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LAS PROPORCIONES EN LA CONSTRUCCION NAVAL DEL SIGLO XVI


En los últimos meses he podido constatar el interés de varias personas por obtener
información sobre las proporciones de los barcos españoles del siglo XVI. En consecuencia,
he decidido publicar anticipadamente el borrador del capítulo 6 del libro que llevará por título
Los grandes buques oceánicos del Atlántico ibérico en los siglos XVI y XVII que en estos
momentos estamos elaborando Isidro Rivera, Manuel Derqui y yo mismo. Confiamos en que
pueda ser útil a los amantes de la arquitectura naval antigua.
Cayetano Hormaechea
Barcelona, 3 de setiembre 2017

6
Las proporciones del buque en el siglo XVI

6.1. Generalidades

En el siglo XVI no existía en España una normativa oficial que definiese las principales
dimensiones de los buques, de forma que las fuentes de conocimiento en la materia se limitaban
a la tradición oral y la propia experiencia del maestro constructor. En 1611, Tomé Cano lo
expresaba de la siguiente forma:

...es cosa necessarísima que el fabricador o maestro de ella sea aritmético y sepa archear
naos, para que sabiéndolo pueda y sepa darles sus medidas, sacando de la manga y su
tamaño todos los que an de tener la quilla, la eslora, el plan, el puntal, el yugo, los lançamientos
de popa y proa, los delgados, el timón, los árboles, las vergas, las gavias, la barca y el porte
de la nao, del qual a de salir el ancla y el cable, teniendo en fin la manga por el fundamento de
toda la fábrica...

Es decir que se comenzaba determinando cuál debía de ser la manga, o la quilla, del buque y, a
partir de ella, se obtenían las demás dimensiones aplicando una serie de coeficientes o
proporciones. Como veremos a continuación, existían algunas reglas tradicionales muy simples
para determinar el puntal, la quilla y la eslora a partir de la manga, pero no constituían una receta
exacta ya que los constructores podían introducir variaciones en función de su propia experiencia
o de las prácticas del lugar.

A partir de mediados del siglo XVI se aprecia un considerable aumento del tonelaje de los buques
que participaban en la Carrera de Indias. Este aumento del tamaño de los vasos obedeció a
diferentes causas, pero una de las más importantes fue el hecho de que la Corona ofreció
acostamientos o subvenciones para los que fabricasen naos de gran tonelaje. En 1563 una real
cédula establecía que el acostamiento de 10.000 maravedís por cada 100 toneladas se daría a las
naos que superasen los 300 toneles machos.1

En el siglo XVI la extensión de los dominios de la Corona española ponía a su disposición una
gran cantidad de buques de muy diversa procedencia y diseño. Esta situación daba lugar que a
veces se formasen armadas abigarradas sin una tipología de buque dominante ya que se
agrupaban buques mediterráneos y atlánticos, mercantes y de guerra. Un buen ejemplo de lo que

1 AGS, Consejo y Juntas de Hacienda, leg. 49, nº 211 "Real cédula para el acostamiento de navíos", citado por
CASADO SOTO, J.L. como anexo nº 4 en su libro Los barcos españoles del siglo XVI y la Gran Armada de
1588.
2

acabamos de decir lo constituye la Gran Armada de 1588 en la que participaron urcas flamencas,
galeras, galeazas y mercantes mediterráneos, junto a naos mercantes y galeones de guerra
atlánticos.

A consecuencia de ello se ha formado entre los historiadores una falsa imagen del estado de la
tecnología naval española en el siglo XVI, situándola en la mayoría de los casos en un nivel inferior
a la de otras potencias europeas. En palabras de Casado Soto:

De forma esquemática, el tópico vigente identifica los buques hispanos con los grandes
cargueros mediterráneos contemporáneos y los describe como barcos de diseño obsoleto,
dotados de voluminosas superestructuras y torpe capacidad de desplazamiento y maniobra;
todo ello en rotundo contraste frente a las pretendidas formas vanguardistas de las unidades
navales inglesas y holandesas.2

En este capítulo intentaremos realizar una síntesis de cuáles eran las características de las naos
y galeones atlánticos en el siglo XVI.

6.2 - La regla tres-dos-as, también conocida como as-dos-tres


Hay un grupo de cinco dimensiones tradicionalmente consideradas más importantes: eslora, quilla,
manga, plan y puntal, cuyas definiciones y particularidades ya hemos examinado en un capítulo
anterior. Las proporciones que se establecían entre estas cinco dimensiones determinaban las
formas generales del buque, aunque podía hacerse hincapié solamente en algunas de ellas como
veremos a continuación.

Secundariamente se determinaban otras dimensiones importantes que terminaban de perfilar el


buque tales como la distribución del lanzamiento total (E-Q) entre los lanzamientos de proa y popa,
la altura de los raseles, las dimensiones en las cuadras (plan, puntal y manga), la amplitud del
yugo principal, la altura del espolón y del codaste, etc., pero no afectaban tanto al trazado del
casco como las cinco mencionadas anteriormente que son las que aparecen repetidas con más
frecuencia.

En el siglo XVI fue muy popular la llamada regla tres-dos-as para establecer las proporciones de
un buque. Sin embargo, esta famosa regla, de la que se conocen distintas versiones, ha sido citada
a veces de forma descuidada e incluso incorrecta por algunos autores creando confusión entre los
lectores.

Hemos seleccionado algunas formulaciones de la regla que presentan variantes, e incluso difieren,
al tomar o no en cuenta la quilla, la eslora o el puntal. Las examinaremos a continuación, pero
antes comentaremos la regla de tres a uno que puede considerarse una formulación simplificada
de la anterior, aunque no conviene confundirla con ella.

6.2.1 - La regla de tres a uno


Busturia y Oliveira

Domingo de Busturia, en un memorial de 1568 ya citado, establece la regla de proporciones que


al parecer se utilizaba en Vizcaya para los barcos mercantes:

2 CASADO SOTO, J.L.: La construcción naval atlántica española del siglo XVI y la armada de 1588, pág. 51.
(Cuadernos monográficos del Instituto de Historia y Cultura naval, 3 - 1989).
3

Las naos que en esta costa de Biscaya se fabrican para de mercancía son por la mayor parte
de tres y a una (...) ha de ser tres veces de ancho de manga y una vez de largo de proa a popa
por la esloría. 3

Esta formulación se limita a dar la proporción de eslora y manga, 3 a 1, prescindiendo de la quilla,


formulación que volveremos a encontrar en lo sucesivo. Pero no queda aquí la aportación de
Busturia porque además da su opinión de cuál debe de ser el puntal en lo más ancho: "... si hace
más que la meitad de la manga un codo o un codo y medio ésta es buena proporción", lo que
significa que para una nao de 16 codos de manga el puntal en lo más ancho sería de 9 o 9 1/2
codos (P/M entre 0,56 y 0,59). Nótese que Busturia se refiere al puntal en lo más ancho, que es el
que influye en las características náuticas del barco, y no al puntal en cubierta.

Hacia 1580 Oliveira, en el capítulo quinto de su Livro da Fabrica das Naos, al tratar de las clases
de barcos dice: "… naos, caravelas, barcos, esquifes & todos os que tem proporçao de tres por
hum, ou menos".

Crescentio

Por su parte, en 1607, Bartolomeo Crescentio afirma que

"... le misure del Galeone per l'ordinario si fanno in terzo. Verbigracia: se il Galeone far à lungo
de 90 in 93 piedi, la sua maggior larghezza fara da 30 in 32...", 4

lo cual viene a ser otra manera de formular la misma regla. Pero Crescentio añade, además, que
el plan ha de ser un tercio de la manga.

Las anteriores referencias nos dan una idea de lo extendida que estaba la proporción de tres a
uno en los buques de vela de la segunda mitad del siglo XVI, tanto en el Mediterráneo como en el
Atlántico.

6.2.2 - La regla tres-dos-as referida al puntal


A continuación, vamos a revisar algunas definiciones que toman en cuenta explícitamente el puntal
al cual le atribuyen el papel del "as". Los autores antiguos se limitan a citar tres dimensiones:
puntal, manga y eslora, sin hacer ninguna referencia a la quilla y el plan. Entre los autores
modernos, que supuestamente recogen las ideas de los antiguos, hay algunas excepciones como
las de Martínez Hidalgo y R.B. Rubin de Cervin que formulan unas definiciones confusas.

Nicolò Sagri, c. 1570

El raguseo Nicolò Sagri escribió entre otras cosas una obrita titulada Il carteggiatore que no ha
salido a la luz hasta fechas muy recientes.5 En ella dedica el capítulo VI a hablar de las tres
principales medidas de la nave. Aunque Sagri no trata de naves oceánicas lo citamos aquí para
dejar constancia de las prácticas mediterráneas de la época.

Sagri, que no cita la quilla, afirma que las justas medidas para una nave, tomadas en la segunda
cubierta, han de ser:

3 Relación del maestre Domingo de Busturria en lo tocante a los arqueamientos de las naos que se toman para
armada en esta costa de Biscaya por mandado de su Magestad. AGS, Guerra Antigua, Leg. 347, nº 23. 1568.
Publicado por CASADO SOTO, J.L. como apéndice a "Flota atlántica y tecnología naval hispana en tiempos de
Felipe II", Las sociedades ibéricas y el mar a finales del siglo XVI. - Tomo 2. (Textos del congreso internacional
del mismo nombre, 1998 - Comisaría General de España en la Expo de Lisboa '98), (T).
4 CRESCENTIO, Bartolomeo: Náutica Mediterránea, libro primero, capítulo IX, fº 63.
5 SAGRI, Nicolò: Il carteggiatore. Manuscrito conservado en la James Ford Bell Library - University of Minnesota

Libraries. Darío Dell'Osa ha publicado una transcripción en su obra Il carteggiatore di Nicolò Sagri. (Milán, 2010).
Esta referencia bibliográfica nos ha sido facilitada por Arnaud Cazenave.
4

 Eslora = 3 veces la manga


 Manga = 2 veces el puntal en la segunda cubierta.

Sin embargo, Sagri añade otros comentarios interesantes como que:

– La segunda cubierta es aquella bajo la cual se pone toda la carga.


– La primera cubierta está a 3/5 del puntal en la segunda cubierta
– El plan ha de ser igual a 1/3 de la manga.

Sagri no da ninguna pista que nos sirva para deducir a qué altura se encontraba la segunda
cubierta respecto a lo más ancho, con lo cual volvemos a encontrarnos con el problema de
siempre: los puntales son difícilmente comparables y no nos permiten hacer generalizaciones. Lo
cierto es que Sagri consideraba esta regla como la mejor y más proporcionada medida que se
pueda imaginar y comenta que sus paisanos no la respetaban por lo que sus barcos eran menos
estables, en contraste con los portugueses y vascongados que, en su opinión, sí la respetaban.

A pesar de la dificultad de interpretación en lo que se refiere a la altura del puntal, queda claro
que, al menos, se cumple la regla del "tres a uno" que hemos citado más arriba.

Documento AGS - Guerra y Marina, legajo 776 (8-10-1612) 6

En este documento se puede leer un pequeño informe de Diego Brochero en el que describe la
regla tres-dos-as diciendo que según ella han de ser:

 Manga = 2 veces el puntal en la segunda cubierta.


 Eslora = 3 veces la manga

Es decir que coincide con lo expuesto por Nicolò Sagri que ya hemos visto. Relaciona este antiguo
concepto con el hecho de que hasta ese momento (1612) los arqueos se habían basado en estas
tres dimensiones solamente. Hacemos notar que Brochero sirvió durante mucho tiempo en las
escuadras de galeras de Malta, Nápoles y Sicilia, por lo que estaba familiarizado con los conceptos
náuticos utilizados en el Mediterráneo.

Documento MNM: Colección Vargas Ponce, Tomo XXV B, doc.19 fol. 42-43 7

En un documento anónimo de la Colección Vargas Ponce del MNM, sin fecha, pero probablemente
anterior a las ordenanzas de 1613, dedicado a comentar el arqueo de Cristóbal de Barros se hace
la siguiente afirmación:

Para estar bien proporcionado un navío para su tiempo de paz y guerra, y jugar bien la artillería
y no hacer tanto daño el enemigo, ha de tener tres, dos, as, que quiere decir la manga dos
partes, el puntal una y la esloría tres.

Tal como está formulada la explicación de la regla tres, dos, as en este documento, interpretándola
literalmente, se entiende que a 1 codo de puntal corresponden 2 de manga y 3 de eslora, pero los
cálculos que la acompañan en el mismo documento nos dicen otra cosa. Analizando estos cálculos
vemos que cita 8 c. de puntal, 16 c. de manga y 48 c. de eslora, lo que indica bien a las claras que
la definición está redactada de forma confusa ya que la expresión “la esloría tres” no significaría

6 Decreto del Consejo de guerra sobre los inclusos papeles que trajo el Señor Diego Brochero Anaya tocantes a la
nueva ordenanza de navíos. Publicado por Blanca Margarita Rodríguez Mendoza en STANDARDIZATION OF
SPANISH SHIPBUILDING: ORDENANZAS PARA LA FÁBRICA DE NAVÍOS DE GUERRA Y MERCANTE –
1607, 1613, 1618 (U. Texas, 2008).
7 MNM: Colección Vargas Ponce, Tomo XXV B, doc.19 fol. 42-43: El arqueo de Cristóbal de Barros. (Transcripción

en tomo III).
5

tres veces el puntal sino tres veces la manga. O sea que esta fórmula también se ajusta al concepto
expresado por Sagri y Brochero.

Este documento no cita para nada la quilla. En cambio, sí aclara que el puntal se ha de medir
desde el soler hasta lo más ancho donde se midió la manga, lo cual es coherente con el método
de Barros para el arqueo a cuyo análisis está dedicado.

El anónimo autor dice que el as corresponde al puntal y es la mitad de la manga, pero a


continuación matiza diciendo:

... porque generalmente las naves de particulares tienen para la buena vista y llevar mucha
carga gran puntal, que ordinariamente llega á las dos tercias partes de la manga.

Afirmación que encontraremos más adelante en Tomé Cano pero que no indica dónde se toma la
medida de ese puntal, si en lo más ancho o en la cubierta.

Definición de G.B. Rubin de Cervin

Entre los autores modernos que abordan la cuestión, aunque sea de pasada, Rubin de Cervin
dice:

... la fórmula de los carpinteros de ribera catalanes del siglo XV y común a todos los astilleros
navales del Mediterráneo, la del dos, tres, as, según la cual, la altura del casco debía ser igual
a la mitad de su anchura y al tercio de su longitud.... 8

Bajo reserva de que la traducción no sea correcta, observamos que el autor hace E = 3 P.
Probablemente se trata de un problema de redacción confusa, igual que en el caso del anterior
documento que acabamos de ver. Seal cual sea la causa, el efecto es que el lector no avisado
puede sacar una idea muy equivocada de la naturaleza de la regla en cuestión.

Por otro lado, llama la atención el hecho de que Rubin de Cervin atribuya a los carpiteros de ribera
catalanes la paternidad de la famosa regla, pero no da más detalles por lo que nos hemos quedado
con la curiosidad de conocer las razones de tal afirmación.

Definición de Wiquipedia (2015)

La Wikipedia, en su artículo galeón (diciembre 2015), dice que

Las proporciones de los buques del siglo XIV y XV se obtenían a partir de la vieja fórmula
murciana tres, dos y as; es decir, eslora triple que la manga y ésta doble que el puntal.

Al igual que en el caso de la afirmación de Rubin de Cervin, el autor del artículo en cuestión no
cita ninguna fuente por lo que no hemos podido verificar que realmente se trate de una fórmula
murciana. Lo que sí se puede constatar es que coincide con la fórmula clásica referida al puntal.

Formulaciones erróneas

A veces nos encontramos con que algunos conocidos autores citan de memoria la famosa regla
sin prestar demasiada atención a su significado, expresando ideas extrañas atribuibles en la
mayoría de los casos a un lapsus involuntario o a una mala redacción del texto.

Así, Martínez Hidalgo dice que la "... relación entre puntal, manga y quilla era según la fórmula de
as, dos, tres", pero no cita para nada la eslora.9 Esta formulación no tiene una trasposición práctica
y probablemente se explica por una confusión entre los términos quilla y eslora.

8 RUBIN DE CERVIN, R.B.: "Los veleros del descubrimiento" en Los grandes veleros (Editorial Blume, Barcelona
1973), página 16.
9 MARTINEZ-HIDALGO, J.M.: Del remo a la vela (Barcelona, Editorial Juventud, 2ª edición, 1980), página 65.
6

Julio F. Guillén, en una nota al pie que aparece en el prólogo que dedicó a la edición facsímil de
la Instrucción Náutica de Diego García de Palacio, 10 sufre un lapsus parecido y dice textualmente:
"Manga doble que el puntal y eslora tres veces éste", lo que supondría que la cubierta del buque
era casi redonda. Es un caso muy parecido a la definición de Rubin de Cervin que ya hemos visto.

6.2.3 - La regla tres-dos-as referida a la manga


Vamos a examinar ahora la famosa regla tres-dos-as en las formulaciones que, tomando como as
el valor de la manga, determinan las dimensiones de la quilla y la eslora. Algunas de estas
formulaciones incluyen, además, referencias secundarias al puntal e incluso al plan.

Apuntamientos de Rodrigo de Vargas, (hacia 1570)

En este documento podemos leer que

La orden que se a de tener en arquear qualquiera nabe española o llebantista y beneçianos


es, y la nao a de ser e ir en perfeción al tres, dos y as, a saber:
A 30 codos de quilla, 15 de manga y de 7 1/2 a 8 la cuvierta y de largo de 45 a 46 de popa a
proa en la cuvierta. 11

Lo que equivale a decir que por 1 codo de manga se han de dar 2 de quilla y 3 de eslora. También
aparece citado el puntal en la cubierta con el valor de 1/2 de la manga.

La interpretación de Tomé Cano (1611)

Al inicio del Diálogo segundo de su obra, Tomé Cano pone en boca de Thomé las siguientes
palabras:

...todos los maestros españoles, italianos y de otras naciones que manejan estas fábricas de
naos an tenido uso de les dar a un codo de manga dos de quilla; a otro de manga, tres de
esloría, y a tres codos de manga, uno de plan; y el puntal a tres cuartos de la manga . 12

Por tanto, Tomé Cano coincide en su interpretación de la regla con la formulación de Rodrigo
Vargas. En lo que difiere es en que cita el puntal como 3/4 de la manga en tanto que Vargas da al
puntal en cubierta el valor de 1/2 manga. Con toda probabilidad Cano se refería al puntal en la
segunda cubierta o puente, pero, sin embargo, Tomé Cano da las dimensiones de una nao de 12
codos de manga en sus dos versiones de guerra y mercante y ninguna de las dos coincide
plenamente con esa proporción puntal/manga:

 Nao de guerra: Puntal en lo más ancho, 6 codos; puntal en 1ª cubierta, 7 codos; puntal en
la 2ª cubierta, 9 3/4 codos.
 Nao mercante: Puntal en 1ª cubierta, 6 codos; puntal en 2ª cubierta, 8 1/2 codos.

Se ve claramente que el puntal en lo más ancho es igual a 1/2 manga en tanto que el puntal en la
segunda cubierta se aproxima más a los 2/3 de la manga, aunque no coincide plenamente.

La interpretación de J. A. Echeverri, (Entre 1648 y 1666)

En el MNM hay un manuscrito que Fernández Duro atribuye a J.A. Echeverri en el que se describe
la famosa regla de la siguiente forma:

10 Ediciones de Cultura Hispánica, Madrid, 1944.


11 AGI, Real Patronato, leg. 260, 2º, rº 35: Apuntamientos de Rodrigo de Vargas. Publicado por Casado Soto en
Los barcos españoles del siglo XVI y La Gran Armada de 1588.
12 CANO, T.: Arte para fabricar, fortificar y aparejar naos..., Diálogo segundo.
7

Es de saber que a las medidas de los vajeles que navegaron entre los nuestros asta los años
de 600 llamaron los prácticos de aquel tiempo 3, dos y has, y se formavan de esta manera:
sobre 30 codos de largo o quilla, 15 de ancho ó manga, y 10 de profundidad o puntal, y
secundariamente se les dava 5 de plan y 45 de esloría. 13

Esta interpretación es igual a la de Rodrigo Vargas salvo, ¡cómo no!, en lo que se refiere al puntal
al que asigna un valor igual a los 2/3 de la manga, pero sin decir dónde se mide. A notar que añade
el valor del plan como 1/3 de la manga.

Sin embargo, en el mismo documento un poco más adelante incluye un párrafo en el que parece
deducirse que la medida del puntal la considera como tomada hasta la cubierta:

... en la fábrica más antigua, a un galeón con 18 codos de manga se le daba 12 de puntal y 3
codos entre una cubierta y otra, porque navegavan en dos y una cámara, con que todo el
contenido de la altitud no era más que 15 codos, y este galeón fondearía cargado 11 codos y
medio.

Tal como lo explica, el puntal en la cubierta era de 12 codos, o sea 2/3 de la manga, pero no queda
del todo claro si se refiere a la 1ª o a la 2ª cubierta, porque cuando dice que "todo el contenido de
la altitud no era más que de 15 codos" no aclara si incluye o no la cámara. Lo que sí deja claro es
que el calado es de 11 1/2 codos que, si le restamos 1 codo por quilla y varenga, nos da un puntal
en lo más ancho de 10 1/2 codos sobre el plan, es decir bastante más que 1/2 manga (0,58 para
ser exactos).

Si dicha "altitud" incluye la cámara, el puntal de la 2ª cubierta serían esos 12 codos (3/4 de la
manga) y la 1ª cubierta estaría situada a 9 codos de puntal, es decir 1 1/2 codos más abajo que la
línea de flotación ya que lo más ancho estaría a 10 1/2 codos contados a partir del plan. En nuestra
opinión esta es la interpretación más verosímil.

6.2.4 - Resumen del significado de la regla tres-dos-as


Podemos resumir la cuestión diciendo que hay un lugar común de coincidencia y un elemento de
discordia entre las distintas interpretaciones que nos ofrecen los documentos examinados.

La coincidencia se refiere a las proporciones entre manga, quilla y eslora. A 1 codo de manga
corresponden 2 codos de quilla y 3 codos de eslora. A esto podríamos añadir que el plan era
generalmente igual a 1/3 de la manga.

La discordia aparece en lo relativo al puntal, tanto en la forma de medirlo como en el valor


asignado. En la forma de medirlo nos encontramos con que unos autores lo sitúan en lo más
ancho, otros en la primera cubierta y unos terceros en el puente.

Para complicar más la cosa, la altura de las cubiertas podía no estar en función de la manga sino
de otras consideraciones como por ejemplo el número de tongadas de pipas que se podían estibar
entre ellas o la altura de un hombre. Hablaremos de ello más adelante al tratar de las proporciones
y la distribución de las cubiertas.

A pesar de todo, el margen de variación no era arbitrario, sino que debía de estar contenido entre
ciertos límites para que las proporciones fuesen aceptables.

Recordamos algunas indicaciones referidas al puntal que son precisas y no dejan lugar a dudas:

– Domingo de Busturia (1568): Puntal en lo más ancho = 1/2 manga + 1 codo o 1 1/2 codos.

13 MNM, Colección Vargas Ponce, T 3A Doc. 108 fol. 391-395.


8

– Apuntamientos de Rodrigo de Vargas (1570): Puntal en la cubierta a 1/2 de la manga o un


poco más (1/2 codo más).
– Echeverri (Entre 1648 y 1666): Puntal en la ¿segunda? cubierta= 2/3 de la manga. Pero hay
que tener en cuenta que Echeverri no era un testigo directo, sino que hablaba de lo que
sucedía 70 años antes.

En consecuencia, si prestamos credibilidad a los documentos citados, nos encontramos con que
es posible que el puntal estuviese comprendido en un abanico de 1/2 a 2/3 de la manga. Por otra
parte, todo parece indicar que cuando el puntal alcanza magnitudes superiores a 2/3 de manga,
como es el caso de los 3/4 de manga que cita Tomé Cano, muy probablemente se trata del puntal
medido hasta la segunda cubierta o puente.

6.3 - Las proporciones utilizadas en el siglo XVI

Escalante de Mendoza (1575) tomaba la quilla como base de referencia para sus proporciones y
preconizaba las siguientes: 14

 Por cada 5 codos de quilla se han de dar 2 1/5 codos de manga.


 Por cada 5 codos de quilla se han de dar 7 de eslora.
 El puntal en la primera cubierta ha de ser doble del rasel.

Es decir que si lo ponemos en función de la manga sería: por cada codo de manga 2,3 codos de
quilla y 3,20 codos de eslora, lo cual lo sitúa "cerca" de la regla as-dos-tres, pero con un casco
proporcionalmente un poco más alargado, lo cual es coherente con su afirmación de que

Y antes ha de pecar la quilla de larga que de corta, porque cualquier nao de quilla corta es
trabajosa de navegar y tiene grandes inconvenientes de no poder bien governar, ni sufrir el mar
por proa y ser mala para barloventear por punto de bolina, y otros que de ello se siguen. 15

En Portugal Fernando Oliveira (1580) también tomaba como referencia base la longitud de la
quilla,16 y García de Palacio (1587) establecía que el puntal debía ser el tercio de la quilla y la
manga casi la mitad de la misma.17

Hay que hacer la advertencia de que el hecho de que los citados autores tomasen la quilla como
referencia no es obstáculo para se ajustasen aproximadamente a la regla tres-dos-as, pues se
trata de una mera forma de expresar las proporciones entre las dimensiones principales. Eso sí,
introduciendo la quilla en las formulaciones, dimensión que estaba ausente en la regla clásica.

Las proporciones de la regla tres-dos-as producían barcos cortos en relación con la manga, pero
generalmente con mucho calado a consecuencia de su poco plan y mucho puntal. Este gran calado
debió de ser una de las razones que impulsó la reforma que se inició con las ordenanzas de 1607,
con objeto de facilitar el paso de las barras de Sanlúcar y San Juan de Ulúa. Por otra parte, al
interpretar la medida del puntal en los documentos anteriores a la ordenanza de arqueos de 1590,
hay que tener cuidado porque, a veces, está medido hasta el puente en vez de la primera cubierta
que en algunos buques podía quedar bajo el nivel de la línea de flotación.

También se ha observado que en los contratos de construcción del País Vasco en el siglo XVI hay
muy pocos buques de dimensiones comprendidas entre 300 y 400 toneladas, lo que podría ser
debido al salto de dimensiones necesario para estibar una tongada más de barricas manteniendo

14 ESCALANTE DE MENDOZA, Juan: Itinerario de navegación de los mares y tierras occidentales. (Madrid: Museo
Naval, 1985).
15 ESCALANTE DE MENDOZA, Juan: Itinerario de navegación de los mares y tierras occidentales. (Madrid: Museo

Naval, 1985).
16 OLIVEIRA, Fernando: O livro da fábrica das naus, capítulo octavo. 1580.
17 GARCIA DE PALACIO, Diego: Instrucción náutica, libro cuarto, capítulo I.
9

las proporciones.18 Por otra parte, el mismo Brad Loewen afirma que las alturas de 4, 7 y 10 codos
de ribera para el sollado, la cubierta principal y el puente, en el País Vasco se mantenían
rígidamente para cualquier nao comprendida entre 180 y 300 toneladas. Es decir que con la
misma grúa para los costados hacían barcos de distintos tonelajes, dentro de unos límites,
variando la eslora, la anchura del plan y la manga, quedando el puntal igual.19 Esta práctica
presentaría múltiples ventajas, desde la simplificación en el diseño de las grúas hasta un mejor
aprovechamiento y gestión de la madera tuerta, con la consiguiente disminución de costes. Sin
embargo, hemos de tenerlo en cuenta porque las proporciones quedarían afectadas en el sentido
de que el puntal sería menor con relación a la manga en las naos mayores del intervalo de
tonelajes considerado.

Aunque las proporciones del tres-dos-as fueron utilizadas ampliamente en la construcción


española del siglo XVI no podemos olvidar que cuando se trataba de construir buques para la
guerra no era raro adoptar proporciones especiales, tal como señalaba en 1565 Domingo de
Busturia:

Las naos que en esta costa de Bizcaya se fabrican para mercancía son en la mayor parte de
tres y a una (...)
(...) las naos o navíos que son hechos para la guerra han de ser de otra proporción, de a tres
y medio y aun algo menos que cuatro y a una.20

Además, en el siglo XVI se realizaron una serie de experimentos de nuevos diseños ajenos al
tres-dos-as, tales como los galeones agalerados de Menéndez de Avilés (1567) y los galeones
de nueva invención de Álvaro de Bazán (1588), de los que hablaremos más adelante.

Tabla 6.1 - Comparación de algunas proporciones de barcos españoles del siglo XVI. (La nao de
García de Palacio y la escuadra de Ivella tienen expresadas sus medidas en codos castellanos, el
resto en codos de ribera.) La escuadra de Ivella era de construcción mediterránea, no atlántica.
Naos obispo Plasencia

2ª Junta Santander

Juan de Cardona
Escuadra de Ivella

García de Palacio
Sáez de Goronda

Doce Apóstoles
Presidente

Presidente
Visitador

Visitador

de M. Avilés
Trinidad de

(Red Bay)
San Juan

(media)

Armada Mercante
1570-
Año 1523 1536 1560 1560 1565 1567 80 1581 1587 1588

Clase de codos CR CR CR CR CR CR CC CR CC CR
Manga en lo más ancho 13 15 1/3 15 15 1/2 13 1/7 12 1/2 18 3/5 16 16 18 1/2
Eslora 41 1/4 43 48 1/2 50 37 44 56 56 51 1/3 59
Quilla 30 32 32 30 25 5/8 30 42 35 34 38
Plan 4 6 1/2 5 1/3
Puntal en 1ª cubierta 6 5 1/2 7 1/2 8 1/2 7 8/9 11 2/5 7 1/2 7 1/2 8
Puntal en lo más ancho 7 0 9 12 1/2
Puntal en 2ª cubierta 9 1/6 11 12 11 7 1/2 11 11 1/2 11 1/2

18 LOEWEN, B. : ”L’archéologie d’un baleiner basque du XVI e siècle, concepts et questions”, L’Archéologie
subaquatique de Red Bay, Vol. III, p. 7.
19 LOEWEN, B. : ”Le navire de Red Bay et les structures de la construction navale basque ”, L’Archéologie
subaquatique de Red Bay, vol. III, p. 341.
20 Relación del maestre Domingo de Busturria (...) en lo tocante a los arqueamientos de las naos que se toman
para armada en esta costa de Biscaya por mandado de su Magestad. AGS, Guerra Antigua, Leg. 347, nº 23.
Publicado por J.L. Casado Soto como apéndice a "Flota atlántica y tecnología naval hispana en tiempos de
Felipe II", Las sociedades ibéricas y el mar a finales del siglo XVI. - Tomo 2. (Textos del congreso internacional
del mismo nombre, 1998). Transcripción en tomo III.
10

Lanzamiento total (L) 11 1/4 11 16 1/2 20 11 1/3 14 14 21 17 1/3 21


Toneles n.c. 180 n.c. n.c. n.c. 550 400 742
Toneladas de sueldo 941
E/M 3,2 2,8 3,2 3,2 2,8 3,5 3,0 3,5 3,2 3,2
Q/M 2,3 2,1 2,1 1,9 1,9 2,4 2,3 2,2 2,1 2,1
Puntal en lo más ancho/M 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 0,0 0,7
Plan/M 0,3 0,3 0,3

En el cuadro anterior podemos comprobar cómo antes de 1607 en España las proporciones de los
barcos mercantes generalmente se ajustaban más o menos a la regla as–dos–tres con ligeras
variantes. Sabemos que dicha regla preveía mucho puntal y poco plan (un tercio de la manga) lo
que hacía que los buques calasen mucho. Sin embargo, en la mayoría de casos que hemos
examinado no consta el plan con lo que resulta difícil hacer la comprobación con datos, salvo por
los casos de la nao San Juan (Red Bay), la escuadra de Ivella y la nao de García de Palacio.
Recordamos de paso que la escuadra de Ivella no era de fábrica peninsular sino mediterránea, en
tanto que de la nao de García de Palacio es de tipo atlántico, pudiendo haber sido construida en
el Cantábrico, en América e incluso en Andalucía ya que es de fecha anterior a la prohibición de
construir allí barcos para la Carrera de Indias, prohibición que se produjo mediante cédula de 16
de junio 1593.

A continuación, incluimos una tabla de comparación de algunos barcos españoles y portugueses


del último cuarto del siglo XVI. Para ello tomaremos como referencia la nao de 18 rumos de
Oliveira, la nao de 400 toneladas de García de Palacio (1587), las medidas que propuso el
portugués Luis César a Cardona en 1590 y los galeones mayores que construyó Juan de Cardona
en la misma fecha, expresados todos ellos en metros:

Tabla 6.2 - Comparación de las proporciones portuguesas y españolas en el siglo XVI.

J. de
Oliveira Luis César García Palacio
Cardona
1580 1590 1587
1590
Comparación proporciones españolas y Nao 400 toneladas
portuguesas en el siglo XVI
(dimensiones expresadas en metros) Nao 18
Galeones Galeones
rumos
500 t datos texto datos dibujo mayores
(guerra)

Quilla 27,72 24,67 18,94 18,94 24,15


Eslora 40,04 34,95 28,41 26,74 36,80
Manga en lo más ancho 13,86 11,05 8,91 8,91 11,79
Manga en la 2ª cubierta o puente 12,32 n.c. 8,91 8,91 n.c.
Lanzamiento a proa 10,01 7,71 6,31 4,46 n.c.
Lanzamiento a popa 2,31 2,57 3,16 3,34 n.c.
Lanzamiento total 12,32 10,28 9,47 7,80 12,65
Puntal en la 1ª cubierta (1) 6,93 5,78 4,18 4,18 5,18
Puntal en lo más ancho (2) (3) 6,16 5,14 n.c. 3,90 5,75
Puntal en la 2ª cubierta 9,24 7,71 6,41 6,41 7,19
Plan 4,62 3,60 2,97 2,97 5,75
E/Q 1,44 1,42 1,50 1,41 1,52
P en el puente /Q 0,33 0,31 0,34 0,34 0,30
11

Q/M en lo más ancho 2,00 2,23 2,13 2,13 2,05


E/M en lo más ancho 2,89 3,16 3,19 3,00 3,12
Lanzamiento total / Q 0,44 0,42 0,50 0,41 0,52
P en lo más ancho / M en l.m.a. 0,44 0,47 0,44 0,49
Plan / M en lo más ancho 0,33 0,33 0,33 0,33 0,49

(1) Decimos 1ª cubierta sin contar el sollado o baos vacíos como cubierta.
(2) En las medidas de César, el puntal en lo más ancho está en el "terço" o sea a 2/3 del puntal de la 2ª cubierta
(3) En los galeones de Cardona contamos lo más ancho desde 1 codo más arriba que la primera cubierta.

Para interpretar esta tabla de datos lo primero que hemos de tener en cuenta es que el nivel del
sollado o baos vacíos no lo contamos como cubierta, al contrario de lo que acostumbraban a hacer
los portugueses. Hay que tener en cuenta este dato si se comparan estos puntales con los que
dan los portugueses.

A pesar de las diferencias existentes entre los métodos para el cálculo de las proporciones en
ambos países vemos que, en las naos de Oliveira, Luis César y García de Palacio el resultado es
muy similar en lo que se refiere a quilla, manga y plan es decir muy próximo a la regla tres-dos-as,
pero no tanto en lo que se refiere a la eslora, consecuencia de unos diferentes lanzamientos,
especialmente el de popa que en la nao de Oliveira es bastante menor que en las naos españolas.
En efecto, en la citada regla la proporción entre quilla y eslora es de dos a tres, es decir la eslora
es un 50% más larga que la quilla. Por el contrario, en el método de Oliveira la eslora es solamente
un 44% más larga que la quilla. Hacemos notar que en los lanzamientos de Oliveira hemos tomado
en consideración los que corresponden a la nao de guerra (1/2 rumo más) para que fuese
comparable con los galeones de Cardona. Po otro lado se observa que en estos tres autores el
plan sigue la tradición de as-dos-tres, es decir = 1/3 de la manga en lo más ancho.

Sin embargo, las medidas de Luis César y de Juan de Cardona presentan una novedad que llama
la atención: el puntal en lo más ancho es casi igual a 1/2 manga, apartándose así de la tradición
del siglo XVI. En el caso de Juan de Cardona además el plan también es igual a media manga,
características ambas que son muy interesantes porque anticipa el criterio que impondrá Juan de
Veas a principios del siglo XVII plasmándolo en las ordenanzas.

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