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letras
jurídicas
Vol. 16, No. 1 marzo de 2011
letras jurídicas
Editada por:
SECRETARÍA GENERAL
ISSN 0122-7564
Comité Editorial:
Hubed de Jesús Bedoya Giraldo
Margarita Rosa Arredondo M.
Juan Carlos Gómez Gómez
Carlos Mario Montoya Díaz
Luis Fernando Arteaga Vélez
Clemencia Hoyos Hurtado
Richard Steve Ramírez Grisales
Secretaria: Constanza Rodríguez Calderón
Periodicidad: Semestral
Formato: 25 x 17.5 cm
Correspondencia:
Apartado 940
E-Mail: letrasjuridicas@epm.com.co
Solicitud de Canje:
Empresas Públicas de Medellín E.S.P.
Unidad Aprendizaje Organizacional A. 940
Medellín - Colombia
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electrónico o similar, sin la previa autorización escrita del titular de los derechos reservados.
Las opiniones expresadas por los autores en este número corresponden a su posición personal y no
reflejan la posición oficial de Empresas Públicas de Medellín E.S.P.
letras jurídicas
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Secretaría General
Medellín - Colombia
Vol. 16, No. 1 Marzo de 2011
CONTENIDO
Editorial .............................................................................................................................................11
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Editorial
La revista Letras Jurídicas pretende contribuir con los debates que suscitan los
cambios en las percepciones de los eventos que acompañan al derecho en los
albores de este siglo, abriendo un espacio de opinión para comunicar las ideas
en torno a tales hechos.
De acuerdo con lo anterior, la revista recoge en este número artículos sobre estas
temáticas: los conflictos regionales, que aunque no son nuevos para la sociedad,
han hecho redimensionar la concepción de la Corte Penal Internacional; las nue-
vas constituciones se ocupan del papel del Estado, más como garantizador que
como prestador, dejando en manos de los particulares el ejercicio de algunas
funciones que, hasta hace poco, se entendían como exclusivas del mismo; la
reorganización del Estado con la participación de los particulares ¿continúa o
no requiriendo de un juez especializado?; supone, además, la producción de un
derecho bajo el esquema regulatorio, que vuelve más técnica la intervención
del Estado, pero ¿supone el nacimiento de una nueva función administrativa?
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Finalmente, nos complace anunciar que ya se pueden consultar todos los nú-
meros de la Revista Letras Jurídicas en la dirección http://www.epm.com.co/
epm/web/index.htm, en el componente PUBLICACIONES de la página WEB; es
un excelente material de lectura, consulta y referenciación sobre los temas que
la revista ha tratado desde el inicio de su publicación.
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POLICROMIA
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sojuzgados. Otros ven en ella una contexto tan adverso a las libertades
especie de Comisaría Internacional, y garantías, que creo que no permite
en la cual se pueden ventilar todas albergar tales expectativas.
las diferencias con los oponentes po-
líticos y hasta con los gobernantes de Este escrito se propone, precisamente,
otros países. Tengo muy serias dudas acercarse un poco a sus orígenes, sus
sobre tantas promesas. La Corte Penal propósitos y sobre todo, señalar el
Internacional tiene unos orígenes, contexto en el que ha surgido, con el
una conformación, está presa en una fin de evaluar lo que podemos esperar
lógica de un exacerbado optimismo de ella y hasta dónde son fundadas
punitivo y se ha construido sobre un esas expectativas.
Su origen
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El optimismo punitivo
La euforia y las esperanzas que des- mente la función del proceso penal
pierta la CPI, hacen parte de un y la relación entre el delito y la pena,
fenómeno socio-cultural de alcance hasta el punto, de que la pena no de-
mundial que podríamos denominar pende del delito sino de la conducta
optimismo punitivo y que podría- procesal observada por el investigado
mos dibujar de la siguiente manera: y el mismo proceso, a la mejor manera
Después de que la teoría de la re- kafkiana, se convierte en un castigo.
acción social en los años sesenta, la La víctima adquiere un papel prota-
criminología crítica en los setenta y el gónico y aparece ahora como el centro
abolicionismo en los ochenta, hicieran de la preocupación y sus derechos
una crítica demoledora del derecho minimizan o hasta anulan, los de los
penal, hasta el punto de considerarlo procesados y condenados; se invierten
un problema social en sí mismo, hoy y pervierten principios básicos del
el derecho penal reaparece con una derecho penal; el principio de que no
fuerza inusitada; ahora se le atribuyen hay pena sin delito se transmuta en
nuevas funciones, no cesan de descu- que no hay delito sin pena (es decir,
brirse nuevos campos sociales donde ningún delito puede quedar impune),
el derecho penal tendría que hacer se proclama la imprescriptibilidad de
su entrada triunfal, se le reconceptúa ciertos delitos, se niega el principio
como un instrumento de guerra y se le del non bis in idem (nadie puede ser
dota de instrumentos de persecución juzgado dos veces por el mismo he-
alérgicos, en su misma concepción, cho), se reniega de la prohibición de
a los más elementales derechos fun- aplicar leyes penales desfavorables en
7
damentales; se desvirtúa completa- forma retroactiva, etc. . Tal vez una de
7 Sobre este punto se puede ver: SÁNCHEZ SILVA, Jesús María. “¿Nullum crimen sine poena?.
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Sobre las doctrinas penales de la “lucha contra la impunidad y del ´derecho de la víctima al
castigo del autor”, En: Cuadernos de Derecho Judicial VIII, 2007. Ed. Consejo General del Poder
Judicial, Madrid, 2008, págs. 327-361.
8 GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio. Tratado de criminología. (Introducción. Modelos teóricos
explicativos de la criminalidad. Prevención del delito. Sistemas de respuesta al crimen). Op. Cit.
pág. 37.
9 STORTINI, Luigi. En: Crítica y justificación del derecho penal en el cambio del siglo. El análisis
de la Escuela de Frankfurt. ARROYO ZAPATERO, Luis, NEUMAN, Ulfrid y NIETO MARTÍN, Adán
(coords.)Ediciones de la Universidad de Castilla La Mancha, Cuenca, 2003, pág. 16.
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dio premoderno, porque como lo dice 1. La idea de que existe una crimi-
Luigi Stortini, se vuelven a confundir nalidad internacional que podría
el derecho y la moral y, entonces, el afectar eventualmente a todos los
derecho penal se ve necesariamente Estados y que por lo tanto, todos
avocado al autoritarismo: “… porque deberían colaborar en su perse-
[se] confía en el derecho penal y a un cución. Las drogas, el terrorismo,
instrumento coercitivo, una misión el tráfico de armas, el tráfico de
pedagógica que contradice la natu- personas, la pornografía infantil,
raleza de ese instrumento, situándolo son algunos de los temas recurren-
más en una lógica autoritaria que en temente invocados en esta cruzada
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una tolerante y democrática” . Se ha punitiva.
llegado a ver en el castigo, inclusive,
un componente importante de un 2. Las dictaduras del Cono Sur en
nuevo orden democrático .
11 Latinoamérica, habían aceptado
devolver los gobiernos a los civiles
De esta manera, “[...] el derecho penal expidiendo previamente leyes de
deja de ser un medio de protección perdón y olvido, o leyes de punto
de la libertad, para convertirse en un final, por medio de las cuales ga-
medio de uso técnico y tecnológico en rantizaban que los crímenes que
función de cualquier interés político habían cometido, no fueran inves-
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o político-partidista” , así, a veces, se tigados y obviamente tampoco cas-
invoquen valores superiores como la tigados. Es decir, se autoindultaron
civilización o la humanidad entera. y autoamnistiaron.
3. Esas leyes produjeron algunas re-
El soporte de este ambiente punitivo
acciones en la llamada comunidad
podría explicarse por varios factores
internacional y esa reacción bási-
que a veces actúan con cierta inde-
camente suponía que deberían ser
pendencia y en otras, reforzándose
investigados y sancionados esos
mutuamente.
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13 BARATTA, Alessandro. “La vida y el laboratorio del derecho (1988)”, En: Criminologia y sistema
penal. Compilación in memoriam. B de F., Buenos Aires, 2004.pág. 51.
14 PASTOR, Daniel R. “El derecho penal del enemigo en el espejo del poder punitivo internacional”,
Op. Cit. pág. 488.
15 Ibídem, pág. 490.
16 BOTERO, Catalina y RESTREPO, Esteban. “Estándares internacionales y procesos de transición
en Colombia”. En: Rodrigo Uprinmy (Dir.). ¿Justicia transicional sin transición? (pp. 51 ss.). Verdad,
justicia y reparación para Colombia. Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, Bogotá,
2006, pág. 51.
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les convoca para restituirle sus dere- más que como una 21 mera agencia de
chos, restablecerles la voz inmemorial aplicación de la ley .
y violentamente silenciada sino para
otros fines como nos advierte David Pero probablemente la instrumentali-
Garland: zación más descarada es que ahora la
víctima se invoca para hacer aparecer
Si las víctimas fueron alguna como legitimo el derecho penal:
vez el resultado olvidado y
ocultado del delito, ahora han La euforia por la víctima se ha
vuelto para vengarse, exhibi- convertido en la más delirante
das públicamente por políti- euforia por el derecho penal.
cos y operadores de los medios Si la década del setenta vivió
masivos de comunicación que el interés por el delincuente,
explotan permanentemente su readaptación, tratamiento,
la experiencia de la víctima curación, y todo intento crimi-
en función de sus propios nológico, legislativo y judicial
20
intereses . no era más que la expresión de
un interés etiológico dirigido
El mismo autor señala cómo este inte- al individuo infractor, el actual
22
rés de ninguna manera transparente movimiento por la víctima pa-
hacia la víctima ha modificado sustan- rece expresar el descontento del
23
cialmente el sistema penal: Ahora, […], nada funciona , transformando
el sistema de justicia penal se afana el sistema penal hasta el punto
a reinventarse a sí mismo como una de convertirlo en “una ideología
organización de servicios dirigidos de la punición infinita”. La es-
a los individuos víctimas del delito, tructura básica del proceso penal
20 GARLAND. , David. La cultura del control. Crimen y orden social en la sociedad contemporánea. Trad.
Máximo Sozzo, ed. Gedisa, Barcelona, 2005, pág. 241.
21 Ibídem, pág. 207.
22 La preocupación por la víctima se ha considerado por algunos autores como un
contragolpe contra la preocupación resocializadora de la política criminal europea y
anglosajona de los años 60 y 70. En este sentido ver: HIRSCH, H J., Acerca de la posición
de la víctima en el derecho penal y en el derecho procesal penal. En: De los delitos y de las
víctimas. MAIER, J. B. (comp.), Ad Hoc, Buenos Aires, 1992.
23 Como resultado de una serie de investigaciones criminológicas R. Martinson publica en 1974: “What
Works? – Questions and Answers About Prison Reform”, artículo que contiene el desencanto del
nada funciona (Nothing Works), expresión que caracterizará el abandono de la criminología basada
en el ideal resocializador y su reemplazo por todas las corrientes conservadoras de mano dura en
el tratamiento del delito. Al respecto ver GARLAND, David. La cultura del control. Crimen y orden
social en la sociedad contemporánea. Gedisa, Barcelona, 2005; ANITUA, Gabriel Ignacio. Historias
de los pensamientos criminológicos, Editores del puerto, Buenos Aires, 2006.
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26 Angélica Rettbeg. “Reflexiones sobre la relación entre construcción de paz y Justicia transaccional”
en Entre el perdón y el paredón: preguntas y dilemas de la justicia transicional. Angelika Rettberg
(comp.). Universidad de los Andes, Bogotá, 2005, pág. 6.
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a la Organización
27 Mundial del Co- internacional se enfrenta a las
mercio” . insolubles irracionalidades de la
pena: ¿Qué cantidad de pena es
4. No tiene ninguna posibilidad de razonable y proporcional?
cumplir las promesas que lo ani-
man. Más que una respuesta a la 5. Recorre el camino que ha caracte-
verdad, la justicia y la reparación, rizado el derecho penal. Es decir,
puede convertirse en un poderoso tiene todos los trazos de lo que la
instrumento para perfeccionar la doctrina ha dado en llamar derecho
28
tarea de globalización económica a penal de emergencia : se postula
través de la extorsión diplomática para resolver una situación crítica o
y financiera sobre los países más coyuntural y rápidamente coloniza
débiles. La justicia internacional todas las instituciones del derecho
tendrá todas las dificultades para penal. De hecho, el Estatuto de
establecer la verdad que tienen Roma prevé la posibilidad de que
los procesos penales dentro de la en el futuro se incluyan más delitos
justicia nacional. No es raro que en la competencia de la CPI.
se tenga que contentar, como
siempre, con lo que está en los 1. Ofrece espacio de crítica mucho
autos. Por otro lado, ¿cómo pode- menor que el derecho penal que
mos estar seguros de que ahora sí conocíamos. “Hay una significativa
podamos llegar a criterios seguros pérdida en el vocabulario desde el
e indiscutibles para determinar la cuál hacer cualquier crítica, puesto
proporción entre delito y pena? La que en el discurso expandido de la
tramitación de un problema como justicia internacional, el Derecho
los que afronta la justicia interna- de la Guerra se ha fusionado con el
cional opera con mecanismos que Derecho de los Derechos Humanos.
individualizan lo que es por natu- El cambio fue, entonces, inevitable:
raleza colectivo: guerras civiles, aproximadamente quince años
dictaduras, conflictos armados o después del fin de la guerra fría,
insoportables condiciones de ava- estamos siendo testigos de la nor-
sallamiento político, económico o malización de la justicia transicio-
cultural. Obviamente, la justicia nal, como se ha visto en la actual
27 OSIEL, Mark J. “Respuestas estatales a las atrocidades masivas” En:Entre el perdón y el paredón:
preguntas y dilemas de la justicia transicional. RETTBERG, Angelika (comp.). Universidad de los
Andes, Bogotá, 2005, pág. 76.
28 William Fredy Pérez Toro y otros. Estado de derecho y sistema penal. La emergencia permanente de
la reacción punitiva en Colombia. Biblioteca Jurídica Diké, Instituto de Estudios Políticos, Universidad
de Antioquia, Medellín, 1997.
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Algunos datos
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Introducción
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4 Corte Constitucional, Sentencia C-167 de 1995. Magistrado Ponente: Dr. FABIO MORON DIAZ.
Bogotá, D.C., abril veinte (20) de mil novecientos noventa y cinco (1995).
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5 www.rae.es
6 Corte Constitucional, Sentencia C-166 de 1995. Magistrado Ponente: Dr. HERNANDO HERRERA
VERGARA. Bogotá D.C., veinte (20) de abril de mil novecientos noventa y cinco (1995).
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ridad, la misma no puede ser delegada que dichas personas pueden desem-
a personas privadas, ni siquiera bajo peñar este tipo de funciones.
autorización legal. Esta exigencia se
refiere a las funciones presidenciales 1.1 Marco constitucional
de manejo del orden público, las rela- 11
ciones internacionales, las funciones El ejercicio de funciones públicas por
de la fuerza pública, entre otras. particulares encuentra sustento en los
artículos 2, 15, 26, 45, 48, 49, 56, 68, 78,
Pero, también está facultado el legis- 79, 103, 106, 123, 131, 210, 267, 269, 270,
lador para limitar dicha asunción de 330, 342, 355, 365, 369 de la Constitu-
funciones por personas privadas, en ción Política de 1991, que materializan
razón de que por mandato expreso la posibilidad de que personas ajenas
constitucional, es competencia del al Estado asuman funciones propias
mismo determinar las condiciones en del mismo. Veamos:
Norma
Tema
Constitucional
Participación de los ciudadanos en las decisiones que los
Artículo 2
afectan
Artículo 15 Bancos de datos y archivos a cargo de personas privadas
11 Vamos aquí a darle un sentido amplio al término, es decir, vamos a enumerar las normas
constitucionales de las cuales se desprende que los particulares en Colombia pueden: cumplir
funciones públicas, funciones administrativas, administrar recursos públicos, prestar servicios
públicos, pertenecer a organismos asesores, consultivos y decisorios, integrar juntas y consejos
directivos, participar en decisiones públicas que los afecten, entre otras funciones.
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Artículo 267 El Control Fiscal podrá ser contratado con firmas privadas
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12 Al respecto es importante resaltar que a diferencia del artículo 123 Constitucional, el artículo
210 habla expresamente de funciones administrativas y no de funciones públicas. Ello es
importante porque se parte de que la función pública es un género que abarca las funciones
administrativas como especie. No obstante, el legislador e inclusive la jurisprudencia de las
altas Cortes usan indistintamente el término.
13 Sobre la discusión de si prestar servicios públicos domiciliarios es o no función pública-
administrativa, ver completo estudio en: SUÁREZ TAMAYO, David. Huida o vigencia del derecho
administrativo: el caso de los servicios públicos domiciliarios. Transformaciones y tendencias
del derecho administrativo. Tesis de grado maestría en derecho Universidad de Antioquia,
Medellín, 2009. 260 P.
14 Corte Constitucional, Sentencia C-037 de 2003. Magistrado Ponente: Dr. ALVARO TAFUR
GALVIS. Bogotá D.C., veintiocho (28) de enero del año dos mil tres (2003).
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16 Ibídem.
17 Ley 489 de 1998: Por la cual se dictan normas sobre la organización y funcionamiento de
las entidades del orden nacional, se expiden las disposiciones, principios y reglas generales
para el ejercicio de las atribuciones previstas en los numerales 15 y 16 del artículo 189 de la
Constitución Política y se dictan otras disposiciones.
18 “ARTÍCULO 110. CONDICIONES PARA EL EJERCICIO DE FUNCIONES ADMINISTRATIVAS POR
PARTICULARES. <Artículo CONDICIONALMENTE EXEQUIBLE y apartes tachados INEXEQUIBLES>
Las personas naturales y jurídicas privadas podrán ejercer funciones administrativas, salvo
disposición legal en contrario, bajo las siguientes condiciones:
La regulación, el control, la vigilancia y la orientación de la función administrativa
corresponderá en todo momento, dentro del marco legal a la autoridad o entidad pública
titular de la función la que, en consecuencia, deberá impartir las instrucciones y directrices
necesarias para su ejercicio.
Sin perjuicio de los controles pertinentes por razón de la naturaleza de la actividad, la entidad
pública que confiera la atribución de las funciones ejercerá directamente un control sobre el
cumplimiento de las finalidades, objetivos, políticas y programas que deban ser observados
por el particular.
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Por motivos de interés público o social y en cualquier tiempo, la entidad o autoridad que
ha atribuido a los particulares el ejercicio de las funciones administrativas puede dar por
terminada la autorización.
La atribución de las funciones administrativas deberá estar precedida de acto administrativo
y acompañada de convenio, si fuere el caso.
ARTICULO 111. REQUISITOS Y PROCEDIMIENTOS DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS Y CONVENIOS
PARA CONFERIR FUNCIONES ADMINISTRATIVAS A PARTICULARES. Las entidades o autoridades
administrativas podrán conferir el ejercicio de funciones administrativas a particulares, bajo
las condiciones de que trata el artículo anterior, cumpliendo los requisitos y observando el
procedimiento que se describe a continuación:
1. <Aparte tachado INEXEQUIBLE> Expedición de acto administrativo, decreto ejecutivo, en el
caso de ministerios o departamentos administrativos o de acto de la junta o consejo directivo,
en el caso de las entidades descentralizadas, que será sometido a la aprobación del Presidente
de la República, o por delegación del mismo, de los ministros o directores de departamento
administrativo, de los gobernadores y de los alcaldes, según el orden a que pertenezca la
entidad u organismo, mediante el cual determine:
a) <Literal CONDICIONALMENTE EXEQUIBLE> Las funciones específicas que encomendará a
los particulares;
b) Las calidades y requisitos que deben reunir las entidades o personas privadas;
c) Las condiciones del ejercicio de las funciones;
d) La forma de remuneración, si fuera el caso;
e) La duración del encargo y las garantías que deben prestar los particulares con el fin de
asegurar la observancia y la aplicación de los principios que conforme a la Constitución Política
y a la ley gobiernan el ejercicio de las funciones administrativas.
2. <Apartes tachados declarados INEXEQUIBLES> La celebración de convenio, si fuere el caso,
cuyo plazo de ejecución será de cinco (5) años prorrogables y para cuya celebración la entidad
o autoridad deberá:
Elaborar un pliego o términos de referencia, con fundamento en el acto administrativo
expedido y formular convocatoria pública para el efecto teniendo en cuenta los principios
establecidos en la Ley 80 de 1993 para la contratación por parte de entidades estatales.
Pactar en el convenio las cláusulas excepcionales previstas en la Ley 80 de 1993 y normas
complementarias, una vez seleccionado el particular al cual se conferirá el ejercicio de las
funciones administrativas.
ARTICULO 112. REGIMEN JURIDICO DE LOS ACTOS Y CONTRATOS. La celebración del convenio
y el consiguiente ejercicio de funciones administrativas no modifica la naturaleza ni el
régimen aplicable a la entidad o persona privada que recibe el encargo de ejercer funciones
administrativas. No obstante, los actos unilaterales están sujetos en cuanto a su expedición,
y requisitos externos e internos, a los procedimientos de comunicación e impugnación a las
disposiciones propias de los actos administrativos. Igualmente si se celebran contratos por
cuenta de las entidades privadas, los mismos se sujetarán a las normas de contratación de
las entidades estatales.
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Norma Tema
1 Ley 27/27 Fondo Nacional del Café
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los hechos y las bases gravables, y las establecidos con carácter obli-
tarifas de los impuestos. gatorio por la ley, que afectan a
un determinado y único grupo
La ley, las ordenanzas y los acuerdos social y económico y se utilizan
pueden permitir que las autoridades para beneficio del propio sector.
fijen la tarifa de las tasas y contri- El manejo, administración y
buciones que cobren a los contribu- ejecución de estos recursos se
yentes, como recuperación de los hará exclusivamente en la forma
costos de los servicios que les presten dispuesta en la ley que los crea
o participación en los beneficios que y se destinarán sólo al objeto
les proporcionen; pero el sistema y previsto en ella, lo mismo que
el método para definir tales costos los rendimientos y excedentes
y beneficios, y la forma de hacer su financieros que resulten al cierre
reparto, deben ser fijados por la ley, del ejercicio contable.
las ordenanzas o los acuerdos.
Las leyes, ordenanzas o acuerdos “Las contribuciones parafiscales
que regulen contribuciones en administradas por los órganos
las que la base sea el resultado que formen parte del presu-
de hechos ocurridos durante un puesto general de la Nación se
período determinado, no pueden incorporarán al presupuesto so-
aplicarse sino a partir del período lamente para registrar la estima-
que comience después de iniciar ción de su cuantía y en capítulo
la vigencia de la respectiva ley, separado de las rentas fiscales y
ordenanza o acuerdo.”
22 su recaudo será efectuado por
los órganos encargados de su
administración.”
2.2 Consagración legal
La ley, en cambio, sí define las contri-
buciones parafiscales; lo hace en el 2.3 Desarrollo jurisprudencial
artículo 29 del Estatuto Orgánico del
Presupuesto (Decreto 111 de 1996) que La Corte Constitucional en diversas
establece: sentencias se ha pronunciado sobre
este tipo de contribuciones. A conti-
“Artículo 29.- Son contribucio- nuación se hará una relación de las
nes parafiscales los gravámenes sentencias estudiadas.
22 Ibídem.
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27 Ibídem.
28 Restrepo, Juan Camilo. Hacienda Pública. Universidad Externado de Colombia. Bogotá, 1992.
pag 124. Citado por la Corte Constitucional en Ibídem.
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29 Corte Constitucional, Sentencia C-308 de 1994. Magistrado Ponente: Dr. ANTONIO BARRERA
CARBONELL. Bogotá D.C., siete (7) de julio de mil novecientos noventa y cuatro (1994).
30 Citada por la Corte Constitucional en Ibídem.
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36 Corte Constitucional, Sentencia C-840 de 2003. Magistrada Ponente: Dra. CLARA INÉS VARGAS
HERNÁNDEZ. Bogotá D. C., veintitrés (23) de septiembre de dos mil tres (2003).
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37 Corte Constitucional, Sentencia C-308 de 1994. Magistrado Ponente: Dr. ANTONIO BARRERA
CARBONELL. Bogotá D.C., (7) de julio de mil novecientos noventa y cuatro (1994).
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38 Corte Constitucional, Sentencia C-543 de 2001. Magistrado Ponente: Dr. ALVARO TAFUR GALVIS.
Bogotá D.C., veintitrés (23) de mayo del año dos mil uno (2001).
39 Luciano Parejo Alfonso, A. Jiménez Blanco y L. Ortega Álvarez. En: Manual de Derecho
Administrativo. Ed. Ariel Derecho. 5° edición. 1998, Barcelona, España. “La actividad
administrativa de fomento”.
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40 Corte Constitucional, Sentencia C-181 de 2002. Magistrado Ponente: Dr. MARCO GERARDO
MONROY CABRA. Bogotá, D.C., doce (12) de marzo de dos mil dos (2002).
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41 Corte Constitucional, Sentencia C-308 de 1994. Magistrado Ponente: Dr. ANTONIO BARRERA
CARBONELL. Bogotá D.C., siete (7) de julio de mil novecientos noventa y cuatro (1994).
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42 Ibídem.
13 Ibídem.
44 Corte Constitucional, Sentencia C-167 de 1995. Magistrado Ponente: Dr. FABIO MORON DIAZ.
Bogotá, D.C., abril veinte (20) de mil novecientos noventa y cinco (1995).
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45 Ibídem
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los recaudadores? Si dice que son Por tanto, se tiene que la administra-
recaudadores y el código penal ción de recursos públicos hace parte
me tilda de recaudador y es una de una tarea estatal, que en virtud
atribución que le ha dado la ley, de un mandato legal que materializa
pues creo que ahí sí cumplen una el principio de participación de los
función pública/administrati- ciudadanos y de consecución de los
va. Lo que pasa es que tienen fines estatales en beneficio del interés
particularidades muy regladas general, permite que personas de de-
y ligadas a unas normas muy recho privado desarrollen actividades
estrechas que no me permiten de recaudo, administración, fomento,
sino recaudar y pagar. En fin, desarrollo, defensa y promoción de
pues la hipótesis está abierta y un sector de la economía. Además,
se puede dar. se reitera que los entes que adminis-
tran recursos parafiscales no reciben
…Los particulares que adminis- dichos fondos para integrarlos a una
tran recursos públicos, en mi actividad de tipo privado, pudiendo
opinión sí. Tanto que me pueden realizar actos dispositivos sobre los
acusar de peculado. Yo sostengo mismos, sino que los reciben para
la tesis de que ahí mismo está desempeñar funciones públicas que
irradiado por los 300 mil o 400 el Estado en virtud de la ley les ha
mil colombiano que recaudamos encomendado. De ello, se desprende
el IVA que tenemos esa función que no cabe duda alguna sobre la exis-
¿Si no ejercemos esa función, tencia de una verdadera función de
entonces quién lo hace? El Es- tipo administrativo y acertadamente
46
tado” . así lo ha reconocido la jurisprudencia.
59
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47 Corte Constitucional: Sentencia C-181 de 2002. Magistrado Ponente: Dr. MARCO GERARDO
MONROY CABRA. Bogotá, D.C., doce (12) de marzo de dos mil dos (2002).
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61
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50 Ibíd. 54.
62
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51 Ibíd.
52 Sala Plena de lo contencioso administrativo. Consejero ponente: MAURICIO TORRES CUERVO.
Bogotá, veinticuatro (24) de marzo de dos mil nueve (2009). Radicación número: 25000-23-
25-000-2004-00739-01(IJ)AP.
53 Ibíd.
63
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54 Ibídem.
55 Ley 489 de 1998, artículo 112.
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57 Ibíd.
58 La ley 200 de 1995: Anterior Código Disciplinario Único: hacía referencia a los particulares
que administran los recursos de que trata el artículo 338 de la Constitución. La nueva ley de
manera específica califica los recursos públicos, lo cual, resalta la importancia del trabajo de
determinación sobre las características de los parafiscales.
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62 Corte Constitucional, Sentencia C-181 de 2002. Magistrado Ponente: Dr. MARCO GERARDO
MONROY CABRA. Bogotá, D.C., doce (12) de marzo de dos mil dos (2002).
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5. Conclusiones
Es claro que en nuestro ordenamiento casos de particulares que adminis-
jurídico se permite que particulares tran recursos públicos, lo cual, debe
asuman funciones inherentes al ente alertar al ente estatal en la tarea de
estatal, en especial, funciones admi- los controles y responsabilidades de
nistrativas; así lo confirman la propia estos sujetos, buscando, reafirmar
Constitución, la Ley 489 de 1998, las normas y principios de derecho
Decreto 01 de 1984 y demás normas público que garanticen que se puedan
estudiadas. Incluso la jurisprudencia alcanzar favorablemente las finali-
y la doctrina reconocen y caracterizan dades perseguidas, generando una
el alcance y sentido de la figura, en democracia de proximidad con los
virtud de que son numerosos los casos ciudadanos sin olvidar los intereses
de privados que asumen este tipo de superiores del Estado.
funciones y de que no pareciera existir
otra forma para que el Estado pueda Es por ello que se hace ineludible
cumplir a cabalidad las funciones que en estos eventos sea necesario
que constitucionalmente se le han someter al particular a un control fis-
encomendado. A dicho fenómeno se cal, disciplinario y penal; además, es
le conoce con el nombre de descentra- necesario garantizar la indemnidad
lización por colaboración. del patrimonio público, lo cual, se
logra sometiendo al particular a los
En el caso específico de los recursos regímenes de contratación estatal o
públicos y las cuotas de fomento al régimen especial si la ley lo esta-
parafiscal, es imperioso reconocer la blece, pero en todo caso cumpliendo
propiedad estatal sobre los mismos, con los principios propios del ejer-
con independencia de la naturaleza cicio de funciones administrativas
del ente que los administra, lo cual (artículo 209 CP, 3 de la Ley 489 de
permite garantizar la prevalencia del 1998 y 3 del CCA), en especial los de
interés general y la salvaguarda del publicidad, igualdad, transparen-
patrimonio público. cia, moralidad, imparcialidad) caso
en el cual no puede olvidar que los
Así como puede verse en las distintas recursos que administra son pro-
normas citadas, son numerosos los piedad de todos los ciudadanos y en
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ningún caso hacen parte de su patri- garantía del bienestar general, lo cual
monio privado. no debe propiciar un desconocimiento
de la norma pública pues parece claro
En síntesis, la descentralización por que someter al particular a normas de
colaboración es un instrumento idóneo orden privado no se corresponde con
que permite a los privados asumir ta- las garantías e integridad del patri-
reas que el Estado de otra forma no po- monio público. Así, no se debe olvidar
dría asumir, por tanto, es una función que es el derecho público el llamado a
que por naturaleza propende por la regular la función pública en general.
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El juzgamiento especializado de la
administración pública dentro del sistema
1
de dualidad de jurisdicciones
Palabras Clave
1 Este artículo constituye un avance del proyecto de investigación para optar al título de abo-
gado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, inscrito
en el Centro de Investigaciones Jurídicas de dicha institución y que lleva por título: “El juez
contencioso administrativo, guardián de la democracia y del Estado de derecho: un estudio
sobre la pertinencia del sistema de dualidad de jurisdicciones”, cuyo asesor temático es el
Profesor Fabián Gonzalo Marín Cortés.
* Egresado del programa de Derecho de la Universidad de Antioquia, integrante del Centro
de Investigaciones en Derecho Público de Medellín, dirigido por el Dr. Fabián Gonzalo Marín
Cortés.
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Introducción
Entre las variadas discusiones teóricas de una jurisdicción especializada en
que nutren el universo del derecho este tipo de litigios – distinta de la
administrativo, como régimen jurídico ordinaria – y totalmente autónoma de
especial aplicable a la organización la rama ejecutiva (caso colombiano), o
y funcionamiento de la administra- la presencia de jueces especiales para
ción pública, ocupa un lugar central juzgar a la administración, pero al
aquella relacionada con la índole del interior de la jurisdicción común (caso
juez competente para controlar a las español y de la mayoría de países de
autoridades, atendiendo al loable pro- Latinoamérica).
pósito de garantizar su pleno someti-
miento a la ley y al ordenamiento – es La estructuración de estos diversos
decir, la eficacia integral del principio sistemas de control jurisdiccional de
de legalidad –, así como la defensa de la administración pública es resultado,
los derechos e intereses de los admi- además de procesos históricos, polí-
2
nistrados . ticos y económicos internos de cada
nación – que determinan el modelo de
Al respecto se han ensayado varias fór- organización de la rama jurisdiccional
mulas, que van desde la proscripción del poder público – de la concepción
de la potestad de los jueces ordinarios del derecho administrativo asumida
para intervenir en la actuación de en estas latitudes, o, en otras pala-
las autoridades administrativas y la bras, del grado de autonomía que
asunción de esta competencia juris- se reconoce a las reglas sustanciales
diccional por órganos ubicados al in- aplicables a las autoridades públicas
terior del mismo poder ejecutivo (caso en relación con las del derecho priva-
francés), hasta la homogenización del do. Sin embargo, tales sistemas no
control jurisdiccional, sin importar la se encuentran plenamente consoli-
naturaleza de los sujetos de la relación dados, sino que se comunican entre
procesal y la posibilidad de que el juez ellos, dando lugar a la introducción
ordinario resuelva las controversias de criterios foráneos vinculados a los
administrativas (caso anglosajón), esquemas jurisdiccionales existentes,
pasando por alternativas intermedias, lo cual amerita reflexiones en torno a
como las que conciben la existencia las fortalezas y debilidades de éstos.
2 SÁNCHEZ MORÓN, Miguel. Derecho Administrativo: Parte General. Madrid: Tecnos, 2005. p.
824. Ha señalado este autor que: “Mediante la intervención judicial se persigue, pues, un
doble objetivo. Por una parte, tutelar los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos,
que constituye la dimensión subjetiva del control judicial. Por otra, garantizar la legalidad de
la acción administrativa, esto es, su sometimiento pleno a la ley al Derecho (sic), (…).” p. 824.
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3 Se trata de las llamadas acciones de nulidad por inconstitucionalidad de los decretos dictados
por el Gobierno Nacional, cuyo conocimiento no corresponde a la Corte Constitucional, del
contencioso electoral, de la impugnación y declaratoria de suspensión provisional de los actos
administrativos y de la competencia consultiva en los casos de tránsito de tropas extranjeras
por el territorio nacional, de estación o tránsito de buques o aeronaves extranjeros de guerra,
en aguas o en territorio o en espacio aéreo de la Nación. Mientras que la competencia consul-
tiva en otros eventos, así como su facultad de presentar proyectos de ley y su conocimiento
de los casos de pérdida de investidura de los congresistas, aunque también fijados constitu-
cionalmente, están sujetos a lo que establezcan las leyes. La Constitución también dispone
que el Consejo de Estado coadyuve en la elección de algunos funcionarios del Estado, entre
ellos magistrados del Consejo Superior de la Judicatura-Sala Administrativa-, de la Corte
Constitucional, así como del Procurador General de la Nación, del Contralor General de la
Nación, y del Auditor General de la Nación, sin agotar el listado.
4 PARADA, J. Ramón. Justicia administrativa e irresponsabilidad de los servidores públicos. En:
Revista de Administración Pública, Nº 153, Sept. – Dic. 2000. En sitio web: http://dialnet.
unirioja.es/servlet/articulo?codigo=17514. Consultado el 3 de junio de 2010. p. 76.
77
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5 VIDAL PERDOMO, Jaime. Derecho administrativo. 13ª ed. Bogotá: Legis, 2008. p. xxii-
xxii.
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6 GALINDO VÁCHA, Juan Carlos. Lecciones de Derecho Procesal Administrativo. Vol. I., 2ª ed.
Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2006. p. 85.
7 BRAIBANT, Guy. La jurisdicción administrativa en derecho comparado. En: Historia y perspectivas
de la jurisdicción administrativa en Francia y en América Latina. Coloquio conmemorativo del
bicentenario del Consejo de Estado francés. Bogotá: Temis, 1999, p. 336.
8 RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, Libardo. La justicia administrativa en el derecho comparado y en
Colombia. Ponencia presentada en el II Congreso Iberoamericano de Derecho Administrativo,
realizado en la ciudad de Monterrey (México), durante los días 28 a 30 de abril de 2005. En:
www.bibliojuridica.org/libros/5/2391/20.pdf, p. 470.
9 Retomando las palabras de BRAIBANT, puede decirse que “La distinción fundamental (…),
reposa sobre dos filosofías diferentes y creo contrapuestas. La primera filosofía considera
que el Estado, la administración y los servicios públicos, deben estar sometidos al mismo
régimen, al mismo estatuto, y por consiguiente a los mismos jueces que los particulares, y
la filosofía desemboca en lo que llamamos el monismo, es decir, una sola jurisdicción tanto
para la administración, como para los particulares. La otra filosofía es aquella que consiste
en pensar que la administración es muy diferente, muy específica, a la vez por su tamaño,
por el servicio público, y que todo esto constituye un régimen administrativo que debe ser
manejado por un juez diferente”. Op.cit., BRAIBANT, p. 336.
79
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listas . A continuación se analizarán risdicción común. Sin embargo, tal es
sus notas características, así como los la concepción más original y extrema
rasgos que han sido flanco de críticas de esta clase de sistemas, y además,
al interior de ellos. dicho criterio no puede acogerse hoy
de manera definitiva, debido a los
1.1 Los sistemas monistas acercamientos que reflejan sus parti-
darios, al pluralismo jurisdiccional o a
La doctrina suele atribuir este nombre la institucionalización de reglas espe-
a los modelos de control jurisdiccional ciales de derecho administrativo que
de las autoridades administrativas, en regulan la actuación de los órganos
los cuales la inspección de la legalidad públicos en determinados sectores
de su conducta se efectúa por los jurídicos. Por lo que resultaría más
mismos jueces que se encargan de acorde a la realidad acudir al con-
fallar las controversias de los particu- cepto que introduce BRAIBANT, para
lares, o sea, por los jueces ordinarios, ubicar estos sistemas en la categoría
en la medida en que no opera una de “monismo atenuado”.
distinción de las reglas sustantivas
y procesales, ni del funcionario ju- Este esquema judicial opera principal-
dicial competente, por virtud de la mente en el contexto anglosajón – sin
naturaleza de los sujetos inmersos en dejar de lado la aplicación de algunos
el litigio. También se conocen estos de sus rasgos en otros países de la
sistemas, como de unidad de jurisdic- familia romano germánica, como es
ción o, en términos de Jesús GONZÁ- el caso de la mayoría de estados de
11
LEZ PÉREZ, de “unidad tradicional” , América Latina –, pues tanto en In-
considerando que el juzgamiento de glaterra como en los Estados Unidos,
la administración no se encomienda en principio, es al juez ordinario a
a jueces especializados, sino a la ju- quien se dirigen las demandas contra
10 Alberto MONTAÑA PLATA clasifica en cuatro los modelos de control judicial de la actuación
administrativa: el control judicial ejercido por la misma administración pública (caso francés),
el desarrollado por la jurisdicción ordinaria (caso británico, de los países anglosajones y de
algunos europeos, entre ellos Bélgica), el llevado a cabo por la jurisdicción ordinaria a través
de jueces especializados (caso español) y, finalmente, el control judicial ejercido por una
jurisdicción de lo contencioso administrativo (caso colombiano). Véase MONTAÑA PLATA,
Alberto. Dimensión teórica de la jurisdicción contencioso administrativa en Colombia. Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 2005.p.35-62. En el presente artículo se acogerá la clasifi-
cación más general de los sistemas – compartida por Guy BRAIBANT y Libardo RODRÍGUEZ – en
monistas y dualistas o pluralistas, introduciendo en estos últimos las distintas modalidades
de ejercicio del control judicial de la actuación administrativa, sobre los que llama la atención
MONTAÑA PLATA y considerando, también, el caso francés como un ejemplo de pluralidad
jurisdiccional.
11 GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. Manual de derecho procesal administrativo. Madrid: Editorial Civitas,
2001. p. 100
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las entidades y servidores de la ad- del derecho . Se ha asumido como
ministración, lo cual responde a una una realidad que a partir de los años
concepción equitativa del derecho, 70, y especialmente desde 1990, los
que se resiste a la existencia de un ré- anglosajones se han venido dotando
gimen jurídico especial y de tribunales progresivamente de un verdadero
13
independientes para las autoridades derecho público administrativo .
administrativas, al considerar que ta-
les privilegios quebrantan la igualdad Del mismo modo, al interior de los sis-
y colocan en riesgo los derechos de temas monistas, la afirmación de que
los ciudadanos, frente a un juez que la especialidad de las reglas jurídicas
se presume carente de imparcialidad. aplicables a la administración pública
Por ende, la tendencia que opera en la torna imperativa la presencia de fun-
tradición del Common Law, es la de la cionarios profesionalmente formados
unidad del derecho en conexión con en estos asuntos, se ha visto reflejada
la unidad procesal y jurisdiccional; en en la constitución de “tribunales ad-
esta lógica, se ha llegado equívoca- ministrativos” (cuerpos colegiados
mente a pensar que en tales países no que ejercen función administrativa),
existe un derecho administrativo, en con competencia para resolver en
cuanto régimen sustantivo autóno- sede gubernativa los conflictos que
mo, con reglas propias, diferenciables tienen que ver con ciertas materias
de las que se aplican a las relaciones de derecho público, antes de acudir a
privadas. la jurisdicción ordinaria, y de salas y
cortes especializadas en llevar a cabo
Si bien, aún el sistema anglosajón el control sobre la administración. En
conserva importantes diferencias con otras palabras, como lo explica Guy
14
el Droit Administratif, también se ha BRAIBANT , el monismo puro se ha
reconocido, tanto en Inglaterra como atenuado con la existencia de cuasi-
en los Estados Unidos, la formación jurisdicciones administrativas, uno
de un verdadero administrative law, de cuyos ejemplos lo constituyen
compuesto por los reglamentos (sta- los administrative tribunals ingleses,
tutes) o codificaciones en materia encargados de resolver conflictos rela-
administrativa, que constituyen una cionados con temas como la seguridad
clara excepción a la dinámica de los social, los impuestos, la inmigración,
precedentes en la etapa de aplicación el servicio nacional de salud y el em-
81
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pleo , así como de salas especiales Argentina, Venezuela y Brasil, entre
al interior de las cortes o tribunales otros, se han inclinado por la unidad
ordinarios (como la Administrative de jurisdicción o monismo atenuado.
Court inglesa) y de verdaderas cortes Sin embargo, como lo aclara Juan Car-
especializadas, sin perjuicio de que en los CASSAGNE, aquéllos se distancian
los niveles inferiores de la jurisdicción del modelo norteamericano por la
el control de la administración públi- adopción de un sistema judicialista
ca sea ejercido por jueces ordinarios, puro, basado en la interdicción del
como sucede en los Estados Unidos y ejercicio de funciones jurisdiccionales
16
en Polonia . por parte del ejecutivo, en virtud de
la prohibición contenida en la Consti-
En este orden de ideas, si bien el con- tución de Cádiz de 1812, sin par en el
trol jurisdiccional de la administra- sistema estadounidense. Dicha Carta
ción pública radica, en últimas, en la inspiró la organización jurisdiccional
jurisdicción ordinaria, el surgimiento latinoamericana, quedando en esta
en algunos países que acogen el mo- vedado, por regla general, a los entes
nismo, de jueces o salas especializadas administrativos ejercer funciones ju-
para conocer de esta clase de litigios risdiccionales, salvo razones de espe-
– aunque sin constituir una jurisdic- cialidad y sujetas a un control judicial
ción autónoma – (tal es el caso de suficiente. Este modelo se diferencia
España, Costa Rica, Perú, Venezuela, del sistema norteamericano, en el que
Argentina, China, Hungría, Suiza y se reconoce de manera generalizada
17
varios países de África) refleja una una llamada “jurisdicción administra-
clara tendencia al reconocimiento de tiva primaria”, encargada de ejercer
la necesidad de someter a las auto- en primera instancia el control legal
ridades ante funcionarios judiciales de la conducta administrativa, aun-
más preparados en este ámbito del que al interior de la administración
saber jurídico y al mismo tiempo, la misma. Sin embargo, como lo señala
evolución de normas especiales que el autor, la configuración de esta
excepcionan el derecho común, aten- modalidad de ejercicio de funciones
diendo a la naturaleza de la actuación judiciales por entes administrativos
administrativa y de los sujetos que la no puede conllevar a la asimilación
ejecutan. del sistema monista norteamericano
con el esquema francés (en el que el
No obstante lo anterior, ciertos países juez administrativo es un verdadero
iberoamericanos, como España, Perú, juez, pero orgánicamente ubicado en
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el fallador, por cuanto el juez admi- más benigno frente al fuero común de
23
nistrativo conserva, supuestamente, los tribunales ordinarios” . Esta apre-
una tendencia a favorecer lo público, ciación la comparte Ramón PARADA
por encima de los derechos del ciu- cuando señala que esta jurisdicción
dadano, al hundir este modelo sus “es una justicia que no enjuicia a los
raíces en el autocontrol efectuado por verdaderos responsables de la activi-
la administración en la Francia post- dad administrativa, los políticos o los
revolucionaria – durante los años en funcionarios, sino a su fachada, los
los cuales juzgar a la administración actos administrativos, y que no conde-
seguía siendo administrar – y que na nunca a aquéllos sino al conjunto
posteriormente se expandió a otras de la ciudadanía, es decir, al Estado y
24
latitudes. Estas críticas se basan, por demás administraciones públicas” ,
consiguiente, en la idea de que un con- dando a entender que los jueces ad-
trol jurisdiccional de esta naturaleza ministrativos suelen “proteger” a los
legitima una prerrogativa arbitraria funcionarios de sanciones drásticas,
a favor de los cuerpos administrati- prefiriendo el enjuiciamiento de la
vos y hace del proceso un escenario persona estatal.
al cual los administrados ingresan en
posición de desventaja, por cuenta Para BRAIBANT el fundamento filo-
de un árbitro salido históricamente sófico de este esquema de control
del poder ejecutivo, cercano a las au- jurisdiccional de la administración
toridades, y que, como si fuera poco, radica en la especificidad de ésta,
ostenta la facultad de aconsejarlas. pues considera, con acierto, que los
entes administrativos no son perso-
Así pues, como lo expresan Eduardo nas morales comunes, sino que se
GARCÍA DE ENTERRÍA Y Tomás-Ramón distinguen de los demás sujetos, por
FERNÁNDEZ, la atribución del carácter tener una finalidad de interés general
parcializado a esta clase de jueces y unos medios excepcionales para
radica en el hecho de que “durante llevar a cabo este cometido, los cuales
mucho tiempo la jurisdicción conten- exigen un tratamiento jurisdiccional
cioso-administrativa ha aparecido disímil, que se asegura de mejor ma-
como sospechosa de ser un fuero nera, sometiendo la administración
25
privilegiado de la administración y a un juez diferente . A pesar de que
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pueden clasificarse en dos niveles: entre ellos, el de los actos de poder vs.
las que se inspiran en la etapa pre- los actos de autoridad, el del servicio
procesal y aquéllas que se plantean público, el de los servicios industriales
por su repercusión en el proceso ju- y comerciales, y el de la gestión pú-
29
risdiccional. blica vs. la gestión privada . Sin em-
bargo, se afirma que dichas nociones
Frente a la etapa pre-procesal, se ha jurisprudenciales suelen presentarse
señalado que el sistema de dualidad tarde – esto es, generalmente cuando
de jurisdicciones, al concebir la exis- ya se ha trabado “equívocamente” la
tencia de una jurisdicción especia- relación jurídico-procesal – poniendo
lizada en resolver las controversias en riesgo el derecho esencial del ciuda-
administrativas, al lado de la justicia dano a acceder a la administración de
ordinaria, genera la dificultad de la justicia, ya que “dada la alternatividad
distribución de competencias entre de jurisdicciones, no siempre cuenta
las dos, pues se parte de la premisa, con la suficiente claridad para definir
según la cual, por razones prácticas, la frontera de competencias entre una
30
no todos los asuntos de la administra- y otra” .
ción pueden ser llevados a los estrados
contencioso administrativos, y de que Por otra parte, las críticas al sistema
es la ley la encargada de la distribución de dualidad de jurisdicciones también
de competencias; no obstante, se alcanzan el proceso contencioso admi-
aduce que muchas veces el legislador nistrativo, pues, partiendo de los pro-
guarda silencio sobre el juez natural blemas prácticos derivados del diseño
de ciertas materias, y es allí cuando la de las normas adjetivas y de la carga
jurisprudencia se ve obligada a suplir de expedientes de los despachos, ha
la voluntad de aquél mediante los llegado a endilgársele la causa de la
31
llamados criterios de competencia, congestión judicial , así como de la
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endémico del sistema judicial colom- nes, Beatriz ARIZA DE ZAPATA propo-
biano, que no pocas veces disuade a ne, dentro de la etapa de admisión de
los ciudadanos de iniciar un proceso, la demanda, una mayor concreción de
debido a la tardanza en la solución de las partes intervinientes en los proce-
la controversia; igualmente se conclu- sos, así como la exigencia de allegar
yó que las causas del represamiento todos los documentos que se encuen-
están asociadas a la falta de recursos tren en poder del demandante y que
de los despachos; a la interposición de pretenda hacer valer, la verificación
demandas innecesarias; a la ineficacia de la demanda en forma, de la com-
de la conciliación y, en general, a la fal- petencia y de la jurisdicción del juez.
ta de cultura que obstaculiza la utili- En la etapa probatoria, recomienda
zación de los mecanismos alternativos limitar los testimonios, así como la
de resolución de conflictos; a las con- designación y notificación telefónica
diciones sociales del entorno (y al ma- a los peritos y curadores ad-litem de
yor conocimiento de sus derechos por las providencias judiciales, al igual que
parte del ciudadano); a la desatención a los abogados en las conciliaciones
del Estado, traducida en el desacato prejudiciales, el decreto de oficios de
de las leyes y de la jurisprudencia por manera perentoria, de pruebas de
parte de las entidades estatales; al oficio, y de sentencias y autos que
abuso jurídico de los litigantes hacia acepten la revocación o renuncia al po-
34
los incentivos económicos previstos der . Por su parte, Juan Gabriel ROJAS
para las acciones populares; a la dis- LÓPEZ observa como paso ineludible
tribución inadecuada de los procesos para una tutela judicial efectiva de
entre los juzgados y los tribunales los administrados, reducir, y de esta
administrativos; a la tramitología o manera, simplificar los variados y
demora en la solución del caso, por confusos instrumentos procesales que
conductas negligentes de las partes, existen actualmente en el derecho
y a la poca capacidad instalada de los colombiano, y que suelen obstaculizar
33
funcionarios . el acceso a la justicia administrativa,
por la inadecuada escogencia de la ac-
Por ello, entre las “mejores prácticas” ción, poniendo en peligro los derechos
35
para tratar de remediar estas situacio- individuales y colectivos .
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43 GEORGES VEDEL y PIERRE DELVOLVÉ. Droit administratif, t.I., 11ª ed., París, PUF, 1990, p. 87 TL.
Citado por: OSPINA GARZÓN, Andrés Fernando. De la jurisdicción administrativa a la jurisdicción
de lo contencioso administrativo: ¿un viaje de ida y vuelta? Serie de Derecho Administrativo
Tomo 5. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2009. p. 15.
44 AUCOC, Léon. Conférences sur l’Administration et le Droit administratif faites à l’Ecole impériale
des Ponts et Chaussées, t. I, París, Dunod, 1869. Citado por: OSPINA GARZÓN, Ibídem, p. 53.
45 RIVERO, Jean. Derecho Administrativo. 9ª ed. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1984.
p. 19-20.
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por valores como la libre competencia Sin lugar a dudas, hoy en día la reali-
y la autonomía de la voluntad. dad ofrece otra perspectiva, dada la
extensa regulación legal y reglamen-
1.2.2.2 Su protagonismo en la taria que se ha desarrollado respecto
elaboración del derecho admi- de las principales materias de este de-
nistrativo recho; por lo que sería desmedido atri-
buir, en lo fundamental, la creación
“El Derecho administrativo es un De- de las instituciones administrativas
recho elaborado esencialmente por el a la jurisprudencia. Pero esa misma
46
Juez” . Con esta frase comienza Geor- realidad tampoco puede desconocer,
ges VEDEL la sección II de su obra, que como lo afirma VEDEL, que “en Dere-
dedica al tema de los “caracteres ge- cho administrativo, las normas más
nerales del Derecho administrativo”; importantes han sido enunciadas por
49
resalta que durante mucho tiempo el juez” .
esta rama jurídica se ha caracterizado
por su falta de codificación, siendo El constante vínculo del juez conten-
en buena medida, no legislativo, ya cioso con la administración, de la que
que “[e]n ciertos casos el legislador históricamente es producto y aún hace
enuncia principios tan generales (por parte de ella en la realidad francesa,
ejemplo, principio de separación de ha consolidado su conocimiento en
las autoridades administrativa y ju- los temas del derecho público, al que
dicial) que su contenido en realidad ha contribuido de una manera decisi-
lo determina el juez. En otros casos, va, junto a la doctrina, a través de la
solo regula supuestos particulares, creación de las principales institucio-
dejando una gran masa de casos liti- nes jurídico-administrativas que hoy
giosos fuera del campo de aplicación nutren la actividad de las entidades y
47
de los textos” . En un mismo sentido, hacen posible la valoración de la juri-
Franck MODERNE, resalta la función dicidad de la conducta de sus funcio-
protagónica del juez contencioso en narios. Instituciones como el servicio
la formación del derecho adminis- público, las prerrogativas públicas, el
trativo, como derecho ampliamente principio del interés general, el contra-
48
jurisprudencial . to administrativo y la responsabilidad
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estatal, son, sin lugar a dudas, los pila- conclusión, el juez contencioso admi-
res sobre los que descansa el edificio nistrativo juega un papel protagónico
del derecho administrativo y, a su vez, en la construcción de los pilares del
se reconocen como fruto del ingenio Derecho Administrativo y en la justi-
del Consejo de Estado francés, aunado ficación de la existencia de esta rama
50
a la producción académica de la época. especial .
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a Luciano PAREJO ALFONSO, quien nominarlo, así no más, como “el juez
54
sostiene que en“[e]l poder judicial, del interés general” .
el Juez, es el encargado (en el orden
contencioso administrativo en térmi- En cuanto a su formación política
nos de control) de aplicar el criterio de y conocimiento del Estado, se ha
medida jurídica a la afirmación de la considerado que, en términos de
existencia de un interés general, la sociología jurídica, uno de los rasgos
identificación de éste y de su titular, sobresalientes en la justicia adminis-
así como la acción pública desarro- trativa es que se trata de una justicia
52 55
llada para su satisfacción” . En este de gran tensión política . En este or-
sentido, PAREJO ALFONSO concibe den de ideas, Ramón PARADA asevera
a la administración como titular que “[l]a Justicia administrativa es, en
del interés general, encargada de efecto, una Jurisdicción tensa porque
su realización, y al juez contencioso tiene la dura misión de controlar los
56
administrativo como el responsable actos de poder” y que “Ésa es su ta-
53 57
de que aquélla cumpla su cometido . rea cotidiana” , convirtiéndose éstos
Sin embargo, en consonancia con lo en factores que han incidido en la
que plantea Andrés Fernando OSPINA configuración de un saber especial en
GARZÓN, es indispensable llamar la el juez administrativo. Igualmente,
atención en el riesgo de parcialidad Georges VEDEL caracteriza al Conse-
que representa la supuesta misión de jo de Estado como un “juez audaz”,
garantía del interés general por parte pues conoce bien a la administración
del juez contencioso administrativo, y penetra profundamente sus mo-
al poner en duda la separación de las tivaciones, de la misma forma que
funciones administrativas y jurisdic- es audaz con el legislador, ya que,
cionales, puesto que en la realidad no obstante su sujeción a la ley, no
aquél algunas veces soluciona la siente temor de variar sus textos en
controversia a favor del interés públi- el sentido que más se acomoden al
58
co, pero otras veces, en beneficio de interés general . En la misma línea,
los derechos de los administrados, y Franck MODERNE reconoce que en
en esta medida resulta inapropiado Francia la cercanía del juez admi-
52 PAREJO ALFONSO, Luciano. Estudio preliminar: interés general como criterio de control de la
actividad administrativa. En: MARÍN HERNÁNDEZ, Hugo Alberto. Discrecionalidad Adminis-
trativa. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2007. p. 38-39.
53 Ibíd. p. 39.
54 Op.cit. OSPINA GARZÓN, p. 72-74.
55 Op.cit. PARADA. Derecho Administrativo…p. 608.
56 Ibíd. p. 608.
57 Ibíd. p. 608.
58 Op. cit. VEDEL Derecho administrativo, p. 47.
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Conclusión
Las críticas de las que ha sido objeto orígenes franceses de esta modalidad
la justicia contencioso administrati- de ejercicio de la función jurisdiccio-
va con el paso del tiempo no logran nal, en una época caracterizada por
desvirtuar la idoneidad de un control la interdicción de la potestad de los
jurisdiccional especializado de los jueces ordinarios para intervenir en
órganos públicos, ya que, según se la actividad de la administración y por
expuso, la predicable ruptura del de- el auge de la justicia retenida, como
recho a la igualdad, representada en consecuencia de una interpretación
un supuesto fuero privilegiado de la rígida del principio de separación de
administración, debido a la existencia poderes, pero que en la actualidad
de un juez de su exclusividad, es sólo es necesario replantear, gracias a la
un reproche que se explica por los presencia de instituciones creadas
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1
Guillermo Sánchez Luque *
Este escrito tiene por objeto exponer por qué la Ley 1340 de
2009, que dispuso que la Superintendencia de Industria y
Comercio conoce en forma privativa de las investigaciones
administrativas por infracción a las disposiciones sobre pro-
tección de la competencia y de la vigilancia administrativa del
cumplimiento de las disposiciones sobre competencia desleal
sobre todos los sectores y actividades económicas, no aplica a los
servicios públicos domiciliarios. Al efecto, en una primera parte
se expondrá cómo el diseño constitucional de los servicios pú-
blicos domiciliarios supone la especialidad no sólo del régimen
jurídico aplicable sino también de la autoridad de supervisión
y control, lo que entraña que la Ley 1340 es incompatible con
la Constitución y por lo mismo resulta inaplicable a este sector
económico. En la segunda parte, se analizará cómo la Ley 142,
por mandato constitucional, es una ley especial de competencia,
especialidad que incluso permite concluir que no fue derogada
por la Ley 1340 de 2009.
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Introducción
Hace ya más de una década, el Go- En la misma línea, el artículo 7º del de-
2
bierno Nacional, obrando como legis- creto ley 1165 de 1999 previó que en los
lador extraordinario, expidió varias casos relativos a las disposiciones de
disposiciones que tenían por objeto promoción de la competencia y prác-
trasladar de la Superintendencia de ticas comerciales restrictivas contem-
Servicios Públicos Domiciliarios a la pladas en la Ley 155 de 1959, así como
Superintendencia de Industria y Co- para las atinentes a comportamientos
mercio las atribuciones de control de constitutivos de competencia desleal
la competencia, en el ámbito de los descritos en la legislación vigente y
servicios públicos domiciliarios. En demás normas sobre competencia,
efecto, el artículo 230 del decreto ex- el Superintendente de Industria y Co-
1
traordinario 1122 de junio 26 de 1999 mercio actuaría como Superintenden-
dispuso que la Superintendencia de te de Servicios Públicos Domiciliarios.
Industria y Comercio tenía atribucio-
nes de control en todos los ámbitos del Este último decreto también pres-
derecho de la competencia, excepto cribió que el Superintendente de
en los de la entonces Superintenden- Industria y Comercio tendría las
cia Bancaria [hoy Superintendencia siguientes atribuciones: i) adelantar
Financiera]. Este precepto estableció el procedimiento correspondiente a
que la frase “(...) sin perjuicio de las la infracción o actuación de que se
competencias señaladas [en materia de trate y ii) actuar como superior jerár-
investigaciones administrativas relati- quico y ordenador del gasto de los
vas a competencia desleal y prácticas funcionarios de la Superintendencia
restrictivas de la competencia] en las de Servicios Públicos Domiciliarios y
normas vigentes a otras autoridades”, de la Superintendencia de Industria
contenida en el numeral 1º del artículo y Comercio. Y ordenó que el Consejo
2º del decreto 2153 de 1992, quedaba Asesor del Superintendente de Indus-
del siguiente tenor: “(...) sin perjuicio, tria y Comercio estuviera conformado,
exclusivamente, de las competencias en estos casos, por el Superintendente
señaladas en las normas vigentes a la de Servicios Públicos Domiciliarios,
Superintendencia Bancaria”. el Coordinador o Director Ejecutivo,
1 “Por el cual se dictaron normas para suprimir trámites, expedido al amparo de las facultades
extraordinarias conferidas por el numeral 4º del artículo 120 de la Ley 489 de 1998”, en Diario
Oficial No. 43.622, del 29 de junio de 1999.
2 “Por el cual se reestructuró la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios”, expedido
también al amparo de las facultades extraordinarias otorgadas por el artículo 120 de la Ley
489 de 1998, en Diario Oficial No. 43.623, del 29 de junio de 1999.
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1929 (vid. López Martínez, Adriana, La acción de competencia desleal, Bogotá, Universidad
Externado de Colombia, 1997, pp.33 y ss.)
9 “Por el cual se reestructura la Superintendencia de Industria y Comercio, expedido al amparo
del artículo 20 transitorio de la Constitución”, en Diario Oficial No. 40.704 de 31 de diciembre
de 1992.
10 “Por la cual se dictan normas sobre competencia desleal”, en Diario Oficial No. 42.692, de 18 de
enero de 1996. Hay actos de competencia desleal, según el artículo 9, por ejemplo cuando se
pacta en los contratos de suministro cláusulas de exclusividad, cuando dichas cláusulas tengan
por objeto como efecto restringir el acceso de los competidores al mercado, o monopolizar la
distribución de productos o servicios. Por virtud del artículo 144 de la Ley 446 de 1998, la SIC
tiene atribuciones jurisdicciones para conocer las conductas constitutivas de competencia
desleal en todos los sectores.
11 “Por la cual se dictan disposiciones para promover el desarrollo de las micro, pequeñas y
medianas empresa (mypimes)”, en Diario Oficial No. 44.078 de 12 de julio 2000.
12 “Por medio de la cual se dictan normas en materia de protección de la competencia”, en Diario
Oficial No. 47.420 de 24 de julio de 2009.
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13 Cfr. Editorial “Una buena sorpresa”, Diario Portafolio, (19 junio de 2009), disponible
en http://www.portafolio.com.co
14 Para el decano de la facultad de derecho de la Universidad de Burdeos servicio público es toda
actividad del Estado vid. Duguit, Léon, Manuel de droit constitutionnel, Paris, Fontemoing, 1911,
pp. 60 y ss. y Traité de droit constitutionnel II, Paris, 1909, p. 61.
15 A juicio de este tratadista, servicio público es toda actividad de la administración pública y
comprende cada una de las funciones del Estado (servicios legislativos, administrativos y
jurisdiccionales): Bonnard, Roger, Précis de droit administratif, Paris, 1943, p. 49.
16 Jèze, Gaston, Principios Generales del Derecho Administrativo I, Buenos Aires, Depalma, 1949,
p. XL. Este distinguido profesor llegó a afirmar que esta noción constituía “la piedra angular
del derecho administrativo francés”.
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17 Duguit, Léon, Las transformaciones del derecho público, Madrid, Librería española y extranjera,
1926, pp. 85 y ss.
18 Asamblea Nacional Constituyente, Gaceta Constitucional No. 53, abril 18 de 1991, p. 6.
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de una economía de mercado en este del rol del Estado, gracias a la previsión
sector, el derecho de la competencia de un régimen constitucional particu-
se erigió en uno de los pilares sobre los lar, en el marco de las normas relativas
21
que está construido el nuevo modelo al modelo económico , contenido es-
de prestación de los servicios públicos pecialmente en el capítulo V del título
22
domiciliarios. XII de la Carta (artículos 365 a 370) .
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25 Sobre su no gratuidad vid. Corte Constitucional, sentencia C 150 de 2003 y Consejo de Estado,
Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia AP 833 de 2006.
26 Sobre los principios constitucionales de solidaridad y redistribución de ingresos, vid. Corte
Constitucional, sentencias C 086 de 1998 y C 150 de 2003.
27 Cfr. Sánchez Luque, Guillermo, “La solidaridad en el modelo tarifario de los servicios públicos
domiciliarios”, en Contexto, Revista de Derecho y Economía, No. 19 (septiembre de 2004),
Bogotá, Universidad Externado de Colombia, pp. 41 y ss.; Consejo de Estado, Sección Tercera,
sentencia AP 543 de 2006 y Corte Constitucional, sentencias C 580 de 1992 y C 566 de 1995.
28 Asamblea Nacional Constituyente, Gaceta Constitucional No. 53, abril 18 de 1991, p. 6.
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normativo especial de los servicios económica (y con ella una de sus más
40
públicos es de origen constitucional . importantes manifestaciones: la su-
pervisión y control), el Constituyente
Esas diferencias que acusa la presta- estimó que el de los servicios públicos
ción de los servicios públicos, reco- domiciliarios amerita no sólo un mar-
nocidas ampliamente por la Consti- co jurídico particular, sino también
tución Política de 1991, imponen un una autoridad de control y vigilancia
desarrollo legal igualmente singular especial. Una función inspectora del
contentivo de unas reglas espe - Estado especializada por mandato de
ciales. No obstante, la Ley 1340 de los artículos 365 y 370 Constitucio-
2009 desatendió estos presupuestos nales, que se explica en el cambio de
constitucionales, pues aunque en su modelo de prestación de los servicios
artículo 4º reconoció la especificidad públicos domiciliarios.
41
de su régimen sustantivo , al fijar su
ámbito de aplicación en el artículo 2º La especialidad del poder de inspec-
sometió a los prestadores de servicios ción es imprescindible, o al menos así
públicos domiciliarios a una autori- lo concibió el constituyente de 1991,
dad ajena al esquema constitucional en el nuevo esquema habida cuenta
de intervención económica en este de las particularidades que no se pre-
42
mercado . sentan en los demás mercados y que,
justamente, hacen de éste un ámbito
B. Inaplicación por inconsti- particular de la economía. En efecto,
tucional de la Ley 1340 de la Supervisión, por mandato consti-
2009 en el sector de los tucional, se revela más intensa que la
servicios públicos domici- de los demás ámbitos de la economía,
en tanto se predica no sólo de los mer-
liarios
cados y su funcionamiento, sino tam-
Si bien la intervención del Estado se bién de la gestión misma de los presta-
extiende a todos los campos de la vida dores. Por ello, la Constitución, luego
40 Atehortúa Ríos, Carlos Alberto, Régimen de los servicios públicos, en el contexto de la doctrina
constitucional, Bogotá, Diké, 2008, p. 56, 99 y 125.
41 “ARTÍCULO 4o. NORMATIVIDAD APLICABLE. La Ley 155 de 1959, el Decreto 2153 de 1992, la
presente ley y las demás disposiciones que las modifiquen o adicionen, constituyen el régimen
general de protección de la competencia, aplicables a todos los sectores y todas las actividades
económicas. En caso que existan normas particulares para algunos sectores o actividades,
estas prevalecerán exclusivamente en el tema específico.” (se subraya).
42 ARTÍCULO 2o. ÁMBITO DE LA LEY. Adiciónase el artículo 46 del Decreto 2153 de 1992 con un
segundo inciso del siguiente tenor: Las disposiciones sobre protección de la competencia
abarcan lo relativo a prácticas comerciales restrictivas, esto es acuerdos, actos y abusos de
posición de dominio, y el régimen de integraciones empresariales. Lo dispuesto en las normas
sobre protección de la competencia se aplicará respecto de todo aquel que desarrolle una
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44 Palacios Mejía, Hugo, “Los servicios públicos en la Constitución”, en Velilla Moreno, Marco
Antonio (editor) Constitución Económica Colombiana, Bogotá, El Navegante, 1997, p. 353. En
sentido similar se pronunció el mismo destacado profesor en El derecho de los servicios públicos,
Bogotá, Derecho Vigente, 1999, p. 74.
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45 Asamblea Nacional Constituyente, Gaceta Constitucional No. 22, 18 de marzo de 1991, pp. 52,
53 y 55.
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46 Proyecto de Acto reformatorio de la Constitución Política de Colombia No. 43, Título “Título
nuevo Servicios Públicos” Asamblea Nacional Constituyente, Gaceta Constitucional No. 21
marzo 15 de 1991, pp. 18 y 19.
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47 Asamblea Nacional Constituyente, Gaceta Constitucional No. 113, julio 5 de 1991 p. 31.
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48 Asamblea Nacional Constituyente, Gaceta Constitucional No. 85, 29 de mayo de 1991, pp. 21
y 22.
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51 Sobre los sistemas de gobierno Cfr. Burdeau George, Droit constitutionnel et institutions
politiques, Paris, Librairie Génerale de Droit et Jurisprudence, 1966, p. 140 y para el caso
colombiano Vidal Perdomo, Jaime, “Le régimen présidentiel en Colombie” en International
Law, Revista Colombiana de Derecho Internacional No. 1, (junio de 2003), Bogotá, Pontificia
Universidad Javeriana, pp. 83 y ss.
52 Duverger, Maurice, Institutions politiques et droit constitutionnel, Paris, Presses Universitaires
de France, 1968, p. 290.
53 Atehortúa R., C.A. Régimen de los servicios…op. cit. p. 182 y 250.
54 Ferreres Comella, Víctor. Justicia Constitucional y democracia, Madrid, Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, 1997, p. 164 y ss.: “El primer argumento a favor de la presunción
de constitucionalidad de la ley está conectado con la teoría defendida por cierta corriente
filosófica que considera que el proceso democrático es valioso por su tendencia a generar
decisiones correctas desde un punto de vista moral. La idea es que la participación de los
afectados en la deliberación colectiva y en la toma de decisiones, así como la aplicación de
la regla de la mayoría, permiten garantizar que las decisiones que se adopten para resolver
los conflictos de intereses sean razonables (…)El procedimiento democrático, basado en
la discusión pública por parte de los afectados y en la aplicación de la regla de la mayoría,
genera, pues, una tendencia individual a moverse en la dirección de la imparcialidad, lo cual
da valor epistémico a las decisiones que se tomen a través de ese procedimiento. En todo
caso, el procedimiento es mejor que cualquier procedimiento alternativo, como la decisión
dictatorial de uno, la aristocracia de unos pocos o el sorteo (Nino)”
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52 del C.R.P.M, art. 4 del C.C. y art. 6 eventos como estos, como enseña la
Superior), que en principio sólo puede doctrina más autorizada, al existir tal
ser desvirtuada por el juez constitu- desavenencia los mandatos superior e
cional, la Constitución prevé en su inferior no pueden gobernar al tiempo
55
artículo 4º la aplicación constitucio- la misma situación objeto de regu-
nal preferente o también denominada lación jurídica, con la consecuencia
“excepción de inconstitucionalidad”, cierta de la inaplicación del precepto
que tiene lugar en todo evento en que inferior por parte del funcionario u
57
emerja una “incompatibilidad entre operador jurídico .
la Constitución y la ley u otra norma
jurídica”, vale decir, cuando quiera que Colisión y pugna con la Constitución
la norma inferior repugne o entre en del Estado que salta a la vista y que
una grave y evidente contradicción con no exige profundos razonamientos
la constitucional. Protección constitu- jurídicos para advertir la oposición
cional por vía de excepción, que como fragante entre lo que pretendió la
lo ha dicho de antaño la jurisprudencia, Ley 1340 de 2009 (que la Superin-
más que competencia general es deber tendencia de Industria y Comercio se
impuesto a todas las agencias del Esta- erigiera en la autoridad de control de
do para preservar el régimen político la competencia también en el ámbito
56
colombiano . de los servicios públicos domiciliarios)
y lo dispuesto por la Constitución que
En el caso de la Ley 1340 de 2009 es encomienda, en su artículo 370, esa
claro que hay una ruptura manifiesta misma función a la Superintendencia
respecto de las normas constituciona- de Servicios Públicos Domiciliarios.
les aplicables a los servicios públicos,
en particular los artículos 365 y 370. No O lo que es igual, la atribución que
resulta aplicable simultáneamente la hace la Ley 1340 de 2009 de nada me-
“autoridad única” de competencia de nos que el objeto de la Superintenden-
que trata dicha ley y la autoridad es- cia de Servicios Públicos Domiciliarios
pecializada dispuesta por la Carta a un a la de Industria y Comercio implica la
sector que reviste las particularidades adopción de una regla que repugna
anotadas. Es palmario que la Ley 1340 abiertamente con los mandatos su-
de 2009 es abiertamente contraria periores, en tanto sólo la primera está
al artículo 370 superior y por ello, en facultada constitucionalmente para
55 Precepto centenario que proviene del artículo 40 del Acto Legislativo No. 3 de 1910 (que consti-
tucionalizó el artículo 5º de la Ley 57 de 1887 de efímera vigencia), reproducido en el artículo 54
del Acto Legislativo No. 1 de 1945 y codificado como el artículo 215 de la Constitución anterior.
56 Consejo de Estado, sentencia de 20 de febrero de 1969.
57 Hernández Galindo, José Gregorio, Poder y Constitución, Bogotá, Legis, 2001, p. 72.
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ejercer las funciones presidenciales den extinguir por obra del legislador,
de inspección, vigilancia y control en sino del mismo poder que les dio vida,
este campo de la economía. que no es otro que el constituyente.
En otras palabras, el Ley 1340 de 2009
A nuestro juicio la Ley 1340 de 2009 no tiene aptitud para modificar el
vació la competencia asignada por el diseño institucional previsto por un
Constituyente de 1991 a la Superinten- poder jurídicamente superior, por ello
dencia de Servicios Públicos Domicilia- es incompatible con todo el marco
rios, en la medida en que en adelante constitucional de los servicios públicos
esta entidad no podrá inspeccionar, vi- y particularmente con el artículo 370.
gilar y controlar el mercado de los ser-
vicios públicos domiciliarios, al quedar Si una Constitución Política, como
58
esto en la órbita de la Superintenden- anota Burdeau , contiene las normas
cia de Industria y Comercio en tanto que regulan el ejercicio del poder en
“autoridad única” de competencia. un Estado y al hacerlo atribuye una
Sin embargo, el legislador no estaba prerrogativa a una autoridad, no le
asistido en este caso de la libertad de es dable a la una ley desconocer esa
configuración que usualmente osten- atribución para entregársela a otra.
ta para determinar la estructura de Por manera que frente al diseño
la administración nacional (art. 150.7 constitucional no puede operar una
CN) y despojar así la Superintendencia abrogación legislativa: Una autoridad
de Servicios Domiciliarios de todo lo encargada de crear el derecho –como
relativo a integraciones, competencia enseña la doctrina- sólo puede abolir
59
desleal y prácticas restrictivas de la lo que ella misma ha hecho En tal
competencia. virtud, sólo podía derogarse la com-
petencia de la Superintendencia de
El Congreso no era el órgano com- Servicios Públicos Domiciliarios por
petente para derogar una norma de una norma de igual jerarquía a la que
rango constitucional. La decisión de se la asignó.
despojar de las atribuciones de control
de la competencia a la Superintenden- Contradicción protuberante que ha-
cia de Servicios Públicos Domiciliarios bilita para que, en casos singulares y
en este sector económico sólo puede concretos, jueces o autoridades admi-
provenir de un acto emanado del po- nistrativas, con efectos inter partes,
der constituyente. Las funciones de inapliquen la citada Ley 1340 de 2009
defensa de la competencia no se pue- frente a este sector y hagan prevalecer
126
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60 Sobre esta figura vid. Corte Suprema de Justicia, sentencias de julio 17 de 1915, agosto 18 de
1958, marzo 25 de 1961, abril 9 de 1970, noviembre 3 de 1981 y julio 7 de 1983 y Corte Consti-
tucional, sentencias T 614 de 1992 y T 556 de 1998.
61 Corte Constitucional, sentencia C 263 de 1996.
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de Servicios Públicos Domiciliarios es La jurisprudencia administrativa
expresión esencial del papel directivo es reiterativa en considerar que “la
del Estado en la economía, como que ley 142 de 1994 previó -dentro de
éste se reserva, en una economía los instrumentos de intervención
concurrencial, las funciones de po- del Estado en los servicios públicos
licía administrativa en razón de las domiciliarios-‘todas las atribuciones
externalidades propias del mercado. y funciones asignadas a las entidades,
La Superintendencia encarna, pues, autoridades y organismos de que trata
el rol insustituible del Estado: ese re- esta ley’. Entre esas atribuciones, esta
ducto de lo público que no puede ser ley de intervención económica señaló
67
decidido por la racionalidad privada.” las atinentes al ‘control y vigilancia de
la observancia de las normas y de los
Del mismo modo, esta Corporación ha planes y programas sobre la materia’
puesto de presente que en atención a (numeral 3.4 del artículo 3º). De allí que
que los servicios públicos son inheren- las funciones de policía administrativa
tes a la finalidad social del Estado “se -asignadas directamente por la Consti-
diseñó desde el nivel constitucional el tución (art. 370) a la Superintendencia
nuevo esquema jurídico de prestación de Servicios Públicos- configuran uno
de los servicios públicos, que aunque de los instrumentos más representa-
supera la asimilación a la noción de tivos de la intervención estatal en este
69
función pública, no deja todo al libre mercado” .
juego de un mercado en competencia,
sino que reconoce al Estado un rol de Con arreglo a la jurisprudencia del
dirección de la economía que exige Consejo de Estado estas atribucio-
(…) la regulación y el control, como nes presidenciales de inspección,
expresiones distintivas de la policía vigilancia y control se ejercen “por
70
administrativa a él asignada (arts. intermedio” de la Superintendencia
68
150.8, 189.22, 365 y 370 C.P.)” de Servicios Públicos Domiciliarios,
66 La Corte en sentencia C 599 de 1996 definió que la ley no puede asignar las funciones de policía
administrativa atribuidas constitucionalmente a la Superintendencia a otra entidad, pues con
ello se infringiría abiertamente el artículo 370 Superior. En el mismo sentido se pronunció la
misma Corporación en sentencia C 1190 de 2000.
67 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia AP 1470
de 2005, criterio reiterado en sentencia AP 1640 de 2006.
68 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia AP 543
de 2006.
69 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia AP 1843
de 2006, criterio reiterado en sentencia AP 1944 de 2006.
70 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia 2 de
mayo de 2007 exp. 16257 y auto de 18 de julio de 2007 Exp. 29745
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76 Leyes 142 y 143 de 1994 son leyes de intervención económica (artículo 150.21 CN) que tienen
una regulación particular del régimen de competencia aplicable a este sector de la economía.
Un estudio exhaustivo sobre las normas que en materia de derecho de la competencia prevén
las Leyes 142 y 143 de 1994 en Sánchez Luque, Guillermo et al., “Del carácter singular…op. cit.
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personas que en virtud de dicha ley, lización de las empresas estatales que
queden privadas del ejercicio de una prestan los servicios (en consonancia
79
actividad lícita. con el art. 106 CN) y la participación
de los municipios en las entidades o
Ahora bien, la diferente de distribu- empresas prestadoras. Por fin, el artí-
ción del ingreso, que no es relevante culo 370 C.N. prevé que las funciones
para el régimen general de la compe- de intervención económica asignadas
tencia, es en cambio en el mercado directamente al Presidente de la Repú-
de los servicios públicos domiciliarios blica a través de las dos clásicas mani-
un aspecto fundamental. Los altos festaciones de policía administrativa
niveles de pobreza se erigen en se- (la regulación y el control), deben
rio obstáculo para el aumento de la ejercerse con sujeción a un régimen
cobertura, por ello los artículos 366, legal especial.
367 y 368 CN imponen un desarrollo
77
a través de reglas legales especiales . En desarrollo de este conjunto armó-
La normativa constitucional parte del nico de mandatos fundamentales,
supuesto según el cual amplias capas que constituye una genuina cons-
de la población necesitan un esquema titución económica de los servicios
de subsidios, un sistema de financia- públicos, las Leyes 142 y 143 de 1994
ción que tenga en cuenta la escasa establecieron precisas y especiales
capacidad de pago de los más pobres, reglas en defensa de la competencia,
lo cual impuso la preconcepción de un las cuales fueron ratificadas por la
sistema de financiación, de estratifi- Ley 689 de 2001. Régimen especial
78
cación y de subsidios , que exige una que impide propugnar la aplicación
legislación particular. de una política de competencia ais-
lada del marco constitucional que
Por su parte, el artículo 369 superior rige la prestación de los servicios
igualmente encomienda a ese régi- públicos domiciliarios y que guarde
men legal singular la determinación coherencia con las orientaciones del
de los derechos y deberes de los Estado Social de Derecho. En esto hay
usuarios, su protección, las formas que coincidir con Almonacid y García
de participación en la gestión y fisca- cuando afirman que:
77 Cfr. arts. 2º numerales 2.2, 2.8 y 2.9; 3º numerales 3.2 y 3.7, 5º, numerales 5.3 y 5.4; 86 num.
86.2; 87, num. 87.3; 89 y 99 a 104 de la Ley 142 de 1994.
78 Vid. Corte Constitucional sentencias C 580 de 1992, C 566 de 1995, C 252 de 1997, C 086 de
1998 y C 150 de 2003 y Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencias AP 543 de 2006 y AP
618 de 2008.
79 Corte Constitucional, sentencia C 292 de 2003,
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80 Almonacid Sierra, Juan Jorge y García Lozada, Nelson Gerardo, Derecho de la competencia:
Abuso de la posición dominante, competencia desleal, uso indebido de información privile-
giada, Bogotá, Legis, 1998, pp. 181 y ss.
81 Congreso de la República de Colombia, Gaceta del Congreso No. 50, 2 de septiembre de 1992,
p. 13 y 14.
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89 Congreso de la República de Colombia, Gaceta del Congreso No. 50, 2 de septiembre de 1992,
pp. 15 y 16.
90 Congreso de la República de Colombia, Gaceta del Congreso No. 121, 7 de mayo de 1993, p. 4.
91 Congreso de la República de Colombia, Gaceta del Congreso No. 121, 7 de mayo de 1993, p. 5.
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92 Congreso de la República de Colombia, Gaceta del Congreso No. 50, 2 de septiembre de 1992,
pp. 5, 6 y 7.
93 Algunos erróneamente circunscriben las normas de competencia a los siguientes artículos de
la Ley 142: el 34 que regula la prohibición de prácticas discriminatorias, abusivas o restrictivas,
el 98 atinente a las prácticas tarifarias restrictivas de la competencia y el 133 sobre abuso de
posición dominante. Se cita igualmente el artículo 43 de la Ley 143 de 1994 sobre abuso de
posición dominante en el mercado eléctrico.
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100 “....; deroga todas las leyes que le sean contrarias; y prevalecerá y servirá para complementar
e interpretar las leyes especiales que se dicten para algunos de los servicios públicos a los
que ella se refiere. En caso de conflicto con otras leyes sobre tales servicios, se preferirá ésta,
y para efectos de excepciones o derogaciones, no se entenderá que ella resulta contrariada
por normas posteriores sobre la materia, sino cuando estas identifiquen de modo preciso la
norma de esta ley objeto de excepción, modificación o derogatoria.”
101 “Estímase insubsistente una disposición legal por declaración expresa del legislador, o por
incompatibilidad con disposiciones especiales posteriores, o por existir una ley nueva que
regule íntegramente la materia a que la anterior disposición se refería”.
102 Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, concepto 931 de 1997.
103 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia AP 888
de 2008. En sentido similar ver Sección Primera, sentencia de 13 de marzo de 2003, Exp. 7102.
104 Palacios Mejía, Hugo, El derecho de…op. cit., pp. 242 y ss.
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Conclusiones
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la competencia, abuso de la posición 2000), Bogotá, Universidad de los
dominante, competencia desleal, uso Andes.
107 Congreso de la República, Gaceta del Congreso No. 50, 2 de septiembre de 1992, p. 14.
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2
Enrique Gil Botero
1 Ponencia presentada por el autor en el XII Congreso Nacional y III Internacional de Servicios
Públicos y TIC. Cartagena, 30 de Junio a 2 de Julio de 2010.
2 Magistrado Sección Tercera del Consejo de Estado.
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1. Introducción
Agradezco la invitación que se me flexiones propias en torno al interro-
hace, para participar como ponente gante formulado, previa advertencia
en la sala jurídica del “XII Congreso de que las opiniones que expresaré
Nacional y III Internacional de Servi- al respecto, no comprometen la
cios Públicos Domiciliarios”. El tema posición del Consejo de Estado
a mi asignado es el de funciones de sobre la materia. Con este fin, a tí-
las Comisiones de Regulación, y por tulo de introducción me referiré al
ello me ha surgido el interrogante contexto en el que se desarrolla
de si la actividad de regulación cons- la regulación; luego me ocuparé
tituye verdaderamente una función de intentar precisar que significa
administrativa novedosa o si por el “regular”; en tercer lugar, abordaré
contrario se trata de una renovación el presupuesto organizacional nece-
de la llamada función de policía ad- sario para adelantar la actividad de
ministrativa. las Comisiones de Regulación, y;
finalmente, examinaré los princi-
En consecuencia, procederé en esta pales instrumentos de regulación
ponencia a presentar algunas re- utilizados.
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3 CARBAJALES, Mariano. El Estado Regulador. Hacia un nuevo modelo de Estado. Buenos Aires,
Editorial Ábaco de Rodolfo Depalma. 1998. Pág. 27 y ss.
4 FRIEDMAN, Milton y Rose. Libertad de Elegir. En: Biblioteca de Economía. Barcelona, Ediciones
Orbis. 1983.
5 CASSAGNE, Juan Carlos. Derecho Administrativo. Tomo I. Buenos Aires, Abeledo Perrot. 2008.
Pág. 347.
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por la vinculación del servicio público De este modo, el nuevo concepto de ser-
a una infraestructura o red o por la vicio público se caracteriza por prestar-
presencia de sectores en los que aún se en un sistema en el que se garantizan
se presentan monopolios. Todas estas varias libertades: libertad de entrada,
circunstancias requieren de un Estado libertad de precios y de modalidades
fuerte que intervenga mediante una de inversión, libertad de contratación,
actividad de ordenación y de imposi- libertad de inversión y amortización y
ción de limitaciones. Tal como señala sometimiento a un régimen jurídico
Rodríguez-Campo, se fortalece el po- privado. Adicionalmente, sin importar
der de policía pero la nueva realidad la naturaleza del operador a la acti-
flexibiliza los instrumentos que han vidad es consustancial la asunción de
caracterizado a esta particular función obligaciones y cargas encaminadas a
8
administrativa . garantizar una prestación eficiente. En
definitiva, se trata de un nuevo régi-
En cuanto al segundo cuestionamiento, men en el que prevalece la libre compe-
la entrada de operadores privados no tencia y se debe luchar por conquistar
condiciona la importancia del concepto el mayor número de clientes posibles.
de servicio público, toda vez que este Tal como ya se mencionó líneas atrás,
no se sustenta en un criterio subjetivo la responsabilidad del Estado no se re-
sino en uno funcional y teleológico. Por duce como quiera que le corresponde
9
consiguiente, lo trascendental no es la asegurar su total cobertura .
titularidad pública sino la importancia
de algunas actividades de contenido En el ordenamiento jurídico colom-
prestacional para la consecución de biano la Constitución subraya la im-
una mejor calidad de vida del con- portancia del servicio público para la
glomerado social. Así, la necesidad de consecución de finalidades sociales, así
universalidad, permanencia y conti- como también consagra la obligación
nuidad que subyace a la erogación de del Estado de asegurar su prestación
determinados bienes y servicios no se a todos los habitantes del territorio
ve afectada por el cambio de régimen nacional. No obstante, la responsa-
jurídico, pues al interés de lucro propio bilidad asignada es independiente
de toda actividad industrial y comercial del régimen jurídico aplicable o de si
se superpone la intervención del poder la prestación se hace directamente o
público para asegurar el bienestar de la indirectamente por la Administración,
colectividad. por comunidades organizadas o por
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27 BETANCOR, Andrés. Mejorar la regulación. Una guía de razones y medios. Barcelona, Marcial
Pons. 2009.
28 Aspecto de no poca relevancia si se tiene en cuenta que la doctrina señala precisamente como
una característica propia de las autoridades reguladoras su independencia orgánica de la rama
ejecutiva del poder público. Ver: PARADA, Ramón. Derecho Administrativo II. Organización y
Empleo Público. Barcelona, Marcial Pons. 2002.
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29 Cfr. TEROL GÓMEZ, Ramón. El Control Público de las Telecomunicaciones. Autoridades Regu-
ladoras. Valencia, Tiran lo Blanch. 2000. Pág. 47 y ss. El artículo 69 de la Ley 142 de 1994 crea
como unidades administrativas especiales las Comisiones de Regulación de Agua Potable y
Saneamiento Básico, de Regulación de Energía y Gas Combustible y de Telecomunicaciones
(en la actualidad denominada Comisión de Regulación de Comunicaciones de acuerdo con
la Ley 1341 de 2009.
30 El derecho comparado considera que la descentralización constituye un presupuesto básico
en un esquema de regulación por autoridades independientes. Cfr. GARCÍA LLOVET, Enrique.
“Autoridades Administrativas Independientes”. En: Revista de Administración Pública No. 131.
Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. 1993.
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31 MODERNE, Franck. “Los usos de la… Ob. Cit. Pág. 112 y 113.
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37 Cfr. GIL BOTERO, Enrique. “La valoración jurídica de las manifestaciones normativas de las
comisiones de regulación: los sutiles límites entre la función administrativa que les es propia
y las funciones legislativa y judicial.” En: Revista Digital de Derecho Administrativo. www.
uexternado.edu.co 2009.
38 PAREJO, Luciano. “La Potestad Normativa de las Administraciones Independientes”. En:
Administración Instrumental. Libro Homenaje a CLAVERO ARÉVALO. Tomo I. Madrid, Civitas.
1994. Pág. 51.
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39 Salvamento de voto Enrique Gil Botero. Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de
marzo 27 de 2008. M. P. Ruth Stella Correa Palacio. Exp. 33645. El artículo 738 de la Ley 142 de
1994 señala como función de las comisiones de regulación: “Resolver, a petición de cualquiera
de las partes, los conflictos que surjan entre empresas, por razón de los contratos o servidum-
bres que existan entre ellas y que no corresponda decidir a otras autoridades administrativas.
La resolución que se adopte estará sujeta al control jurisdiccional de legalidad”. A su vez, el
artículo 73.9 señala: “Resolver, a petición de cualquiera de las partes, los conflictos que surjan
entre empresas, y que no corresponda decidir a otras autoridades administrativas, acerca de
quién debe servir usuarios específicos, o en qué regiones debe prestar sus servicios…”
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6. A modo de conclusión
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4 El Decreto 229 de 1995 igual reconocía el servicio postal como un “servicio público” pero el
carácter de inherentes a los fines sociales del Estado de acuerdo con el artículo 365 de la
Constitución Política se derivaba de la jurisprudencia, no de la ley.
5 Las entidades que intervienen en el sector con motivo de la expedición de la Ley 1369 de
2009, son el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, la Comisión
de Regulación de Comunicaciones, la Superintendencia de Industria y Comercio y Comité de
Contacto Postal Aduanero. Bajo el Decreto 229 de 1995, la única autoridad que concentraba
las funciones relativas al sector postal era el Ministerio de Comunicaciones.
6 Negrilla y subrayado fuera de texto.
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versal. De acuerdo con la exposición Cabe anotar que bajo la vigencia del
de motivos del otrora Ministerio de Decreto 229 de 1995 y del artículo 37 de
7
Comunicaciones , la nueva tipificación la Ley 80 de 1993, los servicios postales
obedece, entre otras circunstancias, a de giro constituían una modalidad de
la necesidad de contar con un marco los denominados “servicios de correos
regulatorio adecuado puesto que “en nacionales e internacionales” cuya
toda la industria de las comunica- prestación estaba autorizaba sólo
ciones, la tecnología y la entrada de al operador concesionario, esto es,
empresarios privados al negocio en la Administración Postal Nacional
prácticamente todos los países han (ADPOSTAL) –hoy Servicios Postales
9
dejado atrás las definiciones y clasifi- Nacionales .
caciones tradicionales”.
Actualmente los servicios de giro (na-
Así pues, la Ley 1369 de 2009 reclasifi- cionales e internacionales) se perfilan
ca los servicios postales de la siguiente como una categoría independiente
forma: dentro de los denominados “servi-
cios postales de pago”. A diferencia
i) Servicio de Correo. Comprende: a) del régimen anterior, los servicios de
Envíos prioritarios y no prioritarios giros postales nacionales hoy “que-
de correo hasta de 2 kilogramos; b) dan abiertos a la iniciativa privada en
Encomienda; c) Servicio de correo te- competencia con el operador oficial”,
legráfico y, d) Otros que sean tenidos mientras que los giros postales inter-
por tales por la Unión Postal Univer- nacionales persisten “exclusivamente
sal. Su prestación está reservada al en el operador oficial y son vigilados
denominado Operador Postal Oficial por la Superintendencia Financiera,
8
o Concesionario de Correo sin perjuicio de las competencia que
la ley le reconozca a la Fiscalía General
ii) Servicios postales de pago, que se de la Nación en el tema de lavado de
10
subdividen en a) Giros nacionales activos .
b) Giros internacionales y c) Otros
que la Unión Postal Universal así iii) Servicio de mensajería expresa. Por
disponga. la exigencia de características espe-
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11 La Ley 1369 de 2009 incluye la etapa de “transporte” de los objetos postales. Artículo 2.3.
12 “(…) De otra parte, resulta oportuno precisar que tanto en el régimen anterior de los Servicios
Postales (Decreto 229 de 1995) como en el actual (Ley 1369 de 2009), la Mensajería Especializada
hoy denominada Mensajería Expresa corresponde a un servicio postal. En consecuencia, los
operadores de Mensajería Especializada o Expresa, según el caso, son también operadores de
servicios postales sujetos a la regulación de la Comisión de Regulación de Comunicaciones”.
Fuente. ttp://www.mintic.gov.co/mincom/faces/index.jsp?id=13228
13 Artículo 2º del Código Contencioso Administrativo. Los procedimientos administrativos
regulados por leyes especiales se regirán por éstas; en lo no previsto en ellas se aplicarán las
normas de esta parte primera que sean compatibles.
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20 Sección Quinta del Consejo de Estado. Sentencia de 12 de mayo de 2005. Expediente 2003-
02444. M.P. Filemón Jiménez Ochoa
21 Artículo 4.1. Ley 1369 de 2009. Operador Postal Oficial o Concesionario de Correo. Persona
jurídica, habilitada por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones,
que mediante contrato de concesión, prestará el servicio postal de correo y mediante
habilitación, los servicios de Mensajería expresa y servicios postales de pago, a nivel nacional
e internacional. Nótese que en el régimen anterior, no existía disposición que habilitara al
concesionario del servicio de correo a prestar el servicio de mensajería expresa.
22 Artículo 4.3 Ley 1369 de 2009. Operador de Mensajería Expresa. Es la persona jurídica, habilitada
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por el Ministerio de Comunicaciones para ofrecer al público un servicio postal urgente con
independencia de las redes postales oficiales de correo nacional e internacional, que exige la
aplicación y adopción de características especiales para la recepción, recolección, clasificación,
transporte y entrega.
23 Artículo 30. Responsabilidad de los operadores postales. Los envíos postales una vez
recibidos por el Operador Postal y en tanto no lleguen al destinatario, y éste responderá por
incumplimiento en las condiciones de prestación del servicio postal o por pérdida, expoliación
o avería del objeto postal mientras no sea entregado al destinatario o devuelto al remitente,
según sea el caso, de acuerdo con lo establecido en el artículo 25 de esta ley.
24 Artículo 2, numeral 8º.
25 Expediente No 1.989. M.P. Enrique José Arboleda Perdomo.
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26 Según el Decreto 229 de 1995, la operación del servicio de correo certificado estaba reservada
exclusivamente al Concesionario del Servicio de Correo. Por ello, para que sea equiparable,
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estas condiciones especiales en la entrega exigidas por el Decreto 1418 de 1945 deberían
pactarse con el denominado Operador Postal Oficial o Concesionario de Correo.
27 Diario Oficial No 47.956 de 18 de enero de 2011
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28 Además de lo dispuesto en el artículo 67, el artículo 56 de la Ley 1437 de 2011 preceptúa: “Las
autoridades podrán notificar sus actos a través de medios electrónicos, siempre que el admi-
nistrado haya aceptado este medio de notificación”.
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insubsistentes toda vez que el artículo ceptúen el uso del correo certificado,
3º de la Ley 153 de 1887 preceptúa que cuando éste no contiene disposicio-
“se estima insubsistente una disposi- nes especiales -por el contrario son
ción legal por declaración expresa del generales y subsidiarias- y no regula
legislador, o por incompatibilidad con íntegramente la materia de que trate
disposiciones especiales posteriores, o el correspondiente procedimiento
por existir una ley nueva que regula administrativo.
íntegramente la materia a que la an-
terior disposición se refería”. En suma, la solución deberá hallarse
caso por caso, desde luego, adoptando
Mal podría el nuevo Código Conten- las medidas necesarias para que no
cioso Administrativo dejar insubsis- exista menoscabo alguno del derecho
tentes las reglas particulares para al debido proceso del interesado en la
la notificación de los actos que pre- notificación.
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mina atacando lo que dice defender; “La” justicia y “la” moral son dos tó-
mientras que los positivistas que ce- picos a los que se recurre con el fin
den un poco acaban coqueteando con de hacer la escisión; de esta suerte, el
la posición de la que supuestamente bando de los iusnaturalistas propugna
discrepan. por una conexión -débil en algunos
casos aunque fuerte en otros- entre
Al tanto de la contingencia no defen- el derecho y la moral o entre el dere-
deremos a capa y espada una u otra cho y la justicia, mientras que el clan
vertiente, pues sabemos que tal em- positivista se empeña en argüir que
presa es difícil cuando no imposible; tales lazos no son imprescindibles,
vamos, en consecuencia, a exponer y es decir, que no es necesario un
-si lo juzgamos meritorio- cuestionar vínculo entre el derecho y la moral
algunas formulaciones, vengan de o entre el derecho y la justicia. Con
donde vinieren. otras palabras: un iusnaturalista
diría que el “contenido” del derecho
No vamos a ofrecer -en este breve no puede desatender ni la moral ni la
escrito- una taxonomía que ilustre las justicia, mientras que un positivista
tonalidades de los términos de una -y aquí empiezan los malentendi-
dicotomía que ya es clásica; simple- dos- aceptaría que el derecho puede
mente nos ocuparemos de explorar tener cualquier “contenido”. Según
aquella idea -fruto del solaz de los advertimos, no obstante, las cosas
iusnaturalistas- según la cual el dere- no son así de sencillas: la sensibilidad
cho positivo debe ajustarse a uno que que produce el tema ha dado lugar a
no lo es, al paso que examinaremos tantas versiones del mismo que sería
las vicisitudes de optar por defender ocioso intentar acopiarlas acá; nos
la exclusividad del derecho positivo, contentamos con un pequeño boceto
elección a partir de la cual podría escri- de la conocida -quizá olvidada- pero
birse la novela del positivismo jurídico. vigente polémica.
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Platón en el mundo clásico, del cual se que los hombres deben observar y, a la
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salta -dando qué piruetas- a la época sazón, verter al derecho positivo . Si tal
medieval. Luego, arribamos a la mo- naturaleza se asume como creación
dernidad y hablamos de Kant -¡cómo divina el asunto adquiere un matiz re-
no mencionarlo siquiera!- para ter- ligioso. Con todo, no siempre razonan
minar con lo que se dice en nuestros así los iusnaturalistas.
días. No es nuestro interés satisfacer
esa agradable historiografía (para la “Cuando se hace derivar el dere-
que además nos declaramos incom- cho natural de la naturaleza del
petentes), sino presentar las cosas con hombre en cuanto ser dotado
base en cierto entendimiento de la de razón -sin hacer referencia a
información -escasa o abundante, se- un origen divino de esta razón-,
gún- que ha llegado a nuestras manos. cuando se acepta que puede
encontrarse el principio de la
La naturaleza, al hilo de las clásicas justicia en la razón humana -sin
formulaciones del iusnaturalismo, es necesidad de recurrir a la volun-
presentada como una especie de legis- tad divina-, aparece la teoría
lador. “La teoría del derecho natural del derecho natural con ropajes
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-comenta Kelsen- afirma que existe racionalistas.”
una regulación completamente justa
de las relaciones humanas que surge Desde la postura de Kelsen la posición
de la naturaleza: de la naturaleza en metafísica-religiosa de la teoría del
general, o de la naturaleza del hombre derecho natural no resulta plausible,
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en tanto ser dotado de razón.” De esta pues los intentos de derivar normas de
suerte, una cuidadosa observación de la naturaleza o de la razón humana es-
la naturaleza podría revelarnos las tán apoyados en un sofisma, a saber:
normas que prescriben las conductas de lo que sucede puede derivarse lo
2 KELSEN, Hans. “¿Qué es la justicia?”. Traducción: Ernesto Garzón Valdés. México, Distribuciones
Fontamara, S. A. 2001. Pág. 69.
3 Carlos Gaviria Díaz ha señalado que ver en la naturaleza el modelo a partir del cual las normas
de la convivencia humana deberían ser formuladas comporta una actitud de preferencia por
ella (por la naturaleza). “Porque si uno postula que la naturaleza física sea el modelo de lo que
en la sociedad, el nomos, ha de ocurrir, es porque se tiene ya una actitud de preferencia, una
actitud de complacencia por lo que es la naturaleza física. Nos parece, en otros términos, que
la naturaleza física marcha bien, que el mundo está bien hecho, que en el mundo hay armonía,
que en el mundo hay ritmo, que en el mundo exterior hay belleza y que ese ritmo, esa armonía,
esa belleza, pueden ser transplantados al campo de la sociedad y que si se transplantan, el
campo de la sociedad reproducirá entonces esa armonía, ese ritmo, esa belleza que hay en la
naturaleza física.” (GAVIRIA DÍAZ. Carlos. “Actitudes implícitas en el jusnaturalismo y en el
positivismo jurídico”. En: Letras Jurídicas, Vol. 5, N. 1, Marzo del 2000. Pág. 276).
4 KELSEN, Hans. “¿Qué es la justicia?”. Pág. 70.
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que debe suceder. Excluida la espe- ajenos a los que encontramos en los
culación metafísica, entonces, las nor- derechos que operan en las distintas
mas sólo podrían tener su origen en sociedades del presente. Por esta vía,
la voluntad humana. Resulta ilusorio, se abandona el caótico y enmarañado
así, pretender encontrar normas tanto mundo real para sumergirnos en el
en la razón como en la naturaleza; terso y bruñido campo de los tipos
con base en un sofisma, pues, podría ideales. Así es, un iusnaturalista suele
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argumentarse a favor de todo . invitarnos a carear los derechos esta-
tales que operan en distintos lugares
El argumento de Kelsen apunta al del planeta con un modelo que juzga
relativismo, es decir, a la inutilidad ejemplar y al que, por consiguiente,
de buscar -por medios racionales- deberían ajustarse las disposiciones
normas justas que tengan validez formuladas por los Parlamentos. Sin
absoluta, ya que los juicios sobre la embargo, el asunto no siempre se
justicia de algo jamás pueden excluir plantea en esos términos.
la posibilidad de sus opuestos; valga
aclarar: juicios de valor opuestos. El Cuando las regulaciones ejemplares
iusnaturalismo, pese a las variadas de esos modelos espectrales se incor-
gamas que tiene, por regla general poran a los ordenamientos positivos,
apela a factores extraños a los orde- los iusnaturalistas hacen fiesta y creen
namientos efectivamente existentes, haber demostrado que no estaban
esto es, busca anclarse en elementos equivocados; pero tal regodeo resulta
5 “No puede sorprender, por consiguiente, que los diferentes partidarios de la teoría del dere-
cho natural hayan deducido de la naturaleza divina o encontrado en la naturaleza humana
principios de justicia sumamente contradictorios. De acuerdo con uno de los más distingui-
dos representantes de esta escuela, Roberto Filmer, la autocracia, la monarquía absoluta,
es la única forma de gobierno natural, es decir, justa. Pero otro teórico del derecho natural,
igualmente significativo, Juan [ignoramos porqué aparece así en el original] Locke, demues-
tra, con el mismo método, que la monarquía absoluta no puede ser considerada en ningún
caso como forma de gobierno y que solamente la democracia puede valer como tal, pues
sólo ella está de acuerdo con la naturaleza, y por lo tanto, sólo ella es justa. La mayor parte
de los representantes de la doctrina del derecho natural afirman que la propiedad privada
-fundamento del orden feudal y capitalista- es un derecho natural y, por lo tanto, sagrado
e inalienable; en consecuencia, la propiedad colectiva o la comunidad de bienes, es decir, el
comunismo, es algo que está en contra de la naturaleza y de la razón; es, por lo tanto, injusto.
Pero el movimiento del siglo XVIII, que pretendía la abolición de la propiedad privada y el
establecimiento de un orden social comunista y que jugó un cierto papel en la Revolución
Francesa, se apoyaba también en el derecho natural y sus argumentos tienen la misma fuerza
probatoria que aquellos que defienden la propiedad privada del actual ordenamiento social,
es decir, ninguna.” (KELSEN, Hans. “¿Qué es la justicia?”. Pp. 72 - 73). Lo que aparece entre
corchetes es una observación nuestra.
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6 WELZEL, Hans. “Introducción a la filosofía del derecho. Derecho natural y justicia material”.
Traducción del alemán por Felipe González Vicen. Buenos Aires, Editorial B de f, 2005. Pág.
343.
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7 Ibídem. Pág. 1.
8 “En la contraposición entre un Derecho natural y un Derecho positivo, se expresa en la his-
toria, de la manera más patética y persistente, la convicción de que en las relaciones sociales
humanas no solo hay algo que se nos impone por su fuerza prepotente o que es cumplido, sin
más, por una costumbre inveterada, sino algo que posee más que una mera facticidad real,
algo que, independientemente de un mandato o de una costumbre, nos obliga una acción
en lo más íntimo de nuestro ser. La idea del estar obligado incondicionalmente es el núcleo
y contenido de verdad permanente del Derecho natural. Esta idea se refiere a un momento
que trasciende toda realidad, toda facticidad, y que pertenece a una esfera distinta. Frente a
este momento, el mandato real, por muy efectivo que pueda ser, aparece tan solo como mera
pretensión de deber ser, no como un deber ser vinculante.” (WELZEL, Hans. Op. Cit. Pág. 321).
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sociales) cuyos “contenidos” son in- bien para la defensa o bien para
dependientes de los órdenes efectiva- el ataque. No añade una nueva
mente existentes. Los iusnaturalistas fundamentación objetiva a un
ponen en las cosas ideas de valor que proyecto de existencia ético-
luego presentan como “contenidos” social, sino que es el grito de
extraídos de la naturaleza y, así, ha- guerra que trata de robustecer,
blan sin ningún reparo de lo natural en las propias filas, la fe en la
y lo antinatural. Nada raro, entonces, victoria, quebrantando, de otra
que sus pareceres (valoraciones) dejen parte, la resistencia del adver-
de ser tales en virtud de una astuta sario. En este aspecto, todas las
apelación a la naturaleza. teorías del Derecho natural son
‘ideológicas’. Ello no quiere decir,
Las proposiciones de los iusnatura- en absoluto, que su contenido
listas no son más que juicios histó- sea falso sin más, pero sí que su
ricos -temporales y finitos- como los fundamentación traspone sus
de cualquier positivista; acudir a la propios límites; es decir, que se
naturaleza, pues, es un hábil truco arrogan una validez que no po-
para enfundar un juicio de valor. “La seen. Las doctrinas del Derecho
apelación a la naturaleza -comen- natural, en tanto que teorías so-
ta Welzel- puede tener lo mismo bre el Derecho de la naturaleza,
lugar en sentido conser vador y figuran entre aquellos dogmas
mantenedor que en sentido revolu- de fe que sobrepasan la inma-
cionario y creador. Las cimas del De- nencia y creen poder aprehender
recho natural se encuentran siempre directamente lo trascendente; lo
en el iusnaturalismo revolucionario, mismo que la fe en la revelación
allí donde, en lucha contra formas respecto a ciertas reglas de com-
petrificadas de vida, se formulan y portamiento social, y de igual
se imponen los fundamentos de un manera que la fe en una instan-
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nuevo orden.” cia terrena infalible, como, p. ej.,
los reyes-filósofos de PLATÓN,
Las doctrinas del derecho natural se capaces de una ‘contemplación
arrogan una validez que -bien exa- de las esencias’, o como -en el
minadas- no merecen; que lo diga el presente- la directiva del partido
mismo Welzel: comunista, capaz de interpretar
infaliblemente el proceso his-
“La apelación a la naturaleza tórico científicamente cognos-
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es un medio de lucha, un arma, cible.”
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12 En contra: TALE, Camilo. “Exposición y refutación de los argumentos de Hans Kelsen contra la
doctrina del derecho natural”. En: Revista Telemática de Filosofía del Derecho, N. 9, 2005/2006.
Pp. 95 – 128.
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Un derecho que es válido ex ipsa na- que sólo acoge las normas que han
tura rei no tiene cabida en la ciencia sido creadas por una voluntad. La cien-
normativa que Kelsen pretendió cons- cia debe considerar el derecho como
truir. Cuando Kelsen hace del derecho es, no como debería ser: el problema
positivo su objeto no supone que el de la teoría pura no es el de la legiti-
derecho positivo es el único existente; mación del derecho. Sólo las normas
sólo que si hay otras formas de dere- válidas -independientemente de cuál
cho estas resultan incognoscibles (de sea su contenido-, según Kelsen, pue-
acuerdo con su teoría). Los principios den estudiarse científicamente.
éticos generales que -según los ius-
naturalistas- deben servir de modelo Cuando se dice que el acto mediante el
a las normas elaboradas por el legisla- cual se producen las normas del dere-
dor humano y que son evidentes “por cho natural no puede ser demostrado
sí mismos” (de manera inmediata), no se asevera que todo derecho debe
son entelequias que escapan a la ser creado por una voluntad; puede
ciencia y por ello no pueden ser obje- existir otro derecho sin ningún proble-
to de un conocimiento científico que ma, pero este no puede ser admitido
-repetimos- es el ámbito en el que se en un contexto específico: el de la
enmarca la teoría kelseniana. teoría pura del derecho. El derecho que
sea válido ex ipsa natura rei no puede
Las normas del derecho natural que presentarse airoso ante el tribunal
se asumen como inmediatamente de la ciencia, así exista en este y en
evidentes, como intrínsecamente otros mundos; por eso Hans Kelsen
válidas, como válidas en sí mismas, -a partir de su modelo de ciencias
no resisten la propuesta científica de normativas- excluyó, con acierto, cual-
Kelsen. Para Kelsen el derecho no es quier derecho trascendente al derecho
válido por sí mismo; la validez es la positivo, al efectivamente impuesto e
forma particular de existencia de las implantado por los hombres.
normas y en modo alguno depende de
la naturaleza o es intrínseca a ellas. La “La teoría pura del derecho no
validez que Kelsen predica del dere- considera su objeto como una
cho positivo tiene como condición un copia más o menos imperfecta
mínimo de efectividad, lo que pugna de una idea trascendente. No
rotundamente con la validez intrínse- pretende concebir el derecho
ca que se atribuye al derecho natural. como creación de la justicia, o
como criatura humana de un
Hans Kelsen, con justicia, ha anotado progenitor divino. La teoría pura
que el acto productor de las normas del derecho insiste en una clara
del derecho natural no puede testarse distinción entre derecho empíri-
y por eso -consecuentemente con su co y justicia trascendente, exclu-
teoría- lo ha excluido de su estudio yendo a esta última de su objeto
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13 KELSEN, Hans. “Teoría general del Derecho y del Estado”. Traducción de Eduardo García Máynez.
México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1995. Pág. VII.
14 “¿Qué es lo que realmente significa la afirmación de que un orden social es justo? Significa
que ese orden regula la conducta de los hombres en una forma satisfactoria para todos, es
decir, de tal modo que todos encuentren en él su felicidad. La aspiración a la justicia es el
eterno anhelo humano de felicidad. El individuo aislado no puede, en cuanto tal, encontrar
la felicidad, y por ello la busca en la sociedad. Justicia es felicidad social.” (KELSEN, Hans.
“Teoría general del Derecho y del Estado”. Pp. 6 – 7). Y más adelante: “La felicidad que un
orden social es capaz de asegurar puede ser únicamente felicidad en sentido colectivo, esto
es, la satisfacción de ciertas necesidades, reconocidas por la autoridad social, el legislador,
como dignas de ser satisfechas, tales como la necesidad de alimentos, vestido y habitación.
Pero ¿qué necesidades humanas son dignas de ser satisfechas y, sobre todo, cuál es el orden
jerárquico que les corresponde? Estos problemas no pueden ser resueltos por medio de un
conocimiento racional. La solución de los mismos implica un juicio de valor determinado por
factores emocionales y tiene, por ende, carácter subjetivo, válido únicamente para el sujeto
que juzga y, por tanto, relativo sólo a él. La respuesta sería diferente según que proviniese de
un creyente cristiano que considera el bien de su alma en el otro mundo más importante que
los bienes terrenos, o de un materialista que no cree en otra vida; y sería también diferente
si proviniese de quien considera la libertad personal como el bien más alto, en el caso del
liberalismo, por ejemplo, o de quien piensa que la seguridad social y la igualdad de todos los
hombres es superior a la libertad, como ocurre en el caso del socialismo.” (Pág. 7). Y después:
“Como la humanidad está dividida en muchas naciones, clases, religiones, profesiones, etc., a
menudo en desacuerdo recíproco, hay una gran multiplicidad de ideas sobre lo justo; tantas,
que resulta imposible hablar simplemente de ‘justicia’.” (Pág. 9).
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15 KELSEN, Hans. “Teoría general del Derecho y del Estado”. Pp. 14 – 15.
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19 JHERING, Rudolf von. “Sobre el nacimiento del sentimiento jurídico”. Edición de Federico
Fernández-Crehuet López. Madrid, Editorial Trotta, S. A., 2008. Pág. 39.
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(vi) Salida
La polémica a la que hemos dedicado nen de la naturaleza, pero lo cierto es
este breve texto se ha desarrollado que muchos gozan de ellos en virtud
tanto en el campo de las letras como de vías de hecho y no de luchas me-
en el de las armas. Casos patéticos de diante herramientas institucionales.
la “historia” ilustran, según algunos, Anotaba Welzel:
la gravedad de lo que se debate. Con
todo, y pese a la sangre y la tinta “Al hombre le es impuesto de
derramadas, la cosa sigue igual. m0do ineludible el cometido
Hay concesiones, es cierto; pero la de dar expresión al deber ser
lucha aún no cesa sino que, por el con- trascendente bajo los presupues-
trario, tiende a aparecer bajo nuevos tos y las condiciones cambiantes
ropajes. de su existencia histórica, y de
hacerlo en la forma de estructu-
Si bien una pequeña dosis de autoen- ras sociales dotadas de sentido.
gaño es necesaria en distintas facetas En la solución de este cometido
de la vida, no conviene exagerar. Los no hay ningún aseguramiento
iusnaturalistas pretenden irse de este contra el error ni contra el fra-
mundo para, después de andar quién caso. La corrección de faltas no
sabe dónde, volver a él convencidos es posible ni echando mano
de las prerrogativas que curiosamente de lo absoluto ni apelando al
alguien les concedió. Los derechos que poder, sino solo por medio de la
supuestamente hoy todos tienen vie- discusión y la argumentación.
20 HOERSTER, Norbert. “En defensa del positivismo jurídico”. Traducción de Jorge M. Seña. Bar-
celona, Editorial Gedisa, S. A., 1992. Pág. 20.
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(vii) Bibliografía
BACHOFEN, J. J. “El derecho natural y GAVIRIA DÍAZ. Carlos. “Actitudes implí-
el derecho histórico”. Introducción y citas en el jusnaturalismo y en el posi-
traducción de Felipe González Vicen. tivismo jurídico”. En: Letras Jurídicas,
Madrid, Centro de Estudios Constitu- Vol. 5, N. 1, Marzo del 2000.
cionales, 1978.
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Empresas Públicas de Medellín
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