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CRIMINOLOGÍA

FACTORES PREDISPONENTES
Y
DETERMINANTES DEL DELINCUENTE
EN MATERIA DE CRIMINALIDAD:

El delito es un fenómeno complejo, variante y


policausal. Las variables asociadas con la evolución
de la actividad criminal pueden agruparse en
factores, según su naturaleza y modo de operar
sobre el nivel del delito, como se expone a
continuación:
1.- FACTOR SOCIOECONÓMICO:

Los incentivos. La literatura ha comprobado que los


ciclos económicos, el desempleo en grupos
vulnerables (hombres jóvenes de nivel
socioeconómico bajo y, fundamentalmente, la
desigualdad social son variables fuertemente
asociadas a aumentos o disminuciones en el nivel
agregado de delito.
Estas variables obran como incentivos o
desincentivos de la actividad criminal.

Contrariamente a la creencia difusa, la pobreza no


constituye una causa directa de la delincuencia.
2.- FACTOR DEMOGRÁFICO Y SOCIO
CULTURAL:

Dentro de este factor se ubican variables que


operan como incentivos, grado de urbanización y
cantidad de hombres jóvenes. Y variables que
obran como barreras de ingreso a la actividad
criminal: familia, escuela y comunidad.

En efecto, dado que el crimen es un fenómeno


típicamente urbano, incrementos bruscos de
urbanización y migraciones internas se
encuentran fuertemente asociados con
incrementos en las tasas de delitos.
Las situaciones de exclusión social debidas a
la cesantía o a la marginalización prolongada,
al abandono escolar o al analfabetismo y a las
modificaciones estructurales de la familia,
parecen ser factores que se encuentran
frecuentemente entre las causas sociales de
la delincuencia.
Distintos estudios sobre el perfil del victimario han
llegado a la misma conclusión: el delito es una
actividad que involucra mayoritariamente a hombres
jóvenes, quienes constituyen el principal grupo de
riesgo o vulnerable.

Es por ello que incrementos en la proporción de


hombres jóvenes sobre el total de la población
coinciden con periodos en donde se observa un
incremento en la tasa de delitos.
3.- FACTOR INSTITUCIONAL:

Los riesgos y los costos.


El Estado interviene sobre la sociedad (sistema de
seguridad) en orden a proteger la vida, libertad y
propiedad de su población y garantizar el orden
público.

Al intervenir, desde la perspectiva de la economía


del crimen, está imponiendo riesgos y costos al
accionar criminal.
En efecto, un individuo incentivado a cometer delitos
(factor socioeconómico y demográfico), y sobre el
que existan frágiles barreras de ingreso a la
actividad criminal (factor socio-cultural) para
operar deberá sortear los riesgos (policía) y costos
(justicia y cárcel) que impone el Estado al proteger
los derechos de los ciudadanos.
Es evidente la responsabilidad institucional dada la
inadecuación del sistema de justicia penal (policía,
justicia y cárceles) a la delincuencia urbana y a su
crecimiento.
4.- FACTORES QUE SE REFIEREN AL
ENTORNO URBANO Y FÍSICO:

Entre las causas ligadas al entorno, señalamos la


urbanización incontrolada, la carencia de servicios
urbanos, la ausencia del concepto de seguridad en
las políticas urbanas, el surgimiento masivo de
espacios semi-público, estaciones, etc.), la
promiscuidad y la ilegalidad de barrios
trasformados en zonas bajo el control de pequeñas
mafias locales.
El crecimiento de la delincuencia urbana en
muchas de las grandes ciudades del mundo
durante los últimos 20 años ha llegado a
constituir un problema serio.
En los países del Norte, en los centros urbanos
de más de 100.000 habitantes la criminalidad,
en particular la pequeña delincuencia, ha
crecido en entre el 3 y el 5% anual durante los
años 70 a 90.
 A partir de los años 90, debido a políticas de
prevención y de refuerzo de aplicación de la ley,
la tasa de criminalidad urbana ha empezado a
estabilizarse con excepción de la criminalidad
de los jóvenes (12-25 años) y en particular la de
los menores (12-18 años).

 Esta criminalidad se ha vuelto siempre más


violenta y la edad de ingreso en la actividad
delictual ha disminuido de 15 a 12 años.
EN LOS PAÍSES DEL SUR

A partir de los años 80, la criminalidad común ha


crecido y tiende a aumentar hoy en día, mientras,
la violencia de los jóvenes crece de manera
exponencial.

Fenómenos como los niños de la calle, el abandono


escolar y el analfabetismo, la exclusión social
masiva, el impacto de las guerras civiles y el
comercio ilegal de armas ligeras han acentuado
este proceso.
 Este aumento de la criminalidad se desarrolla
en un contexto caracterizado por una parte por
el crecimiento del tráfico y del abuso de
drogas.
Por otra parte coexiste con la globalización de
la criminalidad organizada que contribuye a
inestabilizar regímenes políticos, a
incrementar los efectos de crisis económicas,
como en Asia o en México en la década de los
90, y que incorpora algunos jóvenes
delincuentes como mano de obra poco
costosa.
TEORÍAS DEL ETIQUETAMIENTO
O
REACCIÓN SOCIAL
(LABELLING APPROACH)
Consideran que no se puede comprender el
delito prescindiendo de la propia relación
social, del proceso social de selección de
ciertas personas y las conductas etiquetadas
como criminales.
DESDE LA TEORÍA DEL ETIQUETAMIENTO SE
SOSTIENE QUE EL DELITO NO SE DEFINE
POR EL ACTO

Sino que es una consecuencia de la norma y


sanción aplicada al sujeto llamado
"delincuente“.

“El desviado es una persona a quien el


etiquetamiento le ha sido aplicado con éxito,
por lo que el comportamiento desviado es el
que se etiqueta como tal".

Otros dos elementos estudiados por Becker
son los mecanismos sociales que tienden a
consolidar al sujeto transgresor en el status de
delincuente, así como la permanencia en ese
rol: "carrera criminal".
Un elemento central de la teoría es el énfasis
de considerar la dependencia y valoración de
la sociedad en la construcción de la norma y
el delito, ya que este no tiene una existencia
ontológica, sino que evoluciona históricamente
según coordenadas espacio-temporales.

La criminalidad que existe en lo social es


aquella surgida del establecimiento y
aplicación de la norma.
Carlos Elbert, señala que "un niño con malos
antecedentes escolares, que luego es internado en un
reformatorio y finalmente detenido por un delito,
habría caído en esa situación como consecuencia de un
proceso de etiquetamiento que le predisponía y
conducía a alcanzar el rol delincuencial que le será
asignado fatalmente".
La asunción del rol atribuido puede derivar en la
comisión habitual de delito, iniciando la carrera
criminal.

 En lo relativo al estigma que se crea sobre los
adolescentes en conflicto con la ley penal, este es
claramente selectivo ya que "funciona plenamente
en los casos donde el delincuente pertenece a
áreas marginadas, es difuso cuando se trata de
los sectores medios pero se torna inexistente
cuando pertenece a los sectores altos."

 Por tanto, el delito y la reacción social aparecen


como término interdependientes, inseparables,
recíprocas.
La marca de la persona de conducta desviada no
es nueva, y desde los inicios siempre se ha
tratado de buscar en el criminal una marca que lo
distinga.

El Derecho Penal clásico lo enlazaba con el


hecho punible, y la antropología criminal lo
centraba en la personalidad del autor.

Las malformaciones cromosómicas serían como


medio de conocimiento del delincuente.
La estigmatización sólo significa diferenciación,
destacar de forma más o menos clara a
determinadas personas y agregar la explicación
de su conducta.

El problema del control de la conducta se


simplificaría si se pudiera conocer de forma clara
el círculo de personas peligrosas socialmente por
características fácilmente identificables. La
búsqueda de esas marcas ha producido grandes
abusos (judíos, cristianos).

Cuando tiene lugar una estigmatización aparecen


consecuencias destructivas para los afectados y para
sus familias.
Para los autores más representativos, las
conductas irregulares están repartidas con
una gran igualdad entre todas las clases
sociales de la población, pero posteriormente
los mecanismos sociales conducen a una
desigual distribución del riesgo de ser
detenido, condenado posteriormente, y esos
mecanismos sociales son los que etiquetan al
individuo.
Una pequeña aparte de los autores opina que en
la clase inferior no existe una criminalidad propia,
pero ocurre que esta criminalidad es creada por
los llamados “procesos de atribución”.

Las normas son reglas de comportamiento


elaboradas por los grupos sociales, si una
persona viola estas normas será considerada
como desviada desde el punto de vista del grupo.
No interesan las causas de desviación, son el
proceso de criminalización. Una persona se
convierte en desviada cuando otras personas
más significativas la etiquetan como tal.
Se les critica que no se ocupasen de los
orígenes de la criminalidad y sólo centran su
estudio partiendo de que es el grupo social
dominante el que etiqueta al individuo.
EL CONTROL SOCIAL ES EL QUE CREA
LA CRIMINALIDAD.

El interés de la investigación se desplaza


desde el desviado y su medio hacia aquellos
grupos que lo definen como desviado.

Van a analizar los mecanismos de


funcionamiento del control social y las
carencias no las buscan en los individuos
controlados sino en aquellos que ejercen el
control.
El individuo pasa a convertirse en víctima de los
procesos de atribución y definición.

Un conducta no es delictiva por sí misma, ni su autor


será un criminal por merecimientos objetivos, son
que depende de ciertos procesos de definición y
atribución y selección al mismo tiempo.
LOS AGENTES DEL CONTROL SOCIAL
FORMAL

No detectan o declaran el carácter delictivo de


un comportamiento, sino que lo generan o
producen al etiquetarlo así.

El control social es altamente discriminatorio y


selectivo, esa etiqueta de criminal es repartida
por los mecanismos de control con el mismo
criterio de distribución que otros bienes (fama,
riqueza...) y ese criterio es el status y el rol de
las personas.
Las posibilidades de que un individuo pueda
ser etiquetado como delincuente, no
dependen tanto del delito cometido, son que
más bien dependen de la posición que ocupa
el individuo en la pirámide social.
Si en una sociedad alguien posee poder para
establecer normas (que determinen la
moralidad media), también tiene poder para
escapar a esas normas.

Los procesos de aplicación de la ley penal


constituyen los mecanismos de distribución de
la propiedad negativa criminal.

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