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El Adorador Integro

“Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores
busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que adoren.” Juan 4:23-24

William Temple nos ofrece estas palabras profundas:


"La adoración es la sumisión de toda nuestra naturaleza a Dios. Es despertar
de la conciencia a su santidad; el alimento de la mente con su verdad; la
purificación de la imaginación por su belleza; la apertura del corazón a su
amor; la entrega de la voluntad a su propósito -- y todo esto junto ofrecido en
la adoración, la emoción menos egoísta de nuestra naturaleza que es el
principal remedio para el egocentrismo de nuestro pecado original y la fuente
de todo el pecado real."

 La adoración no puede ser cerebral.


 La adoración no puede ser emocional.

Para encontrar la verdadera adoración es necesario que conocer nuestro


objeto de adoración... es decir, un verdadero adorador, más allá de conocer
de Dios, ha de conocer a Dios.

“Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos;…”


Juan 4:22

Hay un punto aquí que me llama la atención. Podemos ver, a través de las
Escrituras, que a Dios le alaba toda su creación e incluso todos los pueblos
pueden también alabarle. (Salmos 67:3,5).

Pero solo pueden adorarle (verdaderamente y como él quiere, como


verdaderos adoradores) quienes realmente le conocen, quienes están
cercanos a él; quienes han tenido un encuentro personal y real con el Señor.
Es decir, aquellos en los cuales el Señor habita en su corazón.

Es que, la adoración a Dios involucra, primeramente, el entendimiento


racional y personal de Quién es él. Va más allá de traerle intrínsecamente
gloria a Dios, como obra de su creación; va más allá de alabarle por las cosas
que vemos que él hace.
Le adoramos por Quién es él, por qué representa él para nosotros. Y para ello,
tenemos que tener un encuentro con el Señor, un acercamiento con su
divinidad.

Para poder ser sus adoradores, Dios tiene que llegar a ser, primero, una
realidad en nuestra propia vida. Sino, estaríamos, como los samaritanos:
adorando “lo que no sabemos”.

Salmos 15:
Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?
2
El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón.
3
El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite
reproche alguno contra su vecino.
4
Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a
Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; 5 Quien su dinero
no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas,
no resbalará jamás.

NTV:
Señor, ¿quién puede adorar en tu santuario? ¿Quién puede entrar a tu
presencia en tu monte santo?
2 Los que llevan una vida intachable y hacen lo correcto, los que dicen la
verdad con corazón sincero. 3 Los que no se prestan al chisme ni le hacen daño
a su vecino, ni hablan mal de sus amigos.
4 Los que desprecian a los pecadores descarados, y honran a quienes siguen
fielmente al Señor Y mantienen su palabra aunque salgan perjudicados.
5 Los que prestan dinero sin cobrar intereses y no aceptan sobornos para
mentir acerca de un inocente. Esa gente permanecerá firme para siempre.

Rachel Joy Scott

 Es difícil encontrar a Dios por entre los pasillos (…), la duda es una parte
del viaje del hombre, pero no pierdas la Fe” - Rachel Joy Scott

 "No voy a disculparme por hablar en el nombre de Jesús. Lo asumiré. Si


mis amigos se han vuelto mis enemigos por yo estar con mi mejor amigo,
Jesús, entonces está bien por mí. Siempre supe que ser un cristiano
implica tener enemigos, pero nunca pensé que mis 'amigos' fueran esos
enemigos.

 (entrada del 20 de abril de 1998), diciendo acerca de su compromiso:


"Yo no voy a esconder la Luz que Dios ha puesto en mí. Si tengo que
Sacrificar todo, lo haré."

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