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PROCESO PENAL (Instrucción)
Tribunal: Cámara Nacional de Casación Penal, sala IVC. Nac. Casación Penal,sala 4ª
Fecha: 07/09/1999
Partes: Peyrú, Daniel O. y otro
Publicado en: JA 2000-IV-702;
Cita Online: 20004403

Sumarios:
1 . La exclusión como prueba de toda grabación furtiva de una conversación, tratándose de conductas
particulares con las que se pretende corroborar con los medios que la ciencia y la técnica ponen a sus alcances
aquello que denuncian ante la autoridad pública, comporta una demasía en la inteligencia que cabe asignar a las
normas de grado constitucional a la vez que resulta incompatible con una razonable aplicación de los principios
constitucionales y legales que gobiernan la prueba, en tanto que es deber de los magistrados extremar los
recaudos en la búsqueda de la verdad conforme a principios de justicia que deben primar en todo procedimiento
judicial.
2 . Resulta constitucional y probatoriamente válida la filmación encubierta de la reunión realizada por quien se
considera víctima del delito de extorsión a fin de dar sustento al ilícito que denuncia.
Texto Completo:
Buenos Aires, septiembre 7 de 1999.

El Dr. Hornos dijo:

1. La inspección jurisdiccional en esta instancia se centra en decidir acerca de la constitucionalidad y la


validez probatoria de la filmación encubierta realizada por quien pudiera resultar la víctima del hecho ilícito.

2. La sala 4ª de la C. Nac. Crim. y Corr., mediante resolución de fs. 482/482 vta., revocó el procesamiento
dictado a fs. 269/276 y declaró la falta de mérito respecto de Daniel O. Peyrú y de Carlos Á. Cartelle, en el
entendimiento de que "la grabación oportunamente aportada a la causa por el querellante carece en la especie de
toda relevancia probatoria desde que, al ser desconocida su realización por parte de los imputados y no estar
autorizada judicialmente (art. 236 Ver Texto CPPN.), importaría una violación de las garantías del art. 18 Ver Texto
CN., en la medida en que el diálogo mantenido apuntaría a lograr la autoincriminación, según la transcripción
de fs. 411/422, especialmente f. 417".

Ello llevó al dictado del sobreseimiento obrante a fs. 738/742 vta. efectuado por el Juzg. Nac. Crim. Instr. n.
20 y su posterior confirmatoria por parte de la sala 4ª de la Cámara referida, donde se reeditaron los argumentos
en relación a la filmación aportada por la querella expuestos en el párrafo precedente, resolución contra la que
se recurre ante esta instancia casatoria.

3. Ahora bien, la filmación cuestionada contendría conversaciones entre los encausados -Daniel O. Peyrú y
Carlos Á. Cartelle- y Roberto Madcur Yanzón, grabación que fue obtenida por este último.

Debo señalar que no se trata en el caso de grabaciones efectuadas por terceros o asimilables en relación a lo
que dispone el art. 236 Ver Texto CPPN., realizadas en un proceso penal, sino que constituye una prueba arrimada
al proceso por quien declaró ser víctima del delito de extorsión previsto y reprimido en el art. 168 Ver Texto
CPen., debiendo privilegiarse su situación, sin perjuicio del valor probatorio que en el transcurso de la
investigación pudiera asignársele.

En tal sentido, en relación a la prueba aportada por particulares, "la jurisprudencia norteamericana -en base a
un texto constitucional análogo- ha considerado que cuando un ciudadano privado entrega pruebas de un delito
a un oficial de policía, no se entiende que la prueba esté manchada de ilegalidad, y tradicionalmente se la ha
juzgado admisible ante el tribunal" (conf. Corwin, E. S., "La Constitución de los Estados Unidos y su
significado actual", 1987, Ed. Fraterna, p. 463).

Es que, tal como lo señalé en oportunidad de votar en la causa n. 847 "Wowe, Carlos s/recurso de casación",
reg. n. 1535, rta. el 30/10/1998, las grabaciones constituyen prueba documental, siendo en el caso de autos no
sólo de sonido sino también de imagen. En idéntico sentido se expresa Cafferata Nores al señalar que
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"documento es el objeto material en el cual se ha asentado (grabado, impreso, etc.), mediante signos
convencionales, una expresión de contenido intelectual (palabras, imágenes, sonidos, etc.)" (conf. autor cit., "La
prueba en el proceso penal", 1994, Ed. Depalma, p. 165).

En concordancia con lo expuesto, la sala 2ª de la C. Nac. Crim. y Corr. Fed. ha señalado, en cuanto a la
filmación, que "...se trata sencillamente de la documentación en un soporte audiovisual de un hecho histórico
acaecido"; siendo principio inconmovible del sistema probatorio vigente en el Código Procesal Penal de la
Nación, el criterio de no taxatividad de los medios de prueba, de modo que "...el considerar abierta a la
enumeración que la ley hace de ellos implica que la presencia de algún medio probatorio que no tenga
regulación específica no obsta a su admisión si resulta pertinente para comprobar el objeto de prueba" (causa n.
13928, "Cingolani y otros s/procesamiento" Ver Texto, reg. n. 15010, rta. el 19/12/1997).

En consecuencia, resulta válida la prueba documental aportada por quien se considera víctima a fin de dar
sustento al ilícito que denuncia, no viéndose en el caso afectación a garantía constitucional alguna.

Por último, y tal como lo sostuve en el precedente "Wowe" de esta sala -ya citado-, coincido con la doctrina
sentada por los jueces de la sala 1ª de esta Cámara en cuanto a que "la exclusión como prueba de toda grabación
furtiva de una conversación, sin atender a las particularidades del caso concreto, tratándose de conductas de
particulares con las que se pretenden corroborar con los medios que la ciencia y la técnica ponen a sus alcances
aquello que denuncian ante la autoridad pública, comporta una demasía en la inteligencia que cabe asignar a
normas de grado constitucional a la vez que resulta incompatible con una razonable aplicación de los principios
constitucionales y legales que gobiernan la prueba, en tanto que es deber de los magistrados extremar los
recaudos en la búsqueda de la verdad conforme a principios de justicia que deben primar en todo el
procedimiento judicial" ("Stanislawsky, Jorge s/recurso de casación", causa n. 838, reg. n. 1129, rta. el
6/9/1996).

4. En virtud de lo expuesto, el interrogante planteado en el punto 1 del presente voto debe ser resuelto
otorgando validez probatoria a la filmación invalidada, por lo que propicio se haga lugar al recurso de casación
de fs. 840/874 vta. y se anule la resolución obrante a fs. 829/829 vta., apartándose a la sala interviniente (art.
173 Ver Texto CPPN.), debiendo resolverse de conformidad a la doctrina aquí sentada; sin costas al recurrente.

Las Dras. Berraz de Vidal y Capolupo de Durañona y Vedia adhirieron al voto que lidera el acuerdo.

Por ello, se resuelve: hacer lugar al recurso de casación interpuesto a fs. 840/874 por los Dres. María A.
Ísola y Guillermo Jorge, en representación de la querella, Madcur S.A. y, consecuentemente, anular la
resolución de fs. 829/829 vta., apartando a la sala 4ª de la C. Nac. Crim. y Corr. Fed.; sin costas al recurrente
(arts. 173 Ver Texto , 471 Ver Texto , 530 Ver Texto y 531 CPPN.).- Gustavo M. Hornos.- Amelia L. Berraz de
Vidal.- Ana María C. de Durañona y Vedia. (Sec.: Daniel E. Madrid).

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