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El libro de las drogas al

alcance de todos

Augusto Pérez Gómez, Ph.D.


Juliana Mejía Trujillo, M. Ant.

Corporación Nuevos Rumbos


2019
CAPÍTULO 4: PRINCIPALES SUSTANCIAS PSICOACTIVAS Y SUS EFECTOS:
PREGUNTAS Y RESPUESTAS1
Para hablar de las sustancias psicoactivas, su clasificación, sus características y principales
efectos en el cuerpo humano, es necesario que nos remontemos por un momento a nuestras viejas
clases de biología del colegio y recordemos brevemente el funcionamiento de nuestro Sistema
Nervioso Central.
El Sistema Nervioso Central (SNC) está encargado de las llamadas funciones mentales
superiores, es decir de la conciencia, la memoria, el lenguaje y el pensamiento; por esto es de cierta
forma el responsable de la vida en sociedad. Su adecuado funcionamiento es tarea de unas células
llamadas neuronas y de las interconexiones que estas establecen entre sí por medio de la sinapsis. Las
neuronas tienen las mismas características de las otras células del cuerpo, pero hay algo especial que
las diferencia: poseen lo que podríamos llamar una “larga cola” o axón, en la que encontramos varias
ramificaciones o dendritas, que están en continuo contacto con los axones y dendritas de las otras
neuronas; gracias a esto funciona nuestro cerebro. Para que la información enviada a través de dichas
ramificaciones pueda ser leída e interpretada por nuestro cuerpo, es necesaria la presencia de unas
sustancias químicas llamadas neurotrasmisores, que están depositadas en pequeñas “bolsitas”
ubicadas en las terminaciones de los axones y las dendritas. Estas sustancias que son liberadas en el
momento de la unión entre dos neuronas (sinapsis), son las que realmente hacen posible la
transmisión del mensaje. Todas las sustancias psicoactivas actúan sobre los neurotrasmisiores
modificando y alterando su funcionamiento natural, y por ende el de quienes las consumen.
Ahora que usted sabe cómo es que las SPA entran a alterar el funcionamiento de nuestro
cerebro, podemos pasar a clasificarlas y definirlas dependiendo del principal efecto que ejercen sobre
el SNC . Aun cuando aquí hablaremos de los efectos a corto, mediano y largo plazo, hay dos conceptos
importantes que los lectores deben conocer: se trata de dependencia y abuso de sustancias; estas
definiciones se aplican a todas las sustancias, pues todas ellas, con la única excepción de los
alucinógenos, pueden producir dependencia, y de todas ellas se puede abusar.
Dependencia:
 Se emplea mucho tiempo en conseguir la droga, en consumir o en recuperarse del consumo.
 Se disminuyen o abandonan actividades sociales, ocupacionales o recreacionales

1
Todo este capítulo fue actualizado con base en el curso dictado por los autores en la Facultad de
Medicina de la Universidad de los Andes entre 2016 y diciembre de 2018 bajo el título de “Sustancias
psicoactivas sin censura”. Las principales fuentes documentales aparecen al final del capítulo para
facilitar el trabajo de quienes quieran profundizar algunos temas.
 Se continúa el uso a pesar de saber que se tiene un problema que es causado o exacerbado
por el consumo.
Abuso:
El concepto de abuso requiere que haya uso recurrente durante 12 meses o más con una o más
de las siguientes consecuencias:
• No cumplimiento de obligaciones.
• Uso en situaciones peligrosas.
• Uso con consecuencias legales.
• Uso a pesar de problemas sociales o interpersonales.
Hay varias formas de catalogar las SPA, pero nosotros proponemos una sencilla y útil compuesta
por cinco categorías: depresores del SNC, estimulantes del SNC, alucinógenos sustancias mixtas y
“sustancias nuevas”.

DEPRESORES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL


Este tipo de sustancias psicoactivas actúan disminuyendo la actividad del SNC; por esta razón
observamos en las personas que las consumen una disminución del estado de conciencia, una
disminución de la capacidad de respuesta a la estimulación sensorial, una disminución en la
espontaneidad, un bajo funcionamiento cognitivo y una reducción de la actividad física. Su nombre no
significa que produzcan un estado emocional de depresión o tristeza. Todos los depresores del SNC
producen dependencia física, dependencia psicológica y tolerancia (ver glosario). Consumidos en altas
dosis pueden producir somnolencia, letargo, amnesia, anestesia y hasta la muerte. Dentro de estas
sustancias se incluyen: el alcohol, el opio y sus derivados (morfina, heroína y opioides), los barbitúricos
y los sedantes o tranquilizantes, los inhalables (pegantes, gasolina, solventes) y los anestésicos.

¿Qué es el alcohol?
Es el nombre abreviado de una clase especial de alcohol, el etanol, que desde tiempos
inmemoriales ha sido utilizado con fines embriagantes. Se obtiene de fermentación, como en el caso
de la chicha, el guarapo, la cerveza y el vino, o de destilación, como en el caso del whisky, el brandy, el
vodka y todas las llamadas “bebidas fuertes”. El etanol es el único de los alcoholes producidos
industrialmente que puede ingerirse sin riesgo de envenenamiento inminente; el metanol, que es el
alcohol de cocina o industrial, es mucho más tóxico y su ingestión puede ser mortal, o producir ceguera
irreversible en los casos benignos: dentro del organismo se transforma en formol.
El alcohol modifica el metabolismo, y en las personas con serios problemas de consumo la
suspensión brusca de la bebida produce un “síndrome de abstinencia” muy agudo, caracterizado por
temblor en las manos, confusión, ansiedad severa y crisis alucinatorias que pueden desembocar en el
llamado “Delirium tremens”.
Aun cuando en pequeñas dosis (no más de dos tragos) el alcohol puede ser un facilitador de
relaciones sociales entre los adultos, no hay la menor duda (como lo veremos más adelante) de que
su consumo puede provocar graves daños en los niños, adolescentes y jóvenes. El hecho de contar con
una amplia aceptación social no cambia en nada la circunstancia de que su abuso ha matado más
gente, enviado más víctimas a los hospitales, provocado más arrestos, destruido más hogares y
costado más dinero a la industria, que el abuso de heroína, anfetaminas, barbitúricos y marihuana
juntos. El abuso crónico de alcohol puede producir diferentes formas de psicosis graves (trastornos de
pensamiento, alucinaciones, delirios), muerte por cirrosis (daño hepático irreversible) y deterioro
general del organismo.
Quizás la resistencia social a considerar el alcohol como una sustancia peligrosa se debe a que
estos efectos suelen tomar varios años en presentarse, a diferencia de lo que ocurre con otras
sustancias, como el basuco (pasta básica de cocaína) o la heroína. También hay razones de tipo
cultural: en nuestro medio, muchos padres de familia creen que el hecho de que los adolescentes y
jóvenes tomen, incluso en exceso, “no tiene nada de malo”, “es lo normal de la juventud”, e incluso
ellos mismos lo promueven. La realidad es que cometen un error y provocan un daño que, no por ser
involuntario, es menos grave, además de ser un acto ilegal.

Indicadores de que una persona tiene o puede tener serios problemas con el alcohol

El primero es la tendencia a ingerir alcohol cuando se experimenta tensión o nerviosismo.


Otros son: la aparición de “lagunas” de memoria, durante las cuales la persona actúa de una manera
aparentemente normal; la tendencia a beber a escondidas y a tener “provisiones” de alcohol antes
que cualquier otra cosa; la tendencia a beber muy rápido; la imposibilidad de detenerse una vez que
se ha comenzado a beber; el eludir el tema del alcohol en las conversaciones; la falta de
reconocimiento, contraria a la evidencia, de que el alcohol está provocando problemas, y el atribuir
las faltas cometidas a exageraciones de los demás, o a la clase de alcohol que se está tomando; la
negativa a ingerir alimentos mientras se bebe; el consumo frecuente o regular, experimentado como
una necesidad que se disfraza como una manera “normal” de divertirse, o como “exigencias sociales”
o “necesidades del trabajo”.
Las razones por las cuales alguien comienza a tomar alcohol en exceso son las mismas, e
igualmente variadas, que las del uso de todas las sustancias psicoactivas: búsqueda de placer, presión
de grupo, curiosidad, problemas familiares, aburrimiento, idea de festejo, falta de normas claras en la
familia, problemas personales, entre otras; el agravante en este caso es que su uso no es sancionado
socialmente sino cuando sobrepasa ciertos límites. Algunos de los factores que influyen pueden ser
sentimientos de subvaloración, baja resistencia a la frustración y a la tensión provocada por la vida
cotidiana, conflictos más o menos permanentes que no se resuelven, tendencia a huir en vez de
enfrentar las dificultades y condiciones facilitadoras del ambiente.
Según el Fondo de Prevención Vial (2007), el 45% de los jóvenes colombianos consume alcohol
porque los hace sentir contentos, alegres y simpáticos frente a su grupo de amigos.

1. El 24% siente que se desinhibe, les representa un cambio de ánimo y los vuelve espontáneos.
2. Un 23% dice que lo hace por motivos de integración y unión con su grupo social.
3. El 21% porque les produce sensación de relajación y descanso y les hace sentir placer.
4. El 10% lo hace porque les agrada el sabor y un 4% porque les quita la sed.
5. El resto lo hace por el efecto que produce o simplemente por nada.

La mayoría de los jóvenes que participaron en el estudio mencionaron haber consumido


alcohol los días sábados (89%); el 76% lo hace los viernes, el 7% dice hacerlo los jueves y al 8% le es
indiferente el día, dependiendo de la oportunidad. La frecuencia con que consumen licor también es
alta, el 5% reconoce que lo hace dos veces a la semana, el 20% una vez a la semana y otro 20% cada
15 días. Consideran igualmente que la situación en la que les es imposible no tomar son las rumbas,
fiestas, encuentros con amigos, fines de semestres, parciales o reuniones familiares. Los sitios
escogidos por ellos para tomar son los bares y “rumbeaderos” y las casas o apartamentos de ellos o
de sus amigos.
El uso temprano de alcohol en los jóvenes, cada vez más frecuente, permite calcular las
probabilidades de uso de otras SPA: estudios hechos en diferentes países, y también en Colombia
(Pérez Gómez y Scopetta, 2009; Pérez Gómez, Scopetta y Flórez, 2011), muestran que quienes
comienzan a consumir alcohol antes de los 14 años tienen hasta 10 veces más probabilidades de tener
problemas con el alcohol en la adultez y de consumir otras sustancias, que quienes empiezan a tomar
después de los 18 años. De hecho, prácticamente la totalidad de las sustancias psicoactivas (SPA) suele
ingerirse acompañada de alcohol, lo cual puede resultar fatal, especialmente si se mezclan dos
depresores (alcohol y barbitúricos, por ejemplo); pero la mezcla con estimulantes (como el éxtasis)
también puede tener efectos irreversibles.
Muchas personas se preguntan si existen factores hereditarios que predisponen al
alcoholismo. La respuesta es afirmativa: las investigaciones de los últimos años muestran que los
padres alcohólicos tienden a tener hijos predispuestos a serlo. Esto significa que el alcohol es asimilado
de una forma especial por el organismo, lo cual facilita el que la persona cree más fácilmente
dependencia, pero debe ser claro que no se trata de una “causa” de los problemas, sino de una
predisposición. De hecho, bien empleada esta predisposición puede ser considerada positiva: al ver lo
que le ocurrió a su padre o a su abuelo, el joven puede tomar la decisión de manejar el alcohol con
prudencia.
Es importante aclarar un aspecto que ha sido la base de algunos de los mitos más difundidos
entre los jóvenes: que tomar cerveza, o vino, es menos perjudicial que tomar licores (bebidas
destiladas) como el vodka, el whisky o el aguardiente, pues las primeras tienen mucho menos alcohol.
La última parte de la frase es cierta, pero la conclusión es falsa: lo que importa es la cantidad de alcohol
que entra en el organismo, y por ellos se han establecido internacionalmente unas equivalencias:

EQUIVALENCIAS DE BEBIDAS ALCOHOLICAS

Una copa de aguardiente

1 Trago de Whisky = Una copa de vino de 5 onzas

Un vaso de cerveza grande

Recuerde que lo que importa no es el tipo de trago que usted toma, sino la cantidad de alcohol
que contiene por volumen: un trago de whisky tiene cerca de 10 veces más alcohol que una cerveza,
pero la cerveza es, en volumen, cerca de 10 veces más grande que el trago de whisky

ADOLESCENCIA, JUVENTUD Y CONSUMO DE ALCOHOL

Uno de los períodos más importantes dentro del ciclo vital del ser humano y que determina
en gran parte la identidad sexual del individuo, las bases morales, la personalidad y el estilo de
pensamiento, es la etapa de la adolescencia. Este es un momento de transición entre la niñez y la edad
adulta que va desde los 11 a los 19 años de edad, aproximadamente. Durante este período el joven
entra en un proceso de cambios biológicos y psicológicos importantes que explican gran parte de su
repertorio cognitivo y conductual, considerado muchas veces por los adultos como incipiente y
desafiante.
En nuestro país, como en muchos otros del mundo occidental, el disfrute del ocio y de las
relaciones sociales suele estar asociado con el uso de alcohol; en Colombia este tipo de
comportamiento puede apreciarse en ciertas zonas de las ciudades grandes, donde los jóvenes se
congregan de forma masiva en parques, plazoletas, espacios cercanos a algunas universidades en las
que hay un número considerable de bares, discotecas y sitios de venta; la falta de control por parte de
los agentes policiales, el incumplimiento de las normas legales frente al expendio y la venta de alcohol
a menores de edad, o en los alrededores de entidades educativas, hacen que el consumo de alcohol
entre los jóvenes sea muy fácil y que tienda a incrementarse, considerándose como algo normal y que
“todo el mundo hace”.
Este aumento en el abuso de alcohol y otras drogas en determinados contextos, se ve influido
por otros factores (que serán explicados a continuación), como las actitudes favorables hacia el
consumo por parte de los adultos, una baja percepción de riesgo, influencias normativas inadecuadas
y representaciones sociales o creencias positivas frente al consumo de alcohol (Hawkins, Catalano y
Miller, 1992; Moncada, 1997; Becoña, 1999). Estos cuatro aspectos, en última instancia, predicen la
intención de consumo en el adolescente.

A. Percepción de Riesgo
La percepción de riesgo es entendida como el nivel de identificación que hace una persona de
los peligros potenciales de llevar a cabo una conducta, en este caso de consumir o no alcohol; de esta
manera, a menor percepción de riesgo mayor probabilidad de consumo y viceversa.
La evaluación que el sujeto haga de ciertos aspectos relacionados con el consumo y su estilo
de vida (“eso no tiene nada de malo”; “eso no es peligroso; “todos los jóvenes lo hacen y no pasa
nada”; “mis papás toman y no son alcohólicos”), determinarán no solo el inicio sino el mantenimiento
del uso del alcohol y otras drogas.

B. Actitudes Favorables hacia el Consumo


Sabemos que las actitudes y las expectativas que tengan los jóvenes hacia la experimentación
de sustancias legales e ilegales pueden ser tomadas tanto como factores protectores como factores
de riesgo. Algunos de los principales factores que estimulan o incrementan las actitudes favorables
hacia el consumo son (Moral, Rodriguez y Sirvent, 2006): el contacto con cierto tipo de ambientes; los
amigos con las que se inició el consumo; las manifestaciones de búsqueda de atención y la conducta
desviada; las crisis personales, el ausentismo escolar, la conducta violenta y el rechazo familiar; las
falsas creencias sobre el alcohol y la presión de grupo.
C. Influencia Normativa
Cuando se habla de influencia normativa, se está haciendo referencia a la percepción que tiene
la persona sobre lo que piensan personas o instituciones significativas con respecto a que realice o no
determinada conducta; es decir, los juicios sobre lo que está bien o está mal, y la necesidad de respetar
los límites. Es importante no perder de vista que la familia, la escuela (o la universidad) y el grupo de
amigos son los tres actores más importantes para regular la conducta del joven; la influencia normativa
adecuada sólo se logra a través de la creación y el cumplimiento de normas claras por parte de dichos
actores.

D. Representaciones sociales y su relación con mitos, percepción de riesgo y actitud hacia el consumo.
Las representaciones sociales se refieren, básicamente, a las creencias de las personas (que
algunas veces no son del todo ciertas). El conjunto de creencias que tienen las personas acerca de la
salud y el consumo de alcohol se encuentra estrechamente relacionado con la actitud positiva o
negativa hacia el consumo. Algunas de las creencias y expectativas de los jóvenes frente al consumo
de alcohol son las siguientes: el consumo de alcohol y otras sustancias facilita la integración social, la
expresión de los sentimientos, desinhibe la conducta, incrementa la respuesta sexual, reduce la
tensión física y psicológica, aumenta la agresividad y los sentimientos de poder, y la aceptación en el
grupo de amigos o compañeros (Mora Ríos y Natera, 2001); también es común creer que las drogas
les hacen olvidar los problemas y que lo bueno del alcohol es que “lo vuelve a uno sincero” y le permite
desahogarse. (Ortega, Minguez y Pagan, 1993).

II. ALGUNAS CONSECUENCIAS DEL CONSUMO DE ALCOHOL EN MENORES DE 18 AÑOS

Teniendo en cuenta las leyes y normas existentes en nuestro país, es importante saber que
tanto el diseño como la aplicación de éstas frente al tema del alcohol en menores de edad, tiene una
lógica de fondo: el enorme daño que se produce en los jóvenes a nivel de salud como producto de su
abuso, y todas las implicaciones sociales y económicas que genera, no sólo para el individuo mismo,
sino para el país en general. El consumo de alcohol en menores de edad puede afectar las siguientes
áreas de funcionamiento:

A. Consecuencias en la Salud.
Las consecuencias del abuso de alcohol sobre la salud son muy variadas y sus efectos negativos
sobre órganos y sistemas ocurren de manera progresiva y pueden llegar a ser irreversibles.
Quizá una de las consecuencias más graves que trae el consumo de alcohol es el compromiso
de varias áreas y funciones del cerebro, lo cual hace que el desempeño a nivel intelectual no sea el
más adecuado.
Se ha comprobado en algunos estudios, que ciertas regiones del cerebro como la corteza
prefrontal (encargada de la toma de decisiones, planeación, raciocinio, solución de problemas y
control de impulsos), junto con el hipocampo (responsable parcialmente del aprendizaje, la memoria
y ciertos procesos de abstracción) se muestran fuertemente afectados con el consumo frecuente de
alcohol en adolescentes; la razón es que el cerebro solo alcanza su máximo desarrollo alrededor de
los 21 años de edad; el beber alcohol antes de esa edad afecta el progreso madurativo del cerebro en
el niño o adolescente, trayendo como consecuencia dificultades a nivel cognoscitivo. (Society for
Neuroscience, 2002).
Los estudios de la Universidad de Duke (White y Swartzwelder, 2006) y de la Universidad de San
Diego (Brown y Tapert, 2008) muestran de forma contundente que en los adultos jóvenes que como
adolescentes fueron consumidores frecuentes de alcohol, hay un desempeño pobre en pruebas de
memoria verbal y no verbal, dificultades para focalizar la atención y en el manejo de abstracciones
espaciales, como la lectura de mapas.
En cuanto al hígado las consecuencias son igualmente desfavorables, pues este órgano
es el encargado del procesamiento metabólico del alcohol, y el consumo frecuente daña sus células.
Según el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (2000), una de las principales causas de
trastornos y muertes en los Estados Unidos es por enfermedades hepáticas.
El alcohol también disminuye la capacidad de absorción de nutrientes en el intestino delgado,
y puede causar problemas de salud en los huesos y en el sistema endocrino.
En los riñones el consumo de alcohol afecta el balance de iones y agua que necesita el cuerpo
para regular su metabolismo, afectando de esta manera el desarrollo normal del joven; los problemas
de sobrepeso son más comunes, ya que los adolescentes que beben tienen más probabilidades de
engordar o padecer problemas de salud: la Universidad de Washington reveló en una de sus
investigaciones que las personas que consumían normalmente cinco o más bebidas alcohólicas, una
detrás de la otra, desde los 13 años, eran más propensas al sobrepeso o a la hipertensión a la edad de
24 años que aquellas que no bebían alcohol.
Las repercusiones sobre la salud como consecuencia del consumo de alcohol también pueden
ser vistas en términos de salud mental; por ejemplo las niñas entre 12 y 16 años de edad que beben
alcohol actualmente tienen cuatro veces más probabilidades de sufrir depresión que las niñas de la
misma edad que no beben (Hanna, Hsaio-Ye y Dufour, 2000); esto puede provocar otro tipo de
trastornos psicológicos en el adolescente, como conductas desafiantes, agresividad, dificultades de
aprendizaje y consumo de otras sustancias psicoactivas.

B. Consecuencias Académicas.

A partir de las implicaciones que tiene el consumo de alcohol sobre el funcionamiento


cerebral, el bajo rendimiento académico puede ser una consecuencia significativa en el adolescente;
lo que ocurre usualmente es que el aprendizaje se vuelve mucho más lento en comparación con otras
personas de su misma edad. De la misma manera, se alteran los procesos atencionales, de memoria y
pensamiento. Una prueba de ello son las investigaciones realizadas por Brown, Tapert, Granholm et
al. (2000), quienes indican que los adolescentes que abusan del alcohol recuerdan un 10 por ciento
menos de lo que aprendieron comparados con los adolescentes que no toman.
Es importante resaltar otro aspecto que se encuentra inmerso dentro de esta problemática:
el ausentismo y la deserción escolar. Hay estudios que muestran que estudiantes de la escuela
secundaria que usan alcohol u otras drogas, tienen cinco veces más probabilidad de abandonar la
escuela que los estudiantes no consumidores de alcohol (NCASCU, 2001).

C. Conductas de riesgo asociadas al consumo de alcohol


Uno de los aspectos que más se destaca en la adolescencia es el sentimiento de
invulnerabilidad con relación a situaciones de peligro que podrían presentarse en determinado
momento; frecuentemente los estudiantes que beben grandes cantidades de alcohol, comparados
con los que no beben, exhiben más conductas de riesgo para sí mismos y para los demás (Hingson,
Heeren y Winter 2006). A esto se añade el que, en general, las medidas de protección para los
adolescentes son mínimas, sobre todo en lo que se refiere al ejercicio de su sexualidad, lo que se refleja
en el número creciente de embarazos no deseados y de casos de infecciones de transmisión sexual.
En un estudio realizado por IREFREA, (2008) se observó que jóvenes de nueve países europeos
(incluida España) y con edades comprendidas entre 16 y 35 años, reconocían que el consumo de alcohol
y determinadas drogas los llevaban a “alterar sus decisiones” y a mantener relaciones sexuales “de las
cuales luego se arrepentían”.

Otro problema asociado es el suicidio. En el año 2000, jóvenes de 12 a 17 años de edad que
dijeron haber bebido alcohol en el último año presentaron el doble de probabilidad de estar en riesgo
de suicidio (19.6 %) que aquellos que no habían bebido durante este periodo (8.6 %) (NHSDA, 2002).
Una tercera conducta de riesgo son los accidentes vehiculares. En Colombia, los accidentes
vehiculares no son ocasionados únicamente por quien conduce, sino también por la irresponsabilidad
de algunas personas que no cumplen las normas peatonales; en este caso el joven que se encuentra
en estado de embriaguez puede ser la víctima perfecta para ser arrollado por algún vehículo.

D. Consecuencias Sociales.
Tal vez las consecuencias sociales más importantes en jóvenes consumidores, es que tienen
mayores probabilidades que otros de participar o ser víctimas de crímenes violentos, como abuso
sexual, asalto agravado, robos en estado de embriaguez. Según Pérez (2007) el rechazo y el aislamiento
que se le hace al consumidor (señalamiento negativo por parte de la familia y la sociedad, la
desconfianza, agresiones con alto nivel de conflicto y hostilidad), son las principales características del
consumo de alcohol y otras drogas. Esto, en últimas, destaca la existencia de consecuencias negativas
no sólo para el mismo adolescente y su familia, sino para la sociedad en general.

III. A manera de resumen:


Como muy bien sabemos el alcohol es una de las sustancias psicoactivas con mayor protagonismo en
la población juvenil; hablamos de una sustancia de producción, distribución y consumo legales, por lo
que su uso está normalizado en nuestra cultura (García, López y Quiles, 2006). Desde este punto de
vista se despliega una gran variedad de factores de riesgo que impulsan al joven a iniciarse en el
consumo. Algunos de ellos son:
a. Disponibilidad y accesibilidad de las sustancias (por ejemplo la disponibilidad del alcohol por
ser una sustancia legal, escaso control de la ley, precio, horario de venta, lugares de venta).
b. Institucionalización y aprobación social (el alcohol es una sustancia aceptada socialmente y la
televisión, el cine, la prensa, muestran personajes famosos divirtiéndose y bebiendo alcohol).
c. Publicidad como una fuente de presión social hacia el consumo y presencia de mensajes
persuasivos en los que los jóvenes no tienen una actitud crítica frente a los medios
audiovisuales.
d. Asociación del alcohol y drogas de síntesis (éxtasis, popper, dick) con el ocio (ligado al tiempo
libre, a fines de semana, a ciertos lugares como discotecas, y a la búsqueda de nuevas
sensaciones y experiencias).
e. Desinformación y prejuicios: falta de conocimiento o información errónea sobre las drogas,
repercusiones negativas etc.
f. Actitudes favorables hacia el consumo: Son predictores del inicio del consumo de alcohol y
otras drogas.
¿PROBLEMAS DE ALCOHOL? CALIFÍQUESE UD. MISMO(A)
A continuación Ud. encontrará una serie de frases a las que debe responder “sí” o “no”; al final
del cuestionario encontrará los valores de cada respuesta y la interpretación general que puede darle
al cuestionario.

1. Ud. tiene una personalidad obsesiva. (SI) (NO)

2. Con alguna frecuencia tiene lagunas bajo efectos del alcohol (SI) (NO)

3. Ud. se toma todos los días un solo trago (SI) (NO)

4. Ud. se emborracha, en promedio, una vez al mes (SI) (NO)

5. A medida que pasa el tiempo, Ud. se emborracha con cantidades menores de (SI) (NO)
alcohol

6. Ud. siempre tiene alcohol en su casa (SI) (NO)

7. Cada vez que toma trago se emborracha a fondo (SI) (NO)

8. Ud. se toma por lo menos 5 tragos diarios (SI) (NO)

9. En promedio, Ud. toma más rápido que quienes lo rodean (SI) (NO)

10. Cuando Ud. toma suele ponerse agresivo y difícil (SI) (NO)

11. Una vez que Ud. empieza a tomar no puede parar (SI) (NO)

12. Ud. tiende a echarle la culpa de los problemas a los demás (SI) (NO)

13. Ud. tiende a disfrazar su consumo excesivo de alcohol como


(SI) (NO)
“parte del trabajo” o “ sólo social”

14. Ud. nunca entrega las llaves del carro cuando ha tomado (SI) (NO)

15. La mayor parte de las veces Ud. toma solo(a) (SI) (NO)

16. Ud. su primer trago se lo toma por la mañana (SI) (NO)

17. Ud. tiende a tomarse un trago con cualquier disculpa (SI) (NO)

18. Ud. a veces toma “a escondidas” (SI) (NO)

19. Ud. no acepta hablar sobre sus problemas con el alcohol (SI) (NO)

20. Ud. atribuye su mal comportamiento bajo efectos del alcohol a las mezclas de trago (SI) (NO)
Calificación: Las respuestas afirmativas tienen las siguientes calificaciones:
1= 0; 2=2; 3=0; 4=2 ; 5=2; 6=0; 7=2; 8=2; 9=1; 10=2; 11=2;
12=0; 13=1; 14=1; 15=1; 16=2; 17=2; 18=1; 19=1; 20=1.

El máximo puntaje posible es 25. Si Ud. tiene una suma entre 18 y 25 puntos, es seguro que
Ud. está presentando serios problemas con el alcohol y que necesita ayuda profesional, y pronto! Si
tiene entre 10 y 17 sus problemas pueden convertirse en muy severos en poco tiempo, así que lo
mejor es que busque ayuda o consulte de una vez. Con menos de 10 probablemente sus dificultades
son ocasionales, pero aun así debe ponerles atención.
©Corporación Nuevos Rumbos

Referencias

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Alcoholism, chapter 8, (pp. 161-176). New York: Springer.

LOS NARCÓTICOS: OPIO, MORFINA Y HEROÍNA; OPIÁCEOS Y OPIOIDES


La palabra 'narcótico' (cuya raíz griega significa “sueño”) designa específicamente al opio y sus
derivados, conocidos desde hace más de 6.000 años por sus poderes analgésicos y por su capacidad
de inducir al sueño: se encontraron cápsulas de opio en tumbas en España de 4200 A.E.A.2; por esa
razón llegaron a ser considerados como un grandioso regalo de los dioses para aliviar el sufrimiento
humano. Sumerios, asirios, babilonios y egipcios ya lo conocían, y todos los grandes médicos de la
antigüedad como Hipócrates, Galeno y Avicena lo utilizaban en sus tratamientos. El opio se extrae de
una planta de la familia de las amapolas, cuyo nombre científico es Papaver somniferum; esta planta
es muy común en muchos países y muchos climas, y no requiere de cuidados especiales. Las principales
sustancias activas contenidas en el opio, es decir sus alcaloides, son la morfina y la codeína; la primera
es un poderoso analgésico e inductor de sueño, la segunda un inhibidor de la tos, razón por la cual las
dos son sustancias ampliamente empleadas en el campo médico.
La morfina fue aislada por primera vez por el farmacéutico alemán Frederick Sertürner en
1803, quien le dio ese nombre como referencia al dios griego del sueño, Morfeo. Su uso se extendió y
difundió a tal punto, que los derivados del opio fueron utilizados para el tratamiento de enfermedades
como tos, diarrea, fiebre, epilepsia, melancolía, diabetes, úlceras de la piel, etc. Ya para finales del siglo
XIX mucha gente se convirtió en adicta, debido a su amplia popularidad como “remedio casero”, y
llegó a ser suministrado a los bebés de madres trabajadoras que los dejaban sedados y dormidos en
sus casas.

2
“Antes de la Era Actual”: por la diversidad de religiones y credos, la referencia “antes de Cristo” ha
sido reemplazada internacionalmente por A.E.C.
En el siglo XIX, asociado a los grandes avances de la medicina, se observó un gran incremento de
su uso en Gran Bretaña en una multitud de productos (incluido el láudano, opio diluido en alcohol),
así como un aumento notable del consumo de opio fumado. Las regulaciones se iniciaron alrededor
de 1868 en Europa, y la Guerra de Secesión en los Estados Unidos provocó un incremento inmenso
de su uso médico.
Existen sustancias tanto naturales como artificiales que poseen una estructura química
semejante a la del opio, y por consiguiente producen efectos similares. Entre las naturales
encontramos unas sustancias producidas por el cerebro, en la glándula pituitaria, que tienen como
función atenuar el dolor y de cierta forma el sufrimiento; las más comunes dentro de esta categoría
se llaman endorfinas. Estos opioides naturales tienen receptores nerviosos específicos en el cerebro y
la médula espinal, razón por la cual los derivados artificiales del opio actúan fácilmente en los centros
cerebrales del placer, el dolor, la emoción y la percepción, produciendo los mismos efectos pero con
mayor intensidad, que los producidos por nuestros opioides naturales en caso de ser necesario para
nuestro organismo. Por ser las de mayor uso, en este capítulo haremos énfasis en la morfina y la
heroína, la primera derivada natural del opio, y la segunda opioide sintético.
A partir de la morfina se elabora fácilmente la heroína que, al contrario de las anteriores, no tiene
actualmente ningún uso médico. La heroína fue desarrollada por el farmaceuta alemán Heinrich Dreser
en 1898 y comercializada por la compañía alemana Bayer. En las primeras pruebas se hizo evidente el
efecto analgésico de la sustancia, a pesar de causar náusea y vómito. Se promocionaba en los
periódicos, su venta era libre y se comparaba en superioridad con la aspirina. Hoy sabemos que es una
sustancia altamente adictiva y que a pesar de producir efectos relajantes y placenteros, su consumo
acarrea una gran cantidad de consecuencias negativas. Como anécdota interesante, Dreser fue (junto
con otros investigadores) responsable de la creación de la aspirina: desde tiempos inmemoriales se
sabía que el ácido salicílico (extraído del sauce) era un muy buen analgésico, pero que producía
sangrado estomacal; los investigadores le agregaron un radical acetil, obteniendo el ácido
acetilsalicílico o aspirina. Dreser pensó que podía agregarle un radical acetil a la morfina, pero su
monoacetilmorfina resultó ser 10 veces más poderosa que la morfina; entonces le agregó dos: de ahí
surgió la heroína o diacetilmorfina.
La heroína entonces es un derivado directo del opio pero manipulada químicamente, y por eso
recibe el nombre de “opiáceo”. Existe otro grupo de sustancias, totalmente sintéticas, que tienen poco
parecido químico con la morfina, pero que producen efectos similares en los receptores del SNC: estas
sustancias se llaman “opioides” y han jugado un papel importantísimo en la medicina de los últimos 50
años, y recientemente han producido una de las peores epidemias de abuso de medicamentos de la
historia, como veremos más adelante. Entre esa sustancias se encuentran la Mepiridina (Demerol) que
tiene un efecto de corta duración; la Oxicodona (Percocet y Percodan), que se debe emplear en dolor
crónico, pero que ha sido objeto de grandes abusos; el Fentanilo y Lofentanilo, anestésicos muy
poderosos; el Dextrametofano, ampliamente utilizado en jarabes antitusígenos; la Metadona, que
evita el síndrome de abstinencia de los heroinómanos, pero que también produce dependencia física;
y la Naloxona, que es un antagonista de todos los opioides y que ha salvado la vida de muchos usuarios
de heroína y de opioides que presentan sobredosis.
Los Estados Unidos han sido testigos en los últimos años de un incremento considerable del uso
de opioides, en buena parte debido a la publicidad extrema de las compañías farmacéuticas y al mal
criterio de muchos médicos, con consecuencias catastróficas: en el año 2016 hubo 64.000 muertos y
en el 2017, 75.000. Adicionalmente, países como China y Rusia han producido y “exportado”
masivamente anestésicos como el fentanilo, que resulta mucho más barato que la heroína. Este
fenómeno ha sido tan masivo que por primera vez en su historia, la expectativa de vida en Estados
Unidos ha disminuido en vez de aumentar! Los opioides mataron a más personas en esos dos años
que todas las guerras en las que ese país ha participado desde la II Guerra Mundial. Por ello es
aconsejable ser extremadamente prudentes en el uso de estos medicamentos y no aceptar
prescripciones de productos como la Oxicodona sin razones suficientemente poderosas.
Recientemente los medios de comunicación han hablado de una sustancia llamada “krokodyle”
(cocodrilo), y como ocurre con frecuencia, han hecho sonar alarmas sobre algo que en nuestros países
es virtualmente inexistente. Ha habido unos pocos casos en Estados Unidos de consumo de esta
sustancia, que es desomorfina, un opiáceo extraído de la codeína que se mezcla con otras sustancias
como paracetamol, y se vende libremente en Rusia, en donde sí se ha convertido en un problema
serio, pues los heroinómanos la utilizan como sustituto barato; su uso frecuente produce una especie
de escamamiento de la piel y de ahí la referencia al cocodrilo.
Aparte de los efectos sobre el dolor y sobre la tos, los opiáceos y opioides disminuyen la
actividad del SNC haciendo más lentos los ritmos respiratorio y cardíaco. Más que bloquear o eliminar
el dolor, los opioides cambian la reacción emocional frente a él, ya que el dolor se siente aún, pero
importa menos; algo similar ocurre con el hambre, el miedo y la ansiedad. Muchos consumidores
experimentan esta disminución de sufrimiento como algo similar a bienestar y felicidad.
Aparte de los señalados arriba, los efectos más notables de la heroína y los opioides son:
 Deprimen tres centros importantes en el tallo cerebral: respiración, vómito y tos, pero tienen
poco efecto en corazón;
 Lentifican el procesamiento de alimentos: detienen la diarrea pero producen estreñimiento;
 Hay disminución del tamaño pupilar (pupilas como “cabeza de alfiler”), por lo que en bajas
condiciones de luz se disminuye notablemente la visión;
 Disminuyen los niveles de hormonas sexuales;
 Producen sueños o ensoñaciones diurnas;
 La ejecución psicomotora resulta más afectada que la cognitiva, por ello algunos pueden
mantener su funcionalidad durante largos períodos;
 Parece haber pocos efecto directos sobre salud, y con dosis moderadas los consumidores
pueden trabajar y mantener buena salud; sin embargo, el consumo de heroína interfiere
procesos de reparación de DNA, por lo que puede ser cancerígena;
 Los incrementos de dosis no siempre se producen por tolerancia, sino que los efectos
reforzantes de la droga llevan al usuario a buscar mayores niveles de placer;
 En altas dosis, la heroína y los opiáceos producen un estado comatoso, depresión respiratoria
y muerte eventual;
 Debido a los altos costos (algunos usuarios pueden consumir hasta 10 veces en un día), se
producen cambios de estilo de vida y la desnutrición es muy común;
 El síndrome de abstinencia nunca es fatal; comienza entre 6-12 horas , alcanza el pico a las
26-72 horas y desaparece a la semana;
 Los índices de mortalidad son entre 50 y 100 veces superiores a los de no consumidores.
Los derivados del opio y los opioides de los que más se ha abusado hasta el momento son la
morfina, la codeína y la heroína, que suelen administrarse por vía oral (gotas, comprimidos) o por vía
intravenosa. La heroína puede, además, fumarse. Pero, cualquiera que sea la vía de administración, en
los consumidores de opioides hay una alta incidencia de trastornos pulmonares, especialmente de
neumonía; esto se debe a que estas sustancias producen depresión respiratoria y una disminución de
la resistencia a las infecciones. En general, los consumidores de opioides desarrollan tolerancia y
dependencia a la sustancia y presentan síndrome de abstinencia.
El síndrome de abstinencia se presenta después de la suspensión del consumo, y su severidad
la determinan factores individuales como el tiempo de uso, la frecuencia del consumo, la salud general
y las condiciones bajo las cuales se presenta. Los primeros síntomas comienzan entre las 8 y 12 horas
después de la última dosis; en este período se observa sudoración, congestión nasal, bostezos y ojos
llorosos. En esta etapa la persona presenta sueño agitado que puede durar muchas horas y aun cuando
se levanta, la agitación continúa acompañada de depresión, pérdida de apetito, dilatación pupilar y
temblores. En una segunda etapa, entre las 36 y 72 horas después de la última administración, la
persona presenta escalofríos, “piel de gallina” sonrojamiento y sudoración excesiva. Otros síntomas
observables incluyen incremento de irritabilidad, insomnio, pérdida de apetito, vómito, náusea,
espasmos intestinales, diarrea, elevación de la tasa cardíaca y de la presión sanguínea, calambres
abdominales, espasmos musculares, dolor en los huesos y músculos.
El comportamiento general del heroinómano suele cambiar de tal forma que la droga se
convierte en el núcleo de la vida; por ello, toda la vida cotidiana se transforma y es usual observar
problemas de desnutrición y de severo abandono del cuidado personal. Cuando se llega al nivel de la
verdadera dependencia, aparecen comportamientos delincuenciales, especialmente robo y
prostitución, asociados a la necesidad de conseguir de cualquier forma el dinero para la droga. Los
consumidores de heroína están expuestos a muchos riesgos que pueden hacer del consumo una
“ruleta rusa”. La sobredosis (es decir, una dosis demasiado elevada, generalmente relacionada con el
fenómeno de tolerancia) puede producir la muerte. Pero este mismo efecto puede ocurrir por cuatro
otras razones: por el hecho de mezclar la heroína con otros depresores del SNC (alcohol, barbitúricos,
ansiolíticos, píldoras para dormir); porque la heroína callejera está mezclada con productos
venenosos (quinina, por ejemplo, que inyectada es mortal); porque luego de un período de
abstinencia (en un centro de tratamiento, o en prisión) la persona intenta drogarse con la dosis que
utilizó la última vez; o, paradójicamente, porque un lote de droga resulta de mayor pureza que la
habitual y el usuario se administra una sobredosis sin saberlo. Por otra parte, el hecho de inyectarse
se encuentra asociado con infección por VIH y con otras enfermedades como hepatitis B, inflamación
de las venas y trastornos respiratorios. También son muy comunes el estreñimiento y las alteraciones
menstruales.
La realidad es que la heroína ha aparecido en diferentes momentos y diferentes países de
América Latina, pero no ha llegado a convertirse en un problema serio permanente en ninguno de
ellos, por oposición a lo que ocurre en Estados Unidos, Canadá y Europa, especialmente Oriental; o en
países productores como Afganistán y Pakistán. En Colombia se incrementó la producción de heroína
entre 2005 y 2012, y hubo áreas específicas del país en las que se presentaron muertes por sobredosis,
especialmente en Medellín, Armenia, Santander de Quilichao y Cúcuta; pero su uso ha disminuido
sustancialmente, al igual que los cultivos de amapola3.

3
Los datos de los estudios epidemiológicos de 2013 y 2016 así lo confirman, así como la información
publicada en el Observatorio Colombiano de Drogas en 2018.
HIPNÓTICOS, SEDANTES Y ANSIOLÍTICOS
A lo largo de la historia los humanos hemos buscado la manera de aliviar el sufrimiento, la
tensión o la ansiedad producidas por muchas de las situaciones de la vida cotidiana. El alcohol ha sido
a través de los siglos la SPA usada por excelencia como medio de reducción de este tipo de molestas
sensaciones. Pero a mediados del siglo XIX, empezaron a aparecer en el mercado una serie de
medicamentos o “drogas” en el sentido estricto del término, como una alternativa más confiable
frente al uso del alcohol y el opio, también muy extendido por esa época ( y eso incluía una mezcla de
ambas sustancias llamada láudano), o las bromidas y el cloral. Los barbitúricos aparecen en 1864 En
1912 fue introducido el Fenobarbital como una droga sedante, y desde entonces se comercializaron
diferentes drogas derivadas de la misma sustancia, el ácido barbitúrico, que formarían la gran familia
de los barbitúricos, que dominaron el mercado hasta 1960, cuando aparecieron las benzodiacepinas
como tranquilizantes más seguros para el consumo humano. Durante más de 50 años los barbitúricos
fueron las principales drogas en el tratamiento de la ansiedad y el insomnio y al mismo tiempo fueron
asociados con miles de suicidios, muertes por ingestión accidental, amplia dependencia y abuso. Como
consecuencia su uso declinó rápidamente al hacerse evidente la débil frontera entre lo terapéutico y
lo tóxico; su amplio potencial para inducir tolerancia, dependencia y abuso; y la peligrosa interacción
de éstos con otras drogas.
Todos los barbitúricos tienen efectos similares, y sólo se diferencian en la velocidad de acción.
En dosis bajas producen efectos muy parecidos a los de las benzodiacepinas (de las cuales hablaremos
más adelante), tales como somnolencia y baja reactividad a los estímulos del medio ambiente; en dosis
elevadas se presentan síntomas muy similares a los de la intoxicación con alcohol: euforia inicial,
pérdida del equilibrio, incapacidad de coordinar las ideas y de articular el lenguaje. Con dosis mayores
hay pérdida de conciencia y posteriormente la muerte, provocada por paro respiratorio. A pesar de
estas desventajas aún son usados en el tratamiento de la epilepsia, como anticonvulsivantes, como
anestésico intravenoso y como sedante en psiquiatría. Algunos nombres comunes son Seconal y
Nembutal entre otros.
Existen tres tipos de abuso de barbitúricos:
1. Intoxicación Crónica: en este la persona consigue la droga por prescripción de más de un
profesional de la salud. Inicialmente, buscan los barbitúricos para reducir el insomnio y la ansiedad,
y después pueden convertirse en adictos.
2. Intoxicación Episódica: en este caso los individuos toman barbitúricos oralmente para lograr una
“subida” o un estado de bienestar.
3. Inyección intravenosa: en este caso la droga es inyectada, a menudo combinada con otras drogas
como heroína. El uso intravenoso produce una “oleada” placentera, calentamiento, sensación de
somnolencia. Muchas de las complicaciones son asociadas con el prolongado uso de la droga de
esta manera.
Los barbitúricos son sustancias peligrosas; no deben ser tomadas ni abandonadas sin un adecuado
control médico, pues cuando su uso se suspende bruscamente pueden producirse convulsiones; jamás
se deben mezclar con alcohol, pues éste hace que se potencien los efectos de la droga y puede
producirse la muerte por paro respiratorio.
Actualmente los barbitúricos solo se utilizan como anticonvulsivantes (para epilepsia).
El componente activo de las benzodiacepinas fue descubierto en los años 30 del siglo XX, pero
sólo veinte años más tarde fue comercializado. Esta nueva sustancia fue considerada como una droga
segura que podía ser utilizada como tranquilizante, gracias a sus propiedades sedativas.
Aun cuando los efectos de todas esas sustancias dependen de los mismos mecanismos
neurológicos, existen diferencias entre ellos asociadas a la utilización que se les dé, que a su vez
depende de la velocidad de la acción y la duración de los efectos; así, los sedantes e hipnóticos [como
Nitrazepam (Mogadon), Flurazepam (Dormodol) y Temazepam (Restoril)] tienen una acción rápida y
su efecto es breve, mientras los ansiolíticos [por ejemplo, Diazepam (Valium), Lorazepam (Ativan),
Alpazolam (Xanax). Oxazepam (Xerax)] buscan efectos más prolongados. Algunos, como el Clonazepan
(Rivotril) también se emplean como anticonvulsivantes y otros como el Flunitrazepam (Rohypnol)
están prohibidos en Colombia y en muchos otros países porque pueden ser utilizados con fines
delictivos (robos, abusos sexuales). Todas estas sustancias modifican ciertas fases del sueño, por lo
que muchas personas que los utilizan para evitar el insomnio se despiertan con irritabilidad, sensación
de fatiga y de haber dormido mal; su uso afecta la conducción de automóviles o el manejo de
maquinaria, y puede producir problemas de memoria explícita (es decir, registro de información
nueva, por oposición a memoria implícita, que se refiere a uso de información ya en la memoria). La
suspensión brusca de su uso puede provocar temblores, delirios, calambres y convulsiones y existe un
riesgo de muerte.
Tanto los barbitúricos como las benzodiacepinas son medicamentos que fueron creados con
el fin de mejorar las condiciones de vida de aquellas personas que por múltiples circunstancias que
rodean su vida, no logran manejar adecuadamente sus estados de preocupación, ansiedad o agitación;
desafortunadamente se empezó a abusar de ellos y en la actualidad se han convertido en una de las
más peligrosas y adictivas de las drogas. El usuario corriente, la persona que se toma entre 1 y 3
comprimidos diarios para el insomnio o el "nerviosismo", es con frecuencia una persona
emocionalmente inestable y frágil, irritable y con tendencias depresivas.
A corto plazo, los sedantes y ansiolíticos disminuyen la ansiedad y la agitación, así como las
respuestas emocionales y el dolor. El nivel de atención baja, se produce relajación muscular y se facilita
el dormir. Con dosis elevadas hay baja de la presión sanguínea y se presentan vértigos y desmayos; en
este momento se ha cruzado la barrera que separa el uso del abuso, pues dada la capacidad de estos
medicamentos para producir dependencia, no es raro que una persona que los ha tomado durante un
período limitado, por ejemplo para superar una crisis de insomnio, empiece luego a sentir que sin ellos
"no puede vivir", se convierten en la única estrategia disponible para resolver los problemas y se olvida
que es una solución artificial, así como el sueño que inducen.
Como se mencionó anteriormente, los barbitúricos y ansiolíticos producen dependencia
psicológica y física. La primera se manifiesta en la compulsión del uso de la droga en busca de sus
efectos placenteros; la segunda se hace evidente cuando se los deja de tomar abruptamente
produciéndose agitación, gran ansiedad, insomnio, convulsiones, fenómenos delirantes e incluso la
muerte. Contrariamente a lo que ocurre con otras sustancias, el consumidor crónico tiende a
“doparse” hasta la intoxicación total; muchos se muestran obstinados, agresivos y confusos, y
presentan un deterioro emocional y social semejante al de los alcohólicos crónicos, pero con altibajos
de humor que no aparecen en estos últimos. El síndrome de abstinencia es peor que en el caso de la
heroína, aun cuando en las primeras horas el sujeto parece recuperarse; luego aparece temblor en las
manos y el rostro, las reacciones musculares ante los estímulos son exageradas, la temperatura y el
pulso aumentan, al tiempo que la presión arterial disminuye. Siguen luego convulsiones, y la persona
puede morir si no es atendida de urgencia.
Pasada esta fase surge un período psicótico, con alucinaciones, ideas extrañas, afecto
incongruente y delirios persecutorios. Esto puede durar varias semanas, al cabo de las cuales la
persona usualmente se recupera. La mayoría de las personas que usan barbitúricos nunca llega a este
estado, pero es un peligro real que no puede ignorarse sin graves riesgos.
Para muchos expertos, los ansiolíticos y los barbitúricos son las sustancias adictivas más
comunes, y hasta hace pocos años su venta era libre. Afortunadamente ya no es usual (como ocurría
hace algunos años) que en cualquier botiquín casero se encontraran estos medicamentos, que las
personas se autoadministraban sin ningún control ante el menor insomnio o situación de ansiedad. Se
llegó incluso al extremo de administrar -infortunadamente en ocasiones con aprobación médica-
barbitúricos y ansiolíticos a bebés “llorones” o de alguna manera "molestaban" a sus padres. Lo
sorprendente es que la sociedad no ignora que se trata de productos peligrosos, y que se sabe que la
mayor cantidad de suicidios y de muertes accidentales por el empleo de medicamentos se relaciona
directamente con ellos. Cuando se combinan con otros depresores del SNC, los efectos se
potencializan, es decir, se multiplican entre sí. Ello aumenta considerablemente el riesgo de muerte
por detención de las funciones vitales; la combinación de barbitúricos y alcohol es especialmente
peligrosa.
También es importante resaltar el riesgo de los hijos de mujeres que consumen estas
sustancias pues pueden nacer dependientes, y por consiguiente presentar síndrome de abstinencia,
con síntomas tales como dificultades respiratorias, perturbación del sueño, irritabilidad y fiebre;
debido a que el recién nacido tiene posibilidades limitadas de metabolismo y excreción, puede
presentar una menor actividad de la que se espera en un bebé de esa edad. En la actualidad se le da
mucho mayor atención a estos riesgos que hace algunos años.

LOS INHALABLES4
La inhalación es el método de administración de la mayoría de las SPA preferido por los
consumidores, pues debido a la alta capilaridad de la superficie pulmonar, la sustancia se absorbe más
fácilmente y los efectos se experimentan en un período de tiempo menor. En algunos casos, el efecto
de la inhalación se puede comparar en intensidad con la inyección intravenosa. En el caso de los
inhalables este es, virtualmente, el único método de administración, por lo tanto la concentración de
la sustancia en la sangre alcanza sus máximos niveles en pocos minutos.
La palabra “inhalables” se utiliza para designar una variedad de solventes orgánicos y otros
químicos volátiles a temperatura ambiente que, cuando son inhalados producen euforia, delirios,
intoxicación y alteraciones en el funcionamiento mental. Dentro de estas sustancias se incluyen
algunos anestésicos, solventes industriales o de hogar (de fácil acceso y bajo costo) , pinturas,
pegantes, desmanchadores, corrector líquido, marcadores, lacas, etc. El gas más frecuentemente
contenido en productos de amplio uso, como los pegantes, es el tolueno, cuyas propiedades tóxicas
son universalmente reconocidas. Los efectos que producen los inhalables en nuestro SNC son similares
a los de muchos otros depresores del sistema nervioso central, pero el más característico se asemeja
a un estado de embriaguez que es descrito como una sensación de "flotamiento". Aparentemente el
consumo de inhalables contribuye a disminuir las sensaciones de hambre y de frío, al igual que otros
depresores; el estado de intoxicación suele estar asociado a la aparición de alucinaciones, algunas de
ellas terroríficas. Pero los más importantes son los efectos adversos sobre el organismo cuando son
consumidos crónicamente pues pueden producir arritmias cardíacas fatales, muerte por asfixia y,
sobre todo, graves daños neurológicos de carácter irreversible: daño del nervio óptico, imposibilidad
de caminar en forma estable, pérdida de la audición y pérdida progresiva de las principales funciones
intelectuales.

4
La palabra “inhalable” no aparece en el diccionario de la RAF; sin embargo, nosotros la empleamos
porque la palabra “inhalante” es un anglicismo que en español parece referirse al sujeto que inhala,
mientras que “inhalable” se refiere más a una propiedad de una sustancia (que puede ser inhalada).
Los expertos están de acuerdo en que ninguna otra droga en particular o clase de drogas,
produce daños neurológicos tan graves como los inhalables. El mayor problema con estas sustancias
es que los productos que las contienen son de libre comercio y hay grandes dificultades para limitar o
controlar su comercialización; quienes los consumen son especialmente personas de bajos recursos
económicos y, más que nada, menores de edad. El consumo de inhalables ha aumentado
considerablemente en los últimos 10 años en todo el mundo, pero es muy notable en la mayor parte
de América Latina, y en particular en Colombia. Los niños son los más afectados con el consumo de
inhalables porque puede causar daño de manera irreversible en muchos sistemas orgánicos,
incapacitándolos para llevar posteriormente una vida normal. Los consumidores pertenecen
usualmente a 1 de los 3 siguientes grupos: hombres jóvenes entre los 14 y 20 años; adultos
dependientes; y policonsumidores (es decir, que consumen múltiples sustancias). Mientras el uso de
inhalables en los jóvenes es superado por el de marihuana, alcohol y cigarrillos, el índice de mortalidad
asociado con el abuso de inhalables es anormalmente alto en comparación con las demás SPA.

ESTIMULANTES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL


Los estimulantes son sustancias que actúan a través de varios mecanismos para incrementar
la acción de algunos neurotrasmisores. Por esta razón, son sustancias que aumentan, o dan la
impresión de aumentar, la agudeza psicológica y la capacidad física. Esto se manifiesta por medio de
elevación del estado de ánimo, reducción de la fatiga, disminución del apetito, euforia, incremento del
estado de alerta y mejor desempeño.
A veces las emplean deportistas para soportar mejor el esfuerzo, estudiantes para permanecer
despiertos, o personas que usan alcohol o píldoras para dormir, para contrarrestar esos efectos. Pero
la mayoría de quienes las emplean no tienen un propósito diferente de obtener algún grado de placer,
de escape o de respuesta a una presión social. Las principales SPA estimulantes son: la cocaína y sus
derivados, las anfetaminas y la cafeína. Al igual que los depresores, los estimulantes producen
dependencia física, dependencia psicológica y tolerancia. La ansiedad, el insomnio y la irritabilidad son
efectos colaterales frecuentes. Pero como veremos, puede haber efectos mucho más graves.
LA COCAINA
La cocaína es un alcaloide extraído de un arbusto suramericano llamado Erythroxilum coca; las
hojas de coca han sido empleadas desde hace más de 4.000 años por los grupos indígenas con fines
rituales o como complemento alimenticio, lo que se conoce en Colombia como "mambeo": las hojas
de coca (que contienen calorías, proteínas, carbohidratos, vitaminas, hierro, calcio y fósforo, y 14
alcaloides) son introducidas en la boca, entre el carrillo y la encía, mezcladas con cal viva o con conchas
de mar trituradas, lo cual permite la lenta liberación del alcaloide principal, la benzoil-metil-ecgonina,
que es un anestésico y vasoconstrictor.
Unas píldoras de historia
Aun cuando la ecgonina fue sintetizada en 1859 por Albert Niemann, de la Universidad de
Göttingen (Alemania), fue a partir de algunos trabajos de Sigmund Freud, el creador del psicoanálisis,
que se volvió ampliamente conocida. Freud tuvo en cuenta muchas investigaciones realizadas con
respecto a la coca e intentó utilizarla para disminuir la dependencia a la morfina. Para ello la probó en
sí mismo y comenzó a experimentar muchos de sus efectos. Además empezó a recomendársela a sus
amigos, incluido el eminente fisiólogo Ernst von Fleischl-Marxow, quien era adicto a la morfina a causa
de un accidente haciendo una autopsia, lo cual le produjo un neuroma extremadamente doloroso en el
pulgar. Fleischl prácticamente se convirtió en el primer morfinómano – cocainómano de la historia, y
murió a los 45 años. Muchos otros médicos recetaban cocaína, y aparecieron toda clase de productos
que contenían cocaína y la promocionaban como una especie de panacea, que servía para curar el
asma, los callos, el eczema, las neuralgia, enfermedades venéreas, la masturbación, la adicción al opio
(antes de Freud, en 1878), la depresión, la histeria... entre muchas otras cosas. Pero en pocos años
empezaron a morir personas por sobredosis, lo cual provocó una alarma bien comprensible y en 1885
se iniciaron ciertas regulaciones.
Entre los efectos de la cocaína mencionados por Freud estaba el de ser un anestésico local; pero
nunca profundizó en esto, y fue el oftalmólogo Karl Koller quien terminó quedándose con el crédito:
durante más de 100 años la cocaína fue utilizada legalmente como anestésico local en operaciones
faciales y oculares, pues su efecto vasoconstrictor ayudaba aevitar hemorragias
Sin embargo mucho tiempo antes, en 1863, un químico llamado Angelo Mariani, comercializaba
un vino hecho con extracto de hojas de coca que era, según él, una prescripción casi obligada para toda
clase de dolencias; toda Europa estaba maravillada con este “tónico”, entre cuyos clientes se contaban
personas como los escritores Julio Verne, H.C. Wells y Anatole France, el escultor Auguste Rodin, los
músicos Massenet y Gounod, el Zar ruso, el Príncipe de Gales e incluso el Papa León XIII, quien entregó
a Mariani una mención de reconocimiento… Mariani se volvió muy rico, y su vino solo fue prohibido
poco antes de su muerte en 1914, cuando ya se disponía de mucha información sobre los efectos
tóxicos de la cocaína, y especialmente de su mezcla con alcohol.
En los Estados Unidos, mientras tanto, e inspirado por Mariani, el farmaceuta John Pemberton,
decidió eliminar el vino y sustituirlo por cola, que tiene cafeína: así nació la Coca-Cola en 1886; en 1891
Pemberton vendió la licencia, y los nuevos propietarios eliminaron la cocaína en 1904 (pero siguieron
y siguen usando las hojas de coca como saborizante), pues ya se veían venir las restricciones y
prohibiciones, que se formalizaron en 1914 con la llamada “Acta Harrison”, que definía qué sustancias
eran prohibidas y cuáles debían ser controladas; curiosamente, en esa lista no figura la heroína…El Acta
Harrison prohibió todas las bebidas y productos patentados que contenían cocaína, restringiendo el
uso a mínimas situaciones médicas. A partir de ese momento el consumo de cocaína disminuyó
notablemente en Norteamérica y en Europa durante los siguientes 60 años.
La cocaína es un poderoso estimulante del SNC, cuya acción se presenta en forma rápida e
igualmente desaparece en poco tiempo, dependiendo en parte de la pureza de la droga y en parte de
la vía de administración. La que se produce en América Latina, incluso en laboratorios
extraordinariamente primitivos, suele ser de un alto grado de pureza (entre 90% y el 95%); pero lo que
se vende “en la calle” difícilmente supera el 65% de pureza, se encuentra “cortada” con diferentes
productos, algunos de ellos inocuos - por ejemplo talcos, glucosa y lactosa- y otros igualmente
peligrosos e incluso más peligrosos que la cocaína: anfetaminas, novocaína y escopolamina.

Producción
La producción de la cocaína es sumamente simple. Los “químicos” de la cocaína
muchas veces no han terminado siquiera la escuela primaria. Se trata de un procedimiento en el que
se requieren otras sustancias, algunas de ellas, como el éter, de comercio totalmente libre en Europa
y en los Estados Unidos, pero muy restringidos en América Latina. El proceso es como sigue: se extrae
la 'pasta de coca' dejando durante varias horas las hojas de coca en un baño solvente (usualmente
gasolina o kerosene); luego se agrega ácido sulfúrico y se extraen los solventes, obteniéndose base de
cocaína; el ácido se neutraliza con éter, y al producto se le agrega ácido clorhídrico, con lo que se
obtiene clorhidrato de cocaína, que es la forma más común de cocaína ilegal, usada para inhalar o
“esnifar”, o para inyectarse. En esta forma (sal ácida) la cocaína no se puede fumar; pero el proceso se
puede reversar (“patrasear”, en argot delincuencial) agregando una base cualquiera, como
bicarbonato de sodio o levadura de pan.
Dosis:
Una dosis “moderada” son 10- 25 mg de ecgonina; la dosis corriente (la llamada “línea”) tiene
alrededor de 75 mg; la dosis mortal teórica5 son 1.200 mg: se produce hipertensión, taquicardia y
palidez; luego temblores, convulsiones y paro respiratorio. Todo en pocos minutos, por lo que resulta
más difícil salvar a alguien con sobredosis de cocaína que con sobredosis de heroína u opiáceos.
El lector puede preguntarse: y entonces porqué los indígenas, que “mambean” hojas de coca
todo el día, no sufren de sobredosis? La respuesta es clara: el indígena introduce cerca de 4 mg de

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Teórica porque se han registrado muertes con dosis mucho menores; pero igualmente hay
personas que han ingerido mucho más y sobreviven, especialmente quienes consumen basuco con
frecuencia.
ecgonina en un período de cuatro horas; quien “esnifa” (aspira por la nariz) una “línea” en su casa o
en el baño de una discoteca, ingiere entre 60 y 75 mg en un segundo.
Formas de la cocaína:
 Pasta básica o basuco: fumada; fase inicial de producción de clorhidrato de cocaína.
 Clorhidrato de cocaína (‘perico’: rebajada): inhalada o inyectada
 Base libre: fumada; el clorhidrato se trata con éter para eliminar todos los alcaloides, excepto
la ecgonina; es una forma relativamente “pura”, por oposición a la pasta básica. Explota
fácilmente, actualmente es difícil de conseguir.
 Crack: fumado; es clorhidrato reconvertido en base (“patraseado”). Poco común fuera de los
Estados Unidos y algunos países centroamericanos.
 Speedball: inyectado, fumado o inhalado; mezcla de cocaína y heroína. Altamente peligroso.
Vías de administración:
 Inhalada o aspirada por la nariz (“esnifar”)
 Fumada, en forma de base, sola o mezclada con tabaco o marihuana
 Inyectada (efecto más rápido que cuando se aspira por la nariz)
 Aplicada en mucosas (absorción lenta y poco eficiente)
 En “chino” (se quema en una hoja de papel aluminio y se inhalan los vapores)
Desde finales de los años 70 del siglo XX la cocaína se convirtió en una auténtica plaga social y
actualmente sigue siendo un mercado boyante, que en 2017 produjo 14.000 muertes en los Estados
Unidos. Aun cuando por su elevado costo (un gramo de cocaína de pureza razonable puede costar más
de 100 dólares en Estados Unidos o en Europa) fue durante largo tiempo la "droga" de los 'snobs' y de
los artistas adinerados, los traficantes encontraron productos derivados mucho más baratos, como el
basuco6, el “crack” y otros semejantes, que suelen fumarse. Pese a que algunas personas se inyectan
la cocaína, la forma más común de ingestión es aspirándola por la nariz. La presentación mas corriente
es la de un polvo blanco compuesto de cristales minúsculos.
De 3 a 5 minutos después de haber inhalado cocaína, la persona suele experimentar cierta
disminución de inhibiciones, cambios en los niveles de atención, sensación de competencia y habilidad,
aceleración de los procesos de pensamiento, disminución de la fatiga, el hambre y la sed, y dilatación
pupilar acompañada de aumento del ritmo cardíaco, de la respiración y de la temperatura. Incluso con
un solo ensayo pueden aparecer sensaciones de ansiedad y dificultades para dormir. El usuario
corriente experimenta durante un lapso de media a una hora un poco de euforia, locuacidad (de donde

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Algunas personas creen que el nombre de la sustancia es “basuko”, como una referencia al arma
anti-tanque; pero no es correcto: la referencia es a base de coca. La utilización de la palabra “basuca”
es exclusiva de Medellín en los años 80 y 90 del siglo pasado.
vendría en español el nombre de “perica“ o “perico” para la cocaína) y sensación general de bienestar
y lucidez.
La cocaína se usa con frecuencia alternadamente con alcohol o con tranquilizantes: en el primer
caso, la cocaína "suspende" -simplemente en apariencia- algunos de los efectos desagradables del
alcohol; en el segundo, los usuarios de cocaína padecen muy frecuentemente de insomnio, que
intentan contrarrestar con píldoras tranquilizantes e hipnóticas (para dormir). Además, muchas
personas mezclan directamente las sustancias y someten con ello al organismo a duras pruebas que
pueden ser fatales.
Los efectos secundarios del consumo de cocaína son múltiples y muy desagradables; van desde las
congestiones severas y sangrado de la mucosa nasal hasta estados patológicos severos llamados
"psicosis cocaínicas", caracterizadas por ideas persecutorias, alucinaciones visuales y auditivas y
reacciones agresivas; pero antes de llegar a esta situación los usuarios crónicos muestran crisis de
ansiedad, tendencia a emplear dosis cada vez mayores y más frecuentes de cocaína, insomnio,
depresión, desazón, irritabilidad, desinterés por su trabajo, su familia y sus relaciones, ruptura de las
conductas éticas habituales e inicio de comportamientos delictivos para resolver problemas tales
como deudas u obligaciones (cheques sin fondos, estafas, abuso de confianza).
En los casos extremos -y las estadísticas de policía son claras en este sentido- las posibilidades de
comisión de crímenes violentos aumentan considerablemente. Por otra parte, debido a las
características fisiológicas de la cocaína se pueden producir muertes por sobredosis o por ejercicios
muy exigentes luego de la ingestión.
Aparte de los efectos señalados antes, es importante subrayar que contrariamente a lo que se dijo
durante mucho tiempo, la cocaína es altamente adictiva y produce tolerancia (necesidad de aumentar
la dosis para obtener los mismos efectos); esto implica una enorme cantidad de riesgos personales y
sociales, que abarcan desde la posibilidad de tener graves dificultades psicológicas hasta contribuir al
aumento de la delincuencia y de los problemas económicos de la nación.
Pero quizás lo más importante que debe tener en cuenta un potencial usuario es que estas
sustancias simplemente producen la "impresión" de ser más inteligente y creativo: pero es una
impresión falsa que tiene un costo elevado: el sistema nervioso central no puede manipularse
arbitrariamente; la excitación que se produce será necesariamente seguida por agotamiento y
depresión, y más tarde por trastornos mayores.
Las mujeres embarazadas tienen una responsabilidad particularmente grande en este sentido,
pues al igual que con la heroína, ya se han observado muchos casos de bebés afectados seriamente
por la ingestión de cocaína de sus madres.
Principales problemas físicos asociados a consumo de cocaína
Arritmias cardíacas, pérdida de peso y apetito, problemas en la piel, daño nasal (necrosis de
las mucosas), daño renal, convulsiones, muerte súbita, problemas de sueño y sexuales (disfunción
eréctil, indiferencia sexual)
Principales problemas psicológicos
Estados paranoides, ansiedad, habla excesiva, irritabilidad, delirios y alucinaciones,
formicación, hiperactividad, ataques de pánico, cambio de conducta, cambio de valores, depresión,
anhedonia.
Basuco
Es un producto derivado de la pasta base de la cocaína, cuya apariencia es la de un polvo
blanco-grisáceo o café, de sabor amargo y olor astringente; se obtiene del procesamiento químico de
las hojas de coca, ya sea como residuo o subproducto. Un cigarrillo ordinario de basuco contiene de
40 a 80% de pasta básica de coca, y proporciones diversas de ácido sulfúrico, gasolina, éter, metanol,
kerosene y bases alcalinas.
A diferencia de la cocaína pura, que no se descompone con el calor, el basuco se fuma, pues
el calor libera el alcaloide; la absorción de esta forma es mucho más rápida (cerca de 20 segundos) y
los efectos de menor duración (alrededor de 4-5 minutos, mientras que los de la cocaína duran entre
1 y 2 horas). El basuco tuvo en Colombia una enorme difusión entre todas las clases sociales desde
1980, pero desde la mitad de los 90 su uso ha disminuido progresivamente, tal como se puede
observar en los estudios epidemiológicos de 2013 y 2016; en la actualidad lo consumen casi
exclusivamente poblaciones muy marginalizadas y habitantes de calle. Por el contrario, su uso ha
aumentado en países como Uruguay, Argentina y Brasil.
Entre los efectos del basuco se encuentran los siguientes: Inicialmente se experimenta
excitación, alteraciones súbitas del estado de ánimo, hipervigilancia, hiperactividad, falta de apetito e
hipersexualidad (esto último sólo en algunos casos: en otros ocurre precisamente lo contrario). A los
pocos minutos estas sensaciones se convierten en ansiedad, sudoración, ardor en los ojos,
palpitaciones, rigidez muscular, temblor en las extremidades y dolor de cabeza. Estos síntomas se
eliminan fumando más. Y cuando el consumo se realiza en forma continua y crónica se presentan
cambios en la percepción de los objetos, de las situaciones y del tiempo.
El patrón de consumo del basuco tiene características peculiares, ya que alrededor del 80%
de los usuarios consume sólo los fines de semana; los adictos consumen entre tres veces por semana
y todos los días. Todos los consumidores fuman varios cigarrillos cada vez (entre 5 y 200). Estas
características hacen muy peligroso el consumo de basuco pues dado el carácter extremadamente
adictivo de la cocaína y las peculiaridades químicas del basuco (su forma gaseosa, que produce una
absorción rápida pero cuyos efectos desaparecen igualmente rápido), un usuario de fin de semana
puede pasar muy fácilmente a ser una persona dependiente. Se calcula que el tiempo promedio para
que una persona que aspira cocaína se convierta en adicta es de cerca de 2 años; el tiempo para los
consumidores de basuco es de 3-4 meses.
Los efectos secundarios del consumo de basuco son aproximadamente los mismos de la
cocaína, pero más severos. Aparece, a nivel físico, desnutrición, inmunodeficiencias, insomnio,
temblores, aumento de la presión sanguínea y rigidez muscular; en la fase más grave se presentan
convulsiones, falta de coordinación y alto riesgo de paro respiratorio y de paro cardíaco. A nivel
psicológico se produce indiferencia sexual, alucinaciones de diversos tipos, ideas persecutorias, crisis
de agresividad y pérdida de la memoria. Salvo en casos extremos (es decir, aquellos en los que la
persona se encuentra al borde de la muerte), la mayoría de estos síntomas son reversibles si hay
abstención total y un tratamiento adecuado.
El basuco suele mezclarse con marihuana (a lo cual se le da el nombre de "diablito" o
"banano"), y con diferentes medicamentos. Muchos consumidores ingieren simultáneamente alcohol.
Este patrón de policonsumo se relaciona con la necesidad de contrarrestar la angustia, el insomnio y
las alteraciones físicas, o bien con la necesidad de moderar síntomas de tensión, irritabilidad e
hiperactividad. Por otra parte, la suspensión brusca del consumo en un adicto produce "síndrome de
abstinencia", que se caracteriza por ansiedad extrema, depresión, desaliento, diarrea, palidez, crisis
de llanto, sudoración y taquicardia.
De todas las sustancias psicoactivas disponibles en el mercado latinoamericano, la más
peligrosa es sin lugar a dudas el basuco. Su empleo afecta todas las esferas sociales y dimensiones de
la vida personal, familiar y emocional; produce graves trastornos orgánicos que conllevan a un elevado
riesgo de enfermedades y muerte; altera el funcionamiento psíquico y predispone a la violencia y la
criminalidad; destruye los vínculos familiares y sociales y produce una pérdida general de interés por
todo lo que no tenga que ver con el mismo; afecta la economía familiar y nacional, aumenta la
corrupción y la adopción de patrones de comportamiento que afectan a la nación, como considerar la
venta y distribución de esta sustancia una forma legítima de subsistencia.
La persona que se vuelve dependiente del basuco cambia sustancialmente de
comportamiento: sus estados de ánimo varían bruscamente sin causa justa, presenta dificultades
económicas que lo llevan a endeudarse o a cometer delitos económicos (robos, estafas, atracos), se
desinteresa progresivamente por todo lo que lo rodea, miente constantemente, niega tener
problemas. Físicamente su deterioro es evidente: pérdida de peso, problemas en la piel, poca
resistencia a las enfermedades, tos crónica, crisis de asma, complicaciones intestinales, problemas
hepáticos.
CASO 1
El siguiente caso era frecuente en la última parte del siglo XX en Colombia; hoy en día los
problemas de Álvaro con la cocaína siguen presentándose en muchos hombres de su perfil, pero como
mencionamos arriba, el basuco ya no es utilizado en clase altas en Colombia; sin embargo, su
equivalente, la pasta básica de cocaína (PBC) se está utilizando bastante en países como Uruguay,
Argentina y Chile.
La Historia de Álvaro
“¿Qué quiere saber de mí?” Los datos de costumbre, supongo... Me llamo Álvaro, tengo 30
años, soy el mayor de 4 hermanos. De una ‘buena familia’: siempre tuve todo... De hecho siempre he
tenido todo lo que he querido... Mi padre es un industrial y mi madre es una mujer que... bueno, se
dedica a las tareas de la casa; o mejor, a supervisar las tareas de la casa, porque ella, personalmente,
no es que haga gran cosa; tiene sus amigas, sus amigos...
Yo no puedo decir que mis padres hayan sido unos malos padres. Siempre fueron complacientes y
afectuosos, y siempre nuestra vida giró alrededor de un concepto fundamental: el éxito. El éxito
significaba estar en los mejores colegios, pertenecer a los mejores clubes, significaba tener un
automóvil propio a los 17 años, incluso sin permiso de conducir; significaba ser el que más éxito tenía
entre las mujeres y ¡bueno!, yo no soy especialmente presumido, pero vuelvo y le repito, siempre tuve
lo que quise, inclusive a ese nivel...
Durante toda esa época también había otra cosa que era importante en el concepto de éxito:
era ser resistente al trago... Y también ensayar nuevas experiencias como... un pase de cocaína de vez
en cuando, marihuana en los conciertos de rock y en los cines. Ensayamos el ácido, obviamente, y
comimos hongos, igual que todo el mundo; en un momento u otro nos bajábamos nuestras benzedrinas
cuando era el tiempo de los exámenes, pero... pues nada de eso fue nunca realmente un problema... Lo
importante era sobresalir, y yo sobresalía, créame! Aun hoy en día...
Hace dos años -yo tenía entonces 28- ya estaba trabajando, luego de haber hecho una buena
carrera, en la mejor universidad del país, naturalmente! Ganaba ya muchísimo dinero dentro de la
multinacional en la que trabajo, pero el hecho de que fuera soltero de alguna manera despertaba
desconfianza entre mis superiores, quienes me hicieron saber de una forma sumamente discreta, pero
clara, que ellos consideraban que una persona que no se había casado a los 30 años probablemente
era alguien inestable emocionalmente, y que por consiguiente las probabilidades de ascenso dentro de
la compañía se verían fuertemente reducidas... Y que además era cuestión de conveniencia social,
porque a las reuniones importantes siempre se invitaban parejas. Entonces tomé la decisión de buscar
una persona con quien casarme... y encontré a Marta...
Marta también es la representación misma del éxito: rica, independiente, bonita, trabajadora...
Ella trabaja porque le gusta, porque así se siente valorada profesionalmente. Es muy atractiva y casi
tan alta como yo, lo cual es raro, pues con mi 1.90 m. no es fácil encontrar mujeres que estén, digámoslo
así, “a la altura”... En fin, el hecho es que tuvimos un noviazgo muy breve, tres meses, y le propuse que
nos casáramos. Aceptó. Yo creí que ella se casaba por las mismas razones mías, pero luego me di cuenta
de que no era así: ella si estaba enamorada.
Yo le dije a usted que había ensayado la cocaína siendo adolescente. La cuestión es que con el
paso de los años, y especialmente desde que salí de la universidad, el uso de la cocaína tendía a hacerse
más frecuente. En la época de estudiante tal vez me daba uno o dos “pases” en las fiestas, una vez al
mes o algo así... La cocaína no jugaba absolutamente ningún papel en mi vida... Pero desde que empecé
a trabajar eso cambió; había dos circunstancias en las cuales yo usaba cocaína: la primera, en las
fiestas, con el fin de mantenerme al mismo ritmo de los otros, de poder beber un viernes toda la noche
y continuar hasta el medio día siguiente; o salir de una reunión a las 6 de la mañana, irme a mi
apartamento, bañarme, afeitarme e irme al trabajo sin haber dormido en absoluto... Y cumplir con mis
obligaciones tranquila y lúcidamente... La otra circunstancia era cuando tenía que hacer trabajos muy
duros, negociaciones exigentes: podía aguantar 48 horas sin dormir, asistir a juntas directivas, ir de
una ciudad a otra, fumando en grandes cantidades y consumiendo litros de café, tomando decisiones
que, de equivocarme, le habrían costado mucho dinero a la compañía y a mí mismo. Todo eso no hizo
más que aumentar mi aureola de individuo capaz.
Evidentemente mis jefes jamás han sospechado que yo tenía mi muleta... Lo del basuco empezó
también incidentalmente; en las fiestas nos salíamos a la calle, o la puerta del club, y nos fumábamos
uno o dos cigarrillos (de basuco), no más de tres, para no dejar que el trago nos afectara tanto. Pero
luego se fue volviendo un hábito... Un hábito en el sentido de que era algo natural, algo que... ocurría
sin pensarlo... Y hace dos años, precisamente por la época en que decidí casarme, basuco, cocaína y
alcohol estaban íntimamente ligados a los fines de semana; eso lo he pensado ahora, en esa época no
me daba cuenta; era los viernes y los sábados por la noche, pero jamás entre semana. Basuco, jamás
entre semana! Y ahora voy llegando a la razón por la cual vine a verlo a usted: después de mi
matrimonio, en vez de encontrar el equilibrio que supuestamente debía resultar, por alguna razón se
produjo en mí un desequilibrio mucho mayor; una necesidad mayor de ser competitivo y de sobresalir,
una necesidad cada vez mayor de poseer cosas y por lo tanto una exigencia cada vez más grande sobre
mi trabajo. Como esto estaba asociado con la necesidad de ver más gente y de asistir a más situaciones
sociales, las sesiones de alcohol, de basuco y de cocaína se empezaron a acercar... Así, desde hace seis
meses estoy “metiendo” cocaína prácticamente todos los días; no es mucha, dos o tres “pases” diarios.
Y fumo basuco tres o cuatro veces a la semana... El problema es que ahora ya no son tres cigarrillos:
por las noches después de tomarme unos tragos, experimento una necesidad incontrolable de fumar
basuco, y me voy a uno de esos sitios elegantes que hay aquí en Bogotá, y me gasto... el equivalente de
500 dólares en una noche... Eso no lo aguanta nadie, si el problema fuera simplemente plata... cuando
Marta se dio cuenta de mis constantes llegadas tardes, que mi comportamiento cambiaba y que cada
vez parecía más nervioso e irritable, me preguntó qué era lo que yo hacía. Decidí llevarla para que viera,
pero no sé por qué decidí eso... Usted sabe, en esos sitios las mujeres que “arman” los cigarrillos de
basuco son prostitutas. Mi esposa estuvo conmigo toda la noche, sin decir ni una palabra. Pero al día
siguiente se fue... Eso ocurrió hace tres semanas.
Y aquí estoy... aquí estoy, pensando que mi mundo se está hundiendo, que a lo mejor no soy el
triunfador que yo creía ser, y pensando que tal vez me equivoqué en la consideración de las cosas que
supuestamente son exitosas y que constituyen el éxito... Aquí estoy porque no sé a dónde ir ni qué
hacer... Estoy aquí y no puedo decirle que no voy a fumar más basuco, o que esta noche no voy a meter
cocaína, porque no sé si lo voy a hacer... Porque ya no sé muy bien qué es importante y qué no lo es;
porque me he dado cuenta de que quiero a Marta... Y el hecho de encontrarme aquí, hablando con
usted, me hace reír, y pienso que a lo mejor no soy tan exitoso porque los hombres que triunfan no
tienen que ir donde un psicólogo, sino que siempre resuelven ellos mismos los problemas; o al menos
eso me enseñaron a mí. Pero como le digo, la cuestión es que ya no sé qué está bien y qué está mal...
¿Me comprende?”

OTROS ESTIMULANTES NATURALESY SINTÉTICOS- ANFETAMINAS Y METANFETAMINAS


Contrario a lo que ocurre en muchos países asiáticos (incluyendo Corea del Norte, Japón y China),
en Oceanía, en Europa Oriental y en partes de los Estados Unidos, los estimulantes especialmente de
tipo anfetamínico no son, hasta el momento, un problema preocupante en ningún país
latinoamericano. Algunos estimulantes son naturales como la cocaína, el khat y la efedrina (de la planta
china Ephedra vulgaris, o “ma huang”).
El khat es conocido desde Alejandro Magno y aparece mencionado con frecuencia por los médicos
árabes del medioevo como remedio para una variedad de enfermedades; es el estimulante natural
más poderoso que se conoce, y puede generar una fuerte dependencia. El uso crónico produce un
impacto negativo en la función hepática, dientes ennegrecidos permanentemente, problemas
cognitivos y disminución de interés sexual. Al igual que otros estimulantes, puede producir episodios
hipomaníacos y psicóticos, y ha llegado a convertirse en un problema muy serio en los países de los
que es originario, pues es un arbusto silvestre y su venta es libre en muchos países africanos
 Todos los estimulantes reducen el deseo de comer
La efedrina tiene una estructura y acción es similar a la de la epinefrina. La epinefrina se utilizó
para tratar el asma porque uno de sus efectos es dilatar las vías respiratorias, pero es muy inestable y
sus efectos son de corta duración. La efedrina es mejor porque se puede tomar como píldoras y es
menos tóxica.
Las anfetaminas son productos sintéticos creados en 1887, que poseen una estructura química
similar a la de la adrenalina (neurotransmisor presente en los estados de vigilia y alerta). Las
anfetaminas se pueden ingerir en forma de píldoras o tabletas, y también inyectar o inhalar.
Contrariamente a lo que ocurre con la cocaína y sus derivados, las anfetaminas se utilizaron
desde 1930 con propósitos médicos muy variados: para el tratamiento de la narcolepsia (trastorno del
sueño, en el que la persona se queda dormida en cualquier sitio y momento); para la esquizofrenia y
la depresión; para las migrañas y las dismenorreas; en los años 50 y 60 se las empleó abusivamente
para el control de la obesidad y la fatiga. Hasta hace algunos años se usaron, no sin polémica, en el
tratamiento de la hiperactividad, la narcolepsia y la disfunción cerebral mínima, pero en la actualidad
no se les reconoce ninguna utilidad médica, por lo que toda la producción es ilegal.
Los principales efectos de las anfetaminas son muy similares a los de la cocaína, aun cuando
se demoran más tiempo en aparecer (de 1 a 3 horas). La sensibilidad general aumenta, disminuye la
fatiga y el hambre, y aparece una sensación generalmente descrita como bienestar, aun cuando en
algunas personas desencadenan ansiedad. Las investigaciones experimentales muestran que en la
resolución de tareas sencillas se mejora la ejecución, pero en cuanto éstas se hacen más complejas el
rendimiento baja notablemente.
A nivel físico se produce un aumento de los ritmos cardíaco y respiratorio, dilatación pupilar,
sequedad en la boca, aumento de la presión sanguínea y temblor en las manos.
Con respecto a los efectos secundarios, las anfetaminas pueden producir numerosos
trastornos, especialmente cuando su uso es crónico. En el campo físico puede presentarse fácilmente
desnutrición ocasionada por el efecto inhibitorio del hambre que producen, así como problemas en la
piel producidos por deficiencias vitamínicas; también se presentan trastornos cardiovasculares y
gastrointestinales, anorexia e hipertensión.
Cuando se emplean en forma intravenosa se añaden todas las complicaciones que pueden
resultar del uso de jeringas infectadas. En el campo psicológico se dan cambios de humor, tendencia
a la irritabilidad, insomnio y depresión.
Es frecuente observar lo que se ha denominado "psicosis anfetamínica", trastorno
clínicamente indistinguible de una crisis psicótica de carácter paranoide (es decir, persecutorio), en el
cual se presentan alucinaciones auditivas y visuales, delirios de persecución, delirios de grandeza y
algunas veces hostilidad y violencia, así como el fenómeno llamado "parasitosis" o “fornicación”, que
consiste en sentir animales que caminan sobre la piel, y que en ocasiones la persona también ve, lo
cual le provoca, naturalmente, estados de pánico. Estos mismos trastornos se observan en las
intoxicaciones con cocaína y con basuco.
Con respecto a si producen tolerancia o dependencia, se sabe con seguridad que producen
tolerancia (necesidad de aumentar progresivamente las dosis para obtener el efecto deseado); pero
todavía hay discusiones sobre si se produce dependencia, pues no aparece síndrome de abstinencia
(malestar físico severo provocado por la interrupción en el consumo de la sustancia) tan claro como el
que se observa en el caso de los derivados del opio; sin embargo, es un hecho que, para evitar la
depresión que generalmente se presenta luego de la suspensión de la droga, muchos usuarios vuelven
a tomarlas, incluso sabiendo los riesgos a los que se exponen.
Se observan casos de uso de anfetaminas acompañadas de prácticamente cualquier otra SPA,
desde heroína hasta alucinógenos. Pero probablemente la mayoría de los usuarios evitan estas
mezclas, pues los efectos muchas veces imprevistos y casi siempre desagradables constituyen un
freno.
Una variante de las anfetaminas son las metanfetaminas (conocidas en argot popular como
“speed”, “meta”, “cristal”, “ice”), claramente emparentadas con ellas pero más poderosas. Se
utilizaron médicamente en inhaladores bronquiales y descongestionantes nasales, y luego pasaron a
reemplazar a las anfetaminas en el tratamiento de la narcolepsia y la hiperactividad. Su producción es
muy sencilla, y ha provocado oleadas de problemas serios, especialmente en Estados Unidos y en
México; sus efectos son similares a los de otros estimulantes, pero mucho más marcados y tiene la
potencialidad de desencadenar una dependencia muy fuerte, al igual que conductas paranoicas y
agresivas.
LA CAFEINA
Muy seguramente la cafeína es el estimulante más popular que existe. Se encuentra en el café,
en el té, en la cola y el cacao, en las mal llamadas “bebidas energizantes” (que son, simplemente,
estimulantes), así como en la aspirina y algunos jarabes para la tos. Se calcula que más del 90% de la
población mundial consume cafeína en una forma u otra (Maisto et al., 2017): los adultos en forma de
café o té, los niños en toda clase de bebidas “dulces” como la Coca-Cola.
El siguiente cuadro da una idea de los contenidos de cafeína en diferentes bebidas:

Contenido de cafeína en bebidas populares

Una taza de café negro (8 onzas) 160 mg Espresso (1.5 oz) 75 mg


Té negro (8 onzas) 48 Té verde (8 onzas) 24
Coca-Cola (12 oz) 35 mg Pepsi-Cola (12 oz) 38 mg
RedBull (8 oz) 80 Monster (16 oz) 160 mg
Fixx (20 oz) 500 BooKoo (24 oz) 360
Peak (12 oz) 32

c
ccccccccc
Fuente: Moisto et al., 2017, p. 185

Todas esas bebidas, incluidas las de muy elevado contenido en cafeína, se pueden conseguir
con relativa facilidad en supermercados o por Internet, dependiendo de los países.
Curiosamente, los mayores consumidores de café (y de cafeína en general) son los países
nórdicos de Europa, con promedios superiores a los 350 mg diarios por persona: Suecia, Noruega,
Dinamarca, y también los Países Bajos, seguidos muy de cerca por Finlandia, Alemania y Suiza; el
promedio en los Estados Unidos es de 140 mg, mientras que la India, Nigeria y Egipto tiene
consumos entre 1 y 5 mg diarios.Esta situación ha cambiado muy poco en los últimos 20 años
(Maisto et al., 2017; Weiberg & Bealer, 2002/2012).
La cafeína es absorbida por el tracto intestinal y pasa sin dificultades la barrera
hematoencefálica para llegar al cerebro, y permanece en el cuerpo un tiempo que varía entre las 3 y
las 7 horas, donde se distribuye de una manera muy pareja en el agua corporal; la casi totalidad del
metabolismo de la cafeína la realiza el hígado y el 90% de los metabolitos resultantes son eliminados
por los riñones.
La cafeína eleva la temperatura, acelera el metabolismo, aumenta la producción de orina,
produce niveles más altos de azúcar en la sangre y disminuye el apetito; a nivel subjetivo produce
sentimientos de energía, alerta y eficiencia. Como puede verse, los efectos son similares a los de los
otros estimulantes, pero en mucha menor escala; en conjunto puede decirse que sus efectos son tan
reforzantes que la han convertido en la “droga” más popular del mundo (Weiberg & Bealer, 2002).
Al igual que con casi cualquier sustancia, el abuso de cafeína es perjudicial para el organismo.
Evidentemente nadie muere por tomar café, y sería absurdo pensar que la persona que necesita una
taza de café por la mañana para sentirse en forma es una "drogadicta". Pero los excesos pueden
producir nerviosismo, temblor en las manos e insomnio; igualmente, la suspensión brusca del café en
una persona habituada a tomar varias tazas diarias puede producir dolor de cabeza e irritabilidad, que
son considerados como “síntomas de abstinencia”.
En los últimos 10 años se han realizado una serie de estudios que muestran que quienes toman
café regularmente tienen menor riesgo de sufrir de ciertas enfermedades que quienes no toman café,
entre ellas diabetes, enfermedades respiratorias y cardíacas; y que puede contribuir a prevenir la
enfermedad de Parkinson, demencia y cirrosis hepática, especialmente aquella asociada al consumo
abusivo de alcohol; pero no se observan lo mismo con el té, lo cual lleva a pensar que podría no ser la
cafeína lo que explique esos resultados.
¿Y qué son las “bebidas energizantes”?
Lo primero que debe decirse es que el nombre de estas bebidas, generalmente con un alto
contenido de cafeína y de otras sustancias similares como la taurina, el guaraná o el ginseng, es
deliberadamente engañoso por motivos comerciales: son, sencillamente, bebidas estimulantes del
sistema nervioso central, como lo son la cocaína y las anfetaminas, pero con menor potencia; en
general su contenido en cafeína es muy superior al de una taza de café negro, y puede llegar a ser
entre 10 y 15 veces superior al de una taza de té; la publicidad está dirigida de una manera muy
explícita a jóvenes de sexo masculino, con la insinuación de que los hará más fuertes, más viriles, y va
acompañada del mito de que los hará más resistentes al alcohol. Y en efecto, las bebidas
“energizantes” son consumidas con mucha frecuencia mezcladas con alcohol, pero:
1. La mezcla disminuye la sensación de ebriedad, de adormecimiento y de cansancio, la
resequedad en la boca y especialmente la percepción de tener dificultades motoras y de coordinación;
pero en la práctica se ha visto que no hay una modificación real de la ejecución, ni de los tiempos de
reacción, ni de los niveles de atención (Howland et al., 2010). En otras palabras, la persona cree estar
bien, pero no lo está.
2. La mezcla de alcohol y “energizantes” incrementa la probabilidad de conductas riesgosas,
incluido sexo sin precauciones y conductas agresivas.
3. La mezcla, por los efectos mencionados en el punto 1, incrementa la probabilidad de que
las personas tomen más alcohol, incrementándose de esa manera la probabilidad de tener más
problemas y de sufrir una intoxicación aguda (Marczinski et al., 2016).
Son estas conductas asociadas a la mezcla con alcohol lo que representa un problema, pues
desde el punto de vista epidemiológico solo representan un 1% dewl total de cafeína que se consume
en el mundo.
En síntesis, la cafeína en pequeñas dosis parece ser una sustancia con muy pocos riesgos y
muchos efectos potencialmente benéficos. Su abuso, por supuesto, puede generar problemas. Pero
esto es válido para cualquier actividad humana.
ALUCINÓGENOS
Los alucinógenos, también llamados "enteógenos", "psicodélicos", "psicomiméticos" o
"sustancias psicoheurísticas", actúan sobre el cerebro produciendo una alteración de la conciencia. Es
decir, la persona que los consume experimenta cambios en la percepción del tiempo, del espacio, de
sí mismo y de los demás. Y como su nombre lo indica, se trata de sustancias capaces de generar
alucinaciones en el campo visual, auditivo y táctil. Entonces la persona ve, oye y siente cosas que en
realidad no existen o no están sucediendo. Las alucinaciones visuales son las más comunes, pero es
usual que se experimenten también sensaciones auditivas o táctiles.
Aunque estas sustancias no producen dependencia, no significa que sean inofensivas; de
hecho, están asociadas a efectos muchas veces impredecibles que pueden dejar secuelas a largo plazo.
El consumo de alucinógenos, al igual que el de muchas otras sustancias psicoactivas, tiene su
origen en de culturas tradicionales que, desde hace miles de años, las utilizan con fines rituales y
curativos. Casi todas las tribus de América Central (México especialmente) y Sudamérica, tenían (y
tienen aún) sistemas religiosos asociados a plantas con propiedades alucinógenas. Se cree que las
alucinaciones inducidas por el consumo de las mismas son un mecanismo para entrar en contacto con
dioses y seres sobrenaturales. Por otra parte, los alucinógenos han sido utilizados por algunas tribus
indígenas y por grupos populares con fines medicinales, pues muchos de ellos parecen tener
propiedades curativas. En todo caso, el uso tradicional de estas sustancias ha estado siempre
ritualizado y enmarcado dentro de un sistema de creencias muy sólido que hace parte de la estructura
social.
Sin embargo, su uso se ha expandido actualmente hacia las ciudades, donde se consumen en
contextos no ritualizados y se utilizan sin ningún control, muchas veces desconociendo las fuertes
reacciones emocionales que pueden desencadenar.
Los “viajes”, como se denominan popularmente las experiencias derivadas de los
alucinógenos, pueden variar drásticamente dependiendo de la persona, la cantidad de sustancia
consumida y del contexto, lo que convierte a estas sustancias en drogas bastante impredecibles. Si
bien se espera que la experiencia sea agradable, es posible que se presente un “mal viaje”, asociado a
angustia, ansiedad y comportamientos autodestructivos. Las reacciones subjetivas a cualquiera de
estas sustancias difieren significativamente de una persona a otra y varían entre el éxtasis y el terror.
De hecho, durante un episodio alucinógeno, una persona puede experimentar efectos físicos y
emocionales diferentes o incluso opuestos. Adicionalmente, una dosis similar del mismo alucinógeno
puede generar reacciones muy diferentes en personas distintas.
Otras variables que pueden determinar la respuesta frente a los alucinógenos son las actitudes
o expectativas de la persona, las experiencias previas con los alucinógenos u otras sustancias
psicoactivas, el lugar y las personas que acompañan su consumo, la personalidad del individuo y su
estado de ánimo. Por otra parte, no todas estas sustancias producen efectos similares, por lo cual mas
adelante se explicarán con detenimiento las diferentes clases de alucinógenos.
En términos generales, puede hablarse de alucinógenos naturales y alucinógenos sintéticos.
Los primeros son aquellos que provienen de alguna planta y que han sido utilizados desde tiempos
ancestrales por diferentes grupos indígenas, mientras que los sintéticos son sustancias que se obtienen
químicamente en laboratorios y que en algunos casos se originaron como medicamentos cuyas
propiedades alucinógenas fueron descubiertas posteriormente.
ALUCINÓGENOS NATURALES
1. Mescalina
Esta sustancia se encuentra en el cactus del peyote (originario de México) y en el de San Pedro
(que se encuentra en Perú y Ecuador). Se caracteriza por causar pseudoalucinaciones (es decir, la
persona tiene alucinaciones pero sabe que son el resultado de haber tomado alguna sustancia), por
generar un sentimiento muy particular en el que se “oyen las imágenes” o se “ven los sonidos” y por
la presencia de alteraciones en la percepción del tiempo, del espacio y de la imagen corporal. La
respuesta emocional de cada persona es poco predecible y puede variar desde felicidad hasta ansiedad
extrema e incluso terror.
Aunque proviene de una fuente natural, la mescalina puede producirse de forma sintética. En su
forma natural se consume en una bebida que se obtiene tras hervir trozos del cactus durante siete
horas o más, o se trituran los trozos con los dientes hasta extraer el líquido del cactus. El producto
sintético es un polvo de color blanco.
En contextos no tradicionales la mescalina se consume por lo general en forma de polvo (aspirada)
o en tabletas, cápsulas o líquido (por vía oral). Adicionalmente, hay quienes fuman los trozos secos del
cactus mezclados en algunas ocasiones con hojas de tabaco o marihuana. Y aunque es poco frecuente,
la mescalina puede ser inyectada tras ser disuelta en agua.
La dosis usual oscila entre 300 y 500 mg, lo que equivale a consumir entre tres y cinco trozos del
Peyote o San Pedro.
Efectos a corto plazo
 Físicamente, la persona puede experimentar cambios en la velocidad de los reflejos, debilidad
muscular, descoordinación de brazos y piernas, temblores y dilatación de las pupilas. También es
usual que se experimenten fuertes episodios de náuseas y vómitos.
 A nivel psicológico, se presentan alucinaciones de fuertes colores que incluyen desde animales y
figuras geométricas, hasta personas e imágenes religiosas. Por otra parte, la persona se siente más
pesada o más liviana y percibe el tiempo y el espacio de una forma diferente a la usual (el tiempo
parece transcurrir más rápido o más despacio y el espacio parece más grande o más pequeño de
lo normal). La experiencia en su totalidad se caracteriza por hacer que la persona sienta de forma
más intensa todo lo que la rodea (entonces los colores parecen más brillantes, los sonidos más
nítidos o más fuertes y así sucesivamente).
 Finalmente, es común que se presenten sensaciones religiosas y místicas muy marcadas. Este es
quizá el efecto más deseado y buscado por aquellos que consumen la mescalina.
Los efectos fisiológicos se presentan especialmente al inicio de la experiencia, mientras que los
psicológicos aparecen una o dos horas después de haber consumido mescalina y desaparecen tras diez
o doce horas.
Efectos a largo plazo
 En algunos casos la mescalina puede precipitar reacciones similares a las presentes en la
esquizofrenia. Sin embargo, no se sabe muy bien qué tipo de personas tienen una mayor
predisposición a presentar este tipo de efectos.
2. Psilocibina
Esta sustancia se encuentra en algunos hongos que crecen en muchas partes del mundo.
Aunque puede obtenerse de forma sintética, el proceso es difícil y costoso, por lo cual se consume casi
siempre de forma natural. Los hongos pueden ingerirse crudos o cocinados y, a causa de su fuerte
sabor, muchas veces se acompañan con leche condensada o con bebidas dulces. Adicionalmente, la
psilocibina sintética puede ser consumida de forma oral en tabletas o cápsulas; también puede ser
aspirada, fumada o inyectada (esta última modalidad puede generar riesgos médicos bastante graves).
Efectos a corto plazo
Los efectos son muy similares a los de la mescalina pero su acción es menos prolongada (entre
tres y seis horas).
Efectos a largo plazo
Similares a los de la mescalina.
3. Amanita muscaria u “Hongos mágicos”
Este hongo se encuentra muy difundido en casi todos los continentes. Se reconoce fácilmente
por su gran tamaño y por su color rojo o naranja con algunas manchas blancas. Se consume oralmente
y los efectos aparecen aproximadamente media hora después de ser ingerida la sustancia. Es
importante mencionar que los hongos amanita pueden variar en apariencia y que las personas pueden
confundirse, consumiendo algunas variedades que son altamente tóxicas, aunque pueden parecerse
externamente a la Amanita muscaria.
Efectos a corto plazo.
 Nerviosismo, vértigo, sequedad bucal, respiración rápida, diarrea, náuseas y vómito.
 Posteriormente, la persona entra en un estado de ensoñación acompañado de imágenes coloridas
y brillantes.
 Es posible que se generen consecuencias psicológicas muy intensas tales como pensamientos
paranoides (idea de ser perseguido), comportamientos violentos y automutilación.
Ocasionalmente, el consumo de Amanita muscaria puede desencadenar la muerte debido a la
presencia de sustancias tóxicas que no son expulsadas del cuerpo.
 Los efectos pueden prolongarse hasta tres o cuatro horas y son muy similares a los de la mescalina
y la psilocibina.
Efectos a largo plazo
Son similares a los de la mescalina y la psilocibina.
4. Atropina, escopolamina y alcaloides relacionados
Las plantas que contienen estas sustancias se encuentran muy difundidas en casi todo el
mundo. Pertenecen a la familia de las “Solanáceas”, que por lo general son arboles pequeños con
flores de gran tamaño en forma de campana, casi siempre de color blanco, amarillo, o blanco con los
bordes rojos (conocidas en algunos lugares como “borrachero”). Aunque químicamente no son
sustancias primordialmente alucinógenas, en grandes dosis pueden llegar a serlo. Algunos de los
efectos que aparecen tras su consumo son: desorientación, confusión, pérdida de la memoria,
pensamientos paranoides, agitación, desordenes de lenguaje, descoordinación, dilatación de las
pupilas e incluso convulsiones. Los niños son particularmente sensibles a los efectos de estas
sustancias, por lo que pequeñas dosis pueden desencadenar efectos alucinógenos o incluso la muerte.
5. Yajé
El yajé, también conocida como ayahuasca, caapi o Santo Daime, es una bebida alucinógena
que ha sido utilizada desde tiempos ancestrales por los indígenas de la cuenca amazónica y que
actualmente tiene cierta acogida en algunas de las grandes ciudades de Sur América (). Se obtiene con
base en un bejuco selvático que se hierve o se tritura, por lo general en compañía de algún aditivo
(también vegetal) que es el responsable de la mayor parte de las alucinaciones. La bebida tiene un
fuerte olor a hierba y una consistencia espesa, por lo general de color café.
Las culturas tradicionales lo utilizan con fines rituales y religiosos, por lo cual se considera que
el bejuco es una planta sagrada. Adicionalmente, hay grupos populares rurales y urbanos que lo
consumen con fines curativos en ceremonias en las que hay un chamán y un paciente. Se cree que a
través del Yajé es posible detectar los orígenes de la enfermedad para poder así curar a la persona. En
las ciudades se ha difundido su uso especialmente entre grupos intelectuales y de jóvenes que lo
consumen con fines recreativos o por motivos espirituales, muchas veces ligados a fenómenos tales
como la “nueva era”. En el contexto urbano hay también algunas congregaciones religiosas muy
numerosas que utilizan el yajé como parte de sus ceremonias, como en el caso de la UDV y el Santo
Daime en Brasil.
Hay sustancias similares al yajé, conocidas como “análogos del ayahuasca”, que son
producidas de forma sintética en algunos lugares en los que no se tiene acceso a la planta. Estas
sustancias producen básicamente los mismos efectos aunque más intensos y menos prolongados.
Efectos a corto plazo
 Náuseas, diarrea y vómito
 Aumento en la temperatura del cuerpo y sudoración
 Alucinaciones visuales de fuertes colores en las que aparecen con mucha frecuencia animales y
paisajes selváticos.
 El tiempo y el espacio se perciben de forma diferente.
 Los colores parecen más brillantes, los sonidos más nítidos o más fuertes y así sucesivamente.
 Comúnmente se presentan experiencias místicas o religiosas muy marcadas.
Los efectos se presentan aproximadamente media hora después y pueden prolongarse por cuatro
o seis horas en promedio.
Efectos a largo plazo
 A diferencia de la mayoría de las sustancias alucinógenas, el yajé se asocia con un bienestar general
durante los días o semanas posteriores al consumo del mismo.

ALUCINÓGENOS SINTÉTICOS
En los últimos 20 años la producción de alucinógenos sintéticos se ha convertido, en algunos
países, en una verdadera industria; solo mencionaremos aquí los que pueden encontrarse en América
Latina con clara identificación, pues hay muchas sustancias disponibles que se venden con el nombre
de 'ácidos', pero que nadie sabe a ciencia cierta qué son.
1. LSD
Este es el más poderoso de los alucinógenos conocidos hasta el momento. Dosis tan insignificantes
como 50-100 microgramos (invisibles al ojo humano) pueden producir cambios significativos en la
percepción, en el estado de ánimo y en los procesos de pensamiento.
El LSD puro es una sustancia cristalina que carece de olor y que es soluble en agua. Sin embargo,
por ser una sustancia tan potente, se diluye por lo general en otros componentes. La dosis usual se
encuentra en forma de pastillas, cápsulas, tabletas o “papeletas” (pequeños trozos de papel que se
introducen debajo de la lengua hasta que la sustancia alucinógena es liberada). Usualmente se
consume de forma oral, pero puede ser también inhalado o inyectado.
Se produce por lo general en laboratorios ilícitos, aunque existen casos en los que puede ser
sintetizado legalmente en pequeñas dosis con fines investigativos.
Efectos a corto plazo
Aunque los efectos pueden variar en función de muchos elementos, por lo general se presentan
los siguientes:
 Debilidad muscular, cambio en la rapidez de los reflejos, dilatación de las pupilas y descoordinación
de los brazos y las piernas.
 Distorsión del tiempo (los minutos pueden parecer horas) y del espacio (que pueden resultar en
episodios riesgosos como caer de lugares altos que la persona no percibe como tal).
 Distorsión de la imagen corporal.
 Con frecuencia se siente que se “ven los sonidos” o se “oyen las imágenes”.
 Intensificación perceptual en todos los campos (los colores parecen más fuertes, los sonidos más
intensos, etc.)
 Pueden experimentarse cambios emocionales muy fuertes o incluso emociones simultáneas.
 Por lo general, el LSD causa fuertes sensaciones místicas y espirituales.
Efectos a largo plazo
 Flashbacks: Aunque este fenómeno puede presentarse tras el consumo de otros alucinógenos, el
LSD es la sustancia que más se asocia con el mismo. Los 'flashbacks' son episodios alucinógenos
que se presentan semanas, meses e incluso años después de haber ingerido la sustancia. Su
duración es de pocos minutos y su intensidad puede ser muy fuerte. Durante los mismos, se
experimentan alucinaciones visuales, auditivas o táctiles similares a las presentes durante la
experiencia original.
 Síndrome amotivacional: Puede presentarse en consumidores habituales de LSD y se caracteriza
por la pérdida del interés en las relaciones sociales y en la mayoría de las actividades y una actitud
pasiva hacia el entorno y hacia el futuro.
 Episodios psicóticos: pueden presentarse en personas que han consumido LSD solo una vez, pero
esto es poco frecuente. Por lo general se presentan en personas que lo utilizan de forma crónica.
Estos episodios se caracterizan por alteraciones de pensamiento, alucinaciones muy intensas y
comportamientos similares a los que caracterizan a las personas esquizofrénicas.
Aunque el riesgo de muerte por sobredosis no es muy elevado, se han reportado casos de suicidios
inducidos por el LSD. Las intensas alucinaciones pueden hacer que las personas que lo han consumido
desarrollen comportamientos autodestructivos o riesgosos como saltar desde lugares altos o
automutilarse.
2. STP y DOM
Estas sustancias se producen químicamente. Carecen de olor y sabor y se obtienen en forma de
cristales o polvo cristalino. La abreviatura STP se refiere a las palabras “serenidad, tranquilidad y paz”.
En dosis reducidas produce efectos estimulantes y euforia, mientras que en dosis más elevadas se
presentan efectos similares a los del LSD, incluyendo alucinaciones visuales y trastornos perceptuales.
Pueden presentarse reacciones displacenteras tales como fuertes náuseas y episodios de vómito,
dificultades respiratorias, fatiga, tensión muscular e hipersensibilidad a los estímulos luminosos.
Los efectos alucinógenos pueden prolongarse hasta por ocho horas y suelen desencadenar “malos
viajes” con mayor frecuencia que muchas de las otras sustancias alucinógenas.
3. TMA
En su forma pura, es un polvo amarillo que puede ser consumido de forma oral o intravenosa.
Los efectos generales son similares a los producidos por la mescalina. Sin embargo, existe la
probabilidad de desarrollar comportamientos antisociales y destructivos, un hecho que es menos
probable con la mayoría de las otras sustancias alucinógenas.
4. Ketamina
La ketamina es un polvo blanco que puede ser consumido oralmente en forma de cápsulas o
de forma intravenosa, al ser disuelta en agua. Sin embargo, usualmente es inhalada en su presentación
original.
Es una sustancia legal, pero utilizada como anestésico y tranquilizante para animales
únicamente7. Se vende bajo los nombre de Ketacet, Ketajet y Ketalar. Su uso veterinario no genera
efectos colaterales o secundarios, mientras que su consumo en humanos tiene consecuencias
alucinógenas. Adicionalmente, puede causar convulsiones si se toma en dosis elevadas y se asocia con
fuertes episodios de vómito al ser mezclada con alcohol. Igualmente, puede desencadenar
comportamientos suicidas o agresivos en personas deprimidas o con tendencias violentas.
5. PCP
La fenciclidina (PCP) es un anestésico utilizado originalmente en la medicina humana, pero
limitado posteriormente a uso veterinario por producir efectos secundarios altamente desagradables.
Sin embargo, algunos efectos hacen que esta sustancia sea muy deseada como sustancia psicoactiva,
como son las alucinaciones, los efectos tranquilizantes y, en algunos casos, sentimientos muy
marcados de euforia. Adicionalmente, puede producir cambios perceptuales intensos, similares a los
causados por el LSD (cambios en la percepción del tiempo, del espacio y de la imágen corporal). Las
sensaciones desagradables producidas por dosis elevadas incluyen sentimientos paranoides, agitación
y ansiedad extremas, convulsiones e incluso problemas respiratorios altamente peligrosos.
Aunque los alucinógenos no producen dependencia o tolerancia, hay casos en los cuales la
persona necesitan tratamiento. El consumo de alucinógenos puede derivar en estados de grave
alteración psicológica o de ansiedad extrema, y en esos casos será indispensable buscar ayuda

7
Nuestros estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes nos informaron en
2017 y 2018 que la ketamina se ha vuelto a utilizar con humanos, especialmente por sus efectos
sedantes.
profesional para asegurarse de que estos efectos desaparecerán. En algunos casos es recomendable
prescribir medicamentos antipsicóticos o sedantes, especialmente cuando aparecen
comportamientos autodestructivos o suicidas.
SUSTANCIAS MIXTAS
Se conoce con el nombre de sustancias mixtas a aquellas SPA que producen efectos de dos o
más de las otras categorías.
A pesar de que existe una proliferación considerable de sustancias sintéticas que poseen estas
características, sólo hablaremos aquí de las que están disponibles en Colombia y en general en América
Latina, dándole una especial importancia a la marihuana por ser la más consumida de las sustancias
ilegales.

La marihuana
Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda de Adolf Hitler, decía que si una mentira se repite
suficientemente termina convirtiéndose en verdad. Esto, que tantos políticos contemporáneos aplican
descaradamente, podemos aplicarlo perfectamente a la marihuana, sustancia conocida durante más
de 5.000 años por sus propiedades analgésicas, demonizada durante 75 años (desde 1937 hasta 2012,
aproximadamente) y rebautizada desde entonces como una especie de panacea universal, capaz de
curar todos los males, incluido el cáncer.
La marihuana es la más conocida de todas las sustancias psicoactivas; proviene de un arbusto
muy común en América, África y la India, aun cuando actualmente se cultiva prácticamente en todo el
mundo. Tal arbusto, cuyo nombre científico es Cannabis sativa, es el mismo con el cual se produce el
"hashish" en el Oriente, que no es otra cosa que la resina de la planta. Con la misma planta se fabrica
el cáñamo, cuerda muy resistente utilizada desde tiempos inmemoriales. En la clasificación que
proponemos aquí hace parte del grupo de sustancias mixtas, porque puede producir efectos muy
variados: risa, llanto, hambre, náuseas, sueño, alerta, relajación, paranoia… Todo depende de la
persona, de su estado de ánimo y de la mezcla eventual con otras sustancias.

Durante años se ha especulado mucho sobre el origen de la palabra marihuana; pero


recientemente los lingüistas han podido establecer que proviene del náhuatl (el idioma de los
aztecas1): “malli” (esa doble “l” se transforma con frecuencia en “r” en español), hierba que se
enrosca o hierba para tejer; y “Hahuani”, borracho y alterado en mente, cuerpo y percepción.

En la planta de Cannabis hay cerca de 600 compuestos químicos, de los cuales


aproximadamente 150 son cannabinoides (es decir, sólo se encuentran en esa planta), que se
organizan en 11 familias; los más investigados y conocidos son el THC (9-delta-tetrahidrocanabinol),
que es el que produce los efectos típicos que en Colombia se conoce como “traba”, y el CBD
(canabidiol), con propiedades médicas importantes; 441 más son no-cannabinoides y se conocen
como flavonoides.
Un poco de historia y de detalles curiosos

La planta de Cannabis es una de las más antiguas compañías agrícolas de los seres humanos: sus
extraordinarias propiedades como fibra de gran resistencia fue descubierta hace más de 10.000
años, y las primeras menciones de sus eventuales usos médicos como analgésico se remontan a
los tiempos del emperador chino Shennong hace cerca de 5.000 años; en el famoso papiro Ebers,
de 1550 AEA también se le menciona, y los asirios la utilizaban en ritos religiosos hace más de
3.000 años; en el siglo 5º AEA el historiador griego Herodoto menciona que los Scyntios lanzaban
las semillas sobre piedras calientes y aspiraban encantados los vapores…El romano Dioscórides,
médico de Nerón y autor de “De Materia Medica”, que fue un libro de consulta durante más de
mil años, aseguraba que sirve para tratar la malaria, el estreñimiento, el beri beri y las alteraciones
menstruales.

A finales del siglo XI un fanático religioso que perseguía y aterrorizaba tanto a musulmanes como
a Cruzados, conocido como Hassam, el Viejo de la Montaña, y quien se describía a sí mismo y a
su grupo como terroristas, llamaba a sus adeptos “Assassiyoun”, los fieles al Assass, el
fundamento de la fe; sus enemigos los llamaban “haschichiyoun,” fumadores de hashish por su
inexplicable valentía e indiferencia frente a la muerte; Marco Polo popularizó esa idea en
Occidente, e incluso algunos han creído encontrar en esas palabras el origen del término
“asesino”; pero es solo un mito (Maalouf, 1988).
El gran auge del Cannabis en Europa está profundamente asociado con el desarrollo de la
navegación marítima: durante más de 200 años las cuerdas de los barcos y sus velas eran
fabricadas con estas fibras, por lo que había grandes plantaciones en la India, en Africa… y en
Kentucky, USA. Todo esto desapareció con el surgimiento de los motores a vapor. Es importante
subrayar que fueron los españoles los que introdujeron el Cannabis en América, y los nativos
pronto descubrieron que con esa planta se podían hacer cosas diferentes a cuerdas…
A diferencia de muchas otras sustancias corrientes en nuestro medio -como el alcohol, la
cocaína, el basuco, las anfetaminas- la preparación de la marihuana no requiere ningún procedimiento
especializado: simplemente las hojas secas de la planta (no las semillas, que carecen de contenido
psicotrópico), se fuman en forma de cigarrillos o en pequeñas pipas.
Al igual que los opiodes, los canabinoides (identificados en 1895) actúan sobre receptores
específicos en el cerebro; esto los hace diferentes de otras drogas como el alcohol o la cocaína, cuya
acción interrumpe los procesos cerebrales. Los canabinoides son altamente solubles en grasas, y por
esta razón después de introducidos en el cuerpo se distribuyen hacia todas las áreas, concentrándose
principalmente en los pulmones, los riñones y el hígado; muy poco permanece en el cerebro, pero sus
efectos sobre la memoria y las habilidades cognoscitivas han sido claramente demostrados. El proceso
de eliminación es lento (aproximadamente tres semanas), por lo cual los fumadores frecuentes
tienden a acumularlo.
El THC es el responsable del efecto característico que en nuestro medio se llama "traba"; la
marihuana actual, y especialmente la variedad llamada “cripy”, contiene entre 10 y 15 veces más THC
que la marihuana de los años 70, pues los cultivadores han mejorado considerablemente la calidad de
sus semillas; por ello muchas de las conclusiones a las que llegaron los investigadores de esa época,
referentes al carácter relativamente inocuo de la marihuana, están hoy totalmente revaluadas. Esta
creencia ha sido en gran parte la responsable del creciente aumento en el consumo de marihuana a
nivel mundial. Por esto es muy importante conocer los efectos reales del consumo a corto y largo
plazo, partiendo de los inmediatos.
Los usuarios de marihuana presentan como efecto inmediato un estado de bienestar, de
euforia leve, de relajación y de aumento de la sensibilidad, sobre todo a nivel auditivo; esto quiere
decir que se intensifican las experiencias sensoriales ordinarias como comer, ver películas y escuchar
música. La percepción del tiempo se modifica; los segundos y los minutos se alargan notablemente. A
nivel de memoria, el sujeto no ‘graba’ algunas de las cosas que hace o dice durante el período en que
está bajo los efectos de la sustancia, hay pérdida de la capacidad asociativa. Pero no siempre se
presentan estas sensaciones más o menos placenteras: muchas personas experimentan ansiedad y
depresión, e incluso trastornos más severos y desagradables, que en la jerga popular reciben el
nombre de "pálida".
Hay un ligero aumento del ritmo cardíaco; una disminución de los tiempos de reacción a
estímulos auditivos y visuales, retardo de las respuestas motoras e irritación de los ojos (todo lo cual
hace peligroso conducir un automóvil o ejecutar tareas delicadas, pues se aumentan
considerablemente los riesgos de todo tipo de accidentes, incluidos los de trabajo); también se
produce resecamiento de la boca y aumento del apetito.
Aun cuando en la extensísima literatura científica sobre el tema (más de 30.000 trabajos) no
existe ni uno solo que demuestre que la marihuana es inofensiva, mucha gente está convencida de
que lo es. En realidad, desde hace ya bastante tiempo se sabe que el consumo frecuente afecta
negativamente la memoria y la capacidad de concentración, y que disminuye los niveles de motivación.
Recientemente se ha podido demostrar que afecta el sistema respiratorio más que el tabaco, y es
comprensible: en un cigarrillo de marihuana hay seis veces más alquitrán que en un cigarrillo de tabaco
ordinario. Quizás lo más sobresaliente son los efectos sobre el desarrollo sexual de los adolescentes:
en los varones se disminuye el conteo y la movilidad de los espermatozoides y en las jóvenes aparecen
problemas menstruales, como la dismenorrea (reglas irregulares) o la amenorrea (suspensión de la
menstruación durante largos períodos). También es claro que puede precipitar o exacerbar síntomas
de enfermedades cardiovasculares o respiratorias y en el caso de personas con predisposición a
desarrollar trastornos mentales como esquizofrenia, el consumo de marihuana puede hacer que estas
se desencadenen más rápidamente.
Por último, está claramente demostrado que el uso de marihuana entre los adolescentes sí
aumenta considerablemente la posibilidad de que empiecen a utilizar otras sustancias perjudiciales
para el organismo. Un gran número de investigaciones muestra que en la mayoría de los casos la
marihuana no se consume sola, sino acompañada de alcohol; que quienes inducen a sus compañeros
tienden a considerar que "hay que ensayarlo todo", y que quienes se dejan presionar por los
compañeros oponen una resistencia débil que facilitará el ensayo de nuevas sustancias.
Durante muchos años se aseguró que la marihuana no produce dependencia. Hoy en día está
claramente demostrado por parte del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA por su sigla
en inglés) que un 10% de quienes empiezan a consumirla desarrollan claros signos de dependencia
que requieren tratamiento; pero si la persona empieza a consumirla a los 14 años, el riesgo se
incrementa a 50%.
En cuanto a tolerancia, muchos usuarios aseguran que transcurrido algún tiempo de uso
regular los efectos disminuyen sensiblemente y es necesario fumar cantidades mayores para conseguir
el estado deseado. Hasta el momento no se conocen casos de muerte por sobredosis.
¿Por qué se dice que es una SPA “blanda”?
Hay tres razones fundamentales:
 Porque no tiene sobredosis: contrario a lo que ocurre con los opioides, hay receptores
en el tallo cerebral, pero no en los centros relacionados con respiración y corazón
(tercio frontal superior).
 Porque la dependencia es menor que la de otras SPA: la marihuana es menos tóxica
que la heroína (la diacetilmorfina), la cocaína (benzoilmetilecgonina), las
benzodiacepinas e incluso que el etanol. Como se mencionó, el riesgo de depenencia
en adultos es del 10%, comparado con 20% para la cocaína y 25% para la heroína.
 Porque el síndrome de abstinencia es menor: comparado con los síndromes de
abstinencia de la heroína, los opioides y las benzodiacepinas, el de la marihuana es
bastante más benigno: hay irritabilidad, trastornos de sueño y ansiedad, pero
disminuyen en relativo corto tiempo. En este caso el mayor riesgo son los amigos
consumidores.

¿Cuándo se volvió ilegal la marihuana?


Muchas personas creen que la marihuana ha sido ilegal siempre. La realidad es que fue legal y
altamente valorada durante 5.000 años, y demonizada durante 75 (1937-2012). La prohibición estuvo
fuertemente asociada con la prohibición del alcohol en los Estados Unidos en 1919, cuando se
desencadenó una furiosa persecución contra muchas sustancias y se creó el Federal Bureau of
Narcotics (FBN), dirigido por Harry Anslinger, quien promocionó (seguramente convencido de que era
cierto) la idea de que la marihuana era muy peligrosa y que desencadenaba comportamientos
homicidas. Anslinger aseguraba, entre otras historias y contra toda evidencia, que el joven Victor
Lacata (una persona muy perturbada mentalmente) había asesinado a su familia con un hacha bajo
efectos de esa sustancia. Su único contendor, el Alcalde de Nueva York Fiorello LaGuardia, creó una
comisión de científicos a la que nadie hizo caso. Tampoco fue escuchada la American Medical
Association: ambas aseguraban que no había pruebas de que la marihuana fuera tan peligrosa como
se estaba afirmando.

Los últimos años han permitido demostrar que el uso frecuente de marihuana en la
adolescencia tiene consecuencias muy negativas. Entre esas consecuencias por uso crónico y frecuente
están (documentadas abundantmenerte en los últimos cinco años):
- Alteración de procesos cognitivos: organización y procesamiento de la información (memoria
a corto plazo, atención, aprendizaje, alteración de la capacidad de solución de problemas, percepción),
planeación y toma de decisiones;
-Disminución de la motivación (síndrome amotivacional)
- Alteraciones psicomotoras como disminución de los reflejos, parquedad de movimientos,
lentitud de desplazamientos;
-Exacerbación de otros trastornos o enfermedades psicológicas y físicas (incluso brotes
psicóticos).
Uno de los estudios más importantes fue el realizado Meier y sus colaboradores (2012), en el
que se hizo un seguimiento durante 38 años a una cohorte de 1037 sujetos nacidos en 1972/73; se les
realizaron exámenes neurológicos a los 13 y los 38, y se llevaron a cabo entrevistas a los 18, 21, 26, 32
y 38 años de edad. Quienes empezaron a fumar hacia los 14 años y fumaban muy frecuentemente
(“heavy users”):
 Perdieron hasta 8 puntos de cociente intelectual
 Presentaron problemas de memoria y atención
 Presentaron síndrome amotivacional (pérdida generalizada de intereses).
La conclusión más grave de ese estudio es que no hubo recuperación al abandonar el consumo.
Esta conclusión constituye una importante advertencia para padres y maestros, que pretenden a veces
restarle importancia al consumo entre menores de edad. Estos resultados han sido verificados
numerosas veces en los últimos seis años.
Al dejar de fumar marihuana definitivamente, se produce una recuperación progresiva de la
memoria, de la capacidad de concentrarse y del estado de ánimo normal. Pero en algunas personas
con predisposición a los trastornos psicológicos la marihuana puede desencadenar situaciones críticas
que dejan secuelas permanentes.
A pesar de todos los efectos negativos que puede producir la marihuana, cabe destacar que
también se ha podido establecer de manera categórica que hay un buen número de aplicaciones
médicas. En la medicina popular y tradicional de nuestros pueblos, se la ha empleado para aliviar los
dolores de reumatismo, colocando emplastos de ella. El THC sintético, por otra parte, permite
controlar el vómito y las náuseas producidos por los tratamientos quimioterapéuticos de cáncer, y en
forma de gotas contribuye a disminuir los daños del glaucoma. Debe quedar bien claro que fumar
marihuana o "hashish", o comerlo, no es una estrategia de tratamiento en ninguna parte del mundo.
Hoy en día es posible consultar en Internet la lista casi infinita de supuestos beneficios
asociados a la marihuana. Pero lo mejor es consultar los trabajos más serios realizados hasta el
momento: la Academia de Ciencias de los Estados Unidos publicó en febrero de 2017 el estudio más
completo que existe: un análisis de cerca de 10.000 investigaciones (seleccionadas en un total de
24.000 que cumplían con ciertos requerimientos metodológicos), y las principales conclusiones fueron
las siguientes:
Beneficios reportados con evidencia fuerte:
 Ayuda a mitigar el dolor crónico en adultos asociados a múltiples enfermedades
 Disminuye vómito y náuseas asociadas a quimioterapia
 Alivia algunos síntomas de la esclerosis múltiple
Beneficios reportados con evidencia moderada:
 Alivia problemas de sueño en apnea obstructiva, fibromialgia y dolor crónico
 No incrementa los riesgos de cáncer
Beneficios reportados con evidencia limitada o no evidencia:
 Elimina la falta de apetito asociada a VIH/Sida
 Alivia los síntomas de estrés post-traumático, síndrome de Gilles de la Tourette, depresión,
todos los cánceres, síndrome de intestino irritable, Parkinson y esquizofrenia
Riesgos reportados con evidencia fuerte:
 Empeora los problemas respiratorios como bronquitis crónica y asma
 Incrementa la probabilidad de accidentes vehiculares
 Bebés con bajo peso
 Incrementa la posibilidad de aparición de esquizofrenia y otras psicosis
Riesgos reportados con evidencia moderada:
 Problemas respiratorios en niños que fuman Cannabis
 Problemas de memoria, de aprendizaje y atención
 Desorden de ansiedad, depresión y episodios bipolares en personas con diagnóstico de
bipolaridad
 Desorden de abuso de SPA para alcohol, tabaco y otras
Riesgos reportados con evidencia limitada o no evidencia:
 Alteración de logros académicos, educativos y sociales (en adultos)
 Ataques cardíacos, derrame cerebral, diabetes, ansiedad, episodios bipolares en no bipolares
 Asma y otros desórdenes EPOC
 Muerte por sobredosis
No existe hasta la fecha un documento más completo en el mundo sobre este tema.
Recomendamos a padres y maestros su estudio, pues se trata de un documento de más de 300
páginas.

¿Qué es marihuana medicinal?

Son productos sintéticos, o extractos de la planta, que tienen varios usos:

 Cesamet (Nabilona): análogo sintético del THC; antiemético en tratamientos oncológicos


 Marinol (Dronabinol): ídem, aceite marrón; anorexia y caquexia en VIH y cáncer
 Sativex (THC +Canabidiol en proporciones 1:1); suspende los efectos secundarios de
Nabilona y Dronabinol. Analgésico, relajante, ansiolítico, dilatador bronquial y
tratamiento de glaucoma
Muchos padres se preguntan cómo saber si sus hijos están fumando marihuana. Si se trata de
pequeñas cantidades, la única manera de saber, aparte del azar que lleve a encontrar cigarrillos o
restos de ellos en los haberes personales, es preguntándole directamente a la persona. Pero en el caso
de uso crónico (varias veces a la semana durante varios meses), los índices más seguros son pérdida
de interés y de motivación por el estudio o el trabajo, oscilaciones injustificadas en el estado de ánimo,
períodos de irritación o de depresión, ruptura de la comunicación con la familia. Evidentemente, todos
estos indicadores sólo deben servir para poner alerta a los padres, pues las mismas conductas se
pueden presentar por motivos completamente diferentes. Se trata entonces de tener en cuenta que
"algo está pasando" y de tratar de averiguar qué es. Los ojos irritados pueden tener muchas causas y
resultaría completamente inadecuado sacar conclusiones apresuradas de ello.

¿Quiénes han legalizado la marihuana?


Desde 1976 los Países Bajos han permitido la venta de marihuana a mayores de edad en los
llamados “coffee shops”, pero sin hacer su comercio libre; el número de estos expendios ha
disminuido notablemente: pasaron de ser cerca de 1400 en los años 90 del siglo pasado, a menos de
500 en 2017.
El primer país del mundo en legalizar la producción y consumo recreativo del Cannabis y
otras sustancias (con controles, restricciones y multas, más un servicio de tratamiento muy
eficiente) fue Portugal en 2001. Los resultados han sido excelentes, aun cuando las dificultades
económicas recientes del país han debilitado el proceso.
El segundo país fue Uruguay, en 2013 y el tercero fue Canadá, en 2018. En los Estados
Unidos se legalizó el uso recreativo en 9 estados entre 2011 y 2014, pero a nivel federal sigue siendo
ilegal.
Existen 23 países, incluidos Colombia, México, Chile, Perú y Ecuador, que tienen “dosis
mínima legal”. En Colombia se prohibió por decreto en 2018. El uso medicinal está autorizado en
cerca de 30 países.

MITOS
Complementando todo lo que acabamos de exponer en las páginas precedentes, queremos
terminar esta sección mencionando brevemente algunos de los comentarios más frecuentes que
llevan a los adolescentes a creer que de verdad no corren ningún riesgo al consumir marihuana:
 La marihuana, por ser ‘natural’, no es dañina: es una de las frases más socorridas, y una de las
más absurdas, pues no existe ninguna relación lógica entre el que algo sea “natural” y sea o
no peligroso. Los terremotos, los sunamis y la erupción de los volcanes son naturales; el
cáncer, el ébola y la peste bubónica son naturales; el veneno de las cobras, de las serpientes
mapaná o cascabel, y el totalmente mortífero de ciertas ranas amazónicas, son naturales. Es
simplemente u caso de razonamiento pobre.
 Su consumo ‘abre la mente,’ se es más creativo: es una impresión subjetiva cuando se está
bajo el efecto; muchos artistas juzgan que la calidad de sus obras en esos estados es muy
inferior a la que logran en estados normales.
 No es cancerígena: por la cantidad de alquitrán o brea contenida en cada cigarrillo de
marihuana (seis veces más que en un cigarrillo ordinario de tabaco), más otras sustancias
presentes, se puede considerar potencialmente cancerígena.
 Quita la gripa: no hay ninguna prueba que confirme esta creencia.
 No produce adicción o dependencia: todas las personas que trabajan en el campo clínico saben
que esto no es cierto. El número de solicitudes de tratamiento en el mundo entero ha ido
creciendo por problemas relacionados con marihuana.
 Son más perjudiciales el alcohol y el cigarrillo que la marihuana: Es cierto si estamos hablando
de una botella de ginebra o de un paquete de cigarrillos frente a un “cacho” de marihuana;
pero si se trata de un trago, o de un solo cigarrillo, ciertamente no.
 Tiene propiedades curativas para enfermedades como el cáncer y el sida. No existe ninguna
evidencia al respecto, es una de esas leyendas que se expanden rápidamente sin tener
fundamento (https://www.lasdrogas.info/noticias/puede-el-cannabis-curar-el-cancer/ ,
enero 22 de 2019)

Referencias y lecturas recomendadas:

Bobes, J. & Calafat, A. (eds.) (2000). Monografía Cannabis sativa. Adicciones, vol. 12,
suplemento 2. Las Drogas (2019). Puede el Cannabis curar el cáncer?
https://www.lasdrogas.info/noticias/puede-el-cannabis-curar-el-cancer/

Maalouf, A. (1988) Samarcande.

McKim, W.A. & Hancock, S. (2012) (7th ed.) Drugs and behavior. Upper Saddle River, NJ, USA:
Prentice Hall.

Maista, S.A., Galizio, M. & Connors, G.J. (2017). Drug use and abuse. Boston, MA, USA:
Cengage.
Meier, (2012). Persistent cannabis users show neuropsychological decline from childhood
to midlife. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States.

National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine. 2017. The Health Effects of
Cannabis and Cannabinoids: The Current State of Evidence and Recommendations for
Research. Washington, DC: The National Academies Press.
https://doi.org/10.17226/24625.
Time Inc. Specials (2018). Marijuana. Nueva York, USA: Time Inc. Books.

EL EXTASIS
El éxtasis o MDMA (3-4 metilenedioximetanfetamina) es una SPA sintética, químicamente
similar al estimulante metanfetamina y al alucinógeno mescalina. El MDMA fue sintetizado de forma
accidental en 1912 por G. Mannish y W. Jacobson en laboratorios Merck, Alemania, e inicialmente se
pensó que podría ser utilizada en el tratamiento contra la anorexia. Farmacológicamente pertenece
a las feniletilaminas. En la naturaleza se encuentran muchas sustancias con estructuras químicas
parecidas que proceden de los aceites volátiles que se encuentran en especies vegetales como el
peyote y el San Pedro, la nuez moscada, el azafrán, el perejil, el eneldo, entre otras.
A finales de la década de los 70 del siglo pasado se asoció el consumo de esta sustancia al campo
clínico, pues se consideraba un facilitador de la psicoterapia, permitiéndole al sujeto profundizar en
sus aspectos más conflictivos, a través de la rememorización; y a principios de los años 80, comienza
a difundirse su consumo con fines recreativos. Debido a su capacidad para inducir empatía e
intensificar la comunicación, en 1983 se le dio a este grupo el nombre de “empatógenas”. En 1985
fue prohibido en USA, la OMS prohibió su uso y la incluyó en la lista I junto con LSD, marihuana y
heroína
Efectos a corto plazo
 Hipertermia
 Aumento frecuencia cardíaca y presión arterial
 Deshidratación
 Incremento de la actividad física
 Aparente facilidad de interacción con otras personas
 Síndrome de abstinencia: depresión ligera e irritabilidad
En su forma pura, el éxtasis se presenta como un polvo blanco de sabor amargo, pero en la
calle se encuentra en forma de píldoras de diversos colores o cápsulas transparentes, en las que la
sustancia se encuentra mezclada con otras sustancias de soporte o psicoactivas como anfetaminas o
cafeína.
El éxtasis actúa a partir de dosis superiores a los 60 mg, es de absorción rápida tanto por vía
oral como inyectada. Los efectos empiezan a sentirse aproximadamente media hora después de
ingerirse y se manifiestan inicialmente en forma de lo que los usuarios denominan una “subida”,
caracterizada por una sobre-estimulación que puede llegar a producir ansiedad, sensación de vértigo,
náuseas y algunas veces vómito. Esta fase pasa rápidamente y se alcanza la fase de meseta, que suele
durar entre 4 y 6 horas, durante la cual se experimentan al mismo tiempo los efectos principales y los
secundarios adversos. Con dosis entre los 75 y los 150 miligramos el éxtasis produce tres clases básicas
de efectos: una alteración de la percepción, una alteración de la afectividad (por lo cual sus promotores
la han calificado de ser un "estimulante del amor") y una alteración de las vivencias del yo. Comparte
con las anfetaminas algunas propiedades estimulantes, mientras que tiene con los alucinógenos cierta
capacidad para alterar la percepción de la realidad, pudiendo llegar incluso a producir alucinaciones,
normalmente cuando se ingieren dosis elevadas. A estos dos grupos de propiedades habría que añadir
la supuesta cualidad que tiene para facilitar las relaciones interpersonales y permitir el acceso al
mundo interior del individuo. Veinticuatro horas después del consumo, aun se presentan ciertos
efectos residuales entre los que encontramos fatiga, dificultad para concentrarse, anorexia, pérdida
de memoria, incapacidad para trabajar o estudiar, irritabilidad, depresión y falta de deseo sexual.
A pesar de no producir dependencia física hay una toxicidad neurológica demostrada en
animales de laboratorio; su consumo produce una cierta agitación y ansiedad, rigidez muscular e
hipertermia (aumento de la temperatura interna). Este último fenómeno es probablemente la causa
de la deshidratación, las convulsiones y hemorragias craneanas que se han observado en las autopsias
de personas que fallecieron luego de consumirlo. Actualmente, el consumo de éxtasis se ha asociado
con varias patologías físicas y psiquiátricas, entre las que encontramos trastornos cardiovasculares
(arritmias, miocardiopatías y accidentes cerebrovasculares), algunos trastornos digestivos
(principalmente alteraciones hepáticas) y trastornos musculares entre otros. Las patologías
psiquiátricas más comúnmente asociadas son trastornos de ansiedad, depresiones y trastornos
psicóticos.
El éxtasis es básicamente una droga de discoteca y fines de semana. Su consumo es más
frecuente en niveles económicos altos, pues se trata de una sustancia costosa. Sin embargo, se ha
encontrado que usualmente el producto que se consume en las discotecas colombianas bajo este
nombre no es más que una vaga falsificación con base anfetamínica, que llena los bolsillos de quienes
la producen y hace que los ingenuos se sientan muy "a la moda”.
Tabaco
Nuestro análisis de las sustancias mixtas termina con un breve examen del tabaco, la tercera
sustancia más consumida, después de la cafeína y el alcohol.
El tabaco es la tercera sustancia psicoactiva más consumida en el mundo, después de la cafeína
y el alcohol; las tres comparten la característica de ser legales y hay que decir que el tabaco nunca ha
sido tratado como una droga o como un medicamento. Solamente hasta 1996 hubo normas en los
Estados Unidos impidiendo la venta de tabaco a niños y adolescentes, pues una y otra vez el Congreso
rechazó las regulaciones debido a las inmensas presiones de las tabacaleras; en Colombia esa
regulación es mucho más reciente: en la ley 1986 la restricción de edad es 14 años, y solo hasta el
2009 se aprobó la ley 1335 en la que se regula el consumo de tabaco siguiendo las indicaciones de la
Organización Mundial de la Salud, luego de una impresionante acumulación de pruebas sobre los
daños asociados a fumar. El consumo de tabaco ha disminuido de manera importante en la mayor
parte de los países del mundo, pero todavía son cerca de mil millones de personas las que lo hacen.
Los daños asociados a fumar tienen dos vertientes: por una parte, por el contenido de nicotina
(que es lo que produce dependencia), y por otra por la brea o alquitrán resultante de la combustión,
que es lo que produce daños pulmonares y cáncer. La nicotina es un alcaloide que aumenta la
frecuencia y la contractilidad cardíaca y cutánea, contrae los vasos sanguíneos coronarios, aumenta
transitoriamente la presión sanguínea, reduce la sensibilidad a la insulina y puede agravar o precipitar
la diabetes; también causa una constricción de los vasos sanguíneos de la piel, lo cual explica por qué
las personas fumadoras tienen muy frecuentemente el rostro muy arrugado.
Un cigarrillo promedio contiene entre 8 y 9 miligramos de nicotina, y de ellos cerca de 1 mg
es absorbido por el fumador corriente. La nicotina absorbida por los pulmones es enviada
directamente al corazón, desde donde pasa al cerebro, permaneciendo allí cerca de 30 minutos; luego
se concentra en el hígado, los riñones, las glándulas salivales y el estómago; cruza casi todas las
barreras, incluida la placenta.

Algunas notas históricas


Nicotiana tabacum es un arbusto originario de América, cultivado hoy en todo el mundo.
Cuando Cristóbal Colón llegó a las actuales Bahamas en octubre de 1492, observó indígenas
fumando, y los conquistadores describieron este hábito como “beber humo”.
El nombre “nicotina” se deriva de Jean Nicot, embajador de Francia en Portugal en 1560,
quien estaba convencido de los usos médicos del tabaco y lo introdujo en Francia. Hasta el siglo
XVIII su producción y comercio fue un monopolio de españoles y portugueses; luego los ingleses
empezaron a usarlo y a sembrarlo en las colonias de Estados Unidos. Se convirtió en una de las
industrias más poderosas del mundo, hoy en día gravemente cuestionada por todas las mentiras
que dijeron y las manipulaciones que llevaron a cabo para disimular su conocimiento a propósito
de los graves efectos sobre la salud que tiene el fumar.

Rutas de administración
El tabaco tiene múltiples formas de consumo: “puros”o “habanos”, cigarrillos y pipas; se
puede masticar, se puede aspirar por la nariz (el “rapé”, polvo de tabaco, fue muy popular en los siglos
XVIII y XIX); en Estados Unidos hay algo llamado “moist snuff”, que es una bola de tabaco que se pone
entre la encía y el carrillo. En los últimos 20 años se ha puesto de moda la pipa de agua o narguilé,
proveniente del Oriente Medio y de la India; y como medida para tratar de liberarse de la dependencia
a la nicotina se utilizan parches (absorción por la piel), gomas de mascar y cigarrillos electrónicos (en
ambos la absorción es por mucosas).
Mecanismo de acción
Al fumar, la nicotina se vaporiza y es absorbida por los pulmones; la acidez de la saliva modifica
la absorción de la nicotina cuando se fuman cigarrillos y es por eso que es necesario inhalar el humo,
lo cual no es el caso cuando se trata de pipas o de tabacos, que tienen mayor aireación.
Efectos neurofisiológicos y sobre el comportamiento
Los receptores nicotínicos fueron descubiertos en el cerebro en 1980. Antes solamente
habían sido encontrados en el sistema nervioso periférico.
Los efectos de la nicotina en diferentes niveles del cerebro son muy complejos e incluso
contradictorios, y por eso se clasifica entre las sustancias mixtas. Puede tener un efecto estimulante
similar al de los antidepresores, y a los fumadores les produce efecto placentero, pero a los no
fumadores no. La mayor parte de los fumadores reporta que el cigarrillo los relaja: hay muchas
explicaciones, pero la más probable es que pequeñas dosis de nicotina estimulen y dosis altas relajen
y los fumadores adultos las dosifican según su estado de ánimo. En lo que se refiere a en niveles de
ejecución, es claro que la abstinencia los disminuye notablemente y que el fumar mejora la ejecución
en tareas monótonas.
Hace unos 20 años se creía que quienes fumaban tenían menos probabilidades de idea sufrir
de Alzheimer, pero esa idea ha sido descartada.
El síndrome de abstinencia del tabaquismo está asociado a una disminución del ritmo cardíaco
y a un incremento de los deseos de comer, lo cual produce aumento de peso; la persona muestra
dificultades para concentrarse y es frecuente despertarse durante la noche; hay ansiedad por fumar,
agresividad y depresión, nerviosismo, mareos, dolores de cabeza, temblores y náuseas. Por todo esto
muchos consideran que es uno de los comportamientos más difíciles de modificar en forma
permanente.

El célebre escritor estadounidense Mark Twain decía: “Dejar de fumar es muy fácil! Yo lo he
 más
hecho Efectos perjudiciales
de 20 veces!”

Principales enfermedades relacionadas con fumar


 Enfermedad cardíaca: por la combinación de nicotina y monóxido de carbono, se aumenta el
trabajo del corazón y el CO reduce la cantidad de oxígeno en la sangre
 Enfermedad pulmonar: se deposita ceniza y alquitrán en los sitios por donde debe pasar el
oxígeno; se reduce la capacidad de limpieza de las cilia y de los fagocitos.
 Cáncer: Se conoce la relación de fumar con cáncer en la boca, los pulmones y la vejiga; el
mecanismo por el cual se produce no es completamente conocido.
 Fertilidad: las mujeres que fuman más de 20 cigarrillos diarios tienen entre 1.7 y 3.2 veces
más posibilidades de ser infértiles que las no fumadoras, aun cuando el efecto parece
reversible. El fumar durante el embarazo puede producir defectos de nacimiento y
generalmente está asociado a bajo peso al nacer.
Pipa de agua, narguilé o narguila
Muchas personas creen que esta forma de fumar es inofensiva, pero están equivocadas; en
la pipa de agua se mezcla tabaco con melaza, agua y frecuentemente
extractos de frutas, vino, ron, o whisky, con el fin de que se produzca un humo perfumado.
 Fumar un cigarrillo dura 5 minutos y produce 500 mililitros (ml) de humo
 Un episodio de consumo de pipa de agua puede durar una hora o más y produce 90.000 ml
de humo
 Consumir diariamente equivale a fumar 10 cigarrillos al día
La siguiente tabla muestra con claridad por qué puede asegurarse que la pipa de agua no es
inofensiva:

Comparación
Elemento mg Pipa de Agua Ciga rrillo Ca ntida d

Nicotina 2,94 1,74 1,7 veces


más
Monóxido de 145 22,3 6,5 veces
Ca rbono más
Alquitrá n 802 17,3 46 veces más

Fuente: Cobb, Ward, Maziak, Shihadeh & Eissenberg


(2010)

El tabaco sigue siendo una de las causas de muerte prematura más importantes del
mundo contemporáneo: según la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata cada año
a más de 7 millones de personas, de las que más de 6 millones son consumidores del
producto y alrededor de 890. 000 son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno. En
países como Colombia ha habido una fuerte disminución del consumo de cigarrillo, mayor
incluso que en varios países de la región; pero todavía hay demasiados fumadores, y se
observa una cierta tendencia al incremento entre adolescentes de sexo femenino
(Observatorio Colombiano de Drogas, 2016/2018).

Sustancias sintéticas, “drogas de diseño” y “trabas legales”: nuevas tendencias en el campo del
consumo de drogas

El consumo de sustancias sintéticas ha sido una preocupación constante desde hace varios
años, tanto para los países industrializados de Occidente (Estados Unidos, Alemania, Australia), como
para los países asiáticos, en particular de Extremo Oriente (Japón, Tailandia, Myanmar) (UNODC,
2016). Sin embargo, existen grandes confusiones en el uso de los términos, especialmente en lo
referente a las llamadas “drogas de diseño”. Este artículo pretende hacer algo de claridad sobre el
problema, así como mostrar la situación actual de consumo de estas sustancias en el mundo y en
Colombia.
Sustancias sintéticas
El concepto de ‘sustancias sintéticas’ se refiere a una amplia variedad de sustancias producidas
en laboratorios y que son el resultado de manipulaciones moleculares específicas y relativamente
sofisticadas, que implican conocimientos de química y determinados equipos, por oposición a aquellas
como la marihuana y la cocaína, que son derivados “naturales” cuya producción no requiere, o muy
pocos, conocimientos y equipos. Bajo este nombre se agrupan sustancias legales e ilegales,
medicamentos y sustancias sin ninguna utilidad conocida. Se podrían agrupar en las siguientes
categorías:
1. Depresores del sistema nervioso central :
a. Opiáceos y opioides: incluye a la heroína, que es morfina con dos moléculas de acetil, y la
metadona, entre otros; sobre estas sustancias hay una abundante literatura, por lo que
no serán centrales en este artículo.
b. Anestésicos y analgésicos como el fentanil y sus modificaciones, como el lofentanil y la
llamada China White, producida en laboratorios artesanales como sustituto de la heroína
en los años 80 del siglo pasado (German, Fleckenstein & Hanson, 2014); o la fenciclidina
(PCP, Polvo de Ángel) y la ketamina, ambas sustancias disociativas con fuertes efectos
alucinógenos que han llevado a disminuir sustancialmente su utilización en medicina (la
ketamina, especialmente, tiene propiedades sedantes, anestésicas y analgésicas: MaKim,
2007). En Colombia no es fácil conseguir estas sustancias, por lo que su uso se encuentra
limitado (aun cuando no exclusivamente) a personal de salud.
2. Alucinógenos: hay una inmensa variedad de productos emparentados con los alucinógenos
naturales como el LSD, la mescalina o la psilocibina; en Colombia no constituyen un problema
epidemiológicamente importante, y su uso está limitado a ciertas capas sociales, por lo que
no serán tampoco el foco de este trabajo.
3. Estimulantes. Derivados de tipo anfetamínico: son todas aquellas sustancias que o bien tienen
una estructura molecular semejante a las anfetaminas, como el llamado popularmente “Ice”
o “Crystal meth”, que es metanfetamina, o son químicamente muy diferentes pero tienen
efectos similares sobre el sistema nervioso central, como las “sales de baño” (que ni son sales
ni son de baño) o catinonas sintéticas. Estas serán las sustancias que analizaremos en las
páginas siguientes porque son y han sido objeto de un amplio comercio por Internet en los
últimos años.
Consumo de sustancias sintéticas en el mundo y en Colombia
Según el World Drug Report de Naciones Unidas (Informe mundial sobre drogas) (UNODC,
2016), en el año 2014 hubo 37,5 millones de usuarios de estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) y
19,4 de éxtasis (aun cuando bajo este nombre se venden muchas sustancias, incluidas catinonas). Las
ETA son las segundas sustancias más consumidas en el mundo después del cannabis. En América, el
problema es particularmente agudo en Estados Unidos y Canadá; pero globalmente el problema es
más grande en el sur y oriente de Asia.
Según el Informe sobre mercados de drogas en la Unión Europea 2016 (Observatorio Europeo
de las Drogas y las Toxicomanías, 2016), de los 24.000 millones de euros que gastan los habitantes de
la Unión Europea en drogas ilegales, el 10%, es decir, alrededor de 2.470 millones corresponden al
mercado de estimulantes sintéticos tales como anfetaminas, metanfetaminas y MDMA, cuyo
porcentaje de usuarios entre 15 y 65 años de edad, llega al 1.6% para las dos primeras y a 2,5% para
MDMA. A esto se suman las “Nuevas Sustancias Psicotrópicas” (NSP), que vienen en aumento desde
el año 2015, momento en el que se estimaban 100 sustancias nuevas y en tan solo un año, la cifra se
elevó a 560. Con el incremento de la disponibilidad de estas sustancias, a través del acceso a mercados
legales o ilegales, ya sea por internet o por rutas tradicionales, se han aumentado los daños y las
lesiones por el consumo de estas drogas no tradicionales.
De acuerdo con el II Estudio epidemiológico andino sobre consumo de drogas en población
universitaria 2012 (Comunidad Andina, Proyecto PRADICAN y Unión Europea, 2013), realizado en
población universitaria de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, la prevalencia de último año de cualquier
droga ilícita fue 4,6%, 16,6%, 10,1% y 5,6% respectivamente, sin embargo, de estas sustancias, las
prevalencias de consumo de anfetaminas están en un rango del 0,2% al 0,9%, con un promedio de
0,5%, sin variaciones significativas con respecto al mismo estudio llevado a cabo en el 2009, cuya
prevalencia era de 0,4%. El uso de alguna vez en la vida pasó de 1,9% a 2,1% en el año 2012.
Si bien algunos estimulantes como el MDMA y las anfetaminas tuvieron algunas variaciones
en su prevalencia de vida (1,4% a 1,6% para MDMA y 0,7% a 0,5% para anfetaminas), hubo un aumento
estadísticamente significativo en el uso de metanfetaminas (0,2% en 2009 a 0,5% en 2012). Por otro
lado, las edades de inicio de los estimulantes de tipo anfetamínico en el estudio de 2012 oscilaron
entre los 18 y 19 años, tardías en comparación con otras sustancias psicoactivas ilícitas.
En ninguno de los estudios consultados se encuentras datos sobre prevalencias de consumo
de catinonas, probablemente porque no se conocen.
En la reunión de la OEA en Cartagena de Indias (Colombia) en 2012, se identificaron cuatro
escenarios posibles para enfrentar el problema de las drogas; solo uno de ellos se refería a las
sustancias sintéticas, subrayando la importancia de promover estándares compartidos más exigentes
a la hora de controlar la producción y el consumo de dichas sustancias.
El Observatorio Colombiano de Drogas (OCD, 2015) ha llamado la atención sobre la aparición
de una gran variedad de sustancias en los últimos años, entre las que sobresalen el Popper, el Dick, la
ketamina y el PMMM (p.metoximetanfetamina), este último muy tóxico y mortal incluso en dosis
bajas; el DOC y el DOI, sustitutos del LSD y presentes en muestras de éxtasis, sobre las que no se sabe
casi nada; y las catinonas, conocidas como ‘Flakka’, de las que se señala su capacidad de inducir psicosis
(OCD, 2015).

Las drogas de diseño


Como es bien sabido, los Estados Unidos y las Naciones Unidas promovieron desde 1970 una
clasificación de las sustancias que van desde I (muy peligrosas por tener alta capacidad de producir
dependencia y muy poca o ninguna utilidad médica), hasta V (buen uso médico y bajo nivel de peligro).
Aun cuando tal clasificación tiene cierto respaldo científico, no hay duda de que hay inclusiones
asociadas a otros motivos (políticos o ideológicos), y un buen ejemplo es la marihuana, que fue
clasificada, y sigue allí, en el nivel I. En ese contexto, el concepto de “drogas de diseño” fue introducido
en los años ochenta del siglo pasado para referirse a sustancias que producían efectos similares a
ciertas sustancias prohibidas, pero escapaban a las regulaciones porque se habían introducido
modificaciones en su estructura molecular (Henderson, 1988). De esta manera, se incluyeron bajo este
nombre sustancias como el GHB (gamahidroxibutirato), el Popper (nitrito de amilo), el éxtasis (MDMA
o 3,4 metilendeoximetanfetamina), las catinonas (mefedrona, metilona y MDPV), y las feniletilaminas
(Fernández y Lizasoain, 2003); pero en realidad ninguna de esas sustancias fue “inventada”
recientemente: el GHB, que es un metabolito natural del neurotransmisor GABA, fue aislado en 1960
por el francés Henri Laborit, y tuvo diversos usos en medicina, incluido el de suplemento alimentario
(McKim, 2007); el nitrito de amilo era utilizado ya en 1870 para el tratamiento de la angina de pecho;
el MDMA fue sintetizado y patentado por Merck en 1912, pero no se le encontró ninguna utilidad,
hasta que los trabajos del eminente investigador Alexander Shulgin lo popularizaron en los años
sesenta y setenta del siglo pasado (Alexander Shulgin Research Institute, 2017); las catinonas son
conocidas desde antes de 1930 (German et al., 2013); y las feniletilaminas son alcaloides naturales,
producidas por el cerebro humano, de la familia de las anfetaminas, aun cuando también se producen
artificialmente con fines recreativos, al igual que el MDMA (McKim, 2007) . En resumen, ninguna de
estas sustancias debe llamarse “droga de diseño”.
La gran mayoría de las verdaderas drogas de diseño (muchas de ellas creadas por el propio
Shulgin en su exploración de “efectos psicodélicos”) tienen corta vida en el mercado y son, o bien
alucinógenos conocidos como “ácidos”, o bien estimulantes de tipo anfetamínico. Y aun cuando en
países como los Estados Unidos y Gran Bretaña tienen una enorme difusión y son causa de muertes y
de serios problemas para la salud entre personas jóvenes (especialmente la metanfetamina), tal no es
el caso en América Latina, pero podría haber una excepción: las llamadas “sales de baño”, asociadas a
su vez a lo que podríamos llamar “trabas legales”.
Las “sales de baño” y las “trabas legales”
El Internet es uno de los elementos del mundo moderno que es imposible ignorar al examinar
el problema de las drogas, y especialmente el de las drogas sintéticas. En este sentido, hay que
mencionar que luego de que las legislaciones se hicieran mucho más estrictas, haciendo imposible que
una pequeña modificación molecular permitiera que una sustancia prohibida dejara de serlo, quienes
viven de promocionar el consumo de sustancias encontraron dos caminos: uno, el crear sustancias con
fórmulas totalmente diferentes a las prohibidas, pero cuyos efectos son similares a éstas; y, sobre
todo, el anunciar en sus publicidades que la sustancia ofrecida “no es apta para el consumo humano”.
Para estas estrategias todavía no se ha encontrado un obstáculo legal apropiado, y de aquí surge el
concepto de “traba legal”: lo que se ofrece (“sales de baño”, “fertilizantes”) es perfectamente
reconocible por los interesados y quienes lo venden son invulnerables: si quien lo compra lo usa para
fines diferentes, es exclusivamente bajo su responsabilidad.
Pero ¿qué son las “sales de baño” (que como dijimos antes no son ni una cosa ni la otra) o esos
“fertilizantes” (que no fertilizan nada)? En esencia, son catinonas sintéticas; el nombre proviene del
kath, un arbusto de África Occidental, sobre el cual se tienen registros de uso con fines recreativos
desde el siglo XII: su componente activo es la catinona, un estimulante muy parecido a las anfetaminas,
con efectos y procesos bioquímicos muy similares, y uno de cuyos elementos básicos es la
pseudonorepinefrina (Glennon, Young, Martin & Dal Cason, 1995; Maruisch, Grant, Blough & Wiley,
2012; Nelson, Bryant & Aks, 2014). Aun cuando se han producido y vendido muchas a través de
Internet o de tiendas “especializadas”, hay principalmente tres que se encuentran en las sales de baño,
junto con las piperazinas: la mefedrona (4-metilmethcatinona); la metilona (3,4-
metilendioximethcatinona) y la MDPV (3,4-metilendioxiprovalerona); todas estas sustancias se
encuentran actualmente prohibidas, pero como se mencionó anteriormente sus promotores siempre
encuentran la forma de esquivar las leyes y de llegar a quienes están interesados por la experiencia y
el costo relativamente bajo. Se pueden aspirar por la nariz, ingerirlas o inyectarlas y todas son
conocidas desde antes de 1930 (German et al., 2013), aun cuando solo hasta este siglo, y
especialmente después de 2009, se les encontró una utilidad recreativa. Todas ellas se encuentran
más cerca de la metanfetamina que de las anfetaminas en términos de potencia de los efectos sobre
el sistema nervioso (Gibbons & Zloh, 2010).
Las catinonas mefedrona y metilona utilizan, al igual que otros estimulantes como la cocaína
y las anfetaminas, los transportadores de dopamina, norepinefrina y serotonina, y liberan esas
sustancias; pero la MDPV actúa en realidad como un potente bloqueador de los transmisores de
dopamina y norepinefrina (Baumann et al., 2013).
Entre los principales efectos de las catinonas sintéticas están, en dosis bajas, euforia y un
estado de alerta; como consecuencia de uso crónico se encuentran paranoia, alucinaciones, delirios y
heridas auto-infligidas; ataxia, convulsiones e incremento de la actividad exploratoria; síntomas
simpaticomiméticos neurológicos y cardiovasculares (Baumann, Partilla & Lehner, 2013; Davis, 2012;
German et al., 2013; Gregg & Rawls, 2014; Maruisch et al., 2012; Nelson, Bryant & Aks, 2014); y un
número importante de muertes reportadas especialmente en el Reino Unido y en Estados Unidos,
asociadas a excesiva transmisión dopaminérgica (Gibbons & Zloh, 2010; Baumann et al., 2013).
Sustancias de reciente aparición
Existe en Colombia un mercado de nuevas drogas sintéticas de las cuales aún hay poca
información. De acuerdo con el sistema de alertas tempranas, coordinado por el Observatorio de
Drogas de Colombia en su último informe del año 2017
(www.observatoriocolombianodedrogas.gov.co) , las drogas de reciente aparición son:
4-APB y 6- APB
Estas sustancias son isómeros, es decir, que su estructura molecular es muy similar.
Pertenecen al grupo de las fenetilaminas y, consecuentemente, se les atribuyen efectos similares a
otras sustancias del mismo grupo como las anfetaminas y el éxtasis; tales efectos son evidentes entre
una y dos horas después de su consumo por vía oral, y se extienden hasta por 7 horas.
Los efectos de estas sustancias incluyen náuseas, vómito, diarrea, dolor de cabeza, bruxismo,
sobre-estimulación sensorial, aumento de la frecuencia cardiaca, presión sanguínea y fiebre (Dragan
& Wood, 2013). Adicionalmente, aparecen algunos síntomas perceptibles como boca y ojos secos,
insomnio, sensibilidad a la luz y espasmos en manos y pies, con síntomas psicológicos como
alucinaciones visuales y auditivas, depresión, ansiedad, ataques de pánico, paranoia severa y psicosis
(Nugteren-van Lonkhuyzen, van Riel, Brunt, & Hondebrink, 2015).
Butilona, dibutilona, dimetilona y N-etilpentilona
Estas sustancias pertenecen al grupo de las catinonas sintéticas y, debido a la escasa información
disponible, sus efectos específicos se asocian con los de sustancias del mismo grupo. Igualmente, sus
efectos alucinógenos son similares a los del extasis y las anfetaminas. Generalmente actúan como
estimulantes del sistema nervioso central y pueden aumentar la percepción sensorial, la
desinhibición y excitación sexual. No obstante, su potencial es generalmente menor que el de sus
análogos anfetamínicos por su menor habilidad para atravesar la barrera hematoencefálica.
Los efectos adversos pueden ser de tipo cardiorrespiratorio y neurológico. Así, se puede
presentar taquicardia, arritmia, hipertensión, agitación, alucinaciones, confusión, cialorrea (saliva que
se desliza opor las comisuras de la boca), dilatación de la pupila y fiebre, seguido de convulsiones y
falla renal.
Conclusiones
Las sustancias sintéticas tienen y han tenido poca importancia epidemiológica en Colombia y
en general en América Latina, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, el Reino Unido y algunos
países asiáticos. Sin embargo, esa situación puede verse modificada, especialmente en lo que se refiere
a las catinonas, ampliamente distribuidas por Internet como “sales de baño” y en un contexto de
“trabas legales”. Las autoridades latinoamericanas deberán seguir con cuidado lo que ocurre con estas
sustancias, pues su relativo bajo costo y su accesibilidad a través de Internet hacen mucho más difíciles
los controles, especialmente en lo referente a menores de edad; la sugerencia de la OEA de tener
estándares compartidos más exigentes es de la mayor relevancia. Se señala que el término “drogas de
diseño” ha sido utilizado inapropiadamente en la mayoría de los casos.

Referencias

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www.shulginresearch.org
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