09/03/2010 “Aún no nos ha tocado lo peor”

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07/03/10 - 15:25 NACIONALES

“Aún no nos ha tocado lo peor”

Algunos edificios antiguos de la zona 1 capitalina, los asentamientos y las
viviendas de tres o más plantas construidas en forma empírica serían los
inmuebles más afectados en caso de un sismo de gran magnitud, explica
Héctor Monzón Despang, doctor en ingeniería civil.

El experto en diseño estructural de

los edificios más importantes del país, así como de El Salvador y Honduras, habla sobre lo que
le espera a Guatemala si llega a ocurrir un terremoto como el de Chile.
¿Qué escenario le espera al país en caso de un terremoto?
Hay tres clases de sismos que pueden afectar al país: el de subducción, por la presión que
hacen las placas tectónicas Cocos y Norteamérica. Creo que sería el más probable y afectaría la
costa sur e impactaría en las ciudades del altiplano.
Otro tipo es de transcurrencia o movimiento horizontal, como el de 1976 con la falla del Motagua, y
el tercero —el más peligroso para la capital— es el sistema de fallas locales de Santa Catarina
Pinula y Mixco.
¿Es segura la construcción en el país?
Tenemos tres tipos de construcción: el del sector profesional de ingenieros y arquitectos; el
empírico, con los maestros de obra, y la autoconstrucción.
La construcción de los profesionales es segura; la construcción menor, hecha por maestros de
obra, también es segura, pero necesita tecnificarse más.
La autoconstrucción es la más peligrosa.
¿Las viviendas resistirán un terremoto?
Afortunadamente ya no se usa adobe. Las casas de block, de uno o dos pisos, hechas por
maestros de obra, son seguras, porque, aunque en forma empírica, usan sistemas de refuerzo y
quedan como una unidad.
El problema es con las casas de block de cuatro y hasta seis niveles hechas en forma empírica;
allí se convierten en un nuevo peligro.
He recorrido el país y he visto esas construcciones inadecuadas en muchos lugares; uno de
ellos es Zunil, Quetzaltenango, y si ocurre un sismo de subducción, afectará mucho esos
inmuebles.
¿Qué pasará con la autoconstrucción?
Allí no es la estructura de la casa la que va a fallar, sino el terreno, y aunque sea un reducido
porcentaje, será una catástrofe.
¿Cree que los edificios quedarán en pie?
El edificio moderno, sea de concreto reforzado o de acero —como algunos que hay en el país—,
tiene dos características: es dúctil, o sea que no es frágil, y las piezas están bien conectadas.
No hay capacidad para hacer edificios invulnerables, por eso no se dice que sean antisísmicos,
sino sismorresistentes.
Creo que aunque algunos edificios modernos sufrirían daños secundarios, seguirían en pie.
¿Hasta qué grado pueden soportar los edificios?
Un sismo grado ocho en la escala de Mercalli causará algunos daños, pero en términos
generales nuestros edificios podrán soportar un sismo grado nueve en esa escala.
La construcción empírica de cuatro o más niveles sufrirá daños a partir de un grado seis Mercalli.
Hay un grupo de edificios en las zonas 1 y 4, construidos entre 1950 y 1960, que no tienen
ductibilidad, y aunque resistieron el terremoto de 1976, están en riesgo. Esas construcciones
requieren de una revisión.
¿Qué pasará con los edificios públicos y las iglesias del Centro Histórico?
Los construidos en la época de Jorge Ubico son los menos peligrosos, porque se hicieron con
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piezas de acero, concreto con refuerzo y mucho ladrillo metido en la estructura. Lo que ha faltado
es un mantenimiento adecuado para soportar más sismos.
Las iglesias de cien o 200 años tienen una estructura resistente, pero algunas de esas
edificaciones no se renovaron por completo desde que fueron dañadas por los terremotos de
1917 y 1918.
¿Son seguras las construcciones públicas nuevas, como las escuelas?
No sé cómo se están construyendo las escuelas; antes las hacía la Dirección de Obras Públicas,
pero ahora están en manos de organizaciones no gubernamentales (ONG).
En mi opinión muy personal, confío más en un maestro de obra que en una ONG.
Hace algunos años se inició una evaluación de edificios públicos, pero no se concluyó, y eso se
debe retomar.
¿Que pasará con la infraestructura del país?
Soy miembro de la Asociación de Ingenieros de Estados Unidos, y esa entidad acaba de concluir
que la gran lección que dejó el terremoto de Chile es el colapso en la obra de infraestructura.
Ante un sismo de gran magnitud habrá mucha incomunicación en Guatemala, porque los
puentes se están construyendo fragmentados y no tienen suficiente conectividad; igual situación
ocurre con las pasarelas.
Se debe poner atención a que hay muchos rótulos grandes en la ciudad, exceso de cableado y
postes que se convertirán en obstáculos al momento de la emergencia.
¿Qué recomienda a la población?
Se debe prestar atención a los sismos, no bajar la guardia y estar preparados para problemas
serios, porque aún no nos ha tocado lo peor.

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