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66-2011
Interpuesto por el Ministerio Público, a través de la Agente Fiscal de la
Unidad de impugnaciones, abogada Xiomara Patricia Mejía Navas, contra
la sentencia dictada el trece de enero de dos mil once, por la Sala Regional
Mixta de la Corte de Apelaciones del departamento de Zacapa. En el
proceso que se sigue en contra de Obeniel Monroy Méndez, por el delito
de homicidio preterintencional.
DOCTRINA:
De las circunstancias en que se ejecuta un homicidio se desprende la
intencionalidad o no del resultado. Estas circunstancias comprenden
principalmente la naturaleza del arma empleada, la parte del cuerpo que
recibe la agresión, las imprecaciones que se hayan proferido, las
relaciones entre los sujetos etc. En el homicidio con dolo eventual el autor
del hecho se representa como posible el resultado, lo asume y ejecuta el
acto que lo provoca. Para que se configure, es suficiente que se haya
representado como posible el resultado, aunque ello no forme parte de la
intención de su conducta.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL: Guatemala, veintitrés
de mayo de dos mil once.
Se dicta sentencia en el recurso de casación interpuesto por motivo de
fondo, por el Ministerio Público a través de la agente fiscal, abogada
Xiomara Patricia Mejía Navas, contra la sentencia dictada el trece de enero
de dos mil once, por la Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de
Zacapa, en el proceso que se sigue contra Obeniel Monroy Méndez, por el
delito de homicidio preteríntencional. En el proceso de mérito no se
constituyo querellante adhesivo, actor civil, ni tercero civilmente
demandado.
I. ANTECEDENTES:
A) Hechos acreditados: El dieciocho de julio de dos mil diez, el procesado
Obeniel Monroy Méndez, sin mediar palabra se dirigió directamente hacía
el señor José Luis García Pazos y con un desarmador de estrella con cabo
de madera de color rojo (herramienta de trabajo) que portaba en la mano,
se lo insertó en parte del rostro cerca del ojo izquierdo, provocándole una
herida de punto cuatro centímetros de diámetro, en la región malar
izquierda, con entallamiento del globo ocular izquierdo, lo cual le provocó la
muerte. B) Fallo de primer grado: El Tribunal de Sentencia Penal,
Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente de Zacapa, de conformidad
con las pruebas aportadas al juicio y las declaraciones de los testigos
Carlos Humberto Barahona Ponce, Elsa Esperanza Gonzáles y Bertila
Pazos Hernández, condenó a Obeniel Monroy Méndez a la pena de ocho
años de prisión inconmutables y penas accesorias, por el delito de
homicidio preteríntencional. C) El Ministerio Público planteó recurso de
apelación, invocando motivo de fondo, y denuncia vulnerados por
inobservancia el artículo 123 del Código Penal, porque no se condenó al
procesado como autor responsable del delito de homicidio, aún cuando los
actos y hechos ejecutados por él, se adecuan a este tipo penal. Y en
cambio aplicó erróneamente el artículo 126 del Código Penal, al tipificar
homicidio preteríntencional. D) Fallo de segundo grado: La Sala de
Apelaciones no acogió el recurso, con base en las consideraciones
siguientes: es cierto que el ente acusador probó que el sindicado causó
lesión a la víctima que le provocó la muerte, pero no demostró que en el
hecho, el mismo haya actuado con dolo directo y que haya existido en todo
caso la intención de quitarle la vida al agraviado, sino únicamente lesionar
a la víctima por la burla de que fue objeto mementos antes de cometer el
hecho delictivo. Finaliza sus consideraciones, relacionando el fallo dictado
por esta Cámara de fecha veintiséis de agosto de dos mil diez, en el
recurso de casación sesenta y siete guión dos mil diez, en el que se
ordenó el reenvió para que emitiera un nuevo fallo, fundamentando su
decisión, en el que se le pide que señale con toda precisión, que debe
explicar porqué sostiene el criterio de que la ausencia de intencionalidad
directa de matar, permite calificar el hecho como preterintencional, a
contrapelo de lo que establece el artículo 11 del Código Penal y la doctrina
sobre el tema. Pese a ello, lo único que hace es agregar como conclusión,
que existe duda, aunque no explica respecto de qué, para concluir que la
duda favorece al reo.
II. DEL RECURSO DE CASACIÓN: