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Filosofía y actitud filosófica:

sus aportaciones a la educación


por María G. AMILBURU
Universidad Nacional de Educación a Distancia

El entrelazamiento entre reflexión fi- 1. Filosofía


losófica y práctica educativa se remonta a La filosofía surge del asombro del ser
los mismos albores de la cultura occiden- humano ante la realidad, y de la pregunta
tal. De hecho, Sócrates es considerado si- por las causas últimas de sucesos admira-
multáneamente el primer gran pensador bles que no pueden explicarse a primera
europeo y el educador de occidente; y la vista: la fluctuación entre el movimiento
estrecha relación entre estas dos dimen- y el reposo, la generación y corrupción de

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siones de su figura constituyen un rasgo los seres materiales, la regularidad cíclica
esencial de su persona (Alvira, 2003, 284). en el sucederse de las estaciones, el orden
del universo… Este nuevo modo de abor-
Sin embargo, las relaciones entre la dar la comprensión de la realidad que su-
filosofía y la educación no siempre han pone el paso del mito al logos, inaugura
sido pacíficas ni fluidas, y tampoco lo son un itinerario intelectual que ha forjado la

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en la actualidad. Comenzaremos conside- cultura de occidente desde hace más de 26
rando la naturaleza de estas actividades, siglos.
para tratar seguidamente sobre la vincu-
lación entre ellas −tanto si se considera La actitud filosófica −como cuestiona-
a la filosofía como una actitud personal miento radical sobre el sentido de la reali-
o como una disciplina académica−, pres- dad más allá de las apariencias, de la opi-
tando particular atención a las aportacio- nión y las explicaciones convencionales−,
nes de algunos autores del Reino Unido, se distingue de la elaboración sistemática
donde existe una dilatada tradición de del pensamiento filosófico, que se inició en
debate público (Haydon, 1998) y literatu- el círculo de alumnos de Platón y que ha
ra especializada sobre el tema y concluir recibido el nombre de «filosofía académica»
proponiendo que se fomente la actitud en recuerdo de la Escuela fundada por él.
filosófica entre los docentes para que
puedan realizar con más acierto su labor La Filosofía académica es un saber
educativa. científico en el sentido que Aristóteles
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atribuye a estos términos en los Segun­ Se puede apreciar una gran diferencia
dos Analíticos: un conocimiento cierto, entre el modo de cultivar la filosofía aca­
obtenido mediante demostración a partir démica durante sus primeros 2000 años
de las causas (I 2 71 b 9). Tiene un objeto de vida y la manera como se elabora en
propio, se elabora empleando una meto- la actualidad. En épocas pasadas, las dis-
dología específica y puede cultivarse en tintas especialidades filosóficas −Metafísi-
diferentes niveles de especialización. Pero ca, Epistemología, Ética, Lógica, etc.− no
el estatuto epistemológico de la filosofía estaban tan desvinculadas entre sí como
como saber científico es, en sí mismo, un sucede hoy en día y, durante siglos, el pen-
problema filosófico y quienes la cultivan samiento filosófico se interesó por las cues-
difieren acerca de sus características y su tiones dirigidas a discernir en qué consiste
finalidad. Sin embargo, por encima de sus una «vida humana buena» (eudaimonía).
diferencias, todos los filósofos forman par- Así, la filosofía se cultivó como un saber
te de una tradición de pensamiento que que orienta la vida, que se cuestiona por el
plantea preguntas sobre las cuestiones úl­ sentido y finalidad de la existencia y el tipo
timas en los distintos ámbitos de lo real, de vida humana que merece la pena vivir.
a las que trata de responder apelando a Por el contrario, en la filosofía académica
argumentos lógico-racionales y con pre- actual se valora por encima de todo la so-
tensión de verdad. fisticación técnica. En ese sentido, la Lógi-
ca o la Metafísica se consideran superiores
La filosofía es la disciplina que se ocu- a la Estética; y la Filosofía de la Educación
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pa del objeto más amplio (Kenny, 1998, es relegada a los últimos puestos del ran­
xi), pues explora todos los conceptos bási- king de relevancia filosófica (White, 2013).
cos que permean nuestro pensamiento, y
el discurso sobre cualquier materia. Como Aquí se evitará adoptar una mentali-
señala Innerarity «la filosofía no es un dad purista que sólo considera filosófico
asunto exclusivo de expertos, un ámbito el saber que se ocupa de aquellas verda-
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especial vetado al interés vulgar y al sen- des inmutables y necesarias que están
tido común, una especie de Departamento al margen o por encima de los vaivenes
de Verdades Sublimes. Al menos, no de- y contingencias particulares de la vida;
bería serlo. El material sobre el que re- así como también el planteamiento ins­
flexiona el filósofo, las piedras con las que trumentalista que sólo admite la validez
edifica su soberana atalaya, el valle que del conocimiento que tiene una aplicación
contempla, no son de su propiedad. El fi- práctica inmediata; y sostenemos que la
lósofo no tiene coto de caza propio; única- filosofía, y concretamente la Filosofía de
mente dispone de una licencia de cazador la Educación, debería preocuparse me-
furtivo que le permite adentrarse en los nos de los «problemas filosóficos» −que
cotos de los demás. La mayor parte de lo en ocasiones resultan autorreferenciales
que el filósofo dice no es ‘filosofía’. A ve- y desvinculados de los intereses y necesi-
ces esto es formulado como reproche, pero dades de la gente común− y dedicar más
constituye su mejor alabanza» (Innerari- esfuerzo a cultivar una actitud filosófica
ty, 1995, 151-152). orientada al análisis y clarificación de los
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Filosofía y actitud filosófica: sus aportaciones a la educación

«problemas educativos concretos» que se puede plantearse en términos exclusiva-


plantean hoy en día. Esto no significa te- mente instrumentales.
ner que dedicarse a elaborar nuevas teo-
rías, sino a proponer soluciones que ayu- La educación tiene como fin la pro-
den a afrontar más adecuadamente los moción de vidas humanas logradas, faci-
problemas (Pring, 2007). litando la plena actualización de las po-
tencialidades naturales del sujeto. Por lo
tanto, para formular los fines particulares
2. Educación o intermedios de la educación y discernir
El término «educación», por su carác- cuáles son los procedimientos más adecua-
ter complejo y su larga trayectoria en la dos para alcanzarlos, es necesario conocer
historia del pensamiento, es susceptible quién es el hombre, sus capacidades natu-
de ser empleado con sentidos diversos, e rales, la dinámica específica de su desarro-
incluye también referencias a cuestiones llo y su mutua interrelación, así como las
objeto de polémica. Por eso es conveniente situaciones y actividades que pueden facili-
realizar una labor previa de clarificación tar su perfeccionamiento (Haldane, 1989).
conceptual para precisar a qué nos refe- Esto significa que no es posible acometer
rimos concretamente al hablar de educa- ninguna acción educativa sin una imagen
ción en el contexto de estas páginas. previa de un ideal de vida humana lograda.

«Educación» es, ante todo, el nombre Los problemas que debe afrontar la ta-

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de una actividad específicamente huma­ rea educativa se inscriben en una amplia
na; es decir, este término hace referencia red de cuestiones intelectuales, morales y
a un modo intencional de obrar que posee normativas que impiden catalogarla como
una finalidad intrínseca inmanente a la una actividad de tipo técnico o mecánico.
misma operación. La educación constitu- La educación puede considerarse seme-
ye primariamente una praxis que se tiene jante a la creación artística, y está confi-

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que realizar y no un objeto que se ofrece a gurada según unos principios intrínsecos
nuestra contemplación (Jover, 2002); está a la acción misma que permiten distinguir
guiada por la inteligibilidad propia de la las buenas prácticas educativas de las que
razón práctica, y no por el saber puramen- no lo son. Y, como en cualquier otra tarea
te especulativo ni por el técnico. En efecto, artística o artesanal, los ‘buenos resulta-
las praxis no se ordenan a la producción dos’ son fruto del feliz entrelazamiento
de objetos o artefactos, sino a la realiza- de la calidad del ‘material disponible’, de
ción de algún bien. El fin al que se dirige las condiciones naturales de quien actúa,
la acción práctica no debe ser hecho, en el los conocimientos y habilidades adquiri-
sentido de fabricado, sino que es obrado. das y la prudencia para aplicar los pro-
Por eso, el fin de la educación sólo puede cedimientos adecuados en cada momento
alcanzarse por medio de la acción y en la (G. Amilburu y García, 2013).
acción misma; y esto implica que la rela-
ción que existe entre la educación, su fin, El buen obrar, la adecuada realización
y los medios adecuados para alcanzarlo no de una actividad práctica como es el caso
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de la educación, requiere la iniciación del bertades, y quien educa no es nunca un


agente en el conocimiento, los modos de agente neutral (Jover, 2002).
valoración y las creencias específicas de la
tradición en la que esa práctica ha toma- Toda actividad educativa implica, de
do su forma presente (MacIntyre, 1993). modo más o menos sistemático, la trans-
Este insertarse en una tradición no tiene misión de conocimiento; y el aprendizaje
un carácter meramente reproductivo, sino reclama una disposición activa por parte
que la tradición debe ser reinterpretada del sujeto, pues no se produce al margen
constantemente a través del diálogo y la de la voluntad de quien aprende, sino que
discusión, ya que es propio de las tradi- reclama una disposición activa de su par-
ciones desarrollarse y evolucionar, sin te para entender, interiorizar y recordar
detenerse. De hecho, las tradiciones mue- unos contenidos, adquirir unas habilida-
ren cuando se estancan o cristalizan (Ga- des, adoptar unas actitudes, etc.
damer, 1977), porque cuando están vivas
siempre integran en sí mismas elementos La educación, por último, es el dinamis-
que dan origen a procesos de reconstruc- mo esencial de socialización humana, por-
ción crítica. que es el único camino que permite acceder
a la comprensión de las tradiciones públi-
La educación debe extenderse a todas cas que configuran el ámbito cultural. Por
las capacidades humanas susceptibles lo tanto, como señala White (2013), aun-
de mejora, de manera que cada persona que la educación se ordene primariamente
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pueda adquirir los conocimientos, disposi- al perfeccionamiento personal, no puede


ciones y habilidades que necesitará para ser considerada como una tarea de índole
hacer frente a las necesidades de la exis- privada o autorreferencial. Dado que el ser
tencia humana en sus variadas dimen- humano es social por naturaleza, la edu-
siones: biológica, interpersonal, socioeco- cación forja también la comprensión de lo
nómica, religiosa, afectiva, estética, etc. que significa vivir juntos, en sociedad.
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(Pring, 2003).

Como la educación se orienta a pro- 3.  Filosofía y Educación


curar el perfeccionamiento humano, sólo Como ya se ha dicho, la filosofía tiene
puede considerarse educativo aquello que por objeto el estudio de la realidad en toda
contribuye a la mejora de la persona, y le su extensión y amplitud; por lo tanto, la
abre puertas para sucesivos desarrollos educación −en cuanto actividad específi-
positivos. Como consecuencia, educar es camente humana− es también susceptible
una tarea que exige continuamente for- de ser analizada desde una perspectiva
mular juicios de valor acerca de lo que filosófica. De hecho, la tarea educativa re-
se considera mejor y no sólo posible, y en mite de suyo a cuestiones de gran calado
relación con el mejor modo de alcanzarlo. filosófico que se hace necesario abordar
Por lo tanto, educar es esencialmente una como, por ejemplo, qué significa conocer y
práctica de carácter moral (Pring, 2004), qué valor tienen determinadas formas de
que se realiza en el encuentro de dos li- pensamiento (Epistemología), qué vale la
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Filosofía y actitud filosófica: sus aportaciones a la educación

pena enseñar y aprender (Ética), la natu- responsabilidad social y la autonomía in-


raleza de las actividades mentales (Filo- dividual; el respeto por la tradición y el
sofía de la mente), etc. (Pring, 1978). derecho a ofrecer una interpretación per-
sonal de la misma; la libertad personal y
Cuando la filosofía se ocupa de la edu- la autoridad externa; el ámbito privado
cación, no pretende estudiar cómo, con del individuo y el dominio público de la
qué medios, en qué circunstancias y am- comunidad, etc.
biente, o a qué individuo psicobiológico
concreto hay que educar; sino que se plan- Pero debe tenerse en cuenta que la
tea cuestiones de carácter más amplio y aportación de la filosofía a los ámbitos de
general cómo qué es la educación, por qué la reflexión y la práctica educativa depen-
es necesaria, quién es el sujeto de la edu- den directamente del modo de cultivar el
cación metaempíricamente considerado, pensamiento filosófico: para contribuir
para qué educamos, cómo es posible que positivamente a la educación, la filoso-
alguien llegue a educarse, etc. (Sacristán, fía ha de estar fundada en el amor a la
1994). verdad y en el respeto hacia los procedi-
mientos lógico-racionales que permiten
Una de las cuestiones filosóficas fun- avanzar en el camino que lleva a su des-
damentales que debe abordarse cuando se cubrimiento y llegar a formular conclu-
trata el tema de la educación consiste en siones válidas (Silber, 1998). En concreto,
clarificar qué se entiende por un ser hu­ se recomienda asumir cuatro actitudes

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mano educado; porque el ideal de huma­ fundamentales:
nidad que se asume pone en marcha todo
el engranaje educativo. Sólo después, una -El respeto de las leyes lógicas del
vez perfilada la cuestión del ideal al que procedimiento racional
se tiende, se podrán acometer con acier-
to estudios sobre los agentes y los medios -La humildad para reconocer los

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educativos, de manera que se adecúen hechos tal como se presentan
a la promoción del ideal de persona que
orienta el proceso. Y para acertar en la -Tener en cuenta los conocimientos,
formulación de ese ideal es preciso llevar la experiencia y las observaciones crí-
a cabo una atenta reflexión de carácter fi- ticas de los demás
losófico-antropológico.
-Renunciar a la búsqueda de cual-
Además de éstas, hay muchas otras quier provecho personal que fácilmen-
cuestiones de índole filosófica que se plan- te podría conducir a conclusiones equi-
tean en los ámbitos de la teoría y la prác- vocadas.
tica educativa. Entre ellas, no son menos
importantes las que tratan de examinar Cuando se cultiva con estas disposicio-
las distintas tensiones que se presentan nes, la filosofía ofrece una comprensión de
en la sociedad contemporánea como, por la realidad educativa más sólida y profun-
ejemplo, la necesidad de reconciliar la da que la de las simples intuiciones, opinio-
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nes o preferencias personales de los educa- metodologías esencialmente filosóficas; y


dores. Aún así, no se debe perder de vista su fin particular inmediato consiste en la
que no se puede exigir a las conclusiones elaboración de un cuerpo de doctrina que
filosóficas el mismo grado de certeza que se facilite a los profesionales de la educación
obtiene en las ciencias experimentales, por- la comprensión del sentido e implicacio-
que la filosofía realiza el ideal científico de nes antropológicas y éticas de su tarea, y
modo diverso, ya que le compete someter a mejorar así su actividad práctica.
examen racional los lugares comunes asu-
midos acríticamente como evidencias por La Filosofía de la Educación no preten-
las ciencias experimentales (Pring, 2013). de elaborar «una gran teoría» en el sentido
En efecto, una de las tareas que la filosofía epistemológico fuerte de la palabra (Pring,
asumió ya desde tiempos de Sócrates, con- 1978) −un sistema unificado de proposicio-
siste en exigir −especialmente a quienes nes, semejante a las teorías científicas−,
creen tener el monopolio de las respuestas sino llevar a cabo una reflexión crítica y
correctas− que sometan a examen sus afir- sistemática sobre la educación de la que
maciones para comprobar su verdad (Ibid.). se puedan extraen conclusiones teóricas
que permiten entender y afrontar mejor
los problemas de la práctica educativa. En
4. Filosofía de la Educación: disci- este sentido, la Filosofía de la Educación
plina académica y actitud filosófica no constituye un campo acotado, aislado
De manera semejante a como se ha de los demás saberes, sino que debe cul-
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distinguido entre la «filosofía como disci- tivarse en diálogo interdisciplinar con el


plina académica» y la «actitud filosófica», resto de las ciencias que se ocupan del
vamos a distinguir también entre la «Fi- estudio del ser humano y de la educación
losofía de la Educación como disciplina (G. Amilburu y García, 2012).
académica», y lo que podemos llamar «la
actitud filosófica en la educación». Este carácter híbrido de la Filosofía
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de la Educación como disciplina acadé-


mica es la causa de que, en ocasiones, no
4.1. La Filosofía de la Educación, se le otorgue en el conjunto de los sabe-
disciplina académica res científicos el reconocimiento que se le
En cuanto disciplina académica, la Fi- debe. Arcilla (2002) señala, por ejemplo,
losofía de la Educación se distingue de las que cuando se presenta como filósofo de
demás materias filosóficas y pedagógicas la educación, la comunidad filosófica no
por su objeto de estudio, la metodología que manifiesta mucho interés por las «cuestio-
emplea y el fin que se propone alcanzar. nes educativas» de las que se ocupa; y, por
otra parte, los educadores tampoco pare-
El objeto de estudio propio de la Filoso- cen mostrar preocupación por ese tipo de
fía de la Educación es el fenómeno educa- «cuestiones filosóficas».
tivo en toda su amplitud: los agentes, pro-
cesos y escenarios donde se desarrolla el Por una parte, los filósofos están más
binomio enseñanza-aprendizaje; emplea interesados en el mundo de las ideas, para
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Filosofía y actitud filosófica: sus aportaciones a la educación

hacerlas encajar entre sí formando un sis- en el conjunto de los saberes filosóficos o


tema de pensamiento coherente; mientras pedagógicos, etc. (Haldane, 1989)−. Esto
que por otra, los educadores están volcados equivale, en realidad, a dedicarse a una
fundamentalmente en la realización de «reflexión-sobre-la-reflexión acerca de la
una actividad práctica concreta a la que se educación» −una especie de «meta-Filo-
exige que produzca unos efectos beneficio- sofía de la Educación» carente de interés
sos inmediatos y mensurables en el ámbito para los educadores− que aleja a la disci-
del aprendizaje. Por eso, Arcilla considera plina del ámbito de la práctica educativa
imprescindible que la filosofía y la prácti- real y de las preocupaciones concretas de
ca educativa dispongan de un foro donde sus protagonistas. Se trata, en el mejor
puedan dialogar sobre su interés común: de los casos, de una reflexión abstracta
la mejora de la vida personal y social de sobre temas académicos, pero no sobre la
los seres humanos; y ese foro, sostiene, es educación tal y como la experimentan sus
precisamente la Filosofía de la Educación. protagonistas −padres, profesores y alum-
nos− en su realidad diaria.
La observación de Arcilla es una ex-
periencia común a muchos filósofos de la
educación, pues ocurre con frecuencia que 4.2.  La actitud filosófica en educación
los filósofos adscritos a Departamentos y Más que detenernos en la considera-
Facultades de Filosofía consideran la Filo- ción de la Filosofía de la Educación como
sofía de la Educación como una «disciplina disciplina académica, se va a abordar la

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filosófica de segunda categoría» [1]. Este cuestión de qué significa adoptar una «ac-
prejuicio puede tener en algunos casos titud filosófica» en educación, porque ésta
cierto fundamento, porque a veces los filó- se considera necesaria para el buen ejerci-
sofos de la educación −urgidos por la nece- cio de la actividad docente, la investigación
sidad de dar respuestas inmediatas a los educativa, y la participación en el debate
problemas concretos que plantea la prácti- público.

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ca educativa− descuidan la profundidad y
el rigor metodológico que requiere una dis- Adoptar una «actitud filosófica» ayu-
ciplina filosófica, y no hacen propiamente da al ser humano −cualquiera que sea su
Filosofía de la Educación (White, 2012). situación, y en cualquier actividad que
Y en otras ocasiones, para contrarrestar desarrolle− a examinar críticamente sus
esta opinión negativa extendida entre los más íntimos y arraigados presupuestos
filósofos y demostrar que son ciudadanos mentales; a poner en relación la propia
de pleno derecho en la república de los actividad con las grandes ideas y teorías
sabios, algunos filósofos de la educación dominantes en la cultura; a adquirir una
se centran exclusivamente en análisis y visión más amplia y contextualizada de la
cuestiones autorreferenciales en relación propia acción; a evitar la superficialidad;
con la disciplina −como la naturaleza de a dotar al pensamiento de mayor consis-
la propia materia, la definición de su esta- tencia; y a formarse una visión del mun-
tuto epistemológico, sus vinculaciones con do coherente, sinóptica y global, etc. Los
otras ciencias, el lugar que le corresponde beneficios de la actitud filosófica se multi-
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plican exponencialmente en el caso de las c.  El método argumentativo propio


personas que realizan tareas educativas. de la Filosofía práctica, que ofrece un
complemento a la abstracción de las
Las conclusiones de un estudio realiza- ciencias teóricas y al pragmatismo téc-
do entre profesores que han asistido a cur- nico.
sos de filosofía dentro de su programa de
formación permanente ponen de manifiesto Vamos a considerar con más detalle
cómo este saber les ha ayudado significati- cada una de ellas.
vamente a identificar y afrontar problemas
de los que no eran conscientes; a clarificar
los valores y creencias subyacentes en su 4.2.a.  Análisis lógico del lenguaje y
práctica educativa habitual; a acudir a la clarificación conceptual
literatura académica disponible, para no La Filosofía Analítica de comienzos
nutrirse exclusivamente de los propios re- del siglo XX consideró que el análisis con-
cursos intelectuales o las últimas opiniones ceptual del significado de los términos del
difundidas por los mass media y las redes lenguaje ordinario es el primer paso que
sociales; a conectar sus propios valores debe darse en orden a resolver muchos de
y creencias con las ideas que impregnan los problemas que se presentan en la vida
la literatura académica de su campo, y a diaria y en la ciencia, que son ocasiona-
establecer puentes de unión entre sus ex- dos frecuentemente por falta de precisión,
periencias diarias y el discurso académico ambigüedades y malas interpretaciones
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especializado, etc. (Bridges, 1998). (Wittgenstein, 1988).

Ese mismo estudio señala que hay tres El análisis lógico del lenguaje se propo-
aportaciones propias de la metodología ne explicitar los supuestos significativos
filosófica que tienen un interés especial que permanecen ocultos bajo la superficie
para los profesores: de las palabras y que son asumidos acrí-
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ticamente por el sujeto que las emplea.


a.  El recurso al Análisis lógico del Pretende, en definitiva, desvelar los «im-
lenguaje con vistas a la clarificación de plícitos del discurso», como los llamó la
los términos y teorías pedagógicas que hermenéutica posterior, que sólo pueden
se emplean en el lenguaje ordinario y desenmascararse tras un examen atento
el discurso académico. y sistemático de los diferentes sentidos en
los que se emplean los términos en el len-
b. El conocimiento de la Historia guaje ordinario.
de la Filosofía, que pone en contacto
con las diferentes respuestas que el ser El lenguaje humano, que siempre se
humano ha formulado –desde perspec- asume en el contexto de una tradición,
tivas teóricas e ideológicas muy diver- proporciona las herramientas elementales
sas– a los interrogantes últimos que se para la comprensión del mundo físico, so-
plantea. cial y moral en que vivimos; de tal manera
que si se modifica sustancialmente el modo
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Filosofía y actitud filosófica: sus aportaciones a la educación

de referirse a la realidad, cambia también mente por el significado de las palabras


el modo en que ésta se percibe (Berger y empleadas en el campo de la educación
Luckman, 1972). Porque los seres huma- conduce también, como de la mano, al
nos no «pensamos primero» y después «tra- análisis de cuestiones más profundas, en-
ducimos a palabras nuestros pensamien- tre las que destacan, por ejemplo: la pre-
tos», sino que los términos que empleamos gunta por la naturaleza y posibilidades
para nombrar las cosas no son indiferentes del conocimiento humano, el tipo de vida
de cara a su comprensión y evaluación. digno del hombre, el fin último de la edu-
cación, qué significa calidad del aprendi­
Centrándonos ya en el ámbito educati- zaje, qué autoridad tiene el Estado para
vo, el lenguaje empleado en cada momen- decidir los contenidos del curriculum, etc.
to para referirse a la educación influye
en el modo de entender su naturaleza y En definitiva, el análisis lógico del len-
características. Así, por ejemplo, no es lo guaje educativo permite descubrir, clari-
mismo referirse al proceso educativo como ficar, sistematizar, tipificar y relacionar
«crecimiento y desarrollo», o como «ilumi- los planteamientos teóricos e ideológicos y
nación», o «proceso mecánico», o «transac- antropológicos que subyacen e impregnan
ción económica», etc. (Pring, 2010), por- la actividad en el aula o la legislación edu-
que las metáforas que empleamos para cativa, etc. Y esto es de gran importancia
referirnos a la realidad implican un modo porque en este ámbito ninguna acción o
peculiar de comprender el mundo y al ser ley puede considerarse «neutral»: nunca

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humano, y los principios básicos que de- está desprovista de algún planteamiento
ben regir las relaciones interpersonales. filosófico que la sustente (Haldane, 1989).
De hecho, tampoco el Análisis Lógico del
De ahí que una tarea esencial que de- lenguaje está libre de connotaciones de
ben llevar a cabo los filósofos de la educa- valor –aunque se presente a sí mismo
ción sea examinar críticamente los signi- como una tarea aséptica– porque también

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ficados implícitos en el lenguaje empleado está impregnado por ellos, ya que la des-
en la práctica educativa y en la toma de cripción y definición de los conceptos abre
decisiones políticas que afectan a este el camino hacia recomendaciones y pres-
campo (Pring, 2010). Esto es, precisamen- cripciones subsiguientes (Bridges, 1998).
te, lo que hizo R.S. Peters al incorporarse
al Instituto de Educación de la Universi-
dad de Londres: se dedicó al análisis lógi- 4.2.b. Los grandes temas educati-
co y clarificación del lenguaje educativo y vos en la Historia del pensamiento
a la elaboración de un mapa conceptual de filosófico
ese ámbito que mostrara la interrelación Los conceptos que utilizamos actual-
que existe entre los términos empleados, mente en el ámbito de la educación son el
para que los profesionales de la educación producto terminal de un proceso histórico
pudieran orientarse en el mundo educati- de transformación de nociones que se acu-
vo y actuar inteligentemente en él. ñaron por primera vez en la Grecia clásica
El hecho de preguntarse sistemática- (Carr, 1987). Y como señala Moran (2008),
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las palabras que tienen una historia no de la Historia de la Filosofía previene


pueden ser «definidas», porque ninguna también frente al peligro del dogmatismo
definición puede abarcar los matices his- en aquellos ámbitos que están abiertos a
tóricos que están presentes en el significa- la discusión, a la diversidad de plantea-
do de un término. Por eso conviene cono- mientos, y a la crítica razonada.
cer el desarrollo temporal de los conceptos
que se emplean, porque la evolución de su
uso y su significado manifiestan cuestio- 4.2.c.  Filosofía práctica y educación
nes más profundas que es necesario tener Como ya se ha indicado, educar es una
en cuenta para la comprensión del mundo praxis. En concreto, es una actividad en la
en el que surgieron esas ideas y su de- que se establece una particular relación en-
sarrollo hasta el momento presente. Por tre varios seres humanos, que se distingue
esta razón, el análisis lógico y la clarifica- por su carácter intencional, y que busca in-
ción del lenguaje, aun siendo necesarios, cidir en la estructura moral de las personas
no son suficientes para comprender en para promover un cambio a mejor en el de-
profundidad algunos matices importantes sarrollo personal y social de quien se educa.
del mundo de la educación.
Por tratarse de una praxis, la educación
Por otra parte, muchos filósofos han no está regulada por un conocimiento de tipo
trabajado temas de interés para la edu- especulativo, ni tampoco técnico, sino por la
cación, haciendo grandes aportaciones a racionalidad práctica, que es un saber de la
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este campo. En efecto, en todas las gran- acción en cuanto realizable o posible (Jover,
des áreas de la Filosofía −Metafísica, Ló- 2002). Esta racionalidad práctica es seme-
gica, Ética, Epistemología, Antropología jante a la que guía la toma de decisiones de
Filosófica, Filosofía Moral y Política, etc.− tipo artístico, que versa sobre el modo de
se tratan de un modo u otro cuestiones actuar más adecuado y que, por tanto, está
que afectan directamente al núcleo mismo íntimamente ligado a la prudencia.
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de la acción educativa como, por ejemplo,


la distinción entre el bien y el mal, el ejer- La función propia de la razón práctica
cicio de la libertad, la posibilidad de que es formular principios generalizables, do-
un ser humano enseñe a otro, la dimen- tados de normatividad indirecta orienta-
sión social del ser humano, el fundamento dora, que se ofrecen en forma de consejo, y
de la autoridad, etc. reclaman en cada caso su reelaboración an-
tes ser aplicados en una situación concre-
Por eso, el estudio de las obras de los ta, sin anular por tanto la responsabilidad
grandes filósofos pone al educador en del agente. El mundo de la educación no es
contacto con el mundo de las ideas que algo «dado», sino que «se está haciendo de
entretejen nuestro modo de entender la continuo», y en él cabe adoptar perspecti-
realidad, y facilita el desarrollo del juicio vas y soluciones variadas. La racionalidad
propio, porque muchas de esas ideas son propia de la filosofía práctica permitirá
opinables, susceptibles de crítica y pue- combinar la precisión de la argumentación
den generar polémica. Por eso, el estudio filosófica con la flexibilidad que exige el
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respeto a particularidades concretas de la lenguaje educativo que emplean, ponerse


experiencia humana (Hogan, 2003). en contacto con las grandes cuestiones
educativas que se han tratado a lo largo
Pues bien, solamente desde la raciona- de la Historia de la Filosofía, y adquirir
lidad práctica es posible mostrar algo que ese género de sabiduría práctica que es la
es esencial para la educación: que los fun- prudencia educativa.
damentos objetivos del orden moral son
tan fiables en su ámbito como las leyes Obviamente, el modo concreto de pro-
científicas en el suyo; y recuperar y defen- porcionar esa formación filosófica a los
der las intuiciones y principios morales educadores debe adecuarse a las circuns-
fundamentales imprescindibles para po- tancias y posibilidades de tiempo y lugar,
der desarrollar cualquier tarea educativa formación previa, experiencia profesional,
(Silber, 1998). etc., de quienes van a recibirla. Suther-
land (1985) hace algunas propuestas que
Aunque se pueda discutir acerca de pueden desarrollarse durante la prepa-
cuáles son en concreto esos principios mo- ración específica de los futuros profeso-
rales que han de considerarse «objetivos», res en la Universidad como, por ejemplo,
para poder educar hay que reconocer que impartir cursos teóricos sobre Historia
existen unas leyes que orientan el desa- de la Filosofía, complementándolos con
rrollo de una vida humana digna, y que discusiones éticas y filosóficas de proble-
son tan normativas en su ámbito como lo mas actuales. Sugiere también organizar

año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 231-247


son en los suyos las leyes físicas o las le- debates sobre cuestiones educativas que
yes lógicas que guían el desarrollo correc- exijan tomar postura personal razonada
to del razonamiento. como, por ejemplo: la discusión acerca
de los fines y el derecho a la educación;
Existe, en efecto, una teleología natu- el reconocimiento de las diferencias; la
ral que guía el despliegue de las capaci- influencia del ambiente, la clase social y

revista española de pedagogía


dades humanas. Y este desarrollo perfec- el sexo en el aprovechamiento escolar; el
tivo no es un asunto que pueda dejarse al papel de las instituciones educativas en
capricho o a la preferencia personal, sino la formación cívica, ética y religiosa de los
que sus principios hunden sus raíces en la estudiantes; la legitimidad de las distin-
realidad misma de la que depende la exis- tas metáforas empleadas para explicar
tencia humana, tanto en su dimensión in- los procesos educativos; los derechos de la
dividual como social [2]. familia, la sociedad civil y el Estado res-
pecto de la educación; el lugar que corres-
ponde a los profesionales de la educación
5.  Actitud filosófica y responsabili- en el debate público y en la elaboración de
dad cívica del educador las leyes educativas, etc. Las respuestas
De lo dicho se concluye la importancia que los educadores den a estas cuestiones
de que los profesores –y los educadores en siempre deben considerarse incompletas o
general– desarrollen una actitud filosófica provisionales; pero lo interesante de estos
que les permita analizar los implícitos del debates es plantear la necesidad de re-
241
María G. AMILBURU

flexionar y formarse una opinión personal implantan sin que hayan sido precedidas
sobre esos temas, permaneciendo abiertos por una seria reflexión, debate y consulta
a enriquecerla con la experiencia futura. social con las partes interesadas y con ex-
pertos en filosofía y en educación. En este
Porque, en efecto, el cultivo de la acti- mismo sentido, las protestas contra las su-
tud filosófica y la elaboración de una filoso- cesivas reformas educativas no se encau-
fía de la educación personal exige tiempo, zan por la vía del debate intelectual, sino
y madura con los años, el estudio y la prác- que obedecen casi siempre a razones de
tica, y requiere que el educador se plantee partido, de estrategia política, económica o
con seriedad las cuestiones fundamenta- electoral, y raramente se fundamentan en
les que afectan al sentido del propio traba- argumentos educativos. El debate intelec­
jo, a la situación educativa del momento, y tual es sin duda una asignatura que, colec-
a las políticas educativas en vigor. tivamente, tenemos pendiente de aprobar.

La actitud filosófica facilita también Por contraste, Shalberg (2011) presen-


que los profesionales de la educación tomen ta un ejemplo ilustrativo –el caso de Fin-
conciencia de su responsabilidad social y landia– de cómo la Filosofía de la Educa-
cívica a la hora de promover y participar en ción puede beneficiar el discurso político
el debate público sobre temas educativos en materias educativas. A pesar de que en
(Oancea y Orchard, 2012), proporcionan- ese país no existe la Filosofía de la Edu-
do elementos de juicio a los demás ciuda- cación como disciplina en sentido estricto,
año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 231-247

danos, para que éstos puedan forjarse una se genera abundante reflexión filosófica y
opinión más fundada sobre la oportunidad debates entre los profesores, los investiga-
o conveniencia de las medidas y propuestas dores de la educación y el conjunto de la so-
en materia de política educativa. ciedad finlandesa sobre temas educativos
que son de interés para todas las partes.
A veces, los profesionales de la edu-
revista española de pedagogía

cación no participan en el debate público Después de analizar detenidamente el


como cabría esperar, no tanto porque la «milagro finlandés» y admitir que no es
Filosofía de la Educación no tenga nada posible atribuirlo a una sola causa, Shal-
que aportar en relación con estos temas, berg señala algunos principios de política
sino porque quizá se teme que sus reco- educativa que, en su opinión, están en la
mendaciones no sean del gusto de las base del éxito educativo en ese país:
corrientes económicas y políticas que pri-
man en la sociedad en un momento deter- -Delimitar claramente, separar y
minado. proteger los fines educativos respec-
to de los fines políticos y los objetivos
Ciertamente, en España no existe una económicos del Estado. Los sucesivos
gran tradición de debate intelectual sobre gobiernos en el poder se comprometen
las propuestas y reformas en materia de a respetar, a medio y largo plazo, el
política educativa, y quienes detentan el pacto educativo aprobado por un am-
poder en cada momento las elaboran e plio consenso. Esto confiere una gran
242
Filosofía y actitud filosófica: sus aportaciones a la educación

estabilidad social en lo que respecta a a las situaciones educativas concretas re-


las cuestiones educativas. sulta estéril. Es preciso, por tanto, que los
educadores profesionales −a la vez que se
-Implantar un currículo nacional esfuerzan por mejorar los aspectos prác-
−claro en sus líneas fundamentales, ticos y éticos de su profesión−, crezcan en
y a la vez flexible− que permita a los familiaridad con la rica tradición de con-
profesores adaptarlo a las necesidades tenidos y procedimientos filosóficos que
y posibilidades reales de sus alumnos. son relevantes para el buen ejercicio de la
práctica educativa. De lo contrario, tanto
-Desarrollar estrategias de apren- la actividad como la investigación educa-
dizaje creativas, más allá de las di- tiva se verán seriamente empobrecidas
mensiones meramente funcionales lec- (Bridges, 1998).
to-escritora y matemática.
Los educadores necesitan una visión
-Favorecer la iniciativa de profeso- amplia, a largo plazo, del sentido de su
res y alumnos, sin limitarse a exigir acción; una visión que conecte sus esfuer-
«resultados de aprendizaje objetiva- zos diarios con la consecución de un futu-
mente mensurables». ro mejor para cada uno de sus alumnos
y para la sociedad. Si no se cultiva la ac-
-Impulsar el sentido de pertenencia titud filosófica, los educadores carecerían
y vinculación con las tradiciones edu- del sentido de la dirección. Y, de manera

año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 231-247


cativas locales. semejante, los filósofos de la educación
que no se preocupen de cuestiones educa-
-Establecer un sistema de forma- tivas prácticas, reales, no verán fructifi-
ción del profesorado exigente, que re- car nunca sus especulaciones.
quiere de los futuros profesores altas
capacidades y periodos de prácticas Es preciso reconocer la necesidad de

revista española de pedagogía


prolongados. que los futuros profesores reciban una
adecuada la preparación científica, peda-
-Construir el sistema educativo gógica y social −en relación con la propia
sobre los valores de la confianza y la materia, el mejor modo de impartirla y las
responsabilidad: así se evita la compe- características y necesidades particulares
titividad desmedida y se incrementa del grupo de alumnos con el que trabajan,
la confianza de toda la sociedad en los etc.−, y de igual manera es preciso cultivar
profesores como profesionales expertos una actitud filosófica por parte de los pro-
en educación. fesores (Orchard, 2013). La filosofía tiene
además la misión de proteger a la pedago-
gía de sí misma: la previene de lo que Jover
6. Conclusión (2004, 384) llama el riesgo de la «pedagogi-
En el marco de un contexto que preten- zación»: la tentación de una planificación y
da ser formativo, una educación sin filoso- control absoluto en la que el sujeto queda
fía es miope, y una filosofía sin referencia totalmente prefijado de antemano.
243
María G. AMILBURU

Por eso es necesario reivindicar la for- ARCHARD, D. (2000), Sex education (London,
mación filosófica del profesorado, porque PESGB).
la filosofía amplía los horizontes del edu-
cador invitándole a saltar los muros de ARCILLA, R.V. (2002) Why aren’t Philosophers
los angostos espacios escolares, a cuestio- and Educators Speaking to each Other? Edu­
narse lo que parece evidente, a imaginar cational Theory, 52:1, pp. 1-11.
otras posibilidades, impidiendo así que
las ideas −y su propia vida− se agoten o se ARISTÓTELES, (2002) Obras Completas (Ma-
anquilosen a causa de la rutina. drid, Gredos).

Dirección para la correspondencia: BERGER, P.L. y LUCKMAN, T. (1972) La cons­


María Gª Amilburu. Facultad de Educa- trucción social de la realidad (Buenos Aires,
ción UNED. C/ Juan del Rosal, 14. 28040 Amorrotu Editores).
Madrid. Email: mgamilburu@edu.uned.es
BRIDGES, D. (1998) Educational Research:
Fecha de recepción de la versión definiti- Re-establishing the Philosophical Terrain,
va de este artículo: 10. II. 2014. en HAYDON, G. (Ed.) 50 Years of Philos­
ophy of Education. Progress and Prospects
(London, IOE University of London), pp.
Notas 65-75.
[1] Es interesante, considerar la precisión que hace
año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 231-247

John White (2012) en relación con este tema y CARR, W. (1987) What is an Educational Prac-
el comentario de Harvey Siegel (2009) sobre la tice? Journal of Philosophy of Education, 21,
ausencia de filósofos en Estados Unidos que se pp. 163-175.
ocupen actualmente de temas educativos. White
señala que en el Reino Unido, al menos cuatro fi- DEWEY, J. (1916) Democracy and Education
lósofos de reconocido prestigio adscritos a Depar- (New York, Free Press).
revista española de pedagogía

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versity Press). ficas ni fluidas, y tampoco lo son en la ac-
tualidad. En este artículo se comienza por
246
Filosofía y actitud filosófica: sus aportaciones a la educación

clarificar el contenido de estas actividades back to the very dawn of Western culture,
para tratar seguidamente su mutua vin- but the relationship between philosophy
culación, tanto si se considera la filosofía and education had not always been peace-
como una actitud personal o como una dis­ ful and smooth, and neither is today. This
ciplina académica. Se presta particular article begins by clarifying the nature of
atención a cómo tratan estas cuestiones these activities in order to address their
algunos autores del Reino Unido, seña- mutual linkage, whether philosophy is
lando tres recursos filosóficos de interés seen as a personal attitude or as an aca-
para la educación: el Análisis Lógico del demic discipline. Particular attention is
lenguaje, el estudio de la Historia de la paid to the thought of how these issues
Filosofía y el funcionamiento de la razón are addressed by some authors in the UK
práctica. Como conclusión, se propone fo- underlining three philosophical resources
mentar el cultivo de una actitud filosófica of great interest to education: the logical
entre los docentes para que puedan rea- analysis of language, the study of the his-
lizar con más acierto su labor educativa. tory of philosophy and practical reason.
In conclusion, it is proposed to promote
Descriptores: Educación, filosofía de la the cultivation of a philosophical attitude
educación, formación de profesores, sabi- among teachers so that they can carry out
duría práctica, disciplinas académicas. more wisely their work.

Key Words: Education, philosophy of


Summary:

año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 231-247


education, teacher training, practical wis-
Philosophy and philosophical attitu- dom, disciplines.
de: their contributions to education
The interweaving between philosophi-
cal thought and educational practice goes

revista española de pedagogía

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