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JESUITAS BOLIVIA

PROYECTO DE JUNIORADO Y FILOSOFADO REGIONAL PARA LAS


PROVINCIAS DE BOLIVIA, ECUADOR Y PERÚ

I. CONSIDERACIONES GENERALES

Los provinciales de Bolivia, Ecuador y Perú (Osvaldo Chirveches, Gilberto Freire y


Juan Carlos Morante), reunidos en San Salvador – República de El Salvador, en la
XXXII Asamblea de la CPAL (del 2 al 8 de mayo de 2016), analizamos el documento
elaborado por la Comisión de Formación Interprovincial, conformada por los PP. Edil
Calero, Gustavo Calderón, Rafael Fernández, Edwin Vásquez, reunidos en Lima del 26
al 29 de febrero de 2016. Después del respectivo análisis, decidimos aprobarlo
provisionalmente y presentarlo al P. General para su aprobación definitiva.
A la luz del impulso del PAC (Plan Apostólico Común 2011-2020) elaborado por la
CPAL y a la escucha de las diferentes invitaciones del Padre General, en enero del
2014, los provinciales de Ecuador, Bolivia y Perú decidieron profundizar mecanismos
de integración, colaboración y cooperación en torno a tres ámbitos: formación de
jesuitas, pastoral juvenil y vocacional y pastoral de pueblos indígenas. Como
consecuencia de este acuerdo se conforma la “Comisión de Formación Interprovincial”
cuyo primer encargo es la elaboración del Proyecto de Noviciado Regional Andino;
posteriormente la misma comisión recibe la tarea de redactar el “Proyecto de Juniorado
y Filosofado Regional”. En la reunión de la CPAL de mayo del mismo año en México,
los Provinciales decidieron seleccionar Guadalajara (México), Lima (Perú) y San
Miguel (Argentina) como centros regionales de formación filosófica. Posteriormente se
añadieron Santo Domingo (República Dominicana) y Belo Horizonte (Brasil).
En 1991 se creó en Lima la “Escuela Superior de Pedagogía, Filosofía y Letras Antonio
Ruiz de Montoya” con el fin de formar a los estudiantes de la Provincia del Perú en las
etapas de humanidades y filosofía. Diez años después se unen los primeros estudiantes
de la Provincia de Ecuador para recibir la misma formación; desde entonces, de manera
ininterrumpida, se ha contado con la presencia de estudiantes ecuatorianos en Lima. El
año 2012, la Provincia de Bolivia envía dos estudiantes que se unen al grupo de
ecuatorianos y peruanos. Durante estos años, asimismo, han pasado por este centro de
formación escolares de las provincias de Chicago y Chile.
2

a. Objetivo general:
El Juniorado y Filosofado busca consolidar un modo de proceder jesuita cuyas bases
han sido puestas en la etapa del noviciado. Su objetivo es fortalecer en los jóvenes
estudiantes jesuitas la integración personal de las dimensiones espiritual, comunitaria,
apostólica e intelectual, alcanzando un nuevo equilibrio que incorpora el énfasis en el
aspecto académico. Esta etapa promueve “una integración que se verifica en la
conformación de una personalidad religiosa que vive su pobreza, castidad y obediencia
como don de sí a los demás. La formación en esta experiencia espiritual encuentra su
cauce natural y su orientación propia en la consolidación como servidores de la misión
de Cristo dentro de la Iglesia.”1

II. JUNIORADO

a. Descripción:
Esta etapa de transición pretende el desarrollo de competencias intelectuales, pastorales,
espirituales y humanas vinculadas al compromiso del jesuita en formación como
persona que ama y consagrada a los demás.2 Se caracteriza por la apertura paulatina al
mundo universitario, a relaciones nuevas y antiguas, al mundo de la gran ciudad, a otros
jesuitas, a las obras de la Compañía y a la Iglesia local.3
En esta etapa los formadores acompañan la maduración humana del joven jesuita frente
a una serie de cuestionamientos y búsquedas personales que emergen al término del
noviciado y como consecuencia de encontrarse en nuevos contextos de relaciones y
procesos más abiertos de la vida universitaria, pastoral, comunitaria y espiritual.
A nivel académico, esta etapa implica los estudios de las humanidades que ayudan a
comprender el contexto de la misión4. Para el caso de los estudiantes con formación
previa, incluyendo estudios universitarios concluidos y experiencia laboral profesional,
se requiere un discernimiento particular sobre los modos más convenientes para su
formación, tanto en esta etapa como en el filosofado.
Este periodo tiene una duración de 1 a 2 años.
b. Objetivos específicos:

1. Alcanzar una mayor integración del carisma y la espiritualidad ignacianas.


2. Desarrollar una paulatina maduración en la toma de decisiones, el manejo de
tiempos personales y la libertad interior en ambientes con menores normas
externas.
3. “Comprender y valorar la complejidad de la condición humana” a través del
estudio de las artes y las humanidades5.

1
Disponer la vida para la misión. Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina: Rio
de Janeiro, 2009, p.17.
2 Peter-Hans Kolvenbach, S.J. La formación del jesuita. Roma: Curia General de la Compañía

de Jesús, 2003, p. 50.


3 Plan de Formación de la Provincia de Colombia (2002), p. 68.
4 Adolfo Nicolás, S.J. Formación Académica de los nuestros, escolares y hermanos. Roma, 30

junio 2014; 2.1.


5 Ibid.
3

4. Desarrollar la capacidad de apertura, la sensibilidad, la reflexión y el


pensamiento crítico mediante la inserción en el mundo universitario y los
estudios de las humanidades.
5. Experimentar una vinculación afectiva y espiritual con el servicio apostólico en
el contexto de colaboración en la misión6.
6. Conocer la realidad nacional, las culturas indígenas y afrodescendientes y
sensibilizarse a los desafíos y la problemática que presentan7.
7. Desarrollar capacidades y recursos para una efectiva comunicación y
colaboración en la misión8.

c. Perfil esperado:

- Se siente llamado por Dios a continuar su formación en la


Compañía con fuerza y convicción.
- Centrado en la persona de Jesús (oración diaria, eucaristía).
- Aprende a orar en este nuevo contexto de apertura a las
Vida espiritual humanidades.
- Aprende a adaptar la oración a las nuevas circunstancias de
esta etapa.
- Profundiza en el acompañamiento espiritual.
- Confirma el llamado a vivir los votos religiosos
- Se siente llamado a vivir su vocación en comunidad.
- Vive una profunda sensibilidad ante todo lo humano.
Vida comunitario- - Crece en el conocimiento de sí mismo.
afectiva - Crece en la integración de la dimensión afectivo-sexual.9
- Fomenta relaciones interpersonales que propician una vida
comunitaria fraterna.
- Asume la importancia de los estudios como un modo de
vivir la misión de la Compañía en esta etapa de la
formación10.
- Muestra desarrollo progresivo de las capacidades de
Vida de estudios análisis, reflexión crítica y síntesis.
- Manifiesta apertura y sensibilidad hacia las diversas
expresiones del arte y la literatura.
- Muestra interés y cuestiona la problemática del país, de las
culturas originarias y del cuidado ambiental.

6 Congregación General XXXV, d. 2,21-22; d. 6,3.5.


7 CPAL. Corresponsables en la misión. Proyecto apostólico común 2011-2020. Prioridad 3:
Diálogo fe y cultura.
8 Disponer la vida para la misión. Subsidios para acompañar importantes dimensiones de la

formación de los jesuitas. Rio de Janeiro: Conferencia de Provinciales Jesuitas de América


Latina, 2009, p. 67ss.
9 Ibid. p. 49-65.
10 “Los profesores deben ayudar a los que están en formación a que vivan la espiritualidad

ignaciana del estudio, que lleva al jesuita a vivir las alegrías y desafíos del estudio no como
requisitos o como algo impuesto desde fuera, ni como cuestión de crecimiento personal, sino
más bien con los ojos puestos en cómo servir mejor a la misión a la que Dios llama a la
Compañía en general y a cada jesuita en particular” (Adolfo Nicolás, S.J. Formación académica
de los nuestros, escolares y hermanos, 4.1.)
4

- Muestra espíritu de gratuidad en el servicio apostólico.


- Discierne sus propias cualidades y limitaciones para el
apostolado.
Vida apostólica - Encuentra una experiencia de Dios en los pobres y
necesitados.
- Muestra capacidades y maneja recursos de comunicación en
el ejercicio de la misión.

d. Procesos y medios:
- Contar con una casa de formación interprovincial y un equipo de formadores en casa
que acompañe a los estudiantes en su formación.
- Ofrecer espacios comunitarios como eucaristías diarias, oración comunitaria,
reuniones de comunidad, paseos comunitarios, retiros y triduos de renovación de
votos.
- Brindar experiencias de acercamiento al arte: seminarios, talleres, conciertos, clases
particulares.
- Acompañar el desempeño académico por medio de un tutor de estudios jesuita
(prefecto de estudios). Brindar soporte cuando sea necesario, así como también
potenciar las destrezas particulares de cada estudiante.
- Contar con una biblioteca básica de arte y humanidades en casa.
- Mantener una colaboración eficaz entre el equipo de formación y la universidad
Antonio Ruiz de Montoya, tanto en el área académica como con los servicios
formativos de tutoría y pastoral.
- Insertarse en el Programa de Humanidades de la Universidad Antonio Ruiz de
Montoya y realizar otros estudios: idiomas (inglés, quechua), talleres de
comunicación, historia de la Compañía, espiritualidad ignaciana, entre otros.
- Promover experiencias de aproximación a poblaciones indígenas y sectores
vulnerables.
- Promover la reflexión personal y comunitaria en relación al cuidado ambiental.
- Participar activamente en las actividades que promueve la Universidad para la
formación especialmente las tutorías y sabatinas.

III. FILOSOFADO

a. Descripción:

Esta etapa se caracteriza por la dedicación a los estudios de filosofía, orientados a la


comprensión de los grandes temas filosóficos, así como al desarrollo de capacidades y
la adquisición de herramientas para pensar y discernir.
Este es un periodo de profundización y afirmación vocacional. Con la ayuda del
acompañante espiritual y el prefecto de estudios, se fortalece la identidad religiosa del
jesuita en formación. Es un tiempo propicio para cuestionamientos, para examinarse y
reflexionar en torno a los propios sentimientos y decisiones. Al mismo tiempo que los
estudiantes adquieren mayor autonomía para dirigir sus tiempos y decisiones, se espera
que crezcan en la identidad con la Provincia y con la Compañía universal.
5

En esta etapa se presta atención a consideraciones particulares de formación académica


en disciplinas diferentes a la filosofía que puedan ayudar al desarrollo de la misión.

Este periodo tiene una duración de 2 a 3 años.

b. Objetivos específicos:

1. Afirmar el sentido de pertenencia a la Compañía de Jesús y el llamado personal a


seguir a Cristo con una vida espiritual profunda y un servicio abnegado.
2. Alcanzar una madurez personal que dé cuenta críticamente de la propia vocación
mediante el diálogo entre fe y razón, fe y justicia y fe y culturas, en un contexto de
pluralismo cultural (interculturalidad) y religioso.
3. Entender y apreciar las complejidades de la vida humana, analizar estructuras y
desarrollos en la sociedad y la cultura y tener un entendimiento de cómo los
filósofos y las culturas han logrado comprender y responder a preguntas
fundamentales sobre la existencia humana y social11.
4. Profundizar en el conocimiento, iniciado en la etapa anterior, de la realidad nacional
y latinoamericana.
5. Aprender a dialogar y reflexionar, desde la cercanía de la experiencia, con las
culturas urbanas, juveniles, indígenas, afrodescendientes y otras.
6. Aprender el uso de técnicas y métodos de administración, así como consolidar el
aprendizaje de habilidades comunicativas, idiomas y manejo de tecnologías de la
información que capaciten de manera práctica al jesuita para la vida apostólica.
7. Conocer a la Iglesia universal y local desarrollando por distintos medios el sentir
con la Iglesia tan caro a San Ignacio.
8. Fomentar que los escolares reciban un adecuado adiestramiento para promover
las relaciones con bienhechores y la gestión de proyectos (NC 391 §1; IAB
[302,303]). Un adiestramiento de este tipo deberá incluir: La espiritualidad del
hecho de recaudar fondos, contactos con bienhechores, gestión de recursos y
capacidad para gestionar proyectos y rendir cuentas12.

c. Perfil esperado:

- Vida de oración y vida sacramental comprometida y


asumida como parte integral del ser contemplativos en la
acción.
- Da cuenta de su propia fe en diálogo con el pensamiento
filosófico y el desarrollo de la sociedad contemporánea.
Vida espiritual
- Asume con madurez los cuestionamientos que los estudios
de filosofía plantean a su fe. Los confronta y busca ayuda.
- Vive con alegría los votos de pobreza, castidad y
obediencia.
- Se reconoce como compañero y es cercano a diversos
Vida comunitario-
jesuitas, estudiantes y formados, de diferentes edades,
afectiva
culturas, regiones y países de procedencia.

11 Adolfo Nicolás, S.J. Formación académica de los nuestros, escolares y hermanos, 2.1.2,
2.1.3.
12 Adolfo Nicolás, S.J. Carta a todos los Superiores Mayores: Directrices para los Superiores

Mayores, Roma: Curia General de la Compañía de Jesús, 17 de febrero de 2016.


6

- Alcanza un mayor conocimiento de sí mismo y da cuenta de


sus rasgos emocionales y afectivos que lo ayudan o limitan
en sus relaciones interpersonales, comunitarias y
apostólicas.
- Ayudado por su consagración religiosa y desde una vivencia
espiritual, ha profundizado en el conocimiento de su
sexualidad asumida responsablemente.
- Elabora una síntesis personal de los estudios de
humanidades y filosofía.
- Muestra capacidades adquiridas por el estudio de la filosofía
para un abordaje crítico y profundo de sí mismo y de la
realidad.
Vida de estudios - Formula argumentos sólidos sobre la sociedad
contemporánea en diálogo con las culturas, la fe, las
religiones, la razón, la ética, la política y la justicia.
- Conoce y maneja un segundo idioma.
- Muestra competencias profesionales para asumir diversos
trabajos apostólicos.
- Muestra espíritu de disponibilidad, gratuidad, compromiso e
iniciativa en el servicio apostólico.
- Conoce sus cualidades y limitaciones para el apostolado.
- Cercano al mundo de los pobres y excluidos y capaz de
Vida apostólica
profundizar en sus problemáticas desde una mirada social,
política, económica y evangélica13.
- Vive su servicio apostólico en colaboración con laicos y
jesuitas como servidor de la misión de Dios (Missio Dei).

d. Procesos y medios
- Contar con una casa de formación interprovincial y un equipo de formadores en casa
que acompañe a los estudiantes en su formación.
- Ofrecer espacios comunitarios como eucaristías diarias, oración comunitaria,
reuniones de comunidad, paseos comunitarios, retiros y triduos de renovación de
votos.
- Acompañar la formación intelectual con la ayuda de un prefecto de estudios jesuita.
Brindar soporte cuando sea necesario, así como también potenciar las destrezas
particulares de cada estudiante.
- Contar con una biblioteca básica de filosofía en casa.
- Mantener una colaboración eficaz entre el equipo de formación y la Escuela de
Filosofía de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
- Continuar los estudios de idiomas (inglés, quechua, etc.), comunicaciones y
espiritualidad ignaciana y ofrecer capacitación en temas de administración y
contabilidad.
- Promover experiencias de aproximación a poblaciones indígenas y sectores
vulnerables.
- Promover la reflexión y el compromiso con el cuidado ambiental.

13Peter-Hans Kolvenbach, S.J. La Formación del Jesuita. Roma: Curia General de la


Compañía de Jesús, 2003, p. 47. 50.
7

IV. FORMADORES

a. Descripción general:

Durante las etapas de formación que siguen al noviciado y habida cuenta del carácter
internacional de las comunidades, el equipo de formadores, igualmente internacional,
debe cubrir las necesidades específicas. Los formadores estarán siempre integrados en
un equipo mayor de formación (Comisión de Formación) cuya finalidad es dar
continuidad al proceso formativo de cada jesuita. La continuidad es un elemento
esencial para que el estudiante logre una integración adecuada. Además de un Superior
y ministro se espera que haya:

o Espiritual: Esta persona de preferencia deberá contar con elementos de


consejería o afines y se reunirá regularmente con los estudiantes para hacer un
acompañamiento sistemático en función de las finalidades específicas para cada
año formativo.
o Prefecto de estudios: Esta persona será competente en el ámbito académico y
asegurará la racionalidad académica del recorrido de los estudiantes. Además de
asegurar algún tipo de acompañamiento académico a través de algún tutor,
tendrá reuniones periódicas con los estudiantes de manera personal y
comunitaria.
o Coordinador de pastorales: Aunque cada pastoral contará con un referente para
orientar a los estudiantes, esta persona hará el seguimiento y acompañamiento
mediato proponiendo métodos, evaluaciones y metas en las pastorales. Estará en
contacto con los estudiantes y con quienes sean referentes. Tendrá asimismo
reuniones periódicas con los estudiantes de manera personal y comunitaria.

b. Perfil de los formadores


o Centralidad de la persona: Los formadores deben facilitar el que el estudiante sea
protagonista de su formación orientando su aprendizaje hacia Jesucristo y el
servicio de los demás, especialmente de aquellos cuyos derechos son vulnerados.
Pero esto no debe hacer perder de vista que los estudiantes están en formación y
que, en consecuencia, debe recibir frecuentes retroalimentaciones para crecer en
todas las dimensiones.
o Asertividad y escucha: Sin desmerecer el sentido de la primera característica, los
formadores tienen un rol protagónico durante los primeros años de formación.
Su rol debe estar caracterizado por una capacidad de escucha tal que pueda
generar la empatía y confianzas necesarias. Es en este clima de confianza que los
formadores deben expresar con mucha caridad que es lo que cada estudiante
debe hacer para crecer en su servicio del evangelio.
o Libertad discernida: Los formadores deben dar muestra de un ejercicio habitual
y sincero de una libertad discernida a la luz del evangelio y de los propósitos de
la Compañía de Jesús.
o Vínculo espiritual: El formador debe ser, como decimos en nuestro lenguaje,
muy unido con Dios, habituado a la oración y debe manifestar mucho amor a la
Iglesia y a la Compañía, así como celo y discreción.
8

c. Comisiones
o Comisión de formación: Está formada por los formadores de las dos casas de
formación: “San Juan Berchmans” (juniorado) y “San Pedro Claver”
(filosofado). Se reúne cada mes y medio. Revisan casos, tratan temas generales
de formación y velan por la marcha de las casas.
o Comisión de formación ampliada: Está formada por la comisión de formación
junto con el prefecto de estudios, el coordinador de pastoral y los bedeles de las
dos casas. Se reúne tres veces al año. Tratan de coordinaciones generales a la
vida de los estudiantes.
o Comisión de delegados de formación: Está formada por los delegados de
formación de Perú, Ecuador y Bolivia. Se reúne una vez al año como mínimo y
se encarga de definir las políticas de formación en permanente coordinación con
los Provinciales respectivos.
o El Equipo Regional de Formación, conformado por la comisión de formación
más los delegados de formación de las 3 provincias, se reunirá dos veces al año
con el propósito de dar seguimiento al plan de formación y a los escolares
enviados al Juniorado y Filosofado regional. El delegado de formación de la
Provincia del Perú coordina este equipo regional.

V. POLÍTICAS Y PRÁCTICAS DE FORMACIÓN PARA LAS ETAPAS


DEL JUNIORADO Y FILOSOFADO

El jesuita se ejercita en encontrar a Dios en todas las cosas y a todas en Él. Aunque en
esta etapa los estudios constituyen la tarea principal, el estudiante, que es el primer
responsable de su formación, y el equipo de formadores (superior, acompañante
espiritual, ministro y prefecto de estudios) cuidarán la integración de las diversas
dimensiones de la formación.
Dimensión espiritual
Las eucaristías diarias se celebrarán de lunes a viernes, de preferencia por las mañanas,
de acuerdo a las prácticas regulares de la Iglesia. Los sábados, la Eucaristía será al
mediodía después de la jornada de limpieza; los domingos, en los respectivos
apostolados o en la parroquia.
La oración personal debe adaptarse a las demandas de la vida académica y figurar de
manera explícita en el horario establecido que se ha dialogado con el superior y el
acompañante espiritual. Se procurará tener oración comunitaria por lo menos una vez
por semana. Cada uno de los juniores y filósofos tendrá lectura espiritual regular en
coordinación con su acompañante espiritual. Asimismo, no descuidarán el examen
diario de conciencia.
En el primer año de juniorado, los estudiantes se acompañarán con el espiritual de
planta. En coordinación con el superior y el padre espiritual y en los casos en que sea
necesario, a partir del segundo año podrán elegir un nuevo acompañante de una lista
elaborada por el equipo de formación y aprobada por el Provincial local. Las sesiones
9

de acompañamiento espiritual serán cada dos o tres semanas. Es relevante que el


espiritual pueda plantear finalidades al acompañamiento de acuerdo al perfil esperado.
Se renovarán los votos al final de los Ejercicios de las respectivas Provincias y en un
triduo al inicio del segundo semestre. Además, habrá un retiro comunitario en cada
semestre (el primero, común para ambas casas; el segundo, por separado).
Tanto en Cuaresma como Adviento se celebra el sacramento de la reconciliación con la
presencia de confesores externos al equipo de formación.
El crecimiento de la dimensión espiritual se reforzará a través de diferentes talleres,
entre los cuales están:
Espiritualidad ignaciana: Este taller tiene como finalidad formar a nuestros
estudiantes en el conocimiento de los EE.EE. propiciando así que vayan haciendo más
aptos para nuestros propios ministerios. Este taller adquiere todo su sentido a la luz de
las prácticas de acompañamiento en EE.EE. y en los diferentes caminos ignacianos que
se organizan en la pastoral.
Sagrada Escritura: El presente taller ofrece una formación complementaria a la
académica con el fin de dar a la lectura e interpretación de la Biblia una tonalidad
sapiencial. Al mismo tiempo, esta formación busca que los NN disciernan las diferentes
relaciones entre la Escritura y los EE.EE.
Liturgia: Lo que se propone en este taller es que los NN adquieran o mejoren su cultura
litúrgica, pero al mismo tiempo esto les proporcionará instrumentos para nutrir su vida
espiritual. Considerando que la experiencia litúrgica es siempre una celebración de
orden comunitario, el taller busca renovar y fortalecer la imagen compartida de la
Iglesia.
Imagen y espiritualidad:
El objetivo de este taller es ofrecer a los NN la oportunidad de vincular la cultura visual
con la espiritualidad, es decir ofrece elementos que podrán integrarse en la experiencia
personal de oración. En este taller, según especialistas que alternarán en cada ciclo, los
estudiantes jesuitas recibirán diferentes insumos que se orientan al cultivo de la
contemplación del arte pictórico, poético o cinematográfico.
Dimensión comunitaria
Cada casa cuenta con un superior y un ministro. La cuenta de conciencia se dará al
propio superior Provincial y al superior local.
Hay reunión comunitaria preferentemente semanal en ambas casas y las reuniones son
de tres tipos: con invitados, de temas propios de la vida religiosa y festivas. Es deseable
que las comunidades tengan un encuentro mensual (Haustus, eucaristía, charla, etc.). Se
fomentará, además, el intercambio de tradiciones entre las nacionalidades de los
estudiantes y se organizarán actividades de recreación y descanso, tales como Haustus
dominical, paseos y las vacaciones anuales. Es necesario que los estudiantes cuiden la
salud por medio de la práctica de algún deporte. Como es costumbre, los estudiantes
asumen cargos y servicios comunitarios con la finalidad de compartir la responsabilidad
del cuidado de la casa para construir un ambiente sencillo, fraterno y acogedor.
10

Hay un modo nuestro de estar presente en las redes sociales que los escolares deben
aprender y discernir con ayuda de sus formadores. Debe hacerse un uso responsable del
teléfono celular que los escolares reciben al empezar el juniorado.
Al inicio del año, la comunidad elabora un proyecto comunitario en el que se reflejan y
concretizan los objetivos de esta etapa contenidos en el Plan de Formación para el
Juniorado y Filosofado Regional. Al final de cada semestre se evalúa este proyecto.
Talleres:
Comunicación e interculturalidad entre jesuitas:
En la perspectiva de ganar en el conocimiento mutuo, este taller busca que los
estudiantes conozcan sus raíces y aprenden a aceptarse de manera más madura y
creativa.
Sexualidad y afectividad: El taller de afectividad tiene como objetivo profundizar en la
comprensión de la afectividad como una dimensión de nuestra vida a la que tenemos
que estar atentos para integrarla en nuestra manera de entender nuestra vida religiosa.
En este taller se busca integrar la sexualidad como parte fundamental de nuestra forma
de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás de una manera sana e integrada.

Límites profesionales: Este taller tiene un carácter inductivo y se ofrece anualmente a


todos los estudiantes que ingresan a la casa del juniorado. El taller de límites
profesionales tiene como objetivo reflexionar sobre el papel del estudiante jesuita en sus
relaciones con las demás personas, sobre todo en el trato más “profesional” del trabajo
pastoral y acompañamiento espiritual. En este taller se busca mostrar al estudiante
situaciones de nuestra vida comunitaria y de nuestro trabajo pastoral en los que
debemos saber establecer límites que ayuden a un mejor servicio apostólico.
Dimensión académica
El estudio es la principal misión y apostolado durante esta etapa de formación. "En la
Compañía, el fin de los estudios es apostólico, por lo que ha de conseguirse con ellos la
amplitud y calidad de doctrina requerida para este fin"14.
La formación ignaciana humanista de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya recoge
los grandes principios de la tradición ignaciana y se orienta especialmente hacia la
construcción de identidades individuales personales y colectivas sobre la base del
cultivo de la memoria histórica y busca contribuir con la construcción de personas
sensibles social y moralmente, sujetos sociales y morales sobre la base del
reconocimiento del medio social y del entorno natural en que se vive. La persona
humana como sujeto moral es un ciudadano comprometido con el destino de su país y
de la humanidad en su conjunto. Esta formación se concreta en al menos cuatro
instrumentos pedagógicos: las tutorías, la memoria al final de los estudios de
humanidades, las sabatinas y el aprendizaje en la experiencia. .
“El tiempo de estudio que sigue al noviciado debe servir para ayudar a cada uno a
adquirir, si no se tiene ya, un método y unas técnicas de trabajo intelectual. Además,

14 Normas complementarias, 81,1.


11

todos deberán ejercitarse, con seriedad y exigencia, en la expresión oral y escrita,


aprendiendo a ordenar y a formular sus ideas y a comunicarlas a públicos diversos.”15
El estudiante se hace responsable de la organización de sus tiempos de estudio y de
descanso. Es prudente que desde esta etapa de formación sea inquirido por su superior y
espiritual sobre el modo en que organiza también sus tiempos de descanso. El ideal que
se persigue es que aprenda a descansar responsable y creativamente; y a disfrutar
haciéndolo.
Esta etapa cuenta con un prefecto de estudios designado por la Compañía y un tutor
asignado por la Universidad. El prefecto de estudios complementa el trabajo del tutor y
ayuda a los delegados de formación y a los Provinciales en el discernimiento de las
diversas opciones académicas que la universidad ofrece al estudiante jesuita. Además,
los asesora en la formulación de horarios y en la elección de cursos (el horario de cursos
debe recibir la aprobación del superior). Asimismo, analiza la factibilidad de convalidar
los estudios cursados en otras universidades. El tutor acompaña académicamente a los
estudiantes para que alcancen el objetivo de los estudios. Igualmente, ofrece ayuda en
métodos de estudio y empleo del tiempo.
De acuerdo con las exigencias de la Iglesia, los escolares de la Compañía de Jesús
estudian las materias correspondientes al bienio de filosofía, que son fundamentalmente
los cursos sistemáticos e históricos. Los escolares que hacen solo el bienio de filosofía
deben redactar la memoria final exigida por la Universidad. En la Universidad Ruiz de
Montoya puede obtenerse la licenciatura en Filosofía luego de cumplir los requisitos
correspondientes. También se contempla la posibilidad de realizar estudios de
Pedagogía, una vez cumplido el bienio de filosofía, y de posgrado.
De acuerdo con las exigencias de la Compañía y de la Universidad, los escolares
alcanzarán suficiencia en inglés. Realizarán también estudios de griego y/o latín. En esta
etapa, además, se promueve el estudio del quechua.
Durante los estudios de Humanidades, los escolares harán uso de computadoras
comunes; cuando inicien los estudios de Filosofía tendrán en uso una laptop. Una vez
concluida la etapa de formación, el estudiante devolverá el equipo a la casa. El
juniorado dispondrá de dos laptops de uso común con fines pastorales y, eventualmente,
tareas académicas puntuales.
Como complemento a los estudios universitarios, se proponen los siguientes talleres:

Uso de instrumentos de internet (redes, email, blogs, twitter…):


Este taller tiene como finalidad ofrecer a los NN una aproximación a las herramientas
del internet. Se trata sin embargo no sólo de conocer los instrumentos más usados, sino
también de discernir los modos de hacer buen uso de ellos más allá de los beneficios
personales que podamos encontrar.

Conocimiento de los mass media:


A través de este taller se busca que los NN tengan un conocimiento más adecuado de los
mass media al hacer más sensibles con respecto al lenguaje que organiza y orienta esta
realidad contemporánea. No es objetivo de esta formación hacerse expertos en el tema,

15 Ibid., 96.
12

pero gracias al conocimiento que se les brinda los estudiantes jesuitas deberían estar en
capacidad de forjarse una opinión adecuada del universo de las comunicaciones.

También se ofrecerán talleres de expresión oral (retórica), expresión corporal y


redacción y estilo.
Dimensión apostólica
Todos los estudiantes jesuitas tienen la opción de participar en una experiencia de
contacto humano que les permita dar a sus estudios una proyección apostólica. En
efecto, “para favorecer el crecimiento de la sensibilidad apostólica y del don de sí, y
para conseguir una formación integrada en la que haya una interacción entre el trabajo
intelectual y el empeño apostólico, conviene dedicar un tiempo determinado a una
experiencia pastoral concreta”.16 Se ha previsto que este tiempo no exceda las 10 horas
semanales y se realizará preferentemente durante los fines de semana. Se contará con un
coordinador de pastoral que velará por la coherencia de la propuesta apostólica y hará
un seguimiento de los estudiantes en sus respectivos trabajos. Pero además del
coordinador de pastoral, es indispensable que cada uno de los lugares en donde los
estudiantes tienen una experiencia pastoral cuente con un referente local (jesuita,
religioso, religiosa, laico o laica) que pueda introducir, seguir, acompañar y evaluar el
trabajo pastoral del estudiante.
En una perspectiva de interprovincialidad, se promoverán experiencias de inmersión
apostólica en las tres provincias durante los meses de enero y febrero. Por otro lado,
habrá experiencias pastorales intersemestrales. A continuación la sumilla explicativa de
cada una de las ofertas pastorales en las que pueden trabajar los estudiantes jesuitas.
Este listado sirve como referencia general y no impide explorar otros espacios.
Asimismo, debe mencionarse que los estudiantes se mostrarán disponibles y
especialmente activos con respecto de la pastoral vocacional:
El Agustino
La Parroquia de El Agustino está ubicada en una zona tradicionalmente urbano-
marginal de Lima, en la que pese al desarrollo de la ciudad, se mantienen espacios
donde habitan personas en situaciones de pobreza y de necesidad. El trabajo pastoral
que se realiza es el contacto directo con la gente que participa en la Parroquia,
acompañando comunidades de vida cristiana, apoyando en trabajos de preparación para
los sacramentos, y acompañando a los jóvenes de la zona.

Voluntariado Universitario MAGIS


El voluntariado agrupa a jóvenes de diversas universidades quienes ofrecen un servicio
a personas vulnerables y en necesidad, especialmente niños y personas ancianas. El
“Voluntariado Magis” convoca alrededor de 100 jóvenes en Lima y otros tantos en
provincias. Los jesuitas participan como asesores de los coordinadores, siendo éstos
jóvenes laicos.

Programa Pastoral Colegio de la Inmaculada


Dirigido a alumnos de 3º. y 4º. de secundaria, comprende los programas “Pasos de Vida
Cristiana” (PVX) y “Confirma”. La pastoral reúne a estudiantes del Colegio de la
Inmaculada y un grupo de alumnas de colegios de la zona. Los jesuitas colaboran como

16 Peter-Hans Kolvenbach, S.J. La formación del jesuita. Roma, 2003, p. 56.


13

asesores del grupo de animadores, pero tienen contacto con los adolescentes que
participan de los grupos.

Programa de Confirmación de la Parroquia de Fátima


La Parroquia de Fátima está ubicada en una zona de mayor desarrollo económico, en la
que sin embargo confluyen personas de otros lugares de la ciudad. Los jesuitas
colaboran en el programa de Confirmación y el grupo “Huellas”, que acoge jóvenes que
han recibido el sacramento de la Confirmación.

Pastoral universitaria
En la Universidad jesuita Antonio Ruiz de Montoya se lleva a cabo un trabajo pastoral
desde la capellanía, acompañando las “Comunidades Iñigo”, así como ofreciendo
diversas propuestas de oración, ejercicios espirituales, voluntariados y formación en
espiritualidad ignaciana. Los jesuitas acompañan a los jóvenes que forman parte de
estas comunidades. Igualmente hay presencia pastoral en las universidades del Pacífico
y Pontificia Católica del Perú.

Actividades de la Red SJOVEN


Los jóvenes jesuitas colaboran en las actividades de la Pastoral Juvenil Jesuita formando
parte de los distintos grupos que conforman la Red SJOVEN. La colaboración incluye
no sólo la participación en cada grupo concreto, sino también en las actividades
conjuntas.

Cárcel de varones Castro Castro


Acompañamiento de personas privadas de su libertad en coordinación con el
“Departamento de atención de pastoral carcelaria” de la Comisión Episcopal de Acción
Social. Dos estudiantes jesuitas se encargan de la animación pastoral, la preparación
sacramental y el acompañamiento personal de reclusos.

CVX
Aunque hay un especial acento en el acompañamiento y seguimiento del plan de
formación del núcleo juvenil de la “CVX Mi Perú” en Ventanilla, Lima, se ofrece la
posibilidad de participar en la animación de las comunidades de vida cristiana en
coordinación con su Asistente Eclesiástico.

Además de las pastorales a las que se dedican los fines de semana, los jóvenes
jesuitas colaboran en distintas experiencias durante sus vacaciones universitarias al final
de cada semestre académico. Entre estas actividades tenemos el “Camino Ignaciano”,
experiencia de dos semanas de duración en el mes de enero, y es una introducción a la
espiritualidad ignaciana para jóvenes líderes. Colaboran también con el Voluntariado en
zonas campesinas de Ayacucho. Y con el “Coloquio Ignaciano”, encuentro anual de
jóvenes vinculados a nuestras obras de Lima y provincias (un año el Coloquio es
nacional y reúne alrededor de 300 jóvenes, y al siguiente año se organizan reuniones
regionales). Asimismo, otro grupo acompaña en Ejercicios Espirituales, tanto en
Semana Santa como en otros momentos del año. De igual modo, participan en
Finalmente hay también quienes participan del “Curso Taller dirigido a alumnos de
nuestros colegios” con la intención de formarlos en liderazgo ignaciano.

El sentir con la Iglesia se expresa en el trabajo en equipo con laicos y


religiosos/as en los distintos lugares de apostolado. Además se promueve la
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participación en algunas actividades de la Conferencia de Religiosos y Religiosas del


Perú. Al ser la “colaboración en la misión” una prioridad, se propician talleres de
formación a este nivel.

Osvaldo Chirveches, S.J. Gilberto Freire, S.J. Juan Carlos Morante, S.J.
Provincial de Bolivia Provincial de Ecuador Provincial del Perú

La Paz, Quito y Lima, 21 de junio de 2016


Fiesta de San Luis Gonzaga.

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