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Revista Psicología
Edición Especial año 2000
Los mayores logros de la humanidad son logros de la creatividad. Las personas que
iniciaron acciones que aceleraron, cambiaron, transformaron el curso de historia, son
personas que pueden ser consideradas creativas. Estas personas fueron capaces de
establecer relaciones de conocimiento, fueron capaces de ver en dónde otros no veían,
fueron capaces de establecer nuevas preguntas, de dar respuestas originales, las cuales
fueron consideradas útiles para el entorno social. Los sistemas abiertos tienen más
posibilidad de desarrollo que los sistemas cerrados, pero parece que el mundo estuviera
atrapado en un mundo donde el repertorio comportamental está guiado por una especie
de controlador fascista de la conducta, en donde sólo se permite dar un tipo de
respuestas; parece un mundo sin sentido en dónde, a pesar del deterioro del nivel de
vida, se siguen ensayando y ejecutando acciones que han mostrado su fracaso.
Es probable que para resolver un problema se tenga que hacer una adecuada
representación de éste. La representación de un problema consiste esencialmente en la
interpretación o comprensión que del mismo realiza la persona que tiene que resolverlo.
La creatividad no puede verse entonces como una sola cosa, sería como decir que un
programa de televisión son o los circuitos o la pantalla o los actores; no, es más que eso.
La creatividad radica en la persona y existe en un contexto. Tampoco puede decirse que
la creatividad depende solamente del juicio social a un producto. Algo ha de haber de
extraordinario y esencialmente creativo en la teoría de la relatividad, en el Guernica de
Picasso o en la pirámide de Maslow. El juicio social no es lo único que determina lo
creativo de algo. Contribuye, pero la creatividad implica más que un consenso. Amabile
(1983) afirma que la creatividad existe en tanto existan a) destrezas en el campo, b)
destrezas para la creatividad y c) características específicas de motivación a la tarea.
Csikszentmihalyi (1995) desde una perspectiva también integradora, explica la creatividad
como una función de tres elementos: campo (disciplina, o lugar en donde ocurre la
creatividad) dominio (grupo social de expertos) y persona (quien realiza el acto creativo).
Es un hecho comunmente aceptado que la creatividad es una variable que puede ser
identificada como un proceso, como un producto, como una característica de la
personalidad, o como un fenómeno componencial en donde el contexto desempeña un
papel importante (Penagos, 1995, 1997; Amestoy de Sánchez, 1991; Romo, 1997).
Existen también un buen número de herramientas, técnicas o estrategias cuyos autores
afirman que desarrollan la creatividad u otras habilidades cognitivas como la inteligencia
(Aluni, 1995; Contreras y Aluni, 1996; Maya y Aluni, 1996; Orme-Johnson,1995). Sin
embargo, no es común encontrar, en el ambiente cotidiano, elementos relacionados con la
creatividad que sean producto de los procedimientos que afirman que la incrementan, es
decir, productos que sean efectos de la utilización explícita de las técnicas.
Cabe preguntar, entonces, cuáles son las condiciones que pueden facilitar el impacto
de las técnicas de desarrollo de la creatividad
Condición Primera
Condición Segunda
Normalmente se espera que esta fuerza motivacional sea impulsada desde dentro, es
decir, motivación intrínseca. Los conceptos propuestos por Guilford (1950) como la
fluidez, flexibilidad, elaboración y originalidad, son también elementos insoslayables, así
como los ampliamente estudiados procesos de preparación, incubación, la iluminación y
la evaluación (Eindoven y Vinake, 1952). Las técnicas para el desarrollo creativo deben
fortalecer integralmente al ser humano. En otras palabras, al pretender desarrollar la
creatividad es necesario considerar que ésta, la creatividad, no es un elemento aislado,
sino que hábitos, creencias, destrezas y el entorno social, entre muchas cosas, están
interviniendo en lo que se denomina creatividad. Cada tarea dirigida hacia el desarrollo de
la creatividad deberá de ser una tarea que ataque puntualmente a un hábito, alguna
habilidad, alguna forma de hacer las cosas, alguna forma de concluirlas.
Condición Tercera
Condición Cuarta
Las condiciones arriba planteadas no son suficientes pero, al parecer, pueden ser
necesarias y probablemente no han sido incorporadas con suficiente énfasis a las
estrategias que buscan desarrollar la creatividad. No es posible negar la eficacia de las
técnicas comúnmente conocidas pero es posible afirmar que puede potenciarse su
eficiencia.
Condición Quinta
Es probable que el desarrollo de la conciencia o del darse cuenta sea una variable
independiente relacionada con la capacidad creativa. Los diferentes niveles o estados de
la conciencia tienen en principio, correlaciones con los diferentes niveles de
funcionamiento cerebral (Grinberg - Zylberbaum, 1983, 1987, 1994). De esta manera, es
posible afirmar que afectando el funcionamiento del cerebro, se afecta la percepción de la
realidad. Los cambios en la percepción de la realidad son fundamentales para el ser
creativo. De Bono (1997), afirma que el pensamiento lateral -relacionado con la
creatividad- designa los cambios en conceptos y percepción. En las habilidades
cognitivas, como en la inteligencia y en la creatividad, la función básica en la que se
interviene, al existir cambios perceptuales, es la conciencia. Diferentes estudios, reportan
como una técnica fundamental para el desarrollo de la conciencia a la Meditación
(Schmidt Wilk, J., Alexander, C. N y Swanson, G. C.,1996; Welwood, J., 1996). Otros, a
través de la tecnología moderna, han desarrollado dispositivos electrónicos, también
llamados Mind Machines, cuyos fabricantes afirman que desarrollan habilidades
cognitivas. En este sentido, existen algunas evidencias sobre el impacto de estos
dispositivos y el funcionamiento cerebral (Aluni, Penagos, Diez-Martínez y Prieto, 1996;
Aluni, Penagos y Estrada 1997). De igual forma, es posible encontrar software que con su
utilización, se dice, es facilitado el mismo tipo de habilidades (Contreras y Aluni 1996).
Conclusión
Las plataformas conceptuales presentadas en este trabajo, como una aproximación al
entendimiento del desarrollo creativo, intentan ser el inicio de una discusión amplia en
donde se estudien las condiciones de la creatividad aquí propuestas y su relación con el
desarrollo de la conciencia. Se sugiere que existen estados de conciencia que favorecen
la creatividad y probablemente se fundan con ella. Si bien la creatividad no existe sin
considerar el contexto en donde ocurre o las características del producto. La creatividad
en su estado más puro es conciencia pura que trasciende a la persona, transforma la
realidad o la crea.
Referencias
Amabile, T. M. (1983). The social psychology of creativity. New York: Harcourt Brace.
Boden, M. (1991).The creative mind. Myths and mechanisms. New York: Basic Books.