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GESTIÓN DE CONTRATOS
La correcta Gestión de Contratos (Contrato, orden de Compra, Orden de Servicio, Acuerdo, etc.)
involucra: Análisis estratégico del negocio (enfocado a la optimización del presupuesto), Constante
evaluación de Riesgos y Coordinación entre equipos de trabajo. Estos 3 puntos tienden a ser
olvidados en el momento en que una organización toma la decisión de implementar un Sistema de
Gestión de Contratos, ya que existe la tendencia de delegar estos proyectos a la Gerencia de
Tecnología o Departamento de Sistemas, que normalmente se encargan del análisis y seguimiento
técnico, pero no tienen los recursos (conocimiento, información, alcance) para garantizar el
cumplimiento de los objetivos primordiales de todo Sistema de Gestión y Control de Contratos.
OB J E T IV O S
DE UN
C O NT R AT O
Por ello, en las relaciones comerciales, los contratos son algo que las empresas no deben dejar para
después, ni tampoco en manos de cualquiera. Desde el principio, todas las relaciones entre
compañías deben quedar formalizadas, pues de esta forma, todos ganan en seguridad, y se evitan
posibles gastos futuros. Estas ventajas aumentan cuando de la redacción del contrato se encarga un
abogado especialista en contratos comerciales y conocedor de la legislación vigente. Es cierto que
existen multitud de contratos estándar que pueden resultar válido en marchas circunstancias, pero,
¿cómo podemos estar seguros de ello sin la ayuda de un profesional experto? El abogado escuchará
a ambas partes y redactará el contrato que mejor refleje el acuerdo alcanzado por las partes y que
garantice la seguridad y la tranquilidad de su cliente.
En conclusión, el contrato por escrito en las relaciones comerciales entre empresas y/o entre
profesionales es fundamental para el bien de ambas partes y del propio negocio en tanto que:
Deja constancia escrita de las características del producto o servicio prestado, así como de
las condiciones, obligaciones y responsabilidades de ambas partes.
También evita malentendidos y reclamaciones innecesarias y, en caso de discrepancia,
siempre se puede acudir a él para zanjar la disputa.
Al estar por escrito, no se olvidará ninguno de los puntos acordados, algo que sí puede
suceder con el contrato verbal y, por lo tanto, en más sencillo de cumplir.
Aporta seguridad y tranquilidad a ambas partes.
Al redactar el contrato se plantean posibles situaciones futuras que podrían llegar a ocurrir
y que, de otro modo, tal vez no se considerarían.