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Las discontinuidades son importantes solo por que limitan la resistencia del macizo rocoso, sino
que también controlan las deformaciones y el flujo de agua subterránea.
1.3.2Tipos de discontinuidades
Las diaclasa o juntas son los planos de discontinuidad más frecuente en los macizos rocosos y
corresponden a superficies de fracturación o rotura de la roca a favor de las cuales no ha habido
desplazamiento a ha sido muy pequeño. Afrentan a cualquier tipo de roca. Atendiendo a su
origen se distinguen varios tipos.
Las superficies de laminación son discontinuidades sistemáticas que aparecen en las rocas
sedimentarias, correspondiendo a los planos que limitan las láminas o los niveles megascopicos
más pequeños de una secuencia sedimentaria. Estas superficies adquieren mayor importancia
en las rocas de grano fino, y se caracterizan por un espaciado muy reducido, de orden
milimétrico o centimetrito.
Los planos de esquistosidad, de origen tectónico, aparecen e rocas que han sufrido una
deformación importante, disponiéndose perpendicularmente a la dirección compresiva del
máxima acortamiento. Estas discontinuidades sistemáticas se desarrollan mejor cuando más
pequeñas es el grano de las rocas, presentan una frecuencia alta y espaciados de orden
milimétrico
Las superficies de contacto litológico son planos singulares de separación entre diferentes
litologías de un macizo rocoso. En el caso de las rocas sedimentarias tienen menor significación
con respecto al comportamiento del macizo en su conjunto, incluyéndose en las superficies de
estratificación. Sin embargo en las rocas ígneas tienen gran importancia, sobre todo en caso de
los dique y de las rocas filonianas
Las fallas son discontinuidades singulares que corresponden a planos de rotura o fracturación
con desplazamiento relativo entre bloques. Las extensiones de las fallas pueden variar entre
algunos metros y centímetro de kilómetros.
Supongamos una discontinuidad totalmente lisa, sin relleno y cementada. Si se talla un bloque
de la misma y se realiza un ensayo de corte, con tensión normal constante, del tipo que se
muestra en la Figura y se representa la evolución de la tensión cortante aplicada y del
Desplazamiento cortante, se obtendrá una gráfica del tipo de la que se presenta en la misma
figura. Para este ensayo se habrá aplicado perpendicularmente a la discontinuidad una tensión
normal n.
Si se realizan varios ensayos de corte de este tipo para distintos niveles de tensión normal
aplicada, en general se podrán representar los resultados de resistencia al corte de pico y
residual en ejes tensión cortante frente a tensión normal obteniéndose los gráficos que se
presentan en la Figura . La resistencia al corte de pico de la discontinuidad vendrá por tanto
marcada, tal y como muestra la por una expresión del tipo:
1.3.4.1Criterio Mohr-Coulomb:
En general: φr < φp
Patton (1966) propuso un modelos de rotura bilineal basado en la influencia de las rugosidades o
irregularidades. La irregularidad de una superficie de discontinuidades puede ser definida por un
ángulo de rugosidad i, que de suma al angulos basico de friccion φb para obtener el valor total
de φr de la superficie.
φp = φb + i
el ángulo i es el que forma la irregularidad con respecto al plano de discontinuidad, y tiene una
gran influencia en el comportamiento geomecanico de las discontinuidades; de hecho, la
descripcion y medida de la rugosida tiene como principal finalidad la estimacion de φp suele
estar comprendido en los rangos de 30° a 70°; el angulo φb suele osilar entre 20° y 40° y el angulo
i puede variar entre 0° y 40°
Si se tuviera una discontinuidad rugosa con asperezas totalmente regulares y con un ángulo de
inclinación “i”, como la que se muestra en la Figura 3.6, resulta fácil comprender que el ensayo
es inicialmente equivalente al de la discontinuidad inclinada, por lo que el efecto que produce
una rugosidad regular sobre la resistencia al corte de una discontinuidad es un aumento del
ángulo de fricción en una cantidad igual a “i”. Esto hará además que el desplazamiento tenga
una componente normal y no sólo cortante, efecto asociado con la dilatación de la
discontinuidad
Para tensiones normales más elevadas, la resistencia del material intacto será alcanzada y los
dientes de sierra tenderán a romperse, dando lugar a un comportamiento resistente más
relacionado con la resistencia del material rocoso intacto que con la de las superficies, tal y
como muestra la Figura 3.6.
Figura 3.6. Ensayo de corte sobre una discontinuidad rugosa con asperezas totalmente regulares
y con un ángulo de inclinación “i”, y criterios de rotura propuestos para su análisis.
Ladanyi y Archambault (1972) propusieron un criterio de rotura para juntas de forma parabólica
que fuera tangente al criterio de Patton (1966) para tensiones normales muy bajas y muy
elevadas. Este criterio se presenta en línea de trazos en la Figura 3.6. Aunque parece bastante
razonable, este criterio ha caído en desuso, utilizándose comúnmente el criterio de rotura por
corte de juntas de Barton (1973) que se presenta en el siguiente apartado.
Algún tiempo más tarde Barton (1987) publicó una tabla que relaciona el índice Jr, que como se
verá más adelante se utiliza en su sistema de clasificación geomecánica de índice Q, con el valor
de JRC. Esta tabla se reproduce en la Figura 3.10. Barton y Bandis (1990) también
señalan que el JRC se puede estimar a partir de ensayos de inclinación de campo o “tilt tests”.
Figura 3.7. Perfiles normalizados que propusieron Barton y Choubey (1977) para obtener el índice de rugosidad
de una junta o JRC. Cortesía de Springer-Verlag.
En estos ensayos de inclinación se toman dos bloques de roca asociados a los labios de una discontinuidad y se
van inclinando lentamente hasta que el bloque superior desliza sobre el inferior. Esto ocurrirá para un
determinado ángulo de inclinación al que denominaremos “α”. El Valor del JRC se puede estimar a partir de este
valor mediante la siguiente expresión:
Este último procedimiento suele dar lugar a valores de JRC diferentes de los obtenidos mediante los
procedimientos indicados anteriormente, lo que pone de manifiesto que la definición de un índice de rugosidad
para las discontinuidades es más difícil de lo que parece.
Determinación del parámetro JCS:
Efecto de escala
Donde JRC0, JCS0, y L0 (longitud) se refieren a muestras a escala de laboratorio, de 100 mm, y
JRCn, JCSn, y Ln se refieren a tamaños de las juntas naturales in-situ.
En una junta muy rugosa u ondulada, el espesor del relleno tendrá que ser mayor que la amplitud de la
ondulación para que la resistencia al corte de la junta se reduzca hasta aquella del material de relleno.
En este sentido Goodman (1983) propuso que el comportamiento de la discontinuidad rellena sería
diferente en función de la relación entre la amplitud de la aspereza máxima que se encuentre en una
discontinuidad y el espesor de relleno máximo. Así cuando esta relación es muy elevada, esto es, con un
relleno muy fino para gran rugosidad, el comportamiento se aproximaría al descrito mediante las técnicas
de Barton. A medida que esta relación disminuye el comportamiento resistivo de la discontinuidad va
disminuyendo del previsto por Barton y se iría acercando al del material de relleno, de manera que
cuando esta relación se hace uno, la rotura tendrá lugar en su totalidad a través del material de relleno,
por lo que en ese momento y para valores mayores de dicha relación, los parámetros resistentes de la
junta serán los del material de relleno aunque su espesor no sea superior a la máxima altura de las
asperezas.
Las observaciones de Goodman (1983) se ilustran en la Figura 3.16.
Ensayos de laboratorio
El ensayo que más comúnmente se lleva a cabo en laboratorio para analizar el comportamiento de las
discontinuidades es el ensayo de corte directo que se presentará a continuación. También, en
determinados proyectos, se ensaya en laboratorio el ángulo de fricción básico de los materiales rocosos,
mediante ensayos de inclinación, también denominados “tilt-tests”
Se utiliza una caja de corte formada por dos mitades o moldes, siendo comúnmente uno fijo y
otro móvil, donde se insertarán (comúnmente mediante mortero) de la mejor manera posible los
dos bloques correspondientes a ambos lados de la junta. Especial atención se prestará a que la
discontinuidad quede asentada en dirección paralela al movimiento de corte que se la vaya a
aplicar. Las máquinas básicamente constan de dos sistemas de aplicación de tensión (uno para la
tensión normal y otro para la tensión de corte) accionados por mecanismos hidráulicos o
mecánicos con sus correspondientes sistemas de medida de la carga aplicada.
1) La muestra que contiene la junta a analizar se talla al tamaño conveniente para que encaje en
el molde. El plano de discontinuidad deberá coincidir necesariamente con el plano de corte.
2) Se moldea la probeta en hormigón o mortero; cuando éste ha fraguado, se retira la muestra
del molde y se introduce en la caja de corte. Se coloca la mitad superior de la caja y se aplica a
continuación una ligera carga normal, para evitar movimientos al poner a cero los indicadores de
desplazamiento.
3) Se aumenta la carga normal hasta el valor prefijado para el ensayo, que deberá permanecer
constante durante el mismo.
4) Se va aplicando gradualmente la carga tangencial hasta alcanzar la resistencia de pico,
continuándose el ensayo hasta que se observe que basta con una carga inferior para mantener el
movimiento de corte; esta será la carga residual.
5) Si al llegar al desplazamiento máximo compatible con la longitud de la discontinuidad, no se
ha alcanzado el valor de la resistencia residual, se suprime la tensión normal, se coloca de nuevo
la probeta en su posición primitiva y se realiza otra vez el ensayo hasta obtener el valor de la
resistencia residual.
Figura 3.18: Diagrama de la sección de una máquina muy sencilla de corte directo utilizada para la
medida de resistencia al corte en juntas de granito. (Según Hoek, 1999).
Stimpson (1981) observó que en muchas ocasiones resulta mucho más sencillo contar con
testigos de sondeo (muestras cilíndricas de roca) que con bloques o placas tales como las que
indicaba Barton. Así propuso realizar el ensayo de inclinación con tres testigos o probetas
dejando que una de ellas deslizará sobre las otras dos en la forma que se observa en la Figura
3.19. y se muestra en la fotografía de la Figura 3.20. y midiendo el ángulo inclinación “ ” en el
momento de comienzo del deslizamiento.
Figura 20: Imagen de la realización en laboratorio de un ensayo de inclinación o “tilt-test” con
testigos para obtener el ángulo de fricción básico según la propuesta de Stimpson (1981).