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ELPROCESODEURBANI1AClONENELECUAOOR

(del siglo xvm al sigloXX)


.Antologfa~

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telf.543912 Casilla46'29-A

quito, ecuador.

~ proc:elIO de .......01......... ea el Eaiador _tologla-.

CcJmpIllldor: Femando eam... -

PrImena edkMa: Editorial El Conejo - CIudad, 1986.

c:'.opyJWIIt: CIudad, 1986

CoIeccIda: ECUADORIURBANO
QalCD, Eaalldol', 1986.

4Qáftcas
~ San
T."'oe~4=ti'-08o
QA.1JllI'.
QuIto

71Ü
C316u Carrlbn. Fernando (comp.l
lA .._ .....,ió. . . e/ EcwJ"", lIII'o/otlÓl. Oulto: Ed.
Conejo. 1986. Vol 1.• 300 p.: 11 .• dlg ..... tbl... m.p.• bI·
b1iografía. (Desarrollo urbeno y Polftlcal en 1I Ecuedor;
No. 11.

/URBANISMO (ECUADORJ/ /PLANIFICACION URo


BANA·ECUADOR/ / PROCESO DE URBANIZACION·
ECUADOR/.

o
ELPROCESODEURBANI7ACIONENELECUAOOR

(delaJgloXVlllal....oXX)

.Antologia.

Compilador:
Femaudo Cant6n. .

I:I~ B.~~

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INDICE

Pág.
Jorge García ,
Pre..ntaci6n ••......•..•....•••..•••.•••••...•••.•.•• •• 9
Fernando Cerri6n
Eltudio introductorio ••. • . . . . . . • • • • • • . . . • . • • • . . . • • . • • . . • • • 11
Liliana de Riz
El PIOCllSO de urbenlzacl6n en el Ecuador 1950-1982 •.•...•••.•••.•• 26
Juan M. Carr6n
El proceso de urbenizacl6n del Ecuador 1.2:1974. . • • . . • . • . . • . • • • •• 86
CarlOS Larrea
Cf8l:lmiento urbeno y din'mic8 de las ciudadel intermadias
en el Ecuador '1960-1982) • . . . . . . . . . . . • . . . . . • . . • . . . . . . • • • • . . 97
, Osvaldo Hurtado
Dinimic8 de la urbenizaci6n . . . • . . • . • . • • • • • • . • • • • • . • • . • • • • .•• 133
Esteban del Campo
El proceso de'urbenizaci6n en Ecuador. . • • • . • . . • • • • . • . . • • • • • . . .• 141
Fernando Carri6n
Evoluci6n del espacio urbeno ecuatoriano • • . • • • • • • . • • . • . • • • • • • • •• 146
Rose.mary Bromley
El papel dal comercio en el cf8l:imiento de lal ciudade. da
la Sierra central del Ecuador: 1750-1920 ...•.•.•...•.•••••••••.• 175
. 'Jean Paul Deler
Eltruetuf8l:i6n y consolidaci6n del 'rea central 1830-1942 • . • . • . • • • • • •. 201
Enrique Ayala
Fundaci6n de la Rep6blica (1830-1869). LOllellorel da la tierra. . • . • • • •• 239
Junta Nacional de Planificaci6n
LOI aspecto. regionalel dol Plan (1973-77) ........:.............. 283
Consejo Nacional de Desarrollo
Programal de Desarrollo Urbano (1980-1984) •.••..••...•.•.•.•••• 273
Consejo Nacional de 'Desarrollo
El uso delelpacio y 101 recursol naturalel. El e_narío etpacial •...••••••' -283
Fernando Cerrión
Bibliografía general ........•.•...•.....••••••••.••..•.. : ., 293

~ .. ,.:- ..
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PRESENT'ACION

Sm. "'glJ, IJ dudllS UruJ de IIIS prineiplJles elJ'lJCte,;srielJs de lIJ bistoria del EeulJdo, en
IIJs Ílltimos JO dos es el proceso de urblJ"isaeió" que blJ e>tperime"tlJdo lIJ soeildlJd
ruJCÍDruJL

El deblJte sobre los problemlJS derifJlJdos de IIJ u,blJ"~IJCió", IJfnJque ,ecie"te, se ba


H"ido eo"srituyendo elJdlJ "es más e,,· refere"ciaobliglJdlJ parlJ IIJ ,eflexió" lJeerelJ
de UruJ t""árielJ que e" l"""medidlJ sigue siendo deseo"oeidlJ.

Esta lJ"tologílJ, qfU e" "i"gú" elJSo se. propo"e IJgotar el tratamiento del temlJ. está
dirigid4 t""to IJ especialistlJS. como IJ estudiantes y público en ge"e,1ll i"tereslJdos e"
.comprende, aquellos IJspeetos ,eleVIJ"tes y de m"Y0' i"tms de lIJ u,b""izlJció" "'"
eio"lJ/. EsperlJ1lJos. po, tlJ"to que se eo",,;erta e" U"IJ be"amientlJ de trlJbajo que
permitlJ IJbrir "umerosas pue,tlJS IJ JIJ i"vesriglJció".

A más de ,eeopila, Illgu"os de los estudios más rele_tes, eo"stituye u'"


mérito lid;'
cWruJI del texto el p,ese"tarde U"IJ m""era cririe", los pri"eipllles e"foques teórieo­
",,,todológieos que basta boy blJ"guiado el estudio del proceso de u,b""~lJció" /J1I el
plJís. EstlJ diversidlJd de e"foques y de discipl;"lJSque trlJtlJ1l lIJ p,oblem.rielJ. lJ",ás
de prne"tar .lIa ,,¡sióll "",plüJ y d;"ersa sob,e el fe"ómello en melleió". illcita allJ
eo"fr'}fItacióll y IJI deblJte a traWs de los elllJlei se i,. eOllstituyendo lIJ posibilidlld
de UIIIJ ,,¡siÍ>1I ifIterdiseiplilloria del lÍmbito de estudio.

Esta obra, eo"srituye el primer fIO/umen de IIJ eoleeeió" dediclJdlJ IJ prese"ta, los ,e­
SIlltlldos de diverslJS i"vestigacio"es, ,elll~lJdas en el m ...eo dlJ'.lIJ eoope,aeióll eientí­
fíelJ elltre el Centro de IflPBstiglJcio.lles CIUDAD. de Quito y el Celltro l"ternaeiolllll
de lflHsriglJciolles parlJ el desarrolllJ CIlD, de ClJ1Iadá, y que e" su eo"jullto busca"
earaeterisa, el proceso de .u,blJ1lizacióII é" el EelllJdo,. Estamos sep'os que este
esjilerzo editorial eo"srituirIÍ 1411 apo,te 'rIital al eo"oeimiellto y t,lJ1Isfo""lJCió" de
lIuestN realidad. .

·FiruJ/mellte. queremos dejar exp,eso ...estro agrlJdeejmje"to tlJ1lto al eoleet;"o de.


CIUDAD como IJ lIJ Editorilll El Co"ejo po, este esjilerzo editorial que eo"srituye
8fI Perta fO""1J U" compromiso e01l1lJ dijilsjó" de las Ciellcias SocÍ4les e" el plJís.

J"~w c.,el. ­
DiNe,,,. tle CIUDAD
"TodiI cilldiId e. 11. de.rirw porque
lIS, ém "pri.c"io, u.a ",,!,;,"

SebiUri4u Salas", Bo.dy

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ESTUDIO INTRODUCTORIO

Fernando Cerrión

El proceeo de urbenlzacl6n es I,mfenOmeno típicamente capitalista que hist6ric&­


mente 18 p~nta -pare el ceso de ía formaci6n social ecuatoriana que nos ocupe-'
cuando, a mediados del siglo pasedO, SI! conforman las reíees profundas de lo qua
hoy lIlri su agude expresi6n. En ello tienen que ver situaciones tales como: la con­
Iolldec16n del Estado Nacional, el pl1ldominio de las relaclol1!lS capitalistas de pro•
.ducc16n, el deserrollo de la lógica de agro-exportacl6n, la Integraci6n del mercado
.....
/
Intarno y su relacl6n al mercado internacional, la artlculaci6n del territorio nacio-'
"", etc. Es deéir QUe si bien el pr0é8s0de urbenizaci6n es un fen6meno inheren~al
modo de producción capitalista, no es menos cierto que en cada lugar y momento
'hlst6rlco a:mcretos tiene una expresi6n pertlcular. Así por ejemplo, la urbanlzacl6n
característica de los pelses periféricos difi8l1l sustancialmente de los países cant....
les.. no 8610 por el desflll8.que temporelmente existe (hlst6rico y cronológico) 'sino,
también y fundamentalmente, porque el eje principal de su expllcaci6n no 18 consti·
tuye a pertir del modelo clésico que 18 define por la reliICt6n industrializaci6n/urbe­
nlzacl6n. Y también con ello 18 quiere remarcar, entre otros aspectoS. que el origen
y el deserrolio del proceso de urbenlzaci6n no pese exclusivamente por la existencia
de ciudades; que elles son una condici6n nacaseria, pero que, por si sola, a la hor8
del análisis 18 muestre Insuficiente! 11.
1" Ilr qw ....... ,.,.".. . . ..,,,.. - - . , ,. ..

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11
ESTUDIO INTRODUCTORIO

Si bien el origen de le urbenizeción necionel puede seIlelarse entre mediedos del


siglo pesedo y principiOl de este, no es menos cierto que sli rneyor desarrollo tiene
lugar desde un pesedo no muy lejeno. De un tiempo e esta parte estamos presen­
c1endo, entr.otres menifes1Bciones importantes, un eceleredo prooeso de conver·
slOO de pers eminentemente agrario e urbeno que, directll o indirectamente, induce
e, y resultede le modlflc:eción de le organización sociel general. No es c:esuel, por
ejemplo, que la pobleci6n urbene necionel heye tenido un crecimiento eltemente
-'Bnido en 8It8I úItlmes déced8s: si en 1960 reprasentebe el 2SOA> del totel necio­
nel, pare 1982 era ye del 49.6O.b, lo cuel significó que en el perrodo 1950-1982 le
poblecl6n urbene creció e une tese del 4.690A> enuel. Este ritmo de crecimiento
nos 11_ e penser que en la ectuelided podemos considerar el Ecuedor como un pers
con población·predominentemente urbene que, por su magnitud e incidenda;tran..
forme el conjunto de les releclones c:empci-ciuded e intreurbenes, esr como los el­
pactos més esencieles de le vide eoon6mic:e y sociel necionel.

Une de les c:erecterlstices més releventes de le historia reciente del Ecuedor es, e no
duderlo, su procieso de urbeniieción. Les condiciones peculiares, le pertinencle y le
rel8nncie le convierten en uno de los temes obligados del debete Y le investigacl6n
sobre el Ecuedor ectuel. Sin embergo, como contrepertide, nOl encontremos con el
hecho de que el ~njunto de los estudios reelizedos no disimulen le reelided de que
es un terne poco conocido. Es .í que esc:esemente se sebe sobre su origen, naturel.
ze, c:euíes y dinémlc:e; en c:embio, se conoce mejor su expresión fenoménlc:e finel: la
concentraCión y sus secueles bicef6lic:es, presented.. como los rlllllOS .més visibles
del prooeso de urbenización y cesi siempre bejo une pOSición entl urbene(2).

Es decir, que e peser del interés que concite y de le importancie que reviste le pro­
blemétic:e, el estado de conocimiento en que se encuentre es eún primerlo, el punto
de que se lo podríe c:erecterizer como en un momento de constitución de su c:empo
811P8Cífico de estudio. Por lo menos dos factores podrren explic:er dicha situeclOO:
por un ledo, el fan6meno presente c:erecterrstices recientes, surnemente oomplel.
y con elte dinémlc:e y, por otro ledo, le interpreteción logrede heste ehore por les
ciencies socielesy en perticuler por el pensemiento sobre el teme, revelen le inexi..
teneie de un sisterne conc:eptuel que logre explic:erlo con propleded.

121 _ - - v . ........
.............
~ b.~. y
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0--0 . ., y ~ . . . . .. - " ' _

12
CA1tIIJON

Sin embargo. ello no significa que., desconozca elgreneporte que las ciendeá 10­
cíal. ecuatorianas vienen realizando en la profundizaci6n del conocimiento. en el
cUal mucho tienen que ver su proceso de especializaci6n creciente V el ~rollo' ~
rrelativO de nuevas variables qUlJ apoyen a la comprensi6n de la realidad total(3).
Tales aportes han conducido al aparecimiento de nuevos campos V llneás de Inves­
tigacl6n en las que. entre SUs determinaciones analizadas. apaRlC8fl nusvas variablas
que las dan fundamento. Entre ellas. por ejemplo,~ enc;uentre el tnrItorio. que es.
en última inStancia. la que permite captar lo regional. lo urbano.el proceso de urba­
nización, ate.• V la que posibilita entender nuevas dimensiones de viejas pro~ernétl·
C8S como. por ejemplo. la reproducción de \a fuerza de trebejo, los movimientos 10­
clalas. las migreciones;.los desequilibrios a todo nivel. ..

No es casuel. por tanto. que el propio nivel en que se encuentre el conocimiento de


la urbanlzaci6n IllIClonal nos e)(ija la definici6n de un campo aut6nomo de anélisis
que. al menos p8lll el momento en que nos encontremos. set'lale los mecenismos de
artlculacl6n de·los aportes provenientes de las distintas disciplinas que lo tratan
(aunqué S8lI marginalmente) V se vaye. simulténeemente;'construvendo un siStema
cónceptual que le S8lI propio. '

En el tIlItamlento de la prOblemiltlca se hacen presentes distintas disciplinas (geogre­


fía. demoglllfla. economía, lDCiología, etc.) V enfoques te6ri~metodológicos(~
lóglco-demogréflco. estructurel funclonallsta. dependentlsta. atc.) s/n que hasta el
.momento pueda establecerse una realevaluaci6n de ellas. lo cual evidentemente not
pone en una sltuacl6n de alta riqueza V de mucho rillllllO acedémico. Es up,momen­
10' crucial VII qiJe la construcción de un sistame conOllPtU81 de la urbaniZación tIlIll­
sita necesariamente por la "¡"'porucW"" de categorías prownlentes de distintos
lIl8TCOlIle6ricos. lo cual encl8rlll el peliliro de caer en concepciones ect.6ctlcas. poco
rigurosas V sin coherencia. Pero también Implica una confrontaci6n V debate don<fe•
• no dudarlo• ., lrén construyendo las maneras de acercamiento interdlsclplill8rio V
colectivas al campo de anélisis. .

Es en esta cont8)(1D y momento que se ubica la presente antología. porque al/( surge
su Importancia. seerea su nllCllSidad V 88 e)(presen sus objetivos. Con /a antología
nos lmer.a difundir el astado en que., encuentra la investigación IObre el terna. te­

... _.""",.. .. .,,,....,..,.,


".,. • rl6• • la ~
,. v (1,.,,_.
(loe_tal
. . . . . . _ _n en IeblbllolNfle ........'•. P. 2131.

13

.-.'.
ESTUDIO INTRODUCTORIO

niendo, en cuenta obviamente, les limitaciones y peligros que implican ejercicios ca­
mo el presente. En lo posible nos interesa presentar una visi6n lo més acabada de los
estudios realizados sobre la urbanizaci6n nacional según sus concepciones més dI­
fundidas. Ello significa que, si bien los taxtos aislados son altamente importantes, es
en el conjunto de ellos que encuentren su mayor aporte. .

Con la antologia interesa también, ala par que difundir el nivel en que se encuen·
tra la inllllstigaci6n sobre ei tema, permitir una evaluaci6n crítica de los resultados
obtenidos (enfoques, limitaciones, tendencias, problemas, etc.), de tal manera que
se puada transitar hacia el futuro con basés més certeras. Es por ello que la antolo­
gía no se agota con su presentaci6n, por el contrario la concebimos como un texto
de trebajo y estudio, tanto pare estudiantes unillllrsltarios como pare espacialistas en
la meteria que quieran tener un punto de partida.

El valor que tiene la antología para el especialista estriba en la posibilidad da


contar con un conjunto da los taxtos més significativos presentados bajo criterios
que combinen aspectos metodol6gicos, teóricos e hist6ricos. El diseno de esta 16­
gica se lo plantea con la intenci6n de que el espacialista puada estructurar sus pro­
pies conclusiones y evaluaciones, pensando més en la posibilidad futura de llenar va­
cíos, resolver hipbtesis, plantear nuevas Intarrogantes, etc. Y para,el estudiante, en
que se presenta un conjunto de taxtos organizados de tal manera que permitan cap­
tar la globalidad del proceso, los resultados obtenidos por las distintes corrler\tes de
pensamiento y adentrers¡e en las partes més sobresalientes o de mayor interés de la
urbanizaci6n nacional.

Por la imposibilidad de presentar la totalidad de los estudios buscamos la mayor re­


presantativldad posible, lo cual inevitablemente trae consigo que ""0 .s""
todos
los q". so,,". Es més cierta la afirmaci6n si se toma en cuenta el problema que
plentea la racopilaci6n de textos que se encuentren dispersos a lo largo de publica­
ciones no espacializadas en el tema. Son textos que presilntan enfoques y/o propo­
siciones dignas de ser tomadas en cuenta, a pesar de ser planteamientos abordados
tangencialmente al tema cantrel de la publicaci6n.

La representatividad de la antología se la conciba en los siguientes términos: a) en la


existencia de una visi6n global del proceso hist6rico, b) en la presencia de les princi­
pales corrientes de interpretaci6n te6riC()ometodol6gi~, cl en la manlfestacl6n del
procetp de urbanizaci6n a nivel nacional, y d) en la presentacl6n eje los estudios més
impor1llntes. En suma, una antología que tiene la intencl6n de p - . r , balo mul­

14
CARRION

tlv8rladas entradas posibles y dirigidas a destinatarios disimiles, una visi6n global y


pluralista de los trabajos realizados hasta la f_8Cha. ­

La antologfa tiene una lógica expositiva concebida unitariamente, que'no a¡jÓta I~


posibilidad de realizar lecturas diverseB; como, por ejemplo, atendiendo el énfasis
puesto en determinadas variables (demogréfica, histórica, territorial), coyunturas'
históricas (revoluci6n Iibei-al, momento actual), concepciones te6rico-metodol6gicas
(dependentista, estructural·f.uncionalista), etc. El esquema que sirve para la presen­
taci6n de los {extos sigue, més bien, una combinaci6n de elJas, tratando en lo posi­
ble que exista un hilo conductor en el que puadan expresarse los trabajos, tanto ai.
ladamente como en el conjunto de la antologla. Esta orgimizaei6n de los estudioS
no es cesual; obedece al estado en que se encuentra la investigaciÓn y al prop6sito
manifiesto dé"'posibilitar al lector que extraiga sus propias conclusionS$. Es decir
que la antologla, bajo ningún motivo, se nos presenta como un libro cerrado o aca­
bado, sino, por el contrario, como un texto de trabajo que abre caminos.

La antología comienza con una secci6n ecológiCO-clemogréfica que clasifica a los


trabajos a partir. de cierta "bomogeneí(llld conceptual", entandida ésta, més romo el
énfasis puesto en la ~uente de informaci6n censal y su tratamiento, qlJ8 en su aP8Üo
al- marco te6rico.metodológico(4). Sin duda es la corriente més difundida y, segura·
mente, la que mayores logros ha conSeguido; lo cual no significa desconócsr una de
sus més grandes limitaciones: abordar principalmente los rasgos més visibies de la
urbanizaciÓn que, g.eneralmente, han conducido a formulaciones dÍlsCriptivuy poco
Interpretativas del fenómeno. El eje central de eSta corriente gira alradadordel tra­
tamiento de las variables demogréficas y su relaci6n con la distribuci6n en el t8Í"rl·
torio (concentraci6n/dispersi6n) teniendo dos extremos claros: el uno, que prk­
ticamente se agota en el anélisis de estas variables y, el otro, que intenta con distin·
tos resultados, una explicación més general y de tipo estructural. Pero en uno Yotro
Q8S0, la discusi6n central transita por los ra~s cuantitativos més sobrasalientes de
la. urbanizaei6n nacional que, comparativamentlla los pQtrones y tendencias geneta­

141:- -1JI ~ '~-üm","""",,"""" Mf/1t1tI4 por T.H. BIdrip


...........' ...."""r "C_o. pro..o tI. c ~ tI. lo pol1lMltHl. ,..,., tI. lo
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crItorIo 04..."".".,_ (qu .. ., qu .... tI. "..,. p-. lo, - . ...


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... lo, tIúI/u"" _ _ ti. lo • _ _ lo y""'""""""
lo .t:IitIItIo4 tI. lo pow"ri6u (rIlA' . .
lOfPiIorioIn.
ESTUDIO INTRODUCTORln

les del tipo "rllnlt-sise com14'¡o,," (rades, sistelT18S, tramas urbal'lllS, primacles, etc.)
desarrolladas en 101 paises centrales o latinoamericanos, conducen. por lo genenll, 8
plantS!lmientos antiurbano.s asoclados al sei'lalamiento de patologías, distorsiones.
anomias, etc.

Esta secci6n cuenta con tras trabajos de gran valor, ceda uno de los cuales aborda
uno de los perIodos Intercansales comprandldos entre 1950 y 1982; todos_ellos es­
critos justamente al finalizar el parlodo correspondiente. Este hacho saIIala una ea­
racterlstica interesante de remaccar, y que consiste en que el trabajo inmediato su­
perior sa basa y dil!l;ute al anterior, lo cual nos da una visi6n dlnAmica del penSll­
miento, en el sentidO de que a la luz de los nuevos conocimientos alcanzados y a la
mayor perspectiva hist6rica que brinda el P880 de los al'los, sa van superando y revi­
sando las formulaciones. En esa santido, el trabajo de Larrea es el que més satisfac­
ciones nos otorga y lo haca tembién por cuanto intente una explicaci6n más gil>
bal de la problemática, al insertarla en lo que él define como caracterlstic8s del pro­
caso de acumulaci6n y la estructura social que ésta genera.

El análisis realizadO por carrón para él período intercansal 1962·1974 es principal.


mente demognlfico, y es alií doÍlde reside su mayor aporte: las variables y téa­
nicas demográficas no hablen sido manejades hasta esa momento de manera in­
dependiente y coherente. Pero su mayor Iimitaci6n es haberlas tratadO sin la con­
textualización que el caso requiere. El estudio de Liliana de Riz es sumamente
Interesante porque, a la par que caracteriza la urbanizaci6n intercensal 19~1962
desde su particular punto de vista, nos ubica en un momento importante en el d8Sll­
rrollo de les ciencias sociales IÍltlnoamericanas: el cuestionamiento al empirismo a
través de dOs corrientes: la teoría de la modernización y la teoría de la dependencia.
El texto de Riz sa enmarca justamente en este momento y desarrolla su análisis v.
Iiéndose de formulaciones metodol6glces "c'1'¡¡Jilfu". Dos aspectos importantes
merecen resalterse de su trabajo: por un lado, el manifiesto interés por separarse del
empirismo. como lo demuestra el uso conceptual de la definici6n "lIrb""isació" de
'" eco"o"",,", y, por otro lado. su apego el énfasis demográfico de conosblr la urb.
nizaci6n(5).

16
CAR.1ll0N

El lIlllIundo ctlerpode textos se presenta més bien con el énimo de seIlalar ausencias.
al manos raspecto a los aportes que produjeron an otras latitudes las teorlas de la
modernlzacl6n y1a dependencia. Quizé se puedan axpllcar aStas ausencias-an la 111&'
dlda an qua al cuestionamlanto se/lalado se produce bésicamente en los paIses més
~rrolllKlos da América LBtina (Brasil. Chila. Argentina. México) haciando abe­
traccl6n da lo que aconteela en al resto deparses. En ese sentido. si bien tuvieron ese
virtud 8 nivel general. para el caso ecuatoriano no se IOgr6 plasmar, al menos an el
campo que nos ocupa, intarpr8lilcionas alternativas. A allo debe sumarse el escaso
.~rrollo qua. para ese época. tenlan las ciencias sociales an el Ecuador, al punto
de que la urbani~i6n ni siquiera figuraba entra sus preocupaciones centrales. Pero
tiene que Yllr tembién con el heCho de que la urbanizaci6n en nuestro pals comien­
za a lIllr estudiada. como problemática relevante.' recién a fines de la década de los
ellos S8SentllS. QJando se había producido una larga y ftuctffera crítica a astas co­
rrlentes de pensamiento. En otras palabras. el proceso de urbanizaci6n hace su in­
greso como problemática de importancia para el pals. cuando estos marcos teóricos
.ya hablan sido largamente cuestlonados(6).

Los dos textos que se presentan en esta sección correspOnden a las corrientes de in­

. terpretación de la urbanizaci6n conocidas como estructural.funéionallste. versi6n de

la teoría de 'Ie modernización. (el de Hurtedo)(7) y dependentista (el de Del Cam­

polla). Hemos escogido el fragmento de Hurtado porque. por un lado. 'nos pareCe

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17
ESTUDIO INTIlODUCTOIlIO

que grafica muy claramente su concepci6n de la urbanización an términos da la aso­


ciaci6n da modernidad a ciudad y ésta a un sistema cultural (el mundo urbano), con­
cebida dicot6nicamente (o continuos) a lo tradicional como ámbito del campo y
conformando el mundo rural. y .. por otro lado, porqua nos revala al astado en que
se enmntraba la inllllStigaci6n en ese momento: la urbanizaci6n es tratada tangan­
cialmente como parte de otras prlÍocupaciones ""'''''0'''''''.
El texto de Del Campo es, de algún modo, también una ratificaci6n de posiciones
que, si bien se diferencian del anterior por su concepci6n, han tanido resultados par­
cialmente precarios. No se puada negar al intento de estructurar conceptualmente a
la urbanizaci6n como objeto aut6nomo de análisis, aunque desgraciadamenta eso
nunca se pudo concretar porqua la investigaci6n que nos anuncia su autor no se
concluy6. Su construcci6n conceptual se arma a través de un sello común de varias
e~presionas: la' dependencia. La urbanizaci6n en América Latina as dependiente.
por lo tanto en al Ecuador seguirá .también estas mismas ~elaciones estructurales,
con la difarencia de que el proceso más reciente tiene relaci6n con el desarrollo in­
dustrial.

La tercera secci6n tiene un 'criterio de selecci6n de trabajos diferente a losentarlo­


res pues no está armada según el enfoque tBÓrico metodológico qua prima eo cada
uno de los estudios. sino más bien en funci6n del interás que muestren por el aná­
lisis hist6rico. Este capítulo Se enmarca en la importancia que le asignamos a la re­
cuperaci6n de la noci6n de proCelO en la interpretaci6n de la urbanizaci6n, con lo
cuel pretendemos remarcar el carácter hist6rico qua tal conceptualizaci6n envuelw
y, sobre todo, que se trata da un concepto que es C8P81 de revelar algunos da los
cambios profundos por los que atraviesa la sociadad capitalista.

La organización y selección del material se ancamina hacia la necesidad de romper


el manejo evolucionista clásico de la historia'de la urbanizaci6n, según el cual cada
una de les etapas del procesO global Se va desarrollando sin rupturas y por desdobla­
miento o continuos; muy a la manera ,da una sucesi6n da fases diferenciadas una de
otra e~c1usivamente por su nivel de desarrollo (sIlgún criterio cuantitativo), con lo
cual al origen de la urbanizaci6n quada supaditado al origen de las ciudadas y estas a

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_ dllJ pro_ d. "."",., '" _ _ • ..,.,.,"dQ,d¡""o, 1968). La deflnlclon..
contenldat en 1.. n_s 4. ,7, YB hin .Ido tornod8l de UnI""I, 19761.

18
CAlnUON

la concentración de un número de poblaci6n se/lalado arbitrariamente. Es decir, une


"determÍ1lllció" ¡"determinada".

En este capítulo los textos se organizan-partiendo con la presenteci6n global de la '


histol'ia de la urbanizaci6n nacional, realizado por Cerri6n. Posteriormente se presen·
ta el estudio de un período clave para entander la urbanizaci6n nacional, que aberca
més o menos dos siglos y al cual desde nuestra perspectiva anal ítica, consideramoll,
el punto de partida p¡Íra la defjnici6n y comprensi6n del origen del Proceso de Urbe­
nizaci6nen el Ecuador. Este gran período es analizado por tres Investigadores, cada
uno de los cuales pone mayor énfasis 8n una de les siguientes variables: la organi~
ción ferritorial (Deler!. en el pepel de la funci6n comercial (Bromley) y el- rol del
Estado yel poder (Ayala). Se debe remarcar la diferencia existente en estos taxtos.
en términos de que en los tres primeros (Carri6n, Deler y Bromley). la urbanizaci6n
empieza a ser analizada aut6nomamente, mientras que el último (Ayala) se nos'pre­
sente como "TI/ll'ÚJb/e depe,,¿ie7lte".

Sobre lit base de una periodización hist6rica general; el trabajo de Cerrl6n intanta
una delimltaci6n del campo de anélisis en términos conceptuales e históricos. En­
tiende por prOalSO de urbanizaci6n al fenómeno caPitalistB de distribución territo­
rial de la poblaci6n (como relaci6n y no como atributo) y de organizaci6n territo·
rial (como artlculaci6n y superposici6n de distintos érrlÍ)itos de relaciones sociales
específicas), intimaniente integrados y daducidos de sus determinaciones principa­
les: las transformaciones en· las relaciones de producci6n en los sectores egricola e
industrial, en las relaciones de intercambio, distribuci6n y consumo, en la estructu- .
ra de clases, en las relacionas campo-ciudad, etc.

El estudio realizado por Bromley sobre el período 1750-1920 es sumamente impor­


tante por los aportes que realiza tanto en el conOcimiento de la problemética url»­
ncHegional en una zona especifica definida COmo la Sierra. Central del Ecuador, ca­
mo de aspectos metodológicos PÍlra aproximarse a dicha realidad. Conviene remar·
car su enfoque en cuanto, por-ejemplo, el papel asignado a la función comercral
coníO eje explicativo conductor del anéllsis; lo cual no es casual dado que su punto
de partida metodológico proviene de la conllideraci6r¡ de que ningún oantro urbano
se constituye per se en una adecuada unidad de análisis. La funci6n comercial se
e'
convierte, por caréctar de la urbanización en la región y en ese momento histó­
rico concreto, en una de les determinaciones principales.

Inmediatamente viene un éstudio realizado por Deler para el período eac&Otero.

19

-~ .
-' .. < ;-:,.
ESTUDIO INTRODUCTORIO

Con este estudio, que es parte de una investigaci6n más amplia(9), pone en eviden·
cia la existencia de lo que él denomina \a integraci6n del núcleo central del espacio
nacional como parte de explicaciones más genll"llles provenientes de la lógica del
marcado interno nacional, del desarrollo tecnológico en la transportaci6n y de la di·
némica regional. Sin duda su investigaci6n es el intento més importante,porinter­
pretIIr la urbanizacci6n nacional como campo aut6nomo de análisis. En cambio el
trabajo de Ayala, que versa sobre los ailos 1830-1860 , nos presenta una visi6n re­
glonalde la política y del Estado que surge de una base social consistente, para la
época, en el tipo de propiedad de la tierra: la hacienda serrana y el latifundio cos­
tailo. Con este capítulo de su trabajo Luch" pol/tie" y orign d.loI partidol ."
BClllldor se pone en evidencia el valor que tienen el Estado y el poder en el análisis
de la urbanizaci6n, aunque, justo es decirlo, su punto de partida analítico es enten·
der el Estado y no la urbanizaci6n.

Hemos incorporado una sección especial tandiente a mostrar la visi6n del Estado
respecto a la urbanizaci6n nacional; para ello seleccionamos dos planes y una estra­
tegia naciOnales. El interés por incorporar esta sección proviene de la necesidad de
conocer, por un lado, ciertos vínculos que puedan madiar entre las distintas pro­
PUest8s estatales con la investigaci6n académica y, por otro lado, la evoluci6n que
han tenido tanto la conceptualizaci6n como la importancia asignada a la problemé­
tica a nivel de las propuestas.

Una primera aproximación surgida a partir de la comparaci6n con el nivel en que se


encuentra la inllllstigaci6n sobre el tema nos lleva a concluir que existe una débil re­
laci6n entre ellas, al punto que da la impresi6n, al-menos en un primer momento, de
que los desarrollos teóricos alcanzados por las ciencias sociales no tendrían utilidad
práctica. O lo que es lo mismo, la investigaci6n académica ha tenido una incidencia
marginal en la' formulaci6n de políticas. Es notorio. verbi gratia, que recién en el
"PI"" N"cio""fde DellIf'1'ollo 1980-84", en su programa de desarrollo urbano, ape­
rezca el manejo del ",,,,,1<
lise correÚltio,," para la definici6n de rangos de ciudades,
que ya desde el período intarcensal de 1950-62 había formulado Liliana de Riz.

En otro orden de coses, la evoluci6n de las propuestas estatales nos revela una ca­
da vez mayor presencia de las variables territoriales en ,\a formulaci6n de los planes,

191 No. ~Ol a' "'/0 G..._


limo ."B,., Nalitnllll, fInit,
~
.""tJNI« 19"""'""'" &mI""
d,,"IFBA, 1981.
/# ","",,,,,. lit lo ror­

20
CAIIRlON

lo cual en ningún caso debe llevarnos a la conclusión ae que 118 haya Iogllldo eátruo­
tullir una polltica de urbanización a nivel nacional. Sin embargo caba sel\alarsa
que ha habido un desarrollo sustancial en la importancia asignada: del predominio
, absoluto de las técnicas de proglllmación global y planificación sectorial que se ob,
1IlIIVlI, por ejemplo, en el "p"", Generlll d" D""rrollo /1co"ómieo :Y Social 1964­
73", se llaga al reconocimiento de la problemática urbano-regional en el "Pltm NII­
ci_1 d,.D,sarroUo 1980084" a través de, los múltiples niveles en que se expresa el
Plan: principios, objetivos, lineamientos, pollticas y proglllmas.

En esta l18CCÍón 118 incluyen tres textos y se los plllS8nta bajo un orden cronológico.
Se empiaza asl, ,con el "PIa" 1""1'111 d, Trtm.!ormllCió,,:y D"lIrrollo (1973-77)"
porque, a pesar de tener una fUerte incidencia de los esquemas de planificación sec­
torial y global, plantea por primera vez la necesidad de establ8C8f expllcltamelJte
una estrategia de desarrollo regional. Luego 118 presenta el "PIII" Nllcio,,1I1 d, D'III­
rrollo 1980-84" Y finalmente se cierra esta sección con "Li"'lImi4"tOl d, ""11 ,~
trIIugia ptml ,1 d",,"ollo". Con eStos tres documentos 118 puede llegar a la conclu­
si,Ón.de que, si bien se nota un avjlnca significativo en el tllltamiento de la urbaniz.
'cllln nacional por parte de los textos oficiales del Estado, no es menos cierto que su
,evoluci6n a~ente no ha sido lineal y, peor aún, significa la existencia de una po­
IItica de urbanización.

, La antolog(a 118 redondea con una sección bibliográfica que esperamos SiM para "
, complementar y llenar vacíos. segulllmente dejados por el conjunto de los, trabajos
antologados. Intantamos ampliar la CObartulll de Jos textos y tembién prasantar lTIIt­
yores elementos de juicio palll comprender la temática. Ello tiene mucho que ver
con al interés de qua el lector pueda profuridizar en la I(neageneral de la antolog(8
O, Incluso, alejerse de la concepclón'general impuesta por el compiledor. En la bl:
bliografla se encuentran textos sobre el proceso de urbanización propiamente, ase
a
como respecto aspectos colaterales de base y sustentación que puedan permitir
captar las determinacIones de la urbanización nacional a través de sus procesos més
generalas.

Convi_, pensando hacia el futuro de la investigación, intentar una reflexión sobra


l. tendencias generales que se avizoran en los estudios sobre la urbanización nacio­
nal. En esa sentido, una de les principales conclusiones a las que se puede arribar, y
que ya de algún modo he sido sel\eleda, esté referida al proceso de constitución del
cempo autónomo de anélisis; lo cual evidantemente tiene que ver con su proceso de
definición y constitución ta6rico-metodológico. Las nuevas tendencies de la inves-

Zl

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" .. ' .".. , .. ~:.


IlSTUDlO lNTllODUC7'ORlO

tlgaci6n SIl ubican en este rontexto general.

La tnldiclonalasocieci6n urbanizeción/demografla·SIl ha mostrado insuficiente por


el lado que SIl lo analice, siendo al momento ampliamente superada por enfoques
que tlnen a lnrorporar otrasvariables el análisis; con lo cual no sólo que SIl ha des-'
plazado a la demografla romo el eje explicativo fundamental, paSllndo por tanto a
un plano de 8Ubordinllcl6n -rasgo- sino que también se asiste a una redefinici6n
global de las distintas articulaciones que tienen romo mira la construcción del cam·
po anal (tiro. Es por ello que empezamos a percibir nuevas aproximaciones que tien­
den a romper las generalizaciones extrel'n8s que hacían aparecer al país, por eJem­
plo, romo si fuera territorielmente homogéneo. Entre estas nuevas aproximaciones
vale la pena mencionar el valor que se está dando al análisis de períodos elevas por
sobre el estudio del cOnjunto del prooeso histórico de la urbanizacl6n, y también, a
Il1Y8Stigaclones de zonas que pueden aportar elementos importantes para la explica­
cl6n de hipótesis sobre la globalidad del territorio nacional. Pero, así oomo se pro­
duce este proceso de búsqueda de lo "co"Cf'eto", también se perciba un movimien­
to paralelo de ir más alié de "/0 urba..o, de "la ciudad" para explicar pracisamente
"la "",a..Uió..... Allí se 'inscriben, por ejemplo, Incursiones que tienden a buscar
explicaciones en las relaciones interurbanas, en las relaciones campo-ciudad, en las
releclones intersectoriales (v. gr. agricultura/industria) y también, en las que rom­
binan reflexiones teóricas con resultados empíricos, tratando de tener una visión del
ronJunto que rompa con la visi6n unilateral y perclal a la que estábamos aoostum­
brados.

Finalmente, es n8C8Sllrio que se expliciten, respecto del material que se presenta en


la antolog(a, algunas aclaraciones que pueden sintetizarse en los siguientes aspectos:

1. Todos los textos esoogidos han sido previamente publicados, tal romo se des­
criba al pie de sus primeras páginas.

2. Algunos textos son fragmentos de trabajos más extensos, en cuyo ceso, de


Igual manera, al.pie de péglna se deja ronsignada su procedencia original.

3. Ciertos textos fueron modificados formalmente ron el objeto de permitir el


Incremento de material. Estos cambios se refieren, por ejemplo, a la manera
de presentar .Ias citas bibliográficas y las notes a pie de página.

4. Se introdujeron bibliografías parciales d_rrolladas a partir de los libros cit&­

II
••

CAlUUON

dos a lo largo del trabejo, con él fin de ampliar la cobertura de referancia.

Sin duda alguna, no se puede dejar pa8lIr por alto el imperecedero agradecimiento
que se debe a cada uno de los autores antolegados por posibilitar la reallzacl6n de
esta obra que, a no dudarlo, seré de gran beneficio para especialiBt88 V estUdiantes
universitarios. Muchas gracias a todos ellos" por permitir desinteresad.mente culmi·
nar lo que Ud., amable lector, tiene en sus manos. De igual manera, se debe relle­
var el trabejo tesonero realizedo por Anita Garere en la prepareci6n V cuidado de 18
edici6n de la antologra. Sin su aporte, dlflcllmente podr!a ver la luz este wlumen
Inlcíal de la Colección Proceso de {Jrbenizeci6n en el Ecuador, editado en el Centro
de 1t'lV88tlgaclones CIUDAD.

Fernando Cerri6n
Quito. Noviembre 1985

',- ....
:

EL PROCESO
DE URBANIZACION
EN EL ECUADOR
1950-1962*

LililJl'III de Riz

INTRODUcaON

Este trabajo forma parte de una lIérIe de estudios monográflcos que IntegnlO un
proyecto de InvestlllllClón comparativa del proceso de urbanlzacl6n en América
l.8tlna.

Su objetivo es el andllsls de los cambios en la ertructura ecooomlC8 y ecolótllC8-de­


rnogréflca de uno de 101 pe1181 del 1M seleccionada: el Ecuador. tarea que. constl·
tuye la primera etapa del proyecto da Investlgacl6n.

P8ra ello. 'hemos reunido la Informacl6n dlJ segunda mano disponible con mira a
constituir un marco de referencia a partir del cual Iniciar el .udlo de olrái dlmen·
slones del proceso de urbanización.

• trajo cllwlplo por l. DIvIoI6n da AIoi..- 8ocI.18I da CEPAL. 0u11lll. m_ _ 1l1l1l1.


AA texto o<lglll8l ie lo .modificó percle"n.nte da l.........te form., l. m_re da e1terl. b1b1lo-'
p I•• le ellmlnllclón da e _ . CUedrOl V l. ellCluol611 da , . 1HCIcl....: ''UrtlMlucl6n da la
oc:onornle'~. "Leo lendonc:.... da ..... 11I0 en 1.,"'leclo.... econ6m_ u.-....u.....• V "Le In­
c1uotrJan_l6n ..nltutivl v le _.16;' da l . relecl_ da ~nclancle". .

J" .".- .-.'


BL PROCBSO DB URBANIZACION BN BCUADOR

La hipótesis más general que gu (e este trabajo es que" proeno tÚ UrbtloJ/uei6D


eormn. ", '" .:ttP".U", :Y modiJkIlCÜm tÚ '" n""e",1'iI ntÚ_" :Y titm. $U ntprr­
,;6D ", udiI U"" tÚ 1M dím",,;oan tÚ n",dio tÚ '" .ocis/Úd: econ6mlca, social,
ecológlco-demognlflca, cultural, poi Itlca y pslcosoclal.

El proceso de urbanlzacl6n -así conceptuallzado- aparece como un proceso multl­


dimensional sin que ello niegue que todas y cada una de sus manifestaciones consti­
tuyan, a la vez, una dimensl6n del proceso más general de cambio de las sociedades
latinoamericanas. .

No partimos de la conceptuallzacl6n " priori de lo "u,bano" y de lo """al" sino


que nos proponemos sei'\alar cuáles son las caracterfstlcas, las tendencias y los facto·
res que alimentan un proceso cuyo Indicador inmediato es el aeclmiento urbano
relativo y por lo tanto, la dimensl6n ecológlca·demográflca.

En la literatura sobre el tema, el proceso de urbanlzacl6n al nivel ecológlco-demo­


gráfico aparece asociado a otras dimensiones de la estructure social; cif, a la dimen·
sl6n econ6mlca, especlflcamente Incluido en ésta al estudio de lalndustrlallzacl6n;
a la dlmensl6n soclCH:ultural y a la pslcosoclal, en la mayor(a de los estudios subsu­
midos en la nocl6n, vaga por cierto, de "modmlÍZiJcióD".(1)

L.o que resulta claro en el examen de los trabajos sobre el tema, es que no se expll·
cita cuál es la natureleza de la relacl6n existente entre el proceso de urbanizaci6n
tal como ocurre al nivel ecológlco-demogréflco y los cambios ocurridos en otras
dimensiones de la estructure social.

Es nuestra hlp6tesls que 106 _bi.", '" n_"'1'iI tÚ '" "OD_"':Y


/iuM",,., '" ~ D :Y modiJkiJdliJl tÚ 106 ••eto.... "oD6mit:o. tÚ IUÍftlto u",..
DO, ¡.."", UD rol thtnm¡""',. coa rnpiIeto " lo. e_hio. " DiHI "oI6git:tHl_o­
".. "P"I­

/lfdJko; sin que ello Implique negar la gran Interdependencia entre ambas dlmenslo·
nes y por lo tanto, la relativa autonomía del proceso al nivel ecológico-demográfico.
El hecho de que el Cf8Clmlento urbano demográfico sobrepasa en los países del área
al aeclmlento de la Industrlallzacl6n entendida como prO<;8SO tecnológico-produc­

clltlngulr _ p _ de ... ca_enct. 1OC!eI., Cfr. 8Iam.., H,,"rt. 'lh""""


111 P. . u.. crltlCII el lito de los "rmlneo "urbllnllecl6ri e IndUotrlell_l6n" y le _ded de

"",.".""., .." ".""""",.. -rbodo""" ~. Boln/m • Cftlro ütI­


o,
• .......n-o.Pat¡wlIu-C..... S<NIIJIo. Ano 2, No. 2:17'34.

.26
lJBIUZ

tlvo con la conslgulenta capacidad de gen_ empleo e IngI'I!IOS. ha 'Iievado a la


conclusl6n de que exllltll poca o ninguna asoclacl6n entre ambos aspectos del proce­
so. La relativa Independencia que muestran los cambios en talas dimensiones no
deba hacer olvidar que el crecimiento urbano y el cnclmlento de la econornla de
asiento urbano, especlflcamente Industrial, están estrechamente.vlnculados, como
Intentaremos demostrar en el anéllsls posterior para el Ecuador, pals en que la In­
dustrlallzacl6n as reclel1te.

Por otra parte, el estudio de los cambios al nivel urbano de la sociedad, sea en la
dlmensl6n econ6mlca,\ ecológlco-demogréflca, polltlca, soclo-culturel o pslco­
social; no puede ser alsledo del cambio en las relaciones urbano-rureles aslcomo en
la estructura rural misma, en todas y cualesqulm:a de 8S8S dimensiones.

A la vez. todo Intento de I1ISPOnder a la pregunta deles condiciones en que el pro­


ceso de urbanización ocurre en un pals dado. significa Incluir en er aÑlIsls el e_
men de loa modos en que éste-.articula en el sistema de Interdependencia mundial,
corno pals dependiente.

Por lo tanto. el estudio del proceso de urbanlzacl6n, Implica abordar el estudio de la


estruc~re de las sociedades dependientes, en tanto las relaciones de dependencia
con la metrópoli dominante condicionan los camblps al nivel de la estructure
econ6 lca Y. mediatizados por ésta, los cambios en' las otres dlmenslOr\as de la
. estruct~re s o c i a l . ' .

Para una aclaracl6n del marco teórico que gil la el trabajo nos remitimos a otros tre­
bajos anterlores(21.

La Informacl6n de segunda mano de que' dispusimos. no sólo es ~ y a veces


In.congruente y de dificil acceso, sino que no siempre se adecúa a los propósitos
teóricos del trebajo. Por ello. InsistimoS que si bien para muches de nuestras hipó­
tesis carecemos de la Informacl6n emp Irlca rel8llllnte, el propósito es sellalar un
modo de análisis y una problemática a la luz de la cual pueda ser J'ecabada _
Informacl6n; que Investigaciones de primera mano deban precisar.

121 An","' Q.oI"'o O•• Bl ~ ............... ,..,., CEPAL, dlUD. Julio.

1988. ~. :1 ,...".. ,. ...,., .. ,. ,..¡,,¡¡,¿ ".........

CEPAL.. dltllO.lMYo .,887 y,.. ............ "',.,..¡,,¡¡,¿.. ,.. _ •• CI!PAL.

dhlo. . . . . 1887.

27

. -'.~: .
EL PROCESO DE VRBANnACION EN ECVADOR

Por otra parte, dado que Ecuador es de los países seleccionados -Perú y Braslt­
el país de menor grado de desarrollo, no parece casual que haya sido el pars que
m6s defectuosa estad ratlca presenta.

- l. LA URBANIZACON I!COLOGICA.-DEMOGRAFlCA.

En esta seccl6n del trabajo nos proponemos, sobre la base del material de segunda
mano disponible, caracterizar las tendancias específIcas de los cambios ecológIco­
demogr6ficos en el Ecuador. .

El an61111s se centra en el estudio del a'eclmiento urbano relativo en épocas recien­


tes, pera las que contemos con la Informacl6n censal medida a través del aumento
de la poblacl6n urbana con relaci6n a la poblacl6n total del pa js; el aumento tento
del número de localidades urbanas como del tamai'\o de las existentes y la conflgura­
clón de un pertn de la red urbana, I.e., la distrlbucl6n espacial --específicamente
reglonal- de los principales centros ur'banos y sus zonas de Influencia.

Ea nuestra hlp6tesis que el proceso de urbanización en los pa íses de América latina


y 1lIP9Crflcamente en Ecuador -tema de este Informe- consiste en la expansl6n
de 'es
localidades urbanas asr como en la modiflcacl6n del tipo de sociedad urbana
que 19 establece principalmente en las ciudades, en Jos diversos niveles de an611sls
de IU estructura: econ6mico, social, polftlco, cultural, pslcosoclal.

La expansl6n y modlflcacl6n de lo urbano ya existente desde el período pre-colo­


nlal, Implica la modlflcacl6n de las relaciones urbano-rurales asr como la transfor·
maclón tento del saetor rural como del saetor urbano de la sociedad.

Al constituirse progresivamente un sistema urbano, esto es, una red de comunica·


clón e Interdependencia entre los centros urbanos, el aislamiento relatIvo entre
campo y ciudad se reduce sir como el aIslamiento relatlv!> entre las zonas rurales
mismas.

Por 10 tanto, a dlferencl. de los que sostienen la hlp6tesls del dualismo estructural,
lo qua Interesa dastacar es que tras la aparente dualidad de lo urbano y lo rural,
existe una Pauta unitaria de desarrollo. Al nivel del an611sls ecológlco-demogréflco;
la expansl6n y cambio de lo urbano 19 corresponde con el proceso de reduccl6n
y cambio de lo rural. El estudio de los procesos de cambio al nivel urbano -cual·
quiera _ la dlmensl6'1 del anéllsls- Implica considerar factores 'cuyo asiento 19

. :lB
DBIUZ

encuentra en la sociedad rural al como a la Invena, el estudio de cambios erd•


.... rurales requiere tomer en conslderaci6n factores cuyo asiento se encuentra
en los centros urbanos. La alterecl6n de las releclones urbano-rurales es slmulU!­
nea de la modlflcacl6n de los polos mismos de ese relecl6n: campo y ciudad. La
progresiva dlsminucl6n del aislamiento entre ambos esUI Impllclta en la idea de
"ruNlis/KÍÓ,," de ciertos aspectos de la ciudad -en los trabajos de WlJllam P. Man­
g1n por ejemplo-.

AsI, la urbanlzacl6n de la estructura ecol6glco-demogréfica deJa sociedad Involu­


cra un conjunto de fen6menos complejO. que en este trabajo, dadas las limitaciones
del material con que contamos, serén eleamlnados, Parcialmente. Se tratarén los
datos referidos al crecimiento urbano relativo tal c;o¡no fuera (leflnldo y las releclo­
neS entre
esta dlmansl6n y l. demás dimensiones del proceso ganarál de urbaniza.
cl6n 'eCOlógico-demográfica. sólo se abordarán de manera .Indirecta. No se analizan
caracterlstlcas, de las pobleclones urbanas-rurales tales como natalidad, mortalidad,
.fecundldad, composlcl6n por edades, o patrones de asentamiento rural y urbanos.

1.1 El a-ceimiemo demop'áfico IDW

En el censo de 1950, la poblecl6n total del pals registrada era de 3'203.000 habl·
tantes; an 1962, la cifra alcanza los 4'581.000 habitantes. El porcentaje I!nual de
crecimIento de lapobleción total en el perIodo Intercensal es de 3.0.

La tasa de crecimiento de la Poblecl6n para el conjunto de los pa lses de la regl6n


durante la década 1950-1960 se estima en un 2.7 010 (Durand, Peláez, 1965) y
elCCede l. t8S8S de crecimiento estimad. para l. restantes reglones del mundo. El
Ecuador se encuentra pues ligeramente sobre el promedio para la regl6n.

Hecla 1965, la poblecl6n del Ecuador se estima en 5'130.300 habitantes, cifra que
Indica la aceleraciÓn 'del Incremento de la poblecl6n totai del pals,. (Informatlon
Servlca Populatlon Referance Bureau l.
El acelerado crecimiento demográfico de los paIses de América latina, especllllmen·
te en fas zonas rurales, ha sido privilegiado como factor elepl/eatlvo en el e)(llmen del
proceso de urbanlzecl6n, a través de SU conelel6n con las mlgraclooes rurales-urba·
nllS y el subsecuente aumento de la poblecl6n en los centros ur:banos.

Lo que se Intentará mostrar al anal/zar m. adelante el proceso de urbanlzacl6n


de la estructura econ6mlca, es precisamente que las e1evedas tasas de crecimiento

29

. /' ". } .
EL PROCESO DE URBANIZACION EN ECUADOR

demográfico total no son la causa fundamantal an el proceso aunqua Intensifiquen


y agravan las consecuencias del mismo, sino qua en la transformación de la socie­
dad rural asociada a las tendencias de la urbanización (fa la aconom ía es donde resi­
den los factores astratéglcos en la explicación. del proceso da urbanización. En
otros términos, los condicionantes básicos de las migraciones Internas en el pals
residen en la formación de los sectores urbanos de la aconom la -recientemente
en el sistema industrial- y en las transformaciones de su centro dinámico.

Lo que el análisis de los datos muestra, como se verá a lo largo de este trabajo, es
la asociación estrecha entre el crecimiento de la economía urbana y el crecimiento
de la población urbana en los últimos 12 a/los que cubre el perlado Intarcansal en
Ecuador.

1,2 El crecimiento úrballO • partir de 19'0

1,2.1 Poblac:ión urbana y poblaclón tocaI

En los censos de 1950 y 1962 se considera "",btm"" a la población según criterios


de carácter I'olltico administrativo, a saber: la pOblación que reside en las cabeceras
provinciales y cantonales de la República; el área periférica (censo de 1950) o IU­
burbana (censo de 1962) se consideró rural en ambos.

Los resultados del canso de 1950 indican que el 28.5 010 de la población total del
pals estaba radicada en zonas urbanas así definidas, mientras que en el ceneo de
1962, la cifra se el.9V8 a 35.3 010 de la Población total del pall. Sisa adopta el
criterio de 2.000 y más habitantes pera oonsiderar ""rbtmÍls" a les localidades,
las cifras se alteran algo; así para 1950 el porcentaje de población urbana oon res­
pacto a la población total es de 27.9 (la cifra se reduce dado que quedan'excluldas
localidades que sI bien satisfacen el requisito polltlco administrativo de la defini­
ción, son menores de 2.000 habitantes), y en 1962 es de 37.3 010 (aqulla cifra
aumenta por le razón Inversa a la anterior, esto es, se consideran urbanas locallde­
des de más de 2.000 habitantes aunque no satisfacen el criterio polltlco adminis­
trativo fijado en los censos).

la tase anual promedio de craclmlento da la población urbana, según el criterio


censal de definición, es de 4,6Qb. SI sa adopta el criterio de 20.000 y más habI­
tantes para calificar como ""rbll1l"s" a las localidades, criterio qua ofrece le \WltIie
de permitir la comparabllldad con otros paIses dada la variedad de definiciones can-

JO
DBlllZ

88Ies y, teniendo en cuenta que con este alterlo se omiten localidades menores que
pr8l8ntan características "",ha""," cuando se"as considera desde el punto de viste
económico Q sociológico, se observe que la tese anual de Incremento Intercensal de
IIr población urbana es de 6.6 ola, el Polo más alto del rango tlplco de verlaclón ,
- (entre 4.5 010 y 6.6 010) de los palMII de le zona. Además de la discrepancia en
le definición de localidades urbanas' utilizada en el célculo de las dos tases citadas,
es de notar que difieren en la metodologla siendo la primera una talellneel de a8­
cimiento y la segunde una tese geométrica; mlentresla prlmere tiendes subestlmer,
la segunde exagere 'as dIferencIas.

En efecto, la pQb!aclón de núcleos de más de 29.OQQ habltantesp... a representar


de 17~8 0/0 en 1950 a 26.9 0/0 en Hí62 (cfr. Cuadro No. 4) Ycomo wremos al
analizar el aeclmlento en el tamal'lo y. número de las lOcalidades es precisamente
. la categorla dll cantros comprendidos entre 20.000 y 100.000 habitantes la que
crece m" significativamente en el' perIodo Intercensal eonlllderedo.

El aaelmlento urbano en Ecuador. se ha Ido produciendo a una tese superior al


aaelmlento de la población total del pals IIIgulendo la tendencia generel para los
paIses de la reglón (Durand y Pelllez, 1965, Tabla 4 ).­

SI se adopta el alterlo censal PIII1I conC8lltuallzer 11 los núcleos rurales. la t8B8 de


Incremento Intarcensal de los mismos es del orden de :1.03 0/0, Inferior a 'a tese
de Incremento de la población urbana .(4.6 010) y aún de la población totel del
pals (3.0 0/0). El Incremento Intercansal de los é:entros menores de 500 habitantes
. se ve contrapesado por el Incremento relativamente menor de los centr~ Interiores
a los 20.000 habitantes, como veremos más adelante.

1.3 Gndo de um.nNrióll

Este Indicador demogréflco denota la fracción de la población que habita en loca-'


'Ildedes urbanas, generalmente definidas a pertlr del alterlo de 20.000 y m" habl·
tantes. El Ecuador, caerla en el grado bajo-:médlo de urbanización Iisl 'medido,
- categoría asignada a los palMII que tienen entra el 2Q 0/0 y el 29 0/0 de su pobl. "

clón habitando en Ciudades de mM de 20.000 habitantes, ya que el Ecuador tiene


el :16., % de la población en este categoría.

31.

". :
BL rROCBSO DE UABANIZACION EN ECUADOR

En la Tabla 4 de Ourand y Peléez (1966).18 p..-rt8n las 18B de urbllnlzac16n por


per. en fa 2OAI. dIdIa t.- mldltleríp/dliz con_que cx:urre el cambio en la dlstrlbu·
clón urbanO-rural da la población de un pals y depende de las t8S8S relativas de
crecimiento de la población en los sectores rural y urbllnol31. Como para Ecuador .
sólo contamos con dos -censos, no podemos hacer
comparaciones con periodos
anterlorei como es el ceso de otros paises del éreB, no obstante la t8S8 de urbaniza.
clón per8 E:cuador es dÍl 3.5 sólo superada en el periodo 1950-60 por RapClbllca
Dominicana 15.31, Honduras (5.0) y Venezuela 13.9). En el resto de los paises
que presentan c1frasper8 BIB perlado la t8S8 es menor, oscilando entre 0.3 %
en Puerto Rico y 3.4 % en PerCl, aunque en aste Clltlmo debe tenerse en cuenta
que el periodo Intercensal es mayor (1940·1962).

En el periodo Intercensal 1950-62. las localidades urbanes de todos los niveles


tienden a aumenter de nClmero y, al mismo tiempo, en el tamaf'lo de su población.
CUADRO No. 1

NUMERO DE LOCALIDADES URBANAS (2.000 Y MAS HABITANTIlS),

CLASIFICADAS SEGUN DIFERENTES TAMAA'OS. 1950~2

Tamaño de 101 CentrOI 1950 1962­


Urbanol No, de Loc:.lidadeo No. de loc:.lidadeo

TOTAL 104 109


100.000 y más habitantes 2 2
50.000 - 99.999 .. 2
20.000 - 49.999 .. 3 8
10.000 ­ 19.999 .. 8 9
5.000 ­ 9.999 .. 17 22
2:000 ­ 4.999 .. 74 66

PV1lNTI!. Iokcla "" JaI_ecI6a ~. _lmoIOI cIefIaIt:hOI cid ea- NodoaoI "" PobIa­
d6n "" 1950, DlrcccI6D GcaenI "" l!ItIIdúdal Y ~ QWto, lIcuIldar, 1":1,
VolámeMa~
ea- N " - "" Polüd6ll, 1950.

Sopado ea- "" Pobbld6a y Primero "" v ...... Tomo 1, llltl:l.

131 q,.

31
..

DBIUZ

El _meo del Cuedro 1 Ind~ el IlICnII118I1to -eunque deIIgueI- pera los dIferen­
tes tamanos de localidades del número de les mlsmes en el perlado considerado,
excepcl6n hecha de les dos únlces ciudades da més da 100.000 habitantes.

Les ciudades con JO.OOO y lfIb b.,..,.. pesen de ti a 12 (si se Incluye la ciudad
de Quevedo que contabe con aproximadamente 20.000 habitantes a la facha del
segundo censo y que no 8IÚ Incluida en jos datos de ... ano, el número pera '1962
es de 13 ciudades an 818 categorial; y de un total de 570.023 habitantes en 1960
a 1'230.006 habitantes (excluyendo la ciudad de Quevedol en el periodo Intercen­
. 181 conildBnldo. Le t8I8 geométrica da Creclmlanto da los centros en 8It8 cetegorla
es como 18 seI'IalBnl de 6.6 010.

Por otra perte, los centros con una poblacl6n ""mor 11 los JO.OOO b.,..,.., pesen
de 99.en .1950 a 97 en 1962: Los que 18 reduCen tanto en el número de iocalldades
cuento en su poblacl6n, son los centros comprendldosantre 2.000 y 4.999 habitan­
tes, qUe pesen de 74 localidades én 1950 con una poblacl6n de 216.448 habitantes,
a 66 localidades con una poblacl6n de 191.098 habitantes en 1962, mientras que
los que presentan el' aumento més significativo tanto en el número de localidades
CU8Ilto en su poblacl6n son los centrOS comprendidos en el Int8Mllo de 5.000 a
9.9Íl9 habitantes con una poblacl6n de 114.045 habitantes en 1960 y de. 151.694
habitantes en 1962. Los centros de 10.000 a 20.000 habitantes aumenten pero sólo
en uní localidad en el periodo Intercensal y al aumento de poblacl6n es menos mil'­
cado. ­

El Incremento més significativo an el número de localidades urbenes se da en el


'Intervalo entre 20.000 y 100.000 habitantes como puade VWI8 en allcuedro .1,
qua pesen de 3 a 10 localidades. Les restantes categorles de centros urbanós ...
excepcl6n de los superiores a 100;000 habltantes- como es al ceso da los dos úni­
cos centros, Quito, la Capital y Guayaquil. tanto en 1950 como en 1962 aumentan
en al periodo Intercensel pero relatlvam8flte menos que los centros urbanos entre
20 y 100.000 habltan.tes.

1.4.1lM!oceUcl·desm_dc2.ooo~

En el censo da 1950 el número total de localidades fue da 11.104 (se considere


como localidad a todo lugar habitado que pueda Identlflcerse por su nombre y
ublCl!cl6n geográfica dantro de la clrcunscrlpcl6n territorial de una parroquia. Puedé
estar constituida por una cludad, pUablo, aldea, ceserlo. hacienda, atc.l. Les localJ­

33
EL PROCESO DE URBANIZACION EN ECUADOR

dades menores de 2.000 habitantes eran 11 .OUO en esa fecha; de las cuales 10,011
eran localidades menores de $00 b.bíta"ter. dato que Indica que la población se
hallaba dispersa en pequeños núcleos situados en áreas rurales, 741 localidades
tenían una población entre 500 y 999 habitantes y 237 localidades, una población
entre 1.000 y 1.999 habitantes.

En el censo de. 1962, el número total de localidades era 2Ó.812·de las cuales, 20.703
eran localidades que contaban con menos de 2.000 habitantes. El cambio más signi­
ficativo en el número de localidades se registra precisamente en las localidades
menores de 5UO habitantes ya que en 1962 se encuentran 19,718 localidades de
ese tamaño, por lo tal1to, c8si el doble que en 1950, 81510calldades con una pobla­
ción entre 500 y 999 habitantes y 170 localidades, con una población entre 1.000
y. 1.999 habitantes; esta última categoría sufre una fuerte reducción con respecto
al censo de 1950, de casi la mitad de las registradas en ese tamaño. Este Incremento
de las localidades menores de 500 habitantas debe estar sobrestimado debido a
variaciones censales en la definición de población ya que la proporción de población
en los mismos se mantiene relativamente constante en el período 1950-1962; la
aparición de nuevas áreas agrícolas en el período intercensal con la apertura de
nuevas v(as de comunIcación han contribuido sin duda al surgimiento de muchas y
exiguas poblaciones dedicadas a la explotación de \a tierra en pequeña escala. Por
otra parte, se vincula al hecho de la desintegración de latifundios y que menciona­
remos al analizar en el punto 2 los cambios en el sector rural y la adjudicación de
parcelas a pequeños campesinos.

Mientras en el censo de 1950 se registran 978 localidades entre 500 y 2.000 habi­
tantes, en 1962 encontramos 985 localidades en ese Intervalo de tamaño. Esto
Implica, teniendo en cuenta los datos analizados que IlOn los centros menores de
500 habitantes así como los comprendidos entra 20.000 y 100.000 habitantes
los que presentan Incramentos más significativos.

Así, es Importante destacar el hecho de que en 1962 a' 94'.7 010 de las localidades
tanfa una población inferior a 500 habitantes y albergaban al 44.4 010 11'988.688
habitantes) de la población total del país y cerca del 60 010 restante de la pobla­
ción total (2'487.319) se encontraba ubicada en poco más del 5 010 del total de las
localidades existentes a esa fecha. En el cenllO de 1950, el 90.3010 de las localida­
des ten ía una población InferIor a 500 habitantes y albergaban al 42.9 010 de la
población (1'372.881 habitantes), y alrededor del 57 010 restante dé la población
total (1'829.876 habitantes) estaba localizada en alrededor del 10 010 de las loca­

34
DB RIZ

I/dades restantes, existentes en 1950. Estos datos Indican que el grado de concen­
tración de la población aume.nta en el período IntercensaJ.

SI bien desde el punto de vista de la relación poblaclón·urbana, población-rural,


el hecho decisivo es el crecimiento de la población de las ciudades; desde el puntp
da vista de las relaciones urbano-rurales, el aumento de los centros de población
qUI1 no tienen la categorla de "ciudad" como es el caso de la casi duplicación en
el período Intercensal de los centros menores de 500 habitantes, constituye un h&­
Cho de especial signiflcaci6n ya que revela que coetáneamente al proceso de úrbaril­
zación de la econom (a, surgen nuevos y pequeños centros en áreas rurales que Indi­
can los cambios producidos en el sector rural mismo.

1.5 El crecimicnto dc la. difercnlCl cslCl"rw dc ccnl1'O. urbano.


(2.000 y mú habiunlCl)

Como puede verse en el cuadro siguiente el crecimiento de la población en los dife­


rantes tamaños de ciudades fue desigual. '

CUADRO No. 2

PORCENTAJE DE HABITANTES QUE VWEN EN LOCALIDADES URBANAS

(2.000 Y+ bah.) DE DlPERENTES T~OS. 1950-62

Tamailo. dc los 1950 1962


POBLACION POBLACION
Ccnl1'O. Urbano. NOL NOL 0/0 .
0/0
Abooluto. Ab...luto.

TOTAL 1.093.221 100.0 1.708.498 100.0


100.000 y más hab. 468.898 46.3 865.550 50.7
50.000 - 99.999 hab. 113.774 6.6
20.000 - 49.999 hab. 101.125 9.9 250.682 14.7
10.000 ­ 19.999 hab. 112.705 11.1 134.700 7.9
5.000.,.. 9.999 hab. 114.045 11.3 151.694 11.2
2.000 ­ 4.999 hab. 216.448 21.4 191.098 11.2

I'UIlNTl!. lIoIccfa do 1JIf-.cl6a CoaIII (ap. . .)


e.uo do 1HZ. Y_o I (ap. cit.)

35

, .'
BL PROCBSO DB URBANlZACION BN BCUADOR

En el Cuadro 2, son las ciudades mayores de 20.000 habitantes las que crecen en su
panlclpaclón relativa en el total urbano (2.000 y más habltantesl, especialmente
los centrOs con una población entre 20.000 y 100.000 habItantes.

Las localidades menores de 20.000 habitantes niducen su panlclpaclón relativa en


la población urbana, en especial los centros con una población entre 2.000 y 4.999
habitantes, siendo su reducción del orden del 10.2 %. la más alta registrada;
siguiéndole en Imponancla los centros con una población entre 10.000 y 19.999
habitantes con una reducción del 3.2 %

El alto crecimiento de los centros comprendidos entre 20.000 y 100.000 habitantes


se debe por una pane a las altas tasas de crecimiento de las ciudades costei\as com­
prendidas en la categoría 20.000 a 50.000 habitantes como es el caso de Quevedo
y Machala que puede apreciarse en el Cu..dro 5 y a la el<lstencla en 1962 de dos
ciudades serranas -Cuenca y Ambato- en la categoría de 50.000 a 100.000 habi­
tantes. mientras que en el censo anterior no se registraba ninguna ciudad en ese
Intervalo. No obstante, las tasas de crecimiento de esas dos ciudades del 4.7 % Y
4.5 % respectivamente son inferiores a las más altas tesas registradas (cfr. Cua­
dro 5).

Los dos únicos centros con una población de más de 100.000 habitantes -Quito
y Guayaqull- aumentan su panlclpaclón relativa en el total de les localidades
de 2.000 y más habitantes siendo su aumento del 4.4 %, inferior a los dos in­
tervalos superiores a los 20.000 habitantes. Es de notar que mientras en 1950 am­
bas representaban el 82.3 % de la población urbana de 20.000 y más habitantes,
en 1962 pasan a representar el 70.1 % de la población urbana asr definida, pllrdl­
da explicable a panlr del crecimiento mucho más acelerado de los centros Interme­
dios (20.000 a 100.000 habitantes).

El Cuadro siguiente en que se presentan los porcentajes acumulados para los dlstin·
tos tamai\os de 'centros urbanos, corrobora la tendencia encontrada.

36
DBRlZ

CUADROND. J

PORCENTAJE DE HABITANTES QUE VIVEN EN CENTROS URBANOS DE


.DIFERENTES TAMAAOS 19'~% (DA» lIClIlIlIIIaOO.)

TUDdo dc lo.
Ccnuo.Ur....... 1950 196% D1f. DA»

100.000 Y mlls hab. 46.3 50.7 4.4


50.000 Y mlls hab. 46.3 57.3 11.0
20.000 Y més hab. 56.2 72.0 15.8
10.000 Y més hab. 67.3 79.9 12.6
5.000 Y mlls hab. 78.6 88.0 9.4
2.000 Y mlls hab. 100.0 100.0 0.0
Puenllt. ee- H........... de 1'''.., 1962.

Son los centrOl mayores de 20.000 habitantes· los Que crecen més, como puede
apreciarse en el CUadro 3, especialmente los comprendidos entre 20.000 y 50.000
habitantes.

SI se tiene en cuenta la proporción que la población de los centros de diferentes


·tamal'lOl representan con.ielpecto a la población total en ceda fecha censel, se tiene:

CUADRO No••

PORCENTAJE DE LA POBLAOON QUE VIVE EN CENTROs URBANOS DE

DIFERENTES TAMAAos 1950~%. OPRAS ABSOLUTAS Y RELATIVAS

TIIIIIaiIo dc lo. 1950 196%

Ccmro. Urbano. NDL DA» NDL 0A»


AblOlllco, AbIolllco,

TOTAL 3.203.000 )00.0 4.581.000 100.0


100.000 Y mlls hab. 468.898 14.6 865.550 18.9
50.000 Y mlls hab. ··468.898 14.6 979.324 21.4
20.000 y més hab. 570.023 17.8 1.230.006 26.9
10.000 Y més hab. 682.728 21.3 1.364.706 29.8
5.000 Y més hab. 796.773 24.8 1.516.400 33.1
2.000 Y més hab. 1.013.221 31.6 1.707.498 37.3

PUJlHTIl. _ l a de 1IIf-.d6a c-a (o,. cit.)


e - de 1962. Tomo L

37

.)
El. rROCESO DE URBANnllCION EN ECUADOR

Nuevamente se corrobora la tendencia indicada de crecimiento desigual de los


diferentes tamai'\os de centros, así como el hecho de que si bien el crecimiento fue
desigual. crecieron en todos los niveles.

En el Cuadro 5 'se discriminan grupos de ciudades según su tamaño clasificadas de


ecuerdo con la población que registraban en el censo de 1962. Como puede obser­
varse,son las ciudades comprendidas en la categoría 20.000 a 49.999 habitantes las
que presentan la más alta tasa de crecimiento en el período intercensal (6.1 %).
Le siguen los dos centros de más de 100.000 habitantes -Quito y Guayaqull­
con una tasa geométrica media anual de 5.2 %. Las ciudades entre 10.000y
19.999 habitantes crecen a una tasa geométrica media anual (4.8 %) ligeramente
superior a las dos ciudades que tienen entre 50.000 y 99.999 habitantes (que crecen
con una tasa del 4.6 %).

En el Cuadro 5, las tasas de crecimiento para las éiudadesconsideradasindividualmente


reflejan la tendencia a la concentración regional del crecimiento urbano en la Costa,
reglón de une rápida e intensa expansión económica y de alto nivel de "modemiZll­
ció" Jocio-cu/"',al" en el país.

Por otra ,parte, si se examinan los dos centros más importantes por su volumen
numérico, Guayaquil y Quitó, es la primera la que crece a una tasa mayor en el
período' experimentando una tendencia al desplazamiento del principal centro
urbano desde la capital de,l país hacia el principal puerto costeño, Guayaquil, como
lIBremos, largamente sostenida.

1.6 perfil Urbeno

1.6.1 La conc:enlrlldón regional del crecimiento urbano en la Col1la

Con la apertura del Canal de Panamá a comienzos de este siglo (1914) y el


auge del cacao, el comercio exterior ecuatoriano pasa a ser el sector más dinámico
de la economía. Se abre as! un nuevo período de hegemonía de la Costa -asiento
da los cultivos tropicales de exportación- frente a la z~a serrana. Este proceso de
desplazamiento del centro económico hacia la Costaes coetáneo del desplazamiento
del crecimiento urbano hacia esa zona, marcado por el flor~lmiento de núcleos
urbanos de caráctll( comercial y financiero y la prlmac la de la ciudad de Guayaquil
en la red urbana costei'\a así como frente a la capital del país, Quito. El perfil
urbano del per lodo colonial y post-colonlal centrado en Quito y en centros urbanos

38
DERIZ

menor~ de la Sierra _fa sustancialmente. Guayaquil y 101 centros menores coste­


nos con los que se constituye la red urbana de ese zona. pase a ser dominante freno
ta al rezago de la Sierra.
.

CUADRO No. 5

CENTROS URBANOS CLASIFICADOS DE ACUERDO CON LA POBLAClON


REGISTRADA EN 1962

Poblaeión Poblaélón T. . Geométrica


Ciudad" 1950 1962 media anual
1950-1962 (0A»)

100.000 Y mú babanca, .
Guayaquil al 258.966 510.804 5.é
Ouito bl 209.932 354.746 4.5
TOTAL 468.898 865.550 5.2

50.000 - 99.999 habltanca

Cuenca bl 34.983 60.402 4.7


Ambato bl 31.312 53.372 4.5

TOTAL 66.295 113.774 4.6

20.000 - 49.999 hablWlca

Alobamba bl 29.830· 41.625 2.8


lbarra bl 14.031 25.835 6.2
Loja bl 15.399 26.785 4.7
Esmeraldas al 13.169 33.403 8.0
. Manta al 19.028 33.622 4.9
Portoviejo al 16.330 32.228 5.8
Machela al 1.549 29.036 11.9
sigue•••

39
BL I'ROCBSO DB UR1JANlZAC10N BN BCUADOR

Población Población T. . Geomécrica


CíudMa medlaan....
1950 1962
195001962 (010)

20.000 - 49.999 babican~

Milagro e/ 13.736 28.148 6.2


Quevedo el 4.168 20.602 14.2
TOTAL 133.240 21l.284 6.1

10.000 - 19.999 bükanea

Tulcén b/ . 10.623 16.448 3.7


Letacunge b/ 10.389 14.856 3.0
P8S8je el 5.021 13.215 8.4
8ebehoyo e/ 9.181 16.444 5.0
Chane el
Jipijllpe e/
Durén e/
.. 8.046
7.759
12.832
13.367
3.9
4.6
5.568 12.154 6.7
Le Libertad e/ 7.133 13.565 5.5
TOTAL 63.110 112.881 4.8
PUIlNTIl. e-Had. ' F'" 1',. ., 19112.

NOTA. QIrftodD • .....,................


20.-., ..,.",..........

La . . . . . .
......... __ .- _ ... 20.- .......................
. . . . . ...... _ QIrftodD ........

... 19112........... - . - _.........


11-._

./
b/
....... ar.dro No.l•

............. e-.

...................

En efecto. en el Cuadro 5. lIll puade eprecler que no existe nlngune relación en el


ceso de Ecuedor entre el tamello previo de les ciudades y sus teses de crecimiento;

40

DlIIUZ

te., no son 'Ias ciudades de mew volumen numérlco l. que qtllCen más. Consld&­
red. en forma IndIvidual, l. t8SlII de crecimiento Inten::ensal m. alta correspon­
den a tres ciudades costeilas a saber: Quevedo (14.2 0101. Machala (11.90101 y
Esmeraldas (8.0 0101. En 1950, como puede vene en ,,1 Cuadro 6, Quevedo y Me­
chala tenlan una poblacf6n Inferior a los 10.000 habitantes y EllTleraldas una
poblacf6n ligeramente superior a 818 cifra.

En el caso de la ciudad de Esmeralda contamos con datos de la Junta Nacional de


PlanlflCacl6n (JUNAPLA,1959:9Ique permiten precisar l. causa de su acelerado cíe­

en la provincia del mlllTlo nombra, localizada


. .
cimiento. La cIudad de Esmeralda es puerto marltlmo que mira al PacIfico. Ubicada
en la pene norte de la zona costefta. en
la frontera con Colombia. El crecImIento acelerado de la ciudad 11I debe en pene a
la alta t8I8 de' aacfmlento vegetativo de la poblacf6n y fundamentalmente a la
Inmlgracl6n a la ciudad como consecuencia de dos etapas de auge económico.
La primera etapa esté ligada a la explotacl6n del Caucho y el palo de balsa, dUr'80te
la segunda guerra mundial. La segunda etapa hacfa 1948 esté mareada por la ell­
plotacfc)n y exportacl6n de banano, El desarrollo de la econom la alrededor del
benaao "u reflejó directtmlenle en el crecim;""Io de la ciutúd-p.mo, por su co..
dit:ióB enraugiea tri '" prOfliBt:ia" (JUNAPLA, 1959:91. Se trata de un centro funda­
mentalmente comercial, en el que la actividad Industrial carece de Importancia. Tam­
bién la ciudad de Quevedo, es fundamerítalm.,te un centro de a'llClmlento a partir
del auge de la economla baninera, centfada en las actividades comerciales, al Igual
que la ciudad de Machara.

De l. ciudades costel'\as en esta categorla, el caso de Manta es especialmente un


caso de cracfm.lento vinculado al desarrollo, aunque Incipiente, de la Industria -ti.
"na de pescado y elaboracf6n de oleaglnosa- y su t8I8 de aeclmlento es de
4.9010.

Como puade Vel'lll en lil Cuadro 7,el Incremento porcentual anual medio en el
perIodo Intercensal para la poblacl6n total de la Costa es dos veces superior al co­
ITespOndlente a 'a Sierra y aún superior al Inaemento para 'a poblacf6n total del
pe Is. La regl6n del Orfente y el Archipiélago presentan también altos pOO:enta¡es
de Incremento, especialmente en'este último que supera e la regl6n costella. No
obstante, debe' tenerse en cuenta el reducido volumen de sus poblaciones. Como
puade verse en el Cuadro 6. en 1950 el Orfente represantaba el 1.5010 de la pobl.
ci6n del pela y en 1962, el 1.6010. El Archipiélago, en 1950, el 0.04 010 de la po­
b1aci6n total del pala yen 1962, el 0.05 010.

'"

", ':
': .
. .,""
BL PROCESO DE URBANIZACION EN ECUADOR

CUADRO No. 6

DJSTRIBUClON DE LA POBLAClON ECUATORIANA POR REGIONES


1950-1962 DATOS ABSOLUTOS Y RELATIVOS

Regionn 1950 1962


Absolutos 0/0 Abaolutos 0/0

TOTAL REPUBLlCA 3.202.757 100.0 4'.476.007 100.0


SIERRA 1.856.445 58.0 2.271.345 51.7
COSTA 1.298.495 40.5 2.127.358 46.6
ORIENTE 46.471 1.5 74.913 1.6
ARCH IPI ELAGO 1.346 0.04 2.391 0.05
DE COLON

l'\II!NTI!. e - de Pobllld6ll de 1950., Il162.

CUADRO No. 7

CRECIMIENTO DE LA POBLAClON DEL PAIS POR REGIONES

REGIONES INCREMENTO ANUAL MEDIO


1950 ·1962
f-baoluto Por Ciento

TOTAL REPUBLlCA 106.104 2.83


SIERRA 34.575 1.70
COSTA 69.072 4.20
ORIENTE 2.370 4.05
ARCHIPIELAGO DE COLON 87 4.90

l'\II!NTI!. e - de Pobllld6ll de 195001l162.

La tend.encla a la concen.tl'8cl6n del crecimIento en la zona costena en desmedro da


ta zona S«l'IIna se pone de manifiesto en los siguientes datos:

42
DBRIZ

PORCIlNTAJE DEl'OBLAOON QUE VIVE EN.

A~O SIERRA COSTA

1780 91.2 8.8


1892 '74.4 19.0
1938 61.3 32.0
1941 60.6 34.9
1950 58.0 40.5
1962 51.7 46.8
,,
I'UEMTIl. P........ GeoplIlIa do! ~.... QIa\co. 1"', e-oo "'lldoaaIa, 1"0 ., lNa•

. - - . . . . . OD arru. 1".·I,..a. ~ "'......... dt IlIllIdIedcu.

El crecimiento de la Costa se mantuvo notablemente mél elevado Que el de la Sie­


rra, como se puede apreciar en los datos precedentes. En el Intervalo 1892·1938
pOI' ejemplo, el Incremento anual promedio para la Costa es del 3.04 %; ItW 010
mayor Que el de la Sierra cuya tasa es de 1.45 %.

En el parlodo siguiente, (1938·1950), la tasa de la Costa (4.57 %) excede e le


de la Sierra (2.07 %) en un 110.7'010 y, pOI' último entre 1950 y 1962, la tIN
de la Costa (4.20 0/01 excede en un 147.1010 a la tasa de la Sierra (1.70 %).

Aaf. sa puede apreciar que el crecimiento de la poblacl6n de la Costa con resPecto


a la poblacf6n serrana se ha Ido Incrementando en fOl'ma contInua. Para el periodo
Intarcensal 1950-62 se ve Que su poblacl6n ha crecido en una proporcl6n enual de
42 unidades geognlflces por cada 1.000 hebltantes, mlentres en la regl6n de la
. Sierre' ha sido únicamente de 17 IMerlo, 1967: 167). La Costa es elllrea mlls urbenl·
zada del pals y a la vez la que concentra mlls densamente su poblacl6n rural.

En cuanto a .Ia. t:o"t:ntrtldil" reglo"'" M1t:rHimI«rt,o """"0. anCOntramos que


en 1962, de les 22 ciudades con una poblacl6n superior ¡los 10.000 hlbltentes.
14 son ciudades costei'\as y B ciudades serranas. En 1960, hlblln 13 cludldas
en esa categorla, 8 de les cuaJas eran serranas y 5 estaban. ubiCadas en la regl6n de
la Costa.

En el Cuadro 8, se ve que el porcentaje de Incremento anual de la poblacl6n de la


Costa casf duplica 18.55 o/al al de 'a Sierra. 14.46 0/01. siendo aste último milnCll'
que el pOl'centaje de Incremento anual de la poblacf6n urbana del pals. La pobl.
t i:l
;:
CUADRO No. 8 e
E
e
PORCENTAJE DE INCREMENTO ANUAL DE LA POBLAOON URBANA Y RURAL DEL PAlS,

POR REGIONES 1956-1962


~
i
!:


Poblldba UIbaaa ,obIda lIIInI UrboDo lIunI UrboDo lIunI PromedIo PromedIo
RllGIONES ~
195UZ l"UZ lPSUZ 195UZ uuI ~
1950 196Z 1"0 196Z (010) (010) (""*>0) (runl)
~
~
ZI." l!l
.....
T_Rep6b11ca


113.­
4IIA7I
422.113
1"11.348 2.28I.I2lI 2.813.181 . . . . . 174.l138
744.387 1.170..70 1.1ZI'­
117J133
. . .11 1&11....
I7IJI02 1.281.12l1 434.840 314.223
71A1
13.&1
1oa.71
11.37
41.02
1.38
4-;48
1.&11
l.oe
O....
3.71
~
~
0rIInUI 1.lI84 10A2ll 4D.1D7 114.487 4.182 D.IID 17.38 17.14 7.21 4.10
Anh-, - - 1.348 1"1 - 1.D41 - 17.13 - lAS
*Col6n

FUENTE. PrImor CcDoo NodoaII de PoblaclllD, 1950•

.....ado CcDoo de Poblldba Y PrImero de VhIoada, 196Z.

DBRlZ

clón urbana de' Oriente presenta un porcentaje de Incremento anual cercano 'al de
la Coste (7.28 olol, no obstante, dado el escaso volumen numérico de su población,
carece de slgniflcacl6n en el conjunto de la población urbana del pals. Por lo
tanto, se corrobora la tendencia a la concentración regional del crecimiento urbano
en la Costa, asl como del crecimiento de su población rura', al que nos referiremos
al trater las migraciones Internas.

Resulta pues, que las más altas tasas de crecimiento urbano se concentran en la
Costa y el Orienta, mientras que la Sierra, reglón más poblada del pals presenta
una tasa de crecimiento urbano Inferior. En cuanto al Oriente, que representa
el 47.7 010 de la superficie del país, debe tenerse en cuenta que no existen a la
fecha del segundo censo -1962- ningún centro urbano que supere los 6.000
habitantes, hecho que es significativo en cuanto Indica que la pauta ha sido de
formación de centros urbanos pequellos a diferencia de la Costa, zona en la que se
ubican en ese allo el 64 010 de las ciudades mayores de 10.000 habitantes.

En efecto, en el perlado 1950·62, las ciudades con un ritmo de crecimiento anual


superior al 6010 son todas sin excepción ciudades costellas (ver Cu.adro 5).

A axcepción de Esmeraldas situada hacia el none, las restantes forman un 'arco


alrede~or
de la ciudad de Guayaquil.

Entre las ciudadeS con'un ritmo de crecimiento anual comprendido entre el 4.0 0/0
y el 6 o/o..encontrallÍospars el mIsmo perlado, 6 ciudades costellas y 5 ciudades
serranas. Las ciudades costellas CQmpletando el marco alrededor de Guayaquil
mientras que las ciudades serranas se encuentran más dispersas. '

Lo que interesa destacar es la definida tendencia a la concentración regional del


crecimien.to urbano principalmente en la Costa.

Eata tendencia se correlaciona como veremos, con el proceso de urbanización de


la econom la en Ecuador; I.e., la tendencia a la concentración regional de los secto­
res urbanos de su econom ía.

1:6,% La primacía de" ciudad de GuayaquD ...bI'e Ja capital. Quito

La tendencia generalizada para los países de AmérIca latina es de predominio de


las ciudades capitales con respecto al resto de los centros urbanos, tendencia que

45

.. _...
EL PROCESO DE URBANIZACIQN EN ECUADOR

sue.le explicarse a panlr de la hipótesis del centralismo poi ítico administrativo


heredado de la Colonia y fonalecldo en el período post-(;Qlonlal. Ecuador, así
como Brasil y Colombia presentan una forma ni; ,m";' de crecimiento urbano
que se desvía de la pauta común a los países del área.

En efecto, Ecuador es un caso típico de marcada concentración blcefáUca, ya que


dos ciudades, Quito y Guayaquil, contIenen en conjunto en 1962 el 70 % de la
población urbana (20.000 y más habitantes) total del pa ís y si se asume el criterio
de 2.000 y más habitantes para definir a los núcleos urbanos, ambas representan
el 51 % de. la población urbana total del país en ese allo. Como .sellalan John
Durand y C. Peláez (1965:158), el mismo tipo de concentración blcefállcase observa
también en Brasil pero en este caso el grado de concentreclón es mucho menor. Lils dos
grandes ciudades de ese país, Río de Janelro y San Pablo tenían aproximadamente
la misma población según el censo de 1960, conteniendo en conjunto casi un tercio
de la población del Brasil. Pero Brasil tenía además, según el censo de 1960, otras
29 ciudades de 100.000 y más habitantes mientr~s que en Ecuador sólo eses dos
ciudades sobrepasan los 100.000 habitantes.

Como sellala Bruce H. Herrick (1965:25) "SrlUÍl:y ·Ecllador SO" los dos ¡micos paí­
ses de A",érica Lati"a e" los qlle los proeesos de ~ec;",ie"to "atllraJ de la poblil­
ció" :Y "'igracio" ¡"tema ba" sido ",/Ú {Ilntes {lleN de la capital qlle e" la cap;'
tiJl misma".

En 1950 Quito representaba alrededor del 7 % de la población total del país y


Guayaquil el 8.1 %. En el censo de 1962, Guayaquil pasa a representar el 11.2
por ciento de la población total del pa ís y Quito alrededor del 8 % . La pobla­
ción de la ciudad de Guayaquil crece en un 97.3 % con respecto a 1950, dupli­
cando casi su población mientras que Quito crece en un 89 % con respecto·a
1950.

Los siguientes cuadros ponen de relieve la discontinuidad en el crecimiento urbano


tal como ocurre en el Ecuador.

46


DER~

CUADRONo.9

RELACION DE CRE~IENTO DEMOGRAFlCO EN LAS PRINCIPALES


CIUDADES DEL PAlS
(En mUa y oA»

CncImloato
poblacl6aen
12 olIoto Gull)'llqUD QuIto 01- Ambato RIobamba

244.1. ll8.a 3.3 1.1 3.'


143.0 ' 170 a.7 13.1 '.7
1.2 2.'78 1.744 2AO.2 11.7
1'.7 1.231 728 41.' 41.7
l., 2.&42 1.4811 3&A 2011.0

P1IENTE. Gur....D 1!coDóaa1co. Jaodcu... de In.-dpdona 1!coa6m.....


CIencIoo 1!coa6m lhd•• lid de GalIf*IvD.
'_cad de
NOTA. LoI datOI . . - _ lIpqo ............ con 101 datOI de loo

_ rapccdYoo.

CUADRO No. 10

RELACION DEL CRE~IENTO DEMOGRAFICO EN LAS PRINCIPALES

CIUDADES DEL PAIS, RESPECTO DEL CENSO DE 1950

. (En mUa)

C!udada Ceuo Ceo., A..... Porcentaje de Promedio


1950 196~ 1950~2 crecimiento anual

República 3.202.7 4.581.4 1.378.7 1.378.7 x 100 43 010 ~ = 3:50,b


3.202.7 12

Guayaquil 266.6 510.7 244.1 244.1 x l0091.50Io~= 7.60,b


266.6 12

Quito 212.1 355.1 143.0 ~x 64.60/064.6 :;: 5.3010


212 I 12
PUIlNTI!. Gaay..,.D 1lcoa6mlco, 0,. cIt.

NOTA. LM . . . . dI&na ..... de_ ........... .

47

..•. h
EL PROCESO DE URBANIZACION EN ECUADOR

CUADRO No. 11

RELAOONES DEL CRECIMIENTO DEMOGRAFICO DE LAS PRlNOPALES


OUDAD~ DEL PAlS, CON RESPECTO AL CRECIMIENTO DEL PAlS
(En miJn)

1950·1961 t.mU t. total del Reladón con el t. Promedio de t.


Ciudadn ailol paíl total del paíl anual

Guayaquil 244.1 1'.378.7 244.1 x 100 =180/0 1.5 0/0


1.378.7
Cuita 143.0 10.30/0 0.8 010
Ambato 19.7 1.40/0 0.1 0/0
Riobamba 9.6 0.60/0 0.050/0
Cuenca 8.2 0.60/0 0.050/0

PUl!NTE. GaaylIqaIl Econ6mlco, 0,. cIt.

Por una parte. se ve el predominio de las dos ciudades sobre el resto; por otra, el
hecho de que Guayaquil sobrepasa a Culto.

Los datos señalan que el crecimiento urbano total del país en el período Intercensal
(707.414 habitantes según la definición censal), es principalmente el resultado del
crecimiento de Cuita y Guayaquil (396.652 habitantes), en especial de la· ciudad de
Guayaquil que crece en 215.838 habitantes, aproximadamente el 64 % de Incre­
mento urbano para ambas ciudades.

No obstante. la tendencia es de reducción relativa de la proporción de la población


urbana residente en esos dos centros mayores de 100.000 habitantes. Como
se señaló éstas pasan de representar el 82 % de la población urbana de
20.000 y más en 1950 al 70 % en 1962. Si bien en términos absolutos crecen,
en términos relativos se reduce su peso en la población urbana. Guayaquil pasa
de representar el 45.4 % de la población urbana que habitaba centros de más de
20.000 habitantes en 1950 a 41.4 % en 1962. La reducción relativa se deba, In·
sistimos. al incremento de centros menores de 100.000 habitantes, con tasas muy
superiores de crecimiento que la tasa de Guayaquil.

DI! RIZ

Por lo tanto, si bien hay una tendencia a la concentración regional del crecimiento
urbano en· la Costa como se vio antes, son ciudades menores que Guayaquil, dentro
de esta zona, las que adquieren cada vez mayor peso relativo en el conjunto de la
población urbana. Mientras que en pa ¡ses como el Perú la concentración metropo­
litana tiende a crecer, en Ecuador la tendencia a la c6ncentraélón bicéfala tiende a
disminuir, contrapesada por el crecimiento de ciudades costei'las.

Sin embargo, esto no debe llevarnos a subestimar la prlmac(a de estas dos ciudades,
en especial de Guayaquil, que conjuntamente con las ciudades menores que forman
un marco a su alrededor. constituye la red urbana costei'la cuyo crecimiento supera
en mucho el crecimiento del resto urbano.

En efecto, la tendencia hacia el desplazamiento de la población serTana hacia la


Costa, es paralela a la tendencia al predominio de la ciudad de Guayaquil con r .
pacto a Quito, la capital y eje de la vida colonial. Es precisamente la Costa la zona
que se liga al -Comercio Internacional a través de la exportación del caceo y el dese:
rrollo de una Banca Influyente. El primer Banco Importante en Ecuador hasta la
depresfón de 1929 fue fundado en Guayaquil -el Banco Comercial y Ag,rcola­
que !desempei'ló una posición dominante Incluso en la vida política del pals. AsI,
Guayaquil, es el puerto de entrada de la "modemiucló,," frente al estancamiento
de la estructura serrana; el principal centro de las activIdades comerciales ecuato­
rianas, y el oantro financiero del pers, como se mostró al analizar la urbanización de
la econom (a ecuatoriana. .

Este desplllzamlento Sierra-Costa y del pl'edomlnlo de la ciudad de Quito al predo­


minio 'de Guayaquil, responde en primera Instancia al' contraste entre dos zon~'
esto es, factores climatológicos, recursos naturales, tipo de producción. La Sierra

.' comprende una extensión de la altiplanicie que deja entre sí las dos cadenas de lo.

Andes, cOn factores climatológicos propicios que le. convirtieron en la zona de

rTlliyor atracción demográfica hasta comienzos de este siglo. Representa alrededor

del 25 010 de la superffcle del Ecuador y presenta la más alta densidad, 33 habiten­

tes por Icm2 en 1962. No obstante son esc8ses las tierras aptas para el cultivo y la

productlvlded de la agricultura baja. La Costa, -'con clima menos favorable para

la concentración demográfica, es la zona de los cultivos tropicales de exportación.

Esta reorlentaclón de la vide económica del Ecuador a partir de le expansión


del cQlJlerclo Internacional es el principal factor explicativo del desplezamlento
urQano hacia la Costa, hacia Guayaquil y paulatinamente hacIa les ciudades menores

49
EL PROCESO DE URBANIZACION EN ECUADOR

que forman un marco en su derredor, fuertemente concentradas frente a la relativa


dispersión de las ciudades serranas.•

1.7 Lo. faewrnlnmediato. del crecimiento urbano. La m\p'acionn Interna.

La tendencia registrada hacia la concentración regional del crecimIento urbano en la


Costa, así como les altas tasas de crecimiento de las cIudades de 20.000 y más habl·
tantes, en especial de las ciudades costet'las -que como el caso de Quevedo y Macha· .
la alcanzan las tasas más altas de creclmiento- no es el resultado exclusivo del crecl·
miento vegetativo de sus poblaciones. El factor Inmediato del crecimiento urbano
es la migración interna.

Los datos con que contamos Imponen limitaciones al análisis del proceso dado que
se dispone de un sólo censo con Información relevante; lo que no nos permite fijar
un Intervalo de tiempo dentro del cual la población se ha movido. El método a
utilizar será la comparacIón entre "I..gar de reMe"cú" y "/..gar de "acimie"to ".
Además no se dispone de Información sobre características de los mlgrantes tales
como nivel de instrucción o actividad económica, datos Importantes en este tipo de
análisis. De modo que los datos no se adecúan a 101 propósitos específicos de nues­
tro trabajo y sólo podrá examinarse la orientación de las tendencias migratorias y
la relación de esta orientación con las tendencias de crecimiento urbano para el
país, conforme con la gruesa distinción rural·urbana.··

Por lo tanto, la contribución de 1& migración rural al crecimiento de las ciudades y en


especial. a los diversos tamai\os de ciudades no podrá ser precisada. El aporte migra·
totlo de las ciudades de menor tamai\o o Intermedias al crecimiento de los centros
urbanos mayores, es otro punto que queda POI' Investigar.

1.7.1 Corrientes mlantorlu

La tendencia más general de desplazamiento de la población de la Sierra se con·


firma en los siguientes datos:

• Con ..........1prlnc\plll nú.loo ......no - Culto•

•• Llmltael6n qu.lmpon. al ...... dII 1882.


DBRIZ

CUADRO No. 12

MOVlMIllNTO DE lA POBlAaON RURAL y URBANA POR RIGIONES


1950.1. PORCENTAJES
Rl!GIONIlS RURAL CI,t) URBANA O,v
195O 1962 4 195O 1962 4
Total Rcp6b1lca 71.5 64.0 -7.5 28.5 36.0 +7.5
Si.... 42.8 34.1 -8.7 15.1 16.7 +1.6
Costa 27.3 28.4 +1.1 13.2 19.1 +5.9
Oriente 1.3 1.4 +0.1 0.2 0.2
Archipiélago de Col6n 0.1 0.1 0.0

PUaNTIl. hilo ..... (1967.171).

Los datos permiten concluir que no toda la poblacl6n rural de .Ia 51.... (8.70/01 sa
desplaza hacia las ciudades de esa regl6n; puesto qua en ellas el aumanto Pl:.0porclo­
nal de la población urbana es menor 11.6 0/01 que la reduccl6n de la poblacl6n
rurul. Por lo tllnto la dlfarancla contrlbuv6 principalmente al craclmlento urbano .
de la Costa V POIlblemente al énlil rural de esta regl6n V det OrIente. tAll vez BIOClada
con el crecimiento de paque/los núcleos de poblacl6n agrlcola que seIIalél8mos.

En generul. 18 puede hlpotetlz8/' una CCiITIente migratoria Interna hacia la Costa


asoclads.con el crecimiento urbano relativo de estAl regl6n, principalmente orlentAlda
desde la Sierra.

En 1962 los datos censales Indican que el 88 0/0 de la poblacl6n del Ecuador vlw
en la provlncla de IU nacimiento; el 11.4 010 restante es nativa de otr81 provincias.
.Ademlls. la regl6n que presente una composlcl6n mayor de habitantes originarios .
de otras PRWfnc/as (mflll8ntes' es precI~te la Costa, cifra qUe alaJna el
13.1 010 de la población residente V excéde en un 400/0 de la Sierra que es del
9.3 010. Estol desplazamientos Involucruri tanto CCiITIentes Intarprovlnclales dentro

de una regl6n como desplizamlClnto de una regl6n a otra.

En la regl6" de la Costa fuaron cenÍBdOI como mlgrantes (poblacl6n nativa de otras


provInclasl 278.530 habitantes, de los cuales ei 51.3 010 1142.9491 aran coste/los
e{¡n cuando vlvlan en una provincia dlltlnte a la de nacimiento V 48.7 oló
(135.581) procadlen de otnll reglones del pall. SI a los 135.581 Inmigrantes de

S1
.'

El. rROCESO DE URBANlZACION EN ECUADOR

otl'lll reglones lededuclmoalos emigrantes de la Costa que ascienden a 47.114 peno­


nas queda ún saldo' neto da' 88.467 persol)8S qua significan la contribuCión de la
Inmigración desde otras reglones al crecimiento de la Costa.

La Sierra presenta una sltueclón diferente de la Costa. Los desplazamientos da


población se deben casi en su totalidad a corrlantes migratorias lnterprovlnclales
dentro de \a reglón. En efecto, de los 211.178 que fueron censados en la Sierra
como nativos de otras provIncias, el 77.1 010 (162.741) eran originarios de la
misma reglón y sólo el 22.9 010 (48.437) provenran de otras reglones (Costa:
45.592, Oriente: 2.736, Archipiélago: 109).

SI a los residentes provenientes de otras reglones les deducimos los emigrantes de


la Sierra (153.485) resulta un saldo negativo de 105.485 personas.

En slntesls tal como muestra él siguiente cuadro, resulta:

CUADRQ No. 13

CLASIFlCAOON DE LOS MlGRANTES POR REGlON DE ORIGEN


OFIl,AS ABSOLUTAS Y RELATIVAS

MlGRANTES REGIONES
Slara

Nativos de otras provincias 162.741 (77.1) 142.949 (51.3)


de la mIsma reglón,

Nativos de otras provl nclas 48.437 (22.9) 135.581 (48.7).


de distinta reglón

TOTAL 211.178 (100.0) 278.530 (100.0)


.

Que mientras en la Sierra predominan las migraciones Interprovlnclales, en la Costa


predominan los desplazamientos regionales. Asr al crecimiento urbano de la Sierra
. contrlbulrra el desplazamiento de la población dentro de la reglón misma, mientras
Que en la Costa, edemás habrra un aporte regional de la Sierra. Importante.

La Costa es pues un foco de atreccl6n para los desplazamientos desde otras regio­
nes. en especial de la Sierra. .

'2

..

Al examinar los seldos mlgretorlos por provincias se observa (Cfr. Cuedro 14) que
eXCl!ptuando las provln~as del Oriente y el Archipiélago de Col6n, sólo una provin­
cia en la Sierra -PJchfncha- presenta un saldo posItivo del 14.3 010 (84.102 penonaii
mientras que en la Costa, encontramos tres provincias: El Oro con' un seldo de 13.1
010 (21.047 personas). Guayas 12.4 010 (121.813 personas) y Esmeraldas, 1.15010
11.439 personas).

CUADRO No. 14

GANANOA (+) O PERDIDA (-) DEBIDA A LA MIGRAClON DURANTE UNA

VIDA POR PROVINOA y POR SEXO, ECUADOR, 1'62.

PROVINCIAS SALDOS MIGRATORIOS


No•• Absoluto. ' % ­

AZUAY 36.627 -13.34


BOLIVAR 11.887 - 9.02
CAfilAR' 9.358 - B.3O
CARCHI 15.170 -16.02
COTOPAXI 26.001 - 16.78
CHIMBORAZO 28.349 -10.24.
ELORO + 21.047 + 13.10
ESMERALDAS + 1.439 +. 1.15
GUAYAS + 121.813 + 12.44
IMBABURA "- 10.684 - 6.14
LOJA -, 25.458 -,8.92
LOS RIOS 3.042 - 1.22
MANABI - 52.790 -. B.62
MORONA-5ANTlAGO + 5.804' + 22.76
NAPO + 1.639 +'66.76
PASTAZA + 3.850 +'28.12
PICHINCHA + 84.102
+ 14.30
TUNGURAHUA I 25.616
, -14.34
ZAMORA·CH/NCHIPE ,+' 4.603
+ 40.16
ARCHIPIELAGO DE COLON + 685 +'28.65

TOT~L RJlPUBUCA o 0.0

PVIlN1'Il. J - e.tao 1AIIda.1l


DIl,~.1"7.
_
'
pao'" ( .

!Ji

,.,. .~ . ', ;:¡,.";,¡,


,
." ~ ... '. ;,.
BL PROCBSO DE URIJANIZACION EN ECUADOR

Se advierte pues que 'as provincial que mayor cantidad de migrantes absorben son
Guayes, costei'la y Pichincha, I81'1'8na; a lal que corresponden en conjunto 302.015
Inmigrantes de los 511.666 que reglltr6 el censo de 1962. El decir. estas dOI provln­
efas recibieron el 59.02 010 del total de Inmigrantes del paíl, y en ellal estén locali­
zados los dos central urbanos méllmportantes, Guayaquil y Quito. En la provincia
de El Or<h(centro bananero) se encuentra la ciudad de Machala que crecl~ a una
t8I8 geométrica media anual de 11.9 010 y, finalmente en la provincia de Elmeral­
das, la ciudad de Elmeraldal es un fuerte foco de atraccl6n en raz6n de las activida­
des centradas en la explotecl6n y exportacl6n del banano, como en el cela de
Machala.

Al comperer los saldos migratorios pera el éree urbana según reglones como puede
verse en el Cuadro 15. se oonflrma la tendencia a la concentrecl6n. relativa del cre­
cimiento urbano en la Costa en detrimento de la Sierra.

CUADaONo.U

GANJlNaA (..., o PIlJIDIDA (-) DIlIlDO A LA MlGaACION DUllANTIl UNA VIDA

toa RIlGJONIlS PARA IlL AaIlA UlUL\NA Y aUllAL

IlCVADOa, 1HZ.

toBIACION SALDOS toBLAaON SALDOS


UGlONllS UlUL\NA MlGRATOIllOS aUllAL M1GRATOIUOS
N.... AIIo. "'" N.... .u.. "iIII
..... 744.387 - 89.828 - 9.38 1.528.9&8 - 3&.222 - 2.30
CastlI 857.&33 +81.29& + 7.14 1.289.82& 27.172 + 2.13
Oriente 10.428 +79.24 +78.0 64.487 7.971 +18.41
ArchIplM_ do Colón 2.391 381 + 18.29
TOTAL RIlPtJIILICA 1.6120346 O 011 2..16U61 O 011
PUIlNTIl. l!IIbcIncI6a ele ...... ele" J...... N ele rtuHIcodI>D Y CoocdInId6a l!coaolmJ..
... _ ...... Ceaoo ele PoIllad6a y ele VhImda, 1HZ.

Las érees urbanes de le Sierre tienden a dllmlnulr en SUI pobleciones especialmente


en favor de los central urbanos de mayor tamai'lo en la Sierra misma, como es el
caso de Quito dado que la provincia de Pichincha en la que esté localizada esa
ciudad, es la única que presenta un saldo mlgratC?rlo positivo da 71.394 personas
11.9.07010 de la poblecl6n da esa provincia); y ademél orientado hecla las él:88I
urbanas de 'al provincias da la Costa y al Orienta. En \a Costa, todas las provincias

54
DBIUZ ­

a excepción de Los Rlos y especialmente Manabl q4e es un foco de emlllf8Clón(41.


presentan saldos mllll'8torlos positivos en BUS lIreBs urbanes.

Datos de Ja Junta NacIoIl8J de P'eniflcac16n y Coordinec16n Económica 11967: CUlto


dros 15 y 171 permiten discriminer les migraciones e les provincieuegún cantones de
asentamiento. AsI se puede establecer el orden de ImportancIa de los cantones
según el flujo mlgl'1ltorlo que ebsorben de las mlgracJon. totales a las tespectlves
provIncIas.
El Cuedro 16 permita Qb_ el IIstedo de los princIpales cantones de la Sierre y
la Coste según esta criterio. Como puede verse en el mismo, a excepción de Quito
y Guayaquil que IIOn los prlnclpelas receptores de Inmll1'antes a sus respectlV8S
provincias -tanto provenientes de otras provincias de la misma reglón o de pro­
vlnclas de- distinta- reglón- hay una estreChe correlación entra las ciudades meyores
de 20.000 habltantes ubicados en la Cos1Ii y los primeros puestos en orden de Im­
portancIa con tespecto a' flujo Inmllll'8torlo que absorben los cantones en que éstes
se localizan. Es el C8IIO del _Cantón Quevedo, cuya cabecera cantonal -la ciudad de
Ouevedo- creció a la tese mlls alta reglstrade en el perIodo Intercansa1. La compant­
clón con el Cuadro 5 permite corroborar esta eflrmaclón.

AsI. por una parte, el cantón de Guayaquil y BU cabecer8 cantonal superan en esta
respecto a la ciudad de Quito y BU cantón.

Por otra parte, el predominio de ciudades coste/les que como vimos presentan altas
f8SlIS de creclmlento en el perIodo Intercansal (Cf Cuadro 51 confirma la tendencia
a la concantraclón regloll8l del crecimiento urbano en la Cos1Ii; alimentado por- el
flujo mllll'8torlo 'hacia la reglón, que actúa como fuerte polo de atrBcclón, precl...
mente en tanto es el asiento, espec(flcamente en sus ciudades, del eje de la vida
econ6mlca ecuatorIana: financiero, comercial e Industrial.

141

"

EL PROCESO DE URBANIZACION EN ECUADOR

CUADRO No. 16 .

VEINTIUN CANTONES DE LA SIERRA Y LA COSTA CLASIFICADOS SEGUN


EL VOLUMEN DEL FLUJO MIGRATORIO QUE ABSORBEN. 1961

C&ntÓnde
Número _ _ienro Porcentaje de inmignntCl al
de Volumen de inmignntn cantón con reopecto a la inmi­
Orden NOL AblOluro. gradón a la provinc:la rClJ'CC"
tiva.

1 Guayaquil al I 137.849 70.0 (Guayas)


2 Quito el bl 92.095 10.0 (Pichincha)
3 Quevedo al 20.096 48.5·(Los Rros)
4 Milagro al 19.116 9.8 (Guayas)
5 Macha la al 18.923 43.5 (El Oro)
6 Balzar al 17.739 9.3 (Guayas)
7 lbarra bl 13.510 71.15 (Imbabural
8 . Babahoyo al 13.227 30.5 (Los Rlos)
9 Ambato bl 12.955 86.0 (Tungurahua)
10 Esmeraldas al. 11.723 67.6 (Esmeraldas)
11 Cuenca bl 10.218 80.0 (Azuay)
12 Yaguach¡ al 9.976 5.0 (Guayas)
13 Pasaje al 8.393 19.5 (El Oro)
14· Rlobamba bl 6.824 48.0 (chlmborazo)
15 Santa Rosa al 4.612 10.5 (El Oro)
16 Aranlllas al 4.492 10.5 (El Oro)
17 Pli'las al 3.993 9.5 (El Oro)
18 Naranjal al 3.667 1.8 (Guayas)
19 Salinas al 3.646 1.7 (Guayas)
20 Ventanas al 3.423 8.0 (Los Rlos) .
21 Alausl bl 3.169 22.0 (Chlmborazo)

PUENTE. I!1IbondllD de .. )liD" NICIoDoI ... ~ '1 Coordlnld6D Ilconbn>lca,


Qlalto,l!aaador,IDIIIZO "'1967.
al Colla

bl S.....

el Se .......... abecaa - - . 1 de QIaIto, en dlobo ClDt6n, qu.........tD


DomIap de 101 Col ...-_ como UD fuerte foco ~, COD el
17.0 0/0 ..... ~ (1~·.J66 ).

56·


DBJUZ

SI exemlnamos los detossegún el criterIo de "'UF d. rllidntei4" -lugar de rwcJ.


niiento- pera les ciudades de QuitQ y GuaYaquil. resulta oomo puede epre­
cianre en el Cuadro 17 que la oontribuclón de la Sierra a la ciudad de GUllVaqull
del 12.4 010 de su poblacl6ntotal, supera a la oontribucl6n de la Costa a le ciudad'
de Quito (3.9 0101. Esto Indica que la,oontrlbucl6n de la mlgI'8CI6nlnter0f'8glonal
SIerra-Costa en el crecimiento urbano de la ciudad de Guayaqull ha sido mucho
mél Importante que la contrlbucl6n de los mlgrantes de la Costa a la ciudad de
Quito, explicando en plne el progresivo desnivel en les tasa de creclm1ento urbano,
de am6es ciudades en favor de Guilyaqull, y el hecho de que el creclmlentó urbano
de la ciudad capItal haya sldoal\mentado fundamentalmente por las ér881 urbenes
de la, Sierre - que oomo vimos preeentan saldos migratorios negatlvos!<Cf CUadro .1 61
y en perte por les ér881 rurales l8lTanes.

La Costa en su conjunto es -Inslstlmos- la regl6n de ~or crecimiento urbeno


relatIVo 'y de mllVor giado de "modmoisliciD,,'" tanto econ6mioo oomo 10­
cio-cUltural. A la'vez, oomoe! Cuadro 15 permite apreciar, és la zona de mayor'
crecimiento rural relativo en el perlado examinado; excluyendo el OrIente y el
Archipiélago Y manteniendo la oomperacl6n entra ,les dos. PrIncipales raglanes
del Ecutdor, S\errayCosta. En efecto, en el Cuadro 8 puede observ8nequa el
porcentaje de Incremento anual de la pobfecl6n rural de la Sierra iO.941 es muy
Inferior 81 de le Costa (3.761 y aún el del pars en su oonJunto (2.091. Como
el pOI'Cent8je de Incremento enuei de la poblecl6n urbana de le Sierra es también
Inferior el de la Costa'y eún del pars (Cf\CUadro él' puede hlpotetlzane quepirte
de lalnmlgracl6n rural se he dirigido tanto t18c1a zones urbanas como hecla zonis
ñJrales de le Costa y hecle zonas rurales del Oriente y el ArchIpiélago que tanibién
pI'8I8l1ten porÓlntejes de Incremento enual muy e1evedos (4.80 y 6.46 respectl­
ve~entel supeno'" e los de le ,Costa, oomp puede verse en el Cuadro 8 ci18do.
i
En eljCuedro 16, se ve que el saldo migratorio pera el ér88 rural de la Sierra es
negatiVo, mientras que el árelI rural de la Coste arroje un saldo' positivo, lo que
permite efirmar une coniente mlgratorle Inter-rural de 18 Sierre a l. Costa, el
OrIenta y el Árchlplélago. En tanto la mlgracl6n Inter.rural se orfente h8Cfe ..
zonas .de mayor "modmrillleio,," ,ele sú 8structuni productiva, zonas que • le
vaz IOn llis mél urbenlzadal,' forma Pine de estS proc:esa
de urbenlZllCl6n ecol6­

,..
"i:- i.,".,·' ..f'. . . ",.,.'
EL PROCBSO DB URBANIZACION BN BCUADOR

glco-demográflco que hemos enellzado y temblén sus factores inmedletos deben


buscarse el nivel del proceso. de urbenlzeción de le econom la ecuatoriana y las
consiguientes transformaciones en la estructura rural, que hemos Intentado sugerir.

• CUADRO No. 11

POBLAOON TOTAL DE LAS CIUDADES DE QUITO y GUAYAQUIL


SEGUN REGION DE NACIMIENTO

Cludada Tour REGIONES


Sierra CoIbI Oriente

Quito 100 94.4 3.9 0.3 1.4

Guayaquil 100 12.4 86.5 0.6 0.9

PUJlNTI!. ~ do la PubIad6a y Vhloada dol ........... 0-1


""d"
cIoI J por cJmID. 196Z. )lata NacIDaoI do
PNIImIaonoo._
,fh Y e-dIucI6a 1!coa6mJ.
... DhIoI/lD do ~ _ yc::.-, <la................ 1964.

En slntesls, migración Interreglonal Sierra-Costa, específicamente, Int..·runsl. es


una de las tendencias marcadas en la orientación de la migración de la población
rural ecuatoriana; adamés de las migraciones rurales hacia árees urbenas.

2. URBANIZAOON DE LA ECONOMIA Y URBANIZAOON ECOLOGICOo


DEMOGRAJlICA EN EL ECUADOR

El examen del actual proceso de urbanización de la econom la y de urbanización


ecológlco-demognlflca tal como ocurre en el pals muestra una estrecha vinculación
entra ambos. Lo que nos pwmlte concluir que si bien el crecimiento de la poblaclón
lrilena sobrepasa el cracimiento de la economla urbana. especlficemente de la re­
ciente industrialización, de ningún modo podrla afirmarsequeocurrealmargendeeSt8.

Al observar el perfil de la red urbena ecuatoriana se ve:

1.- La marcada concentnlclón de la población urbana en la reglón de le Costa;


2.- La· marcada concentración de le población urbana en dos ciudades -Guaya­
quil y Quho- con prlmacla de la primera sobre la capital del pels, y;
3.- La mayor concentración de los centros urbanos costeflos alrededor del prln·
clpal núcleo -Guav8Quil- frente ala dispersión relative de los centrosSlllfenos.

S8
DIlIUZ

A le vez, el exemen de le 10C8llzecl6n de les actlvldedes de 8IIento urbano rwele que


le enéuentnln fuertemente conlientnldlls en le Coste y dentro de este . . geo-eco­
I16mlca en le cluded puerto de Gueyequll.

Es precisamente Guayaquil el eje de le reciente actlvlded febril urbana con tecno- j

logle moderna y e' princlpa' centro comercia' y financiero de, pals.

El fuerteaecimiento de los centros urbanos intermedios --especialmente de los can­


tros costellos comprendidos entre 20.000 y 50.000 habitantes- le vincule e le ex­
pansl6n de le econom le urbana concentrade en le ciudad puerto de Guayaquil.
En efacto, éstos le constituyen como satélites y ~eperiden de Guayaquil en tanto
principal centro de ectlvldad febril del pels y de entrade de Importaclo(lBS. De
modo que si bien de menlll'8 directa el aeclmlento de los centros Intermedios
le liga e le expansl(ln de le econom le comerclJlI fundade en el banano", de me­
nere Indirecta está sustentado por le presencie de un centro con les cerecterlstlces
que presente Gueyequll.

Es le Coste en su conjunto, e través de Guayaquil, la zona de ertlcO*I6n dlrectll


con los estlmulos ·'wtodnrto," provenientes de las metrópolis. De 8111 que puede
postulerse corno hipótesis PII'lI le Investlgacl6n que es precisamente en le zona
costei'le donde los centros urbano, presentan una meyor modernlzacl6nno 8610
desde el punto de viste de le estructura produetlvs' sino también desde 81 plinto
de vista del cont~.do socIo-cultural de rus sociedades urbanas.

J. UlUIANIZAaON y DIlPBNDIlNQA IlN' IlL IlCUADOR

En 111 secciones 8OterlOl'88 88 enellW'On los cambios ecol6gJco.demogréflCOl


recientes &il como les principales tendencles de le economle del pal, con el objeto
demostrer-dentrodelosWnltesdelelnformecl6ndllponlbie-levlncul8cl6nexltten­
te entnl embos procesos, I.e., redlstribucl6n ecol6glco-demognlflce de le poblacl6n
y expansl6n de los sectores urbanos de le econom le, este último e tnIVés del recien­
te des8rroIlo de-un8lndustrlellzac16n su.stlttrtlve"". .

• "._l6ft ............... _ · f * I I .

mle.lOn h1IIdao fundllntn.'..... ~ . . .hiJlo "u UrbIn'-l6ft


........". no '....uldo.n _ .ftUIIoIl.. .

.'._le.
•• .... l8I'ldoncl8i di ........01111. di' PIllo y ,. -..01611 .... _ _ urt..- d I " _

$9

;. 'J.",.;:","'
EL PROCESO DE URBANIZACION EN ECUADOR

En tanto es nuestra hIpótesis central que las actuales tandancles de cambio


en la economla del pals -tanto en lo que se r~lere ala diverslflcacl6n de la estruc­
tura productiva cuanto a la locallzacl6n geográfica da las actlvldades- estén condi­
cionadas por la forma en que el pals en su conjunto y cada área geoecon6mlca en
particular se articulan en el sistema actual de ralaciones de dependencia, el procno
de rfldismbut:iÓfl ecológót:o-demogrríficll de '" poblllt:ió" e.tá co"dit:iortlldo por '" Ji­
trMIt:ió" co"t:rfItII que elP""
OCUpll ert el co"te:J<to "tri'"
de depert4ertcia.

Los cambios en la artlculacl6n de las diversas zonas del Ecuador en el sistema


de depandencla determinaron la poslcl6n econ6mlca y el desarrollo urbano de cada
zona, así como las diversas relacIones entra las mismas en cada perlado hlst6rlco.

En efecto, el proceso de urbanlzacl6n 8. nlvelecol6glco-demográflco de la so­


ciedad eculitorlana muestra tanto la expansl6n de las formas de poblamiento urbe­
nas, I.e., el aumento en el número y tamai'lo de las localidades urbanas, como la
modlflcacl6n en el perfil urbano, nacional y regional y en la estructura misma de
los centros urbanos.

SI se compara el perfil de la red urbana en el perrada colonial y post-eoJonlal


hiIsta comienzos de este sigla y el perfil actual, se observa una alteraci6nsustantive
del mismo, En el periodo colonial, la "vi114 di Slnl ji"",t:isc;, de QIIito"".cabecera
de la capltanla general dependiente del Virreinato, del Perúi y asiento de la Rilal
Audiencia, era el centro político administrativo dominante de la rad urbana que se
extend la a lo 'largo de la Sierra constltu Ida por otros centros urbanos menores y
siguiendo la rad urbana colonial desde México hasta las zonas metalíferas andinas.
En la zona costera, a excepcl6n de la ciudad-puerto de Guayaquil, la poblacl6n este­
ba dispersa y era relativamente escasa en comparacl6n con la de la Sierra.

Con respecto a QuIto, el centro de \a clvlllzacl6n en tanto cabecera de puente


de las relaciones con la' metr6poll Ibérica, Guayaquil mostraba un frenco rezago.
Como senara Lila Linke (1960:18-19)1 "su. c _ 46 mlllleN era" cOfliirt'¡limente

111 fiebre IImllríllll:Y 0_


de.tnlidIII por ;".et:to. :Y [r«rIerttn ;,,~; _ ..... i • f1ít:tirrl4lde 111 mlllllrill,
enfermetlllde. tropic"'n;el puerto nempnl en peligroporlo.
IIt11q,un co"rirtrllldo.de los piratll.", La regi6n !:K>y d~más atraSl!da -la Sierra- fue
precisamente la zona más próspera acon6mlcamente en el periodo colonial y post­
colonIal hasta comienzos de este siglo. Las tierras serranas fueron parceladas y re­
par:\ldes entre los conquistadores. Sus Indlgenas -más dóciles que los costef\os­
fueron somatldos V distribuidos al Igual que \as tierras como mercados a los con­
quistadores. Alrededor de la agricultura de productos alimenticios cantrada en los

60 '
DERIZ

latifundios y la explotacl6n del Indlgena se constltuy6 una poderosa capa terratlt­


nlente serrana redlcada en los centros urbanos y cuyas fuentas de poder dllscan­
saban fuera de la ciudad. Quito, el prinCipal centro polltlco-edmlnlstratlvo y comer­
cial pasan! a ser la capital en el siglo XVIII; al constituirse como estado nacional.
En el parlodo post-colonlalla f1sonomla urbana permanece relativamente la misma.
Ecuador al Igual que los paIses del PacIfico, en especial del PacIfico Andino man­
tendnl relaciones débiles con las metrópolis europeas mientras que los paIses de la
banda del Atlántico, la zona del Plata en especial, pasan a constituirse como los
focos dominantes dado el nuevo arreglo de fuerzas en el escenario mundial. AsI,
Is'agrerlzacl6n y el relativo estancamiento de su economla refuerzan los elementos
se/lorlales de origen colonial y acentúan el canlcter colonIal de su sociedad y su cul­
tpre,. constituyéndose la Imagen aún hoy vigente de la Sierra como unslstenia '1"":
diciolUll" de carácter feudal. Esta Imagen Induce a errores de conceptuallzacl6n .
sl se pierde de vIsta el hacho de que si bien se puede calificar como feudales el tipo
da .relaclones sociales que se establecieron desde la conquista, la estructure de pro­
duccl6n serrana se constItuye desde el comienzo como parte del sistema capitalista
en consolldacl6n y expansl6n bajo su forma mercantilista y cuyas modificaciones
posteriores en el siglo XVIIII genéranln el estancamiento serrano.

. .

La colocacl6n en el mercado Internacional de productos tropicales de origen


costeflo fevoreclda a comIenzos de este siglo por la aperture del Canel de Panamá y
el auge del cacao, Involucró el cambio en el modo de artlculacl6n de las dos .u­
geoecon6mlcas prlnclpal81 del Ecuador en el sistema de dependencia. Se consoli­
dan nuevu relaciones de dependencia de carácter flnánclero,.mercantll entra el
Ecuador y las metrópolis europeas Iy la Costa comienza a florecer al paso que su
principal cantro, G\I8yaqull, se convierte en el principal eje flnanclero-mercantll
del pa Is. Es a lo lafgo de este siglo -e diferencia de los p8 lses de la banda atlántica­
. cuando 8Q'lpleza a modificarse el perfil de la red urbana del Ecuador. En la 8etuall­
dad, Guayaquil sobr&pllS8 en volumen numérico e Importancia econ6mlca -es el
principal asiento flnanclero-inercantll.e Industrlal- ala ciudad capital Quito y junto
con centros Urba!lOl .menores fuertemente concentrados en su derredor; as I como
centros urbanos ubicados a todo lo largo de la faja costera, constituye la principal
red urbana del pals. Es significativo que la fln88 dej ferrocarril .que une la Costa
con la Sierra data praclsamente de comienzos aa siglo, parlodo en que se alteran las
relacionas. entra ambas y se generan relaciones de dependencia del Interior r'~
1Iünt",.. aarrano con r8lpaeto a la econom la costefla. La actual llnea.da carreteras
inuestr. la concentracl6n en la zona costel'la. A partir de entonces, Costa y. Sierra
lB diferencian en tanto representan dos niVeles de subdesarrollo capitalista y depen­
dienta; el uno entonces un cepl~lsmoJ"".odnwo" de carácter flnanclero-fTlercantll,
el otro un capitalismo agrario estancado.

61
BL PROCBSO DB URBANlZACION BN BCUADOR

El auge del banano hacia 1950 Inaugura un perlado de creciente Integreclón


con la economla norteamericana marcado por la dependencia financiera y crediticia
asl como por laslnvenlones directas en formes de "."e_s" en el banano.

La explotación y exportación del I;lanano están básicamente en manos de fi­


liales de compel'l ía8 norteamericanas como la United Fruit Ca., ia Standard Fruit
Ca., y la Steamship Ca., siendo muy estrecho el margen de intervención nacional.
En 1962, el 910/0 de las exportaciones de banano era realizado por 11 fir.mas ex­
portadoras de las cuales, la tercera parte esteba representada por las subsidiarias de
la United Fruit y la Standard Fruit Ca. En ese mismo al\o, del total de 43.3 millones
de racimos que se exportaron, 6.9 millones correspondieron a la Cía. Bananera del
Ecuedor -subsidiaria de la United Fruit Co.,- y 4.7 millones a la Standard Fruit Ca.,
of Ecuador (Banco Interamericano de Desarrollo, 1964:64-66). La United Fruit no
produce bananos en Ecuador, no obstante en la comercialización del producto es la
firma principal y ha favorecido el establecimiento de productores independientes o
asociados a través de asistencia técnica y financiera.

En tanto la comercialización del banano 881 como las Inversiones en el sector


bajo la forma de crédito de asl8tencla queda en m.nos extranjeras, el proceso escapa
al control nacional. El gran núm.-o- de producton. Independientes ecuatorianos
especialmente de pequellos produotoras que dependen de IntermedIarios en la co­
mercialización del producto 8lgnlfJc6 la constitución de una clase media agrlcola
compuesta por elementos de la clase media urbana cuyas posIbllldedes de Interwn­
clón en el proceso y por lo tanto de friccionas eventuales 8Onmlnlmas.

BIBUOGRAFIA

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62
DBRlZ

JUNAI'LA.
_Wa.
he'*- ........, ......"" ........
CEPAL, 1_. .
y ........ '6lf . . . ftuIM. B~

lArde. ~.. c.,... II......... • MI . . . . . ._ _ fIt't1'IItuIu. CELADE. 1887.

Un". Ulo.llaJiJ4or. _ " " 0/---. London 1880.

..... en: Coto.".""" R""'" A


Meneln. WIllIIm. r . . . . 01
C'JIItIo_ _ S
", ,.
0/1AlJl
/IMp.""" 01""'" ,.,...... ",
A-....., Now York.

Merlo....... Ú ......... DlMc¡II,ljl... 4ft II ",.nodo J1HIt"JH'. T..... Cúllll.


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QIlJono. AnIbo'.III".,.. LiIdo. "'¡'ioI, od.-CEPA'" 1l1l18.


lHio olk Y , .." LMIo 011. CEPAL,
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üUW * "Ólt • • •........, . . , . . .. . . . . od.CEPAL,1887.

Tan. Fobl6n. GMIprII_ 4ft ........... Oullll. 18li8.

63

, .
.. ...... . .-..:" ,
/

EL PROCESO
DE URBANIZACION
DEL ECUADOR 1962·1974*.

Juan M. CarTÓn

INTIlODUCClON

En 1nbeiolanterlores referidos al prÓceso de urbanlzacl6n del Ecuad<lr dUflllte los


ellos 1950 a 1962 se descubran lal grandes tendencl.. oblervllbl81 durante _
perlodol1 l. El aatudlo de lo lICOntecldo durante 8101 aIIos permitió constatar un
Q"iIcImlento ul'bano muY tuperlor al crecimiento demogréflco total. una conoamra­
clOO del cncImlento ul'bano V pobleclonal en la Coata V una concentraelón bicé­
fala de I1 poblacl6n ul'bana len Quito V GuáVaqull1 con tendencl.. a la dlamlnu­
cI6n. al . . contra~ por el rápido Q"iIcImlento de 1.. clud8dea medllnas de la
Costa.

Por otro llldo se vinculaba _ crecimiento ul'bano 1 ciertos factores: la ""rb",,;"'­


ciÓft tU '" .CDrlDmíll" fenómeno que 18 daba con mayor Intentldad en la Coste.
dIda una mayor concentración. en 818 regl6n de ... ectMd8dea flnancl_ V labr!­
lea. del comercio v.de loa aervlclos. val.. mlgraclOI18l Coata-SIerra. que.fueron
Inten... durante el periodo. .

• T..blJo IlUllllcedD en: .~ do CIonoIII ......... No. 12 VOL. IV. QuilO. Ed. Unlwnlu.....
Junio di 1.1. p, 13-42.

111 •• ..,..vI .. lIfIbrJio • lJMoIIo • ....... 11 " . . . • Uri'm" e'h .. . . . . ,


J,J/H!I.

65

.'-. ,....•:- "':,'.- ..,


BI. '.OCBSO DB UlUlANaACION DBI. BCIlADOR I96Zo1974

Fundamentalmente de ecuerdo con el enátlsls reellzedo lIC8I'C8 de lo sucedido en


_ perIodo Intercensal ehora nos proponemos estudiar el siguiente perIodo Intar­
C8IIIII1 (1962-1974) durante el cuel se presentan nu_ tendencias que en parte
c:ontr8P8An e Introducen varleclones en el proceso de urb8rílzeclón del Ecuador.

EIt88 nu_ tendencias IOn de eper\clón relativamente reciente, c:onltltuyen un


proceso lIÓn en curso y una varleclón de le conltente c:omprob8de en verlos perIo­
dos hlltórlcos enteriores que podrle ser puremente c:oyuntural o prolongarse por
las pr6xlmas décadas. Por esto mismo eún no se pueden aventurar el respecto c:on­
cluslones definitivas sino 1610 formular elgunas hlpóteels basadas en un rlipldo
enállsls del materlel estad Istico disponible. Esto es lo que pretendemos hecer en el
presente trabajo que se ofrece más c:omb material de discusión que c:omo documen·
to acabado.
1. EL ClU!CJMJJlNTO DEMOGRAPICO TOTAL y EL ClU!CJMJJlNTO DE LA
POBLAOON UlUJANA DEL ECUADOR EN EL PERIODO 196:z.l974.

Aunque le pobleclón total del Ecuador aecló durante el perIodo 1962-1974 e


un ritmo más nlpldo que durente le etape lnterc:snsel enterlor (3.3 0/0 enual ecumu­
latlvo contre 2.8 o/o}, le urbanización definida c:on alierlo administrativo (pobla­
ción en cebeceras provlncleles y centonales) disminuyó ligeramente su alta tala de
aecimlento. Este fenómeno eparece ligado el de le redistribución Intarreglonel de
le población del pals. Durente le décade de losallos 50 eltas proporcionas de la po­
blación serrana emigraron hecia le Coste engrosendo. te poblecióntanto urbana el>
mo rurel de le reglón. A partir de los ei'los 60 le SIerra menifleste una mayor cepecI­
ded de retencIón de llJ pobleclón netlva. Aunque el porcentaje de le pobleclón total
del Ecuedor que reside en le Sierra desciende del 58 0/0 en ·1950 el 48 0/0 en
1974 y le de \e Coste asciende del 40 0/0 eí 48 0/0, este fenómenp as más aCentua­
do durente los el'los 1950-1962 que durente los el'los 1962-1974.
CUADRO No. 1·

TASAS ANUALI!S DI CRBCIMIl!NTO DIMOGllAl'ICO IIGUN UGlONlS y ARI!A8


URRAN~ Y RURAL <r-..,.)
1950·1"2 1'62-1974
TolalN. . . .
Sierro
2'­
1,7
J,J
2,8
eo.t. 4,2 3.lI
GII'_.
Orlent1l

Are. urlllRll
4,1
4,11
4,8
7,2
4,7
4,&
Ñ.rur.1 1,11 2,&
I'Ul!NTIl, CA.D. PobIdn doIl!cudor, COmpo*lolD Y CndmIoato.
~.cIIcIomln 1974.

66
CA1UI.ON

Aunque' el ritmo de urbInlaclón ha disminuido ligeramente este fenómeno no


puede ocultar el hecho de 'a creciente urbanización del pals. DefIniendo siempre a
la poblaclón urbana I8flOn el criterio admlnlstnstlvo I!sta pasa del 28.5 010 de la
población total en 1950 al 36.0 010 en 1962 Y al 41.4 010 en 1974. Dur8nte este
último allo en dos provlncl88 la poblaclón urbana supera el 60 010: Pichincha
1670/0), GuaY88 (730/01, en una llega CIISl al 50 010: El Oro 146.70/0) yen Otr88
5 provIncl88 supera al 30 010: Esmerald88, ImbabUfa, Tungurahua, Azuay y Carchl.

SI .. define a la ,poblaclón urbana con relación al número de habitanteS de los cen­


~ poblados tambkln 88 observan tasas de crecimiento realmente alt88, muy
superiores a la de creclmlento de la población total. En especlal, si 88 consfdera a
la población rasldente en centros de 20.000 hab!tant88 y más, ésta comprende en
1974 una proporcfón realmente ilgnlflcetlva de la población total.

MIentr88 tanto el lnaemento da la población rural fue, durante los dos periodos
Int«een8llles, Inferior al crecimiento demognlflco del total dal pels. Aunque duran­
te los allos 1962-1974 88 observa una mayor cepaddad del agro pera retener a los nue­
vos contingentes de población emergentes en virtud del creclr:nlento vegetativo,
aún 88 dan pérdidas netas y una notable emigración desde los núcleos rurales a los
centros urbanos.

, CUADRO No. 2

POIlCBNTA,J1lI DE POBLAClON URBANA IOBRJl POBLAClON TOTAl., .lIGtlN

-
llIVIlIIIOll CJUnlllOI Y TASAS DEINCIU!M1lNTO ANUAL ACUMULATIVO
1'50 -1962 -1974
.......... ..,•• UIb.........T. T_ ....... .....
1'50 1962 1;'74 1950-1962 1962-1974

CriIIIrIo
**,,'nlsWMlvo 28,1 31.0 41,4 4,8 4,8

e..- cIt 2.000


~y"'" 27,8 71,7 '44,4 11,1 4,1

e..-de 20.000
'*"-y ..... ,17,1 '27,8 31,3 8,1 11,2

l'UIINTIl. e:-........ . - 1 ' 5 0 -1962 -1974......_.16•• Jna al, c.nn.

Aunque el proceso de urbanlzecl6n sigue su curso alimentado tanto por III crecl~
miento IIIlg8t8t1vo de la población urbana como por les migraciones rural-urbenas,

67
EL PIlOCESO DE UIlMNlZACION DEL ECUADOIl J96~J914

se revIste en el periodo mé~ reciente de carecterlstlCN dlferent. e le~ del periodo


enterlor. En vez de presentar t8IlIS de crecImiento notablemente ettlls en le Coste y
eBt8Clonarl8s, o InclulO negetlV81"en le SIerre, los ritmos de crecimiento tIenden e
equlperane en embes regl~ e partir deleilo 1962. Durente los eilos 1960e 1962 le
población urbane de le Coste se duplica, mlentm que le de le Sierre 1610 eumenta
en elgo més de un 50 0/0; en cambio en eltilgulente periodo le tase de crecimiento
urbano de le Coste 1610 • llgeremente IIUperlor e le de le Sierre. E~ IObre todo ~Ig­
nlflcatlve le recupereclón de los centros pobledos de 2.000 e 5.000 hebltant. de le
SIerre, los que peA" de une tase de crecimIento negativa e una moderadamente
positIva.
CUADRO No.'

TA8AI ANUALU AC1lMULATIVM.DI! INCIUIMIlNTO DI! lA IOIILACION RULU.

195001962 1962'1'74
Pobo rure'lIIÚn crl_lo
ocIrnlnlltretlvo 1,11 2,8

Pobo rure. en centrOl de


_ de 2.000 hebltlln. . 1,8 . 2,3

E~te mismo fenómeno se puede conlt8t8r revlaendo los Indl~ de crecimiento de


le pobleclón urbane· (según criterio admlnlstratlvol según provlncl8S en los dos
Intervlllo~ de tiempo intercensel8S. En le Sierra cuatro provincias mejoren ~ignlfiC&­
tlvemente ~u~· Indl~ de crecimIento urbano 1962-1974 con respecto e los de
1950-1962, otras tr. meíoren moderademente y 1610 tr. los disminuyen. En
cambio en cuatro de 18S cinco provincias de le Coste los Indi~ de crecimiento notable­
mente e1tos del periodo 1950-1962 descienden drásticamente. En cuento el Oriente
oresenta en embos periodos crecimientos eltos. eunque concentrados sobre todo
en les provlncl8S de Pastaze y Zemora-Chinchipe y e partir de núcleos urbanos
de muy pequeile población. Une provlncle de le Coste de gran peso en le pobla­
ción urbana de ese reglón. como • 'a de Guey8S tiene en 1962·1974 un índice de
crecimiento urbano menor que el de Plchlnche y Azuey.

68
CARRON

CUADRO No.4

TA8A8 ANUALIl8 ,DI! CIU!CIMII!NTO DI! LA POBLAQON UIUlANA I!N LA IDlRRA


y I!N LA COSTA, 1950-1962 Y 1962·1'74

195.·1962 1962·1974

Centroo de mM de 11.1100
h.tlltent.
Sler.. 4,4 4.S
Cooul 8.7 S.l
Centroo de 2.000 • S.OOO
h.bltlnt81
SI.r.. ·',1 1,3
CoIto 1.4 1.3
Togl _ _ de mM de
2.000 hlbltlnt81
SlImI 3,8 4.:t'
Cooul S.8 4.7

Otro lISpectO del proceso de urbanlzacl6n del Ecuador en el que se presentan cam·
blos que podrlan slAnlflcar una vartacl60 de la tendencia histórica se refiere a la
concentracl6n bipolar del crecimiento urbano: Tradicionalmente Quito y Guay.
qull representaron alta proporciones de la poblacl6n urbana del pals. En eweclal
Guayaquil tuvo durante varias décadas una clara prlmacla dentro del sistema urbano'
del Ecuador. En el ai\o de 1950 Guayaquil tiene el 28.3010 de la pobiacl6n urbana
total y Quito el 23.00 ,\:¡. otro 13.1 % estaba concentrado en cuatro centros poblados
de 20.000 habitantes o más. otra 7 ciudades situada en el limite de 10.000 a
17.000 habitantes ooncentl'llban el 10 % da la poblacl6n urbana mientras 'al
25.6 010 restante ataba qtspeno en núcleos de poblacl6n que sólo usando criterios
muy amplios podlan recibir el calificativo de urbanos. SI se adopta el criterio da
que en el Ecuador el limite Inferior de lo urbano 8St(\ a partir de los núcleos de p<r
blaci6n de més de 10.000 habitantes -y justificaremos esteeriterio más adelant..­
eÍ11950 la, poblacl6n. urbana del Ecuador alcanzaba a la cifra de 680.728 penonllll
de la cuales el 30.8010 estaba en Quito, el 38.8 010 en Guayaquil. al 17.7 % en
cludada de 20.000 habltanta o mlls y el 13.5 010 en cludada de 10.000 a ",enos
de 20.000 habltanta. Se daba, por consiguiente. una alta prlmacla de GuaYIIQu/l
en el sistema urbano del pals y una concentracl6n de casi al '70 010 de la pobl.
cl6n urbana en las dos cludedes principales del Pe ís.

69
..

EL PROCESO DE URBANIZACION DEL ECUIIDOR 1962-1974

CUADRO No,'

INDICI!S DI! CRI!ClMJI!NTO DI! LA POBLAClON UIlBAN" SI!GUN PROVINCIAS

1'''·I96Z 196Z·1P74
(l'''U = 100) (I96Z =
100)

s.....
Cerchl 131,9 139,7
Imbobu'" 161,8 148,4
Plchlnchl 187,9 178.0
Col0Plxl 131,3 133,3
Tu"OUrohuI 1114,0 1&0,1
Bollvl' 138,8 123,11
Chlmbo,"zo 130,1 130,8
Ce"", 113,0 133,9
AZUlY 142,1 188,11
LO¡I 149,7 166,3

eo..
Eoml,"ldu 238,0 182,1
MI""bl 167,7 174,4
Loo Rlot 233,9 180,0
Guoy_ 193,4 188,8
El 0'0 280,8 187,4
Orlen• .
Nlpo 119,7 2311,11
PII1I.. 208,7 234,1
Mor,one 8IIntlego .' 138,8 214,3
Zomo....ChlnchlPl 224,9 203,8

Se podrá observar en el cuadro siguiente, en el que se considera como poblaci6n


urbana a la definida simplemente según criterios administrativos, que el peso
relativo de Quito y Guayaquil aumenta en el perlado 1950-1962, llegando a'
53.7 010 de la poblacl6n urbana total y esto a pesar del notable crecimiento de les
ciudadeS de más de 20.000 habitantes; sigue IncrementándoSe por consiguiente,
la tendencia a la concentracl6n bipolar del crecimiento urbano. Pero en el perIo­
do 1962-1974 se advierten signos suficientemente reVeladores de la reversl6n de
esta tendencia. El porcenteje de la población urbana total que detenta Quito
se mantiene estacionarlo, el dé Guayaquil disminuye y correlativamente, casi
un tercio de la poblacl6n urbana se concentra ahora en centros de 20.000 habitan·
tes y más, los que pasan del número de 13 en 1962 a 21 en 1974. SI consideramos
de nuevo como poblac16n "propiamert" IIrb.."" '.. a la residente en centros de

70
CARRON

más de 10.000 habitantes ésta llega a la cifra de 2'465.174 personas en 1974, de


las cuales s610 el 57.2010 están concentradas en Quito y Guayaquil, lo que -wmo
es evIdente- representa una disminución muy significativa de la proporcl6n que
estas dos ciudades detentaban en 1950.

CUADRO No.6

PORCIlNTAJIlS DIl LA POBLACION URBANA TOTAL (ADMINlSTRATIVA) IlN QUITO,

GUAYAQUIL Y ClUDADIlS DIl MAS DIl ZO.ollO HABlTANTIlS

1"0 1HZ 11174

Q¡;¡lto 23,0 22,0 22,1


GUOVlClulI 28,3 31,7 30,2
- Culto mn GuoVlClullo 61,3 63,7 62,3
- Controo do mn do 20.000
hobo monoo Culto v
GUOVlClulI 13,1 23,9 32,9

FUIlNTIl, _ CeuoIa. J!IoboncI6a, J..... M. c.r6a.

• .... el ollo l"lI..bemoo laduidD a Monca, la epae a..- de _ meaoo de ZO.ooo babll8II-.
.... _ _ en e1llm1tlO de _ ......

El hecho más significativo del recfente proceso de urbanización del Ecuador lo cons­
tituye el notable crecimiento de las ciudades de más de 20.000 habitantes, excepto
Quito y Guayaquil, fen6meno' ya observado durante el perlado 1950-1962 y en ple­
na vigencia durante el perlado Intlll"censal más recfente. En efecto, aunque estas
dos ciudades siguen crecfendo a una tasa anual superior a la de crecimiento total de
la poblacl6n (4,4 y 4,00/0 respectivamente contra un crecimiento del total del pals
del 3,3 010 anual acumulatlvOI Guayaquil disminuye su tasa anual de crecimiento
(de 5,80/0 en 1950-1962 a 4,00/0 en 1962-1974 y, en menor medida Quito (de
4,7 010 en 19~-1962 a 4,4 010 en 1962-19741. Por el contrario, durante los ailos
1962-1974 las ciudades de más de 20.000 habitantes excepto Quito y Guayaquil
crecen a ia tasa anual acumulativa de 7.2 010. En cuanto a los centros menores cre­
cen a tasas creclentemente Inferiores a la de la población total eilla medida en que
dlsrnlnuyé eltamai'lo de su población. Todo indica que en el pals siguen existiendo
potentes movimientos de migración Intlll"na rural-utbana y urbano-urbana y que
los principales beneficiarios de los mismos IOn los centros de más de 20.000 habi­
tantes excepto Quito y Guáyaqull mientras que los prlf1CIpales expulsores de pobla­
cl6n son los centros poblados de menos de 20.000 habitantes· Incluyendo tanto
aquellos que pueden clasificarse como urbanos como los que son propiamente ru­
rales.

71
EL PIl.OCESO DE URBANIZACION DEL ECUADOR 1962-1974

CUADRO No. 7

TASAS ANUALI!S ACUMULAnvAS DE INCIU!Ml!NTO DE LA fOBLAClON URBANA

SEGUN ESTRATOS 1962-1974 (ea p_ajeo)

,. CentrOl do m" do 20.000 hlbltllntl' 6,2


- Quito 4.4
- GUIYlIClulI 4.0
- M" do 20.000 hlbltllntll
Quito y GUlyllClulI
IX.""IO . 7,2

2. ContrOl do m" do 6.000 I 20.000 hlbltllntll 3,0

3. ContrOl do m" do -2.000 I 6.000 hlbitllntll ',3


FUENTE. DItoI • 1!IIboncI6a. JUID M. Clrrbn.

2. cARACTERlSTICAS DE LA POBLACION ECONOMICAMENTE ACI1VA DE


LOS CENTROS URBANOS

En diversos estudios realizados de diferentes áreas geográficas se ha comprobado


Que las migraciones rural urbanas dependen en una alta medida de factores de ex­
pulsión en el área rural Que desplazan fuerZa de trabajo desde esa área aunque no
exista suficiente oferta de puestos de trabajo productivos y bien remunerados en
las áreas urbanas. Sin embargo, la situación del mercedo de trabajo en las áreas
urbanas tambilln aparece como un factor Importante a considerar cuando se trata
de explicar un proceso de urbanización acelereda. Con respecto al caso del Ecua­
dor, en estudios realizados por otros Investigadores, se ha mencionado el fenómell0
de ""rba"iZlIcíó" de la eco"omía", el Que más altamente concentrado en la tosta
explicarla en parte el alto crecimiento urbano de eSa región durante los aí'los 1950­
1962. Con respecto a la "",ba"isació" de '" eco"omía" Queremos seí'\alar algunos
lIIpeCtos, referidos al perIodo 1962-1974 Y establecer-algunas comparaciones con
el perIodo anterior.

Antes de Introducirnos propiamente en el tema de la economla urbana y de c6mo


ésta Incide en el mercado de trabajo urbano Queremos hacer algunas' observaciones
más generales sobre la distribución de la pOblaci6n econ6mlcamente activa según
reglones y ramas de actividad en el Ecuador. Ellas tratarán de definir mejor la situa­
ción del mercado de trabajo global dentro del cual los diversos factores Que juegan
dentro dal fen6meno urbano son sólo una parte.

Antes de hacerlo, cabe distinguir entre un mayot grado de concentracjón de la eco­

72

CAIlIlON

nomla, en tllrmlllOl de produccl6n de bienes y servicios, en ciertas áreas o centros


poblados, y.·u n mayor grado de·concentracl6n de 01_ dtt /'11"'01 dtt trw1NtJo en
cIertes éreaS geognlflces. Ambos ProCesOS de concentracl6n no son necesariamente
colnclderltes. Actividades con una alte dotacl6n de capital, con una alte produocl6n
y productividad puaden proporcionar una oferta muy baja de puestos de trabajo.
Por el contrario actividades de muy poca Importancia en tllrmlnos de generacl6n
del producto bruto global, de genaracl6n del valor agregado o de dotacl6n del capl-·
tal, puaden ser bastante Importantes desde el punto de vista de la ocupacl6n. Esta
contraposlcl6n es bien conocida -Plll'a citar un ejemplo referido al Ecuador­
en el caso de Jos dos estratos de la Industria Manufacturere; el estrato fabril gené­
rador de relativamente muy pocos püestos de trabajo y el estrato 8rtesanal, de b.
ja densidad de capital, pero de alta Importancia por la cantidad de puestos de'tl'ab&­
jo que ofrece. Ahora bien, es el segundo proceso, el de generacl6n y oferta de pues­
tos da trabajo y su concentracl6n en determlnades áreas, el que parece tener mayor
relevancia para explicar desplazamientos de poblacl6n y. especlflcamente. para
explicar el proceso de urbanlzacl6n. Dado que la poblaci6n econ6mlcamente
dependiente sigue la suerte y los desplazamientos de la póblacl6n econ6mlcamente
activa que la sustenta (excepto, naturalmente, el caso de estudiantes que se despla­
. zan por razones de estudio y de otros grupos que se desplazan pOt' razones ex.·
con6mlcesl y que la poblacl6n econ6mlcamente activa actúa frente a dlferenclalei
en el Ingreso o en la disponibilidad de trabajo existentes en diversas éreis del
pals. los desplazamientos de polilacl6n deben explicarse fundamentalmente -Bun:
que no excluslvamente- en funcl6n de modlflC!lclóries acaecidas en la dlstrlbucl6n
espacial de puestos. de trabajo. De este modo el estudio de los diferentes mercados
de trabajo resulta particularmente útil para explicar un proceso de urbanlzacl6n
como el del Ecuador donde la mlgracl6n Int8ma ha sfgnlflcado un componente
fuerte. Por otro lado resulte útil para conoear la funcl6n que cumplen 181 diver­
sas ciudades dentro del sistema urbano y econ6mlco del pals.

. Un primer conjunto de datos ilustrativos consiste, precisamente, en aquellos que 18


refieren a la dlstrlbucl6n de la poblacl6n econ6mlcamente activa, tanto urbana
como rural, del total del pals.

En primer lugar se puade constatar que. si se habla en tllrmlnos·de dlstrlbuclO'n de la


poblacl6n econ6mlcamente activa, según ramas de actividad, entra los ailos 19liO­
1.~2, no se puede constatar una "ruiNmádCió,. 461" 6COfIO",í,,". Todo-Io contrario,
entre esos ailos el porcentaje del total de la PEA que trabaja en la rama agropecua- ..
rla IIM:Íhdtt tl. "" 49,'0/0 " ",. "0/0, dllndose este Incremento en forma mucho
més acentuada en las provincias de la Costa, resultando esl la paradoja de que aque­
llas provIncles que presentaron meyores Indlces de a'eclmlento ur:bBno durante los
a';os 1950-1962 fueron también aquellas en las Que se produjo una rurellzael6n de

73

";""-' "~'.-
ELI'ROCESODE URBANlZACION DEL ECUADOR 196~1974

la economla lan términos de dlatribuclón por ralTl8l de actiVIdad de la PEA) conco­


mltante al notable ~ollo de la lIllÓCultura p.-a la e)(portacIón an la CoIt8 y al
~1I0 de la colonlzaclón 8lII'Icola an parte de lB provincia de Pichincha.

CUADRO No••

tollCllNTA,J1l8 oa LAftAEN LAAGIUCUL'I'UIIA Y ro-.::arrA,Jlil OIINC:UMllN'l'O


oa LA nA
EN LA AGmeULTUllA 1950-1"4

1950
..........
"'1 1."'''nAcew•
19112 1"4 1""'19112 19112·1"4
010 010 . 010

TOTALJUlPUJIUCA
l1IlIlRA
49"
49.57
""
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46,2
45.7
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11"
lo!
Clfchl IU3 80.. 17''' 30.8 7"
........ 40.88 80.1 4304 27.1 ·11 ..
Ptchlnch. 28.ll3 28.1 18.2 33.4 12.1
Co~I82.oe . .,8 1llI.7 • lI.3 27.2
TlllIlIIl..huo 88." 88.7 80.2 ·21.3 311.3
8011_ 80.11I D.l 71.7 11.8 ·18.7
Chlm_ 17047 72.2 81.8 32.8 ·14..
ClIIot 38.38 81.7 80.8 34.3 ·8.4
Azuoy 44.4l1 88.2 40.8 8.4 ·17.8
Lojo 84.88 73.8 lilA 28.1 • 1.1
ClOITA ....... ,...1 47.4 57.7 21.1
.........ldoI 84.31 87.2 llI.3 42.1 23.0
Monobl ".D 7:1.7 87.7 17.8 12.1
Loe R 101
.Guoy.
70.84
33.11
78.2
38.3
72.8
28.8
".2
12.8
31.1
21.2
El Oró 80.34 82.8 11.4 73.0 21.2
aL OIlD!NTE
GALAl'AGOI
71.67
74.55
74.7
58.0
67.6
52.'
52.'
41.6
102.2
11.0
Zo_.n dl_l6n ".2
P111lNTJ!, 1) JUNAI'LA, Lo PDbIod6a .............. (JUNAPLA" o.-, 1960). 0Udr0 _ _

No. 7, 2) JUNAPLA. D Ceaoo ... Poblodlla Y I de VIYIeado, 1962, Tomo DI, p. 65-16, JI]U

NAPlA m Ceaoo de 'al>Iad6a, 1974. ~1Odoo DefIakhooI, _ _ N....... uuNAPLA,

QIab. 1"6, p••-0. .

aLAllOIlACION. AIlIa MIddIetIm, PLACIO.

En verdad, durante 108 ai'los 1950-1962 no. se observa un desarrollo relatIvo lT18yor de
aquellas ramas de 8ctlvldad que 8uelen presei¡tBr una localización tlplcamente urb&­
na -nótese que siempre n08 referimos a puestos de trabajo y a captBclón de lB
PEA-. En efecto, mientras el sector 8lII'0pecuerlo capta a una proporción creclante

74
CARRON

de la PEA la Industria Manufacturera desciende de un 23,8 % a un 14,6 010. ~


censo que no se ve compensedo con· la creación de nuevos puestos de trabajo
en los ramos de la Construcción, el Comercio o los Servicios. Estas tras últimas
ramas absorben en 1962 sólo a un 23,3 010 de la PEA total, mientras que en 1950
captaban a un 19,6010 de la PEA total.

CUADRO No.'

POBLAClON Il00NOMlCAMl!NTI! ACTIVA DIlL IlCUADOR,' SIlGUN llAMAIJ DIl

ACTIVIDAD (.... . . -. . .)

1"0 1962 1'74


Agrlculturo 48.& &6.8 4B.II
Mina 004 0.3 0.3
Indullrl. MlnuflCturorl 23.8 14.8 11.8
Connrucclo_ 2.2 3.3 4.8
Eloctrlcld8d y ogul 0.1 0.3 0.4
Comercio &.7 8.8 11.11
Tronoporte 2.0 3.0 2.11
$ervlclOl 11.7 13.2 18.3
ActlYldIdeI no IIPIClflcedel 4.4 3.0 4.11

TOTAL 100 100 100

• To'" de la PobIacl6a 1!con6III.......... Acdft DO .......ye ~


mI_.
FUl!NTI!. JUNAPLA, Lo Poblldba dell!audó< (JUNAPLA, 0.-.
1960). <ludro Aahio
No, 6, 2) JUNAPLA, D Ceaoo de Polüdba Y 1 de VbIeada, 1962, Tomo DI, p. "', "JtJ.
NAPLA m c....oo do Poblad6a. 1'74, __ 1. . . DefIaIdtot, _ .... N"'¡~ (JUNA­
nA, Qlahio, 1'76, p. "l.
IlLABORAClON. AlaaMlddláoa PLAC8O.

La paradoja se disuelve cuando se examina el Perlll de la PEA en los centros urba­


nos del Ecuador durante el 8/10 1962. El Centro de Análisis Demográfico raellz6
un estudlo(2) en el que analizó dlvarsas caracterlstlc:as de la población del Ecuador,
.dlvldléndola en 4 estratos. •

l2l CenlrOda ""'1111. ""';ogrifleO:Pobl<rcióll d., E__or. COlllpoddDrt y CfftiJi,...", " , .


62-74¡dlclombn 1874.

7'

~ ,,; ­
.~~: ,,_. ";~':;.. :'l. ,

EL ,PROCESO DE URBANIZACION DEL ECUADOR 1962-1974

l. Ciudades de 100.000 habitantes y más.


11. Ciudades de 10.000 a 99.999 habitantes.
111. Ciudades de 2.000 a 9.999 habitantes.
IV., Centros de menos de 2.000 habitantes.

El estudio que se refiere fundamentalmente a datos extra Idos del Censo de Pobla­
ción 1962, lIlToja Interesantes resultados. En la parte pertinente a distribución de
la PEA según ramas de actividad aparece claramente el estrato de centros menores
de 2.000 habitantes con caracterlstlcas propiamente rurales: un 81.4 010 de su
PEA se ocupa en actividades agropecuarias y sólo un 8.8 010 en actividades artesa­
nales. Distribución esta de la PEA totalmente normal y esperable en centros pobla­
dos de esa magnitud de población. Pero lo notable es que los centros poblados del
estrllto III (de 2.000 a 9.999 habitantes) tienen nada menos que un 62.23 010 de
su PEA ocupada en la agdcultura, mientras que sólo un tercio de su PEA es1l\
vinculada a actividades no directamente relacionadas con el agro. Estos centros
poblados, son, pera una alta proporción de su población activa, ciudades dormide­
ros para trabajadores cuyas fuentes de trabajo no están localizadas en el casco "Uf"
b""o ". Es pór ello que dlf(cllmente podemos clasificar a estos centros como urba­
nos. En el caso del Ecuador, todos los centros menores de 10.000 habitantes debe­
rlan ser clasificados como rurales o como una forma mixta de urbano-i"ural.

Aún los centros de 10.000 a 99.999 habitantes tienlj/1 algo más de un tercio de su
PEA ocupada en la agricultura. Aunque desempeilan en mayor madlda la función
de localización de actividades productivas artesanales y fabriles y de provisión de
SIlfVicios, aún no eliminan en forma significativa la función del centro de residencia
para trabajadores en actividades extraurbanas.

Por último, en el estrato 1, tenemos finalmente centros donde la PEA está ocupada
en actividades económicas localizadas en la propia urbe, y en forma casi exclusiva.

De modo que el formidable Incremento de la poblaciÓn urbana en la Costa durante


el perlado 1950-1962, en el estrato II (y a fortlorl en el estrato IIII no se debe tan­
to al fenómeno de la localización de actividades económicas en esas cludades. y
a su Incremento durante el periodo 1950-1962, sino al Incremento de las actividades
propiamente agrlcolas vinculadas a la' agroexporteclón. No se trata tanto de una
urbanización de la econom ia, como de una rurallzaclón de la econom la que, por un
extrllflo mecanismo, potencia a la población de los centros urbanos.

Es diferente el caso del proceso de urbanización durante el período más reciente.


Dlsmlnu)(e en términas, relativos la 'proporción de la' PEA total que absorbe la agri­
cultura, la que desciende del 55,6 010 al 46,2 010. En térm~nos de ocupac;jón se

76
CARRON

puede ·hablar de una desruraltzaclón de la econom la Que no es cQmpenseda por una


abundante creación de nuevos puestos de trabajo en la Industria Manufacturera
sino más bien por la expansión de la ocupaclón (presumiblemente de baja productl­
Iildad y de baja remuneración) en el comercio y los servicios. Entre los anos 1962 y
1974 en la AgrIcultura se crean sólo 95.272 nuevos puestos de trabajo y en la Indus­
tria Mam¡facturera 16.098 mientras en el Comercio se crean 91.973 puestos nuevos
y en los ServIcios 138.872.
.

CUADRO No. 10

DlSTRIBUOON DE LA PEA \JRIIANA DEL ECUADOR SEGUN ESTRATOS

Y lI.AMA8 DE ACTIVIDAD 1P62 (ea pClftellllljeio)

llImu de acchIdId l!otntoI


o m
Agrle••lIv.. el" Y _ 3.99 34.80 82.23
Mln. V center•• 0.28 0.14 0.113
Ind. MlnullCtU"''' 24.82 19.38 14.80
Conotruccl6n 7.88 4.89 2.89
electrlel<J.d, 11II1, egul. IIn. 0.71 0.17 0.07
Comercio 18.66 9.74 6.49
TrenlPOrtI,llm...-nllnto 7.28 6.08 2.38
StrvlelOl 36.08 21.19 10.43
No llpeclllcldll 3.69 4.88 1.62

TOTAL 100.00 100.00 100.00

PUENTE, c..o de PObllcl6D ele lP62.


ELABOIl.AClON, CoDtrv ele AúIJIII Dlmopdco. .

Ahora el creelmlento urbano es mlls lento Que en el perlado anterior y tISÚ más
Iilnculado a la expansión de actllildades económicas localIzadas en las mismas ciu­
dades. En especial 'as ctudades de la Costa del estrato 11 Y del estrato 111. cuyo ere­
ctmlento esté muy dlrectamente Iilnculado'a la expansIón de la actllildad egropecu.
ria de, la reglón, presentan tases de crecimiento notablemente menores: S1mult6ne8­
mente cembla el perfil de distribución de la PEA según ramas de aetllildad en las
ciudades del Ecuador.

En-el estrato 1, que en 1974 comprende a tres ciudades: Quito. Guayaquil V Cuen­
ce. disminuye notablemente la proporción ·de la PEA totel ocupada en la Industria
Manufacturera, y aumenta correI8tfvamente l. conoantrllda en actflildadesdel C"o­
merelo y ServIcIos; actllildad esta última an la que el desglose efectuado antre _­
vicios financieros y seMclas personales permIte captar a una gran proporción da la

11

.. ): ..;; , '-.:
EL PIlOCESO DE UllllllNIZACION DEL ECUADOIl 196:1-1914

PE A ocupada en actividades de muy baja productividad y remunerecl6n. En cuanto


al estrato 11, deja de ser simple lugar de residencia para un tercio de su poblacl6n
activa, excepto el caso de las ciudades entre 10.000 Y20.000 habitantes de la Cos­
ta..El proceso de urbanizacl6n se ha afianzado, es más dependiente de actividades
econ6mlcas propiamente urbanas pero se realiza con una sobrecarga de oferta de
trabajo en actividades de servicios y de comercio no establecido.

CUADRO No. 11

tNCREMI!NTO DI! LA POBLACION URBANA I!N LOS I!STRATOS I y Q DURANTI!


LOS PI!RJODOS 50 - 62 - 14 ( ....mll1adoM)

19So-1962 1962-1914

l!oUato I (100.000 Y ....)


To'" U 4.8
Slerrl 4.6 6.8
CoIto 6.8 4.0

l!oUato Q (10.000 I 99,999)


To'" 1.3 SoS
811..1 3.9 4.0
CoIto 12.8 8.7

I'Ul!NTI!. ee- ele Pob1lld4n. I!IIbondÓD' J - M. c.r6D.

CUADRO No. 12

DISTRJBUClON DI! LA PIlA SIlGUN llAMAII DI! AcnvJDAD I!N I!L


1!8TRATO I ANO 1974

GUAYAQUIL QUITO CUENCA TOTAL


Agrlcultur.,' peIC8 2,21 1,30 3,82 1,82
MI_ 0,18 0,&6 0,08 0,34
Indult. mlnufllCt. 16,83 17,71 23,2& 17,12
EIICt.. lIIt Y IlIUI 0,82 1,0& 1,0& 0,79
Conltrucclones 8,61 10,0& 4,87 7,80
Comercio 22,83 16,17 16,20 18,11
TrlnlPOrt8 6,06 4.82 4,32 4,82
Etub. FINlncllrOl 3,11 3,27 1,67 3.07
81rvlclOl 31,26 38,70 38,80 34,82
N.E. 10;27 8,38 6,86 8,30
Trlbl¡ldores 2,14 1,21 1,44 1,70
TOTAL 100,00 100,00 100,00 100,00

PUl!NTI!. e - de Pobleclón 1974. m..-el"".)uD M. CIlIÑft

78
,
CUADRO No. 13

...
DlSTRIBUaON DB LA '.BoA.SBGUN RAMAS DB AC'I1VIDADBN BL ESTRATO U, SBGUN RBGIONBS
, y SUBBSTRATOS. ~O 1\174

, AIrtD. ..... a.. Conlr. .\ e:.-o. ~. F~"" N.E. ToN. TOlII

SIem+
(i 20.000 8,54 0,22 18,48 0,88 &,&8 18,83 7,rs 1.78 38,37 8,31 1,88 100.00
;'.;
CoIt8+
:;"," 20.000 18,22 0.13 13,3li 0,78 1I,a2 19,77 &,08 1,08 27,19 e.o& 2,86 100,00

TOTAL + 2O.OOlI
11,73 0,17 14,81 0,81 &,88 18,41 8.00 1,40 31,&9 7,24 2,30 100.00
I
81... +
10.000.
'~~ ~
20.000 9,29 0,28 21,90 0,117 8,77 11,79 1i,92 1,11 38,01 4,77 1,83 100.00
J

I
CoIt8 +
10:000 •
20.000 3&,38 0,28 9,87 0,3& 4,71 1&,28 3,811 0,7& 20,43 7,18 2,13 100,00

. TOTAL +10.000.20.000
23,73 0,27 1&,14 0,411 11,83 13,71 .4,86 0,91 27,39 8,10 1,91 100.00

TOleI dll
EslrIto 11 14,31 0,19 14,90 0,73 . 1i,67 17,40 11,11 1,30 30,88 7.00 2,22
100,00 1 ~
I PUEN11!. e- de Pobledlm de 1974. ~ . Ja- M. Car6D. ""
~ ~

,';
EL PROCESO DE URBANnACION DEL ECUADOR 1962·1974

3. LAS MIGRACIONES INTERNAS Y EL PROCESO DE URBANIZACION DEL


ECUADOR.

Las consideraciones anteriores nos introducen en el tema de las migraciones hiter·


nas y su incidencia sobre el proceso de urbanización del Ecuador. Tema que sólo
podemos abordar tentativamente pues los procesos migratorios suelen revenirse
de una gran complejidad que dificilmente es captada por la sola recolección de da­
tos de origen censal. Es bastante frecuente que grandes grupos de población ten·
gan varias migraciones sucesivas durante un período Intercensal. Además los censos
no registran los desplazamientos de aquellos que han migrado durante el.perlodo
intercensal y han fallecido ·al momento del levantamiento del censo. Finalmente
18 Información censal sobre migraciones Internas, a pesar de todas sus limitaciones
puede dar Indicaciones bestante precisas si se trabaja al milximo nivel de desglose
que permitan los datos censales lo que no siempre es posible. si no se dispone
de tabulaciones especiales de los mismos.

Sin embargo, expondremos algunas de las tendencias más gruesas y fácilmente


detectables con el ánimo de plantear algunas hipótesis de trabajo que debería!1
. . veriflcedas con un análisis detallado de los datos censales y, sobre todo, con
encuestas e Investigaciones especlflcamentedestlnadas a estudiar las migraciones
Internas del Ecuador.

SI se define como rnlgrante a aquella persona que ha cambiado de lugar de residen­


cia habitual y como mlgrante Interprovinclal a aquel que ha cambiado su residencia
habitual de una provincia a otra, obtenemos, según el éenso del ailo 1974, una Ima·
gen de grandes contingentes de pobleción que se han desplazado de una provincia
a otra durante los ailos anteriores a 1974. En base a esos datos censales hemos cal­
culado los saldos de migración neta Interprovlncial (Inmigración menos emigración)
y su proporción con respecto a la poblaclón total de cada provincia en el ailo de
1974.

Como era de esperar -y este es un fenómeno ya bastante conocldo- todas las pro­
vincias de la Sierra, con la excepción de la provincia de Pichincha, arTcjan saldot
de emigración neta Interprovlnclal y todas las provincias de la Costa, con la excep­
ción de Manabl y de Los Rlos presentan saldos de Inmlgraclón neta Interprovln­
clal. En cuanto al OrIente, es una zona receptora de Inmigración..

Estos datos reflejan retrospectivamente el gran movimiento de emlgraclón dela Sle­


mi hacla la Costa acaecldo principalmente en la dllcada de los aflol 50 y el més re­
clente movimiento da emigración hacla el OrIente. Pero precisamente por trBtane
de datos globales, referidos a mlgraclones acaecldas durante un largo perlado de

80
CM.ON

tfempo anterior a 1974, ocultan varlaclones en las tendenclas mlgnrt6rtcas que


pudieron dane en d"*Jos subper{odos. Algún Indlclo de . . Y8I'I8c/on.. va lo tu­
vimos en el Cuadro 1 de.aste trabajo. AII{ observamos que la población de la SIam
cracló -durante los anos 1962-1974- a una tM8 anual acumulativa notablemente
iuperlor a la de los anos 1950-1962. El fenómeno Inve!1O se oblérVó en la reglón de la
Costa. Esto Indicaba. una dismInución de las tradicional.. migraciones SIIlITlI-Costa
duranté el periodo Interceilssl mlls reciente. Un" examen mlls cuIdadoso de los de­
tos exIstentes PermIte comllrobar cambios slgnlflcatfvos en la dlNmlca .de pool.
clón del Ecuador.

CUADRO No. 14

IALDOI DE MlGJlAaON NETA INTEIIPB.OVINaAL°


(Be ,._1.; coa nIpCCIIIala polUd6a IDllleIe ada ......... al 1974)

P.......... - . . . . . -
Eollvar
......... -
23,0
- ......._IUi........IlIréoI6n_
Elmefwl_ 4,1

Lo"
Chlmborazo
18,1
14.1
Guaya
P_u
10,8
11,3
CotDpllx' 13,7 E/Oro 13,1
Az-v ;3;6 Gal......... 13,3
Monabl 13,0 Pichi""". 18,2
Tunguf'IIhuI 9,4 \ Moroni 81nl_ 19,8
CIIrchl 18,7 NIPCl 211,6
C11l1l1r 8,9 lamo.. Chlnchlpo 38,4
Imbobu.. 8,7
LoI RIOI 317

PUJINTI!. Ca8IO de 1974

En términos generales se puade afirmar que se pasa de una ,situaCIón en la que l.


migraciones Slerra-Costa constltuven casi la totalidad de 1.. migraciones Intarn.
del pa{s, a otra en la que adquIeren ptedomlnante Importancia l. mIgraciones In·
traprovlnclales (en el Interior mismo de cada provincia) y las mlgraclon.. Intrarnt­
g/onales /SIerra-Slm; Coste-Costa y Orlent.Orlente). .

81
BL PROCESO DE URBANIZA ClaN DEL ECUADOR 1962-'974

El Cuadro estIId ¡&tleo siguiente proporciona una primera visión globel de estII varia­
cl6n. Dllmlnuye la taI8 de emigración netlI (migración neta sobre pobleclón total
en el ano en cuestión) de le Sleml8 otras reglones del pels. de un ·4.7010 en 1962
e un· 3.77010 en 1974 y disminuye temblén. correlBtllllll1lente le tesa de Inmigración
nellI de, le Coste, desde un 4.2010 e un 2.40/0. En términos reletlvos le 51B1Tl1 pIerde
mucho menas población en el perlado que ve desde 1962 e 1974 que en el perlado
lI1t8rIor e·1962. Le reglón beneficiarle de estos flujos de pobleclón ye no es cesl ex­
c1us1Vl11'Oenta 18 Coste, como lo refleje el censo de 1962. sino temblén el Oriente.

CUADRO No. U

IIIGRAaON INTIlRNA llNTIUl PROVINCIAl DIlL IlCUADOR. 1962 -1'7.

DI pro ."r"Bao _0
(No . . . . . . . . m . . .dfalDcw .......... __ . ~
ole protIeeIa . . . . . .)
_0
--
1112 1174
N......_ No....._
R....... Y'"-. M.N'" ME' M.NM8 Mi'

Azul'(
-,..G48
38.827
• 4.7
-13.4 0.01
''''''1'
49.1583
­ I.n
• 13.111 O.IM
BoIIwr 11.887 - 8.0 0.03 33.313 - 23.0 0.118
Colle, 8• • 0.011 13.088 • 808

....
• 8.3 0.87
Conhl 111.170 ·1••9 0.011 20.140 -le.7 0.711
Cotopoxl
Ollmboruo
26.001 - 0.02 32.497 ·13.7 0.44
28.349 ·10.3 0.04 42.lIiO ·14.1 0.80
Imbobu..
Lolt
10• •
26.4118
'. e.3 0.1e
0.03
18.8311
e1.831
· 807 1.19
• 8.9 ·18.1 0.88
PlcIllnch. IM.102 ·1e.0 0.08 - 180.1311 ·18.2 0.4&
Tu......hu. 2&.818 -14.4 0.03 26.488 • 8.4 0.82
c.- • .417 4.2 711..18 :1.4
............
El Oro

0uI'(.
21.047
1.430
121.813
13.1
1.2
12.11
0.21
1.08
0.11
27.490
8.434
180.llll8
13.1
4.1
10.8
1.87
4.80

1.02
LoIRfOl 3.042 · 1.2 1.22 . 14.387 3.7 3.117
Me...,f 112.790 • 8.e 0.02 ·108.814 ·13.0 (21

0rl0MI
Moro... 8entllgo
111.-
11.803
21.A
22.8 0.14
42.-
10.1181
·20.'
18.8 0.711
NIPO 1.839 8.9 0.14 II1.IM2 211.II 0.80

-
PeetI.. 3.810 28.2 0.14 2.881 11.3 0.87
ZemorI Ollnchlpo 4.803 40.4 0.04 13.266 38.4 0.26

Gel...... 28.3 ea 11.3 0.41


° MlpMI6oa' . •,r
~
, ' ...... JIIÍIrId6a exD8jKo......
PUIlNTIl, ~ ole PolIIecI6a 1962 Y 1974.

1llebond6a. CoIouauIl Y 21 eem.o ole AúIIIII Dom....,..o. CoIumeo ,. l - M. CoIr6e.

82
CARRON

PIro lo méI Importante es constatar h8Bt8 qué punto eumenten lesmlgrllC/ones


en et Interior mismo de cede una de las provincias. Según el censo 'de 1962-las mi·
9reaonas IntraprovIncleles 8C88Cfdas h8Bt8 _ eflo erer) de muy eScasa magnitud
y consldlnb\emente Inferiores e las migraciones Interprovincleles. En ninguna
proyIncIa: de le S181Yl1 o del OrIente las migraciones Intraprovlncleles superaron
'" 16 010 de le mlgr8cl6n neta de las mismas con respecto e otres provincles del
pefs. Lo mismo se puede observer en las provincias ae le Coste, donde el índice
elto de MIP/MEP de Esmenldes y Los Ríos sólo se debe e que le Inmigración
neta en _ proyInclas fue de muy pequel\e magnitud. Lo contrario se observa en el
.censo de 1974. En dos provincias de le S181Yl11e migración Intreprovlnclel equlp8f'll
o BUpBrlI e le emlgnlClón neta extraprovlnclel (Caflar e Imbaburel. en les restentes
adquiere magnItudes slgnlflcetlllllB. En todas les provlncles de le Coste le magnitud
de le migración Intraprovlnclel sUpBrll empllemente le migración neta Interprovln­
del. En '" OrIente se 01lBve une situación slmUar e.le de le Sierre.
Aunque el cuadro enterior permite detectar une situación nUBVe(3) le comParación
que 8111 se1lBteblece entre los detos del censo de 1962 y 1974 edolece del conocido
defecto que le Información global del último censo no sólo se refiere e migraciones
IntemIB 8C88Cfdes entre 1962 y 1974 sino temblén e flujos de persones que emigre­
ron entes del eflo 1962 y eún sobrevivientes en el momento censel de 1974. Páre
obviar este defecto de una compareclón entre detos globeles de los dos censos
tMmós etebOl'8do los dos siguientes cuedros 8Bt8d ísticos en los que sólo se conside­
ren las mIgraciones Internes acontecldes entre 5 y 9 eflos entes de 1974 (desde
1964 e 19691 y entre O y menos.de 5 ellos entes de' 1974 (desde 1970 e 1974), tel
como estén computadas en el censo de 1974.
. \

Les tendencias migratorles entre los eflos 1965y 1969 (Cuadro No. 16) ya difieren
bastante slgnlflcetlvemente de les observades en el censo de 1962 con respecto el
período enterior e _ feche; eunque todas las provincias de le Sl8lYll con le soia
exoepclón de Plchlnche siguen siendo expulsores netes de población ye no es le
'CostlI le casi exclusive beneficiarle de estos flujos. según el censo de 1962, el

(31 Otro fn6-o _


fW .. puM 011_ ptJt IMtIItHU ''" MIo. del __ d. 1974 ..
., .,., _,.,.,.,. _ M '" """Igrruió• • -.do"'" .. el 8&rMd0f'. B. 1961 Ñ­
6Ít114.163 ~'''.'p-"c_lNdo,prlII.....,_ ""ptOf1bu:ÍtII M
G...,.,. e-bi, y B......,.,.,. BUo,..- . .. Pfcb_"'"
...,w._.....1 0,60/11 M '" p"bIuI6tl "''''', .
MI &utIOf', B. 1914 .1 _ _ M _1ljnD'""'Ú ltIIÚ qW dup1Jad", .......... '"
"IN M U.
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~71'
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fW cDtllt/luy... el 1"/11 M '" poblul6ll ""'" MI
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~ 1M lMcbD fW."" _ M ",/pIIdoIlI_. ,OMI (_" . _ " """,,,,,",,,,,,,J
.......... J1n1'1bIdiu dl/fml. ,-,-", M "" fW .. """".." .1 ~ RlI" '" ..p.
.,., ~ ~, ...."." "."",""," 111.4"/11: G...".,: 11.6"/11: e-b/: . U.OO/ll:
B......,.,." 6.1"/11: lA, Rúm ·1.I"/II~""""""':• 7.1"/11.

BJ

. '

,.-t...
, ;, ti .{.­
EL PROCESO DE URBANIZACION DEL ECUADOR 196:1-1974

84.20/0 le la emigración neta Interreglonal desde la Sierra a otras reglones del pals
es absorbida por la Costa y sólo el 15.1 % por el Or1ente. el:¡sorblendo Galápagos el
pequeflo residuo restante. Entre los a/'los 1962 y 1969. según el censo de 1974, sólo
el 5O.4o.b de la emigración neta desde la Sierra hacia otras reglones es absorbida por
la eosta y el otro 500/0 es absorbido por el Oriente y Galápagos. Pero lo más impor·
tante es observar el aumento de la migración Intraprovlnclal que constituye une
clara diferencIa con respecto a la imagen que'proporcionab8 el censo de 1962.
CUAPRO Na. 16

(Da Ipondo a1._......


MJGRAClON I!XTRAPROVINCIAL y MJGRAClON INTIlAl'IlOVINeJAL (5 09 AflOS)
oIl!a)

.....
M. N... TDlIIlll M.N. 1_(2) MIPI31
IEI.) lEl.) MEP
·11.182
Cerchl • 3.088 • 3.868 2.377 0.82
Imbobu.. ·.3.278 • 3.538 3.777 1.07
Plchlncho 44.862 41.476 14.610 0.31
CoI_1 11.0112 6.160 2.794 0.114
Tungur.hu. 4.204 4.378 3.lI99 0.82
Solfv.. 8.448 8.618 4.222 0.86
Chlmborazo 7.818 7.890 4.801 0.80
Cellar 1.288 1.312 2.3Ol1 1.78
A1u8y 9.347 S.643 6.1113 0.811
Lo!o ·19.621 ·1S.801 9.748 0.47
e­ 1.1411
Etme..lda 3.078 2.486· 8.810 2.88
Mo".bf ·26.910 ·28.616 28.189 1.08
Lot RfOl • 1.173 • 1.849 10.880 11.72
Guay. 32.708 30.878 32.808 1.07
El Oro 4.388 4.228 10.179 2.41
OdIntoyO",- 1.017
Nepo 1.198 999 1.644 1.86
Pulo.. 441 -1124 388 0.92
Morono SonlllllCl 2.198 2.172 1.lI2O 0.70
z"mqro Chlnchlpo 6.601 6.498 823 0.111
Gol6plgoo li9 44 47 1.07
MIgrocl6n nolll do lo Slorro o lo CoollI: 9.1149
MIlIf1ICI6n noto do lo Slorr. o Orlonlo y Go"_: S.813
MIgrocl6n nolll do lo COIto o Orlonlo y Go"_: 630
Uogodos dolo.llIrlor: 9.314.
- MIlIf1ICI6n Inlroprovlnclol on lo Slor..: 62.438
0/0 do mlgF8C16n InlroprOvlnclol on lo Slorro IObro mlllf1lCI6n doodo lo Slo"o o olr. roglon..:
2.987
- MlgF8C16n Inlraprovlnclol en le CoIlO: 98.383
0/0 do mlgrecl6n Inlreprovlnclel en le COIto oobre Inmlgrecl6n neto en le Com doode olr.
Rlglon..: 9.882
f 1) MIfrw/61I . ....".,t1IItdtIJ 'aMI (.."..,. y "-Jm>')
(Z'Mlprddo . .~ " ' _ (1010 . .rlPa.)
(J) M ~ "'''''P'o••:iIJ 10m ~ --.,,,,.IIu:Ml •.,. "'_.
PUI!NTI!, Omoo ele Poblacl6n e1e1974.1!IabancMI. M. c.r6D.

84
CARRON

CUADRO No. 17

MlGRAClON I!XTIlAPROV11'lCIAL y MlGRACI0N lNTIlAPROVINCIAL

. (mea"'.e1e' oiIOI)
\
(no ....ondo ni ~o_ en dllcuolón)

M:N.lntemaI21
M. I,"",provln. MIPl3

IE....1
MEP

lIIern ·40.823

Cerchl
• 4.822 • 8.847 &.&84 0.82
Imboburl
• 7.482 • 8.148 8.880
1.07
Plchlnchl
87.90& 75.186 - 37.980
0.&1 .
· Cotopoxl • 10.192 ·10.414 6.867 0.158
Tungurlhul • 7.08& · 7.683 7.637 0.88
801l.lr
·18.08& ·18.228 7.608 0.41
ChlmborlZO
- 1&.961 - 18.280 9.817 0.89
Celler
• 6.019 • 5.189 4.824 0.113
AzuIV
.17.681 ·18.288 12.238 0.87
I.Q¡I .24.418 ·24.884 18.161 .. 0.88
e:­ 17.117
Eomerlld.. 8.018 4.184 20.163 4.81
• Mlnobl -42.482 -44.084 52.488 1.18
Loo RIOI • &.863 • 7.117 21.960 3.09
GUIV" 68.&18 52.021 82.878 1.21
· El Oro 12.834 12.200 20.631 1.89
Or...... V G ~ 23.438
i4.po 14.770 14.0li0 &.786 0.41
, PntI.. 830 5IlO 874 1.48
Morono s"ntlego 4.432 4.328 4.568 1.06
Zamora Chlnchlpo 4.141 4.112 2.182 0.63
GII~_ 383 347 147 0.42
MIgrecl6n nlle de I1 SII..I 1I1 CoItO: 21.037 '
MIgrICI6n neto de 11. SllI'rl 1 O~llntl V GeI.pogOl: 18.U8
M~16n nito de I1 CoItI 1 Orllntl V GI.,ípegoo: 3.860
LllgldoI del Extlrlor: 30.787
- MIgrICI6n Intreprovlnelll In fl SII..I: 115.888
0/0 di mlgrICI6n IntrlProvlncll1 In 11 SII..I IObrl I1 mlgrICI6n doodlll SII..I 1 otr.. reglo­
....:2.86& ­
- Mlg'ICl6n ¡nt,eprovlnell' In I1 CoItO: 178.088
0/0 de mlgrecl6n Intrlprovlnclll In I1 Cofto IObrI InmlgrICI6n nltl In I1 CoItO doodl ot,..
reglan..: 10.382
(l' MIgnrcIó.. "'''''fWD'''''dI' .... lO"" (fI4tirJo. y ...........,
.. (2' MlpwIció.. "'''''fWD'''''riIJ .'" .,.,.,. (IDIo udr/o"
m Mpd6.. "'''''fWD'''''riIJ'''m ...pe/m. ."""".,,,,,",,,......,.,.,. . .
PUl!NTI!. Cenoo de Poblecl6a ele 1974. I!IobMKI6a. ]a. . M. CIIrbo.

Cuando Ilasamos al Pef{odo'1970 . 1974 (Cuadro' No. 17) las nulMlS tendencias
migratorias se acentúan. Ya aparece el Oriente comóel prfnt!pal receptor de la mi"

8j
BL PII.OCBSO DB UII.MNIZACION DBL ECUADOII. 1962-1974

gracl6n neta Interreglonal que existe en el pels, recibiendo contingentes de pOOI8- .


dl!n no sólo ya desde la Sierra. sino también desde la Costa, y en cantidades signi­
ficativas. Sin embergo, es la mlgracl6n Intraprovlndal la que domina ahora el pano­
rama de les migraciones InterTÍ8s. Las mlgraclones Intraprolllnclales en les provlncles
de la Sierra y de la Costa entre los allos 1970 - 1974 más que duplican la e/fra ob­
Sln8da entre los anos 1965 y 1969, pasando de 140.799 a 294.076. En la Sierra
la m1grac16n Intraprovlncfal es 2.86 veces superior a la emlgracl6n netá desde la
. SIerra a otras reglones del pels, en la Costa es 10.36 veces superior alalnmlgracfón
neta que recibe esta regl6n. En sefs provlndes de la SIerra el índice de MlP/MEP
de los anos 1970-1974 es superior al de los anos 1965-1969. En tres provlncles
de la Coste se observa el mlsmofen6meno. Otro hecho nuevo es el del Incremento
de la Inm/grac/6n Internacional la que pasa de la e/fra de 9.549 persones en el perio­
do 1965-1969 a.aD.787.personasen el periodo 1970-1974.
,
l.o que aperece con bastante nitidez es que les mlgraclones Intraprovlncfales f~eron
de muy esc.a Importancfa hasta el ano 1962. A partir de ese ano van adquiriendo
volumen hesta convertirse en el fen6meno més significativo dentro de la dlnllmlca
poblactonal del pels. A partir de los detos ya publicados de los censos -los únicos
de,los que hasta ahora dlsponamos- es dlfle/I precfsar con exactitud el ano en que
esta n~ tendencia se afianza. El punto de flexl6n debe haberse produe/do hecla
mediados de la década de los anos 60, a pertlr del cual el fenómeno se acelera hasta
alcanzar magnitudes realmente notables.

Otra n~ tendencl8 que se afianza paulatinamente es la del lnaemento de les


mlgrac/olllll.lntrln"eglonales. Tradlclonalmente se hablan dedo migraciones Impor.
tantes desde les. provincias de la Sierra hecIa Pichincha y, en la Costa, desde les
prgvlncles de Los Rlos y Manabl, hecIa Guayes, Esmeraldes y ~I Oro. Pero a medida
que nos 8C8I'C8mQS hacfa el a/lo 1974 estos flujos Intrerreglonales aumentan en
números absolutos y en Importanda relativa (ver Cuadro No. 181. En la Sierra,
hasta el ano 1962, le provlncfa de Pichlnche 'absorbf6 sólo el 44.4 010 del total
de emigración neta proCedente de les otras provine/es de ese regl6n; según los da­
tos globeles del Censo de 1974 esta proporcl6n llega cesl el 50 010; en los perio­
dos 65 - 69 y 70 - 74 supera el 50 010. En la Coste íe emlgraclón desde Menabl
y Los Rlos hade Guayes, Esmeraldes y El Oro también aumenten notablemente.
Sólo en' el Oriente les migraciones Intrerreglonales son de 8SC8S8 magnitud y se
obaerva «:ncentamlento de loá flujos de poblacl6n que provlenen de otras dos
reglones del pels. En efecto, el Oriente que aún en 1962 era una reglón de emigra­
cI6n heda la Costa (aunque les mlgraclones nates Orienta-Coste enn de magnitud
muy pequeflal se conlller1e en receptor de mlgracf6n desde la Coste durante el
periodo Intercensal postérior a 1962. Finalmente Pichincha, durante los anos 1962·
1974, se convl~e en la prlnclpel provincia receptora de Inmlgracl6n Interna del pels,

66
CARRUN

ábsorbiendo altQs contingentes de población no sólo desde el resto de la Sierra


'sino aún desde la Costa. aunque esto no obsta para que el aporte que recibe desde
el resto de la Sierra sea más de 4 veces superior al que recibe desde la Costa.

CUADRO No. 18

MIGRACI0N NETA INTERNA EN'TRE PROVINCIAS


O REGIONES SELECCIONADAS

1982·111 1974·(2) 1965-1969 (3) 1970·1974(4)

- Resto Sierre I P.ichincha SO.644 144.41 148.654 149.81 30.7381 Ilil.61 69.-120 (61.8)
- Re.to Sierra I COltll 85.975 147.21 114.843 138.4) 20.090 133.7) 39.714 (:14.31
- Resto Sierra 8 Oriente V
Galépagos 1~.191 18.41 35.146 111.8) 8.787 (14.7) 16.288 (14.11

Total relto Sierra 8 otr81


regiones 181.8101100.01 298.4421100.01 69.6.16 1100.0) 116.7221100.0)·

34.419
.. 10.541 18.877
- Colta 8 Pichlnch. 4.224
- Oriente 8 Co.tl 81 - ­
- Co.ta 8 Oriente V
Galépagos
- Oriente y Gel. 8 Pichincha
­- 4.132
-
630
174
3.860

- Pk:hincha 8 Orie~te V Gal. - - ­ 3.298


- Los Rlos V Manabl a El
Oro, ElIT1er.ldal V·GU'V8' 68.782 107.622 ­
- Proporci6n de m¡gración
intreproVlnclil en 18 Sie·
rralObre migraci6n dftde
Slerr. 8 otr. regiones 0.106 2.433 2.887 2.866
- Proporci6n de mJgraci6n
¡-ntrlprovinciel en la eo.

te ,obre inmlgrllCi6n '" la

Co.ta desde otral reglones 0.270 6.637


9.862 10.362

111 Migr~cion •• int.,."". '''''n dilto. g/obole. d.1 Cen ... d. 1962
(21 M"...cion.. ;"t ..,..n t14to. globole. del Cen.o d.,974
(JI M"...cio.... ;"t entn 1965 y 1969 ..grín C.n.o de 1974
(41 Mlgrllcion•• ÍIIt entn 1910 y 1914 _"g;m C.n.o d. 1914

FUENTE. cenao de Pobladl>n 1962 -1"14. Elaboración. JUID M. Carrllft.

Estas variaciones en la dinámica de las migraciones internas del Ecuador sin duda
tuvieron gran· peso en las modalidades que asumi6 el proceso de urbanización del
país. Ellas imponen la conveniencia de distinguir dos etapas, bastante dlferancladas '
antresí, en el proceso de urbanización.

87

; ,

'; ..-.-:
EL PROCESO DE URBAN1ZACION DEL ECUADOR 1962'1974

En la primera etapa, que va desde 1950 hasta mediados de la década de los años 60,
la urbanización acelerada de la Costa se debe casi exclusivamente a las migraciones
Sierra·Costa acaecidas durante los años anteriores. En ausencia de migraciones
intraprovinclales imponantes en casi todas las provincias del país son las migracio·
nes interprovinciales las que explican las diferentes tasas de urbanización.

Teniendo en cuenta que el crecimiento de la población total del país durante los
años 1950·1962 fue del 39.80/Q en cinco provincias de la Sierra se observan crecimien­
tos de la población urbana (administrativa) inferiores a esa cifra. En todas ellas
la emigración extraprovincial impidió un proceso de urbanización. En otras cuatro
provincias de la Sierra se dieron incrementos moderados de la población urbana
que pueden explicarse más por la cantonización de ciertas parroquias (lo que au­
mentó la población urbana según criterio administrativo) que por inflújo de migra·
ciones rúral·urbanas intraprovinciales.

Por el contrario, la urbanización acelerada de la provincia de Pichincha se debe casi


exclusivamente a la migración que recibió del resto de la Sierra y la de las provin­
cias de la Costa a la que recibieron desde la Sierra.
Aunque durante esta primera etapa existieron numerosos flujos de población
rural-rurales y rural-urbanos, ~tos, en la mayor parte de los casos, traspasaron los
limites provinciales y aún regionales, para acrecentar solamente la poblaciÓn urbana
da Pichincha y de las provincias de la Costa.
En el trasfondo económico, el fenómeno determinante que explica esta dinámica
de migraciones y urbanización durante la primera etapa lo constituye el formidable
Incremento de la agricultura para la exportación en la Costa la que atrae. inmigran.
tes a la reglón e incrementa no sólo su población rural sino también su población
urbana dada la caracter(stica de dormideros de población que trabaja en el agro
que tuvieron muchos centros urbanos durante esa etapa. Mucho más complejo será
el proceso de urbanización en la etapa posterior, como veremos más adelante.

En la siguiente etapa, cuyo Inicio lo podr(amos fijar hacia mediados de la década


de los 60 -aunque por razón de dlsponlbllldad de datos trabajaremos con los (ndi·
ces de urbanización 1962-1974- el proceso de urbanización aparece mucho más
ligado a las migraciones intraprovinciales e lnterreglonales, ya no parece tan estre.
chamente vinculado a la expansión de la econom (a de agroexponación en la Costa
(y, probablemente a la expansión de la colonización de la frontera agr(cola en el
área de Santo Domingo de los Colorados de la provincia de Pichincha) sino a todo
un conjunto de factores económicos que deberlan ser cuidadosamente estudiados y
que afectaron simultáneamente tanto a las migraciones internas como a la urbanl·
zación.

88

CARRON

CUADRO No. l '

..... _IH2 _10


MlGRAOONE8 ENTRE PROVINCIAS Y U1lBANJZAOON 1"0· IH2

de P.V. 1"0 ·IH2(1)


(1"0.100)

Cerehl ·18.9 131,9


Colopexl .18,8 131,3
Tungurlhul .. 14,4 164,0
AzUIV ·13.4 142,1
Chlmborezo ·10,3 130,1
&ollvor 9.0 138,8
LoJI 8.9 149,7
Manlbl 8,8 1157,7
Celler 8,3 113,0
Imbllbure 8,2 1151,6
LotRloo 1,2 233,8
e"",,"ld. 1,2 238,0
Nipa 8,9 119,7
GUIV. 12,6 193,4
el Oro 13,1 280,8
Plehlnehl 18,0 187,9
Moronl 81nlllllo 22,8 138,8
PISte.. 28,2 209,7
Zomore Chlnehlpe 40.4 224,7
(J) Pob/Mj6,o " ........." Mm.. uM/rrIIIJwd"".

FUENTE. e - de Poblecl6n 1"0 'Y IH2.1!IIbcJncl.' , • J..... M. Cen6a

En el numeral 1 de este trabajo expusimos algunas caracterlstlcas generales dél


proceso de urbanización durante los ailos 1962 a 1974: notable Incremento de
la población en centros de más de 2.000 habitantes en la Sierra, la que crece a una
tasa anual sólo ligeramente Inferior a la de la Costa' (Cuadro No. 5): crecimianto
acelerado de la población en centros de más de 20.000 habitantes (Cuadro No. 81:
disminución -con respecto a lo observado durante los ailos 1950·1962- del crecl·
miento de la población en centros de 10.000 a 99.999 habitantes (Cuadro No. 11).
eo la Costa. Pero como todos esos cálculos fueron realizados sin tener en cuenta el
cambio de un centro urbano de un estrato a otro en virtud del solo crecimiento
vegetativo hemos realizado otros cálculos en los que sr se tiene en cuenta este,
factor. En efecto, para poder evaluar el Impacto de las migraciones sobre el ere­
cimiento urbano durante un perrodo intercensal dado es necesario elaborar índices
de crecimiento de un centro urbano con respecto al ailo cero, cualquiera fuera el
estrato al que perteneciese ese centro urbano en el ailo cero.

B9
El. PROCESO DE URBANIZAC10N DEI. ECUADOR 196:1-1914

CUADRO No. 20

INDIC1!8 DE t1IUIANIZAaoN 1962-1974

(1962.100)
P.U. + 20.000
(+Qalto 'Y
Gua~n)(4)

8IIlIlRA 161,6 141,9 !64,6 1",1


Clrchl 138,7 188,6 148,2
Imblbur. 148,4 134,8 180,0
Plchlnch. 178,0.­ 221,3 438,8 173,6
Cotopexl 133,3 148,8
Tu~ur'hU' 180,1 148,0 144,4
Bol v.r 123,6 116,0
Chlmbor.zo 130,8 112,8 138,4
CllIor 133,9 136,8
Azuay 188,6 173,3
Lelo 186,3 146,8 178,8

COSTA 171,5 1IJ,9 191,6 169,1


Eomor.ldII 182,1 278,8 180,0
Monlbl 174,4 1&8,0 188,2
Loo RIOI 190,0 194,1 192,9
Gu..,. 188,8 203,9 188,8 182,2
El Oro 187,4 179,8 213,1

OIUJlNTl! 220,4
NIPO 234,4
PoItI.. 234.1
Moron. 81ntl_ 214,3
Zomo.. Chlnchlpe 203,8

GALAPAG08

(1) ,.dle• .. _ . . . . .IO . . '" poblMllnt """""" '"IÚ~ n/UrIo ......",....",.


(2)1rIdI<» .. _ _"",• • '" ,.bIMIInt """""" n ""tro,. + 5.000 a 19.999 ¡"'b/Iim,.. n
1914, e_ .."._ a '" ,obIMIInt qu. _"" 'IID' """0'entro, n 1962 (Ji~ .1 Orín,.
_ ....... n 1974 en""'. + 5.000 fHJbi""''''),

(JI &4_ .. _ .....;0 .. '" ,.,,1uI6ro """""" n entro' ........ 20.000 """"",,,., "'"1"
lO Qodto y Guyaqul1, .C01I ..""", a'" ,01JllJdólo qu _"'" '10' .. u.-,
entro, n 1914.
(4)1""_ • _ .....10 • '" polJladlm "....... n en"", ........ 20.000
yndo • Qa!to y G"""aqulI.
".W-..,....'
PUENTE, ea- de Poblocl6D 1962 'Y 1974. 1!IaboncIón. J..... Al. c.mm.
En el Cuadro estad ístico No. 20 se exponen los resultados de cálculos de este
tipo. En la primera columna tenemos simplemente índices de crecimiento de la po­
blación urbana según criterio administrativo. Sabemos que esos creelmlentos

90
CAllltON

pueden deberse, tanto al creclmlento vegetativo y de la Inmlgracl6n hacia los


centros urbanos como a la cantonlZ8Cl6n de algunas P8l'l'oqules, lo que hace aec«
a la poblacl6n considerada administrativamente como urbana. Sin embargo, 1II se
tiene en cuenta que \a poblacl6n total del pals crecl6 en un 45,7 % en el periodo
1962-1974, podemos afirmar que la "u,bllfliwció,," fue mucho més acelerada que
el crecimiento de la pODlacl6n total del país y que las diferencias Costa-Slerra ya no
son tan acentuadas como durante el parlado Intercensal anterior. Pero este tipo da
Indicadores es bastante poco fIable, por las razones apuntadas más arriba y porque
dlflcllmente se pueden considerar como centros urbanos a aquellos que lisún entre
los 2.000 y 5.000 habitantes, los que, como es obvio, forman una proporcl6n muy
Importante de la poblacl6n que es definida administratIvamente como urbana.

Encontramos mejores indicedores del proceso de urbanización en las columnas 28.,


38. Y 4a. de ese mismo Cuadro estadístico. En la 28. columna se presentan los indi­
ces de crecimiento de la población en centros que en 1974 ten lan entre 5.000 y 10.000
habitantes con respecto a la población que ten ían esos mismos centros en 1962. Un
cálculo similar se efectuó para los centros que en 1974 ten ían 20.000 habitantes y més.

Estos cálculos permiten apreciar que durante los ai'los 1962-1974 el crecimiento
urbano de la Costa (en la totalidad de centros de más de 5.000 habitantes en 1974)
es aún muy superior al de la Slenra aunque esta diferencia es mucho más acentuada
entre los centros de 5.000 a 19.999 habitantes que entre los centros de 20.000 ha­
bitantes y más.

De todos modos en la Sierra ya no es sólo Pichincha la que presenta altos índices


da urbanización; también eilos se observan en Azuay, Laja e Imbabura. En el Orien­
te no sli puade propiamente hablar da un proceso de urbanización si es que se defina
lo urbano en función de ciertos tamaf'los mlnimos de poblaciÓn.

Finalmente, si se consideran los Indices de crecimiento de la población en centros


de más de 20.000 habitantes, incluyendo a Quito y Guayaquil (según criterios Inter­
nacionales es a partIr de este limite como se define a la población urbana) podemos
comprobar que las tasas de urbanIzación de II! Sierra y la Costa son casi Idénticas,
y sin ninguna duda, altas.

Per.o lo que nos parece más importante es formular algunas hipótesis con respecto al
grado en que Cdda uno de los diversos tipos de migraciones internas contribuyó a
generar este proceso de urbanización. Para formull!r estas hipótesis hemos efectuado
algunos cálculos a partir de un supuesto muy vulnerable: que en todl!S 1l!S reglones
y ár8l!S delpals existió entre i962 y 1974 la misma tesa anual de crecimiento vega­
tativo. sabemos bien que esto no puede ser l!S1. Normalmente se observan diferentes

91

" ,~
EL PROCESO DE URBANIZACION DEL ECUADOR 1962-1974

tasas de crecimiento vegetativo en zonas urbanas y en ,zonas rurales. Además es po­


sible que en el Ecuador existan diferenciales con respecto a esta variable tanto regio­
nales como subregionales. Sin embargo, sólo con el fin de obtener algunas gruesas
estimaciones, hemos calculado los c'recimientos esperados en diversos estratos de
poblaCión y en diversas reglones como si en todas ellas se tuviera la misma tasa de
crecimiento intercensal que se observó en el total del país (45.7010) y hemos con·
frontado estas cifras con los crecimientos observados; las diferencias encontradas
entre estos dos órdenes de cifras son gruesamente atribuibles a la migración.

CUADRO No. 11

CRECIMIENTOS OBSERVADOS y ESPERADOS 1961·1974 ( T _ de crecimiento


aperado. 45.7 %,
Crecimiento Oblemodo Cftdmlento Eopendo DIfereacla

TOlOl dol pal. ,

Pobleci6n - 2.000 860.169 1'273.524


-413.335
P. m•• 2.000 o 5.000 30.106 83.719 • 53.611
P. 5.000 o 20.000 106.962 116.754 9.792
Totol: -476.758
P. m" 20.000 1m" Clu IlO
V'Guovoqull 1'Ó46.464 517.706 476.758
o
Slerr.
Pobo - 5.000 469.261 724.733 -265.452
Pobo 5.000 o 20.000 35.360 38.578 3.218
TOlOl: ·258.670
PObo +20.000 (.In Clulto) 169.073 112.565 46.508
Oulto 242.369 162.127 60.242
TOlOl: 126.750
Co.to
Pobo - 5.000 427.963 568.127 -141.154
Pobo 5.000 o 20.000 105.678 57.558 48.117
Pobo + 20.000 1.ln Guovoqull) 224.627 112.078 112.549
Guovoqull 303.260 233.437 69.823
TOlOl: 230.489
PUENTE. ee- de poblldón 1961 y 1974, Elabondlln. Ju... M. Carriln,

En el cuadro No. 21 se exponen los resultados de esos cálculos. Los referentes al too
tal del país (en los que se considera simplemente a la población existente en cada
uno de los estratos en 1962 y 1974, sin tener en cuenta a los cambios de estrato)
muestran que los núcleos poblados propiamente rurales (de menos de 2.000 habi·
tantes) y los núcleos mixtos rural-urbanos (de 2.000 a 5.000 habitantes) son los que

92
CARRQN

presentan crecimientos muy inferiores a los esperados y los que alimentan el pro­
ceso de migraciones internas. Lo mismo se puede observar, aunque en menor medi­
da, con respecto a los centros entre 5.000 y 20.000 habitantes. Por otro lado, los cen­
tros beneficiarios de esta migración interna son los mayores de 20.000 habitantes.
Estos resultados no significan que el crecimiento de los centros mayores de 20.000
habitantes deba atribuirse preponderantemente a migraciones directas rural·urbanas.
En base a otros datos disponibles probaremos más adela..te que el proceso de urba·
nización no se da de esta forma, sino bajo la modalidad de migraciones escalonadas,
desde los núcleos propiamente rurales hacia los centros que están entre los 2.000
y los 20.000 habitantes y de estos hacia los centros urbanos mayores.

Lbs cálculos referentes a la Sierra y a la Costa (en los que sí se tienen en cuenta los
,- cambios de estrato) muestran características diferentes del proceso de urbanización
en ambas regiones. En la Sierra pierden población todos los centros que en 1974
·tenían menos de 20.000 habitantes cen respecto a los crecimientos esperados de la
población que tenían esos mismos centros en 1962. Si se considera a la Sierra como
un todo el crecimiento urbano atribuible a la migración -<:on todas las limitaciones
e imprecisiones que señalamos más arriba- alcanza a la cifra de 126.750 personas
y es totalmente atribuible a la migración intraprovincial e intrarregionál en la Sierra
dado que la pérdida neta de los centros de menos de 20.000 habitantes es muy
superior a esa cifra (4).

En la Costa sólo los núcleos que en 1974 tenían menos de 5.000 habitantes presen­
tan pérdidas de población con respecto al crecimiento esperado, mientras que todos
los núcleos poblados superiores a esa cifra son probablemente receptores de inmi­
gración. Considerando a la Costa como un todO el crecimiento urbanO! de la misma
atribuible a la migración alcanza \a cifra de 230.489 personas. De este total el
61,2 % (141.164 personas) proviene de los centros de menos de 5.000 habitantes
de la misma región y el 38,8 % de la inmigración que esta región recibe desde la
Sie~a.

En otras palabras, a pesar de las limitaciones que afectan a este tipo de cálculos,
ellos muestran qué el componente migratorio del crecimiento urbano en la Sierra
puede explicarse ampliamente con el solo recurso a las migraciones Intraprovinciales
e intrarregionales en esa área y que una alta pr9Porción del crecimiento urbano de
la Costa puede explicarse sin recurrir a las tradicionales migraciones Sierra-Costa.
Todo esto nos indica qu~ la explicación simplista que podía darse al crecimiento

(41 Blfo •• DlUIdD Ii ..._ "''''0 ""


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'odo, BII "",_• ., _ ........


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"'Co_ umbUrf "" iumlJr¡Jcl6to ,.".."""U ""

93
/;1. I'HOI.'HO /J/;' URBANIZACION DEL ECUADOR 1962-1974

urbano durante el período 1950-1962. y que era correcta. ya no puede darse en el si­
guiente período intercensal. Ahora es necesario explicar las migraciones intraprovin­
ciales e intrarregionales. toda una maraña de flujos de población entrecruzados que
pueden responder a causas bien diversas y particulares. y estudiar su impacto sobre
el crecimiento de las ciudades.

Por las razones anteriormente señaladas. en el período 1962-'974 no se puede pro:


píamente observar una correlación entre las migraciones interpfOvinciales y loS"
índices de urbanización. Evidentemente. no toda inmigración que llega a una pro­
vincia viene a engrosar su población urbana. puesto que también se dan migraciones
importantes hacia las zonas rurales. pero aún así cabe esperar que una emigración
extraprovincial fuerte frene en esa provincia el proceso de urbanización y que una
inmigración fuerte lo acelere. Este tipo de correl~ciones se podía encontrar en el
período 1950-'962 (ver Cuadro No. '9)' Por el contrario. en el período intercensal si­
guiente es mucho más divergente el comportamiento migratorio del proceso de
urbanización., Para citar unos ejemplos: provincias como Loja que en '974 presen­
tan una tasa de emigración neta mucho más alta que en 1962. mejoran sin embargo.
significativamente. su índice de urbanización 1962-1974 con respecto al que tenían
en 1950·1962. Por otro lado. Esmeraldas que mejora su tasa de inmigración neta ve dis­
minuir drásticamente su índice de urbanización. Todo esto constituye una prueba
más de que ahora la dinámica urbana pasa más por las migraciones intraprovinciales
que por las migraciones interprovinciales y que todo el proceso se reviste de caracte­
rísticas nuevas. radicalmente diferentes de las del período anterior.
,CUADRO No. 2%

MIGRAClON NETA INTERPROVINCIAL y URBANIZAClON EN EL

PERIODO 1962 -1974


M. Netalll Ur.....I_16nf21 M. NetaU) Ur.nl_6nf21
Sal (ya, - 23.0 123.6 Lo. Rlo. 3.7 190.0
Loja - 18.1 136.3 E.meralda. 4: 1 182.1
Chimborazo - 14.1 130.6 Guaya. 10.6 166.6
Cotopaxi - 13.7 133.3 P••t8Z8 . 11.3 234.1
AzuIY ·13.6 166.6 El Oro 13.1 187.4
M.n.br ·13.0 174.4 a.16pego. 13.3
TúngufahuI - 9.4 130.1 Pichincha 18.2 176.0
Carchi - 16.7 139.7 Moron.~Sentiago 19.8 214.3
C8~.r 8.9 133.9 ­ N.po 2&.& 23&.&
Imblbur. . 8.7 146.4 Zomor. Chlnchlpe 38.4 203.8

(1) Mill'acíóII lleta ¡".erprol1ÍlfdiJ


(2) IIIdía. d...../NmiwcíÓlf <OIf.u-..do a '" P0blad611 ad_lnraIiv<ImeIfu .,........ 1960 -100

FUENTE. Cmtoo de PolQcl6n 1962 -1974.I!Iab0nd6D' J..... M. Con-6D.

94
CARRON

Dentro de este tema conviene referirse al componente rural-urbano o urbano-urba­


no de las migraciones hacia las ciudades. Mucho se ha hablado de la importancia
que tendrían las migraciones rural'urbanas en el cuadro general de los desplazamien·
tos de población del Ecuador. Se suele argumentar que los movimientos de pobla·
ción desde el campo son los más cuantiosos y los que en mayor medida influyen
en la dinámica de población del Ecuador. Esta afirmación sólo parcialmente es
cierta. Es cierto que las migrllciones rural·rurales o rural·urbanas son Cuantiosas. Pe·
ro mucho más importantes ·son las migraciones urbano·urbanas.

En la Encuesta de Población y Ocupación del Area Urbana realizada en 1975 por


el Instituto Nacional de Estadística del Ecuador en la que se cubrió a Quito, Guaya·
quil, 15 ciudades de la Costa y 13 ciudades de la Sierra, abarcando a una población
urbana total de más de 2'800.000 personas, se pudo comprobar que altos porcenta·
jes de la población urbana son inmigrantes venidos de otras áreas del país. En Qui·
to el 43 010 de la población total es inmigrante, en Guayaquil el 33 ola. Pero las
áreas·de procedencia de esta inmigración son prioritariamente urbanas y no rurales.

Conviene confrontar los datos de esa encuesta con los que expusimos en los cuadros
1 y 7 de este informe. Podemos ver que, mientras durante el período 1962-1974 la
población rural del Ecuador creció a una tasa anual acumulativa de 2.5 0/0, la de
los centros urbanos de 2.000 a 5.000 habitantes lo hizo sólo a una tasa de 1.3 ola.
Es decir, los pequeños núcleos semiurbanos crecieron mucho más lentamente
que la población propiamente rural y proporcionaron altos contingentes de migran·
tes hacia los centros urbanos mayores. Todo parece indicar que existen flujos muy
importantes de población entre ciudades; probablemente migraciones escalonadas,
de centros menores a centros intermedios y de estos a las ciudades mayores.

Los datos anteriormente expuestos destacan la necesidad de estudiar mucho más

cuidadosamente lo que- está aconteciendo dentro del sector urbano del pa(s. Los

desplazamientos de población interurbanos se producen en el marco de una acen·

tuada concentración de actividades económicas en ciertas áreas geográficas. En el

. ai'lo de 1973, según la encuesta de Manufactura, se localizó en las provincias de Pi·

chincha y Guayas el 77 010 de los establecimientos industriales del pa(s. el 77.7 010

del personal ocupado en la Industria Manufacturera y el 81.6 010 del valor bruto

de la producción. Para el ai'lo 1974 la situación se caracteriza por una aún mayor

concentración industrial en esas provincias(5).

En cuanto a Comercio Interno, en esas mismas provincias se concent,ó el 67.5010


del total de los establecimientos. el 85.8 010 del personal ocupado y el 88.1 010 de

95

EL PROCESO DE URBANIZACION DEL ECUADOR 1962-1974

los ingresos captados por el subsector. En el año 1974 la situación se agudiza.

En otras palabras, se está dando un proceso de urbanización acelerado y un acre­


centamiento de flujos de población interurbanos sin que se de un proceso de des­
concentración de la actividad económica y sin que existan poi íticas adecuadas para
pmporcionar empleo pmductivo y bien remunerado a las crecientes masas urbanas.
En el Ecuador del presente y del futuro próximo no podrán ser soslayados los pro­
blemas urbanos; deberán ser evaluadas y promovidas más intensamente las poi íti­
cas que se refieran a los pmblemas urbanos. Sin tener en cuenta este aspecto no po­
drá afectarse un componente muy importante de su dinámica poblacional global.

BIBL10GRAFIA

Centro de Aníll.i. Demogríflco. PobltJn6. dll Ecwdor. eompo';";;¡'" y crweiMinrlo, Quito.


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Rlz, LUie.. de. El fm'- de "'''''rtisuióN "" 01 ECIlIJdo" CEPAL, mimeo, Quito, 1968.

96
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA
DE LAS CIUDADES INTERMEDIAS
EN EL ECUADOR (1950·1982)*

Carlos Larrea

1. INTRODUCClON

La urbanización en el Ecuador durante las últimas décadas presenta algunos rasgos


que la diferencian respecto a ¡as tendencias dominantes en el contexto latino­
americano. Entre ellos. uno de los mas significativos es el acelerado crecimiento de
las ciudades intermedias. particularmente en la Costa.

Este artículo se propone caracterizar más detalladamente el fenómeno. complemen­


tando estudios anteriores sobre el tema. y plantear algunas hipótesis alternativas.

2. ASPECTOS PARTICULARES DE LA URBANIZAClON EN EL ECUADOR

Numerosos estudios han analizado las tendencias genarales de la urbanización lati­


noamerlcana(l l. Algunas de ellas. relevantes para este artículo. se mencionan breve­
mente a oonti nuació n:

• Trlbolo publlCldo In: PodIr 1_1 Y olucMdoo In.med..... Am*fll UtIne. 0u11Q. Ed. CIU­
DAD,I986. ­

(1 I V .4"""'"
prlnclplllmenll Sch18lnglrt. M. ot. 11. UrINmIsuiIm, !ÑfJ. . . . . . . . . L6­

,s_.
ti SIAP. Bueno. Al.... 1973; CEPA'" lA DúIrlb_ri600 11",""",1 d.I4.4~ B ...
M.m.... en EmulIo Et:OfJIl",ú:o • .4"""'"
v_o•. CLACSO. BuenOl Al.... 1984.
lAI/u. 1868; Y Hlrdoy•.J. ot. ¡l•• C ..

97

,: .. ~, .'
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA DE LAS CWDADES

1) El crecimiento urbano ha sido acelerado en la mayoría de los países latino­


americanos, particularmente durante las últimas décadas.

2) Uno o dos centros metropolitanos tienden a concentrar el crecimiento en Clt


da país. La relación de primacía entre éstos y las ciudades intermedias(2) se
ha acentuado considerablemente, de manera que las metrópolis van adquirien­
do un tamaí'lo excepcional, varias veces mayor a la más grande de las ciudades
medianas. En Argentina, por ejemplo, Buenos Aires, con 8'400.000 habital;l­
tes en 1970, concentraba más de la tercera parte de la población nacional, Y­
era 10 veces mayor que Rosario, la segunda ciudad del país. Cifras similares
pueden observarse especialmente en Chile, México, Venezuela, Uruguay, Cos­
ta Rica y Perú.

3) Los centros metropoi itanos concentran crecientemente la actividad económi­


ca, particularmente en la industria.

4) La urbanización y la industrialización han sido acompai'ladas por un proceso


estructural de profundización de los desequilibrios regionales entre los centros
metropolitanos y el resto del país. Estas desigualdades, que se manifiestan
económicamente en los niveles de productividad e ingreso por persona OClt­
pada, y socialmente a través de distintos indicadores de las condiciones
de vida, son superiores a las registradas en los países actualmente desarrolla­
dos en cualquiera de sus anteriores etapas históricas. En este contexto se ob­
serva una pérdida de la importancia relativa de las ciudades intermedias, tanto
en lo económico como en lo poblacional.

Las manifestaciones particulares de estas tendencias varian significativamente de


acuerdo a la especificidad de cada caso nacional; así. mientras la concentración me­
tropolitana en una sola ciudad ha sido intensa en los países mencionedos,se presen­
tan situaciones como la de Brasil, con dos metrópolis y una concentración más dé­

121 El Ctnlc'f'U' tU dud<uJ "'u",ud" "0 "" rido tUfirrido co" IJNdBó". y ... , ......... ,,_._
rú"u"u tU , do cDrlID. ¡;..., d. t:IIdo _nipelórl y IDI Ctnlu,"o< binÓtieD. y .,¡.,­
riJlI.. p.,. ttI",dlo. ",UJId""o, ""'0 liIIft
ru d;"'¡"'/u 'cDrl6",/c" ..._
.10. ",,"0' "0 m.rropoUlao, q..
o ... fneimJn "",In;"",,"- """ tMq../ridD .llJNdo·
'01'
",irriD d, ,a/Pidod.. ,rprcifium",u ow"""". A ""'1'" IR di"""~ ",,,. """ ciIIdod ;,,­
_dU Y """,..,_ .. difícil tU IJNCÚIrr, .. "" opt<Jdo. _ ¡;..., _ " ,.. ap~­
"". p_ ""'¡'1e_IR ",-.JinJdo por dIIdoiU. prqufltr., IR. fU "'....... ", 19'2......
rID' tU 50.000 bIrbi"",,.,. Alp_ CDrlIÍIÜN&ÍD1U1r rDbrr ID CDm/lolki6tt tJCIIfNIdtmtd tU
ID fJDbIRd6" jflrtifl- ",. nIuriD.

98
LAIIIIEA

bil. e inclu!ll ce!llS excepcionales como el de Colombie. con importantes centros


como Medellín. Celi y Barranquilla. cuya relaci6n con Bogotá ha sugerido un mode­
lo más equilibrado(3).

En el Ecuador aparecen también algunas de las cara.eterísticas desCritas. como la


profundi~ci6n de los desequilibrios regionales entre Guayaquil y Quito. por una
parte. y el resto del país. por otra. y una crecienre concentración geográfica
de la industria en las metrópolis. Sin 'embargo. la elevada dinámica po­
blacional de las ciudades intermadias. cuyas tasas de creciniiento superan a las de las
dos ciudades mayores en todos los intervalos censales. muestra claramente una ten­
dencia contraria a la dominante en América Latina.

En efecto. los estudios !libre el terna evidencian un importante aumento de la rela­


ci6n de primacía metropolitana operado en América Latina entre 1950, y 1975(4).
En el país. por el contrario. luego de un extenso paríodo de consolidacl6n de la
primada de Guayaquil y Quito. iniciado durante el auge cacaotero (1860-19201. se
estaría dando un proceso según el cual la dinámica de las ciudades intermadias su­
pera a la de las metrÓpolis.

Este fenómeno. sin embargo. no es homogéneo desde el punto de vista regional. ni


ha dejado de modificarse a lo largo del tiempo; el estudio de J.M. Carr6n presenta

131 E_dio• .....,., _e",•. ,;" _""'ro. que ''"''_ ... Colomb;" le e'" purrnulo
..... r-d-" lNJriJ '" _ ....wlldó.. ..rINnu Bo,o";. V.",e CEPAL. A"""o, PNbk­
_ 11.".,.... . _1 De-.pllo _ AmIriu La ""'all",'o. CDII '" Mem.poliudó... ...
Sc"""'",,,. M. 1It.ll1•• op.riI.
14' La I'f'Í""ICÓI _ . _dÓl14 • -w. _ .... ;"d;"" e"ecW", ", e"'hoNdo ($PI). ""
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Dunn. Ch.• 1lI /"_0 de '" prl_cú _ .."" cáI""d ... lo• .n -...", "'''''''0' "'';''0;
el,.
......n-o.: ............""''''. an Hlrdoy. J.IIt./JI•• 01'.

99

..

'l~ ". .
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA DE LAS CIUDADES

una descripción penetrante del mismo hasta 1974(5); de sus datos pueden extraer­
se las siguientes conclusiones:

al En general, la urbanización fue rápida; el porcentaje de población urbana as­


cendió, según el criterio administrativo, del 290/0 en 1950 al 360/0 en 1962 y
al 41 0,b en 1974.

bl Paradójicamente, una "ru,alnaJ:Íón" de la economía habría acompañado al


crecimiento urbano durante el primer período intercensal: el ¡.>or~entaje de la
PEA ocupado en la agricultura subió del 500/0 en 1950 al 560,b en 1962, y
declinó al 47 0,b en 1974.

cl Las tasas anuales de crecimiento de la población urbana, desagregadas por re­


giones y por estratos segú,n el tamaño de las ciudades, son las siguientes:

CUADRO No. 1

TASAS ANUALES DE CRECIMIENTO DE LA POBLACION URBANA POR

REGIONES Y TAMAliIos DE LOS CENTROS URBANOS EN WS

PERIODOS INTERCENSALES 1950-1962 y 1\162-1974

ESTRATO PERIODO 1950-1962 PERIODO 1962-1974


COSTA SIERRA COSTA SIERRA

Centros de 2.000 a 5.000


1.4 -1.1 1.3 1.3
habitantes
Centros de 10.000 a
100.000 habitantes 12.6 3.9 6.7 4.0
Centros de más de
100.000 habitantes 5.8 4.5 4.0 5.8
TOTAL POBLACION
URBANA 5.9 3.6 4.7 4.3

FUENTE: CARRON, J.M., op.clt.

NOTA: No hey Info""..IÓft .. la fu..tlllO.... oI _ _ ..tN 6.600 Y 10.000 habitan...

(6) Carr6n, J.M., BI1'roN1D • Urbafriudó" . , ECflador 1962-1974, ilft>i1t4 .Ciftcla, So­
cia", No. 12, Unlvarlidad Cantral, Oulto, 198t. •

100
LABllllA

Durente el intervelo 1950-1962 ~ destaca ·une urbenizeción en le Costll más


rápida que le dele Sierre, y particulermente el intenso crecimiento de los
. poblados del Litoral de 10.000 a 100.000 hebitantes, que cuadruplicaron su
población. En le Sierre, por el contrerio, las ciudades intermadies crecieron
moderademente.

En el segundo período intercensalle urbanización continuó siendo rápide, pero


perdieron importancia les diferencias entrilles regiones, al eumentar les tasas
de crecimiento en le Sierra y Caer las de le Costa. En esta región el creci·
miento de las ciudades intermadies se hace menos dinámico. eunque se
mentiene e un nivelelto (6.7 0 /0 enual), y superior el de Guayaquil (40 /01.

dI El enálisis por ramas de ocupeción de le población residente en las ciudades


pequellas y medianas en 1962 muestra que le agricultura fue le principel fuen­
te de trabajo. ye que ebsorb íe el 620p de le PEA en los centros de 2.000 e
10.000 hebitentes, y el 350,ó de le PEA en ciudades de 10.000 e 100.000
hebitantes. El comercio y los servicios tuvieron también significación, sobre
todo en los centros medianos.

De esta menera se explicarle le releción entre el eumento de le PEA agrícole


entre 1950 y 1962. debido el euge bananero, y el rápido crecimiento de los
centros medienos en le Costa, cuyo papel de lugares de residencie y serviCios
básicos pere los trabajadores o pequellos propietarios agrícolas constituiríe un
elemento central en su expansión.

el Quito y Gueyaquil mentienen ~n crecimiento rápido. similer al de le pobl.


ción urbana en su conjunto, aunque mercadamente inferior el de los poblados
medienos del Litorel. Su perticipación sobre el total de le' población urbana se
mentiene, con paces verieciones, elrededor del 5lJO/o.

cerrón logra una interesante sistematizeción de las principeles tendencias de le urbit­


nización en el peís entre 1950 y 1974. Sin embargo, eleutor no se propone plentear
une interpretación de las mismas en relación e le estructure sociel, y quaden ebiertas
las preguntas sobra una ellpliceción estructurel de los procesos descritos.

Por otra parte, el estudio de cerrón presente ciertos problemas desde el punto de
vista metodológico. En efecto. le clasificación de las "iudades según su tameflo se
hizo agrupándoles de ecuerdo e su población en cade censo, de tel manera que los

101

"
CRliCIMlliNTO URBANO Y DlNAMICA DE LAS CIUDADES

estratos no correspOnden a las mismas ciudades de un censo a otro, y las tasas de


crecimiento de los estratos pierden significación al referirse a grupos diferentes. Así,
mientras Cuenca se encuentra en 1962 en el estrato comprend ido entre 10.000 y
100.000 habitafltes, en 1974 pasa al estrato supe¡ior, junto con Quito. Este cambio
de estrato de la tercera ciudad del país baja la tasa de crecimiento del grupo inter­
medio en la Sierra, ya Que el mismo pierde a su mayor ciudad, y aumenta la tasa
del grupo superior, Que en 1962 contenía solo a Quito.

Las tasas calculadas por Cerrón se refieren entonces, a estratos nominales, Que en
cada censo agrupan a ciudades distintas. y no a grupos reales de ciudades sim ilares Que
conserven su identidad ~ lo largo de los tres censos. En consecuencia sus tesis sobre
el crecimiento de las ciudades intermedias no son concluyentes.

Es necesario, entonces, establecer tasas de cr~imiento de grupos de ciudades Que se


mantengan inalterados entre los distintos censos. De esta manera puede probarse la
validez de las conclusiones del mencionado autor.

3, WS INTERROGANTES CENTRALES

Partiaodo del análisis de CQrrón, pueden plantearse las siguientes preguntas:

11 ¿Son válidas sus conclusiones sobre la elevada dinámica de las ciudades inter­
medias de la Costa, si se enfoca el análisis empleando estratos Que contengan las
mismas ciudades en diferentes censos?

2) De confirmarse las apreciaciones del autor'hasta 1974 ¿Qué modificaciones se


han dado posteriormente, en el intervalo 1974-1982?

3) ¿Cómo pueden interpretarse los procesos desaitos, partiendo de un análisis


de la evolución de la estructura social?

Las respuestas a estos interrogantes requieren un estudio prolongado. No obstante,


en este artículo se presentan algunas lineas de avance con dos objetivos fundamen­
tales.

a) Establecer un análisis empírico más detallado del problema, Que parta de otro
criterio para la definición de los estratos, y Que incorpore los resultados del
censo de 1982.

102
· l·

LARREA

b) Proponer algunas hipótesis interpretativas respecto a características particula­

res del crecimiento urbano en el país desde 1950, en especial sobre las ciuda­

des intermedias.

4, LA URBANIZAClON SEGUN WS CENSOS

Como punto de partida pára el análisis empírico se ha ,tomado los datos poblaciona­
les, en los 4 censos comprendidos entre 1950 y 1982, de todas las eiudades que en
1982 alcanzaron más de 10.000 habitantes. Además se ha determinado la poi:Jla.
ción, por regiones, de los centros urbanos de menos de 10.000 habitantes en 1982, 11
la población rural por regiones, y los totales regionales y nacionales. Los datos se
presentan en el Cuadro No. 2. \

Partiendo de esta información se calculó, para ceda ciudad, estrato o total incluido
en el cuadro, las tasas anuales acumulativas de crecimiento correspondientes a los
tres periodos intercensales, y la tasa media entre 1950 y 1982. Estos resultados se
presentan en el Cuadro No. 3.

De los cuadros pueden obtenerse las siguientes tenclusiones:

al La urbanización opera de'manera intensa y regular en todo el período analiza­


do, de tal forma que la Población urbana nacional se cuadruplica. Obsérvese
que mientras esta última ~reció a un 4.690,b anual, la pobleción rlJralal­
canzó apenas una tasa del .1.~0,b.

bl Le primaCía de Quito y Guayaquil apare€e claremente configurada en 1950.


En efecto, en este e/lo Gua~aQui1 es ya seis y media veces mayor que la terce­
ra ciudad, Cuenca. Esta relación aumenta moderadamente, alcanzando una
prOPOrción de 8 a 1 en 1982.

el Mientras en la Sierra se observa la presencia de ciudades intermedias impor­


tantes en 1950, como Cuenea, Ambato y Riobamba, no exist, en la Costa
ningún centro mayor de' 20.000 habitantes, salvo Guayaquil. En otras pala­
bras, la concentración del crecimiento urbano de la Costa, consolidada esen­
cialmente durante la etapa cacao.tara (1860-1920), fue elevada', hasta el punto·
de que la segunda ciudad de la reglón, Manta, era 14 veces menor que Guaya­
quil. En la Sierra, por el contrario la primacía de Quito sobre Ciudades de cre­
cimiento más antiguo es menor.

103
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA DE LAS CIUDADES

CUADRO No. 2

POBLACION EN LOS CUATRO CENSOS DE LAS CIUDADES DE MAS DE


10.000 HABITANTES EN 1982, Y TOTALES URBANOS Y RURALES

,
Ouito
CIUDAD

Guayaquil

CU8l1ce
Rqpón

Costa
Sierra
Sierre
POR REGIONES

Poblo1950

258.966
209.932
39.983
Pablo 1962

510.004
354.746
60.402
Poblo 1974 Poblo 1982

823.219
599.828
104.470
1'199.344
866.472
152.406
Machala Costa 7.549 29.036 69.170 105.521
Portoviajo Costa 16.330 32.228 59.550 102.628
Amblrto Sierra 31.312 53.372 77.955 100.454
Manta Costa 19.028 33.622 64.519 100.338
Esmeraldas Costa 13.169 33.403 60.364 90.360
Milagro Costa 13.736 28.148 53.106 77.010
Riobamba Sierra 29.830 41.625 58.087 75.456
Loja Siarra 15.399 26.785 47.697 71.652
Sto. Domingo Costa 1.493 6.951 30.523 69.236
Ouevedo Costa 4.168 20.602 43.101 67.023
Ibarra Sierra 14.031 25.835 41'.335 53.428
Babahoyo Costa 9.181 16.444 28.914 42.266
Chona Costa 8.046 12.832 23.627 33.839
-Tulcén Sierra 10.623 16.448 24.398 30.985
LBtacunga Siarra 10.389 14.856 21.921 28.764
Santa Rosa Costa 4.776 8.936 19.696 26.716
Jipijapa Costa 7.7fIi:J 13.367 19.996 27.148
Pasaje Costa 5.021 13.215 20.790 26.224
Huaquillas Costa - _. 9.164 20.117
Daule Costa 4.501 7.428 13.170 18.923
Otavalo Siarra 8.425 8.830 13.605 17.469
Balzar Costa 2.920 6.588 10.924 17.627
Salinas Costa 2.672 5.460 12.409 17.748
Empalma Costa - - 11.828 17.017
Vantanas Costa 1.584 3.686 8.977 15.869
Vinces Costa .3.748 6.901 10.126 14.608
Azogues Siarra 6.588 8.075 10.953 14.648
.. .1...

104
LARDA

contlnuecl6n

Ssngolquí Sierra 3.179 5.501 10.554 15.~


Cayambe Sierra 7.409 8.101 11.199 14.249
Guaranda Siarra 7.299 9.900 11.364. 13.685
Atuntaqui Siarra 4.630 8.759 9.907 12.247
Ssnta Elena Costa 2.775 4.241 7.687 12.859
Bahía Costa 9.316 8.845 11.258 12.360
El Carmen Costa - - 7.196 11.928
Ssn Gabriel Sierra 6.269 6.803 10.036 11.213
~.
Quinindé Costa 497 1.662 4.847 10.658
Callar Siarra 4.415 4.935 6.727 10.534
Naranjito Costa 3.597 5.632 6.204 10.523
Macaré Sierra 3.330 5.027 8.063 10.510
Tot. Costa 400.832 809.030 1'430.365 2'147.887
Tot. Siarra 413.043 659.800 1'066.099 1'499.076
TOTAL 813.875 1'468.830 Z'498.464 3'646.962
R. Urb. Cos~ 25.047 62.405 70.749 120.644
R. Urb. Sierra 70.939 77.636 104.174 138.712
R. Urb. O. Gal. ,5.564 10.426 25.335 62.044
R. Urb. Total 101.550 150.467 ZOO.Z58 311.400
Tot. Urb. Costa 425.879 871.435 1'501.114 2'268.531
Tot. Urb. Sierra 483.962 737.436 1'172.273 1'637.787
TOl. Urb. Neal. 915.415 1'619.Z97 Z'698.71Z 3'968.36Z
Rural Costa 874.109 1'262.874 1'708.855 1'747.505
Rural Sierra o 1'370.970 1'617.419 1'943.769 2'094.817
Rural O. Gal. o 42.253 66.878 152.171 207.872
RunlNeal. Z'Z87.331 Z'947.171 3'8Z1.988 4'093.350
Total Costa 1'299.988 2'134.309 3'209.969 4'O16.0~
Total SiBml 1'854.952 2'354.855 3'116.042 3'732.604
Total O. Gal. 47.817 77.304 177.506 269.916
Total NeaJ. 3'ZOZ.757 4'566.468 6'511.710 8'060.7.U

NOTAS: l' ..... Doml,. .......1IIIdondo -"o c1u~ dII c.a; y .... Incluido ......

1 _ .... _ u _ .
21 En e-
.lnaIuyen._
dII 111I2 .1""'- "'mlllllón d I I _ ........ dII ....... no--....

31 En ..........n ........... dII 1.74 Y 1182 no cIoIlm......

FUENTE: e - dII 1_. 1882, 1174 Y 1882


ELABORACIDN: CIUDAD

10'
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA DE LAS CIUDADES

CUADRO No, 3

TASAS ANUALES ACUMULATIVAS DE CRECIMIENTO DE LAS


PRINCIPALES CIUDADES Y SECTORES (EN PORCENTAJES)

aUDAD TASA 50-62 TASA 62-74 TASA 74-82 TASA 50-82

GUAYAQUIL 5.82 4.06 4.82 4.91


QUITO 4.47 4.47 4.70 4.53
CUENCA 3.50 4.67 4.83 4.27
MACHA LA 11.88 7.50 5.42 8.59
PORTOVIEJO 5.83 5.25 7.04 5.91
AMBATO 4.54 3.21 3.22 3.71
MANTA 4.B6 5.58 5.67 5.33
ESMERALDAS 8.07 5.05 5.17 6.20
MILAGRO 6.16 5.43 4.76 5.53
RIOBAMBA 2.B2 2.82 3.32 2.94
LOJA 4.72 4.93 5;22 4.92
SANTO DOMINGO 13.68 13.12 10.78 12.74
QUEVEDO 14.24 6.34 5.67 9.07
IBARRA 5.22 3.99 3.26 4.27
BABAHOYO 4.98 4.82 4.86 4.89
CHONE 3.97 5.22 4.59 4.59
TULCAN 3.71 3.34 3.03 3.40
LATACUNGA 3.03 3.36 3.45 3.23
SANTA ROSA 5.36 6.8r 3.88 5.53
JIPIJAPA 4.64 3.4~ 3.90 3.99
PASAJE 8.40 3.8 2.95 5.30
-
4~~
HUAQUILLAS 10.33 -
DAULE 4.26 4.63 4.59
OTAVALO 0.20 3.8~ 3.17 2.30
BALZAR 7.02 4.30 6.16 5.78
SALINAS 6.14 7.08 4.57 6.10
EMPALME - - 4.65 -
VENTANAS 7.29 7.70 7.38 7.47
VINCES 3.85 4.60 4.69 4.34

...
., ./

106
LARUA

. """tlnuKl6n

AZOGUES 1.71 2.57 3.61 2.51


SANGOLQUI 4.68 5.58 4.50 4.97
CAYAM8E 0.76 2.74 3.06. 2.06
GUARANDA 2.57 1.16 2.35 1.98
ATUNTAQUI 5.46 1.03 2.69 3.09
SANTA ELENA 3.60 5.08 6.64 4.91
8AHIA -0.43 2.03 1.17 0.89
EL CARMEN - - 6.52 -
SAN GA8RIEL 0.68 3.29 1.40 1.83
QUININDE 10.58 9.33 10.35 10,05
CAflAR 0.93 2.62 5.77 2.75
NARANJITO 3.81 0.81 6.83 3.41
MACARA 3.49 4.02 3.37 3.66
TOT. COSTA 6.03 4.86 5.21 5.39
Tat. SIERRA 3.98 4.10 4.33 4.11
TOTAL 5.04 4.53 4.84 4.80
R. UR8. COSTA 7.90 1.05 6.90 5.04
R. UR8. SIERRA 0.75 2.48 3.64 2.12
R. UR8. O. GAL. 5.37 7.68 11.85 7.83
K. uaB, TOTAL 3.33 2.41 6.09 3.67
TOT. URB. COSTA· 6.15 4.64 5.30 5.37
TOT. URB. SIERRA 3.57 3.94 4.27 3.88
TOT. URD. NCAL. 4.87 4.35 4.94 4.69
RURAL COSTA 3.11 2.55 0.28 2.19
RURAL SIERRA 1.39 1.54 0.94 1.33
RURAL O. GAL. 3.90 7,09 3.98 5.10
KUKALNCAL. 2.13 2.19 0.85 1.83
TOTAL COSTA 4.22 3.46 2.84 3.59
TOTAL SIERRA 2.01 2.36 2.28 2.21
TOTAL O. GAL. 4.08 7.17 5.38 5.56
TOTAL NCAL. 3.00 3.01 2.68 2.93

.
FUENTE: ClIednI No. 2
ELABORACION: .......... .

107

;,-:~
.'.
~.,
" CRBCIllfIENTO URBANO y DINAMICA DE LAS CIUDADES

d) El crecimiento urbano es, en general, más intenso en la Costa que en la Sierra


(5.37 0 /0 frente al 3.880 /0 como tasas medias para las dos regiones). La dife­
rencia es más significativa en el intervalo 50-62, y disminuye pronunciada­
mente despuás.

e) Aparece con claridad el alto dinamismo de ciudedes intermedias de la Costa


como Machala -que se ha convertido en la cuarta ciuded del país-.Santo
Domingo, Quevedo, y en menor madida, Esmeraldas, Portoviejo y Milagro.
Sin embargo, no todas las ciudedes intermedias del Litoral crecen acelera­
damente; Babahoyo, Manta y Chane tienen tasas cercanas a la media nacio­
nal. Por otra parte, rrÍientras en centros como Machala y Quevedo se obser­
va un elevado dinamismo inicial, que declina posteriormente, en otros cesas,
como Portoviejo, se·da el fen6meno inverso.

f) Las ciudades intermedias de la Sierra son menos dinámicas, y casi todas tie­
nen tasas inferiores a la madia urbana nacional.

g) En general, las ciudades chicas no presentan el dinamismo de las intermedias.


Para los centros de menos de 10.000 habitantes, su crecimiento medio anual
entre 1950 y 1982 alcanz6 apenas el 3.670 /0, valor ligeramente mayor al
vegetativo. Desde el punto de vista ragional, sin embargo, se encuentra mayor
dinamismo en la Costa y el Oriente que en la Sierra. Son importantes también
los cambios entre los períodos censales, que serán analizados más adelante.

La cómplajidad del fenómeno global exige un análisis más detallado. Para el efecto
se ha desagregado los datos por intervalos censales, por ragiones y por estratos según
el tamaílo de las ciudades.

Los estratos se establecieron con dos niveles distintos de agregaci6n. El primero,


más detallado, diferencia 6 grupos;,en el segundo caso, se construyeron únicamente
tres estratos: el metropolitano, el de las ciudades intermedias y el de las pequeílas.

En ambos cesas, el estrato metropolitano incluye únicamente a Guayaquil y Quito.


Los estratos restantes, para la primera clasificación, se definen de acuerdo a la
población que alcanzaron las ciudades en 1982, como se ha mencíonado ya, y sus
I imites pueden observarse en los Cuadros Nos. 4 y 5.

En la última'clasificación, se optó por establecer, con fines operativos, el límite

10B
LARREA

entre los centros intermedios y pequeños en los 50.000 habitantes para 1982. Este

Criterio es meramente instrumental. y no pretende justificar una demarcaci6n con­

ceptual.

En el Cuadro No. 4 se presenta ios totales poblacionales. para cada censo, de los
. estratos detallados, en la Costa, la Sierra y el total nacional. A partir de esta infor­
maci6n se han calculado las tasas anuales de crecimiento correspo~dientes, que
pueden observarse en el Cuadro No. 5.

En los Cuadros No. 6 y 7 se sintetiza la informaci6n, tomando únicamente tres

estratos.

De la informaci6n presentada puede observarse lo siguiente:

al Una visi6n de conjunto a nivel nacional muestra que el estrato metropolita­

no mantiane establemente un crecimiento elevado, cercano al 50 .b anual, cifra

alta aún en el contexto latinoamer.icano. Pese a ello, las ciudades intermedias

alcanzan tasas más elevadas en todos los intervalos censales, confirmándose

así que en el país se ha dado una tendencia opuesta a lá dominante en Améri­

ca Latina.

bl La desagregaci6n regional permite caracterizar este fen6meno como espécífi­

co de la Costa, región en la que se observan significativas diferencias entre las

tasas de crecimiento. Para el período completo de estudio, los centros inter­

medios alcanzan el 6.760.b anual, .frente al 4.91 de Guayaquil. La poblaci6n

de aquellos pasó de 75.000 habitantes en 1950 a 612.000 en 1982, aumenta.n­

do 8 veces en 32 ai'los. Un fen.6meno de !lsta magnitud, duraci6n y significa­

ci6n l'!!Qional es excepcional en América Latina.

cl En la Sierra, por el contrario, prevalece un patrón distinto de urbanizáci6n. El


ritmo de crecimiento metropolitanQ supera el de las ciudedes intermedias, y
este último es también mayor al de los poblados chicos. Un modelo dé estas
características es más común en América Latina, V conduce a una profundi,
zaci6n de la primá'cía regional de la Capital, ciudad que en 1950 representó el
430 .b de la pobleci6n urbana regional, V que concentr6 en 1982 el 530.b.

Ninguna ciudad intermedia serrana mantuvo una tasa superior al 5O.b anual, y
sólo una de ellas, Loja, llegó a superar Jevem~te el ritmo de Quito.

109

',:l' .
CRECIMIENTO URBANO Y DINAIlflCA DE LAS CIUDADES

CUADRO No. 4

POBLACION URBANA POR REGIONES Y ESTRATOS SEGUN ELTAMAIIilO

DE LAS CIUDADES EN 1982


COSTA

ESTRATO PobI. 1950 PobI.1962 PobI. 1974 PobI.1982

METROPOLITANO 258.966 510.804 823.219 1'199.344


100 a 200 mil 42.907 94.886 193.239 3>8.487
50 a 100 mil 32.566 89.104 187.094 303.628
20a 50 mil 37.459 69.745 122.187 176.308
lOa 20 mil 37.165 59.722 104.626 160.120
Menos de 10 mil 25.047 62.405 70.749 120.644
SIERRA

ESTRATO PobI.1950 PobI.1962 PobI.1974 PobL 1982

METROPOLITANO 209.932 354.746 599.828 866.472


lOOa2OOmil 71.295 113.774 182.425 252.860
50a 100 mil 59.260 94.245 147.119 200.535
20a 50 mil 21.012 31.304 46.319 59.749
lOa 20 mil 51.544 65.731 92.408 119.459
Menos de 10mil 70.939 77.636 104.174 138.712
TOTALPAlS

ESTRATO PobI. 1950 PobJ. 1962 PobJ.1974 PobL 1982

METROPOLITANO 468.898 865.550 1'423.047 2'065.816


100 a 200 mil 114.202 208.660 375.664 561.347
50 a 100 mil 91.826 183.349 334.~13 504.163
20a 50 mil 58.471 101.049 168.506 236.057
lOa 20 mil 88.709 125.453 197.034 279.579
Menos de 10 mil 101.550 150.467 200.258 321.400

NOTA: .. N . 1 _ l. pabl..lón d. Hu_III., Empel.... y El eer...... PI"' 111liO Y 1112.


FUENTE: cllldn> No. 2
ELABORACION: Pn>pll.

110
LARRliA

CUADRO No. 5

TASAS ACUMULATIVAS ANUALES DE CRECIMIENTO URBANO POR


REGIONES y ESTRATOS SEGUN EL TAMAlilo DE LAS CIUDADES EN 1982

COSTA

ESTRATO TASA 50-62 TASA 62-74. TASA 74-82 TASA 50-82

METROPOLITANO 5.82 4.06 4.82 4.91 .


'100 a 200 mil 6.84 6.11 6.02 6.36 .
50 a 100 mil 8.75 6.38 6.24 7.23
20a. 50 mil 5.32 4.7'8 4.69 4.96
lOa 20 mil 4.03 4.78 5.46 4.67
Menos de 10 mil 7.90 1.05 6.90 5.04
SIERRA

ESTRATO TASA 50-62 TASA 62-74 TASA 74-82 TASA 50-82

METROPOLITANO 4.47 4.47 4.70 4.53


100 a 200 mil . 3.97 4.01 4.17 4.04
50 a 100 mil 3.94 3.78 3.95 3.88
20a 50 mil 3.38 3.32 3.23 3.32
lOa 20 mil 2.05 2.88 3.26 2.66
Menos de 10 mil 0.75 2.48 3.64 2/12
TOTALPAIS

ESTRATO TASA 50-62 TASA 62-74 TASA 74-82 TASA 50-82

METROPOLITANO 5.24 4.23 4.77 4.74


100 a 200 mil 5.15 5.02 5.15 5.10
50a 100 mil 5.93 5.13 5.27 5.47
20a 50 mil 4.66 4.35 4.30 4.46
lOa 20 mil 2;93 3.83 4.47 3.65
Menos de 10 mil 3.33 2.41 6.09 3.67

FUENTE: Cuedra No. 4


ELASORACION: P_...
.

111
CRECIMIENTO URBANO Y DJNAMICA DE LAS CIUDADES

CUADRO No. 6

POBLACION EN CENTROS METROPOLITANOS, INTERMEDIOS Y

PEQUEliloS POR REGIONES

COSTA

ESTRATO PobL 1950 Pobl.1962 Pobl. 1974 Pobl.1982

METROPOLITANO 258.966 510.804 823.219 1'199.344


COS.INTERMS. 75.473 183.990 380.333 612.115
COSo PEOUEI"lAS 99.671 191.872 297.562 457.072

SIERRA

ESTRATO Pobl. 1950 Pobl. 1962 Pobl.1974 Pobl.1982

METROPOLITANO 209.932 354.746 599.828 866.472


COS.INTERMS. 130.555 208.019 329.544 453.395
COSo PEOUEI"lAS 143.495 174.671 242.901 317.920

TOTALPAIS

ESTRATO Pobl.1950 Pobl.1962 PobL 1974 Pobl.1982

METROPOLITANO 468.898 865.550 1'423.047 2'065.816


COS.INTERMS. 206.028 392.009 709.877 1'065.510
COSo PEOUEI"lAS 248.730 376.969 565.798 837.036

FUENTE: euldro No. 4


ELABORACION: Propia.

112
LARDA

CUADRO No. 7

TASAS ANUALES ACUMULATIVAS DEi CRECIMIENTO DE LOS CENTROS

METROPOLITANOS. INTERMEDIOS Y PEQUEIilOS POR RIlGIONES

COSTA

ESTRATO TASA 50-iS2 TASA 62-74 TASA 74-412 TASA 50..2

METROPOLITANO 5.82 4.06 4.82 4.91


COS.INTERMS. 7.71 6.24 6.13 6.76
COSo PEQUE~AS 5.61 3.72 5.51 4.87

SIERRA

ESTRATO TASA 50-iS2 TASA 62-74 TASA 74-«2 TASA 50-«2

METROPOLITANO 4.47 4.47 4.70 4.53


COS.INTERMS. 3.96. 3.91 4.07 3.97
COSo PEQUE~AS 1.65 2.79 3.42 2.52

TOTALPAIS

ESTRATO TASA 50-iS2 TASA 62-74 TASA 74-«2 TASA 50..2

METROPOUTANO 5.24 4.23 4.77 4.74


COS.INTERMS. 5.51 5.07 5.21 -5.27
COSo PEQUE~AS 3.53 3.44 5.02 3.87

FUENtE: Cuedro ND.'


ELABORACION: Propio.

d) Aunque estos resultados confirman, en general, las afirmaciones de Carrón,


también las matizan, ya que las t8$8s de crecimiento de los estratos interme­
dios son menores a les establecidas por el autor.

el' El comportamiento de los centros intermedios no.es el mismo que el de los

113

....

I
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA QE LAS CWDADES

pequeños. En efecto, al estudiar las tasas de crecimiento de los estratos del


Cuadro No. 5, se observa, sobre todo en la Costa, un cambio en el límite
de los 50.000 habitantes, perceptible en todos los intervalos censales. Para
.el período global, mientras el estrato con poplaciones de 50.000 a
100.000 habitantes creció a un 7.230 /0, el estrato inferior lo hizo al 4.960 /0.
Esta diferencia justifica la demarcación planteada entre ciudades intermedias
y pequeñas.

En general, puede afirmarse que el crecimiento de los pueblos pequeños ha


sido modesto. Sin embargo, al diferenciar el análisis por regiones se encuentra
también una dinámica mayor en la Costa, y en las áreas de colonizaci6n del
Oriente. El comportamiento a lo largo del tiempo tampoco es homogéneo, y
se enfocará más adelante.

f) Además de las variaciones regionales, pueden encontrarse importantes diferen­


cias en la urbanización entre los períodos censales.

Enel primero de ellos (1 950-1962) se expresan con mayornitic;lez las diferencias


en los ritmos de urbilnizaci6n, tanto regionalmente como por estratos. Siendo
alto el crecimiento de Guayaquil (5.82% anual) es más significativa aún la
expansión de los centros intermedios de la Costa, que alcanza su valor más
elevado (7,71 0 /0 anual). Este fenómeno se encuéntra sobre todo en ciudades
estrechamente vinculadas a la expansión del cultivo bananero, como Machala,
santo Dom ingo, . ouevedo y Esmeraldas, mientras que otras donde prevaleci6
una estructura agraria má.s antigua, como Babahoyo, o menos relacionada
con el cultivo de la fruta, como Manta y Portoviejo, tuvieron un crecimiento
más modesto, similar o menor al de Guayaquil.

Entre las ciudades pequeñas de la Costa se observan situaciones heterogéneas,


con mayor dinamismo en áreas de expansión bananera, como Quinindé. Sin
embargo, las cifras muestran un crecimiento menos espectacular que el de los
centros intermedios.

Si se toma en cuenta que el intervalo 1950-1962 corresponde a la mayor parte


del auge bananero (1948-19651, puede concluirse que su desarrollo conllevó un
tipo de urbanización substancialmente distinto al prevaleciente durante la
etapa cacaotera, y diferente también al operado en la Sierra en el mismo inter­
valo censal

IH
LARREA

En esta última región prevalecen los rasgos ya mencionados, siendo distintiva


del período la situación de virtual estancamiento de los poblados chicos, l&
~ialmente los del último estrato, cuyo crecimiento fue marcadamente infe­
rior al ritmo vegetativo. En particular. pueblos como Otavalo, San Gabriel, ca­
yambe y Cai'lar se mantuvieron casi estacionarioS.

g) El segundo intervalo censal corresponde en gran parte a la etapa de crisis ba­


nanera en la Costa (1965-1972), Ya la transformaciónen la estructura agraria se­
rrana. impulsada sobre todo desde 1964.

El proceso de urbanización en la Costa se hace menos dinámico, decayendo


sus tesas en casi todos los estratos y ciudades; sin embargo, la diferencia entre
Guayaquil y los centros intermedios se mantiene.

En el callejón interandino, por el contrario, la urbanización se intensifica.


Este fenómeno se origina exclusivamente por la dinamización de los poblados
pequei'los, que inician un proceso., que se profundizará después, de supera­
Ción de su estancam lento.

h) En el último intervalo la sociedad ecuatoriana enfrenta substanciales transfor­


maciones, entre las que se destacan el "boom"l?etrolero. la profundización
del proceso de sustitución de importacioneS, y una relativa modernización
del sector agropecuario. Estos fenómenos acentuaron el crecimiento urbano,
que alcanzó el 4.940 ,b anual, su tasa mlls alta en los tres intervalos.

Guayaquil. y Quito elevan su ritmo de crecimiento, y aunque la urbanización


también se acelera en las ciudades intermedias a nivel nacional, la diferencia
entre estes y el estrato metropolitano se reduce significativamente.

Estos cambios son importantes en la Costa, donde declina el crecimiento de


los centros medianos, y aumenta el de Guayaquil. Las ciudades que en el pri·
mer intervalo tuvieron alto dinamismo, especialmente Machala y Quevedo,
pierden su impulso, siendo otras las ciudades del. Litoral que se dinamizan,
como Portoviejo, Manta y Esmeraldas, aunque ahora por ~azones distintas.

En síntesis, el modelo de crecimiento urbano en la Costa se transforma, al de­


clinar la diferencia entre los centros intermedios y el puertQprincipal, yal
manifestarse en otras ciudades la dinámica· de aquellos, esta vez con tasas me­

/15

,_O.
. :", -.' .',;
CRECIMIENTO URBANO Y DlNAMICA DE LAS CIUDADES

nos sorprendentes. Los poblados pequenos de la Costa también se dinamizan


respecto al intervalo anterior.

En la Sierra;'además de la aceleración del proceso global, merece destacarse el


aumento del ritmo de desarrollo de los poblados pequenos.

5. URBANIZACION y ESTRUCTURA SOOAL

Le urbanización, la distribución espacial de la población y los desequilibrios regio­


nales no son fenómenos que se expliquen por sí mismos; por el contrario, están
fuertemente condicionados por las ceracterísticas del proceso de acumulación, y por
la estructura social que éste genera.

Los r~os dominantes del proceso de urbanización latinoamericano que fueron des­
critas anteriormente, como la concentración del crecimiento en las metrópolis, han
sido explicados por ciertas características del modelo primario exportador que con­
dujeron a la consolidación de la primacía metropolitana, y por la posterior profun­
dización de la misma durante la etapa de sustitución de importaciones(6).

En efecto, la especialización de cada uno de los países latinoamericanos en la expor·


tación de uno o dos bienes primarios para el mercado mundial, condujo a una defi­
nida especialización productiva regional, a la concentración en una o dos ciudades
de la infraestructura vial y portuaria, y de las funciones financieras. comerciales y
administrativas. Las actividades industriales que se instalaron más tarde, que por las
grandes econom ías de escala que aprovechan tiendena C?ncentrarse en pocos estable­
cimientos por rama. se ubicaron en los mayores centros urbanos ya configurados,
que aglutinaban el mercado. la infraestructura energética y de servicios y las facili­
dades administrativas y financieras para su desarrollo.

Siendo éste un modelo general común, es indudable también que las características
particylares de la articulación de cada país al mercado mundial, y de su posterior

181 Vds.. prlnclpelmente: Amln, S. 1.4 _1MItl.. "" .,uJ¡, _lfdúJ, Ed: Siglo XXI, Bu...
nDl Airo., 1976; Borro. do Co.lro, A.• lhra _ , . _ di ;"tnprr,.dó.. d.1 mod.1o binó'
rico liniwOil"""'¡,."O. en A",;,u;" l..6rirM: ",..yo. tU ;"tlrpt'dilCiO" _aJ"¡'".w. Ed.
Unl..",ltorlo, Sonllogo, 1969; Pinto, A.. c""_",,d/>.. del progrrw ú ...ia:y di ..., fru­
'0' "" .1 dI,.".,080 ••""órrrko d. ArrJriu 1.4_. "" AmJriu 1.4.0. •. V Fr;,nkol, R,••
El ¡.. _ H . dllIpol "" e/ •• _c/D irlurrwgtDtwl (meconogroflodol.

116
l.ARREA

proceso de crecimiento industrial" haA sido diversas, originando patrones, también


distintos, de desarrollo urbano y regional.

En el caso ecuatoriano, tanto su estructura SOCiO-ecollÓmica como su configuraci6n


urbano regional han sufrido cambios profundos, debidos a una vinculaci6n al mer­
cado mundial discontinua e inestable, que desde 1860 ha atravesado por etapas de
auge· y crisis, asociadas a la exportÍlción sucesiva de tres productos dominantes; el
cacao. el banano y el petróleo.

Aunque el tema del crecimiento urbano durante la etapa cacoter8 no haya sido aún
estudiado con profundidad. del 8I1élisls·de 'a estructura social dominanta en la época,
y principalmente de los estudios de Chlriboga y GU8lTlll'O(71, puade inferil18 una . .
tructura social 41xtremadamente concentrada, un ~ollo muy limitado de estra­
tos madios y una agricultura extensiva y rentista, con fuertes bales sobre ralaciones
de producción pr8capitelistas. que condujeron en el U.toral a una urbanización débil
y fuertemente centralizada en GuaYlIQuil. '

En efecto, factores como el predominio de grandes propiedades, la fuerte concen­


tración en la tenencia de la tierra, el control de la exportación, de la actividad com.­
cial y financiera en manos de muy pocas temilias residentes en Guayaquil, 18 escasa
. nilcesidad d8 construir una infraestructura vial. por el aprovechamiento fluvial de
la cuenca del Guayes, el predominio de la rente de la tierra como forma de apro­
piac~n del exoadente gen8"ado. la escasa monetariz~ión de la economla, vinculada
a los bajos niveles salariales y aJa importancia de relaciones no capitelistas en la pro­
ducción, conduj.on a la concentraci6n regional de excedente en la c1_ dominante
de Guayaquil. a su consumo predominantemente suntuario, y a un desarrollo limita­
do.del mercado interno y los estratos medios. La virtual inexistencia de mercadol
rniao-ragionales significativos en el campo blOqu86 el creclmillnto de pobladoi pe.
quellos y medianos en el éree C8C80ter&, como lo prueba el limitado crecimiento de
oentros como BabahoVO, frente a un desarrollo mayor de ciudades que se con~lida­
ron en relaci6n a la actividad azucarera post.-ior. como Miiagro.

Aunque la prolongada crisis iniciada en ·1iI20. y los cambios que la suoadl.on hayan

(71 v. .: Chlrl...... M•• e-fo--- ~ dII


HIIIIIIJ"'" ...,tItM4o...,. c.*
l. No. 1. a-d. 1878; y Gú"""",:A.• L1n.""'" dII_.
lA ,'-tMIé.............. .".,.. lA".rPTWi _PI, Vol.

El <:ane....
E~
CuI1D. 1980.

117

\~ . ",
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA DE LAS CIUDADES

alterado parcialmente este panorama, los datos del ,censo' de 1950 evidencian un
peí. pr&dominantemente rural, y una notable concentraci6n de la poblaci6n urllBna
da la Costa en Guayaquil, donde residían cesi los dos tercios de la misma, sin la pre­
lI8IlCia de ninguna ciudad intermadia importante en la regi6n. Unicamente Manta y
P0r1?viejo tuvieron alguna relevancia, y ambas están claramente fuera del área ca­
caotera (véase el Cuadro No. 2).

En la Sierra, la diversidad regional, y la herencia colonial complejizaron la situaci6n.


La escasa articulaci6n interna de la regi6n, su tardía integración en un espacio na­
cional consolidado, y el desarrollo de formas relatival11ente autónomas de articule­
ción inter-regional, como las que se dieron en Azuay y Laja, condujeron al desarr~
110 de éreeI de influencia distintas y escasamente integradas entre sí. La revoluci6n
liberal, y la progresiva consolidaci6n da un espacio nacional, centralizado adminill­
tnrtlvamenta en Quito, fueron ampliando la primacía de esta ciudad. En este ceso
también, la elevada concentraci6n de la tierra y del ingreso, la debilidad de los estre­
tos medios, y el predominio de la hacienda tradicional en la estructura soCial limite­
ron.el1:recimiento urbano.

De a\lU8l'do a la tesis oentral que se plantea en este artículo, el rápido desarrollo de


la 8llportllci6n bananera transforrn6 profundamente este esquema, y f.ue consoli­
dando un modelo distinto de 'crecimiento urbano, particularmente en el Litoral. La
cñsis da la exportaci6n de fruta, y la posterior evoluci6n en la lÍCOnom (a nacional
están relacionados estrachamente con las mlls recientes tendencias de la urbanize­
ción.

En síntesis, en la historia nacional.no se ha desarrollado un patr6n único y continuo


de crecimiento urbano, por el contrario, sus pautas oentrales han dependido en gran
perta da laevoluCi6n de la estructura soci~n6miC8 nacional, particularmente de
la relaci6n entre la articulaci6n al mercado mundial y él desarrollo del mercado in·
terno.

EL INTERVALO 1950-1962

De acuerdo a la descripción anterior, durante este etapa se produjo en la Costa una


répida urbanizaci6n, sobre todo en centros intermadios Libicados en les áreas de cul­
tivo da fruta, cuyo ritmo fue marcadamente superior al de Guayaquil, ciudad que
tembién experimento Una importante expansión.

118
LARREA

Puede plantearse, en principio, que la urbanización en los centros intermedios fue el


resultado de la vertiginosa expansión de la frontera agríCXlla que CXlrillev6 el "boom"
bananero, de la colonizaci6n y la migración que se extendieron a lo largo del litoral.
Sin embargo, un breve análisis conduce a relativizar la validez ,del argumento; sin
'rastarle totalmente su peso, La extensión de las áreas cultivadas también fue impor­
tanta en la Sierra a partir de 1948, aunque tuvo menos intensidad; sin embargo, no
produjo dinamizaci6n alguna entre los centros intermadlos y pequei'los. De la mis­
ma manera, la expansi6n producida durante la faSe caeaotera condujo a un esquema
de urbanización altamente concentrado en Guayaquil. En'consecuencia, la expan­
si6n de la frontera agríCola conduce, en contextos socio-económicos distíntos, a re­
sultados también diferentes respecto a la estructura urbana, y no es un elemento
explicativo satisfactorio, si se lo considera en forma aislada.

La tesis de Cerr6n, según la cual los poblados intarmedios del Litoral ejercieron fun­
damentalmente el papel de "ciudades dormitorio" de los trabajadores agrfcolas
atraldos por la "fiebre" 4el banano, logra explicar una parte del problema, pero de­
ja obscuros algunos interrogantes. Ciudades como Machala, Santo Domingo, Baba­
hoyo y Naranjal, todas ellas ubicadas en áreas de expansión bananera, aunque con el
predominio de estructuras agrarias muy diferentes, tuvieron ritmos divergentes de
~ecimiento, pese a que su papel de "ciudades dormitorio" haya sido similar.

según la tesis planteada en este artfculo, la urbanizaciÓn de la época obedeció a la


accl6n co'njurita de una serie de factores que acompaí'laron la expansión bananera,
eatra los cuales se destacan,la estructura agraria, la distribuci6n de la tenencia de la
tlerTll, les relaciones de producción, los niveles salariales, los enlaces productivos di­
rectos, y la intensidad en el empleo de mano de obra del cultivo.

Estas condiciones especiales tampoCo están unfvocamente asociedas a la naturaleza


del banano como producto. Se ha mencionado ya la concentración del cracimiento
urbano en paises como Costa Rica, donde la actividad 'bananera es Importante, y
se conoce la débil urbanización en las naciones de Centroamérica que han tenido un '
antiguo desarrollo de los enclaves bananeros.

Pese a que en el Ecuador también se desarrollaron extensas plantaeiories de empre­


sas exportadoras extranjeras, como la establecida en Esmeraldas por la Fruit
Trading Ca. y el casode Tenguel, 'propiadad da la United Fruit en la Costa Sur, los
mismos tuvieron una limitada participaci6n en el total exportado, y desde sus ini­
cios, la mayor parte de la producción se originó en madial1&S propiadades de empre­

119

, .~ - .
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA DE LAS CIUDADES

serios nacionales, que llegaron a 3.ÓOO en 1964, con una extensión media cultivada
de banano de 68 hectáreas.

LB estructura agraria, sin embargo, no fue regionalmente homogénea. En algunas


áreas, como el eje de colonización Santo Domingo·Ouinindé. o-la provincia-de El
Oro, hubo un predominio más claro de la mediana propiedad en el cultivo bana­
nero, mientras en otras zonas, como las.de Babahoyo y de Naranjal, se mantuvo el
predominio de grandes propiedadas heredadas de la etapa cacaotera. Es interesante
subrayar que en estas últimas regiones el crecimiento urbano ha sido más débil.

Algunas cifras pueden complementar lo afirmado sobre la tenencia de la tierra. El


coeficiente de Gini es un índice adecuado para medir su nivel de concentración(8).
Este valor, calculado para la Sierra, la Costa y a nivel nacional, en los censos agrope­
cuarios de 1954 y 1974 muestra que, si bien en el país la concentración en la t_n­
cla de la tierra es muy alta, la Costa Pl'llSellta niveles menores a los de la Sierra: Por
otra parte, puede observane también una reducción del índice entre los dos censos,
que es atribuible, entre otros factores. al resu Itado de la expansión bananera en el Li·
toral.

Además el coeficienta de Ginl en lee propiedades que cultivan banano para la expor·
tación, y para lee éreas sembradee. muestra valores SUbstancialmente inferiores ~ los
de la Costa, evidenciando que en el cultivo de la fruta prevalece una estructura
agraria más equitativa que la dominante a nivel nacional o regionaI(9).

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120
El "!',OO1ft" bananero introdujo un nuevo lICtor en la 8ItnJcturalllll'llria de la Costa;
al mediano finquero capitalista, que fue consolidando una pequella burgiJallía rural.
Estos nuevos colonos afincaron su residencia en los pequellos y med ianos poblados
del Litoral, creando mercedos internos microregionales de cierta significación.

Nót_ que tanto en la Sierra en los mismos ai'los, como en la Costa durante la fese
cacaotera: no tuvieron casi ninguna importancia los estratos madias rurales; y ioe
duellos de la tierra, habituelmente grandes terratenientes; residían sobre todo en
Guayaquil y QU,ito.

El rápido desarrollo bananero de los ai'los 50 consolidó también a' Proletariado


ligrlcola, actor social apanas embrionariemente desarrollado en el país heste el mo­
mento, dado el predominio de form. no capitalistas en la Sierra, y su extendida
presencia en la Costa. LB inte'nsidad en el empleo de mano de obra de este cultivo,
y su claro carácter capitalista. exigieron una abundante meno de obra asalariada:
hasta 1964 la lICtivldad bananera ocupaba en forma diraete aproximadamente
96.000 trabajadores, con unÍ! demanda laboral relativamente estable e lo largo dal
ai'lo.

Los salarios prevalecientes, si bien fueron inferiores e los centroamericanos y apenas


supararon el nival de subsistencia. fueron más altos que los de otras lICtividades agra­
ries 'del Litoral y del pals. Es evidente que el consumo de este numeroso grupo so­
cial en expansi6n contribuy6 a fortalecer loe mei'cedos internos microregionales de ,
loe pobladoe intermedioe.

Las funciones de estos centros no se limitaron al abastecimiento da bienes da


consumo para trabajadores y medianos propiaterios. El complejo agroexportsdor
exigió la construcción y el mentenimlento postariot de una extensa red vial y de nu­
merosas pistas aéreas destinades a la fumigación. el funcionamiento de un sistemil de
transporte terrestre de la fruta hacIa los puertos, y el abastecimiento y reparacl6n de
variados insumos para la actividad agrícola. Estas actividades de construcción. repa­
ración, mentenimiento, abastecimiento y comercialización, estructurades en torno
al cultivo bananero, cumplieron también un 'papel destacedo en las ciudadei inter­
medias.

Es Importante subrayar la velocidad con la que lIlI produjeron estos cambios durante
los ai'loe 50. El país, que en 1948 exportó menos de 100.000 toneladas de fruta.
superó el millón en 1963. habiendo alcanzado desde 1954 el primer lugar corno ex­

121
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMlCA DE LAS CWDADES

portador de banano en el mercado mundial.

En síntesis, hacia 1950 la estructura demográfica de la Costa se caracterizaba por un


limitado desarrollo urbano, altamente cóncentrado en Guayaquil, y por la virtual
inexistencia de ciudades intermedias. El rápido desarrollo del complejo exportador
bananero, por sus características específicas, como el predominio de medianas pro­
piedades, el empleo intensivo de mano de obra, el predominio de relaciones capita­
listas, y un conjunto de enlacas productivos hacia atrás, condujo a un desarrollo
regionalmente diversificado de mercados internos de consumo, y de actividades de
, comercio, transporte y servicios que repercutieron en un acelerado crecimiento de
centros urbanos intermedios. En las zonas donde predominó la mediana propiadad
bananera se observa un mayor crecimiento urbano que en aquellas caracterizadas
por la mayor gravitación de grandes plantaciones.

En la Sierra el crecimiento económico condujo a un desarrollo urbano profunda­


mente distinto, cuyas características han sido ya puntualizadas. Pese al importante
crecimiento de la producción agropecuaria y a la extensión de las áreas cultivadas, la
urbanización se produce fundamentalmente en Quito, mientras las ciudades inter­
medias crecen moderadamente, y los pobledos pequei\os tienen un saldo migratorio
negativo, al crecer a un ritmo inferior al vegetativo.

En la Sierra prevalecieron hasta 1964 condiciones sociales opuastas, en muchos sen­


tidos, a las de la Costa. El eje articulador de la estructura agraria de la región fue la
hacienda precapitalista. La concentración de la tenencia de la tierra, como se ha
visto. fue extrema, y el peso de la mediana propiedad fue ínfimo. La clase terrate­
niente, residente' en Quito o en las principales cabeceras prOvinciales, destinaba el
excedente obtenido, esencialmente una renta precapitalista, al consumo suntuario,
siendo insignificante su reinversión productiva en las éreas rurales. En consecuencia,
fue casi nula la circulación del excedente en las zonas del interior. Por otra parte, el
predominio de formas no monetarias de remuneración al trabajo, la extrema pobre­
za del campesinado, y la elevada significación de la producción para autoconsumo
limitaron el desarrollo de relaciones Comerciales y de los mercedos internos micro­
regionales, pese al empleo intensivo de mano de obra en la egricultura. Finalmente,
el predominio de una tecnología extensiva y escasamente capitalizada limitó la de­
manda de insumos y maquinaria para la agricultura, mermando el desarrollo de ac­
tividades de comercio, transporte y servicios.

Mientras las ciudades intermedias, normalmente capitales de provincia, alcanzaron

/11
LARRBA

algún crecimiento debido a sus funciones administrativas y a su participaci6n en un


presupuesto fiscal en expansi6n, los pueblos chicos tuvieron un comportamiento
que puede calificarse de regresivo, dado el contraste entre sus limitadas perspecti­
vas y la a\racci6n migratoria del Litoral.

Aunque los centros intermedios del Litoral· constituyan el caso más interesante en el
primer intervalo censal, debe observarse también que el crecimiento metropolitano
fua alto, y super6 el !)CA:> anual. La dinámica de Guayaquil y Quito obedeció a ra­
zones distintas.

Guayaquil concentr6 la gran mayoría de las exportaciones de fruta hasta 1969, y


se convirti6 en el foco de convergencia de la red vial construida; la exportación de
la frute se concentro en. un reducido grupo de empresas, que apropiaron una ele­
vada fracción del excedente, cuya reinversión expandi6 la econom (a del puerto, sal­
vo en el casO de las empresas extranjeras. El comercio de importaci6n 18 ubicó en
forma casi exclusiva en el puerto, consolidando. un predominio que se mantiene cla­
ramente en la actualidad. Las actividades financier.. y comerciales estructuradas
en torno al comercio internacional, y un naciente sector industrial fueron consol~
dando los estratos medios urbanos, y tembién un grupo 0ligop6lico local, cuya ex­
pansi6n y diversificación posterior son importantes.

El crecimiento de Quito, más'moderado, se articul6 sobre dos ejes principales. El


primero fue la expansi6n del Estado y la administraci6n pública, cuyo financiamien­
to dependi6 'principalmente de los impuestos a las importaciones; el segundo fue el
mercado de consumo de la clase terrateniente, que participó en el excedente econ6·
mico mediante el abasteeimiento para el sector agropecuario doml!stico. Estas aet~
vldades, y sus efectos multiplicadores, fueron desarrollando una estructura social en
la cual la importancia relativa de los estratos medios fue más significativa que en
GuayaquiI(10).

EL INTERVALO 1962-1974

Los principales cambios de esta etapa respecto a la anterior fueron una nivelación
de la diferencia entre el crecimiento poblacional y urbeno entre la COsta y la Sierra,

(tol v• •: Ponce, A.. n.-uo


trI.; FLAesO, QuilO, 1978.
........" y 1W"b"- ~I .. QII*". T.... do ~

123

'". ,-\
, .' , . _. j.'¡"', '-.
CIUICIMIllNTO URIlANO y DlNAlK1CA DE LAS CWDADES

una fuerte raducción de la migración interragional; la daclinación, en los tres prin.


-cipal81 estratos, de la velocidad de cracimiento urbano en la Costa, acompaflada de
la persistencia del ritmo diferilncial a favor de los centros intermadios, y un aumen­
to. en la Sierra, de la tasa de crecimiento de los poblados chicos.

Tr8I cambios. a nivel socio-económico, repercutieron principalmente sobre las con­


diciones del crecimiento urbano; la crisis de la exportación bananera iniciada en
1965, los cambi,os an la estructura agraria serrana que se dieron sobre todo desde
1964, y el inicio del proceso de sustitución de importaciones, Impulsado por la dic­
tadura militar (1963-661.

Hacia 1965, las transnacionales·impusieron una nueva variadad de banano en el mero


cado mundial, y pusieron en marcha un substancial cambio en la distribución gao­
gréfica de sus operaciones ¡m América Latina. provocando el estancamiento, que se
mantiene hasta la actualidad, de los volúmenes exportados por el Ecuador, fenóme­
no agravado por. la tendencia declinante de los precios relativos de la fruta en el
• mercado mundi8l(ll l•

A partir de 1967woper6 en el país la sustitución de variedad. que implicó cambios


profundos en 'Ia tecnología del cultivo y en su distribución regional. En efecto, el
éres sembrada se radujo a la mitad, y el cultivo dejó de tener una distribuci6n ex·
tendida ¡I lo lal1lO de todo el Litoral. para concentrarse en la Costa Sur, principal·
mÉlnte en la provincia de El Oro; se amplió la capacidad de Puarto Salivar y éste
pasó a absorber el 5()O,b de la· exportación nacional de fruta. La tecnificación pro·
gresiva dal cultivo fue implicando enlaces productivos mayores, principalmente con
la introducci6n de las cajas de cartón para el embalaje, y un uso més intenso .de
agroquimioos, por otra parte se radujo la demanda global de mano de obra.

La descomposición de la hacienda tradicional en la Sierra, producida sobre todo desde


1964, a raíz de la Reforma Agraria, produjo la generalización de las relacionas capita­
listas. Esta medida se complement6 en 1971 con el decreto de abolición del trabajo
precario, que transformó la zona arrocera del Litoral. Para!elamentese produjouncarn­
bio paulatino en la tecnología agropecuaria, que se fue tornando més capital.inten­
siva, y declinó en sus damandas de fuerza de trabajo.

1111 V_o La"., e., E . . - ".. .~ , y . .~ ""_ _ .....1 E&rI4d""


(J948·J,71)I _ .....y D ~ . FLACSO, Quito, 1980.

124
LARREA

El crecimiento de la industria, además de conllevar la aparición de nuevos actores


sociales en el escenario urbano de Quito y Guayaquil, como el proletariado fabril
y la burguesía industrial, condujo a una progresiva descomposici6n de la producción
artesanal, y a una creciente concentración de le manufactura en las dos metr6polis.
Los datos censales muestran un debilitamiento ~ la PEA ocupada en el sector
manufacturero en las capitales provinciales de la Sierra, sin un paralelo crecimiento
del proletariado industrial, dada la limitada demanda de mano de obra de la indu&­
tria.

Estos tres cambios principales tuvieron repercusiónes distintas sobre el crecimiento

'urbano: El estancamiento de la producción bananera, y del sector agroexportador

en su conjunto, detuvo la migración Sierra-Costa, y redujo las tasas de crecimiento

urbano en la Costa, en todos los estratos. La migraci6n hacia Guayaquil baj6 sustall­

cialmente, y entre las ciudades intermadias solamente dos lograron mantener tasas

notables de crecimiento: Santo Domingo y Machala. En el primer caso tuvieron e&­

pecial incidencia la construcción de la via Quito-Santo Ddmingo, que se cOnvirti6

en el eje principal de comunicaci6~ interregional, y la continuaci6n del pro~so de

colonizaci6n. Machala se convierte en el centro de la nueva zona bananera, luego del

cambio de variedad, y se beneficia por la expansi6n de Puerto Bol ¡var, virtualmente

conurbanizado a la ciudad. El fen6meno de la acelerada expansi6n de las ciudades

intermadias del Litoral pierde la intensidad y generalidad de la fase anterior, limi­

tándose a situaciones particulares..

En la Sierra; Quito mantiene su ritmo de aecirTiíento. A partir de 1963 se da un


proceso de ampliaci6n y reord6namient~ de las funciones del sector público, que
puede explicar en parte este hecho. El fen6meno más significativo en el Callej6n
lnterandino es, sin embargo, la superaci6n del estancamiento de los poblados
pequeños, que indudablemente es una manifestaci6n del oambio en las estructuras
agrarias y. en la tecnolog íariJral. La generalizaci6n de las relaciones salarieles, la
redistribuci6n en la tenencia de la tierra, que aunque Iimiteda, repercuti6, sobre todo
en ciertas zonas, en un mayor acceso 11 la tierra para la pequeña y mediana
propieded, .y la progresiva introducción de maquinaria'y agroqu (micos en la
agricultura condujeron al desarrollo de pequeños mercados, y de actividades de
comercio, transporte y 'servicios. Este cambio en lO. peque~os pueblos contresta
. ron el efeCto negativo, a nivel rural, de la modernizaci6n agrfcola y la especializaci6n
en la ganedería, que repercutieron en una fuerte raducci6n en la capacidad del agro
para. generar empleo.

12j ,

c• • ".-,'
'.
CRIiCIMIf.'NTO URBANO Y rJlNAMICA DE LAS CIUDADES

El crecimiento de la industria no genera una fuerte atracción migratoria ni tiene


efectos demográficos claros, debido a su limitada capacidad de absorción de
puestos de trabajo. Por el contrario, la crisis artesanal que conlleva, sobre todo en
las ciudades intermedias de la Sierra, limita las posibilidades de absorción ocupacio­
nal de las econom ías urbanas.

Ante la limitación estructural de las posibilidades de generación de empleos produc­


tivos a un ritmo similar al crecimiento poblacional, tanto en el campo como en la
ciudad, la urbanización va expresando esta crisis, a través del aumento de la pobla­
ción marginal en las metrópolis, la acelerada expansión de los suburbios y barrios
periféricos, etc. Si bien la marginalidad ocupacional fue un problema grave en el
país desde la crisis cacaotera, su profundización en un contexto de urbanización
acelerada es propia de las últimas décadas.

EL INTERVALO 1974-1982

En esta etapa se presenta una intensificación del proceso de urbanización, alimenta­


do por una corriente migratoria intra-regional proveniente del campo. En efecto,
mientras la tasa de crecimiento urbano sube, acercándose al 5010 anual, el crec~
miento vegetativo declina del 3 al 2.70 /0, y el crecimiento poblacional en el campo
cae fuertemente, llegando a su nivel más bajo desde 1950: el 0.850 10 anual. Este fe­
nómeno se da tanto en la Sierra como en la Costa, creando un nuevo contexto, en el
cual las zonas rurales llegan a un virtual estancamiento poblacional que evidencia 'su
incapacidad de absorber nuevas demandas de empleo, salvo en las áreas de coloniza­
ción del Oriente, de limitadas perspectivas.

En la Costa, donde el estancamiento demográfico rural es casi absoluto, el patrón de


urbanización sufre transformaciones importantes: el ritmo de crecimiento de Gua­
yaquil aumenta, mientras declina el de las ciudades intermedias, de manera que la
diferencia entre ellos se reduce substancialmente. Los poblados pequeños recuperan'
su dinámica.

Entre los centros' intermedios altamente dinámicos de los años 50, sólo uno man­
tiene su ímpetu: Santo Domingo; en Machala y Quevedo las tasas de crecimiento se
reducen, sin dejar de ser altas. Mientras tanto, se acelera el crecimiento en otras ciu­
dades, como Portoviejo, Manta y Esmeraldas.

En la Sierra se destacan dos fenómenos, al acelerarse levemente el crecimiento de la

126
I.ARREA

Capital, y acentuarse la dinámica de las ciudades pequeñas, Que superan, por prime­
ra vez, el nivel de crecimiento vegetativo.

En lo socio-económico, la transformación más profunda fue el "boom" petrolero.


La elevación del precio del crudo en 1974, y un ·substancial aumento en la participa­
ción estatal en el excedente., condujeron ¡j una vertiginosa expansión en los ingresos
fiscales. Su reinversión y circulación aceleraron el crecimiento global de la economía;
la industria y la construcción fueron los sectores más dinámicos, y $Ocialmente tuvo
importancia la modernización agraria.

En las páginas anteriores se ha explicado la relación entre la forma de apropiación


del excedente, la estructura social Que genera el desarrollo de un producto de expor­
tación, y la configuración urbano·regional resultante. El contraste entre las etapas
cacaotera y bananera es ilustrativo al respecto. Al convertirse el petróleo en el pri­
mer producto de exportación, en un escenario de relativo estancamiento de las ex·
portaciones tradicionales, aparecen nuevas variables Que transforman el modelo de
crecimiento urbano.

En la extracción del. hidrocarburo, las actividades productivas directas requieren


poca mano de obra, y están concentradas regionalmente en las zonas de explota­
ción, generando pocos enlaces con la economía nacional; la articulación más impor­
tante se origina por u!'l enlace fiscal, mediante la apropiación estatal dé la mayor
jJarte de la renta hidrocarburífica. Al ser el Estado Quien recibe y redistribuye el ex­
cedente, de sus poi íticas depende su efecto sobre la economía y la sociedad.

El modelo·de desarrollo impulsado por las políticas públicas a partir de 1972 con­
dujo a un importante crecimiento de la economía, pero benefició substancialmente·
a los ~tores más modernos, asociados al capital y a la tecnolog ía de las transnacio·
nales. Estos grupos se ubi(;3n principalmente en la industria y el sector financiera.
El Impulso a la agricultura repercutió en una tecnificación heterogénea, y en el diné­
mico crecimiento de cultivos para la agroindustria, como la palma africana.

a
Esta expansión desequilibrada de los sectores más modernos. frente un virtual 9lI'
tancamiento. de la agricultura tradicional y las actividades en pequella escala, produ;
jo resultados negativos sobre la oferta de empleo. El crecimiento económico no
tuvo un efecto equivalente en la estructura ocupacional, hasta tal punto Que más del
&:fJ/o de la población activa del país sufre actualmente condiciones de subem·

127

..
~ .

. .
",.­
·­
CRECIMIENTO URBANO Y DINAMICA DE LAS CIUDADES

pleo(121.

Las actividades más dinámicas se ubicaron en Guayaquil y Quito. En 1975 Guayas


concentró el 490 /0 del valor agregado de la industria manufacturera, y las dos pro­
vincias metropolitanas alcanzaron el 840 /0(13). En forma similar, las provincias
mencionadas absorbieron los dos tercios de los trabajadores urbanos de la construc­
ción(141.

La expansión del gasto público, y particularmente de la burocracia, benefició prio­


ritariamente a la Capital, generando un crecimiento muy significativo de sus estra­
tos medios.

La consolidación de un sector industrial y financiero de punta, vinculado al capital


transnacional, y afincado casi exclusivamente en Guayaquil y Quito, fue una de las
consecuencias del auge petrolero. Este sector, por su naturaleza oligopólica, obtiene
establemente tasas de ganancia superiores a.la media de la economía, tiende a alte­
rar a su favor la estructura de precios relativos, y se beneficia de una estructura de
apropiación desigual del excedente, gozando de una mayor capacidad de acumula­
ción respecto a los sectores competitivos y tradicionales. De esta manera se generan
tendencias acumulativas de desarrollo desigual, que conducen a una profundización
de los desequilibrios sectoriales y regionales.

En ciertos casps, la modernización en las metrópolis ha inducido una especiali~ación


de centros intermedios que ha favorecido su crecimiento como en el desarrollo por­
tuario y turlstico de Esmeraldas y a la floreciente actividad comercial interregional
de Santo Domingo. Por otra parte. ciertas ramas de punta, que Pllr su naturaleza se
ubican fuera de las grandes urbes. como la pesca industrial en Manta, y la plantación
de oleaginosas en Santo Domingo. Quevedo y su zona de influencia; han dinamiza­
do algunas ciudades intermedias en la Costa. El crecimiento reciente de la crianza
artificial del camarón ha tenido efectos similares, sobre todo en Machala.

Algunas políticas públicas han favorecido también una cierta descentralización del
crecimiento urbano. como en el caso de la creación de nuevas universidades en Am­

C12' v •••: PREALC, Sitwu:ió" y ,.,..._ _ d.'_pl«> ... E_ar, Sontlogo, 1976.

(131 INEC. E_* tU M'"'''f_''' Y MI_Íd, 1976.


114' INEC. e....o tU Poblildó"y V;";.,,,u, 1982.

128
LARRBA

bato, Riobamba, Machala, etc, él impulso a organismos de desarrollo regional como


CREA, CRM y PREDESUR, y las formes de participación de los organismos de po­
der local en el presupuasto público. La ubicación de grandes obras de infraestructu­
ra fuera de las metrópolis. como la refineríe est8tal de Esmeraldas, y la ampliación
portuaria en Esmeraldas, Manta y Puerto Bolívar, son acciones que apuntan en la
misme direcci6n.

En resumen, determinades políticas de descentralizeci6n del gasto público, la ubica­


ci6n de inversiones privadas en agroindustria y pesca. y la especialización funcional
de ciertos centros respecte a las metr6polis, han dinemizado a distintas Ciudades
como Cuenca y Laja en la Sierra, Machala, Santo Domingo, Portoviejo y Esmeral­
das en la Costa.

El crecimiento de los centros intermedios,.en consecuencia. se manifiesta en otras


ciudades, y por rázones también distintas. respecto a las fases anteriores; además
deja de ser un .fenómeno exclusivo de la Costa. Por otra parte, la pérdida de su in­
tensidad global, y la reducción de sus diferencias respecto al ritmo metropolitano,
expresan el agotamiento de las condiciones que impulsaron su desarrollo en los ai'los
50.

La urbanizaci6n reciente, entonces, está condicionada por la modernizaci6n del apa­


rato productivo inducida por el petr6leo; sus características se derivan del desarro­
llo de los sectores más dinámicos, ubicado sobre todo en las grandes urbes; por otro
lado, su avance refleja también las distorsiones del modelo de crecimiento, alali­
mentarse de la crisis de las alternativas ocupacionales del agro, y de un crecimiento
industrial basado en tecnologías capital-intensivas, de escasa capacidad para generar
nuevos puestos de trabajo, De esta forma. el crecimiento urbano es acompai'lado
la
por expansiÓn de sectores marginales. la proliferación de actividades-de comercio
y servicios de baja productividad, la profundizaci6n del déficit en vivienda a infra­
estructura y la expansi6n de barrios marginales.

Si bien durante la etapa petrolera se han profundizado los desequilibrios sectoriales,


regionales y sociales que caracterizan un crecimiento desigual, y las distancias en los
niveles de ingreso y productividad· entre las actividadas modernas y IIIJ más tradicio­
nales se han ensanchado, al igual que las diferencias en las condiciones sociales entra
las regiones, este fenómeno nó parece tener una correspondencia demográfica
expresada en un mayor crecimiento de las metr6polis. En efecto, la mayoría de las
ciudades intermedias han mantenido ritmos más altos.de crecimiento que los de

129

; '~

CRECDll1iNTO URBANO Y DINAMICA DE LAS CWDADES

Quito y Guayaquil.

Una posible explicación de este hecho puede originarse en la limitada capacidad de


irradiación social que caracteriza al sector m~e.rno, debido!, sus modestas articula­
ciones productivas, al predominio de capital, tecnología e insumosextranjeros, y a
su escasa potencialidad para generar empleo. De esta forma, la atracción migratoria
generada por su crecimiento es limitada. El único sector urbano cuya fuerte expan­
sión en las urbes atrajo una migración masiva fue el de la construcción. Sin embar­
go su distribución regional es menos concentrada que en el caso de la· gran indu&o
tria. Debe observarse que en otros contextos latinoamericanos, especialmente du­
rante la sustitución de importaciones operada en países como Argentine, Brasil,
México y Chile durante los ailos 30, la oferta de empleo en la industria fue notabla­
mente mayor, y el proceso sustitutivo alcanzó niveles més profundos, ocasionando
una concentración poblacional més polarizada en las metrópolis.

Por último, es necesario destacar que la dinamización de los poblados pequeilos de


la Sierra se profundiza, expendiendo un efeCto, ya enalizado, de la modernización
agrícola y de la limitada distribución de la tierra. No es casual que pueblos ubicados
en éreas de aplicación de la reforma agraria, como C8yambe y C8i1ar, alcancen eleva­
dos ritmos de crecimiento, mientras en zonas donde prevalecen formas més tradi­
cionales. como la de Guaranda, el efecto sea més débil.

6. CONCLUSIONES

En la primera parte de este articulo se ha procurado detectar los rasgos més impor­
tantes de la urbanlzeción en el país, en cada región, y durante los diferentes interva­
los censales, habiéndose encontrado un amplio y cambiante esPectro de situaciones,
entre las qué sobrasalen algunos fenómenos, como el crecimiento de los centros
intermedios del Litoral, opuestos a las tendencias dominantes en Latinoamérica.

En el caso ecuetoriano, la compareclón entre el aecimiento urbano y su evolución


socio-econ6mlca revela discontinuidedes profundas, tanto en lo histórico como en
lo regional. Un estudio que pretenda aplicar al contexto nacional tendencias gener&­
les de la región puede constituir un enfoque limitado y parcial. si no 88 complementa
con un análisis de la compleja superposición de modelos que; provenientes da fa8as
históricas y condiciones sociales particulares, dejaron sus huellas en cada región del
pe ís. La actual configuración urbana as la resultante final de procesos heterogéneos
y discontinuos, tanto a nivel socio-económico como desde la perspectiva de las po­

130
LARRIiA

líticas públicas que han influenciado en ella. •

El análisis particular de los modelos de crecimiento urbano derivados de las condi·


ciones sociales imperantes en las etapas cacaotera, bananera y petrolera permite
identificar algunos factores, como la estructura de acee:;o a la tierra, las relaciones
de producción, la tecnología .agropecuaria, las poiíticas públicas, etc. que inciden
substancialmente en la configuración y dinámica urbanas.

Este estudio, por su carácter general, constituye una primera aproximación al tema,
y debe ser complementado con investigaciones más esPecíficas sobre s·ituaciones par­
ticulares, que pongan a prueba la validez de sus tesis centrales. Sin embargo, se
han planteado, a nivel de hipÓtesis, algunas líneas interpretativas para el futuro.

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IJZ
DINAMICA
DE LA
URBANIZACION8

Dsva/do Hurtado

1. ARJIA5 URBANAS

El fenómeno objeto de este punto es el conocido con el nombre de urbanización.


Entendemos por tal al proceso de concentración de población en les áreas urbanas.
existentes o nueves. a un ritmo más rápido que en el campo -definiCIón astadlstl­
ca-; o al cambio gradual de una sociedad de tipo rural en una de tipo urbano por
el cndmlento de les ciudades 1°) existentes. la fundación de nueves o la prolonga­
,Clón del estilo de vida urbano a les áreas rurales -definiCIón soclol6glca- (Darse­
laer y Gragory. 1962: 11·12).

• Fl'8llmonto publl_ en: D. mu_ .._ _• _ o ' " d..... 6l11eo ..... ....nd8ol-•
...... Culto. Ed. INEDES. 1988. pp. 148-166.

(OJ ~~ , G....."",..,.. , . . M/fItIiI.• •_ ... _ .. t:riUrlD...,..


...., qw • .. """'" ••10 M "."",.",." '"""'" Wftb (flrHtt/oM •
..." o{ 11I-. f1I>. 46-6JJ dI« qw k _ _1Nd6tO ............. graMo
""y ,...",..",.. WIdhIJl~ ~.". So~_._
,."".,.. k ..... ,... ... """""",,..;,m M poblMl6e _ r- M .............
---.. _ •S J o'*'" y _WIIfI-'6e ~.y _ .....".... ""-'IM4 M
.............. e_........ " _ _ ..,8IIMM _ kqw ..
.,.",., ~ • _ _ y _ . "
",. J.DOO ~. Por _ , . , .
M'" M'" qw
dIuIeda. ..... "", ~
"..,..
. . . ko{twÍ8M ....... -qw""'"-. .

133

' •. ,' ...,'.


/)/NAM/CA J)E LA 'URBAN1ZACION

Hemos estudiado el fenómeno de las migraciones y su incidencia en el crecimiento


.de las ciudades. En el presente enfoque de la urbanización, partiremos del estudio
de su dinámica para 10 que nos serviremos de informaciones estad (stlcas constantes
e.n los censos' de 1950 y 1962; luego señalaremos tentativamente sus causas y efec·
tos. tratando de salvar la escasa bibliografía ecuatoriana existente.

2. DINAMICA DE LA URBANIZACION

Al estudiar la población vimos que entre los años 1950 y 1962 aum¡mtóla partici·
pación relativa de la población urbana con r..lación a la población total del pa (s.
En efecto, mientras la primera representó en 1950 un 28.5 % , en 1962 signifi­
co'el 36 % . Estos porcentajes cambian en las diferentes regiones del pa(s: en la
Costa, 32.6 % en 1950 y 40.2 % en 1962; en la Sierra, 26.2 % en 1950 y
31.6 % en 1962 y en el Oriente, 12 % en 1950 y 13.5 % en 1962.

De las cifras anotadas podemos concluir que Ecuador sufre un proceso de urbaniza­
ción expresado en el crecimiento de la población de las ciudades por sobre el de las
zonas rurales. Este proceso es acelerado en la Costa, relativamente lento en la SI&<
rra e insignificante en el Oriente.

CUADRO No. 1

CRECIMIENTO DE LA POBLAClON DE LAS PRINClPALI!S CIUDADES DE ECUADOR

1885 19:16 1938 1950 l\l6Z 1975

Guoyaqull 40.000 100.000 169.937 268.968 510.785 1'077.1152


Quito 80.000 82.000 160.374 208.932 3li6.183 1l92.8Oll
Mocho'o 7.648 30.136 lOO• •
euence 30.000 30.000 48.300 40.274 60.817 86.800
Eomo,old.. 13.169 33.438 84.606
Amboto 12.000 10.000 26.200 31.639 63.746 81.238
Quovlldo 4.168 19.798 88.8BIl
PortovloJo 16.330 32.436 68.840
Monto 18.186 33.817 65.716
AI_mbo 18.000 12.000 19.1500 30.047 41.689 156.782

PUENTES. DotoeIoe J.)' Gnpty A.. ~. cit., Tomo 1, p.18l.


ee-·... 1950)' I\16Z, ....... él... JlUlto ... PIonIfIcocI61l,

Ptoporcl6ll ... la Poblod6n U........ )' Cantoaol'" la

Cobeeau Porroqu...... Quito, 1964.


ELABOR.ACION. INEDES.

134
HURTADO

De la observación del Cuadro No. 1 se deduce que la urbanización es más rápi,


da en las ciudades de la Costa que han tenido un vertiginoso dilsan"ollo en los
últimos años. En el perfodo comprendido entre 1950 y 1962 han crecido a las
siguientes tasas geométricas medias anuales: Quevedo, 13.86 %, Mechala,
12 %; Esmeraldas, 8.16 %; Guayaquil. 5.95 %; Portoviejo, 5.84 %; Malita,
4.87 %. Excepto el caso de Ambato y Quito cuyas tasas de aumento han sido de
4.75 % Y 4.73 o/ó, respectivamente, las otras ciudades de la Sierra han crecido a
un ritmo notablemente inferior -Cuenca, 3.68 % Y Riobamba, 2.97 % .

El hecho de existir dos grandes centros de atracción de los movimientos migratorios


-Guayaquil y Quito- y centros menores de gran dinamismo en su crecimiento.
coloca a nuestro pa ís en una situación mejor con relación a otros de América l.&­
tina en los que un solo centro -la capital- concentra y atrae altos porcentajes
de población.

Opinamos que, en general, no se producirán cambios en los años siguientes en las


lineas de crecimiento de las distintas ciudades del país, excepto quizá el caso de
Quito que seguramente acelerará su crecimiento. Creemos que esta ciudad y Guaya­
quil mantendrán su carácter de grandes polos de atracción. En efecto, mientras en
1963 el 77.4 % de las empresas industriales se encontraban en Pichincha y Guayas,
en los cuatro últimos años aumentó la participación de las dos provincias a 82 % .

Para contemplar el cuadro de la urbanización examinaremos. específicamente· los


casos de Guayaquil y Quito.

El "subu,bio" guayaqulleño se formó a raíz de la ",el1olución del 28 de mayo de


1944", cuando la masa popular con los residuos del saqueo, se desplazó hacia el
suroeste de la ciudad, a partir de la calle Lizardo Garcla que constituye la linea di­
visoria de las barriadas marginales. Allí se edificaron las primeras chabolas que
hoy se extienden hasta los terrenos pantanosos de los tributarios del estero salado,
cubriendo una extensión aproximada de 844 hectáreas en las que habita una pobla­
ción estirnada de 352.000 peisonas(l l.

Existen tres barriadas características: "Guerrero Martínez", la primera en fundarse


hoy habitada por guayaquileños y migrantes de las provincias de Los Ríos y Guayas

(1 J ~ dftru " 1M Irtf---. que cí_o•• con,!n..c/ón .olm! .¡'uburIJio d. e..,....


'1"11, """ .uo proporcioudtu • nu."",, ;""'''ilP''/o,,, por./ CRUBS (Comité ptmI la
"""'I'trri'l." U"",,"ludDn '" lo. Barrio. SuburIJano. d' C"""aquU), Son .pro'"-' .
áoftft qw .. ",dD UMI, etnI IIlp.. 1HI_....o, permitm apreCÍIIF cvn';utirNJ"...re .1
prob_. .

135

'..
-, " N .
DINAMICA DE LA URBANlZACION

que llegaron a Guayaquil como consecuencia de las inundaciones de 1963 y adqu~


rieron parcelas de los antiguos poseedores (2) que se han mudado a lugares más
alejados; "El Cisne", habitada por mlgrantes del Austro, antiguos tejedores de la
peja toquilla que llegaron a Guayaquil a partir de 1950; "La Chala" habitada pOI"
migrantes esmeraldeilos -{)rdlnarlamente n8Ql:os o mulatos- que emigraron en
1962 POI" la crisis de la producción del banano.

Una muestra obtenida entre 4.285 familias y -25.126 personas correspondiente a 2


áreas suburbanas, obtuvo el ailo 1963 estos resultados. El 54 % de las f~mllias
carecen de .base legal y son simpleS uniones consensuales; el 76 % de los jefes de
familia ganan menos de $ 1.000 mensuales y ordinariamente cumplen tareas de
subempleo como jornaleros, comerciantes ambulantes, carboneros, etc., dándose
el caso de algunos que salen a trabajar en el campo en fa zafra o en la cosecha
del café; el 17 % de las familias tiene entre 1 y 4 hijos, el 55 % entre 5 y 7, Y
el 28 %, 8 o más; el 44 % proviene de la misma ciudad de Guayaquil (3); el
37 % de otras provincias y el 19 % de la provincia del Guayas; sólo el 34 % de
los poseedOfas de solares tiene tItulo de propiedad y el 57 % habita en viviendas
alquiladas; el 63 % de las viviendas son de caila, en muchos casos edificadas sObre
pilotes que las protegen de las inundaciones y fOl"madas pOI" una sola habitación
en la que vive toda la familia; el 22 % de los mayores de 15 ailos son analfabetos.

SI bien el suburbio es característico de la ciudad de Guayaquil, existe también el


tugurio en los barrios centrales. Los ind ígenas serranos, que suelen.ser mlgrantes
tempOl"ales, no residen en las barriadas marginales slno que más bien .se hacinan
en callejones y cuanos de las casas viejas ubicadas cerca de los mercados o de las
obras de construcción. Los que abandonan el suburbio, igualmente, encuentran
habitación en el tugurio.

El proceso de aecimlento de aui~ es distinto. Lo han génerado las clases alta y


media y sectOl"es evolucionados de la popular, gracias a las factlldades prestadas
POI" los programas del Seguro Social, de las mutualistas y de entidades privadas.
alcanzando su mayOl" auge en la presente década. Algunas de las antiguas casas del
oentro y sur de la ciudad. desocupadas por sus propietarios que se han trasladado a
101 barrios residenciales, han sldo ocupadas pOI" los grupos populares. En cada una
de sus habitaciones localizadas alrededOl" de los respectivos petlos, se han fOl"mado
101 tugurios en los que se alojan familias enteras. Las barriadas marginales qulteilas
,(21 El, o¡o ."" /JririJln _ _ 4ft
e-do " CRUBS quilo UfII"
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(31 Lo' .......' . ' " _ _ "" .... _ . G.".qull.

136
HURTADO

tienen características pecullEll'llS y manifestaciones aislade& e inslgnlfleantes locallZll­


dAs alrededor del montículo de "El Pa'let:iUo ", en 'es estribaciones de las montalles
occidentales y cerca de "El CINfSO ",

Un estudio exploratorio realizado por INEDES (Albuja, 1966) sobre 111 ballt dél
censo de 1962, claslflea a los barrios de Quito en tres eategorías: superior, media
e Inferior.

En la inferior lit ubican las 'poblaciones ocupadas en actividades manuales de poco o


ningún poder, de bajo prestigio y sin califiCación; de limitada Instrucción que ejer­
cen funclonarlos anesanales o dependientes; que reciben bajos salarlos y tienen vi­
viendas de una sola habitación o del tipo mediagua.

En estos barrios residían 107.267 habitantes que repr8lllntan el 32.5010 de la po­


blación de Quito. El 53.4 010 de las familias viven en una sola pieza; el 65.9 010 de '
las viviendas son arrendadas; el 63.9 010 de los edificios tienen servicios de aglJ8
comunes para todas las viviendas; el 15.6 010 de las viviendas carecen de servicios
higiénicos; y el 61 010 tienen que compartirlos con todo el edificio.

Estas cifras no son sustancialmente diferentes en los barrios de categoría media


-207.496 habitantes equivalente al 62.9 010 de la población de Qulto- la mayor
parte de cuyos habitantes, especialmente los que residen en los berrlos antiguos
o tradicionales, pertenecen, por sus C8n1Cterístlcas, más bien al nlvlillnferlor. ­

3. CAUSAS

Los factores que han originado la urbanización'en el pals son distintos de los que la
motivaron en los hoy países desarrollados. En éstos, la revolución técnlco-industrlal,
el aeclmlento del comercio, el1íumento de la producción agrícola y el Incremento
de su productividad, fueron las caulllS que provocaron la urbanización de las clud.
des;' las dos primeras crearon demanda de mano de obra en las urbes y las segundes
la liberaron en el campo.

En el país no lit han presentado los fenómenos sei\alados. Es pues niiCesarlo exami­
nar otras caulllS que las Indicadas.

En nuestra opinión, la principal caUlll de la urbanización radica en les deficiencias


de la estructura soclo«onómica del país, especialmente de la agrlcola. Hemos 85­
tudlado los sistemas de posesión de la tierra, de producción y organización del tra­
bajo, todos ellos inadecuados para satisfacer les necesidades de los campesinos que
al ver cortades sus asplrlll;iones de promoción económica y saclel emigran en busca

137

,"
- -.. , ji
DINAMICA DE LA UIlBANlZACION

de· mejores condiciones de vida. Buená parte de ellos, por las experiencias desalen­
tadoras vividas, han perdido el "amor a 14 titlfTa y 14 estima a 14s instituciones ru­
rajes" (Dorselaer y Gregorv, 1962:471. La ciudad aparece entonces como la únI­
ca posibílldad de solución de su frustración e insatisfacción. Como consecuencia,
compartimos el criterio de que las masas campesinas son ..... e"1'elid. por 14s defi­
ciencias de las estructuras agrarias"~ antes que atraídas por un desarrollo industrlel
Incipiente (Medina Echavarría, 1964:41).

Existen causas complementarias de la urbanización que han contribuido a desenca­


denarla. Estas serían: el aeclmiento demográfico, la atracción de la ciudad y el de­
sarrollo económico.

La "explosión demográfica" ailade nuevos contingentes de población que no pue­


den ser ab5Órbldos por las actividades agrícolas, no sólo por los problemas que plan­
tea su estructura, sino también por cierto adelanto técnico que limita la demanda
de mano de obra. Por otra Perte, las actividades artesanales estancadas, tampoco
pueden emplear a la mano de obra redundante.

La atracción de la ciudad prO\l0C8 una corriente mlgratorlll, especialmente en el ca­


so de Guayaquil y Quito que ofrecen un conjunto de posibilidades y servicios que
los migrantes buscan. Esta causa de carécter psico-soclal es la que mueve a cambler
de domicilio a ciertos habitantes de las capitales de provincia o cantón que se tras­
ladan a las ciudades mencionadas para ampliar los negocios, mejorar sus perspecti­
vas profesionales y entrar en contacto con medios ·cultural y socialmente más ade­
lantados.

El desarrollo económico prO\l0C8 la urbanización, como sa advierte incluso ,en los


países de América latina en los cuales existe relaclón entre grado de desarrollo
y porcentaje de población urbana. En el Ecuador, en cambio. el crecimiento de las
ciudades ha precedido a la Industrialización, que ha sido limitada y circunscrita
a Quito y Guayaquil. No se explica en otra forma el hecho de que los mlgrantes
encuentren empleo en el sector terciario. Como consecuencia. creemos que la in­
dustrialización ha Incidido en forma relativa en la urbanización de las ciudades.
Más bien parece que el desarrollo de la producción agrícola del banano ha causado
la urbanización. Esta hipótesis encuentra algún fundamento al observer el cracl­
miento de Machala y Esmeraldas -puertos de exportación de' dicha fruta- y de
Quevedo -centro de comercialización de ella.

~ CONSECUENCIAS

Las Instituciones y valores que rigen la vida de la ciudad son dIferentes de los vI­

138
HURTADO

gentes en el campo. En ella, el trabajo se sujeta a horarios fijos y completos; el


presupuesto familiar se supedita a los ingresos; la econom ía de mercado sustituye a
la de consumo; umi escala social,compleja reemplaza al rígido biclaslsmo; la auto­
rtdad es ejercida por el más capaz y no por el más viejo; las relaciones sociales se
toman impersonales y secundarias; los valores religiosos pierden influencia; el In­
dlvfdualismo sucede a la, sOlidaridad; la autoridad paternal y la unidad familiar se
debilitan.

Los ~lgrantes entran en una situación de "anomia" por la confusión de normas,


valores y el desconcierto pslco-social que sufren. Algún tiempo debe pasar para que
se integren al nuevo sistema. Mientras tanto. las poblaciones expelidas se encuen­
tran situadas "entre dos cultu,as, la del campo y la ciudad¡entre dos estructu,IU:
el fevdalismo ru,al y el capitalismo u,bano; y ent,e dos formas de vida: la f1i4a
comunitaria de' las zonas ru,ales y el ¡ndillidualismo u,bano" (Lannoy, 1963-691.

Los migrantes acomodados o cultural y técnicamente .capacitados, se integran fá­


cilmente a la urbe. Ellos convierten a las pequeñas ciudades, de las que provienen,
en trlbutárias de Quito y Guayac:¡uil, tanto en la provisión de recursos económicos
cOmo en la de recursos humanos, de los que tanto carecen las regiones menos dese­
"oUadas del país. Por otra parte, ejercen una fuerte presión 'en la propiedad Inmo­
blllarla con el consiguiente lÍncarecimiento de los terrenos. Este parece ser el caSo
de Quito.

En cambio los migrantes que carecen de rec4rsos Ycapacitación, no se integran a la


vida de la ciudad y a los beneficios de la sociedad urbana. La débil econom /a de
la urbe sólo les permite obtener escasos u ocasionales ingresos, ins~ficientes para
satisfacer, sus necesidades. La de vivienda es la más afectada, cuando pasan a
habitar los tugurios o a formar las barriadas marginales mediante la ocupación de
terrenos montañosos o pantanosos alejados de los servicios urbanos. Los munici­
pios no pueden satisfacer esta demanda extraordlnarla,e imprevista de servicios
..,.agua, alcantarillado, luz, calles, etc.-, sobre todo si se toma en cuenta que los
afectados, por no participar en el proceso realmente productivo -50n desemplea­
dos o subempleados- no aportan a la caja municipal.

Estas poblaciones no sólo quedan al margen de los servicios sociales, en condicIo­


nes infrahumanas de hacinamiento y promiscuidad, sino que, además, no tleríen
posibilidad de participar activamente en la vida y decisiones de la sociedad, con­
virtIéndose más bIen en objetos antes que sujetos del convivir social.

Frente a este proletariado urbano, en el extremo opuesto, ~ hallan los "be,ad;'­


nos", .representados por los grupos que sI bien se encuentran "geográfica y palífi..

139

DlNAMICA DE LA URBANlZAClON

Cimiente 'ubicados' en nuestros países, esttÍn, en el becbo, me;or integnJdos con los
grandes centros industriales que con nuestros pueblos, tanto desde el punto de
fIÍIta cultural. COmo desde el pOll'riCO, social y económico" (Vekemans. 1962:71­
72( . ­

La pobreza de los unos contrasta con la riqueza de los otros. La observación de la


riqueza ajena provoca el "efecto demostración" y las "situaciones de masa" que
desencadenan manifestaciones de violencia y pueden generar un proceso revolucio­
nario. de producirse una toma de concie,ncia general de los grupos marginados.

BIBLlOGRAFIA

AlbU¡a. JOIi Ignacio. ,,",y",o • •,.,01/0 .._ o f'ON QII/tD. INEDES. Culto. mlmao. 1966.

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11..... MnaJje. No. 115, Santiago, 1962.

140
/

EL PROCESO
DE URBANIZACION
. EN ECUADOR- .

Esteban del Campo

Todo enfoque de la problemática del proceso de urbanlzacl6!l requiere una retaren··


cla necesaria al fenómeno de la dependencia. Es un hecho reconocido que no pod&­
mos profundizar en las caracterlstlcas de los sectores ~Iales InVQ.Iucrados sln·est&­
b1ecer una relación entre el proceso de urbanlzecl6n de una sociedad y la dependen­
cia estructural que l1a afectado 8 nuestras sociedades, en su conexl6n con peíses ca·
pltailstat dotados de un mayor grado de de5arrotlo econ6mlCo.

As/, pueden manejarse'as p'gulll/'ltes formu'aclones te6Tlcas:

1. La urbanizaciÓn en el Ecuador es un proceso que tiene relecl6n con el más gen&­


rel de desarroflo desigual y combinado del capl:tetlsmo, por lo cual se dan Inter·
namente desigualdades en la conCentracl6n geográfica de la poblacl6n, en tomo a
los potos de crecimiento hlst6rlcamente condicionados a te metrópolI.

2. Más recientemente, el procesci de urbanlzacl6n en el pals, tiene relación más es­


trecha con el proceso de Industrlallzecl6n que ha Influido en él de modo más o
menos "significativo.

• F...,..nto pullll_on: El _ _ • u.....III..., .... _ _ ..............10 ....

E.......: .. _.001". CluIIO, Ed. FLACSO.JUNAPLA, 1978. pp. 1-6.

141
BL PROCESO DB URBAMZACION BN BCUADOR

En principio, pues, el proceso de urbanización en el Ecuador no tiene como causa


fundamental el crecimiento demográfico sino que son ciertas transformaciones da la
estrUctura económica (urbanización de lu econom fu y fenómenos derivados de la
estrUctura egrarIa) lu causales, sin negar la Importancia de lu elevadu t.... de cre­
cimiento demográfico, especJ8tmente en este siglo. La sItuación de dependencia ha
Ido creando variaciones regionales en dicho proceso de urbanización: los cambios en
la anlculaclón de lu diversas zonu en el sistema de dependencia determinaron la
posición económIca y el deserrollo urbano de cada zona, uf como las diversas rela­
ciones entre lu mlsmu en cada perfodo histórico. De este modo la Imponancla
cuantitativa de cada ciudad está dada en primer lugar por estos condicionantes hls­
t6rlcos y luego por lu caracterfstlces especIales de tipo estrfctamente demográfico.

En general, las dificultades para el estudio del proceso de urbanización surgen cuan­
do reconocemos en ésta un carácter multldlmenslonal y en la medida en que no es­
tán claros los elementos que sa enlculan en varladu dimensiones. habiendo por ello
existido en los estudios clásicos sobre esta problemática la tendencia a destacar la
dimensión de lo ecológlco-<temográflco (urbanización como concentración POOIa­
clonal, Inclusive en áraes ffsicamente bien determinadas). Esta corriente hizo que
los estudios sobre el proceso quedaran en 'un nivel puramente descriptivo acarea de
los fenómenos migratorios y la Incorporación de contingentes de población por
factores exclusivamente localizados. Solo en los últimos anos, se ha constatado el
aperecimlento de nuevu modalidades de Interpretación de la problemática urbana,
que permIten encarar al estudio de una forma más coherente y g1obatlzeda. Estos se
concentran en el estudio del fenómeno urbano actual y especialmente en la mane­
ra cómo el más reciente proceso de Industrialización y crecimiento de otros sectores
Influye en el proceso de urbanización de la econom fa y la configuración de nuevos
sectores sociales. Por ejemplo, la discontinuidad entre el crecimiento de la pobla­
ción urbana y el crecimiento del empleo Industrial se ha venido acentuando con el
consiguiente crecimiento de los saetoras "matgínales" urbanos. Para nuestro caso,la
reciente penetración metropolitana en la Industria de Incipiente desarrollo se llncua­
dra en la matriz de relaciones de dependencia, la localización Industrial sIgue básica­
mente las pautas de concentración polarizada en dos centros y refuerza el perfil eco­
lógico-demográfico que comenzara a constituirse a principios del siglo actual.

Pero, el moderno proceso de urbanización ecuatoriano ha dependido (silo situamos


a penlr de 1880, aproximadamente) del otro proéeso de formación de un efectivo
sistema de anlcutaclón polltica e Integración ffslco-terrltorlal, nacional. Esto
porque va Inevitablemente ligado al Ingreso del Ecuador al mercado mundial, que
significó la Incorporación a un sistema de producción y mercado del capitalismo en
marcha hacia su anlculación global. Los cambios que se fuerqn produciendo en el
sistema de dependencia, determinados por este tipo de desarrollo fueron provocan­

142
DJ~J. CA1tPO

do cambios, como desplazamientos en la articulación de las áreas neo·coloniales y


obviamente en el proceso de urbanización.

Estos hechos contribuirían a explicar el proceso que se va produciendo del paso de


la Importancia de centros como Quito a ciudades costeras como Guayaquil. Durante
la época republicana las ciudades interioranas van perdiendo su papel de centros he­
. gemónlcos y cediendo su lugar a los puertos. en un proceso que significó cambios
cuantitativos de población. Con la incorporación de la Costa al Mercado Mundial,
Guayaquil se irá desarrollando como la gran urbe costeña y concentrando amplia
gama de funciones y recursos. Pasará a operar como intermediaria entre el mundo
desarrollado y el interior. Multiplicará sus actividades comerciales, financieras, pro· .
feslonales y se volverá así un agente interno en la constitución de las nuevas relacio­
nes de dependencia. Desde 1887, el crecimiento de la ciudad comienza a Intenslfl­
C8IlS pues, pasa de 44.200 habitantes en ese año a 59.000 en 1896, alcanzando una
tesa de 3.19 0 ,l:) anual. Cabe anotar que a partir de 1875, empiezan a ascen·
der las exportaciones. De US$2'639.0OO en ese año, llegaron hasta US$4'344.7OO
en 1885. En 1879-80 años extraordinarios por la Guerra del Pacífico, las exporta­
ciones sobrepasaron los 8 millones de dólares.

De modo que, desde fines del siglo pasado, el patrón tradicional de asentamiento
poblaclonal comienza a cambier, radicalmente y los cambios en la estructura ec<o­
nómica repercuten sobre la diwlbución ecológico-demográfica del pa ís. La concen·
traclón financiera desarrolla la burguesía agro-exportadorá y provoca Que el Gobier­
no de la Revolución Liberal opere también en función de intereses urbanos.

Expuestos esos Ingredientes, en los límites de este documento, el análisis del proce­
so de urbanización en Ecuador pasa por el examen de le modificación del tipo de
sociedad urbana, que aparece en los niveles económico y social, lo Que Incluye una
raferencla a la modificación de la estructura de la producción en relación con algu.
nos factores. el concepto "urba"izlJCió" de la eco"omía" Que se usa para este tipo
da enfoques, denota la formación y expansión de los sectores propiamente urlNmtn
de la econom(a y las transformaci.ones de su centro dinámico.

143
EVOLUCION
DEL ESPACIO URBANO
ECUATORIANO"

Fernando Cardón

INTRODUCClON

Con este trabajo pretendemos realizar un recorrido breve y somero de la historia


urbana de nuestro pa Is, desde la conquista y la colonlzacl6n espaílola hasta nues­
tros dlas. Lo .hacemos a partir de la colonlzacl6n espaílola porque consideramos
que ella marca el Inicio de la separacl6n, por oposlcl6n, de la ciudad con el cam­
PO. Una oposlcl6n que surge desde la ciudad y con predomonlo sobre el campo;
cuestión que permfte, desda este momento, el amlll,sls particularizado de la ciudad,
cOmo proceso y evolucl6n propia. Y lo hacemos hasta nuestros d las por cuanto n:Os
permita, aunque a grosso modo, tener una visi6n global del proceso hlst6rico, así
como calificar comlCt8mente la ""'oludólI" del espacio urbano ecuatoriano. .

De esta manera, el trabajo busca aportar a la construccl6n colectiva de una nueva


y objatlva Interpretacl6n de la ""'OlllciólI del espil&io IIrbll1Jo eClllltorilmo" y,
además, remarcar el cerácter particular y propio del' proceso de urbanlzacl6n n&­
clonal, en cuanto que, 'por sus causas, origen y desarrollo. difiere de la urbanizaci6n

• T.....lo publlc:ado In: N _ H....1It EouttIHtt.... Vol. t t, Culto, Ed. Corporocl6n Edltore N.
olonol, 19811.

145

.', . . (, ..
EVOLUCION DEL ESPACIO URBANO ECUATORIANO

de los países centrales y consecuentemente no atraviesa por "etapas necesarias".

Por el canlcter y dlmensl6n del trabajo y por el nivel actual de la investigaci6n sobre
el tema, se prlvfleglén los aspectos de orden metodológico respecto de la organiza­
cl6n del materlal hlst6r1co. Por estas razones, 10 que ahora presentamos son hip6te- .
sls generales, notas preliminares de un estudio más amplio, antes que un estudio
"lJCabado", Tal explicitllci6n no significa el sustraerse a la crítica; antes al contra­
rio, que ella se convfertll en un imperativo para la superaci6n de los problemas con­
tenidos tanto en el estudio como en la realidad.

La exposlcl6n del trabajo contempla dos secciones principales: una primera, en que
se exponen algunos conceptos de corte teórico-metodológico que permiten definir
los perámetros en los cuales discurre el estudio: se privilegian las definiciones
de conformacl6n urbana y proceso de urbanlzacl6n por cuanto son éstlls las catego­
rías que a su vez definen a los dos per(odos fundamentllles de la evoluci6n del espa­
do urbano. Y una segunde, en que se presentll a los dosper(odos generales con sus
nIIgOS caracter(stlcos, dando mayor énfasis en el análisis interurbana.

1. PRECISIONES CONCEPTUALJ!5

En este trabajo no se planteará el análisis de las distintas corrientes de Interpreta­


ción que existen sobra la """'Iru:ió" del espacio urba"o en el Ecuador" (sus alcan­
ces y llmltaclones); sin embargo de ello deben menclonarse, para situar el contex­
to, clertos elementos que permitan generar directrices pera su compfensl6n y de­
sarrollo. En ase sentido, argumentamos que la mayor(ade las concepciones se han
mOvIdo en dos lineas contrapuestas: en el emplrlsmo ecológico-demográfico o en la
generalizaci6n extrama, funciollllllsta o dependantista, trauindola, en los dos casos
Como si la urbanlzacl6n naclonal fuera producto de una realidad soclo-econ6mlcil
homogénea y por tlIntó,lndlferenclada terTltorlalmente.

De Igual menera, estas Interpretaciones pecan, al momento del análisis del desarro­
llo histórico de la urbanlzacl6n, de un mecanIcismo y esquematismo tal que, por
ajemplo, al hacer racort81 tamporales del proceso llegan a plantearlo sea como
una sucesl6n de dependenclas (qua van desda la Colonial a la Imperialista, pasando
por la capitalIsta comercial) rlllUltlInt81 da la "articu14ció" de la. f-as espacia­
111 dMNdas de 10. dífnnu. tipos de domÍfllleió" que ban marcado la bistoria
MI CORmente" (Cestel1l, 1973,7 - 8 1, sea como derlvados de las dlcotom(as Ó con­
tlmJOS, cuya expr8116n "'" Il4lnlfleatlvaestBr(e contenida an la dualidad u oposlcl6n

146
CARItlON

de la sociedad tnKllclonal (agraria. campesina. 1IlICI'II) a\a sociedad moderna (urbana.


Industrial. secular) (Germanl. 1979).

A la luz de les propias caracterrstlcas del desarrollo histórico ecuetorlano. enten·


demos que la "nolllCió" del nPlleio urbll"o 1f4CÍ0"." tiene que ser hlstórlcemen·
te comprendido en la consideración de que la lógica colonial y neocolonlal ha Ido
configurando desigualdades regionales notables. al grado de que cede ,..611(1) con·
tiene earacterlstices propias que le diferencian de (y le integran a) otras(21. Es en
deflnltlva esta dlferenclaclón regional la que nos permitirá evidenciar la org.....
ei6n ,.,.,.;toriIII'(3) que asume el pars en los distintos contextos históricos y ubicar
en ella, la cualidad del espaclo urbano y sus funciones. hacia lo Interno y externo.

Una organización territorial definida a partir de la superposición y articuleclón de


distintas formas productivas que conforman ámbitos de relaciones sociales parti­
culares y reglonallzados objetivamente (según sea el ceso: mlnerra. hacienda. plan­
t8clón. Industria. etc,); correspondientes. por su desarrollo histórico. ceda una de
ellas. a una etapa de la división -social y territorial- del trabajo y por ende. tem­
·blén. a un perIodo de la "nolfleió" del elfllleio urbll"o "lIcio"•." (4).

En este sentido. la "evolució" del espacio urbll"o .ecuiJtorimlo" se expresa en dos


grandes perrodos. definidos y 'dlferenclados. correspondientes en cierto sentido
al desarrollo histórico del pals. A estos periodos los comprenderemos bajo las de­

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(CorrIrJIo. 1979, '" ya.).


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141

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EVOLUCroN DEL ESPACro URBANO ECUATORIANO

nominaciones de "co"formació" u,ba"a" y de "proceso de urba"izació,," (5).


En ordén cronológico estas denominaciones corresponden: al primer período,
,. eo"formllei6n u,"""'"
considerada desde la conquista espa~ola -en que se con­
solida e Inicia 'su transformación- hasta mediados del siglo XIX: y, al segundo
período, el p,oceso de 1I,lNmisaCió", desde fines dei siglo XIX hasta nuestros
días, produciéndose a 10 largo de! período su origen, desarrollo y consolidación.

Este planteamiento de periodización general merece algunas aclaraciones y precl·


siones adicionales:

a) Que los períodos considerados no son totalmente homogéneos en su nacimien­


to y terminación y tampoco en su interior (61: porque según sea el caso, en un
período se constituye el germen de uno superior y en éste existen formas de
uno anterior. Es decir, que dentro de un mismo período pueden existir, y de he­
cho así sucede, formas rezagadas y superiores de producción y urbaniiación.
De .igual manera, la comprensión del tránsito de un perrada hacia el otro, no
puede 'entenderse como un "co"ti"uum ", sino como etapas distintas de la
urbanización nacional.

b) Que es la peculiaridad histórica de la Formación Económico Social del Ecuador


la que configura la evolución del espacio urbano, pero no bajo relaciones me­
cánicas, de reflejo, etc., de lo social en lo territorial.

c) Que la urbanización nacional se caracteriza y está matizada por una marcada


diferenciación regional, que se asocia a formas productivas, relaciones sociales,
estructura política, pisos ecológicos y conformación natural, entre otros aspec­
tos de carácter regional. en permanente movimiento desigual y combinado.

d) Que la especificidad de cada reglón en particular es !a que caracteriza a la urbani­


zación de su "polo ce,,"'al". La aseveración cobra mayor sentido y vigencia
. para los casos de formación ""atu,al" de ciudades y posteriormente en la vida
de las ciudades de porte medio y pequeño.
. (61 s............ ,...""iNm...,. . _ " ' 0 " ' - ' por .1 ctnl_ldo MICYip_ qlW ....
c/nNfJ, ,;" qIW .110 IIpIf/qII. """ Ctnl"",ct:úl,, CtnlceptualllUlNuJa.
(6)' P"",.I "._,. IN1HJjo " •• 11m_o• • "._,.,. • /O. do. """M. pw(odo., • "",.
'-Jo M /o cual Ctnll/d#Nfflo. qIW al ¡,,_ M aula ""O M ..,••><úUrf .tapa o t-•
.....y "'Pum...

148
CARIUON

el Que las relaciones interurbanas, por ser la expresión principa,1 de los circuitos
internos de acumulación/dominación en el país. definen al proceso general.
Este planteamiento tiene mucho que ver con la constitución y desarrollo pro­
gresivo de lo que se ha llegado a conocer como "primacía urba"a ", que para el
caso que nos ocupa asume la forma "bicefálica".

En suma, se plantea la necesidad de establecer y conocer las relaciones interurbanas


.• fundamentales (red principal) que especifican a los dos períodos generales de la
evolución del espacio urbano nacional. y lo hacemos en la consideración de que las
relaciones Interurbanas expresan en lo medular, por' su articulación e interme­
dlación, a las relaciones Interreglonales que les dan sustento y a la forma de organi­
zación territorial predominante.

La primera forma de Interrelación urbana que caracteriza al periodo de' conforma­


ción urbana, comprende al proceso inicial de sustitución -por rlJptura- del orden
pÍ'ecolonial existente. dado por la constitución (iundación)(7) de otra organización
urbana basada en la creación y posterior desarrollo de ·las nuevas unidades o por la
redefinición funcional de las anteriormente existentes. Es un período de sustenta·
clón' de las bases urbanas para 'su ulterior evolución y de la expansión de los ámbitos
territoriales de dominación, que tienen como punto de avanzada precisamente a una
trama urbana en formación, centrífuga y dispersa.

Por otro lado, intentando aproximarnos a una definición que nos perm(ta captar las
caracterIsticas del segundo período (del proceso de urbanización). comprenderemos
efectivamente por tal al fenómeno emp írico de distribución territorial de la pobla·
ción (dispersión/concentración); a sus determinantes principales, tales como las
transformaciones en las relaciones de producción en la agricultura e industria. en las
relaciones de intercambio. distribución y consumo, en la estructura de clase. en el
Estado, entre otras; y a sus efectos sobre la organización territorial. de manera In·
t8lTelacionada (Pradllla, 1981: 73 - 74).

En este período el espacio urbano evoluciona. a diferencia del anterior. disperso y


centrífugo, de manera concentrada, centralizada y centrípeta; regido por las leyes
fundamentales del capitalismo periférico.

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_ _ """'ÚMO ,,~. Tal ud6tl .. por /o gnert1l porte 4e "" plon mIÚ IImpliD que
- - . ""'" ..pm o el",;" _ Y que "" ... """ _ ""'" eO""pt:i6;, polí,Iu, mUlo
, . o _6mb" (LnIIt, 191:1:88).

149

,
liVOLUCION DEL liSPACIO URBANO ECUATORIANO

2. EVOLUOON DEL ESPACIO INTERURBANO. PERIODOS Y RASGOS


GENERALES.

La lógica de la urbanización ecuatoriana tiene sus ra ices profundas en la domina­


ción colonial y en el desarrollo n9OColonlal posterior. La conquista y la coloniza­
ción espal'lola significaron un drástico cambio en la organIzaciÓn territorial de las
formas predominantes de los asentamientos humanos y de la Implantación de las
actividades fundamentales de la ciudad precolombina; logrando. de esta manera.
romper la tradición "urbana" pra-exlstente e InlclaÍ1doun !,uevo,patr6n de urbani­
zación centrifugo, afln a los intereses metropolitanos. SI bien a esta ruptura se la
puede caracterizar como el origen de la urbanización en el pals. no es menos cierto
que. por un lado. se mantienen reminiscencias precolonlales sumamente man:adal y
fuertes, y que, por otro lado; la consolidación y definición esterán determinadas
por la Inserción más estrecha y dinámica de la economla nacional al sistema capita­
lista Internacional (8).

2.1 Periodo de Conformaelón Urbua. 153....1195.

La fundación y posterior desarrollo de las ciudades f,ueron perte Integrante y cona­


tltutlva fundamental en la estrategia de colonización Impuesta por la Corona . . .
1'I01a; es por ello que desde sus Inicios se imprimen nuevos derroteros al Inclplente
desarrollo urbano pre-colonlal, al establecer una reorlentaclón funclonal de l.
ciudades según los requerimientos metropolitanos Impuestos por la fuerza de Clln'
qulsta. Incluso es una reorientaclón que se expresa en el otorgamiento de una JerW.
qu la real y formal de los centros poblados en relación a la estrategia especIfica
a que corresponda (mflltar. económica. polltlca): cIudades. villaa. asientos.

De esta manera, el establecimiento y posterior fundación de las dlstlntaa catagorlas


de centros poblados se desarrolla en lugares donde previamente existían centrOl
urbanos (Quito, Rlobamba); donde se concentraba la población Indlgana organiza­
da productivamente (Otavalo. Ambato); donde la ubicación era pnsponderante
para la comunicación marltlmá (Guayaquil); entre otras. Sin embargo de ello. en la
fundación de los centros poblados .conflulan éstos y otros aspectos más. siendo 101
que se sel'lalan los de mayor preeminencia.

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1$0
CARRION

CUADRO No. 1 .

IlVOLUQON DIl LA POBLAaON IlN LAS PRINCIPALES OUOADIlS

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D1!L IlCUADOR (1740 • 189S)

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la forma orlglnel del trIZlIdo IIIW\a1lIoo.en 111 gIII8rIIldld de 1CI_1ImI"':


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0l'10{IlIIl8f en ;CUIf .. llI1roducen l. llICIdlfk:lclontl CCIfnIPOn­
diente por I'IIZO'* di ct.fenII. to~fIca o rItuIIeI. la lrtrnt OrtQIOIlIII8 COI1I­
tftuye por Ulll lUCI8I6n di CUldrlcu" (lTlII'Iqna) Jer*qu1clmente d/IpuINI. que .
Vln dIIdIl. PlIZI Meyor hatllII pert.... Pllllldo• ..,n 11I ClIlIQOl'I. del poblldo.
por otI'II pl_ 'f 101-. En l. PlWMeyor .. ublcllll e:atelhI (181" MIIvor).
l. GobImItI6n (PlIIcIo VImIIlIII... Ayuntlmllll'ltO (CIblldo) V de 101 v*t1c:eI di
101 CUItI'O ....101 de l. Plw .. piooyecten" (:111. que lntIlPn el conjunto urbI­
no. EllIIOtlmllnto de l. pobIlClI6n ligue, dlelllUlll mIIlIl'a CII1t1rto excluyente.
d1l1Cl1mlllltoño V Je*quk:o: mllntrBllOl ...... obtilnltl t urbInII del tIIlle­
110 de 101_ ICUll'tOl de CUldrll) gIIlIfiIMente C8rCIIlOI • 11I PI. . Meyor. le gente
"--'''1610 lIUIdI oP* por lotII rwucllu V
PLA. 1D73: 19).
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.1Ie11ll1l . . . . . . w.....

151


1/VOLUCION DEL 1/SI'ACIO URIMNO ECUATORIANO

El ámbito de influencia de las ciudades fundadas no tiene por jurisdicción exclu­


slva a su área urbana Inmediata, sino que abarca a un radio de Influencia socio-t8­
rrlt«lal más amplio; que surge precIsamente del control del aparato de dominael6.n
(urb8no-munlclpal) Yde su Influencia directa sobre el "b¡",nlmId" (BgI'lIrlo, mine­
. rol19l. Un ámbito de influencia socio-territorial que se expresa en un predominio
absoluto de la ciudad sobre el campo, en III polltlco, económico, Ideológico y mi·
litar. Tal sltueclón desemboca en que, por un lado, las ciudades sa conviertan en
un elemento determinante para la constitución diferencial, In~lta y marcada de
la lOCledad en clases y del territorio en reglones; y, por otro lado, en la existencia
de una relativamente escasa Cantidad de pobleclón aientada en las cludedes, paro
altamente privilegiada (101. ­

En este contexto, las ciudades fundadas asumen la cualidad funcional de _los cen·
tros de control y de desarrollo.urbelllH8lllonaIl111. en tanto se constituyen en
puentes para maniatar a la población Indlgena y aprovecharla, bajo condl~lones In·
fnIhumanas, como fuerza de trabajo; en centros de acumulacl6n de los flujos 8C()o
nómicos dirigidos finalmente hacia EapaIIa; en lugares de Imdlaclón del dominio
• todo nMI. oonformando en Iu oonjunto, una ••_ ..,.,.".".... ~ y
oentrlfuga (121. En .uma, las funclonei de los oentros poblados fundados se expre­
.." en el control, administración, poblamientos, acumulación e IlTlldlaclón de la
domlnacl6n lOCIal sobre ~ territorios clrtúndantes que en mucho sobrepasen
al . . de MI jurildlccl6n. Respecto del rol asignado a los centros poblados, el con·
qulltedor Benalalzar Ilustra merldl_mente su contenido, cuando dice:

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U2
CARRION

"...so" "" cñulades que se fu"da" la seguridad de los rei"os adquiridos, por sn
el cntro do"de se f'tIcoge la fuerw para aplu:a'¡a a la parte que más "ecesita de
elUJ..... (13).

La función centrifuga de las ciudades y la forma dispersa en la distribución de la


poblacl6n y de las actividades económicas en el territorio definen las caracter(s­
tlcas principales de la conformación urbana en el período: trama aislada de ciuda­
des (por distancia, no sólo física 1; poc¡l relaci6n interurbana (por integracI6n/dl­
vlsl6n funcional); baja densidad de poblaci6n en el conjunto del territorio como en
los centros poblados; formaci6n regional desigual e inconexa, entre ptros aspectos
sobresalientes. Tal sltuaci6n se explica por la modalidad expoliadora y viol,enta de
la colonlzacl6n espalfola, que convierte en realidad la paradoja de que la debilidad
de la empresa colonial reside justamente en su fuerza: la necesidad de dominio y
control sobre el mayor ámbito de cobertura territorial, quedaba circunscrita a las
posibilidades limitadas de una potencia en franco estancamiento, a las dificultades
que Introduce una colonlzaci6n ultramarina y al sometimiento depredador de la
poblacl6n y los recursos nativos (mita, encomienda y concertaje).

Sin embargo de ello, el desarrollo urbano que se presencia en esta fase inicial de
conformacl6n urbana tiene como base territorial principal a la Sierra, dado que
all í se dan les condiciones más favorables para la colonizaci6n y consecuentemente
le urbanlzeel6n. La condlcl6n de lugar privilegiado para el desarrollo de los asenta­
mientos humenos no significa exclusividad, pero sí implica y deviene en el punto
de partida pare.la urbanlzacl6n posterior en el conjunto del territorio nacional.
De esta menera, es'entonces en le Sierre y con la fundacl6n de ciudades por los
etpalfoles que se produce el JtrÍtfItrr ",OfIÍIfIÍft'D lipi/ieafÍl1o J. poblMi6" bajo le
I6glca poblacI6n/despoblación.

Esta conformacl6n urbene, dispersa y centrífuga, encuentra su Integracl6n relativa


(Audiencia de Quito) en bese a una suerte de divlsl6n o espaclellzacl6n soclo-pro­
duetlve regional, que edqulera, .por ejemple, presencie en el caso de Cuenca, que
aparace como el lugar principal del érea minera del sur; el caso de Quito, que se
constituye. corno el centro zonal de mayor envergadura hacle el norte con la produc­
ción egro-textll; entn otros. Quito en este concierto edqulere 'e "primacía urbflfta"
como centro hegem6nlco, dada su condlcl6n doble: centro principal de la Audlen­
cle --con todo lo que ello supone en admlnlstracl6n, poI ítlca, servicios y demés­
y "entro ¡"_ed;;,,;o" de le colonle hacle la metrópolI. En deflnltlve, esta "i,,­
fIIN&i6"N regional es le que permite, por un ledo. succlonarplusprodueto víelm·
/

153

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EVOLUCION DEL ESPACIO URBANO ECUATORIANO

poslcl6n, super8xplotaelón Ind(gena y monopolio comercllf tB6ez, i978: 18-191, y


por otro lado, que la conformación urbana de la OI'gIInlzacl6n territorial tlandll a
oonsolldarse.

El antedicho esquema de desarrolltl ~bano se transforma a pertlr de la primera mi·


tad del siglo XVII (oon el Inicio de la formacl6n de un ""IIftIO pllCto colo"W",
cuando la dlvlsi6n del trabajo Impuesta por la Corona 8SP8nola Imprima nuevas
característiCas al esquema econ6mlco hasta entonces imperante, determinando que
la Audiencia de Quito se especialice en la producci6n manufacturera textil y agrope­
clJaria, para de esta forma poder surtir productos a las reglones del Perú, Alto Pe­
rú y Santa Fé.

Esta inflexl6n hist6rlca puede ser considerada como el origen del sistema hacenda­
rio serrano y como el motor més visible "de lo que se puede caracterizar por la for­
macl6n de una primera fase de las "ciudades i"termedias",: en el marco de la difu·
si6n generalizada a que se asiste. Tal hecho se consolida definitivamente con el des­
plazamiento de lo textil·minero a lo agropecuario y el abastecimiento a las ciuda­
des. Al respecto, Béez (1978:21) Ilustra el proceso de la época, cuando dice lo si·
gulente:
"Así pues, a la paulati"a debacle de la actividad mitle'a IUcede" e" la eco"omía
colo"ial ecuatoria"a U" desa"oUo ""alista de producció" cerealista:y la"era, que
tu"cio"a bajo las normas del colo"ialismo i"terno :Y asep,a los fluios unidirec­
cionales del e"cedente económico en p'OfJecbo de una co~ó" de 'centro,'
;"tnrJo,· :Y del 'centro begemónico del e"terio,'. La sistemática descapitaliu­
ción del agro, la tecnología atrasada :Y e"tensiva, el ,estringido comercio :Y la e,,·
trema polarización de los ingresos diseflan un mercado ,aquítico, u,bano:y con·
centrado, que inmoviliza a la diversificación p,oductiva :Y p,ocesa a la sociedad
a un ritmo bucó/ico:y parsimonioso".
Con el desplazamiento de la producci6n de lo textil-minero a lo agropecuario, los
batanes y obrajes no dEl$llparllClln sino que se Integran a la unidad productiva
básica: la hacienda latifundista, que Incluso Impulsa nuevos mecanismos de absor­
ci6n de la fuerza de trabajo para asegurarla -contrarrestando la movilidad y crisis
demográfica existente-(14) y mediatiza, hasta cierto grado, al estancamiento gene­
ralizado a que se asiste en los siglos XVII y.XVIII.

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154
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BVOLUCION DBL BSPACIO URBANO BCUATOIUANO

La primada urbana que se lICl'llCentaba anteriormente, tiende paulatlneménte a


lICOl't8nI8con el clescenso relativo de la ciudad de Quito (15). concomltente a la
dlspenlón qua se perciba en la urbanlzacl6n al formarse nU8Vai unidades urbanas,
al fortalecerse ciertos centros y al hecho de que algunos centros poblados se enco­
jan o desaparezcan deflnltlvementeA16}.

La conformacl6n urbane resultante al finalizar el perIodo colonial nos muestra une


n
red de ciudades Inscrita preferencialmente en la Slerra.!l con una tendencia mar·
eada hacia la profundlzecf6n de los desequll/brlos y desigualdades regionales, al gra­
do que se puade hablar -forzando un tanto los conceptos de Slnger(18)- de una
especle de sistema de cludades-regl6n conducente a la fregmentacl6n del pals en
reglones-provlnclas, teniendo como polo urbano principal a la correspondiente
capital provincial.

Ourante el perIodo "r'1'ublie4"o" esta conformacl6n urbana no varIa, tiende més


bien a consolidarse. Las ciudades en general no cambian de roles, sólo se fortale­
cen en la funcl6n dominante que arrastran desde el perIodo colonial: manteni­
miento del orden, canal de Intermadlacl6n comercial y de excedentes econ6mlcos,
mantenimiento del sistema de explotacl6n colonial en el campo, etc.

AsI tenemos que ta dlverslflcacl6n polltlca, econ6mlca y poblaclonal regionales,


determinan, en sltuacfones históricas concretas, la consolldacl6n de la conforma­
cl6n urblína, por: a) el desarrollo de formas productivas regionales proples (Otava­
lo, L.atacunga, Cuenca}; b) la ublcacl6n geognIflca respecto del comercio nacional
y/o Internacional (Guayaquil, Rlobamba, Ambato); cl los roles més prestantes
11111 "Qodfo """'" . ' MU"", ~ loo JO._ _ ,.• ." ., . " . XVD y loo ,,,,,...,.¡ ".".

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156
CARRION

a nivel del conjunto del territorio ""«;0,,111" (Qulto); y. d) P9I' expreslonesmlcro­


regionales aisladas (Esmeraldas. Guaranda); etc. .

En suma. esta fase final del período de conformaci6n urbana esté marcada, entre
otros. por los siguientes aspectos:

El proceso paulatino de profundizaci6n de la produccl6n hacendarla serrana defi­


ne, creemos, dos Instancias diferentes respecto de Ili conformacl6n urbana: una
primera. en que fortalece la difusi6n y dispersl6n urbliná. y una segunda, que ge­
nera crecimiento de algunas ciudades y deaeclmlento de otras. Esta última Instan­
cia se puede explicar a partir de que el excedente que se extrae de la produccl6n
latifundista permite un desarrollo del comercio (aunque limitado1 y del consumo
urbano; lo que posteriormente auspiciará el hecho de que ciertas ciudades asuman
por funcl6n primordial al comercio (19). Es un período en el que la hacienda 5&-.
rrana se consolida como la matriz institucional y econ6mlca que define nuevas
relaciones de produccl6n, que expande las fuerzas productivas agrícolas. que
tiende a concentrar actividades econ6micas y que expresa en su conjunto una si­
tuacl6n lego-política propia.

El proceso de ruptura del orden colonial. cristalizado con la Independencia respec­


to de la Corona espaílola, generaré un doble efecto a nivel urbano: en unos casos.
el debilitamiento de estructuras cltadlnas por reduccl6n de la burocracia e Infras.
tructura coloniales (Quito) y por el cambio de los roles y funciones predominan­
tes que concomltantemente desemboca, en otros casos. en el fortalecimiento de
ciudades ligadas a la actividad comercial (Guayaquil) (20).
\
Es decir, esta fase final de la conformacl6n urbana esté signada por las transforma­
ciones socio-productivas regionales de la heclenda en. la Sierra y del Impulso Eicon6­
mico que se presencia en la Costa -e Partir del siglo XVIII- con la plantacl6n
C8C8otera(211. por las luchas libertarIas que culminan con la Independencia respecto
de la Corona espaílola y las secuelas de .la crisis demogréflca del siglo XVI f, que en
su conjunto provocan una redistrlbucl6n territorial de la poblaci6n y la consecuente
redeflnlcl6n de las funciones urbanas.

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1$7
liVOLUCION DEL ESPACIO URBANO ECUATORIANO

Las ciudades en este contexto gelleral, juegan un rol preponderante en el desarro­


llo de las fuerzas productivas y en la constitución del Estado Nacional dado que la
concentración, en este caso, en vez de aparecer como una ..patología ....se convierte
en la posibilidad del desarrollo capitalista.

%.% El Período dc PrOCCIO dc Urbanización. 1895-1983

En el siglo XIX, cuando "la gutma citlil de 1895 se/la el proceso de unificación y
constitución del Estado Nacional y marca, creemos, el comienzo de la dominación
del modo de producción capitalista en el conjunto de la formación soCÍIII ecuatoria­
na" (Guerrero, 1980:1'3), el periodo de proceso de urbanización se instaura como
tal, adoptando tendenclalmente una configuración territorial urbana concentrada,
con características blcefállcas.

Pero si bien es cierto que el proceso de urbanización se instaura en esta etapa, no


es menos valedero ubicar su origen en el desarrollo de las fuerzas productivas que
se gestan desde el siglo XVIII y que dan por resultado la dinamlzación dellntercam­
bio comercial en base a la exportación de productos agrícolas y a la importación
de manufacturas, conformando en, su conjunto las bases de sustentación de la lógi­
ca de funcionamiento del modelo agroexportador Y su correlato y consecuencia,
la Interrelación regional Sierra-Costa (Velasco, 1975:281.

El modelo de agro-exportación que se establece permite la integración regional


Sierra-Costa, mediante una división del trabajo que se~a'a que la plantación coste­
~a sirva para lá atracción de divisas por exportación y la hacienda serrana satisfaga
a un mercado Interno nacional, débil y limitado. Tal articulación, al decir de Velas­
co (1975:311, se expresa de la siguiente manera:

"La interrelación entre las dos zonas productivas va a determinar un flujo de


pluwalía acumulada en la Sierra, baCÍII la Costa. Este flujo operaba a trllf1és de
dos canales: 1) La Sierra, productora de alimentos, adquiría bwnes manufactura­
dos, los mismos que eran ;mportados por GuayaqujJ, Puesto que estas manufac­
turas se pagaban con las exportacíones de cacao. a fin de cuent<u, mediatizados
por la relación internacional, se estaba intercambiando los alimentos serranos
por el cacao costeflo, Al existir diferentes niveles de productividad, /levando la
peor parte los latifundios de la Sierra, se producía un desequjJibrio 'expresado
en la relación de precios. 2) La consolidación del sistema bancario nacional,
posibilita ,Que el capital circule bacia las actif1idades mtÚ rentables. En este caso
bacia la producción cacaotera y la importación de manufacturas .:

158
CARR10N

De estll manera el sistema de plantaci6n (cacaotero) en apogeo y el estancamien­


to relativo de la hacienda serrana provocan un cambio del centro de gravedad eco.­
n6mico del país y de la tendencia general de urbanlzaci6n: desplazamiento de la
Sierra a la Costa y de Quito a Guayaquil. El movimiento migratorio que se desarro­
lla -acampai'lado a\ proceso económico general- auspicia una redlstrlbucl6n terri­
torial de la poblacl6n que tiende a equilibrar las diferencias Interre¡jionales Sierra­
Costa. El origen de la movilidad poblacional no será otro que aquel que parte del
agro serrano en descomposlci6n y de las ciudades adscritas a esta estructura, y su
destino final: Quito, Guayaquil y las zonas más prosperas de la;Costa;·se da Inicio,
pe esta manera, al .~do /IN" ",OfIi",iento poblaeiort4l. pero esta vez, a diferencia
del primero, bajo la modalidad migratoria interragional.

Es así que Quito y Guayaquil, centros reglonales.prlncipales en la Sierra (hacienda)


y en la Costa (plantacI6n), van 'asumiendo de manera articulada la funci6n funda­
mental de ejes del proceso de ur.banlzacl6n y acumulaci6n a nivel nacional, e inl­
elando la '''bíct!ftdÚl urbll""" que caracterizará a todo el período de proceso de ur­
banlzacl6n. .
CUADRO No. 2

DISTRIBUOON PORCENTUAL DE LA POBLAOON DEL ECUAOOR


DE LA SIERRA Y DE LA COSTA
17110 '1974

MIOS SIERRA COSTA

1780 91.2 8.8


1892 74.7 19.1
1938 61.3 32.0
1942 61.1 32.6
1950 56.0 40.5
1962 50.7 47.5
1974 48.3 48.8

PUmITIl. T....~ ... I!cud«, QIa.... - l"I,1192,19JI Y 1942. DINecIlm N.......


... de .....1sdaI. . .
........ _ afNo 19JI .194Z (QlaIro,MInInodo de JWIend•• I944) ..... 5..,5 ..
JUNAPLA. La PoIüd6D ........... (ea-, JUNAPJ.A, 1960) \
JUNAPLA. U e- de Pobllcl6a Y I de VMado, QIaIro,I962.
JUNAPLA. U e- dePobllcl6a,1974. - ....... ddIaId_, _ _ N...........
QIaIro,1976, ...... 1. .

IlLAllOIlAClON, AIa. .......... FLACIO.

159

- :~ ..
EVOLUCION DEL ESPACIO URBANO ECUATORIANO

La profundlzacl6n del modelo agro-exportador permite un rápido crecimiento ur­


bano-f"egional y una más estrecha artlculacl6n entre ciudades, por cuanto, a nivel
Interurbano se construyen Importantes obras de Infraestructura (ferrocarril, vles,
etc.). se amplia la frontera agrícola, se diversifica la produccl6n, se fortalecen las
relaciones mercantiles, etc., y a nivel Intraurbano se promueve la dotacl6n de ser­
vicios y equipamientos urbanos, se Inicia un Incipiente proceso de industrlallz.
cl6n (22). etc. De esta manera se logra formar un conjunto de "condicio,",. ge..erll­
18. de la producció.... concentradas, y de base urbana, que dan lugar a la cimiente
posterior del desigual desarrollo urbano-lndu.trlal y son el soporte para la urbanl~
ci6n b1cefálica que caracteriza al perlado.

CUADRO No. J

EVOLUOON DE LA POBLAOON EN LAS PRINCIPALES CIUDADES

DEL ECUADOR (1895 • 19.9)

PIlCHA QUITO GUAYAQUIL CUIlNCA AMBATO RIOBAMBA LATACUNGA

110044 41.000 n.l1•


1. . . . • 1.000 lI2JIDO
1_ ..000
1.13-14 ••.000 • .000
1.1. 10.000
1120 '70.000 12.000

1.
1123 12.000 14.3l1O '3AC1O
1121 '00.000 3O,!JO!I 10.000 ,2.000
1133 '23.000 '27.000

1141
'10.374
'10.000
' '.137 41.000 2I.2lIO , • .100

1144 200.000
1148
1lMt
2"._
PUENTE. v ..... y ......., "CoDfl¡uncl6a cIoI .......0 ---.. y ..........

DAD, QIIIIrD, 1,.,.


udJoDo ele QIIIIrD y GuayaqaU", ea OUdomoo Ooadad y

1Iarado, o-.Ido. Doo mvadoo ",..,.._, lid. INIlDB8. Qplta, 1969


No. 6, lid. av·

BLABORAClON, ..."...

1221 B.-'" ........", .. "'",..... _".... ......_".,,,.t­ , .,.....,


lIJf'O ft/'twfIIdtw. ".....,,.,.,..,..... :y '" _ " ' . ~ l'IIOIJ12.

160
CAJUUON

A partir de la década de los allos 20 este proceso se trunca momentáneamente,


debido a que la sociedad nacional entra en un franco estancamiento. Como con·
secuencia de la dificil coyuntura. nacional e internacional se acelera la descompo­
sición de la hacienda serrana y se produce la ruina de buena parte de las plantacio­
nes cacaoteras, provocando una agudización notable de lamovl1ldad--poblaclonal.
Es desde este momento que se agudiza el Utrr:n gr;m ",Of!ÍMn'o tk '" pobl«i;'"
nuevamente por migraciones, pero bajo una nueva forma: rural·urbana, con alto
contenido concentrador en las dos principales ciudades del pais.

De esta manera Quito y Guayaquil se convierten en los centros últimos de la mi·


gración generada, sin que tengan la capacidad de absorber el flujo, tanto por el ni­
vel preexistente de las actividades productivas urbanas, cuanto por el descenso de
las mismas y de los servicios. En suma, la crisis generalizada a la que se asiste condu­
ce a un empobrecimiento paulatino de las masas urbanas, a uno de los períodos
más violentos de la historia reclente(23) y a la emergencia de un nuevo fenómeno
social que tiende a variar la composición social en las ciudades: el subproletariedo;
fenómeno que paulatInamente va tomando envergadura en las décadas posteriores
y en el coniunto de las cludedef intermedias de la Costa y en algunas de la SIe­
rra (24). A este grueso de población pauperizada no 'ie queda otra a"terriativa de re­
sidencia que la formación del suburbio en Guayaquil y la tugurización en el Ceno
tro Histórico de Quito.

Hacia la década de los allos 50 se dlnamizan nuevamente las exportaciones nado­


nales con el desarrolio de la plantación costella -sObre la base de otro producto
agrrcola, el banano-, .recobrándose el país parcialmente de la alsls económica en
laque se encontraba sumido. Esta dlnamlzaclón d!lla eccmomia permite reanimar el
modelo de agro-exportación en decadencia; pero ahora, a diferencia de su ante­
rior fase, bajo una integración más directa de la econom(a nacional al concierto in­
ternacional. .

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161

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CARRION

Por les nuevas características que Imprime la produccl6n bananera en la plantacl6n


y la reestructuracl6n del modelo de agro-exportacl6n a las nuevas condiciones -se­
gunda fase-, la urbanlzacl6n se acelera significativamente en el conjunto del pars.
Así tenemos que el proceso de urbanlzaci6n se manifiesta fundamentalmente en la
siguiente fenomenologla: al el fortalecImiento de la bicefalla urbana que se venia
cOnflgurando desde épocas pretéritas, con base al crecimiento poblacional de ául­
to y Guayaquil, paralelo al crecimiento urbano global del pals; b) el alto dinamismo
que adquiere la Costa, particularmente en las ciudades intermedias, unas nacidas en
el perIodo éacaotero y otras originarías de esta época; y, cl el estancamiento relati­
vo de léI ciudades de la Sierra (Larrea, 1983: 60 y·ss.),

El proceso de urbanlzaci6n a que se asiste en el perIodo pone de manifiesto la pro­


fundlzacl6n del desigual desarrollo regional al que se ha llegado en esta segunda fa­
sa del modelo de agro-exportecI6n: en la Costa, auge econ6mico por ingresos de di­
visas derfvadas principalmente de los negocios correspondientes a la produccl6n de
la plantacl6n bananera y en lá ~Ierra, estancamiento econ6mlco por la crisis de la
hacienda tradicional. La expresl6n más sintomática de los desequilibrios regionales
queda registrada con el incremento de las corrientes migratorias de la Sierra a la
Costa, así como al interior del Litoral (estas últimes por 1¡lS características dal traba­
Jo t81'1Porarío que imprime el producto y los desniveles salarialeS entre otras)
(V"'asco, 1975:40-451. ­

La plantacl6n bananera, a la par que produce un incremento de la frontera agrlcQ­


la,se sustenta en nuevas relaciones laborales y de tenencia de la tierra: relaciones
capitalistas y plantaclon!lS de extensión mediana y pequeña. Por otro lado, y' a ni­
vel urbano, se logra consolidar un mercado interno (local, con carácter urbano).
a partir del aparecimiento de un amplio sector de ,intermediarios, del fortalecimien­
to relativo de los niveles salariales -aunque ínferiores a los internacionales que eran
más altos que los de la Sierra e incluso que los de otras plantaciones y cultivos
de la misma Costa-'y del crecimiento de la Inversi6n pública y de la capacidad de
empleo estatal (Larres, 1983:61 l.

SIm41táneo al crecimiento de las. ciudades Intermedias costeñas, se produce tam­


bién el crecimiento dI! Qulto· y principalmente de Guayaquil. La cualidad de ser
cabezas regionales de la Sierra y de la Costa respectivamente, aunada a la conson:
dacl61'\ de la burguesía agro-exportadora y bancaria, y al fortalecimiento del Estado
y el gobierno nacional, hacen de Guayaquil y Quito los ejes de la urbanizaci6n nacio- .
nal.

Con la crisis del modelo de agro-exportecl6n que evidencia el agotamiento de las


estructUras tradicionales de produccl6n, el proceso bicefálico de urbanizaci6n se re- .

16J
EVOLUCION DEL ESPACIO URBANO ECUATORIANO

fuerza. Es decir que el carácter concentrador de la urbanización capitalista -que


se venIa gestando desde el siglo XIX- se profundiza ante la crisis económica resul­
tante del papel que cumple el Ecuador dentro de la dIvisión Internacional del tra­
bajo como productor de "bienes de sobre mesa", con base al monocultivo de ex·
• portación.

La alta dinámica poblacional de las ciudades de porte medio y pequeílo de la Costa·


disminuye por la incapacidad' del agro para seguir absorbiendo a la población cre­
ciente y porque en el período del auge económico no se constituye una ",cono·
mía "rbana" como para darle continuidad ál proeeso(25). En la Sierra, paralela­
mente, se asiste a un dinamismo relativo de las mismas, debido fundamentalmente
a los cambios en la estructura agraria, al avance de una producción con mayores
enlaces tecnológicos y el Incremento de los sectores medios de la población (Le·
rrea, 1983:63).

Esta tendencia de concentración blcefállca con base a Quito y Guayaquil se dlna­


miza considerablemente en los años sucesivos inmediatos, debido, entre otras re­
zones, a la articulación de un modelo económico "desarrollista" que propugna
la Industriallzáción como el eie motrIz de la sociedad nacional. Bajo esta perspec­
tiva se movilizen cuantiosos recursos económico-financieros, nacionales e Interne­
cionales, hacia esta rama de actividad:paralelos a la formulación de una estrategia
política de reajuste de'Ia economía, a través de la Ley de Reforma Agrarle,la Ley
de Fomento Industrial, la Reforma Tributarla, etc., Inscritas en los programas di­
se~ados y concebldps por la Alianza para el Progreso y puestos en práctica por la
Junta Militar de aquel entonces (1963·1966) (Moncayo, 1977: 41 y ss.l.

Para la década del setenta se consolida el proceso bajo el influjo de los Ingresos deri­
vados de la producción y comercialización petrolera. Tal situación descansa en la
Industrialización sustitutiva de Importaciones, la modernización de la estructura
agraria, la generación de las condiciones propicias para la Inversión foránea, la mo­
dernización del aparato estatal .. el crecimiento del proletariado Industrial y de las
capas medias de la población, la concentración del Ingreso, y la aceleración del pro·
ceso de urbanización (Verduga, 1978:61-62).

El resultado de ello es la profundización de los desequilibrios y desigualdades regio­


nales, al punto que se polariza la concentración en dos centros perfectamente Iden.
~Iflcados, la pro~ncla de Guayas (y más específicamente la ciudad de GuaY!Klul1)
en la Costa, y.la provincia de Pichincha, Quito, en la Sierra.

164
CARRION

CUADRO No. 4

EVOLUOON DE LA POBLAOON DE LAS PRINCIPALES CIUDADES


DEL ECUADOR (CENSOS NAOONALES)

No. del

2.
3.
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0nIIaII ProWocIa

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211I.832
31.183
1962

110.104
314.714
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1974

114.ll84
117.133
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1912

1.171.271
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110.102

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10.132
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72.217

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12. 3 .... Doml_ 1A83 1.811 3OM7 11.111
13. 13 Oueooodo 4.111 211.102 43.123 11.311
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31. 3 s...."" 3.171 1.101 10.111 14.123
3#. 3 c:ev_1II 7A01 1.101 11.G42 14.111
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11 ~ ......... 417 1...2 4.131 10.lll7

• c.n.

40. 4A11 4.831 1.7. 10.141
41. 14 3.117 1.132 1.241 10.141
42. 10 3.330 1.G27 1.010 10.111
PU1lNTIl. e - NIdoaoIa
. IlLABOIlACON. ADlaGln•• cniDAD

165
MAPA No.3
EVOLUCION DEL CRECIMIENTO
FISICO DE LA CIUDAD DE
QUITO

SIMBOLOGIA
• SetÚn 1I Plano di 1.8.
1llI90";' .. _ do , _
O

Sltún .1 Ptano di
eonur_ '8r8
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OIrNhI, " ''00&& ...... y .


....oriII 0---, JU,.
.IUA8OItACION, A ,
CAIf.RION

Dentro de este contexto nacional, las relaciones urbano-rurales (yen general la es­
tructura territorial de la produccl6n) tienden a readecuane en funcl6nde los nUe\lOS·
requerimientos econ6mlcos Imperantes; la organlzacl6n agroexportadora que carec­
terlzaba a la estructura territorial de la produccl6n comienza a sufrir sustanciales
modificaciones, en el sentido de que las grandes ciudades (Quito y Guayaquil) se
convierten en los centros articuladores de los circuitos Internos de acumulacl6n,
de la urbanlzacl6n y·de sus nuevas formas.

Con la mo.dernlzacl6n capitalista y el incremento de los recursos econ6mlcos por


la expiotaci6n y lXlmercializaci6n petrolera se asiste, entonces, a la consolideci6n
de la concentraci6n blcefállca de la urbanlzacl6n nacional, al fortalecimiento de
algunas ciudades Intermedias de la Sierra, al estancamiento relativo de otras en la
Costa y a la incorporacl6n tendenclal de la regl6n oriental al desarrollo social del
país. Tal. sltuacl6n no es otra cose que el resultado de la diferenclaci6n, por polerl­
zacf6n en el territorio nacional, de las inversiones, de los servicios, de las activida­
des, de la poblacl6n, entre otras más.

En general el Incremento de la urbanlzacl6n nacional que se presencia en la etapa.


no está supeditado, como en épocas pretéritas, ala estructure agraria: será también
por una polltlca deliberada de "descentrali:ación desde el centro". acorde a la
modernlzacf6n que se Impulsa en el aparato estatal y en la socIeded nacIonal (26).

A nivel estatal se presencfa durente la etapa petrolera un doble proceso Interrela­


cionado: por un lado. la dlstrlbucl6n de las regallaS petroleras a través del gasto
público y del consecuente fortalecimiento de sus distintos 6rganos y niveles de go­
bierno, y por otro lado, la concentracl6n de clertasfunclonés anteriormente priva­
tivas de- organismos secclonales en el gobll!fno central y una Intervencl6n más di­
recta del Estado en la econom (a. Es dable tal sltuacl6n en tanto la gran capacidad
de respuesta que. adquiere el Estado le permite entrar a negociar a diferentes ni­
veles de la sociedad. por el mecanismo creado de que "la renta p8troll11'lI es IIdmini&­
tr/Idll de mllnl11'll ptwalela y se-pIl,1Id1l del p,esupuesto del Estlldo. El monto de la ,en­
tll es compll'lIble. desde 197J, lila mllgnilUd de Jos ingresos fiscales. LII m"Y0' pme
de "'luella bll sido destinlldll 11 gilitos de des,,"ollo económico, unll pme menor
enflilldll al siltemll jinIInciero. El de.."oUo socilll bII ,ecibido unll pme poco impor­
tante y, últimllmente. bll cobrlldo ,elatifHI importllnci/l el rub,o deS4rroUo regio­
nal" (Boceo. 1982:181).

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_iurú.'" ...._"'.

167
EVOLUCION DEL ESPACIO URBANO ECUATORIANO

Al respecto, algunos ejemplos pueden Ilustrar el hecho y su magnitud. Tenemos la


creación del Fondo Naciooal de Participaciones (FONAPARl, con el fin de canali­
zar financiamiento para proyectos regionales y locales, a través de las corporacio­
nes de desarrollo regional que se crean o fortalecen en el período (CRM, CEDEGE,
CREA, PREDESURl, golílernos seccionales y locales (Consejos Provinciales y Mu­
nicipales); fortalecimiento de entidades productoras de servicios, anteriormente
privativas de los municipios o consejos provinciales, tales como: energía eléctrica
(INECELl, riego yagua (INHERI, IEOSl, educación (MEPD, DINACE); la creación
e Impulso a Instituciones de financiamiento como: Banco Ecuatoriano de Desarro­
llo (BEDE), Banco Ecuatoriano de la Vivienda (JNV-BEVl, Instituto Ecuatoriano
de Seguridad Social (IESS) y mutualistas; etc. Es decir, un conjunto de órganos
adscritos al gobierno central que desde el centro Impulsen el "desarrollo" urbano
y regional; unas veces con polítlca's proteccionistas (v. gr. exenciÓn tributarIa) y
otras directamente a través del flujo financiero y económico.

En esta perspectiva, las ciudades mayormente beneficiadas son aquellas de porte


medio y grande que, en el conjunto y principalmente, cumplen roles político-adml­
nlstratlvos de importancia (capitales provinciales y/o eantonales) y/o tienen alguna
significación económica regional o nacional. Es en este contexto que la ciudad de
Quito tiene un acelerado crecimiento urbano, dado que se convierte en el centro
de mayor dinamismo relativo (político-económico) del país, por cuanto la capta·
ción de la mayor parte de los excedentes derivados de la comercialización petro­
lera son manejados por el Estado, cuya cabeza más visible, la administración públl·
ca, tiene por asiento a la capital de la República.

En ese sentido, Quito, Guayaquil y ciertas ciudades Intermedias se constituyen en


el asiento de una nueva fracción de capital -el capital intermedlario- surgido a tra­
vés de la "asociación de capitales comerciales y financieros con las empresas multi·
nacionales en torno a representaciones ·concesiones, armildur;as y la renta urbana ",
así como también, por medio de la "canalnación del excedente petrolero que que­
da en el país, especialmente por medio del comercio de importación, el control de
la distribución de bienes de consumo durable y de los contratos públicos" (Varas y
Bustamante, 1978:71 y ss.!.

La explicación de la Incorporación y del relativo desarrollo urbano·y regional en la


Amazonia (Oriente) no depende necesariamente de la ubicación de la actividad ex­
tractiva de los yacimientos petroleros que se encuentran en lo fundamental en esta
reglón. Ello no significará -tal como ocurrió anteriormente con el desarrollo re­
gional de ciertas formas productlvas- la difusión de la urbanización y la Integra­
ción de la región al contexto nacional. La reglón oriental se Incorporará y desarro·
liará en este período, más bien por una acción de polltlca estatal encaminada.. a la

168
CII/UClON

ampllacl6n da la fronteraagrlcola, el ~ollo de obnls de Infraestructura, la


concesl6nde Importantes cantidades de tierra a compaillas nacionales e Internacio­
nales y la colonizaci6n -iniciadas desde el período anterior-, entre otras de 188 m6s
significativas.

Pero esta "rí#mb,. del petró14o" tuvo una vida fugaz y, lo que es mlls Impon.nte,
no gener6 188 condiciones pera' un desarrollo econ6mlco social sostenido y pera la
formacl6n de una red urbana articuleda en el pals. El resultado hist6r1co, por el
contrario, ha sido una mayor concentraci6n blcefllllca del procesó de urbanlzacl6n,
con bese en Oulto y Guayaquil como dos centros dlferancledos -pero Integrados­
y como dos ejes vertebradores de la acumulacl6n y urbanlzaci6n a escala 'naclo­
nal; que concentran cada vez mlls poblacl6n, capltales y actividades productivas y
reproductlVll8 en general, redundando, como consecuencia. en el acrecentamiento
de las desigualdades y disparIdades soclo-reglonaJes-urbanas.

CONCLUSIONES

L,a "_lru:ilm del e.¡Nldo "rbIlBO """to,;""o" nos muestra d8lde sus orlgenes que
·su sustento prlnclpal'ha sido, paradójicamente, 188 transformaciones acaecldas en
una dl~lal estructura agrarlo-reglOnal, mediada por los ciclos respectivos (auge­
crIl11sl que Introduce una econom la dependiente del comercio eXterior. De all I
que. las distintas fases de que se componen los dos per lodos fundamentales estu·
vieran relacionadas a las fluctuaciones del crec;lmlento econ6mlco del pals.

La conformacl6n urbana -primer periodO- encuentra su cimiente fundamental.


en la confluencia, por conquista, de una organlzacl6n natlv8 con otra fonlnea m6s
poderosa. En esta contexto, la fundacl6n de las ciudades representa un mecenllmo
eficiente y sutil de domlnacl6n, expresa el primer movlmlanto ilgnlflClrtlvo de le
población por poblamiento/despoblamiento y define 'as bales pin la contlrUC­
c16n de la "rrtd 1Irb_" posterior. Sin embargo de ello, en el pllrlodo de conforma­
cl6n urbana no se logra una real Integracl6n de los centros urbanos y del territorio
nacional en su conjul'lto; d8lde el principio es una conformacl6n iKbena ~
que, Incluso al flnal del periodo, contribuye ala frIIgmentacl6n del pals en i'egl0/8ó
provIncles, a cuya cabeza la ciudad primada hace. capital provlnálll.

Al Interior del perIodo se puede evldencl... al menos lasllgulentes tnI f _ de evo­


lucl6n: una primera, definida por la produocl6n minera y la fundacl6n de las cluda­
das; una segunda, surgida con la produl::Cl6n textil y agropecuaria alrededor de le
hacienda serrana y un especie de "14""0 """"0", y una tercera.. lllIcrIta en la rup­
. tura del monopolio comercial y polltléo ejen:tdo por la Corona aspa/Iole y 18 t8l­
. dencIellncorporeci6n dele Coste al .....ano naclonal-con 18 plentaclón-,1IgnI­

169


liVOLUCION DliL liSPACIO URBANO liCUATORIANO

ficando en su conjunto que las funciones urbanas predominantes de algunas ciuda­


des se transformen en un contexto de translclÓn hacia el perrodo de proceso de ur­
banizaciÓn.

El proceso de urbanizaciÓn o segundo período, desde sus orrgenes evidencia una


tendencia hacia \a bicefal ra urbana, en detrimento de las ciudades de porta madlo y
pequei'io. Es la constituciÓn del modalo de lIlIro-exportaelÓn el que permite lalnle­
graclón primero y la articulaciÓn después, de dos regiones distintas (Sierra y Costal
mediadas por sus centros princi¡:;ales (Quito y Guayaquil), a partir de une divi­
siÓn del trabajo que establece émbitos territoriales (con formes productlves, relacio­
nes sociales.. etc.) diferentes pero relacionados.

Este período contiene a su vez,también, tres fases dlferantes: una primera, regida
por la plantaciÓn caceotera en apogeo, paralela al estancamlanto de la hacienda se­
rrana, cuestiÓn que provoca el inicio del segundo movimiento pobfaclonel, esta
vez, a diferencia del anterior, por migraciones y de la Sierra hacia la Costa; una se­
gunda, por las características que Introduce la plantaciÓn bananera en la Costa y
por la crisis del sector agrario serrano (con Intentos de modernización capitalista)
que plantea una nueva modalidad del movimiento poblaclonal mlgretorlo: rural­
urbano, que en principio fortalece 'a las ciudades Intermedias costellas; y una ter.
cera, signada por el desarrollo Incipiente da la Industria y los Ingresos derivados
de la cOmercialización petrolera, que, tendencialmente al menos, prevé une nueva
forma de movilidad poblacional por migraciones Int~rbanes.

o sea, lo que muestra esta última flll8, a diferencia dI! les anteriores, es que dado el
egotamlento de· los modelos tradIcionales de producciÓn sustentados en una estruc­
tura agraria en descomposición, no se pudo revartlr el auge petrolero en beneficio
del establaclmlento de un equilibrio urbano-reglonal. Es daclr, que la aconom ra de
enclave que caracteriza a la explotación petrolera, auri&da a une serta de factores
poHtlco-econÓmlcos que rebasan en su explicación al presente estudio, noperml­
tló la Integración efactlva de la reglón oriental y la conaolldrlón de une "~d
urbana" més articulada y homogénea, tal como era de esperarse.

170
MAPANo.4
BVOLlTCION DEL
CRI!CIMIBNTO P18JCO DE lA
auDADDaCUAYAQUIL
. '. ::~'::.'

••

MAPA No. ,

IlVOLl1CION IIBL

CUClMDIlTO I'IlIIOO DE LA
atlDAD IIB CtlmlCA
EVOLUCION DEL ESPACIO URBANO ECUATORIANO

Es Interesante remarear que el desarrollo alcanzado por las ciudades en las fases
correspondientes a la producción predominantemente hacendarla y de plantación,
estuviera sustentado por la consolidación de formas productivas prlnclpalmente
rurales; lo cual comporta, paradójicamente, que la urbanización de las ciudades
haya estado acompai'lada por la "l'fml1iució,," de la econom la, .contrariamente a
la fase industrial-petrolera, que es Inducida por la distribución del auge petrolero
vla gasto público y concentración Industrial en las ciudades que históricamente
fueron formando y concentrando las condiciones generales de la producción: Qul­
to·y Guayaquil, preponderantem~nte.

Por el. contrario, lo que en la actualidad se percibe es un procaso cada vez más
concentrado, que tiende a agudizar los desequilibrios y desigualdedes a todo nivel y
a consolidar una blcefal fa urbana que en su Interior también reproduce el mismo
esquema concentrador y excluyente.

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174
EL PAPEL DEL COMERCIO
EN EL CRECIMIE,NTO
DE LAS CIUDADES DE LA SIERRA CENTRAL
DEL ECUADOR: 1750·1920­

Rosemary Brom/8Y

Ml,lchOS fectol'llll jUllglln un papel en el crecimiento de les ciudades y el proceso glo­


bal de crecimiento urbano constituye un fen6meno cpmplejo y no bien comprendl·
do. En este trabajo se examina un espéctO del creclml~nto urbano, a seber, el cem·
blo diferencial de la poblacl6n urbana, ~ntrái1dose en una funcl6n que ha sido fac­
tor clave en ese crecimiento. El análisis de los datos demográficos correspondientes
a la zona montaflose central del Ecuador( 1) revela la existencia de notables contrat­
tes entre les pautas de crecimiento de las tres ciudades principales de la regl6n, pro­
porcionando las diferencias un marco pare avaluar el papel de las prlnclpeles funcio­
nes urbanas.

Las Investigaciones sobre este regl6n ecuatoriana ya han Indicado que el comercio
fue una funcl6n clava en el desarrollo urbano (Bromley, 19771. Aqul examinare­
mos la funcl6n comercial en mayor detalle yatenderemos a los tipos y li las careete­
rlstlcas del comercio urbano, como asl también alas zonaspor las cuales las funcio­
nes comerciales se desarrollaron más vigorosamente en algunas ciudades que en
otres.

• T"'Jo publlC8do In: R..... IlAP, No. &6-&8. M'xlco, Ed. SIAP, 11180. pp. 73-91.
111 BI . . . . ,. $lomo • "., MI , . . . . "'-W "., -.p­
......,• lJJ....,..
_ , . , Bt:tNJ4or ."",.,.
A...... Y 1lloINmtN: boy _
,.., """""""'y u, _,.,.,. C~
. . . . . . la"...,.,... C_
(11I _J,- ­

.!. ""'r.....
EL PAPEL DEL COMBRCIO EN EL CRECIMIENTD DE LAS CWDADES

Desde los comienzos del perIodo colonial, las tres ciudades principales de la zona
montailosa central del Ecuador han sido Latacunga, Ambato y Riobamba (figura 1).
Están situadas en el valle interandlno, al sur de Quito, y la altura de la regi6n en ge­
neral supera los 2.500 met(os sobre el nivel del mar. La poblaci6n de ind (genas y
blancos es bastante densa. En 1776-1781 la poblaci6n de la regl6n alcanzaba unes
157.000 personas, de las cuales casi ellO por ciento resid fa en las tres ciudades cl·
tadas (ANH/Q, s.f.). La mayorfa se dedicaba a actividades agrfcolas, aunque duran·
te el perrodo colonial espailol la regl6n también se caracteriz6 por proporcionar
asiento a una imponante industria textil (obrajes) (Juan y Ulloa, 1806:293-315 y
Tyrer, 1976). Esta Industria prácticamente desapareci6 durante el siglo XIX, luego
de más de un siglo de declinación (8romley, 1977:377-380).

EL CAMBIO DE LA POBLAOON URBANA A PARTIR DE 1750

Desde 1750 las tres ciudades de la Sierra central del Ecuador experimentaron una
diversidad de tendencias. La época final de la Colonia fue testigo de una grave rece­
si6n urbana, durante la cual dismlnuy6 marcadamtlnté el tamailo poblacional de las
ciudades. Posteriormente, hacia mediados y fines del siglo XIX se reanud6 la expan·
sl6n urbana. Las tendencias generales oscurecen las diferencias existentes entre las
ciudades, diferencias que son auciales para evaluar el papel del comercio.
CUADRO No. 1

LAS POBLACIONES DE LATACUNGA, AMBATO y RlOBAMBA,

1740 -1950
Año Lataeunga Ambato Riobamb.

1740 5.000' 4.000' 8.000'


1780 3.400 4.000' 7.600
1825 2.200 2.000' 2.500
1836 3.600
1844 3.700
1913 8.000'
1921·1922 14.300 13.400
1950 10.389 31.312 29.830
Fu.nte: Bromloy;Roeem.ry D.F•• Urben growth .nd declln. In m. Cent..151.... of Ecuedor
18118-1940. tlll. de docto..do Inlldlte. UnlverlltY of Welll, 1977.

_1_
NOTA: Le. clf..... hen redondeedo toinendo le centeno ..... c.....ne...Ivo .n 101_ de 1..
que provlen.n del primer OInlO moderno de poblecl6n Clll6Ol. Le. clf... con
corrll""nden e iotlmeclonll 1.. reotentel fu..on tomedH de cenlOO.

176
BROMUlY

La pauta general del cambio de le poblecl6n urbana aparece resumIdo en el Cuadro


1. Son escasos los datos censales y las estimaciones confiables que puedan ser con·
frontadas con otras fuentes, en especIal con raferancla a la segunde mitad del siglo
XIX. NI> obstante, en los oasos de periodos respecto de los cuales no se hallan dI..
ponlb.les esos totales, pueden usarse registros parroquiales, archivos de raceudecl6n
de Impuestos e Informecl6n cualitativa para delinear las tendencias poblacJoneles.
Datos de registros parroquiales ecerca de la centldad anual de bautismos, apoyados
por la correspondencia que se observa 1lCtU81mente, Indlcen que las tres ciudades de
que nos ocupamos nocreclan o declinaban durante la segunda mitad del siglo XVIII
(Bromley, 1977:52·64 y 175-1851. Las epidemias, el retroceso de la industria tex·
tll y las dificultades agrlcolas conspiraban para evitar el crecimiento urbano (Brom­
ley, 19791. En 1797 un grave,terremoto destruyó parcialmente las ciudades, causan.
do mayores perjuicios an Rlobamba. En esta ciudad, deslizamientos de tierras
provocados por el temblor llevaron al hundimiento de un gran sector de la ciudad y
los dai'los fueron tan gravas que Rlobamba fua reconstrulde sobra un nuevo sitio, a
20 Idlómetros del antIguo emplazamlento(21. Ninguna de las ciudades prosper6
durante el periodo de las guerras de Independencia y el censo de 1825 sugiera que
ceda una de las tres ciudades ten la sólo entre dos y tres mil hebltantes, o sea une
pobleclón considerablemente menor a le que tenlan en 'e décade de 1740, que era
de cInco a peho mil habitantes (Cuadro 1l..

El Ecuador obtuvo su Independencie. de Espai'le en 1822 y durante las décadas si·


gulantes le tendencia de raoaslón urbana desapareció pera dar paso a un rápido
crecimiento (8romley, 19791. Sin embargo, hecla mediados del siglo XIX, fue ev/·
dente que une de fas tres ciudades se retrasebe respecto de les demás. Este era Lata­
cunge, que de ocupar el segundo lugar en cuento e tamei'lo (probablemente durante
..~ todo el periodo colonial) se convlrtl6 en le más pequei'la de las tres ciudedes hecla le
décade de 1850/31. Que hub'-e sido ralegade e esta posición se vinculó con el vigo­
roso crecimIento de le vecina ciudad de Ambato, Rlobamba continuó siendo la
ciudad· más grende de le zone central hesta que Ambato lelgueló y casi le eventajó

121 ANIl/fl. 1977,B. E. . ."" • 1797'"JI'ftItI- .,. AIldInfttJ _0d6 "_,,, ubII40
• R".",.,. ."."" • t- d. _ _ ,."tIMI6rI .. ", u." • TIIJ'I. v..... ANIl/fl.
17971UB.

131 BIt" ft lo -.prId" ""..10. Ulwlo• • Wi.- .-ddo...",".,., El N""""" (O"",,)• ..


• HId61I"", 17. _ _ d.,tUB.yúmbllro,orÍtJ~oIIdtmda...,_.,.",.
.,¡.uf6JJ. " " - ' " """'''.",.".,.,.." (1dftrt. I J . ""O'" • IB51)•

. ;. t
EL PAPEL DEL COMERCIO EN EL CRECIMIENTO DE LAS CWDADES

en las postrimerlas del siglo XIX y comienzos del XX(41. En el momento del primer
censo nacional moderno. en 1950. la poblacl6n de Latacunga fue s610 de 10.389
habitantes. \a de RJobamba de 29.830 y la de Ambato de 31.312 (Cuadro 1l. A lo
largo del periodo 1825-1950 el incremento anual promedio de poblacl6n fue apenas
del' 1.25 por ciento en el caso de Latacunga. frente al de 2.01 correspondiente a
Rlobamba y al de 2.22 correspondiente a Ambato(5). A partir de 1950, las diferen­
cias entre las tres cIudades se han vuelto más pronunciadas: En 1974 Ambato era
una ciudad de 77.955 pananas. Rlobamba ten la 58.087 habitantes y Latacunga
sólo 21.921 (INEC. 1974).

Respecto del periodo que se Inicia con la Independencia no existen pruebas que
sugieran que las tasas de Incremento natural de poblacl6n fuesen diferentes entre las
tres cIudades. de manera que las diferencias entre las tres tasas de crecimiento urba­
no se basan' en el saldo migratorio. (8romley, 1977:348-3601. Es casi Indubitable
que estas ciudades de la zona montai'\osa central jugaron el papel de lugares Interme­
dios en un modelo bastante complejo de flujos migratorios regionales a través de
Ecuador(61. Las ciudades fueron perdiendo poblacl6n en beneficio de las dos aglome­
raciones Importantes del Ecuador. Guayaquil y Qufto(7). Empero. al mismo tiempo
estaban recibiendo migrantes provenientes de las áreas rurales cercanas. En cada una
de las ciudades. el saldo entre la emigracl6n y la Inmigración hubiese reflejado estre­
chamente la prosperidad de las funciones urbanas.

Este trabajo apunta al papel del comercio en el _cimilmto de las ciudades. Por
consiguiente no nos proponemos dedicar gran atencl6n al período de dacllnacl6n
urbana de fines de la era colonial: mis resultados de Investlgacl6n sobre ese tema se
hallan publlcados en otra parte IBromley. 1977 y sf). De todas maneras. a\ evaluar
el papel del comercio en la expansión urbana diferencial de la época republicana re­
sulta de utllidad emplear datos de la era colonial. La investlgacl6n nos revela la exis­
tencia de constrastes en cuanto a las funciones de las tres ciudades y asimismo que
tales contrastes databan de mucho antes de que tuvieran una influencia evidente en

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178
aJlOMUY

les tasas de crecimiento urbano. El desarrollo urbano dlferencl81 de le era republ/ca­


ne88 enralm firmemente en el perlado colonl8l.

En le época coIonl81 el comercio no era sino une de les d / _ funclones urbanM


que Clll'llCterlmben les tres ciudades de que ríos ocupemos, como ocurr le con muchos
otros oentros urbanos letlnoamerlcanos. Les prlnclpeles funciones urbanM colonia­
les, l8llún 88 les he Identificado, hen sido les administrativas, les de le actividad arte­
18Il81 Y les comerciales (Johnston, 1977:1-8). Les primeras en particular hen sido
emplllfmente Inlllllltlgedes en el contexto latinoamericano. Sin embargo ellntercem­
blo o el comercio. he sido reletlvemente dejedo de ledo, selvo en le que se rafl '"' e
le función del comercio de larga distancie, el cu81 fue tan Importante pere los PI*'­
tos y·otros centros urbanos Implicados en le transferencle e Europa de bienes latino­
emerlcanos. El comercio de larga distancie o ultramarino y le edmlnlstnlCl6n hen
constftuldo les funciones blislces de le mayorle de les ciudades latinoamericanas.
Nuestro conocimiento de les funciones de los centros urbenos més pequellos, los
pueblos, es menos complete, pues le mayorle de les Investigaciones se "811 oentnldo
en les ciudades. La bese funclon81 de los pueblos fue sin duda diferente. SI bien el
Intercemblo fue Importente en ellos, probablemente lo que tuvo mayor peso fu8'e1
comercio I~. no el de larga distancie. En tanto que las ciudades fueron Josluge181
de orlgen Y de destino del comercio de lerga dlstancle, los pueblos fueron punto de
tnlnslto o estuvieron completamente fuere de las prlncfp8les Ntes mercIIltftel. Aun­
que el comercio loc8I eparece como 81go vlteI pere todos los Centros urbenos, cu....
quiera . . IU tamello, fue relstivllmente lIÚr importante 811 los pueblos, que 110 de­
IIIlITIpefleban otras funciones Importentes.

Les Clll'llCteristlces funclon8les de 1.. ciudades de le zona montellose central ecueto­


rl8llll entra 1750 y 1920 pueden lI8l' datermlnedes e partir de PNebas helIades en .
oensos, archivos de Impuestos, Informes y correspondencia genere! ~ en
los archivos de Quito, Bogotá y SevIHe, y también en erctilvos loc8Ies munlclp8les y
gubernamenteles. Les funciones urbe!les dfferentllll de les comercl8/ei pueden lI8l' ele­
slflcedesentAlSemplleseetegorles (Cfr. Herdoy y Arenovlch,.1970y Moore 1954 Y
1966). En primer lugar, cada ciudad tuvo une funcl6n edmlnlstratlva y eclesléstJce,
funcl6n cuye transformación fue sumamente lente. E'lles poetrlmerles del periodo
colonial cade oentro urbano sirvió de sede e un lIotfW1Í"'nUl. constituyéndose ya

179

... ". '"


EL "MEL DEL COJICEIlCIO EN EL CIlECIMIENTO DE LAS CWDADES

188 como. o como .....'0 (Juan y Ulloa. 1806:192-193). Hacia mediados del
siglo XIX las tres cludadas fueron todas capital de provincia y tuvieron un status
municipal similar. En particular el poder administrativo fue crucial para la existen­
cia urbana y le permitió a cada una de las ciudades ratener su posición de prlmacla
dentro de su propia área administrativa (Bromley. Ns:3B-391. El dinamismo de la
función no explica. empero. el crecimiento diferencial de las ciudades de la zona
montanosa central.

Una segunda función. la agrrcola y la relativa a la propiedad de la tierra. fue Impor­


tante en las tres ciudades. pero tampoco sirve para explicar el crecimiento diferen­
cial. SI bien las cluda~ eran pequenas. las ocupaciones agrícolas reprasantaban una
proporcIón significativa de la fuerza de trabajo urbana. En Rlobamba. en 1836. un
censo revela que el 37 por cIento de la fuerza de trabajo masculina estaba ocupada
en la agrlcultura(81. mientras que en 1832 el listado de Impuestos de los adul­
tos varones blancos muestra que el 24 por ciento tanla ocupación en esa sactor
lAMIa. 1832:272-277). Durantala era colonial. las ciudades de la zona montanosa
central· fueron fundamentalmente centros agro-administrativos. el clásico tipo de
cludad colonial latinoamericano (Morse.1971 :3-52). Na obstante. cuando comen·
zaron a transformarse en centros urbanos más grandas. durante la segunda mitad del
siglo XIX. esa creclmiento fue sustentado por la expansión de otras funciones urba­
nas.

La función Industrial artesanal. tercera en nuestra exposición. desampeíló un papel


muy Importame en el crecimiento urbano. En 1836 el censo de Rlobamba mostró
que el 34 ·por ciento de la fuerza de trabajo masculina se dedicaba a talas actIvida­
des. proporción casi equivalente a la de los ocupados en activIdades agrlcolas. Resul­
ta dlffcll distinguir entra el trabajo artesanal y la Industria fabril. pero en generella
operación de pequena escala. propia de la actividad artesanal. tendió a acampanar
antes que a fomentar el crecimiento urbano. en la medida que la mayorla de la pro­
ducción era vendida a la población urbana. En ello ha existido una continuidad con­
siderable desde la era colonial. En cambio. la función Industrial colonial fue entera­
menta distinta de la moderna. Los obrajes textiles que alguna vez funcionaron en
l.lItaeunga habran C8ITlIdo sus puertas a comienzos del siglo XIX IBromley. 1977:
~33-4371. La Industria fabril moderna besada en la energla hldnlullca y. posterior­
mente. en la provisión -de electricidad. apareció por prImera vez en la década de

lBI r-.."". . . . . . . . 18:16 • b ' " . . • 1_,." • ,. GoIHruri6tI di R...........


dMIfI-.

180
IIR.OMUiY

1890(91. pero hasta la década de 1910 no llegó a establecane plenamente en Amba­


to y en Rlobamba(10). El desarrollo Industrial de estas dos ciudades estimuló su ex·
panslón en el siglo XX. pero en un momento en que ya habían consolidado su supe­
rioridad respecto de Latacunga. Por lo tanto, esta última hab ía fracasado en cuanto
a mantener el ritmo de crecimiento de sus vecInas antes da que la Industria fabril se
hubiese desarrollado como una función urbana Imponante. En forma slmller, Am­
bato habla Igualado o aventajado a Rlobemba en tamallo antes da que sus prIncipa­
les fábrIcas hubiesen ablano. Aunque la actividad Industrial constituye una función
urbana clave en el siglo XX, no lo era en el XIX.

Resulta evldenta. a partir dal análisis anterior, que la funcl6nadmlnlstratlva yla ecle­
sléltlca. la función agrlcola y la relativa a la propiedad de la tierra. tal como la ane·
sana! e Industrial. no pueden expllcer el crecimIento urbano diferencial del siglo
XIX. Por un proceso da eliminación. combInado con pruebas confirmatorias. la otra
función urbana Importante. la comercial. adquiere un papel decisivo.

La fuDcl6a comercW

El comercio urbano abarcaba dos sectores principales: por una pane, el comercio
permll1ente al por menor y el de los establecimientos al por mayor Y. por otra. el ca­
merclo en la plaza de mercado. A panlr de los datos de impuestos resultan dlsponl·
bies PIIlebas del vigor de la función comercial urbana, permitiendo tales datos reall- .
zar una compareclón directa entre lBS tres cIudades. La mayor pane de la Informa­
ción se relaciona con la actividad comercial de establecimientos fijos.

Los datos sobre e1'capltal empresario de los comerciantes asentados en las ciudades
durante lBS décadas de 1830 y de 1840 sugieren que la función comercial de Lata­
CUI1lll in la deI8rroI1ada más débilmente. Una lista Impositiva de 1837 demuestra
que..l6lo catorce comerciantes operaban negocios en la ciudad cuyo valor fuese de
100 pesos o m•. en tanto que sólo las operaciones de uno superaban los 300 pesos

(ti .......r. 1. .1 , . , . . . .. A /Mtra .......... (/fImI.;Iu), v. .'

...._.
. . . . ., A ..,..., 1"2,10. IAMJJqtI/JMÑ_ """""'''.,..;,''''''''
47~""."'''''''' Cfr.M_.~. I"J,J2.

1101 ~ '" " . , . . 1,ID,.,.".,.".., /M1rIi:a. fW . . .,..", ~ .


,., . . " . , lA "",...., ~ _ . . A 1'1' (qr••1 ""'*'
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(. . IA .................. 2J . . . . . . . l'16'. . .

181

"- ... ~
BL PAPlíL DIiL COMIiIlCIO IiN IiL CIlBC1MIBNTO DIi LAS CWDADIiS

lANH/O, 1844:3681 Hacl8 1843. seis comercl8ntes de LatecungB control8ban em·


pnlI8I comerclBlea de un velar Igual o superior 8 los 400 pesos, pero únlcBmint8
uno de ellos --según se estlm6- ten 18 activos que superaban los 1.000 pesos
(ANH/O, 1844:2131. El cepltal empreaerlal total en manos de los seis comerciantes
sumaba 8penes 3.000 pesos. En el mismo ei'\o exlatl8n en Ambato ocho comercien·
tes CUY. opwecIones superaban los 4OO'pesos, sIendo _activos totales de 11.500
pesos (Cuadro 21. En 1845, SlllIún une IIatB que ~ta slmHltud respecto de
toa lldllvoa cWlBdoa OOfr1IIPO/1dlentes 8 1843 lAG/R. 18431. he!!18 811 RIobem­
ba VBlnllclnco de llItoI cornereI8ntll1. que 811 conjunto pÓIBI8Il un cepl1lll em­
~lel de 36.000 pesos lCuadro 21. Por lo 18ntD ,.118 BViden1B que loa comer·
clent81 de Rlobembe no lI6fo -.n "*
1IUmII'OIOI. sino que operaban 811 ull8 eacBI8
mucho ll18Vor que li de sus contr8PBlt. de lea o1r8l clud8dea de lB ZOIl8 mon1Bll0ll
centnll. Empero, los detOS8CllfQl de Quito mueatnm CUlIn pequeflea enm l. funcio­
nes comercletea de lBs 1r8I c1ud8dea 811 comP8l8CI6n con lB de 18 ciudad ClpllBl. don·
de operaban 187 comerclentea. En pertlcut. los comerciantes de l81BcUnllll deban
de h8bII' sufrido lB relBtlve proximidad de QuIto. Los detos Huatnln ecert8 de 18
fuerza relBtlve de un eapecto de le funcl6n comerdal dunante el br1Ml perIodo 811
que AmblrtD 8It6 .. punto de aupeñr 8 l.8CIIcunIIII en CU8I'lto 8 dlmenal6n pobleclo­
118I. SU superioridad comercial precedI6 8 SU superioridad en térmInos de 18meflo
pobleclonel.

A comienzos del siglo XIX. m. dbl. después de que Ambeto hu~ IguBlado
Y posiblemente superado el 1Bmeno de La1BCUÍlge. lB superlorlded cornercIBI de lB
por 8I1t0f1C8l ciudad "*
grande se manIfiesta en los datos. Lea pruebes pfOVIenen
de toa en:h1VOl de Impuestos l'8C8ud8doa IObre el dInero 811 clrculBcI6n 1811 giro co­
mer'CIBlI. E1 ImpUBltO nagl8 lObr8 lB 8CtMdadde compre-vent8 de lBs f6br1cea, .1
como de los neoocioa y BlIl1lIOIIll8I. En 1920.l8gÚn roa naglatros. Ambeto poeeI8 99
llIt8b1l!C1mlentos comerd". C8dB uno de ellos con "*
de 1.000 suenas 811 clrcuJa.
cl6n lMH, 1920:20-241. La cifra CClr\'8IPOIldlente 8 Rlobemba 81 98. pero 811 e11810s
eI1BbIecImlentos enan "*
pequel!os que 8n Ambeto lMH, 1920). Ocho Pe toa 8I1B­
blecImlentos de Ambeto 8P8t8C8I1 con "*
de 30.000 aucnaa 811 clrcutecl6n, en 18n­
to que 811 Rlobemba a6lo dos eJcenzen _ C8t8gOl'18. LatecUllllll, con a610 38 8I1B­
bI8CIml8l1toa <lÚe 8bon1b8n Impuestos Ycon un cepl1III de giro que en ningún ceso
superebB 10130,000 aucnaallll. evidentemente tenl8.un pepeI comerclBl muy débH.

lttl~._ Ir. k • .......................... - . ......

. . . . . . . . . . ., . , . . . . . . . . JI. . . _ . (MI(, ~noJ,

182
CUADRO No. %

CANTIDAD DE COMERaANTES ORDENADOS SEGUN EL CAPITAL DE SUS


I!MPRl!SAS COMERCIALES. LATACUNGA, AMBAro, QUITO, RlOBAMBA
1843 ·184~

C&DtidluI de Comerclanca

capital de la empr_ LotacuDp AmbarO QuIto ltiobuIbe


(en peIDI) 1843 1843 1843 1845

400­ 999 5 3 73 7
1.000 ­ 1.999 1 2 51 11
2.0Q0­ 2.999 1 18 3
3.000. ­ 3.999 . 2 14 3
4.000 ­ 4.999 - 9
5.000 ­ 9.999 15
10.000 ­ 19.000 4
20.000 ­ o més 3

NUmero tola. de comerc1aDta 6 8 187 %5


Total del capital (en peIOl) 3.000 11.500 436.500 35.000
F _ : 1&43. ANilla. LA "-Públ.... Vol. 117,101101 174 I 213. UIIII_I di con1rlbu­
Yln_ Culto, llJOIUI 14. ·1844; y 18411, AMIR. logoJo 8, Cam_lon_ y 1reflconW,
velor di funcfOl. RIot.mbo. 1846. .

Estol dos conjuntos de datos, el primero sobre los comerciantes .y el segundo sobre
el dInero en cln:ulacl6n, reflejan únlcamante un sector del comercIo urtlano, el co­
rrespondlenta a los establecimIentos fijos. El otro sector ara el del comercio en el
lugar de mercado, qua probablamante haya sido da los dos el que axperlmentó el
mayor cambIo y axpansl6n durentelll siglo XIX. Desda el comlanzo de IU existencia
como centros urtlanos a principIos de la are colonial, 181 tras cluPades de la zona
. montal'losa central tuvieron casi con seguridad feries l8ri'18na1i1l\, ademés de la actlvl·
dad comercial cotidiana an sus plazas da mercado centrBlés (Brornlay D.F. y R. J.
19751. Existen pruabes de que hacia fines del perlado colonIal los mercados oama­
nales tenlan lugar los domingos, dla an qua los habItantes rurales podlan combinar
la concurrencIa al mercado con la aslltanela a mIsa (ANH/a, 1798 y 1785). Los bl&­
r nes comerciales an les plazas centrales de les ciudades parecen haber sido prlnclpal­

183

. :J
- '.,~,."
BL PAPBL DBL COAUlRC10 EN EL CRBC1IIIIBNTO DE LAS CWDADBS

mente comestibles perecederos: frutes, vegetales y carne, esí epmo leila y carb6n
(ANH/Q, 1759 Y 1786). Los dles de mercado también eran vendidos en les plazas y
calles de la ciudad ganado y una amplia gama de vestlmentes y de articulas de me­
tal.

La existencia de mercados en les tres ciudades de la zona montaflosa cemral se


vincula en pane con la necesidad de asegurar la provlsl6n de alimentos para las ciu­
dades (Kaplan, 1965). El mercado proporcionó ala poblacl6n urbana la posibilidad
de obtener una provisión adecuada de alimentos, junto con otros productos básicos
Que deblan ser traldos desde las áreas circundantes (Bromley, 1977: 128 - 133). El
mercado servla también como lugar de salida y como centro de Intercambio de lo
producido por los agricultores Que resld ían en las Inmediaciones de las ciudades;
asimismo abestecía a clientes de fuera del área. Ambato, localizada en un área agrl­
cola rica, enviaba frutas y vegetales, como también pan, a Rlobamba y a Quito
(Juan y Ulloa, 1806:313; Velasco, 1946:136; AGI, 1759). Latacunga yRlobamba
también aportaban a los flujos Interreglonales de .productos agrícolilS (ANH/Q,
1768 Y AGI, 1745).

No resulta posible establecer con certeza si la actividad comercial de los lugares de


mercado era más floreciente en una ciudad Que en otra, pero los comentarlos de
Caldas, quien visItó Ambato en 1804, sugl8l'lln Que alll el mercado puede haber
sido' particularmente grande. El lo describió como "muy frecue"udo, siendo ..bu,,·
d.."re e" los cultivos producidos ..Uí y e" lIquellos profle"ie"res deU"..
disr.."c;" de
doce ° i"clusive dieciséis millas. Desde que dejé s.."ta Fe (Bogotá) bar.. boy"o be
visro "..d.. sinri""" (Celdas, Francisco, 1849:457).

El comercio de las ferias experimentó una expansión Importante durante el siglo


XIX Y por lo tanto gan6 en Importancia como una de las funciones urbanas. La ex­
pansión se vio faclllteda por una reorganización fundamental del sistema de ferias
semanales en las ciudades y los pueblos de la zona central. A comienzos del siglo
XIX, las tres ferias urbanas y la meyoría de las ferias rurales se llevaban e cabo los
díás domingo (8romley D.F. y R.J., 1975). Sin embargo, a principios de la década de
1870 las siete ferias más importantes de la raglón, Incluidas 'as de las ciudades, ha­
blen sido transferidas a otros días de la semana (Bromley D.F. y R.J.. 1975). LoscarTl­
bias dieron como resultado una pauta en la cual ~a distribución temporal de las fe­
rias era más pareja a lo largo de la semana. AsI se Incrament6 la eficiencia del siste­
ma de ferias y los bienes y los comerciantes se pudieron desplazar más fécllmente
por la reglón. El comercio de las ferias continuó ampliándose en vinculación con al

1114
dOMLBY

aumento de poblacl6n V con la urbanlzacl6n (tanto dentro cOmo fu81'8 de la SlemI


Central).

El mercado de' Ambeto, en particular, sa vio beneficiado por la expanll6n comer­


cial genere! V a madlados del siglo XIX -de acuerdo con lo que perecen conf\r­
lTlBI' !al pruebas exlstentes- sa habla convertido en el mayor de la 1llII16n. Al prome­
diar el siglo XIX casi todas las mercader las para veAder en dlas de feria sa concen­
traben en Lataeunga V en RloÍlamba en la plaza central (ALJL, 1864 V AMIR,
1867). En el caso de Lataeunga, los comentarlos suglaran que la plaza principal ara
delnalado amplia respecto de la cantIdad de productos por vender V que no sa jus­
tifica que sala descrlba como lugar de mercado (AMlL, 1867). En Ambato, en cam­
bio, dos plazas ubicadas centralmente aran utUlzallas en toda su capacidad los dlas
de feria (AMIA, 1866 V CevaIIos, 1888:295). Existen tamblén'pruebasde que la ac­
tividad comercial da lBs ferias sa extendl6 a dos dlas de la 58mana. El SIlbado parace
haber sido dadlcado solamente a la venta de sal V productos da la Costa, en tanto
que el domingo, el dla principal de feria, sa ~ba pera lall9nta al por mayor V al
menudeo de una ampllallllma de productos (AMIA, 1857 V Toro Rulz, 1970). Los
datos som Impuestos suglaran que el mercado de Ambato, respecto del de Rlobam­
ba, pudo haber comercializado casi el doble de datermlnados bIenes Importantel.
Loe datos aperacen bajo la forma de los totalas pagados por el deracho de raceudlr
B! Impuesto som el pesado público (romana) de los bienes en el lugar de mercadÓ.
Productos tales como sal, cacao, azúcar, pescado, cebo, a1god6n,' tabaco, carne V
forraje estaban sujetos a este Impuesto (AM/L, 1862 V AMIR, 1869).

En Rlobamba. en 1861, era recaudado un real por cada quintal de bienes pesados
(12), con la excepción de'la sal. por la cual sa pagaba medio real (AMIR. 1861 :11).
La tasa da graval1)en 81'8 Idéntica en Ambato en 1871 (AMIA, 1871 :169) V proba­
blemente fue le misma durante la década de 1860(13). En las subastas de 1862 el
d&"echo a raceudar el Impuesto de la romana "eg6 a valer 357 pesos en Rlobamba
(AMIR. 1862:25) V 682 pesoS en Ambeto (AMIA. 1868:458). En 1868 los mon­
tos sa hablan elevado a 393 pesos en Rlobamba (AMIR, 1868:27) V a 723 en Am­
bato (AMIA, 1868:219). Pot lo tanto. en ambas fachas evldenten'lente los postores de

1121 Uo _ /I 'OOIUltw. CIIW1IDI (1.8).

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/
EL PAPEL DEL COJllllIICIO EN EL CUCI1IIIIlNTO DB LA! CIUDADES

Ambato esperaban obtener de la recaudación del Impuesto casi el doble que IUI
pares de Alobamba.

Pruebas poaterlOl'8l liguen Indicando la mayor dlmenllón del mera¡do de Ambato,


tento en términos de la cantidad de bienes ofrecidos como en términos de le cantl·
dad de compl1ldOl'8l y vendedOl'8l atrIIldos por el mismo (CevaHos, 1888;295 y
Bromtev, 1975:134-1401. La supremscla comerclel de la ciudad en la Sierra centlll
habla precedido su IMInca a la poIIclón correspondiente al- mayor centrO urbano.
Pl*lla el mercado comerclel más floreclMte de les tres ciudades cuando aún eltIer­
gaba la poblsclón más pequaila. Al tomar en cuente los establecimientos comercia­
les filos, la .manlflesta fuerza de esta SBCtor que hace a la funclón comercial urbana
Iguelmente superó lo que se podlaesperar sobre la sola base del temal'lo poblsclo­
nat. Todes les pruebas Indican el papel decisivo en el crecimiento urbano. La cu.
tlón que a'm resta BClerar es por'1" el comercio se desarrolló más vigorosamente en
un centro que en otro, especialmente en la medida que un temal'lo pobleclonat
mayor no constituyó un factor InicIal de ese deserrollo. En este punto resutta ade­
cuedo examinar la vlnculeclón existente entre campo y ciudad.

En unertlculo reciente de revlslón blbllogriflca Welton sel'lala que un principio fun·


damental de lo que él denomina nueva InvestlgBClón urbana es que el centro urbano
no constituye , ... una edecuada unlded de amUlsla (Walton, 1978). Allnvestlger
el fenómeno urbano resulta vital examinar el contexto Intl'msclonal, nacional y lo­
cal rural. Esto. es temblén válido respecto de la InvestlgBClón de ciudades determina­
das, pero quizás en _ ceso el contexto rural local edqulere aún mayor Importan­
cill. La Influencia de les éraes circundantes sobre el crecimiento de les cludedes de·
. pende mucho dal canlcter que tengan les Intarr81sclones rural-urbanes.

En !lite. trebajo hemos Identificado cuatro desea de funciones urbanes. Entre ellas,
les funciones admlnlstratlva/eclellástlca y la agrlcola I concerniente a la propleded
de la tierra Implican 1lI manejo y control de los recursos rurales, pero con un tuerte
énfasis en una administración de los mismos tendiente a beneficIar el émblto urbano
(Bromley, 1974: 15-22). Los Ingresos provenientes del tributo y de otros·grevémenes
Impuestos en les éraes rurales permltlan el mantenimiento en les ciudades de un
conjunto de funcionarios y los propietarios urbanos poselan una perte despropor­
cIonedamente grande de la tierra del él'lle. L.ás tu nclones artesariales e Industriales
8I'8n mucho mlÍs especlflcas de les ciudades y nUlMlmente en _ campo, sllnterve­

186
BROMUY

nlan recursos rurales, locales, el acento estaba puesto en beneficiar ala ciudad. Esta

función, como la relativa a la propiedad de la tierra, a menudo descansabe en los

servicios de una fuerza de trabajo no libre. El examen de estas tres'funcionessugiere la

Inexistencia de una simbiosis entre campo y ciudad (Morsa, 1978:2351 y apoya las

ideas de c::olonialismo o dominaci6n interna (Gonz6lezcasanova, 1969y Preston19781.

En la teoría del colonialismo Interno les aireas rurales son explotadas a fin de mante­
ner y promover la acumulación de riqueza en les ciudades, en un proceso en el cual·
la explotacIón por parte del almblto urbano se halla generalmente vinculada con la
explotacIón del Indígena a manos de los blancos (Bromley, 1977a:36-43 y Burgos,
1970). Se considera 9ue en el comercio, como en otrasactMdades, el hombre blanco
de la ciudad extrae ble,nas de loslnd fgenas rurales e un precio artlflclidmente bajo y
luego los revende con una ganancia Injustificada (Bromley, 1975:207-208 y Burgos, 0°

1970:262-279). Sin embargo, resulta posible sostener que les Interrelacionas rural­
urbanas, en lo que respecta al comercio, adquirieron probablemente un canlcter me­
- nos explotador que en el caso de las deinill funcionas urb!lnas. Evidentemente que
deben de haber habido casos de ganancias excestvas, pero en la medida que no exl.
tlan leyes que obllllllS8n a los campesinos a éultlvar productos para vender, o a ven­
derlos en mercados urbanos particulares, resulta Improbable la existencia de altos
niveles de explotación comercl,aI en cualquier centro con mercado.

En aireas de producción agrfcola de peque1la escala, sin fuertes cooperativas de pro­

ductores, las cIudades con mercado son un elemento esencial de ''tI". ntnletrlrrl rilo

Nl¡fWogrllsU"''' ~ue facnlta el desarrotlo agrfcola (Mosher, 19691. Los agricultores

descansan en cludSdes mercado pera vender sus productos y comprar provlllones y

equipo. La función comerclaJ. ul1lana CO(11promatló estrechamente a la ciudad con la

población y con la econom fa del birllIIIrIpd circundante. En este contexto la pobla­

cl6n rural obtuvo un considerable beneflélo de la c1Ul;lad y se debe etender a las ea­

raeterlstlcas de le poblacl6n y de 18 econom le rurales sise busca una expllcacl6n del

desarrollo comercial urbano.

111 comcnio ca la dud8d Y ca el hlnterlaDd

En este trabajo se han presentado dlvenos datos pera Indicar el distinto poder ~

marcial de las tras ciudades. Sin embargo, qulzé sean mili notables los datos que re­

velan fas caraeterfstlces comerciales del b;,,1/IfIad de cada ciudad. En el siglo XVIII

algunas dlf~clas Imponentes resultan evidentes. Respecto de 1780 son disponI­

bles datos sobre las ventas de una amplia gama de blénes no ImportadossuJet8la un

lB7

.,; .
ti/. f'Af'ti/. Dti/. COlMtiRCIO tiN ti/. CRtiClIMltiNTO Dti LAS CIUDADES

gravamen denominado alcabala de viento. En general, los Ingresos provenientes de la


alcabala de viento reflejaban el valor de todas las ventas, llevadas a cabo por blan­
cos, de alimentos, ganado, utensilios de metal, ropas Yotros bienes producidos den,
tro del Virreinato de Santa Fe(14). Lamenteblemente resulta Imposible verificarla
eficiencia de la recaudación del Impuesto, pero es probable que fuese mayor en les
ciudades que en los distritos rurales, sesgo que debe haber sido común en toda la
Sierra central. Los datos acerca de la alcabala de viento se hallan disponibles organi­
zados por distrito y según las tres áreas adminIstrativas; los mismos Inoican que, si
bien en los corregimlantos de Latecunga y Rlobamba las ventas de bienes no extran­
jeros se hallaban altemente concentradas en 1as ciudades, tales ventas se daban de
una manera relativamente más disperse en la zona de Ambato.

, En la ciudad de Rlobamba la alcabala de viento representó 154 pesos y 3 reates en


los últimos cuatro meses de 1780 (AG 1,1781 :5361.10 cual sugiere que el ingreso anual
podría haber sido de unos 450 pesos si no existiese una variación estacional da las
ventas de esOs bienes'determlnados. En el corregimiento, sólo dos distritos rurales,
los de Guano y Guamote, fueron registrados como aportando alguna alcabala de
viento. Respecto de los otros distritos rurales el funcionario real afirma que no exl&­
tia Ingreso en concepto de ese Impuesto porque "no hay comercio en esos distritos,'
en la medida que la polllación esprincípalmente indígena" (AG 1, 1781 :536). En real!­
dad, según los registros existía casi la misma cantidad de blancos residiendo en las
átllllS rurales del corregimiento de Rlobamba como en aquellas en Lataeunga y Am­
bato juntos(15). '

A fin de evaluer el predominio comercial relativo de Rlobamba debemos combinar


los Ingresos provenientes de la alcabala de viento con aquellos provenientes de las
pulperlas, de manera que Guano aparece Induldo en el examen. Los resultedos se
consIgnan en el Cuadro 3. Lo producido por el gravamen en la ciudad de Rlobamba
representó el 84 0 ,b dél total correspondiente al área. Guano fue el único centro
comercial subsidiario dentro del corregimIento.

1141 s.p••• ¡u• ......., IrIIpOlldPo ..


- _dndlJ" ""'ID"
A""'_ '"~ d. _ID ..•f._."
_nlblu,. ,..,.do _ .lNIno, yo......
plklIbtI ....... '_""

(AGI, QrriIo.
17.1.445). Vi.... "''''''1ft
S../tb, R.S., ''SMft _ . lit N_ Spobo 1575-1770", . . Húp..
•• A - " - Hi#orIoIJ R........ 1101. ZB,"'. 19.

(1111'" 177..17.1 . .11I_ 14.441 bltmeOl I"'_RIo"-"": 14.557. ..,. . . . A",..


""'o y 11'.5%0 .. el . . . . 1.11_.".. Vi JMdr-"
ANHlQ. CftIo. Y

188
BROMLEY

CUADRO No. 3
,1-,

ALCABALA. INGRESO POR DISTRITO EN EL CORREGIMIENTO DE


~.:
RIOBAMBA, 1780
':;.~

DlmitoA Pobladón total Población blanca IlIIlI'elO proveniente


1779-1781 1779 -1781 de la a1cabalab
(en pelO. y reale.)

RlobBmba 7.581 4.190 533,61/2C


Guano 4.789 2.510 79,7 1/2
t
San Andrés 3.805 1.285 7,51/2
Ueto 7.075 779 5,31/2
Calpl 4.227 232 4,61/2
Yaruqules 4.082 347 2,3
Chambo 3.301 1.039 1,0
Punln 4.013 861 1,0
Guamote 4.747 305 0,6
San Luis 760 209 0,4
1: De _ ,11I8 • hIIn lIllCluldo once cIIItrI_ que no tienen IngrllOl pl'OI/llnl.nteo do ImpulltOl.
b: Incluy.loo ........... _ _11 devlento, cebozbn do pulporl. V tl.nda do m.rcodorl•••

e: Eota clf.. compnndo UIII, IItImocl6n del Ingreoo .nu.1 dorlvedo do l••Icabel. do vl.nto, l.
cuel fu. do 164 PIIOI, 3 rul. por. un 1 _ do cuatro_.
Fuen. .: LoI dotal do pobIecl6n fueron tomlIdoo do ANHIQ, CenlDO V Padron... P.dron..,
Rlobembe, 1779-1781; 101 correopOndlentll • le .Icebol. dorlven do AGI, Quito,
~ 638, RI_.....nero lo. do 1781. .

En el él'll8 de letaeunga,los distritos urbanos de letacunga y San Sabastlán aparta­


ron el 840 ,b de los Ingresos provenientes de la alcilbala de viento en 'todo el ca­
rreglmlento (Véase Cuadro 41. Ningún distrito rural produjo más de un décimo
del Ingraso proVenIente del Impuesto en la ciudad. El elemento més valioso en el
comercio urbano era el ganado, del cual derivaba el 57 0 ,b de todo lo recauda­
do a partir dallmpuesto (AGI, 1781 :5071. No obstante, inclusivesi se dejase de lado
el comercio urbano de ganado, el ingraso Impositivo proveniente de la venta en la
ciudad de otros bienes no Importados representaría aún el 700 ,b de lo recau­
dado en todo el corregimiento.

189

{'o ,
'IIU"A N.. I
UBICACION DI LOe ~"INCI~ALE6 ASINTA.. IENToe
DE LA 'SIERRA CENTRAL ECUATORIANA A FIleS DEL IIGLO "1)(

I I I I
o .0 "<l 6011....

• CABECERAS PROVINCIALES
• Centl'Ol cantonal.. '1 parroquIa'" con feria•••mana"
~ Altura. entre 1.200 '1 3.000 m.
D MeS. cIII !.OOOm.cIII altllra.
FUBNTB: G6ma H•••• "EI ffIIIfIIjo . ,•. -", '" RMI Au"","", • !II'_",
.. El ffIIIfIIjo . ,. . . . . . .1 BntIdor· BfIIJ/iU ..... CEDIG, TOlIfo
1,19.3.
BKOMLBY

CUADRO No. 4

INGRESOS PROVENIENTES DE LA ALCABALA DE VIENTO EN RELAOON

CON LA POBLAOON SUJETA A GRAVAMEN. CORREGIMIENTO DE

LATACUNGA, 1779 -1780

Impueoto pcNápila InFno Impoolmo


Dbcrico. de la población DOvJI779-dicJI780
..jecaa gravamen (en pelO. y raJe.)
(enreala)

l.atacunga
SIIn Sebastlán 2.838 0,75 265,21/2
Cusubamba 589 0,30 22,3
Pujlll 2.461 0,06 17,4 1/2
Angamarca .749 0,03 3,0
Saqulslll 1.028 0.D2 2,3 1/2'
Mufal6 662 0,03 2,21/2
Tanlcuchl 619 0.D2 1,7
$an Miguel 918 0,1
SIIn Felipe 633
SlgchOS 620
Aláques 398
T08C8SO 256
Islnllvl 104

., PoblIC16n IOtel monoo c",lgo. o Indl",""", ModIo"" corrospondlon18 o 1778-1780.


Fuon.: Loo . . . IObro poblocl6n p,cwlonon do ANH/o. 00_. v Podron.. Pedro_, LetlI­
......, 177.1780; 101 rolodvot o le olcobele IOn do AGI, QuilO, ~lo 607, Lote­
<U"',onero lo. do 1781.

En el área de Ambato, la disparidad entre los Ingresos de la alcabala de viento en la


ciudad y en los distritos rurales fue mucho máspequei'la (Cuadro 5), aunque lo pro­
ducido por el gravamen en la ciudad todavía equivale al 560 ,b de lo producido en toda
el área. Por lo menos tres de los distritos rurales se distinguen de los otros por la impor­
tancia de su actividad oome.rci.al. Peliléo, Pillara y Til8leolMocha juntos aportaron el
equivalente a dos tercios del ingreso provan iente del distrito urbano. Estosdistritosfue­

191

, '
EL PAPEL DEL COMERCIO EN llL CRECIMIllNTO DE LAS CIUDADllS

ron los que poseían las más altas concentraciones de población blanca en su área rural.
Empero la dimensi6n de la población blanca evidentemente no fueel único factor que
explica ladistribuci6n deactivided comercial greveble, yeque un cálculo grueso del in­
greso impositivo par cápita de la población blanca también muestra que los distri­
tos rurales del área de Ambato ten lan un grado mucho mayor de actividad comer­
cial que aquellos del área de Latacunga.

CUADRO No. 5

INGRESOS PROVENIENTES DE LA ALCABALA DE VIENTO.

TENENCIA DE AMBATO,1780

ImpUeltO per-cápila lntlrelO proveniente


Dittrito PobJadón IUjeu a
impueltOa IUjeu a impu_ (en
(en raIn)
p_.
IObre "·población del impu_ 1780
y rala)

Ambato 4.664 0,23 131,31/2


Pelileo 2.896 0,08 30,0
Pillara 2.896 Q,11 29,3
Tisaleo/Mocha 1.681 0,13 28.0
Patate 570 0,14 10,1
Santa Rosa 1.260 0,02 3,7
Quera' 507 0,02 1.4
Quisapincha 397 0,02 1,0
Izamba 261 .
8a~os 221

o: Pobloci6n totol monol chlrlllOlolndllllln... Promedio totol correlpondlonte 01779-1781.

Fuente.: Lot datos sobre pobleci6n fueron tom.dos de ANH/a. CenlOl y Pedron•. Pldron.,
Amboto, 1779-1781, on tonto quo 101 rolorldOl O lo o/cobolo provlonon do AGI,
Cuita, Lolllljo 445, Amboto, 1781.

El análisis de la imponancia comercial relativa de cada centro urbano permite seila­


lar las principales diferencias existentes entre las tres ciudades. Rlobamba y Lata­
(unge fueron evidentemente similares en el hecho de que más de tres cuartos de to­
das las ventas gravadas de bienes no importados tenlan lugar en la ciudad. En

.. ¡.
BROMLBY

ninguna de IUS _ _ axlstl6 un centro comercial subsidiario que llegase a aportar el


150,4) del Ingreso ImposltlllO urbeno. En cambio. los Ingresos ImposltillOs fuaron
en Ambato equÍYlllentes s610 a la mitad da los del área total y tres de los dis­
tritos nJnIIes del área produclan ClISI un cuano de los Ingresos provenlantes de la
cludld. Por lo tanto, los centros comerciales subsidiarios eran pfOporclonalmente
mucho más Importantes en el área de Ambato que en las de los corregimientos de
Lataeunga y de Rlobamba.

Muchos de los bienes sujetos a la ak4ba14 tk flieJIto deben de haber sido vendidos en
la plaza de mercado. Existe documentaci6n adicional que apoya los descubrimien­
tos Í'especto del área de .Ambato, en la medida que- revela la reallzacl6n de Impor­
tantes feries semanales en distritos rureles. Adiferencia de otras ferias efectuadas en ­
les sierras centrales. dos deles ferias rurales ten lan lugar en d las que no eran do­
mingo, much.o antes del perIodo de cambios en los dlas de feria ocurrido a media­
dos del siglo XIX(16). Hay pruebas de que en la época colonial en Patete se llevaba
a cebo una feria los días jueves· (ANH/O. 1782) y otra en Pellleo tenía lugar los sába­
dos Ylos domingos (ANH/O. 1817). Por consiguiente ala gente que residía en la zona
de Petate y de Pellleole resultaba posible concurrir tanto a la feria de Ambáto
como ala feria local en la misma semana. Una eartatte 1797 se refería directamente
si hecho de que la feria de Ambato dependla de provisiones provenientes de distri­
tos rurales respecto de los cuales se sabe que han poseído feries (AGI. 1797:403).

Especlflcemente los datos sobre establecimientos comerciales fijos se hallan disponi­


bles respecto del siglo XIX, pero SÓlo en los casos de las áreas de Latecunga y de
Rlobamba. Ellos éonflrmen la Impresl6n de que estas áreas tenían una primiicla­
comercial urbana. En 1839 un Impuesto sobre los comerciantes y los dueños de
pufperles revela que 34 hombres pagaban impuesto en Lataeunga. mientras que en
el área rural 561010 haclan tres hombres (ANH/O. 1837:368). Una lista de 154 ne­
gocios sujetos a gravamen en 1870 en Cantón Riobamba revela Que 88 de los mis­
mos, más de la mitad, se loesllzaban en la.cludad (AMIR. 1870:30). Teniendo en
cuenta -que los negocios urbanos eran cesl con ceneza más grandes que los rurál~
la prlrnacla comerclsl.de RJobamba resulta aún más pronunciada.

Los datos cuantitativos son limitados. pero los que existen. combinándolos con in­

11" _ , do, fwro. p,,_ y hllJHó """4'" ,1 úlrimo _oro d, /O, "o",bNdo,....., do, dia
• ,..,. o 1M /O, auJIft fu ,1 do"'iII",. v .... Bro","". R0""""Y D.F., y Bro","",
R,J. (1975) ..

193
BL PIIPBL DBL CO_RCJO EN EL CRECIMIENTO DB LAS CWDADBS

formacl6n cualitativa, Indican que los centros comerciales subsidiarlos fueron pro­
porcionalmente más numerosos e Importantes en el érea de Ambato que en les éreas
circundantes de Latacunge y de Rlobamba. La existencia de estos centros comercia­
les SUbsidiarlos relativamente fuertes puade haber conducido a la expansión de la
funcl6n comercial de Ambato. Apoyando este juicio E.A.J. Johnson afirma que "el
de",",ol/o es u"a ¡u"ció" de la co",ercOJlízació" de productos agrarios y que la
racio"alizació" del co",port4",úmto agrario ¡'ajo U" estí",ulo pecu"iario requien
u"a red de lugares ce"trales CO"""ÚI"temente localiudos do"de se dé U" i"tercam­
¡'io eficiente de ¡'ienes y ser1lÍcios" (Johnson, 1970:28). Los centros comerciales ru­
rales en el área de Ambato habrran estimulado la econom la agrlcola y atraldo hacia
el comercio una mayor proporción de la producción agrlcola de la que de otra
mánera podrla haberse esperado. En la medida que los centros comerciales sub­
sidiarios se encontraban a considerable distancia de Ambato es posible sostener que,
antes que competir con la ciudad, cumplían un papel complementarlo respaeto de
ella. La hIpótesis se ve ademés reforzada por la prueba de que las ferias en los cen­
tros subsidiarIos se daban antes en la semana, sin superponerse con ·Ia feria de la ciu­
dad. Además, la abundante correspondencia acerca de las ferias del área conservada
en los archivos municipales de Ambato no incluye la sugerencia de que exlstla com­
petencia, sino que destace máS bien la Importancia de los vlnculos entre las dis­
tintas ferias 117 l. En cambio hay pruebas correspondientes al área de Riobamba a
comienzos del siglo XIX en el sentido de que la ciudad trató de abolir la feria de
Guano el único centro subsidiario Importante IANH/O, 1818:207). De manere simi­
lar, en Latacunga los funcionarios de la ciudad intentaron clausurar la feria semanal
del puebllto cercano de Saqulslll (ANH/O,1837:188\. Tanto Guano como Saqulslll
se encontraban a una distancia de los centros urbanos no superior a los once kilóme­
tros, o sea una distancia considerablemente menor que ·Ia que separaba a Amba­
to de sus centros comerciales subsidiarios.

Suplementando el argumento de que los centros subsidiarios fueron conducentes a


la expansión de la funcIón comercial de Ambato, resulta probable que la existencia
de estos centros subsidiarios refleje ciertas ceracterlstlcas de la población y de la
econom la rurales que también fomentaron directamente el desarrollo comercial de
la ciudad. El área circundante de Ambato difiere de ·Ias que rodean a Latacunga y a
,Rlobamba porque su población está compuesta por una mayor proporción de
blancos, lo cual resulta evidente tanto en los últimos censos coloniales como en

(17) """"fWW" erI la '''''''IfJ"",¡,rtriI ro"'" "10,..",,,101 erlloI dÍtu da ¡.ritI. W_ ""'rn­
t.y; Ro..-..y D.F.: y B",...,." Ro/. (197$).

194
BROMUlY

aquellos de comienzos de la era republicana (Bromlev, 1977:154-175 y 334 y 3481.


En los censos de 1778-1781 la poblacl6h del área de Rlobamba dejando de lado el
distrito urbano, era blanca en un 1SOb; la proporción correspondIente' al
área de Latacunga era del 20 Y la del área de Ambato del 320b (Bromlev,
1977:163-165).

~l área de Ambato, en especial el distrito cercano e la ciudad. tamblán se dlstlngu la


por una estructura de la tenencia de la tierra en la cual eran paMlcularmente h;,pot­
tantes las peque~as propledadSs. No hay pruebas acerca de lo que Ocurrla en la ápo­
ca colonial, pero los archivos de Impuestos territoriales, apoyados por registros con·
temporáneos, m,uestran muy concluyentemente que esta era una caracterlstlC8, al
menos desde mediados del siglo XIX en adelante(18). SI bien hubo zonas de peque­
~as propiedades en las áreas de Latacunga y de Rlobamba, 'as mismas se ha"aban
distantes de los cantros UrbanQS (Bromlay, 1977). En el área de Latacunga, por
ejemplo, resulta Interesante seflalar que la zona más 'mponante de pequeflas propIe­
dades se loq¡lIza alrad8!lor del pueblo-mercado de Saquls"í. Los pequeflos propie­
tarios, especialmente si son blancos y no Indlgenas, es mucho más probable que se
dediquen al comercIo local que los propietarios de grandes extensiones. :Datos del
siglo XI X revelan que los propietarios de haciendas haclan a menudo envlos direc­
tos a Ouito (Bromley, 1977 y Tyrar, 1976:278-2961. En cambio, el pequef\o
proplatari9 produce demasiado poco pera que valga la pena eloonlacto a larga
distancia. En realidad, descansa en el filcH acceso a un centro con mercado, donde
un comerciante comprará sus productos y organizará las ventas subsiguientes.
(Brorntey, 1974a: 245-264). De esta forma, los pequefl08 propietarIos sostienen a
-, grupos de Intermedlarl9S. usualmente radicados en la ciUdad, que se dedican exclusl·
vamente a trabajar el) el comercIo. Ellntetmedlarlo derlvjl su Ingreso de estas tran­
sacciones comerciales y asl lITIa meyor 'riqueza se acumula en la ciudad. Además,
como los pequeflos prOpietarios se ven atrald,OS ala ciudad para vender sus produc­
tos. tienden a comprar sus provisiones en el mismo viaje. Un pujQnte mercado
,u.,.."
urbano de' los productos del " .. amplia la venta de ulansilios. rope y otrÓ&
b1enes en tos puestos de feria y en los eslableclmlentos permanentes,al menudeo de
la ciudad. '

19$
H. PAPEL DEL COMERCIO EN EL CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES

Una característica adicional del área de Ambato conducente al comercio se relacIo­


na con la amplia gama de condiciones ecológicas que permitieron la producción de
una variedad de frutas y de vegetales. La ciudad de Quito, y más tarde la de Guaya·
qull, constituyeron los principales mercados para tales productos y Ambato estaba
mejor ubicada que sus vecinas, no sólo ecológicamente sino también locacionalmen·
te, para satisfacer la demanda urbana, por su ventajosa ubicación respecto de las ru­
tas existentes. Las áreas de Latacunga y de Riobamba poseían Un mayor porcentaje
de población indigena, propiedades de mayor extensión y una economía basada en
la ganadería y el cultivo de cereales, todos factores relativamente desfavorebles para
una Intensa actividad comercial. Además, Latacunga sufrió la desventaja adicional
de ser la ciudad de las sierras centrales más cercana a Quito.

Coneluaiona

La función comercial es la más Imponante de las funciones urbanas para explicar si


crecimiento de las ciudades de la lona montañosa central del Ecuador en el período
que va de 1750 a 1920. Jugó un papel clave en el crecimiento·de Ambato, quede
ser la ciudad más pequeña de la reglón pasó a ser la más grande. Los factores Intervl·
nlentes en este crecimiento casi con seguridad operaron en muchas panes de Amérl·
ca Latina pobladas de manera relativamente densa, donde la econom fa era predomi­
nantemente agrícola. En los casos en que un bi"terltmd urbano posee una gran pro­
porción de pequeños propietarios esto fomenta el desarrollo de centros comerciales,
que a su vez estimulan más la expansión de la producción agrícola. SI hay dlsponl·
bies productos para ser comercializados y existen los mecanismos necesarios para
que esos productos puedan acceder al mercado urbanO, ya sea directamente o a tra·
vés de las manos de comerciantes de centros subsidiarios, la función comercial ur­
bana tiene una base firme sobre la cual expandirse.

El volumen del comercio se incrementó considerablemente en todo el Ecuador du­


rante el siglo XIX estimulado por el crecimiento poblacional, la urbanización y el
mejoramiento de las comunicaciones, como también por el papel más Imponante
del país en el comercio mundial. Ambato se hallaba en una posición especialmente
buena para ~neficiarse con esos cambios. Su amplia gama de condiciones ecológi­
cas le permitieron mantener una variada agricultura y llevar a cabo una producción
de fruta y de vegetales para satisfacer la creciente demanda de las ciudades del Ecua·
doro La población blanca del área, bastante densa, panlcipó más rápidamente en la
producción agr ícola para el mercado que la población Ind ígena de otras lOnas serra·
nas. El desarrollo de una pujante agricultura en el área de Ambato favoreció un sig­

196
BJlOMUY

nlflcatlvo aumento de la población, aumento que fue mél pronunciado que en IIIS
éntllS de .Rlobamba y de. Latacunga, con un mayor porcentaja de población Ind rge­
na. Acampailando el Incremento de población la subdlvlslón de la tierra en eUres
de Ambato se volvió más extrema, Intensificando qulzé los contrutes en cuanto a
la tenencia de la tierra entra los ".,."...41 de las tres ciudadeS.

Dado ese Incremento de la población, la producción y la demande generan el comer­


cio, y dado que los productores de pequeila escala generalmente tienen que apoy..­
se en los comerciantes urbanos, entonces la ciudad local acumulará riqueza y se ex­
pandirá. Por lo tanto, una función comercial en expansión, que se apoya fuertemen;
te en la población y en la economra del bÍflterlnd. genera un crecimiento poblaclo­
nal urbano, factores que, en les sierras centrales del Ecuador, le permltlr'on a
Ambato aventajar a las otras ciudades.

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ConlO' y P.dron.., P.dron... Latecungo 177& 1780.
C.nlO' y Pedron P.dron••• Ambeto. 1779-1781.
ConlO'y P.dron Pedron... Rlobembe.1779-1781.
Gobl.rno. Latecungo. 26 d. Abril d. 1782.
Pr..ld.ncl. d. Quito. Vol. 224. fol. 12. Sent. ROlO. 22 d. En.ro d. 1766.
Gobl.rno. Lat.cunllO. 1786.
Pr..ldencl. de Quito. Vol. 332. fol. 8, Coj.bembe. 22 d. M.rzo de 1797.
Indlgon... Latecung•• 4 d. AgOlto d. 1799.
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200
ESTRUCTU RACION
V CONSOLlDACION
DEL AREA CENTRAL 1830·1942*

Jean Paul Deler

Desde el perIodo de la Emancipación política (1809 - 1830) hasta la década de


aisls de 1920, el Ecuador ha sido escenario de cambios económicos y social.,
resultado de la Integración precoz del espacto regional costei'io al mercado mundial
de materlas primas, gracias a la expanslóni<lel .cultlvo del cacao, por una pane, yel
d8l8l'rollo de la Sierra central y septentrlónal, por otra. Este "Iaroo" slglo XIX, en
gestación desde finales del perIodo de la Colonia, prosigue hasta terminar la Edad
de Oro del ceceo, constituyendo de modo correlativo una etapa de capital Impor­
tancia en la historia del dominio del espacio y de su consolidación hasta con·forrnar
un territorio nacional.

Mlentr. que el despegue demográfico de la Costa prolfoc6una modificación esen-.


clal de la distribución de la población en el país. el cuadro administrativo del Ecuador
actual se hallaba constituido prácticamente desde los ai'ioS 90 del siglo pesado.
Entre 1860 y 1910, la revolución técnIca producida en el transporte por la Intro­
ducción de la máquina de vapor, favoraclóla cohesión, exCepcional para esa época,
en los Andes tropicales del érea central. gracIas sobre todo a la construcción de la
vla férrea de Guayaquil a Quito.

• TrablJo publlcedo en: El_ID dII--.," al E...................; Tomo I,Geografl.


hlállrl.., Culto, Ed. IGM, '883, PP. '73-223:
Al tato orlglllll .10 modlflc6 _1.lma_ da 1.IilIU....ta 'orm.: l. m..... daeltar l. blbllo­
,ra". y l. allmlnacl6n da e l " _ cuadroo y ,"'1o‫ס‬i.

ZOI
ESTRUCTURACION y CONSOLlDACION

Cuando en el curso de la primera parte del siglo XI X el territorio ecuatoriano se


hallaba en varias ocasiones a punto de estallar, a comle¡lzos del siglo XX, los dos
polos urbanos de la capital y del puerto,.de importancfa comparable, rivales pero
complementarlos entre si. así como la diagonal Quito-Guayaquil reforzada de
manera notable, constltu/an ya el esbozo dll una estructura determinante dentro de
la organización del espacio nacional.

1. CRl!CIMIENTO DEMOGRAFICO y NUEVA D1STRlBUClON REGIONAL DE


LA POBLAClON

Cuando §I Distrito dal Sur (el conjunto da los tres departamentQs de Cuenca, Gua­
yaquil y Quito), se retiró de la Federacl6n Grancolombiana, en 1830, la República
del Ecuador·contabll con una población de medio millón de habitantes aproximada­
mente. 'SI hacemos referentla al mínlmo histórico de IJnos 150.000 habitantes, al .
que se había llegado en el curso del último cuarto del siglo XVI, se requirieron dos
siglos para que se triplicara la población; ésta iba a tripllcarse nuevamente, esta vez
en menos de 100 ailos, sobrepasando la cifra de un mf11ón y medio de habitantes,
antes de sobrevenir la depresión de 1929. Sin embargo, hay que notar que, més
que el crecimiento demográfIco bruto, fue la modificación que afectó a la distribu­
ción geográfica de la población, lo que constituyó una de las caracterlsticas princi­
pales de la evolución del pars en el siglo XIX.

1.1. El "detpqlUe" demopüko de la Colla

El fenómeno de mayor Importancia parece haber sido efectivamente el restablecl·


miento del equilibrio demográfico entre las tierras altas y les bajas. La poblliclón
de las zonas del Litoral, que no representaba más de un 5 hasta un 7 0/0 del con­
junto de los efectivos desde,1as postrimerías del siglo XVI, llegó a superar el 100/0
a comienzos del siglo XIX. Cien ailos más tarde, representaba ·una cuarta parte y,
para 1929, una tercera parte. Este desarrollp de la población de la Costa, que cO­
menzó en el último cuarto del siglo XVIII, ha sido el resultado de los efectos con­
jugados de la revolución demográfica precoz de Manabí y de la revlgorizaclón de
la corriente migratoria proveniente de los Andes, medio éste que se tornó desfavo­
rable, debido a una crisis regional de componentes múltiples.

El poro demográfico positivo de Manabí llegó a alimentar una doble corriente de


emigración, la una hacia el litoral de bosques húmedos, la otra hacia el valle del
río Daule, hacia Guayaquil y las planicies del Guayas. Estas últimas se beneficiaron
Igualmente de la fuerte corriente migratoria originada en la parte més poblada de la
Sierra, afectada de modo duradero por casi un medio siglo de receso generalizado
(crisis económica debida a nuevas orIentaciones de la política comercial colonIal,

202
DBLBJl

a una serie 'de catástrofes naturales, a sublevaciones de Indígenas ligadas a los efec­
tos de la crisis, a la extllnsl6n da la gran propiedad y, finalmente. a disturbios mi­
litares!. Dicho contexto desfaVorabla reavlv6 el ImpulSo de la antigua tradlcl6n
de desplazamiento de las poblaciones entre las tierras altas andinas y las zonas
del litoral. Los Itinerarios de transporte a lomo de mula, entra Quito y Guayaquil.
cuya, frecuencia aumentaba con el Incramento de intercambios Interreglonales.
89 convirtieron Igualmente en ejes de la mlgracl6n hacia las tierras bajas. El Siglo
XIX fue de este modo el primer período de aceleración de 889 vieja tendencia de
la poblacl6n, de bajer desde 108 Andes hacia la Costa.

Esta mlgracl6n, predominantemente masculina y rural. originada sobretodo 811 la


zona occidental de las cuencas andinas, a más de su contrlbucl6n capital a' despegue
demognlflco y econ6mlco de las planicies del Guayas, produjo una Importante
mezcla etno-cultural que dio «Igen al tipo social del "",o"""¡';o ".

Una manlfestacl6n espacial del fen6meno de "d'spelI"e" demográficO de la Costa


89 ve traducida en la multlpllcacl6n de las parroquias rurales, lo cual constituye un
buen fen6meno revelador de la colonlzecl6n demognlflca y económica de un aspa­
clo regional por largo tiempo afectado por el fen6meno de la subpoblacl6n (Véase
m l;:uadro ,No. 1!.

CUADRO No. 1

eRl!AOON DE NUEVAS PARROQUIAS (1780 -1935)

PROVINaA 1780. 1935 b 1780/1935

SIERRA NORTE •........•.. 51 98 47


SIERRA CENTRAL •......... 71 122 51
SIERRA SUR (menos Loja! •.... 29 53 24
TOTAL SIERRA (menos Leja)•. 151 273 122
MANABI ................. 8 40 32 ' ,
ZONA DEL GUAYAS ......... 25 80 55
.,
TOTAL COSTA (menos Esmeraldas) 33 120 87

a) ..... p ele v ...... ., ~ • b) ..... Gula AliP'Mdkd.

203

'~_ ..
ESTRUCTURACION y CONSOLlDACION

Las nuevas parroquias rurales, creadas en las tres grandes zonas productoras de ca­
cao (en ~os alrededores de Babahoyo, de Machala y de Chone - Santa Ana), forman
un primer conjunto, el más populoso, testigo de la Importancia de la "fro",er(l"
agrícola que se extendía por las zonas forestales húmedas. Un segundo conjunto se
Integra con las parroquias portuarias del litoral manabita (Bahía, Manta, Machal1l1a,
Manglaralto), de donde se exportaba el cacao de Chone y los productos de las cose­
chas provenientes de tierras adentro (nuez de tagua, lana de ceibo, látex, madera de
balsal. Por fin, un tercer conjunto es el de las parroquias nuevas alineadas a lo largo
del itinerario Guayaquil - Manabí y, sobre todo, a lo largo de la línea .férrea de Gua­
yaquil a la Sierra, en una zona en la que se desarrollaron los arrozales y, a partir de
1890, las grandes plantaciones de ca~a de azúcar equipadas con molinos Industriales.

En los Andes, donde el ritmo de creación de nuevas parroquias era mucho más
lento, una parte de ellas se estableció a 10 largo de los valles conducentes a la Costa.
De esta manera en el siglo X1X, época de una modificación considerable de la dis­
tribución geográfica de la población, se estimulan recíprocamente los movimientos
migratorios y la expansión de la econom ía del litoral.

Pero el restablecimiento del equilibrio que se había producido entre la Costa y la


Sierra, se vio acompa~ado de una reducción desigual del peso demográfico corres­
pondiente a las diversas regiones de las tierras altas. La Sierra central hab ía "pn­
dido" de este modo 20 puntos de índice, habiendo pasado de un 40 0/0 de la po·
blación total a fines del siglo XVIII a un 20 0/0 a mediados del siglo XX, mientras
la región del Guayas había ganado su equivalente. Las partes Norte y Sur de la
Sierra no "pierden" más que 7 puntos en el mismo período. Estas pocas cifras
atestiguan la amplitud de las transferencias de población en el centro dal espacio
nacional. alrededor de la diagonal Quito - Guayaquil (Véase Cuadro No. 2).
CUADRO No;%

EVOLUCION DE LA D1STRIBUCION REGIONAL DE .LA POBLACION


1780 -1950 (o,v)

CONJUNTO REGIONAL 1780 1840 1909 1950 1950/1780

MANABI-ESMERALDAS 2.35 5.86 9-.16 15.11 + 12.78


GUAYAS Y LITORAL SUR 5.22 9.16 21.26 26.04 + 20.82
SIERRA NORTE ....... 26.02 23.79 20.60 19.33 - 6.69
SIERRA CENTRAL ..... 41.48 38.56 24.93 21.58 - 19.92
SIERRA SUR ......... 24.93 22.69 24.03 17.92 - 7.01

ESPACIO NACIONA:L. ... 100 100 100 100

JIU
DELBR

1.1 Crecimiento econ6mico y modlf"lClICión de la jerarquía urbana

A fines del siglo XVIII, la Audiencia de Quito presentaba una red urbana relativa­
mente Importante por su densidad. sin duda una de las más apretadas entre las
regiones andinas tropicales. En una superficie menor de 100.000 km2., ia Audiencia
,oo.ntaba con 4 ciudades principales: Quito (25.000 habitantes). Cuenca (18.000
habitantes), Riobamba (7.500 habitantes) y Guayaquil (6.000 habitantes). Cuenca
a las cuales había que agregar una media docena de centros provinciales con funcio­
nes administrativas civiles y religiosas. con elementales funciones comerciales y
artesanales, residencias de los terratenientes, duellos de los campos aledallos; es
decir, entre 70 y 80.000 habitantes en las ciudades para una población total de
450.000 habitantes.

Conforme a la repartición global de la población, las ciudades se encontraban di..


tribuidas de manera desigual en el espacio: una sola ciudad en la Costa y un collar
de poblaciones a lo largo del Callejón Interandlno. Sin embargo. al conformarSe la
República del Ecuador. ya se hallaban en gestación profundas transformaciones;
lo atestigua el crecimiento de Guayaquil. mientras que estuvieron estancadas o en
fi'anca regresión las ciudades andinas. El establecimiento de un modelo económico
del tipo agro-exportador, durante todo el siglo XIX, tenía que suscitar la aparición
de un' sistema urbano regional específico en el litoral; mientras t@nto, las formas de
consolidación progresiva del espacio nacional, estructurado de manera prioritaria,
alrededor del eje Quito-Guayaquil. iban a producir una notable modificación de la
jerarqu la de los centros urbanos en las tierras altas.
1.1.1 Guayaquil y lUI.téUta

El siglo XIX presencia, en la Costa ecuatoriana, el establ,eclmlento concomitante de


un sistema urbano regional y de una econorn (a de exportación de productos prlma-'
rlos, destinados a las metrópolis dominantes, sobre todo europeas. A modo de
herencia del período colonial, a comienzos del siglo XI X no existía más que un
núcleo, social urbano: Guayaquil. Los puntos de ruptura de cargas entre la navega­
," c1óri fluvial y los transportes terrestres, como Babahoyo, Yaguachi, Daule, desem­
pellaban funciones urbanas, pero elementales, puesto que se hallaban unidas a una
'lJlttlvldad de tránsito de hombres y de mercancías, parcialmente estacional y, desde
luilgQ contaban' con una reducida población permanente. No obstante, a partir de
las pdetrlmerías del siglo XVIII, los elementos fundamentales de desarrollo del
sIstema económico agro-exportador, ya se hallaban estableCidos; el cultivo del
cacao, cuya demanda iba creciendo en el mercado Internacional, comenzó a exten·
derse, gracias a \a mano de obra suministrada por los movimientos migratorios
provehlentes de Manabí, beneficiándose del hermoso espacio de crecimiento que
brindaban las planicies y las colinas del litoral, disponibles y bien situadas. La éllte

205

- .-:~-
"'..
. "-',.""'
ESTRUCTURACION y CONSOLIDACION

atolla de los terratenlantes y de los comerciantes, reforzada por algunos represen­


tantes de las burgueslas extranjeras, apoyaba' su naciente poder poi Itlco sobre esa
base económica, y presld la desda Guayaquil el estableclmlanto de un proceso de
desarrollo económico regional orientado hacia los mercados exteriores.

Esta situación produjo un desarrollo especIfico del sistema urbano regional, carac­
t8rtzado por el creclmlanto acelerado de ciudades portuarias y por el establecimien­
to de un sistema formado por centros de débil jerarqulzaclón, y profundamente
marcado por la macrocefalia. Cantro del sistema económico, puesto que era sede
regional de acumulación dal capital y da una fundamantal articulación con al axte­
rlor, la ciudad de Guayaquil experimentó una expansión demográfica sin preceden­
tes. La población, que se duplicó entre 1780 y 1820, estuvo relativamente estan­
cada en cuanto a su número (como consecuencia de epidemias y de la correlativa
calda de producción) entre 1830 y 1870; pero, entre 1870 y 1920, su creci­
miento era tan fulminante como el correspondiente a las exportacionas del cacao:
Guayaquil pasó de 12.000 a 90.000 habitantes. Llega a ser la segunda ciudad del
pals (superando a Cuenca) en los ailos 1830 y la primera (superando a Quito) a
fin del siglo XIX; an 1930 cuanta con 116.047 habitantes.

Alrededor de Guayaquil, debido al establecimiento de la econom la egro-sllvo­


exportadora, hace su aparición un sistema urbano elemental, cuyos centros (una
media docena) permanecen, sin embargo, 'conslderablemente "díst"..t.'" desde
el punto de vista económico, social y damognlflco, de la metrópoli costanera
(Véase Cuadro No. 31.

CUADRO No. 3

COSTA. LAS CAPITALES PROVINCIALES EN 1909

Vll... . . - . .

PolUcl6D No. ele .... ele ....


poedIoo ...........

ea......
ClIp" No. ele
profeoIoaIIeo _
No. ele

G_" lUlO 4.111 "_,4411 41.1173.000 I 221 .­1M


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Plirto. . .

E-.IdII
187.0007
4.0007
2.1007
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Z43
1A73.7211
111.1001
311.4001
173.7211
211.0001
111.0001
23
12
10
41
80
~o 4.0007 301.0001 13

S1lGUN. Gufa comercllllDdalllrlll y lFfcoIa dell!cud...·(1,").

206
DEUIt

Las ciudades costaneras cUya población alcanzó y hasta sobrepasó los 5.000 habl·
tantes en 1910, reunían ciertas características: el 'poder central les habla atribuido
función administrativa a nivel provincial o regional; se hallaban ubicadas alo largo
de los ejes de circulación y cerca de las prlndpales zonas de producción, contri·
buyendo asl a la extracción de un sobre-producto localmente acaparado o trasla­
dado hacia Guayaquil. Dichas ciudades se hallaban repertldas en dos subconjuntos:
el de las situadas dentro de la órbita directa de Guayaquil, gracias ala navegaclón
fluvial a vapor: Daule, Babahoyo, Milagro y Machala, por una perte, y los puertos
marltlmos secundarlos del litoral central y sePtentrional que exportaban una gran
parte de las materias primas silvestres (tagua, látex, lana de celbo, cortezas).
o sea Manta, Bahía, Esmer81das, por otra perte. Puede relacionarse quizá el ""uno
d."ep." de Partovlejo con la dinámica económica y demográflca general de Mane­
bl.

En el siglo XIX se establece, pues, en la Costa un sistema urbano caracterizado por

la macrocefalia del centro portuerlo que aseguraba \a conexión entra el sistema

productivo regional y el mercado Internacional, y por la ausencia de una jerarqu la .

urbana real. Entre la ciudad Importante y las parroquias de las zonas productivas, . ,.

únicamente habrlan de desarrollarse ciudades paquef'las, sucursales administrativas

y comerciales de la gran metrópoli en el seno de las principales reglones económi­

cas (1). Estas ciudades secundarlas se diferencian, sin embargo, según su localiza­

ción (ya sea eh la órbita de Influencia directa de Guayaquil, ya sea un tanto aleja­

das, como en el caso dé los puertos del litoral central y septentrional), asl como

según la Indole de producción de sus zonas de Influencia (producción para un mero

cado Internacional o naclonal).

En definitiva, esta conflguraclón de la estructuraclón regional, traduce en el espacio

et modo de producción capltallsta'unldo al desarrollo de una aconom(8 agro-expor­

tadora. Sin embargo, la Inercia de la locallzaclón de los lugares centrales ·(estuerlo

de· Esmeraldas, litoral Qlntral de Manábl, rupturas de carga sobre los grandes ejes

fluviales) constituye un testimonio de la herencia colonial.

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207

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liSTRUCTURACION y CONSOLlDAC10N

1.2.2 Deágua1 ¡"tegración al eapacio nacional y jerarquización de ... ciudades


andinu.

La armazón urbana de la Sierra (una serie de centros, al ritmo de la sucesión de las


cuencas andinas) era de relativa importancia al sobrevenir la Independencia. Pero las
modernizaciones y las transformaciones económlcas'y sociales que acompaí'lan la
incorporación progresiva del espacio nacional a la esfera del mercado mundial,
tuvieron un impacto menos directo y menos brusco que en la zona costanera. Es
en el marco de la constitución de un sistema económico nacional donde las regiones
andinas se vieron afectadas por el desarrollo de las eStructuras productivas de expor­
tación en la región del litoral. La aparición y la lenta consolidación del mercado na­
cional implicaba efectivamente una sensible acentuación de las relaciones económi­
cas entre la Sierra y la Costa, pero la articulación interregional no ejerció Influencia
homogénea sobre el conjunto de las regiones andinas, de donde se desprende la de­
sigual Incorporación de éstas a la econom ía nacional y, por consiguiente, el dina­
mismo desigual de las ciudades de tierras altas. La herencia urbana, más bien homo­
génea, del período colonial, tuvo de esta manera una evolución diferenciada, condu-.
cente al establecimiento de una verdadera jerarqu ía entre las ciudades andinas del
Ecuador. .

Entre 1780 Y 1840, la mayor parte de las ciudades andinas sufrió una regresión
demográfica, como resultado, tanto de la crisis económica regional como de las
catástrofes naturales y de los efectos de las operaciones militares de la Independen­
cla (2). A partir del último tercio del siglo XIX, el crecimiento que permitió a las
ciudades recuperar el nivel anterior a la crisis, se amplificó, acelerándose ·de modo
notable a comienzos del siglo XX.

Podemos afirmar que el crecimiento urbano reflejaba bastante bien la Importancia


de los cambios que habían afectado, más o menos directamente, a las cuencas an­
dinas a partir de 1860, es decir, desde la presidencia de García Moreno. Varias ciu­
dades aprovecharon efectivamente y a la vez las polítleas de apertura de las regio­
nes montaí'losas y la construcción del estado-nación que, evidentemente, Iban a la
par. Estas poi íticas eran esti'muladas sobre todo por las necesidades de una econo­
mla en expansión en el litoral. Una perte de la eampií'la andina se convirtió, de este
modo, en proveedora de la Costa en cuanto a bienes de consumo. En el curso del
último terció del siglo XIX, se crearon y mejoraron importantes vías de comunlC&­

(2) E. 17110, '" .dlJd4I RioINmIINI c""""'" _ • • m. 7.!lDO Wll.u,: .. 1797,


u. iÜIIiIN thmuy6 '" ehUJild, ..,.",.,.. 11 4.877 ~: .. 1836, '" _ .....
N _d. 3,600 elJJdlldlmD' Y ,"D1wIIbII 1M [1ftD ...."IWifleD • 1780 " ..
18!10 (R.o.P. '''''''ley, 1979).

208
DELBR

clón: en 1871. se abre la primera carretera carrozable de las tierras altas, entre
Quito y Ambato; en 1890, se reacondiclona la vía "Flon." entre los Andes-y
Sabahol'o. vla Guaranda; en 1897, se conectan el ferrocarril de Guayaquil y la ca­
rretera carrozable andina; la vía férrea llega a Rlobamba en 1905 y a Quito, en
1908.
Los AndllB de Cuenca y de Laja. alejados del eje nacional Quito-Guayaquil permane­
cieron aislados por mucho más tiempo. El dinamismo de las principales ciudadllB
andinas lIBtaba. de este modo. a la altura de la mejor Integración de las cuencas
Intra-monta/lOlllS a la econom ía nacional; si la población de Cuenca sedupllc6
entra 1840 Y- 1920. la de Quito. la de Rlobamba y la de Ambato se vio cuadr\lpll­
-aIda. Se extendió la atracción urbana de la capital; la ciudad se modernizó. sobre
todo a partir de la llegada del ferrocarril; se desarrolló el proceso de industrializa­
ción a tal plinto que. hacia 1930, Quito casi alcanzó a Guayaquil desde el punto de
vIsta demográfico (3).

La i..-qulzaclón del sistema urbano regional andino era claramente menos elemen­
tal que la del sistema existente en el litoral. La. armazón urbana de la Sierra se
.~taba-en trlIB niveles: el primero era el de Quito que. en virtud de la heren­
cia urbana colonIal. probablemente. no había impedido cierto desarrollo de los
centros provlnclalllB; el segundo, caracterizado a partir de 1920 por un dinamlsmo­
económico no despreciable. reunía las Importantes ciudades. de Ambato. Riobamba
y también Cuenca; el tercero de los niveles. más heterogéneo. estuvo formado
por IllB capltalllB provinclalllB cuya población oscilaba entre 5 y 12.000 habitantes.
mlls o menos. Tulcán e lbaR'a derivaban cierto dinamismo de las con:lentes comer­
-clalllB entra el Ecuador y Colombia. Latacunga aprovechaba de su ubicación en une
zona egrlcola en plena transformación. gradas al ferrocarril y a los mercados
urbanos de la vecindad. Guaranda. por lo contrario. alejada de la línea férrea, su­
frió un Perlado de r8CllBO. Azogues no desempeí'laba más que funciones adminis­
trativas. Laja, muy aislada y precariamente Integrada al resto del espacio nacional.
gozaba de clerui prasperldad. gracias a la Importancia de sus relaciones comercia­
leI con el narta del Perú (Véase ,Cuadro No. 41.

c3t "... fU .. " ...... XIX" ,.,., MI . _ "'...,.".¡" ,.¡_....In,., .. '" M/1IIIII
/W ,... ,. .....",. .. " _ MI prbMr Indo MI xx y _;.,6 ,.. -fNIo•
• 1M "" '" 1M¡. _ '" _rt Ud: '" pollW/h fU ./. w ~ .. 11ft -.do
_ J." Y J904. -.ID .. 11ft U6 .,• .."., JfHH Y 19J2. J.. . . . . "'f~
• (/tlIID, • Jf1OII.,.. _ ~ . pPr ..... /NIIU, _OlIO' _ (ft"" . ., . . '"
_Ud._......__..'""",-d"
"" "" -f'IItMItIIn- _.
._._".",.,...._
=4011 ' ...._ y " M-u. _ '" ,."".. El _ ,...".IIIó, .. -{Hr•• '" ~
.. _ y ..
.. ,.
1ÍJJIffUIf-
CIJIf-.:I6toy
ruyorliI. FIul_ _•
" MI - - . l o _ '" hIMpn"dtJ_b. Wh'" ~
-....-",...,.
209
ESTRUCTURACION y CONSCJLIDACION

CUADRONo.4

Tulc6n
No. de
e- de"u_pNd'. "'_1_ _1
SIERRA. LAS CAPITALES PROVINCIALES EN 1909
PaIIIMI/ln Velar _

837.0005
c.pllIII

162.0008
. F...... No. de
jHofellu¡....

8
lbe,.. 7.000 (19191 1.864.000 8 170.0005 28
Quito 61.8&6 (19081 6.831.0008 x 223
UtllCU"", 8.000 (19131 1.021 X 34
AmbetD 14.300 118221 320.0008 X 20
Rlobembe 13.400 118221 1.300 677.0005 X 66
G.....ndll 8.310 (19191 <18.0008 23
A%ogu. 762.0005 8&.0005 29
a..enCl 26.000 3.772.0008 6411.0008 18&
Lo). 12.000 (19201 1.642.0008 171.0008 101

'En el curso del siglo XIX, le sociedad ecuetorlene se urbanlze de modo notable.
Desde comienzos del siglo XX hasta les a-isls econ6mlces de los ellos 1920, le
centldad de cludedes de más de 5.000 habitantes, pasó de 3 o 4 a más de una quln­
cene, y su pobl8cl6n de 50 1 60.000 penones (elrededor del 10 0/0 de le pobl.
c16n del pe (s). a 350.000 persones (un poco mlÍs del 20 0/0).

Hecle el ello 1925, les cuetro ciudades de más de 20.000 habitantes repreaentaban
aisI el 15 0/0 de le poblecl6n del pe(s. A más de le rnultlpllCllCl6n y el creclmlento
de los centros urbanos, le prlnclpel cerecter(stlce de le evolucl6n fue le eperk;i6n
de un Clricter de blcefellded del slsteme, conjuntamente con el réPldo deserrollo
de Gueyequll en el merco de le expensl6n econ6mlca, orIentade hecle el exterior.
Flnelmente, los perfiles de le jererqu (a de los slstemes regloneles permenec(en
netamente dlferencledos, debido e le herencle colonlel y e les diferentes funciones
econ6mlces desempellades por los sub-eonjuntos regloneles en el transcurso del
siglo XIX (41.

A comienzos del siglo XX, con más de 12,68 0/0 de la poblecl6n en les ciudades
de más de 20.000 hebltantes, el Ecuedor supere c1eremente el Perú y Colomble
(6,29 010 y 7,44 0/0 respectivamente). Sin ser determlnente, este criterio dernogré­

219
DilUIR

flco merece ser menclonedo, tento mis que les cinco cludedes mis poblades del
pels se helleban dlstribuldes en un especlo que epenes excedle trescientos kll6m&
~ros en le dlmensl6n mis grsnde y que, en el Interior de dicho triángulo Quito,
Cuenca, Gueyequll, cuatro de estes cludedes se helleban unldes, e pertlr de 1908,
por un moderno eje de comunlcecl6n; es decir, que estemos en presencie de un COr:1­
junto de condIciones que hen contribuido a reforzer le coherencle del núcleo. ceno
tral del especIo naclonel.

Les 'Importantes modlflceclones que surgieron en el curso del siglo XIX y a comien­
zos del siglo XX, en le dlstribucl6n regional de le poblacl6n y en la jerarqule de los
centros urbanos, tuvieron repercusiones sobre la evolucl6n de la dlvlsl6n admlnl.
tratlve del especlo neclonal. El primer sistema edmlnlstratlvo republlceno (1824 •
18451 permanecle eún en gran madlda trlbuterfo de le herencia colonial. Les prln·
clpeles circunscripciones, depertementos (o distritos) y provlncles sucedieron e
les entlguas gobnruleitntn (o provincias) y e los eOlftgiJftiertto.; les tres prlnclpe­
les ciudades controlaban cede una l¡n depertamento, e su vez subdividido en dos o
tres provincias. En el centro del espacio ecuetorlano, cuatro de las siete provlncles
representaben e le saz6n el 80 010 de la poblecl6n nacional y sus cebécerlJs eran les
cuetro prlnclpeles cludedes del pals. .Eo sltuacl6n perlférlca, les otres tres provIn­
cles, con el 20 010 de le poblaCI6n, cubrlan aproxlmademente le zone de Influencie
tradicional de tres de les mis entlgues fundeclones espei'loles de le entlgue Audlen­
cle: Portovlejo, Loje, lberre. ¡;:n le coyuntura de las décadas siguIentes e le Indepen­
dencle, le Inevitable permanencle de une tradlcl6n de eutonomle muy grande de los
poderes regloneles por une perte, y le debilidad del poder centrel naclonel por otra,
8Ctueron pera convertir 'e estructura depertementa' en merco privilegiado de la ex­
presl6n polltica de les fuerzes centrifugas que lIeveron, en verlas ocasiones, el Est&-.
do ecuetorlano e los limites de estellldo. PÓf' este" raz6n le constltucl6n de 1845
sustltuy6 e los depiJrtementos por provlncles..De 1843 e 1884, se craeron ocho pro­
vincias (tres en el IItorel, cinco en le zona endina), y podemos eflrmer que 'es quin·
ce prlnclpeles unldedes edmlnlstratlvas que eún hoy dividen le Sierra y le Coste,
exlstlen ye entes de flnellzar el siglo XIX. En el OrIente, mel controlado y objeto
de disputas Internecloneles, le dlvlsl6n edmlnlstratlva permenecle elemental. A per­
tlr deloíltlrno tercio del siglo, se multiplicaron los centones (Véase Cu8d1O No. 5).

Le aeecl6n de nueves circunscripciones y le evolucl6n conjunte de les estructures


edmlnlstratlves, no se explican so/emente por el deseo del gobierno centrel de ceder
o eún de otorgar tltulos de legallded republicana el ceclqulsmo. En le Costa, le
modlflcecl~n del mepe edmlnlstratlvo ecompei'leba o segule, en le meyor perte de
los C8SOS y mis o menos fielmente, e los cemblos demográficos, económicos y socl&

211
ESTRUCTURACION y CONSOLIDACION

les de un espacio regional en plena mutación.

CUADRO No. 5

I!VOLUClON DEL NUMERO DE PROVINCIAS Y CANTONES (Iuo·lno)

1824 1920

PROVINCIAS 2 & o 4 7 6 10· 2

CANTONES B+ 1 20 2 13 Z3 Z2 32 7

La división en tres partes de la gran provincia de Guayaquil, constituía ante·todo la


expresión del acceso a una autonom ía administrativa, de zonas que se aflrmablln
progresiva y sucesivamente como los dos prlnclpales pilares de la producción cacao­
tera del país: la reglón de Babahoyo, de los cacaos de IIfTibll, convertida en 1861 en
provincia de Los Ríos; Y la de Machala, de los cacaos de IIblljO, convertida en
provincia de El Oro en 1884. La creación múltiple de cantones, al Igual que la de
las parroquias rurales, subrayaba la difusión de la colonización agrícola y \a multi·
plicación de las reglones de producción.

En los Andes, la población rural era a\a vez más densa y mejor repartida, y los cam·
blos económicos y sociales se efectuablln con una lentitud mucho mayor, Influye­
ron, desde luego, otros factores. La creación de tres provincias se realizó tomando
en cuenta las limitaciones del entorno físico, las de la pertinaz herencia de la tradl·
ción administrativa colonial y las Impuestas por la existencia de un sistema urbllno
ya existente. La provincia consagraba, en el plano administrativo, la existencia de
una de las estructuras fuertes del espacio social andino, la que hace coincidir de un
modo más o menos perfecto, y en el mismo espacio provincial. una cuenca de altura
y sus márgenes ecológicos históricamente complementarlos, con la zona de influen·
cia de su ciudad-eentro.

Nuevamente se observa la índole partlcul.ar de la porcl6n cantral del espacio nacio­


nal. Mientras existe, en el NOrte y en el Sur del pa ís, una correspondencia bastan­
te clara entre la red administrativa y la división del espacio de acuerdo a las tres
grandes regiones, bajo la forma de una sucesión "lIItítudi"lIl" de tres provincias:
una litoral, una andina y una amazónica. Entre Guayaquil y Quito el mapa adminis­
trativo se vuelve más complejo y se cuentan a lo largo de un corte "llItítudi1tIll",
va no tres, sino cuatro y hasta seis provincias, según el perfil escogido.

111
DELER

2. LA EDAD DEL VAPOR, UNA ETAPA DE CRIlOENTE INTEGRACON DEL


NUCLIlO CENTRAL DEL ESPACIO NACIONAL

En 'os albores del siglo XIX, los Intercambios Interreglona/es se realizaban aún al
ritmo lento de la navegacl6n de las embarcaciones fluvililes -las 1NIl_- y el cami­
nar de recuas de mulas y/o de cargadores Indios, reclutados, en casos de necesidad.
en el marco de 'a",iu. Desde hada ya varios siglos, la técnica se encontraba inmó­
vil. la Introducción del caballo, de la mula y de la rueda no habla constituido una
ruptura efectiva, y un mundo colonial que "ignoraba "la cerreta, marcaba el relevo
de, mundo precolombino que, a su vez, Ignoraba la rueda. De hecho, a más de las
restricciones retrógradas de la correspondiente reglamentación material. dosfacto­
res hablan contribuido Igualmente en gran medida a limitar el uso de la rueda:
la tormentosa tOPOQraf(a del espacio andino y la libre disposición de la fuerza de
trabajo de fos Indios, movlllzables en masa para labores de transporte· (51.

Durante el último tercio del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX,lalntroduc­
clón de la máquina de vapor provocó una verdadera revolución en las condiciones
técnicas del transporte. En el espacio de dos genara<;lones. el desarrollo de la ~ave­
gaclón fluvial a vapor y el del ferrocarril, permitieron a \a vez la reducción de una
parte del espacio nacional en términos de acortamiento de distancias/tiempo y el esta­
blecimiento de una Infraestructura permanente de transporte pesado en masa, en­
tre la reglón del litoral y una gran parte de las cuencas andinas.

Esta Importante transformación de las condiciones técnicas del Intercambio reglo­


nal e Interregional. se efectuó en dos tiempos: primero, se desarrolló un sistema de
navegación fluvial a vapor (1860 - 1890), el cual contribuyó a consolidar la econo­
m(a de la cuenca del Guayas. ala vez que constituía testimonio de la prosperidad de
la misma; luego, entre 1890 - 1925. tuvo' lugar el establecimiento -mucho más
oostoso- de las vlas férreas. cuya porción principal. el ferrocarril de Guayaquil a
Quito, revistió una Importancia nacional evidente.'

2.1 Navepción, acoplo e integración regioDal

El lanzamiento el 7 de agosto· de 1841. en Guayaquil. del primer vapor cons~ruldo


en el litoral latinoamericano del PacIfico. si bien constltula el canto de cisne de una
actividad que habla asegurado la reputación de /a ciudad durante la Colonle. demos­
tró Igualmente que las élltes locales se hab jan dado cuenta de las ventajas que po­

. 1&1 Aa .. J'U, rotlo" .f'IIio.-.".¡". la - . " aIketb. 01_ fw _.porrado,


. . MI ...,...,., • ¡JO ..... por J,tJOO 11I410', • lo, CIIIlIaI./I/qrJ"'" 101 ~UI
Jk- , , - -.... (AIIo_, J,76,80,.

213
BSTRUCTURACION y CONSOLIDACION

drlan sacar de la nueva técnica. Hubo que esperar hasta 1863 para que se fundara
la primera compaflla de navegación fluvial -La Compaflla de Navegación de" Gu.
yas por Vapor-; luego, entre 1863 y 1871, se fundaron otras ocho compafl las que,
por lo demés, tuvieron suerte diversa. La más poderosa era Incontestablementa la
flota de la Familia Indaburu que dlsponla de la tarcera perte de la flota fluvial,
con 6 vapores, de una carga útil total de aproximadamente 700 toneladas, con un
capital calculado en 190.000 sucres en 1885, con dos r~molcadores, una draga a
vapor y cuatro pontones en Guayaquil.

Los barcos eran construcclones pequeflas, con ruedas de ala, luego con ruedas de
hélice; su carga útil oscilaba entre 100 y 250 toneladas. Gran parte de estos barcos
provenla de los astilleros de W1lmlngton (EE.UU.!. Imponados en panes separadas
y /IfITlados en Guayaquil; otros aran barcos de segunda mano que ya hablan prest.
do servicios en la Gran 8mafla, y algunos en el Perú; otros fueron construidos en
Guayaquil y equipados con maquinaria Importada nueva o de ocasión. Todas las
calderas aran calentadas con leila.

Hacia 1880, la navegación fluvial prastaba servicio cotidiano, entre Guayaquil y


Daule y entre Guayaquil y 8abahoyo; cada circuito complalo de un vapor duraba
4 dlas; un vapor realizaba la oonexión cotidiana entre Guayaquil y Yeguachl, donde
ten la su oomlenzo la vla férrea hacia Quito. Hacia el Sur, hubo servicio semanal
a la Isla de Puné y a la provincia de El Oro; otl"0, bisemalJlll, hacia Posorja y el Morro.

Hay que anotar Igualmente, ya que se trata de una Integración regional mediante la
máquina de vapor, que, a panir de 1880, funciona un servicio de cabotaje bl-men·
sual hacIa la provincia de Esmeraldas.

Hacia 1910, en el apogeo de la época cacaotera, surcaban el Guayas y sus principa­


les afluentes 46 VlIPores fluvIales. El puerto de Guayaquil, en el corazón de una es­
trella formada por ejes fluviales, se enoontraba de este modo en comunicación di·
recta oon las principaleS zonas aconómlcas de \a cuenca del Guayas: la zona de cul·
tlvos destinados al mercado urbano y de las plantaciones de tabaco de la reglón
de Deule; las zonas de los cacaos de -"btI, de la provincia de Los Rlos, alrededor
de 8abahoyo y de Vlnces; la zona de los cacaos d8llbiljo, entre Naranjal y Machala;
y la zona de expansión del cultivo de la cafla de azúcar, alrededor de Milagro. Los
rltmos de una navegación fluvial tributarle de las mareas y del régimen estacio­
nal de las lluvias, tainblén contrlbulan a fijar ya jerarquizar un sistema de aureolas
lnoompletas de cantros secundarlos, que gravitaban alrededor de la capital económi­
ca de la Costa. La prImera aureola estuvo formada por la serie de los centros más
cercanos, grandes aldeas accesibles por la nevegaclón de vapor en todas les estaclo·
nes, del afio: Daule, 8abahoyo, Yaguachl, Machala. De estos oantros, muchos eran

214
DBLBR

también, desda el perrodo colonial. Importantes puntos de ruptura de carga entra


la nawgacl6n yel transporte terrestre, hacia Manabí o hacia la Sierra; Se encontraban
en el corez6n o en las márgenes de las grandes reglones productol'88; según quedaron
definidas con anterioridad.

La segunda de las aureolas estuvo constltu ída por centros claremente más peque­
lIos, accesibles por la navegacl6n a vapor pero únicamente en las épocas de lluvia:
, Balzar, Vlnces, Pueblo Viejo, Pasaje, santa Rosa; estos centros eran también puntos
secunderlos de ruptura de carga entre las embarcaciones de plantille media y les lan­
chas que pod ían seguir río arriba, donde también se dasarrollaba el frente agrícola
pionero.

Una parte de la vida econ6mlca regional se desenvolvía, pues, al ritmo de la navega­


cl6n fluvial. Y si Guayequll era, en el limite de los siglos XIX y XX, el primer pller­
to mundial en cuanto a la axportllcl6n del cacao, su ublcacl6n en un punto de con­
vergencia de un Intenso tráfico fluvial no es extralla a dicho 'fen6meno (6). La bur·
guesía agro-mercantll de la Costa encontró en la navegacl6n fluvial a vapor, la mejor
respuesta técnica a 'a néalSldad de, unir las grandes lonas productoras orientadas
hacla el mercado Internaclonal, con Guayaquil, lugerde conoentrael6n y de expedl­
cl6n de las o::osechas. plaza comercial y financiara, nervio del sistema agro-exporte­
doro '

Z,2 El fcnol:llftil y el comienzo de la integración -=lonal

El transporte por ferrocarril. que reguería de una Infraestructura costosa y de Inver­


siones de material por encima dé las poslbllldedes de la burguésía agro-mercantil,
susclt6 un debate de importancia nacional. Hasta podemos afirmar que la eónstruc­
cl6n del ferrocerril fue uno de los reveladores de la problemática nacional. En l/na
época en la que culmlnatian las tensiones reglonllllstas, el papel desempei'lado por el
ferrocerril en la consolldacl6n de la unidad del Ecuador, parece haber sido mucho
más considerable que en 'as grandes repúblicas vecinas da los Andes. y no es mera
casuallded el que las dos principales flgul'88 del caudillismo de la época, Gabriel
Gercía, Moreno y Eloy Alfara, hayan sido el uno iniciador y el otro gran realizador
de la polltlca ferrovlarla ecuatoriana. La linea dal Jerrocarrllles perecía ya la moda­
Ild8!l tllcnlca Indispensable para la eficaz artlculacl6n áe las dos grandes reglones.
Costa y Sierra, y de los dos polos urbanos, Guayaquil y Quito, constitutivos de una

~81 r.............. ". _ MIIJIIdMI, •• ., - - " . . . . . ""...". G.......

". u. J7 _ '''7 Y IIIH (&JNM, 197:1,122).


'fU'"
2"

ESTRUCTURACION y CONSOLIDIlC10N

llIlCIón todevle joven y frágil (7). El viejo caudillo IIberel Alfero crere ver en el
ferrocarril hesta un seguro valor pedagógico -",1 mejo, m."tro" - y una mlstlca
-"11I obr. "d,,,,o,,,"-, pare que el progreso naclonel se consumera en le moderni­
dad.

De Imponencle naclonel ciertemente, pero también de carga considerable para un


pals pequello como el Ecuador, el equlpemlento ferrovlerio planteaba efectivamen­
te arduos problemas de flnenclamlento y, por lo mismo, de endiludamlento a largo
pieza, con une dependencle creciente respecto a los prestamistas ll,Xtranjeros, po­
nlando en juego la credibilidad y la solvencia del Estado. Y por fin, el especto un
tanto tlténlco de una empresa destinada a vencer el obstáculo de los Andes en un
entorno tropical húmedo, brinda un buen ejemplo de la desigualdad de las relacio­
nes establecidas entre el Estado ecuatorleno, ejecutivo de une república pequelle,
y la gran compall ra extranjere, duelle de una obra de tanta megnltud.

2.2.1 Venc.... lo. Anda. f"m de couo1ldar la naei6n

El problema de proveer al pals de un ferrocarril se planteó en términos de Inte­


rés naclonel, ye que el slsteme ferrovlerlo del Ecuador no se asemeje ni el ferro­
carril comercial, ni el ferrocarril de colonización. El gran producto que Intere­
saba el mercado Internacional .;¡I cecao- no precIsaba de vlas férreas para . .'
llevado al puerto de exportación, ya que el sistema hidrográfico era suficiente para
ello. Unlcamente le pequei\e reglón caceotera de Chane· canuto en Meneb í, fue
provista 8 comienzos del siglo XX de une corte vle férrea, estreche, destinada
e transportar sus productos hecle Bah le de Ceráquez; hey que mencionar temblén
otro ferrocen1l similar y de le mlsme época, en el corto tramo de Puerto Bollvar
e Piedras, que heb ra sido construido pera asegurar le salida del mineral eur(fero
de le reglón de Zarume, el mismo tiempo que Ibe a servir, de modo accesorlo, e le
zone ceceotera de Sante Rose. Los ferrocarrlles de colonización de las reglones
forestales emezónlcas, siempre esoclados a Importantes programes de concesiones
de tierras, quedaron en vestas proyectos, e modo de resurgimiento de la búsqueda
utópica de El Doredo Orlentel, puesto el dla con les técnicas de le época.

El objetivo que se buscaba fue el de asegurar une unión permenente, e través de


le Cordillera Occldentel, de les tierras eltes y bajes. Gercle Moreno empelledo en le .

216
OBUII

Idea de unir la Sierra y la Costa, obtuvo de la Convención de 1861 el primer decreto


de construcción de ferrocarriles en el Ecuador; por entonces no se trataba sino de
establecer ramales ..'lJntudi1llÚe.... destinados a unir una zona, de la Sierra con el
punto más cercano de navegación fluvial, tomando como base aproximada los tra­
zados de los Itinerarios seculares; el ferrocerrll se presentaba como el Instrumento
técnico destinado, a vencer el obstáculo de la cordillera y a sustituir el tnlflco a
lomo de mula, entre lbarra y El Pallón, entre Quito y Babahoyo, entre Cuenca y
Naranjal, entra Zeruma y. Puerto Bolívar.

La Idea oonceblda en 1869 de un Itlnererlo Guayaquil-Quito, que esocIarla la nave­


QlJCI6n fluvial entra Guayaquil y Yeguachl, el ferrocarril antre Yeguachl y Slbambe, y
le vla C8ffozeble "1III&Ío,,"''' S1bambe-Qulto, procedla de la misma lógica da razona­
miento. Pero, a falta de un financiamiento suflclanta, pese a verlas tentativas que
apeleron en pertlculer a capitales franceses, funcionó casi un cuerto da .slglo so­
lamente una linee mediocre entre el Guayas y 'as primeras estribaciones de los An­
des. Por fin, el empeclnamlanlo de Eloy Alfaro, dos veces Prasldenta de la Repúbli­
ca antre 1895 y 1908, y una coyuntura de acelerado Incramento de las exportacio­
nes nacionales, hicieron posible 'a creecl6n de 'a linee, que comunicaba la capital
oon el puerto, la Sierra con la Costa. La zona central dal espacio nacional se vio
wnebrada de este modo. para verlos decenios, gracias a una de las linees ferroilllrles
" més dlflciles del mundo. '

Ya la nación dlsponla, entre sus dos princlpeles centroS urbanos, de un itinerario


permanente prOVfsto de un medio de tral'liporte mesfvo y nlpldo, que prestatle, ade­
más, elll8l'vlclo a varias de las ciudades más Importantes del pels. En 1930. un eje
ferroVferlo únloo y continuo unla a (barra y Guayaquil; sirviendo a una zona' que
reunla aproximadamente las dos terceres partes de'la poblacl6n nacional y unlenclo
entra 51 cuatro de las cinco cludadas más grandas del pels(8).

En esta época, ni Colombia nI el Perú lllwon lan, dé una lInea equivalente en térml­
noute Integración nacional. '

2.2.2 El ferroarrll y la deuda _

Ante la Incapacidad de hacer fl'lll1te a los considerables gastos que Implicaba el pro­
yecto de la tm/Wla de los Andas madlanta la vla fllrre8, el Ecuador se vio en la

lB) AI_.""" -..w,., ........ NI "


",,.,.,.. • ,.........1-, JJ71I., . ,. . . .
'''11I$ II". to.7St1.'
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JISTRUCTURi\CION y CONSOLIDACION

necesidad de apelar a capitales extranjeros(9). Cuando se firmó en 1897 el primer


contrato de construcción de la. línea Guayaqull·Qulto, el costo total del proyecto
había sido evaluado en 17.532.000 dólares; es decir, unas dos veces ~ equivalente
del conjunto de los gastos anuales del Estado a comienzos de los anos 1890, o bien
de 6 a 7 veces el monto anual promedio de los recursos aduaneros, o también 5
veces los recursos fiscales totales del Estado en la misma época(10).

Nada más que la adquisición del materlal rodante, estimado en 600.000 sucres, es
decir solamente el 3.5010 del monto total del contrato, representaba el equivalente
del capital Invertido en los 15 vapores fluviales destinados a servir a la cuenca del
Guayas hacia 1890, calculado sobre la base del valor de los 5 vaporas que pertene­
cran alá Compailla Indaburu, evaluados en 190.000 sucres. Ahora bien, el recurso
Indlspenseble pera er financiamiento exterior con el fin de reallzer el proyecto del
ferrocarrll, tropezó con un doble obstáculo. tanto de índole económica como po­
lItlca, de donde el lergo perrada (1870 . 1908l que separa la concepción Inicial
de la empresa y la conclusión de la misma. Ante todo. si bien la reellzaclón de una
vra férrea entra Guayaquil y Quito presentaba un evidente Interés nacional. la
obra apareda mucho menos· interesante en términos de rentabilidad calculada en
transpone de los productos de exponaclón. El Estado ecuatoriano, fuertemente
endeudado con Inglaterra, desde 1830 ,se vio obligado a suspender el servicio de la
deuda, denominada ud"," de '" r..dt!pt!1lde"cia". de donde resultó un incremento
de las cargas, debido a la no cancelación de Intereses y a la ausencia de amonlzaclón
del capital. El resultado fue un descr.édlto del Estado ecuatoriano. que se vio obll·
gado a delicadas renegoclaclones con el Consiejo de los Poseedores de Bonos, en
Londres. A fines del siglo XIX. y con el objeto de afrontar los crecientes gastos In·
ternos, el Estado ecuatoriano se embarcó, además, en un grave pr~ de endeuda­
miento Interno con la banca privada de Guayaquil.

En esta perspectiva global hay que sltuer la demora en las labores de construcción,
hésta su parálisis, durante el último cuertO del siglo XIX. Finalmente. entre 189B
y 1903, la deuda de la Independencia se' "fimdió " con la del ferrocarril, como con·
secuencia de diversos convenios suscritos entre la compan ía firmante del contrato

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218
DBU"

de 1897 y,l Consejo de PoseedOl'8l de Bonos de Londres(11).

2.2.3. La "GuayaquU y Quico RalJway ea:' (G.Q,R.C.)

En 1897, el gobierno ecuatoriano de Etoy Alfero habla sullCf'lto con ellngenlero

Archer Harman, reprllSllntante de una compai'lla de New Jersey (la futura G.o.R.

C.I, un contrllto de reecondlclonamlento y entrega del eje ferroviario entra el puer·

to y la capitel. Se emitieron entonces 122.B2O eccIones de 100 d6lares, deposltades

en una compai'lla de cnldlto de New York; el Interés fijado n del 7010 y el glIIlInte

ara el gobierno ecuatoriano, con los Ingraos de les aduanes del pals y con una hi­

pot8ea sobre el ferrocarril. Hubo dos tIpos de acciones: les unas IIamades preferen­

clales que representeban un capItal de 6'250.000 d61ares y en su mayorla estaban

en posesl6n del sIndicato de H. Harman y de sus asociados; les otrlS,lIamlldes co­

munes, correspondlan a un capItal de 7:033.000 d61ares Y 8It8ban en posesión del

gobierno ecuatoriano, en un 49 010; el 51 010 eStuvo en manos de diversos accionis­

tas, de los cuales el mayor erll el sIndicato de A. Harman.

. Doblemente minoritario, el gobierno del Ecuador estuvo· representado ante el DI·


rectorlo de la Campai'lla por siete directores de un total de 21. S\ bien el contrato
Inicial de 1897, oscuro y poco precIso, fue luego modificado varlesvecesen 1898,
en 1900, en 1903, en 1904 y en 1908, ninguna de les vEirslones sucesivas ofrecla
les g8flIntías satisfactorias pn los Intereses ecuatorianos. Ademés, lesmodlflceclo­
nes efectuadas a fin de permitir la InauguÍ'llcl6n del ferrocarril casi en el plazo fijado
(190B en lugar de 1907), significaron una considerable dlsmlnucl6n de la calidad
de la Infraestructura.

Cuando el tren lIeg6 a Quito por primera vez 8125 de Junio de 190B, el hecho co~
tltúy6 uneverdadefll Improvlsacl6n, y la I/nee de ''f_octmil dI"mnna c,.....
entregada en 1910 como terminada, no ara sino une I/nee de calidad madlocre, .
equIpada con matarlal fOdente de ocasI6n, proveniente de los slstemes ferroviarios
de Panamá o de COSte Rice; prllSllnteba ademáS, entra numerosas deflclencles.
un Importante punto de estrangulamiento en el ascenso de les pendientes externas
de la cordllln(121.

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ilJ9
BSTRUCTURACION y CONSOLIDAClVN

Otro de los obstáculos, del cual no era responsable le G.a, R.C" fue el hecho de que
le linee no servfa directamente a Guayaquil sino a Durén, situado en la otra orilla
del Guayas, obligando a una ruptura de carga y a costosos trasbordos pera atrave­
sar un rfo de dos kilómetros de ancho. No obstante dichas Imperfecclones, el eje
ferroviario constltu!a efectivamente 'la prlnclpal Infraestructura necesaria a la
Integración del espacio naclonal.

Una vez terminada su construcción, la explotaelón de la linee siguió como fuente


permanente de dificultades entre la compaí'l!a y el Estado, ya sea en relaclón con el
déficit de explotación, ya ses .en relación cOn los costOs de reparación de la línea.
En 1925, Herman logró vender un PaQuete de acciones al gobierno de la época. y
con ello el Estado ecuatoriano se convirtiÓ en acclonlsta mayoritario de una como
pan!a en estado de quiebra legal.IDlllon. 1927: 147-155)
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Greclas al vapor y a la articulación de la navegación fluvial alrededor del sistema


constituido por el Guayas y por la vía férrea de los Andes centrales. las condicio­
nes de la circulación y del intercambio habían camblado de manera radical. en el

110

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DELBR

espacio de medio siglo. El eje Guayaquil-Quito, que estructuraba el espacio naclo-'


nal, 18 hallaba reforzado de modo conSIderable, y en e1lnterlOl' del triéngulo Guaya­
quil-Quita-Cuenca, aunque Cuenca constltu ra el centro urbano menos favOl'ecldo
por la modernlzacl6n, el especia/tiempo se redujo de manera notable (véase flg. 1l.
Este "tJrlcogimitJ"'o" del espacio en términos de rapidez de comunlcacl6n, simul­
táneamente tOl'n6 més patente la sltuacl6n periférica de reglones como Esmeraldas,
los Andes australes de Laja y el 'OrIente Amaz6nlco. Los Andes del Norte, més alié
de lberra y Manabí, oaJpaben una posicl6n menos desfavorable.
Corno punto de enlace de comunicaciones internacionales y 'nacionales y corno
punto de uni6n de /s navegación interior que servís s la Costa y de la vís férrea
que servía a la Sierra, Guay.aquil oaJpaba laposici6n més céntrica en el nuevo si.
tema de comunicaciones. Al contrario, Quito tenía una posici6n de terminal. Por
fin, este int8Qlllc16n del espacio nacional ecuatoriano mediante el vapor, 18 vio
acompei'lada y reforzada mediante el progresivo establecimiento de sistemas auxi­
lieres de la integraci6n que representeben un poderoso apoyo: los sistemas de
transmisi6n instentánea, o cesi 'instentllnee, de les informaciones. Con ocesi6n
de la primera obra de construcción' de ferrocarril de Yeguachi, hecen su aparI­
ción en el país el telégrafo y 'el teléfono, s partir del ai'lo 1880, Bajo la presi­
dencia de J.M. Plécido Caamel'lo, entre 1883 y 1886, se esteblaci6 el sistema te­
legráfico: Quito y 'Daule quedaron unidos con Guayaquil a partir de 1884
y con Cuenca en' 1886. En lo que concierne al teléfono, si bien la primera linee
fue establaclda entre Yeguachi y Chimbo en 1887, la linee Guayaquil-Quito ·no
quedó establacida sino en 1920. Podría dacirl8 que el siglo XIX para-el Ecuedor'
18 acabó, en términos de revoluci6n de les comunicaciones el 20 de Marzo de
1929, cuando el Presidente Isidro Ayara Inauguro la primera linea aérea comerclal
entre Guayaquil y Quito, con un servicio semanal a cargo de la compai'lla privada
S.E.D.TA, filial de Lutthansa. En el perrada de medio siglo, el obstéculo de los
Andes qued6 considerablemente reducido; pero la Edad del VapOl' Iba a ceder el
puesto a la Edad .de los Hidrocarburos, que comenzaban a ser explotados enton­
ces en la Península dé Sante Elena; el avl6n y el camIón Iban a sustituir progresiva­
mente, en el curso de les décades siguientes, a la navegacl6n fluvial y al ferr9carrll,
3. LA FORMACfON DEL MERCADO NAOONAL
La maYOl'la de los estudios eeó'n(lmlcos generales sobre el Ecuador se cO"sIlgran casi
exclusivamente al anéllsls de una agricultura tropical ligada al mercado Internacional
de materles primes y al peso de esta actividad agi'o-exportadora, ejercido sobre la
construccl6n y sobre el desarrollo de la sociedad nacional; con frecuencia prevalece
en dichos trabajos la Impresión de que por detrés de la agro-expbrtaclón no hab la
sino un auto.cansumo campesino y pOI' datrás de la sociedad de hacendados y
expórteó0f8S modernlstes, grupos feudales "'tJtrógrado," que vlvlan en auterquía;

221
BSTRUCTURACION y CONSOLlDACION

y, más alié da la reglón costanera, dlnémica y "úril", al peso muerto, para la econo­
mía nacional. da la Sierra, lugar de arcaísmo y de oscurantismo(13). Ahora bien,
la sociedad ecuatorIana dal sIglo XIX y de comienzos del "Siglo XX, por más que
haya sido marcada profundamente por el ciclo de la ,.,. tk oro, no vivía únIca·
mente del caceo.

Conviene asimismo, tratar de estudiar el marcado Interior y el lugar que ocupaba en


la econom ía nacional. Hablando sido Inseparable da la historia dal ferrocarril
Guayaqull·Qulto la primera fase da craclmlanto Importante del mercado nacional,
el tráfico ferroviario que se realiza alrededor de dicho eje, puede considerarse como
uno de los elementos privilegiados para apreciar un mercado Interno, por lo demés
bastante dificil de evaluar.

3;1 Los fundamentos ecoDÓmicos rqlonala de la "Repúblia. Cacaotera" (1895 •


1925)

No es posible plantear el problema del mercado Interno sin abordar el desarrollo


de la actividad agro-exportadora en la reglón de la Costa, con el objetivo de medir,
aunque sea someramente, su Influjo sobre la econom{a nacional. Sin pretender ego­
ter todos los aspectos de esta cuestión de capital Importancia, se trata más bien de
subrayar verlos aspectos significativos de un tipo de desarrollo económico regIonal.

3.1.1 La exteIIIión de la frontera agrícola o apropiación del espado en la rep6n


co_.

En el siglo XIX, les tierras calientes del Ecuador costanero -iln especial las zonas
situadas en la mitad oriental de la cuenca del Guayas, en un radio de unos elen
kilómetros alrededor de Guayaqull- tueron escenario de una primera ola de colonl·

222
DllLBR

zaclón agrlcola de gran amplitud con el desarrollo de la producción cacaotera.


Esta Incorporación de una parte Importante de las planicies y de las colinas de la
Costa al espacio rural correspondió, en el periodo de 1830 - 1920, a un Incrllmento
regular del mercado mundial del cacao, al Que podla responder el Ecuador.

La expansión cacaotera se caracterizó especialmente por una tendencia muy vlgoro­


118a la monopolización del espacio productivo --o sulCllPtible de serlo- en las mallOS
de un pequeí'lo grupo de grandes familias. EIt8 apro¡llIcIón frenética de la tferra
ten la por objeto, a la vez Que e1eceparamlento de las riquezas potenciales, el con­
trol de la mano de obra Indlspenseble pera la valorización de las mllmas dentro. de
un contexto de ralatlvo subpoblamlento(14).

La apropladón del espacio y la valorización se hab ian desarrollado de acuerdo


a un doble moVImiento. A partir de una Implantadón .orIglnal de las bllrillu/M
sobre los bancol aluvlalas de los ríos -zonal en las Que tradi.cionalmente 118 cose­
chaba la pepa de las variedades BUtóctOnas del caC8OtQro-,I.a extensión se produjo,
por una par;te en dirección de los Interfluvlos Incorporados a la producción cacao­
tera desde 1890, gracias a la Introducción de variedades de plantas oriundas de la
zona del Cerlbe, mejor adaptadas a SUI cóndlclonas ecOlógicas especificas; y por
otra parte, de modo regular, en lal zonas altal de los principales ejes f1uvlalas,
tributariO. del Guayas.
AsI, desde 1890, le concentracl6n de la propleded ya se hallaba muY' avanzada: .,
sabe, por ejemplo, Que en la proVIncia de Los Alos, en el COI'IZón de la zona ClIClIO­
tera, los Asp/azu y los Seminario, Quienes figuraban entre 101 primeros mlllons'/os
del pall, a flnes delRgló XIX,poselan decenas de miles de hectáreas; llegaron haIt8
a firmar un acuerdo Que delimItaba sus zonas respectivas de expanRón. Hada 1920,
en el momento del apogeo de 'se éraas ded.lcedas al cacao, casi un 30 0/0 de los 90
mlllonas de plantas de cacao con Que a ,. sazón contaba el pals. se hallaban distri­
buidas en 37 explotadones, entra las cuales 13 ten lan més de un millón de plantas,
y las cuatro mayores, con 10,8 millones de érboIes,ligrupaben el 13.5010 de las
plantadones.

223
ESTRUCTURACION y CONSOLlDACION

La poteSl6n de la tierra no constltula solamente, una de las principales fuentes de


enriquecimiento sino, además, una legitimidad adicional al poder polltlco fundado
en el poder econ6mlco, permitiéndole disponer de'trabajadores rurales Que labont­
ban alrededor de las bllCinJdtu. como una mano de obra y una clientela nada des­
preclables(15). La sociedad dominante de la Costa, habiendo triunfado polltlcamen­
te con la revolucl6n liberal de 1895, fundaba parcialmente su poderlo en la gran
propiedad, de-plantaciones cacaoteras en una Importante proporcl6n de casos;
sobre esta base se acerc6 estructuralmente, más de lo Que le gustaba admitir, a la
clase de btM:ndiulo. conservadores de las reglones andinas, a los Que pretend la
combatir desde el punto de vista Ideol6glco.

, Por otra parte, la revolucl6n liberal no amenaz6 prácticamente el poder de los terra­
tenientes fueran éstos conservadores o liberales: flO pod la cortar la rama sobre la
cual estaba ella misma fuertemente asentada.

3.1.2 Prolpcrldadfundada en invcniónCl6miwlu

En una coyuntura de acelerado crecimiento del consumo de cacao en los palsea


Industriales, el Ecuador se elev6, manteniéndose durante unos veinte anos (1895­
1913), al primer rango de los paises exportadores, ya Que suministraba de un 15 a
un 25 0/0 de las necesidades del mercado Internacional. Para ello dlsponla de con­
siderables ventajas Que permitieron a los terratenlentll$ de la Costa hacer fortuna;
la prosperidad cacaotera se basaba en Inversiones limitadas, hasta Irrisorias en su
origen, y no estuvo acompanada en los otros. sectores econ6mlcos, de ninguna
clase de Inversl6n productiva. Que estuviera en relacl6n con los beneficios realizados
gracias a la pefNI de oro. '

Las planicies y las colinas de la Costa, sobre todo la perte orlimtal de la cuenca del
Guayas, reúnen un conjunto de condiciones ecol6glcas muy favorables ala produc­
cl6n del cacao: calor y humedad del clima, suelos profundos y bien drenados en
los bordes aluviales y en las terrazas, a lo largo de los numerosos rlos tributarios
del Guayas, con una cobertura boscosa Que permite mantener una sombra protec­
tora sobre las plantaciones. En la regl6n de Los Rlos, desde el siglo XVII, los cacao­
teros Indlgenas de orlgen'sllvestre produclan pepas de reputada calidad. Hemos vis­
to Que, durante la mayor parte del siglo XIX, el dominio de este espacio producti­
vo, abundante y poco poblado, reras veces Implicaba el recurso de compra; sola­
mente en ios últimos 10 anos del siglo, aparece un verdadero mercado de la tierra
y la éxpansl6n de la produccl6n comienza a requerir de Inversiones para la compra
de tierras.

•161 r........, , B""'" T.... 196:1110:1-106.

224
DEUlR

Los costos necesarios Plll'll la plantación, la explotadón y el mantenimiento de los


CllClJOtales, eran poco elevados (Collln Delavaud, 1979:140). Los trabajos agrlcolas
se veran asegurados por los !peOflI!S, con un 'obrero agrlcola para varios mllllS de
lirboles (3 a 5.000 según la propiedad). Los salarlos paÍlados a los trabajadores
agrlcólas eran más elevados que los de la Sierre '(en su promedio, de 3 a 5 veces su­
periores) y esta sensible dlfarencla contribuyó sin duda a atraer a la población
campesina de los Andes hacle las tierras bajas; podemos calcular rezonablemente
que el costo de la mano de obra no representaba más que la mitad de los beneficios
anuales realizados con la vente del cacao; e menudo ni siquiera llegaban e ese nivel.
Por fin, el encauzamiento de las cosechas del cacao hacia Guayaquil se efectuaba
a un costo raducldo, gracias a la navegación fluvial.

En tales condiciones, la explotación del cacao dejaba sustanciales beneficios a sus


propietarios, hasta aproxlmadaménte el año 1920. La rotación del capital era parti­
cularmente rápida, a menudo del orden de 5 a 7 años. En ciertos casos, fos Ingresos
anuales de la producción alcanzaban hasta el 25 0/0 del capital invertido. lCómo
se utilizaban estos Ingresos tan considerables? SI la compra de tierras p,ara desarro­
llar la producción fue una de las formas más corrientes de Inversión, una parte Im­
portante de las gana'nclas servía pera financiar el fastuoso tren de vida de los dueños
de las grandes propiedades.

Una parte variable de los beneficios quedó Invertida en actividades bancarias y co­
merciales; pero apenas un 10 0/0 del capital de la éllte guayaqulleí'la se Invirtió en
la Industria; y aún hay que precisar que una parte Importante de la Inversión Indufo
trlal concem fa a los servidos públicos urbanos (teléfono, transporte, electricidad y
.lumbrado público), actividades éstas en las que no existía la posibilidad de im­
portaciones competidoras. Mientras que, entre 1900 y 1920, el fiujo de divisas
Procedentes de las exportaciones del cacao ara del orden de 250 millones de dóla·
res, el capital Invertido en las IndCJstrlas de Guayaquil en 1922 apenas representaba
15 millones de sucres, es decir una Inversión comprendida entre 5 y 10 millones de
dól_, tomando en cuenta la'variación de la tasa de cambio entre los aí'los de 1900
y 1920.

U.3 De la prolperidld • la apcculación. la lnOuencla del _ _ "ncario Y


cotncrc:lal.

El desarrollo de la economía agro-exportadora dio origen a un grupo social domi­


nante y especifico, caracterizado por una Interpenetreclón de Intereses agrrcolas,
comerdales y financieros. En el grupo social dirigente se daba con bastante fre­
cuencfa el caso de que un terrateniente era al mismo tiempo.' negociante y banque­
ro; y una parte de los que originalmente no eran iblleftdlldo., terminaban siéndolo

22$'
BSTRUCTURACION y CONSOLWACION

por lazos matrimoniales. por herencia. o mediante compra. Ciertamente ¡amés exis­
tió una superposición completa de'las diversas clasas de ectlvldad económica. pero
entre la veintena de familias guayaqullenas. entre las que se contaban en loS IIml·
tes del siglo XIX Y el siglo XX los primeros millonarios del país. las fortunas mlls
Importantes obten ían su prosperidad. en la mayoría de los casos. de dos actlvld~des.
cuando no de tres.

La extensión de los cacaotales. el crecimiento de lBs exporteclones y el desarrollo


del sistema bancario. han sido concomitantes. Para los productores de cacao. las
necesidades de capital 1rquldo efectivamente Implicaban un recurso a la banca. ya
sea en espera de la producción de las plantaciones. ya sea en espera de la realización.
dos veces por ano. del valor de las cosechas. Por lo demés. los duenos de las grandes.
plantaciones ten ran su' asiento en el Consejo de Administración' de los prlncl~les
bancos de Guayaquil y el renombrado Banco Comercial y Agrrcola. que dominó
la vida económica y política del país durante casi todo el perrada de la hegemo­
nra liberal (1895· 19251. habra sido fundado en 1895. teniendo como'prlnclpales
ecclonlstas alas grandes,buftdlldo••

A lo largo de los anos. esta oligarquía agro-exportadora Iba a encontrar en la especu­


lación financiera. sea una nueva fuente de Ingresos. Sea, una compensación por la
reducción de los beneficios sacados de la producción y de la exportación del cacao.

El Ecuador se convirtió en el primer exportador de cacao en una época en la que se


producfa. a nivel Internacional. una mutación radical tanto en la producclón como
en el consumo de la pepa. con el desarrollo de las planteclones africanas. COn los
progresos logrados por una Industria del chocolate que era capaz de procesar tipos
de cacao de calidad Inferior. y con el espectaculer Incremento del consumo nortea­
mericano; la especulación surge entonces como uno de los medios de compensaCIón
de la tendencia general de baja de las cotlzeclones del cacao. pero sacando ventaja
de la Irregularidad de éstas.

Hubo especulación sobre las calidades comercializadas. sobre la variación de las co­
tizaciones. registrada entre las diferentes plazas comerciales y/o a lo largo del ano
y. finalmente. sobre las varlaclonas de la tasa de cambio entre el dólar y el sucre. Al
mismo tiempo. dada la Inexistencia de un Instituto central de emisión. la masa del
circulante monetario aumentó de manera InControlada. 8 causa de la multiplica·
clón de los créditos basados en titulas hipotecarios y des~nados a fomentar el des&­
rrollo de la producclón. y también a cause de la emlal6nfraudulenta de billetes de
banco. mucho más allá de lo que permitían las reservas legales. Los banqueros
y los productores de cacao que eran solidarios. se beneficiaron de una polltlca mo­
netaria originando varias devaluaciones del sucre, destinadas a mantener las utlll­

226
dades dala oligarquía. mientras se derrumbaba el valor de l. exportaciones axpr'&­

lIIdas en dóleres.

Por último, pera el sistema bancario de Guayaquil, especialmente pera el poderoso

Banco Comercial y Agrícola, los pnll1emos acordados al Estado, constituyeron una

fuente considerable de enriquecimiento especulativo; efectivamente, mientras los

créditos acordados al Estado por el sistema bancerfo, representaban del 20 al 30 %

del gasto pÚblico entre los ailos de 1880 y 1910, a panlt' de 1914, los bancos prI.

vados llegaron a suministrar hasta el 80 % de los recÍJnos fiscales (16)•

. El poderlo del Banco Comercial y Agrícola era tal que, durante el perIodo de 1912
a 1925, llamado el de la plutOCf8Cla, '81 candfdaturas a los puestos c1lM1S de la
República deblanconter con su aprobecl6n. La ollgarqula agro-exportedora y
financiera del <:llCIIO v1v16, de este manera, su apogeo a fines del primer cuarto del
siglo XX. La revolucl6n del 9 de Julio de 1925 puso fin a su hegemon la.

3.2 El farocurll y el merClldo DaCio....

En un peís esencialmente wícola como era el Ecuador del siglo XI Xy de comien­


zos del siglo XX, es Importante tratar de determinar el valor de la producc{6n
agrlcola y de la ganaderla, así como el -de los productos de recoleccl6n silvestre.
Ahora bien, si es relativamente fáclllleger a conocer con bastante precisl6n el valor
pe la pfoducel6n deI1lnada al mercado Inlernaclonal, EÍsta de origen agrlcola o sil­
vestre, la evaluacl6n de la produccl6n consumida en el Interior del aspaclo nacio­
nal permanece problemática; en efecto, la perte autoconsumlda en las diversas uni­
dades agr/éolas de produccl6n, más a menudo escapa a toda clase de contabilidad
el Igual que la fraccl6n 'de la producel6n objeto de trensacclones comerciales en 181
ferias y mercados del territorio nacional. Aqu í utilizamos una 8IIlIIuacl6n global del
producto Interno agropecuerlo y forestal bruto, realizada pera los anos 1920, por
Ita\o Pavlolo, agr6nomo Italiano oficialmente contratado como experto por el
Goblerno ecuatoriano.

En los anos 1920, el experto agr6nomo estimaba en 234 millones de sucresaproxl­

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227

. -~-.
BSTRUCTURACION y CONSOLlDACION

madamente, el valor del producto bruto agropecuario y forestal del Ecuadorl171 ­


(el presupuesto nacional se elevaba entonces a 21 millones de sucres en 1921, y a
40 millones en 1925).

Al confrontar Ila producción y las exportaciones agropecuarIas y forestales, podre­


mos ver el lugar exacto de la econom fa agro-sllvestre-troplcal de exportación y 1lS-"
peclalmente el de la producción de cacao. en la economla rural nacional. En esta
forma las princIpales producciones agro-sllvestres especlflcamente tropicales. cacao,
café y "'P". es decir las que son propias de la Costa. al sumlnlsvar más del 9OQI;¡
del valor de las exportaciones agropecuarias y forestales -y casi las tres cuartas par­
tes sólo para el cacao-o representaban probablemente menos de la tercera parte de la
producción nacional y sólo e' 13Gb para el cacao. Inversamente. la producción
"te",p1lul~" de la Sierra que razonablemente podrfa estimarse en un 40Gb p.or lo
menos del valor del conjunto de la producción nacional. no llegaba a suministrar ni
el 5aA:> del valor de las exportaciones.

Aunque es difrcll la evaluación de la parte de la producción agropecuaria y forestal


destinada al mercado nacional. puede demostrarse que éste constltule. en los 11m!,
tes de los siglos XIX y XX. una actividad económica Importante. a pesar de haber
sido poco analizada. El Ecuador. a la sazón. no exportaba prácticamente sino
la producción originaria de la Costa. cuyo transporte no era tributario ,de la vla
férrea Guayaquil-Quito. la cual. recorriendo gran parte de las tierras altas del pals.
funcionaba a modo. de Instrumento nacional de Intercambios Interreglonales. sobra
todo en lo referente a la producción agropecuaria. De Igual modo, el tráfico del
ferrocarril Guayaquil-Quito se nos manifiesta a la vez como Indlce Importante del
mercado nacional y como signo de su desarrollo. Al comparar los tráficos portua­
rio y ferroviario. podemos esbozar una estimación relativa sobre la Influencia de
los mercados Internacional y nacional. como salidas de la producción agropecuaria
y forestal.

Para el a/lo 1921. una comparación del tráfico marítimo y ferroviario entre varios
productos agropecuarios que representaban a las dos zonas productivas de la Sierra
y de la Costa y que marcaban una orientación dominante hacia los mercados
domésticos o de exportación, permite refutar una oposición demasiado ele­
mental entre 'las dos econom las regionales y rehabilita el mercado interlor·destacan­
do su importancia. Los productos retenidos, provenientes de las tierras altas, no

(171' El 4"6"""''' ""."., .m-N ",,_.. ", 4.742.t1t1D buI4rwI el ...,.. ", JIrt>II­
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UN
DEUlR

representaban ni una 'parte Inflma de lés exportaelones, pero alimentaban un tréflco

Interno de 26.000 toneladas sobre el ele Guayaquil-Quito. Per otra parte, el cacao y

el café, que representaban Un 55 0/0 de las exportaelones totales del pals, no su­

ministraban ni el 1.5 0/0 del tonelaje ferroviario. Además, se puede apreciar la In·

fluencla de la agricultura productora para el mercado neclonal, precisando que el

tonelaje de la producción agropecuaria y forestal transportado por la linea férrea .

en 1921 llegó a 76.253 toneladas, lo cual es muy superior a los tonelajes exporta­

dos, tanto del cacao como del café.·

SI bien es evidente que toda la prOducción agropecuaria transportada por ferroca­

rril, Iba al mercado doméstico en una proporción muy elevada, estos. tonelajes no

representaban el total de la producción comprometida para el mercado Interno.

Esto se debió al hecho de que la red fluvial' del Guayas se hallaba Igualmente anima­

da por un movimiento de productos de origen agropecuario y forestal, destinados

al mercado Interno, movimiento que tuvo especial Importancia entre la raglón

de Daule y de Guayaquil; por último, los Andes septentrionales y Manabl suminis­

traban asimismo al pals su producción comercializada.

Por el hecho de tratarse de un ferrocarril de Interés nacional que atravesaba varias

reglones del núcleo central dal espaCio ecuatoriano, el estudio del tréflco ferrovia­

rio entre Guayaquil-Quito, constituye una fuente rica en informaciones en cuanto

a las tendencl. del desarrollo del mercado Interno. Sabemos que la construcción

del ferrocarril, en primer lugar, respondió al crecimiento Inicial de las fuerzas pro­

ductivas, sobre todo en la Sierra central, a fines del siglo XIX. Este crecimiento

se hizo manifiesto especialmente por las transformaciones del sistema de los mer­

cados y constituyó, ademé!, un estImulo para la modernización de ciertos secto­


. res de la econom la agropecuaria que estaban bien ubicados con relación al eje
ferroviario: la reglón del Chlmbo Bajo, con la expansión de la economla azucare­
ra en los alrededores de Milagro, desde las postrimerías del siglo XIX, y la parte
de las cuencas anlillnas atravesadas parla vía férrea, con una especialización de la
ganaderla orlenta.da hacia la aconom la lechera, en el transcurso del primer cuarto
del siglo XX.

El anllllsls de la evolución del treflco Interno del ferrocarril, entre los ailos de 1910

y 1938, muestra que este perlado se caracterizó· por el cracimlento regular del tri!­

fleo, casI cuadrupllaido, ya que de 44.500 toneladas en 1910, pasó a 164.656 tone­

ladas en 1929. Aparece evidente la importancia que las producciones agropecuaria

y forestal tuvieron en el tráfico. en una proporción de las dos terceras partes hasta.las

tres cuartas partes del tonelaje transportado. SI bien buena parte de la producción

tropical sub la a los Antles, al Igual que la sal y los equIpos Importados, la de clima

temP'ado dlllos Andes centrales. se repartía de manera desigual entre los mercados

229

.,,'.
BSTIWCTUIlACION y CONSOLIDACION

de Guayequll y de Quito. En total, el tráfico global de esta linea era cllll'llmente-més


Importante en la sección de GUBYequll-Rlobamba que en la de Rlobamba-QlJlto; de
la misma manera, el conjunto del tnlflco desde Guayequll a Quito era netamente su­
perlor al conjunto del tnlflco desde Quito a Guayaqull(18).

Desde fines de la década de 1910 hesta principios de la de 1920, el crecimiento


bastante nlpfdo del transporte ferrovlerlo en conjunción con el desarrollo del mero
cado nacIonal, contrasta con el moderado crecimiento de las exportaciones, en un
contexto de Ssúincan'liento de la actividad pOrtuaria.

3.J Expand6n ceon6mla en la Sierra (1900 -1930)

El primer tercio del siglo XX representó para la Sierra central y septentrional, un


perIodo de notable desarrollo de las fuerzas productlvas en diferentes sectores
económicos, en varias zonas rurales, al Igual que en las principales ciudades. Infl·
nltamente menos tributario de las necesidades del mercado Interneclonal que el de
la Costa, aunque el mercado del sur de Colombia era Importante, el aumento de las
actividades económicas regionales en la Sierra ha sido, sobre todo, el resultado de la
ampllecl6n del mercado doméstIco y del Incremento del consumo regional en las
zonas del litoral, enriquecidas gracias a la prosperidad C8C8otera. Este desarrollo de
les fuerzas produetlVDI, estimuló, a su vez, un mercado de consumo en las tl~
altas donde, aperte de Guayequil, se hallaban les principales ciudades del país.

A partir de 1900, varios de los temrtenlentes entre los cuales se contaban algunos
de los representantes de las fortunas más Importantes de la Sierra, comenzaron a
Inverflrles ganancias obtenidas por 'es rentas de las tierras, en la modernizacIón
de sus haciendas: desarrollo del riego, plantación de árboles de eucallpto,lmporta­
clón de ganado y de semillas seleccIonadas, inicio de nuevas pnlcticas de cultlvo,
Introducción de material egrícola. La aparture de la sección andina del ferrocarril
entre 1906 y 1908, aceleró el proceso, sobra todo en la parte de las cuencas en las
que se conjugaban el efecto- de las favorables condIcioneS ecológicas, el c6modo
servicio del nuevo eje de comunicación, y la proximidad de mercados urbanos
locales. El Sur de la cuenca de Quito y el Norte de la de Latecunga, constituyeron

230
DELliR

'entonces un foco de la más dinámica mooernlzaclón agrícola de la Sierra, Implan­


tando una notable economía lechera (l9). .

Estas transformaciones económicas se vieron acompafladas de profundos cambios


en las relaciones sociales, caracterizados por una precoz clesaparlción de contratos
y de tenencias precarias, por la formación en liIs cerean ías de las b«indill moder­
nizadas, de una periferia de pequeflos fundos, que constltu ían una 'zona de reserva
de mano de obra asalariada. De modo Inverso, en las zonas periféricas de las cuencas
alejadas de los mercados o de las buenas condiciones de acceso a dichos mercados,
.los terratenientes mantenían las técnicas productivas y las relaciones socIalas pro­
pias del sistema clásico de la bllCind" tradicional.

En el·transcurso del primer tercio del siglo XX, el crecimiento de las capitales pro­
vinciales de los Andes centrales fue concomitante con el desarrollo de las fuerzas
productivas en varias reglones rurales y con una política de Inversiones en la Indus­
tria productora de alimentos y, sobre todo, en la textil. Desde 1915 hasta 1930,
se Instaleron numerosas empresas en Quito, A"1beto, Rlobembe y en las reglones
de lbarra y de Cuenca. Las fábricas de la Sierra representaben en esa época más del
90 % de la Industria textil del país. En 1928 existían en los Andes, entre lban:a
y Rlobambe, 15 empresas que empleaban a 2.500 personas y que representaban
más de 10 millones de sueres de capital invertido. .

Otro de los signos Importantes de cierto desarrollo económico. ha sido la Inversión


de capitales en la benca(20) formándose, a diferencia de la Costa donde toda la
actividad bencarla se concentraba en Guayaquil, un esbozo de .red bencarla, con
.el desarrollo de sociedades locales (Banco del Tungurahua, en Ambato, Baneo de
los Andes y Sociedad del Chlmborazo, en Rlobembel, y con el establecimiento en
Latacunga y en Ambeto de sucursales de bencos de Guayaquil y de Quito. Al final
de los aflos veinte, pareca que Qurto habla alcanzado a Guayaquil en cuanto al nú­
mero de establecimientos benCllrlos y al nivel de capital Invertido, sin tomar en
cuenta la creación en 1927 del Banco Central, lo cual daba una Importancia aún
maYor a la capital en el dominio financiero. .

Este desarrollo bencario coProbora evidentemente un nuevo crecimiento de nego­

1191· s.,...,....
qw" ""~ • ''" ".,dJIeIO, t-d1ero, NJÚ'f'tUl0 "" "';'
,.. ~ por U_19111 y 1921.JNIMrIdo. 113 '" 2.4811' _".0.101 ° f-""".
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U....... AIoIoNdo. 19Jf.21+2U'.
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"-co,. "" c _ """ y "" A ....... .",0• . . , . " e"..... 0MIn0r.
1NmtINI 2

231

.. ~ .
- .. ,.
IiSTHUCrURACION y CONSOLIDACION

cíos en el curso del primer cuarto del siglo XX. El estudio comparativo del aumento
de capital circulante de 1906 hasta 1922, entre los centros de la Costa y los de la
Sierra, demuestra Que, habida cuenta del retraso Inicial de los Andes centrales en
relación con Guayaquil y con su región, el relativo dinamismo de la Sierra es mani­
fiesto ya Que se observa all í una triplicación del capital en giro cuando el de la re­
gión de Guayaquil, por cierto mucho más considerable en el comienzo. crecía tán
sólo en un 50 0/0. Por otra parte, el único distrito costanero que experimentó un
crecimiento del capital en giro, análogo al observado en la Sierra central, justamente
fue el distrito por el Que atravesaba el ferrocarril (211, 10 cual constituye un ejemplo
más de las estrechas relaciones existentes entre el mejoramiento de las condicIones
de circulación gracias al servicio de trenes, el desarrollo de las fuerzas productivas
y la ampliación del mercado doméstico.

La expansión de la ciudad de Ambato nos da un buen ejemplo de las transformaclo·


nes Que afectaron a la -Sierra central en el transcurso del primer cuarto del siglo XX.
Ni capital, ni centro de negocios de exportación, la ciudad del Tungurahua ha sido.
sin embargo, centro de- un notable dinamismo. unido al desarrollo del mercado
doméstico. La ciudad se beneficia por su ubicación geográfica en el corazón de los
Andes centrales, en el cruce del eje longitudinal del callejón Interandlno en Que se
\
convirtIó la vía férrea, de la tradicional vla del acceso a la Costa por Guaranda y
Babahoyo. y del Itinerario de acceso a la AmazonIa por el valle del Pastazá; contra·
laba igualmente una región agrícola densamente poblada, especializada en productos
de gran valor comercial con destino al consumo urbano (fruta, cultivos de hortalizas).

En la década de 1920, Ambato se convierte en el primer mercado agrícola del pals.


nudo de Intercambios interreglon'ales: signo de esta actividad comercial. a más de
contar con un banco local a partir de 1921. es la existencia de suc\lrsales de los
bancos de Quito, de Guayaquil y de Riobamba (al parecer la única ciudad donde
ésto se producla). Ambato fue, asimismo. centro de una Industrialización relativa·
mente diversificada y segundo centro del pals para la industria textil con aproxima­
damente un 20 010 de esta rama de activIdades; contaba Igualmente con molinos
de importancia, con industrias de la madera y del mueble, del cuero, y de muchas otras
productoras de alimentos. De este modo. a comienzos del siglo XX, con una población
Que /{a superaba a la dé Riobamba, Am.fato se convirtió en la cua(fa ciudad del pals.

3.4 Modificacione.levea en la organización del eapacio (1930-1942)

Durante el segundo cuarto del siglo XX. la orgenlzaclón del espacio ecuatoriano
no sufrió modificaciones considerables. Podemos ver alll. uno de los efectos de la

(2t I c.",ó". YllpMbl-Mu"".,. d""• .. dniIrrollllro" ",. ".",•• pl¡mtMlo. . . . . . . . .

• ...,¡- y ID. j1I'/IfeIfNIII. "',.,.un.

232
DIiLER

crisis económica que limitó la capacidad de Importación del país y redujo los re­
cursos financieros del Estad<i;-el Incremento del presupuesto reflejaba. sobretodo.
la devaluación de la moneda nacionaI(22). El esfuerzo público orientado hacia la
Inversión en infraestructuras debía encontrarse muy retraSado. Incluso paralizado.
particularmente hasta principios de los años cuarenta.

En lo que se refiere a las grandes infraestructuras de transporte. la red ferroviaria


ecuatoriana alcanzó su mayor extensión. con más d~ 1.100 Km. de vías en servi­
cio. en el curso del decenio que ·precede a la segunda guerra mundial. No cabli ha-··
cerse ilusiones po( este crecimiento del kilometraje. del orden del 35010 en menos
de 10 años; se· trataba de la continuación o "de la terminación de los programas
que debían efectuarse desde principios del siglo (Guayaquil-Salinas. Machala-Zaru­
ma. lbarra-San Lorenzo). las nuevas vías instaladas en el curso de este período,
servían esencialmente a zonas poco pobladas, donde las perspectivas de transporte
de carga eran modestas, a pesar de la proximidad de las dos principales zonas mi­
n81'8S (hidrocarburos de la Pen ínsula de Santa Elena. minerías polimetálicas de Za­
ruma). En vrsperas de la segunda guerra mundial. el eje Guayaquil-Quito se mante­
nía como la arteria clave de la red, con más de los tres cuartos del tráfico de viajeros
y cerca de los nueve décimos del tráfico comercial en apenas un 40 010 del kilo­
metraje. Salvo en la reglón de Milagro donde la sección costera del Ferrocarril ~el
Sur ·jugaba un papel fundamental. las vías férreas del litoral no poseían una gran
Importancia económica. Por lo contrario. los 600 /(m de rieles que atraviesan la
Sierra central; desde el valle (je Mira hasta el valle de Cañar, constitu ían una ventaja
apreciable para ~I desarrollo de las tierras altas; no debe considerarse un azar el que
en 1938. un poco más de los tres cuartos de la potencia eléctrica naclonellnstalada.
se encontraban· repartidos en los Andes. entre lba.rra y Alaust. en la vía férrea o en
sus proximidades (23).

La red de carreteras carrozabies en ese año era inferior a 3.000 Km y había menos
de 4.000 vehículos en clrculaclón en 1939, en todo el país. La arteria clave era la
carrlltera Tulcán·Babahoyo, pero entre 1935 y 1944 la red de carreteras pasó de
2.300 a casi 4.000 km. (Llnke, 1967':1231. Lo esencial del esfuerzo de Infi'aestruc­
turo se dirigió. por una parte, hacIa la construcción de la carretera Panamarlcana.
,cuyo proyecto conslst fa en la realización de una ruta andina que fuera desde la

(221 El tI/>_ qw NI" J _ . " , 1926, NI" !J,J'" IH9.

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233
IISTRUCTURACION y CONSOLIDACION

frontera colombiana ( cerca de Tulcán ) a la frontera peruana (Macará) y, por otra


parte, hacia los ejes transversales que ligan' las tierras altas con el piedemonte occl- ,
dental; así fueron abiertos, además de la vía Rlobamba-Babahoyo, los ej~s Latacun­
ga-Quevedo y Quito-Santo Domingo.

La reglón costera poseía un kilometraje reducido en víaspermanentes(24) pero


existía, por lo contrario, una red Importante de pistas utilizables en la estación seca.
Hasta fines de los a~os 1940 la Sierra disponía, sobre todo en la parte central y
septentrional, de la mejor red de carreteras permanentes; y en esto tiene mucho
que ver la existencia, hasta el año 1951, de una conscrlpclón anual de 4 días de la
población Indígena para la construcción de vías, En la Costala navegacíón asegura­
ba la mayor parte del tráfiCo.

Podemos afirmar que la Sierra central y septentrional contaba con el mejor equipa­
miento en vías de comunicación terrestre, con un doble eje longitudinal ferroviario
y de carreteras; la Sierra meridional se encontraba menos favorecida, ~on una carre­
tera panamericana interrumpida y una construcción de rieles paralizada en la reglón
de Ca~ar por falta de créditos suficientes para pagar a los obreros. La Costa segu ía
siendo dependiente del sistema fluvial, pero tres ejes de carreteras permanentes
atravesaban entonces la cordillera occidental y aseguraban una mejor vinculación
entre los Andes centrales y el campo pionero del Norte de la cuenca del Guayas.

Finalmente, es necesario anotar que en el curso de los ailos treinta, se Implant6


la primera red de servicios aéreos regulares que 'aseguraba una serie de vuelos sema­
nales desde Quito y' Guayaquil hacia una media docena de ciudades del país y tres
centros del Oriente. .

En el transcurso de aste período de crisis del sistema agroexportador, no es sor­


prendente que la progresión de los frentes de colonización haya sido mucho más II~
mltada que a principios de siglo. El Incremento de la demanda Internacional esti­
muló, sin embargo, el desarrollo de la producción de café en dos tipos de reglones:
por una parte, las alturas forestales de la cordlliera de Colonche, al Este y al Sur
de Jipijapa, población que ,conoció un período de prosperidad ligada a su papel
de sitio de concentración comercial de la cosecha, y por otra parte, el pledemonte
de la cordlliera de los Andes y, particularmente, la desambocadura de las principa­
les rutas que venían de las tierras altas.

Pero la reglón rural que vivió el mayor crecimiento aconómlco fue la zona situada al

(241 1111 194', .. ".,..• • GrtIIY"':fIOtlI. _.......", ff} . . . . . . . _ _ pmtt41NIIIn


a"'h, IH71121).

234
DilUiR

Este de Guayaquil, entre los ríaS Babahoyo y Guayas de un lado y e.1 pie de la cor­
dillera de otro lado. Esta reglón se benefició del desarrollo del cultivo Industrial de
la caí'la de az·úcar, en un sector poco favorable para el cacao, y del cultivo del arroz
en las zonas Inundables veclnas al curso de los grandes ríos. El sector azucarera se
desarrolló a lo largo de la línea del ferro¡:arrll, que permltla la salida del azúcar,
producto que fundamentó parcialmente su prosperidad en las consecuencias de la
crisis Clel cacao: compra de haciendas en bancarrota, contratación a buen precio
de la mano da obra expulsada de las reglones cacaoteras vecinas y crecimiento del
consumo nacional en un perrodo de restricción de la Importación ·(Collln - Dela­
vaud,1979:164-165).

La producción que era Inferior a 300.000 qulntBles a principios de los aí'los veinte
osciló entre 400.000 y 500.000 durante los aí'los treinta; dos Ingenios azucareros
Industriales aseguraban alrededor de los dos tercios de la producción: los Ingenios
San Carlos y Valdez. En Durén se hallaba la destllerra Industrial más Importante
del pals (50 a 60 010 de la producción nacIonal de alcohol). En cuanto a la pro­
duccIón de arroz, ésta se triplicó entra 1930 y 1940, pasando de 350.000 quin­
tales a más de 1'000.000; de las 62 pi/adoras que existían en el país en 1939..1osdos
tercios se encontraban situados en el triángulo Guayaquil-Mllagro-Babahoyo(25). MI­
legro, centro de concentración y de comercialización del azúcar,delarrozytambJéndel
café, fue posiblemente la ciudad más activa de la región costera, fuera de Guayaquil.

SI la organización del espacio ecuatoriano casi no ha sufrido cambios en el curso


del perrada 1925-1950, con excepción del reforzamlento permanente de lo que po­
drla llamarse la diagonal Qulto-Guayaqull, es conveniente recordar que con oca­
slón de la guerra con el Perú en 1941-1942, el espacio nacional fue recortado en la
reglón amazónica, en una superficie forestal cuya evaluación varía entre algunas de­
cenas de miles de kilómetros cuadrados y más de 2oo~ooo, según los tratados o
protocolos que se toman como referencia en la larga IIst6 de los sucesos de este
litigio fronterizo todavla no solucionado.

Subrayar que la República no tuvo polltlca de desarrollo ni siquiera de p(esencla en


la Reglón Amazónica durante largos decenios y que en los aí'los cuarenta, por ejem­
plo, no exlstla ninguna carretera carrozable para llegar hasta el pledemonte oriental
donde. no había, por otra· parte, ningún verdadero centro urbano, no es negar la
acumulación hlst6rlca de los derechos territoriales de un Ecuador heredero jurrdi­
co da la Audiencia de Quito. Este recorte terrltorlallmpuesto por la fuerza conmo­
vió fuertemente a una gran parte de las clases medias y populares urbanas, lo cual
es la 'demostración de una verdadera conciencia nacional.

i251 o. hID. booy


JH(}lJ7J).
J J .. G~, 9 .. ""oyo,... y.,..bI:y . . . Al..... (Nrft,

zjj
ESTRUCTURACION y CONSOLlDACION

CONCLUSION

'A comienzos del siglo XX, las limitaciones de la Cordlllera Occidental se vieron
parcialmente neutralizadas mediante la apertura de la vía férrea de Guayaquil a
Quito; la articulación entre la Sierra y la Costa se hallaba reforzada de modo sin­
gular, gracias al ·establecimlento de una Infraestructura permanente de transporte
pesado. Bajo la forma de una Importante diagonal económica, la zona central del
espacio nacional asociaba una parte Importante de los Andes del Norte y del Centro
con las planicies del Guayas. Los· primeros, fuertemente estructurados mediante
un eje meridiano de comunicación, modernizado, vínculo de varios centros urbanos
próximos, se encontraban Igualmente en relación con el mercado de la Colombia
meridionaL

Receptáculo principal de las fuertes corrientes migratorias originadas en el reser·


vorio demográfico de la Sierra, las planicies del Guayas constltu ían el espacio de
expansión de una frontera agrícola, espacio organizado en el marco de una econo­
mía agro-exportadora, caracterizado por la macrocefalía urbana regional. La con­
centración de las dos terceras partes de la población dei pa ís en una zona de área
reducida a menos de 50.000 km2, favoreció, de manera Incontestable, la estructu­
ración de la zona central del espacio nacional ecuatoriano, al asegurar1e una cohe­
sión relativamente precoz y ·sln equivalente en el resto del m'Jndo andino

Los Andes australes y las reglones del litoral central y septentrional, dotados de
una autonom ía parcial, ocupaban en ambos ladQ§ de la diagonal Quito-Guayaquil,
una posición periférica en el seno del espacio nacional. En la parte meridional de
los Andes, de dl\bll estructuración, caracterizada por el aislamiento y por el empo­
tramiento de células yuxtapuestas, permanecían aún vivaces las supervivencias de las
actividades económicas coloniales y los flujos correspondientes. Al contrario, la
parte meridional de Manabí, foco demográfico y área agro-exportadora, y el collar
de los puertos del litoral donde desembocaban los circuitos de transporte de los
productos silvestres recolectados en las zonas forestales muy desigualmente ocupa­
das del Interior, formaban un sistema espacial regional, Integrado al mercado mun­
dial pero en parte libre de la tutela de Guayaquil.

Por último, más allá de la Cordlllera Oriental, el Inmenso espacio forestalamazónl­


co, no estructuredo y débilmente controlado, constituía un verdadero "ángulo
muerto" en el territorio nacional; el Estado Ecuatoriano reivindicaba al1 í una sobe­
ranía de derecho, contrarrestada por la penetración económice de los intereses
peruanos, que se remontaban a lo largo de los grandes afluentes del Amazonas.

236
DEUiR

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237
BSTRUCTURACION y CONSOUDACION

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218
FUNDACION DE LA REPUBLlCA

(1830-18591.

LOS SEIQORES DE LA TIERRA"

Enrique Ayala

1. "WS SEliIoRES DE LA TIERRA"

1.1 Un acercamiento a la cuestión

La crisis del Siglo XVIII, trajo consigo importantes consecuencias, a nivel de todo el
imperio colonial hispánico. "La decadencia del sistema económico organizado en
torno a los polos productores de metales preciosos. tomó la forma de una progresiva
descentralnación de las actividades económicas y sociales, y convertiría a la propie­
dad de la tierra, ~n la institución básica de todo el orden social" (Furtado, 1973). En
el caso ecuatoriano --como lo anotamos- los latifundistas criollos, luego de consoli­
dar la dominación económica, se,lanzaron a la conquista del 'poder político en las
guerras de la independencia.

En los albores de la vida independiente encontramos al país sólidamente controlado


por la clase terrateniente. Este hecho hltsido interpretado de diversas formas por los
autores -por cierto muy escasos- de la historia socio-poi ítiea ecuatoriana. Por una

• Frogmento publicado en: Lucho poIit.... y origen do 101 portldoun o, Ecuodor, Quito, Ed. Cor­
pOro.lbn Edltore No.lonol, 1982, pp. 37-62.

2.19
FUNDACION DE LA REPUBLlCA (1830-18'9)

parte está la hipótesis más tradicional Que caracteriza toda la estructura social a
partir del·particular funcionamiento· de los latifundios. De esta manera, se afirma o
sugiere la existencia de una organización feudal, modificada tan sólo desde hace
unas pocas décadas.

Jacinto Jijón y Caamailo, el más lúcido ideólogo del conservadorismo, es el más


notable representante de la visión interpretativa, Que considera a las relaciones ser­
viles como "la espina dorsal de la ""eN "ació,," (Jijón y c8amailo, 1929). En la ac­
tualidad, diversos autores de tendencia tradicional o mo~ernizante, mantienen esta
misma posición, aunque en algunos casos, se dan ciertas variaciones de tipo adjeti­
vo(1). Por otra parte, también en sectores activistas universitarios, se viene soste­
nien~o hasta hoy la tesis del "feudalismo".

Evidentemente, las relaciones serviles, sobre todo en el caso de la Sierra, tienen una
importancia muy significativa, pero es un error muy grave dejar de considerar Que
las estructuras agrarias sólo existen en relación con una sociadad más amplia de la
cual son parte. Por ello los trabajos científicos de reciente aparición, privilegian el
análisis de la compleja articulación de diverso tipo de relaciones productivas al inte­
rior de la Formación Social Ecuatoriana.

En la introducción manifestamos Que en el nivel actual de desarrollo de la investiga­


ción de la historia nacional no es Rosible caracterizar la FES ecuatoriana, sobre todo
en el ,Siglo XIX. Por ello aoeptamos como hipótesis de trabajo, aquella enunciada
por Guerrero y Quintero Que considera Que en la etapa colonial no se da un Modo
de Producción dominante al interior de la Formación Económico-Social, Que, en
consecuencia, es caracterizada como de transición (Guerrero y Quintero, 1976). En
las décadas posteriores a la independencia, la transición colonial va dando paso a la
consolidación de las relaciones capitalistas de producción como dominantes. En las
postrimerías del siglo, encontramos ya claramente definida la sociadad ecuatoriana
por la determinación de las relaciones salariales implantadas con la acelerada vincu­
lación al sistema capitalista.

.
lt) : E" "" Iíbro M ",dnIle aparic;¡'", el Dr. omddo H..""do. ropíte "" prindpo1e.1I1p1f1nI­
- e s de //jIJ". """que en co"ju"to, ... imerp....eI6" ,.,...aJ e• ..... ,;",pllr (Cfr. "El'
Po. Polítil:o "01
el Eeudor") Por O"" /'MU. el E...ilio Bo"/ftll. M6tilUd0 __ .
_/arote y perr ero M Ilr e...... M Agrieu"""', _rierw ........... """" pla"te..

,nd;,.....
.../aroto. f"J",t:ldo. (Cfr... M A"""''')' . •

240
AYALA

En la etapa que nos ocupa se producen profundas y significativas lransformaciones


a nival da toda la estructura ecuatoriana. En la población se da un importante cam­
bio. Durente todo el período colonial, se había mantenido una abrumadora desi­
gualdad entre las regiones naturales. En 1780 -por ejemplo- de 342.084 habitan­
tes, 311.649 se localizaban en la Sierra y sólo 30.435 en la provincia de Guaya­
quil(21. En las últimas décadas del Siglo XVIII yen las primeras del XIX, se descu­
bren rasgos que modifican la situación. La Sierra soportaba una aguda aisia
poblacional, fruto de la depresión económica, desastres naturales, escasez de alimen­
tos, epidemias, etc. La Costa, en cambio, experimentaba una pequeila revolución
demogréfica. En 1780 el 6.70 /0 de la poblaci6n nacional se asentaba en esa zona.
Para 1825, la Cifra se había elevado al 140 /0. En los primeros ailos de la República,
Guayaquil aecía en forma acelerada, a tal punto que, para 1830 desplazó a Cuenca
del segundo lugar en número de habitantes.

Ya durante la República, no sobrevinieron nuevas crisis y la poblaci6n creció tanto


en la Sierra como en la Costa(3). Empero, siempre el ritmo de este última región fue

121 C• • • Prov. Po",,". m.~, ",dio, LJbrn iI....,


Q""" 1711 3Il.U' 13.l!S0 2l3.ZB7 U.SS9 2.SS3
26.71°A> 6B.43OA> 4.03OA> O,I3OA>
Prov, G.."..,.aJ 31,090 4.6S' '.331 14.96' 2.131
1711 14."oA> 30.01°/0 4IUJOA> 6.sS°A>
QlIIID C.... , ZB.4Sl 17.160 9.l4' 17B SU
171Jt) 62.7BDA> 32.14OA> 3JJ9DA> 1."oA>

(L.T. P.. "MIIID, "Lo PD"1uIóII ./BewJ",", T..... a,~, N. . . . .': QoIIIo.
1'39,"', 41),

(31 C,.clwriftt<> fID"luIou,

171Jt) 424.037 IB60' 1.21Jt).47S


17IS 4S3.':12 IBlIs 1.711.300
1110 641.992 1'10 2.472.300
113S 'U.433 1'36 3.414.106

241
FUNDACION DE LA REPUBLlCA (1830-18J9)

mucho más significativo(4). Esto se explica en muy buena parte por las migraciones
de trabajadores del Cellej6n Interandino hacia el Litoral. A su vez. el fenómeno
tiene directa relaci6n con las transformaciones que se dan al interior de las dos re­
giones. afectadas de diversa manera por el impacto de la vinculaci6n capitalista.

1.2 Hacienda Serrana y Latifundio Colteño

Cuando se produjo la Independencia. se habra consolidado ya el sistllma hacendario


serrano. El colapso minero a nivel de todo el mundo andino y la consecuente crisis
de la producci6n textil quiteña. trajeron consigo ,el que la produccl6n agrícola
cobrara gran importancia. al mismo tiempo que se valorizaba la tierra. De esta
manera se dio un violento proceso de desalojo de las comunidades indígenas. a las
que no sólo se despojó de la tierra. sino que se oblig6 por la cohesi6n o la necesidad
a vincularse a la gran propiedad agraria que surgía de la drástica ampliaci6n de las
fronteras·Bgrícolas(5). .

Los indígenas. te6ricamente libres para vender su fuerza de trabajo. se vieron obli­
gados a "concertarse", es decir a comprometerse con un propietario. que les paga­
tia por adelantado su remuneraci6n. "Dada la cantidad de tributos y obligaciones

(4) Pabluló" d.1 E......uw, (,,)


A'a. 1779-17110 1112J lI1JII-II140 11157-1I1JII

Ca"" (b) 32.1140 74.1144 91.4JJ UII.J57


S..... (.) _.949 414.210 4JJ.II57 620.040
4JJ.711l1 4IIlI.OJ4 J47.292 7411.J97

(,,) !W n«<f1I'Í" .1 0riM'"


(b) ...""""', l l - u a , M<r1ubí" e"""..".,u.
(.) lNmI, O""",,a, Qui.a, LtItIurI",.. A"""'.a, RID"""'''''' e_diJ, A_d. C_"
La;".

(M",,_' -t,¡, "HI"""" Sa"'l" 1l",""",It:" • e"""


176J-1H2·:lWJllt:....DIIII• •, Ardlm. H;,,6I*a d.,
'" A" l'rDt1IIIriI •
197J. p¡íg. 80.
e""""quU

(61 A....fW lID bllY -..da ..... ID. " " _.. "'P.aa d. "'f~".
• ". .'" .. fa...... ,......J q_ .".. ",,.,., ....... a_ _ MI, • '"
"'''''''''''_,
,,_ddiul d. ""Ir ""
fra""''''' • _ a . d&t>-. 1""" .."'"..,"" '""''''''' • ....dia, m-.....tIIr '" pro­
dN.t:i61o y da",""" .1 -.ID, " par "'''''''', '" '" .....1IdIul . . . . . .","" .. ID.
",ua." '" _a • amW....... par _tila .'_""'a . , ~""a,

242
AYALA

que pesaban so,"e e/ indíge1Jll. su situación se flo/flía extremadamente precaria. /0


eJlll1 facilitó e/ q!'e se ""YalJCJlm,,/ando "na deuda con e/ I!.lItt'ón. que perpetuándose
de padres a bijos. los ataba seeJI/armente a/ latifundio" (Velasco, 1976). A cambio
de un jornal que nunca se pagaba en la práctica y de /a entrega de reducidas parcelas
(huasipungos) para que produjesen sus medios de vida utilizando el trabajo personal
y familiar, el latifundista aseguraba su control sobre la mano de obra barata y
permanente.

El concertaje. como contrato que era, estaba normado por la legislaci6n civil y se
asentaba sobre la capacidad del terrateniente de obligar al deudor a permanecer en
la hacienda mediante el empleo de la fuerla. La prisi6n por deudas fue el basamento
represivo de \a relaci6n laboral. Por otro lado, se perfeccionaron ademés otros me­
canismos de carécter ideológico (priostazgos. las fiestas, etc.>. que provocaban un
permanente aumento del endeudamiento. De esta manera se lIeg6 a casos en los que
el trabajador no podía reproducir su fuerza de trabajo, en /a medida an quedeven­
geba los antici pos hasta seis días por semana.

El latifundio serrano logró constituir un complejo econ6mi<Xl-geográfi<Xl que in·


cluía: tierra, destinada a la producci6n agrlcola y al pastoreo, obrajes y poblaci6n
indígana asentada dentro de los Ifmites del latifundio. Las com"unidades religiosas
y un grupo reducido de familias criollas, se convirtieron en los principales poseedo­
res de la tierra. Con \a independencia creci6 el poder latifundista, pero los obrajes
que habían sobrevivido a la crisis de mil setecientos vinculados a la hacienda, recio
bieron el golpe de gracia con el ingreso masivo de los productos europeos. Esto
obligó a los terratenientes a modernizar los centros de producci6n textil y a exigir
del Estado la mantenci6n de barreras proteccionistas(6).

Dentro del <Xlmplejo hacerldario serrano se dieron también otras relaciones produc­
tivas. En algunos valles célidos de la zona interandina, la esclavitud tuvo singular im,.

(8) AJoo'" ., P. LI GoubIrl ", ••


C",.,.., ApIrrw y
.,,,.,...,.1/WrsD
.... ..,.... D . R_ Mo_f", qw
"" _ o
lo • •",. .. _1116 III
_ lo,CbiIIo,._
",..,."" lo tm- f - - ".¡uo, (JBJ2,. dOfltlfl /JO " .. h 140
_ _1IinIdO '011 MM felM:ldMl _ _ ..... f...-ltl • •",. udmoIIl", El .....0
bIIforúdor .",.., "L _"", fllbrUn qw por ..... tleffIfJO .......... (. lo ......­
...... _pe. y III _ -.Jo'. "''''0 1AfIIermtItI. PoIjIJI Y C-o. ..,.".... _ . ,.,.
.,"""dD _ u...... (JBIHBI$)• ..,_ _ ro lo FJbrIoJ l1proI.. M lo, r;bIIIo" 11­
,.16 roM ~ ... 'OIfoe16 o'" ,.""" ,.,. J1I67" UoIJ LI Go""ir y ROIMI'
..Hin _ lo ~ tlel &wdor" QtdIo.I"'i'. tlel Cf#ro. J9JO'. "

243
FUNDA ClaN DE LA REPUBLlCA (183IH8J9¡

portancia. Por otra parte, formas típicamente precapitelistas como el "partido", al·
canzaron ta~bién cierto desarrollo. No se da pues en la Sierra, una suerte de "Modo
de producción Feudal Regional", que han querido encontrar algunos autores. Para
mencionar solamente un rasgo, es preciso destacar que uno de los rubros més impar·
tantes de la economía interandina, fue la actividad artesanal, volcada a un activo
intercambio comercial interno, e incluso, destinada a satisfacer la demanda de las
zonas limítrofes de los países vecinos, con las que se hallaban articulados amplios
sectores descentralizados de la geografía ecuatoriana.

La consolidaci6n del latifundio costei'lo es posterior a la del serrano. Se da en estre­


cha vinculaci6n con el incremento del comercio intérnacional. Durante la Colonia,
la Costa fue una regi6n agrícola secundaria en la qua prevalecía la pequei'\a propie­
dad, que coexistía con la propiedad comunitaria de las parcialidades indígenas(7).
'Sólo a mediados del Siglo XVIII, con el activamiento del comercio legal e ilegal,
cobra importancia la producci6n de ciertas plantas tropicales, como el tabaco, algo­
dón, arroz V fundamentalmente el cacao.

Este ú~timo se cultiva desde el Siglo XVI, pero sólo a partir de 1740 se encuentra en
alza permanente. En los comienzos de los mil ochocientos V fundamentalmente a
raíz de la independencia, el aumento de la producci6n cacaotera es aún mavor(a).

l7l Au"'l_ '" -yO' i"'J'f4 d. ",. _iftd;u cOfIMlW. "" '" Co"" "" .1 siglo XVI ....
M _ . d.1 ,,,,,..1, ",. cpldtmJóu y enfcmrctÜd.. rcdwjcrOfl '" pobluló• ....,¡"" sII-·
...... mm.... Lo. ;"dI,,, ca.._.'_ ¡¡""•• "'tÜptmdlft... y .. ,.",.,.,. tII In­
_o ''''''01 d. . " , d _ M .... ricmu Y ulll/s,IDI co..o _o M o""" QtdU.
" f.cto• ..... ,Irnp-.u fw '" -.:/o d. "0",,",,_' .am6..1cM """. 10. "011­
tfIIlnodo..., ..o ""bu ""ba
1'ÍtfII- '"0'';'''';''' en .1 iÍtrM que d4do ,,_o .....1IiItlo
'" rCfIobluló.. f0f'Wd4 COfI """"0'. E• •1 Siglo xm 10. 1NIbi""'... nttp-.m ti .p
ItIbIc_ piftttl<:iOfln • Irnp_ ..dtIvo. en "" plonit:lc. MI G""""., '" _ f_reble
ptmJ " ....;,.

CSI Prodru:<:i6n M C...o (184(}-1B48¡

ARO SACOS ARO SACOS ARO SACOS

1846 142.669 1843 1J4.634 1846 111.010


1841 114.102 1844 8J.741 1847 110.736
1842 67.090 184J 97.290 1848 210.074

(El d_"",o M 1842 .. Mbc ti '" cpltÜntitI M Jfcbre _,."",¡


To_do d. "El C_<:io", G""YtItfIIU, Enero 24 M 1879.

244
AYAl.A

La econom ía costena, que desde antes de la emancipación estaba estrechamente Ii·


gada al cOmercio internacional, experimenta un fenómeno de sostenido crecimien·
too En estas condiciones aparece diferenciada una fracción de la clase dominante,
que, puade caracterizarse como una naciente burguesía comercial, enfrentada a la
tradicional oligarquía latifundista serrana.

A lo largo de los mil ochocientos, se manifiesta en la región costana una marcada


tendencia a la extensión de las fronteras agrícolas y a la concentración territorial.
Esto, no solamente por la necesidad de aumentar la producción cacaotera, sino tam­
bién como una medida para impedir el acceso a las tierras libres a los inmigrantes
serranos. La crónica ascásez de mano de obra que se registra en la Costa, obliga a los
terratenientes a buscar nuevos mecanismos de control de la fuerza de trabajo. De
esta manera, aunque el concertaje existió hasta los inicios del Siglo XX, nunca fue
la relación básica de producción prevaleciente en' la zona. Observa el historiador
Hamerly: ~"•.. el latifundio come....ó a co,",ertirse en la forma dominante de pose·
sión de las tierras en las pl""ieies del Guayas y el litoral sur. Hasta entonces se ba·
bían colonizado, como el resto de la Costa, por propietarios y ganaderos, con terreo
nos medianos y pequeflos. No babían desaparecido los indios costeños, y no babían
sido reemplaZlldos por los negros, su n"mero aumentaba la causa de la relJolución
demográfiea y de la migntción desde la Sierra. La esclaflitud se encontraba en franca
decliflllción. p"O ""n así,... sería un error describida Costa en térmInos de latifun­
dios y COm'"UII indígenas, y error a"n mayor el diflidir ala mayoría rural entre pro·
pietarios y conciertós"(Hamerly, 1973).

Es muy grande la importancia da la propiedad campesina lÍo indígena, de mestizos.


mulatos y negros 1ibres. Son justamente estos pequanos productores los más afecta·
dos por el proceso de extensión de los latifundios. A través de mecanismos como la
compra, la denuncia da tierras baldías o el despojo a agricultores con tftulos preca­
rios, los propietarios extendieron sus fronteras egrícolas. Los pequeMos productores
podían 5610 volver a colonizar o quedarse como jornaleros.

~I latifundio coste/lo descansa sobre el trabajo excedente extraído al cultivador de­


pendiente. La principal forma de explotación a su interior, es la "redención ". En
ella, al tiempo da trabajo de productor directo se desdobla; por una parte cultiva el
lote que la asigna al hacendado da donda obtiene, lo necesario para la subsistencia,
y por otra, planta y cultiva los cacaotales para la hacienda, los cuales debe entregar

10

"
FUNDACION DE LA REPUBLlCA (lBJIJ-lB'9)

una Vfn que estén en condicionll$ de produceión(9). La producción de la hacienda


cacaotera se halla internamente diferenciada, una responde a las demandas del mer­
eado externo, y otra al mercedo interno y consumo doméstico, que contribuyen a
la reproducción de la fuerza de trabajo.

La redención era la forma más económica que tenía el terrateniente de expandir sus
propiedades, pero las condiciones del mercado de trabajo, determinaron la introduc­
ción de relaciones monetarias. Cada vez se hizo más necesaria la contratación de
mano de obra por el mecanismo del salario. "Ciertos propietarios -dice Hamerly­
consideraban que este salario constituíp una remuneración excesiva, pero no tenían
más altematifla que pagarlo. La mano de obra era escasa y babía apreciable tenden'
cia a la vagancia. Se podía en aquel entonces ganar lo suficiente en dos días de tra·
bajo para subsistir toda una semana"(101. Las relaciones capitalistas, se ábrieron
paso y fueron ganando terreno, en medio de las formas típicamente precapitalistas
con las que coexistían.

De esta manera, se fue acentuando la diferenc~ción regional entre la Costa y la Sie­


rra. Mientras en el litoral se consolidaba la actividad agrocomercial vinculada al mero
cedo externo y asentada sobre formas diversas de producción; en la serranía, la pro­
ducción destinada al consumo interno, seguía dándose al interior de la hacienda, or­
ganizada en base a la explotación del trabajo servil.. Este proceso trajo consigo una
articulación cada Vfn más compleja de las dos regiones( 11 l. La acción del mercedo
mundial fue determinante no sólo en la economía costei'la, sino en toda la forma­
ción social.

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e¡¡rIe"'" por le dIsrrIImId/>" de les " ' _ d. """";0 ,,_/to. debido a le ...pe;ó" de

eofI",mldOrfl. de _
P_.
ID. OIrrtpeellro. üpnd/efl,.. a le Co..... donde se eo".I,tkro" n INNjodOrfl' lihm
potfI les p/efl..eIorrer de - o : por 01N n le eo..-.l6" de ID. """....iertle. n
..",_ _ """fHIIU. "''" ID. IIetió " bruear e...", /""" _irrJIWr
eI _ _ """"'-do el m- ""ende "le ....... slftUJeió,," (A....... 197':JI).

246
AYALA

El flujo de meno de obra de la Sierra hacia la Costa, siempre escasa de brazos para
satisfacer les demandas de su crecimiento, afect6 a toda la economía nacional.
. Mientras la burguesía comercial buscaba mecanismos para incentivar la mlgraci6n,
los terratenientes reforzaron su capacidad de control sobre los trabajadores agríco­
las. Profundizaron las relacionas de endeudamiento de los conciertos, ampliaron la
extensl6n de los huasipungos o crearon nuevos, e incluso en algunos cesos reorgani­
zaron los sistemas de trabajo. En este perspectiva se visualiza un fen6meno al pere­
cer contradictorio. El avanca de las relecionas salariales, trae consigo una profundi­
zeci6n de los rasgos serviles que caracterizan a la producci6n serrana.

1.3 D-mcuJac:ión y CaudUlUmo

Al cabo de la Independencia, el cuadro social de América Latina adquiri6 carecteres


específicos. "Rotos los "i"culos co" 14 ",etTópoli, el podn ""dió a desp14sarse 1m
todas partes bacia 14 cwe de los seflor.. de 14 ti".,a" (Furtado, 1973). La historia
ecuatoriana decimonónica se desenvuelve en madio de la lucha de la clase terrate­
niente por consolidar su dominaci6n IIObre las masas trabajadoras; al mismo tiempo,
encierra la secuencia de los enfrentamientos entre sus fracciones cada vez més dife­
renciadas.

. Una rica e inexplorada tradici6n de levantamientos indígenas y asonMas populares


urbanas, pone de manifiesto la presencia protag6nica de los sectores populares en la
lucha social. En este madida, el conflicto entre los grupos dominantes, debe ser ubi­
cado dentro de una perspectiva global que fos enmerque en el pro08llO de fucha de
clases. 5610 e partir de este constatación se comprende la dinémlca dal poder terra­
taniente y la particlpacl6n de los sectores auxiliares. Importantes grupos de artesa­
nos, profeslonalas y pequei'los propi9t8rios y comerciantes, giran alradador de la ll8­
truetura latifundista, que sa asienta IIObre la explotaci6n campesina y se conl101ida
poi ítica e ideológicamente con la utilizaci6n repreSiva del aparato estetal y la acción
de fa Iglesia Católica.

A madida que se acentúa la diferenciaci6n regional Costa-Sierra, los mecanismos de


reproducci6n del sistema se van diferenciando. La oligarquía serrana sustenta su po.
der en la explotaci6n de la meyoría de la. población nacional, tiene la rnés elevada
cu9ta en el menejo del Estado y en la direcci6n de las instituciones especializadas en
la esfera ideológica. La oligarqu{a costei'la experimenta un acalerado crecimiento de
su poder econ6mico, ceda vez m6s estrechamente vinculado a los centros cepitali..
tes; no sólo controla directamente el comercio internacional, sino qúe es cene I obli­

247
FUNDAC10N DE LA REPUBLlCA (1B30-1B59)

gado de relación con el exterior, y el núcleo que centraliza las divisas y la recauda­
ción aduanera.

De este modo, aunque ambas fracciones ejercen la dirección del conglomerado 80­
cial madiante mecanismos relativamente similares, en forma paulatina, se acentúan
los antagonismos. Mencionamos ya un punto bésico de fricción al referimos al
control de la mano de obre. Durante el Siglo XIX se mantiene una eguda ten­
sión· alrededor de las migraciones de trabajadores serranos al litoral. Buena parte de
la literatura polémica de la época se enraiza en este conflicto, determinante en el
funcionamiento de las estructuras latifundistas regionales. Por otro lado, está el
debate por la supresión de trabes aduaneras. El sector comercial defendió una polí­
tica abiertamente librecambista, frente a la tendencia proteccionista serrana. En esta
lucha se jugaba la vida de las fébricas textiles y los castigados obrajes ir'lterandinos.

Los conflictos entre los sectores dominantes, no son, por tanto, tensiones eventua­
les de carécter meramente adjetivo. En la medida en que se enfrentan' dos formes
dlilersas de producción, las diferencias tienden paulatinamente a egudizarse. La
visible diversidad de la composición social de ambas regiones es sólo una pruebe de
ello(12).

En les primeras décadas de la vida republicana, las fracciones dominantes se van de­
finiendo y diferenciancio cada vez més. Sin embargo, ninguna de ellas logra consoli­
darse como hegemónica dentro del bloque en el poder. El conflicto permanece
irresoluto durante toda la etapa. "y esto -oburfla Velaco- debido a qJUI "¡,,p"o
d4 los dos secrores logra u"a co"solidació" ji""e en rbm¡"os eco"óm¡cos, qJUI le
pnmira impo"erse mtlflijiesramente sobre la otra. Mú m.",
e" toda la prime...
mirad del Siglo XIX, la fragosa geogN¡ía co"tribuye al relamo aislamiento de la

1121 . B. '" S","". lo. f"li'OIlOriW...... MUY 41"""riI4oi: M alpflO _ ~"".


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248
AYN.A

dos .-gion.s" (Velasco, 1976). Con el tiempo, la burguesía costel'la logra una impOr­
tante expansión de su capacidad económica, al peso qué gana coherencia intema y
capacidad de presión polltlca. Cada vez más alcanza mayor',control en la dirección
de la actividad productive y comercial, lo que trae consigo un significativo robusta:
cimiento de sus mecanismos de acceso al poder. De otro lado, la oligarquía terfllte.
niente serrana, al tiempo que no alcanza un nivel apreciable de desarrollo de su,
capacidad económica, experimenta cada vez con mayor fuerza, un fenómeno de pau­
latina descomposición interna. Sin la posibilidad de hallar intereses que la articulen
a nivel regional y nacional, el latifundismo serrano patentiza cada vez más su caren­
cia de homogeneidad efectiva.

La inexistencia de una real interdependencia entre les zonas de producción Interan­


di nas, hace que les alianzas terratenientes adolezcan de una crónica inestabilidad,
plegada de enfrentÍlmientos y contradicciones localistas(13). Los propietarios se Ii·
gan unos a otros en función de la lucha por el poder a nivel nacional, pero no llegan
a dar coherencia estructurada a eses coaliciones, cuyo contenido no pasa de ser pl'&
cariamente'defensivo.

Bajo esas condiciones, la existancia política del naciente Ecuador, se caracteriza por
uríe marcada desarticulación. El fenómeno "regionalista" aparace como una con.
cuencia de la segmentación del poder, conspirando no sólo contra la unidad, sino
contra la propia existencia del País. las tradicionales autonomles de los depar­
tamentos grancolomblanos (Quito, Guayaquil, 'Cuenca), e incluso los niveles de
descentralización de pr9Vindas, municipios y parroquias, Patentizan este fenómeno.

De aquí que la persistencia de "pronunciamientos" autónomos, luches por la de.


cantrallzaclón, proyectos faderallstas, haya sido la norma de les primeras décades
"¡¡publicanes. Ya en los díes de la Independencia, el Gral. Mosquera peicibió las in­
.s
tenciones de los notables guayaquilel'los: "¡nfilro '1114 la ¡ndepBfld.ncia lo '1'"
más "S agnUJa, y '1114 la reunió'; con .1 Perú .s .1 partido 'Iu. abrasaríllft BfI, c.o de
ItO conseguir la ¡ndepBfldBflcia absoluta d. GwylltlUü" (Olmado, 1960). Esta' ten.
dencia, manifestada relterádamente en la Historia, se CXlncreta no solamente CXlrno
pretensi6n separatista, sino como permanente actitud de impedimento a que Gua­

1131 lf4Iorw, ..._ ."...,...,..........,.,._ Lo;. Y 7'IilIaa, • _ * - __.1

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249

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FUNDAClON DE LA REPUBLlCA (1830-18'9)

yaquil dejara de ser el único puerto del pals(14). Tambi~n en la otra cabecera deparo
tamental, en Cuenca, e, incluso en ciertas capitales de provincia como Loja, se
presentan repetidas manifestaciones autonomistas. En el caso de la comarca azuaya,
la tendencia se acentuó significativamente cuando en el auge de la exportación de
cascarilla de la década de los cincuentas, se dió una diversificación de los intereses
latifundistas tradicionales hacia la agr~xportación.

·Es as! como descubrimos en la lucha poi ítica varios niveles de contradicciones. En
primer lugar las que explicitan el antagonismo fundamental entre explotadores y
explotados. y que constituyen el telón de fondo de los conflictos de poder. En se­
gundo lugar, aquellas que se dan entre las fracciones dominantes en el plano nacio­
nal. En tercer lugar, las que se generan entre los intereses terratenientes locales. En
este marco se desenvuelve la estructura latifundista, que se reproduce y consolida
mediante mecanismos extraeconómicos. El hacendado logrll' determinada capaci·
dad de negociación y decisión, a trav~ del uso del poder a nivel seccional, que le
da una garantfa de utilización de la ley y la represión, y mediante una alianza con
la clerecía, cuya función básica es dar coherencia ideológica al sistema con el ejer­
cicio de las funciones religiosas.

Esta fórmula de control de las masas, justificada en arcaicas concepciones "patema­


listas" ~ico religiosas, es el instrumento de sustentación polltica del terrateniente y
la base de alianzas regionales más amplias. En ellas participan varios latifundistas
aglutinados alrededor de uno, a quien se ha denominado tradicionalmente "clU:i­
que". Este' ejerce las funciones más relevantes (Gobernador, Ministro, Legislador,
etc.) o las entrega a otro notable de su confianza. De esta manera consigue la capa­
cidad de negocilición necesaria para alcanzar una cuota de poder al interior de las
coaliciones de nivel nacional. De vuelta, este complejo de vinculaciones, acentila
su influencia en la asignación de funciones burocráticas y otros privilegios.

En esta medida, se aprecia la importancia que tienen las instancias descentralizadas


del Estado, en la articulación del poder político seccional. Madiante el manejo de
"su gente", el cacique logra el control de Asambleas Electorales, Municipios y otros
órganos de dirección regional. De esta manera, la lucha poi ítiea se canaliza a través
de inestables alianzas gamonales que por sus reducidos niveles de cohesión interna,

(141 El btlÚ:O'~" iII.PwrtotkMimúya la "íaaIPaUó".(PWrtIJ deSart~_"),,ía


_ . el "'" la,.", «1M" la Hútoria ....dorral.

250
AYALA

requieren de un alto nivel de represi6n pera mantenerse en el poder. De alllla im.


portancia de la participación del Ejército, cuyos jefes cumplen el papel de árbitros
de los conflictos locales y regionales. Al tiempo que en el ejercicio del poder, ex·
presan los intereses de una u otra fracci6n.

Lo que se denomina "pllrtido. político." en las primeras décadas de la vida del


EQJador, cuando no son simples clienteles electorales de determinado notable, son
moVimientos ceudillistas que expl'll88n la .allanza de un sector de la clase dominante
con el Ejército, quedesempe/la el papel arbitral, dendo coherencia represive a foro
mes de poder de escasa legitimidad. En esta etapa de la Historia nacional, adquieren
gran relieve el "/lor,"rrismo" y el ....rbi"imro .., dos formaciones politices para cuyo
anélisls se aportan algunos datos.

1, ESTADO Y PODER

1.1 El ámbIto del1!....o

El Ewador se constituye como entidad politice autónoma el 13 de Mayo de 1'830,


cuando la Junta de Notables reunida en la Universidad de Quito, resuelve dillgregar.
se da la uni6ngrancolombiana(15). Pocos meses después, la Constituyente de Rlo­
bamba dicta la Primera Carta Fundamental, en la que, por sobre las pretensio.nes
monérquicas da algunos pr6ceres (entre ellos el Presidente Flores), se adoPta una
forma republicana inspirada en loís més refinados cénanes liberales.

En la declaiación béalca: "El Gohinno d,l Estado d,l Ecuador,. pop..lar. rep,.,.",.
",m;o. ttl_ti90 y ,.,,,óUlb"" (Constitución del Estado, 1830), se descubllln
poderosas influenciall del sistema presidencialista norteamericano. Es esí como ",1
_poder "'P"""o y soblN"o d, '" ,,¡,ciD,,", se ejerce a través da los clésicos de tres po­
derés. En esta divlsl6n, el Ejecutivo asume la lXlnservación del orden y la seguridad
Interior; dirige- el Ejército; IIis relaciones exterioreS; puede decretar "E.t4do d, st­
tío". desterrar, disponer prisiones, lXlnmuter sentencias de muerte, etc. Al mismo
tiempo ej8roa cierta dlrecci6n de la admlnistraci6n seccional y algunas funciones

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FUNDACION DE LA REPUBLICA (l8JO-1859)

inherentes al "paITc)ltaro" eclesiástlro.

El poder LeglslatillO, de acuerdo a las fórmules constitucionales, es el principal del


Estado y la fuente de los demás poderes. Se reúne cada dos ailos. La Función Judi·
cial, es independiente y funciona seccionalizada, bajo una Suprema Corte. Aunque
en algunas áreas, como la penal, se dictaron rápidamente disposiciones y códigos,
amplios secto~ dll la administración de justicia quedaron normados por las Leyes
de Indias o las de la Gran Colombia.

Sobre las fórmulas jurídicas, se impuso la realidad desarticulada de la sociedad ecua­


toriana. La segmentación del poder y la incapacidad latifundista para articularlo en
forma coherente y centralizada, dio como resultado el que el funcionamiento de las
estructuras políticas estuvierá absolutamenta alejado de los enunciados representa­
tillOs Y alternativos de la Carta Constitucional. Al no tener ninguna de las fracciones
dominantes capacidad suficiente para ejercer la hegemonía, no se logra constituir, ni
siquiera inclpientemente, el Estado Nacional. Las formas de dominación Politica
que prevalecen, presentan rasgos de un estado oligárquico que sólo luego de algunas
'décadas se ronsolida y define. Estamos quizá ante el caso de una fórmula un tanto'
diferenciada de lo que en otras realidades se ha caracterizado como un "Esrlldo Gil"
mo"al", que reproduce la concentración del poder politicc en desarticulados ámbi·
tos regiona les.

Es importante destacar que la adopción de las fórmulas jurídicas liberales, típicas


de los países capitalistas desarrollados, no es fruto de la ""ovelería" o la "re"de,,­
cia a la ¡miració,,", sino una necesidad de la estructura de dominación. De esta ma­
nera, el Estado no es producto de las contradicclones.sociales, sino unaJnstancia su­
perior a ellas;' es el árbitro de los conflictos de clase porque representa a toda la
""ació,,", sujeto de la soberanía; el gobierno es "popular" y representa al conjunto
de "rodo.lo. ¡"rereu••ociak.... Todos son iguales ante la Ley. Se oculta elverda­
dero contenido de la instlÍncia estatal y su carácter de clase. Se reafirma la existen­
cia de la "/ihmlld", "igualdlld", el "hum comú,,", como universeles ideológicos que
expresando los concretos intarases de los grupos dominantes, son asimilados por
las masas como verdadera expresión de sus propios intereses( 16).

/181 0..". _ .... '" . . .rIMd" . ."" ..... .....10,;. "ei"" qw po...'" qw
U,odo, ."'0' btnwttMo,"'. fI" ., ._""¡o ..".• •."..,."".",.".... &a. f:orrlrruli&­
dMJn, c¡w Hy "101a fórfllu'" .. "Í«v/r ala ra";'''.

252
,
AYALA

SI bien el marco jurídico del Estado justifica eficientemente su papel de "policía"


del "orm sOcMl", resulta inadecuado para mantener dentro dé las fórmulas, el fun­
cionamiento de los tres pod_, que desbordan continuamente su émbito. No ex is­
tiendo en el Ecuador una bese social diferenciada que se exprese en la división de
los poderes, el poder real tiende a concentrarse en el Ejérclto( 17).-En la madida en
que la lucha política se da entre fracciones poco diferenciadas y'al mismo tiempo
incapaces de alcanzar la hegemonía, el marco constitucional del Estado es extrema­
damente débil. En !'St8S condiciones, la dictadura es una salida a cada conflicto irre­
soluble dentro del orden jurídico. Las Jefaturas Supremas, llInto como su secuencia,
les Asambleas Constituyentes, no son la excepción sino la norma, porque tienen ca­
pecidad de Inclinar significetivemente le belenze del poder, creando instituciones,
dietando leyes, decretando sanciones, etc.

La original división polítlaHldminlstretive de la República, expresa visiblemente el


caréctar descentralizado e que hllC8fTlos referencia. El territorio esté dividido en tres
Departamantos que tienen en su interior a las provincias, centonas y parroquias. Ca­
da una de estas entidades tiene instencias de control y decisión autónomas o sem~
lIUt6nomas con tan empila cuota de poder, que el Ejecutivo central conserve casi ex­
cluslvemente le dirección de les releciones exteriores y el control de elgunas contrI­
buclon!l8. Los municipios, Juntas de heciende, cuerpos gubernativos de instituciones
locales, dirigidos por los notables, tienen en elgunos casos, mayor capacidad eco­
nómica y política que el propio gebinete presidencial.

La aduceción, la beneficencia y buena perta de los medios de eomunlCllCión, estén


bejo el control de le Iglesle, que también tiene e su caíglflos registros de r08cimien­
tos, matrimonios y defunciones. Actos civiles estos últimos, que estén normados
por el Derecho Cenónlco. .

Por otro ledo, algunas eetivldades de tipo culturel o benéfico, y fundementalmenta


las obras públicas, queden en menos de entidades locales o regionales. Se lleven a ca­
bo por al sistama de "",;"gas", es decir, madlante el trebejo obligatorio de los caro­

253

",'
"','", .~ '- . ­ .- .
FUNDACION DE LA REPUBUCA (IB3(}o1"9)

pesinos. El Presidente Rocafuerte, que intentó dar un serlo impuiso a la construc­


ción vial, se queja ante el Congreso: "La Co""'''ció", eo"ociftdo la importil1rcia d,
los eami"os. asignó ~0.000 pesos al Ej,cumo para 'sU i"u"sanu _o. pero "0
d,temIi"ó d, dónd, bab1'ía d, salir 'sa suma. :Y así s, ba b,ebo iltlsoria tafI b,,wfi­
ca disposició,," (Aocafueri:e, 1900).

El Ejecutivo Central percibe una limitada parte de los ingresos públicos. controlados
en su mayoría IlOr Ilis '1t1"tas d, Haciimda", entidades regionales autónomas. En 10&
primeros treinta anos de vida republicana, la PU8rza Armada y la alta burocracia,
absorbían. casi en su totalidad el Presupuesto Nacional, a tal punto que ni siquiera
los soldados y empleados inferiores llegaban a percibir sueldo. "Así. ,1 pr,supwsto
"tnrtinal d,1 Estado, ,,, 1831, '"' d, 387.973 p,sos:y 4 "ales:y 318 d, real DI 'su
suma, ,1 Ejército tomaba ,¡,eriNm,,,u, al"d,dor dI 200.000 p,so', lo dnrtIÍs qtl,­
daba para ,mpllados público, , i""",iD"" d;"etllJ d,1 Presid",u, ... Por ",to"e"
,1 J,¡, d, Esudo. ""ía tI"a ""ta a"tlal d, 12.000 PIlOS; ,1 pri"cipal Mi"istro -'-qlll
era ,1 Mi"istro d, Góbilmo :Y d, R,klciD"" E~t,,;OrIs a kI tlIIS-. 3.000; :Y los
d,rtJIÚ 1.200. El_Ido del Presid,,,,, eOrttrtlltllbll, plllS. "oubl""",,,. "0,610 eurt
los di los Mi"istros. ""O um"",, eo" kI pobr,.. g",eral d,1 paí,. ",,1 qtl, _ _
"e,día a ctUJtro pIlOS. .. "(Rayes, 1974).

El crecimiento del presupuesto nacional mantuvo un bejíslmo ritmo en las cuatro


primeras décadas. En 1836, ascendía 580.664 pesos. En la Convenct6n de 1843,la
Comisión de Hacienda calculó les """tIII "atllrak," de la República en 683.120 pe­
sos y los "gasto, II&tllales" en 647.657 pesos, siendo el déficit de· 164.537 pesos(181.
El I?residente Roca describía la situación al Presidente de los tenedores de bonos
hispanoamericanos: ."Las ""tas a"tIa1Is d,1 Ecuador "0 '0" sufiei8rtt". "i ba al­
eaMado d"d, afio, atrás P"'" cubrir lo, gasto, d,1 Gobilmo. E,u sitllació" dtmlrá
mi8rttra, ellrlsea d,ti"" pobklció" indtl,trio",. lhra IN" porció" d, la pobklció" 's­
1181 Lo.· ,
Lúta MIIItIIr Y ........ .1130.007,....

'--,y
,-... R4IMI-. E,*,*,,.. 137.1U,....
119.448,._
JO• • 1"'00._. dftd4y""
trIUIiJ4iI4o.111 T.._ 111._,..,.

147.6117,..,.

254
AYALA

tá comp",;t. por i"dios. cuyo pri"cipal alim,,,to s, "dllc,.1 m.ís p,/4do" (El Na­
cional, 1846).

También los Ingresos descentralizados de cada Departamento, sufrfan déficiu cr6­


nlcos. Se daba una grandesproporci6n entra cada uoo·da ellos. En los anos traintas,
por ejemplo, las recaudaciones de Quito fueron relativamente'altas, en cambió que
Guayaquil atravesaba una dura crisis financiera(19). Con el aumento de la exporta­
ci6n cacaotera, la situaci6n vari6 radicalmente.

Los Ingresos estatales provenían fundamentalmente de Impósiciones directas e Indi·


flICt.as: tributaci6n indígena, aduanas. estancos, dlezmos(20). Para le recaudaci6n
se utiliz6 un mecanismo heradado del régimen co!onial. La recepci6n indirecta de
las imposiciones a través de un particular, que periódicamente consegula por remate
los derechos de recabar tributos en una circunscripci6n territorial. Por largos afias,
la tributación indígena fue el ingreso més importante del Fisco. Los "próceres"
que se cuidaron de suprimir los impuestos que pagaban a la Corona, pusieron muo
cho empano en continuar recaudando religiosamente la contribuci6n indígena, e
Incluso trataron de hallar mecanismos que permitieran conseguir mayores rendi·
mientos(21 l.

Por mucho tiempo se buscó una f6rmula para abolir el tributo, pero 0010 se lo hizo

1191 B. 1833, G..,.,,,,,u.._tU ... todo


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1900,z·.JOIí).
IOdo. los
FUNDACION DE LA REPUBLlCA (181&-1859)

cuando había dejado de ser el principal sostén del Fisco. Exponía Flores a la Corr
vencl6n de 1843: "y lo más sensibk es. que la mitad de la República (y esta es la
parte más menesterosa). Paga u,", co"tribució" perso"al de tres pesos cuatro ,eales
po, cada varó,,; mie1ltras que la O""
mitad. C01l e~cepció" de los propietarios. "a­
da P"Bay co" ,",da co"tribuye. •. " (Novoa, 1900: 1·306). Al fin plaOteaba que si óo era
fectlble abolir el impuesto, él menos deberia extenderse a todos los ciudadanos.
Nunca se lIeg6 a tomar una medida tan redical, ni a crear nuevas imposiciones que
atacaran la "libe,tad de i"dustria". Por ello, el mecanismo més socorrido para nive­
lar los déficits presupuestarios, fue la recaudaci6n anticipada del tributo indfg&­
na(22).

Mecanismos parecidos se utilizaron para la recaudaci6n del diezmo. Este impuesto


eclesiástico, lo cobrabS el Fisco y consistía en la entrega.de le décima parte de la
producci6n agrícola para el sostenimiento del culto. El Estado entregaba a la Iglesia
las dos terceras' partes del rendimiento decimal y retenía normalmente un tercio,
aunque en numerosas oportunidedes tomaba bastante más. El diezmo no constituy6
una fuente de ingresos muy fuerte para el Erario Nacional, pero fue causa de duras
polémicas.

Los Estancos tienen una accidentada historia de establecimientos y supresiones.


Eran un impottante instrumento de poder en la medida que afectaban a productos
de "prime,a necesidad" (sal, tabacos, aguardiente, pólvora). Al mismo tiempo fue-
o ron un mecanismo de rápido enriquecimiento para quienes los manejaban, y un ru·
bro alto de ingresos fiscales. Muy fuertes serían las presiones, que Flores decía a la
Prim,era Convenci6n: "Solo el sistema de estancos ba sufrido u"a mudanza necesa­
ria: se ban mandado suprimir los de tabaco y apan/iente, subrrogando en su lugar
el de,ecbo de pakntes. el cual si no es tan p,oductivo como aquellos, ,editúa al
menos u,", suma muy conside,able y of,ece al mUmo tiempo la """taja de co"cilia,
los inte,esesde los particulares y los del E,ario Nacional" t NoVos, 1900: '-lOO).

(22) El PrwlÚllOlt. RoaJl ''Por el ;,,10.... • , MIrJ'-o d. H. . . . . . . . en ._";"''''10


_ lo. flNIId•• Y ,,_••tmtprofftÚO. ".. ........ lObN .1 . _ flÚblieo. y _la _ei­
rulent. rre«1Idad _ I!'Oporclo- """¡io••OfI " . . _ _pdMft>.. U.o d• .""" .1
"",. ",,_, y ~o "o••mú, •• el d. . .tIdpM la ..tu:eIIM .
"0
• ""..1 • • qW ptOdú.. en .1 interior .,.,. ewJq"¡"" d. lo• ."",. Y.""¡¡¡,, irI
ErwIo .OfI oportrnlldild (, ••) Sil! . . . 1rJ._ienta ,... . /al HH. C_ _ orda­
_ el ea"'" adalanr.do d. .'JWUa ,1Iba1a par .1"0 JIU'" (M_je.IaH. e.;- del SIl­
""do 1011ci.ffdo .fIIOrIluIdó. /NIN eabrYtl ada""'.do la -trlb"eIón • /lid. . . . . .
JIUII. No_. J900:Uoof7).

256
AYALA

Los il1grlllOS fiscales por derechos de Aduana fueron objeto de polémicas, no 1610
porque su mayor o menor capacidad de graver el comercio internacional era un in..
trumento protecclonisla o Iibrecambisla; sino porque se constituyeron en la forma
má común de pago de la deuda interna. Los particulares que daban empréstitos al
Fisco, siempre apremilldo por dinero, adquirían derechos de cobrar 8S!Is deudas a
través de la Aduana. El Presidente Rocafuerte intentó, con su Mínistro Tamariz,
· una reforma 'del sistema fiscal, especialmente del cobro de derechos de i,!,porteción
y lIKpor1BCi6n, que deblan rebajarse suslanclalmente (C8IIallos, 1973). Decla el Pre­
sidente al Congr880 de 1837, defendiendo les medidas tomadas en los célebres de­
CI'8lDI del 10 de Febrero anterior:

U'odrtÍ .1 Ej.CII'.o "" co" ¡rrd¡fmm~ '1'" IIJ Ad"lJftlJ Y 1IJ. d.",/ú '''''IJS d.C,,~
ytl4w ""bin." prodwido ." .1 er<rso d'¡ do d. "';"'IJ Y cinco, lIlIÍs d. "" ",Uló" .
y"iD dIJ "10' (1'5oo,OOO),y'l'"'" in,."u "'",IJ" ""bj,u nNlf'OI'IJdo ."". lo•
. .o ' " ¿Qr<1ft _ftÚ '1'", CDII " ... ...tNd4 ,... ClllJfttiOSIJ, 1IJ b~".",mra "'_~
ció" dIJ ,. P" .. '1,"d'lJ p.,.t:indo d. b_Im, d.",JUI. Y si" .1 p~'n'o '1'"le
eo_lf'O"díIJI ,. _ "... IJbIJ"dOutUi lo. _plHdoi civU.. ",,,,ido• • " IIJ "'iuria, Y
.1 ",o",,",o'dIJ ,. -rq"ÚI, tsllJS/J.cto tü ..u "c",fÜlo.o d..bllll'lJ'o, lntmra"do
YtI '" tsl_ clJbftlJ, Y ,."" col",o d.1 .ll:lnultslo Y"",.blJ irn{Ng1Jb1. d. ,. ".c.ii­
diIIId. ,.. d._,o.; ,."" "ti> ""uimo. ",/ú ...... p."'o d. ",1Jles, o. d", co"
_bro, '1'" ,. dMIJ ¡"U"dr d.1 CUYIJS, '1'" ." .1 ",.. d. AbrU d.1 do J5 "O .
lJIl:.uílJ IJ doseillf,o. mil P'IO' (200,000), "'bió IJ fi"" d. DieÑ",b~ dél ","",0
do .",á d. ocbOe¡""o.",il PlISO', (BOO,ooO) (NOV08, 1900: 1-245).

Inslstla Rocefuerte que los decretos estaban en "pnf.cra _o"ílJ co" lo. d...
",cha••co"ó",it:o. '1'" .. ob._ .,,',., ...cio".. 1iIm., '1'" ",/ú u disti"",." ."
,. c _ dlJl comnciD y d. ,. civUiwció", Lo '1'" .. "" fJmlUIJrD f'''ó''''''O ... •1
mndo ",ne...til, y d¡{íeilnt."u podrtÍ' _n.., .. '1'" ,. ",blljli d. dmcbo., ¡,,-"o­
dfleidfl po, .stói d._,o., blJ'YlJ nrci,/Jdo CDlltrIJ ",obj,,,,o ,. IJ,;¡"'/Jd",,,¡¡,,, d. fJ(I­
"0' com~"us d. GIIlI)'/J'Ir<i1 y ''o. b/J'YIJ tslbo,orado tsl P""to d. fo""" co",b¡,,~
· ciD".. pllll'lJ _ _, jus,., y d'P0"n... IJI Ej.er<mo por ",.,/¡o d. "'. ''P'''''''''''''',
por .1 t:rirIfn. 'd. blJbnle. ",blJjuo do. '1"¡,,tIJI p_. d. "" lIII'IJ"c.1 .sc.siW",."u
"'-ruo. E.tIJI qu¡fIS Y"""'. dqw"""1nm7, Qr<# ...u. d••sto• ."",10. dio.,
.."í... '11II0. bft./it:ii1i ~s~'rd¡"IIrio., cO," 111 "Ílfico ¡"",o,tsl dtl'o. ptrp.le., co" ;1
dlJu.tllb16 1lgi0tllj., y co" .I'lJtrtlfJido co"trlJbIJ"do 4'" blJeílJ" IJ p",us,ó d. lo.
t!#iorbittmUs dlJrtt.cbo'" .(Novoa, 1900: 1-2461. Los denlchos fueron abOlidos, pero el
tnlbajo de dllliflC8Cl6n 8 Insáipci6n de la deuda interllli de Tllmarlz, constituy6 el
· primer peso de racionalización del ilstem8 fiscal ecuatoriano.

251
FUNDAC10N DE LA RBPUBLlCA (lB](J-18J9)

Instrumentos muy sooorridos pera la estabilización presupuestaria, utilizados funda­


mentalmente, cuando por conflictos Internacionales' o sublevaciones internas, se
imponía la movilización militar, fueron las contribuciones obligatorias o emprésti­
tos forzosos, que los gobiernos dictaban contra sus adversarios, como sención y
fuente de ingresos.

Una cuestión de enorme peso, no sólo en la vida fiscal, sino en toda la política
ecuatOriana, fue el arreglo de la deuda externa. Su origen se remonta a los présta­
mos otorgados por financistes ingleses duranta la guerra de la Independencia. En
1834, se reunieron en Bogotá los representantes de los Gobiernos de Venezuela y
Nueva Granada, que luego de esperar en vano al delegado ecuatoriano, distribuye­
ron~la deuda. Al país le tocó asumir veintiún y media partes del monto total, una
cifra absolutamente desproporcionada.

Repetidas veces se intentó realizar un arreglo de la deuda, pero sólo en 1854, se lle­
gó a un acuerdo inicial. El ías Moeatta, representante de la "Asociac¡ó" de Acreedo­
,es E.m""jeros", logró una consolidación de la deuda, que de un monto irticial de
1'424.579 libras esterlinas, pasó a 1'824.000 (9.120.000 pesos). Complementaria­
mente, se realizó el convenio "lctna-Pritcbee'" (1856) mediante el cual se cancela­
l¡an bonos de la deuda inglesa con la concesión de tierres baldías en Esmeraldas,
Guayas, Los Ríos y el Oriente. Estos acuerdos fueron combatidos por la oposición
como lesivos a los intereses nacionales. Otros países americanos habían logrado con­
diciones significativamente mejores, o extinguir la deuda como en el caso de Boli­
via(23).

Los poseedores o arrendatarios de las tierras cedidas,. se apoderaron de terrenos de


ciudadanos ecuatorianos, no cumplieron con los compromisos, como la construc­
ción del camino Quito·Pailón e implementaron un monopolio odioso y hostil a los
vecinos, con més 50beranía "que ""¡,,glés en lngünemz" (Albornoz, 19691. Pero lo
més grave aún, es que con tan inmensas ventajas y concesiones, no se llegaba a
cubrir sino 2'600.600.00 pesos de la deuda. Los convenios, al menos en lo que se re­
fiere a la forma de pago, se cumplieron durante algunos ailos. Desde 1856 a 1869,
el Ecuador pagó 1'527.105.00 pesos, sin amortiza, un sólo centavo de la deuda

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tU '" NIor .

1$8
AYAlA

(Florea. 18901. En 1869 se suspendió al P/IllO por dlaposlcl6n4a Garela Moreno.


2.3 Silrema rOtíticoot:epraelltatiYO

Hemos indicedo ys que la estruetUrll dal poder se asienta sobre el control de la Int­
tlIncies Ioarles y secdoneles. Da allí 18 Importancia qua tiene en el funcionamiento
de loa sistemas polltlcÓ-edminlstrativos. ls mantención de amplios niveles de autono­
mla en los Depllrtementos. Provincias y Municipios. Ya en la Primera Carta Politice
lB estlIblece que ".1 Pod.. L.gislatí1lo. lo ejen••1COlIgHrtJ de Diprlt4do•• q.. __
111ft por ,,1IIl4 De/Mf1il"'nllO" (Car.tll Constitucional, 18301: De.estlI manera. se Im­
pone una forma de repr8S8ltllCl6n f8'Ioreble 8 GUS'fllCluil y Cuel1Cll. frente e los int&­
_quiteflos. que plJllnáben por un altario besedo en si volumen poblacional.

la fbrmula edoPtllde lB mantiene durante los primeros treinta ei'Ios y es objeto de

durllS tlrnsiones. Guayaquil y Cuel1Cll condiciollllrliJn en muchos casos 8U vincul8­

ción el Ecuador. a la existencia de estlI dis¡lOSicí6n(241. Similares conflictos se PI'O­

duoen por le modalidad de /e designeciPn de los Gobernadores Provincielei. Aunque

lila formas verlen en la tliversas constituciones. se mantiene le tendencia e que 880S

funclon8rlos no _n de libre nombramiento y remoción del Ejecutivo.

. En estlI peI'1p8Ctivl. se entiende le imponacla de los 6rganos descentralizados con


1U8 eltos niveles de BUtonom/ael lntarior del aparato del Estado. Durante todo al
Siglo XIX; el Municipio cumple un bésioo y dillBrslficado pepel: No lIÓlo es una
Institución que o!llenlll! ciertos lllIIVlcios publicos. ni una instancie de poder locel.
sino wrdedero aglutlnente de los intereses seccionales Vpoderoso instrumento da
oposicl6n IlOlItice(251. El Ayuntllmiento es 18 bese de operaciones de partidarios o

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FUNDACI0N DE LA RE.PUBLlCA (1830-18'9)

adversarios del régimen e incluso su centro de movilización militar.

La participación polltica está circunscrita al reducido grupo de los ciudadanos.


Además de los requisitos de adad. todas las Constituciones exigen. para serlo: "t...
"e, u.... p,opiedad raíz. "aJo, libf'f de doscie"tos pesos, o ef.erce' U"G profesió" o in·
dustria útil. si" su;eció" G otro, como si",;e"te, doméstico o ;omalero; wber ker
y escribi," (Trabucco. 19751. De este modo, la ciudadanía alcanza a llegar excepcio­
nalmente a los artesanos ricos. Por otra parte, las funciones políticas de cierta rel~
vencia. requieren todas de la posesión de un mínimo de propiadad o rentas fijas.

Los mecanismos electorales funcionan a través de Asambleas provinciales. cantonales


o parroquiales.' El Presidente de la República y otros funcionarios son nombrados
por el Congreso Pleno. Así. las clientelas caciquistas se constituyen en el pilar fun­
damental del sistema representativo. Las "Ju"tIIS de NotGbks" o ';AsQ1IfbleGs de p..­
d,es de fQ1lfiliJI" respaldan gobiernos o se pronuncian por las dictaduras. Con estos
mecanismos. el votb eStá altísimamente controlado. Los sectores populares quadan
al margen del juego representativo y sblose vuelven necesarios en caso de conflicto
armado.

En este estadio de desarrollo del aparato estatal. la burocracia tiene, un nivel suma­
mente bajo de especialización. Los puestos administrativos son muy escasos y mal
remunerados. De all I que ciertos profesionales y empleados combinen su actividad
con la calidad de madianos propietarios rurales. En general. los burócratas no viven
de la remuneración fiscal. sino que ejercan las funciones como mecanismo de COIl­
solidación de un poder ya controlado, buscando ingresos adicionales madiante el
cobro por sus servicios.

La burocracia. como actividad cada vez més especializada. quadará paulatinamente


a cargo de ciertos Ílstratos madios auxiliares. que ganan de esta forma una raducida
cuo~ de participación en la conducción polltica. Además de ciertas funcionllS .vin·
culadas al Poder Judicial. son el clero y el ejército los sectores burocráticos rnás des­
tacados: no sólo porque cumplen funciones específicas de gran relieve. sino porque
estos dos grupos absorben significativas rentas del Erario.

.. .l.;. ,
.............,."do._.qwH......,...",Itrm4".,..,1D.......__

tlif-diI ..... ... """"""",,,. qw """,. '" ._riJ ~ ",.


prIrIc1pIII .... """",...."
(FftJIIdKO Rob"', ..M....¡e '" c""IfIIO 4e 1657"• •' NOfIOII. J900,Il-J07-JI)B),

260
AYALA

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262
. LOS ASPECTOS REGIONALES DEL PLAN
(1973-n,­

Junta Nacional de Planificaci6n

Probl_ Yobjechol de la Plancaclón Ilepo....

El planteamiento tradicional del problema socloecon6mlco nacional debe ser como


plementedo con el enállsls de los rasultados que. en el ámbito regional. nen produ·
• c1do los fectoras que condlcloneD· el funcionamiento de le socleded eéuetórlene.

En un nlpldo recuento éle 8SOI1'8IIiltedos hey que mencloner al menos los siguientes:

- Cnlclmlento desertlculado del país -consecuencia prlnclpalr:nente dltsu orienta­


cl6n hacia fos marcados extemos- lo que ha determinado que aquelles reglones
geognlflcas naturalmente dotedas de recuras para satlsfacer una demenda exter·
na se beneficien más Intensamllflte de los estímulos de esa vlnculacl6n. mIentras
que las reglones destInadas 8 generar una produccl6n para el mercado Interno.
raducldo y altemente selectIvo. no han contado con estlmulC?ssuflclentel para

• Fl8G"*lto publ......11: .............................. y .........10.1173-71. QuIto. Ed•

• IIto Domlllgo. 1973. pp. 73-78 Y323-328. .

263
LOS ,tSPBCTOS REGIONALBS DBL PLAN

crecer mlls aceleradamente. Por su parte, la extensa zona oriental del pa(sd;on
serias dificultades de, acceso y problemas ambIentales, no ha podido aprovechar
adecuadamente su Inmenso potencial de recursos hasta cuando el descubrimIento
del petróleo despertó el Interés, no solamente con respecto a las posibilidades
que la explotación de este recurso representa, sino en función del potencial
agropecuario que eventualmente podr(a aprovecharse: el Archipiélago de Galápa­
gos permanece todav(a como un desafio para lograr que su Inmensa riqueza tu­
r(stlca y clent(flca see eprovechada.

- Como quiera que la producción sa haya orientado, hacia el mercado externo o


hacia el Interno, la misma sa he originado en gran medida en el área rural, de la
que ha flu Ido hecla los centros de consumo -dentro y fuera del país- como
bienes finales o como materias primas, sin que sa hayan establecido mecanismos
deretanclón de excedentes en les áreas en las que sa originaron. Por el contrario, el
carácter eusantlsta de los grandes productores agropecuarios de la Sierra y la co·
noclda falta de difusión de efectos dinámicos al resto de la econom(a, por parte
del enclave agroexportador de la Costa, han condicionado de manera Incuestio­
nable la orientación de lalnvenlón pública en términos urbano-rurales, dando lu­
gar a un proceso de urbanizacIón hlPBi'tróflco, en cuanto hace relación a las dos
ciudades mayores, mientras que el resto de centros poblados. en general, mues­
tran evidentes sailales de estancamiento. Es decir, que el carácter dependienta de
la econom(a nacional condiciona también la distribución Intarna del excedente
ganerado en el proceso productivo, dando lugar a \a concentración de Inversiones
en el área urbana, tanto para atender a la población all( concentrada as( como
pera constItuir el equipamiento básico requerido por la Industria. Como conse­
cuencia, el área rural muestra cr(t1cos niveles de vida en relación al grado de bie­
nestar existente en las ciudades mayores, que por lo demlls dan ya seilales de cre­
cimiento desordenado, rodeadas de cinturones de pobreza crecientes.

-, A mlls de esta orientación ganeral de las Inversiones en términos urbano-rurales,


el patrón tradicional de desarrollo de la econom (a nacional ha condicionado tam­
bién la localización de la infraestrudüra económica, habilitando de manera prefe­
rente la comunicación de les zonas productivas con los centros de consumo inter­
no y los puertos por los que ese producción se ha enviado al exterior. La necesi­
dad de intagración del territorio nacional, de exploteción de nuevos recursos, de
expansión de la frontera agrícola, de racionalización del uso de recursos en las
zonas en las que ea observa excesiva concentración de población, son problemas
que hesta ahora no han sido suficientemente atendidos.

264
- Finalmente, esta falta de Integración llIIPaclal ha respondido en lo IOClal, a una
estructura de poder económico y polltlco de carácter hegemónico, que ha man­
tenido y 18 ha fortalacldo en razón de una lnequltatlva distribución del Ingreso,
y por la exclusión de los grupos mayoritarios en la conducción de la vida naclo·
nal.

Este comportamiento de la econom la en su dimensión espacial conlleva la ~dad


de utilizar la p1anaaclón regional a manera de puente entra la planlflcáclón a nivel
nacional, en su contexto macroaconómlco sectorial, y las necesidades y potenclall·
dadas locales. La planificación del desarrollo regional ofraca la posibilidad de lograr
un desarrollo armónico de la economra nacional mediante la eliminación de los lla­
mados desequilibrios regionales. Para lograrlo 18 propone los siguientes objetivos de
canicter Instrumental: '

a) La utilización racional de los recursos humanos y neturales en el territorio nacio­


nal, respondiendo a la neeesldad de ampliarla baie productiva y dascongestlonar
fas á.- saturadas actualmente;

b) La reorlentaclón de las Inversiones públicas pera creer mejores condiciones IOClo­


económicas en las zonas actualmente rezagadal y evitar lae consecuencias desf8.
vorables que la exoaslva concantraclón produce en lae ciudades mayores, en tér·
minos de deaocupaclón, hliclnamlento, Insuficiencia de servicios básicos, etc.; y,

cl La ampliación deI,mercado nacional modificando los actu8lel canal. de transml·


l1ón de excedentes desde fas zonas productivas hacia las concentraciones urbmas
dentro del pars y hacia el exterior, haclend,o que esos excedentes beneflclén fun·
damentalmente a sus lugares de origen.

La estrategia a seguir en el campo del desarrollo regional Incluye las siguientes lICdo­
nes:

- Confrontación del potencial de recuros naturales -actualmente eXPlotados Y por


explotane- y de los requerlmlente» de la potilacl6n del pars, a fin de estllbIeoar
de manera pnjclsa fas é.- susceptibles de aprovechamiento económico," que
deberán constituir reservas para e1'futuro, y l. que deberán d8Sc0rogwtiOl" y
en qué medida. Para esta; es urgente completilr el Inventarlo de r8CÍJrsos 1lIItUrB­

265
LOS ASPECTOS REGIONALES DEL PLAN

les que ha sido Iniciado siguiendo el criterio de cuencas hIdrográficas. En función


de su Importancia estratégica. les cuencas de los rlos Esmeraldas, Santiago, CaYIt­
pas, Mira, Napo-Aguarlco, Pastaza y Santiago-Zamora se estudiarán en los próxi­
mos cinco aMos. Asu vez, el grado de agotamiento de recursos naturales del calle­
jón Interandlno, resultado evidente de siglos de explotación Indiscriminada y la
necesidad de orientar el proceso de reforma agraria, defInen también la urgencia
da un análisis pormenorizado de las ralaclones hombre-tierra en esas zonas, para
establecer con precisión los niveles de saturación, el grado requerido de descon­
gestión de la población y el tamaMo óptimo de explotación agropecuaria. Para
este tipo de acciones, la Junta de Planificación coordinará las labores Interlnstltu­
clonalei requeridas en cada caso.

- Evaluación de los estudios realizados en las cuencas de los rlos Guayas, Jubones,
Puyango-Túmbez y Catamayo-Chlra, a fin de completar los aspectos que no hit­
van sido cubiertos.

- Jerarquización de centros pobladOs en función del pepel que cada uno de ellos
debEirá cumplir para asegurar que la población que abandona el agro tenga acoeso
efectivo a mejores niveles de vida y a nuevas oportunldades-de ocupeclón, sin ne­
cesld~d de ,concentrarse exclusivamenta en los dos centros urbanos mayores. Para
que esto sea factible es necesario que tanto los programas de equipamiento bási­
co como los de Infraestructura se localicen en función de esa jerarqulzaclón y da
la necesidad de elevar el nivel de vIda da la zona rural.

- Descentralización da la actividad Industrlal. mediante una mayor participación


de las entidades públicas a fin da promover la Instalación de Industrias no sollt­
mente de acuerdo al criterio de eficiencia económica sino también tomando fin
consideración objetivos tales como ocupación de mano de obra, procesamIento
local de materias primas. aprovechamiento de récursos naturales, etc.

- Los programas de capecitaclón de mano da obra, asistencia técnica y crediticia.


tanto para la Industria como para la artesanía. serán dlseMados de acuerdo a las
necesidades particulares de cada área.

- Las accIones encaminadas hacia el desarrollo rural deben responder no solamllnté


a la necesidad de mejorar el nivel de vida del campesino. sino, fundamentalmen­
te, a vltallzar sus valores y a prqrnover .,.1 participación en los niveles de decisión
polltlca del país.

266
/UNAlIÁ

PROGRAMA DE URBANISMO

Objedwo. YMew

ObjcdYo.

A MIYeI Nacional

- Conlllllulr una estructura URBANA territorial que pennltallTldlar a tod~a1 pal.


la generacl6n de servlclOl V actlvldadel concentradas en \81 gnmdes ér'88I urba·
1llIS, cuidando al ml.mo tlampo de d8lCOngaitlonar éltes a fin da reducir al COIto
por habltanta de 101 servlclOl urbanOl.

- Canalizarla dlfUll6n del deSarrollo Iniciado en grandes él'tllll a tl1lllél de una red
de central urbanOl In_medIOl,apropladamenta dlltrlbuldOl en a1ll1PBClo in· e
crementando .u. ventaja. ralatlvu mediante la locallzacl6n de IndUltrlas bélicas,
ci potanclando su. actIvidades productiv81 predom lnantal. V doténdol81 de ¡nltal&­
clones para extender 100I8rvIcl0l a las zonas ~flcas circundantes.

- Integrar la dleper18 red de núcleol rurales a las clud8d81 (ntermedl.. o a 181 gran­
des él1llll urbanas V dotarla. del equipo IndlipanlSbIe para proporcionar un mInl- .
mo POIlbla da servlclOl comunltariOl. .

- f>ropender al desarrollo integral de 1&1 .... V centro. urbanOl, complernentaÍldo


181 acciones determinadas por al Gobierno Nacional o 181 de las Entidades Regio­
nales V Provinciales.

- .Ordenar o ramodalar e1ll1PBClo urbano V al UIO dallUalo para crear al medio am­
blante m.apto al delenvolvlmlento pleno de las actividades V da la comunidad.

- Mejorar progreslvamantela dotacl6n da eervlclo. públlCOl V equipamiento urba­


no, extandléndolOl hacia las zonas V barrlOl qua no dleponan de a1101.

- Incorporar al proceeo de del8lrotlo a la comunidad, mediante la participación de

267
LOS ASPECTOS IlliGIONALES DEL PLAN

los habitantes an la formulacIón da programas y proyaetos y en la ejecución de


los mismos.

A Nivel Nacional

Se despleganl un conjunto de acciones con el fIn de asegurar, tanto el cumplimIento


de los objetivos y metas saetorlales, como para consolidar, fortalecer o estimular los
esfuerzos locales de desarrollo urbano, procurando armonIzar este desarrollo con el
de las ál'$lls rurales para dIsmInuir progresivamente las enormes diferencias existen­
tes entre los dos nIveles de vIda, el urbano y el rural.

Entre las accIones princIpales, se proponen las siguientes:

- OrganIzar un sIstema efIcaz de comunicacIones y procedImIentos entre el nIvel


local y central para que los programas del GobIerno estén en función de los obje­
tivos del desarrollo nacional y los partIculares del desarrollo urbano. El Gobierno
pondnl especial cuidado en fortalecer los servicIos centrales de programacIón,
coordInacIón y suminIstro de asIstencia técnica y financIara que prestan las enti­
dades nacIonales o Intemaclonales correspondientes.

- DetermInar una proporcionada y equItatIva redistribucIón de los fondos públicos


admInIstrados centralmente en la forma de InversIón del Goblemo o bajo la mo­
dalidad de subvencIones o partIcIpaciones.

- Concentrar las Inversiones públicas en las ciudades que desempañarán el papel de


polos de desarrollo, para Incrementar sus ventajas comparativas. crear facilidades
y oportunidad de ampller la base económica local, sIn descuIdar el apoyo Indis­
pensable a los demás centros urbanos.

- Estimular para que la IniciatIva prIvada oriente sus InversIones y capacidad


empresarial. de acuerdo, tanto con los planteamientos de la política de deseon­
centraclón Industrial, como con los destinados a favorecer el crecimiento de los
polos urbenos de desarrollo.

Establecer medidas promoclonales para conseguir una movilización más amplia y


mejor distribuida en el pars de la oferta de profesIonales que requIere la conduc­

268
jUNAPLA

clón técnica de los asuntos municipales, panlcularmente los referIdos a la planlfl­


. caelón, dllllCClón V control del desarrpllo urbano. .

- Remover los principales obstácúlos que afectan o entorpecen el proceso ordena.


do de crecimiento urbano, de man8lll preferencial los que afectan al precio V te·
nencla del suelo urbano V el de futllre expansión.

- Establecerla leglsleclón neclonal que norme V regule los aspectos re.laclonados


con el desarrollo urbano.

A Ntvd Local

1.8 mayor o menor aproximación a los objetivos plilnteados que treduce la ectlvldad
del Gobierno pare sentar las beses de una solución al problema urbano del pa (S, de·
pende de la respuesta que otorgue cada Gobierno MunIcipal a las medIdas V acclo·
nas del Gobierno Nacional. Debe ser explicita la declaración de compartir la raspan·
sebllldad de cambliJr el defectuoso procaso de crecImiento urbeno;esto significa,
unificar los esfuerzos V capecldadas del gobierno local V naCional péra conseguir el
desarrollO Integrel del pa(s. .

Consecuentemente, ceda Consejo Centonal debe dlseflar una estretegla Idónea pare
aprovechar V multiplicar los efectos dinámicos que el Gobierno Neclonel • propone
pare el quinquenio.

Este óptimo aprovechamiento descanse fundamentalmente en la capaclded admlnls.,


tr¡rtlva de que dispongan pare plenlflC8l' V dirigir sr desarrollo urbano, pare progra­
mar de modo consistente V coordinado los servicios que proporciona cada Munlcl·
plo con los que corresponde a otros nivelas de Gobierno.

No obstante estos criterios genenrlel, cede ciudad debe fundamentarle la astretegla


en los siguientes determinantes:

- 1.8 ~Idad de Pf'8V8I' el especia suflclenta pare alojar la población V ectlvldedas


que estén en continuo aumento V evolución. Esto supone fijar áreas de reserva
CIrcundante a .cada centro V controlar su uso.

- 1.8 ~Idad de remodeler el especia que ectulllmeme ocupa cada ciudad a fin
de brindar ecoaso V oportunidad de panlclpecl6n a los beneficios del desarrollo

1
269

, .
LOS ASPECTOS REGIONALIlS DIlL PLAN

de todos los hebltentes.

En tel sentido, las polltlcas pertlnentas tenderán a Impedir la proliferación o conso­


lidación de los tugurios, a la ocupación de tierras no urbanizadas que al ensancher el
llrea urbena, encarecen los costos de los servicios públicos y agudIzan la desorganiza·
clón de las actlvldades urbanas.

Polídcu

A Hiwl Local

En esta pane es precIso destacar que la administración municipal, represen'teda en


su nivel polltlco por el Consejo Cantonal y conformada por la organIzación Interna
del MunicipIo, es la que actúa dlrectemente sobre la ciudad. Por coñslgulente, le
estrategia a la que se elude anteriormente y la polltlca es una func!ón que corres­
ponde primariamente al Consejo y ala administración municipal e"'marcadas obvie­
. mente por las decisiones del Goblemo Nacional.

En este primer Intento de propender a un dasarrollo Integral de los centros urbanos,


es factible únicamente establecer criterios generales de poI ftlca local:

- Organizar adecuadamente \a admlnlstreclón municIpal.

- Planificar el proceso de dasarrollo urbeno.

- Programarla doteclón de servicios públicos en funcIón de los objetivos y metes


del Plan Urbano.

- Fortelecer la capacidad de obtener los recursos financIeros privativos del Régi·


men Municipal. Este medida de polltlca permitIré. a mediano plazo. liberar a los
MunicIpios de la alta dependencIa de las asignacIones del Gobierno Nacional; es
decir, hacer efectivo el principio de autonomfa municipal.
/

- Controlar el uso del suelo urbano. establecIendo normas de urbanización y cons­


trucción. Este medida debe responder prlorlterlamente e los objetivos nacIonales
de faclllter los programas de vivienda socIal.

270
JUNAPLA

- Eltudlar el eStablecimiento .~ una Inltltuclón de fomento municipal que coordl·


ne los II8Nlclos centrales que proporciona el GObierno, evalóe les espiraciones
municipales y proponga, 8 nlllBl naclonel, les acciones de desarrollo urbano.

- Eltudlar slltBmétlcamente la .realldadlocala fin de continuar proponiendo medl­


des y soluciones a los problemeslocaJes con el propósito genenrJ de orientarlo
hacia los objetivos nacionales.

- Propiciar la canellzeclón de fondos públicos hacia los Municipios en la Propor.


clón n8C8S8rla para completarel flnenclamlento de tos grandes proyectos urba·
nos. POIterJormente, en b_ a 'os análisis que se efectúen, se conltltuln! un
fondo financiero para d~1I0 urbano.

- Perauadlr a tes Municipalidades y colaborar en la elaboración de planea de desa­


rrollo urbano, brindando apoyo técnico y, 8118ntualmente, flnenclero.
M.... e ......._

En el estado ectual de la planIficación no es posible cuantificarlos objetivos espacI.


flcados.llorlo tanto, les metas que se Indican lIS ,refieran parclalmente a los objetivos
locales Indicados en tos pérrafos segundo y tercero en cuanto se traduca en Inversio­
nes y el objetivo del pérrafo primero, en lo que se relaciona con ta elaboración de
planes de ordenamiento urban Iltlco.

Les metas propUest81 de InversJón, a su vez. compranden la ampliación de suelo uro


banlzado y la mejora del equipamiento social para marcados. espacios de racreaelón
y termlhales t8l'l'8Stt8S.

El siguiente cuadro reaJme les metas y la inversión estimadas PlRel perIodo 1973­
1977.

lB resp<msebllldad de ejecución de eátos proyecttos corfesponde a les Municipalida­


des y su flnanclamlento. absorben! en mayor proporción tos fondos. munlclpales.
Sen! conllBnlente promO\lW ia participación del trabajo comLlnel y. en todo caso. la
utilizacIón en la mayor medida posible de la fuerza de trabajo; eha POIitlca pernil­
tln! reducir el d_mpJeo y abaratar tos COitOS de construocJón.

271
LOS ASPECTOS REGIONALES DEL PLAN

Se ha estimado también, que el Sector Privado dUl'1lnte el próximo quinquenio, rea­


llza~ une Inversión en urbanización del orden de 921.6 millones de sucres de 1972.

Concepto Meca lD-.l6n


MDIo_Sl.

Planes Fonnular y epllcar planes de ordenamiento


flslco 'y desarroHo urbano P8l'1l 14 ciudades 29.0

Suelo urbanizado (1 ) Habilitar y mejorar 10 mil hectáreas P8l'1l


, alojar e1lnCl'llmento poblaclonel y de fes so­
tlvldades urbanes 45.0

Pavimentación InCl'llmentar del 55 por ciento al 70 por


ciento 'las caHas y BC8I'1lS con dlwnos tipos
de acabado 819.0

Mercados Remodelar, ampliar o Instalar 50 mercados


públiCOs, desde p1atafonnes P8l'1l fa I'llBIlzlt­
clón de feries hesta focales funclonetes. 58.0

Especlo P8I'1l recreación HabHltar. equipar y construir parques y


éreaI P8l'1l esparcimiento y recreación popu­
faro Ampliarla suparflcle l'llQuerlda hesta el
ea por cIento de 'les nacasldadas actuales. 200.0

Estaciones tarmlnales Remodelar, l'1lublcar y construir, en fes clu·


dades grandes e Intannadlas 15 estaciones
terminales P8l'1l el tI'llnspone Interprovlnclal
e Intarparroqulal 31.0

INVBRSION TOTAL 1.180.0

111 ExoIulcloll. - v _ do l. _1601 V ....joromM_ do l....... do .... potabll.


II_WIllIdo. llectrlflclcl6n v tel6fonoe.

272
PROGRAMAS DE DESARROLLO URBANO
(1980-1984)·

Consejo Nacional de Desarrollo

1lI poblac16n urbane he venido CI'IlClendo en forme ecelei'8da en los últimos 30 .


linos. En 1950 representllba el 27.9 0 ,b de le poblacl6n to1lll, en 1974 f1eoeba el
41 0,b y en 198018 estime en el 44 0,b.

El CtllClmlento \lrbeno es consecuencle de cambios en el modelo tradlclonel de le


lIl;Onom fe ecuatorlena que he permitido el trasledo de excedentes generados en el
88Cior prlmerlo hacle les ectlvldedes de los sectores secundarlos y terclerlos que se
Iocellzen en les ciudades. El modelo agro-minero exportador he permitido e su vez
generar Ingresos que robustecen le C8Pacldad del E8tl!do y del &mpreserlo privado
pare Invertir luego en tes prlnclpeles ciudades del pafs, en1lMtlculer en Quito y Gua­
yequll, prDY0C8nooun crecimiento hlpertrofledo de los sectores de le construccl6n
119.60,b ele le PEA en 1974), el comercio (23.30 ,b) y servicios /31.7 0 ,b); en cambio
el sector Industrlel proplemente dicho no he creedo puestos de trebajo al ritmo
deeeedo, dado que.su partlclpacl6n en le poblacl6n econ6mlcamente ectlva ocupada
en 1974, fue aPenes del 11.80,b. Todos estos entecedentes Infieren que el deserr~

• F......_ publlcedoen: 0-.0110 , . . ., .... _nda per1Il, Tomo V. Po­


IIt1il1s y Prog : _ ..1_, Inf_ _.. f111c8 y __",,110 urlleno.
o.v.Io, Ed. o.lIoc.plGn. 111111, pp. 111&-208. .

273
rROGIlAMAS DB DIIURROLLO URMNO

110 urbano en el Ecuador está ligado fundamentalmente al sector terciario.

Por otro lado, la ausencIa de una política poblaclonal y urbana encaminada a equili­
brar las oportunidades de empleo y servicios en todo el territorio, ha contribuido a
desatar una fuerte corriente migratoria hacia los centros urbanos, particularmente
Quito y Guayaquil, donde la población mlgrante, en 1975, represent6 el 430 ,b y el
330 ,b respectivamente. Cabe agregar que para 28 ciudades del pals se establecl6 que
el 70.7 0 ,b de los mlgrantes procedlan de áreas úrbanas y sólo el 29.30 ,b del área
rural, lo que Indica que las migraciones que Se originan en el área rural en primera
Instancia se dirigen a pequeilos centros urbanos y de ah l a centros urbanos mayores.

La concentracl6n de poblacl6n en determinados centros y los niveles de Ingreso que


registran, ha Incidido en la ampllacl6n del mercado en funcl6n de ciertos tramos de
poblacl6n, sltuacl6n que ha traído a su vez una motlvacl6n de los invenlonlstas que
aprovechando las econom las de escala se han canalizado hacia Quito y Guayaquil en
primer lugar y Cuenca, Ambato y Manta en segundo término.

El modelo agro-exportador ha permitido por otra parte, el crecimiento desmesurado


de varias ciudades de la Costa,'especlalmente algunas de tipo medio como Santo
Domingo, Quevedo y Machala, que' presentan tasas da crecimiento Intercensal muy
altas, esr en el perlado 50-74 han crecido a un ritmo del 13.4 0 ,b, 10.20 ,b, y 9.7 0 ,b,
respectivamente; crecimiento poblaclonal que no es acorde a los servicios ofrecidos.

Verias ciudades de la Sierra ecuetoriana que directamente no han participado en el


nuevo modelo de desarrollo, han visto restringir su crecimiento dado que sus fun­
ciones se han limitado a brindar ciertos servicios sociales, administrativos y de
apoyo a una agricultura de consumo Interno.

El descontrolado crecimiento de Quito y Guayaquil, no ha permitido el surgimiento


de centros urbanos intermedios, con capacidad de generar actividades múltiples de
canlcter Industrial, pesquero y de servicios varios, de manera que puadan ofrecer al·
ternatlvas a la migracl6n Interna, y disminuir la concentracl6n en esos centros.

Los centros menores que sirven de elemento de conmutaClén de la producci6n pri­


maria de sus áreas de Influencia Inmediata, hacia los grandes centros de consumo,
no han sido equipados adecuadamente para ofrecer los servicios básicos que requie­
ran sus pobladores y las comunidades campesinas circundantes, tales como centros
de acoplo y comerclalizecl6n, instalaciones de comunlcacl6n, infraestructura de sao
neamlento, electrlflcacl6n, que facilite la ínstalacl6n de agro-Industrias, centros ad·
mlnistrativos de carácter comunal que contribuyan en parte a mitigar la migracl6n
Interna.

274
El desordenado crecimiento urbano ha hecho que se saalflquen tIerras con voca­
cl6n agrlcola, 'ccintrlbuyendo a une dlllTllnucl6n de la ofertBcde bIenes agropecuarios
y colateralmente los terrenos han adquirido praclo especulatIvo ante 'a débil panlcl­
RlCI6n del Estado para lograr que el suelo cumpla su funcl6n soclel.

El uso Irracional de! suelo con su secuela de 6raes precariamente urbanizadas, Insufl­
clentemente equipadas y ocupedas por vlvlendes hacinadas donde habitan grupos
poblaclonalas marginados -se estima que pera el calO Guayaquil el 400~ de su po­
blación es marglnade y en Quito un 2Oo~ tiene Igual comportBmlento- llevan a
concluir desde e! punto de viste social que los sel'\llelos béSlcos de Infraestructura
est6n orIentados a' satisfacer 'as necesidades de la poblacl6n que tiene poder econó­
mico y polltlco.

Cebe destacar que el450~ de 'a PEA que trabaja,en el área 'urbana esté Insertada en
el mercado de trabajo denominado "sector Informal urbano" o sea el que produce
bienes y SBI'\Ilclos en peque/'la escala y con baja productividad.

Por últlmo la falta de politices de loceIlzecl6n de Industrias y el Inadecuado sel'\ll·


clo de transporte coledlvo, contribuyen al constante deterioro del medio ambiente
de cl8rtes ciudades de, pe11.
b) Objedto.

Los Objetivos que penlgue e! Programa de Desarrollo Urbano se resumen en los 1/·
gulentes:

Hacer de los esentamlentos humanos -nIvel u,rbano- un medIo confortable


pera la vida humana, promocionando el desarrollo de la persona en todas SUI
manifestacIones tanto evolutIvas como de relacl6n derivadas de las exigencias
de la vida socIal.

Dlnamlzar el desarrollo de los aaentamlento. humanos fortaleciendo su base


econ6mlca a traVés del crecimiento'de lal actividades secundarlas y terciarias a
fin de lograr su autosuficiencia tanto en la provlsl6n de bienes y SBI'\Ilclos como
también en el mercado de trabejo.

Auspiciare! mejor desenvolvimiento de los asentamIentos humanos poniendo


especial énfasll en llis áraes marginales que tienen condiciones Il"lCBrlai, procu­
rando dotarles de los SBI'\Ilclos Indispensables, racionalizando el proceso de ex­
pensión urbana.
. .
Buscar la Integracl6n especial de los asentamientos humanos con SUI 6raes de

2"

rll:OGJrAMAS DB DBUll:ll:Ol.l.O Ull:lM.NO

influencia, a fin de lograr una interrelacl6n que permita complementar sus fun­
cIones urbano-rurales.

Dotar de equipamiento básico a los centros urbanos de acuerdo a su rol, dlmen­


sl6n y éraa de influencia, procurando cubrir el déficit actual y las demandas
previstas, especialmente en los centros menores y pequei'las ciudades.

Propiciar el crecimiento ordenado del espacIo Interno de las ciudades mejoran­


do los controles de uso del suelo, Intensificando las densidades del área conso­
lidada y aumentando la dleponlbltldad de terrenos, por los munIcipios, con apll­
cacl6n de la enflteusls(') para la expansl6n de los centros.

RacIonalizar la estructura urbana tendIendo a constituir núcleos de sarvlclos,


comercio e Industria, compatibles' entre sI y con el área resIdencial que se con­
formaré paulatInamente en barrIos, sectores y distritos, en funcl6n del tamai'lo
de la cIudad y dotados de sus respectivos equIpamIentos, debidamente jerarqui­
zados.

Habilitar la tierra cIrcundante de las ciudades, con vocacl6n agrlcola, para pro­
ducci6n agropecuaria Intensiva, honlfrutrcola, lechera, avlcola, etc., a fin de
mejorar la nutrlcl6n y aminorar costos de mercadeo.

Reestructurar el servicio de transporta colectivo de pasajeros, madiante la adop­


cl6n de sistemas modemos de transpone urbano para aumentar la capacidad,
la
ahorrar combustible y disminuir contamlnaci6n, y bajo un mejor control por
pane de las entidades públicas afines.

Para orIentar las acciones del desarrollo urbano se pretende estructurar un Sistema
NacIonal de Destirrollo Urbano y en función de ello establecer una jerar~ula urbana
méa equilIbrada que Involucre a los centros poblados de méa de 2.000 habItantes,
los cuales para su tratamiento y control se agrupan en 5 categorlas.

Las áreas metropolitanas de QuIto y Guayaquil, en las cuales se pretende desa­


lentar el proceso concentrador y excluyente, racionalizando y controlando su
crecimiento.

(·'B.~ CnI6II . . . ".410 . . . . " lIfÑIN _ . . . . . _ _ ,. fU''' JWp 1Il .....•


".pIn-~""-.

276
CONADE

Las 16 ciudades de tamallo medio que debeflln contar de 40.000 a 200.000


habitantes en 1984, serén reforzadas, mediante la ublcacl6n de Industries estre- •
tégleas y servicIos de alcance regional o subreglonal.

Las 31 ciudadeS pequellas que tendnln entre 10.000 y 39.999 habitantes en,

1984, han de jugar un rol de apoyo en loS proyectos de deSarrono rurallntegrel

y para el proceso productivo primario y agrolndustrlet.

Los centros poblados pequellos, con 3.000 e 10.000 habltentes, que se Int~

nln més dlrectemente e la produccl6n primaria, proveyéndoles Insumos y con­

mutando los bienes producidos hacia centros de consumo o eXpOnacl6n, o

dIspensando servIcios sociales y admInistrativos al área de Influencia.

Los asentemlentos concentredos menores, con 2.000 a 3.000 habitantes, cabe­

ceras parroquIales o pequellos centros que senln puntos de, avanzada en zones

de coIonlzacl6n o de ublcacl6n estratégica, PII"I complementar la anrculecl6n e

Integracl6n entre zonas productoras y los centros de consumo, asl como ()lÍra la

extensl6n rural' de los servicios sociales béslcos contemplados en los respeétlvos

Prognlm8S.' ­

d) Polídcu

Para el cumplimiento de los objetlYOl sel'lalados, se proóldenla:

Estructurar el SIstema Nacional de Desarrollo Urbano y Locet, que estenl COIII­

tltuldo por elementos Institucionales de nlwl nacional y locel, Intertllllldos ho­

rizontalmente y venlcetmente para coordinar laplanlflcacl6n y la aCción

, reletlvas de las' ciudades y asentamientos humanos concentrados, en los térml·

'nos de la l:ev de Régimen Municipal,

lJi Comisl6n de Desarrollo UrtlIno'y Local estAri dirigida por el Consejo NSclo.
net de Desarrono, e In¡egreda por el Ministerio de Finanzas, el Ministerio de '
Salud; la Junta Nacional da 111 VJvJenda, el Ministerio de Industrias, Comercio e
Integrecl6n, el Ministerio da Obras Pilbllcas, el Mlnlsterto de Educacl6n, el
IERAC, y la, Asoclacl6n de Municipalidades. La unidad Operatlva del CONADE
ejercen! la funcl6n técnIca que apoye el funcionamiento de la mencIonada
comlsl6n. '

El nlwllocet seré coordinado 'por cada municipio o grupo de ellos, a tr8vés de


sus unidadeS de planeacl6n, que cOordlnanln las acciones de les dlracelonés de
obres pClbUces y servicios comunales deaducación y cultura o servicios IOciales;de

277
I'ROGRAMAS DB DBSARROU.O UIl&4NO

empresss y otras slm"ares.

Las beses Yespecificaciones generales para la e1aboracl6n de planes o programes


para el desarro"o de los centros u~~nos y sIJs respéctlvas éreas de Influencia,
sen! tarea principal del Sistema de Desarrollo Urbano y Local.

Instrumentos legales serén preparados para complementar les disposiciones de


la Ley de Régimen Municipal con el fin de. crear mecanismos de coordlnacl6n
para la p1anlflcacl6n y accl6n Intar-munlclpal, como es el caso de les érees
metropolltanes.

Instrumentos financiaros serén establecidos para otorgar recunos financieros


que vlabJllcen los planes y proyectos locales, tales como lineas de crédito del
Banco de Desarrono, o apllcacl6n del Fondo Nacional de ParticipacIones para
proyeCtos sociales y del Fondo Nacional de Prelnversl6n para catastro y Planl­
flcacl6n Urbana o praparacl6n de proyectos locales y recunos propios de los
Municipios.

Poi Itlces de locallzacl6n Industrial, serán formuladas para promover la ubica­


cl6n de les Industrias en los centros urbanos, de acuerdo a la categorla y voc»­
'Cl6n de éstos, tal como se plantea en los objetivos de su mejor distribución
espaclel, raforzando-las ciudades de tama/lo medio y procurando crear nuevas
oportunidades de empleo en los centros menores.

Instrumentos de orden flslco-espaclal se pondrán en efecto, tales como: delimi­


tar las éreas de expansl6n urbana por los municipios y el lE RAC, lo que servirá
de fundamento para aplicar el Programa de Constltucl6n de Reserva de TIarres,
a ser mantenidas por los municipios bajo el sistema de la enfiteusis; establecer
un CódIgo Nacional de Urbanismo para minimizar los costos de asentamiento
humano; reellzar' estudios para optimizar el transporte colectivo actual e Intro­
ducir sistemas'nuevos para aumentar la capacidad, economizar combustible y
disminuir la -contamlnacI6n, en Culto y Guayaqu"; y definir una polltlca de
protaccl6n del medio ambiente para las ciudades y su entorno.

Programa de Equipamiento Urbano, a cargo de los municipios, para dotar de


equipamiento béslco a los centros urbanos, entre 1980 y 1984.

Se crearé el Servicio Nacional de. Recunos Naturales y de catastro, como parte


del Servicio Nacional de - Informática, con la flnalldad de establecer catastros
modernos de los predios urbanos y rústicos en sus éreas de Influencia, lo que
permitirá la planlflcacl6n y mejorar su capacidad fiscal.

218
CONADli

e)~

. Las InY8f1lones para al Des8rrollo Urbano se agrupan en los tres programas que se
explican enseguida.

1. Programa de Equipamiento Urbano, dirigido a dotar, a los centros poblados


que cuentan con 2.000 o més habitantes de los establecimientos e instalaciones
da uso comunal, consldérados básicos e Indispensables para apoyar su
desarrollo social y económico. Se buscanl subsanar les carencias acentuadas de
los pequeifos centros cantonales o cabeceras parroquiales, en primer lugar;· de
las ciudades medianas, en silgundo lugar; de les áreas metropolitanas de Oulto
y Guayaquil donde se han concentrado históricamente tales equipamientos,
con menor énfasis. Las Inllllnlones por reallzanB durante 1980 a 1984 senln de
rasponssbHldad de cada. municipio, con el aporta de sus recunos propios y
apoyo financiero de. FONAPRE y el Banco de Desarrollo, y contando con
asistencia técnica del Consejo Nacional de 08SllITo1l0.

.·11.· f'ro9n¡me de Constitución de Reserva de TIerras para el Crecimiento Urbano,·


por el cual los municipios debenln adquirir te;reoos de manera progresiva, In·
corporando un 120 ,b de latlerre dBlTlllnded8 P81'8 el crecimiento urbano en
1980, 170,b en 1981, 22o,b.en 1982, 280 ,b en 1983 y 33O,b en 1984; con el
fin de mentener su propiedad bajo el slstame de enfiteusis y podar controlar el
dessrroHo futuro de los centros, combatiendo al mismo tiempo la especulación.
Los benliflclarlos senln prioritariamente los adjudlt:atarlos de la vivienda del
BEV,las Instituciones públicas y pequel'los Industriales o empresarios•.

Será ejecutado por los'm.mlcipioa con racUItOS propios y equellos prollllnlentes


de FONAPAR. El IERAC podnl autO(lzarllllnder las tJam. de aptitud no
agrlcola, vecinas de las cluda!les.

m. Programe de P1aneeclón· Urbana y Catastro. Se dirige a dotar a los municipios


de Instrumentos de Planificación y Catastro de los centros urbanos y sus éraes .
de .Influencia a fin de racionalizar su gestión e In-.lones, gracias a lo cual
PQdnln establecer una base técnica de tributación qUe les permltlnl fortalecer
su econom la y ecometar los programes y proyectos Identificados. en los pia­
nes. En esto se Incluyen sectores como tránsito y transporte, saneemlento
ambiental y control de Inundaciones, vivienda, localización Industrial, etc. El
programa danl praferancla a los centros Intermedios y menores, dentro de los
siguientes subprogramas establecidos:

Dos planes subreglonales metropolitanos.

279

.~ .. '
".OGJIAMAS DIl DIlUUOU.O ITJIIlltNO

CU8trO planes de deI8n'oIto urblno-rural Integl'8do, pera clud8des de 40.000 e


200.000 habltllntes.

Treinta y dos plena ordenadores de deB'rollo t15100 C8lltonel PIre ciudad.


de '10.000 e 40.000 hebluntes.

Cuarenta y tres p1enes ordenedores de desarrotlo t15100 local que tiene centros
cantoneles de 3.000 e 10.000 hebltllntel y cabecer8S parroquiales de 4.000 e
10.000 habltllntell.

Treinta y tres p1enes de ordenamiento terrltorJel en cantones oon centros de


cantón o catieceres parroquiales de 2.000 e 4.000 hebltllntes.

PROGRAMA DE PIANEAClON URBANA y CATAlTRO


(mBIona de _ d e 1979)

<:aIcaduio de . . . . .na

NIVEL 1980 1981 198Z 1983 1914 TOTAL

Urblno 43.9 136.0 181.6 207.2 83.3 661.9


Zona Influencie 86.8. .189.8 132.8 . 142.4 88.1 616.9
(rural)

TOTAL. 109.7 U,.. 314.3 34:9-' 169.4 l.268.8

280
CONADB

PROGRAMA-DE INVIlRSIONI!S 1910-1984

DE EQUlPAMUlNro URBANO (mIDo_ d. _ ) .

CIue d. cenero 1980 1981 1982 198J 1984 TOTAL

Centros de cant6n de
2.000 e 3.000 heb. 12.1 18.1 24.1 30.1 36.2 120.6
(14 centros)
Cel:lecer'as perroQul.

les de 2.000 a 4.000 13.4 20.2 26.9 33.6 40.3 134.4

hab. (18 centros)

, ,Centros de cant6n de
3.000 a 10.000 hab•. 73.9 110.8 147.8 184.7 221.6 738.8
(40 centros)
Cebecenls parroQul.
les de 4.000 a 10.000 12.7 19.0 . 25.3 31.7 38.0 126.7
hab. (9 centrosl
Cepltal de provIncia.
centro d8 cant6n o
cabecenl parroquial 208.1 312.1 416.1 520.1 624;1 2.080.6
de í 0.000 a 40.000
hab. (31 centros)
Cepltal provincial o
centro de cant6n de 226.0 339.1 452.1 565.1 678.2 2.260.6
40.000 a 200.000 hab.

\16 centros)

Neas metropolita­
nas de Quito y Gu. 292.5 438.7 586.0 731.3 877.6 2.925:0
yaquH
Proyectos de arrastre 799.7 510.2 146.6 59.7 31.4' 1.547.6

roTAL. 1.6J8.4 1.768.2 1..2M 2.UU 2.547.4 9.9J4.2


NorA, ·~""""'fhr ....

:l'.

EL use DEL ESPACIO


Y LOS RECURSOS NATURALES.
EL ESCENARIO ESPACIAL­

Conse;o Nacional de Delsrrollo

EL I!8CENARlO IlIPAClAL

A triIIIés del tiempo 18 he Ido configurando en el terrltOí'lo neclonel el 8IC8lWIo ..


peClelectuel, anctBrIzado por te concentrllCl6n elCOlIIIve de te pobleclón y de _
aictlvldedllll econ6mlcas en y e1rededor de muy pocas cludedllll, el tiempo que 18 he
8IItIIncedo o Inclullve detwloredo el nivel de vide. 18nto de tot oentroe pobledOl n-.
d1el1Ol y pequel\OI, como dell1ree ruref en general.

SI 18 enallza te dlstrlbucl6n de te poblecl6n por __, toe resu/tedos del último CllIl­

10(1 Ilndlcen que de untotaJ de 8.4 mIHOIlIllI de habl18ntes, el 61010 I8lll11en18 en te

zoNl ruref. Del otto 490,ó queCOlTllllJlOnde e te poblecl6n BlBntede en oentroe ur­

benOl, soIemente en Ouho. GueyequH y CUlll1Cll 18 com:enU'Bn 2.2 mHlónel de h.

b1tentee, • decir, el 54o,h de te poblecl6n urbana naclonel y eprolClniedemen18 el

26OA:> de le pOblecl6n totef. Et 480.b de te poblecl6n urbana I'IllItlInte 18 distribuye

. en e1rededor de 160 cebecerllll centonelllll y provlncJelllll (definIdas tembNri como

oentroe urbanOlI•

• F.....- publlc8doen: ~,L"-""""'''' '''''' • ' .... Qulla.Ed.


CONADE, "'110'" tllll4. pp. ~27 V , ••tl2.

·'t. ....,.,.io_
INllc, IV ""
~. m e-..r, __ • ,.,
INf.
10."''''. I!'G_ .......

lB3
EL USUDllL ESPACIO Y LOS RECURSOS NATURALES

En cuanto a la dlstrlbucl6n de la poblacl6n por reglonas gaognlflcas, se nota tam­


bl6n una dlstrlbucl6n muy daslgual; h88t8 ahora se ha dado un procaso continuo 'de
ocupacl6n de la Costa y de la SlerTlI, mlentrBI que el OrIente se ha mantenIdo, en
general, como un área de reserva dabldo al ~IflcH lIQl88O, ala falta de Infraestructu­
ra y equIpamiento social básIco, y alas dlflcllas condIcionas ambientales a qúa está
sujeto. Sin embargo, en -las últimas décadas la activIdad de extraccl6n del petr6!eo
ha traldo consigo un proceso de dotBcl6n de Infraestructura vial y equipamiento 80­
clal básico, que ha ayudado de alguna manera al asentamiento de poblacl6n Inml·
grénte que se ha localIzado en las zonas aleda"as alas éreas de actividad vlnculai:las
al petróleo.

LB aeclente mlgracl6n rural-urbena ha provocado, especialmente en las cludadas de


mayor tamal'lo (GuayaquH. Quito, Cuence), la urbanlzacl6n da tierras de producción
egropacuarla y, al mismo tlempo, el enceraclmlento del suelo en que se asientan 101
nuevos contlngentes de poblacl6n. Este proceso de craclmlento urbano Implica tam­
bién una demanda slempra aeclente por servicIos béslcos y vivienda, que rápida­
mente ha sobrepasado los nlve1as4 cepacldad Instalada en esas cludadas, y lo que
-as més grave, el ritmo de aeclmlento de esa demanda se ha vualto superior ala mi..
ma cepaCldad de raspu88t8 de las ciudades.

Esta problama da hacinamiento urbeno que caracteriza a -las cludadas mayoras. se


ve agravado por el hacho de que la Industrlallzacl6n que ha seguido el pals, no ha
slgnlflcedo úñ mecenlimo de anlculacl6n Intersectorlal, en hi medida que se ha
orientado fundamentalmente a sustituir Imponaclones de blenas de consumo prefe­
rantemente urbano. posponiendo la produccl6n de blenas para el sector egropecUB­
rlo, y el procasamlento de materias primas nacionales. Desde el punto de vista espa­
cial, asta Industria tampoco ha servido como mecenlsmo de anlculacl6n. ya que ha
tendido a localizarse prefarentemente en -las Cludadas mayoras, a fin de hacer uso de
-las economlas de aglomeracl6n y escela, y/o de las Instalaclonasponuarlas, tanto
por la entrada de materias prImas y bienes de capital. como para -la exportacl6n (en
101 casos requeridos) de su produccl6n.

SI bien el anéllsls sobra la concentracl6n demográflce permite una primera aproxi­


mación para dimensionar el fen6meno caracterlstlco-del escenario aspaclal actual,
-algunos Indicadoras que tlenen ralacl6n con -la aglomeracl6n conjunta de actIvidades
productiVas. muastran en forma més acentuada las dimensiones del proceso de con·
centracl6n gaognlflce. Tal as el caso, por ejemplo, de t8lnformacl6n sobra el núme·

284 .
CONADll

ro de est8b/eclmlentos por sector ·económlco/21que ¡wrT¡lte destaatr que de un

total naclonill de 167 mil estBb/eclmlentos, 61 mil'están focatlzedos en Oulto y Gua­

yaquIl; el anállsla del valor agregado generado por dichas actividades en loa centros

mencionados alcanze a 51.253 millones de sucres de un total naclonal de-108.743

mUlonas de sucres. Otros Indicadores como penonal ocuPado en la Industria o nú'

mero de establaclmlentos Industriales, ponen de relieve que la Industria continúa lo­

callZl1ndoae mayorltarlemente en los centros principales. De un total de 34 mil esta­

blecimIentos IndustrlalllS a nl..el naclonel, 15 mil 88 encuentran localizados en lea

tI'88 cIudades: Oulto, Guayaquil y Cuenca; de Igual manera el personal ocupado en

la Industria a nIvel nacional es de 189 mil correspondiendo alas tm ciudades men­


- clonadas el 67.50~, o sea 128 mil persones. A p888r de lo anotado, se advierte un 11·
QlII'O mejoramiento relativo en la poslcl6n Industrlel de algunos centros del pals, al­
tuacl6n que ha obedecido el afán del Estado por promover el d888rrollo Industrial
fuera de fas áreas tradlclonalas.

La Informacl6n existente sobre Inverslonas de los municipios en programas de equl·

pamlento urbano está demostF8ndo tambIén la tendencia hacia la concentración en

y alrededor de unos pocos centros. Según estimaciones realizadas, se tiene por

ejemplo, que en el ano 1982, dettotal de Inversiones municipales destinadas ala do­

tael6n de equiPamiento: viarIas, mereados, Cllmalea, complejos deportivos, termina­

les terreatm, etc., aproximadamente el 5()0~ de la Inversl6n se concentró en cinco

ciudades: Quito, Guayaquil, Cuenca, Ambeto y Manta; el 5()0~ restante correspon­

de a Inversl6n realizada en más de un centenar de ciudades; al parecer, muchos de

I~ centros poblados y ciudades carecen ostensIblemente de 'os


establecimIentos o

Inst8Iaclones que_son necesarios para la buena marcha de la vida en comunidad.

En general, la concentracl6n de actividades Industriales y de IBI'Ylclos,la cantrallze.

cl6n de fos agentes públicos y privados de gestl6n, la recepcl6n de continuas co­

mentes migratorias, ate.; ha dado .fugar a que exista dentro del SIstema Urbano. Ne­

cio"", una pr/macla de unoi pocos centros, CUY88 magnitudes f1slcas, tlemográflcas

y econ6mlcas resultan ser varias veces superiores a 188 de ciudades que les sIguen

dentro de la jerarqu la de fos _~mlentos humanos.

Es precIso senalar, edemás, que la concentracl6n geográfica que ha-dado fugar a una.

considerable expansl6n de lalire88 urbanas, especialmente de las de mayor ternilla,

ha 1n(do consigo requerimientos de aslgnacl6n deprop(¡rclones cada vez mayores

28j

·.''>i"
BL USO DBL BSPACIO y LOS RECURSOS NATURALES

de -los recursos financieros públicos con la flnelldlld de mantener sus condiciones de


funcionamiento en la forma más setlsfactorle posible. Claro estA Que a pesar de ello
los problemas en los principales centros subsisten Ytienden a agl'8Vene. pues-OCUIT8
Que los servicios existentes se encuentran elida d le más S8tUradoS. -los sistemas y me­
dIos de transporte estAn elida vez más congestlonlldos y siguen sin solucIón y/o 8PB­
recen problemes ralacionados con el déficit de vivienda, desempleo y sÚbempleo,
prasencla de grandes haclll8mlentos humanos, contamlll8c1ón amblental,lnsuflclen­
tes servicios de agua potable, alcanterlllado, etc.

Este patrón de utilización del territorio nacional, determlnlldo históricamente tanto


por factores geográficos y de dotación de recursos, como por les modalldedes de
vinculación del sector externo de la economla nacional con el resto del mundo, se
ha Ido consolidando a través del tiempo y conflgullndo un modelo de utHIZ8CIón
del espacio Que puede definirse como "orúntado bacia el e:JCterior, concentrador
y t1:JCcluyente". Orlentlldo hacia el exterior, en la medida en Que U118 muy alta propor­
cl6n de la Inversión se destina a fortalecer la vInculación del pa (s con la econom la
Interll8cioll8l; concentrador, porque se torna prioritaria la doteeión de capitel social
básico (equIpamiento de lIliua potable y alcentarlllado, salud. educación. comunl·
caclones y equipamiento urbano en general) a les ciudades grandes, eslento principal
de las actividades Industriales y de servicios; excluyente, en tanto Que dade la
magnitud de la Inversión pública captada por estos sectores, no es poslbla atender
setlsfactorlemente los requerImientos del r88to de la econom(a, asl como los de 181
ciudades medianas y pequellas y los del árearural.

El espacio y los rccurlOS natun1a

Los recursos naturales en relación al uso del esl'llclo se analizan aQu(, desde dos
puntos de vista:

1. Como medio de producción de bienes para la Satisfacción de la demanda


Interna y del mercado Internacional. del cual además se obtienen /aS dlvlS8S ne­
cesarl8S para la Importación de bienes y servicios Que el pa(s requiere; Y.

2. Como medio de vida de la población rural, concepto de critica Importancia,


dado el alto (ndlce de ruralldad nacional y las al1lslmas proporciones de pobla·
clón rural Que aún se observen en algunes provincias (B4.4 0 ,b de la población
de las provincias de Cotapaxl. Bollvar y Callar, 730 ,b de la de Chlmborazo,
670 ,b de las de Laja y.Los Rlos, y más del600 ,b de las de Manabl, Imbabura,

286
CONADB

Tungurahua, Azuav VCarchll.

En tármlnos generales, el mayor problema de la poblacl6n Nral es su bajo nl1l81 de


vida con relacl6n al de la poblacl6n urbana, producto del bajo nivel de Ingresos Vla
limitada dlsponlbllldad de bienes Vservicios. Como consecuencia, la'''ciwdlld'' ejerce
una f!Jerte atraocl6n sobre la poblacl6f1 rural, determinando en gran medida el '
éxodo rural-urbano.

Dentro del sector agropecuario resulta clara la existencia de grandes desnlveles en


CUlinto al grado de tecnlflcacl6n de 'a produccl6n V la modernlzacl6n de métodos ,
,de cultIvO. Se trata de una estructura productiva, Vpor ende social, signada por la
heterogeneidad Vla dlll8nldad de situaciones. Cada sltuacl6n Implica además un pe­
. tr6n dlfllrente de comblnacl6n de recursos (teenolog(a). as( como posibilidades V
actitudes distintas con respecto a la Intenslflcacl6n del uso de capital V la Innova­
ción tecnológica.

Los recursos naturales, elemento esencial para el desarrollo de las actMdades extrae­
tlva. agropecuaria Vforestal, se caracterizan por su dlspersl6n en el espacio nacional.
lo que a su vez determina el tipo de asantamlento rural predominante. En la medida
en' que se da el proceso de desarrollo, la proporcl6n de poblacl6n rural'urbana 18
modifica. pasando a Predominar esta última. Este proceso de urbanlzacl6n es acele­
,ranie de un aumento de productividad en las actividades primarias, a'medlda que se
Incrementa la proporcl6n de poblacl6n urbana. reduciéndose as( la mano de obra
en la produccl6n agr(cola.

Las actividades primarias tienen una caracter(stlca que las diferencia de los demás
*lOres de la econom(a. Mientras que en éstos no existe un IImltante absoluto al
Cl'llClmlento de la,econom(a Vel nivel tecnológico. en la actividad primaria existe un
IImltante 1Islco, que es la dotael6n de lBCursos naturales del pa (s. Dentro de esos li­

.re
mites, sin embargo. la cantidad de mano de obre que puede, oc",.,.,. prothu:rirNJ­
por unidad de superficie explotada, dePende de la estructura productiva (la
que deptinde a su vez de la estNctUlll de la demanda Vdel precio de los produC!:os
• agfopecuarlos), de la teenolog(aempleada, de la calidad de los recursos naturales, V
del nivel de Ingreso mlnlmo requerido pera que la fuerza de trabajo campesina
tenga un nlll8l de vida acaptable.

En la relacl6n entre Ingreso de la mano de obra Vsu productividad Influve, clara­


, mente la estructura de tenencia de la tierra V la relacl6n de trabajo 'existente., La

287

.. ;.., .~~-'-. .
EL USO DEL BSI'AC10 y LOS RECURSOS NATURALES

mllxlma ocuPación por unidad de superficie ocurre en los minifundios explotados


dll'8Ctamente por su propietario, en los cuales Ingreso y productividad de la mano
de obra tienden a Igualarse. Tradicionalmente, se hallCllPt8do el concepto de. qua en
ta agricultura campesina pobra se dan niveles de productivIdad marginal tendientes a.
cero'. De hecho, la historia reciente, esplIClalmente en América latina, demuestra
que, con muy raras excapcloneÍ, el Ingreso real de los campesinos, derivado de la ae­
tlvldad agropecuaria, con frecuencia no llega a alcanzar siquiera el nivel m(nlmo fI·
slológlco de subsistencia; el campesino se ve forzado a complementar su fuente de
Inl'-SSO con la migración temporal y otras aet!vldades productivas.
1. •• 1
POUTICA DE RACONAUZACON DEL USO DEL ESPACO, CONSERVACON
DE LOS RECURSOS NATURAIJ!8'Y PRBSERVÁCON DEL MEDIO: AMBIBNTE

En primer lugar, es neceaarJo enfatizar el planteamiento de que el estilo de desarro­


tia que adopte el pe (s, debe poner el potencial de recursos al IIlNlclo, prioritaria­
mente, del objetivo de satisfacerla nacasldades básicas de la población. Esta de1\nl·
c1ón, dada su Implicación lIOCIal y poUtlca. requiere la partlclpliclón de todos los ae­
toras del proceso soclal. y no IOlamente de quienes controlan los recursos~oduc·
tlvos. En segundo lugar. el UIO de los recullOS naturales debe. ademis de cubrir las
_Idadas básicas de la población, nIlIllzar58 bajo normas que aseguran su consar·
vacl6n y la presarvaclón del madlo ambiente, pera asegurar la calidad de la vida tan·
to de la población actual como de las generaciones futuras.

1. En términos genara", debe propend4!"'S8 hacia un petrón de UIO del especIo


que coadyuve a una mayor Integración territorial y social del pels, y a una me­
jo~ Integreclón económica Intersaetorlal. en función de mejorar la calidad de
vida de toda la población ecuatoriana.

2•. Para propender a una mayor Integración del espacio territorial, se deben! dar
un tratamiento particular al ordenamiento territorial de las raglones fronterl·
zas; a la racional y planificada utilización de los racursos que ofraca el mar ti- .
rrltorlal; a la superación de la situación de enclave de las 61'l18S geográflcis con

2BB
CONADIl

gran potencial para el d8l8rrollo nacional y regional, cuya capacidad de uso del te­
rritorio permltinl_ población, generar posibilidades de emplllQ y producción.

3. e. n_lo encauz8r la estructuracIón 8SP8ClaI hecla la conformeclón de un


lIatemB urban<H'llglonal basedo en la asIgnación y fort8leclmlento da roles IIgnl­
f1eatlllOS .a ·181 ciudades medlanes y peque/!as, dotl\ndoles del equIpamiento
ll8CllSlIrIo para que IIMn de centros di! apoyo a 181 zonas circundantes, y de
elementos de retencIón de 1& población rural.

4. En el énlll rural, un U80 rhés racional del especlo reQuIere alterar la estructura
de tenencia y U80 de le tlerre; fomentar le Incorporación selectIva de nu8V88
érws e la producción agropecUarle, tento en la Sierre como en le Costa y en la
Reglón Or181ltal; promover el U80 de tecnoJoglas apropiadas para Incrementar
101 nIveles de productividad y rendimiento sIn que OClIIlonen depredación y
agotamIento de los recu~ naturales. lJII érws de saturacl6n excesiva deberén
ser objeto de progremes de nllIjuste Inmediato. .

6. Propender a que los 8IpBCios rurales circundantes de 101 centros urbanos con ap­
titud agrícola, 88 habiliten para una producción 8lIroPBCUaria de canlcter inten.'
slvo, particulermente en ramas de producción como larechera, hortifruticultu­
ra, lIVicola, porcina, etc., a fin de mejorar el déficit nutricional y aminorar COI­
tos de ·mercadeo. Igualmente Cnlllr zones de r.-va forestal y de colll8lV8Ción
de terrenos no aptos para cultivos o para aar urbanizados y complementariamen­
te controler o evitar la lotlzaclón de tarrenos con \IOC8Clón 8lIrícola y aprovechar
los que ya tienen 818 \IOC8Ción, dentro de les posibles énlll8 de expansión urbana.

6. lJII admInistraciones 88CClonales y locales debenln prO\ll'8mar para el Iergo y


mediano plazo el U80 deI.ueto y la dotación de equIpamiento toelal *co,
para hacer vleble el ~Io procaso de desc:oncentraclón nacional. La Inver­
lIón prlvada podnl ser etr8fda hacia ciudades cantntas de servIcios béslcos y
posIbnldades delocalltaclón, que compensen les aconom 181 de aglomeración
que aún ofrecen las ciudades "*ll/'IIndes.

7. La migración runsl-urbana puede _ considerablemente morIgerada a tI'lIWs de


una ptlJlll88ivB delcentl811zae16n Industrial, y fa promoción de actividades pro.
duetl_ con mayor capacidad de IntegracIón multlsectorlal. P81'8 ello, es
ll8CllSlIrIo fomentar la Industria que procese Productos agropilcuarlos, y dotar
deaarvlclos b6s1cos a les cIudades pequenes y medlanes, a fin de que 18 CO/lto

289

''':­
EL USO DEL ESPACIO Y LOS RECURSOS NATURALIlS

tltuyan en nullVOS centros de polarización y especialización productlw.

8. Para facilitar la descentralización de actividades, promover una mayor Integnt­


cl6n sectorial y generar empleo, 88 deberá propender ala Instalación de algunos
complejos econ6mlcos multlsectorlales, que conslstlrlan en conjuntos de pro­
gramas y proyactos de Inversl6n de propósitos múltIplas, cuya anlculacl6n 88
promoverá en ralacl6n con algunas Industries o con un núcleo de proceso de
transformacl6n Industrial, constituyendo SU principal wntaja de concUlacl6n de
criterios de explotacl6n de matarlas primas, con los de acumulación de venta­
jes de transporte y con la captacl6n de econom las axternas.

9. Para lograr una mayor fluidez en la Integración y anlculacl6n territorial, 88 de­


berla establecer sistemas de transportes y comunicaciones Integrados, para pro­
pender progreslwmante al desarrollo de lIreas que tlenen recunoa naturales
pOco o mal explotados, asegurar la complementerledad de racuraos entra dos o
más reglones para fomentar .u transformacl6n econ6mlca, facUltarlas actl~
des de comerclallzacl6n, a la vez que facBltar la accesibilidad de la pOblacl6n
dispersa a los servicios básicos.

10. Finalmente, como Instrumento para .ustentar los pla¡¡teamlantos formuladoS


en 10s LllIBlimlentos de PoUtlca anteriormente menclonados, 18 deberá tomar
en conslderacl6n los .Igulentes criterios:

- La p1anlflcacl6n fllI\)acIaI deberé or\erl1lll'l8 fundamentalmente hacia fa de­


termlnacl6n y jerarqulzacl6n de áreas prioritarias de accl6n para atenderlos
servicios e Infraestructuras públicas y profundizar luego les particularidades
de cada una de dlchaslÍraes para el dlllllflo en detalle de fos programas secto­
riales, asl como también para .u coordlnacl6n en el tiempO.

-- La aslgnacl6n espacIal de recursos para la InfrEstructura y servicios de fa po­


blacl6n, deberá estar de acuerdo a una deflnlcl6n de prioridades, de manera
que 88 asignen obras y acciones a partir de les áraas donde m6s dramático es
el déficit actual.

- La IncorporacI6n de 1a varlabIll especial en los PtOlJlImas sectoriales 18 haca


particularmente' urgente sobra todo en aquellos que tienen que ver con radas
de InfrEstructura y servicios, a tnMls de pequel'los y medianos proy8Ctos.
Estos PtOlJlImBS son los que tienen mayor posibilidad para Incidir sobra fa

290
CONADB

reeetlYlICI6n económica e corto y medleno plezo, 111 como para permitir une
mayor f1exlbHlded en le edecueclón dele eccIón del Eltedo e 111 8Ip8C Iflca
clrcullltenClas nigloneIlllI yJOce11l.

- En e! campo dele coordlneclón Interlnstltuclonel pere el dlllIerrollo reglonet


y IoceIII deberé profundlzer y poner aIltemátlcamente en opereclón 111 pro­
pUllllt8l que hen sido dlsel'led8l.

UI Seaeterle de PlenlflcecJón deberé constituirse en el OrgenillTlO Centrel


pere le P1enlflcaclón Especlel, comprometiéndose dlrectllmente en e! pro­
C8IO enterlormente enotedo. en fe ldentlflceclón de prlorldedllll. dlsellcindo
dlrectrlca prejlmln8fllll en le ealgnecl6n especie! de ea:lonllll y proyectos,
por provlncles. cantonllll o jurlsdlcclonllll més empiles segón lo requiere le
exlgencle de programeclón.

, - En bese e losllneemlelltos esteblecldossobre plenlflceclón lllIpeclel, 11 debe­


rénluego dlsel'lerlll blIlIlllI progremétlces perete coordlnecl6n Int~rIel
de obres y ea:lon81 por éree, que Involucren e entidades necloneles, regiona­
les y seccloneles. El PfOC8lO de n8gOCleclón elrededor de dlches b_ pro­
gremátlca permitiré ldentlflcer el dlse/'lo en detelle de le Intervención y le
forme de vlnculeclón Interlnltltuclonel.

. . . . atmr.ei6a y ~a,de los recllnOs ~tunIes

'1- Es neoeserlo completer y ceninllzer le Informecl6n ilxlltente sobre le disPOni­


bilidad de los recureos netureles en genere!, en penlculerlos que ye hen sido In­
corporedos e! procao productivo. Debe evlterse e! lJIo Indlicrlmlnedo delsue­
lo. elllllUl,los bosqUllll,le P81C8. etc,. y profundlzerse en el conocimiento de su
potencle!, y el greda de Interreleclón entre ellos. Se trete' de un P8tr1monlo
netunsl. que conltltuye el capitel socIeI béslco de que dispone le pobleclón
ecuetorfene pena lIIIlllIUrsr su d.-rollo y blenester.

2. UI prognsmecl6n de le producción IlllfOpecuerle debe beserse en le aptitud y


dlsponlbHlded de los recU/'Kll neturelllll. le I8tlsfea:lón de necesldedes bésbs
(consumo _ncle! rt18IIvo). le oferte de empleo y le selea:lón de teenologlll
epropledll.

3. El dl.no. locellzeclón y tIpo de InfrelllltructUre vi'" y de apoyo ele produa:lón

291

'J.'

",;j' i ,.~." , ,._ - ··r i..,,-~;,.?


BL USO DBL BSPACIO y LOS IlBCURSOS NA TURALBS

debe hacerse en funclón del patrón de uso del territorio, yla programación de
los sectores productivos.

PraaYaci6a del medio amblmte

1. Es necesario establecer a partir del Inventarlo Nacional de Recursos una polltl­


ca de uso, manejo y control del medio ambiente. Esta poi Idca deberá, en
primer lugar, definir lÍreas de reserva de recúrsos, éreas de aprovechamiento 11·
mltedo, y áraes de uso diversificado. En segundo lugar, deberá establecer les
disposiciones pertinentes, el modo de uso, y regulaciones en cuanto a niveles
permisibles de ellplotaclón en función de evitar el agotamiento o destrucción
del patrimonio nacional, o el deterioro de la callded de vida de los habitantes
del pels debido a alteraciones de los ecosistemas.

2. Las éreas de saturación o uso ellceslvo de uno o mIÍS recursos naturales, deberán
ser objeto de programas de recuperación y restablecimiento del equHlbrlo eco­
lógico. Es preciso asegurar la preservación del recurso natural, pero también ni·
veles de empleo requeridos por la población nacional, por lo cual la tecnologla
a utilizarse deberá ser cuidadosamente seleccloneda.

3. la Reglón Oriental y la Provincia de Gahlpegos, dedas sus penlculerldades de


fragUldad ecológica, deberán ser objeto de programes especlflcos de desarrollo,
en los que sa combinen el objetivo de preservación del medio ambiente con el
de asegurar un nivel apropiado de vida pera la población que las habita. En nin­
gún caso deberán considerarse áreas de colonización Indiscriminada.

4. Todo proyecto de desarrollo debe Incluir para su evaluación InIcial, el estudio


de su Impacto sobre el medio ambiente, asl como det costo social que pueda
conllever el uso del o los recunos naturales Involucrados.

292

BIBLIOGRAFIA GENERAL

Fernando Carrión

La Intenci6n de la p~ta secci6n bibliogréfice es similar y complementaria a la


qua estructura el conjunto de los ensayos que aparecen en los capltulos preceden­
tes: es similar pues se propone facilitar a' lector (especialista ylo estudiantells posi·
bllidad ds emprender une 8\/aluación crítice de los resultados obtehidos hasta la ac­
tualidad en 'a temétice para, a partir de alls, prolongar hacia el futuro nu8\lOs
mentos que tiendsn a llenar vaclos, comprobar hipótesis, discutir plant8llmientos,
8"
etc. Pero tambllln 81 oomp'-taria porque, a la par que permita conocer el es.
do en qué se enQJantra la investigeci6n sobre el tema, se puede profUndizar mAs en
Is antología, Incluso alSjándose de Is concapción general utilizada.

En sums: Is bibliografíe busca mayor81 factores explicatiVos y de profundización en


al conocimiento de lo huta hoy recorrido en le temAtice. Pera lo¡p:ar este objetivo,
hemos buscado la mayor representativldad posibla da lo que se hs eecrito hast8 la
fBcha sobre el Proceso da Urbanización an el Ecuador. Esto "Itimo significa:

el Que en fe selecci6n de los textos se encuentran presentes todas las corrientes de


interpretación que ebOrdan le temétice;

b) Que el conjunto de los textos permite mostrar 188 ceracterfsticas hist6rlcas del
Proceso de Urbanlzaci6il;

293
\

..;':
.,BLJOGRAFIA GENERAL

c) Que el ordenamiento de los textos facilita reconstruir 188 careetarrstlces genere­


les que definen el proceso;

dI Que por les fuentes de consulta utilizades (bibliotecas, libros Vpersonas) es ge.
rentizeble le representatividad.

~.. No abstente, el hecho de que 588 representativa no esconde les limitaciones que esta
tipo de trebejos conlleven; més eún, si se tiene en cuenta que le temátice del Proce­
so de urbenizecibn es reciente en el Ecuador Vque, obviemente, está en proceso de
construccibn tebrice tal como lo evidencie su no constitucibn en objeto eutbnomo
de enAlisis. Esta situecibn explice el por qué se hen tenido que hacer ''''''cftlra'' de
textos provenientes de otras disciplines pere elH "tl.scubrir" elementos constituti­
vos de le urbenizecibn nacional. Pero también exige contlnuer en este Iínee de tra­
bejo, en fuentes secunderies, si se quiere profundlzer Vcomplementar el trebejo que
se presenta en esta entolog re.

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ElIte e. UD libro IlaCIODa 1m_ro éD 01 Ecuador. Aborda UD


tema DUllotro. aeclom para el futuro el Ecuador de hoy. In·
e....",...'" la b1bllopatl. . .bre DUlloliro palL ProbablemeDH
uoted lo cOlUllden UD libro caro_o

PIBO PODBIA

IIB BABA!O

eSi el Estado legislara reconociendo a la ,activi­


dad editorial como una industria.
eSi el Estado fomentara la industria editorial
con créditos blandos y capacitación técnica.
eSi el Estado incentivara la industria nacional
del papel•
• Si el Estado liberara de impuestos al papel, tin­
tas, cartulina y demás materias primas impor­
tadas necesarias para la impresión de libros.
eSi el Estado estimulara la exportación de li­

bros impresos en el Ecuador.
_Si el Estado realizara campañas pérmanentes
para aumentar el hábito de lectura en el hogar
y en los centros educativos.
eSi el Estado dispusiera la gratuidad para publi­
citar libros impresos en el Ecuador, en todos
los medios de comunicación.

~,,~~.

telf, 543972 Ca,iIIa 4629-A


quito, ecuador.

"'- ...•
.'.-": .

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