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DE DISTANCIAMIENTO
FERNANDO PEÑUELA ORTÍZ
¡Remédienlo!"
Bertolt Brecht
La relación que se entabla entre la escena y el público mediante esta técnica, en este
tipo de obras, es eminentemente una relación de tipo sentimental y emotiva, en la
cual se le presentan al espectador personajes y situaciones acabadas e
inamovibles, y aunque se muestren imágenes más o menos exactas de la sociedad
y se describan concretamente las condiciones sociales, sólo se señalan los síntomas
y no las causas de esas condiciones y los espectadores son llamados a la
Compasión y no a la Comprensión.
El espectador es conducido por medio de la Ilusión y la Empatia y no se le permite
que sea conductor crítico de su pensamiento frente a los sucesos que se le están
representando.
LA ACTITUD CIENTÍFICA
"...El espectador burgués espera que el teatro le proporcione, como un opio, el medio
de cambiar, a precio módico, su mundo cotidiano, fracasado, insoportable, por un
universo armonioso aunque ilusorio. Semejante holocausto, -hace notar Brecht-, es
indigno de la era científica . Cada día la ciencia nos enseña a admiramos de lo que
es, a criticar el mundo, no con un espíritu puramente negativo, sino con miras a
transformarlo. Criticar una enfermedad es curarla. Brecht invita a la gente de teatro
a participar gozosa, eficazmente , 'con conocimiento de causa', con este esfuerzo de
transformación racional del que le dan ejemplo los médicos, ingenieros y
productores. ¿Y qué otra cosa se trata aquí, sino las relaciones entre los hombres?.
Pero para criticar es necesario conocer..." (3).
Brecht era un profundo observador de la naturaleza y sus procesos, de la misma
manera que lo fue su gran antecesor Constantín Stanislavski; y es clara su actitud
científica y moderna hacia el arte, consecuente con las transformaciones sociales y
la evolución del pensamiento y conocimiento humano sobre la naturaleza, y en su
práctica y teoría teatral propugnaba el desarrollo de un teatro y un actor de la
era científica, para un público que corresponde a ella.
OTRA INTERPRETACIÓN.
/ / /
Ahora como Sentido entendemos lo que en realidad el artista quiere contar a partir
de determinado presupuesto. Por su parte el Argumento sería la expresión de la
Forma, mediante la Fábula. Mientras que el Tema, es la expresión del
Contenido, mediante el Sentido..
En el hecho artístico-teatral estas categorías se expresan como una unidad
dialéctica
Crítica de la Poética
La identificación en Aristóteles
EL TEATRO ÉPICO
1 - El teatro épico
Fueron muchos los que juzgaron contradictoria la denominación
de "teatro épico", porque, siguiendo el ejemplo de Aristóteles,
consideraban fundamentalmente distintas las dos formas que
puede adoptar un relato: la forma épica y la forma dramática. La
diferencia entre las dos formas no se reducía a que una fuese
representada por seres vivientes y la otra se sirviera de libros
(obras fundamentales de la épica, como las de Hornero o las de
los trovadores medievales, fueron también manifestaciones
teatrales, mientras que dramas como el Fausto de Goethe o
el Manfredo de Byron alcanzaron su máximo efecto en forma de
libros). Al seguir a Aristóteles, se veía la diferencia entre la forma
dramática y la forma épica en las características estructurales,
cuyas leyes eran enunciadas por dos diferentes ramas de la
estética. Estas características estructurales estaban condicionadas
por la forma en que las obras eran ofrecidas al público —unas
veces por medio de la escena, otras por medio del libro—, pero,
independientemente de ello, "lo dramático" existía en las obras
épicas, y "lo épico" en las dramáticas. Lo novela burguesa del
siglo pasado utilizó bastantes elementos dramáticos. Por "lo
dramático" se entendía la marcada centralización de una anécdota,
un alto grado de fusión de los diferentes elementos. Un cierto
apasionamiento en la exposición, una cuidadosa elaboración del
choque de fuerzas, tales eran las características de "lo dramático".
El novelista Dóblin expresó con notable claridad la diferencia en-
tre ambos géneros al señalar que, a diferencia de lo que sucedía
con una obra dramática, la obra épica se podía cortar, como con
tijeras, en partes capaces de seguir viviendo su propia vida.
2 - El teatro didáctico
3 - Teatro y ciencia
Pero ¿qué tiene que ver la ciencia con el teatro? Sabemos muy
bien que la ciencia puede ser entretenida; pero no todo lo que es
entretenido tiene cabida en el teatro. Con frecuencia me ha
ocurrido que, al señalar los inestimables servicios que la ciencia
moderna bien empleada es capaz de prestar al arte, en especial al
teatro, se me replicara que el arte y la ciencia son dos ramas de la
actividad humana muy estimables, pero completamente
diferentes. Por supuesto, éste es un espantoso lugar común y lo
mejor es asentir rápidamente como con la mayoría de los lugares
comunes. El arte y la ciencia tienen un campo de acción diferente,
de acuerdo. Sin embargo, debo confesar, por absurdo que pueda
parecer, que yo, como artista, no puedo privarme del auxilio de
algunas ciencias. Sé que esta confesión puede despertar serias
dudas respecto de mis dotes artísticas. Son muchos lo que
acostumbran ver a los poetas como seres bastante singulares, un
tanto sobrenaturales, capaces de descubrir con infalibilidad divina
cosas que seres normales sólo logran captar al cabo de enormes
fatigas y largos esfuerzos. Por supuesto, es ingrato tener que
confesar que no se está entre esos seres tocados por la gracia. Pero
no queda otro remedio que confesarlo. Tampoco puede permitirse
que se identifiquen esas preocupaciones científicas con un
pasatiempo para las horas del ocio. Se sabe, por cierto, que
Goethe se interesaba por las ciencias naturales y que Schiller se
dedicaba a la historia; pero se supone indulgentemente que eso no
fue para ellos más que una suerte de hobby. No seré yo quien los
acuse de haber necesitado de estas ciencias para su labor creativa,
y muy lejos estoy de querer sacar partido de su ejemplo; pero
debo señalar que yo necesito de las ciencias y hasta confieso que
miro con desconfianza a quienes prescinden de la ciencia y cantan
como los pájaros (o como uno se imagina que cantan los pájaros).
Con esto no quiero decir que vaya a rechazar un hermoso poema
sobre el sabor de una trucha o el placer de la navegación, sólo
porque su autor nada sabe de gastronomía o de náutica; pero creo
que los procesos que se están desarrollando en el mundo de los
hombres sólo pueden captarse en toda su complejidad apelando a
cualquier medio que nos permita analizarlos. Supongamos que el
teatro tiene que representar grandes pasiones o acontecimientos
que pesan sobre el destino de los pueblos. El afán de poder, por
ejemplo, se considera hoy como una gran pasión. Supongamos
que un autor "siente" ese impulso, y quiere poner en escena a un
hombre que aspire al poder. ¿Cómo conocerá el complicado
mecanismo dentro del cual se cumple hoy la lucha por el poder?
Si su héroe es un político, ¿cómo funciona la política? Si es
hombre de negocios, ¿cómo funcionan los negocios? Y puesto
que hay también autores que sienten un interés mucho más
apasionado por los negocios y la política en sí que por el instinto
de poder de los individuos, ¿cómo harán para procurarse los
conocimientos que necesitan? No lo conseguirán con sólo
moverse un poco y mantenerse alertas (aunque eso solo ya
rendiría bastante más frutos que un éxtasis divino). La fundación
de un diario como el Volldscher Beobachter,1 o de una empresa
como la Standard Oil, son asuntos bastante complicados que
nadie le explica a uno así como así.
-Aproximadamente 1936.-