las funciones más
secretas del cuerpo humano, el sistema de conocimiento
de los antiguos y la forma en la que nosotros debemos
esforzarnos para descifrarlo.
Entre los órganos cerebrales, el órgano olfativo es el
más antiguo, es decir, que es el primero (como el Sol en el
horizonte del este). Es en la sala V, el punto donde se
encuentra el jeroglífico de la caja de tejidos, donde se
sitúa, por la cabeza marcada sobre las baldosas del
suelo, el ‘bulbo olfativo’. Esta sala se encuentra
exactamente a la altura que debe ocupar el ‘Ureus’ sobre
la frente, es decir, la pared este exterior de la sala V.
Ahora bien, entre los animales, la serpiente tiene el
cerebro más primitivo, un cerebro típicamente olfativo.
Por lo tanto, se da una “coincidencia” bastante curiosa.»
En otro apartado, más adelante, De Lubicz se refiere
a otros órganos que también fueron representados con
todo detalle:
«El complejo de las glándulas pineal e hipófisis
forman el verdadero “sanctasanctórum”, ya que todas las
facultades de la inteligencia dependen en concreto de
ellas. Los órganos del intelecto directo, principalmente la
glándula hipófisis y el ojo pineal (epífisis), se encuentran
en los santuarios secretos del sur. La hipófisis se sitúa en
316 

la entrada de la sala I (el santuario secreto central),


considerada de esta manera como una puerta, es decir,
como un pasadizo.»
Schwaller de Lubicz (1887-1961), escritor francés,
ocultista y estudioso de la geometría sagrada, conocida
por sus quince años de estudios del arte y la arquitectura
del templo de Luxor en Egipto, fue uno de los personajes
más conocidos y reputados en el campo del hermetismo
egipcio y pagano.
A propósito de dicho autor y de la significación de su
libro, otro escritor y arqueólogo, John Anthony West, en
el libro ‘La serpiente celeste. Los enigmas de la civilización
egipcia’, realiza una serie de argumentaciones, apoyando
las tesis de De Lubicz, en las que destaca el impacto que
para la arqueología produce esa representación funcional
del cuerpo humano que parece existir en las diferentes
estructuras del templo de Luxor, afirmando ya en el
prólogo... «los constructores del antiguo Egipto poseían
un conocimiento de la metafísica y de las leyes que
gobiernan al hombre y a este universo, mucho más
sofisticado de lo que la mayoría de los egiptólogos han
estado dispuestos a admitir».
En ese sentido, en un apartado que trata sobre la
medicina del antiguo Egipto, West plantea esta reflexión:
«Schwaller de Lubicz demuestra también la conexión
entre la serpiente y el sentido del olfato, y muestra cómo
este simbolismo impregna el santuario del templo de
Luxor, en el que se simboliza el sentido olfatorio. Y los
términos utilizados en anatomía suelen ser los mismos
que los que se usaban en los textos religiosos; los
términos religiosos están relacionados con juegos de
palabras y homónimos de expresiones médicas que no
parecen tener ningún vínculo externo evidente, pero que,
cuando se contemplan con los ojos de Schwaller de
Lubicz, manifiestan una inequívoca relación funcional.
De Lubicz muestra que la propia estructura del lenguaje
estaba destinada a evocar en quienes lo utilizaban, la
comprensión de dichas conexiones funcionales. Así, por
317
 

ejemplo, la palabra utilizada para definir la parte más


interna del conducto nasal es shtyt, un término que se
usaba siempre para designar el santuario más interior y
secreto -el “sanctasanctórum”- de un templo; significa
‘oculto’, ‘secreto’, ‘sagrado’. ¿Qué puede tener de ‘sagrado’
un conducto nasal? El nombre -afirma Schwaller de
Lubicz- se basa en algo más que un caprichoso parecido
físico, ya que esta recóndita cámara nasal posee un
significado especial en la búsqueda espiritual de la
perfección. Se trata del área que corresponde al sexto
chacra hindú -el término chacra no designa una parte u
órgano anatómico concreto, sino el lugar donde residen
un conjunto de actividades que son a la vez físicas,
emocionales, psíquicas y espirituales-.»
¿Qué hay en ese recóndito lugar del conducto nasal
interno, al que los egipcios otorgaron tan gran privilegio?
Pues exactamente allí se encuentra la pituitaria amarilla,
la mucosa nasal a la que se conectan las fibras nerviosas
que salen de los bulbos olfatorios, a través del suelo
craneal por varios ‘agujeritos’ que conforman la ‘lámina
cribosa del etmoides’, el delgado hueso que separa la
mucosa de los bulbos, en la base frontal del cráneo.
De Lubicz definió con gran precisión y detalle los
conocimientos supuestamente anatómicos guardados por
los sacerdotes egipcios en la estructura arquitectónica del
templo de Luxor, pero...
¿Qué importancia vital otorgaron los egipcios a la
construcción de aquel templo? ¿Qué respuestas explican
el sentido de esos conocimientos, de esos secretos? ¿Qué
llegaron a conocer o que interpretación dieron al sistema
olfativo del hombre para representarlo con tal solemnidad
y con tanto detalle, en el lugar más sagrado del templo?
Reparemos de nuevo por un instante en el ‘Ureus’, el
símbolo de energía o sabiduría situado en el centro de la
frente del faraón, y a la misma altura donde se ubican los
dos bulbos olfativos en el interior del cerebro. Un aspecto
que De Lubicz refleja con detalle en una de las láminas
que ilustran su libro, mostrando un relieve esculpido en
318 

uno de los muros del citado templo, en el que aparece la


cabeza del faraón vista de perfil, en la que destaca el
cuerpo completo de la serpiente, visto de tal forma que la
mitad serpenteante parece situarse sobre la parte interior
del cerebro, asemejando que surge de allí al exterior,
precisamente a la misma altura en la que se situarían los
lóbulos olfativos.

La serpiente parece surgir del cerebro del faraón

De nuevo ese símbolo, la serpiente, que, como vimos


en otros templos, tenía esa aparente significación que la
relacionaba con la electricidad, y que con el ‘ureus’ figura
en un lugar tan destacado y visible como la frente de los
faraones. Sabiduría o energía, significaciones demasiado
importantes y vitales como para pasar por alto un detalle
de esa naturaleza.
La imagen de la serpiente sobre la frente de faraones,
es representada sobre las diademas, las coronas y los
nemes, de forma que únicamente es visible parcialmente
la parte final del cuerpo y la cabeza, mientras que en los
relieves y pinturas que proliferan en numerosos templos,
en los que la representación del faraón aparece de perfil,
los cuerpos de las serpientes figuran completos, sobre las
coronas, causando la impresión de que surgieran del
interior del cerebro.
319
 

Un ejemplo elocuente de dichas circunstancias lo


podemos encontrar en la diadema de Tutankhamón, en la
que el cuerpo de la serpiente asemeja una imitación de la
estructura anatómica interna de las circunvoluciones del
cerebro. Dicha estructura representa perfectamente la
región del cerebro en la que se produce la división entre
los dos hemisferios cerebrales, y probablemente, no sería
nada casual que la forma serpenteante del cuerpo de la
serpiente fuera una representación de la energía o de la
actividad eléctrica en el interior del cerebro.

Diadema de Tutankhamón

Y también fue símbolo de la sabiduría, de la fuerza,


del poder, pero si otorgamos la certeza probable de que la
serpiente fue para los antiguos egipcios simbolización de
la electricidad, tal como reconocen algunos egiptólogos,
una representación tan destacada como esa, relacionada
con el cerebro, y situada sobre la frente de los faraones y
de algunas esfinges, nos abre nuevas incógnitas...
Recordemos que la Gran Esfinge también tenía
originalmente el símbolo del ‘ureus´ sobre la frente, de
cuya referencia puede servir una imagen que representa
al faraón Ramsés III, en un mural del templo de Karnak,
donde se observa como sostiene en sus manos la figura
de una esfinge, y sobre ambas frentes se ve el citado
símbolo.
320 

¿Qué significación tenía el símbolo del ‘ureus’ para


los sacerdotes egipcios? ¿Era el símbolo de la sabiduría y
del poder o acaso simbolizaban la energía o la actividad
eléctrica del cerebro? ¿Conocían los sacerdotes egipcios
el lugar, el modo o la forma con la que se genera la
bioelectricidad en los seres humanos?
Es momento propicio para recordar la frase atribuida
a Leonardo da Vinci, en la que decía: «Ésos, y no otros,
son los secretos mejor guardados. Los que están delante
de nuestras narices y no somos capaces de ver... »
Y es que, casualmente, estaríamos ante un secreto,
muy bien guardado, oculto ‘en nuestras propias narices’,
justo en el interior del apéndice nasal.
321
 

El sistema olfativo
Probablemente va a resultar bastante prolijo detallar
la compleja estructura anatómica del sistema olfativo en
los seres humanos, pero es preciso hacerlo, aunque sea
de forma elemental. Una compleja estructura para una
función sensitiva como la del olfato que, aunque de gran
importancia para otras especies animales, en el hombre
es menos vital que para otros sentidos en los que esas
estructuras anatómicas son mucho más simples. La
función respiratoria en los seres humanos representa un
doble efecto dentro del organismo. Por una parte está el
sistema respiratorio que aporta al organismo el oxígeno
necesario para las células, y por otra, está el sistema
olfativo que constituye la acción propia de la detección de
olores. Ambos sistemas tienen varios órganos en común:
la nariz, las fosas nasales, y los cornetes, aunque con
funciones diferenciadas.
El sistema respiratorio específico está compuesto por
la boca, la garganta, la faringe, la laringe, la tráquea, los
bronquios y los pulmones. La principal función de la
respiración es facilitar la renovación constante del aire en
los pulmones, que se efectúa mediante dos movimientos,
de inspiración y espiración, rítmicos, consecutivos y de
forma permanente, cuyas consecuencias producen ese
intercambio vital del oxígeno por el dióxido de carbono
que resulta esencial para la vida y las funciones de las
células que componen el cuerpo humano.
Cualquier ser vivo necesita energía para poder
moverse y mantener sus funciones vitales. Los seres
humanos lo obtenemos del oxígeno, un gas abundante en
la atmósfera que entra en el cuerpo a través de la nariz
hasta los pulmones y que tiene una propiedad química
muy útil: resulta ser un potente oxidante. El oxígeno que
respiramos es utilizado en las células para “romper” la
glucosa y otros azúcares de la dieta, y transformarla en
dióxido de carbono, agua y energía. En esto consiste la
322 

oxidación. Y una de las consecuencias de esa oxidación


es que es un proceso en el que se desprende ‘calor’, es la
energía calorífica que mantiene estable la temperatura
corporal. De la función de la respiración destacamos dos
datos específicos: son movimientos rítmicos y constantes,
y se desprende calor.
La otra función diferenciada de la respiración es la
constituida por el sentido del olfato, un complejo sistema
especializado en detectar y distinguir los olores, y que
consta de una serie de delicados órganos con diferentes
funciones: La nariz, las fosas nasales, los cornetes, los
nervios olfatorios y los bulbos olfativos.
Una parte del aire que entra por la nariz es dirigida a
través de los cornetes superiores hacia el extremo interior
más alto de los senos nasales, donde se encuentra la
mucosa pituitaria, una zona recubierta de membranas
compuestas por millones de cilios olfatorios que absorben
las moléculas del olor que se desprende de las sustancias
y envían la información a los bulbos olfativos, situados en
la parte interior del cráneo.
Veamos con detalle los aspectos más significativos de
los órganos que componen esas funciones específicas de
la anatomía del sistema olfativo y de la respiración.
323
 

La nariz

Las funciones de la nariz son la de detectar los olores


y la de formar parte del proceso de la respiración, pues
constituye la principal vía de entrada del aire hacia los
pulmones, aunque no la única, ya que a través de la boca
también se puede realizar esa segunda función.
La nariz, externamente se asemeja a una estructura
piramidal, formada por un armazón óseo constituido por
huesos, cartílagos duros y cartílagos blandos: el tabique
central, los laterales y el del ala de la nariz. Los huesos
duros forman la parte superior y los laterales del puente;
los cartílagos forman los laterales de las fosas nasales y
el propio tabique nasal. Por el contraste, su estructura
interior es un sistema complejo, demasiado complejo,
como para pensar que su función se limita únicamente a
detectar los olores y a calentar el aire cuando entra antes
de llegar hasta los pulmones.

La estructura anatómica interna de la nariz está


compuesta por las fosas nasales, los cornetes, y los senos
paranasales. El sistema olfatorio se completa además con
los nervios nasales, los nervios olfatorios y los bulbos
olfatorios.
324 

Las fosas nasales

Las fosas nasales son dos cavidades divididas por un


delgado tabique vertical, que están situadas por encima
de la cavidad bucal o paladar, por debajo de la cavidad
craneal y entre las cavidades orbitarias de los ojos. La
pared externa es muy irregular pues está compuesta por
una zona turbinal que comprende los cornetes nasales y
los meatos. La pared superior o techo tiene la forma de
un canal antero-posterior, de tres a cuatro milímetros de
ancho, más estrecho sin embargo en su parte media que
en sus extremos, y su concavidad mira hacia la cavidad
de las fosas nasales. La pared interna está completada
hacia abajo y hacia delante por el cartílago del tabique
nasal. La pared inferior tiene el aspecto de un canal
dirigido de adelante hacia atrás, más ancho que el canal
superior. Las dos fosas nasales se abren por delante en
un orificio anterior común, y por detrás por dos orificios
distintos para cada una de ellas, llamados retroventanas
o coanas.
En la cavidad de las fosas nasales se diferencian dos
zonas separadas por una hendidura que las divide en dos
partes: una región inferior o respiratoria, acondicionada
para calentar y humedecer el aire inspirado, y una región
superior u olfatoria, limitada al cornete superior y tercio
superior del tabique nasal.
La superficie de las cavidades nasales está tapizada
por unas mucosas muy adherentes, de color rosado y de
consistencia muy frágil. Además, las cavidades nasales
están en comunicación con otras cavidades neumáticas o
senos, excavadas en los huesos que forman sus paredes
externa y superior.
325
 

Los cornetes nasales

Cada una de las dos fosas nasales a su vez es una


estrecha cavidad o corredor de cuya pared lateral externa
se desprenden tres láminas óseas, llamadas cornetes,
superiores, medios e inferiores, que están superpuestos y
presentan una ligera inclinación de delante hacia atrás,
que conforman tres canales o cavidades llamados meatos
o coanas.

Cornetes y senos nasales


-corte sagital-

Los cornetes están tapizados por mucosas hasta las


que llega el flujo sanguíneo, rico y abundante, además de
ricas terminaciones nerviosas, lo que hace que sean muy
sensibles a los cambios de temperatura. La mucosa de
los cornetes secreta o produce moco, al igual que el resto
de las estructuras cubiertas en la nariz. Debajo de cada
uno de los cornetes, como arropándolos o protegiéndolos,
están los meatos del mismo nombre, que son las vías de
comunicación de la nariz con los senos paranasales, y
que son como los conductos por los que sale el moco que
exudan dichos senos. La función de los cornetes es la de
transmitir el calor y la humedad al aire cuando pasa por
los meatos, lo cual facilita la absorción del oxígeno.
326 

Los senos paranasales

Los senos paranasales son un conjunto de cavidades


neumáticas que comunican con las fosas nasales; son
espacios huecos que se encuentran entre los huesos que
rodean los ojos, la nariz y el paladar. Esas cavidades
están llenas de aire, revestidas por membranas mucosas,
y todos ellos desembocan en los meatos. En los senos
paranasales se produce la secreción y acumulación del
moco, y tienen un diminuto orificio de drenaje por donde
pasan dichas secreciones hacia la cavidad nasal.
Hay ocho senos paranasales, cuatro a cada lado de
la nariz. Dos senos frontales separados por un tabique
interfrontal que tienen forma de una pirámide triangular.
Dos senos maxilares situados sobre el maxilar superior, a
ambos lados de la cavidad nasal. Dos senos esfenoidales
separados por un tabique medio, situados sobre la parte
superior de la bóveda de las fosas nasales, que presentan
dos orificios de entrada situados bajo la lámina cribosa,
donde se encuentran diversos elementos nerviosos, los
bulbos olfatorios, el quiasma óptico y la hipófisis. Dos
senos etmoidales que forman una especie de laberinto, de
unas cinco celdillas en cada lado, entre la cavidad nasal y
las dos cavidades orbitarias de los ojos.
Existen múltiples teorías sobre la función real que
desarrollan estas cavidades, como la del aligeramiento del
peso del cráneo, la influencia en el crecimiento facial, la
protección del oído interno frente a sonidos emitidos por
el propio sujeto, etc. Por su cercanía a las fosas nasales
se cree que han de tener algún tipo de influencia en las
funciones olfativas, en la regulación de la presión nasal y
nasofaríngea, en el transcurso de la respiración nasal y
de la amortiguación de los cambios bruscos de presión.
Ninguna de estas teorías ha podido ser contrastada, por
lo que se admite que el papel de los senos paranasales
‘sigue siendo desconocido’.
327
 

Las mucosas nasales

Las paredes de las fosas nasales están revestidas por


una mucosa muy adherente, llamada mucosa pituitaria,
una membrana que recubre regularmente los cornetes y
los meatos, y según el carácter de la mucosa que recubre
el interior de las fosas nasales, se divide generalmente en
tres áreas: la región vestibular, la región respiratoria y la
región olfatoria, en los que se distinguen dos tipos de
mucosas diferenciados: la pituitaria roja o respiratoria, y
la pituitaria amarilla u olfatoria.
La pituitaria roja o respiratoria, recubre el meato
inferior y la mitad del meato medio; de color rojo debido a
la gran cantidad de vasos sanguíneos que fluyen a ella.
Su función es la de calentar y humedecer el aire que pasa
hacia los pulmones evitando que llegue frío y que las vías
respiratorias se resequen.
La pituitaria amarilla u olfatoria, está constituida
por grupos de células nerviosas con pelos microscópicos
llamados cilios. Los cilios están recubiertos de receptores
sensibles a las moléculas del olor. Hay unos 20 tipos
distintos de receptores, cada uno de los cuales se encarga
de una clase determinada de moléculas de olor. Recubre
el meato superior y la mitad del meato medio, es de color
amarillento debido a la gran cantidad de terminaciones
nerviosas, ya que allí residen los quimiorreceptores del
olfato, el área donde se encuentran las células olfativas.
La función fisiológica de la secreción nasal es el
mantenimiento de la humedad para la humidificación y el
calentamiento del aire inspirado a su paso por las fosas.
Ofrece una regulación térmica general, ya que el proceso
de la evaporación, que calienta el aire inspirado, provoca
a su vez el enfriamiento de la sangre que fluye por los
numerosos vasos sanguíneos de la mucosa nasal, lo que
contribuye a regular la temperatura del cuerpo.
La composición de las mucosas es un 95% de agua,
un 3% de elementos orgánicos y 2% de sales minerales.
328 

La hidratación de las mucosas es indispensable para


el funcionamiento de los cilios. Gran parte del agua que
contiene el moco se evapora con la inspiración y solo se
recupera parcialmente por condensación en la espiración.
Las mucosas deben compensar la pérdida a partir del
líquido intersticial. Los intercambios líquidos entre el
moco y la mucosa están íntimamente ligados a los
cambios iónicos.
«En 1898, el neurólogo suizo Jean Louis Prévost
demostró que la secreción nasal está controlada por el
sistema nervioso cerebral; estimulando eléctricamente el
ganglio esfeno-palatino de un perro, verificó que causaba
un abundante flujo de secreción nasal y un aumento de
la temperatura de la correspondiente fosa nasal.»
Los vasos sanguíneos de la mucosa nasal son muy
numerosos, conformando una red superficial de estrecho
calibre y una red más profunda de diámetro mayor; el
conjunto constituye el cuerpo eréctil de las fosas nasales,
especialmente desarrollado en la cara media de los
cornetes y en el tabique, donde el paso del aire es más
rápido. El desarrollo de esa red de vasos sanguíneos da
lugar a variaciones del espesor de la mucosa susceptibles
de facilitar o de hacer más lento el paso del aire.
«Las reacciones vasomotoras de la mucosa nasal
ante las variaciones térmicas e higrométricas del aire
inspirado, son debidas a la riqueza de la distribución
nerviosa. La inervación de los vasos y de la mucosa es
doble: la sensitiva procede del nervio esfeno-palatino y la
vegetativa procede del ganglio esfeno-palatino y del nervio
simpático, estando los ramos vegetativos asociados a los
nervios sensitivos. El piso respiratorio aparece, por tanto,
no solamente como un lugar de paso, sino como un
verdadero órgano, que adapta el aire a las condiciones del
medio respiratorio interno, lo humedecen y lo calientan,
al mismo tiempo que retienen, fijándolas, las partículas
extrañas que transporta.»
329
 

Los nervios nasales

La extensa y compleja red de nervios que confluyen


en las mucosas nasales, tanto aferentes como eferentes,
sensitivos, motores y mixtos, da lugar a cuestionar si sus
funciones se suscriben en gran parte a la específica tarea
de la olfacción. Es necesario por ello hacer una breve
descripción anatómica y funcional de los mismos.
El nervio trigémino es el principal nervio sensitivo de
la cabeza, cuyas ramificaciones llegan a la cara, dientes,
boca, fosas nasales, senos paranasales, gran parte del
cuero cabelludo, las meninges en contacto con el cráneo,
y el nervio motor de la masticación.
El nervio trigémino se divide en tres ramificaciones:
El nervio oftálmico que conduce la información sensitiva
del cuero cabelludo y frente, párpado superior, la córnea,
la nariz, la mucosa nasal, los senos frontales y algunos
ramos sensitivos para la duramadre. El nervio maxilar
que lleva la información sobre el párpado inferior y la
mejilla, la nariz, el labio superior, los dientes superiores,
la mucosa nasal, el paladar y el techo de la faringe, los
senos maxilar etmoidal y esfenoidal. El nervio mandibular
que lleva información del labio inferior, dientes inferiores,
barbilla, de dolor y temperatura de la boca.
«El nervio oftálmico se origina en la región anterior y
media del ganglio del nervio trigémino y llega a la órbita
por la pared externa del seno frontal, para finalmente
dividirse en tres ramas, que penetran en la órbita por la
hendidura esfenoidal. Del nervio oftálmico parten tres
ramas, una de las cuales es el nervio nasal o nasociliar
que conduce los impulsos sensoriales del ojo, la mucosa y
la piel nasal. El nervio nasal atraviesa la fisura orbitaria
superior y se bifurca en varias ramas: Nervio etmoidal
posterior, nervios ciliares largos, nervio infratroclear, la
rama larga del ganglio ciliar y el nervio etmoidal anterior.
Al llegar al agujero etmoidal anterior se bifurca dando
origen a sus dos terminales:
330 

Nervio nasal externo. Es la rama que continúa el


trayecto del nervio nasal y sigue, con la arteria oftálmica,
el borde inferior del oblicuo mayor, el nervio se divide en
filetes ascendentes para la piel del espacio interciliar y
filetes descendentes para las vías lagrimales y a la raíz de
la piel de la nariz.
Nervio nasal interno. Es la rama que acompaña a la
arteria etmoidal anterior, y recorre con ella primero el
conducto etmoidal anterior, y después el surco etmoidal
que le conduce al agujero etmoidal. Por este orificio el
nervio penetra en las fosas nasales, donde se divide en
dos ramitos, uno interno y otro externo. El ramo interno
se ramifica por la parte anterior del tabique. El ramo
externo, o nervio naso-lobular, desciende por un canal de
la cara posterior del hueso propio de la nariz, contornea
el borde inferior de este hueso y termina en la piel del
lóbulo de la nariz.»

Las imágenes muestran las complejas ramificaciones


del nervio trigémino saliendo del cráneo hasta inervar en
las distintas cavidades del rostro y los órganos de la cara,
varias de las cuales componen a su vez ramificaciones del
nervio nasal, relacionado con la actividad olfativa.
331
 

Los nervios olfatorios

«Los nervios olfatorios u olfativos se originan en las


células bipolares localizadas en el epitelio olfatorio que
recubre la mayor parte del cornete superior y la pared
opuesta al tabique en las fosas nasales, la mancha
amarilla. El nervio olfatorio procede de las células
nerviosas situadas fuera del neuroeje. Estas células están
situadas en la mucosa olfatoria que cubre la porción
superior de las paredes externa e interna de las fosas
nasales, desde la lámina cribosa del etmoides hasta un
plano horizontal tangente al borde inferior del cornete
superior. Estas células representan un ganglio extendido,
similar a un ganglio espinal. Son células bipolares, cuya
prolongación periférica está comprendida entre células de
sostén y termina en la superficie de la mucosa olfativa
por algunos cilios cortos y finos. Cada célula proyecta
una dendrita que sobresale en la mucosa y posee un
cilindro-eje que atraviesa el etmoides por la parte llamada
lámina cribosa llegando hasta el bulbo olfatorio, desde
donde se dirigen al cerebro por medio de los tractos
nerviosos. Cuando el impulso llega al cerebro se produce
la sensación olfativa y el centro nervioso elabora una
respuesta adecuada a la situación creada por el estímulo
químico.»
El nervio olfatorio es un nervio únicamente sensitivo,
conduciendo impulsos olfatorios de la nariz al sistema
nervioso central, siendo clasificado como fibras aferentes
viscerales especializadas. Llegan hasta los glomérulos del
bulbo olfatorio y la cintilla olfatoria, que sale de éste. Se
divide en dos ramas, una medial que se dirige al área
subcallosa y paraolfatoria y una rama lateral que llega
hasta el ‘uncus’, forma de gancho en la circunvolución del
hipocampo. Cabe señalar que dicha vía, la de la olfacción,
es la única que no pasa por el tálamo.
332 

Los bulbos olfatorios

«Los filetes del nervio olfatorio caminan por debajo de


la mucosa olfatoria, aplicados a la pared ósea, en la cual
produce unos surcos delgados convergiendo en la lámina
cribosa. En el trayecto submucoso los filetes nerviosos se
reúnen en ramos cada vez más importantes y atraviesan
los orificios de la lámina, alcanzando la cara inferior del
bulbo olfatorio.»

«Los bulbos olfatorios son pequeñas masas nerviosas


alargadas en sentido anteroposterior y aplanadas en
sentido cráneo-caudal, que descansan sobre la lámina
cribosa del etmoides. Cada bulbo olfatorio se compone de
tres capas concéntricas: superficial, media y profunda. La
capa superficial está formada por fibras nerviosas, que
son precisamente las fibras de los nervios olfatorios. La
capa media tiene pequeñas masas esféricas en su zona
externa, denominadas glomérulos olfatorios. En su zona
interna hay células triangulares de base inferior llamadas
mitrales. La capa profunda está formada igualmente por
fibras nerviosas.»
Los bulbos o lóbulos olfatorios, están confinados en
el interior del cráneo, es la región del cerebro en la cual
se reciben las aferencias sensoriales de las terminaciones
nerviosas de los receptores estimulados por el olor que
desprenden las sustancias.
333
 

La lámina cribosa del etmoides

En los humanos, los dos bulbos olfatorios se sitúan


asentados encima de la placa cribosa del hueso etmoides,
en el suelo del cráneo, que está perforado y por cuyas
fenestraciones pasan las fibras de los nervios olfatorios,
los axones, procedentes de las neuronas del epitelio
olfatorio que conforma la pituitaria amarilla, en contacto
permanente con el aire que fluye hacia la parte superior
de la cavidad nasal.

Suelo del cráneo. Lámina cribosa del etmoides

«La lámina cribosa del etmoides está dividida por la


apófisis ‘crista galli’ en dos superficies laterales sobre las
que se emplazan los bulbos olfatorios. Es perforada por
numerosos orificios -aproximadamente 20 a cada lado- a
través de los cuales pasan las fibras del nervio olfatorio,
desde el nivel superior de la nariz a los bulbos olfatorios.
Contribuye a formar el suelo de la fosa anterior del
cráneo, junto con las porciones orbitarias del frontal, el
cuerpo esfenoidal y sus alas menores.»
334 

Los nervios olfatorios y las meninges

«Los nervios olfatorios, que son los homólogos de las


raíces posteriores de los nervios raquídeos, atraviesan el
hueso del suelo del cráneo por los agujeros de la lámina
cribosa, de abajo hacia arriba, en haces amielínicos
rodeados por extensiones digitiformes de duramadre y
aracnoides, formando éstas una especie de neurilema,
llegando hasta el interior del cráneo, donde penetran
inmediatamente en el espesor de los bulbos olfatorios.»
«Las meninges son tres membranas concéntricas de
tejido conectivo que recubren el cerebro y todo el sistema
nervioso central, y se denominan duramadre, aracnoides
y piamadre.  La duramadre es la capa más externa y más
resistente que las otras dos; envaina cada nervio craneal
que pasa por un agujero o foramen óseo y se funde con
cada epineurio nervioso craneal. También envaina por
completo los nervios óptico y olfativo, fusionándose con la
esclerótica ocular y proporcionando una ruta para que el
líquido cefalorraquídeo drene en las fosas nasales. La
duramadre surge de dentro hacia fuera por debajo del
seno petroso superior del hueso temporal, para formar el
ganglio trigémino -nervio sensitivo de la cara-.»
«La relación de los nervios olfativos con las meninges
son diferentes de las que presentan el resto de nervios
craneales. La duramadre se divide a nivel de los agujeros
de la lámina cribosa en dos hojillas: una se confunde con
el periostio, una membrana fibrosa que cubre los huesos;
la otra desciende a las fosas nasales alrededor de los
ramos nerviosos y les forma una vaina separada de la
envoltura de la piamadre. La piamadre forma alrededor
de cada filete olfatorio una envoltura o vaina conjuntiva
que constituye la neurilema. La aracnoides se fija en el
contorno de los orificios de la lámina cribosa, y el tejido
subaracnoideo se prolonga por debajo de dicha lámina,
alrededor de los ramos nerviosos hasta su origen.»
335
 

«Hay tres apéndices de la duramadre cuyas fibras


presentan intrincadas direcciones y que se denomina la
hoz del cerebro, la tienda del cerebelo y la hoz del
cerebelo. La hoz del cerebro se inserta anteriormente en
la apófisis crista-Galli del etmoides, en el hueso frontal,
en ambos parietales y en la escama occipital. En su
inserción ósea encierra al seno longitudinal superior. En
su borde libre se encuentra el seno longitudinal inferior.
La hoz del cerebro separa los dos hemisferios cerebrales. 
La tienda de la apófisis cubre la silla turca del esfenoides
y es penetrada por el tallo de la pituitaria. Estas tres
membranas durales se encuentran permanentemente en
tensión reciproca, lo que indica que el aumento de la
tensión de una lleva a la relajación de la otra y viceversa.»
«El fluido donde se alberga todo el sistema nervioso
central y la médula espinal, es el líquido cefalorraquídeo,
una sustancia específicamente cualificada para cuidar y
mantener el órgano más importante y sensible del cuerpo
humano. Es un líquido transparente, que amortigua los
golpes, lubrica y nutre los haces de mielina que recubren
el sistema nervioso central. El líquido cefalorraquídeo
circula por todo el sistema nervioso central, por todo el
espacio subaracnoideo, el cerebro y la médula espinal, de
modo ordenado y por un canal de una sola dirección, y
siendo eventualmente reabsorbido por las vellosidades
aracnoideas del seno sagital y devuelto al sistema venoso.
La función del líquido cefalorraquídeo es la de proteger,
alimentar, lubricar, ayudar en la función eléctrica al
sistema nervioso central, entre otras. Tanto el cerebro
como la médula espinal son los órganos más protegidos
del cuerpo, por estar recubiertos por las tres membranas
meníngeas, y contenidos dentro del armazón del cráneo,
de la columna vertebral, y fortificado por gran cantidad
de músculos y ligamentos.»
336 

Respiración y energía bioeléctrica


En las cavidades de las fosas nasales se ejecutan dos
acciones cruciales, asociadas, simultáneas y sin embargo
con finalidades diferentes. El aire respirado penetra por
los orificios nasales hacia el interior de la cavidad común,
donde se divide en dos corrientes: una porción, la más
abundante, sigue la vía respiratoria, hacia las coanas,
por los canales descendentes, el nivel inferior ocupado
por las formaciones de huesos turbinados de los cornetes
medios e inferiores, donde el aire se calienta y humedece
para llegar hasta los pulmones. La segunda, la corriente
aérea ascendente de menor volumen, sigue la vía olfativa,
que penetra en los canales de los cornetes superiores que
llegan hasta el nivel superior u olfatorio, y es conducida
hasta la mancha olfatoria, la pituitaria amarilla. Estos
canales son unos conductos estrechos situados en la
convexidad del dorso de la pirámide nasal. La disposición
anatómica de esos relieves óseos de cornetes y mucosas,
propician la separación de las dos corrientes aéreas. Los
dos canales o vías, la respiratoria y la olfatoria, aunque
están comunicados en toda su extensión, se diferencian
por su morfología, por la composición de sus mucosas,
su vascularización y por la inervación de sus diferentes
terminaciones nerviosas, que se corresponden con sus
funciones propias.
Hasta aquí habríamos hecho una descripción breve y
escueta de la función de la nariz o de los órganos nasales
sobre la actividad respiratoria y olfativa en el cuerpo de
los seres humanos. Sin embargo, todo esto aparenta ser
muy sencillo, demasiado simple, si valoramos en todo su
conjunto las estructuras que intervienen o que pueden
tener relación con la función olfativa. Es conveniente por
ello, hacer una breve recapitulación de la anatomía de los
órganos que hemos descrito en el apartado anterior, para
poner de relieve la complejidad de todas esas estructuras:
cornetes con doble función; dos mucosas de composición
337
 

diferenciada, dos ramificaciones nerviosas; una lámina


ósea con múltiples orificios, varios senos paranasales,
membranas, ventrículos, líquido cefalorraquídeo.
Estamos ante un sistema que funciona a base de
electricidad, el cerebro y los nervios, que descrito con una
terminología industrial, lo definiríamos como “un sistema
con doble circuito nervioso aislado y protegido por unas
membranas y un líquido, por el que fluyen los impulsos
nerviosos, que está conectado mediante un dispositivo
‘multifásico’ a un generador que asegura su recarga
permanente”. Sería un sistema que recuerda a ‘la batería
eléctrica de un coche, que contiene líquidos o productos
químicos en varias celdas, que al ponerse en contacto se
genera una corriente eléctrica que fluye a través de un
doble circuito de cables aislados por envolturas plásticas,
a su vez conectada a un generador de corriente continua
para su recarga permanente...’
Permítase esta licencia.
Aunque, por otra parte, términos como batería o
circuito eléctrico, en analogía con el cuerpo humano, son
utilizados con relativa frecuencia al tratar de reproducir
ciertas acciones relacionadas con su funcionamiento,
como por ejemplo, en un libro que ya hemos citado, un
tratado sobre la digitopuntura, en el que se describen los
principios en los que se fundamenta:
«Nuestro cuerpo consta de cinco elementos básicos:
agua, madera/tierra, fuego, aire y espacio, controlado por
la electricidad de la Batería Vital, conocida como chi -
positivo- y chen -negativo-. Estos cinco elementos están
controlados por la Electricidad del cuerpo humano,
conocida en occidente como Bio-Electricidad. La corriente
de electricidad viene de esa insustituible Batería Vital.
Esta Batería se nos ha instalado en el momento de la
concepción. La brillante luz blanca generada por esta
batería puede observarse en el centro de la frente, con los
ojos cerrados, gracias a métodos yóguicos. Saliendo de
esta batería, la corriente eléctrica pasa por el cuerpo a
través de las líneas que están divididas en cinco zonas en
338 

cada uno de los lados derecho e izquierdo. Estas líneas,


conocidas como meridianos, comienzan en la punta de
cada dedo de la mano derecha, recorren todo el cuerpo y
acaban en los extremos de los dedos del pie derecho, y
así también en el lado izquierdo. Ahora, mientras esta
corriente pase fluidamente por el cuerpo, el cuerpo
permanecerá sano y en forma. Si por cualquier razón esta
corriente no llega a alguna parte del cuerpo, se produce
un funcionamiento defectuoso en esa parte, acompañado
por dolor en algunos casos.»
Dejando al margen la función respiratoria y centrar
exclusivamente en la función olfativa, aflora una extraña
sensación como que la estructura del sistema olfatorio es
demasiado compleja como para sustentar únicamente la
actividad olfatoria, al menos la que se da en los seres
humanos. Un sentido, el del olfato, para una función, la
olfativa, que por otra parte es infrautilizada en los seres
humanos, ya que la capacidad olfativa del cerebro en la
percepción y distinción de determinadas gamas de olores
es demasiado lenta y para distancias muy cortas, excepto
ante olores eminentemente fuertes o desagradables, o
para espacios cerrados. Los especialistas en la detección
y distinción de olores, han de ‘educar’ o adiestrar este
sentido para poder percibir, distinguir e identificar los
múltiples matices aromáticos de las sustancias. Por regla
general, las células olfativas se saturan rápidamente con
los aromas, dejando de ‘transmitir’ esas percepciones al
cerebro.
Todas estas sensaciones llevan a establecer alguna
duda razonable, que invitan a reflexionar sobre algunos
aspectos: ¿Realmente la compleja estructura del sistema
olfatorio está diseñada para una única función que se
reduce a la percepción de olores, o cumple alguna otra
función? Dudas como ésta se pueden sustentar en base
a numerosos indicios, aunque vamos a seleccionar un
razonamiento expresado en un artículo de una revista
especializada, ‘Scientific American’ publicado en el año
1979, sobre la anatomía del cerebro.
339
 

« ... Consideremos ahora la amígdala. Aunque su


arquitectura celular es muy distinta de la del hipocampo,
también dirige una gran proporción de sus fibras hacia el
hipotálamo. Por su parte, la amígdala es la receptora de
fibras procedentes de una zona del neocórtex sináptico
alejada de cualquier campo sensitivo primario. Recibe
también fibras originadas en la corteza olfativa. En
efecto, se trata del área entorrinal. Además, una parte de
la amígdala recibe fibras del bulbo olfatorio. En la
olfacción, por tanto, la transmisión de estímulos
sensoriales al sistema límbico es directa. ¿A qué se debe
este hecho? ¿Por qué la olfacción se comporta de manera
distinta de los demás sentidos? Una posible respuesta
radica en el hecho probable de que el olfato fuera el
primer sentido que apareció en la evolución con
capacidad para detectar cambios del medio a distancia.
Constituyó tal vez el primer sistema mediante el cual los
animales que se desplazaban libremente pudieron
detectar la presencia de alimentos o identificar miembros
de la propia especie o de otras. Quizás el sistema olfativo,
habiéndose desarrollado en primer lugar, estableció
conexiones directas. Otra respuesta posible, que no
contradice a la primera, se basa en el hecho de que el
reconocimiento visual de un objeto, por ejemplo, supone
una elaboración compleja: a partir de los datos
sensoriales debe formarse una representación provista de
una serie de circunstancias, tales como el ángulo de la
visión, la distancia o la iluminación... La olfacción por el
contrario, funciona simplemente como un discriminador
de gradientes de intensidad. En definitiva, la olfacción al
dirigir la conducta con la finalidad primordial de lograr la
supervivencia, carece de la complejidad de computación
inherente a la visión y otros órganos sensoriales.»
La función de los senos paranasales también plantea
dudas razonables, aunque parece que determinan una
probable influencia en las variaciones de presión que se
generan como una función de los ciclos respiratorios. En
la inspiración, o la entrada de aire a las fosas nasales, la
340 

corriente principal sigue la vía del meato medio y la


corriente olfatoria ascendente, sube al canal olfatorio. En
la espiración, casi toda la corriente del aire que sale de
los pulmones pasa por el nivel inferior, frente al cornete
inferior y por debajo de él, y parte pasa por la bóveda de
las fosas nasales.
«Los orificios de los senos paranasales desembocan
en los meatos. Las variaciones en la presión del aire a
nivel de las fosas nasales, se transmiten inmediatamente
a los senos. Los intercambios gaseosos entre las fosas
nasales y las cavidades sinusales se realizan por diversos
mecanismos: Los cambios en la presión respiratoria
generan un ciclo de intercambio gaseoso que se realza en
cuatro tiempos: El primer tiempo es la presión negativa
creada por la inspiración del aire en la cavidad nasal
provocando una salida de aire sinusal que se mezcla con
el aire inspirado. El segundo se produce al finalizar la
inspiración; el débito gaseoso en la cavidad nasal se
anula; la presión se hace igual a la presión atmosférica y
la depresión relativa que se produce durante un
momento en el seno genera una entrada de aire en la
cavidad sinusal. El tercero tiene lugar al comienzo de la
espiración; la presión intranasal aumenta bruscamente lo
que conlleva la entrada de aire en los senos. El cuarto
tiempo se produce al finalizar la espiración; la presión en
la parte interna de la nariz alcanza el nivel basal; la baja
presión que hay en ese momento en los senos origina una
salida de aire hacia la cavidad nasal. Por tanto, el aire
sale de los senos al comienzo de la inspiración y al fin de
la espiración. El aire entra en los senos en la parte final
de la inspiración, cuando la cavidad nasal contiene aire
inspiratorio, y al comienzo de la espiración, cuando el
aire de la cavidad nasal es todavía aire inspiratorio o aire
del espacio muerto respiratorio. Es decir, que el aire que
penetra en los senos es fundamentalmente inspiratorio.»
Las variaciones de presión interna en las cavidades y
senos nasales es uno de los factores que intervienen en el
ciclo de la actividad respiratoria y que conviene señalar.
341
 

Dichas variaciones son evidentes y fáciles de comprobar:


basta con realizar una rápida y fuerte inspiración de aire
para detectar que las ‘aletas’ de la nariz se contraen,
reduciendo los canales de entrada, lo que indica un signo
evidente de que la presión en el interior de las cavidades
disminuye a causa del vacío creado al pasar la corriente
de aire inspirado que fluye hacia los pulmones; al cesar
la inspiración la presión interna se iguala a la externa.
Debemos señalar el resto de factores y elementos que
están presentes en la actividad respiratoria-olfativa: la
humedad y el calor de las mucosas, el frío del aire
exterior, las sales minerales o elementos que componen
las mucosas, más nitrógeno, oxígeno y vapor de agua, los
componentes del aire que penetra con cada inspiración,
generando las corrientes y cambios de presiones en las
cavidades internas. ¡Son elementos y factores que están
presentes en los fenómenos de la atmósfera en los que se
desprenden cargas eléctricas!
Las dudas razonables y las circunstancias señaladas
ponen de relieve la existencia de misterios que todavía
hoy encierran algunas de las estructuras cerebrales; en el
sentido del olfato, tal como estamos señalando, las que se
suponen que están relacionadas con la exclusiva función
olfatoria, en el conjunto de todo un complejo sistema de
estructuras interrelacionadas entre sí, que realizan varias
funciones perfectamente diferenciadas. Y dentro de ese
sistema, existe otra posible función, una terciaria, que es
la que realmente nos interesa señalar en este trabajo, del
que no olvidemos, su principal objetivo era la observación
de fenómenos donde se detecta la presencia de actividad
eléctrica que señalen probables fuentes para la obtención
de energía eléctrica: Recopilar datos, analizar, detallar,
observar y sacar conclusiones.
La función de la respiración está definida limitándola
al aporte de oxígeno a los pulmones y a la olfacción, pero
no desde un punto de vista de generación de energía de
naturaleza bioeléctrica.
342 

La detección de los olores se percibe principalmente


a la entrada de la nariz, en la zona cartilaginosa, antesala
de las fosas nasales propiamente definidas, siendo que
las terminaciones de los nervios trigémino y nasal llegan
hasta allí. A pesar de esa evidencia, la función olfativa se
atribuye básicamente a la mucosa pituitaria amarilla,
situada en la zona superior de las cavidades nasales, por
las densas terminaciones nerviosas que inervan en ella y
por la conexión directa con los bulbos olfatorios y con el
cerebro, lo que hace pensar con toda lógica, que su
función principal es la olfatoria; sin embargo, allí, en esa
zona, es donde se puede desarrollar otra función muy
diferente, importantísima, una función complementaria.
La entrada de aire por los orificios de la nariz a las
fosas nasales ocasiona una modificación instantánea de
la estructura molecular del aire-vapor de agua. Cuando
ese aire alcanza los pulmones ya se ha disociado en iones
positivos y negativos, se ha producido una ionización, lo
que permite el intercambio de oxígeno que se produce en
los pulmones para su aporte a la sangre que fluye hasta
los tejidos y células.
La cuestión y la interrogante es: ¿Dónde y cómo se
produce esa disociación de los iones?
La respuesta: En las fosas nasales, pero... ¿cómo?
La actividad respiratoria contiene necesariamente
una tercera función primordial, que permanece oculta, o
al menos poco conocida, o de esa forma considerada, que
sería la de proporcionar al cuerpo humano la energía de
naturaleza bioeléctrica necesaria para todas las funciones
vitales, el funcionamiento del cerebro y la fuerza motriz
precisa para el movimiento de los músculos y miembros.
Esa tercera función se desarrollaría, como un sistema
complementario, en los órganos olfativos.
Del cerebro humano salen dos bulbos conectados o
‘enchufados’ mediante fibras nerviosas que traspasan la
lámina cribosa, hueso del cráneo con múltiples orificios -
semejante a un ‘enchufe multifásico’-, hasta las mucosas
receptoras de las cargas eléctricas que se desprenden a
343
 

causa de la ionización del aire y de los elementos salinos


que contienen, como consecuencia del intercambio del
calor y la humedad de dichas mucosas al contacto con el
aire más frío que procede del exterior.

Los orificios de la nariz, las cavidades nasales, los


cornetes, las mucosas, los senos, los bulbos olfatorios,
constituyen todo un sistema idóneo para proporcionar al
cerebro un aporte permanente de energía ‘bioeléctrica’,
imprescindible para su funcionamiento.
Al mirar de frente al rostro de nuestros semejantes,
casi siempre fijamos nuestra primera mirada en la zona
central situada entre los dos ojos, justo en la cúspide de
la nariz... ¿por qué será?
344 

Hagamos una simulación de la actividad respiratoria


desde la óptica de las probables consecuencias físicas
que se desencadenan en dicho sistema. El aire inspirado
pasa a través de los cornetes nasales donde se crean
unas turbulencias debidas a la aceleración causada por
la corriente creada. El aire que penetra, de temperatura
más fría, se calienta por el efecto de las turbulencias, al
colisionar con las mucosas nasales, húmedas y de mayor
temperatura, y a la vez las mucosas superiores absorben
el frío que se desprende del aire. Existe en toda esa zona
un intercambio frío-calor. La corriente de aire calentado
desciende hasta los pulmones, mientras que en la zona
superior de la cavidad nasal desciende la temperatura y
la presión.
En las condiciones que se han descrito concurren
todos los factores idóneos para que se produzca una
ionización de los elementos que intervienen. La sequedad
y el frío del aire, la humedad y el calor de las mucosas,
cubiertas de un líquido salino renovado constantemente.
Con esas condiciones se ha de generar una corriente de
cargas eléctricas, los iones desprendidos, que van desde
la mucosa pituitaria, pasando a través de los orificios de
lámina cribosa del etmoides hasta los bulbos olfatorios,
cuya función sería, además de la olfatoria, proporcionar
un canal de corriente bioeléctrica para ‘suministrar’ al
cerebro energía, constante, permanente, imprescindible
para su funcionamiento.
Esta descripción puede parecer demasiado trivial o
simple, si es considerada desde la óptica científica, pero
existen numerosos indicios de que ‘algo así’ ocurre en las
estructuras nasales...
«En concreto, Álvarez López descubrió que, mientras
respiramos, en el interior de la nariz se producen lo que
llamamos ‘mocos’, que químicamente son una “base”. El
paso del oxígeno durante la respiración hace que la parte
superior de ese moco cambie su esencia para
transformarse en un ‘ácido’. Lo curioso es que el moco
mantenga a la vez la característica de base en su parte
345
 

interior y más líquida, y las propiedades del ácido en su


parte exterior y más sólida. En el laboratorio se ha
comprobado que el enfrentamiento entre la base y el
ácido produce una diferencia de potencial similar a una
electrólisis, de unas décimas de voltio, pero suficiente
para que esta energía se incorpore a los mecanismos
corporales. Los pelillos que tiene la mucosa nasal son los
vehículos por donde transita esta energía.»
Es conveniente pues analizar todos los componentes
que concurren en esta actividad respiratoria-olfativa, ya
que pueden darnos pistas para comprender con mayor
detalle la influencia de los factores y los elementos que
concurren en ella, y que nuevamente hemos señalado.
Así, el cerebro está en permanente actividad de estímulos
eléctricos, lo que posiblemente origina pequeños campos
magnéticos que no hay que descartar. También conviene
tener presente que los seres vivos nos movemos en el
entorno de un gran campo gravitatorio, y un medio aéreo
o atmosférico, en el que se genera electricidad natural
con facilidad, y en permanente movimiento.
«La electricidad debe emplearse conforme se genera,
ya que no puede ser almacenada en otra cosa que no
sean dispositivos de menor escala. La electricidad se
transmite por medio de un circuito cerrado entre dos
polos, para ser utilizada en cualquier propósito práctico,
pero no puede ser almacenada como energía eléctrica.»
La electricidad no puede ser guardar o conservar.
Las cargas eléctricas, en todo caso, se pueden almacenar.
La energía se puede conservar almacenada, como en las
baterías o pilas. Pero las baterías y las pilas se descargan
con la utilización y precisan ser recargadas. Se pueden
almacenar temporalmente aprovechando las propiedades
de algunos elementos, como determinados gases que
absorben y conservan el calor o el frío, o los productos
químicos que apropiadamente utilizados, posteriormente
pueden proporcionar la necesaria corriente eléctrica. De
todos esos elementos dispone ampliamente el cuerpo
humano. Pero se desconoce donde están esas ‘baterías’ o
346 

‘pilas de bioelectricidad’, cómo es su funcionamiento. Por


lo cual, también precisa disponer de algún ‘generador’,
algún sistema que permita renovar permanentemente ese
flujo de iones para recargar las ‘baterías’, o para reponer
la bioelectricidad.
Los movimientos de la respiración son una función
que se mantiene constante durante toda la vida en un ser
vivo terrestre o aéreo por el movimiento de sus pulmones,
que actúan como fuelles que absorben y expulsan el aire
y proporcionan el oxígeno que llega hasta las células
vivas como el elemento indispensable para su renovación,
y proporcionan la energía bioeléctrica necesaria para el
funcionamiento del cerebro y el movimiento de su cuerpo.
El cuerpo humano puede ser considerado como un
sistema autónomo que funciona con una ‘batería’ que se
recarga, o una ‘dinamo’ que genera de forma constante.
Probablemente los músculos del cuerpo, cuyas células se
componen en su mayor parte de agua y sales minerales,
supongan una inmensa reserva de elementos salinos que
se ‘ionizan’ al recibir la más mínima descarga nerviosa, y
funcionan contrayéndose y expandiéndose al ritmo
marcado por una perfecta sincronización de los impulsos
nerviosos que fluyen del cerebro.
No entra en nuestros objetivos definir cómo es el
funcionamiento de ese sistema, sino tan sólo señalar que
funciona con ‘bioelectricidad’ y que con las condiciones
que se dan en el entorno se generan o desprenden cargas
de esa bioelectricidad. Tampoco resulta fácil precisar si
dicho sistema se puede autorregular a voluntad, para
potenciarlo y sacar un mayor rendimiento del mismo, o
ser utilizado con fines curativos... como señalan algunas
disciplinas. Aunque de esto sí que existen experiencias de
culturas milenarias que pueden servir de ayuda para un
mejor control de la respiración.
347
 

Respiración y prana

«Y Dios, nuestro señor, creó al hombre del


barro e inspiró en su nariz un aliento de vida; y el
hombre se convirtió en un alma viva.» Génesis 2:7

La elección de la forma piramidal en la construcción


de los grandes monumentos en piedra de las antiguas
culturas, seguramente estaba basaba en consideraciones
simbólicas, sagradas o sobrenaturales, además de otras
razones de carácter geodésico o arquitectónico. Sin duda
resulta demasiado atrevido considerar que los sacerdotes
egipcios eligieron la forma piramidal para levantar sus
pirámides, como una representación simbólica de la nariz
humana, porque esa simbología fuera motivada por sus
conocimientos de las funciones cerebrales, la actividad
eléctrica del cerebro, u otras, como la función respiratoria
o la generación de bioelectricidad.
Muchas culturas de la antigüedad consideraron y
siguen considerando la función respiratoria como algo
extraordinario, fundamental para el desarrollo vital del
cuerpo humano. Especialmente las que le otorgaron un
carácter espiritual, místico y energético. «La mente hindú
a través de sus sabios describe el organismo humano
como un microcosmos que es un reflejo fiel de la
totalidad o macrocosmos. En él existen ciertos centros de
energía -chakras- y una serie de canales -nadis- por los
que transcurre.»
Veamos como consideran la función de la respiración
anatomistas y científicos en la actualidad: «La respiración
es una función común a todos los seres vivos, y que en
esencia consiste en la captación de oxígeno y eliminación
de anhídrido carbónico y agua. En los seres del reino
animal, el fenómeno de la respiración consiste, en
esencia, en los intercambios gaseosos que se producen
entre el medio interno del organismo y el ambiente
348 

exterior, agua o aire, mediante el desarrollo de unas


estructuras anatómicas muy especializadas, pulmones o
branquias, que reciben el nombre de aparato respiratorio.
El intercambio de gases se centra principalmente en la
captación de oxígeno, existente en el aire o disuelto en el
agua, y en la eliminación del anhídrido carbónico.
La finalidad primordial de la función respiratoria en
los animales es la de aportar la cantidad de oxígeno
suficiente para la realización de las funciones de
oxidación intracelular. Con ello se consigue la energía
suficiente para mantener las funciones vitales. Debe
además eliminarse el anhídrido carbónico que se produce
como resto del metabolismo celular. Dado que los tejidos
y las células de los seres de organización compleja no se
hallan en contacto directo con el aire, este intercambio de
gases no puede realizarse directamente, sino que es
preciso que se haya desarrollado un sistema de aporte y
eliminación, que viene representado por la sangre y el
aparato vascular. Existe, pues, un intercambio de gases a
dos niveles: el de la célula con la sangre y el de ésta con
el medio exterior: aire o agua.»
Cualquier ser vivo del reino animal necesita energía
para poder moverse y mantener sus funciones vitales.
Los humanos lo conseguimos con la ayuda del oxígeno,
un gas abundante en la atmósfera que entra en el cuerpo
a través de los pulmones y tiene una propiedad química
que nos es muy útil: resulta ser un potente oxidante. El
oxígeno que respiramos lo utilizamos para ‘romper’ la
glucosa y otros azúcares de la dieta para formar el
dióxido de carbono, agua y energía. En esto consiste la
oxidación.
Esta es la función natural de la respiración y quizás
la principal objetivo de los estudios desarrollados por
parte de la ciencia. Pero como hemos visto, esa función
también resulta primordial por otras circunstancias,
puesto que con ella se completa un ciclo vital de los seres
vivos superiores, especialmente para los seres humanos.
Así, cada vez que respiramos, aspiramos y espiramos, el
349
 

aire que entra y sale por la nariz y llega hasta nuestros


pulmones, el organismo se está recargando con energía
de naturaleza ‘bioeléctrica’, necesaria, permanentemente
renovada, que será utilizada en el cerebro para ejecutar
todas las funciones que precisa realizar nuestro cuerpo,
la percepción, la sensibilidad, el pensamiento, el control
de los órganos y la acción motora de los músculos.
Desde la más remota antigüedad existieron culturas,
cuyos sacerdotes, maestros o iniciados, consideraron la
respiración como la forma o el camino para aumentar en
el cuerpo una energía de carácter ‘espiritual’ o ‘cósmico’;
era la forma con la que se lograban alcanzar diversos
grados en el desarrollo específicamente espiritual del
cuerpo y de la mente, pero considerados siempre desde
un punto de vista místico o religioso, nunca desde la
óptica de que fuera la consecuencia de un fenómeno
puramente físico de la naturaleza.
En los tiempos actuales, esas enseñanzas místicas
antiquísimas se siguen impartiendo en esas culturas que
siguen utilizando los ritos tradicionales, y esa función
primaria de nuestro organismo sigue siendo considerada
como un método de perfección del espíritu y de la mente.
En un librito titulado Respirando, Expande tu Poder
y Energía, su autor, Michael Sky, va mostrando en la
secuencia de los capítulos la enorme importancia que
tiene el proceso de la respiración en el devenir cotidiano
para el cuerpo humano. Enseña las influencias que tiene
en la meditación, la relajación, la paz interior, la salud y
la vitalidad, o habilidades para respirar correctamente, y
técnicas diferentes, como la respiración intencional, que
puede ser de ayuda contra el estrés, a reducir el dolor o
los temores. De ese librito tomaremos algunas referencias
de gran interés, especialmente aquellas en las que se
relacionan los procesos respiratorios con la ‘energía’ del
cuerpo.
«Los seres humanos comparten con el resto de las
criaturas vivas este atributo vital: sus formas físicas
están impregnadas de una sutil esencia vibrante, llamada
350 

energía. Esta energía fluye en corrientes regulares dentro


del cuerpo físico, y extiende sus radiantes campos por
todo el cuerpo y por todo el entorno que le rodea. Su
calidad y efectos son semejantes a los de la electricidad,
el magnetismo, la gravedad o la fuerza nuclear, pero no
idénticos.»
«Nuestra respiración es el mecanismo vivo que pone
en movimiento este sutil sistema circulatorio. Los seres
humanos convierten fundamentalmente la energía en
forma física a través de la respiración.»
«A lo largo del día nuestra respiración tiende a fluir
con mayor fuerza por uno solo de los dos conductos de la
nariz, aunque el predominio alterna de uno a otro cada
cuatro horas. Este fenómeno refleja nuestras polaridades
fundamentales en el cerebro, el cuerpo, la mente y la
personalidad, mientras la respiración se mueve hacia
atrás y hacia adelante ayudando a mantener el equilibrio.
Podemos apoyar la función equilibradora de nuestra
respiración con una alternancia consciente entre los
orificios nasales.»
«El propósito de la respiración consciente no es en
primer lugar el movimiento del aire, sino el movimiento
de la energía. Si realizamos un ciclo respiratorio relajado
e integral durante unos minutos, experimentaremos la
energía dinámica que se introduce como una corriente en
nuestro organismo. Esta corriente energética no es otra
cosa que la fusión del espíritu y la materia.»
Las enseñanzas más comunes para el aprendizaje de
técnicas específicas de meditación o relajación, aconsejan
utilizar correctamente la respiración como el método más
eficaz. «Cierra los ojos, escucha tu respiración, suave y
lenta... Tras realizar varias inspiraciones y espiraciones,
concéntrate en tu respiración normal y en cómo se siente
todo tu cuerpo... Si estás tensa percibe la rigidez de tus
músculos, levántalos y bájalos suavemente... Relaja tus
músculos... Respirando en profundidad, sin que ningún
pensamiento interfiera sobre los sonidos y sensaciones
orgánicas, espera el tiempo necesario, cinco, diez, quince
351
 

minutos, hasta percibir una calma total de tu cuerpo y


mente.»
Numerosos especialistas recomiendan las disciplinas
del ‘Pranayama’ para realizar una respiración correcta,
obtener una adecuada oxigenación y purificación de la
sangre, mantener el necesario equilibrio del cuerpo y
preservar la salud o curar las enfermedades. Es muy fácil
acceder a páginas donde se exponen técnicas o métodos,
de los que llama la atención que siempre hay referencias
a los conceptos de ‘calor’ o ‘frio’, como desencadenantes
de algunas enfermedades. Transcribo algunas referencias
sobre esas técnicas.
«Método primero: Pranayama Sol. Para incrementar
el calor en el cuerpo cierre la ventana izquierda de la
nariz, aspire por la ventana derecha y exhale por ella
mientras cuenta de 1 a 4 lentamente. Como la ventana
derecha está conectada al Sol, el inhalar y exhalar por
ella creará calor en el cuerpo.
Método segundo: Pranayama Luna. Para incrementar
el frescor del cuerpo cierre la ventana derecha de la nariz,
inspire y espire por la ventana izquierda mientras cuenta
de 1 a 4, como antes. La ventana izquierda de la nariz
está conectada con la Luna, por eso crea frescor en el
cuerpo.
Método tercero: Para equilibrar el frio y el calor
aspire por la ventana derecha de la nariz y espire por la
izquierda, y después aspire por la izquierda, y espire por
la derecha.»
Por regla general se recomiendan estos métodos de
respiración para el equilibrio térmico y la purificación de
la sangre, cuando probablemente también se genera con
esos ejercicios una mayor ‘recarga de la bioelectricidad’
para el cerebro y el cuerpo.
«Este entrar y salir de la fuerza magnética en tu
cuerpo corresponde a tu aliento. Por eso, cuando tienes
que hacer algo complicado, retienes tu respiración. Por
ejemplo, si has de levantar una pesada piedra, no puedes
alzarla cuando el aliento está siendo expulsado...
352 

¡No puedes hacerlo! Pero cuando el aliento está


entrando, o cuando es retenido, puedes hacerlo. Tu
respiración se corresponde con lo que está sucediendo en
el cuerpo. El cuerpo vive en una esfera magnética, como
el aire. A nuestro alrededor hay fuerzas magnéticas; las
inspiras y las exhalas. Pero si te das cuenta de esta
fuerza magnética que está entrando y saliendo, entonces
ni serás poderoso ni impotente.»
El término ‘pranayama’ designa una técnica del yoga
que busca a través de los ejercicios respiratorios y el
control de la respiración, la concentración del ‘prana’, la
energía contenida en la respiración dentro del organismo.
Veamos algunas referencias para comprender lo que en el
entorno místico de algunas religiones se conoce como el
‘prana’ o ‘praná’. Precisamente, en el libro El Poder de las
pirámides 2, sus autores Emilio Salas y Román Cano,
relacionan esta técnica con la energía que fluye de las
pirámides.
«PRANA parafísica, deberá consistir en el estudio de
cuáles son sus características y qué interacciones se
producen entre los dos campos, físico y parafísico. Con
todo esto no pretendemos decir nada nuevo o que no se
haya dicho con otras palabras; lo que intentamos hacer
es dar a un concepto, a una idea, presente en todas las
antiguas filosofías y en algunas ciencias paralelas, una
presentación y enfoque más acorde con los actuales
conocimientos, y buscar si existe un sistema aceptable
para nuestra ciencia actual para adentrarnos en su
estudio. Antes de comentar los estudios que se realizan
sobre la Energía Universal y a modo de introducción a los
mismos, citaremos las palabras del swami Vivekananda
sobre el nombre más antiguo de esta energía: ‘Prana’.
Es Prana lo que se manifiesta como movimiento, lo
que se manifiesta como gravitación, como magnetismo.
Es Prana lo que se manifiesta en las acciones del cuerpo
como corriente nerviosa, como fuerza del pensamiento.
Del pensamiento hasta la fuerza física más tosca, todo es
sólo manifestación de Prana...
353
 

En la tradición hindú, Prana confecciona el universo


y es el origen de todas las energías, del mismo modo que
en la tradición taoísta Ch'i, el espíritu vital es el espíritu
cósmico que vitaliza y penetra todas las cosas dotándolas
de vida. Así, estas dos culturas orientales dan una
definición de esta energía universal, que coincide con las
características de la energía que se estudia en Occidente
bajo diversos nombres, de los cuales quizás el más
conocido sea el de "orgón". Creemos, sin embargo, que lo
menos importante de todo es el nombre. La energía es
única, aunque sus manifestaciones puedan ser distintas
debido a la distinta naturaleza de sus moduladores, sean
éstos seres vivos o formas geométricas.»
El prana es energía, la energía vital en nosotros, la
vida en nosotros. Esta vida se manifiesta a sí misma, por
lo que al cuerpo físico concierne, como el aliento entrante
y saliente. Son dos extremos opuestos. Los consideramos
como uno solo. Decimos "respiración", pero la respiración
tiene dos extremos: la inspiración y la espiración. Toda
energía tiene dos extremos, toda energía existe entre dos
polos opuestos. No puede existir de otra forma. Los polos
opuestos con su tensión y su armonía, crean la energía;
como los polos magnéticos.
El respirar en sí, no es prana. "Prana" significa la
energía vital que se manifiesta en sí misma entre esas
polaridades de entrada y salida. La energía que hace que
el aliento entre, es prana; no es el aliento en sí. La
energía que hace que el aliento entre, que lo consolida,
esa energía que hace que el aliento entre y salga, es
prana. «Pensemos, por ejemplo, en el yogui captando la
energía cósmica por medio del pranayama, la obtención
de bioplasma por el ser humano: Las partículas del
bioplasma se producen continuamente por la acción de
procesos químicos en el interior de las células, pero
también existe un proceso de absorción, a través de los
pulmones, de las cargas del medio ambiente.»
354 

«El hombre taoísta sabe que su bioenergía depende


de una adecuada sintonización con las fuerzas telúricas
del medio ambiente; fuerzas a su vez subordinadas a las
vibraciones celestes. Esta interacción produce una serie
de movimientos y cambios continuos que están regidos
por la ley de polaridad del Yin y del Yang. Esta polaridad
la vemos reflejada en el cielo y en la tierra, de cuya unión
surge la potencia cósmica, en forma de fuerzas similares
a las corrientes del viento y del agua. El equivalente
terrestre de estas fuerzas es asimismo dual, ya que las
corrientes telúricas poseen también una polaridad. El
taoísmo las clasifica en Kwei y Shin, o de una forma más
descriptiva, en ‘tigre blanco del oeste’ (Yin) y ‘dragón azul
del este’ (Yang). De estos conceptos emana la ciencia (del
viento y del agua) o Feng Shui, que es el arte de disponer
las moradas de vivos y difuntos de forma que armonicen
con las corrientes locales del aliento cósmico. Esta
integración energética del hombre en el medio se realiza
como un primer paso para llegar a la unidad con el
cosmos, fin último de la ciencia taoísta, cuyo propósito es
el beneficio de la vida humana.»
De modo que prana es energía, energía cósmica, y
nuestro primer encuentro con ella es en el cuerpo físico.
Se manifiesta primero como respiración, y luego como
otras formas de respiración: influencias, magnetismo,
pensamientos, vida, creación, ser.
Respirando obtenemos para nuestro cuerpo lo que
tratan de encontrar, lo que están buscando... ¡energía!
355
 

VI

LA ENERGÍA DEL FUTURO

Tras el planteamiento y el desarrollo de los distintos


fenómenos de la naturaleza en los que observamos cómo
se manifiestan la energía y la electricidad, las fuerzas de
la física natural, llega el momento de iniciar el desenlace
de uno de los problemas planteados al principio del libro.
Muchas son las teorías y las hipótesis que se podrían
desarrollar a partir del análisis de los fenómenos que han
sido observados, con el objetivo de proyectar hacia el
futuro soluciones alternativas al rápido agotamiento de
recursos energéticos del planeta; soluciones que buscan
muchos investigadores y que todo el mundo espera.
La energía eléctrica del futuro será la electricidad. Es
una energía que está contenida en todos los elementos,
que está por todas partes, por todo el planeta. Por tanto
se debería considerar que está disponible y que se puede
obtener o generar de múltiples formas, puesto que es una
energía inagotable. La cuestión entonces se reduce a
cómo, dónde o de qué formas se obtendrá.
Muchas líneas de investigación que se conocen van
dirigidas a buscar alternativas a materias de combustión.
Se buscan nuevos combustibles, nuevos materiales, que
produzcan combustión para producir vapor de agua que
mueva generadores, o para mover motores que producen
electricidad.
356 

En este apartado, vamos a incentivar la curiosidad


hacia posibles vías diferentes, señalar líneas alternativas
a la utilización de métodos mecánicos, los combustibles,
hacia otras formas de obtener electricidad, la contenida
en la materia, en su estado, la dinámica.
Actualmente todo lo condiciona la propia economía
de un sistema diseñado para el enriquecimiento rápido
de unos pocos que manejan dinero a su conveniencia, en
función de intereses de grandes grupos multinacionales a
los que priorizan conceptos meramente dinerarios, como
‘aumentar ventas’ ‘reducción de gastos’ ‘reducir los costes
salariales y sociales’, ‘reducir impuestos’, para ‘maximizar
los beneficios’... para lo cual, disponen de múltiples
mecanismos de financiación, creando grandes cantidades
de dinero, que es público, para fines privados.
Los ‘costes’ constituyen un factor que determina la
producción y consumo de las distintas energías, y las
decisiones que se toman a nivel político, para que eso sea
así y no de otra forma. Los ‘costes’ son un concepto que
condiciona las decisiones económicas de las empresas y
los países, porque tiene una doble óptica. Semejante a las
dos caras de una moneda, la cara y la cruz; la cara sonríe
a quienes producen, comercializan, cargan impuestos y
‘costes’ a las energías, y la cruz amarga es para quienes
tienen que pagarlas, los que han que soportar los ‘costes’.
Los que buscan maximizar beneficios y recaudaciones,
los que desean obtener más dinero por la producción,
olvidan el ‘ahorro de costes’ que supone la contaminación
y degradación del medio ambiente, que apenas preocupa
a la hora de ser considerado como coste real, físico, es
decir, los daños que se causan a la naturaleza, en lugar
de valorar solo el coste monetario, medido en dinero. Y es
que las energías son ‘costosas’ porque esa doble óptica
confluye en un elemento que base del conflicto: el dinero.
Es entonces cuando encontramos la paradoja de que, al
igual que la energía en la Tierra, el dinero también es
inagotable... dependiendo de una gestión eficiente.
357
 

«Trabajar en ciencia básica resulta frustrante para


los investigadores. Muchos avances revolucionarios son
confinados al olvido a causa de intereses empresariales o
gubernamentales, mucho más si se trata de proyectos de
eficiencia energética. Pero en el sector de la energía hay
muchos intereses, y un avance científico lo pueden frenar
tranquilamente durante 10 años. “Si se apuesta por la
energía solar fuertemente, las compañías petrolíferas
pierden terreno", explica un científico. Sólo un dato:
"Hay empresas petrolíferas que compran patentes de
energía solar para evitar que salgan al mercado... “Ya lo
dijo el presidente Obama: invertimos en energía porque el
país que tiene el control energético tiene el control del
planeta”, agrega.»
La investigación para el desarrollo de la ciencia, en
muchos países padece de la racanería propia de políticos
miopes y empresarios codiciosos. Mientras, hay países en
los que las investigaciones para fines militares gozan de
recursos ilimitados.
Es la perversidad de un sistema económico que ha
derivado hacia un capitalismo-especulativo. Los grandes
avances científicos son frenados por empresas que por el
hecho de tener a su disposición grandes cantidades de
dinero también quieren ejercer el poder, buscando sus
ganancias sin importarles los daños que causan a otras
muchas personas; mientras los políticos viven en su
mundo particular, en las nubes, por encima de los
mortales, entre sus luchas por el poder y la corrupción.
Se descubrirán nuevos sistemas de obtener energías
que serán más limpias, no contaminantes, respetuosas
con el medio ambiente y baratas... ¿Baratas? Este último
aspecto, el de los ‘costes monetarios’, es el que menos
debiera influir en la concepción de producir energía, que
sería lo normal si el dinero se gestionara con finalidades
más eficientes.
«Durante el siglo XXI, la humanidad se enfrentará al
desafío de transformar, en profundidad, el modelo
energético basado en el uso de combustibles fósiles que
358 

ha sustentado el modelo de crecimiento económico desde


la revolución industrial. Será, sin duda, este reto junto
con el de la gestión de los recursos hídricos, lo que más
condicionará las posibilidades efectivas de avanzar hacia
un modelo de desarrollo más justo, más duradero y más
saludable, a escala planetaria.»
La referencia transcrita corresponde al párrafo inicial
del Prólogo de un libro titulado El reto energético, en el
cual su autor, Valeriano Ruiz, desarrolla con gran rigor
científico los sistemas y tecnologías energéticas actuales,
los problemas medioambientales, los posibles conflictos,
las necesidades de mejorar la eficiencia en el consumo,
en definitiva, analiza las distintas ‘opciones de futuro de
un sistema energético que resulta ya imprescindible en
nuestras vidas’. «La energía es y será el reto a superar
por la humanidad del mañana.»
Es el mismo desafío que habíamos planteado como
uno de los objetivos de este documento: ¿Cuál será la
energía del futuro? Y la respuesta es la electricidad, que
será la energía que se utilizará y se seguirá necesitando
producir, por lo que el problema a resolver es... ¿Cómo
se obtendrá electricidad en el futuro?
El citado autor, en uno de los apartados referentes a
la electricidad, nos dice: «Desde pequeños nos enseñan
que la electricidad es una serie de fenómenos físicos
relacionados con los electrones, partícula subatómica
constituyente de los átomos y moléculas. Se puede hablar
de electrostática y electrodinámica. En el primer caso, la
electrostática define las unidades de electricidad como
cargas eléctricas que se suponen están en reposo ligadas
al material correspondiente. La electrodinámica se refiere
al movimiento de esas cargas eléctricas definiéndose
como una magnitud física, la corriente eléctrica, cuya
unidad fundamental es el amperio, o cantidad de cargas
eléctricas que circulan por un conductor por unidad de
tiempo en segundos.»
Veamos definiciones y datos sobre esos conceptos.
359
 

Electrostática
«La electrostática es la rama de la Física que estudia
los efectos mutuos que se producen entre los cuerpos
como consecuencia de sus cargas eléctricas, es decir, el
estudio de las cargas eléctricas cuando están en reposo,
siendo que las cargas puntuales son cuerpos cargados
cuyas dimensiones son despreciables. La carga eléctrica
de los cuerpos es la propiedad de la materia responsable
de los fenómenos electrostáticos, cuyos efectos aparecen
en forma de atracciones y repulsiones entre los cuerpos
que la poseen.»
La electricidad estática es un fenómeno causado por
una acumulación de cargas eléctricas en un objeto y que
puede ocasionar una descarga eléctrica si dicho objeto se
pone en contacto con otro. La electricidad estática se
genera por efecto del rozamiento de dos objetos o ciertos
materiales cuando se frotan uno contra otro, como por
ejemplo, la lana con el plástico o las suelas de los zapatos
con una alfombra, en los que el proceso de frotamiento es
la causa de que se retiren los electrones de la superficie
de un material y se reubiquen en la superficie del otro,
por tener condiciones más favorables.
Los materiales se comportan de forma diferente en el
momento de adquirir una carga eléctrica. Así, una varilla
metálica sostenida con la mano y frotada con una piel no
resulta cargada. Sin embargo, sí se cargará al frotarla
usando para sostenerla un mango de vidrio o plástico y el
metal no se toca con las manos. Esto se debe a que las
cargas pueden moverse libremente entre un metal y el
cuerpo humano, lo que las iría descargando conforme se
produjeran, mientras que materiales como el vidrio y el
plástico no permiten la circulación de cargas, y aíslan
eléctricamente la varilla metálica del cuerpo humano.
La particularidad de estos fenómenos causados por
la electricidad estática es que pueden ser observados a
simple vista.
360 

Es un fenómeno que había llamado la atención de


los antiguos. Hace 2.500 años, el filósofo griego Thales de
Mileto, se percató de que frotando un trozo de ámbar se
adherían a éste pequeños cuerpos, aunque no supo
explicar la razón por la cual ocurría ese fenómeno. «En el
año 1660, el médico y físico inglés William Gilbert,
estudiando el efecto que se producía al frotar el ámbar
con un paño, descubrió que el fenómeno de atracción se
debía a la interacción que se ejercía entre dos cargas
eléctricas estáticas, o carentes de movimiento, de
diferentes signos, una positiva y otra negativa. A este
fenómeno físico Gilbert lo llamó electricidad, por analogía
con ‘elektron’, nombre que en griego significa ámbar.»
En realidad, lo que ocurre es que al frotar con un
paño el ámbar, este último se electriza debido a que una
parte de los electrones de los átomos que forman sus
moléculas pasan a integrarse a los átomos del paño con
el cual se frota. De esa forma los átomos del ámbar se
convierten en iones positivos (o cationes), con defecto de
electrones y los del paño en iones negativos (o aniones),
con exceso de electrones. Para que los átomos del cuerpo
frotado puedan restablecer su equilibrio atómico, deben
captar de nuevo los electrones perdidos. Un efecto que
provoca la atracción sobre otros cuerpos u objetos que le
cedan esos electrones.
En electrostática, al igual que en el magnetismo con
los polos de un imán, las cargas de signo opuesto se
atraen y las de igual signo se repelen. Históricamente, la
electrostática fue la rama del electromagnetismo que
primero se desarrolló. «Con la postulación de la ‘Ley de
Coulomb’, descrita y utilizada en experimentos de
laboratorio a partir del siglo XVII, y ya en la segunda
mitad del siglo XIX, las ‘Leyes de Maxwell’ concluyeron
definitivamente su estudio y explicación y permitieron
demostrar cómo las leyes de la electrostática y las leyes
que rigen los fenómenos magnéticos son estudiadas bajo
el mismo marco teórico denominado electromagnetismo.»
361
 

«En 1832 Michael Faraday (1791-1867) publicó los


resultados de sus experimentos sobre la identidad de la
electricidad; hasta entonces los físicos pensaban que la
electricidad estática era algo diferente de la electricidad
obtenida por otros métodos. Faraday logró demostrar que
la electricidad inducida por un imán, la electricidad
generada por una batería, y la electricidad estática, son
todas iguales.»
Una manifestación de la carga estática la tenemos en
las nubes cuando se generan las tormentas eléctricas con
rayos. «Benjamin Franklin realizó algunos experimentos
con los rayos, y llegó a establecer que en realidad son
fenómenos electrostáticos macroscópicos.  En 1752 llevó a
cabo en Filadelfia su famoso experimento con la cometa.
Ató una cometa con esqueleto de metal a un hilo de seda,
en cuyo extremo llevaba una llave también metálica.
Haciendo volar la cometa un día de tormenta, confirmó
que la llave se cargaba de electricidad, demostrando así
que las nubes están cargadas de electricidad y que los
rayos son cargas eléctricas. Gracias a este experimento
creó su más famoso invento, el pararrayos.»
Son numerosos los fenómenos en los que se observa
cómo se desprenden estas cargas de electricidad estática.
Y nos conviene observarlos y analizarlos detenidamente,
pues en ellos también intervienen factores y elementos
que hemos señalado para otros fenómenos en capítulos
anteriores.
Un ejemplo lo podemos observar en los vehículos a
motor, ya que se cargan de electricidad estática a causa,
aparentemente, de la colisión con las masas del aire al
desplazarse, o también por el calor que se desprende del
motor –al menos así es considerado científicamente-; pero
la manifestación de esa carga estática no es perceptible
por los ocupantes. Salvo en determinadas circunstancias,
en las que, entonces se llega a sentir la descarga eléctrica
en el cuerpo cuando se toca alguna parte metálica del
vehículo, al subir o al bajar del coche. Podemos observar
cómo esas descargas se manifiestan de forma perceptible,
362 

especialmente en días de sol, donde la temperatura que


se acumula en un vehículo llega a ser muy alta. Cuando
el vehículo pasa de una temperatura alta, de un lugar
soleado, a un lugar de temperatura inferior –un garaje o
una calle sombría- y más todavía si en este lugar hay un
ambiente muy húmedo, la descarga estática que produce
al tocar el coche es fuerte y por tanto perceptible para las
personas. Ese tipo de descargas se producen una sola vez
y en un breve espacio de tiempo, desde que se produce el
cambio de temperatura y humedad. Ese fenómeno no es
perceptible en días de bajas temperaturas, o si no se da
un cambio brusco. Probablemente también influyen otros
elementos, como el calzado o la ropa que se usa.
La carga de electricidad estática también se da en las
personas, en circunstancias distintas a las del vehículo.
Según las observaciones, este fenómeno se produce de
forma perceptible, cuando en una habitación por la que
se mueva, exista algún elemento que impida la descarga
a tierra de esa carga de electricidad. Además de esto, es
preciso que en dicha habitación la temperatura sea alta,
haya un ambiente húmedo y se produzca algún cambio
brusco de temperatura –una corriente fría del exterior, el
frío aire acondicionado- que son algunas causas de carga
estática en el cuerpo. La descarga se producirá al tocar
un objeto metálico en contacto con tierra o un elemento
de distinto potencial eléctrico.
La electricidad estática se produce con frecuencia en
prendas de vestir, principalmente de fibra, al acumular el
calor que desprende el cuerpo humano, y la descarga se
produce al quitar las prendas del cuerpo, pero solamente
es perceptible de forma intensa cuando se hace en una
estancia fría y con humedad. Con estas condiciones, al
quitarse una prenda en la oscuridad se ven chisporrotear
las pequeñas cargas que se desprenden. Y no solo se ven
sino que a veces, también se pueden escuchar.
Al verter cubitos de hielo en un vaso con líquido muy
caliente, como el café, se escucha el crujir de los cubitos
que se resquebrajan al entrar en contacto con el líquido.
363
 

Esto parece indicar que la estructura interna sólida del


hielo se modifica a causa del brusco intercambio de
cargas eléctricas entre el sólido frío y el líquido caliente.
Un fenómeno similar ocurre al verter bruscamente agua
hirviendo dentro de una botella de cristal, el cristal cruje,
se resquebraja y la botella se rompe.
Al sacar del frigorífico una botella de plástico con
agua muy fría o con hielo del congelador, en un ambiente
de mucho calor y alta humedad, se escuchan los crujidos
producidos por la interacción de las temperaturas, y se
repiten tras breves periodos de tiempo.
Al abrir la puerta del congelador de un frigorífico, en
días calurosos y con alta humedad, cuando se cierra y se
intenta abrir de nuevo, seguidamente, se comprueba que
está cerrada con mucha más potencia y que cuesta más
esfuerzo abrirla. Es debido a las cargas eléctricas que se
desprenden y se sitúan sobre los bordes del cierre, en los
que se acumula el calor, en contraste con la temperatura
del interior.
Las máquinas electrónicas, los electrodomésticos y
en general todo tipo de máquinas que desprenden calor,
para evitar que la estática que generan se acumule y
cause problemas de funcionamiento, han de conectarse
con tomas de tierra mediante cables de conexión a la red,
y han de instalarse sobre superficies con aislamientos
adecuados, especialmente en determinados ambientes,
como el frío de aires acondicionados y con alta humedad.
¿Cómo se explica este fenómeno de la electrostática?
Los cuerpos físicos están compuestos por átomos, un
núcleo de materia rodeado de varias capas de electrones.
Cargas eléctricas de signo positivo en el núcleo y cargas
negativas a su alrededor creando un equilibrio eléctrico
neutro. Los fenómenos que hemos referido indican que
ese equilibrio no es estable y se rompe con relativa
facilidad, en determinadas condiciones, como descensos
bruscos de temperatura y/o presión, cuya consecuencia
es que se desprendan electrones de las capas exteriores y
364 

se acumulen en elementos del entorno que tengan una


temperatura superior.
«Aplicando calor a los cuerpos, la estructura eléctrica
de los átomos se va transformando, de tal manera que si
la temperatura que se les aplica es muy alta, llegan a
descomponerse desprendiéndose electrones de las capas
más exteriores. Si se les somete a un enfriamiento lento o
progresivo, los átomos van recuperando su estructura de
carga original. Este fenómeno se da en cualquier reacción
de tipo físico o químico, sólo que en este último aspecto
puede ocurrir que se dé una reacción inversa, es decir,
que como consecuencia de una reacción química puede
desprenderse calor. Si a un cuerpo o elemento tras haber
aplicado calor y aumentado su temperatura se les somete
a un enfriamiento muy rápido o brusco, la estructura de
su materia se recompone, pero determinada cantidad de
cargas eléctricas quedan liberadas.»
Analizando estos indicios se llega a la conclusión de
que en el fenómeno de la electricidad estática se observa
cómo concurren determinadas condiciones, semejantes a
las que se han observado en otros fenómenos: Calor, frío,
humedad, cambio brusco de temperaturas en un entorno
o ambiente, cambios de presión atmosférica...
En definitiva, el rozamiento observado desde antiguo
como la causa de ese fenómeno de atracción de pequeños
objetos, no es sino el calor que se genera por la acción de
frotar. Y las cargas desprendidas no procederían sólo de
los cuerpos frotados, sino del aire que los circunda.
Es importante señalar pues, que el factor ‘calor’ y el
‘cambio brusco de temperaturas’ son, aparentemente,
efectos detectados en los fenómenos físicos naturales que
se han descrito.
365
 

Termodinámica y entropía
«El Universo tiende al caos y a la entropía, dice la
segunda ley de la Termodinámica.»

Ha de considerarse que los fenómenos y condiciones


hacia los que hemos apuntado se producen u originan en
el contexto de un planeta, la Tierra, un objeto magnético,
considerado de este modo, que a su vez se mueve por el
espacio en el entorno de un inmenso campo gravitatorio
arrastrado por otro gran objeto magnético como es el Sol,
dando lugar a cambios constantes por la sucesión de las
diferentes estaciones climáticas, pues los factores y las
circunstancias que se han señalado se desarrollan dentro
de un sistema planetario en el que interactúan otras
muchas fuerzas, considerables, cuyas influencias han de
ser sin duda determinantes y de gran complejidad, por
tanto muy difíciles de establecer.
Las condiciones señaladas, vienen determinadas por
la acción de la Termodinámica y por los efectos de esas
fuerzas magnéticas y gravitatorias, que influyen en las
causas que originan los movimientos permanentes de los
fluidos que cubren la superficie el planeta, tanto los
elementos gaseosos que componen la atmósfera, como el
agua de los mares y océanos, y se aprecian tanto mayores
o violentos cuanto mayores resultan ser las diferencias de
temperaturas y presiones que se dan entre las masas
más próximas, dando lugar en determinadas condiciones
de la atmósfera, a fenómenos naturales muy específicos,
en los que se desprenden ingentes cantidades de energía,
en forma de fuertes vientos y descargas eléctricas.
Estamos ante la acción de la Termodinámica, ciencia
que define el comportamiento de los elementos cuando
están condicionados por los efectos de las temperaturas.
Los principios básicos de esos efectos, causados por
la interacción entre el calor y el frío, o en elementos con
diferentes temperaturas, están formulados en las leyes de
366 

la Termodinámica que, expresados de una forma muy


elemental, vendrían a significar que cuando se aplica una
fuente de calor a un elemento, dicho calor es absorbido
de forma progresiva hasta que su temperatura alcanza
valores iguales entre ese elemento y la fuente de calor. El
proceso de absorción del calor origina, de forma especial
en los fluidos, un movimiento interno de las moléculas,
debido a que las moléculas más próximas a la fuente de
calor, conforme absorben calor aumenta su temperatura,
son desplazadas por nuevas moléculas con temperatura
inferior, hasta que el conjunto del fluido absorbe todo el
calor y se estabiliza. En el caso del agua de los océanos y
mares, esa acción es la causante de las diferencias de
entropía que actúan sobre sus moléculas, las que dan
lugar a grandes desplazamientos de masas que no son
sino la manifestación de la energía que se transforma.
«Cuando se plantea la pregunta: ¿por qué ocurren
los sucesos de la manera que ocurren, y no al revés? se
busca una respuesta que indique cuál es el sentido de los
sucesos en la naturaleza. Por ejemplo, si se ponen en
contacto dos trozos de metal con distinta temperatura, se
anticipa que eventualmente el caliente se enfriará, y el
frío se calentará, hasta alcanzar ambos una temperatura
uniforme. Sin embargo, el proceso inverso, un trozo que
se calienta mientras que el otro se enfría es improbable a
pesar de conservar ambos la energía. El universo tiende a
distribuir la energía uniformemente, es decir, maximizar
la entropía.»
La primera ley de la Termodinámica se refiere al
concepto de energía interna, trabajo y calor. «Nos dice
que si sobre un sistema con una determinada energía
interna se realiza un trabajo mediante un proceso, la
energía interna del sistema variará. A la diferencia de la
energía interna del sistema y a la cantidad de trabajo le
denominamos calor. El calor es la energía transferida a
un sistema por medios no mecánicos. Por eso, la energía
no se crea ni se destruye, sino que con cada proceso
únicamente se transforma en diversas manifestaciones».
367
 

«La termodinámica, por definirla de una manera muy


simple, fija su atención en el interior de los sistemas
físicos, en los intercambios de energía en forma de calor
que se llevan a cabo entre un sistema y otro.»
La segunda ley de la Termodinámica dice: «No existe
un proceso cuyo único resultado sea la absorción de
calor de una fuente y la conversión íntegra de este calor
en trabajo. Formulado de manera diferente: No es posible
proceso alguno cuyo único resultado sea la transferencia
de calor desde un cuerpo frío a otro más caliente.»
Una consecuencia de esta segunda ley es que los
elementos absorben o pierden su calor en función del
entorno que los rodea. Así, en ambiente a temperatura
normal, por ejemplo, sobre una mesa, un plato de sopa
muy caliente tiende a enfriarse mientras que un helado
tiende a derretirse. El calor fluye de forma natural de las
zonas calientes a las frías. A escala universal, todos los
objetos celestes, que tienen elevadísimas temperaturas,
están sometidos a ese mismo proceso, un enfriamiento
progresivo, marcando el sentido inflexible de esa Segunda
Ley. Aceptando que las leyes de la Termodinámica rigen y
comprenden a toda la materia existente en el Universo,
ha de deducirse que los objetos celestes que contienen
materiales a elevadísimas temperaturas, están sometidos
a un proceso que tiende hacia el enfriamiento progresivo
de los mismos, desde sus capas más externas hacia las
más internas, hasta alcanzar un equilibrio térmico a nivel
universal. Expresado elementalmente, la tendencia de
esos procesos apunta siempre en la dirección calor-frío.
Dichos factores, calor-frío, influyen de una manera
determinante en los gases y fluidos, en los elementos que
componen el aire de la atmósfera y el agua de los mares,
ocasionando la variación permanente de presiones que se
dan tanto en altura como en las diferentes zonas del
planeta. Variación condicionada por el grado de desorden
o ‘entropía’.
Entropía simboliza ‘grado de desorden’ en la materia.
«En termodinámica, la ‘entropía’ es la magnitud física que
368 

mide la parte de la energía que no se puede utilizar para


producir trabajo. Es una función de estado de carácter
extensivo y su valor, en un sistema aislado, crece en el
transcurso de un proceso que se dé de forma natural. La
palabra entropía significa evolución o transformación y
describe lo irreversible de los sistemas termodinámicos.»
«En base a este principio, Rudolf Clausius (1822-
1888), físico y matemático alemán, introdujo el concepto
de entropía, la cual es una medición de la cantidad de
restricciones que existen para que un proceso se lleve a
cabo y determina también la dirección de dicho proceso.
Dicho principio permite comprender la relación entre la
entropía y la energía liberada en un proceso. Por ejemplo,
un motor necesita de una fuente de energía para poder
convertirla en trabajo. Si pensamos en la que utiliza un
coche, la gasolina, proporciona la combustión que se
transforma en ‘energía’ capaz de hacer que el automóvil
se mueva. Esa energía que el coche utilizó para realizar
un trabajo y transformarlo en movimiento se ‘consumió’,
es decir, la energía liberada mediante un proceso ya no es
utilizable para que el motor siga produciendo trabajo.»

LA CLAVE ES ENTROPÍA
CALOR Y FRÍO GENERAN ENERGÍA

El grado de desorden de la materia se define como


entropía. «La entropía, enunciada coloquialmente, se
puede considerar como el orden de un sistema, es decir,
cuánto homogéneo esté ese sistema. Por ejemplo, si en
un mismo recipiente tenemos dos gases diferentes
separados por un tabique, a igual presión y temperatura,
tendremos un sistema de menor entropía que al retirar el
tabique, cuando los dos gases se mezclen de forma
uniforme, consiguiendo dentro del recipiente una mayor
homogeneidad que antes de retirar el tabique y un
aumento de la entropía.»
369
 

Las leyes de los gases ideales o perfectos estudian el


comportamiento de los gases relacionando el volumen, la
presión y la temperatura. «La ley de Boyle dice que el
volumen es inversamente proporcional a la presión, de
donde se deduce que si la temperatura es constante, la
masa del gas permanece constante y si la temperatura
cambia, la presión del gas también cambia. La tercera
variable es la presión. Si se aumenta la presión sobre un
gas, el volumen del gas disminuye y su temperatura
aumenta, mientras que si se disminuye la presión, el
volumen del gas aumenta y la temperatura disminuye. La
conclusión elemental de esa ley es que ‘los gases se
expanden cuando se enfrían y se comprimen cuando se
calientan’.»
Albert Einstein en una de sus publicaciones sobre la
teoría de la relatividad, comenta las propiedades de los
fluidos. «Bernoulli conoce el concepto del atomismo y
por lo tanto se siente obligado a concluir que los átomos
o moléculas chocan contra las paredes del recipiente y al
hacerlo así ejercen una presión. Después de todo, es
preciso suponer que los átomos están en movimiento, ¿de
qué otra manera sería posible dar razón de los cambios
de temperatura de los gases? Una simple consideración
mecánica demuestra que esta presión depende, de forma
exclusiva, de la energía cinética de las partículas y de su
densidad en el espacio. Esto tendría que haber conducido
a los físicos de aquel tiempo a la conclusión de que el
calor consiste en el movimiento aleatorio de los átomos.
De haberse tomado esta conclusión con la seriedad que
se merecía, el desarrollo de la teoría térmica -de modo
especial el descubrimiento de la equivalencia entre calor
y energía mecánica- se habría visto considerablemente
facilitado.»
370 

Representación dinámica de la materia


y la energía
Uno de los principios fundamentales es que toda la
materia del Universo está condicionada a un decremento
constante y progresivo de su temperatura, o su grado de
desorden. El proceso es unidireccional y su tendencia
está marcada por los diferentes estados de la materia:
gaseoso, líquido y sólido. Todos los elementos conocidos
están sujetos a este principio y a ese proceso. Cuando
este proceso se altera, se invierte o se acelera, se produce
o se libera la energía.
El proceso se altera cuando a un elemento o sistema
se le somete a una fuente de calor o a una fuente de frío.
El proceso se invierte cuando se aplica calor, y se acelera
cuando se aplica frío; evidentemente la liberación de la
energía estará en función directa con las diferencias de
temperaturas -calor o frío- entre el elemento y la fuente.
Todo esto nos lleva a plantear una incógnita, ¿cuáles
son las causas por las que desciende la temperatura o el
grado de desorden de la materia, lenta y paulatinamente?
Ahí están las claves del enigma, en la interacción
dinámica de la materia y la energía en un sistema donde
influyen determinados factores, además de fuerzas de
diversa naturaleza. Y si en alguna forma deberían estar
representadas simbólicamente las interacciones entre la
materia y la energía, la más idónea es en una pirámide.
Curiosamente, los antiguos que quisieron perpetuar
sus conocimientos, ocultando sus secretos, realmente no
encontraron unas formas más espléndidas y maravillosas
de hacerlo. Ya vimos cómo para los antiguos, la materia y
la energía son combinaciones de los cuatro elementos
que componen nuestro mundo: agua, aire, tierra y fuego.
También establecieron una quinta entidad catalizadora
que permite la existencia, las uniones y combinaciones
de dichos elementos.
371
 

Es el ‘éter’, el ‘primer motor’ de los filósofos griegos, el


mismo que el esoterismo de los alquimistas medievales
llamaba ‘spiritus’, la ‘quintaesencia’, la culminación de la
Gran Obra. Como hemos señalado, esas relaciones eran
representadas simbólicamente en una pirámide de cuatro
lados, en la cual en cada uno de los vértices de la base
representa un elemento, y la quintaesencia en la cúspide
que los une.

La pirámide la constituyen cuatro caras triangulares


sobre una base cuadrada. La cúspide es el punto de
origen y convergencia, y la base representa la expansión.
Los ángulos de las caras y de las pendientes siempre se
mantienen, por lo que, aunque la altura y las medidas
aumenten, las proporciones a escala siempre serán las
mismas. Pues bien, en cada una de las cuatro caras de
una pirámide se pueden representar los factores y las
interacciones que intervienen e influyen en los elementos.
La tendencia ha de considerarse desde la cúspide hacia
la base, a mayor acción mayor será la influencia.
Una cara representa los tres estados de la materia y
en la contigua las temperaturas, ya que aquellos se dan
función de éstas en condiciones normales de presión. Así,
cualquier elemento sometido a gran temperatura tiende a
expandirse y sometido a un gran enfriamiento tiende a
solidificarse.
372 

Es importante tener presente que un cuerpo o un


elemento podría considerarse muy caliente cuando su
estado es gaseoso y su entropía es muy alta. Caliente o
templado cuando su estado es líquido y su entropía es
alta o media. Frío o muy frío cuando su estado es sólido y
su entropía es baja o muy baja. Así por ejemplo, el vapor
de agua condensado a cierta altitud y a 20 grados de
temperatura puede considerarse un elemento caliente,
mientras que un pedazo de metal sólido a 200 grados
puede considerarse un cuerpo frío.

En el universo, supuesta y objetivamente, así como


en la galaxia en la que se encuentra el sistema solar, ha
de ser una constante la acción de la segunda Ley de la
Termodinámica, y su consecuencia es un enfriamiento
progresivo, una entropía decreciente de toda la materia;
es la transición de un estado gaseoso, gas y polvo estelar,
extremadamente caliente, al estado líquido o de plasma
de las grandes estrellas, hasta un estado sólido, frío o
helado de los planetas y otros pequeños cuerpos celestes.
En la tercera y cuarta caras se combinan los factores
o conceptos que son consecuencia de la interacción de
los señalados en las otras dos. Es una forma sencilla de
expresar cómo la materia, o todos los elementos que la
componen, están interrelacionados entre sí por factores
sujetos a una ley unidireccional, que en determinadas
373
 

condiciones pueden ser influidas o intervenidas por la


aplicación de métodos artificiales, cuyas consecuencias
son las que se conocen como tipo de acción-reacción.
La presión y el volumen están condicionados en la
materia por la acción de la temperatura. La masa es la
cantidad de materia de un cuerpo, y es susceptible de ser
transformada en energía.

Dicha dinámica o interacciones fue simbólicamente


expresada por Schwaller de Lubicz en el libro El templo
en el hombre-Arquitectura Sagrada, cuando recoge una
teoría filosófica sobre las ‘magnitudes irreducibles’. «De
la misma manera que el Movimiento define el Tiempo y el
Espacio, la medida de la longitud (movimiento) delimita la
duración y el camino. Cuando el Espacio, como camino,
debe convertirse en Volumen, la Masa, el polo opuesto de
las magnitudes irreducibles, debe intervenir. Entre los
dos extremos, Espacio y Masa, se encuentran la Fuerza y
la Energía. De hecho, el Movimiento, con el Tiempo,
ofrece el camino que conduce a la Fuerza; y la Fuerza, al
frenar, producirá la Energía (energía resultante). Es el
Volumen el que reúne el Peso, la Fuerza y la Energía; y es
el Movimiento el que une el Tiempo y el Camino. El
Volumen pertenece a todo lo que existe; es decir, todo lo
que existe en el Universo tiene Volumen; es por lo tanto
374 

el resumen de lo que podemos llamar la ‘serie concreta’


de las magnitudes irreducibles.»
Los conceptos que se reflejan en las caras de esta
simbólica pirámide, expresan de una forma elemental las
propiedades y efectos que en Física se pueden atribuir a
toda la materia y los cuerpos conocidos. De todos los
elementos que componen la materia, destaca uno que es
el agua. El agua es el único elemento que se encuentra
permanentemente en los tres estados conocidos: En
forma líquida en los mares, lagos, ríos, etc.; en forma
sólida en los casquetes polares, en las altas cumbres y en
la atmósfera (en determinadas condiciones); y en forma
gaseosa o vapor en la atmosfera. Pero la característica
fundamental de este elemento son sus extraordinarias
propiedades, ya que es el único elemento que si se dan
determinadas condiciones de temperatura y presión,
puede pasar por cualquiera de los tres estados en breves
períodos de tiempo, hasta el punto de que, en ocasiones,
puede estar en los tres estados de forma casi simultánea:
es el efecto conocido como ‘el punto triple del agua’ -que
ya hemos citado-, un efecto que solo se conoce para este
elemento en condiciones naturales.
El agua está presente en los fenómenos y acciones
en los que se produce esa interacción de los efectos que
se han expresado: Las presiones varían en función de las
temperaturas, y la interacción entre temperaturas y
presiones, que originan la expansión o la contracción de
las masas de vapor-aire, el movimiento y la energía. El
movimiento puede ir desde una simple brisa de viento,
hasta llegar a tomar forma de huracanes; y la energía es
la que se desprende en forma eléctrica en condiciones de
tormenta. Por ello, una pirámide simboliza de forma muy
especial la representación del agua y de sus propiedades.
La pirámide es un prisma geométrico que, sin duda,
tuvo una especial significación para los antiguos egipcios,
que nosotros desconocemos, al igual que los motivos que
los llevaron a utilizar esta forma geométrica para sus
grandes construcciones, circunstancias que permanecen
375
 

en el más profundo de los misterios. No obstante, hay


otras muchas formas geométricas consideradas perfectas
por los antiguos, a las que otorgaron un carácter sagrado
quizás porque experimentaron los efectos de las energías
que se desprenden de la materia, según las formas, como
las ondas vibratorias o lumínicas.
Es muy importante tener presente esto si se acomete
un estudio experimental, para averiguar si existe alguna
influencia entre la materia y la energía, ya que los sólidos
geométricos perfectos pueden contener claves todavía
desconocidas. Muchos elementos minerales cristalizan en
llamativas formas geométricas de gran perfección; una
consecuencia de la materia y de la energía, y los factores
o fuerzas que interaccionaron. Circunstancia que no pasó
desapercibida para los antiguos, que por motivaciones
poco conocidas, asignaron a las formas geométricas unas
propiedades, colores y elementos específicos. Numerosas
personas siguen valorando las piedras minerales por sus
por cualidades o influencias que les atribuyen, como por
ejemplo para la salud o el estado físico.
Las investigaciones más recientes van dirigidas a
conocer las propiedades de las estructuras atómicas de
los materiales por la sorprendente eficiencia energética
que aportan; es la ciencia de la nanotecnología.
«Materiales como el grafeno, que tiene la propiedad
de convertir la luz del sol en electricidad y permite sacar
el máximo provecho de la energía solar. El grafeno es un
material cuya estructura molecular cristaliza en forma de
hexágonos perfectos, igual que los cristales de hielo, y
semejante a las celdas de cera de las abejas.»
376 

Los Sólidos Platónicos

«Las figuras geométricas más sagradas, junto con el


círculo y la espiral, son los cinco sólidos platónicos. La
descripción de dichos sólidos se encuentra en el Timeo,
de Platón (427-347 a.C.), que fue el primero en estudiar a
profundidad su geometría y asignarles características
metafísicas. Son formas completamente simétricas que
tienen lados y ángulos iguales y que todos caben dentro
de la matriz universal que es la esfera. Son la base de la
construcción de la materia: el tetraedro, el hexaedro o
cubo, el octaedro, el dodecaedro y el icosaedro.
Son poliedros regulares convexos que presentan las
siguientes propiedades: Todas sus caras son polígonos
regulares iguales. Sus vértices unen el mismo número de
caras y de aristas. Todas las aristas son iguales. Todos
los ángulos de las caras son iguales. Todos los sólidos
platónicos son simétricos y caben perfectamente en una
esfera. Otra peculiaridad geométrica de estos sólidos es
que de ellos se pueden trazar tres esferas, centradas en el
mismo centro de simetría del poliedro: La primera esfera
inscrita y tangente a todas sus caras en su centro. La
segunda esfera inscrita y tangente a todas las aristas en
su centro. La tercera esfera circunscrita y pasa por todos
los vértices del poliedro.»
Hacemos una breve descripción de estos sólidos, de
las formas geométricas, los elementos, colores y símbolos
que se les atribuyen.
El tetraedro está formado por 4 triángulos iguales,
representa el primer elemento, el Fuego sagrado, su color
es el Rojo, y es el símbolo del Amor.
El hexaedro o cubo está formado por 6 cuadrados,
representa el segundo elemento, la Tierra, su color es el
Verde, y es el símbolo de la Voluntad.
El octaedro, formado por 8 triángulos iguales, dos
pirámides invertidas unidas por sus bases, representa el
377
 

tercer elemento, el Aire, su color es el Amarillo y es el


símbolo de la Sabiduría.
El dodecaedro, formado por 12 pentágonos iguales,
representa el quinto elemento, el Éter o Prana, su color
es el Violeta, y es símbolo de la Conciencia Planetaria.
El icosaedro, formado por 20 triángulos iguales,
representa el cuarto elemento, el Agua, su color es el Azul
y es el símbolo de la Conciencia Cósmica.
Para concluir este apartado en el que se destacan las
formas geométricas que adopta la materia por efecto de la
energía y de las fuerzas de la naturaleza, referimos breves
extractos de una curiosa historia que aparece citada en
numerosas publicaciones y páginas de internet, sobre un
presunto descubrimiento de una pirámide sumergida en
el Triángulo de las Bermudas.
«En 1968 el doctor Ray Brown se encontraba en las
Bermudas trabajando con un equipo de recuperación de
tesoros perdidos en los fondos marinos. En los descensos
descubrió los restos de una ciudad submarina, y en una
de sus inmersiones localizó una ‘pirámide sumergida’....
En el informe realizado después por el mismo Brown, se
describía la existencia de una ‘pirámide submarina’
compuesta por piedras pulimentadas que encajaban
perfectamente unas en otras. Nadando alrededor de la
construcción remontando hasta la cúspide, que aparecía
truncada, y sobre la cual se levantaba una especie de
pequeño templete. La altura de la pirámide era semejante
a la pirámide de Keops, en Gizeh, de 137 metros de
altura y con una base de 180 metros de lado. Penetró por
una abertura que poseía el templete y se halló en una
sala en cuyo centro, sobre un soporte de piedra, dos
manos de metal sostenían una pequeña esfera vítrea que,
cuando fue examinada, resultó ser de cuarzo. Se trataba
de una esfera geométricamente perfecta. Había sido
encontrada entre la isla de Andros y la de Bimini...»
« ¿Guarda alguna relación esa esfera perfecta de
materia cristalizada con el ‘gnomon’ o esfera de cristal de
cuarzo que remataba el piramidión de basalto el cual a
378 

su vez coronaba las pirámides egipcias? Al ‘gnomon’ que


se sostenía en el vértice del piramidión de las pirámides,
se le atribuyó capacidad eléctrica para captar los rayos.
En cuanto al piramidión, de durísimo basalto gris, solía
tener grabado en su superficie ‘el ojo de Dios’, como en el
caso de la pirámide de Amenemes, en Dashur. Aunque
venía a ser como la rúbrica de la pirámide dada por
terminada -indicando que la obra divina había tocado a
su fin-, no falta quien se pregunta si acaso el objeto del
piramidión, debido a la dureza de su materia y al hecho
de figurar como remate de la pirámide, no sería otro que
el de resultar indestructible por el rayo. Por eso la esfera
‘gnomántica’ hallada por el profesor Brown podía poseer,
como él mismo declaró, insospechadas propiedades que
luego se explicarán...»
«... La perfecta esfera de cristal de cuarzo hallada por
el doctor Ray Brown en el templete sobre la cúspide de la
pirámide sumergida recuerda las esferas utilizadas por
los adivinos, los espejos de obsidiana usados por los
mayas, así como el ave que tenía un espejo en la cabeza y
el ala que Moctezuma II aparece consultando en un
códice florentino. Las esferas de cristal, al igual que el
agua perfectamente quieta en una escudilla, servían para
centrar el pensamiento visionario y así poder percibir el
futuro y el pasado. En el caso de la descubierta por el
doctor Ray Brown, este investigador reveló que había
podido constatar en ella unos poderes misteriosos. Así,
exhibida en una exposición y libremente ofrecida al tacto
ajeno, al ser tocada por la mano de una enferma ésta
recobró la salud. Pero curiosamente, al ser tocada de
nuevo, en otra ocasión, por una persona distinta, ésta
adquirió la enfermedad de la que habíase librado la
anterior. ¿Cuáles serían pues los misteriosos poderes de
la esfera de cuarzo? ¿Serían sus pirámides interiores,
repetidas indefinidamente, como punto de fijación para
lograr la hipnosis de quien miraba en ella?... »
379
 

Esfera de cuarzo o ‘gnomon’

«Según el propio doctor Brown, el cristal de cuarzo


perfectamente esférico que encontró en la pirámide
sumergida posee propiedades fuera de lo corriente. Por
ejemplo, sus propiedades electromagnéticas que se ven
extraordinariamente aumentadas si se deja descubierta.
Cuando fue encontrada se hallaba bajo una cúpula
piramidal, lo que parece indicar que en el interior de la
pirámide el cristal esférico condensa sus propiedades, y
fuera de la misma vierte su fuerza al exterior. Según
Brown, existe además una relación entre la actividad de
la esfera de cristal de cuarzo y el ciclo lunar... Ahora
bien, en el caso de la esfera de cuarzo descubierta por el
doctor Brown, sus facultades no radican sólo en su poder
de captación hipnótica, sino asimismo en su poderosa
fuerza magnética, de extraordinarios efectos, sin duda
aumentados por haber permanecido dicha esfera bajo la
cúpula piramidal que cubría el templete en que fue
descubierta.»
«En el relato del doctor Brown figuran pormenores
desconcertantes: La superficie de la pirámide parecía un
espejo… Las piedras estaban perfectamente pulidas y el
trabajo era fantástico... Le di la vuelta a la cúspide tres
veces. Durante la tercera vuelta descubrí una abertura.
En mis vueltas anteriores no había visto ninguna, y
estuve observando atentamente aquella estructura. No
puedo explicar por qué al principio no había ninguna
abertura y después sí. Mi primer pensamiento fue que si
380 

había una abertura debía de existir una puerta. No había


puerta alguna, nada que pudiera abrirse... »
«... ¿Cómo explicarse que en el año 1940 el gran
vidente Edgard Cayce profetizara el descubrimiento de las
murallas submarinas de Bimini? Edgard Cayce predijo:
“Los sistemas mediante los cuales los atlantes fabricaban
y obtenían energía serán hallados en la parte sumergida
del continente, que se encuentra parcialmente cerca de
Florida, concretamente en Bimini, donde se halla uno de
los templos”... A la revelación del vidente, uno no puede
por menos que preguntarse si el templo a que se refirió
Edgard Cayce correspondía al de la pirámide sumergida
descubierta por el doctor Ray Brown, y si uno de sus
sistemas de obtener energía no sería asimismo el hallazgo
de la singular esfera de cuarzo magistralmente tallado
por las manos de un artífice, ya que en modo alguno es
posible que la naturaleza ofrezca al cuarzo en forma
esférica. Aunque Cayce no hizo alusión alguna al cristal
de cuarzo, sí mencionó un equivalente similar para la
obtención de energía, llamando piedras atómicas a
aquellas que según su visión captaban energía solar
reflejada por el espejo de la Luna. Las piedras en cuestión
se hallaban situadas en el interior de una cúpula de
forma piramidal, y en su parte superior dicha pirámide
disponía de estrías o aberturas deslizantes que, a manera
de los observatorios astronómicos, permitían distribuir la
energía en todas direcciones, según la preferencia del
manipulador. Curiosamente la descripción pormenorizada
de las piedras atómicas, llamadas así por el vidente, eran
realmente cristales cilíndricos tallados en diversas
facetas. Según Cayce, la parte superior estaba tallada por
un lapidario de gemas y servía para la concentración de
la energía en el interior del cilindro de cristal. La
multiplicidad de las utilizaciones del cristal visionado por
Cayce fue interpretada como una ingenua descripción de
los rayos láser, desconocidos en la época de Cayce.»
381
 

Sorprendente y fascinante este episodio. Y llamativo,


porque al margen de si se trató de una realidad o de una
ficción, de un sueño o de una fantasía, lo cierto es que
marca un vínculo, un nexo de unión entre elementos y
datos que conforman todo un complejo y desconocido
entramado alrededor de fuerzas o energías, imaginarias o
ciertas, pero que no han sido dominadas: civilizaciones
antiguas, pirámides, energía, materia, piedras, minerales,
sólidos geométricos, vibraciones, electricidad...
Misterios y enigmas que todavía no han podido ser
explicados o comprendidos.
Lástima que no se tenga ninguna constancia real de
las motivaciones por las que los creadores de las grandes
pirámides levantaron esos maravillosos pero elementales
monumentos, considerados infundadamente funerarios.
Por esas motivaciones, sagradas, secretas, ocultas al
pueblo, los constructores egipcios se comportaron como
iniciados. Guardaban sus conocimientos en los templos
de PIEDRAS, para transmitir su saber a sus sucesores;
una saber que ellos mismos habían asimilado y que,
probablemente, no se refería únicamente al arte de la
construcción, sino de otros muchos conocimientos que
configuraban el camino hacia el Saber Total.
Sorprendente también, que desde tiempos remotos y
hasta épocas recientes, muchos hombres hayan dedicado
su vida al estudio de lo desconocido, buscando ese saber,
la ciencia de la Alquimia, el camino hacia la Gran Obra,
que culminaba en una PIEDRA.
Dejando al margen la veracidad de esos relatos, que
parecen más una maravillosa fantasía, lo cierto es que el
objeto descrito, una esfera de cuarzo tallada, con unas
propiedades físicas desconocidas, serviría a la perfección
para materializar lo que, en esencia, son las claves que
relacionan a la materia y la energía, un objeto real y
admirable que sería una gran referencia.
382 

Electricidad y pirámides
«Las dos pirámides de Gizeh, en Egipto,
marcan el destino de la humanidad, allí donde el
pasado y el futuro se juntan. Un pasado que
guarda secretos y conocimientos necesarios para
el futuro».

Hemos relatado en capítulos anteriores referencias


que relacionaban las pirámides con templos funerarios y
con ceremonias de los sacerdotes egipcios para la ‘vida
eterna’ de los faraones, pero en este capítulo destacamos
su posible concepción cómo ‘máquinas’. Son numerosos
los investigadores, egiptólogos y hombres de ciencia que
estando dedicados al mundo de la arqueología egipcia,
llegaron a proponer sorprendentes conclusiones sobre las
características específicas que presenta la Gran Pirámide,
que la convertirían en una gran ‘máquina’ utilizada para
la producción de algún tipo de energía, por supuesto
desconocida para el mundo de la ciencia.
La Gran Pirámide presenta una distribución atípica
de la estructura compuesta por las cámaras y corredores
que se distribuyen por su interior; unas características
que no concurren en ninguna otra pirámide en ningún
lugar del planeta. Su estructura está compuesta por la
cámara del Rey, o cámara del sarcófago, la cámara de la
Reina, la Gran Galería, la cámara subterránea o pozo,
bajo el nivel de la base, y los pasajes que las comunican.
383
 

La primera anomalía la encontramos en el detalle de


que el suelo, muros, puerta y techo de la cámara del Rey
fueron construidos con bloques de granito, mientras en el
resto de la pirámide los bloques son de caliza. Hay otros
elementos que también son llamativos en esa compleja
estructura, y que conviene destacar: la ‘cámara de los
Rastrillos’, los ‘conductos de ventilación’, las ‘cámaras de
Descarga’ y el ‘sarcófago vacío’.
La cámara de los Rastrillos es la antesala de entrada
a la cámara del Rey, del que llama la atención un sistema
de rastrillos que una vez existió allí, compuesto por tres
bloques de piedra que podrían ser izados o deslizados
desde arriba mediante un sistema de cuerdas, lo que
sugiere que esa antesala podría cerrarse, pero también
abrirse... Por tanto se desconoce su verdadera finalidad,
pues si tenían un mecanismo para mover los bloques,
desde luego no era la de sellar el acceso a dicha cámara.
¿Unos rastrillos que podían ser removidos para cerrar
una cámara donde deberían estar el sarcófago y los
tesoros de un faraón? «Los bloques y el mecanismo no
pueden verse ya, pero hay numerosas evidencias que
sugieren que sí existieron. En las paredes este y oeste de
esa antesala, hay unos canales guía, una serie de tres
agujeros semicirculares tallados en el bloque que forman
ambas paredes y que finalizan aproximadamente a un
metro del techo; en la cara oeste, dichos canales se
rematan con unos alojamientos semicirculares que en su
momento debieron de alojar sendos troncos para la
suspensión de los bloques y su posterior deslizamiento
para el cierre de la entrada. En la cara sur también
existen cuatro canales verticales labrados en la pared y
equidistantes que parece pudieron ser destinados al paso
de las cuerdas que sostenían los bloques. Finalmente en
la cara norte existe un falso dintel formado por dos
bloques, que descansan uno sobre otro, separados de la
pared sur unos cincuenta centímetros. A ese falso dintel
se supone que su función era sujetar las cuerdas que
sostenían los bloques o rastrillos.»
384 

Los ‘conductos de ventilación’ de la cámara del Rey,


parten desde la parte inferior de dos de las paredes; son
dos angostos conductos de forma cuadrada de unos 20
cms. de lado, que desembocan en la superficie exterior de
las caras norte y sur, con una inclinación de sus ángulos
perfectamente calculada, ya que son perpendiculares a
dichas caras, de los que, las opiniones más generalizadas
apuntan a que son dos vías para que el aire fluya hasta el
interior de dicha cámara. Igualmente, de dos paredes de
la cámara de la Reina, parten dos angostos conductos,
igualmente inclinados, en dirección a las paredes norte y
sur, aunque inicialmente no comunicaban con el exterior
en sus últimos tramos, ya que estaban obstruidos. Se
desconoce la función o el significado de la existencia de
estos cuatro ‘conductos de ventilación’, aunque no parece
que su función fuera precisamente la de ventilar.
Curioso detalle, el de la orientación de esos cuatro
conductos hacia las caras norte y sur: En la vertiente
norte de los montes se concentra el frío y la humedad,
mientras en la sur se acumula el calor y la sequedad.
Otro de los enigmas lo plantean las cinco ‘cámaras
de Descarga’, situadas sobre la cámara del Rey, que como
su nombre indica, supuestamente, tendrían la finalidad
de evitar que dicha cámara se hunda bajo el peso de las
piedras. Las dudas se fundamentan en que la cámara de
la Reina soporta un peso mayor y no las tiene, pues ese
diseño arquitectónico no parece sustentar la función que
se le supone, por lo que se ha de considerar que tenían
otro propósito muy distinto.
La última duda la suscita el sarcófago de granito,
vacío y sin tapa, que se encuentra en la cámara del Rey,
demasiado grande para haber sido introducido por los
estrechos pasillos y demasiado pequeño para contener en
su interior varios ataúdes que compondrían el conjunto
funerario de una momia real. Precisamente, sobre este
punto se basan algunas conclusiones de la arqueología
moderna sustentando que la Gran Pirámide, a diferencia
385
 

de las demás, no estuvo destinada a servir de tumba,


sino que fue un monumento de carácter ‘científico’.
Son precisamente aspectos como estos, y las dudas
que suscitan, sobre los que se ha de poner atención y
valorar para hacer deducciones, sacar conclusiones... o
realizar experimentaciones. Las estructuras internas de
la Gran Pirámide son las que han dado lugar a diversas
hipótesis y teorías que consideran que esa construcción
tuvo relación con la generación o producción de algún
tipo de energía, como si se tratara de una máquina, en
contraposición con otras posturas más o menos oficiales
que la consideran una tumba, un templo, un monumento
funerario, o un lugar sagrado de iniciación. Las teorías y
consideraciones que vamos a referir nos podrán parecer
excéntricas, desproporcionadas o fuera de lugar, pero
hemos de anticipar que fueron formuladas por personas
de gran experiencia, con cualificación técnica y científica,
investigadores, arqueólogos, profesores de universidades,
que parecen querer ver en esa pirámide la representación
monumental de conocimientos o poderosos secretos que
los sacerdotes y constructores egipcios ocultaron, y que
han permanecido durante milenios como ‘secretos muy
bien guardados’.
Veamos a continuación algunas de las referencias
que aparecen en numerosos libros y documentos. Una
primera cita es la recogida del libro El Secreto de la Gran
Pirámide, de Manuel J. Delgado.
«Los procesos físicos y químicos que se producían en
el interior de la Gran Pirámide, según el ingeniero
británico Christopher Dunn, eran los siguientes: La Gran
Pirámide sería una especie de máquina de producción
energética, según la cual allí se convertía la energía
vibratoria en energía microondas, en una especie de
unión entre la ciencia y la música, sintonizando su
central de energía a un armónico natural de la vibración
terrestre. Según esta versión, en la cámara de la Reina se
generarían una reacción química para producir el
combustible, de la cual quedan rastros en forma de sales
386 

en sus paredes. La Gran Galería serviría para alojar


resonancias donde algún tipo de energía vibratoria se
convertía en sonido. La cámara del Rey sería el núcleo
central de energía en la que el sonido haría vibrar el
granito generando una combinación de energía acústica y
electromagnética.»
En un artículo publicado en la revista Año Cero en el
año 1997, titulado La tecnología arranca sus secretos a la
Gran Pirámide, ese mismo autor, Manuel José Delgado,
describe en uno de sus apartados, una hipotética función
que pudo haber tenido dicha pirámide, que se semejaría
a un determinado ‘sistema de producción de energía’.
«Hace nueve meses presentábamos la teoría de que
la Gran Pirámide era capaz de general algún tipo de
energía térmica o nuclear. Interpretando los procesos
técnicos que pudieron tener lugar allí, Alan F. Alford en
su libro Los dioses del nuevo milenio, expone una teoría
sobre la búsqueda de cámaras secretas atendiendo a su
funcionalidad y dice que dentro de la Gran Pirámide se
debería encontrar un sistema de energía integrado por
una fuente de combustible, un sistema de tratamiento,
otro de dirección de la producción y otro de control, e
identifica los corredores, las cámaras, los pozos y la gran
galería como el sistema de tratamiento, siendo el agua el
combustible. Utiliza un diagrama para demostrar el flujo
ascendente del agua y los gases que constituyen el
sistema energético de la Gran Pirámide. La culminación
de este proceso es la producción de calor y vapor de agua,
que se desplaza por un pozo desde la cámara del fuego
hasta el mecanismo de producción situado en alguna
sala cercana a la cúspide de la pirámide. Según sus
planteamientos, la gran Galería contribuye a crear el
sistema de hidrógeno comprimido a gran presión; en la
cámara del Rey se produciría el fuego y en la cámara de
la Reina existiría una fuente de agua. En este entramado
tienen especial relevancia los llamados canales de
ventilación. Hasta ahora se han identificado como
trayectos que recorrían los espíritus de los difuntos en su
387
 

complicado paso entre la vida y la muerte. Pero si


tuvieran dicha función religiosa se hallarían en todas las
pirámides y no sólo en ésta, precisamente la única que
sus constructores hicieron premeditadamente hermética
por medio del milimétrico acople de sus millones de
bloques. Estos canales podrían servir para trasvasar
líquidos y gases y resolverían el problema del canal norte
de la cámara de la Reina. Esta idea está aparentemente
argumentada ya que, si bien no se ve la salida de este
canal a la cámara del Rey, sí existe la evidencia en el
suelo, cerca del sarcófago, de la prospección realizada por
los árabes en el siglo XII, motivada seguramente por la
presencia allí de la desembocadura de este canal. El que
en las paredes del canal horizontal, en el pozo o en las
cámaras de Descarga se encuentren restos de una
materia salada parece indicar que en la Gran Pirámide se
produjo algún tipo de experimento físico o químico.
Descubrir su naturaleza conllevaría la localización de las
cámaras o elementos constructivos necesarios para que
se produjeran tales procesos.»
En otra referencia tomada del libro Dioses del nuevo
milenio, de Alan Alford, se recoge una teoría del doctor
Bernd Hartmann, quien decía haber resuelto el misterio
de la pirámide mediante una aproximación de ingeniería.
«Su teoría no publicada sugería que la Pirámide era
una gigantesca esponja de caliza que de alguna forma
succionaba agua del Nilo y la convertía en hidrógeno y
oxígeno; el propósito era quemar el hidrógeno para crear
energía en forma de calor. La teoría de Hartmann aludía
a un desconocido proceso de gasificación en la Gran
Galería, basado en especiales cristales de poder dentro de
la pirámide. La teoría que parecía no científica, dejaba
inexplicadas varias características de la pirámide y no
encajaba con los registros mesopotámicos. No obstante,
había algo turbadoramente perceptivo en la teoría de
Hartmann. Tenía el presentimiento de que podría estar
muy cerca, y estaba particularmente intrigado por su
interpretación de la cámara del Rey. La cuestión que
388 

surgió en la mente de Hartmann era esta: ¿por qué


complicarse construyendo el suelo, muros, puerta y techo
de la cámara del Rey de granito, y el resto de la pirámide
de caliza? Su respuesta se enfocaba en la diferencia
práctica fundamental entre los dos tipos de roca, siendo
el granito más duro y un mejor conductor del calor.
Hartmann concluía de ello que la cámara del Rey era un
enorme horno. Un aspecto particularmente convincente
de su teoría era su afirmación de que las denominadas
cámaras de Descarga, situadas sobre la cámara del Rey,
estaban diseñadas como una chimenea para reducir el
calor hasta un nivel que podría ser aceptable por la caliza
circundante. Los bloques de granito que forman las
cuatro cámaras de Descarga son las piedras más largas y
pesadas de toda la estructura, con un peso de 70
toneladas. Su parte inferior está pulida y la superior es
rugosa. Parece inconcebible que los constructores no
hubiesen acabado un lado de estas rocas. Por otro lado
¿pudo haber sido un diseño deliberado? Como ha sido
apuntado por Hartmann, el granito es un excelente
conductor del calor, y la combinación de una parte
inferior lisa con una superior rugosa podría permitir
liberar más calor que el que recibían. El tamaño
gradualmente reducido de los bloques era un mecanismo
perfecto para disipar el calor, asistido por cuatro cámaras
de aire, con una altura media de dos pies y medio entre
los bloques. Aunque no acepté la teoría completa de
Hartmann, sentí que había acertado con la cámara del
Rey. Nadie tiene una teoría mejor de por qué era
necesario construir las cámaras de Descarga. Por ejemplo
si, como se cree, estas cámaras fueron diseñadas para
aliviar las tensiones, ¿por qué no se colocaron sobre la
cámara de la Reina, que está más abajo en la Pirámide?
La cámara de la Reina tiene solo un techo, una losa de
caliza formada por doce bloques, pero no ha sufrido
ningún daño. Y sobre todo, ¿por qué usar tantos techos
de granito sobre la cámara del Rey cuando uno hubiera
sido suficiente?»
389
 

Todas estas hipotéticas finalidades energéticas que


se atribuyen a la Gran Pirámide son verdaderamente
sorprendentes y aventuradas, aunque quizás uno de los
autores que recoge mayor número de este tipo de teorías
sea el doctor Robert M. Schoch, en el libro EL MISTERIO
DE LA PIRÁMIDE DE KEOPS, en varios apartados se
detallan estas teorías, sus autores y los argumentos en
los que se basan, de los que se transcriben algunas citas
extractando sus contenidos.
«La bomba hidráulica de Gizeh: De acuerdo con una
teoría del ingeniero hidráulico Edward J. Kunkel, ...
describe una parte de los templos de Karnak donde hay
una enorme puerta de 80 toneladas suspendida por dos
pivotes, lo que le motivó a analizar las estructuras y los
interiores de los grandes templos de Karnak. ¿Cómo
puede ser que unas personas trasladaran una masa tan
monstruosa como la puerta de ochenta toneladas y
articuladas adecuadamente dentro de su recinto? Edward
analizó metódicamente las diferentes formas mecánicas,
sobre cómo podría moverse una masa tan grande. A
través del proceso de deducción llegó a la conclusión de
que las bombas, sistemas hidráulicos y de energía
hidráulica, fueron los principales mecanismos utilizados
para mover las masas voluminosas de piedra y materiales
... Kunkel sostenía que los pasillos interiores y cámaras
de la Gran Pirámide fueron diseñados como una bomba
hidráulica para proporcionar agua a los estanques y a las
esclusas por los que los inmensos bloques de piedra
podían flotar hasta su posición y ser fijados... Según sus
cálculos, el tubo diagonal inferior del pasillo descendente
podría contener ochenta toneladas de agua, y el superior
alrededor de trescientas. Un fuego en la parte superior
del tubo crearía un vacío que haría que el agua subiera, y
esta subida continuaría a causa de la fuerza ascendente
del aire comprimido en las cámaras de descarga.
Finalmente, al agua alcanzaría la cámara del Rey y
saldría por las fuentes a través de los mal llamados
390 

canales de ventilación, que en realidad serían conductos


de agua.»
«La planta energética de las arenas: La propuesta de
Christopher Dunn, ingeniero y maestro artesano, es que
la Gran Pirámide se encontraba en el centro de una red
de suministro eléctrico en el antiguo Egipto. Y no se
trataba simplemente del típico generador de gas, carbón,
o una turbina hidroeléctrica. Más bien era una alta
tecnología, visionaria, digna de Julio Verne, que utilizaba
el hidrógeno para convertir las vibraciones propias de la
Tierra en microondas que luego se transmitían...» Más
adelante explica las reacciones que produce el hidrógeno
en las distintas cámaras y a través de los pasadizos para
terminar convirtiendo la energía de las vibraciones en
sonido... «La cámara del Rey era el corazón de la planta
energética de Gizeh. Los cristales de cuarzo en la cámara
de granito rojo vibraban en consonancia con el sonido
que entraba, tensando los cristales y lanzando un flujo de
electrones a través de lo que se conoce como efecto
piezoeléctrico. En este punto, tanto la energía acústica
como electromagnética llenaban la cámara del Rey, que
previamente había sido inundada de hidrógeno gaseoso
procedente de la reacción química que se estaba
produciendo en la cámara de la Reina. El gas absorbía
esta gran cantidad de energía, que vibraba a frecuencias
armónicas con la resonancia del hidrógeno. Como
respuesta, el único electrón de cada átomo de hidrógeno
se elevaba hasta un nivel más alto de energía.»
«¿Armas nucleares en el antiguo Egipto?: En un
artículo publicado en el Meta Research Bulletin del año
2001, la ingeniera química Érica Miller, el ingeniero
mecánico Sean Sloan y el ingeniero químico Gregg Wilson
estaban de acuerdo con Christopher Dunn en que la
Gran Pirámide era una planta energética. En su opinión,
la pirámide producía combustible mediante la fisión
nuclear en un reactor de neutrones, muy probablemente
para el transporte planetario a Marte... Miller, Sloan y
Wilson mantienen que la Gran Pirámide fue utilizada en
391
 

el pasado remoto para producir combustible de plutonio.


La prueba, defienden, es la única y exclusiva geometría
interna del monumento. El sarcófago de la cámara del
Rey fue rellenado de mineral de uranio, y la propia
cámara estaba llena de agua traída desde el exterior de la
pirámide a través de los canales de ventilación. Las
cámaras de Descarga que se encuentran sobre la cámara
del Rey, protegerían la estructura frente a la fuerza
explosiva del vapor producido por la fisión en el agua...»
«La estrella de la muerte: El físico Joseph P. Farrell
ofrece una perspectiva completamente diferente de la
benevolencia de la Gran Pirámide. Como otros escritores,
ve el monumento como prueba de una alta tecnología
todavía incomprendida. Las personas, (o los seres) que
usaron esta antigua y sofisticada física, sin embargo, no
lo hicieron muy bien. La Gran Pirámide, para Farrell, era
un arma malévola en manos de chicos muy malos... La
civilización que construyó esta arma era “muy parecida a
nosotros: capaz de realizar milagros tecnológicos, capaz
de provocar la destrucción masiva y, como nosotros, de
una casi completa decadencia moral. En este sentido
profundo, la Gran Pirámide es una profecía y un aviso”.
...Al igual que la planta energética de Dunn, la estrella de
la muerte de Farrell utilizaba la energía del plasma de
hidrógeno para acumular, vibrar y hacer resonar
armónicamente la energía magnética, nuclear, acústica y
gravitacional de la Tierra, el sistema solar e incluso la
propia galaxia, y dirigirla como una pieza de artillería
hacia un objetivo lejano...»
«La física de la pirámide: El físico ucraniano
Volodymyr Krasnoholovets cree que la Gran Pirámide fue
construida para amplificar intencionadamente los
campos de energía producidos por la Tierra a un nivel
subatómico, cuántico... que sería un nuevo campo de la
física como el electromagnético o el gravitatorio... Otro
destacado investigador en el campo de la ‘física de la
pirámide’ es Joe Parr, un hombre que ha pasado dos
veces la noche en la cima de la Gran Pirámide tomando
392 

medidas eléctricas, magnéticas y radiactivas en 1977 y


1987… Parr ha sugerido que las ‘partículas de masa’
pueden potencialmente quedarse atrapadas en las formas
piramidales. Cuando estas partículas de masa están
atrapadas, Parr cree que se forma un campo energético
con forma de burbuja alrededor de la pirámide que
protege la pirámide y las partículas de masa dentro de
ella. Parr provoca este fenómeno experimentalmente en
el laboratorio al girar pequeñas pirámides a través de un
campo magnético aleatorio. A medida que el campo de
energía con forma de burbuja crece alrededor de la
pirámide, según Parr, los objetos que están dentro de la
pirámide están protegidos de campos externos,
incluyendo el campo gravitatorio y, por lo tanto, pasan a
ser ingrávidos. Es más, Parr cree que como la burbuja
alrededor de la pirámide se cierra por completo, la
pirámide (y cualquier contenido) abandona el espacio-
tiempo continuo de tres dimensiones, el tiempo al que
estamos acostumbrados diariamente, y entra en lo que él
denomina el hiperespacio. Supuestamente, una vez la
pirámide está en el hiperespacio, podría ser capaz de
viajar a través de la materia común y a través del tiempo,
como nosotros lo conocemos, quizá permitiendo al
llamado tiempo viajar hacia atrás y hacia delante...»
«Una máquina de resonancia: El profesor
norteamericano John Anthony West, escritor y célebre
egiptólogo planteó su versión de la teoría de que una de
las principales razones por las que el interior de la Gran
Pirámide fue construido de la forma en que lo fue, tiene
por objeto la resonancia -para llevar o transmitir el
sonido por todas partes; básicamente puede verse como
un instrumento musical gigante-. Las cámaras que se
encuentran sobre la cámara del Rey tendrían también
como fin la resonancia, y él sugiere que la extrañamente
excavada cámara subterránea, al final del pasillo
descendente, podría haber sido una forma de ‘afinar’ la
pirámide; los trozos de roca serían moldeados por todas
partes para afinarla con precisión, dando así elevación al
393
 

curioso y anárquico suelo del pozo. Comprobamos la


teoría de la resonancia en cierto modo, haciendo ir a
West a la cámara del Rey y entonar un ‘om’ mientras yo
estaba en el pozo; incluso con mi pobre oído pude
escuchar a West cantando.»
«Vibraciones de finalidad misteriosa: En la cámara
del Rey de la Gran Pirámide se ha registrado un ‘Fa’
sostenido, que no siempre puede ser percibido por el oído
humano. El antiguo asesor de la NASA, Tom Danley, cree
que dicho sonido puede deberse al viento que sopla por
los conductos de aire, causando así un efecto de
embotellamiento. Algunas de estas vibraciones pueden
ser sumamente débiles -de 9 a 0,5 hertzios-, pero se
intensifican gracias a las enormes dimensiones de la
pirámide, y debido a las características de la cámara real
y del sarcófago que hay en el interior. Según Danley,
incluso el tipo de piedra se eligió con la intención de
potenciar esas vibraciones.»
Ciertamente que algunos de los relatos recogidos por
el profesor Schoch en el libro citado, aparentan más ser
locuras o teorías descabelladas, alucinaciones, en lugar
de hipótesis científicas, serias o consistentes, por llegar a
pensar siquiera, por ejemplo, en experimentos o acciones
relacionadas con algún tipo de energía del hidrógeno o
nuclear en aquella época, ya que no hay constancia de
posibles restos de radiactividad en ese monumento. A
pesar de lo cual hemos de considerar que todos estos
relatos son fruto de deducciones lógicas de científicos,
físicos, ingenieros, doctores, con amplia formación, y que
han llegado a conclusiones diferentes y discrepantes,
pero que convergen en idénticas consideraciones sobre
que la Gran Pirámide era o fue algo distinto a un templo
o una tumba, una especie de máquina o artefacto, un
objeto relacionado con la física, con la energía, con el
magnetismo, y/o con la gravitación.
Sin duda resultan sorprendentes esas hipótesis o
deducciones, aunque, en especial las que más nos han de
llamar la atención son las que inciden en la capacidad
394 

vibratoria de esa pirámide. Sorprendentes, pero debemos


observar con atención aquellas teorías que apuntan a que
la Gran Pirámide hubiera tenido como objetivo provocar
resonancias o vibraciones de carácter desconocido. Por
otra parte existen muchas otras teorías y opiniones como
las que se han citado, señalando en esa misma dirección,
hacia indicios que dan pie a pensar, en base al singular
diseño de esa pirámide, que tendría alguna función de
carácter vibratorio o musical...
Unas teorías que deberán tenerse muy presentes al
establecer proyectos de experimentación de los campos
gravitatorios, porque casualmente, en la actualidad más
reciente se están conociendo noticias sobre importantes
avances científicos en campos como la microgravedad y la
levitación. «Científicos norteamericanos logran hacer
levitar líquidos mediante ondas sónicas.  La técnica, se
basa en una tecnología inventada por la NASA, y permite
obtener unas imágenes casi mágicas. Según publica la
revista “Scientific American” en su versión digital, los
científicos han empleado para ello un instrumental
diseñado por la NASA, utilizado para crear situaciones de
microgravedad. El instrumento incorpora dos pequeños
altavoces, colocados en posición vertical uno sobre otro,
que generan ondas de sonido de 22 kilohercios, apenas
perceptibles por el oído humano. Cuando el altavoz de
arriba está perfectamente alineado con el de abajo, las
ondas generadas por uno y otro se combinan,
permitiendo que se produzca la levitación de pequeñas
gotitas entre ambos.»
Es sumamente llamativo observar también, que en
las teorías reproducidas, siendo tan heterogéneas, hagan
mención a unos elementos y factores que están siempre
presentes, como un denominador común: agua, calor,
presión, sal, granito, resonancia, vibraciones, ondas...
395
 

Investigar y experimentar
Interesantes todas estas referencias ya que ponen en
una misma línea de acción la ‘energía’ de la pirámide, su
supuesta capacidad vibratoria y el efecto de la levitación.
Mirando nuevamente hacia el pasado más remoto, los
antiguos y en especial los sacerdotes egipcios, aplicaban
sus conocimientos de las leyes que regían la vibración a
la constitución espiritual del ser humano: «Los egipcios al
igual que los orientales tenían una comprensión muy
sutil de la dinámica del sonido. Sabían que cada palabra
que se pronunciaba tenía un poder tremendo y que, si se
disponen las palabras de una manera determinada,
pueden crear vórtices de fuerza en el universo invisible
que los rodea y de este modo ejercer una influencia
profunda en la sustancia física.»
En sus construcciones también tenían presentes los
efectos de las vibraciones y los sonidos sobre la materia:
Refiere Manly P. Hall, «En la construcción de sus templos
de iniciación, los sacerdotes primitivos con frecuencia
demostraron su conocimiento de los principios básicos de
los fenómenos conocidos como vibración. Una parte
considerable de los rituales mistéricos consistía en
invocaciones y salmodias, para lo cual se construían
cámaras acústicas especiales: una palabra que se
susurrase en una de esas salas se intensificaba tanto que
las reverberaciones hacían oscilar todo el edificio y la
llenaban con un rugido ensordecedor. Hasta la madera y
la piedra utilizadas en la construcción de aquellos
edificios sagrados acababan por impregnarse de las
vibraciones sonoras de las ceremonias religiosas, tanto
que, cuando las golpeaban, reproducían los tonos que los
rituales habían impreso repetidas veces en su sustancia.»
Vimos como la representación de una molécula de
agua presenta una estructura piramidal que recuerda a
la Gran Pirámide, y que las moléculas del agua están
constituidas por dos componentes gaseosos, un átomo de
396 

oxígeno y dos de hidrógeno. El oxígeno es un gas incoloro


e inodoro, altamente reactivo y esencial para casi todas
las formas conocidas de combustión. El hidrógeno es un
gas incoloro e inodoro, y en condiciones normales de
presión y temperatura es altamente inflamable, y en su
combustión produce una llama de elevada temperatura.
Es decir, el agua y sus componentes representarían esa
fuente inagotable de energía que se busca por todo el
mundo y que todos parecen soñar, aunque hasta la fecha
todos los procedimientos para obtener hidrógeno a partir
del agua resultan muy costosos, a pesar de lo cual esta
sería una fuente de energía sugerida por innumerables
indicios que científicos cualificados deducen de una Gran
Pirámide, que fue construida hace varios miles de años y
de la que sigue desconociéndose por quién ni para qué.
Sin duda representa un gran misterio todo cuanto rodea
a esa construcción, y todo un reto el llegar a comprender
los ‘secretos que guarda’.
De cualquier forma, resultarán de sumo interés los
datos recogidos en aquellos aspectos que se han referido,
en el sentido de emprender una posible realización de
determinados tipos de experimentaciones con pirámides,
destacando aquellos indicios que apuntan a ‘restos de
materia salada’ en algunos de los corredores o cámaras
de dicha pirámide. Veremos también otras referencias
con datos que establecen algún tipo de relación existente
entre las pirámides y fenómenos en los que se detecta la
presencia de cargas eléctricas.
Unos interesantes experimentos son los recogidos en
el libro El Poder de las Pirámides 2, de Emilio Salas y
Román Cano, referidos a una teoría del científico Patrick
Flanagan, de la Universidad de California, quien asegura
y sostiene que la energía de las pirámides cambia las
propiedades dieléctricas de la materia, y que la energía
eléctrica sería una reflexión de la carga eléctrica de la
superficie de los cuerpos. «... ¿Cómo se produce el efecto
piramidal? Flanagan está convencido de que la energía
de las pirámides cambia las propiedades dieléctricas de la
397
 

materia y sostiene que la energía dieléctrica es una


reflexión de la carga eléctrica de la superficie de los
cuerpos. Podemos resumir sus hallazgos como sigue:
Empieza por citar el clásico experimento de Faraday con
el saco cónico de seda para demostrar la distribución de
la carga eléctrica en un cuerpo aislado. Faraday cargó el
saco con electricidad estática y descubrió que toda la
carga se distribuía en la cara exterior del mismo,
quedando sin carga el interior. Tirando del cordón que
atraviesa el vértice del cono, lo volvió al revés, y la carga
pasó a la nueva superficie exterior -que antes era la
interior-. Cuantas veces se repetía la operación la carga
pasaba siempre al exterior y nunca quedaba en el nuevo
interior. La conclusión es obvia: la carga estática
permanece siempre en la superficie exterior de los
cuerpos. Flanagan ha creado un aparato al que llama
termómetro diferencial electrónico, que detecta en sus
mediciones diferencias ínfimas de temperatura; mediante
el empleo del mismo, asegura que la temperatura del
interior de la pirámide es ligeramente superior a la del
exterior, y que el contenido de energía varía según el
momento del día, la estación, el clima, las fases de la
Luna y la cantidad y polaridad de los iones de la
atmósfera que rodea a la pirámide. En su opinión, los
éxitos o fracasos que se producen en la experimentación
dependen de una interrelación compleja de todos estos
factores, debiéndose tener en cuenta que, hasta cierto
punto, la energía mental del investigador puede afectar
también el resultado. Generalmente se acepta que la
ionización negativa o, mejor dicho, la carencia de iones
positivos resulta beneficiosa para la actividad humana, y
produce un sentimiento de bienestar. No es de extrañar
pues que éste se dé dentro de la pirámide. Para sus
pruebas, Flanagan ha creado un generador de iones
negativos que no emite el peligroso ozono. Con él ha
comprobado un aumento de energía en el interior y
encima de la pirámide al incrementarse el contenido en
iones negativos en la atmósfera que la rodea. En su deseo
398 

de ampliar la física de la carga eléctrica, Flanagan afirma


que, siendo universal el equilibrio de todos los factores
energéticos, deben existir además de las cargas positivas
y negativas, el neutro y el cero. Para él, los más
importantes de todos estos factores son la orientación de
la pirámide y la polaridad de la electricidad atmosférica
en forma de iones libres.»
Podríamos encontrar muchísimas referencias más en
ese mismo sentido. «En 1935, el profesor de física John
Hall, de Chicago, experimentó también con la pirámide.
Éste, por si fuera poco, utilizando un anillo de cobre y
dos cables del mismo metal de gran longitud, demostró
que del vértice de la pirámide salía una especie de carga
eléctrica, lo que corroboraba la controvertida experiencia
de sir Williams Siemens, quien, hallándose en la cima de
la pirámide de Keops, sufrió una descarga de electricidad
estática al beber de una botella envuelta en un periódico
húmedo.»
«Las historias de pirámides todavía hacen sonreír.
Sin embargo, como es asunto pintoresco y viejo, ha
atraído la curiosidad de bastantes experimentadores.
Algunos de ellos, con una sólida base científica, y gracias
a la facilidad de obtener pruebas, han podido hacerlas en
privado, dando origen a una información bastante fiable
sobre el funcionamiento y propiedades de estos montajes.
La pirámide más usual es el modelo de la Gran Pirámide
de Keops, una reproducción de vulgar cartón a escala de
sobremesa de ese famoso monumento. Sus caras son
triángulos isósceles, casi equiláteros, con una relación de
altura dividida por la mitad de la base, igual a la Relación
Áurea o número Phi. Tradicionalmente, el punto o zona
en donde se focaliza la máxima energía piramidal se halla
a un tercio de su altura, y en los manuales se designa
como ‘cámara del Rey’, ya que corresponde al lugar de la
Pirámide de Keops donde se suponía estaba la cámara
funeraria del Faraón. Las investigaciones han confirmado
ese foco energético de las maquetas, aunque también en
el resto de la pirámide, y principalmente en la parte
399
 

central, hay un importante campo de fuerzas. Podemos


asegurar, sin ninguna duda, que la ‘Energía Piramidal’
existe, aunque las teorías para explicarla no están muy
claras...» «La pirámide se puede combinar con otros
sistemas, imanes o cristales, pero no juntos. Un imán
plano y redondo en el centro de la base, con uno de sus
polos -preferentemente el Sur- hacia arriba. O un cristal
vertical, también en el centro, debajo de la plataforma en
la cual se coloca el agua. Si uno es habilidoso, se puede
encajar un tubito de cobre con un cristalito en el lugar
del vértice. Uno de los casos de enfriamiento anómalo
sucedió con este tipo de pirámide. Así se potencia
considerablemente la acción de la pirámide, pero existe
muy poca información sobre ello.»
Cuatro son los elementos de la física clásica: fuego,
aire, agua y tierra. En la naturaleza, la energía puede
manifestarse en variadas formas: fuertes vientos, lluvia,
nieve, granizo, tormentas, tornados, huracanes, tifones.
Siempre intervienen los mismos factores y elementos,
aunque en circunstancias variables: Aire, agua en estado
gaseoso, humedad relativa muy alta, con temperaturas y
presiones de distintos gradientes.
En condiciones adecuadas de presión y temperatura,
los citados elementos pierden o ceden espontáneamente
sus cargas eléctricas, polarizando el entorno, mediante la
separación de iones positivos que se sitúan en una parte
de la estructura, la de mayor temperatura y los iones
negativos que se sitúan en la parte opuesta, la de menor
temperatura. Es la electricidad dinámica.
La hipótesis de obtener una fuente de energía para
generar electricidad dinámica de forma artificial, se basa
en la posibilidad de crear las condiciones idóneas dentro
de un habitáculo cerrado, y conseguir que los elementos
señalados reaccionen de forma similar a como sucede en
condiciones naturales. Si dicha reacción sucediera y se
pudiera mantener en forma constante, se conseguiría la
generación de energía eléctrica, utilizable a voluntad, en
400 

cualquier situación, de forma autónoma y para atender


múltiples necesidades.
Veamos más notas sueltas con datos de interés que
pueden ser de utilidad para realizar experimentaciones.
«Parece que una pirámide modifica la estructura del
agua, disminuyendo su tensión superficial y acelerando
su evaporación, lo que se confirma al sacarla de la
pirámide, pues se sigue evaporando más deprisa. Un
fenómeno que ocurre raras veces, y que no hemos visto
descrito en ningún libro, es un inexplicable enfriamiento
del agua dentro de la pirámide, que llega a 4º C., con
temperatura ambiente de 20º a 22º C. Y si la luz del Sol
incide directamente sobre la pirámide, el enfriamiento es
aún más rápido. Ello contradice aparentemente el
Segundo Principio de las Leyes de la Termodinámica.
Este fenómeno estaría relacionado con las teorías de
Schauberger, pues 4º C es el 0º biológico, la temperatura
donde el agua puede alcanzar la máxima Entropía
Negativa, así como captar y liberar más energía.»
Pirámides, agua, energía, vibraciones, radiaciones...
todo aparenta tener alguna relación que también puede
ser detectada con medios o métodos artificiales. Según
una teoría de los radiestesistas acerca de que la luz, la
electricidad y el magnetismo, van siempre acompañados
de otra misteriosa radiación, esta energía biocósmica
cuyas distintas modalidades se asocian en cierta forma a
los colores, en especial al verde.
«La radiestesia es una actividad pseudocientífica que
se basa en la afirmación de que los estímulos eléctricos,
electromagnéticos, magnetismos y radiaciones de un
cuerpo emisor pueden ser percibidos y, en ocasiones,
manejados por una persona por medio de artefactos
sencillos mantenidos en suspensión inestable como un
péndulo, o una horquilla que supuestamente amplifican
la capacidad de magnetorrecepción del ser humano. Una
utilidad conocida de la radiestesia, quizá la de más larga
tradición, es la realizada por los denominados zahoríes,
que aseguran ser capaces de encontrar los sitios más
401
 

favorables para la excavación de pozos de los que obtener


el agua, allí donde el nivel freático es más accesible, por
medio de estas técnicas.»
El aluminio es un metal que absorbe poco el calor,
aunque sí lo transfiere, a causa de ello, por ejemplo, el
papel de aluminio se suele utilizar como envoltura de
alimentos y cocinarlos en un horno. Al sacarlos, los
alimentos están cocinados pero el papel de aluminio no
produce quemaduras. En las pirámides el aluminio se
carga de su energía y la transmite positivamente.
«En el libro El poder mágico de las pirámides, de Toth
y Nielsen, el doctor Boris Vern, de la Mankind Research
Unlimited, relata sus experiencias sobre la evaporación
de agua bajo una pirámide. Las pruebas se realizaron en
pirámides de plástico con bases de papel secante, de hoja
de aluminio y abiertas por la base para permitir la libre
circulación de aire. Los mejores resultados se obtuvieron
en las pirámides con la base de aluminio. A pesar de que
mucho antes ya habíamos realizado pruebas de este tipo,
el hecho de que el doctor Vern usara el aluminio como
base, y de que, en contra de lo que era lógico esperar,
fuese el sistema más eficaz, nos impulsó a verificar sus
experiencias, y efectivamente, pudimos comprobar que la
base de aluminio no inhibía la acción deshidratadora de
la pirámide. ...Al mismo tiempo, este hecho nos
proporcionaba la confirmación de que en la pirámide no
actúa una única modalidad de energía. Para terminar con
esta experiencia del doctor Boris Vern, hemos de aclarar
que la prueba que propugna con las bases selladas con
pegamento fue para nosotros un completo fracaso, ya que
la evaporación fue nula, tanto en el cubo como en la
pirámide. Si el agua no puede salir, se queda... Veamos
ahora cómo debemos tratar el aluminio y para qué usos
nos resulta más eficaz. Para cargar el aluminio debe
colocarse en la pirámide con su longitud mayor orientada
en el eje norte-sur, tanto si se trata de rollos de hojas o
de placas, y durante un mínimo de quince días, con lo
que queda listo para su empleo...
402 

Todo esto lo mencionamos para demostrar que los


metales poseen en cierto grado la capacidad de
almacenar ciertas energías lo mismo que el aluminio, o al
menos de conducirlas o seleccionarías, y, por lo tanto,
quizá no sea una tontería el uso de ciertos metales
"sintonizados" con la persona. También observamos que
la atribución astrológica de determinados metales a
determinados tipos de personas tiene una base mucho
más sólida de lo que acostumbramos a creer. Volviendo
al aluminio, debemos indicar que su acción bloqueadora
de la energía de la pirámide sólo se ejerce sobre la
materia orgánica; en cambio, no parece ejercer ninguna
acción en la evaporación del agua.»
La estructura más sugerente y apropiada para los
objetivos que perseguimos, quizás sea la forma piramidal,
como el modelo geométrico físico que ofrece posibilidades
que no disponen otras estructuras conocidas, y no solo
por los numerosos antecedentes que hemos visto, en
relación con las pirámides egipcias, sino por la analogía
que existe con la estructura piramidal del órgano nasal
de los seres humanos, y de las funciones físicas que se
desarrollan en su interior. Una casuística simplemente
imaginativa.
Hemos visto y señalado los distintos elementos y
factores que intervienen, de forma más o menos decisiva,
en los diferentes fenómenos que hemos señalado, tanto
en la atmósfera como en los seres humanos, en los que
se observa que la electricidad se desprende de una forma
espontánea: agua, aire, temperaturas, presiones, además
de otras fuerzas que posiblemente intervienen, como el
magnetismo o la gravedad, que deberemos seleccionar y
aplicar, de entre aquellos que nos puedan ser útiles para
provocar u obtener reacciones o efectos similares.
Prácticamente, todos los elementos, gases, líquidos,
minerales, son susceptibles de ceder cargas eléctricas, en
condiciones adecuadas. Al fin y al cabo, vivimos en un
entorno rodeado de electricidad.
403
 

Tenemos la capacidad de actuar sobre elementos y


factores, susceptibles de ser modificados y manipulados
a voluntad de forma artificial. Porque, probablemente,
entre las posibles alternativas para generar electricidad,
algunas apunten a desarrollar una máquina o artefacto
con el que reproducir esos factores y condiciones que se
dan en la atmósfera, de aquellos fenómenos en los que se
liberan ingentes cantidades de electricidad.
Los primeros objetivos han de consistir en verificar si
pueden ser reproducidas artificialmente esas condiciones
con las que determinados elementos desprenden o ceden
sus cargas eléctricas espontáneamente. Y verificar si esas
condiciones se pueden accionar, mantener y renovar de
forma constante y permanente, para determinar que los
procedimientos resulten eficientes, y poder desarrollar un
artilugio capaz de actuar con suficiente autonomía.
Para ello es preciso experimentar, inicialmente con
pirámides. Y la primera cuestión que se suscita es cómo
diseñar una pirámide de experimentación, y después...
¿Qué poner en el interior de una pirámide experimental
para lograr que se desprendan cargas eléctricas?
404 

El Arca de la Alianza
Para poder encontrar o comprender los secretos que
se ocultan se hace imprescindible indagar en las fuentes
del pasado para detectar los ‘indicios’, las ‘pistas’, que
con seguridad dejarían los que conocieron y guardaron
esos secretos. Lo mismo ha de hacerse para descubrir o
comprender nuevos conocimientos. Como ejemplo, una
referencia que puede ser útil es el Arca de la Alianza, un
episodio apasionante de la historia que constituye uno de
los secretos muy bien guardados que todavía hoy suscita
el interés de colectivos que le atribuyen un gran poder y
que siguen tratando de localizar su paradero.
Según el Antiguo Testamento, el Arca estaba dotada
de extraordinarios poderes; construida como instrumento
para comunicarse con Jehová, tenía una estructura que
la relacionaba con hechos puramente físicos, pues los
testimonios relatados son referidos a que era utilizada en
batallas, acciones de los judíos, como el de Josué que
pudo tomar la ciudad de Jericó rodeándola transportando
el Arca durante siete días. Otras referencias a su poder
fulminante, son episodios que provocaron la muerte de
unos setenta hebreos al tocarla cuando trataron de ver
su interior.
¿Un condensador eléctrico? Según las instrucciones
que recibió Moisés, el arca debía construirse usando oro
y madera de acacia. Es decir, con un material altamente
conductivo eléctricamente y otro completamente aislante.
La combinación de ambos podría transformar ese cofre
en un condensador eléctrico. El aire seco del desierto lo
iría cargando de electricidad estática hasta que una
mano se atreviese a tocarlo. ¿Era esta la fuerza del Arca?
¿Un artefacto electrostático? ¿Sólo eso? ¿Era esta la
significación de los pasajes bíblicos?
405
 

Éxodo XXV.

«Y JEHOVA habló á Moisés, diciendo:


Harás también un arca de madera de setim -acacia-,
cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura
de codo y medio, y su altura de codo y medio.
Y la cubrirás de oro puro; por dentro y por fuera la
cubrirás; y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor.
Y para ella harás de fundición cuatro anillos de oro,
que pondrás a sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado
de ella, y dos anillos al otro lado.
Y harás unas varas de madera de setim, las cuales
cubrirás de oro.
Y meterás las varas por los anillos a los lados del
arca, para llevar el arca con ellas.
Las varas se estarán en los anillos del arca: no se
quitarán de ella.
Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.
Y harás una cubierta de oro fino, cuya longitud será
de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.
Harás también dos querubines de oro, labrados a
martillo los harás, en los dos cabos de la cubierta.
Harás, pues, un querubín al extremo de un lado, y
un querubín al otro extremo del lado opuesto: de la
calidad de la cubierta harás los querubines en sus dos
extremidades.
Y los querubines extenderán por encima las alas,
cubriendo con sus alas la cubierta: sus caras la una
enfrente de la otra, mirando a la cubierta las caras de los
querubines.
Y pondrás la cubierta encima del arca, y en el arca
pondrás el testimonio que yo te daré.
Y de allí me declararé á ti, y hablaré contigo de sobre
la cubierta, de entre los dos querubines que están sobre
el arca del testimonio, todo lo que yo te mandaré para los
hijos de Israel.»
406 

En definitiva, ¿Cuál sería el testimonio colocado en el


interior del Arca a que hace referencia el libro del Éxodo?
La construcción de un arca de esas características
sólo sería posible para los hebreos de aquella época si
utilizaron las enseñanzas secretas recibidas por Moisés
de los sacerdotes egipcios. El texto descrito del Éxodo se
asemejaría a un texto que hubiera sido esculpido en una
estela egipcia, en el que un dios trasmite instrucciones
para fabricar una máquina capaz de generar electricidad
estática. Es más que probable que los egipcios conocieran
la electricidad estática, incluso supieran cómo generarla.
Algo que solo sería privilegio de ‘iniciados’ en enseñanzas
esotéricas. Para Moisés, un príncipe egipcio que habría
recibido esas enseñanzas, le resultaría sencillo transmitir
un relato semejante, sobre cómo construir una réplica de
un artefacto similar a los que custodiarían celosamente
los sacerdotes egipcios.
«El sarcófago de granito de la cámara del Rey, en la
Gran Pirámide de Keops, sorprendentemente, tiene las
medidas interiores exactas a las del Arca de la Alianza.»
Aunque todo este episodio tan solo se tratara de una
hipótesis ficticia, lo cierto es que los testimonios sobre la
existencia del Arca y su supuesta capacidad de generar
descargas eléctricas, han de considerarse como ciertos -
están en la Biblia-, lo cual nos ha de servir para plantear
dudas razonables, ya que si la construcción del Arca lo
fue con el propósito de poseer un artefacto con ‘poderes
sobrenaturales’, los conocimientos en esas técnicas de los
hebreos de aquella época, solamente podrían tener su
origen en los conocimientos de los sacerdotes egipcios. Lo
más interesante de toda esta fabulación es pensar que
aquellos supuestos artefactos de los egipcios estaban
diseñados para actuar de una forma ‘autónoma’ y que su
carga eléctrica era suficientemente potente y duradera, o
renovable de alguna forma constante y sencilla.
Podemos encontrar más referencias en esa dirección,
aunque únicamente puedan servir como informaciones
de carácter anecdótico, como ésta tomada en internet de
407
 

la página web de Manuel José Delgado, especialista en la


cultura de los egipcios:
«En la Antigüedad se conocían diversos sistemas de
pilas y acumuladores eléctricos, y se aplicaban en ciertos
procesos electrolíticos para recubrir los ídolos con
láminas de oro. Se han encontrado pilas en Bagdad y en
Macchu Pichu. Y también en Egipto. En una
representación de la tumba de Ramsés VI en el Valle de
los Reyes (Luxor) se aprecia claramente cómo dos
símbolos sagrados del Antiguo Egipto, el pilar Djed y el
signo Tit, se unían para conformar una linterna. También
vemos en el templo de Dendera, posiblemente el mejor
conservado de Egipto, cómo una columna de sacerdotes
sube por los oscuros pasadizos hasta la terraza, llevando
grandes pilas y regalos a los dioses, y cómo luego
descienden por el otro lado con las pilas cargadas.
Precisamente en la terraza del templo de Dendera
aparecen signos inequívocos de que toda la superficie
estuvo salpicada de placas de plomo, cobre y zinc, a
semejanza de una gigantesca placa electrónica, que hace
aún más verosímil la posibilidad del contacto con los
‘dioses’. La similitud de estas pilas con el Arca de la
Alianza hebrea surge inevitablemente. Entre los
babilonios y los egipcios ya habían existido objetos de
culto análogos o afines a ésta. El arca babilonia se le
asemeja poco, pues su forma era más bien de asiento o
trono. El arca egipcia se le parecía más: consistía en un
cofre o templete de dimensiones aproximadas a las de la
judía, y tenía figuras de genios con las alas desplegadas.
También era llevada procesionalmente por los sacerdotes,
mediante barras, como los levitas llevaban la de Israel
(Dt.37, 9-25). Moisés, gran iniciado en los misterios de
Egipto, tuvo acceso a los secretos de pirámides y templos
y, siguiendo las indicaciones de Yahveh, alentó a los
judíos para que se apropiaran de todo el oro posible con
el fin de hacer el Arca de la Alianza, que serviría como
condensador eléctrico y que trabajaría, según estudios
realizados, con de potencial de 100.000 V, pudiendo
408 

recargarse con la electricidad atmosférica del desierto, lo


mismo que ocurre con la estática de los coches. Pero lo
más curioso es que las medidas del arca encajan con
pasmosa exactitud en el tanque de granito de la Cámara
del Rey de la Gran Pirámide, siendo esta sala de similares
dimensiones a la que Salomón construyó para guardar el
Arca en el primer templo, en Jerusalén. Al sondear los
misterios de las pirámides o del Arca de la Alianza nos
acercamos todavía más a una desconocida tecnología,
más propia de los dioses que de los hombres. Unos
dioses de extraños comportamientos que dejaron en la
meseta de Giza o en el desierto del Sinaí señales de su
paso, aunque estuviesen escondidos tras una nube o
imponiendo su criterio bajo las amenazas de su poder.
Unos dioses que pudieron hacer algunas colosales obras
que encontramos en Egipto y que incluso las pusieron en
funcionamiento, aunque los materiales que pudieron
emplearse, como el uranio enriquecido o el plutonio, se
camuflaran bajo palabras tan enigmáticas como «el
testimonio». Nuestros alcances científicos ya nos
permiten evaluar la tecnología aplicada en la Gran
Pirámide y comprender el significado de algunas extrañas
frases de los libros sagrados: “En el Arca pondrás el
Testimonio que yo te voy a dar” (Éxodo 2S, 16)»
Muchas referencias responden a hipótesis de escaso
fundamento, pero señalan la intención o posibilidades de
artefactos semejantes a los descritos para el Arca: «Los
antiguos egipcios fabricaban artefactos sagrados con
maderas preciosas revestidas de láminas de oro. Unas
urnas sagradas destinadas a la protección de los objetos
sagrados que ahí se almacenaban eran construidas como
condensadores que luego se cargaban eléctricamente. El
Arca de la Alianza es, quizás, el más famoso de esos
artefactos, una caja de madera de acacia revestida de
láminas de oro fino. Cuando el Arca estaba así cargada
podía ser letal si se le tocaba. Las arcas de diseño y estilo
como la descrita en el Éxodo fueron históricamente
egipcias, no israelitas o hebreas.»
409
 

Ningún párrafo del Éxodo menciona datos sobre el


contenido interior del Arca, excepto las Tablas de la Ley,
que eran de piedra. ¿Era ese el testimonio al que hacían
referencia los textos? ¿Un arca de esa naturaleza sólo
para guardar las Tablas? ¿Cuál era en realidad ese
testimonio? Las dudas surgen inevitablemente, puesto
que si consideramos la hipótesis de que los sacerdotes
egipcios conocieron de alguna forma la electricidad o
poseyeron artefactos con capacidad para generarla, desde
luego que el interior no contendría tablas de piedra. No
hay ninguna constancia arqueológica sobre la existencia
de presuntas arcas o artefactos con estas características,
utilizados por los antiguos egipcios, por otra parte algo
lógico y normal, si consideramos su gran capacidad para
mantener ocultos sus conocimientos o sus secretos más
sagrados. Pero eso no representa ningún obstáculo si lo
que pretendemos es servirnos de esas hipótesis para
realizar algunas deducciones. Para ello reflexionaremos
sobre algunos interrogantes: ¿Cuál sería el contenido en
el interior de esas supuestas ‘arcas de los egipcios’ para
que tuvieran efectos eléctricos como los que se describen
para el Arca de la Alianza? ¿Estarían vacías en el interior
o contendrían elementos físicos o productos químicos que
les conferían esas propiedades? ¿Se cargaban con la
electricidad estática o generaban cargas eléctricas por
medio de algún sistema en su interior? ¿Se descargaban
rápidamente al contacto con tierra o se podía regular su
carga de forma controlada?
Las respuestas a estas interrogantes se conocerían si
se hubiera conservado el Arca de la Alianza. La cuestión
es que desde hace siglos se desconoce su paradero, pero
se sabe a ciencia cierta que muchos la buscaron y
muchos más que la siguen buscando. Aunque la buscan
por motivos religiosos, por su valor como tesoro histórico,
o por el poder sobrenatural que suponen otorgaría a
quien la poseyera, pero no por las supuestas propiedades
como un generador de energía eléctrica.
410 

«El hombre que llegue hasta el corazón del secreto


será el amo de los cuatro elementos. Dominará el fuego,
el aire, el agua y la tierra. En su corazón estarán el calor,
la liberalidad, la ternura y la fidelidad. Encarnará las
cuatro virtudes de la Iglesia: la prudencia, la templanza,
la fuerza y la justicia; las cuatro virtudes de Platón: la
sabiduría, la valentía, la continencia y la probidad; y los
cuatro atributos de Sankaracharya: el discernimiento, la
serenidad, las seis joyas de la rectitud y el ansia de
libertad. Siempre obrará, en fin, en nombre de las cuatro
letras sagradas de IEVE.»
Resulta apasionante comprobar cómo actualmente
sigue habiendo muchos autores que profundizan en los
hechos históricos relacionados con el Arca de la Alianza
para intuir su posible localización, guiándose por indicios
históricos o fabulados, convencidos de que se encuentra
oculta en algún lugar.
Repasemos brevemente hechos de la historia.
«Después del año 70, el emperador romano Tito, tras
la toma de Jerusalén, hizo trasladar a Roma los sagrados
ornamentos del Templo de Salomón -entre los que se
podría encontrar el Arca-. Permanecieron en el templo de
Júpiter Capitolino hasta la toma de Roma en el año 410
por Alarico, rey de los godos. Procopio, historiador
romano, da cuenta de que en el saqueo que sucedió a
aquella conquista, el rey godo confiscó también el tesoro
del Templo de Salomón que fue trasladado a Toulouse, en
Francia, y más tarde, bajo la amenaza de los francos,
sucesivamente a Carcassonne o Rennes-le-Château; de
allí pasó a España, a Toledo, la última capital visigoda.
Con la caída de Toledo conquistada por los árabes, Táriq,
caudillo musulmán, llevó el tesoro visigodo a Walid, califa
Omeya de Damasco.»
Entre los libros que abordan este tema, los hay que
apuntan a que el Arca podría estar en la catedral gótica
de Chartres, o en la de Amiens, ambas en Francia.
Al menos si nos guiamos por referencias que recogen
diversos autores, como Louis Charpentier en El misterio
411
 

de la catedral de Chartres, Javier Sierra en Las puertas


Templarias, Lynn Picknett y Clive Prince en La revelación
de los templarios, y muchos más.
«Las catedrales de Chartres y Amiens, en Francia,
muestran en sus fachadas unos relieves que representan
al Arca de la Alianza. Unos creen que fue robada en
tiempos de Salomón y llevada a Etiopía; otros, que se la
llevó el emperador Tito en el año 70 d.C., cuando los
romanos saquearon Jerusalén. Hasta se señala a los
templarios como los responsables de su hallazgo, que se
cree la pudieron haber traído a Francia en secreto.»
«La catedral de Chartres, fue construida entre 1194-
1220, y la catedral de Amiens entre 1220-1288, ambas
de estilo gótico, y de origen evidentemente templario, ya
que solo una organización rica y poderosa pudo aportar
la enorme financiación necesaria para levantarlas. Ambas
se levantaron sobre los restos de catedrales románicas
antiguas tras haber sido destruidas por sendos incendios
causados ambos por la caída de dos rayos.»

El Arca en los pórticos de las catedrales

Chartres Amiens
412 

«En la catedral de Chartres, en el pórtico llamado de


los Iniciados hay dos columnas esculpidas en relieve.
Una muestra la imagen de un arca que es transportada
por una carreta de bueyes y debajo figura la leyenda
‘ARCHA: CEDERIS’ significado que se interpreta como
‘Obrarás por el Arca’. La segunda muestra a un hombre
que cubre o agarra con un velo el Arca, rodeado de un
montón de cadáveres entre los que destaca un caballero
en cota de malla, y debajo figura la leyenda ‘HIC
AMATITUR ARCHA CEDERIS’, que algunos interpretan
como: ‘En este lugar se encuentra el Arca’.»
«En la catedral de Amiens, en la fachada occidental,
se encuentra el portal de la Virgen, que se compone de
tres frisos superpuestos. En el inferior, en el centro, se
representa el Arca de la Alianza flanqueada por tres reyes
y tres profetas.»
«El Arca es un objeto del Antiguo Testamento, la
Virgen es un personaje del Nuevo. Resulta llamativo que
en un templo cristiano haya dos representaciones juntas
de dos épocas diferentes. Conociendo a los constructores
de las catedrales góticas, ¿es posible que eso encierre
alguna clave?»
«La existencia del Arca en los sótanos del Templo de
Salomón se desprende de la historia misma del Arca. El
Arca fue enterrada debajo del templo de Herodes en
Jerusalén.  Aunque no hubiese sido por Salomón, es
seguro que en la Jerusalén asediada, el Arca era el
primer objeto que debía ser sustraído a los posibles
vencedores. Y los templarios excavaron allí.»
«Hugo de Payns, primer maestre y fundador de la
Orden del Temple y sus nueve compañeros eran todos de
la Champagne o del Languedoc, y parece bastante claro
que acudieron a los Santos Lugares con una misión
concreta. Se ha dicho que los primeros templarios se
dedicaron a excavar en el suelo del solar del Templo de
Salomón en busca de reliquias, sobre todo del Arca de la
Alianza. Quizá buscaban el Arca de la Alianza, como ha
sugerido alguien, o algún tesoro antiguo de documentos
413
 

que los condujera hasta ella, o tal vez algún tipo de


conocimiento secreto que les confiriese influencia y
fortuna.»
«Los nueve caballeros han acudido para descubrir,
custodiar, y llevarse algo particularmente importante,
puesto que eran menester caballeros de armas; algo
particularmente sagrado que custodiar, y tenían que ser
hombres que estuviesen por encima de las pasiones
humanas; algo particularmente valioso y peligroso, pues
había que guardar un secreto absoluto.»
«Los amantes de lo oculto, siguiendo una tradición
rabínica difundida por el rabino Rabbí Mannaseh ben
Israel, que vivió en la primera mitad del siglo XVII, y que
asegura que fue el propio rey Salomón quien ordenó
construir bajo el templo una cámara secreta para ocultar
el Arca, han supuesto que los sacerdotes hebreos
ocultaron el Arca en el subsuelo del Templo de Jerusalén,
y que fueron los pioneros del Temple quienes, a base de
excavar, la encontraron. Así, los templarios habrían sido
los guardianes del Arca, y sus sucesores la mantendrían
oculta todavía hoy.»
«Los templarios construyeron iglesias de planta
octogonal, porque creyeron que ésa había sido la forma
del Templo de Salomón. El baptisterio de Florencia es
una obra arquitectónica extraña, de planta octogonal,
que data de los tiempos de la primera cruzada y es muy
posible que su construcción se debiese a los templarios,
quienes además de sus características iglesias de planta
circular también promovieron las de forma octogonal, de
acuerdo con lo que creían había sido la planta del Templo
de Salomón en Jerusalén.»
«El laberinto de la catedral de Chartres es circular y
está situado en el eje de la nave central. Es un pavimento
circular de trece metros de diámetro en el que baldosas
blancas y negras forman un estrecho sendero con
múltiples circunvoluciones que conducen al centro. El
sendero del laberinto representaba una peregrinación
414 

simbólica que los peregrinos debían recorrer a pie o de


rodillas hasta la roseta central.»
«El laberinto de Amiens es octogonal y está situado
en el quinto tramo de la nave. En la Edad Media, los
peregrinos que llegaban para venerar las reliquias de san
Juan Bautista, y deseaban ganar algunas indulgencias o
para que les fueran perdonados los pecados cometidos,
debían seguir el camino de la línea negra del laberinto de
rodillas.  La piedra central del laberinto es octogonal con
una cruz que da orientación de los puntos cardinales y a
su alrededor están los tres arquitectos de la catedral y el
obispo.»

Esquemas de los dos laberintos

Catedral de Chartres Catedral de Amiens

Bajo los laberintos de estas dos catedrales estarían


los lugares idóneos para esconder un objeto tan valioso y
buscado como es el Arca de la Alianza, enterrada en un
lugar señalado y destacado, en el que fieles y peregrinos
ejecutarían un ritual simbólico sobre un objeto sagrado.
Sin duda que los arquitectos o maestros de obra de las
catedrales góticas podrían ocultar los objetos sagrados,
soterrados en habitáculos completamente sellados y sin
accesos posibles.
415
 

¿Cuál de los dos laberintos tiene más posibilidades


de ocultar un tesoro digno de los caballeros Templarios?
Si nos dejamos llevar por las preferencias arquitectónicas
de los templarios, el de Amiens, octogonal, llevaría todas
las de ganar.
El círculo central del laberinto de Chartres tiene la
forma de rosa con seis pétalos, una imagen representada
con profusión en los rosetones de las iglesias templarias.
Parece ser que en ese círculo central existió una placa de
bronce o de latón con las figuras de Teseo, Ariadna y el
Minotauro, que habría sido retirada y fundida durante la
Revolución Francesa para fabricar cañones. Dicha placa
constituiría una perfecta ‘toma de tierra’, en la que los
peregrinos experimentarían un alivio por la descarga de
la electricidad estática acumulada por el rozamiento, tras
hacer el recorrido de rodillas por todo el laberinto.
«En 1849 se efectuó una excavación bajo el círculo
del laberinto de Chartres para determinar si algún objeto
había sido enterrado en ese lugar. A pesar de excavar
hasta cinco metros de profundidad no se encontró nada.»
Lo cierto es que siguiendo los indicios encontrados
en relatos, leyendas o documentos históricos, es aquí,
hasta esas dos catedrales góticas, adonde han conducido
a muchos investigadores, entre tantos otros destinos que
pudo haber tenido aquella reliquia tan preciada. Cierto es
que con todos esos pequeños indicios no resulta posible
determinar en cuál de las dos catedrales se encontraría
realmente el Arca, suponiendo que estuviera en una de
las dos, aunque con seguridad en ambas se encuentran
enterradas reliquias u objetos sagrados de gran valor y
significado para los Templarios. Y es que, como se indicó
al principio, siempre es preciso buscar y analizar aquellos
indicios que señalen el camino hacia el conocimiento y la
comprensión. Los indicios nos ayudarán a encontrar lo
que buscamos.
Resulta curioso el enorme interés que a lo largo de la
historia ha suscitado el Arca de la Alianza, este poderoso
artefacto, pero como símbolo de fuerza y poder, como un
416 

objeto preciado por su componente de oro, y sin embargo


no se tienen noticias de que se hubiera reproducido un
artefacto similar con el propósito de investigar o verificar
si en el fondo se trataba de un potente generador de
electricidad. Pensar que podría ser una solución producir
a nivel industrial pequeñas arcas a escala, con madera de
acacia recubierta de oro, para generar electricidad con la
que, por ejemplo, dotar de forma autónoma energía a los
vehículos con motores eléctricos. La hipótesis parece un
disparate, pues la convierte en descartable el metal que
habría de utilizarse, el oro, un metal inaccesible, no solo
para hacer pruebas o experimentar, sino impensable el
plantear un desarrollo a gran escala, porque el oro es un
elemento muy escaso, muy codiciado, muy ‘caro’ y por
tanto está mejor como está, ‘bien guardado y vigilado’. Si
el futuro energético mundial dependiera del oro utilizado
a escala industrial para fabricar generadores, los ‘costes’
de producción de esa energía se dispararían...
No obstante, la propia estructura del Arca podría ser
una excelente referencia, utilizando otros materiales...
Un breve párrafo de Alan Alford en el libro Dioses del
nuevo milenio, relata esta extraña referencia:
«Los templarios pasaron mucho tiempo excavando en
Jerusalén, y los estudios sobre su historia sugieren que
recuperaron un dispositivo tecnológico, o el Arca de la
Alianza o la Máquina del Maná. Existe el rumor de que la
localización del Arca de la Alianza será revelada en breve.
Como artefacto tecnológico de los tiempos antiguos mejor
documentado, su exposición causaría una conmoción.
Desafortunadamente este secreto ha sido mantenido a
salvo durante mucho tiempo, tanto que su tecnología no
sería considerada demasiado sorprendente. Si el Arca
fuese revelada mañana, los científicos la denunciarían
como un fraude. Las sociedades secretas están por todas
partes.»
Muchos la buscaron y la seguirán buscando, pues
atribuyen al Arca un extraño poder sobrenatural...
417
 

Imágenes invertidas
Los indicios pueden servirnos para encontrar lo que
buscamos y también ayudar a encontrar la vía que lleve a
comprender lo que no entendemos. Más eso no siempre
es así. Los indicios por sí mismos también nos pueden
despistar, desviarnos y perdernos en el camino, pues
sucede que a veces, lo que percibimos engaña nuestros
sentidos, especialmente nuestro cerebro, falsea nuestras
deducciones y nos conduce por la vía del error. Es pues
conveniente seguir profundizando en los datos, en el
análisis, en la reflexión y la meditación.
Y es porque las cosas no siempre son como nosotros
las vemos, o como nuestra mente nos hace creer que las
vemos, o como muchas personas nos harán creer que son
como ellos nos dicen...
Puede resultar de gran interés analizar una curiosa
paradoja que se produce como consecuencia de uno de
los efectos más conocidos que se dan en el órgano de la
visión en el ser humano. Es un efecto de la física de la luz
por el cual al pasar a través de una lente, las imágenes
que se proyectan sobre el fondo se invierten, como ocurre
sobre la retina, en el interior del globo ocular, lo que nos
hace creer que vemos la realidad del mundo al revés en el
interior de nuestro cerebro, y que sólo de pensarlo nos
produce un efecto impactante. Si miramos fijamente a los
ojos de otra persona y nos fijamos en el cristalino, en la
parte central, veremos la imagen que se forma sobre él, y
si estamos muy cerca veremos nuestra propia imagen
reflejada y la veremos en posición vertical.
Por la forma de lente que tiene el cristalino, la luz
que pasa a través él, provoca el efecto de que la imagen
que se proyecta llega invertida sobre la retina. Después,
en la retina, los colores y las formas se transforman en
señales óptico-nerviosas, que a través del nervio óptico se
transmiten hasta la parte posterior del cerebro. Todo
hace pensar que esas señales habrían de llegar hasta su
418 

destino en la misma posición que las vemos, para que la


sensación visual que tenemos sea idéntica a la real. Así,
el cerebro, en alguna de las fases, ha de invertir de nuevo
las señales para que las imágenes estén en el mismo
sentido y posición como nos parece que las percibimos.
Eso es lo que ciertamente creemos, pero, ¿por medio
de qué mecanismos se reinvierten esas imágenes entre la
retina y la corteza visual del cerebro?

Imagen invertida sobre la retina

Para profundizar entre las posibles respuestas, ha de


observarse un curioso efecto que se produce al mirar a
través de una bola de cristal o de una copa esférica llena
de agua. Las imágenes de los objetos situados delante de
la copa, que aparecen reflejadas sobre la parte posterior,
las vemos en posición ‘invertida’.

Imagen invertida por la copa

Si hacemos una analogía de esos fenómenos para


verificar lo que realmente creemos que se produce en el
interior del globo ocular, en la retina, han de tenerse en
cuenta algunos datos: La anatomía interna del ojo se
419
 

caracteriza por la forma esférica, su contenido interior


ocupado por un líquido -el ‘humor vítreo’-, el cristalino -
una lente-, y la retina con forma cóncava, un tejido
sensible a la luz que recubre su superficie. Esa fisonomía
nos ha de llevar a creer que las imágenes que penetran al
ojo se invierten al pasar por el cristalino y se vuelven a
‘reinvertir’ -por el efecto citado- por su paso a través del
líquido vítreo, con lo que habrían de proyectarse sobre la
retina en su posición original.
Si profundizamos sobre los fenómenos que hemos
descrito, encontraremos nuevas pistas. Cuando miramos
una imagen proyectada sobre el fondo de una superficie
cóncava metálica, también la vemos invertida.

Imagen invertida sobre una superficie cóncava

Este efecto nos lleva de nuevo a la estructura del ojo,


ya que la luz de las imágenes pasa primero por una lente,
después atraviesa un líquido y finalmente se proyecta
sobre una superficie cóncava. En cada uno de esos tres
procesos, aparentemente, las imágenes se invierten. Por
tanto hemos de preguntarnos de nuevo cuál será la
posición real en la acaban proyectándose las imágenes
sobre la retina.
Pero, cuando aproximamos lentamente un dedo
hacia la imagen proyectada de la superficie metálica
cóncava, veremos que en un punto próximo al plano que
circunda dicha superficie, la imagen del dedo invertido
desaparece y aparece la del dedo en su posición real. Es
decir, existe un punto de inflexión a unos centímetros de
420 

la superficie cóncava, a partir del cual la luz reflejada de


‘desinvierte’. Al menos esa es la impresión que percibimos
de los efectos, ya que en realidad no podemos determinar
si las imágenes, tal como las vemos invertidas sobre una
superficie cóncava, tan solo son un reflejo invertido de la
luz que llega a nuestros ojos, lo cual no significaría que
en realidad las imágenes estén proyectadas en posición
invertida sobre esas superficies.
La conclusión de todos estos efectos elementales, es
que existen puntos de inflexión en la refracción de la luz,
a partir de los cuales se invierten las imágenes reflejadas,
en función de la forma de las superficies donde inciden,
lo que equivaldría a considerar, aparentemente, que una
de las propiedades de la luz es que se invierte cuando es
reflejada o proyectada sobre superficies cóncavas.
Son efectos de las leyes físicas de la naturaleza que
únicamente se pueden observar o ‘producir’ mediante la
utilización de herramientas o artilugios que tengan la
superficie reflectante y forma cóncava, como la de estos
ejemplos, utilizando una copa de agua o una cazoleta.
Un curioso y simple fenómeno cuyo análisis detenido
puede servir para otras situaciones en las que precisemos
hacer análisis de fenómenos físicos que observemos en la
naturaleza, especialmente por la influencia determinante
que pueden tener en las deducciones que se hagan.
«Los fenómenos de la física en la Naturaleza forman
parte de infinitos mundos invisibles que rodean el mundo
de lo visible. Para detectarlos se precisa la observación
minuciosa y herramientas apropiadas que nos permitan
su detección. Aunque quizás, los antiguos antepasados
dispusieron de formas de alcanzar conocimientos que se
perdieron para nosotros.»
421

VII

LA FUERZA DE GRAVEDAD

«Quien domine la pirámide dominará el Universo»

Grandes teorías de la Física fueron sustentadas en


teorías que se basaron en indicios a partir de los cuales
se realización deducciones matemáticas, por el desarrollo
de complejas formulaciones, efectivamente consistentes
para muchas aplicaciones, lo cual significará que, si los
fundamentos considerados, aún siendo ficticios, resultan
ser correctos, las deducciones también lo serán, más si
esos conceptos o indicios fueran falsos, las deducciones,
aunque perfectamente lógicas, conducirán a conclusiones
igualmente ficticias o falsas.
Grandes teorías que se sustentan en hipótesis tratan
de explicar los grandes enigmas que rodean las fuerzas
del Universo. Una de esas fuerzas es la Gravedad.
La gravedad es una de las fuerzas más desconocidas
de las ciencias que componen la Física. La fuerza de la
gravedad puede ser descrita como la acción de un ‘campo
de fuerza’ gravitatorio, al que no escapa nada. Incluso
Einstein descubrió que hasta las ondas de luz también se
integran en ese campo. «Contra todo cuanto parece
demostrarnos la experiencia cotidiana, la gravedad es
422

una fuerza de una debilidad increíble; hacen falta


cantidades ingentes de materia, los seis mil millones de
billones de toneladas de la Tierra, para producir el
modesto campo gravitatorio en que vivimos, tan modesto,
que cuando mantenemos en alto un trozo de hierro sujeto
por un simple imán, estamos contrarrestando toda la
fuerza gravitatoria de la Tierra sobre dicho trozo de
hierro. Si a nosotros esta fuerza nos parece grande, es
tan sólo porque, como hemos dicho antes, no se le conoce
masa y únicamente carga positiva, o sea, una única
dirección. De esto se deriva nuestra impotencia en
dominarla y sustraernos a sus efectos.»
Probablemente, las claves de la materia y de la
energía están contenidas en la interrelación existente
entre los elementos y sus propiedades, expresadas en lo
que entendemos como las leyes naturales de la física, de
cuya interpretación correcta se deduce el poder resolver y
dar explicación a cualquier cuestión o problema, ya sea
de tipo físico o químico, aun cuando sea solo de forma
teórica. Relacionar los elementos y sus propiedades con
el contenido de esas leyes o claves para obtener un objeto
material, ya sea una piedra o cualquier otro elemento,
puede parecer a simple vista algo puramente fantástico o
imaginario. Algo semejante al sueño de muchas personas
que buscaron una solución posible de algo que les podía
parecer completamente inalcanzable.
En otras épocas, desde la más remota antigüedad,
muchas personas se dedicaron a buscar afanosamente lo
que muchos consideran una quimera: La Piedra Filosofal,
un conocimiento que permitiera transmutar los metales
en oro y que a la vez fuera la clave de la eterna juventud.
Algo así como el conocimiento supremo. Un conocimiento
cuyas claves, pistas o indicios recogieron y guardaron
muy bien, como si de un poderoso secreto se tratara, en
una ciencia, la ALQUIMIA, que nació en el antiguo Egipto
y se transmitió durante milenios solo entre misteriosos
grupos de iniciados. Lo más curioso de todo ello es que el
423

fin último de lo que buscaban era eso, una PIEDRA. Y las


pirámides son grandes construcciones de piedra.
Las pirámides de la meseta de Gizeh originalmente
estaban recubiertas con bloques de revestimiento, los
cuales tienen la cara exterior en forma inclinada, con un
ángulo igual al de inclinación, por lo que las superficies
de las cuatro caras eran totalmente lisas. Hay algunas
referencias a que esas superficies contenían inscripciones
que al desaparecer esos recubrimientos se perdieron para
siempre. André Pochan en el libro El enigma de la Gran
Pirámide relata un testimonio de un anciano copto que
vivió en el siglo IX d.C. «... Las pirámides son muy altas
y de una construcción notable; en su superficie se
encuentran toda clase de inscripciones, escritas con los
caracteres de las naciones antiguas y de los reinos que ya
no existen. No se sabe lo que es esta escritura, ni lo que
significa... las inscripciones se refieren a las ciencias, a
las propiedades de los cuerpos, a la magia y a los
secretos de la Naturaleza... »
Manly P. Hall en su libro Las enseñanzas secretas de
todos los tiempos expone que la Gran Pirámide es la
expresión visible de la alianza entre “la Sabiduría eterna
y el mundo”, algo así como un pacto entre Dios y el
hombre. «Las pirámides como los montes son paradigmas
de la Montaña Santa o Altar de Dios. El hecho de que la
base de la Gran Pirámide sea cuadrada nos recuerda
constantemente que la Casa de la Sabiduría está bien
asentada en la naturaleza y sus leyes inmutables. Sus
esquinas representan Silencio, Profundidad, Inteligencia
y Verdad. Los lados de la Gran Pirámide miran a los
cuatro puntos cardinales. El lado Sur simboliza el Frío, el
lado Norte el Calor, el lado Oeste la Oscuridad, y el lado
Este la Luz. La base de la pirámide representa, además,
los cuatro elementos o sustancias materiales de cuya
combinación está compuesto el cuerpo cuádruple del
hombre. Las caras son triángulos, como expresión de las
tres potencias del alma.»
424

Casi como para pensar que por alguna circunstancia


en algún momento de la historia, en tiempos remotos,
hubo seres que alcanzaron fuentes de conocimientos que
estaban en una piedra, en las piedras, en la materia, en
los minerales, en su composición, o en sus formas. Y este
hecho empujó a otros hombres a dedicar prácticamente
su vida entera a esa misma búsqueda. Sin duda que
existieron poderosas razones o fundamentos para ello,
aunque, probablemente, tan solo eran escritos o leyendas
de personas dedicadas a estudiar y transmitir lo esotérico
y lo misterioso.
El principal objetivo de este último capítulo consiste
en recoger y señalar una serie de indicios que apunten
hacia posibles nuevas fuentes de energía, o fuerzas que
podrían ser utilizadas en el futuro, durante los próximos
miles de años, de forma alternativa, complementaria o
diferente a las actuales, donde la energía nuclear es la
mayor fuente de producción de electricidad, y el petróleo
proporciona una locomoción con autonomía.
Algunos indicios habrán de buscarse entre lo que se
conocen en el campo de las ciencias, como las ‘cuatro
fuerzas fundamentales de la naturaleza y del universo’:
Gravitacional, electromagnética, fuerte y débil. Tras la
interacción de esas cuatro fuerzas pueden esconderse las
claves de las soluciones que se buscan, especialmente en
la más poderosa de ellas: La fuerza de la Gravedad.
Actualmente, los estudios científicos más avanzados
tratan de lograr la interrelación o la unificación de esas
cuatro fuerzas, a través de complejas teorías formuladas
por científicos extraordinarios, como Albert Einstein, que
buscaron esa unificación. Teorías que están disponibles y
a las que se pueden acceder, por su gran interés, a través
de numerosas publicaciones y páginas de internet. En los
siguientes apartados se recogen conceptos elementales
sobre esas cuatro fuerzas, que junto a curiosos episodios
y detalles que parecen meras fabulaciones, pueden servir
de referencia a la hora de buscar conocimientos que
permanecen ocultos y que aguardan ser desvelados.
425

Las cuatro fuerzas de la naturaleza


Al igual que los antiguos señalaron la existencia de
cuatro elementos fundamentales de la naturaleza, tierra,
agua, aire y fuego, los teóricos modernos señalaron la
existencia de las cuatro fuerzas fundamentales de la
naturaleza. Brevemente y de forma elemental vamos a
señalar sus características más destacables.
«Existen cuatro fuerzas en la física de la naturaleza:
gravitatoria, electromagnética, fuerza fuerte, y fuerza
débil. La física moderna ha tratado de encontrar una
teoría sobre la unificación de estas cuatro fuerzas, y
hasta la fecha no se ha logrado. Sí que se han establecido
algunas interrelaciones existentes entre ellas, como el
electromagnetismo y la fuerza débil, o entre la gravedad y
la fuerza fuerte.»
Albert Einstein (1879-1955), considerado el científico
más destacado del siglo XX, buscó una teoría mediante la
cual todas las manifestaciones de la materia y la energía
quedaran englobados en una única fórmula universal que
aunara las cuatro fuerzas de la naturaleza: Fuerza fuerte
o de los átomos. Fuerza débil o de las moléculas. Fuerza
magnética o de la atracción de los metales. Fuerza de
gravedad o de la atracción de los planetas y los astros.
Son las Teorías unificadas de los campos.
«La fuerza fuerte es la fuerza que se observa en la
estructura del núcleo de los átomos y que mantiene
intensamente unidas a todas las partículas que los
componen. A pesar de que su acción es la más fuerte de
las cuatro fuerzas, no puede ser detectada directamente
en los cuerpos y sólo se le aprecia a distancias que no
superan el radio del núcleo atómico. En los átomos, solo
las partículas más pesadas como los protones y los
neutrones se hallan sujetos por esta fuerza fuerte, en
cambio los electrones no lo están. Debido a la carga
positiva de los protones, para que éstos se encuentren
estables en el núcleo debía existir una fuerza más fuerte
426

que la electromagnética para retenerlos. Una de las


consecuencias de la intensidad de esta fuerza, es fuente
de una gran energía, la nuclear, que se libera por la
ruptura o desintegración de los átomos causada por
medios artificiales.»
«La fuerza débil es la que se observa entre diferentes
partículas que componen los átomos: Las más conocidas
y básicas son los neutrones, protones, y electrones. Las
interacciones de estas partículas se manifiestan en
fenómenos eléctricos, aun cuando existen otras muchas
partículas, que se comenzaron a observar cuando se
detectó el fenómeno de la radiactividad. Las emisiones se
producen a partir de átomos radiactivos que emiten dos
clases de partículas, alfa y beta. Las alfa son núcleos
pesados con carga positiva y las beta son electrones con
carga negativa. La fuerza débil es de naturaleza diferente
que las fuerzas gravitatoria y electromagnética, ya que en
contraste con ellas, no ejerce ningún tipo de atracción o
empuje.»
«La fuerza magnética, o electromagnetismo, es una
fuerza que interactúa en materiales, elementos, átomos o
partículas con cargas eléctricas. Ya en el siglo XIX se vio
que las cargas eléctricas del mismo signo se repelen y las
de signo contrario se atraen. Este fenómeno incluye a la
fuerza electrostática, que actúa entre cargas en reposo, y
el efecto combinado de las fuerzas eléctrica y magnética
que actúan entre cargas que se mueven unas respecto a
las otras. Los fenómenos eléctricos y magnéticos han sido
observados desde la antigüedad, aunque fue a partir del
citado siglo cuando los científicos descubrieron que la
electricidad y el magnetismo son dos fenómenos de la
misma interacción.»
«La gravedad es una de las cuatro interacciones
fundamentales observadas en la naturaleza. Origina los
movimientos a gran escala que se observan en el sistema
solar y en el Universo: la órbita de la Luna alrededor de la
Tierra, o las órbitas de los nueve planetas alrededor del
Sol. A escala cósmica es la interacción por la que se
427

desarrolla una gran fuerza, pues gobierna la mayoría de


los fenómenos a gran escala. Es la más desconocida de
las cuatro fuerzas, y la que afecta a toda la materia
existente, los elementos, los átomos y las partículas que
los componen, y una de sus características que destacan
es por ser una fuerza cuyos efectos disminuyen con la
distancia, aunque esos efectos siguen siendo apreciables
en todo el espacio y se manifiestan a grandes distancias,
a causa de los efectos acumulativos entre las masas, su
materia y su estado. La interacción gravitatoria, hace que
cualquier tipo de materia provista de energía interaccione
entre sí. Uno de los rasgos que la caracterizan es su
universalidad, pues nada en el Cosmos escapa a sus
efectos. En la Tierra se perciben los efectos de esta fuerza
constantemente, ya que todos los objetos contenidos en
la atmósfera son atraídos hacia la superficie. La hipótesis
más generalizada es que la interacción gravitatoria,
gravitación o fuerza de la gravedad, es transmitida por el
gravitón.»
Las teorías modernas buscan la unificación de estas
cuatro fuerzas mediante formulaciones matemáticas
enormemente complejas, por lo que únicamente se han
señalado los conceptos más simples por su carácter como
‘fuerzas’ y los factores que las caracterizan y distinguen
unas de otras. Las partículas de los átomos y sus ‘cargas
eléctricas’ que componen la materia, son los factores que
intervienen decisivamente en los fenómenos en los que se
manifiestan en forma de energía, aquellos en los que se
detectan las fuerzas de la naturaleza, las que causan
interacciones entre los objetos o sus masas, tanto a
pequeñas como a grandes distancias, de forma semejante
a como se detectan los efectos de la energía en los
fenómenos que se producen en la atmósfera, descritos en
capítulos anteriores.
428

«Para la ciencia oficial la fuerza de la gravedad no


tiene aún explicación, a no ser, como diría Haramein, que
el centro de la Tierra fuese una singularidad… pero claro,
eso implicaría evidenciar que la distribución de la energía
es tipo toroidal, con entradas y salidas.»
Las cuatro fuerzas de la naturaleza se manifiestan
como diferentes líneas de fuerzas que interaccionan en la
materia que componen todos los elementos. Por ejemplo,
la acción de los efectos magnéticos es toroidal.

La mayor fuerza del Universo es la gravedad. La


ciencia no ha descubierto todavía las propiedades de esa
inmensa fuerza, en el sentido de dominarla, de obtener
alguna utilidad como medio energético o de locomoción.
Algún día quizás se produzcan descubrimientos que
permitan a los hombres diseñar máquinas con las que
poder moverse a voluntad en un campo gravitatorio.
429

El movimiento absoluto del sistema solar


Paul Davies, destacado investigador en temas sobre
Física y Astronomía, en su libro ‘Superfuerza’ describe
algunos aspectos de la gravedad desarrollados por la
mecánica de Newton. «La teoría de Newton eliminó de
inmediato una dificultad relativa al movimiento de la
Tierra en torno al Sol. No hay ningún elemento visible
que empuje o tire de la Tierra a lo largo de su órbita.
Según la teoría de Newton, no se necesita ninguno. El
hecho del movimiento de la Tierra no es un problema;
sólo su desvío de la uniformidad -el movimiento en línea
recta a una velocidad constante- requiere explicación. La
trayectoria de la Tierra en el espacio se curva en torno al
Sol, un hecho fácilmente explicado por la fuerza
gravitatoria de este último. La mecánica de Newton se
aceptó rápidamente como una feliz descripción de la
fuerza y el movimiento, y en la actualidad es la base de
toda la ingeniería. No hace ninguna referencia, sin
embargo, al origen de las fuerzas que aceleran la materia.
Según esa mecánica, algunas fuerzas parecen actuar
directamente en contacto con un cuerpo, como el tirar de
una cuerda, mientras que otras, como la gravedad,
parecen actuar a distancia a través del espacio vacío»
A pesar de las afirmaciones contenidas en el párrafo
transcrito, los movimientos gravitatorios constituyen otra
de las claves de la energía del universo cuyas causas y
efectos continúan sin estar suficientemente explicados.
Precisamente, al tratar de aplicar los principios de la
física y la energía para verificar si intervienen en dichos
movimientos gravitatorios, surge la necesidad de mostrar
la configuración de la mecánica del movimiento absoluto
del sistema solar.
Habitualmente se describe el movimiento orbital de
la Tierra y de los planetas siguiendo trayectorias elípticas
o circulares alrededor del Sol. Las órbitas elípticas fueron
resultado de los trabajos de Johannes Kepler, basados en
430

las precisas mediciones astronómicas efectuadas por


Tycho Brahe, referidas particularmente al planeta Marte.
Dichas mediciones señalaban la posición angular de los
planetas referidas al Sol, y durante el tiempo que duraba
la revolución, es decir, hasta el momento en que los
planetas volvían a ocupar una posición exactamente igual
que al inicio de la circunvolución. «Los antiguos habían
observado que ciertos astros, -el Sol, la Luna y los
planetas-, describían en la bóveda celeste trayectorias de
aspecto determinado. Se supuso entonces que seguían
trayectorias reales, órbitas de forma circular recorridas
con un movimiento uniforme; uniformidad de movimiento
que a Copérnico le pereció indispensable, pero que pronto
fue una dificultad. Fue preciso recurrir a combinaciones
de movimientos circulares, y las explicaciones y teorías
mecánicas llegaron a ser muy complejas. La cuestión
cambió cuando Kepler demostró que los movimientos
planetarios se realizaban con órbitas elípticas y según
velocidades variables.»
Ha de considerarse que las trayectorias observadas
son descritas desde un punto de vista ‘relativo’, es decir,
considerando como si el Sol permaneciera siempre ‘fijo’
en un mismo punto, como si en realidad no se moviera. Y
eso es perfectamente válido para cuantas observaciones o
cálculos se hagan, tanto desde la óptica de la Astronomía
como de la Astrofísica.
Sin embargo, el Sol tiene un movimiento espacial
permanente, junto con los planetas y satélites, a los que
arrastra en ese desplazamiento; el primero siguiendo una
trayectoria en dirección indeterminada, y los segundos
girando ciclónicamente a su alrededor, lo cual se conoce
como ‘movimiento absoluto’. Veamos una representación
gráfica de ambos movimientos, para poner de relieve las
evidentes diferencias que existen entre el movimiento
giratorio ‘relativo’, y el movimiento espacial ‘absoluto’,
con la intención de señalar posibles causas o factores que
intervienen en la acción de la gravedad.
431

En el siguiente dibujo se representa la órbita relativa


que recorre la Tierra en un año, mediante una elipse -en
color azul- en cuyo centro se sitúa el Sol. Sobre la órbita
se marcan los puntos que señalan las doce posiciones
coincidentes con cada uno de los meses del año, con sus
ejes -en color rojo- que señalan la variación angular de
cada una de dichas posiciones, -unos 30º grados/mes-,
numeradas de la 1 a la 12 en el sentido contrario a las
agujas de un reloj.

Órbita relativa de la Tierra en un año

La Tierra gira sobre sí misma sobre un eje imaginario


que tiene una inclinación de 23,5º con respecto al plano
de su ecuador y al plano de la eclíptica. En el dibujo se
representan dos planos; un plano en el que se mueve el
Sol -línea amarilla- en su circunvolución a la galaxia y el
plano en el que gira la Tierra -la elipse- relativo respecto
al movimiento del Sol, con la inclinación citada. Ambos
planos se cortan anualmente en dos puntos, que señalan
los equinoccios, el de primavera, 21 de marzo -entre las
posiciones 3 y 4- y el de otoño, 21 de Septiembre -entre la
9 y la 10-, las fechas en las que la Tierra pasa por dichos
puntos. La máxima separación de los dos planos se
produce en los solsticios, el de verano, 21 de junio -entre
la posición 6 y 7- y el de invierno, 21 de diciembre -entre
la posición 12 y la 1-. Son, respectivamente, los períodos
432

en los que la Tierra se encuentra en el afelio - la distancia


más alejada del Sol-, y en el perihelio -la más cercana-.
Simbólicamente, el plano de la órbita - la elipse- se ha
dibujado con esa inclinación, para representar que desde
el equinoccio de primavera hasta el de otoño, -los meses
de primavera-verano- el movimiento de la Tierra discurre
por debajo de la trayectoria del Sol, y hasta el siguiente
equinoccio, -los meses de otoño-invierno- discurre por
encima. Esto representa el movimiento espacial ‘relativo’.
Puesto que el Sol se mueve en el espacio, a velocidad
considerable en torno al centro de la galaxia, el espacio
que recorre en el tiempo en que la Tierra efectúa un solo
giro -1 año-, sin duda ha de ser inmenso, de lo cual se
deduce que el espacio recorrido por ésta también lo ha de
ser. Si trasladamos estos conceptos a un dibujo conjunto
en el que se representan las sucesivas posiciones del
punto que gira -la Tierra- respecto al Sol -línea amarilla-,
el resultado permite comparar las posiciones relativas
angulares -ejes color rojo- y el desplazamiento espacial
absoluto-línea azul-.

Desplazamiento de la Tierra y del Sol en un año

La trayectoria del desplazamiento del Sol marcada en


doce segmentos iguales -línea amarilla- que corresponden
al espacio que recorre mes a mes durante un año, a una
velocidad y dirección supuestamente constantes. La línea
azul muestra cómo la trayectoria de la Tierra es continua
y ondulatoria, semejando un ‘tirabuzón’ que baja y sube
a la vez que gira alrededor de la trayectoria solar; por
debajo durante 6 meses -desde abril a septiembre- y por
encima los otros 6 meses -desde octubre a marzo-. Esto
representa el movimiento espacial ‘absoluto’ de la órbita
de la Tierra en un año.
433

Esas representaciones ponen en evidencia que:


La elipse representa el movimiento orbital relativo del
planeta respecto de su centro, el Sol, que se desplaza y
también el plano de la elipse con respecto a él.
La línea ondulatoria representa el desplazamiento
espacial absoluto del planeta en función del movimiento
espacial del Sol.
Una de las características de los sistemas giratorios
que se desplazan, es la variación de la velocidad espacial
real en función de su posición relativa en la órbita.
La velocidad real o absoluta con la que los planetas
del sistema solar recorren sus órbitas es variable, y lo es
en función de la velocidad real del Sol y de la posición
absoluta de la Tierra por el desplazamiento en el espacio
en conjunción con el Sol.
En el movimiento orbital relativo, -el sol inmóvil- la
velocidad orbital con la que se desplaza el planeta se
consideraría constante, sin embargo en la realidad, la
velocidad real del movimiento absoluto es variable, siendo
muy superior cuando ese desplazamiento coincide en el
mismo sentido que el Sol, e inferior cuando el sentido es
contrario. El movimiento absoluto de la Tierra es siempre
en la misma dirección espacial que el del Sol, y define
una órbita ondulatoria o con forma de tirabuzón, que es
recorrida en el sentido contrario a las agujas del reloj y
velocidad variable. Esa variación de la velocidad espacial
se produce con toda evidencia en función de la posición
en que se sitúa la Tierra en cada momento de la órbita.
Cuando la posición se sitúa por detrás respecto al
Sol, la fuerza de gravedad actúa en el sentido de que le
imprime una aceleración constante de la velocidad, para
que la Tierra supere la velocidad del Sol y le adelante en
el espacio, mientras que, cuando las posiciones se sitúan
por delante, la misma fuerza de gravedad actúa causando
la desaceleración la velocidad de la Tierra quedando por
detrás en el espacio respecto al Sol. La resultante de los
vectores de las dos fuerzas que actúan -la gravitatoria y
la inercia- determinan la trayectoria orbital.
434

Para explicar cómo es el movimiento giratorio real de


la Tierra con respecto al del Sol, se han de distinguir dos
momentos orbitales diferenciados: Durante una fase de la
órbita es evidente que la Tierra adelanta al Sol, para lo
cual la velocidad de desplazamiento ha de superar a la de
este último, al que se le estima una velocidad constante.
Durante la siguiente fase, resulta evidente que la Tierra
queda por detrás del Sol, para lo cual la velocidad de ésta
ha de ser inferior a la de aquél.
Facilitará la comprensión de lo expuesto observar los
dibujos de ambos momentos por separado.
Partiendo de la posición del mes 12 como inicio de la
trayectoria, momento en el que la velocidad de la Tierra
experimenta una disminución progresiva y constante,
durante los meses de enero a junio, la trayectoria que
sigue está por encima respecto al plano de la trayectoria
del Sol, hacia la cual tiende, a la vez que se va curvando
y descendiendo, hasta el mes 3 -equinoccio de primavera-
en la cual corta el plano solar situándose por debajo, en
progresiva desaceleración, retroceso y descenso, hasta el
mes 6, -solsticio de verano- en el cual llega al punto más
bajo del plano de la órbita y comienza a ascender.

Velocidad orbital - desaceleración- de diciembre a junio

Velocidad orbital - aceleración- de junio a diciembre


435

En los tres meses siguientes, la trayectoria orbital


continúa bajo la posición solar, hacia la cual tiende, a la
vez que se va curvando y ascendiendo, en progresiva
aceleración, hasta el mes 9, -equinoccio de otoño- en el
cual corta el plano solar pasando a situarse por encima y
ascendiendo, hasta el mes 12, -solsticio de invierno- en el
cual alcanza el punto más alto de la órbita y comienza de
nuevo a descender y retroceder respecto al Sol.
Comparando los dos momentos orbitales, aceleración
y desaceleración, se deducen varios datos de interés: la
órbita terrestre es de naturaleza ondulatoria, semejante a
un bucle o tirabuzón que gira y envuelve la trayectoria
solar; el movimiento orbital del planeta es continuo, con
velocidades, espacios y tiempos variables. Durante seis
meses, cuando la Tierra se mueve por delante del Sol, la
fuerza gravitatoria contrarresta la inercia del movimiento,
reduciendo su velocidad, actuando de freno, por lo que el
espacio recorrido en ese período es inferior. Durante
otros seis meses, cuando la Tierra se mueve por detrás
del Sol, la fuerza gravitatoria se suma a la de inercia e
imprime aceleración, incrementa la velocidad y el espacio
recorrido, para situarse de nuevo por delante.
El lugar donde la Tierra se encuentra más cerca del
Sol se llama perihelio, y se produce sobre el 3 de enero.
El lugar donde el planeta se encuentra más alejado del
Sol se llama afelio, y se produce sobre el 4 de julio. En el
perihelio, está a aproximadamente a 147 millones de kms
del Sol. En el afelio, la distancia es aproximadamente de
152 millones de kms, a unos 5 millones de kms más
distante del Sol que en el perihelio. Cuando la Tierra está
en el perihelio, alcanza su mayor aproximación al Sol, por
lo que debería hacer más calor durante el mes de enero,
justo a mitad del invierno en el hemisferio norte, que en
junio. Esta diferencia de distancias, la de mayor o menor
aproximación al Sol, no es lo que origina las estaciones.
Las cuatro estaciones, opuestas para cada hemisferio,
son consecuencia de la inclinación del plano de la órbita,
23,5º, respecto al plano de trayectoria en que se desplaza
436

el Sol. Todos los efectos señalados, el de la inclinación del


plano orbital, de la trayectoria ondulatoria, de aceleración
y desaceleración de la velocidad, son la resultante de las
principales fuerzas que actúan en todo momento orbital,
la gravitatoria de la atracción solar, y la de inercia de la
velocidad de la Tierra.
La Tierra tiene una velocidad orbital relativa media
de 29,78 km/s. Como hemos señalado, la velocidad es
variable, en función de las diferentes posiciones relativas
en las que el planeta se desplaza por la órbita, causando
que los tiempos que tarda en recorrer las distintas partes
de la órbita sean también variables, pues el movimiento
de la Tierra es máximo en Abril y mínimo en Septiembre,
lo que causa que en el afelio el tiempo de recorrido sea
menor que en el perihelio, circunstancia que determina
que en el hemisferio norte el semestre de verano sea 7,5
días más largo que el de invierno.
Esta irregularidad en los tiempos que tarda la Tierra
en recorrer las distintas partes de su órbita, da pie para
comentar un aspecto que parece cuando menos curioso.
Si la órbita fuera completamente circular y el movimiento
fuera totalmente regular y constante, el año debería tener
360 días exactos, correspondiéndose a los 360º grados de
rotación radial alrededor del Sol, a razón de recorrer un
grado de arco cada día. Sin embargo, el año tiene 365,25
días, y como se ha señalado, hay una diferencia de 7,5
días entre la duración del semestre de invierno y el de
verano. Veamos cuales pueden ser algunas de las causas
de esas diferencias tan sensibles o paradójicas.
Cuando la Tierra en su recorrido orbital pasa por las
zonas de los solsticios, el de invierno y el de verano, la
trayectoria coincide con la trayectoria solar, y durante
varios días la declinación del Sol se mantiene casi sin
moverse, de ahí el nombre de ‘solsticio’, que proviene del
latín solstitium que significa literalmente ‘sol estático’. En
el solsticio de invierno, el 21 de diciembre, al amanecer,
la salida del Sol es por el punto más bajo sobre la línea
del horizonte en el hemisferio Norte, y durante tres días
437

sale por ese mismo punto del horizonte, lo cual produce


un curioso efecto, que da la apariencia de quedar inmóvil
relativamente respecto de la Tierra; al cabo de esos tres
días inicia de nuevo el ascenso creciente por el horizonte,
hasta el solsticio de verano. Ese efecto se produce por la
convergencia en las velocidades y las trayectorias de los
dos astros, lo que da lugar a que los días 22, 23 y 24 de
diciembre, todos los años, la posición relativa en la órbita
de la Tierra es la misma respecto al Sol, es decir, durante
tres días el Sol se mantiene fijo en el mismo punto del
horizonte. Es la causa por la cual la distancia entre la
Tierra y el Sol disminuye, cercana al perihelio, zona de la
órbita donde comienzan a ser evidentes los efectos de
desaceleración de la velocidad. El día 25 de diciembre, el
Sol sale un punto más alto sobre el horizonte que los tres
días precedentes, lo cual indica que la velocidad de la
Tierra es inferior respecto a la del Sol y sus trayectorias
comienzan a ser divergentes, por lo que la posición
relativa de la órbita experimenta esa variación.
Es el Sol que renace. Este es un fenómeno conocido
y observado por todos los pueblos y civilizaciones desde
la más remota antigüedad; es la fecha del nacimiento del
nuevo Sol; es la fecha en la que nacieron todos los dioses
o los hijos de los dioses de casi todas las religiones. «Para
los antiguos egipcios durante esos tres días el dios solar
permanecía muerto, tras los cuales volvía de nuevo a la
vida, lo que para ellos significaba la resurrección del dios,
el volver a nacer ese día 25 de cada año.»
A partir de esa fecha, el Sol al amanecer aparece
cada día un poco más alto sobre la línea del horizonte en
el hemisferio Norte, y crece de forma constante hasta el
solsticio de verano, el 21 de junio, fecha en la que el Sol
alcanza el punto más alto, y se repite de nuevo el mismo
efecto observado en el solsticio de invierno, aunque las
circunstancias difieren, pues en esos días las trayectorias
son coincidentes, pero las velocidades reales de ambos
astros son distintas, la del Sol es mucho mayor, y la
distancia aumenta, se acerca al afelio, el momento en que
438

se inicia la aceleración de la velocidad progresivamente


hasta el siguiente equinoccio.
Para dar una idea aproximada de esos fenómenos y
de la significación de las posiciones relativas en las que
se ve al Sol sobre el horizonte en las primeras horas del
amanecer, una imagen vale más que mil palabras.

Analema solar

Un analema solar, como el que muestra la imagen,


es la curva relativa que describe la posición del Sol en el
cielo, observada a la misma hora del día y lugar durante
un año completo. Una imagen extremadamente compleja
de obtener, por el tiempo y la precisión que requiere,
pues combina 36 fotos del Sol tomadas a las 10,00 horas,
desde algún lugar del hemisferio Norte, entre los meses
de enero y diciembre. El Sol dibuja esa forma de ocho
durante el año porque la Tierra gira sobre la estrella en
un plano diferente y en una órbita recorrida a velocidad
variable. El punto más alto del analema solar se produce
durante el solsticio de verano, y el más bajo, en el de
invierno. La imagen refleja de forma clara las diferentes
velocidades del planeta en el recorrido de la órbita, más
rápida durante los meses de invierno y más lenta durante
los meses de verano. Se observa también que la salida del
Sol en el mes de diciembre es la más baja en su posición
relativa respecto del horizonte.
439

La esfericidad de los astros

El movimiento orbital descrito para la Tierra es igual


para el resto de planetas del Sistema Solar, con escasas
variaciones. Y debería serlo también para el propio Sol en
su movimiento alrededor de la Galaxia Vía Láctea. «El
movimiento relativo del Sol respecto a la estrella más
cercana es de unos 19,4 kms/s en dirección a un punto
situado en la constelación de Hércules, denominado
‘Ápex’; el Sol está sometido, junto con el grupo local de
estrellas cercanas, al movimiento de rotación en torno al
centro de la galaxia, a una velocidad de 216 kms/s,
velocidad que requiere unos 230 millones de años para la
revolución completa.»
Los astros de la galaxia se mueven, aparentemente,
orbitando en torno a otros, con trayectorias ondulatorias,
semejando espirales o bucles, y todos están sujetos a la
misma fuerza o causa de esos movimientos. Interesa
sacar algunas conclusiones de ese movimiento ‘absoluto’
del sistema solar, y surge inmediatamente una incógnita
que merece ser analizada detenidamente: ¿Cual es la
causa por la que se atraen los astros?
La materia del Universo es la combinación de cientos
o miles de elementos, agrupados en gigantescas masas de
gases calientes, en inmensas bolas de fuego líquido, y en
multiplicidad de objetos helados en estado sólido, sobre
los que rigen las mismas leyes universales, entre ellas las
de la Termodinámica. Es la materia que conforma las
estrellas, el núcleo central de los sistemas solares, con
características comunes: elevadas temperaturas y gran
entropía. Y los planetas, satélites, cometas, asteroides,
meteoritos, cuyas características generales son las bajas
temperaturas de la materia que los componen, al menos
en sus capas exteriores, en muchos casos heladas, y la
baja entropía.
En este contexto, habría que considerar al ‘espacio’
interestelar vacío de materia, como entropía inexistente,
440

‘nula’, ‘neutra’, o con alguna característica de naturaleza


desconocida, como sería un ‘campo de fuerza’ distinto de
la gravedad.
Tradicionalmente se expone el concepto de ‘masa’
como causa de la atracción gravitatoria, por ser el Sol el
objeto de mayor masa en este sistema y por tanto el foco
central desde el que se ejerce la atracción sobre el resto
de objetos. Se ha de tener en cuenta además, el ‘estado’
de la materia que lo compone -plasma a grandísimas
temperaturas- como uno de los factores intervinientes en
las causas de dicha atracción, y de inmediato habremos
de considerar el concepto de ‘entropía’, -el estado de la
materia- de las masas que componen los astros.
El movimiento de los objetos que forman el sistema
solar, es una consecuencia de la atracción que sobre ellos
ejerce el Sol. Si esa fuerza de gravedad se analiza en su
conjunto aplicando las leyes del Segundo Principio de la
Termodinámica, es decir, que todo el sistema tiende hacia
un equilibrio térmico por la constante pérdida de calor de
todos los cuerpos que lo componen, se puede determinar
que existe alguna relación entre las condiciones que se
observan en el sistema y el Principio mencionado. Si todo
el sistema solar es considerado como un conjunto en el
que su temperatura global disminuye progresivamente,
desde el centro, el Sol, y conforme la distancia se aleja
hasta los confines, tendiendo a alcanzar un equilibrio de
su entropía, según el Principio citado, significaría que el
movimiento -en este caso ondulatorio- de todo el sistema
es consecuencia de la diferente entropía de la materia
que lo compone, como si su tendencia fuera la de unificar
un único objeto, en este caso en un punto central, en el
que por otra parte es donde ya se acumula la mayor
parte de la materia existente en el sistema solar. En este
sentido se observa esa gradación en el ‘estado’ de la
materia de los planetas, pues los más ‘templados’ son los
más cercanos al Sol, mientras que los más ‘fríos’ están
más alejados; son objetos cuyas cortezas exteriores están
completamente heladas.
441

En definitiva, los movimientos orbitales giratorios o


de naturaleza ondulatoria que observamos en el sistema,
serían una consecuencia de la progresiva tendencia al
equilibrio de la temperatura o entropía de todo el sistema
en su conjunto. A su vez, probablemente, que esa misma
circunstancia haya de aplicarse al movimiento giratorio
de toda la galaxia, debido a que todos los elementos que
componen la materia están sometidos al mismo principio
general que se observa y es la tendencia a la disminución
progresiva y constante de la temperatura como una de
las causas fundamentales de los movimientos señalados.
El movimiento giratorio que se deduce de la forma espiral
de una galaxia se asemeja a la forma ciclónica que tiene
un huracán sobre la superficie del océano, por lo cual, y
salvando las diferentes circunstancias y magnitudes de
ambos fenómenos, probablemente, habría que señalar
que las fuerzas que desencadenan dichos movimientos se
rigen por las mismas leyes físicas.
Unos movimientos giratorios que tendrían su origen
en la tendencia al equilibrio térmico de los elementos que
componen toda la materia. La mecánica del ‘movimiento
absoluto del sistema solar’, y probablemente el de las
galaxias, apuntan a que estarían en armonía con los
mismos Principios de la Termodinámica que se observan
en el planeta. Se basa este supuesto en analizar la forma
espiral de las galaxias, cuya disposición es la de una gran
concentración de astros de mayor densidad, tamaño y
temperatura hacia el centro de la galaxia, y una gradual
dispersión hacia el exterior de astros de menor densidad,
tamaño y temperatura. Y en su centro un ‘ojo’, un teórico
agujero negro en el centro de las galaxias y un ojo en el
centro de los huracanes.
«El Sol es una estrella de tamaño medio, tiene una
temperatura superficial de 6.000ºC, llegando a alcanzar
una temperatura en su núcleo los 15.000.000º de grados.
Estrellas de tamaño y masa inferior tienen temperaturas
superficiales más bajas, algunas de sólo 2.500ºC. Las
estrellas de masa superior alcanzan temperaturas en la
442

superficie más altas: 10.000ºC, 20.000ºC. Las estrellas


de mayor masa, y por tanto las más calientes y brillantes,
tienen una temperatura superficial de 50.000ºC y quizá
más, pudiendo llegar a los 80.000º C. Las estrellas más
‘frías’ irradian su energía en las zonas roja e infrarroja del
espectro electromagnético y son de color rojo, mientras
que las estrellas más ‘calientes’ irradian en zonas azules
y ultravioletas, haciendo que parezcan azules o blancas.
Las supergigantes azules son estrellas de gran tamaño en
las que los procesos de fusión nuclear se desarrollan a tal
ritmo que el hidrógeno se consume rápidamente en
cantidades ingentes, lo que las convierte en las estrellas
más activas de todas las conocidas.»
Con esa disposición estelar de los grandes astros en
las galaxias, con diferentes masas y temperaturas que se
atraen mutuamente, con un desplazamiento giratorio con
tendencia a converger hacia un punto central, lo cual
significaría que se dirigen hacia un colapso de la materia
que los componen. Y esto aparentemente no es así, por lo
que habría que aventurar la posibilidad de que la acción
y el efecto entre las masas no sea únicamente el de la
gravedad o la atracción mutua, si no que concurran otras
fuerzas de naturaleza desconocida y opuesta, que tienden
a equilibrar o compensar la de gravedad, interactuando
por ejemplo, como ‘fuerzas de repulsión’. Porque, ¿cuáles
serían las causas por las que la materia estelar tiende a
concentrarse hacia un centro sin llegar a colapsar?
En el campo de la Astrofísica se utilizan actualmente
conceptos como ‘antimateria’, ‘materia oscura’, ‘energía
oscura’, ‘agujeros negros’, y las investigaciones más
avanzadas buscan determinar la existencia o influencia
de formas de materia y energía que son desconocidas
hasta la fecha...
«La pregunta sin respuesta más importante que
tenemos acerca de la naturaleza de la ‘energía oscura’ es
si varía a través del tiempo, ya que afecta a la expansión
del Universo de manera diferente en diferentes épocas.»
443

Los descubrimientos más recientes de la astrofísica


están dando origen a teorías basadas en la existencia de
la conocida como ‘antimateria’ o ‘materia oscura’.
«En astrofísica y cosmología física se denomina
‘materia oscura’ a la hipotética materia que no emite
suficiente radiación electromagnética para ser detectada
con los medios técnicos actuales, pero cuya existencia se
puede deducir a partir de los efectos gravitacionales que
causa en la materia visible, tales como las estrellas o las
galaxias, así como en las anisotropías del fondo cósmico
de microondas presente en el universo. No se debe
confundir la ‘materia oscura’ con la ‘energía oscura’.»

Simulación de materia oscura en la Vía Láctea

«Un grupo de investigadores daneses ha captado por


primera vez un extraño tipo de radiación que parece
proceder del centro de nuestra galaxia y que forma una
especie de niebla a su alrededor. Y han llegado a la
conclusión de que dicha radiación emana directamente
de la materia oscura. Si tienen razón, sería la primera
prueba ‘física’ que tenemos de su existencia. El Universo
contiene una enorme cantidad de materia oscura,
invisible para cualquiera de nuestros instrumentos. Sólo
sabemos de su existencia por la acción gravitatoria que
ejerce sobre la materia ‘normal’, la que sí podemos ver y
de la que están hechas todas las galaxias, las estrellas y
444

los planetas. Se ha calculado que, mientras que la


materia ordinaria solo da cuenta de un 4% de la masa
total del Universo, la materia oscura supone seis veces
más, un 23% y se cree que el 73% está constituido por
una aún más misteriosa ‘energía oscura’, que muchos la
consideran causante de que el Universo esté acelerando
su expansión. Sabemos que esta misteriosa sustancia
llena los vacíos que hay entre las galaxias y, dentro de
ellas, el espacio que hay entre las estrellas.
Desde que su existencia teórica fue postulada, hace
más de setenta años, varias generaciones de científicos
han intentado detectar energía oscura, incluso capturar
alguna de las partículas de las que se supone que está
formada. Pero todo ha resultado inútil. Ahora, y gracias
al trabajo de un grupo de investigadores del Instituto
Niels Bohr, de la universidad danesa de Copenhague, la
Ciencia está más cerca que nunca de lograr ese
ambicioso objetivo. Tras largos meses de trabajo, los
investigadores lograron caracterizar con todo detalle la
inusual radiación, y descubrieron además que ésta forma
una misteriosa neblina que rodea por completo el centro
galáctico. Algo que, según ellos, no puede proceder de la
materia ‘normal’, la que forma todas las estrellas y
galaxias que podemos ver. La radiación -explica Pavel
Naselsky, del Instituto Niels Bohr- no puede ser explicada
a partir de los mecanismos estructurales de la galaxia, y
no puede proceder de la explosión de supernovas.
Creemos que podría ser una prueba directa de la
existencia de la materia oscura. Por otro lado, hemos
descubierto un mecanismo absolutamente nuevo y
desconocido para la Física para explicar la aceleración de
partículas en el centro de la galaxia, y determinar que
tiene mucho en común con la radiación ‘sincrotrón’, que
se produce cuando electrones y positrones -el positrón es
la antipartícula del electrón, su "espejo" de antimateria-
salen disparados a velocidades relativistas -una fracción
apreciable de la velocidad de la luz- a través de los
campos magnéticos del centro de nuestra galaxia.»
445

«La energía oscura es una forma de materia o energía


que estaría presente en todo el espacio, produciendo una
presión que tiende a acelerar la expansión del Universo,
resultando en una fuerza gravitacional repulsiva.»
«Según Einstein esta "extraña energía" sería tan
diferente de la materia y la energía normales que tendría
el efecto gravitatorio contrario, produciendo repulsión en
vez de atracción.»
Se ha de considerar como factible esa hipótesis de
que en el espacio actúe una fuerza sobre la materia de los
astros, algo semejante a una fuerza ‘compresora’ que se
ejerce exactamente por igual sobre toda su superficie.

Por ejemplo, la forma perfectamente esférica de los


astros, desde las grandes estrellas supergigantes hasta
los más pequeños satélites lunares que observamos en el
Universo y en el sistema solar, puede estar causada por
el efecto de una fuerza externa que se ejerce sobre la
materia, tanto en su estado líquido-plasma-caliente- o en
su estado sólido-hielo-frio-, al haber sido ‘confinada’ por
alguna fuerza de repulsión, antigravitatoria, emitida por
objetos de los que desconoce su naturaleza.
Para tener algunos datos lógicos en línea con esta
suposición, conviene analizar y comparar efectos que se
desencadenan por la acción de fuerzas que intervienen.
El efecto de la fuerza gravitatoria hace que los astros se
atraigan mutuamente en razón directa de sus masas y en
razón inversa al cuadrado de sus distancias. El efecto de
la fuerza centrífuga, es el opuesto, hace que los astros
446

tiendan a alejarse del centro. Ambas definiciones afectan


a los movimientos gravitatorios observados. La materia
en estado de líquido-plasma-magma de las estrellas nos
conduce a hacer las siguientes observaciones:
-La cantidad de materia o masa de las capas más
externas de una estrella es inmensamente mayor que la
existente hacia el interior, conforme tiende al núcleo, de
lo que se puede establecer una duda razonable, en el
sentido de que sea la materia o la composición del núcleo
la que ejerce el efecto de atracción gravitatoria hacia el
centro de toda la materia situada hasta la superficie, con
lo cual la esfericidad de las estrellas dificultosamente se
mantendría. Excepto si la acción gravitatoria respondiera
a un principio físico por el que toda la materia tiende a
concentrarse hacia un punto central, sean cuales sean
su estado, temperatura y composición.
-La forma estable que muestra la materia en estado
sólido desaparece en cuanto se le aplica suficiente calor,
por cuyo efecto pasa a estado líquido, observándose que
la fuerza de atracción intermolecular o gravedad interna
disminuye notablemente en dicho estado.
-El efecto de rotación de una estrella, en el caso del
Sol, hace que su forma parezca achatada por los polos y
estirada por el ecuador, lo que pone de manifiesto que la
fuerza centrífuga actúa sobre la materia.
-A esa fuerza centrifuga, habría de sumar la fuerza
causada por la acción de su movimiento gravitatorio, la
variación de velocidad de desplazamiento en el espacio,
por lo que es posible que la fuerza de atracción interna de
la materia, ejercida desde el núcleo del astro, no fuera la
causa por la que se mantendría la materia con la forma
esférica que observamos.
Los efectos que se señalan podrían ser causados por
fuerzas de ‘repulsión’ o antigravitatorias que actuarían
sobre los astros, planetas y satélites, que en conjunción
con la fuerza gravitatoria, determinarían los movimientos
orbitales, que serían resultantes de la interacción de dos
fuerzas de magnitudes diferentes y de signos opuestos.
447

Una fuerza de atracción gravitatoria que impulsa a


los astros y planetas la velocidad y trayectoria orbital, y
otra fuerza de repulsión antigravitatoria, que mantiene
confinada la materia de que se componen. «Los científicos
de la agencia espacial han revelado la existencia de una
gran abundancia de agujeros negros, algunos de los
cuales son miles de millones de veces más grandes que el
Sol, que siguen creciendo, y alrededor de unos 1.000
objetos que podrían contarse entre las galaxias más
brillantes descubiertas hasta ahora. Los científicos
señalaron que estos descubrimientos ayudan a que los
astrónomos entiendan mejor cómo las galaxias y los
grandes agujeros negros en su centro crecen y
evolucionan juntos. Por ejemplo, el agujero negro gigante
en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, llamado
Sagitario A, tiene cuatro millones de veces la masa del
Sol, y ha pasado por períodos de absorción durante los
cuales los materiales en el cosmos caen hacia el agujero
negro, éste aumenta de temperatura e irradia hacia su
entorno.»
Los actuales modelos sobre la formación de nuevas
estrellas o sistemas solares apuntan a que la formación
estelar tiene origen en las nubes moleculares o masas de
gases gigantes que giran vertiginosamente alrededor de
un núcleo más denso y caliente. «Las nubes moleculares
no son estructuras uniformes, el gas y el polvo dentro de
ellas se distribuye a lo largo de estructuras filamentosas
muy complejas con zonas de alta densidad que se
corresponden con regiones de formación estelar. Son
regiones frías y densas con dimensiones que varían entre
10 y 100 parsecs. El proceso viene determinado por un
conjunto de factores, como la fuerza centrífuga creciente
al comprimirse la nube de gas, los campos magnéticos
crecientes al aumentar las velocidades de las partículas
cargadas, y los vientos solares intensos que surgen al
estabilizarse el embrión estelar.»
En el proceso de formación de nuestro sistema solar,
la materia primigenia en estado ‘líquido’ o ‘plasma’,
448

semejante a la lava de los volcanes, formando un disco


‘protoplanetario’ de materia a altísimas temperaturas,
que tras millones de años de enfriamiento progresivo, fue
solidificando en sus zonas más exteriores, hasta el núcleo
central, el Sol, que todavía se conserva en dicho estado.
Se supone que en todo ese largo periodo de formación del
sistema existieron ingentes masas dispersas de materia
que colisionaron entre sí repetidamente. Esas colisiones
estelares de proporciones ‘colosales’ provocarían gran
dispersión de la materia por todo el sistema, hasta que
paulatinamente, a causa de los desplazamientos orbitales
la secuencia de colisiones terminaría por concentrar la
materia en los nueve planetas y sus satélites que ahora
conocemos.

Impactos esféricos en la superficie de Marte

Lo llamativo de ese proceso de concentración es que


finalmente todos los objetos adoptaron la forma esférica,
idéntica a la del Sol, cuando por lógica cabría suponer
que, como consecuencia de esas colisiones, muchos de
esos grandes objetos se hubieran solidificado adoptando
formas geométricamente anómalas, amorfas, extrañas y
diferentes. El tiempo en que la materia estelar alcanza la
solidificación es relativamente lento y la forma esférica de
confinamiento fue finalmente igual para los planetas y
satélites, cabría pensar que las causas de esa esfericidad
perfecta, han de ser externas, atribuidas a la acción de
alguna fuerza de naturaleza diferente a la de gravedad,
que actuaría ‘comprimiendo’ la materia por el efecto de
una fuerza o presión externa ejercida por igual sobre toda
su superficie, lo que determinaría la esfericidad.
449

La sugerencia probable de la existencia de fuerzas de


‘repulsión’ de naturaleza diferente a la de gravedad, se
basaría en el mismo principio que un ‘Torus’, un aparato
diseñado para el confinamiento de la materia en una
experimentación para verificar la certeza de la fusión
nuclear. Como ejemplo de lo expuesto, sirva el texto que
se transcribe de un artículo publicado en un medio
científico, referido a un experimento llevado a cabo por
científicos rusos para reproducir la energía de fusión:
«El Torus para la fusión nuclear. El núcleo de un
Tokamak contiene un ‘torus’, tubo en forma de anillo que
contiene los gases que se han de fusionar. Un enorme
transformador eléctrico y una espiral de alambres que
rodean el tubo. El transformador produce corriente
eléctrica en los gases, calentándolos para producir una
mezcla de carga eléctrica, un gas ionizado, el plasma. Al
mismo tiempo, potentes campos magnéticos producidos
por la corriente y las bobinas actúan sobre los gases
calientes desplazándolos hacia el centro del torus y
evitando que entren en contacto con las paredes, es
decir, ‘confinan’ la materia en estado de plasma en el
centro de las espirales. Entonces puede elevarse mucho
más la temperatura -hasta 300 millones de grados- y
comienza la fusión.»
Un efecto similar al de ese artefacto experimental es
el que podría ser aplicado a la materia de los astros, por
lo que no se debería de descartar la posibilidad de que
inmensos campos magnéticos, o de otra naturaleza, de
localización desconocida, estén ejerciendo esas fuerzas de
confinamiento en todo el Universo, causando los efectos
de esfericidad comentados.
«Descubierta una estrella que sostiene el Universo:
Una estrella negra, del tamaño del sistema solar e
integrante de una multitud de astros similares que
actuarían como sostén gravitacional del Universo, fue
descubierta por el astrofísico chileno Leopoldo Celis, que
reveló ayer sus investigaciones. El científico chileno
reveló que hace seis años pudo captar la estrella desde el
450

observatorio astronómico del Cerro Toloso, a unos 480


kilómetros al norte de Santiago. Tras estos años de
investigación y observación, dio a conocer los detalles de
su trabajo en torno a la estrella gigante ‘R-Acuarios’,
como fue bautizado el astro. Celis descubrió que son las
estrellas de apariencia exterior negra y perceptible sólo a
través de sensores infrarrojos y con gran actividad
interna, las que sirven de sostén gravitacional al cúmulo
de galaxias existentes.»
Finalmente, en el análisis de fenómenos relacionados
con las grandes fuerzas del universo, hemos señalado
datos sobre factores que aparentemente intervienen, y de
nuevo son el calor, el frío, el estado de los elementos, la
diferencia de entropía, etc. semejantes a otros fenómenos
atmosféricos en los que se detectaba la presencia de
energía, de electricidad...
Resulta fácil y sencillo desarrollar hipótesis o ideas,
incluso para los más legos en las materias, tratando de
dar respuestas a todo aquello que resulta desconocido,
pero es porque la Naturaleza y el Universo aún guardan
muchos secretos inexplicados para la ciencia.

Esfericidad en los fluidos

Es posible señalar algunas similitudes que ayuden a


comprender el fenómeno de la esfericidad de los grandes
astros que, como se ha expuesto, pueden ser causadas
por fuerzas aún desconocidas, cuyo interés mueva a la
investigación, a su búsqueda, para determinar si pueden
ser detectadas, dominadas, objeto de control, generación
o emisión a voluntad, como posibles nuevas fuentes de
energía. Esas similitudes las podemos buscar analizando
las causas por las que los fluidos adoptan igualmente la
forma esférica en determinadas condiciones.
451

Los fluidos, líquidos o gases, las sustancias volátiles


se expanden siempre en la forma de una esfera.
«Un líquido es un fluido cuyo volumen es constante
en condiciones de temperatura y presión constantes. Las
moléculas que lo constituyen están unidas entre sí por
fuerzas de atracción menores que en los sólidos, por ello,
pueden trasladarse con libertad, lo que determina su
fluidez. Así se explica que los fluidos, gases y líquidos,
tiendan a adoptar las formas de los recipientes que los
contienen. Este mismo hecho hace que, en ausencia de
gravedad, la forma a la que tienden los líquidos sea la
esférica, ya que así se minimiza la tensión superficial,
como consecuencia de la aplicación del principio de
Hamilton, que dice que todo sistema mecánico evoluciona
hacia un mínimo de energía. Esta mínima tensión
superficial hace que el líquido en ausencia de fuerzas
externas tienda a disminuir en lo posible su superficie
para un volumen dado, siendo la esfera la forma óptima.»
Si se mezclan dos líquidos de diferentes densidades,
por ejemplo agua y aceite, este último al tener menos
densidad, por el principio de Arquímedes, "pierde” su
peso, flotando sobre el agua como si no pesara nada, es
decir, ingrávido, como si la gravedad no influyera sobre
él, adoptando así su forma natural esférica. Si se agita la
mezcla se forman pequeñas gotitas de aceite que tienden
a subir hacia la superficie y por el efecto de fuerzas que
interaccionan entre los dos líquidos, como consecuencia
de su diferente cohesión molecular, la presión externa
que ejerce el agua sobre la superficie de las gotitas hace
que tiendan a ser esféricas.
La tendencia a la esfericidad de las burbujas de aire
o de gas en el interior del agua es otro indicio que apunta
a un equilibrio de presiones, la interna y la externa. En
este ejemplo, es la fuerza de la mayor presión externa que
ejerce el agua la que confina el aire en pequeñas bolsas y
les confiere esa esfericidad. Cuando dos burbujas entran
en contacto, el contenido de aire se unifica en una sola
burbuja mayor y también con forma esférica.
452

La esfericidad se da en las burbujas de agua que se


forman aleatoriamente sobre algunas superficies, como
botellas de plástico o cristal que contienen líquidos fríos
al exponerlos a ambientes calurosos. El menor tamaño de
las gotas da una mayor esfericidad como consecuencia de
su tensión superficial, o cantidad de energía que se ejerce
para aumentar su superficie por unidad de área. En
ausencia de gravedad, por ejemplo en el interior de un
habitáculo espacial, las burbujas de agua sueltas levitan
con tendencia a mantener formas esféricas, lo cual es un
indicio de la acción de alguna fuerza exterior que actúa
sobre toda la superficie de cada burbuja, manteniendo
confinada la materia.

Burbujas de aire Burbujas de agua Burbujas de jabón

Las pompas o burbujas de jabón es otro ejemplo de


esfericidad, en las que esa forma es casi perfecta. En una
pompa de jabón queda confinado un volumen de aire con
la menor área. La tensión superficial de la membrana se
mantiene mientras resiste el equilibrio de fuerzas entre la
presión del aire de su interior y la presión atmosférica del
exterior, muy superior, que actúa por igual sobre toda la
superficie, y ejerce la fuerza que influye decisivamente en
la forma esférica de dichas burbujas.
453

El peso de los cuerpos


La Tierra atrae a todos los cuerpos que están dentro
de su campo de acción con la intensidad de una fuerza
que es la gravedad. El peso de un cuerpo equivale a la
acción que la gravedad ejerce sobre su masa, o sea la
fuerza con que lo atrae la Tierra. El peso es la resultante
de la fuerza de gravedad y de la fuerza centrífuga.
La masa de los cuerpos es la cantidad de materia
que contienen, y la materia de que están compuestos es
comúnmente llamada ‘átomos. El conjunto de átomos es
lo que forma un cuerpo. Los átomos están formados por
un número variable de protones, neutrones, y electrones.
La cantidad de electrones que contiene un cuerpo está en
función de los elementos que lo componen. Los cuerpos
más "pesados", independientemente de cuál sea su masa
están formados por elementos cuya cantidad de protones
es mayor, y por tanto, mayor cantidad de electrones.
La materia de los cuerpos se manifiesta en tres
estados diferentes, en función de factores ambientales,
como temperaturas y presiones: sólido, líquido, y gaseoso
El estado está en función de la entropía, es decir, a
mayor entropía los cuerpos tienden al estado gaseoso, y a
menor entropía, tienden al estado sólido. La diferencia de
entropía marca el estado de los elementos, no así la
cantidad de materia, es decir, que un cuerpo absorba
más o menos calor, no significa que el cuerpo tenga más
o menos materia.
Vimos en un capítulo anterior la relación que existe
entre la materia y la energía. Ahora vamos a presentar,
también de forma elemental, varios conceptos, datos y
referencias señalando indicios que permitan establecer
algunas causas o condiciones que influyen en los estados
de la materia y las fuerzas que actúan sobre ella.
El peso de los cuerpos está directamente relacionado
con la masa o la materia de que están compuestos. Los
efectos de las fuerzas que influyen sobre la materia de los
454

cuerpos se dan en función de la distancia. Dos masas se


atraen con una fuerza inversamente proporcional al
cuadrado de las distancias que las separan. Pero ¿existen
causas por las que la intensidad de esa atracción pueda
ser variable?
La estructura del planeta Tierra constituye en sí un
sistema compuesto por una sucesión de varias capas; las
exteriores son sólidas y frías, mientras que las interiores
son líquidas y calientes, el magma, el manto y un núcleo
central compuesto por hierro; existe pues en su interior
un gradiente de temperaturas y presiones que aumentan
en progresión desde la corteza hacia el núcleo. La presión
interior es millones de veces la presión de la superficie, y
la temperatura puede superar los 6.700 °C. Consta de un
núcleo externo líquido y de un núcleo interno sólido.
Como dato se han de considerar diferentes valores de
la aceleración de la gravedad, obtenidos en función de la
latitud del globo terrestre donde sean tomados, siendo
superiores cuanto mayor es la latitud. Hay que apreciar
que el globo terrestre es ‘achatado’ por los polos y más
‘abultado’ en el ecuador, y que también hay un gradiente
de temperaturas desde los casquetes polares, más frías,
hacia la zona ecuatorial, más cálidas.
Otro ejemplo que puede ilustrar estas características
es la diferencia de aceleración de la gravedad en la Tierra
y en la Luna, cuya causa se atribuye principalmente a la
diferencia de masas. Sin cuestionar esto, hay que señalar
la diferencia entre conceptos como masa, o cantidad de
materia, y su estado, o la temperatura de los elementos
que la componen, siendo en este caso que la Luna tiene
una masa inferior pero también temperaturas externas e
internas inferiores a las de la Tierra.
Existe otro tipo de fuerza cuya influencia habría que
considerar y es la ‘acción de vacío’ que aparentemente se
ejerce sobre toda la materia, la masa y el peso de los
cuerpos que componen el planeta. A una acción de vacío
de materia en cualquier espacio sigue una reacción sobre
otra materia que tenderá a ocuparlo. La acción de vacío
455

desencadena fuerzas de dimensiones insospechadas. Un


experimento realizado hace muchísimos años demostraba
el alcance de esa fuerza. Consistía en una esfera de metal
separada en dos mitades iguales cuyas juntas encajaban
con precisión. Unidas las dos mitades, hacían el vacío en
su interior, a la vez que ataban cada mitad de la esfera a
dos yuntas con varios caballos; los caballos tiraban de
ambos extremos sin poder llegar a separarlas.
«El vacío se define como cierto espacio lleno de gases
a una presión total menor que la presión atmosférica, por
lo que el grado de vacío se incrementa en relación directa
con la disminución de presión del gas residual. Esto
significa que cuanto más disminuye la presión, mayor
vacío se produce, lo cual relaciona el vacío en función de
intervalos de presiones cada vez menores.»
«La energía del vacío es una clase de energía del
punto cero existente en el espacio incluso en ausencia de
todo tipo de materia. Según la teoría de la física de
partículas elementales, incluso el vacío está lleno de
campos que contienen energía y partículas evanescentes
que pasan de existir a no existir, proporcionando cuerpo
a la nada.»
La teoría de la expansión del universo atribuye a la
energía del vacío la fuerza que mantiene la aceleración
que hace que el universo siga expandiéndose a velocidad
extremadamente rápida. El vacío en el espacio interior de
la estructura de los átomos, puede ejercer la fuerza que
mantiene unidas las partículas que los componen. Un
átomo está formado principalmente de espacio vacío con
un tipo de estructura cuyo modelo es que los electrones
se moverían alrededor del núcleo en órbitas circulares.
Este modelo se asemejaría al modelo de estructura del
sistema solar.
¿La variación de esas fuerzas, gravedad o vacío, con
métodos artificiales pueden producir efectos que anulen
la estructura de un cuerpo y por tanto su peso?
456

Levitación
Se denomina levitación a la fuerza o efecto por el que
un cuerpo u objeto se puede mantener en suspensión
estable en el aire, sin que medie un contacto físico entre
la fuerza que lo sustenta y el objeto que levita o "flota".
Para que tenga lugar la levitación se precisa la presencia
de un campo magnético-gravitatorio, o de una fuerza que
contrarreste el peso del cuerpo, es decir, la atracción de
la fuerza de gravedad que actúa sobre el objeto que levita.
Algunos métodos para vencer o aprovechar la fuerza
de la gravedad terrestre se están investigando mediante
experimentos sobre la levitación magnética, o buscando
nuevos materiales o fórmulas que permitan descubrir un
mecanismo antigravitatorio eficaz.
«Científicos británicos han conseguido hacer levitar
algunos metales pesados, como el oro, plata, diamante y
plomo, sometiendo una mezcla de oxígeno y nitrógeno
líquido a un campo magnético. Esos metales han levitado
gracias a una cualidad inherente a la materia llamada
‘diamagnetismo’, propiedad que provoca en los electrones
que orbitan los átomos se desvíen cuando son sometidos
a campos magnéticos.»
La levitación magnética es hoy por hoy una de las
formas con las que la ciencia ha conseguido superar la
fuerza de la gravedad terrestre. El conocido como ‘efecto
diamagnético’ o ‘magnetización negativa’ se consigue
cuando se pasa una corriente por un superconductor que
se encuentra junto a un campo magnético. El efecto que
se produce es que ese campo magnético, generalmente
potentes electroimanes colocados sobre las vías férreas,
hacen que los trenes se eleven unos 15 centímetros y
leviten sobre dichas vías. Este hallazgo se está aplicando
en el transporte por ferrocarril, y permitirá el desarrollo
de trenes que puedan ‘flotar’ sobre los raíles, sin ningún
contacto con ellos, y poder alcanzar grandes velocidades,
de hasta más de 500 kilómetros por hora.
457

«Japón prepara el tren de levitación magnética que


en el año 2030 volará entre Tokio y Osaka, recorriendo la
distancia de 553 kilómetros que las separan en tan sólo
una hora. Todavía falta mucho tiempo para que entre en
funcionamiento la primera línea comercial entre Tokio y
Nagoya, planeada con precisión japonesa para 2025, pero
hoy en día en la zona de pruebas de Yamanashi ya se
pueden ver algunos resultados de este proyecto. Aunque
a velocidades bajas el tren funciona con ruedas, cuando
alcanza bastante aceleración éstas se recogen y el convoy
‘levita’ a diez centímetros de altura.»

Trenes que levitan magnéticamente

El fenómeno de la levitación es conocido desde muy


antiguo, y es descrito con frecuencia en relatos con cierto
aire de testimonios, aunque son tenidos por ‘increíbles’
pues parecen fruto de la fantasía o del misticismo, por lo
que no son objeto de estudios desde una óptica científica
para verificar si las causas de estos acontecimientos son
ciertas y responden a fenómenos de la física. Realmente
es fácil encontrar numerosos testimonios y relatos.
¿El peso de los cuerpos puede ser anulado?
«Es sabido que, a raíz de las sesiones de ‘espiritismo’,
las personas reunidas en ‘cadenas cerradas’ para ‘hacer
girar mesas’ han sido testigos a veces de levitaciones
extraordinarias... Muebles de un peso considerable se
458

han levantado y perseguido a los asistentes de una forma


amenazadora, escapando a todo control... Entre los
místicos cristianos y otros se encuentran casos de
levitación, atestiguados también por tantos testigos que
no cabe ya la duda... Los testigos de tales hechos han
comprobado que el cuerpo del extático se había vuelto
tan ligero, que oscilaba al menor soplo de aire... No se
trataba pues de un cuerpo en equilibrio entre la gravedad
y una fuerza antagónica, sino de un cuerpo que había
alcanzado un grado de máxima levedad y cuya masa se
había anulado, tal vez bajo la influencia de un campo
‘biopsíquico’.»
Un relato similar descrito por Helena P. Blavatsky
(1831-1891) en su libro Isis sin Velo, publicado en el siglo
XIX, mencionaba algunos factores que, según la física de
la época, tendrían relación con estos fenómenos.
«... Para comprender esto, es preciso recordar que las
electricidades del mismo signo se repelen y las de signo
contrario se atraen. “El más elemental conocimiento de la
química”, dice el profesor Crooke, “nos enseña que
mientras los cuerpos de opuesta naturaleza se combinan
enérgicamente, apenas hay afinidad entre dos metales o
dos metaloides de propiedades análogas”. La Tierra es un
cuerpo magnético o un gran imán, como afirmó ya
Paracelso hace 300 años. Está cargada de electricidad
positiva, que genera continua y espontáneamente en su
centro de movimiento. Los cuerpos humanos y de todos
los objetos materiales están cargados de electricidad
negativa, lo cual equivale a decir que los cuerpos
orgánicos e inorgánicos generan y se cargan constante e
involuntariamente por sí mismos de electricidad contraria
a la Tierra. Ahora bien: ¿qué es el peso? Sencillamente la
atracción de la tierra. “Sin la atracción de la tierra nada
pesarían nuestros cuerpos”, dice el profesor Stewart “y si
pesáramos doble, experimentaríamos doble atracción”.
¿Cómo podemos librarnos de esta atracción? Según la ley
antes enunciada, la atracción de nuestro planeta retiene
a los cuerpos en la superficie terrestre; pero ¿cómo
459

explicar que la ley de gravitación haya sido infringida


muchas veces por levitaciones de personas y objetos
inanimados? La condición de nuestro sistema fisiológico,
al decir de los filósofos teúrgicos, depende en gran parte
de nuestra voluntad, que bien regulada puede operar
entre otros “milagros” el cambio de polaridad eléctrica, de
negativa en positiva, de modo que el imán-tierra repela el
objeto o cuerpo y no ejerza la gravedad acción ninguna.
Será entonces tan natural para el hombre lanzarse al
espacio, hasta que la fuerza repulsiva pierda su eficacia,
como antes permanecer sobre la tierra. La elevación de
su vuelo dependerá de la mayor o menor habilidad en
cargar su cuerpo de electricidad positiva. Obtenido este
dominio sobre las fuerzas físicas, la levitación es cosa tan
sencilla como el respirar.»
¿El peso de los cuerpos podría ser controlado o
anulado por la acción de ondas vibratorias?
«La ‘Levitación Acústica’ se define como un fenómeno
físico no lineal relacionado con las ondas acústicas que al
incidir en un objeto y bajo determinadas circunstancias,
dichas ondas acústicas logran mantener ese objeto
suspendido en el aire sin necesidad de contacto alguno,
de ahí el nombre de levitación. La levitación acústica usa
los sonidos a través del aire, para equilibrar la fuerza de
la gravedad.»
¿El peso de los cuerpos está en relación directa con
su luminosidad y con su sonido?
En un libro de Le Breton, titulado Clefs de la
Philosophie Spagyrique, que trata sobre el magnetismo, se
recoge un curioso párrafo que relaciona el ‘peso de los
cuerpos’ con ‘la luz’: «He dicho que si se suprimiese el
peso del mundo, se suprimiría al mismo tiempo la luz.
Por lo demás, la luz y el sonido, y todas las demás
cualidades sensibles son una continuación y como un
resultado de la mecánica y, en consecuencia, del peso de
los cuerpos naturales, que son más o menos luminosos o
sonoros según tengan más peso o impulso.»
460

Antigravedad
¿Qué es la antigravedad y cómo explica la física esta
teórica fuerza?
«Antigravedad se define como: Forma de levitación
que no ha sido observada ni demostrada. Según ciertas
hipótesis en el ámbito de la física teórica. Bajo ciertas
condiciones físicas los objetos en lugar de atraerse se
repelerían gravitacionalmente -de modo que tendrían una
‘masa negativa’- mediante la acción de antigravitones -la
hipotética antipartícula del gravitón-. No obstante, de
acuerdo con las principales líneas de investigación
actuales, se considera improbable o indemostrable que
pueda existir la antigravedad como tal. La falta de
pruebas científicas, unido a la incomprensión actual de
una teoría cuántica de la gravedad, han llevado a
numerosos autores de ciencia ficción a incorporar esta
forma de levitación en las tramas de su producción
literaria.»
«Como especulación o tema de ciencia-ficción, hay
dos modos de concebir la antigravedad; el primero dice:
es un mecanismo que aísla los efectos gravitatorios y
elimina en buena parte el factor peso o la componente de
la gravitación en un sentido y lo deja inalterable en otro,
produciendo un movimiento sin consumo de energía. El
segundo: es una fuerza que anula total o parcialmente la
fuerza de atracción de la masa, o que la gravedad
desarrolla -deja sin efecto la ley de gravitación- para un
determinado objeto, aeronave o avión; en ese momento el
cuerpo dejaría de tener inercia y podría ser acelerado sin
ningún esfuerzo.»
«La fuerza de gravedad entre partículas es siempre
atractiva; actúa para juntarlas. La gravedad repulsiva, o
‘antigravedad’, término con el que se la denomina, nunca
ha sido observada. La razón de ello es que la repulsión
gravitatoria requiere energía negativa. Puesto que la
energía encerrada en una partícula es siempre positiva, y
461

le proporciona una masa positiva, las partículas tienden


siempre a gravitar las unas hacia las otras. La energía
negativa suena como algo incomprensible. Sin embargo,
aunque las partículas no pueden poseer energía negativa,
sí puede poseerla un campo. Esto tiene consecuencias
profundas que han de ser exploradas.»
«La Física hoy no tiene nada que decir acerca de la
‘antigravedad’, pocos físicos la aceptan como una fuerza
real y la ciencia la rechaza como fuerza útil, pero esto no
altera la posible existencia de este fenómeno, pues hoy se
aceptan cosas que hace cien años eran impensables y no
es porque fueran mentira, sino que la mentalidad y el
conocimiento de aquel tiempo no comprendía ciertos
fenómenos, además de considerarlos una extravagancia o
barbaridad; pero desde hace unos cincuenta años se
viene hablando de pantallas antigravitatorias, de platillos
volantes o de los objetos que permanecen suspendidos
del suelo, flotando como si el peso no afectara a su masa,
con lo cual logran sustraerse a la fuerza que les imponen
los campos de gravedad.»
Grandes científicos se interesaron por la física de la
antigravedad, entre ellos Albert Einstein o Nicola Tesla.
Veamos algunas breves referencias sobre sus teorías.
«Nikola Tesla fue un personaje muy famoso cuyos
inventos, principalmente relacionados con la electricidad,
eran recogidos por la prensa de la época que a veces los
calificaba de verdaderos avances para la humanidad y
otras de auténticas locuras. Las invenciones más grandes
de Tesla estaban todas basadas en el estudio de ondas.
Siempre consideró que el sonido, la luz, el calor, los
rayos-X y las ondas de radio son fenómenos relacionados,
y que podrían ser estudiados usando la misma clase de
matemáticas. Sus diferencias con Einstein sugieren que
él extendió su pensamiento a la gravedad. Cuando Tesla
tenía 82 años, durante una cena, emitió esta declaración:
“He resuelto una teoría dinámica de la gravedad en
todos sus detalles, y espero darla al mundo muy pronto.
Explica las causas de esta fuerza y los movimientos de
462

cuerpos celestes bajo su influencia tan satisfactoriamente


que pondrá fin a fútiles especulaciones y falsos
conceptos, como aquél del espacio curvo. Según los
relativistas, el espacio tiene una tendencia a curvarse
debido a una inherente propiedad o presencia de cuerpos
celestes. Concediendo una apariencia de realidad a esta
fantástica idea, es todavía muy auto-contradictoria. Cada
acción está acompañada por una equivalente reacción, y
los efectos de esta última están en directa oposición a
aquellos de la primera. Suponiendo que los cuerpos
actuaran sobre el espacio circundante, causando la
curvatura del mismo, le parece a mi mente simple que los
espacios curvos deben tener reacción en los cuerpos y,
produciendo los efectos opuestos, enderezaría las curvas.
Puesto que la acción y la reacción son coexistentes, sigue
que la supuesta curvatura del espacio es enteramente
imposible. No obstante, incluso si existiera, no explicaría
los movimientos de los cuerpos según lo observado.
Solamente la existencia de un campo de fuerza puede
explicarlos, y esta suposición aplica con la curvatura del
espacio. Toda la literatura sobre este tema es fútil y
destinada al olvido”.
Tesla había descubierto que la emisión electroestática de
la superficie de un conductor siempre se concentrará
donde la superficie se curva, o incluso presenta un borde.
Mientras más pronunciada sea la curva o esquina, mayor
será la concentración de emisión de electrones. Tesla
también observó que una carga electroestática fluirá
sobre la superficie de un conductor más bien de lo que lo
penetrará. Esto es llamado el ‘Efecto Faraday’ o ‘Efecto
Piel’ descubierto por Michael Faraday hace muchos años.
Tesla nunca llegó a publicar esta teoría dinámica de la
gravedad. El pensamiento moderno acerca de la fuerza de
gravedad sugiere que cuando un objeto pesado se mueve
emite ondas gravitacionales que irradian a la velocidad de
la luz. Estas ondas de gravedad se comportan de
maneras similares a muchos otros tipos de ondas.»
463

«Albert Einstein planteó la teoría de la relatividad


general relacionando las propiedades del espacio con las
masas existentes en él: el campo gravitatorio depende de
la materia existente en el entorno. Según las relaciones
establecidas por este físico, la trayectoria de la luz se
desvía en presencia de masa, y es rectilínea en ausencia
de ella. La masa está por todos lados, en menor o mayor
grado, y se dice entonces que el espacio es curvo. Planteó
la teoría de un campo unitario, unificando la teoría de la
relatividad general y la teoría electromagnética. De las
ecuaciones de la relatividad general surgían relaciones
entre los elementos gravitacionales y electromagnéticos,
relaciones factibles de interpretarlas en nuestra visión
tridimensional apropiada para la experimentación. Surge
entonces la posibilidad de que las variaciones muy
rápidas de los campos electromagnéticos produjeran
efectos gravitatorios. Había la posibilidad teórica de crear
antigravedad, sueño de tantos científicos y escritores de
ciencia ficción buscando platillos voladores. El problema
real es producir variaciones en el campo electromagnético
en la magnitud necesaria para generar una antigravedad
significativa. No hay tecnología para ello, por lo menos en
la tierra.»
La afirmación de que esa tecnología se desconocía a
mediados del pasado siglo parece incuestionable, pero la
incógnita era saber si tras aquella afirmación se escondía
el hecho real de que los científicos la estaban buscando
en secreto. La alusión a platillos voladores denota lo que
es un profundo deseo del subconsciente de los seres
humanos desde pasados remotos. La posibilidad de viajar
por el espacio, a distancias y velocidades inimaginables.
464

Dominar la gravedad
En este último capítulo referiremos algunas historias
que parecerán increíbles, pues recogen sucesos que están
entre la ciencia y la ficción, entre la barrera de lo posible
y lo imposible, y lo haremos mirando simultáneamente
hacia el pasado y hacia el futuro, buscando entre lo que
parecerá ficticio e irrealizable, en hechos o teorías que
cuando tratan de explicar hechos reales del pasado se
encuentran con aspectos que parecen imposibles porque
son inexplicables, y que cuando apuntan hacia el futuro
tan sólo se basan en probabilidades. Un pasado repleto
de mitos y leyendas que narran cosas fantásticas, a tenor
de los testimonios que dejaron sus protagonistas o sus
descendientes, recogidos en obras y relatos de quienes
pretenden buscar respuestas, y que en realidad nos
hunden más en los misterios que en la comprensión de
esos hechos. Expondremos datos y referencias que sirvan
de análisis para creer que los acontecimientos narrados
fueron posibles, aunque la realidad nos diga que tan solo
fueran sueños o ilusiones, con el propósito de señalar
objetivos de los que ciertamente hay probabilidades de
que podrán ser realizables en un futuro, aunque vistos
desde el presente nos parezcan pura ficción.
Entre las grandes incógnitas que la ciencia actual
trata de resolver o de explicar se encuentran las fuerzas
que rigen el universo; para ello utilizan telescopios cada
vez más potentes, para mirar hacia la lejanía del espacio,
hacia los confines del universo, hacia los orígenes de las
galaxias, buscando respuestas a las claves de la materia
y de la energía. ¿Acaso las respuestas están en la materia
que compone las estrellas? ¿Acaso en la formación de
nuevas estrellas? ¿Acaso en las inmensas nebulosas de
gas y polvo? En la Tierra tan solo es posible mirar a los
pequeños indicios que ayuden a comprender la acción de
esas fuerzas, con el objetivo más bien ficticio o fantástico
de si podrían llegar a ser dominadas.
465

Las aves por la acción del movimiento de sus alas


pueden volar suspendidas en el espacio, un efecto que
nos hace creer que vencen la fuerza de gravedad. Existen
escasos ejemplos que podamos encontrar sobre objetos o
materiales que basados en principios físicos y sin utilizar
ninguna fuerza de empuje, en apariencia, superan la
fuerza de atracción terrestre. Los globos aerostáticos o los
dirigibles cuyo contenido interior es aire caliente o gases
más ligeros que el aire, se convierten en ‘máquinas’
artificiales que se mueven en la atmósfera ‘levitando’ o
‘gravitando’, en especial en el caso de los globos, en los
que cuanto más se calienta el aire de su interior mayor es
la elevación en altura que pueden alcanzar. Una pequeña
pista a seguir a la hora de buscar posibles respuestas, es
analizar aquellos fenómenos causados por diferencias de
temperaturas o la ‘entropía’ de los elementos utilizados.

Otros ejemplos, como vimos anteriormente, serían


las burbujas de gases o de líquidos, que en el interior de
otros fluidos se mueven en dirección opuesta a la de la
atracción terrestre, aunque esos efectos se basan en la
diferente ‘densidad’ de los elementos en contacto.
Estos pequeños indicios apuntan en la dirección que
hemos marcado para llevar a pensar en la posibilidad de
utilizar la fuerza de la gravedad como una energía de
impulso; a creer que en el futuro se logrará diseñar algún
ingenio o máquina con capacidad para transformar las
466

ingentes fuerzas de la naturaleza en energías que puedan


ser utilizadas a voluntad en motores de impulsión.
¿Resultará posible construir esa máquina capaz de
“controlar” de forma artificial la fuerza de la gravedad y
que pueda moverse libremente a voluntad por el espacio
interestelar? ¿Se logrará dominar la gravedad?
Es un sueño y una fantasía de nuestra capacidad
imaginativa la que ha llevado a numerosas personas de
todas las épocas a creer en que es posible moverse por el
espacio, levitar en el aire, vencer la gravedad. Las más
antiguas civilizaciones creyeron en dioses que llegaron
del espacio exterior y por lógica natural dedujeron que
llegaron ‘volando’ en ‘máquinas aladas’, por ejemplo, en
medio de inmensas ‘bolas de fuego’ y ‘poderosos truenos’.
Para llegar a dominar la gravedad sería preciso
eliminar el peso de los cuerpos, y poder hacerlo de forma
controlada, a voluntad, para lo que lógicamente, sería
necesario algún ingenio o artefacto capaz de transmitir a
los cuerpos una fuerza de signo opuesto a la de gravedad,
o poder modificar su estructura. Algo que actualmente
parece pura ficción.
Entre los enigmas que todavía suscitan numerosas
dudas está el método utilizado por los egipcios para la
construcción de pirámides. ¿Cómo lograron transportar
millones de bloques de piedras cuyos pesos llegan a
superar cientos de toneladas y los izaron a considerables
alturas? ¿Cómo lograron transportar obeliscos que pesan
mil doscientas toneladas? ¿Y cómo lograron izarlos para
colocarlos sobre sus pedestales en posición vertical?
¿Acaso únicamente puede pensarse que esta tarea pudo
ser obra del esfuerzo coordinado y acumulativo de más
de 50.000 porteadores que se estima se necesitarían para
tan portentosa tarea?
Egipto no fue un caso aislado en lo referido a mover
e izar impresionantes bloques de piedra. Podemos citar
algunos de los más famosos: los monumentos megalíticos
los dólmenes y menhires, el conjunto de Stonehenge, los
‘moais’ de la Isla de Pascua, o los bloques de Baalbek...
467

Por todas partes existen testimonios de civilizaciones


en el pasado, en el que sus pobladores realizaron grandes
construcciones para las que precisaron mover enormes
bloques de piedra, sin que se haya llegado a comprender
ni sus motivaciones, ni los métodos que utilizaron para
transportarlos desde grandes distancias y poder elevarlos
decenas de metros de altura. Ante la falta de respuestas,
científicamente coherentes, algunas teorías sugieren que
necesariamente tuvieron que emplear algún sistema de
levitación, o alguna máquina con capacidad de generar
‘antigravitación’ para elevar los enormes bloques.
¿Acaso disponían de tecnologías que se desconocen?
¿Sus autores pertenecían a civilizaciones desaparecidas?
Es un tema tratado por numerosos autores precisamente
por su inexplicable fenomenología, de la que conviene
extraer algunas conclusiones, por la simple curiosidad de
suponer que existió en la antigüedad algún método o
tecnología con la que lograron controlar extraordinarias
fuerzas, cuyos conocimientos se perdieron, en el sentido
que permita tener una visión objetiva para acometer
alguna experimentación: creer que sí es posible dominar
la gravedad, poder contrarrestar el peso de los cuerpos
artificialmente, para lo cual se han de buscar, observar y
analizar, detalles que destacan en unos acontecimientos
inexplicables, narrados por expertos que estudiaron esta
‘fenomenología’.
Alan Alford en el libro Dioses del nuevo milenio, hace
una descripción con detalle de los enormes bloques que
conforman una construcción conocida como ‘Plataforma
de Baalbek’. «Las imponentes ruinas de Baalbek están
situadas en el fértil valle de la Bekka, a los pies de la
cordillera del Antilíbano, a 53 millas al noreste de Beirut.
Baalbek fue una vez uno de los lugares más sagrados del
mundo, y sus templos una de las maravillas del mundo
antiguo. El tamaño del templo empequeñece al Partenón
de Atenas. Tan magnífico como ciertamente es el templo
de Júpiter, que yace sobre una terraza pre-romana de
piedras colosales que son aún más impresionantes. En la
468

parte de debajo podemos ver una hilera de nueve bloques


en el muro sudeste de la terraza, cada una midiendo
aproximadamente 10 metros de largo, por 4 de alto y 3 de
ancho, y por lo tanto con un peso de más de 300
toneladas. En el mismo nivel en el muro sudoeste,
encontramos otras seis piedras de 300 toneladas, sobre
las que están situados tres enorme bloques megalíticos,
conocidos como el ‘Trilithon’ o la maravilla de tres piedras
que pesan cerca de 1.500 toneladas cada una. Entre las
cuestiones que preguntaré están: ¿por qué eran usadas
piedras de 300 ó 1.500 toneladas en los muros de
Baalbek cuando piedras de menor tamaño podrían haber
sido adecuadas? ¿Quién pudo haber construido estos
enormes fundamentos de piedra, por qué y para qué? Es
un misterio que ha inspirado la imaginación de los
hombres durante miles de años.»

Baalbek - ‘Trilithon’

Sorprendente pero a la vez totalmente lógico deducir


que si trabajaron con unas piedras grandes y pesadas, en
lugar de usar bloques más reducidos y ligeros, es porque
su manipulación no representaba ningún problema para
los hombres de aquellas civilizaciones. Un enigma colosal
para los especialistas e investigadores, por el que han
llegado a la conclusión de que para realizar las inmensas
469

construcciones, necesariamente tuvieron que utilizarse


‘máquinas’, como explicación más plausible al problema
que significa manejar y elevar bloques que pesan 1.500
toneladas, aunque arqueológicamente no haya quedado
ni rastro sobre la existencia de esas supuestas máquinas.
Una explicación que tiene otras complicaciones, pues las
subsiguientes incógnitas serían comprender la naturaleza
de esas máquinas, sus dimensiones, qué tipo de energía
utilizaban, de donde la obtenían, o cómo la generaban.
Resulta por demás curioso que a falta de restos de
‘máquinas’ o pruebas arqueológicas, quienes buscan dar
explicaciones coherentes, o argumentaciones fundadas a
estos hechos incomprensibles, recurran a fenómenos que
tampoco están reconocidos o explicados científicamente,
como la levitación o la antigravedad. Cierto es que restos
megalíticos los hay por todas partes, mientras que de las
‘técnicas’ que se utilizaron para levantar grandes piedras
no hay rastro. Lo cual indica que lo real es porque resulta
posible, mientras que lo probable es difícil de encontrar.
Porque las mismas dudas surgen cuando se plantea
el método en que fueron erigidos los dólmenes, o cómo
pudieron ser transportados a grandes distancias enormes
bloques de piedra, de más de cien toneladas de peso, e
izados hasta ser colocadas sobre otros bloques a más de
3 ó 4 metros de altura; una cuestión a la que nadie ha
podido explicar satisfactoriamente.
Otro de los autores que cuestionan estos fenómenos
es Louis Charpentier, en el libro Los gigantes y el misterio
de los orígenes, quién en un curioso capítulo titulado
Transporte de Dólmenes, argumenta unas reflexiones de
gran relevancia: «Desde luego, tratamos de imaginarnos
cómo debieron de realizarse aquellos desplazamientos, y
lo hacemos en función de la idea que nos forjamos del
desarrollo de la sociedad de aquel tiempo, lo cual
equivale a decir que tomamos el problema al revés: nos
imaginamos a hombres de quienes sabemos bien poco y,
según lo que nos hemos imaginado, buscamos los medios
empleados. Es tan poco lógico como posible. Y esto lo
470

falsea todo, porque se admite a priori que se trata de


primitivos seres subdesarrollados. Y constituye un
procedimiento mental bastante común en nuestro tiempo
que niega todo saber a aquellos que no tuvieron o no
aplicaron nuestra ciencia. Es más científico admitir -
como hace la tradición popular- que no habiendo podido
ser transportadas estas piedras por hombres corrientes,
fueron manejadas por gigantes. Y el problema realmente
es éste: si las piedras eran demasiado pesadas para
hombres comunes, las tendrían que desplazar y erigir
individuos para los cuales el peso no era un obstáculo
insuperable. Y ello, mediante el empleo de máquinas de
las que no tenemos idea, o bien por efecto de una
maestría desconocida sobre las fuerzas de gravitación.»
Parece que el recurso a la existencia de ‘máquinas’
en el pasado, con gran capacidad para manejar, levantar
y colocar con total precisión las pesadas piedras, es el
argumento más común o utilizado como explicación a lo
desconocido; lo que llama más la atención es cuando los
argumentos apuntan a que esas máquinas realizaron
acciones físicas basadas en teorías que para la ciencia
actual resultan desconocidas o de dudosa consistencia, y
cuyo descubrimiento resultaría hoy día todo un reto. La
probabilidad de desencadenar artificialmente fuerzas de
la naturaleza que superen las leyes físicas conocidas,
mediante ingenios, instrumentos o máquinas, significan
objetivos para la ciencia que no se deben de descartar
nunca. Y todos aquellos indicios que apunten hacia esos
objetivos han de interesarnos.
En un artículo publicado en la revista Año Cero de
agosto de 1998, titulado ‘La Verdad sobre los túneles bajo
la Esfinge’, firmado por Nacho Ares, narra unos hechos
ya mencionados anteriormente, ciertamente increíbles:
«Con ocasión de una conferencia pública, el Dr. John
Kinnaman (1877-1961), arqueólogo de renombrada fama
durante la primera mitad de nuestro siglo, afirmó que,
habiendo ido a excavar a la meseta de Gizeh en 1924,
junto con el prestigioso egiptólogo Sir Flinders Petrie,
471

célebre por sus estudios sobre dicha meseta, ambos


investigadores descubrieron de forma casual un túnel al
sur de la Gran Pirámide. Según Kinnaman, existía un
corredor descendente que, sumergiéndose a gran
profundidad, llegaba hasta una sala que albergaba gran
número de máquinas de extraño funcionamiento y, por
supuesto, de origen desconocido. También mencionó la
existencia de miles de prismas de cristal cuya función
ignoraba y de una ‘máquina antigravedad’, entre otras
muchas cosas que "usted no se creería", según las
palabras textuales que Kinnaman pronunció en la
mencionada conferencia. Curiosa o sospechosamente, el
arqueólogo no recordaba la ubicación exacta de este
túnel tan singular, por lo que no ha vuelto a ser
encontrado jamás. Pero sin duda alguna, el episodio más
simpático de la época moderna fue el vivido por el
príncipe Faruk, hijo del rey de Egipto, quien en 1945,
emulando la gesta de su heroico antepasado Tutmosis IV,
no tuvo otra ocurrencia que ir de noche en su jeep a
visitar la Esfinge "para tocar algo y empujar una enorme
losa abierta, que hacía de puerta", según nos cuenta el
propio Faruk. La narración del rey no tiene nada que
envidiar a la anterior, pues tras aquella puerta encontró,
en palabras textuales, "una gran habitación guardada
por un autómata". Desgraciadamente, Faruk no dice qué
era aquello tan importante que merecía ser guardado por
un autómata, y al igual que sucedió con Kinnaman,
tampoco recordó el lugar exacto donde estaba dicha
puerta.»
Especialmente llamativo constatar que las escasas
referencias que se tienen sobre la existencia de supuestas
máquinas gravitatorias o antigravedad, las más precisas,
aun cuando puedan ser consideradas totalmente ficticias
o imaginarias, están relacionadas específicamente con los
métodos que pudieron utilizar los antiguos egipcios.
472

“Discos alados”
Así pues, como recurrencia, mejor será mirar hacia
donde las referencias son inagotables, de un pasado en el
que los hombres ‘vieron llegar a los dioses’, o imaginaron
que habrían venido en su pasado, o tendrían que venir
algún día en el futuro, ya que los vestigios que dejaron
son tan numerosos que resulta complicado achacar estos
hechos a simples sueños o fantasías, pues las figuritas y
los relieves con formas que asemejan ‘aviones’ o personas
con atuendos similares al de los ‘astronautas’, están por
todas partes.
Ese es otro de los grandes enigmas del pasado que
todavía no han sido explicados de forma satisfactoria; la
supuesta presencia de seres cuya procedencia solo podría
atribuirse a un origen extraterrestre. Este fenómeno está
recogido en muchas civilizaciones de la antigüedad, las
que plasmaron en sus pinturas murales y bajorrelieves
extraños objetos, como ‘círculos alados’ y personajes de
extrañas apariencias. Y con gran probabilidad fue porque
‘vieron’ en la realidad o en sueños a dioses y naves en las
que llegaron, pues viniendo de fuera debieron hacerlo por
el aire, ‘volando’, y para los antiguos, solo las aves podían
volar, así que la mejor forma de representar aquellas
naves era con forma de ‘alas y plumas’. Como los ‘discos
alados’ egipcios o sumerios, representación de un círculo
central dotado de alas, cola y ‘patas’... que recuerdan el
‘tren de aterrizaje’ de una aeronave.

Disco alado egipcio


473

Interesante esta cita de Manly P. Hall refiriendo el


mito de las aves: «La gravedad, que es una ley del mundo
material, es el impulso hacia el centro de materialidad: la
levitación, que es una ley del mundo espiritual, es el
impulso hacia el centro de espiritualidad. Como parecían
capaces de neutralizar el efecto de la gravedad, se decía
que las aves eran partícipes de una naturaleza superior a
la de otras criaturas terrestres, y sus plumas, al tener el
poder de sostenerlas, llegaron a ser aceptadas como
símbolos de divinidad, valor y consecución.»
Numerosos investigadores en temas de arqueología
han llamado la atención sobre vestigios que aparecen por
todas partes, citando hechos que parecen inverosímiles:
«Los viejos papiros egipcios contienen abundantes
alusiones al respecto, y un papiro de la época del faraón
Tutmosis III, escrito mil quinientos años antes de Cristo,
relata los detalles de la visita de un "platillo volante" y
describe al aparato en los pintorescos términos que el
asombrado autor pudo expresar... Las mitologías de
Asiría, Babilonia, Persia, la India y el Tibet, además de
los mayas y de los egipcios, abundan en referencias de
este tipo... Todas ellas coinciden en mencionar las visitas
de "dioses que bajan de las estrellas, en carros o naves de
fuego, que instruyen a los humanos y luego regresan al
cielo, rodeados por grandes resplandores"... Antiquísimos
libros de la India, el Mahabharata, el Ramayana, el
Samarangana Sutradara, escritos hace miles de años,
contienen descripciones precisas de viajes realizados por
"platillos volantes" denominados en sánscrito "Vimanas",
conduciendo a dioses que bajaron a la Tierra... Y en las
legendarias tradiciones del pueblo chino encontramos
también la explicación de su origen atribuido a la venida
de seres divinos, bajados del cielo para enseñar a los
hombres... Recordemos que los antiguos emperadores de
China fueron llamados siempre "Hijos del Cielo”... ¿Qué
explicación tendrían las pinturas encontradas por el
explorador Henri Lothe en las cavernas de Tassili, en
pleno desierto del Sahara? Este descubrimiento tuvo
474

lugar el año 1956 y aquellas figuras, que representan


seres muy parecidos a nuestros astronautas, tienen,
igualmente, una antigüedad de más de diez mil años...»
«Un aparato que con su misma fuerza puede moverse
como un pájaro, sobre la tierra, en el agua y en el aire, es
llamado ‘vimana’: el que puede moverse por el cielo, de
lugar a lugar, de país a país o de mundo a mundo.»
«También en Ecuador, Costa Rica, Jordania, Sakkara
-Egipto- se encontraron numerosos objetos parecidos a
aviones. Fabricaban los orfebres figuras de lo que ellos
mismos habían visto... ¿O eran reliquias contadas de sus
antepasados? ¿Monstruos que escupían fuego y volaban
como los pájaros, provocando un ruido ensordecedor
como un trueno, rápidos como un pez en el agua,
infundiendo temor como un cocodrilo?»
En un papiro deteriorado, original de la XVII dinastía
egipcia, que forma parte de los Anales Reales de la época
del faraón Thutmosis III (1501-1447 a.C.), refiere una
sugestiva versión, anotada por los escribas: «En el año
22, tercer mes del invierno, a la sexta hora del día, los
escribas de la Casa de la Vida anotaron la llegada de un
"círculo de fuego" en el cielo. Su cuerpo tenía una vara de
largo y un quinto de ancho (5x1 metros). Aunque no tenía
cabeza su boca despedía un aliento de olor fétido. No
tenía voz. Sus corazones quedaron turbados y echaron a
correr. Después fueron a comunicarlo al rey. Su majestad
meditó acerca de lo ocurrido. Su majestad dio la orden …
ha sido examinado… como todo cuanto se ha escrito en
los rollos de los papiros de la Casa de la Vida…, ahora
cuando ya han transcurrido muchos días después de
estos acontecimientos. ¡Oh! Son numerosos como todos.
Brillan más que el sol en los cuatro puntos cardinales del
cielo. Los "círculos de fuego" ocupaban una fuerte
posición y el ejército del rey los vio, estando su majestad
en medio de él. Esto tuvo lugar después de la cena. Allí
arriba, ellos -los círculos- se elevaron en dirección sur.
Cayeron del cielo peces y aves…, una maravilla jamás
vista desde que este país existe. Su majestad hizo traer
475

incienso para apaciguar… en el libro de la Casa de la


Vida lo que había sucedido para que sea recordado toda
la eternidad.»
«Los ‘Discos Alados’ son los símbolos más sugestivos
de las primeras civilizaciones y la figura del dios dentro
de la rueda se vincula directamente con la divinidad.
Desde Sumer al Imperio Persa y a Egipto, el emblema del
disco se reproduce con distintas variantes, pero siempre
conserva su atributo principal de ‘vehículo de los dioses’.
Figuras de los supuestos huéspedes del cosmos y de
sus ‘carros alados’ quedaron grabadas en distintos restos
arqueológicos, como los de la civilización sumeria, en las
que sobresale la explícita imagen del dios dentro de la
aeronave circular y las evidentes ‘patas’ de los discos,
cuyos extremos aparentan ser ‘ruedas’.

Discos alados en Persépolis

«En las historias de los sumerios (3.000 a.C.) se


cuenta también sobre un rey que descendió de los cielos
sobre la ciudad de Eridu... Al descender el rey celeste a la
tierra, se convirtió en Eridu... El dios Assur se representa
como ocupante de un círculo con ‘plumas laterales’, y no
debe olvidarse que para la iconografía primitiva las
plumas representan la calidad de vuelo... El dios de los
persas, Ahura Mazda, tripula un "disco" y empuña una
especie de volante o timón... En el bajo relieve del templo
de Darío en Persépolis (Siglo V a.C.), la figura divina
aparece surcando el espacio, y en el enorme friso de la
roca de Behistun, la imagen del dios flota o vuela sobre
los ejércitos Persas que se disponen al combate...»
476

“Zumbidos de abejas”
El sofisticado sistema de danzas y zumbidos hace
que las abejas sean uno de los seres más fascinantes de
la naturaleza. Las abejas son los únicos animales en la
naturaleza que poseen un complejo y sofisticado sistema
de comunicación simbólica que les posibilita comunicar a
sus compañeras la ubicación de una flor o de alguna otra
fuente de alimento, transmitiendo referencias geográficas
sin necesidad de acompañarlas para mostrarles el sitio.
El zumbido de las abejas es el murmullo causado por el
movimiento de las alas al desplazarse, pero ese aleteo les
sirve para ‘comunicarse’ por las variaciones de frecuencia
y de intensidad, que en el fondo es una transmisión por
ondas vibratorias. Dos conceptos que requieren atención:
vibraciones y ondas.
Y es que, relacionar a las abejas y el zumbido que
producen con sus alas, a esos dos conceptos de la física,
ha de tener alguna significación especial, aunque solo
fueran pequeños indicios que pueden ser de gran utilidad
si se pudiera confirmar la existencia de algún vínculo
entre esos zumbidos, -vibraciones-, y muchos testimonios
antiguos en textos, mitos o leyendas acerca de ‘visitantes’
o ‘dioses’ que llegaron de los cielos en carros que emitían
‘extraños sonidos’...
Son numerosos los relatos como los que aparecen
en el libro Dioses del Nuevo Milenio, de Alan Alford, que
describen testimonios arqueológicos de inestimable valor.
«El “Monumento 27” describe una figura que respira
fuego y sostiene lo que parecen ser granadas en cada
mano. Su cuerpo casi humano se une a una cabeza con
casco, en la que figuran unas gafas y la cara rugiente de
una bestia salvaje. A sus pies se agacha una figura de
humano mucho más pequeña, haciendo una ofrenda a la
bestia. Cerca de El Baúl, en Santa Lucía Cotzumalhuapa,
una escena de sacrificio semejante se ha encontrado en
una estela, ahora en el Museo de Berlín. Esta estela
477

muestra a varias razas de hombres mirando hacia el cielo


y ofreciendo un sacrificio no identificado a un dios. Esta
imagen de un dios buceando o descendiendo es común
en las culturas mesoamericanas posteriores... Aunque
los expertos desestiman estas imágenes como “el sol en el
ocaso” o “dioses abeja”, parece más probable que
simbolicen una amenaza que viene desde el cielo...
Una amenaza similar desde los cielos fue descrita en
la capital azteca de Tenochtitlán, donde los arqueólogos
encontraron dos grandes estatuas guardando el Templo
de las Águilas... Estas imponentes estatuas son de
atemorizantes hombres-pájaro -o dioses-, cuyas caras
humanas miran hacia fuera desde el interior de los picos
de águilas gigantes.

Dioses-abeja en un códice maya

Esta combinación artística de hombre y animal -


llamada zoomorfismo- surge una y otra vez en las
antiguas culturas americanas. En Quirigua, un lugar
maya en el sur de Guatemala, un museo exterior
contiene una de las mayores colecciones de piedras
talladas. Las imágenes zoomórficas de estas tallas
presentan también un tercer aspecto: el de máquinas...
Un visitante del lugar ha descrito sus impresiones. «Un
enorme monstruo de desconocido origen animal, con
grandes garras afiladas, y siempre con la cabeza o el
torso de un ser humano en su boca, no como si estuviera
devorando a una persona, sino pareciendo que la persona
cabalga en el monstruo.»
478

«Los Textos de las Pirámides describen una serie de


cámaras subterráneas en el Duat, a través de las que
viaja el faraón antes de ascender al cielo. En una de estas
cámaras escucha “un sonido poderoso, como el que se
escucha en lo alto del cielo cuando estalla la tormenta”.
En otra estancia encuentra puertas que se abren solas y
dioses “zumbando como abejas” en cubículos. Algunas
veces el faraón encuentra dioses con la cara cubierta,
pero en alguna ocasión ve el rostro de una diosa. Luego,
el faraón ve dioses cuya tarea es proveer “llama y fuego”
al “celestial barco de millones de años” de Ra, y otros
dioses que ordenan el curso de las estrellas.»
Existen muchas referencias en la historia de pueblos
antiguos en los que se consideraban a las abejas como
animales sagrados, por lo que cabe pensar que había
algún nexo de relación con seres superiores.
«En 1653 fue encontrada en las Ardenas -norte de
Francia- una importante tumba merovingia del siglo V: la
tumba del rey Childerico I, hijo de Meroveo y padre de
Clodoveo, el más famoso de todos los reyes merovingios.
La tumba contenía armas, tesoros e insignias reales,
como era de esperar que hubiese en una sepultura real.
También contenía objetos menos característicos de la
realeza que de la magia, la brujería y la adivinación: la
cabeza cercenada de un caballo, por ejemplo, una cabeza
de toro hecha de oro y una bola de cristal.
Uno de los símbolos merovingios más sagrados era la
abeja; y la sepultura del rey Childerico contenía no
menos de trescientas abejas en miniatura hechas de oro
macizo. Junto con el restante contenido de la tumba,
estas abejas fueron confiadas a Leopold Wilhelm von
Habsburg, a la sazón gobernador militar de los Países
Bajos austríacos y hermano del emperador Fernando III.
Al cabo de un tiempo la mayor parte del tesoro de
Childerico fue devuelta a Francia. Y al ser coronado
emperador en 1804, Napoleón insistió en que las abejas
de oro fuesen cosidas a la vestimenta que llevó durante la
ceremonia.»
479

En otro libro Los templarios y la Mesa de Salomón de


Nicholas Wilcox, se refiere un breve relato sobre el ruido
producido por ‘zumbidos de abejas’ que se escuchan en el
Templo de la Roca, en Jerusalén.
«Debajo de la roca de Jerusalén existe un pozo que
comunica con una caverna, en parte natural, llamada “el
pozo de las Almas” o “el agujero de los muertos”, en el
que se supone que tres veces por semana las almas de
los muertos se congregan y producen “un sonido parecido
al murmullo de las abejas”.»
Más inquietantes resultan los testimonios relatados
por Javier Sierra en su libro La Ruta Prohibida, acerca de
los extraños sucesos acaecidos con motivo de la aparición
de la Virgen en Fátima, en 1917. El apartado se titula
“Emisiones de microondas en Cova d’Iria”
«... Aquella dama brillante que los niños describieron
como una figura sin cabellos, vestida con traje ajustado,
venida de arriba y que no realizaba movimiento facial
alguno, ha abierto otras curiosas vías de investigación.
La más significativa ha resultado ser, sin duda, la
sugerida por los zumbidos escuchados junto a la encina
de las apariciones mientras los videntes estaban en
trance... María Carreira, madre de la ‘cuarta vidente’ a la
que antes me refería y una de las principales promotoras
de la construcción de la primera capilla de Fátima, fue
una de las que dio mejor cuenta de tan singular
fenómeno: Seguimos a los niños y nos arrodillamos en
medio de las matas. Lucia levantó las manos y dijo:
“Vuestra merced me mandó venir aquí. ¿Qué quiere de
mí?” Y entonces comenzó a oírse algo como el zumbido
de una abeja. Creo que era la señora hablando. Incluso la
propia Lucia, refiriendo este fenómeno al padre João de
Marchi, aseguraba convencida que al posarse la ‘señora’
sobre la encina “comenzábamos a oír una voz muy fina,
pero no se entendía lo que decía. Era como un zumbido
de abeja”...
... En 1980, un grupo de científicos del Instituto
Canadiense de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos,
480

estudiando los efectos secundarios que producían fuertes


emisiones de microondas, determinaron la existencia de
un “fenómeno auditivo” virtualmente idéntico a ‘zumbidos
de las abejas’ registrados en Fátima, y que se producen
sólo en emisiones de entre 200 y 300 megahercios...
...Con esa enumeración Fernandes se refería al más
espectacular de cuantos milagros se vivieron en Fátima:
la ‘danza del Sol’ del 13 de octubre de 1917. Más de
setenta mil testigos presenciaron durante unos doce
minutos las evoluciones erráticas de un objeto luminoso
sobre Cova d’Iria, al que muchos confundieron con el Sol.
Según los partes meteorológicos de aquella jornada, las
nubes cubrieron el lugar durante buena parte del día,
empapando a los fieles congregados y transformando
aquella planicie en un barrizal intransitable. Las crónicas
de la época son bien claras al respecto: tras la ‘danza del
Sol’ el suelo se secó, los charcos se evaporaron y las
ropas húmedas de los allí congregados se secaron...
¿Fueron microondas? Es posible que microondas fueran
utilizadas en Fátima para establecer una comunicación
entre la entidad radiante y los pequeños videntes,
argumentaba Joaquim Fernandes al hilo de estos datos.
Pero sólo es una especulación. Las propiedades de las
microondas han sido estudiadas por los físicos y su
comportamiento se ajusta como un guante a otros
fenómenos vividos en Fátima, como los calores intensos,
el secado rápido de ropas y hasta la provocación de
curaciones aparentemente espontáneas...»
Resulta enormemente sugestivo que los testimonios
o relatos, como los de estas referencias, aún cuando
tuvieran su origen en supuestas fantasías o visiones de
los protagonistas o los testigos, estén siempre referidos a
lugares ‘sagrados’, como templos, o haber tenido lugar en
ellos apariciones milagrosas.
481

“Platillos volantes”
Es posible encontrar interesantes datos o detalles
entre los numerosos vestigios arqueológicos, testimonios
o relatos antiguos, considerados como mitos o fantasías,
y que no debemos descartar que tengan bases sólidas de
una realidad que resulta incomprensible pero que se
repite a través de los tiempos, hasta la actualidad, como
ocurre por ejemplo en los fenómenos relacionados con los
‘platillos volantes’.

Los platillos volantes, ‘Ovnis’ en terminología oficial,


constituyen desde hace décadas un fenómeno que supera
la imaginación de los humanos, por pasar a la dimensión
de lo increíble, el campo de la ciencia ficción. Fue y sigue
siendo uno de los enigmas o misterios que siembra las
dudas acerca de su veracidad, no solo entre la población
sino también en los medios de comunicación, y por el
secreto oficial que parece que mantienen las autoridades.
Que la Tierra haya sido o sea visitada periódicamente por
seres extraterrestres, no debería considerarse como algo
imposible o irracional, y de hecho son innumerables los
testimonios de personas que hablan de avistamientos de
extraños objetos en ese sentido. No se tratará en este
apartado entrar a valorar si esos vestigios arqueológicos o
los testimonios actuales son reales, ficticios o posibles,
pero si ha de servir como referencia para planteamientos
de posibles opciones para el futuro.
482

«Desde 1950, la sección del Ministerio de Defensa del


Reino Unido dedicada a ovnis, ha recibido más de 10.000
informes referidos a ‘objetos voladores no identificados’,
muchos de ellos avistados por la ciudadanía. Después de
estudiarlos durante casi sesenta años y mantenerlos en
absoluto secreto, las autoridades británicas han decidido
desclasificar un total de 160 casos de los que, aún hoy,
un cinco por ciento carece de una explicación razonable.
Lo hará a partir de la primavera de este año. Así, el
Gobierno británico irá dando a conocer, paulatinamente y
durante un plazo de tres años, los informes considerados
durante décadas ‘estrictamente confidenciales’. Aunque
el propio Ministerio de Defensa reconoce que algunos de
sus helicópteros de combate realizan en ocasiones vuelos
a muy baja altura, lo que podría haber llevado a la
confusión a los ciudadanos, también ha reconocido que
en algunos casos hay indicios que muestran que ciertos
objetos voladores ‘seguramente no parecen provenir de
nuestro planeta’.»
«Inquietantes luces naranjas sobre Zaragoza:
En la noche del 1 de marzo de 1998 fueron observados,
filmados y fotografiados sobre la ciudad de Zaragoza unos
extraños objetos volantes no identificados (OVNIS). Según
el relato de un testigo... “no se trataba de un simple foco
luminoso puntual sino de un objeto alargado que brillaba
con fuerte luz naranja, a lo largo del cual pude distinguir
varios puntitos luminosos de color rojizo... El objeto
flotaba inmóvil en el aire y al cabo de medio minuto se
desplazó hacia la derecha, al tiempo que descendía
suavemente... Acto seguido, se apagó lentamente.»
De estas crónicas y muchísimas más que se conocen
de acontecimientos de similares características ocurridos
durante las últimas décadas, destacan especialmente los
detalles de que... ‘son objetos que flotan, que permanecen
inmóviles en el aire y que se desplazan en cualquier
dirección y altura’. El objeto no es entrar a cuestionar si
esos fenómenos son reales o son producto de efectos
físicos desconocidos, sino lo que interesa plantear es si
483

objetos con esas características pueden llegar a ser una


realidad en el futuro, si se producirá algún invento o se
descubrirá una tecnología que demuestre que es posible
utilizar un fuerza energética cuyo origen sea, por ejemplo,
la fuerza de gravedad. Los detalles que han de interesar
han de ir en línea con estas interrogantes ¿Qué fuerza es
preciso desarrollar y cómo? ¿Qué conceptos y factores
intervienen? ¿Es posible dominar la gravedad? ¿La fuerza
de gravedad puede ser una fuente de energía?
No existe esa tecnología, por ahora... pero es una
realidad que la ciencia lleva investigando esta posibilidad
desde hace muchas décadas. Sirva como referencia esta
crónica sobre supuestos ‘platillos volantes alemanes’.
«Una de las leyendas más conocidas es la creación de
unos extraños aviones por los nazis a partir de 1940.
Según los datos, dichos artefactos tendrían una forma
ovalada y alcanzarían una velocidad de nada menos que
2.092 kilómetros por hora en sólo tres minutos, a través
de la propulsión de unos motores anti-gravitatorios. Otra
versión más realista sobre estos aeroplanos afirma que
consistían en unos pequeños aviones propulsados a
motor que podrían tener la finalidad de crear el miedo en
los pilotos aliados. En todo caso, estas rocambolescas
teorías determinan que los nazis habrían abandonado el
proyecto una vez que sus enemigos tomaron Praga. Estas
suposiciones se atreven incluso a afirmar que científicos
encargados de estos proyectos viajaron tras la contienda
a Estados Unidos para utilizar allí la misma tecnología, lo
que explicaría la masificación en los avistamientos de
Ovnis tras la II Guerra Mundial.»
Es un hecho conocido que todo cuanto investigaron
los científicos alemanes durante la guerra mundial, en el
campo de la ciencia y la tecnología, también fue objeto de
investigaciones por los científicos norteamericanos, con el
estricto sigilo de los ‘más altos secretos’. Entonces, ¿será
posible desarrollar esa clase de tecnologías?
Para tratar de deducir a través de sencillo problema
de lógica las consecuencias que nos van a interesar, el
484

planteamiento teórico supone aceptar como posible el


principio de que... "todo fenómeno que se observa en la
naturaleza puede llegar a ser reproducido con métodos
artificiales”. Efectivamente. Como muestra diremos que
los antepasados dedujeron que sería posible volar del
simple hecho de observar a los pájaros y aves que podían
hacerlo. Sin embargo no encontraron las claves para
resolver el problema, ya que imaginaron que solo podrían
hacerlo aquellos seres que tuvieran plumas y poderes
especiales; así se crearon los seres mitológicos, como los
‘caballos con alas’ o héroes como Ícaro. Antepasados más
recientes, no sólo dedujeron esta posibilidad, sino que
llegaron a creer en ella. Así lo demuestran los bocetos y
diseños de artefactos, como los de Leonardo da Vinci, que
unos siglos más tarde se fueron desarrollando, hasta que
pudieron dar con la solución que efectivamente permitía
hacer realidad la posibilidad de volar. Y eso fue porque la
solución pasaba por que se cumplieran cuando menos
dos principios fundamentales de ese fenómeno, que son
la ‘sustentación’ y el ‘empuje’. La sustentación que da el
diseño de las alas y el empuje proporcionado por motores
de combustión. Solucionados esos requisitos, el resto era
cuestión de diseño y potencia. La construcción de aviones
en la actualidad permite al hombre desplazarse por la
atmósfera terrestre, a lo largo y ancho de todo el planeta.
Pero... y para desplazarse en el espacio interestelar.
¿Qué requerimientos se precisarían? ¿Cuáles serán los
principios fundamentales de ese fenómeno o las causas
que originan esas fuerzas? ¿Dónde se pueden encontrar
indicios o referencias de objetos que se puedan mover por
levitación o por efectos de antigravedad?
485

Vibraciones y estructuras
En la naturaleza no resulta posible encontrar objetos
o elementos que ‘floten en el aire’, ajenos a la física de la
gravedad, exceptuando pequeños indicios que ya fueron
señalados, causados por la interacción de la densidad en
los fluidos, o los pequeños objetos de metal que levitan al
ser colocados encima de plataformas electromagnéticas.
Es preciso abrir la mente de las probabilidades en busca
de detalles que denoten cualquier tipo de influencia por
la acción de alguna fuerza ejercida sobre la materia.
En un capítulo anterior vimos referencias sobre tesis
de algunos científicos y expertos que otorgaban a la Gran
Pirámide propiedades vibratorias, en base a deducciones
que se extraen a partir de su forma, la composición de los
materiales, y de la estructura con la que fue construida.
Unas referencias que deben conducirnos a pensar en la
oportunidad de buscar en el pasado, en esos grandiosos
monumentos, las respuestas a las incógnitas planteadas
sobre la supuesta existencia de fuerzas desconocidas, o
para descubrir nuevas formas de generar las energías
necesarias en el futuro.
Resultará paradójico buscar indicios en aspectos de
la arqueología que todavía no han sido explicados, pero
es que para encontrar nuevos conocimientos, a veces es
preciso recorrer vías diferentes. Parece increíble que en
un pasado remoto existieran métodos o máquinas como
las descritas en relatos tan fantásticos como curiosos,
pero es que si la fuerza de gravedad es poco conocida por
la ciencia, menos lo es aún la antigravedad, una forma de
fuerza que según parece sería necesario descubrir para
poder llegar a dominar la gravedad.
Vimos noticias de la más reciente actualidad sobre
experimentos realizados por científicos norteamericanos
que habrían conseguido hacer levitar gotas de líquidos
mediante ondas sónicas, que físicamente son vibraciones.
Y es que las vibraciones tienen efectos en la estructura de
486

la materia; al fin y al cabo, la materia y los elementos de


que se compone, son una manifestación de energía, son
formas y elementos que se generan por la evolución de
los estados de energía, y determinadas formas de energía
se manifiestan o transmiten mediante ondas; entonces,
por lógica, determinados estados de las estructuras de
los elementos se han de poder modular o influir en ellos
por medio de métodos o máquinas artificiales. La física
moderna ha demostrado que la materia y el mundo físico
no son sino formas de energía. Actualmente se conocen
evidencias que demuestran la existencia de una relación
consecuente entre las formas que adoptan los minerales,
las estructuras en que se ordenan sus moléculas, cuando
son sometidos a determinadas frecuencias vibratorias
generadas magnéticamente, o a dos campos magnéticos
de naturaleza opuesta.
Una referencia sobre esa interrelación entre formas y
frecuencias vibratorias se refleja en el libro ‘La serpiente
celeste’, de John Anthony West, cuando argumenta las
tesis sobre la trascendencia que los antiguos egipcios
otorgaban al poder de la palabra, el tono de modelación,
por su influencia en las cosas y en las criaturas. «... El
estudio al que su fundador, Hans Jenny, denominó
‘cimática’ -el estudio de las formas de onda- ilustra de
manera espectacular esta afirmación esotérica. Diversos
tipos de materiales sometidos a determinadas frecuencias
sonoras adoptan unos patrones y formas específicos, y
esos patrones y formas se dan únicamente a dichas
frecuencias. Nadie ha sabido responder todavía a la
pregunta de por qué o de qué modo estas formas se
relacionan con las frecuencias causantes de su aparición.
Pero el hecho de que la forma y la frecuencia se hallan
íntimamente relacionadas resulta hoy indiscutible.
«En 1787, el físico, investigador y músico amateur
Ernst Florens Friedrich Chladni, descubrió que haciendo
vibrar una placa metálica, sobre la que previamente se
había depositado arena fina, con un arco de violín, la
arena se organizaba dibujando patrones geométricos. Así,
487

en función del tono del sonido o de la combinación de


varios de ellos, se podía obtener multitud de patrones
caracterizados por su simetría y regularidad.»
«La ‘cimática’ es la ciencia que estudia las ondas
sonoras que interactúan en la materia; las formas de
onda, la forma visible del sonido y la vibración, ilustra de
manera espectacular la relación entre frecuencias sónicas
y formas que adopta la materia. Cuando determinados
materiales son sometidos a determinadas vibraciones se
configuran formas determinadas. Una forma específica
sólo puede ser llevada al límite a su correspondiente
frecuencia; la forma es una respuesta a la frecuencia. La
vibración es una alternancia entre los polos positivo y
negativo. Los físicos modernos saben ya que la materia
no es una ‘cosa’, sino un estado o pauta de energía. El
Universo, cuyo aspecto constitutivo fundamental es la
vibración, es manifestación de un fenómeno ondulatorio,
caracterizado por movimientos de frecuencia e intensidad
variables entre polos con cargas opuestas.»
«En cosmología, la radiación de fondo de microondas
es una forma de radiación electromagnética descubierta
en 1965 que llena el Universo por completo. También se
denomina radiación cósmica de microondas o radiación
del fondo cósmico. Se dice que es el eco que proviene del
inicio del universo, o sea, el eco que quedó de la gran
explosión que dio origen al universo.»
«Gérard Cordonnier (1907-1977) matemático francés,
emitió una hipótesis de trabajo muy sugestiva, según la
cual la estructura de las masas elementales podría ser
“vectorial”; una polarización, una “orientación” de esos
vectores podría ‘hacer transparente’ un cuerpo a los
efectos de la gravitación en un sentido determinado. Se
obtendría el efecto de polarización si se supiera crear un
campo de orientación que actuara por resonancia.»
Se conocen numerosas aplicaciones desarrolladas a
partir de las interacciones que se producen entre dos
corrientes eléctricas, o una corriente eléctrica y un metal,
o de un electroimán sobre una corriente eléctrica. Pero
488

seguramente se ignoran otras muchas formas en que


intervienen esos mismos factores. Muchas incógnitas
quedan por despejar, demasiadas interrogantes a las que
hay que buscar respuestas.
¿Cómo dominar la fuerza magnética de los cuerpos o
modular su potencia?
¿Se podrá modificar el estado magnético de un
cuerpo o de la materia, como forma de generar atracción
o repulsión a voluntad?
¿Se puede conseguir que la estructura gravitatoria o
magnética de un cuerpo sea contraria o de repulsión
respecto a la gravedad de la Tierra?
Muchas hipótesis apuntan a que las probabilidades
son los indicios de lo posible y realizable. Durante años
recopilé notas sueltas de textos en los que se planteaban
probabilidades encaminadas a esos objetivos.
- Impregnando mercurio en un metal de forma que
cambie su estructura ¿se puede controlar su peso o
acaso su composición magnética?
- El gas con mayor presencia en la composición de la
atmósfera es el Nitrógeno.
- ¿Pueden existir composiciones de metales cuyas
propiedades permitan anular su peso temporalmente?
Composición de metales blandos y ligeros -¿aluminio? - y
de otros rojos -¿berilio, mercurio?- cuyo resultado debe
parecer "un espléndido bloque de antimonio".
- ¿Si se logra esa composición, cómo anular su peso?
- ¿Aluminio y berilio combinados?
- Quizás creando desde el interior de un artefacto un
campo vibratorio ultrasónico, de forma que oriente las
moléculas de su estructura y las convierta en un metal
cuya entropía o densidad sea inferior a la del aire, o
quizás esas vibraciones podrían orientar la materia en el
sentido de que se pudiera contrarrestar la fuerza de la
gravedad terrestre, o poder utilizar como energía motriz
una fuerza antigravedad en el espacio interplanetario.
- Otra teoría puede consistir en la creación de una
fuerza magnética en el interior de un artefacto, con un
489

único sentido, positivo o negativo, o a voluntad. Si este


efecto se consigue en alguno de esos casos, se convertiría
el artefacto en un cuerpo luminoso e incandescente.
- La cuestión es cómo buscar si esa fuerza existe y
condiciona a todos los cuerpos compuestos de materia...
«Un campo eléctrico que rodee a un cuerpo cargado
se asemeja, casi en todo, al campo gravitatorio que rodea
a un cuerpo de gran masa. Ambos hacen que otros
objetos situados dentro de ellos se muevan; la gravedad
atrae a los objetos con masa; el campo eléctrico atrae o
repele a los objetos cargados. La fuerza gravitatoria y la
eléctrica que actúan sobre tales “partículas de prueba”
remiten con el cuadrado de la distancia entre éstas y el
cuerpo central. Ambos campos, eléctrico y gravitatorio,
están caracterizados por una intensidad, determinada
por la distancia al cuerpo que atrae o repele, y por una
dirección, atractiva o repulsiva. Los campos definidos por
una intensidad y una dirección se llaman ‘campos
vectoriales’.»
«Los pitagóricos sostenían, contrariamente a los
modernos científicos, que la luz es un agente que no
dimana directamente del sol ni de las estrellas. Lo mismo
puede decirse respecto de la ley de gravedad. De acuerdo
con las enseñanzas pitagóricas, sostenía Platón que la
gravedad no era tan sólo la atracción magnética de las
masas menores por las mayores, sino también la
atracción de los cuerpos semejantes y la repulsión de los
contrarios. A este propósito decía: “Si se ponen juntas
cosas de naturaleza contraria luchan y se repelen
mutuamente”.»
«Atribuyen los budistas al zafiro virtudes mágicas,
por cuanto su color azul obscuro determina fenómenos
de sonambulismo, según puede observar un estudiante
de hipnotismo. Esto se deriva de la hasta hace poco
tiempo no advertida influencia de los colores del prisma y
especialmente del azul en el crecimiento de las plantas.
Según ha demostrado el general Pleasonton, después de
muchas discusiones académicas sobre la potencia
490

calorífica de los rayos solares, los azules son los más


eléctricos y su influencia favorece en proporciones
mágicas el crecimiento de plantas y animales. Por otra
parte, las investigaciones de Amoretti sobre la polaridad
eléctrica de las piedras preciosas demuestran que el
diamante, el granate y la amatista son electro-negativos,
al paso que el zafiro es electro-positivo.»
«Las corrientes telúricas: Las vibraciones de la tierra
son especialmente intensas en determinados lugares
recorridos por corrientes telúricas, que son pulsaciones
electromagnéticas que recorren nuestro planeta a más o
menos profundidad, según el relieve, la conductibilidad
de los terrenos y la presencia de agua. De esas corrientes
telúricas las hay que nacen de los movimientos de las
aguas subterráneas; otras de fallas de terrenos que han
puesto en contacto suelos de diferentes naturalezas, que
acusan diferencias de potencial en los cambios de
temperaturas, y otros más que vienen de lo más profundo
del magma terrestre.»
Luz, ondas, vibraciones, colores, composición de la
materia, formas geométricas, temperaturas... electricidad,
magnetismo, gravedad, ¿antigravedad?, vacío... son las
fuerzas o los factores que se detectan en la interacción
entre la materia y la energía. ¿La interacción de esas
fuerzas, como la gravedad o el vacío, ejercen influencia en
función de la estructura o composición de los cuerpos?
La electricidad tiene dos manifestaciones, positiva y
negativa, cuyos efectos pueden aplicarse a voluntad para
ejercer atracción o repulsión sobre objetos de metal. El
magnetismo tiene dos polos, positivo y negativo, y dos
efectos opuestos, atracción y repulsión. Y la gravedad...
¿Qué efectos tiene? ¿Sólo el de atracción? ¿Cómo detectar
un efecto opuesto, de repulsión... la antigravedad?
491

¿Resultará posible construir artefactos o máquinas


capaces de “capturar”, “controlar”, “generar”... de forma
artificial las fuerzas de la naturaleza, y poder “gravitar”
para desplazarse a voluntad por la atmósfera terrestre y
por el espacio exterior del Universo?
Dominar la gravedad, ese ha de ser el objetivo, lo que
significaría hacer realidad un sueño de miles de años,
desde que los hombres creyeron que la vida en el planeta
tenía que proceder de fuera, que fue traída por los dioses,
en carros de fuego, en círculos alados... Un sueño que
llegará a ser realidad en una época que todavía no ha
comenzado...

«La luz es un concepto del que Leonardo da Vinci


hablaba de continuo. Según él, la luz es el único lugar en
el que descansa Dios. El Padre es luz. El cielo es luz.
Todo, en el fondo, lo es, Por eso repetía tantas veces que
si los hombres aprendiéramos a dominarla, seríamos
capaces de convocar al Padre y hablar con Él cada vez
que lo necesitáramos.»

«Lee, lee, relee, reza, trabaja y encontrarás»


Leonardo da Vinci
492

Azar o casualidad

«La casualidad solo existe para quienes no saben


explicar las causas»

Nada sería igual...


Si los movimientos de rotación y de traslación de la
Tierra fueran distintos, probablemente no existiría la vida
tal como se ha desarrollado.
Si la inclinación del eje de rotación fuera de 90º, un
hemisferio estaría helado y el otro ardiente y reseco.
Si no tuviera movimiento de rotación, o fuera como el
de la Luna, una cara estaría permanentemente iluminada
y la otra completamente oscura.
Si la órbita alrededor de Sol estuviera en una mayor
distancia, como la de Júpiter, sería un planeta helado.
Si la distancia al Sol fuera como la de Mercurio sería
un planeta ardiente con una atmósfera de vapor de agua.
Si la cantidad de agua de océanos y mares fuera el
doble o triple, la superficie estaría cubierta de agua.
Si la cantidad de agua fuera escasa o de proporción
similar a la de otros planetas sería un planeta seco.
Si la orografía de la corteza terrestre fuera más suave
o regular, casi todo el planeta estaría cubierto por agua.
Si el agua de los océanos no tuviera un contenido de
sales minerales, la evaporación sería rápida y constante y
la condensación impediría el paso de los rayos solares.
El agua, por los tres estados en que se encuentra por
todo el planeta es el elemento motor de la vida.
Si la atmósfera no estuviera compuesta por fluidos
tan específicos, la circulación de los vientos y las masas
nubosas serían permanentes y devastadoras.
Si los componentes de la atmósfera fueran similares
a los de otros planetas, metano, sulfuros... la vida como
la conocemos no existiría.
493

El planeta es como una máquina perfecta en la que


todo parece funcionar ajustadamente...
La materia está formada por elementos cuyos átomos
contienen dos cargas eléctricas opuestas...
La evolución de las condiciones térmicas en miles de
años posibilitó la formación de estructuras moleculares...
Las moléculas se organizan en estructuras celulares
que conforman seres vivos...
Las células se multiplican en tejidos diferenciados
que forman órganos de los cuerpos vivos...
Los cuerpos vivos superiores desarrollan estructuras
que controlan sus funciones y movimientos...
La estructura del cerebro humano la compone una
complejísima red de quince mil millones de neuronas...
Las moléculas, las células, el cerebro y el cuerpo
están compuestos en su mayor proporción por agua...
El cerebro funciona con bioelectricidad....
El movimiento del cuerpo requiere bioelectricidad...
El agua es primordial en la electricidad natural...
Todo cuanto requiere acción o movilidad autónoma
es susceptible de funcionar con electricidad....

Del análisis de muchos de estos indicios, se deduce


una conclusión que parece lógica, como sería considerar
que todo responde a un ‘diseño’ en el que poco o nada
parece haber quedado al azar....
494

EL MUNDO DE LOS SUEÑOS

«Todas las razas de la Antigüedad veneraban a las


criaturas que vivían en el agua, en el aire y la tierra.
Conscientes de que los cuerpos visibles no son más que
símbolos de las fuerzas invisibles, los antiguos adoraban
al Poder Divino a través de los reinos inferiores de la
naturaleza porque aquellas criaturas menos evolucionadas
y más simples, reaccionaban de forma más inmediata a
los impulsas creativos de los dioses.»
Manly P. Hall

Para concluir el libro y a modo de epílogo, tan sólo


queda por narrar algunas experiencias o episodios a los
que resulta imposible encontrar explicaciones coherentes.
«Innumerables son los mundos invisibles que rodean
el universo visible, un mundo al que nosotros solo
podemos percibir con nuestros sentidos tradicionales».
Uno de los mundos que escapan a los sentidos es el
de los sueños, en el cual, las vivencias y las imágenes
que de ellos surgen y que recordamos al despertar, las
consideramos como anécdotas o como el resultado de un
funcionamiento anómalo de nuestra mente a causa de
alteraciones por enfermedades, medicamentos, o abusos
cometidos en comidas o bebidas. Sin embargo, los sueños
o las vivencias que percibimos de forma ultrasensorial
pueden tener una trascendencia que se nos escapa, que
no comprendemos, y de los que la ciencia sigue buscando
explicaciones racionales, desarrollando teorías, hipótesis,
en la creencia de que los sueños revelan una parte del
subconsciente, o incluso son un preaviso o premonición
de lo que está por acontecer.
495

Sin duda ese mundo, el de los sueños, requiere del


análisis, del estudio y la observación para comprender
aspectos que escapan a nuestro intelecto. A pesar de la
gran diversidad de experiencias que se llegan a conocer,
la mayoría de los sueños se pueden encajar dentro de
uno pocos apartados o gradaciones.
Soñar es una representación de imágenes, escenas o
sucesos que, mientras se duerme, fluyen a la mente con
la apariencia de ser una realidad cuando no lo es, de una
forma inconsciente y sin que medie en ellas la voluntad.
Una pesadilla es la visualización durante el sueño de
sensaciones o imágenes irracionales que causan miedo o
terror, y una ansiedad que, en la mayoría de ocasiones,
es el síntoma que se percibe al despertarse bruscamente.
Una alucinación es la percepción de sensaciones que
no corresponden a estímulos físicos externos, aunque se
las personas sienten esas percepciones como reales. Por
ejemplo, existen las alucinaciones lúcidas que se asocian
con el uso de drogas, al alcohol, la privación del sueño o
trastornos neurológicos.
Por lo general, siempre soñamos mientras dormimos,
aunque en raras ocasiones recordamos el contenido de lo
soñado al despertar. Sin embargo, a veces la percepción
de lo que se está soñando se mantiene en la memoria real
si se interrumpe el sueño súbitamente y se perciben las
sensaciones corporales de inquietud, temor, angustia.
Entonces encontramos testimonios sorprendentes, como
el de haber soñado con nuestros seres queridos que ya
desaparecieron, con ángeles, seres extraños, monstruos,
gigantes, etc., o incluso haber sentido como estar fuera
del propio cuerpo. Lo verdaderamente complicado es que,
a veces, nos cuesta distinguir entre lo que es un sueño
lúcido, una pesadilla o una alucinación.
Existen multitud de relatos de personas que tuvieron
experiencias de ese tipo, aunque para ejemplo, solo voy a
transcribir unos relatos reales de dos personas cercanas
que me contaron esas experiencias. El primero de ellos
fue una alucinación, porque según su protagonista la
496

experiencia le ocurrió una noche que no podía quedarse


dormido debido a la fiebre alta y tras haber tomado algún
medicamento.
Su relato fue así: «Aquella noche me acosté con una
fuerte gripe y con algo de fiebre. Creo que durante varias
horas traté de conciliar el sueño sin conseguirlo, aunque
el transcurrir del tiempo se hacía muy lento y no podría
determinarlo. Pronto fueron apareciendo delante de mis
ojos cerrados una sucesión de imágenes que cambiaban
muy rápidamente, como instantáneas que se proyectaban
una tras otra muy deprisa, igual que las diapositivas de
un proyector pasadas a gran velocidad. No conseguía que
se detuvieran, ni siquiera identificar el contenido de
ninguna de aquellas imágenes, aunque recuerdo que no
contenían ningún color, porque eran en tonos grises o
marrones, de unas imágenes que recorrían mi cerebro a
gran velocidad sin que pudiera hacer nada por evitarlo o
pensar en otras cosas. Iba transcurriendo el tiempo y en
algún momento la visión cambió, pareció como si volviera
la calma poco a poco, los segundos entonces comenzaron
a pasar lentamente, con la sensación de que la actividad
del cerebro se volvía torpe y lenta. En algún momento
comencé a ver algo más nítido delante de mis ojos, que
me pareció la figura de un gran ser azul, gigantesco, de
cuyo cuerpo me encontraba a una distancia que parecía
próxima, o quizás la distancia era lejana porque aquel ser
era enorme y la impresión es que lo veía muy cercano,
aunque sólo veía una parte de su cuerpo. La sensación
era como si aquel cuerpo gigante estuviera flotando en el
espacio, girando lentamente a mi alrededor, mientras
ascendía ante mí, aunque también podría ser de forma
contraria, aquella impresión de que era yo quién flotaba
en el espacio girando a su alrededor y descendiendo. Mi
visión se mantenía fija, era como si mirara a través de
una pequeña ventana, permanecía inmóvil, y solo podía
ver la parte de aquel cuerpo que se proyectaba frente a
esa ventana. Apenas pude fijarme en su rostro, pues no
cesaba de girar y yo no podía cambiar la dirección de mi
497

mirada hacia arriba, aunque me pareció ver las formas de


su gran cabeza y ancho cuello; conforme iba ascendiendo
y girando pude ver sus amplios y fuertes hombros, sus
pronunciados pectorales con unos brazos enormes y
musculosos. Todo su cuerpo era de un color azul oscuro
y brillante, y parecía estar recubierto de una especie de
escamas azules. Cuando desperté y rememoré aquellas
sensaciones, me surgió la duda de si aquellas escamas
serían en realidad su piel o era una especie de vestimenta
ajustadísima, muy similar a las que dibujan a los héroes
de cómics, tipo Supermán. Mientras contemplaba aquella
visión de esa especie de ser que subía mientras giraba
muy lentamente, tuve la impresión de que aquel gigante
estaba como inmovilizado, que tenía los enormes brazos
pegados a sus costados, como atados, y permanecía así,
suspendido en el espacio, pues a su alrededor y al fondo
todo parecía completamente vacío y oscuro. Sin terminar
de ver el cuerpo por completo de aquel extraño ser, creo
que me desperté y noté que mi cuerpo estaba tranquilo y
reposado, sin ansiedad, aunque algo sudoroso, con los
síntomas de la fiebre y los medicamentos, y entonces fui
rememorando una y otra vez aquella visión de un ser azul
gigantesco, tan extraño e increíble.»
El segundo relato puede entrar dentro de lo que se
conoce como ‘experiencia extracorporal’, o ‘viaje astral’.
Así lo refirió su protagonista: «Me encontraba sumido en
un estado de agradable sueño. Sentía mi cuerpo junto al
de mi esposa que me daba la espalda, desnudos ambos y
recostados sobre el lado izquierdo, recogiéndola con mi
brazo sobre su cintura, postura en la que habitualmente
nos quedábamos dormidos. De repente tuve la sensación
de que alguien se acercaba a mi espalda. No había oído
ningún ruido aunque enseguida pensé que debía ser mi
suegra. Intenté volver mi cabeza y preguntar qué quería o
que hacía allí, pero no pude. Traté de hablar para decirle
que se marchara, pero algo impedía abrir la boca. De mi
garganta no podía emitir ningún sonido. Intenté mover el
brazo derecho hacia atrás para palpar si había alguien, a
498

la vez que quería pronunciar alguna palabra, y todo me


resultaba imposible. Seguía notando esa presencia detrás
de mi espalda pero no podía girarme. Realicé de nuevo un
esfuerzo tratando de gritar o emitir algún gruñido de la
garganta, traté de levantar mi cabeza y entonces noté que
mis labios estaban como pegados. Fue entonces cuando
me dí cuenta de que estaba como envuelto, o dentro de
algo semejante a una bolsa de plástico transparente que
me inmovilizaba. Pero no era plástico, sino que era como
una especie de membrana transparente, dentro de la cual
me encontraba totalmente atrapado. Notaba mis brazos y
manos pegados al cuerpo, y las piernas dobladas por las
rodillas, como en una posición fetal. Seguía tratando de
hacer esfuerzos para conseguir moverme, para darme la
vuelta, para gritar, pero no podía, y sentí cómo el temor
empezaba a apoderarse de mi mente, asustado. Entonces
fue cuando me desperté. Sentí todo mi cuerpo con alivio,
relajado, mientras respiraba suavemente. Unos segundos
después advertí que me encontraba en la postura inversa
a la que había experimentado poco antes de sentir mi
cuerpo. Estaba recostado sobre el lado derecho, separado
de mi esposa, de espaldas al ‘cuerpo’ que había estado
sintiendo los minutos anteriores, como si hubiera estado
fuera de mí propio cuerpo, y con la sensación de haber
girado bruscamente justo un instante antes de volver a
sentir mi cuerpo real.»
Existen también lo que se conoce con el nombre de
‘experiencias cercanas a la muerte’, en las que personas
que han estado en situación de muerte temporal o en
coma profundo, han narrado experiencias muy similares
sobre visiones reales de personas o de seres queridos que
se les presentaron físicamente y con los que mantuvieron
conversaciones. Otras experiencias de personas en estado
cercano a la muerte, que han narrado cómo se sintieron
dentro de un largo túnel al final del cual veían una gran
luminosidad y cómo se les aparecían sus seres queridos o
familiares en actitud de que acudieran a recibirles.
499

«Testimonios de personas que han visto, o creído ver,


el más allá cuando se encontraban a punto de morir. Se
cuentan por miles las declaraciones que defienden haber
entrevisto otro mundo; lo que más llama la atención es
que en muchas de ellas se habla de una sensación de
bienestar y calma después de atravesar el, en teoría,
traumático episodio. Otras personas señalaban que desde
ese momento, su miedo a la muerte había desaparecido,
y que se sentían más preparados para afrontar su propio
deceso.»
«Los médicos me aseguran que todo es cosa de mi
mente, pero está lejos de ser una alucinación porque fue
tan real o más que cualquier otro acontecimiento vital
anterior».

Son experiencias que han vivido y contado miles de


personas, que muchas callan por temor a ser tachadas de
lunáticas, o porque creen que las causan la medicación o
la enfermedad. No todos experimentan lo mismo, pero sí
citan experiencias tan extraordinarias como increíbles.
No se puede creer en lo que parece increíble, pero
sirvan estos breves relatos y referencias para vincularlos
con el pasado remoto, en un tiempo en el que los seres
humanos tenían creencias supuestamente primitivas con
las que todo lo acontecido era por causas sobrenaturales,
atribuidas a la voluntad de los dioses.
500

Experiencias y testimonios como los que se darían


igualmente en la más remota antigüedad, desde los
mismos orígenes del ser humano, causadas por sueños y
alucinaciones consecuencia de ingesta de alimentos sin
condiciones higiénicas, de productos dañinos, de drogas
alucinógenas, de enfermedades; testimonios que serían
recopilados durante miles de años por los druidas, los
brujos, los magos, los sacerdotes, los arcanos visionarios
que impulsaron las religiones, las creencias en seres del
más allá, en los dioses...
Analizando todas estas experiencias, hemos de volver
de nuevo al principio, o al pasado, según se mire, para
concluir con una breve reflexión sobre la intencionalidad
y los motivos reales por los que todas las culturas, desde
las remotas civilizaciones, levantaron enormes pirámides
y templos para honrar y obtener la protección de esos
dioses. Quizás las motivaciones tuvieron su origen de esa
forma, Pero ¿por qué construyeron las pirámides?
... Un pequeño grupo de seres humanos primitivos,
germen de una civilización que se desarrolla lentamente a
lo largo de varios cientos o miles de años, y súbitamente
florece con todo su esplendor, y sus poderosos dirigentes
ordenan el diseño y la construcción de una pirámide, de
enormes bloques de piedra perfectamente encajados, de
proporciones descomunales, con habitáculos y pasadizos
en su interior que habrán de soportar grandes cargas, lo
cual requiere conocimientos extraordinarios en geometría
y arquitectura. Durante miles de años, siguen levantando
más pirámides, hasta que súbitamente dejan de hacerlo.
Simultáneamente surgen nuevas culturas y civilizaciones
que van floreciendo por los más diversos y recónditos
lugares del planeta, y muchas de ellas imitan la misma
arquitectura piramidal, con evidentes variaciones en
formas y dimensiones.
¿Por qué y para qué?
Las mismas incógnitas y los mismos argumentos son
perfectamente válidos y encajan en cualquier versión que
501

se pretendiera dar a los orígenes de este portentoso y


extraño fenómeno mundial.
Como puede ser el caso de la mítica Atlántida... Una
civilización con avanzados conocimientos en ciencias y
tecnologías arquitectónicas, desaparece del planeta como
consecuencia de algún gran cataclismo geológico. Unos
pocos seres sobreviven al desastre y se instalan en otras
tierras en las que unos siglos y milenios más tarde se
desarrollará una nueva y primitiva cultura de seres
humanos. Y entre los objetivos primordiales de aquellos
seres estaba la perpetuación de sus conocimientos de
esas ciencias que materializarán en la construcción de
una gran pirámide.
¿Por qué y para qué?
Igual ocurre si los orígenes de ese fenómeno mundial
se atribuyeran a seres extraterrestres... que llegaron a la
Tierra procedentes de otros planetas o estrellas de lejanas
galaxias, volando con naves que flotaban en el espacio.
Esos seres con avanzados conocimientos en ciencias y
tecnologías, tuvieron entre sus objetivos primordiales el
enseñar a seres humanos primitivos a construir grandes
pirámides de piedra.
¿Por qué y para qué?
Porque las grandes pirámides de piedra fueron las
primeras y más antiguas construcciones de las que se
tiene constancia, que requieren avanzados conocimientos
de geometría y técnicas arquitectónicas.
Por ello, todo cuanto se refiere a la finalidad por la
que fue construida la Gran Pirámide de Gizeh, sigue sin
tener respuestas coherentes a esas mismas preguntas.
¿Por qué y para qué?
Una grandiosa y perfecta pirámide, construida no se
sabe cuándo, ni por quién, con unos materiales de gran
dureza perfectamente trabajados, y con una arquitectura
diseñada para que resistiera el peso y el paso del tiempo
durante miles y miles de años.
«Los que diseñaron y construyeron tan maravilloso
monumento, parece como si hubieran lanzado un reto o
502

desafío a las mentes de la posteridad, creando un gran


monumento al signo de los interrogantes. El esmero con
el que se definió toda la construcción y los acabados
exquisitos, denotan con nitidez que era algo de suma
importancia y que nada se dejó al azar.»
¿Con qué intencionalidad realizaron tan ingentes
esfuerzos para levantarla? ¿Por qué tanta grandeza y
tanta perfección? ¿Era el símbolo de alguna fuerza
poderosa? ¿Era el plano de algún artefacto o máquina
para generar energía?
Y por encima de todo. ¿Contiene algún secreto que
espera ser interpretado, algún conocimiento muy bien
guardado para las generaciones futuras... algún mensaje
para nosotros?

«Como las divinidades vivían en los mundos


invisibles y solo se presentaban con su cuerpo
espiritual, el neófito no podía conocerlos sin la
ayuda de drogas que estimulasen el centro de
clarividencia de su conciencia (probablemente la
glándula pineal). Muchos iniciados en los Misterios
antiguos afirmaban categóricamente que habían
hablado con los inmortales y que habían visto a
los dioses.»

Una última cita, tomada del libro ‘Las Enseñanzas


Secretas de Todos los Tiempos’, de Manly P. Hall, libro
que merece una distinción especial por las excelentes y
completas informaciones que recoge sobre el mundo de
los antiguos, y porque es una obra cuya lectura ha de ser
especialmente recomendada para cuantos deseen conocer
los secretos y misterios que condicionaron las vidas de
nuestros antepasados.
503

Simbología de la portada y contraportada

El Sol y la Luna: el calor y el frío.


Los cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego.
La orilla del mar, la arena de la playa, las olas, la brisa.
Pirámide significa ‘fuego en el centro’.
La cúspide, la quintaesencia, la energía de la naturaleza.
La electricidad natural y la Gran Pirámide, los ejes
centrales de este documento.
El Sol entre las nubes que asemeja un ‘Ojo de Horus’.
504

Han pasado más de cuarenta años desde el inicio de


este proyecto. En aquellos días estaba muy en auge el
fenómeno ‘ovni’, los platillos volantes. Continuamente se
publicaban noticias de incidentes, ‘supuestos contactos’,
‘avistamientos’, y se editaban libros de ‘ciencia ficción’ en
los que sus autores fabulaban con todo lujo de detalles.
La inquietud surgió tratando de imaginar qué clase de
energía, combustible o fuerza, tendrían que usar aquellas
supuestas naves extraterrestres para realizar inmensos
viajes espaciales. Porque tenían que ser diferentes a todo
lo conocido y utilizado en este planeta. Dejando de lado la
ficción, marqué como objetivos recopilar datos, libros y
publicaciones que trataran temas de física, de energías,
para encontrar respuestas. Casualmente, poco tiempo
después, se desencadenó una confrontación bélica en
Oriente Medio, entre Israel y los países árabes, que tuvo
enorme influencia en el precio y suministro del petróleo,
y como consecuencia de aquél suceso, por todo el mundo
surgió la necesidad de buscar nuevas fuentes de energías
alternativas.
Desde entonces, los objetivos consistieron en buscar
los indicios que apuntaran hacia las posibles soluciones,
considerando que en algún momento, alguien descubriría
algo nuevo, diferente, un invento genial, y aposté porque
ese descubrimiento estaría basado en los mismos indicios
que hubiera encontrado.
Ahora, el tiempo se está agotando sin que se haya
producido ese descubrimiento genial, por lo que dejo en
este documento aquello que encontré, lo que habéis leído.
Aunque hay mucho más. Muchísimos misterios, enigmas,
secretos muy bien guardados, hechos inexplicados que se
remontan a los orígenes de los tiempos.
También la Naturaleza guarda enigmas y secretos...
que aguardan ser descubiertos por la ciencia.
Encontraréis muchos en libros como los detallados
en la Bibliografía.
505

BIBLIOGRAFÍA

La mayoría de las citas y referencias que se han


utilizado para documentar este libro han sido tomadas de
los libros que se detallan en este apartado, por considerar
que aportan informaciones de gran interés, testimonios
de inestimable valor documental, necesarios para aportar
credibilidad a las diversas hipótesis y argumentos de los
diferentes temas que han sido desarrollados.

DIOSES DEL NUEVO MILENIO


Alan Alford

EGIPTO EL OCULTO
Nacho Ares

EL ENIGMA DE LA CATEDRAL DE CHARTRES


Louis Charpentier

EL ENIGMA DE LA ESFINGE Y DE LAS PIRÁMIDES DE


GIZEH
P. Guirao

EL ENIGMA DE LA GRAN PIRÁMIDE


André Pochán

EL ENIGMA DE LAS PIRÁMIDES


José Álvarez López

EL ENIGMA DE LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO


P. Guirao
506

EL RETO ENERGÉTICO
Valeriano Ruiz

EL MISTERIO DE COMPOSTELA
Louis Charpentier

EL MISTERIO DE LA PIRÁMIDE DE KEOPS


Robert M. Schoch y Robert Aquinas McNally

EL PODER MÁGICO DE LAS PIRÁMIDES 2


Emilio Salas y Román Cano

EL PODER PSÍQUICO DE LAS PIRÁMIDES


Bill Schul y Ed Pettit

EL SECRETO DE LA ESFINGE
Charlotte Booth

EL SECRETO DE LA GRAN PIRÁMIDE


Manuel José Delgado

EL SECRETO EGIPCIO DE NAPOLEÓN


Javier Sierra

EL TEMPLO EN EL HOMBRE
R.A. Schwaller de Lubicz

EL UNIVERSO ELÉCTRICO
David Bodanis

ENERGÍA PIRAMIDAL
Pedro Luís Hernández Álvarez
http://www.pasadofuturo.com/piramide-
articulospedro.htm

GRANDES IDEAS DE LA FÍSICA


Alan Lightman
507

HERMÉTICA
Timothy Freke y Peter Gandy

ISIS SIN VELO


Helena P. Blavatsky

LA CENA SECRETA
Javier Sierra

LA MASONERÍA, RITOS Y SÍMBOLOS


Carla Nieto Martínez

LA RUTA PROHIBIDA Y OTROS ENIGMAS DE LA


HISTORIA
Javier Sierra

LA SERPIENTE CELESTE
John Anthony West

LA SALUD EN SUS MANOS


Devendra Vora

LAS ENSEÑANZAS SECRETAS DE TODOS LOS


TIEMPOS
Manly P. Hall

LAS TORMENTAS
Jon Erickson

LOS GIGANTES Y EL MISTERIO DE LOS ORÍGENES


Louis Charpentier

LOS GRANDES ENIGMAS DEL UNIVERSO


Rupert Furneaux

LOS MISTERIOS DE LAS PIRÁMIDES


Gianni Cantú
508

MAGNETISMO
Robert Wood

PIRÁMIDES DEL MUNDO


Monográfico MÁS ALLÁ DE LA CIENCIA

RESPIRANDO. EXPANDE TU PODER Y ENERGÍA


Michael Sky

TALISMÁN
Robert Bauval y Graham Hancock

WIKIPEDIA
Enciclopedia libre en Internet
http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada
509

La solución de un problema

El dibujo inicial con los nueve puntos es este:

                                               
El trazado para la solución es este:
El primer trazo recto comienza en el punto superior
izquierdo, pasa por el punto central y termina en el punto
inferior derecho; el segundo trazo continúa ascendente
por los dos puntos de la derecha y se prolonga fuera del
“cuadrado ficticio” una distancia igual a la existente entre
dos puntos; el tercero pasa por el punto central superior
y el central izquierdo y se prolonga hasta la base de los
tres puntos inferiores; el cuarto pasa por el punto inferior
izquierdo y finaliza en el punto inferior central.
El resultado queda como en la siguiente imagen.

Los trazos han de ‘salirse’ del cuadrado imaginario


formado por los nueve puntos, para resolver el problema.

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