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Una ciudad es una entidad creada y que empezó Buenos Aires/. La juzgo tan
transitada por humanos, no es sólo eterna como el agua y el aire"2.
un espacio real sino simbólico, que Mérida participa de esta carga
además de su objetividad histórica emotiva y mítica no sólo para los
se transforma en un centro de vida habitantes de la ciudad sino también,
mítico que el paso de los siglos con- dada su cualidad de centro urbano
vierte, en el imaginario colectivo, en regional, del resto de los habitantes
algo más que una creación humana del estado de Yucatán y de toda la
y lo "naturaliza", lo vuelve parte de península. Guardadas las diferencias,
la naturaleza y del paisaje de sus ha- Mérida es para la península de
bitantes, en algo que siempre estuvo Yucatán lo que Guadalajara para la
allí. La ciudad imaginada se vuelve región de occidente o Veracruz para
la ciudad real, pero la imaginación la costa central del Golfo: una capital
le confiere un carácter mítico, en el regional que va más allá no solo de
sentido de que un mito es la pér- las fronteras políticas sino de las
dida de la cualidad histórica de las espaciales que limitan al estado.
cosas y de que en el mito las cosas
pierden la memoria particular que LA FUNDACIÓN: CENTRO SOBRE
alguna vez tuvieron y adquieren un CENTRO
significado colectivo.1 Esta "natura- Sobre la ciudad maya de T'Hó o
lización" de las ciudades nos explica Ichcaanzihó, importante y extenso
el fuerte interés emocional que ge- centro ceremonial del norte de la
nera su destino, sus usos y desusos. Península de Yucatán, habitado por
Queda bien resumido, por ejemplo, más de dos milenios y a 36 kilóme-
en las dos últimas frases de la "fun- tros de la costa del Golfo de México,
dación mítica de Buenos Aires" de Jorge fundan los conquistadores españoles
Luis Borges. "A mí se me hace cuento la ciudad de Mérida el 6 de enero de
1542. Las ciudades en sí, como obra cuadrícula con una manzana central
humana, no se inician ni se crean, de origen, como constaba en el per-
se manifiestan como un proceso so- gamino donde el capitán Francisco
cio espacial. Pero considerar el mes- de Montejo había dibujado su idea
tizaje maya e hispano, así como su de ubicación y planeación formal de
antigüedad, son datos importantes la ciudad y que presentó a una junta
para poder comprender la hondura del primer cabildo el 29 de diciem-
de la importancia urbana de Mérida bre de 1542. Con este acto empezó la
en la Península de Yucatán. Como actual ciudad de Mérida.3
parte de la política expansionista Durante los tres siglos que duró
del imperio español se integró a una la colonia, Mérida mantuvo su cuali-
red de ciudades construidas para la dad de capital regional de toda la pe-
conquista, colonización y evangeli- nínsula de Yucatán y su influencia se
zación de los territorios novohispa- extendía hasta parte de los territorios
nos. Sus vínculos históricos fueron de Tabasco y el Petén guatemalteco.
los puertos de Campeche, Veracruz, Aislada del centro de México guar-
La Habana, Cartagena de Indias, y dó íntimo contacto con el Caribe y
Grabado de una calle todo el sistema portuario de las is- los puertos de España. La influencia
de Mérida.
D. Charnay, 1870. las del mar Caribe. Su trazo fue en de la lengua y la cultura maya han
Archivo Ramírez Aznar.
quiebra de la Bolsa de 1929 y la gran cultura sui generis y peculiar: más que
depresión mundial que la acompañó, mestiza, híbrida" (Amaro Gamboa,
que los años dorados del henequén 1972: 93).
llegaron a su fin. Y con ello llegó Mérida, aún con el cosmopolitis-
también el fin de esta primera mo- mo que pudo haber desarrollado du-
dernidad meridana. Mérida se su- rante el auge del henequén, cuando
mergió en un letargo de medio siglo, con 50,000 habitantes en 1910 llega-
su infraestructura se hizo obsoleta, ron a vivir en ella hasta 4,000 extran-
perdió población, se dejó de invertir jeros, no perdió su característico
en las proporciones que se había he- aislamiento cultural que, por supues-
cho años antes, empresarios, profe- to, se vio acentuado cuando experi-
sionistas y trabajadores, en especial mentó tan prolongada decadencia.
jóvenes, buscaron fuera de la ciudad Pero los meridanos que se quedaban
nuevas oportunidades. solían hacerlo a gusto, y muchos de
Se quedó el que pudo y el que qui- los que se fueron por necesidad man-
so. Es decir el que tenía un empleo o tuvieron la nostalgia y la esperanza
una forma de vida o el que ya no esta- del retorno. Bienestar imaginario,
ba en edad o emocionalmente prepa- nostalgia o autoengaño colectivo, el
rado para vivir fuera de una ciudad hecho es que la cultura de la ciudad
que, aún en su pobreza, le ofrecía una se construyó sobre sí misma y se con-
forma de vida gratificante y llena de sumió a sí misma. Esto también sig-
significados cotidianos, de amigos, nificó ser impermeables y un retraso
de parientes, de afectos y de rinco- respecto a los cambios en las corrien-
nes urbanos apreciados. Antes de esa tes de pensamiento del exterior. En
decadencia la cultura de la península esa época del meridano "…se diría
y en especial de Mérida ya se pare- que ante gente extraña se viera a sí
cía a la de una isla, es decir aislada mismo desde adentro y frente a sí
y encapsulada en sí misma, "…tenía mismo se contemplase desde fuera y
mucho de nacionalismo —un nacio- que en ambos casos viviese contento,
nalismo siempre en guardia contra intensamente satisfecho de ser quien
toda intromisión— el vivir y el convi- era y como era. Como consecuencia
vir yucatanenses, mucho de tribalis- era muy fácil que se despeñara en el
mo y de clan que todo lo engullía y lo rezago cultural, en la recesión de to-
transformaba y transmutaba y hacía das o muchas manifestaciones de su
desaparecer en procesos de hibrida- propia cultura…" (Amaro Gamboa,
ción cultural —como desaparece una 1972: 95).
gota de tinta en el océano—, procesos Un retrato de los saldos urbanos
que habían contribuido a crear esa de esa época lo tenemos de nuevo en
BIBLIOGRAFÍA
Amaro Gamboa, Jesús. 1972. Yucatán, sueño
sin fin: crónica de una utopía, México, ed.
América.
Beauvoir, Simone de. 1997. Cartas a Sartre, Es-
paña, Lumen.
Villoro, Juan. 2009. Palmeras de la brisa rápida,
México, Almadía.
Zayas Enríquez, Rafael de. 1908. El estado de
Yucatán. Su pasado, su presente, su porvenir, Arco "Del Puente", calle 50 x 61, ca. 1945.
Nueva York, J.J. Little & Ives Co. Archivo Ramírez Aznar.