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Juan Calvino fue uno de los padres de la Reforma Protestante que tuvo lugar en
Europa durante el siglo XVI. Sus teorías causaron una gran controversia en la época y
dieron lugar al surgimiento del calvinismo. Gracias a sus predicaciones, Suiza se
convirtió en un refugio de todos aquellos protestantes que fueron perseguidos en el resto
de Europa.

Juan Calvino
Nació el 10 de julio de 1509 en Noyón (Francia). Ya desde pequeño empezó a mostrar
su gran talento para el estudio y, sobre todo, para las cuestiones religiosas. Por eso, sus
primeros aprendizajes los realizó orientados a la carrera eclesiástica. Ingresó en el
Collège de la Marche y en el Collège de Montaigne, reputados centros donde estudiaron
otros personajes contemporáneos importantes como Erasmo de Rotterdam.
Pero la carrera religiosa a la que se quería dedicar Calvino distaba mucho de las ideas
de su padre, quien en 1523 le envió a la Universidad de París para que empezase a
estudiar Humanidades y Derecho. Con el paso de los años, completó su formación en
ambos campos en las universidades de Bourgues y Orleáns, hasta el punto de conseguir
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doctorarse en Derecho en esta última. Su estancia en los claustros universitarios es lo


que dio forma a sus ideas humanistas y reformadas.
En 5533, Calvino abandonó el catolicismo y empezó a manifestarse como protestante.
En esa época se vio mezclado en el escándalo provocado por un discurso favorable a
las tesis luteranas pronunciado por el rector Nicolas Cop. La polémica obligó a ambos
a dejar París y a refugiarse en Basilea. Allí redactó su obra “Instituciones de la religión
cristiana” en 1536. En ella exponía la fe reformada que predicaba.
Su encuentro con el reformador ginebrino Guillaume Farel le convenció de que debía
establecerse en Ginebra. Entre 1536 y 1538 vivió en la capital helvética, donde sentó
las bases de su actividad futura. Mediante su influencia y predicación, gran cantidad de
clérigos se convirtieron al protestantismo. No obstante, tuvo un conflicto con las
autoridades por el tema de las autonomías de las iglesias. Calvino quería imponer sus
reglas, cosa que el consejo de la ciudad no aceptaba, por lo que fue expulsado de
Ginebra y se estableció en Estrasburgo.
Entre 1538 y 1541 escribió la “Epístola a Sadolet”, en lo que era una clara apología de
la Reforma, y el “Breve tratado sobre la Santa Cena”. En 1541, volvió de nuevo a
Ginebra y pudo institucionalizar una Iglesia de acuerdo con sus opiniones. Poco a poco
fue consiguiendo victorias en el terreno político y en el religioso, aunque en algunos
casos al precio de un rigor que dejaría tristes recuerdos, como la ejecución de Miguel
Servet. Calvino apoyó su condena a muerte en la hoguera.
Sin duda, los años más importantes de su carrera fueron entre 1555 y 1564. En ellos
desplegó una intensa actividad mientras reinaba la paz en Ginebra, que se convirtió en
un lugar seguro para los protestantes perseguidos en otros países. La fundación de la
Academia en 1559, dirigida por Théodore de Bèze, formó a una élite que difundiría la
Reforma por todo el territorio europeo. Además, se estableció un acuerdo entre las
iglesias de Suiza y aumentó la producción literaria Calvino, quien empezó a realizar
escritos de controversia y de enseñanza teológica, a la vez que terminaba la edición
definitiva de las “Instituciones de la religión cristiana”. Finalmente, el 27 de mayo de
1564, Calvino falleció y dejó un legado ideológico que perduraría hasta nuestros días.
La idea central de la teología de Calvino es la de la trascendencia y la de la soberanía
de Dios, muy similar a las Cinco Solas. La distancia que separa a Dios y al hombre es
tal, que es “imposible afirmar nada sobre él a no ser que él mismo lo revele”, por lo
que para el reformador, la Biblia es la única puerta para desvelar el misterio divino.
Cualquier otro conocimiento solo puede ofrecer “una imagen disforme e idolátrica de
Dios”, ya que “la inteligencia y la voluntad humanas están pervertidas y sólo pueden
dar malos frutos”.
Calvino matiza ese último punto afirmando que el hombre es malo, no por naturaleza,
sino “en su naturaleza”, que está corrompida por el pecado original. Por tanto, “sólo
puede querer el mal” y será rechazado eternamente por Dios, quien, en su misericordia,
habría enviado a su hijo para actuar como salvador. No obstante, no todos los hombres
son redimidos: “Unos están predestinados para la salvación, otros para la condena”.
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El teólogo es consciente del escándalo que supone esta doble predestinación, pero no
intenta explicarla, ya que para él se trata de un hecho probado por la experiencia.
Los sacramentos no son contemplados como unos medios o canales de la gracia, sino
como “símbolos de lafe”. Calvino sólo admite como sacramentos el bautismo y la Santa
Cena. El destino del cristiano se cumplirá “de acuerdo a las dos instituciones no
separadas pero sí autónomas: el estado educador, basado en la justicia, y la Iglesia,
pueblo de Dios animado por el Espíritu Santo”.

Nace el 10 de julio de 1509 en Noyon, Francia.

Estudios
Sus primeros estudios estuvieron destinados a la carrera eclesiástica. Su formación inicial
la recibió en el College de la Marche y en el College de Montaigne, allí
estudiaron Erasmo e Ignacio de Loyola. El padre de Calvino era abogado y en 1523 envió a
su hijo, que por entonces tenía 14 años, a la Universidad de París a
estudiar Humanidades y Derecho. A instancias de su padre, que pretendía que Juan
Calvino siguiera el camino de las leyes, se matriculó en las universidades
de Orleáns y Bourgues.

En 1532, se doctoró en Derecho en Orléans. Durante su paso por los claustros


universitarios tomó contacto con las ideas humanistas y reformadas. En abril de 1532,
cuando contaba 22 años de edad, publicó un comentario sobre el De Clementia de Séneca,
trabajo que puso en evidencia sus dotes como pensador. No está del todo claro el
momento en que Calvino se convierte al protestantismo.

Conversión al Protestantismo
Su posición en Francia se volvió precaria cuando en 1533 su amigo Nicolás Cop, rector de
la Universidad de París, dio una conferencia pública apoyando la reforma. Finalmente
Calvino se vio obligado a huir en 1535 a Basilea, Suiza, donde escribió un librito acerca de
sus nuevas creencias reformadas. Su propósito era ofrecer un resumen esencial de la fe
cristiana y defender a los protestantes franceses, por entonces sometidos a graves
persecuciones, como reales herederos de la iglesia primitiva.

Esta primera edición 1536 de Institutos de la religión cristiana, de Calvino, contenía sólo
seis breves secciones. Para la última edición 1559, había aumentado a 79 capítulos
completos. Los Institutos presentan con incomparable claridad una visión de Dios en Su
majestad, de Cristocomo profeta, sacerdote y rey, del Espíritu Santo como dador de la fe,
de la Biblia como la autoridad final, y de la iglesia como el pueblo santo de Dios. Su
doctrina de la Predestinación es la deducción de Calvino desde su creencia en la maldad
humana y de la misericordia soberana de Dios en Cristo.

Después de la publicación de los Institutos, Calvino tuvo la firme intención de dedicar su


vida al estudio. En un viaje a Estrasburgo en julio de 1536, sin embargo, se vio obligado a
desviarse a Ginebra, donde esperó quedarse sólo una noche. El apasionado Guillaume
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Farel, que había trabajado mucho para la reforma de esa ciudad, tenía otros planes.
Amenazando a Calvino con la maldición divina, Farel le persuadió a quedarse. Los
siguientes dos años fueron difíciles, ya que los rigurosos planes de Calvino para la reforma
de la iglesia y la ciudad chocaron con la arraigada indiferencia moral de Ginebra.
En 1538 Calvino y Farel fueron expulsados de la ciudad. Calvino prosiguió a Estrasburgo,
donde pasó los mejores años de su vida como pastor de la congregación francesa de la
ciudad.

Durante su estadía en Estrasburgo, Calvino escribió un influyente comentario al libro de


Romanos, supervisó la preparación de una liturgia y un salterio que más tarde usaría en
Ginebra, y se casó con la viuda Idelette de Bure. Cuando los amigos de Calvino lograron el
control del consejo de Ginebra en 1541, le pidieron que regresara, y él accedió a
regañadientes. Durante los siguientes 14 años sus reformas enfrentaron acérrima
resistencia. Algunos ginebrinos entonces, y muchos críticos más tarde, consideraron la
moral de Calvino absurdamente severa, al prohibir el teatro e intentar introducir folletos
religiosos y el canto de los salmos en las tabernas de Ginebra.

Últimos años

Durante los últimos años de Calvino, Ginebra fue el hogar de muchos religiosos refugiados
que deseaban poner en práctica una reforma como la de Ginebra en sus propios países.
Las cartas personales de él y sus obras publicadas alcanzaron desde las Islas
Británicas hasta el Báltico. LaAcademia de Ginebra, fundada en 1559, amplió el círculo de
su influencia. Su lúcido uso del francés promueve ese idioma tal como la obra de Lutero
difundió la incidencia del alemán.

Muerte
Fallece el 27 de mayo de 1564 en Ginebra, Suiza Para cuando murió, Calvino, a pesar de
su personalidad reservada, había generado un profundo amor entre sus amigos y el
intenso desprecio de sus enemigos. Su influencia, que se propagó por todo el mundo
occidental, se hizo sentir especialmente en Escocia a través de la obra de John Knox.
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Herencia de Calvino
Ante la proximidad de su muerte, redactó su testamento, diciendo:
Doy testimonio de que vivo y me propongo morir en esta fe que Dios me ha dado por medio de
Su Evangelio, y que no dependo de nada más para la salvación que la libre elección que Él ha
hecho de mí. De todo corazón abrazo Su misericordia, por medio de la cual todos mis pecados
quedan cubiertos, por causa de Cristo, y por causa de Su muerte y padecimientos. Según la medida
de la gracia que me ha sido dada, he enseñado esta Palabra pura y sencilla, mediante sermones,
acciones y exposiciones de esta Escritura. En todas mis batallas con los enemigos de la verdad no
he empleado sofismas, sino que he luchado la buena batalla de manera frontal y directa.

Referencias
Juan Calvino
(Jean Cauvin o Calvin; Noyon, Francia, 1509 - Ginebra, 1564) Teólogo y
reformador protestante. Educado en el catolicismo, cursó estudios de teología,
humanidades y derecho. Con poco más de veinte años se convirtió al
protestantismo, al adoptar los puntos de vista de Lutero: negación de la autoridad
de la Iglesia de Roma, importancia primordial de la Biblia y doctrina de la
salvación a través de la fe y no de las obras.

Juan Calvino
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Tales convicciones le obligaron a abandonar París en 1534 y buscar refugio en


Basilea (Suiza). 1536 fue un año decisivo en su vida: por un lado, publicó un libro
en el cual sistematizaba la doctrina protestante -Las instituciones de la religión
cristiana-, que alcanzaría enseguida una gran difusión; y por otro, llegó a Ginebra,
en donde la creciente comunidad protestante le pidió que se quedara para ser su
guía espiritual. Calvino se instaló en Ginebra, pero sus autoridades le expulsaron
de la ciudad en 1538 por el excesivo rigor moral que había tratado de imponer a
sus habitantes.

En 1541 los ginebrinos volvieron a llamarle y, esta vez, Calvino no se limitó a


predicar y a tratar de influir en las costumbres, sino que asumió un verdadero
poder político, que ejercería hasta su muerte. Aunque mantuvo formalmente las
instituciones representativas tradicionales, estableció un control de hecho sobre
la vida pública, basado en la asimilación de comunidad religiosa y comunidad civil.

Un Consistorio de ancianos y de pastores -dotado de amplios poderes para


castigar- vigilaba y reprimía las conductas para adaptarlas estrictamente a la que
suponían voluntad divina: fueron prohibidos y perseguidos el adulterio, la
fornicación, el juego, la bebida, el baile y las canciones obscenas; hizo obligatoria
la asistencia regular a los servicios religiosos; y fue intolerante con los que
consideraba herejes (como Miguel Servet, al que hizo quemar en la hoguera en
1553). El culto se simplificó, reduciéndolo a la oración y la recitación de salmos,
en templos extremadamente austeros de donde habían sido eliminados los
altares, santos, velas y órganos.
La lucha por imponer todas estas innovaciones se prolongó hasta 1555, con
persecuciones sangrientas, destierros y ejecuciones; después, Calvino reinó como
un dictador incontestado. Ginebra se convirtió así en uno de los más importantes
focos protestantes de Europa, desde donde irradiaba la Reforma. El propio Calvino
se esforzó hasta el final de su vida por hacer proselitismo, extendiendo su
influencia religiosa, especialmente hacia Francia.
Muerto Ulrico Zuinglio en 1531, Calvino se había erigido en el principal dirigente
del protestantismo europeo, capaz de hacer frente a la Contrarreforma católica.
El calvinismo superó pronto en influencia al luteranismo (limitado al norte de
Alemania y los países escandinavos): calvinista fue el protestantismo dominante
en Suiza y en Holanda, así como el de los hugonotes franceses, los presbiterianos
escoceses o los puritanos ingleses (que después emigraron a Norteamérica), y
otras comunidades importantes de tendencia calvinista surgieron en países como
Hungría, Polonia y Alemania.

Calvino se opuso siempre a la fusión de las iglesias reformadas inspiradas por él


con las de inspiración luterana, alegando irreductibles diferencias teológicas.
Entre éstas destaca la doctrina de la predestinación: según Calvino, Dios ha
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decidido de antemano quiénes se salvaran y quiénes no, con independencia de


su comportamiento en la vida; el hombre se salva si ha sido elegido para ese
destino por Dios; y las buenas obras no constituyen méritos relevantes a ese
respecto, sino una conducta también prevista por el Creador.

Quienes han sido destinados a la salvación han sido también destinados a llevar
una vida recta; curiosamente, esta doctrina produjo entre los creyentes
calvinistas un efecto moralizante, caracterizándose dichas comunidades por un
extremado rigor moral y una dedicación sistemática al trabajo, como Calvino
prescribió. Otras peculiaridades de su doctrina, como la de admitir el préstamo
con interés (en contraste con los católicos y con los luteranos) han permitido que
desde Max Weber algunos historiadores vieran en la ética calvinista el «caldo de
cultivo» más propicio para el desarrollo de la moderna economía capitalista.

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