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ORÍGENES DEL PODER MILITAR EN BOLIVIA

I. REEVALUACIÓN DEL CAUDILLISMO EN BOLIVIA.


Durante esta etapa, se producen varias revueltas en las cuales los militares
gobernaron a su gusto y capricho ya que el grado que ostentaban, hacía que piensen
tener derecho no sólo a la posibilidad de postularse como presidente, si no a este
derecho en sí.
La actividad militar era la segunda más importante después de la minería siendo en
éste la deserción un gran problema. El caudillismo de los presidentes por citar
algunos: Santa Cruz, Velasco, Ballivián, Achá fueron terratenientes de rango más
que mediano; Ballivián, Campero tenían interese mineros; Belzu, Córdova,
Melgarejo, Morales, Daza fueron ascendiendo de categoría llegando a apropiarse de
tierras en diversas proporciones a veces a costa de sus adversarios. En 1879 cesó
el caudillismo con la Guerra del Pacífico, donde le el siglo XIX se generó un problema
entre el “Poteccionismo” que favorecía a producción nacional y el “librecambismo”
que era lo opuesto al proteccionismo.
II. LA GUERRA DEL PACÍFICO, 1879 – 1884.
En este capítulo se relata la cauda de la guerra por el control de los depósitos de
salitre en Atacama, siendo que, en el año 1879, al gobierno de Atacama confiscó la
propiedad de la compañía de salitres por una deuda adquirida por el concepto de
impuestos de diez centavos por quintal de salitre. Una vez iniciada la guerra, Chile
poseía una superiodad pese a la crisis que atravesaba, asimismo Daza como Ministro
de Guerra decide incrementar el número de efectivos del batallón más o menos hasta
un número de 10000 sin embargo el número de reclutados de 6000. La mayoría de
los efectivos bolivianos contribuyeron a su resistencia quienes la llevaron al límite
para por la ausencia de provisiones quienes podían prescindir de alimentos al hacer
uso de la hoja de coca.
Al igual que con las provisiones de alimentos, con el suministro de armas sucedió
algo parecido ya que durante toda la guerra no se pudo superar a Chile en términos
de cantidad y calidad de armamentos. Las tropas bolivianas sufrían un alto índice de
deserción ocasionado en su mayoría por las rabonas (mujeres que acompañaban a
las guerras) y por el alcoholismo. La debilidad de las tropas bolivianas incrementan
por la campaña de retirada de camarones, pues el ejército se ve imposibilitado
después para volver a entrar a otro frente; durante mucho tiempo la denuncia
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caudillista fue símbolo de lenguaje político pero la guerra demostró que no era
necesario gobernar apoyándose en una facción militar. En la lógica de la postguerra
(liberales) hizo que existiera una abundancia de soldados capacitados, pero no había
un ejército profesional, hicieron que el partido reemplazara el viejo militarismo,
cubriéndose con el manto del antipacifismo
III. EL EJÉRCITO Y LOS CONSERVADORES, 1884 – 1899.
El objetivo que se tenía en todos estos gobiernos (Pacheco 1884-1888, Arce 1888-
1892, Baptista 1892-1896 y Alonso 1896-1899), era mantener la estructura social
existente, lograr una “estabilidad “de la economía y la expansión de la minería de la
plata, a través de la construcción de líneas férreas.
En esta época la tarea de supervisión de las elecciones era relativamente nueva para
el ejército. Aunque era una prolongación natural de sus prácticas habituales, en los
pueblos no existía evidencia de que la instalación de un sistema oligárquico haya
contribuido a reducir las aspiraciones políticas dentro de los cuerpos de oficiales
mismos, o influyera mucho en su organización. Unos cuantos hombres cercanos al
presente se beneficiaron tanto política como financiera. El mantenimiento de este
importante sector era un complemento necesario para reducir al ejército regular y una
parte esencial de su subordinación al gobierno. Aunque no existe mucha información
disponible. El limitado presupuesto militar y la centralización de las finanzas,
significaba que los oficiales activos del servicio seguirían recibiendo sueldos míseros
en 1886, la artillería estuvo primero dos meses y luego cuatro sin cobrar sueldo. En
este sentido, su comandante Pastor Sanz no estaba solo en modo alguno, cuando
reclamaba a gritos. Como fruto de las colisiones prácticamente inalteradas del
servicio inactivo, las conductas en los propios cuerpos de oficiales seguían siendo
ajena a las ordenanzas que supuestamente los gobernaban, y reflejan la virtual
imposibilidad de una reforma con la educación. Como habíamos visto las finanzas
del ejército no mejoraron; en algún sentido más bien habían empeorado haciendo
que se continuaran las demandas a la población y provocando los mismos estudios
en el campo. El descenso del régimen conservador en 1899 fue un suceso
importantísimo dentro de la historia boliviana, fundamentalmente porque los
triunfantes liberales tuvieron que consentir una movilización militar campesina sin
precedentes, que por algún tiempo constituyo una amenaza de dominación y de
trastorno de las relaciones sociales de control central que eran esenciales para la
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vida de la república. Por otra parte, los acontecimientos de 1898 a 1899 confirmaron
graves divisiones en el bloque gobernante, que dieron lugar a nuevas alianzas y
cuyos orígenes se pueden encontrar en el viejo fusionismo de Alonso y en la falta de
solidez de las afiliaciones políticas de gran parte de la elite de la post guerra
inmediata.
IV. LOS LIBERALES EN EL PODER, 1900 – 1920.
Ente estos años, la economía estañífera estaba en su auge, aunque Patiño
controlaba más de la cuarta parte de la población minera boliviana desde 1912 y 1924
pudo comprar la mina más grande que poseían los mineros (Llallagua), el solía
afirmar que estos últimos habían controlado las empresas más importantes hasta
1924. No obstante, es el estado liberal no nació ni estaba directamente controlado
por la oligarquía del estaño como tal. Dos ejemplos del periodo anterior a la primera
guerra mundial ponen de relieve este aspecto contradictorio en las relaciones de
poder; el primero se refiere a que el ala oficial del partido perdió el apoyo de Aramayo
luego de que montes se viera obligado a incrementar las tarifas en un 3% sobre el
valor total de las exportaciones, aumento que no llego a producir demasiada
conmoción política. El segundo el extremo hasta el cual Patiño recurrió a los
tribunales para obtener títulos de propiedad habiendo intervenido en 17 pleitos al
mismo tiempo.
El regreso de Montes al poder, una vez más en 1913 coincidió con una grave recesión
económica en que la producción del estaño se redujo a un 31% y el total de
exportaciones en un 32%, paralelamente a la declinación de los precios mundiales
tanto del estaño como de la goma. Pese a las circunstancias Montes aplico el plan
de Villazón destinado a otorgar el monopolio de la emisión de la moneda al banco de
la nación, cuyo control era estatal.
V. RETORNO A LA POLÍTICA, 1920 – 1931.
La junta compuesta por Bautista Saavedra, Manuel Ramírez y José María Escalier.
Casi veintiún años de gobierno ininterrumpido de los liberales terminó por agotar y
debilitar a uno de los dos partidos políticos más importantes de la historia republicana
de Bolivia. Asimismo, se convocó a una asamblea que eligió Presidente de entre tres
candidatos Saavedra, Salamanca y Escalier. Como resultado de esa elección
fuertemente manipulada por Saavedra, surgió éste como Presidente y el Partido
Republicano Genuino de Salamanca como opositor. El gobierno de Saavedra estuvo
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signado por la inestabilidad y la violencia, le tocó un periodo turbulento y no tuvo
contemplaciones para someter a los revoltosos.
En 1929 Chile y Perú firmaron un tratado por el cual Chile no podía ceder a un tercer
país (Bolivia) territorios que habían sido originalmente peruanos, con lo que se puso
un cerrojo más a la demanda marítima. En el Chaco boreal se produjo el incidente de
fortín Vanguardia que fue atacado por tropas paraguayas. En represalia Bolivia tomó
los fortines Boquerón y Mariscal López. En esa situación Siles prefirió la negociación
y la paz que se logró en esa oportunidad. El intento errado de prolongarse en el
gobierno llevó a Siles al desastre. En mayo de 1930 renunció y dejó el mando en
manos de su gabinete para habilitarse en las elecciones. En junio el gobierno fue
derrocado por un movimiento militar apoyado por civiles, el expresidente fue exilado
y su casa saqueada. Se instaló en el poder una junta militar presidida por Carlos
Blanco Galindo quien convocó a un referéndum para modificar la Constitución en el
régimen económico, la elección presidencial y los derechos y garantías ciudadanos.
El aporte crucial de este gobierno, bajo la influencia de Daniel Sánchez Bustamante,
fue la imposición de la autonomía universitaria y una reforma educativa,
particularmente en el ámbito de la administración.
VI. LA GUERRA DEL CHACO.
En esta parte de la historia se enfrentaron los ejércitos de Bolivia y Paraguay, por el
control de la región norte de la zona boscosa sudamericana conocida como Gran
Chaco. La misma se desarrolló desde el día 9 de septiembre del año 1932 hasta el
día 12 de junio del año 1935. Las causas directas de la Guerra del Chaco estaban
ligadas evidentemente a los conflictos limítrofes entre Paraguay y Bolivia. Al menos
cinco tratados fronterizos fueron intentados entre los dos países, y por una u otra
razón no resultaban satisfactorios a alguna de las partes, o a ninguna de las dos.
En el momento histórico de la guerra, los líderes políticos bolivianos consideraron
viable obtener una victoria militar para cohesionar a la población a su alrededor.
Considerando a Paraguay el vecino más débil, y teniendo en cuenta el conflicto
limítrofe, se toma la decisión de ir a la guerra.
En julio de 1932 fue tomado y destruido un fortín militar paraguayo en la zona
fronteriza. A pesar de que el punto fue recuperado por Paraguay, ese evento les
persuadió de prepararse para una guerra de gran escala contra Bolivia, la cual
iniciaría en septiembre de ese año.
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Los mandos bolivianos entraron a la guerra en medio de escandalosos conflictos
internos por cuotas de poder, por lo que llegaron a tener sucesivamente, cuatro jefes
de Estado Mayor dirigiendo el conflicto: Filiberto Osorio, que comandó durante un
mes; José Leonardo Lanza, comandante durante dos meses; Hans Kundt, que dirigió
las operaciones bolivianas durante un año, y que salió en medio de las luchas
intestinas de las cúpulas militares, y Enrique Peñaranda Castillo, que concluyó la
guerra luego de la destitución de Kundt. La participación de Bolivia estuvo también
marcada por el reclutamiento forzoso de campesinos e indígenas para que
combatieran, lo cual fue enrareciendo el ambiente social en Bolivia y generando
rechazo de la población. Paraguay exhibió mejor estrategia, no sólo por servirse de
un único comandante que gozaba de enorme prestigio entre todos los sectores.
También supo capitalizar el sentimiento de pérdida, consecuencia de la Guerra de la
Triple Alianza, de modo que la población se encontraba cohesionada en contra de un
enemigo común. Bolivia subestimó este factor al asumir la guerra contra Paraguay.
El descontento de la población boliviana hacia un conflicto que estaba causando
tantas muertes, y que sólo era mantenido por la clase política y militar, y la mediación
de Argentina, llevaron a la firma de un acuerdo de paz el 12 de junio de 1935. El fin
de la guerra condujo a un acuerdo limítrofe entre los dos países, firmado en julio de
1938.

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