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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


RÓMULO GALLEGOS
ESPECIALIZACION PROCESAL CIVIL
NÚCLEO CALABOZO
CÁTEDRA: TEORIA GENERAL DE LA JURISDICCIÓN

TEMA 3: LÍMITES EXTENSIVOS, LA EQUIDAD Y LOS MOMENTOS


(COGNICION Y EJECUCION FORZOSA) DE LA JURISDICCIÓN.

TEMA 4: LA JURISDICCIÓN Y OTRAS FUNCIONES DEL ESTADO.

FACILITADOR: ESP. AGUIRRE JUAN PARTICIPANTES:


Ascanio Daniel C.I 16.913.825
Ascanio Elías C.I. 12.477.465
Aquino Leonardo C. I. 6.623.953
Belisario Marlenis C.I. 12.477.507
Cabanerio Yamiris C. I. 14.965.492
Espinoza Milvida C. I. 8.623.957
Franco Mariana C. I. 15.812.774
Morales Miguel C.I. 12.991.347
Navarro Edgar C.I. 4.165.192
Navarro Maritza C.I. 11.796.858
Ortiz Nancy C.I. 14.925.105
Ramos Lino C.I. 19.760.764
Silva José Luis C.I. 14.926.157
Vásquez Alba C.I. 10.265.378
TEMA 3
Límites extensivos, la equidad y momentos de la Jurisdicción (cognición y
ejecución forzosa)

Límites de la jurisdicción

La actividad jurisdiccional se ejerce en el tiempo y en el espacio. En


consecuencia, se habla que la jurisdicción posee límites atendido el tiempo que la posee
su titular y el ámbito espacial donde ella se ejerce.

Límites en cuanto al tiempo: puesto que una persona es juez porque está
investido de la jurisdicción y ésta se ostenta porque se es juez. El límite de la
jurisdicción será el tiempo señalado por la Constitución o las leyes para el desempeño
del cargo de juez.

Límites en cuanto al espacio, se acostumbra a clasificarlos en:

Límites externos: se entiende por tales a todos los elementos que permiten delimitar la
zona de vigencia y aplicación en el espacio. Por regla general, será límite de la
jurisdicción la soberanía de los Estados.

Límites internos: son los que miran a la misma jurisdicción, prescindiendo de aquella
perteneciente a otros Estados, como también de las funciones atribuidas a los demás
órganos del propio Estado. Surgiendo así la noción de competencia.

Dentro de los límites de la jurisdicción, se reconoce como limite el Respeto de


los Derechos, fundamentales, esta limitación, se justifica por el hecho que la propia
jurisdicción no puede pasar por sobre los derechos que se le reconocen al hombre por su
calidad de tal. Estos límites pueden dar origen a disputas entre Estados (conflictos
internacionales), entre dos poderes del Estado u órganos de distintas ramas del mismo
poder (contiendas de jurisdicción) o entre dos o más poderes del Estado por sus
atribuciones (contiendas de atribuciones).
La Jurisdicción de Equidad

Esta forma de jurisdicción es la que caracteriza los orígenes del derecho en


las épocas primitivas, donde se formulaba el derecho para cada caso en particular. Hoy
en la materia de los Estados impera el sistema de legalidad, distinguiéndose de manera
particular, la jurisdicción de equidad, como en el caso nuestro, Artículo 13 del Código
de Procedimiento Civil, en el cual se admite como válida la jurisdicción de equidad. Lo
relevante en la jurisdicción de equidad consiste en que, mientras en la jurisdicción
contenciosa o voluntaria, el juez para crear los condicionamientos concretos que le den
significación jurídica a quienes actúan en el proceso, en la de equidad, el juez para crear
tales condicionamientos de las conductas en conflicto, no requiere atenerse a
condicionamientos superiores preestablecidos, sino que, basta con resolver el conflicto
de voluntades ateniéndose a su conciencia, es decir, al leal saber y entender del Juez.

No obstante la decisión del juez de equidad no es arbitraria o


caprichosa. La jurisdicción de equidad existe de manera objetiva en la conciencia
general, en el conocimiento común de las cosas o como dice Savigny “vive en la
conciencia común del pueblo”. De tal suerte, que el Juez que toma su decisión con
arreglo a la equidad, cierto es que no requiere fundamentar su decisión en una norma
jurídica preestablecida, pero, no obstante debe hacerlo con fundamento en los criterios
generales de la equidad imperantes en la conciencia de la colectividad donde juzga, de
tal forma que su decisión no sea el producto del capricho, sino de la fuerza de
convicción que le impone la conciencia colectiva. Todo se reduce a que el juez obrando
en sede de jurisdicción de equidad tiene un ámbito espacio-temporal al que debe
ceñirse, todo en cuanto a la objetividad del deber ser que palpita en la conciencia del
pueblo en el momento de ser aplicada.

Es importante destacar que, así como el juez de equidad está en el deber de


observar al decidir los conflictos de intereses, de acuerdo a la conciencia colectiva,
dentro de los límites de los criterios de equidad imperantes; de igual manera, el Juez de
equidad debe observar rigurosamente las disposiciones procesales objetivas pertinentes
al desarrollo del proceso y los principios del derecho procesal en cuanto al
establecimiento de los hechos y apreciación de las pruebas; aquel mandato que le
ordena tener por norte de sus actos la verdad y de procurarla dentro de los límites de su
oficio. De igual manera deberá acatar todas aquellas disposiciones procesales relativas a
la elaboración de la sentencia, el deber de motivarlas y de darles la correspondiente
fundamentación. En el derecho actual, como es el caso de nuestro país, de manera
excepcional se contempla como fuente de regulación de conflictos, la jurisdicción de
equidad.

Vale destacar que la misma Ley orienta la actividad juzgadora del Juez hacia

la equidad, como es el caso del derecho de accesión en caso de bienes muebles, donde el

legislador sustantivo manda a decidir conforme a los principios de equidad. Tomando

la concepción de Stein: “Lo que el Juez, basándose en basándose en el conocimiento de

las circunstancias de la vida, considere como contenido normal, típico, obtenido por

inducción a partir de numerosas observaciones, eso será Derecho”.

Otro aspecto relevante en torno a la jurisdicción es lo constituye su carácter


inderogable, estatuido en el Artículo 2 del Código de Procedimiento Civil. Establece el
legislador patrio que la jurisdicción no puede ser derogada por jueces extranjeros ni por
árbitros que resuelvan en el exterior sobre bienes inmuebles ubicados en Venezuela, o
sobre aquellas materias que interesen al Orden Público o a las buenas costumbres.
Afirma de igual manera, que en los demás casos deberán aplicarse los tratados y
convenciones internacionales suscritas por Venezuela.

Los dos (2) momentos de la jurisdicción

Estos momentos representan el desenvolvimiento del ejercicio de la función


jurisdiccional en el proceso (o sea, conocer, juzgar y hacer cumplir lo resuelto), a
continuación se describen cada uno:

a) La Cognición:
Normalmente los particulares adaptan su conducta a las previsiones de la ley, a
los condicionamientos contenidos en las normas generales y abstractas. Cuando la
conducta no corresponde a esos presupuestos, no se cumple con el fin del legislador
previsto en la norma, o sea preservar la paz y el orden en las relaciones sociales. Al
afectarse un interés es necesario la tutela del juez, quien tiene la función de juzgar, pero
para juzgar, el juez debe crear los condicionamientos concretos que le dan significación
jurídica a la conducta de los sujetos que intervienen en el proceso. El juez no es libre de
hacer discrecionalmente las valoraciones de la conducta de las partes en conflicto, sino
que debe basarse en los condicionamientos generales y abstractos establecidos en las
leyes. Ambas realidades son declaradas por el juez en la sentencia, quien determina la
conducta de las partes y la enlaza con la consecuencia establecida en la ley. Esta es la
fase de conocimiento de la jurisdicción que culmina con la sentencia.

La misma comprende las siguientes fases:

Fase del conocimiento

En esta etapa el tribunal recibe los antecedentes que le permiten posteriormente


resolver el litigio. Encontramos, a su vez, dos sub-etapas: de discusión y de prueba.
Discusión: Las partes alegan sus pretensiones y hace valer sus defensas. Prueba: Las
partes ofrecen al tribunal y rinden todas las probanzas necesarias para apoyar sus
pretensiones y convencer al tribunal que lo que ellos plantean es verdad. Ningún
tribunal puede juzgar sin conocer el asunto sometido a su decisión. Es decir, sin
escuchar a las partes o recibir las evidencias o pruebas.

Fase de la decisión

En virtud de ésta, el tribunal declara el derecho frente al caso concreto,


propuesto por las partes, lo que hace a través del acto procesal llamado, generalmente,
sentencia judicial. Esta etapa de juzgamiento supone siempre la existencia del periodo
anterior. Es considerado el momento de la jurisdicción más importante, pues pone
término al conflicto mediante el pronunciamiento de la sentencia. Aquí encuentran dos
tipos de jurisdicción; la jurisdicción legal y la jurisdicción de equidad. La primera
significa que el juez debe resolver de acuerdo a la legislación vigente .En cambio, en la
última el juez extrae de su experiencia lo que debe resolver, acudiendo para eso a los
principios generales del derecho y a la equidad natural.
b) La Ejecución Forzosa:
De nada serviría todo el conocimiento que el juez adquiere de los hechos para
encuadrarlos en la norma y sentenciar, si la decisión no se cumple por el obligado. De
esta manera que la jurisdicción asegura mediante la fuerza, si la parte no cumple, la
ejecución de la norma concreta creada con la sentencia. Esta es la fase de ejecución
forzada y esta etapa forma parte integrante de la jurisdicción. El Código de
Procedimiento Civil establece en el Titulo IV en el libro Segundo, las disposiciones
relativas a la ejecución de la sentencia. Luego que la sentencia haya quedado
definitivamente firme, viene la ejecución forzada de la sentencia y se lleva a cabo, a
través de un decreto de ejecución forzada de la sentencia y se lleva a cabo, a través de
un decreto de ejecución o mandamiento de ejecución librado a cualquier juez
competente del lugar en que se encuentran bienes del deudor.

El mandamiento de ejecución ordenara:


 El embargo de bienes del deudor que no excedan el doble de la deuda más las costas.
 El depósito de los bienes embargados
 A falta de otros bienes del deudor, el embargo de los sueldos y salarios en la ley.
Si la sentencia se hubiese ordenado entregar un objeto o un bien inmueble, la entrega se
podrá hacer con la ayuda de la fuerza pública.

Si la sentencia hubiese condenado cumplir una obligación de hacer o no hacer, el juez


podrá autorizar al acreedor para hacer ejecutar el mismo la obligación o para destruir lo
que se haya hecho en contravención a la obligación de no hacer, en ambos casos de
costa o por cuenta del deudor.

Si la parte que resulte obligada de la sentencia a concluir un contrato, no cumple con su


obligación y siempre que sea posible y que no esté excluido por el contrato, la sentencia
producirá los efectos del contrato no cumplido.

Cabe señalar que, la jurisdicción es una función estatal de satisfacción de


pretensiones ante una controversia o conflicto. Para el Derecho constitucional y las
Ciencias políticas, por largo tiempo ha sido uno de los poderes del Estado, llamado
Poder Judicial (de acuerdo a la doctrina de la separación de poderes). Mientras que, para
el Derecho procesal, constituye uno de los presupuestos procesales, y uno de los más
importantes.
Este momento de ejecución forzosa se compone de la siguiente fase:

Fase de imperium de ejecución

Algunos autores niegan la actividad jurisdiccional en esta última etapa,


especialmente en relación al Derecho procesal penal, sosteniendo que está a cargo de
una autoridad administrativa. Se argumenta en contra que, aun cuando en ciertos casos
la sentencia se cumple administrativamente, la regla general es que se hagan cumplir
por la vía jurisdiccional. Las resoluciones judiciales, en la generalidad de los casos, se
cumplen a través de lo que la doctrina denomina auxilios jurisdiccionales.

Tal como lo han afirmado diversos expositores de la ciencia del derecho


procesal, la jurisdicción hoy día representa una noción fundamental. Y además se ha
venido asociando a las nociones de acción y de proceso. En este sentido, Calamandrei,
citado Romberg, afirma que la jurisdicción, asociada con la noción de acción y de
proceso, forman lo que él llama “el trinomio sistemático fundamental” del derecho
procesal penal. De similar forma lo expresa Podetti al hablar de la “trilogía estructural
del proceso civil”.
Pero, a pesar de que la doctrina es casi unánime al establecer un criterio sobre el
contenido de la noción de jurisdicción, partiendo de esta trilogía, otros autores como
Alcalá Zamora y Castillo, también citado por Rengel Romberg afirma:

... no puede decirse que se haya logrado todavía una elaboración científica
de las tres nociones. Lo que ha llevado a Niceto Alcalá Zamora y Castillo, al
caracterizar el estado actual de las investigaciones acerca de tales conceptos,
a calificar de “trípode desvencijado” a la mencionada trilogía.

A pesar de las distintas posturas doctrinarias, este laberinto de incertidumbre en


que el afán investigativo, a veces hace incurrir a los expositores científicos, es
importante y necesario seguir el orden prioritario en el estudio del derecho procesal, es
decir, jurisdicción, acción y proceso; no obstante Chiovenda arranca su estudio
científico del derecho procesal, a partir de la noción de acción, por su parte Carnelutti,
lo hace a partir de la noción del proceso. Lo cierto es que el proceso adquiere resonancia
en el orden jurídico a partir de la tutela jurisdiccional que ejerce el estado, a fin de que
los particulares puedan acudir ante ella a resolver sus controversias. En este sentido,
constituye una función propia del Estado, la cual debe ser administrada conforme a lo
establecido por el art. 242 del Código de Procedimiento Civil, en nombre de la
Republica y por autoridad de la Ley.

Es evidente que existe una estrecha relación entre proceso y jurisdicción, ya que
la resolución de los conflictos de relevancia jurídica a través del proceso, exige que se
hayan configurado con anterioridad una serie de órganos investidos de jurisdicción (la
cual se caracteriza por sus notas de unidad e indivisibilidad). Así, es posible sostener
que la jurisdicción es uno de los presupuestos del proceso, y ello es así porque la
función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en cualquier tipo de proceso (en el marco
del proceso legalmente establecido) necesita contar con un tercero imparcial que esté
dotado de jurisdicción. Por otra parte, la estrecha relación existente entre la jurisdicción
y el proceso ha quedado plasmada en teorías como la de Podetti, quien consideró que la
jurisdicción, la acción y el proceso son los tres componentes de la “trilogía estructural”,
que permite al Derecho Procesal alcanzar la categoría de ciencia jurídica.
TEMA 4

La Jurisdicción y otras funciones del Estado

La función primordial de los juzgados y tribunales consiste en resolver,


definitiva y mediante, los diferentes conflictos que ante ellos se plantean, a través de la
aplicación del derecho positivo, para lograr su cometido y con el fin de hacer llegar la
aplicación de justicia a cualquier nivel de la población, el poder judicial basa uso
de estructura organizativa en Jurisdicción y competencias. En este sentido, se define la
función jurisdiccional de la siguiente manera:

En el Diccionario Jurídico Consultor Magno Mabel Goldstein (2008), se


describe la Función Jurisdiccional como: "Es el poder y deber del Estado político
moderno, emanado de su soberanía para dirimir mediante organismos adecuados,
los conflictos de intereses que se susciten entre los particulares y entre estos y el
Estado con la finalidad de proteger el orden jurídico." (p. 292).

Del mismo modo: Puppio (2.009), en su libro de Teoría General del Proceso,
indica como función jurisdiccional: "…y el estado quedó con el deber de la jurisdicción.
La actividad de dilucidar conflictos es uno de los fines principales del estado. Sin esta
función no se concibe el Estado." (p.124).

En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, (CRBV) en su


capítulo III, Del Poder Judicial y el Sistema de Justicia, sección Primera, de sus
disposiciones generales, establece en el artículo 253 que:

El Estado ejerce la función jurisdiccional a través de nuestros tribunales y


para cumplir con la garantía constitucional de la justicia. El Estado debe
asumir directamente la función de resolver los conflictos mediante órganos
investidos de autoridad, donde debe imponer a los contrincantes árbitros
privados. Esta razón de árbitros privados es por la sencilla finalidad de
lograr solución pacifica a los conflictos.(89)
Tomando como referencia lo antes expuesto de puede decir que la función
jurisdiccional es una atribución que se le confiere al Estado como exclusivo y que este
ejecuta a través de la persona de jueces, quienes son los que tienen el poder de ejecución
de hacer cumplir una decisión judicial, para dirimir conflictos e intereses que alteren el
orden social, es por ello, que decimos que la función jurisdiccional comprende la
decisión con fuerza de verdad legal de una controversia entre partes.
Otros doctrinarios, como Bello y Jiménez (2.008), determinan como función
Jurisdiccional: "… El estado tiene como función principal el deber de administrar
justicia y de emitir un juicio jurisdiccional que reconozca el derecho pretendido
mediante la aplicación de la ley y al caso concreto, de manera pacífica y coactiva." (p.
496).
Por último, Bello y Jiménez (2.008), citando a Echandía, expresa que en sentido estricto
de la palabra, se entiende por Jurisdicción:
…la función pública de administrar justicia, emanada de la soberanía del
Estado y ejercida por un órgano especial, que tiene por fin la realización o
declaración del derecho y la tutela de la libertad individual y del orden
jurídico, mediante la aplicación de la ley en los casos concretos para obtener
armonía y la paz social.(p.497).
En función de lo antes expuesto, la Jurisdicción se puede definir como la
potestad que tiene el estado de aplicar y administrar justicia a través del órganos del
poder judicial, de acuerdo a las normas de competencia y procedimientos que
las leyes establezcan, y en nombre del Estado y dentro de los límites de su soberanía,
con el fin de mantener la armonía y la paz social dentro del mismo, es decir, la Función
Jurisdiccional es aquella que realizan los órganos ordinarios o especiales, y que se
traducen en la aplicación del Derecho por la vía del proceso, para hacerse cumplir a
través de muchos tribunales.

Bases de la jurisdicción

Para que la función jurisdiccional cumpla justa y eficazmente su cometido, en la


mayoría de las legislaciones, se le ha rodeado de un conjunto de principios y
condiciones indispensables, denominadas en general bases de la jurisdicción. Entre ellas
se encuentran las siguientes:

Legalidad: no es propia de la actividad jurisdiccional, toda vez que es común a todos


los actos del Estado. Es más bien, un común denominador de todos los órganos estatales
y un principio del Derecho público.

Independencia e inamovilidad: también es una base común a todos los órganos del
Estado. No obstante, la independencia de la función jurisdiccional es, tal vez, de mucha
mayor importancia por el carácter de objetividad e imparcialidad con que debe cumplir
su cometido. La independencia supone que el órgano que la ejerce está libre de sujeción
a otro, sea cual fuere, es decir, no sujeto a los tribunales superiores ni a entidad o poder
alguno (quedando sometido exclusivamente al Derecho).
Responsabilidad: ésta se encuentra en íntima conexión con la anterior, por cuanto los
jueces son generalmente inamovibles en sus cargos, porque son responsables de sus
actos ministeriales (comúnmente civil y penalmente).

Territorialidad: los tribunales sólo pueden ejercer su potestad en los asuntos y dentro
del territorio que la ley les ha asignado.

Sedentariedad: implica que los tribunales deben administrar justicia en lugares y horas
determinados.

Pasividad: en virtud del cual los tribunales pueden ejercer su función, por regla general,
sólo a petición o requerimiento de parte interesada, y sólo excepcionalmente de oficio.

Inavocabilidad: es la prohibición que tienen los tribunales superiores para conocer, sin
que medie recurso alguno, un asunto pendiente ante uno inferior.

Gradualidad: supone que lo resuelto por el tribunal puede ser revisado por otro de
superior jerarquía, generalmente a través del recurso de apelación. Esto implica la
existencia de más de una instancia (entendida ésta como cada uno de los grados
jurisdiccionales en que puede ser conocida y fallada un controversia).

Publicidad: que no se refiere al conocimiento que las partes pueden tener del contrario
o de las diligencias o actuaciones del tribunal, sino del hecho que cualquier persona
pueda imponerse libremente de los actos jurisdiccionales.

.
Referencias Bibliográficas

Carnelutti(1936) , Sistema de Derecho Procesal Civil. Vol. 1. p. 131. Cedam. Padova.


Código Civil Venezolano Comentado y Concordado, Emilio Calvo Baca, Ediciones
Libra, Caracas – Venezuela.
Código de Ética del Juez Venezolano y la Jueza Venezolana, publicada en gaceta
Oficial Nro.: 39.239, de fecha 06 de agosto del 2.009.
Código de Procedimiento Civil, Concordado, Titulado, con Jurisprudencia del Tribunal
Supremo de Justicia y Tribunales de Mérito, Piva y Pinto, Segunda Edición,
Ediciones Liber, Caracas – 2.010.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial, 5.453 del 24 de
marzo del 2000, Ediciones Juan Garay, Marzo 2.009.

Chiovenda G. Institución di Diritto Processuale civile, Vol. II, Napoli.

Diccionario Jurídico Consultor Magno, (2008), Editorial Mabel Goldstein .


Diccionario Jurídico Elemental, Cabanella de Torres, Editorial Heliasta, Argentina.
Teoría General del Procedimiento, Tomo I, Bello y Jiménez, Agosto - 2.008, Ediciones
Liber, Caracas- Venezuela.
Teoría General del Procedimiento, Tomo II, Bello y Jiménez, Agosto - 2.008, Ediciones
Liber, Caracas- Venezuela.
Teoría General del Procedimiento, Vicente Puppio, Novena Edición, septiembre -
2.009, Publicaciones UCAB, Caracas- Venezuela.

Rengel A. Tratado de derecho Procesal Civil Venezolano según el Nuevo Código de


1987. Vol. I. Edit. Ex Libris. Caracas, 1991.

Stein F. El conocimiento Privado del Juez. Trad. De Andrés de la Oliva. 1973.


Universidad de Navarra. Pág. 57.

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