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Ser maestro, es una gran bendición, va más allá de la transmisión de los

conocimientos, es de suma importancia el papel desempeñado por un verdadero y autentico

docente, por tanto el maestro es aquella persona que enseña con dedicación y amor, que lo

entrega todo, para que sus niños además de tener un aprendizaje significativo aprendan a

tener buenas relaciones con los que los rodean.

El maestro con vocación, donde quieres que se encuentre va plantando semillas, de

amor, responsabilidad, respeto, sentido de pertenencia, todos estos valores lo va sembrando

con ejemplo, debido que el alumno aprende de todas las acciones y actividades que realiza

su maestro, un maestro debe ser el modelo a seguir para sus niños.

No todos pueden ser maestros, esta labor es para quienes tienen la paciencia y pasión

porque los otros aprendan nuevas cosas todos los días, un buen maestro no es quien reprende

cuando se produce el error sino quien ayuda a corregir, no es quien quien te exalta por hacerlo

bien, sino quien te dice que se puede hacer mejor, es pasión por ver como su labor transforma

y cambia el rumbo de vidas y a su vez una ciudad, una región y hasta una nación

Un buen maestro asume el rol de amigo, de padre, psicólogo, de investigador el maestro no

se queda en lo superficial, sino que investiga, porque el maestro siempre anhela el bienestar

de sus niños. El verdadero maestro, se ama asi mismo por tal razón tiene mucho amor para

esparcir y sabemos que el amor es el ingrediente mágico para hacer un buen docente.

El maestro es aquella persona que muestra a sus niños un amor tangible es decir el maestro

tiene un corazón tan grande y tan puro cada mañana que se reúne con sus niños tiene un rostro

resplandeciente no importando ninguna de las adversidades que este atravesando en su casa.


El auténtico maestro sabe manejar los tiempos tiene el control sobre su estado de

ánimo, si en su casa tiene una situación que lo aqueja cuando llega al aula de clases muestran

a sus alumnos la mayor versión de sí mismo transmitiendo en ellos esperanza, alegría

teniendo en cuenta que una de las cualidades de un maestro es que critica con prudencia y da

soluciones, es decir, le hace ver y aconseja al estudiante sobre lo que está haciendo mal,

además un verdadero maestro aprende del estudiante reconoce que tiene mucho por aprender

de los alumnos.

Desde mi punto de vista considero al maestro como un multiusos de amor, porque el

maestro enseña de todo y para todos, es decir, un verdadero maestro prepara a sus alumnos

en todas las áreas de la vida y todo esto con un ingrediente poderoso llamado amor.

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