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Marco teórico

La depresión es conocida como un problema de salud pública (Blazer, Kezzier, Gonagle &
Zwarts, 1994). Estudios recientes realizados por Desjarlais, Eisemberger, Good y Kleinman
(1996); Frenk, Lozano & Gonzales-Block (1994) y Ríos es el (2003) han demostrado el
impacto y la trascendencia de este padecimiento ocupando hoy día el cuarto lugar entre las
enfermedades más discapacitantes.

Cada día es mayor el número de personas a las que se les diagnostica dicha enfermedad en
hospitales, consultorios y otros centros de salud.

La depresión severa hace a los individuos más vulnerables al suicidio; debido a ello se ha
observado que en Estados Unidos los intentos de suicidio se han incrementado en forma
alarmante, en especial en jóvenes y más aún entre las mujeres menores de 30 años (Gasto,
Vallejo & Menchón)

Las principales clasificaciones de diagnóstico psiquiátrico, el DSM-IV-TR (APA, 2002) y


el CIE-10 (OMS, 1992), consideran a los trastornos depresivos como trastornos del estado
de ánimo o trastornos afectivos, diferenciándolos del otro subgrupo de alteraciones
afectivas, el de los trastornos bipolares, en base a la ausencia de episodios maniacos o
hipomaniacos, distinción apoyada por la investigación en torno a aspectos genéticos y
biológicos, así como de respuesta farmacológica y terapéutica que definen a los desórdenes
depresivos como entidades clínicas distintas (Rehm, Wagner & Ivens-Tyndal, 2001).

Los trastornos del estado del ánimo tienen varias manifestaciones clínicas donde puede
comprometer el pensamiento, el estado de ánimo, actividad psicomotora y los procesos
cognitivos.

La depresión se encuentra catalogado como un trastorno del estado de ánimo. Dentro de


estos tipos se encuentra el depresivo mayor el cual debe cumplir como mínimo 5 de estos
requisitos para poder ser diagnosticado.

1. Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día.


2. Disminución de la capacidad para sentir placer.
3. Perdida o aumento importante en el peso, con un cambio superior al 5% del peso
corporal.
4. Insomnio o Hipersomnio
5. Agitación o aletargamiento psicomotor
6. Fatiga o pérdida de energía.
7. Sentimientos excesivos o inapropiados de inutilidad o de culpa
8. Disminución de la capacidad para pensar y para concentrarse.
9. Pensamientos recurrentes de muerte.

En términos de prevalencia, la Organización Mundial de la Salud (WHO, 2001) estima que


alrededor del 10% de la población mundial padece de alguna forma clínica de depresión y
se calcula que en promedio este trastorno genera el equivalente a 4,4 años de discapacidad
laboral en los individuos afectados, por lo cual es considerado un problema significativo de
salud pública. En el 2001, la OMS los ubicaba en el cuarto lugar de la escala de
enfermedades que producen discapacidad en la población y se pronostica que para el año
2020 habrá alcanzado el segundo lugar en dicha clasificación.

Referencias Bibliográfica

 Frenk, J. , Lozano, R & Gonzales- Block M A (1994). Economía y


salud, propuestas para el avance de salud en México. Reporte final.
Fundación Mexicana Para la Salud en México. DIF Estado de
México.

 Gasto, C., Vallejo, J & Menchón, J. M. (1993). Depresiones


Crónicas España: Ediciones Doyma..

 Rhem, L., Wagner,A.,Ivens-Tyndal, C.(2001). Mood Disorders:


Unipolar and Bipolar. En: Comprehensive Handbook of
Psychopathology (3rd Edition). Adams, H. (Editor). Hingham, MA,
USA: Kluwer Academic Publishers, 2001. p 277.

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