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La organización de la enseñanza para niños/as de 45 días a 3 años

Enseñar a niños/as de 45 días a 3 años. Algunos principios pedagógico-


didácticos.

En esta oportunidad, nos proponemos analizar diferentes aspectos que se


comprometen cuando pensamos en la enseñanza para niños menores de tres
años: ¿se enseña en el jardín maternal -o en otras instituciones /modalidades diversas
de atención a los niños pequeños-? ¿Qué entendemos cuando hablamos de enseñanza
para los más chiquitos? ¿Cuáles son las acciones características a realizar por docentes y
adultos, propias de la enseñanza dirigida a niños tan pequeños? ¿Es adecuado pensar en
que todos los formatos organizacionales que atienden a niños de 45 días a 3 años
pueden ser Instituciones Educativas o, en algún sentido, ser consideradas como Escuelas
Infantiles?????

Algunos principios a tener en cuenta para pensar en propuestas de “Buena


Enseñanza-Crianza” para los niños pequeños.

Primera parte - Enseñar a niños/as de 45 días a 3 años

“Se da, se pasa y se enseñan conocimientos, herencias, valores, destrezas, actitudes,


palabras, operaciones, modos de vida, modos de ser, estilos, formas, etc. Se da, se pasa
y se enseña la cultura. Llamemos al conjunto de lo que se enseña cultura” (Antelo,
1999)

Planteamos aquí algunos interrogantes:

 ¿Se enseña en el jardín maternal -o en otras instituciones /modalidades diversas


de atención a los niños pequeños-?

 ¿Qué entendemos cuando hablamos de enseñanza para los bebés y niños


pequeños?

 ¿Cuáles son las acciones características a realizar por docentes y adultos, propias
de la enseñanza dirigida a niños tan pequeños?

 ¿Es adecuado pensar en que todos los formatos organizacionales que atienden a
niños de 45 días a 3años pueden ser Instituciones Educativas o, en algún
sentido, considerarlas como Escuelas Infantiles en sentido amplio?

Esta forma de enseñar, característica del jardín maternal, la reconocen en la categoría:


el docente de jardín maternal como “pescador de oportunidades”. Explican que:
“Esto tiene que ver con que, en la vida cotidiana, del JM, la cual está cargada de
situaciones ocasionales o no previstas, y de otras que se reiteran
sistemáticamente, el docente es quien debe descubrir y aprovechar la
posibilidad de enseñar, que las mismas guardan”. Luego de este análisis y
comparación de ambas situaciones, vamos respondiendo a nuestros interrogantes
iniciales afirmando que:
Desde la perspectiva educativa, no es posible la educación sin cuidado y
asistencia.En el J.M. no es adecuado pensar en la clasificación entre actividades
asistenciales y otras diferentes, educativas o de enseñanza. Cuando se da la
mamadera se enseña a confiar, a interactuar con otro adulto, a disfrutar del alimento, a
escuchar y disfrutar canciones y retahílas en los momentos de espera o al finalizar,
esperando el conocido “provechito”. Cuando se encuentran todos en la colchoneta
explorando los objetos de la “cesta del tesoro”, por ejemplo, y se detecta Las
actividades cotidianas (alimentación, higiene y sueño) junto con propuestas de
juego, de experiencias estéticas, de intercambio verbal; las actividades
individualizadas o en tríos, dúos o pequeños grupos; las actividades electivas o
grupales constituyen diferentes modos de caracterizar cómo y qué se ofrece a
los niños pequeños cuando se construye una propuesta educativa.

El cuidado que los adultos brindan a los pequeños resguarda y protege, los asiste
satisfaciendo sus necesidades de abrigo, afecto, juego, alimento y sueño, acunándolos,
construyendo modos de prodigar ternura que los respete en sus tiempos y deseos, que
los nutra de oportunidades para crecer y desarrollarse. En fin, este conjunto de acciones
que realizan los adultos conforman la enseñanza característica a ofrecer a los niños
pequeños. De un modo intencional, se contribuye al proceso educativo en sentido
amplio.

Enseñar o asistir no son acciones opuestas. Es una falsa antinomia, el quiebre de la


clásica oposición asistencial-pedagógico. Materializa el Derecho a la Educación de bebés
y niños. El derecho social de las familias a tener instituciones que amparen, contengan,
promuevan el goce y enseñen a bebés y niños. Un lugar que habilite espacios entre los
niños y con los adultos para abrir la puerta y salir a jugar. Instituciones que promuevan
el encuentro entre culturas, la contención afectiva, el despliegue de variados sostenes
enseñantes, los juegos, los aprendizajes, las interacciones sociales...Instituciones que
logren mancomunar para el bien de nuestras infancias, mimos y ayudas. El quiebre de la
falsa oposición del asistir o enseñar se sustenta en investigaciones y producciones que
se fundan en el respeto hacia bebés y niños, en la construcción de una cultura de la
ternura que instala un nuevo espacio de esperanza para los adultos y, especialmente,
para las nuevas generaciones.”

¿Se enseña en el jardín maternal -o en otras instituciones /modalidades diversas de atención


a los niños/as pequeños-?

Como primera conclusión afirmamos que a los niños/as menores de 3 años se les
ENSEÑA en tanto se les han de ofrecer propuestas educativas que asumen el
cuidado y asistencia de sus necesidades básicas, desplegando acciones de
enseñanza en el devenir cotidiano de las instituciones diversas en las que los
niños se encuentren.

¿Qué entendemos cuando hablamos de enseñanza para los bebés y niños pequeños?

Afirmamos que, en el jardín maternal, se enseña pero también queremos enfatizar la


necesidad de presentar una definición de enseñanza propia, una caracterización
particular, dado que enseñar a niños menos de 3 años requiere acciones y modos
de actuar de los docentes y adultos bien específicos, diferentes de aquellos que
conforman la enseñanza de contenidos en otros niveles educativos. Veamos, a
continuación, qué dicen algunos autores.

Violante, R. (1997) expresa que “Enseñar en los primeros años de vida es Acunar.
Acunar en los brazos, apoyar, sostener, contener, acompañar, mostrar el
mundo y sus modos sociales de caminar en él; esto es: enseñar. El bebé
necesita que lo ‘acunen’, que lo ‘contengan’, que lo tomen en brazos y
acompañen en sus exploraciones. Necesita un adulto que le ubique un móvil,
que le acerque un sonajero, que le tienda los brazos para que se lance a
caminar, que lo ayude a conocer el mundo, que lo abrace y sostenga hasta
conciliar el sueño. El docente, el adulto, así enseña, si se entiende por enseñar
toda acción que tiende a provocar y/o facilitar un aprendizaje en el otro.
‘Acunar’ exige pensar qué necesitan los chicos, actuar junto a ellos, enseñar.
‘Acunar’ implica ofrecer una propuesta pedagógica en el jardín maternal (…)”.

E. Marotta (1998) se pregunta qué significa enseñar en el jardín maternal, a lo que


responde: “Significa crear un clima de seguridad y confianza a través del
vínculo, en el cual se brinden oportunidades y se facilite la posibilidad de
comunicarse, de conocerse a sí mismo y conocer el ambiente en el cual están
en interacción las otras personas y los objetos. (…) Pensar en acciones docente
incluye el observar, el hablar, el callar, el abrazar o jugar. Muchas otras son las
acciones posibles, siendo la intencionalidad la constante de todas ellas.”

La intencionalidad pedagógica permite afirmar que en el jardín maternal se


enseña. “Afirmamos que en el Jardín Maternal, la enseñanza es una de las
formas posibles de asumir la crianza en forma complementaria y cooperativa
con otros espacios-oportunidades de crianza, tal como se suceden en los
hogares, otros ámbitos familiares, barriales, las plazas, etc. Una de las
características generales del Jardín Maternal u otras modalidades alternativas
es que las acciones para asumir la enseñanza-crianza son anticipadas,
pensadas, seleccionadas con criterios que optimicen los modos sociales de
criar intencionalmente, a diferencia de cómo sucede en otros ámbitosen los
que los mismos modos de actuar se realizan de un modo intuitivo”.(Soto, C.,
Violante R., 2005)

La enseñanza de contenidos en el jardín maternal es un proceso en el que participan


adultos y niños en una empresa conjunta donde los adultos ofrecen su apoyo, tienden
puentes y los niños, de modo activo, ajustan su propio nivel de responsabilidad
participando del proceso de traspaso del control de la situación, en la medida en que van
conquistando nuevos aprendizajes. Supone el conjunto de acciones que realizan los
adultos para que los niños logren establecer vínculos afectivos saludables que les
permitan construir sentimientos de confianza y apropiarse de los significados culturales
del ambiente físico y social del que forman parte.

La enseñanza implica la transmisión intencional de la cultura a través de los procesos de


andamiaje (Bruner, 1983), de participación guiada (Rogoff, B., 1990). Ambos
constituyen diferentes conceptualizaciones que permiten caracterizar el rol del adulto en
la empresa conjunta e intencional de colaborar para que sea posible el aprendizaje de
los niños.Enseñar en el jardín maternal es una forma de asumir la crianza. Esta tarea es
educativa, intencional, busca ofrecer una atención que promueva el buen desarrollo del
niño pequeño.

La crianza o educación característica de los bebés y niños pequeños implica asistir


amorosamente, estimular en forma virtuosa, cuidar poniendo a resguardo, rodeando de
protección, acunar ofreciendo una “cuna psíquica”. Todos estos verbos, estas acciones
se refieren a un adulto que abriga, contiene, abraza, ofrece una cuna psíquica
(Schelemenson, 2002) para que el niño crezca y se desarrolle seguro, confiando en sus
posibilidades, en el mundo y en los adultos que lo rodean. Acercándole el mundo para
que se integre a él activamente, permitiéndole comprender y participar de su entorno
social, con la seguridad de saberse acompañado y la certeza de ir comprendiendo los
símbolos de la cultura.

“Enseñar en el nivel Inicial (en particular a niños de 45 días a 3 años) es dar


conocimiento y afecto, confianza, calidez, ternura, cuidado; es acunar desde los
primeros años con brazos firmes pero abiertos que le ofrezcan seguridad y
posibilidad de autonomía; es alertar sobre los peligros, es mostrar el mundo y
cómo andar en él, es saber retirarse cuando el bebé y el niño manifiestan que
pueden resolver por sí solos.” Es observar. “(…) Es armar escenarios (...) Es
Acompañar con la palabra:(…). Es Andamiar, conceder responsabilidad, según
la capacidad (...) Es proponer actividades seleccionando contenidos y
estrategias (…)”. (Violante, 2001)

Las instituciones que cumplen con estas condiciones que tan claramente exponen E.
Pastorino(1998-2003) Marotta (1998),Violante (2001), Soto, C. y Violante R. (2005),
Jackson, S. y Goldshmied, E.(2000), Willis, A. y Riciutti, H.(1985) son las instituciones
que tenemos que instalar en nuestras realidades, instituciones donde se enseña a niños
pequeños, se transmiten contenidos,

¿Cuáles son las acciones características, a realizar por docentes y adultos, propias de la
enseñanza dirigida a niños tan pequeños?

En el video observado no se encuentra a todos los niños sentados, atentos, escuchando


al mismo tiempo la propuesta del docente. Se observan, en cambio, varios adultos en un
escenario rico en ofertas de juego, exploración, expresión artística y observación. Los
docentes observan, realizan acciones conjuntamente con los niños, mirando imágenes
en libros, dramatizando situaciones cotidianas con muñecos, sosteniendo con ternura al
bebé que tiene sueño, enseñándole a confiar en el mundo y en los otros para poder
entregarse al descanso tan necesario. Enseñan mirando con atención, ofreciendo
alimento al tiempo que les hablan y miran a los ojos, enseñan construyendo los
escenarios de oportunidades para apropiarse de los contenidos de la cultura.
Enseñan acompañando con las palabras y transmitiendo el uso social de los
objetos, los modos sociales de saludarse, de estar con otros; enseñan muchos y
variados contenidos vinculados con el desarrollo personal y social, y con la
alfabetización cultural.

Por último; los convocamos a reflexionar:


¿Es adecuado pensar en que todos los formatos organizacionales que atienden a niños de 45
días a 3 años son, en algún sentido, Escuelas Infantiles?

Cuando se ofrecen escenarios para jugar y Hebe Duprat utiliza esta


descubrir, cuando se enseña a tomar la cuchara o denominación para referirse a las
el uso social de los diferentes objetos; cuando se
Instituciones educativas para niños
canta una bella melodía, cuando se comparte un
juego de crianza se está enseñando en el jardín de 45 días a 6 años, considerando
maternal y/o en otras modalidades institucionales la importancia de dar continuidad e
diversas. Por esta razón creemos, junto con Hebe integralidad educativa a la etapa
Duprat, que estas instituciones donde suceden que cubre estas edades.
estas situaciones se constituyen Escuelas
Infantiles, en tanto las consideramos como
instituciones que prodigan una educación integral y que han de impartir buena
enseñanza .Un escuela que, como propone Zabalza, M. A. (2000), tienda al desarrollo
personal y social de cada pequeño y a la alfabetización cultural como legado de
generaciones anteriores que vale la pena de ser transmitido.

Segunda parte. Algunos principios pedagógico-didácticos

No hay nada más práctico que una buena teoría ( J.Dewey)

Al abordar los principios pedagógicos, es importante tener en cuenta que:

1-Se presentarán algunas recomendaciones, orientaciones sabiendo que es mucho más


amplio el campo de la enseñanza y no pretendiendo abordarlo aquí en toda su extensión
y complejidad

2- Los principios pedagógico-didácticos resultan orientaciones para la acción educativa y


de enseñanza; consejos a tener en cuenta, recomendaciones en relación a cómo
organizar el espacio, los materiales y objetos, el tiempo y las actividades; las formas de
agrupamiento, los contenidos de enseñanza y las diferentes formas de participación
docente.

Dimensiones de la enseñanza reconocen. A modo de orientación, proponemos: espacio


y materiales, tiempo y actividades, formas de agrupamiento, contenidos de la
enseñanza y formas de participación docente.

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