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N I C O
MA SÓ ANZ
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O L I S OSÉ
JULI
O GA
B
J
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FÍA
I
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S , F UEN
TE S E
ICO NOG
ORIA
HIST
JOSÉ JULIO GARCÍA ARRANZ
SIMBOLISMO
M A S Ó N I CO
HISTORIA, FUENTES E
ICONOGRAFÍA
AGRADECIMIENTOS....................................................................................... 15
1. INTRODUCCIÓN........................................................................................ 17
1.1. Síntesis histórica de los orígenes y desarrollo temprano de la
masonería especulativa..................................................................................... 26
1.2. Masonería y masonerías............................................................................. 38
1.3. El “secreto” masónico................................................................................ 44
- El martillo...................................................................................... 126
- El cincel.......................................................................................... 126
- La regla o gramil............................................................................. 127
- La palanca...................................................................................... 128
- La paleta......................................................................................... 128
- La leva............................................................................................ 129
- El tablero o tabla de dibujo............................................................. 130
- El lápiz........................................................................................... 131
- El cordón trazador.......................................................................... 131
- El hacha.......................................................................................... 132
- Principales elementos y símbolos de origen arquitectónico.................. 132
- Los órdenes clásicos de arquitectura................................................ 132
- Las piedras: bruta, cúbica y angular................................................ 133
- La clave de arco o de bóveda........................................................... 137
- La bóveda....................................................................................... 137
- La ventana...................................................................................... 138
- La columna partida......................................................................... 139
6.2.2. El mito operativo (2): la Geometría sagrada...................................... 140
- Principales figuras y símbolos inspirados en la Geometría.................... 145
- El triángulo o Delta luminoso......................................................... 145
- El Pentagrama o Estrella flamígera de cinco puntas......................... 147
- La letra “G”.................................................................................... 150
- El punto central y el círculo............................................................ 151
- El Hexagrama................................................................................. 152
- El Teorema de Pitágoras ................................................................. 153
6.2.3. Los relatos y leyendas de procedencia e inspiración bíblicas............... 153
- Principales relatos y símbolos de fundamento bíblico.......................... 158
- Las dos columnas o pilares de las artes y las ciencias........................ 158
- El mito de Hiram........................................................................... 160
- El Gran Arquitecto del Universo (GADLU)................................... 167
- El Templo de Salomón.................................................................... 170
- La ciudad de Jerusalén.................................................................... 173
- Las columnas Jakín y Boaz (o letras “J” y “B”)................................ 175
- La Habitación del Medio y la Escalera de caracol............................ 177
- La triple Tau................................................................................... 178
- La Torre de Babel............................................................................ 179
- El Arca de Noé............................................................................... 181
- El arco iris...................................................................................... 182
- El Arca de la Alianza....................................................................... 182
- El recipiente de maná..................................................................... 184
- La rama de Aarón........................................................................... 184
Índice | 11
APÉNDICE II: Una nota sobre el uso de los colores en el ritual masónico............ 343
B (columna): Boaz
GADLU: Gran Arquitecto del Universo
J (columna): Jakín
REAA: Rito Escocés Antiguo y Aceptado
RER: Rito Escocés Rectificado
VLS: Volumen de la Ley Sagrada
AGRADECIMIENTOS
L
a masonería o francmasonería, una u otra vertiente a este tipo de icono-
asociación iniaciática de carácter grafía insisten en que cualquiera de sus
tradicional y universal basada símbolos o representaciones posee cierta
esencialmente en los conceptos personalidad que permite distinguirlo de
de fraternidad y filantropía, e integra- los pertenecientes a otros repertorios vi-
da para algunos estudiosos dentro de la suales, de tal modo que, en un primer
gran corriente del hermetismo1, se sus- golpe de vista, podemos constatar que
tenta, como otros movimientos de voca- determinado objeto o imagen posee
ción o inspiración similares, en un am- una “apariencia masónica”2. Tal rasgo es
plio y complejo aparato icónico inserto, sin duda consecuencia del sincretismo
al mismo tiempo, en una trama ritual y simbólico imbuido de un propósito de
una puesta en escena que constituyen su universalidad que envuelve a aquellas
principal seña de identidad de cara a los
no iniciados. A pesar de su extraordinaria
diversidad, consecuencia de una amplia 2 James S. Curl –The Art & Architecture of Free-
y permanente capacidad de asimilación masonry, Londres, B. T. Batsford, 2002, p.
de materiales de muy distinta proceden- 229– considera que el “estilo masónico” es una
cia, uno de los rasgos comunes más lla- amalgama de muchos elementos, pero con un
“aroma” distintivo que lo hace inmediatamente
mativos del imaginario de contenido o reconocible una vez que el tema ha sido estu-
implicaciones masónicas es su facilidad diado y entendido. Es un estilo que se confi-
de reconocimiento como tal. Los inves- gura esencialmente durante la segunda mitad
del siglo XVIII y las dos primeras décadas de la
tigadores que se han aproximado desde
centuria siguiente; supone, en consecuencia, la
“esencia del Neoclasicismo”, marcado por la es-
tilización, el equilibrio, el academicismo, cierto
1 Francisco Ariza, La Masonería. Símbolos y ritos, grado de “egiptomanía” y una búsqueda de ele-
Zaragoza, Libros del Innombrable, 2007, p. 11. gancia y refinamiento en la ornamentación.
18 | José Julio García Arranz
A. Miller, Reunión de la Gran Logia Masónica de Arizona en una cueva en la mina de cobre Copper
Queen Consolidated Mining Co., Bisbee, Arizona (EE. UU.), 1897.
Anónimo, Emblematic Chart and Masonic History of Free and Accepted Masons, litografía, ca.
1877, Ramsey, Millet, & Hudson Steam. Lith. Co, Kansas City (EE. UU.).
tos son, en primer lugar, la consideración dad de adeptos, al tiempo que rechaza la
de lo simbólico como un componente curiosidad e intromisión de los profanos;
esencial e irrenunciable en el lenguaje y para otros, este aparato visual y ritual
estructura de la Orden. Ha sido sin duda asume una función reconciliadora entre
un elemento vertebrador de la masonería los partidarios de posiciones “irraciona-
moderna desde sus orígenes y pilar susten- les” y “racionales”, esto es, entre aquellos
tante de su entramado hasta el momento miembros que entienden que este ima-
actual. Pero también las diversas aproxi- ginario desempeña un papel místico de
maciones a este ámbito han recalcado la acceso íntimo a la divinidad y los que no
extremada diversidad de su aparato sim- ven en el mismo más que la evocación de
bólico, tanto tipológica –por sus distin- lecciones formativas y morales destinadas
tas categorías, formas y soportes– como al desarrollo individual y colectivo de los
funcional. Así, el simbolismo constituye miembros de la fraternidad. En definiti-
para unos masones el “cemento” que fo- va, el simbolismo masónico es la espina
menta la cohesión interna de la herman- dorsal, el fundamento de la Orden, pues
Introducción | 21
mente a cuatro planteamientos o puntos respetuoso con los demás y con las leyes
de vista básicos8: de su sociedad, y vinculadas a los valores
1) Un enfoque moralizador, aparen- típicamente masónicos de la ayuda mu-
temente predominante en el simbolismo tua entre hermanos y el carácter filantró-
masónico, ya se fundamente en una moral pico de la organización. Se puede definir
natural, en una mística determinada o en entonces la masónica como una moral
una ética tintada de racionalismo o ateís- burguesa, o bien como una moral laica
mo. La naturaleza misma de este corpus y progresista, según los puntos de vista
simbólico, que se manifiesta en esencia a y las prácticas. Pero no es, en cualquier
través de un imaginario geométrico deri- caso, una moral religiosa, ni procede de
vado de los útiles de la construcción, debe una enseñanza trascendente en la que la
suscitar una reflexión sobre un modelo de conducta del adepto pueda verse condi-
comportamiento vital impregnado de ri- cionada o dirigida por los efectos de una
gor, probidad, honestidad, rectitud, jus- fusión o comunión con una divinidad,
ticia o templanza, entre otras cualidades aunque sea esta de índole racional.
similares. Este punto de vista del ima- 2) Un enfoque religioso o espiritual,
ginario simbólico de la francmasonería que se produce cuando las creencias o
traducido en verdades morales, que hace espiritualidades practicadas de manera
su aparición en el siglo XVIII, constituye personal por los masones influyen en su
un legado actualizado en cada época, de comprensión del simbolismo. Así, tales
modo que los masones, o bien tienen en interpretaciones se encuentran vincula-
cuenta las interpretaciones moralizantes das a las confesiones específicas de cada
preexistentes, y las perpetúan, matizan o uno, o a aquellas prácticas espirituales
modifican en un proceso de adaptación más borrosamente definidas, tributa-
a sus realidades, o bien las invisten de rias de las grandes tradiciones religio-
una significación absolutamente nueva. sas; también podría incorporarse a esta
La mayor parte de las obras clásicas de categoría el deísmo, una suerte de reli-
simbología masónica tienen en conside- gión “racional” fundada sobre la moral,
ración la tradición didáctico-moral ante- nacida del ambiente ilustrado del siglo
rior, de cariz eminentemente cristiano, si XVIII, y que tanto ha marcado al pen-
bien la enseñanza edificante dispensada samiento francmasónico. Se inspira en la
por los símbolos de la Orden adapta el idea de que Dios se muestra en su Crea-
contenido más místico de las virtudes ción a través de los símbolos naturales,
procedentes de otras religiones o sistemas de modo que estos jeroglíficos vivientes
filosóficos, hasta transformarlas en una suponen modos o vías de aproximación
serie de “cualidades” destinadas a la con- a Su presencia, simbolización que muy
figuración ética de un buen ciudadano, a menudo se encuentra revestida de una
mezcla ecléctica e imprecisa de influjos
8 Vid. Luc Nefontaine, Symboles et symbolisme…, cosmológicos, herméticos y cabalísticos.
op. cit., t. II, pp. 132-139, de donde hemos sin- Pero tales interpretaciones no vehiculan
tetizado los siguientes apartados.
Introducción | 23
humanas. Con ello se trata de establecer ideas subyacentes “han de ser investiga-
un contrapunto, necesario en nuestra das y escritas de la misma manera que la
opinión, a una casi inabarcable literatura historia de otras instituciones”.
relativa a los símbolos masónicos que se Para conseguir este propósito hemos
basa exclusivamente, de manera acríti- reunido, ordenado, sintetizado y glosado
ca, en interpretaciones personales, y en el importante caudal de información dis-
analogías o conexiones alambicadas poco ponible a partir de los referentes biblio-
rigurosas y contrastadas. Tales aproxi- gráficos que nos han resultado de mayor
maciones han dado lugar a ensayos de relevancia, procedentes esencialmente de
dudosa erudición, en los que se pres- los ámbitos francófono y anglosajón, con
ta excesiva atención a los aspectos más el fin de darlo a conocer al público de ha-
espirituales de la dimensión iniciática, bla hispana. Ello ha supuesto una impor-
o a las principales corrientes esotéricas tante tarea de discriminación de materia-
–o pseudoesotéricas– que se establecen les, y de selección de todo aquello que
tradicionalmente como supuesta fuente respondiera a unos mínimos estándares
inspiradora o generadora de la historia, de calidad y rigor. Hemos recurrido con
del imaginario o del ritual masónicos, este fin tanto a manuales, enciclopedias
aportaciones que hacen un flaco favor o repertorios de símbolos masónicos,
a la percepción que de sus prácticas se editados desde el siglo XIX hasta la ac-
pueda tener desde los medios externos a tualidad, como a diversos ensayos sobre
la fraternidad. El estudio del simbolismo la historia, naturaleza y funciones de esta
masónico debe hacerse desde el respeto maquinaria simbólica, de donde hemos
a todos los puntos de vista y sensibili- extraído los principales conceptos en
dades, pero también desde el rigor que cuyo entramado se sustentan los sucesi-
la metodología académica nos ofrece vos bloques y apartados del presente li-
con el fin de obtener una panorámica lo bro. Es necesario reconocer, en este sen-
más integradora, desapasionada y lúci- tido, la evidente deuda adquirida con el
da posible de este fascinante fenómeno. profesor Luc Nefontaine, de la Universi-
Compartimos plenamente, por tanto, dad Libre de Bruselas, cuyas importantes
las observaciones de Douglas Knoop y aportaciones sobre esta temática nos han
Gwilym P. Jones incluidas en el prefacio permitido dar forma y contenido a algu-
de su libro The Genesis of Freemasonry10, nos de los apartados de esta monografía.
donde se afirma que se ha de contem- También nos han resultado de gran uti-
plar la historia de la masonería, no como lidad las excelentes síntesis aportadas por
un fenómeno marginal, sino como una Roger Dachez y Alain Bauer en algunas
rama de las ciencias sociales, como el es- de sus publicaciones de carácter divulga-
tudio de una institución particular cuyas tivo. El resultado de este planteamiento
metodológico es un texto, profusamente
ilustrado, en el que hemos alternado el
10
Manchester, Manchester University Press, análisis y la reflexión con la catalogación
1947, p. V.
Introducción | 25
al XVIII, si bien cuenta, como veremos da (1725) y Escocia (1736). Pero este dato
muy pronto, con precedentes más o me- demuestra que ya existía ese tipo de agru-
nos verificables que se remontan a fines de paciones con anterioridad a aquella fecha,
la Edad Media. Se considera que es 1717 documentado, al menos, desde finales del
el año fundacional de la masonería mo- siglo XVI, de modo que la unificación de
derna, denominada también “especulati- 1717 no supuso tanto el surgimiento de
va” por oposición a la primitiva actividad un fenómeno nuevo como el tránsito de
“masónica” o asociativa de los construc- un estado de “no obediencia” hacia otro
tores de catedrales medievales, llamada de centralización y regularización organi-
“operativa”12. El 24 de junio, festividad de zativa. Vamos a revisar a continuación las
san Juan Bautista, cuatro logias masónicas principales teorías historiográficas que se
londinenses decidieron unirse y constituir han ido forjando desde mediados del pa-
la Gran Logia de Londres; a ella se irán sado siglo, a partir de la poco abundante
incorporando en todo el Reino Unido documentación disponible, en torno a los
las restantes fraternidades independientes primeros pasos de la actividad especulati-
o las recientemente fundadas en rápida va de la institución.
progresión, hasta alcanzar las doscientas Dejando ahora al margen las nume-
setenta mediado el siglo (p. 60), al tiempo rosas leyendas acerca de los fundamen-
que se crean otras grandes logias en Irlan- tos míticos que forman parte integran-
te de su rico imaginario y simbolismo
–sobre ellas retornaremos en su debido
12 En el término freemason –“francmasón”–, que momento–, los diversos autores que
se documenta por vez primera en 1376 en un
manuscrito inglés, se sustentan las denomina-
han estudiado el hecho masónico desde
ciones de Freemasonry o Franc-maçonnerie que una posición más “científica” o histó-
la Orden adquiere en los ámbitos anglosajón rico-social13 se han centrado en lo que
y francófono. No existe acuerdo sobre si el vo- consideran la cuestión fundamental de
cablo “francmasones” se refiere a una suerte de
élite obrera (free-stone masons, o freemasons por sus orígenes: el tránsito de la masone-
contracción, o mestre mason de franche peer en ría operativa medieval a la especulativa
francés) que trabajaban la “piedra franca”, alu- moderna.
sión a la caliza o arenisca como material noble y
resistente, que puede ser trabajado en cualquier
dirección, o bien el prefijo “franc-” se aplicaba 13 Después de que las Constituciones de James An-
a las personas que gozaban de privilegios o de derson (1723) se hicieran eco de los relatos mí-
un estatuto particular, por lo que en nuestro ticos sobre los orígenes del arte de la construc-
caso pudiera hablarse de “albañiles libres” que ción contenidos en las Old Charges, narraciones
se beneficiaban de ciertas franquicias locales o que encontraron su continuidad entre los teó-
municipales. Los primeros francmasones espe- ricos románticos, se produce el nacimiento de
culativos de los que tenemos noticia en la In- la denominada masonología, que aborda los
glaterra del siglo XVII son los free-masons (o free orígenes de la Orden desde una posición más
and accepted masons), literalmente los “masones pretendidamente científica, cuyos autores de
libres”, ¿tal vez haciendo referencia a que se en- referencia son Robert Freke Gould (History of
cuentran “libres” o exentos de la propia reali- Freemasonry, 1882-1887), D. Knoop y G. P. Ja-
zación práctica de su trabajo? Vid. al respecto mes (The Genesis of Freemasonry, 1947) o Harry
James S. Curl, op. cit., p. 20. Carr (Ars Quatuor Coronatorum, 81, 1968).
28 | José Julio García Arranz
Anónimo, vidrieras de la catedral de Chartres (Francia) en las que se observa el trabajo de los
canteros, segunda mitad del s. XIII, reconstruidas recientemente tras su parcial destrucción en
el siglo XIX.
los ingleses incorporan numerosos usos guildas, confiscando las capillas musica-
“escocistas” que adaptan inmediata- les –chantries–, y dejando un gran vacío
mente a sus necesidades, como sucede en cuanto a la celebración de procesiones
con la implementación de un tercer gra- o festividades. Se destruyen o desmontan
do –el de maestro– y la adopción de un los altares dedicados a santos patrones y
ritual complejo. se abandona un rico bagaje de costum-
Pero, más allá del proceso diacrónico, bres, símbolos, devociones y desfiles. En
el planteamiento de Stevenson nos in- consecuencia, guildas y fraternidades,
teresa especialmente por su teoría sobre en un intento de permanecer fieles a sus
la praxis ritual en las logias escocesas del viejas creencias, se vieron forzadas a de-
momento29. Desde su punto de vista, la sarrollar ceremonias secretas y rituales
masonería operativa inglesa y escocesa por iniciativa propia. En respuesta, por
parecen haber perdido en algún momen- tanto, a la severidad reformada, la orga-
to sus rituales y organizaciones seculares, nización y ritual de las corporaciones de
que serán reinventados y desarrollados constructores en Escocia trató de llenar
por los “aceptados”, y más tarde por los el vacío causado por la abolición del co-
masones especulativos. Es probable que lorido y del ceremonial desarrollando
la razón de esta pérdida fuera la ruptura rituales más elaborados, distintos a los
con una buena parte de la tradición –la anteriores al protestantismo, con sus pro-
protección patronal de santos, la forma- pios medios secretos de reconocimiento
ción de grupos para capillas musicales y y una mitología, historia y repertorio de
oficio de funerales, o los aspectos cere- leyendas de creciente complejidad. Este
moniales y caritativos– causada por la aspecto, tal y como enfatiza Stevenson,
Reforma protestante. Esto puede soste- podría haber ejercido una notable inci-
nerse por el hecho de que, en Francia, los dencia en la configuración de la naciente
compannonages mantuvieron los rituales masonería especulativa.
y secretos tradicionales, continuando La iglesia de Escocia, añade este mis-
como cuerpos caritativos con un fuerte mo autor, en marcado contraste con ac-
aroma religioso durante el siglo XIX, y ciones como la supresión de dramas y
manteniéndose por tanto como grupos autos sacramentales, se mostró sin em-
de trabajo distanciados de una masone- bargo tolerante con la existencia de este
ría especulativa cada vez más escéptica y tipo de ceremoniales en las logias, bajo la
crítica acerca de los aspectos confesiona- condición de que carecieran de conteni-
les. El protestantismo asestó en Escocia do y forma religiosos: aquel ritual masó-
un duro golpe a la dimensión ceremonial nico, contemplado como fórmula caren-
y religiosa de las corporaciones de cons- te de connotaciones sacras y, por tanto,
tructores, suprimiendo el culto en las como una actividad poco “preocupante”,
no fue denunciado, siendo ésta la posible
causa de su supervivencia en el clima ul-
29 Op. cit., pp. 123-124; James S. Curl, op. cit., traconservador de los siglos XVI y XVII.
pp. 25-26.
Introducción | 35
Más tarde, las conexiones de la corpora- para una nueva forma de sociabilidad.
ción con la búsqueda de un conocimien- Muy esquemáticamente se podría hablar
to esotérico, característica del fermento de transición escocesa y de “préstamo”
de este tipo de ideas en el Renacimiento inglés; sin embargo, los intercambios
tardío, atrajeron a muchos curiosos a las entre ambos sistemas parecen haber sido
logias, quizás con el fin de satisfacer una más fluidos y relevantes de lo que se su-
“necesidad de ritual” que la nueva Iglesia ponía en un principio. Las Old Charges
ignoraba. Stevenson sugiere que en esta constituirían en cierto sentido un lazo
peculiar relación de las logias escocesas de conexión entre la masonería opera-
con la Iglesia reformada puede yacer el tiva medieval y la especulativa del siglo
fundamento de los rasgos distintivos de XVIII, pero no necesariamente a priori
la posterior masonería. Por una parte, un nexo de continuidad física30.
explicaría la emergencia de la Orden en Como ya hemos indicado, aquellas
el siglo XVII en Escocia como un siste- logias inglesas del seiscientos, reunidas
ma de moralidad ilustrado por medio de en los salones de tabernas y albergues31,
símbolos, alegorías y rituales; por otra, o en la vivienda de uno de sus miem-
la exclusión de elementos religiosos ex- bros (p. 36), acogerían a personas de
plícitos de las actividades de la logia – diferentes medios sociales, de modo que
aunque, al mismo tiempo, se aceptara la
existencia de Dios y la verdad de la cris- 30 Yves Hivert Messeca, s. v. “Origines”, en Éric
tiandad–, y la ausencia de unas estrictas Saunier (dir.), op. cit., p. 633.
obligaciones religiosas que, a largo plazo, 31 En efecto, los primeros francmasones especulati-
vos se reunían en las salas de posadas o tabernas,
abrirá el camino a la admisión de nuevos dibujando con tiza, bajo la figura del sol, un “tem-
miembros con ideas heterodoxas o con plo” simbólico. Estas reuniones se prolongaban en
creencias decididamente divergentes. forma de banquetes en los cuales los participantes
De todas las hipótesis expuestas po- se prometían obrar en el exterior de acuerdo a las
ideas generosas que habían intercambiado entre sí
dría concluirse provisionalmente, a modo durante el encuentro. Pronto, sus miembros ma-
de recapitulación, un doble proceso de nifestaron el deseo de estructurarse y unirse, tes-
génesis y evolución temprana en ambos timoniando una voluntad propia a la masonería
de “reunir aquello que está disperso”, aunque las
territorios: por una parte, la masonería cuatro logias que constituyeron el núcleo inicial de
operativa escocesa, que conservó muy lar- la Gran Logia de Londres conservaron los nom-
gamente su composición social medieval, bres de las tabernas donde se reunían: “La oca y
pero que, bajo la influencia de los “caba- la parrilla”, “La corona”, “El manzano” y “El vaso
y las uvas”. Vid. J. Bachoud, op. cit., p. 38. Indica
lleros masones” adoptados, fue desarro- W. Kirk MacNulty –Masonería. Viaje a través del
llando progresivamente sus potencialida- ritual y los símbolos, Madrid, Debate, 1993, p. 58–
des especulativas; por otra, una Inglaterra que el edificio masón más antiguo se construyó
donde las asociaciones de constructores en Great Queen Street, en Londres, en 1776. En
la actualidad, indica Duncan Moore –A Guide to
devinieron en el siglo XVII entidades Masonic Symbolism, Surrey, Lewis Masonic, 2009,
prácticamente vacías, aunque conforman- p. 103–, no todas las logias se ubican en Masonic
do, principalmente en Londres, el marco Halls o Templos, y muchas de ellas se localizan en
hoteles, clubs de golf, escuelas o edificios públicos.
36 | José Julio García Arranz
los obreros y maestros constructores que cuentros, a pesar de los encarnizados en-
encarnaron la esencia de las primeras frentamientos civiles y luchas de religión
agrupaciones de estas características con- que marcaron el momento en Inglaterra,
viven aquí con una presencia creciente se constituyeron en un remanso de paz
de masones “aceptados”, sin vinculación y tolerancia, razón por la cual se decidió
profesional alguna con el arte de la cons- prohibir toda discusión ideológica y con-
trucción. De igual modo se daba cabida fesional en su seno como imposición que
en aquellas hermandades a gentes adscri- sigue vigente en la actualidad33. Sus afi-
tas a distintas posiciones políticas y pro-
cedentes de diferentes iglesias cristianas:
personas de “buenas costumbres” y creyentes, pues
anglicanos, católicos, protestantes de orí- en las primeras Constituciones de la Orden aún se
genes diversos…32, de modo que sus en- identifica el ateísmo o la irreligiosidad con la estu-
pidez y el libertinaje. Es el espíritu deísta determi-
nado por la sociedad inglesa del momento. Vid.
32 En las Constituciones de Anderson se define a la Patrick Négrier (trad. y ed.), Textes fondateurs de la
masonería como “centro de unión” y medio de Tradition maçonnique 1390-1760, París, Bernard
conciliar una verdadera amistad entre personas Grasset, 1995, pp. 226-227.
que, de otro modo, estarían condenadas a una 33 Así se prescribe en el capítulo 6 de las Constitu-
“perpetua distancia”, y se proclama la fraternidad ciones de Anderson –vid. Patrick Négrier (trad. y
y el pluralismo, pero bajo ciertas condiciones. ed.), op. cit., pp. 232-233–. Su visión nada sec-
La masonería especulativa tiene como principio, taria del Ser Supremo, en contraste con la feroz
en efecto, reunir en su seno a todos los hombres intolerancia religiosa que caracterizó a este perio-
“libres”, sin distinción de color, origen social o do, y la posibilidad de la existencia de miembros
confesión religiosa, con la única obligación de ser no cristianos, contribuyeron sin duda al éxito del
Introducción | 37
A partir de estos momentos, una minante se vio propiciado sin duda por
masonería “renovada”37 se va a difundir la sintonía de la concepción progresista
rápidamente por las islas británicas, su y la actitud humanista de los principios
vasto imperio colonial y las colonias fran- masónicos con la filosofía y cultura de la
cesas en América (Luisiana, Antillas…); Ilustración, seduciendo a numerosos in-
las primeras logias continentales, que se telectuales y artistas, estimulando la obra
documentan en Francia en la década de de los enciclopedistas y otros precurso-
1720, estaban formadas por masones res franceses de la Revolución de 1789,
procedentes del Reino Unido, a las que se o situándose en el fundamento del pen-
iban afiliando adeptos autóctonos hasta samiento de líderes de la revolución de
constituir finalmente las agrupaciones y los Estados Unidos –y redactores de su
las obediencias puramente regionales. A Constitución– como George Washington
mediados del siglo XVIII ya existen fra- (p. 37) o Benjamin Franklin, o de los
ternidades constituidas en prácticamente procesos de independencia en Iberoamé-
todos los países europeos. Este éxito ful- rica protagonizados por Simón Bolívar o
José de San Martín, entre otros.
ingleses cuyas fechas se encuadran entre el si-
glo XIV e inicios del siglo XVIII, y son a la
vez códigos de conducta, libros de oraciones 1.2. MASONERÍA Y MASONERÍAS
y relatos legendarios. Durante mucho tiempo
se consideró como el más antiguo el ms. Re-
gius, o Manuscrito Real, fechado hacia 1390; A pesar de los sucesivos intentos
sin embargo, en la actualidad conocemos re- de elaborar una suerte de canon masó-
glamentos anteriores, como las Ordenanzas de
los constructores de York (1352, 1370, 1409) o
nico, o una definición dogmática y/o
de los constructores de Londres (1356), redac- ideológica común que pudiera caracte-
tadas estas últimas en latín y en francés. Vid. rizar de una manera global al conjunto
una completa relación de estos manuscritos en de la institución, los resultados hasta
Albert G. Mackey, An Encyclopaedia of Freema-
sonry…, op. cit., vol. II, pp. 464-467. Todos es- la fecha han sido poco satisfactorios o
tos documentos nos enseñan que los masones decididamente contradictorios. Estas
se reunían en las logias, locales instalados junto propuestas de caracterización general de
a las construcciones, donde éstos se transmitían
los secretos del oficio con el fin de formar a los
la hermandad, elaboradas tanto por los
aprendices. Sus principales virtudes debían ser propios masones como por estudiosos
la lealtad, respeto mutuo, honestidad y pasión ajenos a la misma, han puesto de ma-
por el trabajo bajo pena de verse excluidos de nifiesto que la mayor parte de las obe-
la guilda. Su iniciación consistía en la comuni-
cación de conocimientos técnicos y no todavía diencias38 cuentan con un organigrama
en una ceremonia simbólica que incorporara
al postulante a un grupo de constructores por 38 Por “obediencia” se entiende una federación
medio de un ritual preciso. de logias que comparten los mismos ritos, los
37 Arthur E. Waite, en su Emblematic Freemasonry mismos valores y una entidad administrativa
and the Evolution of its Deeper Issues, Londres, Wi- común, dirigida democráticamente por los re-
lliam Rider & Son Ltd., 1925, pp. 110 y ss., deno- presentantes de las logias. Ella dicta las normas,
mina a este proceso como el “segundo nacimien- propone los temas de reflexión y se encarga de
to” de la francmasonería en los ritos continentales. las relaciones con el mundo profano.