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LOS HÁBITOS

Imagínense que van a salir conduciendo un automóvil por primera vez en tu vida, en esta primera vez estarías en
una situación hiper-alerta. La avalancha de información que les estaría llegando podría hacer que la tarea se hiciera
casi imposible difícil.

Pero, una vez que has fragmentado la tarea de manejar un automóvil, lo único que tienes que hacer es pensar.

Tu cerebro sólo está semi consiente de algunos factores clave, en lugar de sentirse abrumado por la cantidad de
información. Es la misma idea cuando aprendes a conducir bicicleta, al principio, es muy difícil, después es más fácil.
Neuro científicamente hablando, fragmentar se relaciona con los hábitos.

El hábito es un ahorrador de energía para nosotros. Nos permite liberar nuestra mente de otros tipos de actividades.
Adoptamos este modo habitual mucho más a menudo de lo que podemos imaginar. De eso se tratan los hábitos,
no hay que pensar de modo enfocado en lo que estás haciendo mientras que estás ejecutando el hábito, Ahorra
energía. Los hábitos pueden ser buenos y malos. Pueden ser breves, como cepillarse el cabello sin darse cuenta. O
pueden ser largos, como por ejemplo cuando das una caminata, o cuando ves televisión por algunas horas después
de que llegas a casa del trabajo.

PARTES DE UN HÁBITO

Se puede considerar que los hábitos tienen 4 partes. NÚMERO 1 -ESTIMULO. El Estímulo. Es el disparador que
desencadena la acción. El estímulo puede ser algo tan simple como leer la primera cosa de tu lista de cosas por
hacer.

Un estímulo en sí mismo no es ni útil ni dañino, es la rutina. Lo que hacemos en reacción a ese estímulo es lo que
importa.

LA NÚMERO 2 -LA RUTINA. Éste es tu modo de hacer la acción de la rutina, es decir, la respuesta usual de rutina
que tu cerebro está habituado a dar cuando recibe el estímulo. Las respuestas pueden ser útiles o a veces dañinas.

NUMERO 3 -LA RECOMPENSA. Todo hábito se desarrolla y continúa debido a que nos recompensa. Nos da una
sensación inmediata de placer. La procrastinación es un hábito fácil de desarrollar porque la recompensa, que es
volver el foco de tu mente hacia algo más placentero, sucede muy rápida y fácilmente.

Pero los buenos hábitos también se pueden recompensar. Encontrar formas para recompensar los buenos hábitos
de estudio son importante para escapar de la procrastinación.

NÚMERO 4. – LA CREENCIA. Los hábitos tienen el poder debido a que crees en ellos. Por ejemplo, puedes sentir que
nunca podrás se capaz de cambiar tu hábito de postergar los estudios hasta la última hora. Para cambiar un hábito,
necesitarás cambiar tu creencia subyacente. (las creencias de fondo, las que tenemos por default).

OCUPARSE DE LA PROCRASTINACIÓN.

La razón por la que aprender a evitar la procrastinación es tan importante, es que el buen aprendizaje es una
actividad paulatina. Les conviene evitar el abarrotamiento, que no construye estructuras neurales sólidas.

Dedicándole la misma cantidad de tiempo al aprendizaje, pero espaciando ese aprendizaje comenzando antes,
podrá aprender mejor.
Procrastinamos en relación con cosas que nos ponen incómodos. Cuando piensas en algo que no te gusta
particularmente y se encienden los centros de dolor en tu cerebro, cambias tu atención y la enfocas hacia algo más
agradable.

La procrastinación comparte características con la adición, ofrece excitación y alivio temporales contra la realidad
aburrida. Es fácil engañarte a ti mismo, por ejemplo, y pensar que lo mejor que puedes hacer es un momento dado
es navegar por internet.

Esto te hace sentir mejor, al menos temporalmente. Pero tristemente, los efectos a largo plazo de evitar las cosas
pueden ser perniciosos (perjudicial).

Cuando postergas tus estudios, puede ser más doloroso todavía pensar en estudiar.

La procrastinación puede ser un mal hábito monumentalmente importante, como una piedra angular, es decir, un
hábito que influye en muchas áreas importantes de tu vida.

Si mejoras tus capacidades en esta área, gradualmente sucederán otros cambios positivos.

Puede que comiences a buscar excusas y cuentos. Por ejemplo, puedes pensar que la química orgánica requiere de
razonamiento espacial, que es tu debilidad, y que por eso obtienes malos resultados. Creas excusas irracionales
que suenan superficialmente razonables, como si estudias con demasiada anticipación se te olvidará el material.

Si tienes problemas de procrastinación, puede que incluso te digas a ti mismo, que la procrastinación es una
característica innata que no se puede cambiar.

Las estrategias para manejar la procrastinación son sencillas. Sólo que a veces no son intuitivamente obvias.

Los procrastinadores sólo postergan una cosita pequeña. Lo hacen una y otra vez, y se van acostumbrando a
hacerlo. Pueden que hasta se vean sanos, pero los efectos a largo plazo no son buenos.

PROCESO VS PRODUCTO

Una de las mejores formas de aprender de manera efectiva es emplear herramientas y trucos mentales que te
inspiren y te motiven. Debes de ser consciente de que es perfectamente normal tener sentimientos negativos por
tener que ponerte a estudiar, incluso si es un tema que normalmente te gusta. Lo importante es cómo gestionar
esos sentimientos.

Si te encuentras a ti mismo evitando ciertas tareas porque te hacen sentir incómodo, debes saber que hay otra
manera útil de replanteárselo, que es centrarse en el aprender a enfocarse en el proceso, no en el producto.

El Proceso es el flujo del tiempo y los hábitos y acciones asociados con ese flujo de tiempo. El Producto es un
Resultado, por ejemplo, una tarea que necesitas terminar. Para evitar la procrastinación, debes evitar centrarse en
el producto, para prestar atención al proceso de producción. <<Cuando nos enfocamos en el producto, es cuando
imaginamos que es muy grande el resultado y todavía tenemos mucho por realizar y nos desmotivamos y tendemos
a la procrastinación>>

El producto es un resultado, por ejemplo, una tarea que necesitas terminar, para evitar la procrastinación, debes
evitar centrarte en el producto, para prestar atención al proceso de construcción.
Los procesos tienen que ver con simples hábitos, hábitos que, casualmente, ye ayudan a hacer las tareas no
placenteras que necesitas hacer.

Digamos que no te gusta hacer la tarea de una clase en particular, entonces, postergas hacer esa tarea, y vas
retrasando el hacerla. Piensas “Son sólo cinco preguntas, no puede ser un trabajo muy largo.” En un mundo de
fantasía donde las cinco preguntas o el reporte es más fácil fantasear con que las preguntas, el informe de 10
páginas o lo que sea, lo puedes hacer en el último momento.

El producto es el que desencadena el dolor que te lleva a la procrastinación. El producto es lo que desencadena el
dolor que te hace procrastinar. En cambio, debes enfocarte en el proceso o procesos.

Para ti, una de las formas más fáciles de enfocarte en el proceso es enfocarte en hacer tiempos de concentración
de 25 minutos y descansos y no en completar una tarea.

La idea esencial es que a la parte habitual de tu cerebro le gustan los procesos por que pueden marchar sin pensar.

Centrándose en el proceso, y no en el producto, consigues no juzgarte a ti mismo y relajarte en el flujo de trabajo.


Debes entrenar para seguir en el flujo cuando aparezcan, así lograrás, por el contrario, relajarte dejando que el
trabajo fluya.

La clave es que cuando surja la distracción, que inevitablemente surgirá, tienes que estar entrenado para dejar que
fluya. Prepararte para que las distracciones sean mínimas es también una buena idea. Muchos estudiantes
consideran útil para concentrarse, estar en un espacio silencioso, o usar audífonos anti ruido.

TRABAJAR CON LOS HÁBITOS

El truco para anular un hábito es buscar cambiar tu reacción a un estímulo. Sólo tienes que usar la fuerza de
voluntad para cambiar tu reacción al estímulo. Para entender esto, ayuda volver a ver los cuatro componentes del
hábito y re-analizalos desde la perspectiva de la procrastinación.

LA PRIMERA es el ESTÚMULO. Identifiquen qué los lleva a su modo de procrastinación. Los estímulos usualmente
caen en una de las 4 categorías siguientes:

-Ubicación

-Hora

-Como te sientes y reaccionas, sean a otras personas o a cosas que acaban de suceder.

¿Buscas algo en la web y después te pones a navegar en la web? ¿Si recibes un mensaje de texto, interrumpes tu
estudio por 10 minutos hasta que logras recuperar la concentración, incluso cuando estás intentando mantenerte
en tus tareas?

Lo que sucede con la procrastinación

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