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DE MARCOS
EL EVANGELIO DE MARCOS POR DENTRO
BIBLIOTECA DE TEOLOGÍA COMILLAS
Director: Gabino Uríbarri Bilbao, S.J.
EL SORPRENDENTE JESÚS
DE MARCOS
EL EVANGELIO DE MARCOS POR DENTRO
2ª edición
ISBN: 978-84-330-2008-6
Depósito Legal: BI-2268/05
Impresión: Publidisa, S.A. - Sevilla
Reservados todos los derechos. Queda totalmente prohibida la reproducción total o par-
cial de este libro por cualquier procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo foto-
copia, grabación magnética o cualquier sistema de almacenamiento o recuperación de
información, sin permiso escrito de los editores.
A mi madre que,
como las mujeres del evangelio de Marcos,
sigue sin descanso en pos de la resurrección de Jesús.
BIBLIOGRAFÍA.............................................................................. 497
INTRODUCCIÓN:
MARCOS O LA MEMORIA DE JESÚS
1. “Parece posible demostrar que en este escrito existen dos planos que recorren
toda la obra. Uno viene dado por ciertos datos referidos a Jesús. Y el otro por
la lectura simbólica, mejor, profunda, con que son entendidos por Marcos.
Este segundo nivel da por supuesto la realidad del primero globalmente con-
siderado, aunque algunos detalles hayan sido modificados para resaltar mejor
la intencionalidad del otro. Como en los demás evangelios, Marcos, en oca-
siones, hace una reasunción de datos y los tipifica en algún personaje, que,
bajo esta consideración, resulta ficticio” (S. CASTRO, El sorprendente Jesús, 10).
Los títulos completos de las citas pueden verse al final del libro en la Biblio-
grafía. Los textos de la Sagrada Escritura los tomamos de la Biblia de Jerusa-
lén. Nueva edición revisada y aumentada, Desclée De Brouwer, 2000. La cita-
mos por las siglas BJ.
2. “Cuando nos introducimos en el relato del evangelio de Marcos, entramos en
un mundo de conflicto y suspense, de sorprendentes alteraciones y extrañas
ironías, de comparaciones y significados ocultos, de acciones subversivas e
intrigas políticas. Y el protagonista, Jesús, es lo más sorprendente de todo”
(D. RHOADS, Marcos como relato, 13).
3. “El evangelio de Marcos tanto en su totalidad como en el desarrollo de los
temas particulares, además de ser una obra teológico-catequética, es una hábil
narración y, sin embargo, una obra refinadamente didáctica” (G. BIGUZZI, “Yo
destruiré este templo”, 147).
4. Cf. R. AGUIRRE MONASTERIO - A. RODRÍGUEZ CARMONA, Evangelios Sinópticos y
Hechos de los Apóstoles, 140-143.
18 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
12. Ahora trazamos una visión muy personal del evangelio en el que hacemos
ver que en Marcos existe un proyecto teológico-espiritual-cristológico. Hoy
existe unanimidad entre los exegetas en afirmar la existencia de este proyec-
to. Cf. R. AGUIRRE MONASTERIO - A. RODRÍGUEZ CARMONA, Evangelios sinópticos,
129-164. Pero no todos los especialistas coinciden en identificar el proyecto
de Marcos, y son muy pocos los que logran integrar todas las unidades de su
evangelio en esa visión de conjunto.
13. Cf. E. TROCMÉ L’évangile, 40-41.
14. Es curioso que en Mc se rasgan tres cosas: los cielos (1, 10), la túnica del
sumo sacerdote (14, 63) y el velo del santuario (15, 38). Aunque para la túni-
ca del sumo sacerdote se usa un verbo distinto (diarrêxas). Pero también en
este caso significa rasgar con fuerza, cf. V. TAYLOR, Evangelio, 689. Lo llama-
tivo es que en los tres casos se hace relación a Jesús hijo. Es necesario que
se rasguen esas cosas tan importantes para Israel, y el cielo, tan significativo
para la naturaleza, para que surja Jesús hijo.
15. Gn 22, 2; Sal 2, 7; Is 42, 1s.
16. Rm 1, 1-4; 9, 5; 1 Cor 6, 11; Flp 2, 1.
INTRODUCCIÓN: MARCOS O LA MEMORIA DE JESÚS 21
dirá Jesús en Juan, viene de los judíos (Jn 4, 22), pero todo el
entramado judío debe desmontarse. Es cuanto va a hacer el Jesús
de Marcos. Su primer acto será la elección de cuatro discípulos (1,
16-20) junto al mar (lago). Con lo que se indica que su llamada va
a tener un carácter universal: cuatro junto al mar. Sin demora puri-
ficará la sinagoga (1, 21-28), que a juicio del evangelista está ende-
moniada. También purificará la casa de Pedro (1, 29-31), que él va
a utilizar para su predicación, liberándola del nacionalismo ardien-
te que la aqueja; y, finalmente, liberará a los leprosos de la mar-
ginación del desierto (1, 40-45). Un aire fresco de liberación y de
vida recorre la zona de Galilea en esta primera salida de Jesús17.
Israel queda así preparado para abrirse a los gentiles. Es cuan-
to se significa en el paralítico (2, 1-12), al que introducen en la casa
por el techo; en la casa en la que Jesús estaba exponiendo el men-
saje (ton logon)18. La casa de Israel ha sido destechada, abierta a
nuevos horizontes. Por eso Jesús añade a Leví (2, 13-14), de carác-
ter gentil, a sus cuatro discípulos. Ya son cinco: el nuevo Israel,
gentiles y judíos. Es el momento de celebrar un banquete con judí-
os y paganos (2, 15-17). Ya tenemos la nueva comunidad19, que el
evangelista adorna de carácter nupcial (2, 18-22) –llama a Jesús el
novio20– y de talante festivo y libre (2, 23-3,6). Ante esta nueva for-
ma de ser, la gente se siente entusiasmada por Jesús (3, 7-12). Lle-
ga el momento de dar un mínimo de institucionalidad a este movi-
miento ya tan distante del mundo judío. Y Jesús al igual que Moi-
sés21 sube al monte y allí instituye a sus doce discípulos (3, 13-19).
17. “La ‘jornada de Cafarnaún’ no se sostiene por sí sola; está señalando algo que
ocurrió antes (‘entran en Cafarnaún’): luego Jesús no está solo; se recuerda la
vocación de los discípulos y se abre a un ‘después’ (‘vayamos a otra parte’:
1, 38). De hecho, la unidad comienza en el versículo 14” (J. DELORME, El evan-
gelio, 35).
18. Esa expresión significa ya la predicación cristiana; cf. R. PESCH, Das Markuse-
vangelium I, 154.
19. El remiendo de tela nueva sobre el vestido viejo pone de relieve la incom-
patibilidad del proyecto de Jesús con el pasado. Cf. R. PESCH, Das Markuse-
vangelium I, 176.
20. Cf. P. LAMARCHE, Évangile, 106-107.
21. Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 310-311.
22 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
22. Así a Simón, a quien puso el nombre de Pedro. Para la generalidad de los
autores este nombre significaría el puesto y la función centrales que va a
desempeñar Pedro. Pero este puesto no está nada claro en Marcos. Incluso
en un momento se opone a Jesús. Por eso, para otros autores Pedro = Pie-
dra significaría la obstinación, para otros, piedra vacilante: “Jesús cambia de
nombre a tres de sus discípulos: a Simón le llama Pedro (= el Piedra), para
indicar quizá con tono irónico (piedra vacilante que nunca está firme), su fun-
ción ulterior en la Iglesia; los Zebedeos reciben el nombre de Boanerges (=
Truenos), quizás también con ironía, pues serán violentos en provecho pro-
pio [cf. 9, 38; 10, 37]” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 846).
23. Cf. R. PESCH, Das Markusevangelium I, 256.
24. Cf. E. TROCMÉ, L´évangile, 142.
INTRODUCCIÓN: MARCOS O LA MEMORIA DE JESÚS 23
25. Con acierto titula Gnilka el pasaje: “Un poseso se convierte en predicador”
(El evangelio I, 231).
26. Cf. J. DELORME, El evangelio, 48-49
27. Es éste uno de los pasajes más difíciles de Marcos.
28. Remitimos al lector al lugar correspondiente (cap. 6) de nuestro comentario
donde trataremos de dar respuesta a estos interrogantes.
24 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
29. Otros piensan que Marcos inserta aquí esta narración porque tiene costum-
bre de presentar a Jesús siempre junto con sus discípulos; pero como ahora
se van a predicar y Jesús se queda solo, no sabe qué hacer con su persona-
je, y resuelve la dificultad narrando el martirio del Bautista; cf. J. DELORME, El
evangelio, 55-56.
30. Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio de Marcos II, 59-90.
31. Aunque no sea lo primordial; cf. R. PESCH, Das Markusevangelium I, 350.
32. Aunque la opinión de los autores no es unánime al respecto. Gnilka consi-
dera insegura la vinculación de la multiplicación con la última cena.“Ni Mar-
cos ni la tradición anterior a él se esforzaron lo más mínimo por establecer
una armonización con la tradición de la cena” (El evangelio I, 305).
33. R. Pesch observa, en la oscuridad en que se halla la barca, sentidos misteriosos;
Das Markusevangelium, I, 360.
INTRODUCCIÓN: MARCOS O LA MEMORIA DE JESÚS 25
34. Magníficas las observaciones de X. Pikaza a este capítulo; cf. Pan, casa, pala-
bra, 174-186.
35. Anota Marcos “que la niña estaba echada en la cama”; posible alusión a Ct 3,
1, aunque no se usa el mismo término griego en Mc que en los LXX para
nombrar el lecho; quizás porque se trate de una pagana.
36. “Por lo que has dicho” (dia touton ton logon).
37. Sobre el sentido del tartamudo sordo véase la propia opinión y las de otros
autores en J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio II, 184-186.
26 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
38. “Para los lectores cristianos del evangelio de Mc la sentencia de Jesús acerca
del pan de los hijos traía a la memoria la primera multiplicación de los panes,
en la que fueron saciados los miembros del pueblo de Dios, los hijos. En la
segunda multiplicación, participaron también los paganos de la Decápolis.
Así el episodio de la mujer pagana sella la transición entre estos dos ban-
quetes mesiánicos; los paganos desde ahora toman parte en el banquete
mesiánico, que para la comunidad cristiana se renueva en la mesa eucarísti-
ca” (A. PRONZATO, Un cristiano II, 362).
39. Cf. R. PESCH, Das Markusevangelium I, 414-415.
40. Creo que pocos han interpretado tan honda y bellamente este pasaje como
J. Mateos. Lo hace en varios de sus escritos: cito como muestra su obra: Los
“Doce”, 268-269.
INTRODUCCIÓN: MARCOS O LA MEMORIA DE JESÚS 27
41. “Pedro representa el papel del diablo al sugerir que Jesús debe comportarse
como el libertador político de las esperanzas populares” (E. J. MALLY, Evan-
gelio, 111).
42. 8, 31-33; 9, 30-32; 10, 32-34.
43. En la segunda y tercera se hablará de “ser entregado”; expresión que algunos
autores leen como un pasivo divino; cf. R. PESCH, Das Markusevangelium, II,
99-100.
44. Cf. J. GNILKA, El evangelio II, 42-44.
45. “El padre y el niño son personajes centrales. El núcleo del relato es el diálo-
go entre el Padre y Jesús (9, 21-24), que es exclusivo de Marcos” (D. J.
HARRINGTON, Evangelio, 44-45).
46. El relato significa la situación extrema en que se hallaba Israel. El que sólo la
oración pueda dar una respuesta al problema indica que Marcos sitúa el mila-
gro dentro del proceso de renuncia que Jesús va exigiendo a sus discípulos.
Pueden verse algunas interpretaciones en J. MATEOS - F. CAMACHO, El evange-
lio II, 347-348.
28 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
47. “Los cristianos tienen siempre, como grupo, la tentación de dominar, siendo
así que la ley que da Cristo a la existencia de su grupo es la de servir. Este
texto sigue siendo actual en nuestro debate sobre la Iglesia en medio del
mundo” (J. DELORME, El evangelio, 84).
48. “Esta enseñanza debe comprenderse, como la precedente, dentro de la pers-
pectiva del segundo anuncio de la Pasión y Resurrección, que van a poner a
los discípulos dentro de una condición nueva” (H. TROADEC, Comentario,
318).
INTRODUCCIÓN: MARCOS O LA MEMORIA DE JESÚS 29
49. “Su deseo de sentarse a derecha e izquierda de Jesús ‘en tu gloria’, apenas
puede entenderse si no se supone que esperaban un reino mesiánico sobre
la tierra. De todos modos, la Iglesia primitiva ha referido ‘en tu gloria’ al rei-
no de Jesús trascendente y escatológico [cf. 8, 38]” (R. SCHNACKENBURG, El
evangelio II, 114).
50. “Un itinerario ejemplar de fe e iluminación, llamada y seguimiento” (L. ALON-
SO SCHÖKEL, Biblia del Peregrino, 132).
51. “La gran cantidad de referencias que hace Marcos a los mantos (2, 21; 5, 25-
30; 6, 56; 9, 3; 11, 7-8; 12, 16; 15, 20.24) sugiere que Bartimeo estaba dejan-
do tras sí «el viejo orden»” (J. D. HARRINGTON, Evangelio, 50).
52. “Se trata de la entrada de Jesús como Mesías, aun cuando algunos comenta-
ristas se sientan inclinados a negar este aspecto del acontecimiento. La rela-
ción con el monte de los Olivos, el encargo de ir a buscar el borrico, la alu-
sión al ‘reino de nuestro padre David’ dan a la entrada un matiz mesiánico
implícito. Mc no ha introducido alusiones al cumplimiento del A.T. como las
que encontramos en Mt” (E. J. MALLY, Evangelio, 123).
30 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
53. Juzgamos que el monte que puede ser sepultado en el mar por el poder de
la oración es el monte del templo, en contra de algunos que piensan que es
el monte de los Olivos; cf. R. PESCH, Das Markusevangelium, II, 204.
54. “Conforme a su sentido habitual, Mc ha sustituido el templo judío por Jesús,
que es principio y sentido de la casa/nave de Dios, lugar de reunión (plega-
ria) y de salvación para los humanos” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 319).
55. “Jesús no se ha designado personalmente de ese modo, sino que más bien
descubre y expresa de manera indirecta sus pretensiones; pero la comunidad
postpascual esclareció después estas pretensiones de Jesús” (R. SCHNACKEN-
BURG, El evangelio II, 187).
56. “Con estas palabras termina el ministerio público de Jesús en el evangelio de
Marcos. Ha querido conservar para todas las edades (...) la figura de esta
pobre viuda anónima: Una lección y una denuncia” (L. ALONSO SCHÖKEL,
Biblia del peregrino, 137).
INTRODUCCIÓN: MARCOS O LA MEMORIA DE JESÚS 31
La sabiduría de la Pasión
64. Es curioso que Marcos no nos ofrece el nombre del sumo sacerdote; cf. R.
PESCH, Das Markusevangeliun, II, 425.
65. “Nuevo grito potente de Jesús impropio de un agonizante (lanzando una
gran voz): No está vencido. Marcos no emplea la palabra ‘muerte’, que con-
nota pasividad. Jesús no se apaga en el suplicio y la debilidad; su muerte es
el momento cumbre de su vida y de su plenitud; el verbo ‘expirar’ (gr. exep-
neusen) está emparentado ‘con espíritu’ y significa ‘exhalar el espíritu’; la
muerte es el momento en el que Jesús efunde su Espíritu sobre los hombres”
(J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 277).
66. “Mateo habla inequívocamente de un nuevo clamor (27, 50). Si Marcos lo
entiende también así, es posible que haya interpretado este nuevo grito inar-
ticulado de Jesús como un signo de superación y de victoria” (R. SCHNACKEN-
BURG, El evangelio II, 325).
67. Las opiniones de los autores en la interpretación de este suceso son muy
numerosas; cf. P. LAMARCHE, Évangile, 375-387.
34 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
sentaba), como una mujer, se rasga para dejar salir al niño68, que
sale a la vida gritando. El grito de Jesús es la entrada en la vida.
¿Por eso Marcos no narra la resurrección?
Decíamos que la mujer que le ungió (14, 3-11) representaba la
comunidad cristiana futura, que en germen comprendía el amor
de Jesús. Pero ahora, todos los futuros seguidores de Jesús: José
de Arimatea (judío: 15, 42-47) y el grupo de mujeres (represen-
tantes de la comunidad cristiana (15, 40-41) han perdido la espe-
ranza69, pero no han dudado de su amor, aunque él ha guardado
silencio absoluto, de igual modo que él no dudó del amor del
Padre, que también enmudeció a lo largo de su Pasión. Sólo un
rayo de luz ilumina la cruz: el centurión (gentil: 15, 39)70. A pesar
de tantas tinieblas, a Jesús no le faltó el amor del hombre, al prin-
cipio con la unción de una mujer (14, 3-11) y al final de su trage-
dia, cuando también otras le acompañan y preparan perfumes
para honrar su cadáver (15, 39-47), aunque fue un amor no teo-
logal, sino terreno, de amistad. Aun así, el Misionero terminó en
el más absoluto desamparo, pero el amor de su corazón fue más
fuerte que la muerte y proclamó que esas tinieblas no eran capa-
ces de ocultar su amor al Abbá o, mejor, que en esas tinieblas era
donde más brillaba el amor de ése que Jesús llamaba Ternura.
68. Ya hemos recordado que en las tres escenas (1, 9-11; 14, 61-63; 15, 38-39),
que se habla de rasgar, siempre se alude a Jesús ‘Hijo’.
69. “[José] cierra el sepulcro con la losa: la esperanza que él y el pueblo habían
puesto en Jesús ha terminado con su muerte... Dos de las mujeres (cf. 15, 40)
presencian la sepultura; actúan como testigos del carácter definitivo de la
muerte” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 280).
70. La mayoría de los exegetas ven en esta proclamación de un pagano junto a
la cruz de Jesús uno de los momentos más encumbrados de la teología de
Marcos y del proceso creciente de su evangelio; en contra de esto, puede ver-
se E. TROCMÉ, L´évangile, 370.
71. Como se sabe el texto de Marcos termina en 16, 8. Ninguno de los diversos
finales que se conservan fue escrito por él. Los dos versículos finales de Mar-
INTRODUCCIÓN: MARCOS O LA MEMORIA DE JESÚS 35
cos –16, 7-8– ofrecen gran dificultad a la hora de su interpretación. Parece ser
que la orden de ir a Galilea no debe entenderse geográficamente, sino que
se trata de una visión teológica: los discípulos deben ahora hacer en su vida
lo mismo que un día realizara Jesús: todo un proceso de renuncia. Hecho
esto comprenderán de verdad que el Señor ha resucitado. Esto evidente-
mente no niega las apariciones en Galilea, pero supone que la experiencia
pascual requiere la experiencia de la cruz: “Hemos advertido ya desde el
principio que la geografía de Marcos es una geografía teológica: Galilea se
convierte en el lugar del anuncio del reino, en la cuna del evangelio. Judea
es el lugar del rechazo” (A. PRONZATO, Un cristiano III, 143).
72. Escribe A. Rodríguez Carmona hablando del evangelio de Marcos: “La estruc-
tura de conjunto pone de relieve el carácter de revelación trágica que tuvo la
obra de Jesús” (R. AGUIRRE MONASTERIO - A. RODRÍGUEZ CARMONA, Evangelios
sinópticos, 144).
73. “¿Y la huida, el terror, el asombro y el silencio temeroso de las fieles muje-
res? Tal vez su reacción sea la apropiada ante un Dios que desgarra los cie-
los y elimina las fronteras entre lo sagrado y lo profano y que abre los sepul-
cros y suprime esa última frontera humana entre la muerte y la vida” (V.
HOWARD, Marcos, 1243).
CAPÍTULO 1
LA SENSACIÓN DE LO NUEVO
Principio
Podría aludir al preámbulo del evangelio que englobaría la
breve alusión al Bautista, y quizás también a todo lo referente a
Jesús hasta que da comienzo la proclamación del kerygma. En
este caso podíamos traducirlo por “así dio comienzo el anuncio
de esa bella noticia, que ha llegado hasta vosotros”. Pero no
parece, si fuera así, que Mc utilizara esa palabra.
Tampoco es plausible que pueda ser equivalente a “evange-
lio”, tomado como libro, pues esta acepción fue algo que vino
más tarde. Y también en este sentido resultaría una forma abrup-
ta de abrir un libro.
Evangelio
Palabra mágica que Mc pone en parangón con la persona de
Jesús12. Tanto en la literatura griega como en los textos del A.T.
esta palabra está relacionada con el anuncio de un triunfo o de
una victoria. Primeramente tenía un contenido político, después
ya se fue refiriendo al ámbito individual y religioso. Podía refe-
rirse al anuncio gozoso o a la recompensa que se daba al porta-
dor de tal noticia.
En la versión griega del A.T. nunca aparece en singular. Con-
trariamente en el N.T. no aparece en plural. Pablo es el autor que
más utiliza esta palabra. Su uso, nos indica que sus comunidades
captaban sin dificultad su contenido, por lo que es fácil intuir
13. “Evangelio es, como hemos dicho, un término técnico para indicar la noticia
de una victoria. El mensajero se echa hacia delante, levanta el brazo dere-
cho en señal de saludo y exclama en voz alta: ‘¿Salve! ¡Vencemos!’ (‘Jaire,
nikômen’). Su misma actitud deja entrever que se trata de una noticia alegre:
el rostro está radiante, la punta de la lanza está adornada de laurel, en la
cabeza lleva una corona y agita un ramo de palma” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ,
Evangelio, 65).
14. “Difícilmente se podrá descubrir aquí un ipsissimun verbum de Jesús, pero sí
ciertamente una nueva y atinada formulación de su predicación del Reino” (J.
GNILKA, El evangelio I, 75)
15. Is 40, 9; 52, 7; Is 61, 1. Es curioso que en Is 40, 9 el portador de las buenas
noticias está en femenino.
16. El evangelio de Dios.
17. Cf. H. SCHÜRMANN, El destino, 46-47.
42 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
Jesús
Es el protagonista del libro, quien trae la salvación y la no-
vedad. Sólo al final del evangelio, después de recorrer todas sus
páginas, podremos gustar el sentido de este nombre18. En líneas
generales, cabe decir que Marcos ve en él la concentración de
Dios salvador para el hombre. Es un hombre de tal profundidad,
que es la plenitud de lo humano. La confesión de la divinidad
de Jesús se realiza en Marcos a base de la profundización de lo
humano. En Juan parece como si se superara lo humano, como
si fuera un Dios vestido de hombre, aunque recalque que “se
hizo carne”. En Marcos lo humano aparece en toda su potencia,
pero como trascendido por dentro. Cualquiera que lea desapa-
sionadamente su evangelio percibirá que Jesús no puede com-
pararse con ninguna figura del Antiguo Testamento, y que su lla-
mamiento a la conversión y al seguimiento se realizan en él.
Desde el bautismo, en que es proclamado Hijo, en el que
Dios se complace (Mc 1, 11), parece que Dios va desaparecien-
do para concentrase todo en Jesús. Jesús no sólo es un profeta
o un enviado, es el Hijo predilecto en el que Dios se complace.
En el Jordán el cielo se ha rasgado (skhidsomennous)19 sobre
Jesús. Marcos deja ahí el hecho para que el lector reflexione.
Probablemente aquí se encuentre el motivo de haber omitido
las genealogías y no decir una palabra de la infancia y juventud
de Jesús. No ha querido correlacionar a Jesús con Dios en su
generación humana, su identidad con él se realiza en su palabra,
en su proyecto. De forma discreta y casi imperceptible Marcos se
18. “Habitualmente, aquel a quien los discípulos interpelan como Maestro es lla-
mado por Marcos Jesús (81 veces), nunca Cristo Jesús y una sola vez Jesucristo
(1, 1). El término Cristo no aparece nunca en boca de Jesús y tenía que man-
tenerse en secreto (8, 29). Los títulos de Profeta (6, 15; 8, 28) de Hijo de David
(10, 47.48) y Señor (11, 3 en una situación adecuada y 7, 28) son excepcio-
nales; el de Hijo de María es sorprendente. No puede descubrirse en este uso
una intención de Marcos. Pero la cuestión es diferente para los títulos de Hijo
de Dios e Hijo del hombre, cuya presencia está dosificada a lo largo de toda
la obra” (X. LÉON-DUFOUR, Los evangelios sinópticos, 278).
19. Más adelante analizaremos el sentido de este rasgarse.
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 43
Mesías
Por cuanto después se verá a lo largo de todo el evangelio,
aunque Marcos acepta el concepto de Mesías para Jesús, no lo
23. “En tiempos de Jesús el título de Mesías connotaba la idea de realeza tem-
poral. Jesús no quiere que se lo atribuyan, si bien al final de su vida él deja
que se le aclame con un título equivalente: Hijo de David. Por otra parte, para
anunciar su destino, Jesús se sitúa en el mundo trascendente del Hijo del
hombre, asociándolo al sufrimiento que le espera” (X. LÉON-DUFOUR, Diccio-
nario, 406)
24. “Leído en esta perspectiva, Mc aparece como documento de una praxis, rela-
to y programa de una fuerte mutación social fundada en Cristo. Sólo así reci-
be densidad su texto, interpretado en perspectiva de antropología social
abierta al plano religioso” (X. PIKAZA, Pan, casa palabra, 17).
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 45
Hijo de Dios
Este término es omitido por algunos códices de gran relevan-
cia, entre ellos, el Sinaítico, pero parece que, por la tradición tex-
tual y la coherencia misma del evangelio, debe admitirse26. En
efecto, la proclamación de Jesús Mesías la lleva a cabo Pedro en
nombre de los Doce (8, 29), y la de Hijo de Dios, el centurión
(15, 39). Jesús, por su parte, aceptará la fórmula propuesta por
el sumo sacerdote: “El Cristo, Hijo del Bendito” (14, 61-62).
El título de Hijo de Dios en la Biblia se le daba a los seres
celestes, y a los israelitas, en general; en particular se lo atribuí-
an al Rey, pero nunca a un individuo concreto. En la parábola
de los viñadores homicidas, que recoge Marcos (12, 1-12), se
expresa claramente que entre todos los enviados de Dios a Isra-
el, se reserva el título de Hijo exclusivamente para Jesús, a quien
además se le denomina el heredero. Este pasaje, junto con el de
Getsemaní, en el que Marcos pone en labios de Jesús la palabra
25. “La mirada retrospectiva a esa convivencia con Jesús en los días de su vida
terrena abre la perspectiva de la comunión futura con Cristo. Es de notar que
mientras en el texto más antiguo (recuerdo histórico) las expresiones ‘el
novio’ y ‘la boda’ eran simples imágenes y metáforas, en la segunda versión
(reflexión sobre el pasado) ya no son imágenes: Jesús es, cristológicamente
‘el novio’ de la Iglesia. Lo es también ahora (cf. Mt 25, 13; Ap 22, 17; 2Cor
11, 2; Ef 5, 21-23), aunque ha desaparecido de nuestra historia. Jesús va a vol-
ver” (E. SCHILLEBEECKX, Jesús, 186).
26. “La expresión final del título –“Hijo de Dios”– no es textualmente segura, pero
su aparición aquí no tiene nada de sorprendente, ya que es usada con bas-
tante frecuencia a lo largo del evangelio (cf. 1, 24; 3, 11; 5, 7; 8, 38; 9, 7; 12,
6; 13, 32; 14, 36.61; 15, 39). Es una expresión clave de la identidad de Jesús,
y tiene sentido su utilización en la indicación inicial del carácter del escrito”
(V. HOWARD, Marcos, 1216).
46 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
27. La cuestión de los títulos de Jesús, a mi parecer, debe ser replanteada. Estoy
de acuerdo con P. STUHLMACHER: “Los apóstoles no atribuyeron sencillamen-
te a Jesús, con posterioridad, después de la pascua, cualidades y formas de
conducta que él no poseía en la tierra (ni pretendió poseer). Sino que en la
confesión pospascual de la fe de la comunidad cristiana que reconoce a
Jesús como el Hijo de Dios y el Mesías, se confirma y se reconoce quién qui-
so ser Jesús en el acontecer histórico” (Jesús, 20). Y aquí mismo cita las
siguientes palabras de E. KÄSEMANN: “La fe pascual estuvo en la base del
kerigma cristiano, pero no fue la primera ni la única en darle su contenido.
Ella se dio más bien cuenta de que la acción de Dios ha ido por delante de
nuestra fe, y lo atestiguó incluyendo en su predicación la historia terrena de
Jesús”.
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 47
28. “En caso del que ‘tenía derecho’ a casarse con la viuda renunciase a hacerlo,
otro le quitaría la sandalia, indicando así que se apropiaba de su derecho y
tomaba su puesto [cf. Rut 3, 5-11]” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 74).
29. El antijudaísmo de Marcos ha de entenderse no como contrario al pueblo
judío, sino a las instituciones del Israel de entonces.
48 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
30. La cita de Isaías está tomada del texto griego. El hebreo, lee: “Una voz cla-
ma: En el desierto abrid camino a Yahvé, trazad en la estepa una calzada rec-
ta a nuestro Dios”. En el texto griego asumido por el evangelista la voz cla-
ma en el desierto.
31. La cita está compuesta a base de Éxodo y Malaquías. La primera parte está
tomada de Éx 23, 20ª y la segunda de Ml 3, 1 según el texto hebreo, el grie-
go cambia un tanto el sentido. El texto de Malaquías: “Allanar el camino
delante de mí”, Marcos lo cambia por “ha de preparar tu camino”.
32. No admiten interpolación E. TROCMÉ, P. LAMARCHE, R. PESCH, J. GNILKA. La supo-
ne V. TAYLOR.
33. Cf. P. LAMARCHE, Évangile, 38.
34. “Is 40, 1-5, que describe el camino de retorno de Israel del exilio en Babilo-
nia, se convirtió en los círculos judíos en una expresión clásica del consuelo
y la salvación de Dios” (D. J. HARRINGTON, Evangelio, 19).
35. ¿La palabra Señor (Kyrios) del texto de Isaías la aplica Marcos a Jesús? Algu-
nos autores dudan, ya que en Marcos Kyrios sólo se emplea en dos ocasio-
nes (7, 28 y 11, 13), que no parece que revistan este sentido. Mi opinión es
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 49
39. “Topográficamente debe tratarse del desierto de Judá, pero más que descu-
brir un lugar determinado, aquí estamos llamados a leer un símbolo. O sea,
el desierto como lugar de cercanía, de la intimidad con Dios. En el desierto
precisamente Yahvé ha hablado a su pueblo, es más, lo ha convertido en “su”
pueblo. En el desierto se han celebrado las bodas entre Dios y el pueblo ele-
gido” (A. PRONZATO, Un cristiano I, 40).
40. A Nicodemo prototipo del judaísmo le recordará Jesús que el cambio que ha
de dar para ir a él ha de ser tan brusco que supone un nuevo nacimiento,
nacer de nuevo. No es suficiente la conversión; cf. S. CASTRO SÁNCHEZ, Evan-
gelio de Juan, 92.
52 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
43. “La actividad del Mesías consiste en infundir el Espíritu (cf. Is 44, 3-5; Ez 36, 26-
28) que potencia y consagra al hombre” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 76).
44. Marcos usa Espíritu o Espíritu Santo indistintamente, pero siempre que se
refiere a Jesús usa sólo Espíritu.
54 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
La llegada de Jesús
Por primera vez aparece la persona de Jesús, de la cual no se
da ningún detalle ni información. Parecería un personaje cono-
cido. El primer versículo del evangelio ha hablado de él45. Los
cristianos ya le conocen, pero Marcos le quiere presentar ahora
de forma brusca. Y nos da tres datos chocantes: Jesús, Nazaret,
Galilea. Nazaret y Galilea van a marcar el sentido de Jesús. Muy
probablemente cuando se denomina a Jesús como Nazareno, no
se quiere sólo aludir a su lugar de origen, sino también a deter-
minar un lugar de un contexto nada halagüeño, posiblemente
con caracteres bélicos o revoltosos. De ahí que en los evangelios
cuando no se quiera transmitir este sentido se use otra grafía46.
No se sabe con certeza si Marcos siempre que habla de Nazaret
le aplica este sentido o se limita sólo a considerar su origen geo-
gráfico, de un pueblo innominado en las Escrituras del A.T. En
este caso querría significar que Jesús proviene de un lugar que
no tiene su espacio en el A.T. Gran ironía. El esperado de la
Biblia surgirá de un lugar del que no se hallará ni una breve
mención en los libros de Israel.
Previa a esa presentación, Marcos introduce la escena con
una forma muy expresiva: “En aquellos días”. ¿Es un mero cliché
47. Os 2, 20-24; Is 54; Jr 31, 33ss; 32, 37-41; Ez 6, 26; 16, 60; 36, 26ss.
48. De hecho Marcos estructura la vida de Jesús en torno a Galilea, reservando a
Jerusalén sólo la última semana, el sepulcro vacío y el mandato a los discí-
pulos de volver a Galilea a contemplar al Resucitado. Judea (Jerusalén) es el
lugar de la muerte, de la oposición frontal a Jesús (cf. Mc 11, 27-12, 40). Por
el evangelio de Juan y por indicios de Mateo y Lucas sabemos que Jesús
subió durante su vida pública a Jerusalén. ¿Por qué Marcos lo ha ocultado?
O, mejor, ¿por qué ha estructurado su vida en relación con Galilea? Ya nun-
ca lo sabremos. Pero algo nos queda claro: Marcos siente una gran predilec-
ción por ella. Por eso desde un punto de vista geográfico normal podíamos
dividir su evangelio en dos grandes partes: 1ª: Galiea, la amada 1, 1-10, 52:
2º: Jerusalén, la repudiada 11, 1-16, 8.
49. “Por eso no vemos por qué E. Manicardi se opone a la sugerencia de E. Loh-
meyer, según la cual, Galilea se presenta como la tierra ideal del cristianis-
mo” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 56)
56 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
50. En algún sentido, Galilea es como la esposa del Cantar del N.T.
51. “En Marcos el bautismo que Juan administra a Jesús viene descrito sin prehis-
toria, como acontecimiento en el que paradójicamente se ensamblan la pro-
fecía y su cumplimiento; sigue enseguida un breve relato de la tentación, en
el que el abismo físico de las aguas se trasforma e interpreta como abismo
espiritual, al que debe bajar el que lleva a cabo el cumplimiento” (H. VON
BALTHASAR, Gloria, 7, 48).
52. El texto paralelo sería Is 63, 19b; pero Isaías no dice rasgar, sino abrir. Cf., sin
embargo, R. PESCH, Il vangelo I, 164.
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 57
53. Después de hablar de los posibles lugares donde fue tomando cuerpo la con-
ciencia de Jesús sobre la cercanía de Dios, escribe H. SCHÜRMANN: “Pero de
manera decisiva en la silenciosa ‘habitación... en lo oculto’, donde ‘el Padre
ve’ (Mt 6, 6). Nuestra tesis es que el destino de proclamar la basileia vino ya
sobre Jesús en Nazaret y que allí se formó ya su característica y ‘originalísi-
ma’ comprensión de la basileia” (El destino, 25).
54. La mayoría de los autores piensa que Jesús en el bautismo no experimenta
una vocación, sino la percepción de que había llegado el momento de poner
por obra lo que sentía en su corazón; cf. O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Cristolo-
gía, 41.
55. “El Querido (Ho Agapêtos). No es uno cualquiera, sino el único, escogido,
preferido, como aquél a quien Abrahán estaba dispuesto a sacrificar (Agapê-
tos: Gn 22, 2.12) o como el pueblo de Israel (primogénito, elegido: Éx 4, 22-
23) a quien amaba Dios intensamente. También el profeta final, Siervo Elegi-
do (Eclektos) de Is 42, 1 aparece en la tradición judía como amado [jhjd]” (X.
PIKAZA, Pan, casa, palabra, 33).
58 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
56. “Quien lea este pasaje desde Sal 2, 7 podría haber esperado otro final (hoy
mismo te he engendrado) en clave de generación simbólica fundante... Pero
Mc 1, 11 no destaca ese nivel (de investidura de poder), sino el gesto gozo-
so de amor del Padre que disfruta con su Hijo (su amigo). Por eso añade, en
ti me he complacido, y de esta forma encuadra en el placer paterno de Dios
la historia humana” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 33).
57. Cf. A. PRONZATO, Un cristiano, I, 48-49.
58. “El apego de la paloma a su nido era proverbial y se usaba en comparacio-
nes. Según esta imagen, el Espíritu baja hasta Jesús velozmente, como a su
lugar deseado” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio, 86).
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 59
59. “Mi Hijo Querido equivale a Mi Hijo Único (‘el únicamente querido’), de ese
apelativo no está ausente ni siquiera en esa ocasión, un trasfondo de sacrifi-
cio y de muerte (cf. 12, 6); el sacrificio de Isaac, ‘el hijo querido’, que tanto
influyó en la literatura rabínica, quizás tenga algo que ver en esta frase de
Marcos” (E. CANTERA, M. IGLESIAS, Sagrada Biblia, nota a Mc 1, 11).
60. En contra de cuanto piensa GNILKA el verbo debe ser tomado en su sentido
literal de arrojar, mover con fuerza: “pero no tenemos derecho a interpretar
esto en un sentido de violentar, de un empujar, de un arrojar” (J. GNILKA, El
evangelio I, 65-66).
60 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
61. “En la tradición judía Adán era representado rodeado de fieras, que después
de la trasgresión se vuelven contra él (Apocalipsis de Moisés, 24; Testamen-
to de Neptalí 8, 4). En conformidad con una idea presente en el judaísmo
de la época, según la cual al final las cosas llegarían a ser como al inicio,
Jesús es el nuevo Adán que hace posible el período del paraíso [...]. Con
Jesús se restaura la paz originaria que existía entre la creación y su creador.
La confirmación de esta comunión entre el cielo y la tierra es la presencia
de los ángeles que le sirven. La descripción recuerda la escena de Adán
que, en la literatura judía, antes de sucumbir a la tentación es servido por
los ángeles [Vida de Adán y Eva 4, 2; 13, 1-14, 2]; [cf S. GRASSO, Vangelo di
Marco, p.51]” (S. J. BÁEZ, “El desierto en el Nuevo Testamento”: Teresianum
LV (2004/II), 319)40.
62. “Cuarenta es una especie de número sagrado en la Biblia. Indica simbólica-
mente el tiempo de la opresión, de la prueba, de la purificación, del duro
camino hacia la salvación” (A. PRONZATO Un cristiano I, 52).
63. Así opinan algunos autores como J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 93-
96. De hecho Jesús a lo largo de su vida fue tentado por todos aquellos que
quisieron hacer que orientara su mesianismo por una línea fácil y triunfalis-
ta, como fueron sus discípulos, principalmente Pedro (8, 33; cf. 1, 35-38; 2,
1-3.5; 8, 17-21; 9, 19; 11, 27-12, 27; 14, 32-42; 15, 34.37). Parece que Marcos
recoge como fondo una tradición que refiere a Jesús las tentaciones del pue-
blo de Israel durante cuarenta años, pero luego lee el pasaje en el conjunto
de la vida de Cristo. En este caso el desierto sería la existencia de Jesús, y las
fieras, sus enemigos. Caben aquí muchísimos matices. De todas formas, si
Jesús ha revivido la tentación del pueblo de Israel en el desierto, ésta tiene
que plasmarse en su vida concreta. Por tanto, las fieras tienen que tener un
nombre, y también los ángeles y el desierto.
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 61
64. “La brevedad y simplicidad de este relato marcano contrasta con el elabora-
do debate escriturístico que hallamos en Mt 4, 1-13 y Lc 4, 1-11” (D. J.
HARRINGTON, Evangelio, 20).
65. “La segunda parte de la comunicación celestial evoca Is 42, 1, sugiriendo una
conexión entre el Hijo de Dios y el Siervo de Dios” (D. J. HARRINGTON, Evan-
gelio, 20).
62 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
69. Veremos que en Marcos la casa, la barca y el mar juegan un papel decisivo en
la estructura literaria del evangelio, que trasciende su significación histórica.
70. Para todas estas cuestiones de simbolismo de las distintas figuras y números,
J. MATEOS - F. CAMACHO, Evangelio, figuras y símbolos.
64 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
71. “Hay suficientes razones para pensar que sabían leer y escribir y que, quizá,
estaban familiarizados con los textos bíblicos. La idea de que eran analfabe-
tos procede de una lectura demasiado literalista de Hch 4, 13” (D. J. HARRING-
TON, Evangelio, 21).
72. Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 122-133.
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 65
¿Cuatro pescadores?
Marcos ha procurado que Jesús inicie su ministerio rodeado
de cuatro discípulos. Es cierto que la proclama del mensaje la
hizo sin ellos, pero ya dijimos que ese anuncio era un poco
como depositar previamente en sus labios el resumen de lo que
iba a predicar después.
¿Qué significa pescadores de hombres? La imagen en un pri-
mer momento parece clara: de pescadores de peces –su oficio
ordinario– Jesús les va a conducir a ser “pescadores”, captura-
77. Escribe A. PRONZATO: “B. Rigaux ha calculado que, de 671 versículos que cons-
tituyen el evangelio de Mc, 498 versículos (esto es, el 76%) refieren palabras
y acciones de Jesús, de las que son testigos los discípulos. Pero no son pocos
los casos en que Mt y Lc, en lugares paralelos, olvidan a los discípulos para
nombrar únicamente a Jesús... Ordinariamente Jesús está con sus discípulos.
Es la imagen preferida por el evangelista” (Un cristiano I, 71). Y aquí mismo
en nota, añade: “En lenguaje moderno, podría decir –como hace W. Trilling–
que la cristología de Marcos nunca está separada de la eclesiología” (Ib.).
78. Mc alude varias veces a la estupefacción que causaba en el pueblo la enseñan-
za de Jesús: 1, 27; 6, 2; 10, 24.32; 11, 18; 12, 17. No estoy de acuerdo con la
interpretación que a este hecho da E. TROCMÉ, según la cual el evangelista habría
trasladado aquí la admiración del pueblo por los milagros; cf. L’évangile, 50.
79. “Era difícil encontrar un signo más hiriente. La sinagoga debería ser espacio
de total pureza, hogar donde los humanos forman la auténtica familia de
Dios, en libertad y trasparencia. Pues, bien, en contra de eso, Jesús sabe que
la misma sinagoga tiene al ser humano impuro, cautivado” (X. PIKAZA, Pan,
casa, palabra, 45-46).
68 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
80. Según Taylor el término griego empleado por el evangelista significa nuevo
con respecto a la calidad y se distingue de neos, que aludiría a la novedad
con respecto al tiempo. La enseñanza de Jesús es nueva en cuanto a calidad;
cf. V. TAYLOR, Evangelio, 193.
81. Para toda esta problemática, cf. P. LAMARCHE, Évangile, 79-80.
82. La expresión en plural indica que el endemoniado se identifica con la direc-
ción (dirigentes) de la sinagoga. Cuando después usa el singular quiere deno-
tar que está poseído por el espíritu inmundo, que es quien en realidad diri-
ge a la sinagoga.
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 69
83. ¿Habló Jesús en la sinagoga del servicio? A sus discípulos participantes de este
espíritu, Jesús les reprendió: “Que tampoco el Hijo del hombre ha venido a
ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (10, 45).
84. El hecho de que cuando se explicaba en la sinagoga la palabra aquel hom-
bre no tenía problemas, y comenzó a inquietarse cuando llegó Jesús, deja
entender que en la sinagoga pervivía el mismo espíritu impuro que le inva-
día a él. Es curioso que la mayor parte de los autores no captan esta segun-
da intención del texto de Marcos.
70 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
85. “La suegra curada y Jesús comparten una misma liturgia. Él la cura en sába-
do levantándola del lecho. Ella le (les) asiste en gesto que inaugura la nue-
va sacralidad cristiana del servicio mutuo. Nadie se lo ha dicho; no ha teni-
do que aprender de alguna exégesis rabínica muy alta. Lo ha sabido al reci-
bir la ayuda de Jesús y al responderle, precisamente en sábado. Su diako-
nía es anuncio y principio de evangelio. Simón y los restantes discípulos
no lo entenderán hasta la pascua; no querrán hacerse servidores los unos
de los otros (cf. 9, 35; 10, 43) en contra del Hijo del humano, que ha veni-
do a servir y dar la vida por todos (10, 45)” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra,
49).
86. Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 156-157 y nota 1.
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 71
87. Como es sabido, Pedro se enfrenta a Jesús por el sentido del mesianismo 8,
32-33.
88. “A la pregunta de por qué continuó siendo trasmitido este relato que, en su
brevedad, apenas si encierra interés kerigmático especial, hay que responder
diciendo que el valor de la tradición debería verse en su conexión con la casa
y la familia de Simón” (J. GNILKA, El evangelio, 99).
89. Cf. J. RIUS CAMPS, El camino de Pablo, 49-51.
72 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
90. “Para comprender los motivos de esa “separación” y no caer en los frecuen-
tes tópicos (juventud, inmadurez, falta de preparación de Juan Marcos para
la misión, etc.) conviene reunir las diversas motivaciones que Lucas ha ido
insinuando... Al ver que en tales circunstancias no se le permitirá desplegar
su función de ‘garante’ del mensaje opta por regresar a su comunidad de ori-
gen” (El camino de Pablo, 51).
91. “El relato está dominado por la expresión “la levantó”, que en lenguaje del
Nuevo Testamento evoca la resurrección de Jesús y la resurrección bautismal”
(B. MAGGIONI, El relato, I42).
92. “En la interpretación de Munro, Marcos presenta a las mujeres en una varie-
dad de situaciones de servicio, desde la más tradicional, de roles patriarcales
de servidumbre doméstica, hasta la menos tradicional, de roles igualitarios de
discipulado. Esta apreciación de la variedad de contextos del servicio de las
mujeres plantea una hermenéutica feminista que pone en cuestión el prejui-
cio androcéntrico del texto de Marcos y la naturaleza androcéntrica de la his-
toria de su interpretación” (LEVINE, A. J., Una compañera para Marcos 71).
93. El día de la resurrección de Jesús, el evangelista dirá: “Pasado el sábado”
(16, 1).
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 73
94. “Se han separado de los antiguos maestros, pero no de su doctrina” (J. MATE-
OS - F. CAMACHO, Marcos, 84).
95. “Caída la tarde/ya anochecido, cinco veces en Marcos, todas en contexto
negativo” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 161). Véase en esa mis-
ma páginas cada una de las veces que aparece y el sentido negativo que
entraña.
74 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
96. “La casa es el lugar de la Iglesia por excelencia tanto en su perspectiva nega-
tiva (va en contra del ideal y práctica de los escribas) como positiva [en ella
se cumplen los elementos básicos del mensaje de Jesús]” (X. PIKAZA, Pan,
casa, palabra, 100; véase toda esta pagina titulada casa).
97. Katediôxen.
98. “Salido de Cafarnaúm, v. 35, tal es el sentido inmediato. Pero otro sentido más
profundo podría referirse a la salida de Jesús de junto a Dios, Jn 8, 42; 13, 3;
16, 27s. 30. Ver Lc 4, 43” (BJ).
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 75
102. “Algunos códices muy autorizados en vez de decir ‘le dio lástima’ dicen que
estaba ‘airado’. Evidentemente rechazaba la segregación de que eran víctimas
aquellos pobres leprosos” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 83). Aquí mismo
el autor cita unas palabras curiosas del leproso a Jesús, recogidas en el papi-
ro Egerton: “Maestro, Jesús, tú que andas con los leprosos y comes con ellos
en su mansión, también yo me he hecho leproso; si quieres, pues, me hago
de nuevo puro” (ib.).
1. LA SENSACIÓN DE LO NUEVO 77
103. Otros piensan que se debe a que: “El leproso esperaba que Jesús restable-
ciese su relación con Dios, que por sí solo –pensaba él– no podía alcanzar.
Creía que al estar marginado por la institución también Dios lo rechazaba. De
ahí su insistencia en ser purificado (limpiado). Su idea de Dios es la de los
maestros oficiales: la de un Dios que no ama ni acepta a todos los hombres,
sino solamente a los que cumplen ciertas condiciones de pureza física o
ritual” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 87).
104. Parece seguro descubrir en este “salir” una segunda intención de Marcos; cf.
J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 185-188.
105. Cf. P. LAMARCHE, Évangile, 88.
106. La mayoría de los autores, sin embargo, piensa que la causa se hallaba en
que Jesús había tocado al leproso y según la Ley había quedado impuro; cf.
C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 93-94. Pero esta suposición no se compagina con
cuanto sigue, donde se afirma que las multitudes le buscaban y deseaban ir
adonde estuviera él, en el desierto con los leprosos.
CAPÍTULO 2
LA COMUNIDAD DE JESÚS
1. “Ha vuelto a la casa que había dejado en 1, 35-39, no para hacer los milagros
que Simón y sus compañeros pedían, sino para ofrecer la palabra y perdón
de los pecados” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 58).
2. Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 201-202.
3. X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 100.
4. Los que quieren entender al pie de la letra el pasaje o, lo que es lo mismo,
situar su historicidad matemáticamente, encuentran multitud de incoheren-
cias. Desde ese punto de vista tienen razón, pero ignoran que el evangelista
no se ha situado en esa perspectiva, porque su manera de narrar la historia
se acomoda a la de su tiempo, no a la de la ilustración. Por eso, el relato de
Marcos tiene verdadero sentido si se comprende teológicamente con un
2. LA COMUNIDAD DE JESÚS 81
9. Exêlthen.
10. Cf. E. TROCMÉ, L’évangile, 68.
11. Es curioso que Jesús cura al paralítico al ver la fe de ellos (de los que le tra-
ían).
12. En el plano real estos cuatros son personas afectas al enfermo. Pero en el pla-
no figurado en el que también sitúa Marcos todos su relatos, estos cuatro ¿no
podrían aludir a los cuatro primeros llamados que traen a la casa de Jesús a
un gentil (los gentiles)?
13. Marcos expresa claramente esta universalidad con el número cuatro en diver-
sos lugares; cf Mc 8, 1-10; 13, 26-27.
2. LA COMUNIDAD DE JESÚS 83
16. ¿Por qué esta diferencia de verbos? Muy probablemente Marcos ahora ya da por
supuestos los contenidos anteriores, aunque solamente al final de su evan-
gelio se conocerá la esencia del seguimiento.
17. “Se esconde mucha historia exacta detrás de estos recuerdos que le llegan a
Marcos por la tradición. Un Jesús rodeado de la ‘chusma’, de publicanos, peca-
dores... que se sintió acogida por él. Un Jesús que reconocía a cada persona
como ser humano, más allá de sus cualidades y virtudes” (F. RIERA I FIGUERAS,
Jesús, 60).
18. Instalado, afincado.
19. “El pueblo despreciaba tal oficio. El publicano era considerado como un
pecador” (J. GNILKA, El Evangelio, I, 123).
20. “La respuesta incondicional nos habla del cambio que hay en el hombre que
responde: el verbo ‘anístemi’ (levantarse) connota la idea de paso de la muer-
te a la vida” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 101). El verbo anístemi es uno de los
que se usan para hablar de resurrección.
2. LA COMUNIDAD DE JESÚS 85
21. “El imper. pres. akolouthei, por ser durativo, espera una respuesta perma-
nente (...) que incluye la actividad y la cercanía. La respuesta de Leví (...)
denota la adhesión y la incoación de la cercanía” (J. MATEOS Y F. CAMACHO, El
Evangelio, I, 219).
22. “Marcos nos ha contado la llamada de cinco hombres, pero da por sentado
que Jesús llamó a muchos más” (D. J. HARRINGTON, Evangelio, 24).
23. Cf. E. TROCMÉ, L’évangile, 71.
24. No debiera olvidarse la observación de A. PRONZATO: “No importa de quién
era la casa. El protagonista, el que invita, es Cristo. Él es el Señor de la casa.
El centro de la atención es él. Él es quien está sentado a la mesa ‘con ciertos
individuos’. En todas partes Cristo se encuentra en su casa. Con tal de que
estén aquellos por quien él ‘ha venido’” (Un cristiano, I, 121).
86 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
25. Parece que apoya esta idea el inciso final del versículo 17: “No he venido a
llamar a justos, sino a pecadores”.
26. “En la tradición anterior a Marcos se apunta con ello a un problema de la
comunidad que se planteó de manera especial en las comunidades mixtas fue-
ra de Palestina. Y consistía en saber si era posible que participaran de la mis-
ma mesa antiguos judíos y antiguos gentiles” (J. GNILKA, El evangelio, I, 124).
27. Parece que debe ser aceptada la lectura “los escribas de los fariseos” y no “los
escribas y fariseos”. Se trataría de los doctos de la facción farisea.
2. LA COMUNIDAD DE JESÚS 87
33. “Estos tres ‘desgarrones’ [2, 21; 14, 63; 15, 38] se presentan como un buen sín-
toma del trabajo textual: lo que lleva a cabo el relato de la práctica de Jesús
es efectivamente un desgarrón, un ‘schisma’ (cisma), para utilizar la palabra
griega” (M. CLÉVENOT, Lectura materialista, 142).
34. “La imagen del vino pertenece al contexto de la boda. Es símbolo del amor
nupcial (Cant 1, 2; 7, 10; 8, 2) y, como elemento del banquete, de la alegría.
A la figura del Esposo corresponde la del vino nuevo, el amor y la alegría de
la nueva alianza” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio, I, 250).
35. A este propósito, J. Mateos y F. Camacho citan con acierto las siguientes pala-
bras de Radermakers: “La llegada del Esposo renueva de tal modo al hombre
que éste no puede pensar simplemente en adaptarse a esta novedad radical;
abrirse a ella significa aceptar que todo lo viejo se derrumbe para dar lugar
a lo nuevo... Las comunidades del tipo de la de los discípulos del Bautista o
la de los fariseos parece, pues, estan definitivamente superadas” (El Evange-
lio, I, 25124).
2. LA COMUNIDAD DE JESÚS 89
37. Y además, si se acepta una variante, que algunos han supuesto, la lectura
auténtica: “Un sábado segundo primero”, la trasgresión de otra ley, pues en
tal época estaría prohibido comer el grano nuevo (Lv 23, 14).
38. “El delito de los discípulos no es para Mc, como para Mt y Lc, el de recoger
espigas para mitigar su hambre, sino el de arrancarlas para abrirse camino”
(BJ 2, 23).
39. “El sumo sacerdote de 1 S 21, 2-7 era en realidad Ajimélek. A su hijo Abiatar
(Ebiatar) se le nombra aquí por su mayor celebridad como sumo sacerdote
del tiempo de David 2 S 20-25, o bien Mc sigue alguna tradición divergente
que hacía de Abiatar el padre de Ajimélek [ 2 S 8, 17 hebr.]”. (BJ 2, 26).
40. La Ley admitía excepciones en el descanso del sábado; ésta a la que aquí alu-
de Jesús, el culto del templo y la práctica de la circuncisión; cf M. DE TUYA,
Evangelios, Va, 192.
41. “Este dicho extraordinariamente radical, subordina la observancia del sába-
do a las necesidades humanas (cf. 1, 21-28; 3, 1-6). Tanto Mt 12, 1-8 como
Lc 6, 1-5 lo omiten, quizá porque iba demasiado lejos” (D. J. HARRINGTON,
Evangelio, 25).
42. “Esta idea no es extraña al judaísmo de aquella época: cf. I Mac 2, 39-41 y la
siguiente afirmación de un rabino sobre Ex 31, 14: ‘El sábado ha sido entre-
gado a vosotros, pero vosotros no habéis sido entregados al sábado’ (Mekh.
109b)”, citado por Nuovo Testamento Greco-italiano, 95.
2. LA COMUNIDAD DE JESÚS 91
1. “El texto conlleva la afirmación implícita de que Jesús, el Hijo del hombre
(cf. 2, 27-28), tiene autoridad sobre el sábado” (D. J. HARRINGTON, Evange-
lio, 26).
94 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
6. “Pero Jesús tiene prisa. En esta última controversia, él se manifiesta más agre-
sivo. Quiere plantear enseguida, abiertamente, la cuestión de principio que
le interesa: la caridad por una parte, la exageración legalista por otra; la pre-
ocupación por el hombre, y la preocupación por la observancia del código;
la vida y el rito” (A. PRONZATO, Un cristiano I, 144).
7. “En la lamentación por el corazón endurecido, el evangelista coincide plena-
mente con los profetas (cf. Jr 3, 17; 7, 24; 9, 13; 11, 18; 13, 10; 16, 12; 18, 12;
23, 17; Sal 81, 13; Dt 29, 18). El endurecimiento del corazón, del órgano que
hace capaz al hombre para la fe, es expresión suprema de la incredulidad”
(J. GNILKA, El Evangelio, I, 149).
8. ¿Por qué los fariseos se confabulan con los herodianos? Porque “aun supo-
niendo que lo hagan comparecer ante el Sanedrín, no se le podía aplicar la
sentencia de condenación a muerte sino con el consentimiento de Herodes
Antipas, que gobierna Galilea. Por este motivo, se granjean a los herodianos:
judíos influyentes cerca del príncipe” (H. TROADEC, Comentario, 239).
96 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
a él. 14 Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviar-
los a predicar 15 con poder de expulsar los demonios. 16 Institu-
yó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; 17 a Santiago
el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso
por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; 18 a Andrés,
14. “Conviene decir algo sobre ‘el monte’, mencionado aquí por primera vez. La
referencia, aunque vaga geográficamente, tiene relevancia teológica. No sólo
es un sitio adonde retirarse de las multitudes (3, 13; 6, 46), sino también un
lugar de revelación divina (9, 2 y posiblemente 13, 3), por lo cual pertenece
a la misma categoría que el ‘desierto’ (…) y el ‘mar’ (…). Aquí, y más toda-
vía en 9, 2-8, el monte recuerda la experiencia de Moisés en el Sinaí” (V.
HOWARD, Marcos, 1221).
15. Todos los sobrenombres que aparecen en el grupo de los Doce revisten
carácter negativo; Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, El Evangelio I, 317-321. Des-
pués, algunos de estos nombres, en la tradición, que asumen los otros evan-
gelios, tienen sentido positivo, como el de Pedro. Pero no olvidemos que
Marcos es muy crítico con los Doce. Una sola de sus afirmaciones sería sufi-
ciente para demostrarlo: “Pues no habían entendido lo de los panes, sino que
su mente estaba embotada” (6, 52). A esta incomprensión aluden los nombres.
16. Véase como simple muestra la nota de la BJ a Mt 14, 13(a).
17. J. Gnilka, sin embargo, advierte: “Es dudoso si subyace una estructura deter-
minada en la lista de Marcos. Hay que tener cuidado con las interpretaciones
recargadas. Tan sólo es seguro que los nombres más importantes aparecen al
principio y el ignominioso al final” (El Evangelio, I, 165).
3. ¿DE DÓNDE ERES TÚ? 99
20. “Por eso les dice Jesús que también ellos deben romper radicalmente con la
institución (el monte del templo, símbolo de un sistema presuntuosamente
legitimado por la presencia divina), y desear su desaparición [quítate de ahí
y tírate al mar, cf. 5, 13]” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 202-203)
21. “Sucederá en días futuros que el monte de la casa de Yahvé será asentado en
las cimas de los montes y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él
todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos” (Is 2, 2-3).
22. “Lo que diferencia y define a sus discípulos no es la relación con el viejo pue-
blo israelita sino con Jesús, quien aparece como principio de vida y comu-
nión para los suyos. Jesús mismo les sustenta y vincula, como iremos descu-
briendo” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 84).
23. “Pero hay más. Como hace observar todavía C. Martini, el verbo usado no habla
tanto de ‘aquellos que le gustaban’ o ‘aquellos que le vinieron a la cabeza’, sino,
con referencia al verbo hebreo correspondiente, ‘aquellos que él tenía en el
corazón’. Jesús, pues, llama a los que quiere en el sentido de aquellos que tie-
ne en el corazón, que ha amado con predilección” (A. PRONZATO, Un cristiano
I, 158). Cf Mt 27, 43, donde el verbo thelô tiene este mismo sentido.
3. ¿DE DÓNDE ERES TÚ? 101
25. “Apenas formulado este juicio, Marcos vuelve (desde 3, 21) a la familia de
Jesús, que está ‘fuera’ y le ha mandado decir que salga. Pero al situar entre los
dos pasajes relativos a la familia de Jesús la discusión con los escribas, Marcos
convierte las imputaciones de locura y de posesión demoníaca en una acusa-
ción común, y en 3, 33-35 sustituye esa familia biológica por otra más exten-
sa, la de Dios, es decir, aquellos que (a diferencia de los escribas y de la fami-
lia biológica) cumplen la voluntad de Dios (cf. 10, 28-31). La sagrada frontera
de la familia sufre, pues, una redefinición radical” (V. HOWARD, Marcos, 1222).
26. Según determinados autores quienes le consideran loco o fuera de sí no es
propiamente el grupo familiar, sino la gente: “pues decían...”
27. “En una sociedad en la que las relaciones familiares son extraordinariamente
importantes, la idea de formar parte de una familia espiritual tenía el efecto de
relativizar las otras relaciones y hacer que los seguidores de Jesús las evaluasen
a la luz del criterio de la voluntad de Dios” (D. J. HARRINGTON, Evangelio, 28).
3. ¿DE DÓNDE ERES TÚ? 103
28. “Escuchan lo que hizo y concluyen que está perturbando el orden en estos
pueblos, y afecta el honor de la familia. Intentan reincorporarlo en su grupo,
incluso utilizando la violencia” (F. LENTZEN-DEIS, Comentario, 114).
29. “Según Eusebio de Cesarea, la Iglesia primitiva habría utilizado el dicho final
(v.35) en la polémica contra Santiago y los parientes de Jesús que, en Jeru-
salén, habían instaurado una especie de ‘calificato’, aferrándose a los lazos de
la sangre” (A. PRONZATO, Un cristiano I, 1686).
30. “San Pablo no creía estar loco cuando escribía esto: ‘Porque si estamos fuera
de nosotros (exestêmen) es por Dios’ [2Cor 5, 13]” (M. DE TUYA, Evangelios, Va,
510).
104 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
La casa
Pasemos ya a analizar el pasaje más detenidamente. De nue-
vo nos encontramos en la casa o más concretamente en casa.
Ya hemos dicho que esta expresión significa el lugar donde se
presencializa Jesús con sus discípulos y donde se comprenden
sus palabras, aunque siempre se da una connotación judía. Es
el emblema de la comunidad cristiana proveniente de la institu-
ción judía.
La casa en Marcos siempre significa el lugar donde Jesús
explica los misterios a sus discípulos, aunque en este caso bien
podía ser la famosa casa destechada de Cafarnaúm. En torno a
la casa se reúne una gran muchedumbre de manera que apenas
les dejaban tiempo para comer. Si es la casa destechada, se expli-
ca el que algunos de los suyos, adeptos al judaísmo, quieran
venir para detenerle31.
La casa destechada, como dijimos, significa que Israel debe
abrirse a las naciones. Los suyos no pueden comprender esto.
De ahí su pretensión de detenerlo (kratêsai). El verbo griego
expresa admirablemente esa acción: impedirle ejercer cualquier
movimiento libre. La razón de tal acto es porque consideraban
que estaba fuera de sí, imbuido de una locura religiosa. Normal-
mente ecsestê se ha traducido por estar loco, pero el contexto no
avala tal suposición. A un loco no le sigue la multitud. Se trata
de algo distinto. Es cuanto venimos diciendo; consideran que
está poseído de un ardor religioso incomprensible32.
¿Posesión diabólica?
Mientras, los escribas que habían bajado de Jerusalén opinan
que no se trata de locura, sino de posesión diabólica, “está pose-
ído por el jefe de los demonios”: Beelzebul. Los escribas de Jeru-
salén significan la teología suprema oficial del judaísmo. Parece
como si intentaran responder al argumento de los precedentes
que no acusan de maldad alguna a Jesús porque expulsa a los
demonios. Si expulsa a los demonios es un hombre de Dios.
Pero el argumento de los escribas es que actúa en nombre del
supremo jefe de los demonios33.
La argumentación de Jesús va a consistir en sostener que, si
eso es así, el reino de los demonios está dividido, que sería tan-
to como decir que las fuerzas satánicas luchan contra ellas mis-
mas. Marcos observa que les decía esto en parábolas. Algunos
piensan que aquí esta palabra no tiene el mismo sentido que en
el capítulo cuarto cuando se hable de las parábolas. Mi opinión
es que se trata de lo mismo. Y es que “los de fuera”, término
muy negativo en Marcos, sólo pueden captar el primer nivel de
las palabras de Jesús.
Cuando en estos momentos está hablando de que sólo uno
más fuerte que Beelzebul es capaz de atarle, se está refiriendo a
él mismo34. La respuesta de Jesús era aparentemente en general,
pero en realidad estaba describiendo el sentido de su evangelio
frente a las fuerzas demoníacas. Está haciendo una comparación
de las fuerzas satánicas como de un reino y de una casa; todo
un símbolo, para expresar sus pretensiones. El va a predicar el
Reino y a construir una casa; e implícitamente se va a definir
como el más fuerte, título mesiánico y divino.
33. “Jesús se marginó del Centro para iniciar su práctica por el Reino lejos de aque-
llos y de su poder amenazante (cf. 1, 14). Ahora el Centro se desplaza allá, a
tierra impura, para desautorizar una práctica que los confronta y cuya eficacia
no pueden negar; su práctica, nuevamente, es sólo ideológica y se limita a un
falso análisis por el que satanizan a Jesús” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 111).
34. “El saqueo de los bienes y la liberación de los cautivos son signos, en el AT
y en el judaísmo, de la restitución de Sión al final de los tiempos, cf. Is 49,
24s” (F. LENTZEN-DEIS, Comentario, 116); cf. Is 53,12.
106 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
La familia de Jesús
Y llegamos a la tercera escena, cuando vienen a buscarlo su
madre y sus hermanos. ¿Dónde se encontraba Jesús? ¿En la casa?
Más bien parece que no. Ese hallarse entre la gente sentada a su
alrededor parece que es otro ámbito donde se manifiesta Jesús.
Sentados en corros (6, 39)36, es algo que va a pedir Jesús en
la multiplicación de los panes para la comunidad judía, pero ellos
no seguirán ese consejo y se sentarán por cuadros (6, 39)37, es
decir, no lograrán entender el sentido comunitario y fraterno que
Jesús desea para su grupo. ¿Ese grupo más heterogéneo, en espa-
cio abierto, no estará presagiando la otra casa a la que Jesús invi-
ta a algunos como al paralítico (2, 11) y al endemoniado de Gera-
sa (5, 19), sin que nunca se señale el lugar de la misma? Por otra
parte, Jesús manifiesta que quienes están sentados en torno a él
cumplen la voluntad de Dios. Por eso pienso que ésos presagian
35. “Es el pecado de quien rechaza la verdad ‘con los ojos abiertos’. Pero quizá
fuera mejor hablar de justicia: el pecado imperdonable es la actitud del que
niega y pisotea –a sabiendas– los derechos de los demás. La blasfemia contra
el Espíritu Santo es el pecado que tiene lugar no sólo ‘sabiendo’, sino sabien-
do y ‘enmascarando’, sabiendo y justificando, incluso distorsionando la misma
manifestación de Dios en beneficio propio” (B. MAGGIONI, El relato, 63).
36. Symposia symposia.
37. Prasiai prasiai.
3. ¿DE DÓNDE ERES TÚ? 107
38. Como hemos hablado de los hermanos de Jesús quisiera decir una palabra al
respecto. En algunos ambientes se da por hecho que María tuvo otros hijos.
Aparte de que esta afirmación no es fácil compaginarla con la fe de la Iglesia,
es algo que por supuesto nunca se ha probado exegéticamente; más bien los
argumentos prevalecen para la parte contraria. Por de pronto nunca se habla
en el N.T. de los hijos de María. Por otra parte, dos de los llamados “herma-
nos de Jesús”, Santiago y José son hijos de otra María (15, 40.47; 16, 1). Supo-
ner como lo hacen algunos autores que esta María es la madre de Jesús, que
en este caso se la determina con el título de esos dos supuestos hermanos,
porque todavía no habría llegado a la fe y, por consiguiente, no era posible
denominarla madre de Jesús, carece de todo fundamento, pues precisamente
en el lugar que comentamos el evangelista habla de “su Madre”, no dice
“Madre de Jesús” porque viene a lo largo de todo el pasaje hablando de él.
“Dentro de la narración evangélica, en boca del redactor, María no puede apa-
recer como Madre de Jesús, pues para serlo debería entrar en su comunidad
galilea, sentándose en el corro de los discípulos. Por ahora, ella es más bien
madre de los hermanos de Jesús, en expresión que para Mc resulta restrictiva
[a no ser que sea irónica]” (J. PIKAZA, Pan casa, palabra, 415; cf 10137).
39. “Es significativa la repetición de la palabra «fuera», dice R. PESCH, Il vangelo, 359.
40. Marcos aquí lo que pretende es decir que los familiares de Jesús por ser tales
no tienen ningún privilegio en la nueva comunidad, que se basa en la fe. No
entra en la intención del evangelista prejuzgar la santidad de María. Quiere
simplemente evitar que la fe se vincule a la raza. El que Dios haya unido
maternidad física con santidad eminente queda fuera de la intencionalidad
del evangelista que, como hemos dicho, le preocupa el que Israel quiera
tener privilegios en la nueva realidad. Con este ejemplo de sus familiares Mar-
cos da por solventada la cuestión.
108 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
María
¿Quiere Marcos también reorientar la veneración a María, que
posiblemente había comenzado a surgir en su ámbito? No lo
sabemos; pero muy probablemente intente establecer que la
grandeza de las personas en el nuevo orden de cosas se deriva
del cumplimiento de la voluntad de Dios o de su palabra. Más
tarde enseñará también que la alteza de un hombre se mide por
la capacidad de servicio que tenga, nada intervienen en esta va-
loración los vínculos carnales41. No sé si Lc pretende esclarecer
a Mc cuando nos presenta a María como aquella en la que des-
cansa la palabra del Señor (hágase en mi según tu palabra) o la
humilde esclava del Señor (Lc 1, 25-56).
Pronto Mc, en una escena también difícil pondrá en boca
de la multitud la expresión “hijo de María” (6, 3). Como en este
evangelio no se habla nunca de José y al comienzo del mismo
se ha presentado a Jesús como hijo de Dios (1, 1), esa expresión
cobra un significado singular que no puede haber pasado desa-
percibida por la pluma del evangelista. Jesús hijo de Dios, y de
María.
Se ha pretendido ver en la escena a la que nos referimos la
visión más primitiva sobre María, que en fases sucesivas habría
ido progresando hacia la perspectiva en que la sitúan principal-
mente Lc y Jn, que nos ofrecen una personalidad modélica de
cristianismo. Se argumenta que Mc es más primitivo. Pero suce-
de que aunque esto último sea verdad, subsiste un misterio aún
no descifrado en la literatura marcana.
Se tiene la impresión –y aquí radica el enigma– que desde el
punto de vista de la reflexión el evangelio de Mc parece poste-
rior a los otros, pues adopta una postura crítica más “moderna”.
Si hoy tomamos en nuestras manos los evangelios Marcos apa-
41. “La madre, sin nombre, es figura del antiguo Israel, del que procede Jesús;
los hermanos, de los judíos de su comarca. No se trata tanto de las personas
como de mostrar la hostilidad hacia Jesús del ambiente donde se ha criado
(31-32). La nueva Familia, independiente de raza o pueblo” (J. MATEOS - L.
ALONSO SCHÖKEL, Nuevo Testamento, 196).
3. ¿DE DÓNDE ERES TÚ? 109
42. “Jesús no rechaza los vínculos familiares, sino que afirma que el cumpli-
miento de la voluntad de Dios nos introduce en un parentesco espiritual, más
elevado con Él; con esto queda subrayada la grandeza espiritual de María, su
Madre” (F. CANTERA –M. IGLESIAS, Sagrada Biblia, nota a 3, 35).
43. Incluso R. Pesch considera probable que el texto haga referencia a esos pro-
blemas comunitarios de que venimos hablando. Por tanto el texto reflejaría
principalmente los primeros problemas eclesiales (cf. Il vangelo, 362-363).
CAPÍTULO 4
20. “Me parece que no debe exagerarse por ninguna parte: ni de una excesiva sim-
plificación, ni de una exagerada complicación. Y más que de alegorías contra-
puestas a parábolas, hablaría de una interpretación alegórica de las parábolas en
los límites del virtuosismo acrobático” (A. PRONZATO, Un cristiano, I, 181).
21. “Este estilo alegórico, que intencionadamente ilumina y esconde al mismo
tiempo, se debe a la misma naturaleza ‘mistérica’ de su mensaje. No se trata
de una forma de ocultismo como en el caso de la cábala, sino de un enor-
me respeto para con Dios, que da gratuitamente el mensaje, y para con el
hombre, que debería recibirlo en una postura de absoluta libertad” (J. M.
GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 104).
22. “Quizás estemos demasiado acostumbrados a pensar que las parábolas son
relatos simples para gente simple. Semejante actitud sólo encubre nuestra
arrogancia. Keating restablece para nosotros a Jesús como el artista del alma
y responde como un artista. Uno sólo puede quedarse atónito al ver cómo
estas parábolas continúan produciendo intuiciones sobre las cuestiones más
profundas de la vida” (B. BRANDON SCOUT, en T. KEATING, El reino de Dios, 11).
23. “He aquí por qué el mensaje de las parábolas es un mensaje alusivo, que te
hace entrever a través de imágenes la relación entre reino y vida. Dejan sim-
plemente vislumbrar el misterio... Por eso no se puede olvidar la ambigüe-
dad de las parábolas (como de toda la revelación): aclaran, pero también
oscurecen, desvelan y esconden al mismo tiempo. Ofrecen respuestas, pero
también suscitan interrogantes” (A. PRONZATO, Un cristiano I, 82).
116 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
24. “Una primera cuestión que se plantea en torno a las parábolas evangélicas es
saber cuál fue el significado primitivo que tuvieron en labios de Jesús. Esta
cuestión procede del hecho observable de adaptación y alegorización que
han sufrido en la predicación” (J. ALONSO DÍAZ, Evangelio de San Marcos, 370).
25. “La parábola recibe diversas denominaciones según los autores: del sembra-
dor denodado (Jeremías), de la semilla esparcida (Dietzfelbinger) o del cuá-
druple campo [Dalmann]” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El Evangelio, I, 3628).
4. LA DINÁMICA DEL REINO: LAS PARÁBOLAS 117
29. “Jesús clasifica las disposiciones con las que se recibe su mensaje, como él
mismo lo interpretará después a sus seguidores. El caso de la tierra buena,
con su detallada enumeración de la abundante cosecha, expresa figurada-
mente el éxito del mensaje” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 365).
30. Estamos, para algunos autores, ante los versículos de más difícil interpretación
de todo el N.T. “El versículo 12, además, representa un suplicio para todos
los intérpretes. Se han escrito sobre él centenares de páginas. Más que a
Jesús, dan ganas de pedir explicaciones de este lío a Mc” (A. PRONZATO, Un
cristiano I, 190).
4. LA DINÁMICA DEL REINO: LAS PARÁBOLAS 119
31. “Pero Jesús utilizaba las parábolas para enseñar al pueblo, aunque el elemen-
to del misterio formaba parte del género” (D. J. HARRINGTON, Evangelio, 29).
32. “Expone Jesús la razón de su enseñanza en parábolas: No quiere que la mul-
titud capte su mensaje a menos que se efectúe en los individuos un cambio,
designado con los términos “convertirse” y “ser perdonados”.
Mc utiliza en este pasaje el texto de Is 6, 9-10, citado según una traducción
aramea, pero sin mencionar al profeta ni indicar que se trata de un texto de
la Escritura. Por otra parte, el texto no contiene vocabulario particular judío,
sino metáforas inteligibles para todos, y Jesús lo aplica a la multitud, que con-
tinúa la mala disposición denunciada en otro tiempo por Isaías. El texto, por
tanto, es comprendido como de Isaías por los seguidores israelitas (los
‘Doce’) y como texto de Jesús por los seguidores no israelitas [‘los que esta-
ban en torno a él’]” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El Evangelio I, 381).
120 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
que. Según esto el texto podría ser traducido así: “Para que por
mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan,
a no ser que se conviertan y se les perdone”.
Yo pienso que Jesús asume el texto de Isaías en toda su cru-
deza, en el mismo sentido en que antes lo hemos interpretado. Su
predicación va a ser ocasión de la inintelección de su doctrina,
porque incluso aun en el caso de que la entiendan, se necesita
además la explicación de la misma en la comunidad (a solas33, en
la casa). Lo que quiere decir es que la parábola sólo puede ser una
simple invitación a ir más allá; si uno se queda en ella, no entien-
de el mensaje34. Apoyo esta interpretación en el mismo Marcos
que en el texto anteriormente citado nos dice que a sus discípu-
los se lo explicaba todo en privado; luego éstos también eran “de
fuera”, pues escuchaban las parábolas, pero no las entendían.
Todo cuanto se dice de las parábolas hay que aplicarlo al
evangelio como predicación y como literatura. Es cuanto veni-
mos descubriendo en Marcos, ese doble nivel: el externo, el de
la letra exterior, el de la historicidad, y el simbolismo que corre
debajo. Los de fuera pueden descubrir los milagros de Jesús, su
bondad35, etc.; pero sólo los de dentro comprenden el significa-
do de toda su vida36.
40. “En primer lugar les expone Jesús la necesidad de una adecuada disposición
interior para captar el mensaje (la tierra buena). No propone el mensaje fácil
de la rebelión contra las instituciones, sino el de la renovación profunda del
hombre, única base y garantía de una sociedad verdaderamente humana”
(J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 107).
41. Recibir la palabra (1 Tes 1, 6; 2, 13; 2 Cor 11, 4), recibirla con alegría (1 Tes
1, 6), padecer persecución a causa de ella (1 Tes 1, 6; 2 Tim 2, 9), la palabra
crece (Col 1, 6; Hech 6, 7; 12, 24; 19, 20), suscita escándalo (1 Pe 2, 8) son
formulaciones que fueron acuñadas en el lenguaje misionero” (J. GNILKA, El
evangelio I, 201).
4. LA DINÁMICA DEL REINO: LAS PARÁBOLAS 123
cada uno de los terrenos. A veces los oyentes son la semilla sem-
brada o los diversos terrenos42. Esto ha dado lugar a hablar de
inseguridad en el texto. Pero si bien se mira, es lo mismo. Con
esa ambivalencia de sentido se manifiesta la urgencia de que el
hombre se considere tan estrechamente vinculado a la semilla
(palabra) que no se comprenda sin ella. Se repite la palabra sem-
brar cuatro veces. Se señala de este modo la urgencia que persi-
gue al hombre de dar frutos.
La explicación comienza con la sorpresa de Jesús porque sus
discípulos no saben descubrir el sentido de la parábola, a la vez
que les dice que si no entienden ésta, ¿cómo van a entender las
restantes? Por tanto los contenidos de esta parábola se van a infil-
trar en todas las demás. Sin sobrentender ésta, se imposibilita la
comprensión de las otras43.
Los cuatro terrenos son las diversas actitudes que se pueden
adoptar frente a la palabra. Pero las actitudes se identifican con
el mismo hombre.
La semilla caída a lo largo del camino representa a aquellos
que escuchan la palabra y enseguida desaparece de ellos porque
viene Satanás y se la arrebata. El texto deja entender una cierta
familiaridad de éstos con Satanás. Están abiertos a él, no le cie-
rran el campo; se presenta con toda naturalidad. Estos no se han
centrado en la palabra, no la han acogido como un tesoro44.
Lo sembrado en terreno pedregoso se refiere a aquellos que
acogen la palabra con alegría. La palabra les resulta atractiva;
pero la atracción es más intelectual que cordial. Ven que da res-
42. “Es de tener en cuenta aquí la incongruencia de que se alude, por una par-
te, a la palabra que se siembra en los hombres y, por otra parte, a los hom-
bres que parecen ser sembrados. Pero también esto tiene su corresponden-
cia en la apocalíptica” (J. GNILKA, El evangelio, I, 202-203).
43. “La parábola del sembrador es la parábola clave para entender qué es la pro-
clamación del reino de Dios: ella ilustra el misterio de la elección de Dios”
(J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 106).
44. “Hay ciertos individuos en los que no penetra el mensaje; son totalmente
refractarios, impenetrables a él; desaparece sin dejar rastro como si nunca lo
hubiesen oído. Su escuchar es momentáneo, puramente material, sin con-
tinuidad ni reflexión. Ejemplo de ello han sido los letrados y los fariseos”
(J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio, 384).
124 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
45. “A los del pedregal se les califica de inconstantes (v. 17). La palabra griega
significa, literalmente, ‘provisionales’. Quien no tiene raíz, no tiene profundi-
dad, es ‘provisional’. Son ‘los hombres de un momento’” (A. PRONZATO, Un
cristiano I, 202).
46. “El alejamiento del hombre rico tiene una aclaración dentro del evangelio de
Marcos (4,19): ‘el análisis hecho por Jesús sobre la correlación entre el lugar
social y la escucha muestra su validez: las riquezas han ahogado la palabra
una vez más [cf. 4, 18-19]’” (G. L. SALAZAr, El seguimiento, 113).
47. “Los obstáculos al mensaje están clasificados en tres capítulos. Uno es cen-
tral, la seducción de la riqueza, primera vez que se da un juicio negativo
sobre ella en este evangelio” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 385).
4. LA DINÁMICA DEL REINO: LAS PARÁBOLAS 125
debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre
el candelero? 22 Pues nada hay oculto si no es para que sea mani-
festado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser
descubierto. 23 Quien tenga oídos para oír, que oiga.» 24 Les decía
también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que
midáis, se os medirá y aun con creces.25 Porque al que tiene se le
dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.»
48. “Si se tiene en cuenta que los tantos por ciento se refieren a cada grano y no
al conjunto de la producción del campo sembrado, tales cifras están dentro
de lo realista y de lo posible. Por término medio una espiga producía 35 gra-
nos, pero se llegó a contar hasta ciento en una espiga” (J. GNILKA, El evange-
lio I, 186.).
49. Algunos también los denominan parábolas: “Mc, seguido por Lc, ha reunido
aquí, vv. 21-25, cuatro pequeñas parábolas del género mašal, que pueden
interpretarse de diversas maneras según el contexto en el que se las utilice.
En el contexto presente todas ellas pueden considerarse relacionadas con la
enseñanza de Jesús, luz a la que se debe hacer que brille, y de lo que son
responsables de algún modo los beneficiarios” (BJ, Mc 4, 21).
50. “La traducción ‘se trae’ está justificada filológicamente (...). Sin embargo, el
sentido literal ‘llega’ (erkhetai) podría identificar, en la intención de Marcos,
‘el mensaje/lámpara’ con la persona de Jesús. Es Jesús mismo el mensaje que
hay que exponer, el secreto que hay que comunicar” (J. MATEOS - F. CAMACHO,
El evangelio, 38728).
126 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
54. “Debían existir en la sabiduría popular proverbios como éstos: ‘el rico se hace
cada vez más rico’,’dinero llama dinero’, ‘al rico todos le llevan regalos’. Por
el contrario, a quien no tiene nada, todos le quitan hasta el último centavo,
o también, en temas de desgracias, para quien ya es miserable, ‘llueve sobre
mojado’” (A. PRONZATO, Un cristiano I, 211).
55. “No puede negarse que la parábola provenga de Jesús. Precisamente la tal
vez provocadora despreocupación que se refleja en el relato y que tiene ana-
logía en otros dichos de Jesús (Mt 6, 25 ss) confirme esto” (J. GNILKA, El evan-
gelio I, 215).
56. “Desde este mismo fondo se entienden las dos ‘nuevas’ parábolas de siembra
(4, 26-32) que expanden y explicitan el tema. Son nuevas en formulación y
matices, pero su sentido es el de antes. Alguien podría haber pensado que el
mismo ser humano decide el crecimiento de la semilla. Otros podrían supo-
ner que la palabra resulta al fin pequeña, incapaz de transformar nuestra exis-
tencia. Para ellos ofrece Marcos estos bellísimos textos” (X. PIKAZA, Pan, casa,
palabra, 112).
57. “Sería absurdo el caso del agricultor que se levantara nervioso por la noche
para ir al campo a comprobar abatido que la planta aún no ha brotado; o que
–como quien dice– intentara estirar la primera brizna de trigo que sale de la
tierra para acelerar su crecimiento” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 76).
128 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
62. Las dos preguntas retóricas que introducen la parábola crean una expectación
en los oyentes/lectores y subrayan su importancia. Anuncian una enseñanza
capital sobre el reino de Dios” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 401).
63. “El detalle de la pequeñez de la semilla sólo se encuentra en Marcos. El gra-
no de mostaza no es la semilla más pequeña. Es probable que el evangelis-
ta, o la fuente de que depende, pusiera este detalle porque quería dar a la
parábola la interpretación de contraste entre pequeños comienzos y grandes
resultados” (J. ALONSO, Evangelio, 383).Veremos que no es del todo así.
130 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
64. Algunos piensan que “esta pequeña parábola ha sido transmitida en dos ver-
siones en el evangelio: en la actual de Marcos y en otra que se remonta a la
fuente de los dichos, que está mejor conservada en Lc 13, 18s que en Mt 13,
31s” (J. GNILKA, El evangelio, I, 216). Yo juzgo que las variantes se refieren
más bien a la redacción, no a las fuentes.
65. Es evidente que las ramas del arbusto sí tienen resistencia para sostener el
nido, pero Marcos está recalcando la pequeñez y aparente insignificancia de
la planta.
66. Quizás también la idea de tierra esté significando además de la humildad de
la semilla, su orientación a la universalidad.
67. “Empapados en sus imágenes culturales de los grandes cedros del Líbano, los
oyentes esperarían que el grano de mostaza, símbolo del reino para Jesús,
creciera hasta convertirse en un vigoroso árbol apocalíptico. Lo importante
para Jesús es exactamente lo contrario. Simplemente se hace un arbusto”
(T. KEATING, El reino, 43).
4. LA DINÁMICA DEL REINO: LAS PARÁBOLAS 131
68. Quizás Marcos esté pensando en Jesús mismo. “La parábola de la semilla se
puede explicar también con una historia verdadera. Una semilla que ha sido
deposita en el surco de Belén, en la ‘casa del pan’. Olvidada de la gente
importante. Aquella semilla creció, se ha convertido en una planta robusta,
capaz de sostener a un hombre clavado en ella. Sólo a la sombra de aquel
árbol sobre el calvario, todos los hombres pueden sentirse seguros. Semilla,
árbol, hombre son una misma cosa. Es inútil precisar que no se trata de una
planta de adorno” (A. PRONZATO, Un cristiano I, 233).
132 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
77. “Pero este miedo de los amigos de Jesús, enloquecidos por las dificultades
que les cierran el paso, no es el de los primeros discípulos solamente; es el
miedo de todas las generaciones de cristianos que temen que vaya a hundir-
se la embarcación” (L. MONLOUBOU, Leer y predicar, 71).
78. En este caso no se trata todavía de los gentiles propiamente dichos, pues la
región hacia la que nos dirigimos es semipagana. Quizá el evangelio esté alu-
diendo a los judíos de la diáspora, que fueron los primeros convertidos que
abrieron el cristianismo a los paganos, como consta en los Hechos de los
Apóstoles. A pesar de la profunda teologización del pasaje “es innegable que
los discípulos vivieron con Jesús a lo largo de sus días situaciones que se pue-
den parecer a ésta” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 85).
79. “Pero ofrece también una experiencia de Jesús resucitado, proyectada de un
modo simbólico al pasado de su vida. Los discípulos son iglesia amenaza-
da, barca en la tormenta, familia en miedo, sin cimientos permanentes, sin
patria asegurada ni ciudades fijas, navegante-misioneros sobre un mar
embravecido con un Maestro (Didaskale, así le llaman por primera vez en
Mc 4, 38) que duerme en popa, ésos son ellos” (X. PIKAZA, Pan, casa, pala-
bra, 115).
136 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
3. “El relato de milagro que pertenece a los más extensos de la tradición sinóp-
tica ha experimentado diversos tratamientos en la investigación. Así algunos
autores piensan en varios estratos de tradición anteriores a Marcos. Schenke
y Kertelge hablan de tres; Pesch, de cuatro. Kertelge y Pesch suponen que
Marcos aceptó este relato ricamente configurado sin introducir en él variación
alguna” (J. GNILKA, El evangelio I, 232). Se trata de afirmaciones totalmente
gratuitas, por cuanto vamos viendo en las pretensiones de Marcos.
5. UN ENDEMONIADO SE VUELVE PREDICADOR, E ISRAEL COMIENZA A RENACER 139
16. “Los cerdos eran alimento para el pueblo en toda la región mediterránea y
también para el ejército romano, pero los judíos los prohibían porque eran
considerados ‘impuros’ según la Ley (Lev 11, 17; Dt 14, 8). La presencia de
los cerdos convertía toda esta región pagana en ‘impura’. Por lo que todo
contacto con esta tierra incapacitaba al judío para participar en el culto... La
imagen del cerdo se encontraba también en estandartes de destacamentos del
ejército romano” (F. LENTZEN-DEIS, Comentario, 167).
17. Se han dado numerosas interpretaciones a la palabra. Se pueden ver algu-
nas de ellas en A. PRONZATO, Un cristiano; I, 258. “En concreto podría ser
una alusión a la situación política reinante en el país. Los romanos estaban
asentados como fuerza de ocupación y no tenían intención de abandonar el
país. En esta línea se encuentra la primera de las peticiones, la de que Jesús
tenga a bien no expulsar a los demonios fuera del país” (J. GNILKA, El evan-
gelio I, 238.239).
144 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
18. Los términos a que venimos aludiendo: Dios Altísimo, montes, día y noche,
sepulcros, cerdos parece que no expresan una realidad ajena a lo simbólico.
Ello nos inclina, como hacemos notar en el texto, a que en el relato de Marcos
no estamos ante la descripción de la curación de un simple poseso.
19. “Éste es para Jesús un resucitado misionero. Por eso le dice: vuelve a tu casa
(oikos) al lugar de nacimiento. No destruye sus raíces, no le arranca de su
Decápolis pagana para introducirle en una deseada tierra santa (como Israel)
o en alguna comunidad resguardada, donde sólo habitan puros (separados),
sino que le envía al ancho mundo de su origen como testigo de liberación”
(X PIKAZA, Pan, casa, palabra, 12157).
5. UN ENDEMONIADO SE VUELVE PREDICADOR, E ISRAEL COMIENZA A RENACER 145
20. “Es enviado por Jesús mismo, como apóstol, a predicar en su tierra de paga-
nos la ‘extraordinaria noticia’ de la cercanía del Reino. Será el primer misio-
nero entre no judíos. El texto debe leerse en el contexto de fuerte enfrenta-
miento entre las comunidades de los primeros años, sobre si la Buena Noti-
cia se tenía que predicar o no a los paganos” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 88).
21. “Marcos ha acentuado la epifanía de Jesús en tierra pagana mediante el v. 20
y ha iluminado la posterior situación misionera mediante la proclamación” (J.
GNILKA, El evangelio, I, 241).
146 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
Introduccion
Muy probablemente estos dos milagros, que en el relato de
Marcos se narran entrelazados, circularon primero separados22.
Marcos en su proyecto de descubrir en las acciones de Jesús un
segundo plano o doble nivel los ha presentado juntos. Con ellos
pretende hacernos ver cómo se origina la comunidad cristiano-
judía de Jesús, que es absoluta novedad, aunque esté estrecha-
mente vinculada a Israel.
La Hemorroísa representa al Israel que se extingue23, la sina-
goga, sin que ningún médico sea capaz de curarlo (¿los enviados
de Dios: profetas, sabios y otros?). La niña de Jairo es la hija de
un jefe de la sinagoga.
Esta niña, como enseguida veremos, va a representar la co-
munidad cristiana. Es sorprendente la finura de Marcos que para
mantener la novedad de la comunidad de Jesús no la hace sur-
gir de la sinagoga (Hemorroísa), aunque posiblemente ella sea la
madre de la niña, sino que para afirmar su vinculación con Isra-
el la hace provenir de un jefe de la sinagoga, en la que éste ya
no cree, pues acude a Jesús en busca de solución para su hija.
Unos cuantos símbolos nos van a ir haciendo seguir el hilo que
teje la trama del relato, en el que los dos milagros se entrecru-
zan admirablemente.
24. J. Mateos nota que esta muchedumbre es menos numerosa que la anterior.
Se ha reducido porque no todos aceptan la ida de Jesús a los gentiles (cf. El
evangelio I, 471).
25. “Jairo, Archisinagogo, (5, 22-24a) tiene una hija que muere al hacerse mayor
de edad. Él no puede darle vida. Por eso acude a Jesús (condenado por la
Ley: 3, 22-30) buscando vida por encima de su Ley y sinagoga” (X. PIKAZA,
Pan, casa, palabra, 122).
26. “En vista de eso, el jefe de la sinagoga, que ama más al pueblo que a la ins-
titución que él mismo representa, rompe el hielo y reconoce públicamente
que sólo Jesús, el excomulgado por los dirigentes religiosos (...) puede reme-
diar esta situación deplorable: le pide insistentemente que vuelva (‘que fue-
ra a su casa’) a la sinagoga o casa de Israel” (J. RIUS-CAMPS, El éxodo, 151).
27. La expresión: “hijita” del jefe de la sinagoga en un evangelio tan “insinuante”
no puede estar sin resaltar algo. ¿No será el resto de Israel?
148 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
28. “Que vaya a poner las manos sobre ella (una técnica taumatúrgica frecuente-
mente empleada; cf. también Mc 6, 5; 7, 32; 8, 23.25) para que se cure” (V.
HOWARD, Marcos, 1224).
29. “La respuesta de Jesús no se expresa con palabras, sino con el gesto de
ponerse en camino” (A. PRONZATO, Un cristiano I, 270).
30. J. Mateos - F. Camacho, a mi juicio han acertado con la interpretación de esta
palabra: “Aunque Jesús se ha marchado con Jairo (5,24a), la gran multitud no
los sigue a los dos, sino solamente a Jesús, lo que indica el sentido técnico
del verbo ‘seguir’ en este contexto. Pero, además, sigue a Jesús ‘apretuján-
dolo’, sin que Jesús proteste por ello. De hecho, este detalle no es peyorati-
vo; es una figura con la que Marcos señala la continua y estrecha cercanía a
Jesús de esos seguidores expresada anteriormente con la de ‘estar sentados
en torno a él’ [3, 32-34]” (El evangelio I, 472).
5. UN ENDEMONIADO SE VUELVE PREDICADOR, E ISRAEL COMIENZA A RENACER 149
cía doce años, 26 y que había sufrido mucho con muchos médicos
y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien,
yendo a peor, 27 habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acer-
có por detrás entre la gente y tocó su manto. 28 Pues decía: «Si
logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.» 29 Inmedia-
tamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que
quedaba sana del mal. 30 Al instante Jesús, dándose cuenta de la
fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía:
«¿Quién me ha tocado los vestidos?» 31 Sus discípulos le contesta-
ron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: ‘¿Quién
me ha tocado?’» 32 Pero él miraba a su alrededor para descubrir a
la que lo había hecho.33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había
sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y
le contó toda la verdad. 34 Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete
en paz y queda curada de tu enfermedad.»
33. El texto es bien claro en las pretensiones de la mujer. Algún autor, que men-
ciona y contradice J. Gnilka ha llegado a sostener que “mediante el tocar a
Jesús, ella habría pretendido trasladar, de forma mágica, la enfermedad pro-
pia a Jesús o que ella intentaba aproximarse a él como mujer bella. Ambas
concepciones, la de la transmisión de la enfermedad y la de la magia del
amor, estuvieron muy extendidas. Pero aquí nos encontramos con una fór-
mula de revelación” (El evangelio, I, 251).
34. Impensable el comentario de R. Pesch que atribuye los doce años a la capa-
cidad que tiene la niña para ponerse de pie por sí misma, Il vangelo I, 490.
¿Cómo es posible que un comentarista de ese calibre no pueda percibir en el
número doce más que esa simpleza!
35. El relato atiende a lo grave de su enfermedad, pero el sentido figurado seña-
lado por Marcos indica que los ritos y purificaciones eran como una fuente
que desangraba a los fieles de Israel. Si nos fuera permitido acudir a Juan dirí-
amos que Israel es un paralítico (Jn 6, 1 ss), un ciego (Jn 9, 1 ss) y, finalmente,
un muerto (Jn 11, 1ss).
5. UN ENDEMONIADO SE VUELVE PREDICADOR, E ISRAEL COMIENZA A RENACER 151
36. Es evidente que el verbo tiene otras acepciones, pero en relación con el hom-
bre y la mujer asume ese sentido. ¿No podía tener ese mismo sentido en este
caso en que se habla de un hombre y de una mujer que se acerca a tocarle
el manto, y que luego percibe algo en su cuerpo? Naturalmente, no hace fal-
ta decirlo, nos hallamos en el campo de lo simbólico. Por otra parte, el man-
to en algunos casos también pudiera tener sentido nupcial, cf Rt 3, 1-8.
37. Hemorroísa significa que “no puede tener relaciones sexuales ni casarse; no
puede convivir con sus parientes, ni tocar a los amigos, pues todo lo que toca
se vuelve impuro a su contacto” (X. PIKAZA, Pan, casa, palaba, 123).
38. Esto indica, como hemos señalado, que los que le apretujaban, no buscaban
curarse de alguna enfermedad, sino que lo hacían por afecto.
152 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
39. “La elección de la palabra “hija” denota mucha sensibilidad. Dado el carác-
ter íntimo del padecimiento de la mujer, llamarla “hija” permite a Jesús diri-
girse a ella con ternura y al mismo tiempo mantener un carácter no erótico
y protector en la relación que establece con ella” (A.-J. LEVINE (ed.), Una
compañera, 86).
40. “El verbo griego sôthêsomai es también el término técnico con que el cristia-
nismo primitivo expresaba la idea de “salvación” [cf. 5, 23]” (D. J. HARRING-
TON, Evangelio, 33).
41. “Sin embargo, atendiendo a los paralelos con 2, 11 y 5, 19: hypage eis ton
oikon sou, puede conservarse la fuerza de la prepos. eis; eirênê designaría así
la comunidad de Jesús (“el lugar de [la] paz”), donde Jesús invita a entrar a
la mujer: «márchate a [la] paz» ”(J. MATEOS - F. CAMACHO, El Evangelio, I, 470).
5. UN ENDEMONIADO SE VUELVE PREDICADOR, E ISRAEL COMIENZA A RENACER 153
51. “Los términos empleados (‘levántate’, ‘se levantó’) son los que para los pri-
meros cristianos evocan la resurrección de Jesús, por lo que tienen un senti-
do pascual, expresan la victoria de Cristo sobre la muerte” (A. PRONZATO, Un
cristiano I, 275).
52. “Levántate, amor mío” (Cant 2,10).
53. No olvidemos que Jesús en Marcos se denomina a sí mismo el novio tres
veces (2, 18-22). Cf. para toda esta cuestión J. MATEOS - F. CAMACHO, El evan-
gelio I, 494-499.
54. “Pero este silencio es perfectamente lógico desde la perspectiva de Marcos:
Jesús ha vencido la muerte, pero ésta sería una victoria bien pobre si se tra-
tase solamente de dar algunos años de vida en familia a una niña” (A. PRON-
ZATO, Un cristiano I, 272).
5. UN ENDEMONIADO SE VUELVE PREDICADOR, E ISRAEL COMIENZA A RENACER 157
Conclusión
Precioso capítulo éste de Marcos, en que presenta a Jesús
como el creador de una nueva comunidad. Ello tiene lugar cuan-
do se decide a pasar el mar, donde le esperan los semipaganos,
en los que el evangelista contempla el mundo gentil. El mar
separaba a Israel de los otros pueblos. El mar traía recuerdos
lejanos del paso del pueblo de Israel hacia otros lugares; el mar
recordaba el paso del Jordán. El lago (mar) y el río aislaban a
Israel. Jesús va a romper estas fronteras con vistas a una comu-
nidad universal. Y es aquí donde la finura de Marcos adquiere
tonos de gran delicadeza, al descubrir en los milagros de Jesús,
aquí, en concreto en la curación de una mujer y en la resurrec-
ción de una niña, las figuras de la sinagoga y de la Iglesia. Ya
hemos expuesto cómo Marcos ha logrado esclarecer la vincula-
ción de estas figuras y sus distancias.
12. A pesar de que el papiro Cherter Beatty (P45), los manuscritos minúsculos de
la familia 13 lean el hijo del carpintero y Orígenes afirme que los evangelios
nunca llaman a Jesús carpintero, hoy la mayoría de los críticos están de acuer-
do que la lectura original fue ‘carpintero’.
13. Puede verse en P. J. MEIER, Un judío marginal I, 239-240, que esa afirmación
no es exacta. “Era frecuente en el judaísmo del segundo templo que un hom-
bre fuera conocido por su madre, cuando su madre pertenecía a un rango
más elevado que su padre (el estatus en la antigüedad era un asunto que
tenía que ver con la familia a la que se pertenecía, no necesariamente con la
riqueza que se poseía). Esta designación puede explicar, en parte, el que
Lucas ponga a María en relación con una familia sacerdotal (Lc 1-2) y tam-
bién las leyendas posteriores que dicen que María había nacido en Séforis,
no en la humilde Nazaret” (A.-J. LEVINE (ed.), Una mujer, 294).
14. Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 510, especialmente notas 13 y 14.
15. “Quizá esta expresión ya refleje el lenguaje cristiano, en la perspectiva de la
concepción virginal” (F. LENTZEN-DEIS, Comentario, 184).
164 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
16. Normalmente los autores se niegan a descubrir aquí una alusión a la con-
cepción virginal. Pero el contexto del evangelio de Marcos invita a suponer-
lo. Ya hemos dicho que no se hace alusión a José. Un evangelio que tanto
realza la humanidad de Jesús parece que debería dejar claro que Jesús había
nacido en una familia normal, aunque después –entraría también en la lógi-
ca del evangelio– decir que había roto con ella. Es verdad que la afirmación
“hijo de María” no la hace el evangelista, sino la gente. Cuando se habla de
los hermanos de Jesús en ningún caso se les llama “hijos de María”. Por otra
parte, como ya dijimos, algunos de los que figuran aquí como hermanos de
Jesús consta por el evangelista que no son hijos de María (Mc 15, 40), aun-
que se ha intentado ver en esa mujer a María la madre de Jesús, pero el razo-
namiento exegético no parece procedente. Además la expresión “el hijo de
María” le diferencia ante la gente de los otros hermanos. Aun teniendo en
cuenta las numerosas opiniones al respecto, todo sumado, la más probable
es que el evangelista se haga eco de la opinión de la gente que cree que Jesús
ha nacido irregularmente porque no puede aceptar la confesión cristiana de
la concepción virginal.
Indirectamente el evangelista deja entender que Jesús es Hijo de Dios y de
María. Intentar demostrar que “María la madre de Santiago el menor y de
José”, es María la madre de Jesús, como lo hacen Pikaza y otros, carece de
todo fundamento exegético; cf X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 417-418. No es
éste el momento de polemizar, pero el argumento de Pikaza, a mi juicio, tie-
6. JESÚS ALIMENTA A SU NUEVO PUEBLO 165
doles poder sobre los espíritus inmundos. 8 Les ordenó que nada
tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni
calderilla en la faja; 9 sino: «Calzados con sandalias y no vistáis
dos túnicas.» 10 Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos
en ella hasta marchar de allí. 11 Si algún lugar no os recibe y no
os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de
vuestros pies, en testimonio contra ellos.»
12 Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; 13 expul-
25. “El escenario se ha quedado vacío. Jesús a lo largo de todas las páginas ha
estado acompañado de los discípulos: son una unidad inseparable. Ahora les
ha enviado a la misión. Marcos aprovechará el entreacto hasta que retornen
para recordar al Precursor, al Bautista, de quien no se había vuelto a hablar.
Y lo hace en un momento significativo” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 98).
170 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
26. “Marcos no inserta aquí el martirio de Juan (6, 17-29) por exigencias de tipo
histórico, sino por una intención teológica. Situado entre el envío de los dis-
cípulos a misionar y su regreso, el episodio adquiere un significado muy con-
creto: es una señal anticipada de la oposición del mundo a Jesús [y a sus
seguidores] y de la suerte que habrán de correr todos ellos [el martirio, tanto
para Jesús como para los apóstoles]” (B. MAGGIONI, El relato, 97).
27. Cf. J. GNILKA, El Evangelio I, 292.
28. 1, 3; 5, 3.
29. El v. 20 ha sido objeto de diversas interpretaciones. Algunos leen: Y al oírle
quedaba muy perplejo (êporei). Esta es la lectura más difícil, pero apoyada por
códices de gran solvencia. Sería: “y al oírle hacía (epoiei) muchas cosas”. Final-
mente, algunos admiten una tercera lectura: “Y al oírle le proponía muchas
cuestiones”. Parece que la preferible es la primera. En todas ellas, sin embar-
go, se muestra el respeto de Herodes por Juan. Se pone así de relieve que la
maldad casi total va a provenir de Herodías. Como en el caso de Pilato, la mal-
dad viene del pueblo (esposa adúltera de Yahvé, que se ha casado con Roma).
30. Cf. E. SCHÜSSLER FIORENZA, Pero ella dijo, 72-75.
6. JESÚS ALIMENTA A SU NUEVO PUEBLO 171
33. “En este contexto cuenta Mc la muerte del Bautista, como signo de evangelio,
pues en ella se anticipa y distingue la de Jesús. Los discípulos del Bautista vene-
ran a un profeta muerto; los de Jesús proclaman el kerigma del Hijo de Dios
vivo. La verdadera resurrección se expresa a través del mensaje de los discí-
pulos de Jesús, que expanden el kerigma de la conversión y vida mientras Mc
certifica la muerte de Juan y su sepulcro” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 153).
6. JESÚS ALIMENTA A SU NUEVO PUEBLO 173
Introducción
Como es sabido, Marcos narra dos veces la multiplicación de
los panes. La terminología utilizada es diversa en ambas. Vere-
mos que a través de ella podremos detectar que una se dirige al
mundo judío y otra al pagano. Atiende Jesús al requerimiento del
doble grupo de seguidores, y, muy posiblemente, en la redac-
ción de Marcos se tienen presentes las dos tendencias que tan
claramente se detectan en los Hechos de los Apóstoles.
Veamos estas diferencias sobre las que más tarde nos deten-
dremos analizando pormenorizadamente una por una. En la pri-
mera multiplicación se trata de cinco panes y dos peces (6, 38),
en la segunda, de siete panes (8, 5) y algunos pececillos (8, 7); en
la primera, la gente se sienta por grupos (6, 39), en la segunda,
de forma desordenada, en la tierra (8, 6); en la primera se bendi-
ce (6, 41), en la segunda se da gracias (8, 6); en la primera sobran
doce cestos (6, 43), en la segunda, siete espuertas (8, 8); en la pri-
mera comieron cinco mil hombres [varones] (6, 44), en la segun-
da, “unos” cuatro mil (8, 9), no se dice hombres. Se dan otros ele-
mentos que ahora no consideramos; estos son suficientes para
hacernos ver que la doble multiplicación reviste, a su vez, un
doble carácter. La primera nomenclatura es totalmente judía, la
segunda, pagana. En estos datos van estando de acuerdo todos
los autores34.
34. “Mientras que Lc 9, 10-17 y Jn 6, 1-13 no relatan más que una multiplicación
de los panes, Mt 14, 13-21; 15, 32-39 y Mc 6, 30-44; 8, 1-10 refieren dos. Se tra-
ta, sin duda, de un duplicado, seguramente muy antiguo, ver 16, 9s, que pre-
senta el mismo acontecimiento según las dos tradiciones diferentes. La primera,
más arcaica, de origen palestino, parece situar el suceso en la orilla occidental
del lago... y habla de doce canastos, cifra de las tribus de Israel y de los após-
toles, Mc 3, 14+. La segunda que procedería de ambientes cristianos de origen
pagano, sitúa el acontecimiento en la orilla oriental, pagana, del lago, ver Mt 7,
31, y habla de siete espuertas, cifra de las naciones de Canaán, Hch 13, 19, y
de los diáconos helenistas, Hch 6, 5; 21, 8. Las dos tradiciones describen el
suceso a la luz de precedentes veterotestamentarios...” (BJ, nota 13 (a) a Mt).
174 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
también presente todo el tema del pastor tan arraigado en el AT, así como a
determinados temas del Éxodo; cf. J. DELORME, El Evangelio, 60-61.
37. “Al componer esta rica secuencia, armónicamente construida en torno a los
dos temas afines del pan y de la palabra, el evangelista creía relatar un
momento importante de la vida de Jesús” (L. MONLOUBOU, Leer y predicar, 113).
38. Algo semejante encontramos en Juan, cuando los discípulos se van a com-
prar comida y al regresar le invitan a comer a Jesús, quien les responde: “Yo
tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis” (Jn 4, 32). Y el evan-
gelista pone en sus labios las siguientes palabras: “Mi alimento es hacer la
voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra” (4, 34).
39. “¿Y no sería suficiente prodigio el que la buena disposición de Jesús y de sus
discípulos en orden a compartir su propia comida cundiera entre aquellos
grupos previamente organizados y se produjera el verdadero milagro del
compartir?” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio 126).
176 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
40. 55-5669.
41. “No es griega la caracterización del distributivo mediante la repetición del
acusativo en 39 ni el uso del término prasiaí [cuadro de jardín]” (J. GNILKA, El
evangelio I, 30089).
178 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
48. “Hay un fuerte contraste entre Jesús y los Doce; se sugiere aquí en la renuencia
de éstos a marchar a la otra orilla, hacia Betsaida” (E. J. MALLY, Evangelio, 96).
6. JESÚS ALIMENTA A SU NUEVO PUEBLO 181
53. “Ellos vienen caracterizados aquí como personas que aun no están firmes en
la fe, pues reconocen a Jesús sólo imperfectamente, por lo que aún no actú-
an guiados totalmente por la fe” (F. LENTZEN– DEIS, Comentario, 218).
54. “No se mencionan sinagogas ni letrados o fariseos. La región de Genesaret es
así la figura de la periferia del judaísmo, al margen de la institución judía.
Tampoco hay endemoniados, es decir, no hay fanatismos destructores. Insi-
núa así Marcos que los fanatismos expresados bajo las figuras de ‘espíritus
inmundos’ o ‘demonios’ son efecto de la doctrina que los letrados enseñan
en las sinagogas” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio II, 108).
CAPÍTULO 7
6. “La discusión sobre el tema del lavado de manos ritual (7, 1-23) permite vis-
lumbrar que el evangelista no está interesado tan sólo en informar sobre los
dichos y hechos de Jesús, sino también en expresar el significado de sus ense-
ñanzas para la Iglesia primitiva. Esto se puede ver más claro todavía mediante
una comparación con la versión de Mateo [15, 1-20]” (V. HOWARD, Marcos, 1226).
186 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
7. “Las fraternidades farisaicas estaban extendidas por todo el país; los doctores
de la ley tenían sus escuelas sobre todo en Jerusalén donde reunían a los dis-
cípulos” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio, 181).
8. Es curioso que en el versículo 2 se ponga la palabra panes en plural y en el
5, aunque lo usa en singular, no le antepone el artículo como era normal para
hablar simplemente de comer (cf Mc 3, 30; Mt 15, 2).
7. HACIA LOS GENTILES 187
12. “Las prescripciones de la ley sobre el lavado del cuerpo, dirigidas a los levitas,
se fueron ampliando a más círculos de personas. Por último, en tiempos de
Jesús, los fariseos y muchos judíos piadosos observaban voluntariamente las
prescripciones sobre el lavado y la comida, previstas originalmente sólo para
los sacerdotes. Así se popularizaron en la vida diaria costumbres reservadas
propiamente para el culto en el santuario” (F. LENTZEN– DEIS, Comentario 224).
13. El texto griego dice no andan (peripatousin) según la tradición.
14. “Hasta qué punto se tomaba en serio todo esto se ve por una narración de
Rabí Aqiba, quien prefería no comer nada en la cárcel a renunciar a los lava-
torios de las manos” (J. GNILKA, El evangelio I, 326).
7. HACIA LOS GENTILES 189
hombres.»
15. Difiere del TM en que añade ‘enseñando como doctrinas los mandatos de
los hombres’ (no los de Dios). “Taylor piensa que el TM, aun sin la cláusu-
la añadida, ofrece amplia base a la réplica de Jesús en el sentido de que el
culto tributado a Dios por los fariseos es en gran parte una hipocresía. Otros
comentaristas creen que el texto hebreo utilizado seguramente por Jesús, no
hace al caso, y de ahí, que los cristianos de habla griega añadiesen la cita al
relato original de la acusación de Jesús contra los fariseos” (E. J. MALLY, Evan-
gelio, 98).
190 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
16. “Estas palabras del libro de Isaías tuvieron seguramente gran importancia para
la naciente Iglesia cristiana, que aspiraba a un culto espiritual y moralmente
fecundo (Rm 12, 1) y quería ofrecer a Dios ‘sacrificios espirituales’ [1P 2,
5]”.(R. SCHNACKENBURG, El evangelio I, 182).
17. “Así, pues, el sistema del don, predicado por los ambientes proféticos del nor-
te (y algunos profetas ‘deuteronomistas’ del sur, como Jeremías) se vio final-
mente dominado por el sistema de la pureza, impuesto por la casta sacerdo-
tal de Jerusalén. Este fue el motivo de que, en la edición definitiva que los
sacerdotes hicieron de la Biblia, el sistema del don quedara reducido a un
código de preceptos morales; tal fue la ‘casuística’ que tuvo como especialis-
tas a los ‘letrados’. De esta manera, el sistema del don quedó totalmente inver-
tido por los sacerdotes” (M. CLÉVENOT, Lectura, 93).
7. HACIA LOS GENTILES 191
18. “En los escritos rabínicos posteriores, qorban era un fórmula de juramento; a
falta de paralelos contemporáneos, los comentaristas sugieren a menudo que
Mc 7, 11 debe traducirse por ‘juro solemnemente que nada mío te servirá a
ti” (E. J. MALLY, Evangelio, 99).
19. “Porque los bienes así dedicados (korban) han adquirido un carácter ‘sagra-
do’ que en adelante prohíbe a los padres reclamarlos. Este voto, que por lo
demás era ficticio y no suponía ninguna donación verdadera, era un medio
odioso de librarse de un deber sagrado. Los rabinos, aun reconociendo su
carácter inmoral, consideraban válido semejante voto” (BJ, nota a Mt 15, 6).
20. El fundamento para una actitud así se hallaba en la inviolabilidad del voto
(Dt 30, 3); pero es obvio que no se puede hacer un voto contra un pre-
cepto divino.
192 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
ded. 15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda
contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que conta-
mina al hombre. 16 Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discí-
22. “Este pasaje contrasta con los anteriores en que aparecen multitudes: nunca
Jesús las ha llamado ni convocado, ellas han ido espontáneamente a él (2,
4.13; 3, 7b-8: plêthos poly; 3, 20; 4, 1; 5, 21; 6, 33-34)” (J. MATEOS - F. CAMACHO,
El evangelio de Marcos II, 1431).
23. Cf. R. PESCH, Das Markusevangelium, I, 381-383.
24. “Pesch I 589: La primera mitad del dicho se opone a la Torah, que conoce
realmente cosas ‘impuras’ y que, por eso, hacen impuro (Lv 11-15; Dt 14, 3ss).
Si realmente no hay ninguna realidad externa que pueda separar al hombre
de Dios, queda invalidado el meollo del código de pureza levítico. Hay que
reconocer la verdadera impureza en lo que el hombre dice y hace; cf. Gnil-
ka I 284. Para las leyes sobre alimentos en el AT, cf. Lv 11; Dt 14, 3-21; cf. Dn
1, 5.8-16; Est 14, 17; Tob 1, 10-12; Judit 10, 5; 11, 12; 12, 1-2; 1Mac 1, 62-63;
194 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
2Mac 6, 5.18-31; 7, 18-28; 7, 1-2.42; Gundry 354. Cf. Lambrecht, ‘Jesus and the
law’ 76s: el dicho de Jesús se opone a la Torá. El Jesús histórico era al mis-
mo tiempo anti-Torá (Ley) y anti-halaká (tradición); Schmid, Marcus 198: con
esta frase ataca Jesús continuando la predicación de los profetas (cf Am 5,
21ss; Is 1, 11ss; 58, 1ss; Jr 7, 21ss), no sólo la religión ritualista y la moral de
los fariseos, sino también el A.T. mismo [cf Lv 21, 11; Nm 19, 11ss]” (J. MATE-
OS - F. CAMACHO, El evangelio II, 1468).
25. “Esta doctrina rebasa la capacidad de comprensión de los discípulos; aunque
ha relativizado muchas prescripciones judías” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 150).
26. Existen en el N.T. varios catálogos de pecados; cf. Rm 1, 29-31, 1Cor 5, 10-11;
6, 9-10; Gá 5, 19-31; Ef 5, 3-5; Col 3, 5.8; 1Tm 1, 9-10; 2Tm 3, 2-4; 1Pe 4, 3;
Ap 21, 8; 22, 15.
7. HACIA LOS GENTILES 195
27. “Por otra parte, sería erróneo afirmar que la situación que movió a escribir tales
perícopas era únicamente la praxis de la Iglesia con respecto al sábado judío y
que se pretendía legitimar dicha praxis apelando a Jesús. No se puede negar
que los evangelios, escritos en una época en la que la iglesia estaba totalmen-
te separada del judaísmo, del templo, de la ley y del sábado se hallan influidos
por este hecho; pero el análisis no permite afirmar que tales perícopas sobre
la postura de Jesús ante el sábado sean sólo una retroproyección de la praxis
efectiva de la Iglesia a la vida de Jesús” (E. SCHILLEBEECKX, Jesús, 212).
28. “Jesús rechaza la distinción judía entre lo puro y lo impuro, entre una esfera
religiosa, separada, en la que Dios está presente y una esfera ordinaria, coti-
diana, en la que Dios está ausente. No se nos purifica de la vida cotidiana
para encontrar a Dios en otra parte: se nos debe purificar del pecado que lle-
vamos dentro de nosotros” (A. PRONZATO, Un cristiano I, 354).
29. “El sello característico de la palabra de Jesús está en su perspectiva religiosa
que sabe captar con inmediatez y con energía el núcleo de la voluntad de
Dios, que compromete al hombre por entero. Antes de ser una norma que
observar o una obra que practicar, el proyecto de Jesús es una relación inte-
rior y profunda con Dios, que es la que da su significado y su valor a todo
lo que una persona proyecta y hace” (R. FABRIS, Jesús, 162).
196 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadver-
tido, 25 sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer,
cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró
a sus pies.26 Esta mujer era griega, sirofenicia de nacimiento, y le
rogaba que expulsara de su hija al demonio. 27 Él le decía: «Espera
que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de
los hijos y echárselo a los perritos.» 28 Pero ella le respondió: «Sí,
Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los
niños.» 29 Él, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demo-
nio ha salido de tu hija.» 30 Volvió a su casa y encontró que la niña
estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.
32. “El texto la presenta simplemente como mujer (gynê). Es muy posible que un
judío habría malinterpretado la ausencia del esposo: ¡No es legítima, ella
encarna la prostitución de cananeos y gentiles! Pues bien, ella aparece aquí
ante el Kyrios (Señor poderoso de Israel: 7, 28) como necesitada. Todo el mun-
do gentil, la humanidad entera ha venido a condensarse en esa madre con
su hija enferma” (X.PIKAZA, Pan, casa, palabra, 186).
33. Otros no piensan así: “El evangelista no intenta poner aquí de manifiesto que
Jesús trasgrede las prescripciones judías de pureza porque la casa habría sido
pagana, sino que su intención corre paralela al secreto mesiánico y afecta a
la idea de revelación” (J. GNILKA, El evangelio I, 339).
34. Lo deducimos de que el evangelista nos dirá enseguida que la hija de la siro-
fenicia se hallaba tirada en la cama epi tên klinên “mueble refinado que con-
trasta con krabatos (2, 2.4.9.11.12), «catre/camastro»” (J. MATEOS - F. CAMACHO,
El evangelio II, 165).
35. Cf. 1, 21-26; 5, 2-16.
36. Es curioso cómo el evangelista escoge a un hombre para representar al juda-
ísmo en el que la autoridad del padre era central, y a una mujer para el mun-
do gentil, en el que la madre tenía un cierto relieve. De modo que si fallecía
el padre, era habitual que el hijo se considerara judicialmente como depen-
diente de la madre.
198 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
37. “Posiblemente la palabra de Jesús tenga un matiz irónico, al servicio del dra-
matismo de la escena; sirve para mostrar la inconsecuencia del nacionalismo
religioso, como ha mostrado Camery-Hoggatt, Irony, 149-151” (X. PIKAZA,
Pan, casa, palabra, 19053).
38. “La mujer expresa la fe en Jesús arrodillándose y llamándolo ‘Señor’ [este tra-
tamiento se encuentra sólo aquí en el evangelio de Marcos; cf. Mt 15, 28; Mt
8, 10; Lc 7, 9]” (F. LENTZEN– DEIS, Comentario, 233).
39. “Pero en todo caso, Jesús superando los varios prejuicios, reconoce que la fe
no tiene nacionalidad; aquella mujer pagana tenía fe, y esto solo bastaba:
‘Tienes razón’ o sea, lo que has dicho demuestra que tienes fe” (J. M. GONZÁLEZ
RUIZ, Evangelio, 136).
40. “Aquí, en el momento clave de la historia, cuando se rompe el nacionalismo
religioso israelita y el pan del Reino se abre a los gentiles (los perrillos), ha
sido necesaria una pagana. Ella es mujer madre, nueva Eva de la reconcilia-
ción: no rechaza a los ‘hijos’ antiguos, (a los israelitas como tekna: 7, 27); pero
quiere un puesto para los ‘perrillos’ en la mesa grande del banquete mesiá-
nico” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 191).
7. HACIA LOS GENTILES 199
41. “Lohmeyer ve en estas palabras un tema joánico: Jesús es el padre que dis-
pensa a sus hijos el pan de la vida, y, si bien se niega en principio a dar de
comer a los perrillos hasta que se hayan saciado los hijos, su negativa va
seguida, como en Jn 2, 4; 4, 48, de un milagro. Jesús termina por alimentar a
todos. Esta idea concuerda con el universalismo de la sección de los panes”
(E. J. MALLY, Evangelio, 101).
42. Epi tên klinên.
43. Epi koitên.
44. “El episodio está construido, por tanto, según un esquema compuesto por
dos figuras: la de un adulto (aquí la madre) y la de una niña, esquema ya uti-
lizado dos veces por Mc (5, 21-6), 1ª: Jairo [padre]-hija; 6, 21-29: Herodías
[madre]-hija para caracterizar la relación de una clase dominante y una domi-
nada” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio II, 170).
200 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
45. “Muchos críticos modernos, partiendo del hecho de que este relato se en-
cuentra solamente en Mc, opinan que no tiene ningún fundamento histórico”
(J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 136).
46. “La narración que estudiamos tiene pues claramente como meta, igual que la
precedente, el manifestar la misericordia de Jesús para con los gentiles. Y es
presumible que la siguiente tendrá un significado análogo” (H. TROADEC,
Comentario, 292).
47. “Un poco como si para ir de Madrid a Cuenca se subiese a Burgos y luego
por Cataluña-Levante, para llegar por fin al punto de destino” (H. TROADEC,
Comentario, 290).
7. HACIA LOS GENTILES 201
51. “Los gestos realizados por Cristo recalcan las prácticas en uso entre los
curanderos de la antigüedad. Quizás, en la descripción, se pueden des-
cubrir rastros de la antigua liturgia bautismal” (A. PRONZATO, Un cristiano
I, 365).
52. No está claro si es un vocablo hebreo o arameo de Palestina.
53. Se dirige no a determinados miembros del enfermo, sino al hombre entero.
7. HACIA LOS GENTILES 203
54. “Jesús da una orden de silencio en tierra extranjera, que de ninguna manera
es observada. Los presentes perciben con gran asombro los milagros de
Jesús. Resuenan las palabras de la Escritura en las alabanzas de la gente” (F.
LENTZEN-DEIS, Comentario, 237).
55. “Después pronuncia el mandato perentorio que ‘abre’ y ‘desata’. Los presen-
tes asombradísimos, prorrumpen en una exclamación que recuerda la acción
creativa de Gn 1 y la profecía de Is 35, 5-6. El Creador todo lo hizo bueno,
el redentor restaura la bondad” (L. ALONSO SCHÖKEl, Biblia del peregrino, 123).
56. “La nota redaccional no persigue ningún objetivo histórico ni geográfico: lo
que pretende es llamar la atención de los lectores sobre la importancia del
episodio para ellos mismos: la acción salvífica de Jesús mira al mundo paga-
no” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio I, 196).
CAPÍTULO 8
1. “Los paganos no son alimentados con las ‘migajas que caen de la mesa para
los perrillos’ como pedía la mujer sirofenicia, sino que se sientan a la mesa
del Reino con todos los derechos. Igualdad de todas las razas, pueblos y cul-
turas. El evangelio se habrá de ‘inculturar’ y con ello desjudaizarse” (F. RIERA
I FIGUERAS, Jesús, 117)
2. “El ciego es el discípulo a quien Jesús va abriendo los ojos. Es un proceso
lento, nada fácil. Al principio el discípulo, como el ciego de Betsaida ve, pero
de una manera poco nítida, que le hace confundir burdamente las cosas. Se
precisarán nuevas intervenciones de Jesús para que el discípulo vea con cla-
ridad. A estas alturas del evangelio, el discípulo empieza a ver, pero su visión
es extraodinariamente deficiente” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 121).
206 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
do qué comer, llama Jesús a sus discípulos y les dice: 2 «Siento com-
pasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen
conmigo y no tienen qué comer. 3 Si los despido en ayunas a sus
casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido
de lejos.» 4 Sus discípulos le respondieron: «¿Cómo podrá alguien
saciar de pan a éstos aquí en el desierto?» 5 Él les preguntaba:
«¿Cuántos panes tenéis?» Ellos le respondieron: «Siete.» 6 Entonces él
mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete
panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos
para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente. 7 Tenían tam-
bién unos pocos pececillos. Y, pronunciando la bendición sobre
ellos, mandó que también los sirvieran. 8 Comieron y se saciaron,
y recogieron de los trozos sobrantes siete espuertas. 9 Fueron unos
cuatro mil; y Jesús los despidió. 10 Subió a continuación a la barca
con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanutá.
Introducción
Cada vez se va haciendo más común no entender el doble
relato de la multiplicación de los panes como un simple dupli-
cado, sino como artificio literario, surgido de la tradición históri-
ca para expresar el sentido de Jesús, la Eucaristía, la comunión
de bienes y la propia multiplicación de los panes para la doble
comunidad de Jesús: judía y gentil3.
10. R. Pesch siguiendo a A. Heising sugiere que el número cuatro mil, derivado
de cuatro con el múltiplo del mil, se refiere a los paganos, provenientes de
los cuatro puntos cardinales; cf. Il vangelo, I, 628.
11. ¿Al hablar de sólo varones para la comunidad judía querrá el evangelista insi-
nuar que esa comunidad seguía participando de la idiosincrasia judía, y que,
por tanto, no era la comunidad ideal de Jesús?
210 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
por Josué (Js 10, 12-15). Quizás haya que relacionarlo más con
Moisés, pues aquí nos encontramos en contexto de éxodo.
Jesús da un profundo gemido. Indica la enorme contradicción
que eso le produce, pues observa en ellos una falta total de fe.
Todo su ser se conmueve ante tanta cerrazón14. Es fácil entender
qué piensa Jesús de esta generación, pues la asimila con la acti-
tud de los fariseos. Ellos son como sus protagonistas. Aunque
aquí no se califica a la generación de “mala y adúltera” como
ocurre en Mateo (16, 4), al identificarla, como hemos dicho, con
los fariseos equivale a lo mismo. Jesús se niega rotundamente a
ofrecer signo alguno a esta generación. Como se sabe, en el tex-
to de Mateo y de Lucas se pone en labios de Jesús la concesión
del signo de Jonás (Mt 16, 4; Lc 11, 29-30).
¿Por qué en Marcos se niega todo signo apoteósico? La res-
puesta es fácil. La concesión del mismo se opondría al sentido de
todo su evangelio15. La idea del secreto mesiánico que le recorre
por entero se orienta a entender la fe no como una deducción
de unos sucesos deslumbrantes, sino como respuesta a una pre-
sencia que se deja sentir respetando la estructura decisoria del
individuo. El símil más claro de cuál sea la dinámica que traspa-
sa todo el evangelio lo encontramos en las parábolas, sobre todo
en la del sembrador (4, 1-20) y en la de la semilla que crece por
sí sola (4, 26-29). El evangelio huye de toda espectacularidad y
de todo aquello que no deje al hombre ser normal. En su aper-
tura a Dios éste tiene que hacerlo al modo humano. La petición
de los fariseos va en contra del hombre, le sustrae de su res-
ponsabilidad, le quita toda libertad e iniciativa.
14. “Le invade un sentimiento psicológico parecido al que Marcos refiere a pro-
pósito de la curación en sábado: un sentimiento de cólera y tristeza por la
obcecación de sus corazones (3, 5), es un suspiro doloroso por tanta incre-
dulidad” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio I, 206).
15. “No habrá señales del cielo en un ‘Mesías de otra manera’. No sólo no habrá
señales del cielo, sino que incluso sobre aquellas señales de la tierra que
pudieran provocar fama se impone un absoluto silencio (‘secreto mesiánico’).
El secreto de la personalidad de Jesús se desvelará precisamente cuando
muera en la cruz, en la más absoluta negación de cualquier señal del cielo”
(F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 118-19).
212 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
16. “Si no están dispuestos a leer los signos que se dan en la tierra, ¿para qué les
serviría uno del cielo? El Reino que Jesús anuncia no se manifiesta en base a
signos de este tipo. Los ‘deja’ y se sitúa «en la otra orilla»” (v. 13); esta migra-
ción geográfica nos expresa una migración de sentido más profunda: la que
enfrenta irremisiblemente a Jesús y al Centro, situados cada uno en una ori-
lla, en un territorio diferente” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 154).
8. LA CENA DE LOS GENTILES Y CRISIS PROFUNDA EN EL CORAZÓN DEL DISCIPULADO 213
27. “Jesús intensificará su instrucción, aunque ni eso será suficiente para corregir
la incapacidad de visión. Por eso el relato terminará remitiendo al segui-
miento en Galilea como condición para ‘ver’ a Jesús (16, 7). Visión y ‘segui-
miento por el camino’ estarán indisolubremente unidos [cf. 10, 52]” (C. BRAVO
GALLARDO, Jesús, 158).
28. Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, Los Doce, 113.
29. “Mc indica así que llegados a territorio fuera de Israel (Betsaida) Jesús quie-
re sacar a los discípulos de la expectación mesiánica del ambiente judío con
la que ellos se han identificado y que les provoca la ceguera” (J. MATEOS - F.
CAMACHO, Marcos, 161).
218 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
30. “La acción de Jesús con el ciego significa, por tanto, un éxodo, una libera-
ción; el lugar de opresión de donde los sacó Jesús es la aldea, que está en
paralelo con ‘Egipto’ del texto profético” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 160).
31. “El texto griego resulta aquí complicado, con cierta fluctuación en la tradición
textual, pero la idea está clara: el hombre ha empezado a recuperar la visión,
pero todavía no puede distinguir netamente todos los objetos” (E. J. MALLAY,
Evangelio, 107).
32. “La novedad notable, en este milagro consiste en el hecho de que la curación
acontece en dos tiempos. Como si Jesús no lo lograra inmediatamente. Al
principio el ciego ve confusamente. Sólo después de la segunda imposición
de manos distingue nítidamente las cosas. Quizás también este detalle tenga
un alcance simbólico, e indica la lenta, progresiva iluminación de los discí-
pulos, su gradual abrirse a la comprensión a través de la fe” (A. PRONZATO, Un
cristiano I, 396).
8. LA CENA DE LOS GENTILES Y CRISIS PROFUNDA EN EL CORAZÓN DEL DISCIPULADO 219
33. “El infrecuente término têlaugôs (propiamente radiante, claro como el sol)
expresa claramente el éxito pleno, que ahora el ciego puede ver con toda cla-
ridad y que está completamente curado” (J. GNILKA, El evangelio I, 366).
34. Desde este final parece claro que el ver a los hombres como árboles que
andan, de difícil traducción, equivale a verlos desproporcionadamente. Otro
significado pudiera ser verlos al revés, con la cabeza para abajo; las ramas
de los árboles simularían los brazos y las piernas. Si así fuera, el evangelis-
ta quiere decir que Pedro ve a Jesús al revés: un Mesías nacionalista y pre-
potente. No es extraño que Jesús le llame Satanás (8, 33), y le ordene que
se ponga detrás de él (hupage opisô mou, satana); es decir, que comience
de nuevo a seguirle.
220 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
Jesús sale ahora con sus discípulos hacia las aldeas de Cesa-
rea de Filipo36. Esta ciudad se halla situada junto al monte Her-
món, en las fuentes del Jordán. Se encontraba entre el límite de
paganos y judíos37. El texto no habla de que entrara en la ciu-
dad. Posiblemente, la intencionalidad de Marcos es subir (hacer
salir) a Jesús a lo más alto de su recorrido geográfico.
35. “Después del primer contacto con Jesús el hombre ve sólo borrosamente, de
manera muy similar a los Doce, que, a pesar de su encuentro con él, ‘ven’
las cosas sin llegar a captarlas verdaderamente. Jesús ha de realizar un nue-
vo esfuerzo para que el hombre y los discípulos «lo vean todo con claridad»”
(V. HOWARD, Marcos, 1228).
36. “El episodio de Cesarea de Filipo (8, 27-38) constituye el centro, literario y
teológico, del evangelio de Marcos. El interrogante que Marcos se planteó
desde el principio –‘quién es Jesús’– aquí se plantea con toda claridad y se
le da igualmente una respuesta clara: Jesús es el Hijo del hombre que cami-
na hacia la cruz. De ahora en adelante es, en cierto sentido, el único tema
que se trata” (B. MAGGIONI, El relato, 121).
37. “A pesar de significarse por un santuario dedicado al dios Pan, la región
no estaba completamente desprovista de población judía y se encontraba
en el límite entre paganos y judíos. Puesto que, a partir de este momento,
la andadura de Jesús se aproxima constantemente a Jerusalén, este punto
alejadísimo es adecuado para abrir la idea de la pasión. Por eso se desta-
ca ahora el tema del camino (10, 17), que debe entenderse como camino
hacia Jerusalén, hacia la pasión [10, 32.46.52; 11, 8]” (J. GNILKA, El Evangelio
II, 15).
8. LA CENA DE LOS GENTILES Y CRISIS PROFUNDA EN EL CORAZÓN DEL DISCIPULADO 221
38. “Por primera vez sale ‘el camino’, entendido como lugar de la práctica de
Jesús; su importancia en toda esta sección es evidente [9, 33; 10, 17.32; 11,8]”
(C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 151).
39. “Desaparecen a partir de ahora dos temas anteriores. El del ‘pan’ (3, 20; 6,
8.37ss; 7, 2.5.27; 8, 4ss. 14ss) y el del ‘mar’ y las travesías (1, 16; 2, 13; 3, 7;
4, 1.35ss; 5, 1.21; 6, 47ss; 7, 31; 8, 10ss). Continuará el tema de la incom-
prensión de los discípulos” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio II, 255).
40. “Jesús opera una neta separación entre la opinión popular y la de los discí-
pulos. La gente lanzaba mil hipótesis a propósito de su identidad. Decían que
era Juan el Bautista y también Elías o algún otro de los profetas. En los libros
sagrados del judaísmo tardío se hablaba a menudo de la reaparición de los
grandes personajes que habían dejado una huella en la historia religiosa de
Israel” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio 43).
41. “Ya en la introducción hemos observado cómo este trozo representa un punto
central en la teología del segundo evangelio, o sea, una cristología del hijo del
hombre contra una cristología y una eclesiología triunfalista, inspirada en un
concepto político-imperialista del mesías” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 143).
222 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
42. Muchos entienden esta prohibición relacionada con el secreto mesiánico. Esto
es aceptable, con tal de que se mantenga que Jesús prohíbe que se divulgue
la confesión de Pedro, también porque éste entendía el mesianismo de for-
ma incorrecta, como hemos visto.
43. “Este pasaje es un punto decisivo en Mc, pues culmina la autorrevelación de
Jesús con el primer reconocimiento de los discípulos, que le aceptan como
Mesías. Introduce también el tema del Mesías doliente, que se irá desarro-
llando en los capítulos sucesivos. La confesión de Pedro y la primera predic-
ción de la pasión forman en Mc una unidad lógica y estructural que no se
rompe como ocurre en Mt 16, 17-19, con la interpolación de la promesa a
Pedro” (E. J. MALLAY, Marcos, 108).
44. “Indica con mucha precisión el punto central y decisivo en torno al cual tie-
ne lugar el choque entre la verdadera fe y la incredulidad. Pedro creía en la
mesianidad de Jesús y parecía, por tanto, que era un creyente, pero en rea-
lidad no aceptaba el lado más profundo y singular de la mesianidad de Cris-
to” (B. MAGGIONI, El relato, 121).
8. LA CENA DE LOS GENTILES Y CRISIS PROFUNDA EN EL CORAZÓN DEL DISCIPULADO 223
47. “Jesús responde a Pedro: El Hijo del humano debe padecer... (8, 31), en fór-
mula teológica: dei, Dios lo quiere, es necesario. Habían pensado que Cristo
es quien hace, en creatividad triunfadora. Pues bien, Jesús descubre que el
auténtico Cristo es quien sabe padecer, dejando que le hagan, quien ama en
gratuidad, poniendo la vida a merced de los otros. En este contexto se entien-
den las tres palabras claves de 8, 31” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 222).
48. “La identificación entre el Hijo del hombre dotado de plenos poderes y el Hijo
del hombre que padece y muere, no se encuentra todavía en la fuente de sen-
tencias que Mateo y Lucas han utilizado; pero de todos modos es antigua y
Marcos la ha entendido de una forma profunda. Marcos pone el máximo empe-
ño en su teología del Hijo del hombre que cabalga por el camino oscuro y mis-
terioso de Jesús [14, 21.41]” (R SCHNACKENBURG II, El evangelio, 18-19).
8. LA CENA DE LOS GENTILES Y CRISIS PROFUNDA EN EL CORAZÓN DEL DISCIPULADO 225
49. “En el evangelio de Marcos este rasgo biográfico se convierte en un rasgo teo-
lógico. Expresa la voluntad de Jesús de salir al encuentro de la pasión, de no
ceder a la tentación de presentarse enseguida como el Mesías glorioso, polí-
tico” (B. MAGGIONI, El relato, 125).
50. “No puede relacionarse con el acontecimiento de la resurrección ni con el
descubrimiento de la tumba vacía, sino que se basa en la experiencia de que,
después de tres días o al tercer día, el Justo o Israel serán salvados. Nos
encontramos aquí frente a una afirmación teológica” (J. GNILKA, EL evangelio,
17).
51. “Esta frase del evangelista pone en paralelo y en contraste este pasaje con 4,
33, donde se decía que Jesús exponía el mensaje a la multitud valiéndose de
muchas parábolas” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio II, 277).
52. “La orden ‘¡detrás de mí!’ quiere recordar a los discípulos la necesidad del
seguimiento” (J. GNILKA, El evangelio, II, 18).
226 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
a los del seguimiento (Mc 1, 17.20)53. Así Jesús les restablece a todos
los discípulos en el verdadero seguimiento. A Pedro lo identifica
con Satanás54, el que le tentó en el desierto (1, 13). La expresión:
“vete detrás de mí” es una forma de decirle a Pedro que si quiere
ser su seguidor debe ponerse detrás de él. Quien marca la direc-
ción es Jesús, no él. Veremos en seguida cómo esta invitación se la
va a hacer de nuevo a los discípulos junto con la multitud.
55. “Estas palabras reflejan la experiencia primordial de Cristo que entrega la vida
para construir el Reino. Aisladas del contexto, ellas pueden parecer un canto al
sufrimiento: entrega masoquista, destrucción de la persona. Dentro de Mc ellas
expresan la exigencia y sentido de la entrega de la vida, para el surgimiento de
la nueva casa y comida mesiánica” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 225).
56. “En primer lugar es preciso negarse, es decir, renunciar a los propios gustos
y a los deseos personales para adoptar los de Cristo; así lo hizo él, cuando
en Getsemaní renunció a su voluntad para aceptar la del Padre... Segunda
condición: tomar su cruz, es decir ‘llevar la obediencia hasta sus últimas con-
secuencias’, como comenta Taylor, pensando, sin duda, en Fil 2, 8: obedien-
te hasta la muerte, y muerte de cruz” (H. TROADEC, Comentario, 304).
57. “El dicho del seguimiento de la cruz experimenta, pues, una nueva interpre-
tación pospascual con la mirada vuelta al Crucificado. El imperativo en 34c:
‘sígame’ resume –en forma semitizante– una vez más las exigencias” (J. GNILKA,
El evangelio, II, 26).
228 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
58. “«Lit., salvar su psychê», término que en los LXX traduce el hebreo nepes (alien-
to, principio vital, y también ‘ser viviente’, ‘persona’ [Gn 2, 7]). Las palabras
de Jesús significan que hay una fase escatológica en la existencia humana y
que ningún sacrificio resulta excesivo con tal de alcanzarla” (E. J. MALLY,
Evangelio, 112).
59. “Que la perseverancia en la fe obtiene su recompensa aparece ya a menudo
en la misma vida terrena, pero se pondrá definitivamente de manifiesto en el
juicio de Dios. Con la vista puesta en el Señor que fue crucificado y resuci-
tado, el cristiano sabe que la perseverancia en las contrariedades crea la espe-
ranza y que la esperanza no defrauda [cf. Rom 5, 4ss]” (R. SCHNACKENBURG, El
evangelio II, 30).
CAPÍTULO 9
LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN
ILUMINA EL CAMINO
1. Después de haber expuesto las distintas opiniones sobre lo que pudo acon-
tecer, escribe J. M. González Ruiz: “El reto que lanza este relato es si Jesús se
reveló en su forma esencial. En resumen, pues, diremos que, aunque es
imposible determinar exactamente lo que sucedió en el momento, debemos
creer que una experiencia inefable de oración y profundización religiosa
ahondó y confirmó la declaración de 8, 29” (Evangelio, 146-47).
2. “La transfiguración es una anticipación de la gloria de la resurrección; la ago-
nía, en contraste total, demuestra la manera cómo avanza Jesús hacia su glo-
ria, esto es, aceptando plenamente entrar en la voluntad de Dios. Es intere-
sante percibir este vínculo para comprender el alcance de estos textos” (J.
DELORME, El evangelio, 79).
230 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
tes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir
con poder el Reino de Dios.» 2 Seis días después, toma Jesús con-
sigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a
un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, 3 y sus vestidos
se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún
batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo. 4
Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. 5
Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos
aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías»; 6 –pues no sabía qué responder ya que estaban
atemorizados–. 7 Entonces se formó una nube que les cubrió con
7. “En la escena del bautismo, Jesús aparecía como un nuevo Moisés; lo mismo
aquí, como subraya la voz celeste al decir: ‘escuchadle’, Dt 18, 15. El ‘monte
alto’ donde Cristo se transfigura, v. 2, evoca el Sinaí, donde Moisés se encon-
tró con Dios y de donde bajó con el rostro irradiando la gloria divina, Ex 34,
29-30. La nube que cubre a los discípulos con su sombra evoca el texto de
Ex 40, 38. Se comprende así por qué después de la Transfiguración, Jesús se
ocupa más de la formación de sus discípulos, 9, 30-31, y les da algunos prin-
cipios de una ética cristiana, 9, 35-10,45” (BJ, Mc 9, 2).
8. “Queda así patente la superioridad de Jesús y de su mensaje sobre la revela-
ción del AT. Lo que diga Jesús está por encima de lo que hayan dicho Moisés
y los profetas. En consecuencia, los discípulos no pueden basarse en la ideo-
logía del judaísmo ni pueden simplemente encajar a Jesús en las antiguas cate-
gorías. Deben renunciar a ellas y adoptar las de Jesús, reteniendo de lo anti-
guo solamente aquello que, como tipo, anuncio o anticipación, concuerda con
Jesús, el Mesías, hijo del hombre” (J. MATEOS - J. CAMACHO, El evangelio, 315).
9. LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN ILUMINA EL CAMINO 233
¡Elías y Moisés!
Se aparecen Elías y Moisés y hablan con Jesús. Es muy sig-
nificativo que el evangelista ponga primero a Elías y después a
Moisés. Sin duda, ha querido resaltar la primacía de la profecía
sobre la Ley, y probablemente también advertir que con Jesús
están entrando en escena los tiempos escatológicos a los que
en seguida se aludirá (9, 11-13)11. Los dos hablan con Jesús, no
con los discípulos. Hablar con Jesús equivale a afirmar que los
dos han alcanzado su punto de llegada, la meta a donde se diri-
con Jesús para hacer tres tiendas; una para Jesús, otra para Moi-
sés y otra para Elías15. No duda en parangonar a Jesús con los
otros dos personajes.
Pero además, en contra de la opinión del evangelista en que
ha situado primero a Elías, dando así más importancia a la pro-
fecía que a la Ley, él señala primero a Moisés. No son pocos los
desaciertos de Pedro en esta escena, que hay que situar en la
línea de su confesión mesiánica, que ya hemos dicho que fue
totalmente equivocada.
El evangelista añade que no sabía cómo responder. Aquí la
traducción más precisa, sin duda, es “reaccionar”, y añade: por-
que estaban aterrados. No se ve bien qué quiere insinuar Mar-
cos. Probablemente el terror provenía de que Elías y Moisés se
sometían a un Jesús que acababa de proclamar la cruz16. Para fre-
nar el proceso que conducía hasta ella, Pedro quiere que aquel
momento de gloria se convierta en perenne, pues no parece que
el sentimiento de terror tuviera su origen en la proximidad de lo
sagrado o del brillo de Jesús, ya que en ese caso, como era habi-
tual en el A.T., Pedro y sus compañeros hubieran tratado de huir.
Es impensable que con ese terror de lo sagrado Pedro quiera
quedarse allí y construir su morada en el monte. Las palabras
que enseguida se van a escuchar del cielo parece que van en la
línea de nuestra interpretación17.
15. “Su alegría se explica por lo que sigue: tres tiendas: O ‘cabañas’ como las que
se usaban en las alegres fiestas de los tabernáculos. Pedro presiente que ha
llegado el tiempo en que ‘os haré morar de nuevo en tiendas’ (Os 12, 9) y
quisiera eternizar esta experiencia escatológica en que Dios se ha hecho pre-
sente” (E. J. MALLY, Evangelio, 113).
16. “Una vez más, Pedro, contaminado por la cristología triunfalista, ve en este
acontecimiento extraordinario la ocasión de pasar por alto la cristología del
hijo del hombre. Quiere, pues, fijar aquel momento de luz a costa de las som-
bras de la historia ‘empecatada’ de la salvación” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evan-
gelio, 148).
17. “Elías, el gran profeta, y Moisés están ‘dialogando’ con Jesús, como si tuvie-
sen dudas y Jesús les diese la respuesta. Sólo Jesús es el verdadero intérpre-
te de la Ley, la clave de lectura de la alianza de Dios con los hombres” (F.
RIERA I FIGUERAS, Jesús, 1509).
236 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
La nube y el Espíritu
Y de repente se sienten envueltos por una nube. Los térmi-
nos nube y envolver o, mejor, cubrir, son frecuentes en el A.T.
para hablar de la presencia de la divinidad sobre una persona o
cosa. Puede ser el templo o la Virgen María. etc. En este último
caso la nube es el Espíritu Santo. De esa nube que en líneas
generales equivale a la divinidad, pero que en el Monte de la
trasfiguración puede ser el Espíritu Santo, es de donde surge la
voz que va a clarificar el misterio18. Dios Padre, que no puede
contemplarse cara a cara, se deja sentir en la presencia del Espí-
ritu. Así, en el Monte, como en el bautismo, entre los que se
extienden no pocos paralelismos y casi identidades, va a mani-
festarse la Trinidad19; la nube, el Espíritu20 que envuelve al A.T.
(profecía y Ley) y al N.T. (Jesús y sus discípulos).
El Padre
Pero el centro de todo se constituye por la persona de Jesús,
con quien hablan la profecía y la Ley, al que en nombre de los
discípulos se dirige Pedro y a quien el Padre constituye en pala-
bra inapelable21. El Padre manda a los discípulos que escuchen
a su Hijo. A partir de este momento el A.T. queda sólo como tes-
22. Escribe San Juan de la Cruz: “Porque desde aquel día que bajé con mi Espí-
ritu sobre él en el monte Tabor, diciendo: Hic est filius meus dilectus, in quo
mihi bene complacui, ipsum audite...; es a saber: “Éste es mi amado Hijo, en
que me he complacido; a él oíd, ya alcé yo la mano de todas esas maneras
de enseñanzas y se la di a él. Oídle a él, porque ya no tengo más fe que reve-
lar, ni más cosas que manifestar. Que si antes hablaba era prometiendo a Cris-
to; y si me preguntaban, eran las preguntas encaminadas a la petición y espe-
ranza de Cristo, en que habían de hallar todo bien, como ahora lo da a enten-
der toda la doctrina de los evangelistas y apóstoles” (2S 22, 5).
238 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
23. “El Tabor es, por un lado, una experiencia positiva. Todo nos permite suponer
que Mc ha recordado en esta escena un relato de aparición de Jesús resucita-
do. La luz de Dios está expresándose en el Cristo de la Pascua. Pero ésta es, al
mismo tiempo, una experiencia parcial, que destaca el nivel israelita del triunfo
de Jesús (con Moisés y Elías), corriendo el riesgo de olvidar al auténtico Jesús
a quien el mismo Dios llama Hijo, pidiendo que le escuchemos; es una expe-
riencia que no ha logrado entender el sentido radical de la entrega de Jesús que
penetra por la muerte en la miseria del mundo (el poseso de 9, 14-29) y que
extiende su palabra a todos los humanos” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 231).
24. “Pero la nube no es más que provisional y pronto habrá que volver a la con-
dición terrena, a la lucha; hay que seguir el camino en la noche, detrás de
Jesús” (J. DELORME, El evangelio, 79).
25. “Cuando cesa la voz, ‘no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos’ como
norma viva. Podíamos hablar de una migración ‘de la Filiación a la normali-
dad’” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 168).
9. LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN ILUMINA EL CAMINO 239
Sentido de la transfiguración
La transfiguración significa también que en el proceso de los
discípulos hacia Dios pueden darse momentos especiales en los
que la trascendencia hace su acto de presencia, pero estos
momentos no se deben detener, el discípulo no debe apropiár-
selos ni hacer asiento en ellos, son ráfagas de futuro, que se ha
introducido ya en el presente al que arrastran. Significa que la
cruz está envuelta en gloria y que sólo desde ella es aceptable y
se hace comprensible la renuncia cristiana27.
Cuanto acabamos de decir se refiere al sentido de la transfi-
guración que los discípulos tuvieron después de Pascua, desde
el que el evangelista lee el acontecimiento. La narración está
28. “No tiene demasiado sentido que nos preguntemos qué puede haber de his-
tórico detrás de este relato ‘simbólico’, pero, sin duda, en algún momento de
su vida, los más inseparables, los que habían llegado más a lo íntimo de
Jesús, debieron captar una hondura que escapaba a su simple condición
humana... El relato es como una simple aparición pascual antes del tiempo”
(F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 151).
29. Algunos piensan que “Marcos ha convertido una discusión de la comunidad
en una escena histórica. La objeción se ampara en el texto del Mal 3, 23s. (cf.
Eclo 48, 10 s), según el cual, Dios enviará al profeta Elías antes del grande y
terrible día del Señor” (J. GNILKA, El evangelio II, 47).
9. LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN ILUMINA EL CAMINO 241
30. “Pero lo que no comprenden es qué es lo que puede significar esto para el
mesías, para el hijo del hombre. No les cabe en la cabeza que el mesías pue-
da conocer la muerte; aquello es lo que constituye para ellos un escándalo y
la razón de su desconcierto” (J. DELORME, El evangelio, 79).
31. “Es la esperanza escatológica que el judaísmo alimentaba para el fin de los
tiempos, y que debía cumplirse en Jesús, pero inmediatamente después de
su muerte. Ésta es precisamente la grande y asombrosa experiencia de la
comunidad de los discípulos que inflamó su fe y alegría pascuales. Cuando
el acontecimiento se realizó y los discípulos lo experimentaron mediante las
apariciones del ‘resucitado de entre los muertos’, la resurrección de la muer-
te, por obra del poder divino, fue la afirmación que se les impuso a los dis-
cípulos y que les reveló la inteligencia del acontecimiento y toda su impor-
tancia: este resucitado es el signo de que Dios confirma a Jesús crucificado,
de que con él irrumpe la era definitiva de la salvación, lleva la historia a su
consumación y da a los hombres la certeza de su propia liberación” (R. SCNAC-
KENBURG, El evangelio II, 47).
242 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
32. “Una vez más, en definitiva, Jesús se ve obligado a corregir las perspectivas
de los discípulos en relación con su propia misión. Ellos se ilusionan con que
el Mesías deberá ser acogido necesariamente por todos, para llevar a cabo su
propia obra de salvación. Jesús, en cambio, se empeña en presentar al hijo
del hombre como blanco de persecución y violencia, tanto en él como en
quien le debía preceder” (A. PRONZATO, Un cristiano II, 62).
9. LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN ILUMINA EL CAMINO 243
35. “Pero en este contexto de su exposición algo que interesa decir sobre todo
al evangelista es esto: el Hijo del hombre que se encamina hacia la muerte
sigue siendo el que actúa con los plenos poderes de Dios y en él debe ali-
mentar la comunidad una fe inconmovible... Con Jesús y por Jesús la Iglesia
supera las peores fuerzas del maligno” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 50).
36. “A diferencia de la segunda parte, donde la mayoría de los milagros ocurren
en privado, los dos que se narran en la cuarta parte (éste y el de 10, 46-52)
tienen lugar en presencia de una multitud. Ello corresponde al carácter públi-
co de las proclamaciones de los poderes mesiánicos que ostenta Jesús” (E. J.
MALLY, Evangelio, 115).
9. LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN ILUMINA EL CAMINO 245
37. “Al notar la presencia de Jesús, la multitud tiene una doble reacción; prime-
ro desconcierto, al darse cuenta de que cuando los discípulos han fracasado,
Jesús no estaba con ellos; luego alegría, porque la presencia de Jesús abre
una puerta a la esperanza. Jesús se convierte en el polo de atracción” (J.
MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 174).
38. Es evidente que Marcos recoge la tradición de un milagro. “El pueblo llama-
ba a la epilepsia la enfermedad santa. Probablemente se le dio tal denomi-
nación a causa de las proporciones del sufrimiento que llevaba consigo o
porque se la considera como padecimiento enviado por una divinidad. Fre-
cuentemente se la relacionó con la diosa luna (cf. Mt 17, 15). En el ámbito
cristiano desapareció por completo la valoración de la epilepsia como enfer-
medad santa. Se la consideró como posesión ocasionada por el demonio” (J.
GNILKA, El evangelio II, 53).
39. “En este relato describe Mc la situación de la multitud por medio de dos figu-
ras anónimas: ‘el hijo’ epiléptico, figura pasiva, representa al pueblo oprimido
y desesperado, a causa de la doctrina de los letrados que promete una salva-
ción milagrosa en un futuro incierto, renunciando a todo esfuerzo por reme-
diar la situación de los miserables; ‘el padre’, por su parte, hombre adulto, figu-
ra con iniciativa, representa la parte de ese pueblo que no se resigna a la opre-
sión y busca una salida en Jesús” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio II, 340).
246 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
El milagro y su sentido
El niño (paidion) padece la enfermedad desde la misma ni-
ñez (paidiothen), es decir, desde siempre. Quizás con esa expre-
sión el evangelista haya querido advertirnos del simbolismo que
preside la narración. Sin duda, el evangelista proyecta su mirada
hacia el mismo Israel, que desde sus orígenes (infancia) se halla
41. “El fuego está en relación con Elías, el reformador violento (1, 30s; 9, 4); el
agua, con Moisés (9, 4), el libertador mediante un éxodo violento” (J. MATEOS -
F. CAMACHO, Marcos, 175). Por eso, ante una situación tan dramática, ya que
ni Elías ni Moisés han podido con el problema, el padre del niño dice: «pero,
si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros» (Mc 9, 22).
42. “Este padre es una muestra de la división existente en el discipulado entre fe
e incredulidad” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 153).
248 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
46. Sobre el sentido de esa multitud cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio II, 345.
47. “Al parecer Marcos ha querido presentar el exorcismo del muchacho como
un símbolo de la resurrección de entre los muertos. Nótese la terminología
que aparece constantemente en los vv. 26-27: ‘como un cadáver….está muer-
to; lo levantó; y se alzó’. Así mismo, la conexión que hay entre este milagro
y la predicación de la muerte y resurrección del mismo Jesús [8, 31. 35-37]”
(E. J. MALLY, Evangelio, 116).
250 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
51. “Hay más razones para atribuir la triple idea de la entrega en manos de los
hombres, de la muerte y de la resurrección a la mente creadora de Jesús que
a la teología de la Iglesia primitiva” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 151).
52. La casa, el camino, los discípulos, sus pretensiones, el chiquillo, etc.
53. “La colocación de las enseñanzas –en casa, en una conversación privada con
los discípulos– es un recurso literario de Marcos para indicar que los dichos
de Jesús que aquí se recogen van dirigidos a la comunidad; podíamos hablar
de un esbozo de regla comunitaria [Mateo desarrollará en el capítulo 18, con
mucha mayor amplitud, el esquema que le ofrece Marcos]” (B. MAGGIONI, El
relato, 138).
9. LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN ILUMINA EL CAMINO 253
54. “Si, estando en la misma casa, Jesús tiene que llamar a los Doce es porque
se encuentran distanciados de él. Obviamente no se trata de un distancia-
miento físico, sino figurado, que representa la resistencia de los Doce a acep-
tar el destino del Hijo del hombre (9,30-33a). Jesús había constituido el gru-
po en primer lugar para que ‘estuviesen con él’ (3, 14), pero de hecho no lo
están, y Jesús lo sabe. Ahora va a recordarles lo que eso significa” (J. MATEOS
- F. CAMACHO, El evangelio II, 375).
55. “Es una nueva perspectiva para la ‘mística’. Ver a Dios, acogerle y recibirle,
pasa por ver, acoger y recibir al último” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 159).
254 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
56. “El amor de Jesús a los niños pone claramente de manifiesto la postura que
debe adoptarse en la comunidad frente a los pequeños y a los poco consi-
derados. Si el componente fundamental de 37a delata todavía una afirmación
que afectaba a la postura a mantener respecto de los niños, la expresión ‘en
mi nombre’ dirige el interés hacia los situados en la escala baja en la comu-
nidad. Jesús se identifica con estos pequeños. A Dios mismo se recibe cuan-
do se les abre las puertas a ellos” (J. GNILKA, El evangelio II, 65).
9. LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN ILUMINA EL CAMINO 255
59. “Al comienzo de Mc (cf. 3, 20-35), Jesús tuvo que defender a sus discípulos,
iniciando con ellos un camino de fraternidad sin ‘padres’ (patriarcas o pres-
bíteros al modo israelita). Ahora al iniciar su ascenso final hacia Jerusalén (9,
33-50), debe corregir a los discípulos, a fin de que no vuelvan a crear una
comunidad de jerarcas sacrales (9, 33-37), que expulsan a los disidentes (9,
38-41) y oprimen a los pobres y pequeños [9, 42-50]” (X. PIKAZA, Pan, casa,
palabra, 262).
60. “El fuego que sala o conserva es, pues, una metáfora que resume las prue-
bas dolorosas a que uno mismo deberá someterse (‘cortarse la mano o el pie,
sacarse el ojo’) para mantenerse fiel a Jesús y a su mensaje. Es decir, el segui-
dor de Jesús necesita autodisciplina: cada uno debe examinar qué es lo que
puede poner en peligro su adhesión y apresurarse a corregirlo” (J. MATEOS -
J. CAMACHO, El evangelio I 402).
9. LA LUZ DE LA TRANSFIGURACIÓN ILUMINA EL CAMINO 257
1. “Marcos nos hace conocer aquí una nueva enseñanza de Jesús, localizada de
manera bastante vaga en Judea y al otro lado del Jordán. Esta enseñanza debe
comprenderse, como la precedente, dentro de la perspectiva del segundo
anuncio de la pasión y de la Resurrección, que van a poner a los discípulos
dentro de una condición nueva y les llevarán a considerar el matrimonio (Mc
10, 1-12), los niños (Mc 10, 13-16) y la pobreza (Mc 10,17-31) de manera dis-
tinta a como consideraban antes estas cosas” (H. TROADEC, Comentario, 318).
2. De ahí que Troadec haya podido titular este pasaje: “Condición escatológica
de los discípulos de Jesús” (Comentario, 318).
3. “A través de las enseñanzas situadas a continuación de cada uno de los anun-
cios de la pasión, a la que ya se ha dicho pertenece la perícopa del rico, el
evangelista indica los valores claves que permiten entender el tipo de mesia-
nismo de Jesús; un mesianismo que, a su vez, los esclarece. Sólo el que com-
parte esos valores puede entender el camino recorrido por Jesús” (G. LEAL
SALAZAR, El seguimiento, 56).
260 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
Introducción
Al abordar uno de los aspectos del matrimonio de su tiempo,
referente a la capacidad que disfrutaba el marido para disolver por
su cuenta el vínculo, Jesús manifestará su opinión al respecto,
pero no limitándose al campo de las diversas escuelas, sino ele-
vando la cuestión a la categoría de principios por los que tornará
las nupcias a su situación primera, a los ideales del Creador;
haciendo notar de paso que en la Escritura se contienen cosas per-
mitidas, que no corresponden al proyecto primero de Dios. Es
cuanto anteriormente decíamos al hablar de la transfiguración: que
el A.T. debe ser leído desde Jesús. Ahora es el mismo Jesús quien
determina el valor que tienen algunas prescripciones de Moisés.
La ruptura del vínculo por parte del marido era un hecho
corriente y normal en Israel, que argumentaba con textos de la
Escritura. En efecto Dt 24, 1 pone en boca de Moisés esa capa-
cidad si el hombre descubre en su esposa algo que le disguste
(erwath dabar). Esta condición era diversamente interpretada en
las distintas escuelas rabínicas. La de Hillel lo hacía con gran
amplitud, mientras que la de Shammai, muy severamente. Jesús
se impone incluso a la interpretación y a la excepción de la mis-
ma Ley porque contradicen el ideal creacional.
Pero empecemos desde el principio del capítulo. La parte pri-
mera del versículo 1 ofrece alguna dificultad. De hecho, los mis-
mos códices se sienten molestos, ofreciendo distintas lecturas. La
Biblia de Jerusalén, con acierto, adopta la que añade una “y”
262 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
5. “Mc se gana una vez más el suspenso en geografía. Ciertamente sus indica-
ciones, como de costumbre, no aclaran las cosas, más bien las complican.
Alguno afirma categóricamente que Jesús para ir a Judea, tendría que haber
pasado antes por Transjordania (Perea) y no al revés. Puede suceder que tam-
bién aquí prevalezca en Marcos la preocupación teológica, por lo que tam-
bién la geografía entra a formar parte de su construcción arquitectónica. De
esta forma pone antes Judea, queriendo subrayar el hecho de que Jesús se
encamina hacia la cruz” (A. PRONZATO, Un cristiano II, 104).
10. EXIGENCIAS RADICALES DEL SEGUIMIENTO 263
6. “Dios había creado al hombre varón y hembra. La moral farisea estaba mon-
tada sobre la hipótesis inconfesada de la inferioridad de la mujer, la cual era
considerada como una propiedad del varón. Jesús insiste citando el texto del
Génesis: la unión del varón y de la hembra expresa el logro de una plenitud
humana. No es el hombre el que asume en propiedad a la mujer, sino que
ambos se enriquecen recíprocamente. La unión, pues, procede de un desig-
nio de Dios” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 158).
7. “Las exigencias de Jesús suponen una concepción del matrimonio completa-
mente distinta de la que rige en la sociedad judía. En ésta, la unión de la pare-
ja no se realiza por el amor mutuo, sino por el dominio del varón y la sumi-
sión de la mujer; de ahí que dé pie a una interminable casuística. En el plan-
teamiento de Jesús, el factor de unión es el amor que realiza la perfecta uni-
dad, y esa realidad está por encima de toda legislación y toda casuística” (J.
MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio II, 424).
264 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
10. “Las causas del repudio llegaron a ser banales, y su interpretación corres-
pondía a los escribas, todos ellos varones, con lo que la mujer quedaba en
franca inferioridad y desprotección. En tiempos de Jesús, la interpretación
más rigurosa y menos perjudicial para la mujer permitía el repudio sólo en
caso de adulterio (cf. LEIPOLD-GRUNDMANN, op. cit. I, 194), aunque el casti-
go era el apedreamiento (escuela de Shammay); la escuela de Hillel, en
cambio, lo permitía si se encontraba en ella ‘algo vergonzoso’, lo cual se
interpretaba como ‘cualquier cosa que desagrade al marido’... Una inter-
pretación posterior, de Rabí Aqiba, considera causa suficiente para el
divorcio el que ‘se encontrara a otra que fuera más hermosa que ella’ (¡)
(ibd., 195). Recordemos de paso la tradición que nos transmite el Éxodo
sobre el divorcio de Moisés de su mujer Séfora: Ex 18, 2” (C. BRAVO GALLAR-
DO, JESÚS, 18230).
11. “Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó
a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua,
en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí misma, sin que
tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada”
(Ef 5, 25-27).
266 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
13. “Jesús toma, pues, una posición absoluta y sin apelación. Llega incluso a
poner en causa el texto del Deuteronomio, declarándolo periclitado para el
pueblo de Dios que entra en la era mesiánica. Efectivamente esta era ha sido
presentada a menudo por los profetas del AT como un retorno a la condición
paradisíaca” (H. TROADEC, Comentario, 319).
14. “Ahora es todo el AT el que las recibe de Jesús (instrucciones); él es el pun-
to de llegada, la meta a la que tendía toda la revelación anterior: el A.T. no
tiene ya un mensaje directo para los cristianos, su validez o caducidad se juz-
ga a partir de Jesús. Los discípulos deberían comprenderlo” (J. MATEOS - F.
CAMACHO, Marcos, 171).
268 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
traen a los niños para que Jesús les comunique esa fuerza mis-
teriosa que se escapa de él. Los discípulos los riñen. Riñen a
aquellos que traen a los niños, aunque el texto lo deje ambiguo.
Jesús está explicando en la casa un problema grave en Israel y
venir ahora con estos niños parece algo impropio de tal maes-
tro. Al ver esta acción de sus discípulos Jesús se indignó sobre-
manera, así lo deja traslucir el texto original. ¿Cuál es la causa de
tanta indignación? Parece que se debe al hecho de que esos per-
sonajillos reflejan a las mil maravillas el ser que debiera tener el
que acoge su evangelio, el reino. Probablemente en estas criatu-
ras se ha visto espejado el mismo Jesús; en ellos ha contempla-
do su rostro y ha sentido profunda conmoción.
Y ya es el momento de interrogarnos por el sentido del
niño17. No pocos han pensado en la pureza, la inocencia, como
algo que los conexiona con la creación primera; con el proyec-
to de Dios según el cual todo era bueno. Pero como el niño no
tiene capacidad de decisión su bondad o inocencia quedan muy
limitadas; es un problema de instinto. Por otra parte, si acudimos
a la psicología profunda, quizás descubramos que objetivamen-
te hablando no hay tanta inocencia ni tanta bondad en ellos
como suponemos sin más.
Pero si ahondamos en lo más esencial del niño, fácilmente
descubriremos que aquello que le constituye es la dependencia
de la madre-padre; algo que él sabe y vive en cada momento. Su
esencia es pura referencia. No entiende ni quiere ni desea nada
sino es en relación a ellos. Sin la madre-padre el niño no se sien-
te ni seguro ni feliz, no acepta nada si para conseguirlo tiene que
prescindir de ellos. Es la imagen, el icono de Jesús con respecto
21. “Le mira con ternura, se encuentra a gusto con él, y con gran cariño le invi-
ta al ‘seguimiento’, a pasar de ‘hombre ético’ a ‘discípulo’, de hombre que
‘cumple la justicia’ a hombre que «sigue a Jesús en el camino»” (F. RIERA I
FIGUERAS, Jesús, 165). Generalmente los autores no descubren en el rico al
hombre del A.T.
22. El tema de la pobreza y el seguimiento o la vida cristiana es algo que creo
que todavía no está del todo esclarecido en la Iglesia. Como muestra de has-
ta qué punto algunos exegetas pueden estar tan ciegos como los discípulos
de Jesús que se horrorizaban cuando éste habla de la gran dificultad que
entraña la riqueza para la salvación son las siguientes palabras: “Exegetas
reconocidos ven en el planteamiento de la pobreza como condición para el
seguimiento un caso particular no generalizable (cf E. SCHWEIZER, op. cit., 225;
V. TAYLOR, op. cit., 512). Este último termina diciendo tímidamente que ‘pare-
ce que Jesús eligió el camino de la pobreza’, pero no saca las consecuencias
operativas para el seguimiento. Dan la impresión de ser lecturas hechas des-
de la abundancia que se horroriza, como el rico del relato, de que para seguir
a Jesús sea condición indispensable compartir lo que se tiene con los pobres,
consecuencia de seguir a quien se comparte a sí mismo con ellos sin con-
diciones. ¿Será un ejemplo del influjo del ‘lugar social’ sobre la teología?”
(C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 18332)
10. EXIGENCIAS RADICALES DEL SEGUIMIENTO 273
26. “Esta sección se abre (10, 17) con la palabra ‘por el camino’ y acaba (10, 52)
con la misma indicación; así, pues, la sección está dominada por la imagen
de Jesús subiendo hacia Jerusalén. En el centro se nos presenta un cuadro
muy vivo, una verdadera y auténtica descripción plástica del seguimiento:
Jesús camina por delante, dirigiéndose animoso hacia la cruz, mientras que
los discípulos le siguen temerosos e inquietos (10, 32). Y entonces es cuan-
do Jesús les anuncia su pasión por tercera vez. Y una vez más los discípulos
siguen sin comprender [sueñan con la gloria de los primeros puestos]” (B.
MAGGIONI, El relato, 149).
27. “El hombre se acerca ‘corriendo’, lo que muestra la urgencia del problema
que quiere consultar a Jesús. Además, ‘se arrodilla ante él’, como lo había
hecho el leproso (1, 40), haciendo patente la angustia que siente; reconoce
la superioridad de Jesús y ve en él su último recurso” (J. MATEOS - F. CAMA-
CHO, El Evangelio II, 444).
10. EXIGENCIAS RADICALES DEL SEGUIMIENTO 275
28. “El postulante corre hacia Jesús, a quien llama maestro bueno (didaskale
agathe), indicando que confía en él y está dispuesto a escucharle, aceptando
su doctrina” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 280).
29. “Los intérpretes se han ocupado siempre del hecho de que Jesús no acepta-
ra el predicado de ‘bueno’. Y desde Teofilacto hasta Scheeben se responde
diciendo que Jesús apuntó hacia Dios y que el rico podría haber llamado con
razón bueno a Jesús si hubiera conocido y reconocido su divinidad” (J. GNIL-
KA, El evangelio II, 103).
30. “De los diez mandamientos, Jesús omite los tres primeros, que se refieren a
Dios; le recuerda solamente los éticos, los que se refieren al prójimo, que son
independientes de todo contexto religioso. Son mandamientos negativos, que
prohíben cometer ciertas injusticias con el prójimo. En último lugar, invir-
tiendo el orden, menciona el cuarto mandamiento... insinuando con ello que
la obligación para con la familia no puede servir de pretexto para eximirse
de la obligación para con la humanidad en general” (J. MATEOS - F. CAMACHO,
Marcos, 186).
276 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
32. Me inclino a pensar que estamos aquí ante un concepto de vida eterna muy
similar al de Juan. La introducción de lo escatológico en el presente. ¿Expe-
riencia mística? Santa Teresa hablando de la experiencia de la pobreza, escri-
be, relatando uno de los momentos de una de sus comunidades en que prác-
ticamente carecían de todo: “Ello fue harto bien para nosotras, porque era
tanto el consuelo interior que traíamos y la alegría, que muchas veces se me
acuerda lo que el Señor tiene encerrado en las virtudes. Como una contem-
plación suave me parece causaba esta falta que teníamos... Desde entonces
me creció deseo de serlo (pobre) mucho y me quedó señorío para tener
en poco las cosas de bienes temporales; pues su falta hace crecer el bien
interior, que cierto trae consigo otra hartura y quietud” (Fundaciones, 15,
15. Obras Completas de Santa Teresa. Editorial de Espiritualidad, Madrid,
20005). Contrasta esta alegría de la pobreza teresiana con la experiencia del
rico que no acepta el llamamiento de Cristo. Comenta Marcos: “Pero él, aba-
tido por estas palabras, se marchó entristecido porque tenía muchos bienes”
(10, 22).
278 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
33. Evidentemente se trata de un grafismo oriental que intenta hacer ver la enor-
me dificultad, “pero algunos autores, sorprendidos por esta desproporción
entre aguja y camello, pensaron que en lugar de ‘camello’ kamelos, hubiese
estado primitivamente otra palabra semejante (camilos), que significa cable,
soga gruesa, maroma de navío, con lo que se lograría no sólo menos des-
proporción, sino también una mayor homogeneidad conceptual entre aguja
y soga. Otros para justificar esto, inventaron que una de las puertas de Jeru-
salén se llamaría entonces ‘Agujero de aguja’” (M. DE TUYA, Evangelios, 290).
34. “El tratamiento de ‘hijos’ (sólo aquí en Marcos) que se da a los discípulos
quiere poner de manifiesto que todo esto les afecta también a ellos y de
manera particular. El evangelista prepara a su modo la escena siguiente de
Pedro recordando que también los pobres dependen absolutamente de Dios”
(J. GNILKA, El evangelio II, 102).
35. “La sabiduría proverbial de los orientales gusta de las hipérboles, es decir, de
la exageración intencionada, y Jesús se ha servido a menudo de esas imáge-
nes fuertes. ¿Quién toma literalmente la ‘paja en el ojo del hermano’ y la ‘viga
en el ojo propio’? Una expresión rabínica posterior suena así: ‘¿Eres tú acaso
10. EXIGENCIAS RADICALES DEL SEGUIMIENTO 279
37. Como podrá comprobar el lector esta interpretación que estamos dando del
sentido de las riqueza respecto a la experiencia religiosa es muy personal,
pero creemos que está en plena sintonía con el pensamiento de Marcos. Con
ello no aceptamos dos caminos de salvación, porque el evangelio no habla
aquí de la salvación final de forma directa, sino de la entrada en el reino que
Jesús predica. Late aquí una catequesis de Marcos que quiere mostrar la dife-
rencia entre la fe judía y la cristiana. Para Jesús la alegría del rico se halla en
compartir las riquezas en una comunidad de iguales. El reino instaurado por
Jesús anticipa la vida eterna. Se trata, pues, en todo el relato del paso del
judaísmo al cristianismo. Sin este supuesto se hace ininteligible el pasaje.
10. EXIGENCIAS RADICALES DEL SEGUIMIENTO 281
38. “¡Mira! ¡Nosotros lo hemos dejado todo...! (10,28). Habla como portavoz del
grupo (dice nosotros) y contrapone su conducta a la del rico: han seguido a
Jesús, forman la Iglesia. Mc no ha querido valorar esa afirmación. Deja que
el texto la matice: para hacerse verdadera familia de Jesús, Pedro y los suyos
tendrán que superar la crisis de la cruz” (X. PIKAZa, Pan, casa, palabra, 290).
39. “Que representa a Jesús en la situación posterior a la cruz y a la resurrección”
(J. GNILKA, EL evangelio II, 107).
282 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
48. “De hecho, como después del segundo anuncio de la muerte (9, 31), se mani-
fiesta también ahora la ambición del grupo (cf. 9, 34). Santiago y Juan, ‘los
truenos’ (= los autoritarios, 3, 17), sin darse por enterados del anuncio ante-
rior, esperan que Jesús ocupará el trono de Israel (el día de tu gloria) y, ade-
lantándose al resto del grupo, solicitan para ellos los primeros puestos en el
reino que imaginan” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 191).
49. “El problema de los dos zebedeos es de todos. Por eso, los diez restantes se
enojan con ellos, iniciando una disputa general por el poder (10, 41). Es evi-
dente que, dejándose llevar por ella, la Iglesia acabaría destruyéndose a sí mis-
ma. Para superarla ofrece Jesús la nueva lógica de autoridad y servicio que bro-
ta de su entrega. Vuelve de esa forma a la enseñanza de 9, 33-35, cuando ponía
al niño en el centro de la Iglesia” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 303).
286 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
50. Los autores piensan que se trata de la expectación mesiánica con grandes tin-
tes de poder mundano: “La fe de aquellos hombres adoptaba la forma de las
esperanzas mesiánicas de aquel tiempo, y no logra despojarse de ellas a pesar
de reiteradas puestas en guardia por parte de Jesús. Se imaginaban a un Mesí-
as triunfador temporal sobre los paganos y los ‘hijos de las tinieblas’” (H. TRO-
ADEC, Comentario, 329).
51. “Alguno ve una profecía de la muerte violenta que deberán sufrir los dos
apóstoles. Pero probablemente, Jesús se limite a indicar las tribulaciones y las
persecuciones que afrontarán por amor del Maestro” (A. PRONZATO, Un cris-
tiano II, 161).
52. “A los discípulos que aspiran a la soberanía, y a todos cuantos quieran seguir-
le, Jesús les responde que deben dejar de lado las aspiraciones de poder y
confiarse por completo a las disposiciones divinas como hace él” (R. SCHNAC-
KENBURG, El evangelio II, 117).
10. EXIGENCIAS RADICALES DEL SEGUIMIENTO 287
53. “Jesús caracteriza, por tanto, a sus seguidores como los que, dentro de la
comunidad, son ‘servidores’ (gr. diákonos, el que sirve por amor) y, res-
pecto a la humanidad, ‘siervos’ término explícitamente opuesto a toda con-
cepción pagana de dominio y de poder” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos,
193).
288 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
54. “Toda la vida y muerte de Jesús se entienden como servicio. Sólo de esta mane-
ra el Hijo del Hombre se convierte en salvador de todos los hombres. La ‘veni-
da’ de Jesús significa, toda su vida y todo su actuar. Estar bajo la voluntad de
Dios. El venir ‘no para ser servido’ excluye el ejercicio de toda forma de auto-
ridad según el modelo mencionado en v. 42. La vida de Jesús muestra de mane-
ra ejemplar este nuevo modelo de servir y se convierte en punto de referencia
de todo obrar. A la luz de la nueva actitud básica del servicio se replantean
todas las relaciones entre los hombres” (F. LENTZEN-DEIS, Comentario, 325).
10. EXIGENCIAS RADICALES DEL SEGUIMIENTO 289
55. “Los doce siguen a Jesús en camino equivocado de egoísmo mesiánico. Fren-
te a ellos presenta Mc a un auténtico discípulo: un ciego que ha visto a Jesús
como mesías de la misericordia y quiere alcanzar la vista externa para seguir-
le por dentro en el camino de la entrega. Hay al fondo un recuerdo históri-
co, un relato de milagro. Pero el texto es claro paradigma de discipulado,
construido en oposición a los zebedeos del pasaje precedente” (X. PIKAZA,
Pan, casa, palabra, 30796).
56. “Estamos llegando al final del camino a Jerusalén. El último episodio, antes
de empezarlo, había sido la curación de un ciego (8, 22-26). Aquel ciego era
figura del discípulo. Entonces se nos dijo que Jesús tuvo que imponerle las
manos dos veces; tras la primera sólo veía confusamente (...). No es fácil dar
la vista nítida al discípulo. Lo hemos comprobado a lo largo de los tres anun-
cios de la pasión. También ahora, el último episodio antes de entrar en Jeru-
salén, nos habla de otro ciego y de la ceguera del discípulo” (F. RIERA I FIGUE-
RAS, Jesús, 171).
57. “Es un oasis fertilísimo. Respecto de Jerusalén suele tener una temperatura de
unos 10 grados más de calor. Lo cual, especialmente en el período invernal
y de lluvias, representa una gran ventaja. Jericó se convierte de este modo en
una estación de descanso muy frecuentada. Lagrange, como buen francés, no
duda en calificarla la Niza de Judea” (A. PRONZATO, Un cristiano II, 177).
58. “Con la salida de Jericó, donde Jesús no ha ejercido actividad alguna, empieza
el último tramo de la subida a Jerusalén” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 194).
290 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
63. En tê hodo.
64. “El mendigo de Jericó es para Marcos verdaderamente un creyente porque
alcanzó la verdadera orientación de su fe. Ella descansa en la cruz que se pre-
para a Jesús y a sus seguidores [8, 34]” (J. GNILKA, El evangelio II, 131).
292 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
JERUSALÉN, LA HOSTIL
1. “El segundo evangelio, que expresa su visión mediante la «clave» del templo
de Jerusalén, parece concebir la relación entre cristianismo y judaísmo como
296 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
5. 11, 11.19.
6. “Mc redacta el texto como si identificase a Jerusalén con Betfagé y Betania,
para mostrar cómo la capital domina las aldeas; de este modo Betfagé y Beta-
nia se convierten en ejemplo de ‘la aldea’ (8, 23.26), es decir, del pueblo ide-
ológicamente manipulado por los círculos dirigentes (10, 33). La meta última
del camino de Jesús, más allá de Jerusalén (lugar de su muerte), es el Mon-
te de los Olivos, figura de su estado glorioso [cf. 13, 3; 14, 25]” (J. MATEOS - F.
CAMACHO, Marcos 197).
11. JERUSALÉN, LA HOSTIL 299
7. “La profecía de Zacarías (14, 4) esperaba que ‘el día del juicio de Yahvé’, tras
el que llegaría el mundo nuevo, el Señor se revelaría en ese monte” (F. RIE-
RA I FIGUERAS, Jesús, 175).
8. “Jesús dispone con cuidado los gestos, como pretendiente mesiánico que lle-
ga a la ciudad donde Dios y los humanos deciden unidos su destino. En nom-
bre de Dios entra, en manos humanas se pone. La tradición cristiana ha trans-
mitido ese recuerdo que Mc reinterpreta introduciéndolo en su trama, al
comienzo de la gran controversia en Jerusalén; es evidente que a sus ojos Dios
mismo guía los hechos de esta historia” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 3111).
300 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
Hacia la ciudad
Jesús no sólo va acompañado de los discípulos sino también
de otros. El evangelista después afirma que “echaron encima sus
mantos y se sentó sobre él”. ¿Quiénes fueron los que echaron
encima sus mantos? ¿Los dos que fueron a buscar el pollino?, ¿los
Doce?
Luego, muchos pusieron sus mantos y follaje cortado de los
campos para alfombrar el camino. Y en seguida tanto los que
iban delante como los que le seguían pronunciarán las mismas
palabras de aclamación. ¿Participan de los mismos sentimientos
todos? ¿Los que ponen los mantos sobre el pollino aceptan el
mesianismo humilde de Jesús? y ¿los que los ponen sobre el
camino quieren hacerle asumir una actitud de prepotencia?14 No
parece, puesto que como hemos dicho ambos grupos prorrum-
pen en la misma aclamación: ¡Bendito el reino que viene de
nuestro Padre David!15 La idea del reino de David en el evange-
13. “Frente al caballo guerrero de los reyes militarizados de Israel y Judá, Zac 9,
9 había proyectado la figura de un mesías que cabalga sobre un asno nuevo
de sencillez y concordia, pues según la tradición, el rey debía montar en una
cabalgadura en la que nadie antes hubiera cabalgado. Así viene Jesús en ges-
to que él mismo ha preparado cuidadosamente” (X. PIKAZA, Pan, casa, pala-
bra, 310).
14. “Los discípulos han comprendido y asocian la profecía con Jesús (llevaron
el borrico), el manto es figura de la persona (10, 50, el ciego) y, al poner
los suyos encima del borrico, indican que aceptan al Mesías pacífico y quie-
ren asociarse a él. Otros, por el contrario, alfombraban el camino con los
mantos, gesto inspirado en 2Re 9, 13, donde los oficiales reconocen de esa
manera la realeza de Jehú; los mantos puestos para pisar sobre ellos sim-
bolizan la sumisión: quieren un Mesías dominador” (J. MATEOS - F. CAMACHO,
Marcos, 198).
15. “Marcos añade en paralelo una segunda aclamación, que identifica al Mesías
con el rey descendiente de David (Jr 33, 17.21; Ez 37, 24) y da a éste el inu-
sitado título de “nuestro Padre”, colocándolo entre los patriarcas” (L. ALONSO
SCHÖKEl, Biblia del Peregrino, 133).
11. JERUSALÉN, LA HOSTIL 303
16. Cf Mc 12, 35-37. “Desautoriza la interpretación que los escribas hacen del
Mesías; no es ‘hijo de David’, sino «su Señor»” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 209).
17. “«Hosanna», que en un tiempo era súplica de auxilio [como nuestro ¡socorro!,
cf. 2 Re 6, 26; 19,19]” (L. ALONSO SCHÖKEL, Biblia del peregrino, 132).
18. “Este grito servía originalmente para pedir ayuda en un momento de grave
apuro (2 Sm 14, 4; 2 Re 6, 16) o para suplicar la lluvia (Sal 118, 25). Debido
a su conexión con la fiesta de los tabernáculos, Sal 118, se hizo expresión de
esperanza mesiánica, pasando el ‘hosanna’ a convertirse en una aclamación
litúrgica de homenaje a Dios o al Mesías en su triunfal entrada en Jerusalén”
(E. J. MALLY, Evangelio, 124).
19. “La historia de la repercusión de la perícopa de la entrada se caracteriza por
dos extremos. Por un lado se la interpretó alegóricamente durante siglos. Por
otra parte, recientemente, R. Eisler la empalma con su interpretación zelota
de Jesús. Entre estos dos extremos, y atizado siempre por la ‘investigación de
la vida de Jesús’, ha permanecido vivo el interés histórico por esta narración”
(J. GNILKA, El evangelio II, 140).
304 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
En Jerusalén
¿La entrada que Jesús pretendió realizar en Jerusalén, con tin-
tes de mansedumbre y humildad, se convirtió en una exaltación
nacionalista con peligro de sublevaciones populares? No parece.
Es cierto que, aunque Marcos sea muy lacónico, deja entrever
que el grupo seguía pensando con las categorías tantas veces
reprendidas por Jesús, pero dentro de un campo de esperanza
escatológica, no necesariamente relacionada con un movimiento
militar inmediato20.
La marcha de Jesús termina en el templo. Jesús entra en Jeru-
salén21 y en seguida se dirige al templo22; y después de obser-
varlo todo, sale para Betania. Contempla todo lo que allí se hacía
y, como veremos, después purificará el templo. De esto fácil-
mente se deduce que no le gustó nada de cuanto allí vio. La
observación fue minuciosa como parece insinuarse en la expre-
sión: “Siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania” (11, 11).
No quiere pernoctar en Jerusalén. Efectivamente, los días que
23. “Como ocurre con la entrada en Jerusalén, también en la purificación del tem-
plo apenas resulta posible reconstruir las circunstancias históricas, el desarro-
llo de la acción y los efectos inmediatos. Se ha querido hacer de este episo-
dio... una gran cuestión... La acción no ha podido ser espectacular en un sen-
tido político, pues en otro caso, los romanos, que montaban la guardia en la
fortaleza Antonia habrían intervenido inmediatamente” (R. SCHNACKENBURG, El
evangelio II, 140).
306 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
24. “Por raro que nos parezca, Mt ha podido entender no ‘sobre los mantos’, sino
‘sobre los animales’: según él la profecia de Za habla de dos animales (en rea-
lidad es uno), y el cumplimiento de la profecía es literal” (Biblia CANTERA -
IGLESIAS, Mt 21, 7).
25. “Al maldecir la higuera, Jesús realizó un acto simbólico a la manera de los
profetas de antaño, que sentían la necesidad de hacer figurar con gestos con-
cretos los oráculos que debían dar al pueblo... Jesús se sirve de aquella higue-
ra para hacer comprender a sus discípulos la responsabilidad contraída por
Jerusalén al rehusar dar fruto, es decir, al no abrirse a aquel Mesías que una
larga preparación divina le había, sin embargo, llevado a reconocer en Jesús”
(H. TROADEC, Comentario, 336).
26. V. TAYLOR, Evangelio, 550.
11. JERUSALÉN, LA HOSTIL 307
31. “De sus palabras originales podría haber surgido una ‘puesta en escena’, una
‘teatralización’ como la que hemos leído. Dios tiene ‘hambre’ de los frutos de su
pueblo, pero para el pueblo ‘nunca es tiempo’; sólo da hojarascas. También
podemos sospechar que tras estas palabras se esconde la fina ironía de los pri-
meros cristianos grecorromanos que ven al pueblo judío y al Templo como una
gran higuera, cargada de hojas, pero que no da fruto porque ‘nunca es tiempo’...
Dios ha dado el fruto a otros, a los paganos” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 178).
32. Acerca de las riquezas del templo véase el excursus que J. MATEOS - J. BARRETO,
El evangelio de Juan. Análisis lingüístico y comentario exegético, Madrid, 1979,
936-938 dedican a este asunto. Transcribimos sólo unas líneas: “El tesoro hacía
las funciones de banco; en él se depositaban bienes de particulares, sobre todo
de la aristocracia de Jerusalén, en especial de las altas familias sacerdotales. Los
fondos del templo, unidos a sus propiedades en terrenos y fincas, hacían de él
la mayor institución bancaria de la época. Para darse una idea de las riquezas
que encerraba el templo, baste recordar los datos compilados por J. Jeremias
sobre la cantidad de oro que ostentaba” (938). “Jesús emplea el término ‘lestés’
(= asaltante) y no el de ‘keptés’ (= ladrón). En base a J. Jeremias, calculamos
que sólo por el concepto de impuesto para el templo entraría una cantidad cer-
cana a las 17 toneladas de plata anuales. A esto hay que añadir los gastos del
segundo diezmo (cf. Dt 14, 26), los sacrificios, las ganancias en el cambio de
moneda...” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 2035).
11. JERUSALÉN, LA HOSTIL 309
35. “Así, pues, el gesto de Jesús parece ser un impedimento para el desarrollo de
las funciones normales del templo, de los sacrificios, del culto. Quizás haya que
interpretar en este sentido la extraña indicación de Marcos (11, 16): “No deja-
ba que transportaran cosas por el templo. Jesús declara que el templo ha pasa-
do ya, que ha terminado su función (no el templo, sino la economía judía), la
presencia de Dios es un hecho ‘universal’ (por eso mismo Marcos prolonga su
cita de Isaías hasta hablar de ‘todas las naciones’) y es una presencia para todos,
incluso para los que antes eran rechazados” (B. MAGGIONi, El relato, 158).
36. “Tres detalles representan la totalidad: palomas (ofrendas de la gente modes-
ta), cambistas, el atrio como camino para transporte de mercancías” (L. ALON-
SO SCHÖKEL, La Biblia del peregrino, 133).
11. JERUSALÉN, LA HOSTIL 311
37. “La rara y gráfica observación de que Jesús no consentía que alguien llevara
un objeto a través del templo, puede estar dirigida contra su profanación. Dis-
ponemos de testimonios abundantes de que se utilizaba el recinto del tem-
plo como atajo para desplazarse del monte de los olivos. Entonces la protes-
ta del v. 15 s diría: el templo no puede convertirse en casa de negocio ni en
calle. Sin embargo, no se referiría al acarreo de cargas ordinarias, sino de
objetos de culto. La utilización del término skeuos aconseja esta interpreta-
ción. Si esto es así, ya el relato anterior a Marcos consideraba la actuación de
Jesús contra el templo no como la purificación de éste, sino como expresión
de la supresión de su culto” (J. GNILKA, El evangelio II, 150-151).
38. “El análisis de los textos del hieron y los del naos lleva a la conclusión de que
Marcos ha utilizado el templo como pretexto narrativo para ayudar al lector
a descubrir toda la disparidad existente entre el judaísmo y la novedad evan-
gélica y, al mismo tiempo, para guiarlo al difícil acto de fe en el Mesías cru-
cificado” (G. BIGUZZI, “Yo destruiré este templo”, 15).
312 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
que asume Jesús39. La cueva sería el tesoro del templo y los ban-
dido, las autoridades, las familias sacerdotales (los saduceos),
que controlaban el tesoro40. En efecto, son éstos junto con los
escribas los que deciden darle muerte, pero no se atreven a
hacerlo por el prestigio de que gozaba entre el pueblo.
¿Dónde radicaba el asombro que la gente sentía por su doc-
trina? Marcos llamará la atención sobre esta autoridad de Jesús.
¿Dónde se asentaba esa autoridad?41, ¿qué veía el pueblo en
Jesús? La respuesta sería que Jesús “predicaba” el evangelio, como
algo que era él mismo. Su predicación era él. Para Jesús no con-
taba el dinero ni el prestigio ni el placer. Las autoridades judías
eran amantes del dinero y del prestigio.
La gente veía en Jesús otra cosa. El no hacía de la Ley un
absoluto; absoluto sólo es Dios, con el que el hombre podía rela-
cionarse sin intermediario alguno. Jesús predicaba un Dios inme-
diato, metido en las pequeñas cosas de la vida. Hablaba de él
como con quien tiene conversación y a quien acaba de ver. Esa
inmediatez y limpieza del corazón de Jesús volvía loca a la gen-
te. Al mismo tiempo le observaban preocupado por las necesi-
dades de los hombres y se sentía a gusto entre los pobres y los
39. “La expulsión de los vendedores y compradores del atrio del templo es una
señal que apunta al futuro. El verdadero templo será la comunidad escatoló-
gica, una ‘casa de oración’ y un lugar de santidad, de adoración moral a Dios.
Así lo entiende Marcos” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 145).
40. “En todo caso, ya se puede entrever, tanto por los detalles como por el con-
junto, el gran interés de Marcos por el templo y su actitud severamente críti-
ca para con él y para con el judaísmo histórico” (G. BIGUZZI, “Yo destruiré este
templo”, 53).
41. “La apostilla de que le temen pretende explicar por qué no actúan inmedia-
tamente contra él. De esta manera se subraya una vez más la presencia majes-
tuosa de Jesús. El efecto de asombro que la enseñanza de Jesús provoca en
el pueblo da a entender que la persona de Jesús suscita en Jerusalén una
atención similar a la que despertó al comienzo en Galilea [1, 22]” (J. GNILKA,
El evangelio II, 152).
42. “Jesús no encaja en ningún esquema. Para comprenderlo no son suficientes
categorías antiguas ni modernas; ni siquiera bastan las veterotestamentarias.
Representa un fenómeno extremadamente señero. Es y continúa siendo un
misterio. Él mismo hace bien poco por aclarar este misterio. No le importa su
propia persona. Sólo le interesa una cosa, pero ésta desde luego total y exclu-
sivamente: el verdadero reino de Dios en el amor. Lo que le importa es Dios
11. JERUSALÉN, LA HOSTIL 313
y los hombres. La historia de Dios con los hombres. Éste es su asunto. Sólo
preguntando por esto es como podemos acercarnos más al misterio de su
persona” (W. KASPER, Jesús, 85).
43. El evangelio II, 157.
314 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
44. “El tercer día, de cuyo final ciertamente no habla más en este capítulo y en
los dos siguientes, comienza echando mano de nuevo del episodio de la
higuera. De mañana cuando pasan por delante en su marcha a la ciudad, ven
que entretanto, la higuera se ha secado. La descripción pone de manifiesto
su significación simbólica. Sólo en sus ramas secas podía reconocerse el esta-
do del árbol. El que se hubiera secado de raíz sólo puede entenderse como
símbolo de que se ha vuelto estéril” (J. GNILKA, El evangelio II, 157).
45. “La destrucción del templo forma parte del dolor del reino. Jesús ha curado
enfermos, ha ofrecido pan a los hambrientos..., pero su mensaje implica ame-
naza y ruina para aquellos que quieren apegarse a la higuera israelita, a la
mentira de su templo. Por amor a la auténtica promesa, para salvación de su
pueblo y de todos los humanos, Jesús ratifica la destrucción del templo” (X.
PIKAZA, Pan, casa, palabra, 23110).
46. “Muestra así Pedro que ha vuelto a su antigua postura; por eso hace notar a
Jesús el poder de su palabra, insinuando que podría aniquilar a sus enemi-
gos sin necesidad de afrontar la muerte (...); quiere ver en Jesús un Mesías
de poder: nueva tentación [cf. 8,32s]” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 202).
11. JERUSALÉN, LA HOSTIL 315
52. “Para Marcos, por tanto, el templo de Jerusalén no tiene futuro; lo tendrá, en
cambio, el plan de Dios sobre la “casa de oración para todos los pueblos”.
Pero no en los términos todavía restrictivos de Is 56. Al remitir a ese texto,
Marcos va más allá que Isaías en los términos universalistas… Marcos ense-
ña que para la nueva proseukhê será suficiente e indispensable la actitud inte-
rior” (G. BIGUZZi, “Yo destruiré este templo”, 67).
53. “Desde el punto de vista gramatical, la forma de aoristo e0la/bete ha originado
correcciones en el texto o ha suscitado el juicio de que se había pensado en
una fe que sabe antes de que el hombre lo pida. En contra hay que decir que
el aoristo puede tener cierto significado futuro cuando se encuentra detrás de
una condición futura [Bl-Debr & 333, 2]” (J. GNILKA, El evangelio II, 158).
54. “Este versículo (el 25) muestra un estrecho paralelo con Mt 6, 14, lo que pone
en claro que ‘el padrenuestro’ era bien conocido en la iglesia de Marcos, aun-
que éste no lo consigne explícitamente en toda su extensión” (E. J. MALLY,
Evangelio, 126).
55. “¿Es que acaso en el templo no se oraba? No, pero allí se explotaba al próji-
mo en vez de amarlo y servirlo. Para que la oración pueda obtener los resul-
tados sorprendentes de la fe, es necesario que antes se perdone a los enemi-
318 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
57. El versículo 26: “Mas si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que
está en los cielos perdonará vuestras ofensas”, lo omiten los mejores códices.
Parece estar tomado de Mt 6, 15.
58. “Es el tercer día; no se trata de un ‘pasear’ inocente, sino de un ‘ir y venir’
para impedir que las cosas vuelvan a estar como antes. Es una anotación
exclusiva de Mc; el conflicto se diluye en las versiones de Mt y de Lc [‘ense-
ñando’ y ‘evangelizando’]” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 204).
320 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
59. “La autoridad –todo tipo de autoridad– se resquebraja ante la nueva autoridad
del Reino que acaba de llegar. El ‘poder establecido’ del mundo viejo y cadu-
co, se acerca por cinco veces a Jesús con un duro y sibilino ataque verbal;
Cada argumento se convierte, en sus labios, en una desautorización, como una
bomba que estalla en las propias manos” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 183).
60. “La alusión a que Jesús se paseaba por el atrio de Salomón es una forma de
expresar no tanto el que Jesús quería evitar el frío, cosa extraña en Juan, pues
nunca se fija en este tipo de detalles, cuanto evocar a Salomón, el rey que
edificó el primer templo. Por otra parte, el atrio de Salomón estaba fuera del
templo propiamente dicho (Hc 3, 11). Jesús ya no volverá al templo. Jesús va
a ser el nuevo Salomón que edificará su nuevo templo, fuera de las institu-
ciones israelitas” (S. CASTRO SÁNCHEZ, Evangelio de Juan, 243-44).
61. “Nuestro evangelista formula de tal modo la pregunta que la ‘autoridad’ de Jesús
se convierte en el tema central; pues para él la autoridad divina de Jesús se ha
puesto de manifiesto a lo largo de todo su ministerio (cf. 1, 22.27; 2, 10). Con
ello este interrogatorio oficial por parte de la autoridad judía –se puede suponer
perfectamente una delegación del consejo supremo– adquiere una importancia
que sobrepasa la situación presente” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 156).
11. JERUSALÉN, LA HOSTIL 321
62. “Les pide una opinión sobre la actividad de Juan Bautista, que tampoco tenía
credenciales jurídicas. La pregunta que les hace: ¿era cosa de Dios o cosa
humana?, es la misma que puede hacerse sobre su pretensión mesiánica. Y
está claro que ellos, los administradores de la ‘cueva de bandidos’, no han
hecho caso de la exhortación de Juan a la enmienda” (J. MATEOS - F. CAMA-
CHO, Marcos, 205).
63. “Este es un texto de fuerte ruptura mesiánica, Jesús mostraba sus credencia-
les allí donde se acepte el principio del Bautista, reasumiendo lo visto en 1,
1-11; sólo puede y quiere dialogar con los que asumen la profecía de Juan,
para abrirse desde allí a su mesianismo. Los sanedritas (sacerdotes, escribas,
ancianos) en cuanto tales no tienen autoridad para juzgarle. Como represen-
tante de Dios y heredero de la historia israelita ha subido Jesús a Jerusalén,
enfrentándose con los jerarcas de su pueblo, en desobediencia que le costa-
rá la vida” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 128)
322 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
64. Después de hablar de los posibles lugares donde fue tomando cuerpo la con-
ciencia de Jesús sobre la cercanía de Dios, escribe H. SCHÜRMANN: “Pero de
manera decisiva en la silenciosa “habitación... en lo oculto”, donde “el Padre
ve” (Mt 6, 6). Nuestra tesis es que el destino de proclamar la basileia vino ya
sobre Jesús en Nazaret y que allí se formó ya su característica y “originalísi-
ma” comprensión de la basileia” (El destino, 25).
CAPÍTULO 12
1. “La confrontación a la que nos hace asistir Marcos pone en escena a todos
los grupos representativos del judaísmo y saca a relucir sus debates más
enconados: herodianos, fariseos y zelotas disputaban sobre la licitud de
pagar tributo a los odiosos invasores romanos; los saduceos discutían con
los fariseos sobre el tema de la resurrección, los rabinos se preocupaban de
definir el punto central de la ley. Frente a todas sus cuestiones Jesús inten-
ta llevar a quienes le preguntan a la cuestión más radical. Y al final plantea
él mismo la pregunta realmente importante, frente a la cual no cabe más
remedio que tomar una actitud: ¿De quién es hijo el Mesías?” (B. MAGGIONI,
El relato, 168).
324 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
6. “Este pasaje es único entre las parábolas de Jesús, porque contiene una ale-
goría de cómo la oposición de Israel a los profetas culminó en la muerte de
Jesús y cómo Dios desposeyó a Israel de su derecho de primogenitura” (E. J.
MALLY, Evangelio, 127).
7. “Sin embargo, está claro que en el centro del relato evangélico no está la con-
ducta de la viña (o sea, de Israel), como en Isaías, sino la de los campesinos.
Por tanto, la alegoría se desarrolla, no a nivel del pueblo, sino solamente de
sus líderes” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 183).
8. “Un rasgo de sorprendente originalidad es que Dios aparece como ‘extranjero’
en medio del pueblo de Israel. Dios, el amo, no es, por así decirlo, ‘hebreo’:
viene solamente cuando se trata de alquilar su viña. He aquí, pues, un primer
significado de la alegoría: Israel no es la patria de Dios” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ,
Evangelio 183).
9. “A pesar de todos estos considerables esfuerzos por reconstruir la situación
de aquellos tiempos, continúan en pie serios reparos contra la interpretación
que se presenta bajo el hipotético realismo del relato” (J. GNILKA, El evange-
lio II, 169).
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 329
10. “Sin interrupción, y tomando pie del conocido pasaje de Isaías 5, 1-7, comien-
za Jesús la parábola. Distingue entre la viña (símbolo del pueblo elegido, cf.
Sal 80, 9ss) y los labradores (los dirigentes), que no son propietarios de la
viña, sino meros arrendatarios (...), aunque plenamente responsables de su
cultivo” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 206).
11. “Los motivos que nos llevaron arriba a situar la parábola en la comunidad
cristiana judeo-helenista impiden derivarla de Jesús. Hengel la ha calificado
como la más dura parábola de juicio de la tradición sinóptica. La dureza de
la confrontación, a la par que la intención de ofrecer una panorámica de la
historia de la salvación, permiten entenderla como con la que la comunidad
justifica su separación del judaísmo” (J. GNILKA, El evangelio II, 174).
330 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
12. Cf. 1Re 21, 1-17 donde se relata el hecho de la viña de Nabot; éste no se la
quiere vender bajo ninguna condición a Ajab porque es herencia de sus
padres: “Respondió Nabot a Ajab: ‘Que Yahvé me libre de cederte la heren-
cia de mis padres’” (21, 3).
13. “Los dirigentes/labradores han sido infieles a Dios a lo largo de la historia de
Israel (cf. Jr 7, 25s: ‘les envié a mis siervos los profetas un día y otro día, pero
no me escucharon’); el amor de Dios no ha cesado nunca, pero ellos mal-
trataron a los profetas. Es infidelidad continua, el ejemplo de los dirigentes
inficiona a todo el pueblo y se crea una sociedad injusta. Hay un paralelismo
con la higuera estéril (11, 13); la institución que debía producir frutos no lo
ha hecho” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 206).
14. “Da la impresión de que Jesús los identifica con los sanedritas, pero ellos pue-
den contestar diciendo que se equivoca: Dios mismo les ha dado el derecho
de la viña y ellos (no los malos jefes del antiguo Israel) condenan solamen-
te a los profetas mentirosos que manchan el nombre de Dios. A los aventu-
reros de la religión como Jesús” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 328).
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 331
17. “Hay un texto antiguo, que constituía una especie de guía de peregrinación
a la tumba de los profetas, titulado Vita prophetarum. Son breves biografías
de veintitrés profetas. Seis han encontrado una muerte violenta” (A. PRONZA-
TO, Un cristiano II, 238).
18. “En nuestra parábola la viña produce frutos, pero los viñadores no los entregan.
De aquí no puede concluirse que la parábola critique a un determinado grupo
en Israel (los jerarcas, los miembros del sanedrín u otros similares y no a la tota-
lidad del pueblo). Se trata de dar a entender que la viña (la elección) no cons-
tituye una posesión segura y duradera, sino que ha sido confiada sólo en prés-
tamo. Frente al Señor que confía la viña en préstamo existe o existió una res-
ponsabilidad continua de todo el pueblo” (J. GNILKA, El evangelio II, 171).
19. “De esta manera, la parábola comprende toda la historia de la salvación, des-
de la elección hasta el rechazo de Israel, así como la constitución de un pue-
blo nuevo de Dios. Y acentúa la iniciativa salvífica de Dios frente a su pue-
blo. Desde el principio hasta el final. Dios tiene las riendas en su mano. Esta
orientación histórico-salvífica hace comprender que se describe la suerte de
Jesús sólo de manera general y se la encuadra en el destino de los profetas
en su relación con Israel” (J. GNILKA, El evangelio II, 173).
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 333
¡El predilecto!
Jesús en esta parábola declara ser Hijo del dueño de la viña.
Se sitúa en la línea de los enviados, pero con una gran diferencia:
“Todavía le quedaba un hijo querido... A mi hijo lo respetarán”
(12, 6). Hijo querido es el título que el Padre da a Jesús siempre
que habla de él (1, 11; 9, 7)22. Marcos cierra aquí la historia de la
viña, pero ésta indudablemente prosigue; ahora Jesús, el Hijo que-
rido no va a ser un enviado a recoger los frutos, sino que se intro-
ducirá entre los labradores como uno de tantos, y sus seguidores
irán detrás de él. Ya nadie se quedará con los frutos, porque el
Hijo entenderá la existencia humana como entrega a los demás y
eso mismo harán sus seguidores. Ésos son los frutos que el Padre
20. “En el Antiguo Testamento hay un juego de palabras por el que el término
“piedra” se convierte en metáfora para indicar “hijo” (…). Este juego de pala-
bras parece estar en la base de uso que hace Marcos del Salmo 118, 22-23 en
12, 10-11: la piedra rechazada por los constructores, que el Señor pone en el
ángulo principal, se refiere al “Hijo” crucificado por Israel, a quien Dios rei-
vindica al resucitarlo de la muerte” (J. D. KINGSBURY, Conflicto, 8258).
21. “La cita, aunque el propio Jesús la tome en sus labios, sobrepasa el marco de
la parábola de los viñadores. La mirada se desvía de los malos renteros al Hijo
asesinado, del que ahora se afirma el milagro de su exaltación divina, es
decir, su resurrección y su carácter permanente y decisivo para la salvación.
La comunidad no se contentaba con la mirada al pasado ni descansaba en la
muerte violenta del Hijo, sino que daba a la parábola una conclusión que
afianza su fe sobre el fundamento de lo que entre tanto ha sucedido por obra
de Dios y que proclama el significado permanente y decisivo de Jesucristo”
(R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 165-166).
22. “Culmina la línea de los profetas, pero mantiene una relación especial con el
amo de la viña, interpretado ahora como padre. Es Hijo de Dios y heredero de
la viña, ‘pero’, (o por eso) está solo: sin nadie que le proteja externamente, sin
armas que le avalen o acompañen. Su vida indefensa es anuncio de Reino,
señal de Dios sobre la tierra. El lector sabe de antemano que este siervo es
Jesús y que todos le han abandonado (o lo harán) porque no defiende los inte-
reses egoístas de ninguno de los grupos” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 330).
334 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
23. “Pero al rechazar ellos al Mesías, Dios se formará un nuevo pueblo; la muer-
te del Hijo no significará el fin de su misión. Del rechazo saldrá una nueva
muestra del amor de Dios. Esta es la gran maravilla” (J. MATEOS - F. CAMACHO,
Marcos, 207).
24. “Jesús da a entender que ha comprendido. No se trata de una pregunta sin-
cera, sino de una trampa; por eso no acepta el planteamiento que de ella
hacen” (J. M GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio 185).
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 335
27. “El preámbulo, en boca de esta gente, tiene un algo de falso y puede apare-
cer incluso burlesco. Pero, a pesar de ser emitido por parte de los enemigos,
esto no quita el que corresponda a la verdad. Mc tiene la ocasión de decla-
rar, sirviéndose de las palabras de los fariseos y herodianos, lo que piensa
realmente del Maestro. Y esboza uno de los retratos más significativos de su
personalidad” (A. PRONZATO, Un cristiano II, 253).
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 337
28. “La palabra de Jesús sobre el dinero del impuesto ha de entenderse a la luz de
todo el evangelio. Tomada en sí parece un enigma, una salida ingeniosa, lle-
na quizá de ironía; pero recibe su más hondo sentido a la luz de aquello que
Jesús ha dicho y realizado en su camino de casa y comida compartida: el
dinero debería servir para comprar y compartir los panes y peces con los
necesitados (...). Por eso, la versión polémica de nuestro pasaje (entendido
hacia fuera) debe completarse con aquello que Jesús ha venido diciendo y
realizando en clave de ayuda humana (curaciones), de participación econó-
mica y fraternidad fundada en el don mutuo de la vida” (X. PIKAZA, Pan, casa,
palabra, 335).
29. “De todo lo apuntado se deduce que la respuesta de Jesús no es una regla
práctica, que pueda dar respuesta a cada pregunta que surja acerca de la rela-
ción del hombre con el poder del estado y de Dios. Pero, en cualquier caso
Dios tiene los derechos supremos. Cuando el poder imperial entre en coli-
sión con el divino, la decisión que se tome sólo podrá favorecer a Dios” (J.
GNILKA, El evangelio II, 180).
338 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
30. Cf Rm 13, 7, 1Pe 2, 13s. En la época del Apocalipsis los emperadores no asu-
mieron sus responsabilidades éticas y los cristianos vieron en ellos imágenes
diabólicas.
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 339
31. “El partido saduceo, gran potencia económica, compuesto por la aristocracia
civil y la sacerdotal, quiere aprovecharse de la autoridad de Jesús para desa-
creditar al partido fariseo, al que pertenecen los letrados” (J. MATEOS - F. CAMA-
CHO, Marcos, 210).
32. “Rechazaban la idea de la resurrección, que formaba parte de la espera mesiá-
nica y escatológica, como también de la inmortalidad del alma. Como se evi-
dencia por el diálogo aquí referido, los saduceos pensaban que un hombre
resucitaba cuando su hermano le ‘suscitaba’ una posteridad. Para ellos, la
eternidad del hombre se confundía con la conservación de la especia” (J. M.
GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 187).
33. “El martirio, dice Renan, fue el verdadero creador de la creencia en una
segunda vida, y nosotros añadiremos que la figura del siervo de Is 53, pro-
totipo de todos los que sufren, de todos los mártires, contribuyó poderosa-
mente a fortalecer tal fe. Parece, pues, que las razones internas sólo explican
340 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
cómo todas las doctrinas y creencias acerca del más allá desembocan en la
doctrina de la resurrección. La escatología trascendente, de la cual la resu-
rrección es un aspecto, no ha sido tomada prestada del mazdeísmo por Isra-
el, sino que está ligada a la corriente más general que en el imperio aque-
ménida, en Babilonia y bajo Alejandro, trata de separar la religión de sus ama-
rras nacionales, y de crear un terreno favorable para una religión apolítica,
cuyo acento está colocado sobre la primacía del individuo” (E. JACOB, Teolo-
gía del Antiguo Testamento, Madrid, 1969, 294).
34. “Los saduceos ridiculizan la resurrección de una mujer que ha sido propie-
dad de muchos: ¿Quién la tendrá al fin de los tiempos? La cuestión ha sido
bien planteada: no alude a la mera supervivencia espiritual, sino a la realiza-
ción integral. Es evidente que una mujer concebida como propiedad del
varón no tiene cabida en el Reino. Así plantean el tema los saduceos a quie-
nes Mc presenta como enemigos de la resurrección” (X. PIKAZA, Pan, casa,
palabra, 336).
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 341
37. “Un gentil que quiere hacerse prosélito dirigirá a los dos jefes de escuela rabí-
nicos Shammai y Hillel la pregunta acerca del mandamiento más importante.
Y la habría formulado de igual manera. Es significativo que Shammai recha-
ce la pregunta, mientras que Hillel, que proviene de la diáspora, se muestra
dispuesto a responderla. Ciertamente, de los 613 mandamientos concre-
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 343
tos que componen la torá, los rabinos distinguieron entre graves y leves,
pero exigieron el cumplimiento de todos ellos. Desde este trasfondo se com-
prende la negativa de Shammai a reducir la ley a un mandamiento supremo”
(J. GNILKA, El evangelio II, 192).
38. “Las opiniones eran muchas, pero predominaba la que mantenía que la
observancia del sábado tenía tanto peso como todos los demás mandamien-
tos juntos: era el mandamiento que resumía en sí toda la Ley” (J. MATEOS - F.
CAMACHO, Marcos, 212).
39. “Los escribas tienden a cerrar la presencia de Dios en las fronteras de su ley;
Jesús las expande a los necesitados (los humanos). Es evidente que Israel sig-
nifica algo distinto para unos y otros... El prójimo a quien Dios pide que ame-
mos como a nosotros mismos es distinto en los escribas y en Jesús, como han
ido ya indicando las disputas de Mc. Prójimo han sido y son para Jesús lepro-
sos y enfermos, pecadores y hambrientos, todos los gentiles. Por mostrarlo
así en el templo (diciendo que termina el tiempo de las separaciones) persi-
guen a Jesús los sacerdotes. Por fidelidad al prójimo israelita le condenan los
sanedritas [Mc 14, 53-65]” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 340).
344 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
42. “La dificultad está en que el letrado quiere ser fiel a Dios, pero dentro de su
tradición, sin deseo de novedad. Ha reconocido en Jesús un maestro, pero,
como aparece en la perícopa siguiente, no puede darle su adhesión como
Mesías” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 214).
43. 2Sm 7, 12ss; Is 11, 1; Jr 23, 5; Ez 34, 23; 37, 24; Sal 89, 20ss.
44. Rm 1, 3; 2Tm 2, 8; Mt 1, 1-17; Lc 3, 23-38.
346 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
45. “Marcos ha podido unir la filiación davídica de Jesús con su estancia en Jeru-
salén. En su marcha de Jericó a Jerusalén, el ciego mendigo le saluda como
Hijo de David (10, 48); cuando entra en la ciudad, el pueblo ensalza la sabi-
duría regia de David que viene (11, 10). Jesús toca la cuestión en el templo.
El evangelista no anula la previa relativización de la filiación davídica. Sin
embargo, puede sospecharse que, para él, la pregunta acerca de la filiación
de Cristo sólo es contestada con la afirmación de que Jesús es Hijo de Dios”
(J. GNILKA, El Evangelio II, 201).
46. “Jesús rechaza así el mesianismo davídico nacionalista, fomentado por la ense-
ñanza oficial (letrados) y deshace todo equívoco en el pueblo sobre su pro-
pio mesianismo. La restauración del trono de David y la hegemonía de Israel
sobre los demás pueblos no son más que una ilusión y son incompatibles con
el designio universal de Dios” (J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 215).
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 347
Jesús pide a la gente que tengan cuidado con ellos, pues son
muy presuntuosos. Vestían de forma especial para darse a cono-
cer, aunque no ha podido determinarse qué tipo de vestidura era
la suya. Jesús dice “que gustan pasearse con amplio ropaje” (sto-
lais). Además les gusta distinguirse en cualquier circunstancia: en
las plazas, en las sinagogas, y en los banquetes.
Son lo contrario al estilo que viene predicando y practicando
Jesús, que entiende la plenitud y grandeza del hombre en el ser-
vicio y en la donación, como en seguida veremos en la viuda po-
bre, a la que tan grandes alabanzas prodiga. Pero no sólo son pre-
tenciosos, son también egoístas y amantes del dinero: “Devoran la
hacienda de las viudas so capas de largas oraciones”.48 Es decir,
simulan ser hombres muy devotos para que las viudas les confíen
la administración de sus bienes y ellos se aprovechan. De las pala-
bras de Jesús parece deducirse que llegan hasta el latrocinio49.
Después de esto Marcos nos va a presentar la historia de una
viuda pobre como el modelo ideal del seguidor del evangelio.
Seguro que Marcos la ha querido situar como contraste. Mientras
que para la viuda todo son alabanzas, a ellos, a los escribas, se
les augura un juicio muy riguroso.
El evangelista plantea en este episodio algo que más tarde va
a tener gran vigencia en la Iglesia: la relación entre la cultura reli-
giosa y la vivencia de fe. ¿Qué ha ocurrido que a lo largo de la
historia del cristianismo si se exceptúa la época de los Padres la
praxis no ha estado en relación con la cultura? Es un hecho que
ha preocupado a algunos pensadores católicos de nuestros días.
El teólogo von Balthasar llegó a afirmar que después de la gran
escolástica, después de Santo Tomás, no ha vuelto a existir nin-
48. “Los escribas judíos (y quizás los cristianos que Mc critica) utilizan la oración
para su servicio, se aprovechan de Dios para imponerse a los demás: comen
de las viudas. Han pervertido la religión, son cuevas de bandidos [cf. 11, 17]”
(X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 346).
49. “A la acusación de orgullo añade Jesús la de rapiña e hipocresía. Jesús lanzó
indudablemente acusaciones de este tipo, pero su formulación en este pasa-
je es tan vaga y general que parece reflejar una polémica antijudía” (E. J.
MALLY, Evangelio, 133).
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 349
pulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado
más que todos los que echan en el arca del Tesoro. 44 Pues todos
han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de
lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.»
52. “Todo lo que Jesús ha predicado se resume en la manera de ser de esta vie-
jecita: darse a fondo perdido. En conclusión: ayer Jesús declaró estéril el Tem-
plo porque no era vehículo para la llegada del Reino. Hoy, en la explanada
del Templo, han ido desmoronándose los cimientos del sistema. En el capí-
tulo siguiente, el Jesús del evangelio de Marcos mirará con ojo profético la
historia. El lector comprende que se está pronunciando el juicio de Dios
sobre estas tres realidades. En medio de dichas realidades está apareciendo
ya una humanidad nueva” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 191).
53. Cf J. GNILKA, El evangelio II, 206.
12. MAGISTERIO SOLEMNE EN JERUSALÉN 351
54. “Con esta imagen termina la vida pública (Mc 13 se dirige a los discípulos).
Significativamente Jesús ha querido compararse a una viuda. Frente a los ricos
que regalan ostentosamente aquello que les sobra, obteniendo así más pres-
tigio, ella ofrece silenciosamente dos moneditas, dándose a sí misma... De esa
forma viene a presentarse como testimonio de evangelio. Ella se entrega por
estas moneditas. Jesús lo hará al hacerse pan y vino, comida y salvación de
muchos [todos; cf. 14, 22-26]” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 348).
55. “Marcos presenta la interpretación que Jesús hace del suceso como adoctri-
namiento de los discípulos, a los que se llama imperativamente. La expresión
‘en verdad os digo’, que abre la frase, da a entender que Jesús está en con-
diciones de calibrar de manera válida el valor de la acción humana. También
en la apocalíptica, el visionario está autorizado a hacer lo mismo, pero intro-
duce su dicho con ‘juro’ [Hen et.]” (J. GNILKA, El evangelio II, 207).
56. Comenta Pronzato con sorna: “Las monedas pequeñas (lepta) eran dos. Y los
comentadores no dejan de resaltar el detalle, explicando que la viuda podía
352 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
muy bien haberse quedado con una. Si hubiera pedido consejo a algún direc-
tor ‘prudente’, probablemente habría escuchado que no hay que exagerar, que
basta la intención. Por fortuna la mujer no se ha dirigido a ningún maestro. Para
no hacer cálculos no necesitaba a nadie” (A. PRONZATO, Un cristiano II, 297).
57. ¿No existirá en la narración de este suceso una segunda intención de Marcos:
a saber, que la viuda representa la situación económica en la que el culto al
templo ha dejado a mucho gente, haciéndoles, además, ver que era algo que
provenía de la voluntad de Dios?
CAPÍTULO 13
3. “Con toda razón afirma Pesch, Naherwartungen 48, que para cualquier tipo
de exégesis de un texto evangélico el entero evangelio es contexto... El repro-
che que puede hacerse a R. Pesch es no haber sido bastante consecuente con
la línea de conducta que propugna. Escasas son las correspondencias que
encuentra en Mc 13 con el resto del evangelio” (J. MATEOS, Marcos 13, 5172).
4. “Marcos refleja aquí como en ningún otro lugar afirmaciones del Jesús histó-
rico. Más bien habla el Resucitado por boca del evangelista. Es decir: para
Marcos el evangelio es proclamación del Resucitado a sus contemporáneos.
Y aquí se sirve del material que le proporciona la tradición” (W. MARXEN, El
evangelio, 163-164).
5. “Marcos ha cristianizado así la apocalíptica, poniéndola al servicio del evan-
gelio. Los temas fundamentales de este capítulo siguen siendo los ya vistos
(gloria pascual y entrega de la vida) pero situados en perspectiva de futuro.
Mc no espera una verdad distinta, no especula sobre fechas, no descubre ‘mis-
terios’ de iniciados. Hace algo mayor: entiende el futuro de la iglesia desde el
camino de muerte de Jesús, iluminado ya por la pascua. Desde esta perspec-
tiva podemos leer y comprender el texto” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 351).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 355
6. “El lector de los días de Marcos está oyendo cada día narraciones apocalípti-
cas de lo que ha pasado aquí y allá, él mismo las ha vivido tal vez. No fue
muy diferente en los años 30. Las personas de mentalidad apocalíptica ven
en todo ello el cataclismo, el fin. A ellas, a los apocalípticos de siempre, el
texto les da un aviso importante: No creáis que ya es el fin, son sólo los dolo-
res de parto del mundo nuevo, es el mundo viejo que se autodestruye. A los
que ven en las desgracias el fin de los tiempos –y que por tanto se paralizan
y no las combaten– hay que decirles que ‘estos caos’ son los dolores de par-
to’, que se sitúen acertadamente ante ellos” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 197).
356 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
13. “La localización en el monte denota en este evangelio la esfera divina en con-
tacto con la esfera humana (cf. 3, 13; 9, 2); la precisión de los Olivos lo res-
tringe a la historia de Israel. Es, por tanto, figura del estado glorioso definiti-
vo (sentado), final del itinerario de Jesús, después de su pasión y muerte (11,
1; 14, 25; cf Ez 11, 23). Sigue enfrentado con el templo explotador e infiel a
su misión [enfrente del templo, cf. 11, 2; 12, 41; Zac 14, 4]” (J. MATEOS - F.
CAMACHO, Marcos, 220).
14. Cf. J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 221.
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 359
15. “El templo fue destruido por el fuego, pero Tito ordenó después allanar el
suelo completamente. Del fuego no hay ninguna indicación en la profecía.
Es ésta una razón contra los que invocan un vaticinio post eventum” (J. ALON-
SO, Evangelio de San Marcos, 452).
360 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
16. “Con esta afirmación Jesús no sólo anuncia el fin de la institución religiosa
representada por el templo, sino que promete la fundación de un templo
nuevo, obra definitiva de Dios, la comunidad de los creyentes” (A. PRONZATO,
Un cristiano II, 313).
17. Cf J. GNILKA, El evangelio II, 218.
18. “Estas tendencias (apocalípticas) –indudablemente ambiguas– están comple-
tamente ausentes del discurso de Marcos. Incluso da la impresión de que ha
tomado sus distancias frente a ellas; en efecto, todo su discurso se centra en
la invitación a la ‘vigilancia’ [que es una invitación al compromiso con la his-
toria]” (B. MAGGIONI, El relato, 183).
19. “Es verdad que hay una profunda semejanza y una notable coincidencia entre
este discurso y la abundante literatura apocalíptica del judaísmo tardío, inclu-
so de algunos profetas canónicos, como el tercer Isaías, Malaquías, Ezequiel
y Daniel. Pero si leemos más atentamente el texto, encontraremos en él nota-
bles diferencias” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 191).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 361
20. “La figura de una parturienta se utilizó frecuentemente para describir el pre-
ludio del día de Yahvé o de la era mesiánica: Is 13, 8; 26, 17; Jr 6, 24; Os 13,
13; Miq 4, 9-10... Lástima que en Marcos no se explique a qué se alude exac-
tamente” (E. J. MALLY, evangelio, 135).
362 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
21. “Si la predicación del evangelio por todo el mundo es una condición para el
comienzo del final, esa condición se está cumpliendo, no se ha cumplido
todavía. Sólo de esta manera puede transmitirse seriamente tensión y dispo-
sición de entrega, tema que interesa a Marcos” (J. GNILKA, El evangelio II, 223).
22. “Otra vez encontramos aquí un rastro del ambiente palestino de Mc. Las per-
secuciones en las sinagogas y los procesos ante tribunales paganos concuer-
dan con el relato que Lucas nos hace del arresto de Pablo en el templo de
Jerusalén y su posterior reclusión en las dependencias carcelarias del preto-
rio de Cesarea, donde Pablo pasó una larga temporada y ‘dio testimonio’ ante
el rey Agripa y los procuradores Félix y Festo [Hch 21, 27-26, 32]” (J. M. GON-
ZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 194).
23. “No se basa (como en 8, 31; 9, 11) en una afirmación de la Escritura, sino que
en la línea apocalíptica, se refiere al gobierno histórico de Dios. Pero el hecho
de que un suceso histórico, en último término dependiente de la responsa-
bilidad de la comunidad, se convierta en suceso que debe preceder necesa-
riamente al final supone una transformación esencial de la interpretación apo-
calíptica. La argumentación no parte de la parusía del Hijo del hombre, sino
de lo que se ha convertido en realidad mediante la actuación de Jesucristo
en la historia y debe darse a conocer al mundo entero por medio del evan-
gelio” (J. GNILKA, El evangelio II, 223).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 363
24. “En efecto, había el peligro de que los cristianos, nerviosos ante la espera de
un acontecimiento escatológico inminente, descuidaran la ‘proclamación’ del
evangelio, que debía ser llevado más allá de las fronteras de Israel, o sea, a las
naciones paganas, y se replegaran sobre sí mismos aguardando pasivamente el
retorno final de Cristo. Para nuestro evangelista la proclamación al mundo ente-
ro tiene una importancia central. He aquí de nuevo una coincidencia con las
ideas fundamentales de Pablo” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 194).
364 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
25. “Aparece así un esquema trinitario. En el centro está Jesús, que mantiene a los
creyentes que serán odiados por su Nombre (13, 9.13). En la base se halla Dios,
pues se os dará (= Dios os dará), lo que tengáis que hablar (13, 11). En la meta
está el Espíritu Santo como fuente de palabra para los creyentes (13, 11). Sig-
nificativamente, Mc ha vinculado persecución/plenitud escatológica y revela-
ción trinitaria [del Espíritu Santo]” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 356-35749).
26. “La imaginaria apocalíptica ha entrado en la tradición de las persecuciones
adquiriendo así un nuevo sentido, un nuevo valor. En las persecuciones incre-
íbles que los discípulos de Jesús habrán de padecer hasta en el seno mismo
de sus familias, se anuncia un oscuro acontecer, permitido por Dios, que carac-
teriza como mala la presente era del mundo, pero que señala a los discípulos
del Cristo el camino de la cruz de su Señor... Y la hipérbole de que serán odia-
dos ‘por todos’ subraya la tenebrosa situación del mundo” (R. SCHNACKENBURG,
El evangelio II, 207).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 365
da donde no debe (el que lea, que entienda), entonces, los que
estén en Judea, huyan a los montes; 15 el que esté en el terrado,
no baje ni entre a recoger algo de su casa, 16 y el que esté por el
campo, no regrese en busca de su manto. 17 ¡Ay de las que estén
encinta o criando en aquellos días! 18 Orad para que no suceda
en invierno. 19 Porque aquellos días habrá una tribulación cual
no la hubo desde el principio de la creación, que hizo Dios, has-
ta el presente, ni la volverá a haber. 20 Y si el Señor no abreviase
aquellos días, no se salvaría nadie, pero en atención a los elegi-
dos que él escogió, ha abreviado los días.21 Entonces, si alguno
os dice: ‘Mirad, el Cristo aquí’, ‘Miradlo allí’, no lo creáis.22 Pues
surgirán falsos cristos y falsos profetas y realizarán señales y
prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los ele-
gidos. 23 Vosotros, pues, estad sobre aviso; mirad que os lo he
predicho todo.
27. “La plenitud personal no coincide, por tanto, con la de la humanidad como
tal, ni necesita esperarla. El ‘tiempo’ individual es más acelerado que el del
género humano en su conjunto. El hombre se hace haciendo la historia, pero
no le da término ni ha de ilusionarse con ver el final. Lo importante es dar
impulso a la historia, continuando la obra de Jesús” (J. MATEOS, Marcos 13,
280).
366 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
28. “Todo conserva un trasfondo y un sentido judío en el texto, pero hay algo
que desborda ese nivel: no hay alusión a la lucha armada de los justos, ni a
la defensa de Jerusalén, ni al zelotismo militar. Es como si el asedio de la ‘san-
ta ciudad’ no importara a los cristianos. Los seguidores de Jesús no pueden
luchar por ella: no tienen ciudad que guardar, no pueden responder con vio-
lencia a la violencia” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 360).
29. “Es decir la única perspectiva es la destrucción; no habrá intervención divina
a favor de la nación judía como tal ni de sus instituciones, aunque sí a favor
de los elegidos. Esto confirma la causa del desastre, la infidelidad de los diri-
gentes y del pueblo” (J. MATEOS, Marcos 13, 280).
30. Cf W. TRILLING, Jesús y los problemas de su hitoricidad, 126-147.
31. Se ha pensado que esos montes pudieran ser Galilea: “Jerusalén está asedia-
da. No se habla directamente a sus habitantes, pero, naturalmente, se alude
a ellos. Por eso, en el contexto de Marcos es difícil que los ‘montes’ sean las
cadenas montañosas judías. Nos podemos preguntar si con la palabra ‘mon-
tes’ se designa Galilea” (W. MARXEN, El evangelio, 175122).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 367
32. “El evangelista emplea la misma terminología del profeta Daniel (9, 27; 11,
31); se supone que el texto de Daniel aludía a la profanación del templo per-
petrada por Antíoco Epífanes, que en el 168 mandó erigir en el recinto sacro
un altar dedicado a Júpiter. Desde aquel momento el pueblo judío temió que
se pudiera repetir un sacrilegio análogo. La expresión ‘abominable devas-
tador’ se convirtió en elemento esencial en las descripciones apocalípticas”
(J. M. GONZÁLEZ RUIZ, El evangelio, 196).
368 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
33. “Por estas alusiones al A.T., Jerusalén aparece en este pasaje como una ciu-
dad impía opresora y corrompida. Esta es la causa de su destrucción. Cual-
quier dilación de la huida, aun mínima podría ser fatal”. (J. MATEOS - F. CAMA-
CHO, Marcos, 226).
34. “Los elegidos, a los que en la apocalíptica se equipara con los justos (Hen. et
38, 2; 39, 6s), son para Marcos que utiliza este término sólo en el discurso esca-
tológico, la comunidad. La frase de relativo subraya la elección activa de Dios.
Esto significa para la comunidad consuelo, pero no una seguridad absoluta.
Cada individuo tiene que superar la prueba” (J. GNILKA, El evangelio II, 231).
35. “Las expresiones: ‘Mira aquí al Cristo’ o ‘Miralo allí’ señalan con el dedo a los
cristianos exaltados que daban la parusía por cosa hecha. Algo parecido se
encuentra también en los logia” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 215).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 369
36. “Cuando esto ocurra, no lloréis por el Templo, no añoréis un sistema cadu-
co, más bien, huid de él y de todos los horrores de su destrucción. Huid del
«centro religioso caduco, incapaz ahora, antes y siempre de dar vida, de tra-
er el reino de Dios»” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 198).
37. “Falsos mesías y profetas (13, 21-23). Taylor (Mark, 502-503,515) piensa que
esta sección es en realidad un simple duplicado de 13, 5-8. Las razones que
aduce a favor de su tesis no son del todo convincentes, aunque haya de
admitirse cierta semejanza en cuanto a estructura y contenido... Este pasaje
está compuesto de varias sentencias” (E. J. MALLY, Evangelio, 138).
370 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
didas. 26 Y entonces verán al Hijo del hombre que viene entre nu-
bes con gran poder y gloria; 27 entonces enviará a los ángeles y
reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de
la tierra hasta el extremo del cielo.
38. “El lector esperaría que la ruina de la nación y del templo se equiparasen a
ese día; sin embargo, es en esos lugares donde Mc utiliza la fórmula plural,
que no designa ‘un día’, sino un período de tiempo. La fórmula singular de
Dios en la historia, se emplea para designar el día de la muerte de Jesús (2,
20). Éste es, por tanto, el acontecimiento culminante que da carácter a la nue-
va época y pone en movimiento su dinamismo” (J. MATEOS, Marcos 13, 335).
39. “Se destruye este mundo, caen las estrellas, el sol y la luna (las lumbreras, los
poderes de este mundo, los ‘superstar’). No es que el Hijo del Hombre lle-
gue a través de la calamidad, sino que su llegada trastorna el mundo viejo.
Su esplendor lo anula; ya no hay astros que ilumen ante su luz. En los Apo-
calipsis judíos llegaba el juez para condenar. Aquí no hay juicio de condena-
ción, sino la aparición de la salvación, el inicio del mundo nuevo. El texto
no pretende atemorizar sino dar esperanza” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 199).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 371
40. “Acerca del proceso histórico y del fin de nuestro mundo histórico la revela-
ción no quiere darnos ningún dato concreto. Por nuestra parte, desde luego
que podemos y debemos esforzarnos por planear el futuro y agotar todas las
posibilidades en orden a la mejora de las estructuras sociales y del bienestar
de la humanidad. Sólo el futuro último, la consumación de la creación, se los
ha reservado Dios en exclusiva” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 217-218).
41. “Queda por aclarar todavía un punto: la vuelta del Hijo del Hombre en poder
y majestad no significa, de ningún modo, que Dios, al final, abandone el
camino del amor para sustituirlo por el de la fuerza. Si así fuera, la cruz deja-
ría de ser el centro del plan de la salvación... La vuelta del Hijo del Hombre
será el triunfo del Crucificado [14, 61-62]” (B. MAGGIONI, El relato, 186).
42. “Lo que Dan 7 presentaba como enigma recibe aquí un sentido transparente:
el Hijo del humano es Jesús que viene para culminar su evangelio. Otros tex-
tos judíos situaban en este lugar la guerra santa (victoria sobre los enemigos
de Dios), el cumplimiento de la ley (línea farisea) y/o el arrepentimiento
(línea del Bautista): el enviado de Dios llegaría cuando tales cosas se cum-
plieran. Conforme a Mc 13 la esperanza del fin se vincula a la historia de
Jesús (a su entrega como Hijo del humano) y al anuncio universal de su evan-
gelio” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 364).
372 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
43. “Son tantos en esta sección los detalles característicos de la literatura apoca-
líptica que no es fácil determinar el sentido que podían tener para los cris-
tianos del siglo I o el que han de sacar de ellos los cristianos modernos” (E.
J. MALLY, Evangelio 138-139).
44. “Se ha interpretado de diversas maneras la fórmula contaminada ‘desde el
extremo del cielo hasta el extremo de la tierra’. Se la ha relacionada con la
suprema altura de la tierra y del cielo, con Galilea, con el ámbito de los vivos
y de los muertos” (J. GNILKA, EL evangelio II, 235).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 373
están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29 Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que
51. “El peor modo de leer esta página me parece que es el de plantear aquí el
problema –bastante debatido en teología– de la autoconciencia de Jesús que
es del todo extraño a ella. El Maestro no habla de conocimiento, como noso-
tros entendemos, en relación a su persona, sino en relación al mensaje que
el Padre le ha consignado para nosotros. Ahora bien, en este mensaje la fecha
permanece secreta” (A. PRONZATO, Un cristiano II, 320).
52. “El logion tiene determinados modelos en el ámbito judeo-vetestamentario,
donde puede ensalzarse la ley de manera similar [Bar 4, 1; Sap 18, 4]” (J. GNIL-
KA, El evangelio II, 241).
13. EL REINO DE DIOS SE INTRODUCE EN LA HISTORIA 377
portero que vele; 35 velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo vie-
ne el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al can-
tar del gallo, o de madrugada.36 No sea que llegue de improviso y
os encuentre dormidos. 37 Lo que a vosotros digo, a todos lo digo:
¡Velad!»
53. “«El Señor de la casa» designa a Jesús mismo, el heredero de la viña (12, 7),
que, de hecho, la ha heredado. Se pasa de una imagen tomada de la cultura
rural a otra de la cultura urbana. En la casa, Jesús es el Señor; es decir, en la
tierra (cf. 20, 10), el reino de Dios es el reino del hombre” (J. MATEOS, Mar-
cos 13, 433).
54. “La alegoría adquiere densidad mediante la inclusión de numerosos siervos a
los que se asigna autoridad y tarea (‘a cada uno su trabajo’). Detrás de ellos
reconocemos a la comunidad y a los responsables de ella. El portero adquie-
re ahora, con el encargo de vigilar, una especie de posición especial (cf Hb
13, 17). Pero se va demasiado lejos si se pretende ver aquí una alusión a
Pedro” (J. GNILKA, El evangelio II, 245).
378 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
al Padre, era el grito del niño que sale del seno materno y entra
en la vida, después de que el velo del santuario (el seno de
Dios) se desgarró en dos, de arriba abajo (15, 38).
La narración de la Pasión viene precedida o, mejor, se inicia,
con la presencia de una mujer: la unción (14, 4-9), y termina
con la ida de otras mujeres al sepulcro también para ungirle o
embalsamarle (16, 1). Y lo hacen “pasado el sábado”, expresión
que indudablemente connota un hecho cronológico, pero que
probablemente no agota para Marcos todo su significado. En
primer lugar manifiesta que las mujeres todavía no han salido
de las instituciones, siguen profesando el judaísmo estricto. Y
en segundo lugar, quiere decir que las instituciones judías han
pasado ya. La resurrección de Jesús abre la historia a una reali-
dad nueva. Comienza un nuevo día, el día primero de una se-
mana, que acaba de inaugurar el Mesías9.
Pero nuestra pregunta sigue: ¿que habrá querido decir Mar-
cos con esta presencia de mujeres y perfumes al principio y fi-
nal de la Pasión? Ya hemos dicho que la Pasión para Marcos es
la tragedia de Jesús. No se le ahorra ningún dolor físico y moral.
¿Ha pretendido poner una nota de humanidad en ella? ¿Ha que-
rido decir veladamente, como él acostumbra, que Jesús es el no-
vio del Cantar? Sabido es que los discípulos “quedan” muy mal
en el evangelio y, en concreto, en la Pasión. ¿Ha pretendido
afirmar que entre sus seguidores hubo quien entendió su dolor
y su vida? Lo cierto es que la mujer le acompaña cuando em-
pieza su calvario, y su presencia sigue en su perfume a lo largo
9. “Después del ‘sábado’, el ‘primer día’, al ‘salir el sol’. Hemos entrado en una
nueva época. Se terminó la época de los sábados, de las leyes, templos, cos-
tumbres y sacrificios de este mundo viejo, es el primer día de la nueva crea-
ción, de una humanidad nueva ya imagen de Dios. Es el momento preciso
de la ‘salida del sol’ del Reino: ha nacido la humanidad nueva de la que el
Resucitado es su primicia” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 245). Por su parte, escri-
be X. Pikaza: “Cumplido el ritmo de reposo y sacralizado del judaísmo. El
sábado se vuelve ahora tiempo viejo, culto a las fuerzas de este mundo que
mantienen a Jesús en el sepulcro. Es tiempo de pecado: triunfan aquellos
que han matado; descansan de su asesinato. Sólo allí donde se llegue a su-
perar el judaísmo (ley, nación, sábado) tendrá sentido la nueva vocación
mesiánica. Ella se define por la pascua” (Para leer el evangelio, 223).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 385
10. “Llegan donde nadie ha llegado, se mantienen donde todos han caído. Es
evidente que para culminar el camino han de dar el último paso (venir a
Galilea: 16, 7-8). Pero han de hacerlo también los varones” (X. PIKAZA, Pan,
casa, palabra, 125).
11. “La fe israelita se sirvió más tarde de esta antigua fiesta de nómadas para in-
cluir en ella el recuerdo (zikkaron) del acto salvífico de Yahvé librando a su
pueblo de la esclavitud de Egipto. De este modo una fiesta de la naturaleza
se transformó en una fiesta histórica” (A. PRONZATO, Un cristiano III, 16).
12. “Mas para Marcos entra en el destino secreto del Hijo del hombre el ser en-
tregado con engaño y perfidia, con sigilo y a traición, y ser prendido como
un salteador en la obscuridad de la noche [cf. 14, 43-49]” (R. SCHNACKENBURG,
El evangelio II, 239).
386 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
15. “El estilo refleja ciertas peculiaridades semitas y las ideas se explican desde
la mentalidad judía. No hay, pues, fundamento alguno para negar su histori-
cidad. Sólo la fijación cronológica no es completamente segura; en Jn 12, 1
se coloca el banquete ‘seis días antes de la pascua’. En Marcos y de acuerdo
388 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
con 14, 1 da la impresión de que fue dos días antes de la fiesta; pero ya he-
mos visto que el episodio ha sido introducido entre 14, 2 y 14, 10, y que en
el episodio mismo no se indica dato alguno. La proximidad a la pascua de
la muerte resulta del propio relato” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 240).
16. Una anotación de la Biblia de Jerusalén nos advierte: “Episodio propio de Lc
distinto de la unción en Betania, Mt 26, 13p, aunque esta última podría tal vez
haber influido en algunos detalles del relato lucano. No debe identificarse a la
pecadora de este episodio ni con María de Betania, hermana de Marta, 10, 39;
ver Jn 11, 1s; 12, 2s, ni tampoco con María Magdalena, 8, 2” (nota a Lc 7, 36).
17. “Quebrar el frasco, derramando todo el perfume/amor, simboliza la disposi-
ción a la entrega total (8, 34s); este amor unge la cabeza de Jesús, es decir,
reconoce y confirma su realeza (cf. 1 Sam 10, 1), que va a ser proclamada
en la cruz [15, 26]” (J. MATEOS – F. CAMACHO, Marcos, 240).
18. En el A.T. se ungía la cabeza del rey (2 Re 9, 1-13; 1 Sam 10, 1); es posible
que aquí se intente sugerir la dignidad regia de Jesús. Sin embargo, puede
que se trate simplemente de la costumbre de ungir la cabeza de los invita-
dos a un banquete (cf Sal 23, 5).
19. Cf Mt 20, 9-10 donde se habla de que un denario es el salario de un día. En
Mc 6, 37 se dice que para dar de comer a cinco mil hombres serían necesa-
rios 200 denarios.
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 389
25. “La mujer, sin saberlo, ha hecho un gesto simbólico; por eso su memoria
quedará inmortalizada en el anuncio del evangelio” (J. D ELORME , El
evangelio, 104).
26. “En los días de la narración de Marcos la anécdota sugiere que el problema
está mal planteado. Al ‘pobre’ Jesús (en la Pasión se patentiza que su preca-
riedad y exclusión social alcanza todas las cotas de marginación) sólo lo ten-
dréis ahora entre vosotros. En este camino de la cruz debéis preocuparos de
él, acompañarle y hacerle llevadera su Pasión. Él es el primogénito de todos
los pobres” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 207).
392 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
27. “Parece claro, sin embargo, que el gesto de romper (syntripsasa) está aludien-
do a la muerte de Jesús; quebrado el frasco no se puede ya recomponer (pues
no tiene tapón); así Jesús debe romperse para que se expanda su perfume. La
mujer unge a Jesús en la cabeza, tomándole quizá como rey, pues conforme a
la tradición israelita el rey era ungido en la cabeza (1 Sam 10, 1; cf. 1 Sam 16,
13; 1 Re 1, 39). El texto ofrece además otra clave. Esta mujer realiza su signo
en contexto de comida, es decir, de comunicación profunda, allí donde Jesús
dirá después que el vino del banquete es (= simboliza) su misma sangre de-
rramada. Entre el perfume del frasco que se derrama (kata-kheô) y la sangre
derramada de Jesús (ek-khynnô: 14, 25) hay relación fonética, etimológica, es-
tructural y teológica. Parece, finalmente, que Mc ha querido vincular la unción
de esta mujer y el gesto de Jesús que se reclina para comer, desvelando así el
más hondo sentido de su entrega” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 374).
28. El suceso de Betania adelanta el de pascua. No es necesario que las mujeres
de la mañana de pascua hablen. Ya lo ha hecho aquí Jesús. Cf. M. NAVARRO,
Ungido para la vida, 158-159.
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 393
29. “En fuerte contraste, la traición de Judas. Se insinúa el motivo del dinero; pe-
ro lo que impresiona al narrador es que sea ‘uno de los Doce’” (L. ALONSO
SCHÖKEL, Biblia del peregrino, 141). En el texto griego se percibe más el én-
fasis, al leer “el uno de los Doce” (Mc 14, 10).
394 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
32. “Sería errado decir, por ejemplo, que Jesús habría arreglado con anterioridad
todo con el propietario de la casa, que habría sido seguidor de Jesús; que
los miembros del sanedrín no debían caer en la cuenta de su llegada. Tam-
bién la observación de que aquel que llevaba el agua es Juan Marcos (kera-
mion = al arameo marekah = alusión al nombre Marcos) debe considerarse
como pura fantasía. Detrás de la tradición está sólo el conocimiento históri-
co de que Jesús antes de su muerte, celebró una comida festiva con sus dis-
cípulos” (J. GNILKA, El evangelio II, 274).
396 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
33. Parece que se da una cierta contradicción en Marcos, cf 15, 42. La solución
es distinta según los autores, cf J. GNILKA, El Evangelio II, 389; J. MATEOS – F.
CAMACHO, Marcos, 242. No sabemos si Jesús fue crucificado el día 14 ó 15
del mes de nisán según Juan o los sinópticos respectivamente. “Hasta ahora
todas las tentativas que se han hecho por resolver estas diferencias no han
dado ningún resultado satisfactorio. También la hipótesis de Juan que se ha-
bría acomodado al calendario solar esenio, testificado en Qumrán, y según
el cual la pascua –¿sin cordero?– se celebraba siempre la tarde del martes,
tropieza con dificultades” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 245). Según los
sinópticos la cena tendría carácter pascual; para Juan sería simplemente “una
cena” (cf Jn 13, 2).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 397
36. “Caída la tarde”, expresión que aparece cinco veces en Mc (1, 32; 4, 35; 6,
47; 14, 17; 15, 42), siempre connota un aspecto negativo o de tristeza.
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 399
42. “No se menciona en esta cena ninguna de las viandas propias de la cena ju-
día, ni siquiera el cordero; el evangelista indica así que Jesús no celebra
aquella pascua, sino que anticipa la suya. Compartir la comida es signo de
amistad e intimidad” (J. MATEOS – F. CAMACHO, Marcos, 245).
402 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
43. “La perícopa se cierra con una nota narrativa. El canto de un himno cuadra
con la comida pascual, pero también con la celebración eucarística. Dado
que se presupone una comida pascual, tenemos que pensar en el pequeño
Hallel (recitación de los salmos 114 ó 115-118), que tenía lugar al final de la
celebración. El concepto himno (himnon) para el hallel es atestiguado sólo
precariamente, pero no es de esperar que se elija el término especializado”
(J. GNILKA, El evangelio II, 289).
44. “Más que de un verdadero y propio banquete pascual, se trata de un
‘marco pascual’ o, según la expresión de X. L. Dufour de una ‘atmósfera
pascual’. Todos los preparativos se han hecho como si se tratara de una
cena pascual, pero no se desarrolla de acuerdo con el rito judío. Faltan
los elementos acostumbrados en estas ocasiones” (A. PRONZATO, Un cris-
tiano III, 31).
45. “En todo caso, el evangelista Marcos cuenta la acción de Jesús de tal modo
que la comunidad podía sentirse directamente aludida. Ello explica también
por qué ha podido renunciar a la repetición del mandato: ‘Haced esto en
memoria de mí’. Pues la comunidad lo hacía puntualmente en sus celebra-
ciones de la fracción del pan” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 263).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 403
46. Otros creen que Jesús celebró la Pascua judía, pero luego el evangelista su-
brayó “solamente los gestos y las palabras que están en la base del ‘misterio’
celebrado posteriormente por las comunidades cristianas” (J. M. GONZÁLEZ
RUIZ, Evangelio, 207).
47. “En consecuencia, y desde un punto de vista filológico este es un texto
abierto; la tradición católica, ayudada por otros pasajes del NT (por ejemplo,
1Cor 11, 24-32), ha resuelto la cuestión en términos de identidad y presencia
real. Esta tradición cristalizó en el Decreto tridentino sobre la eucaristía [Ds
1636-37, 1651; DB 874, 883]” (E. J. MALLY, Evangelio, 144).
404 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
60. “Los orientales consideraban al gallo como una potencia de las tinieblas por-
que cantaba en la oscuridad. De los ídolos introducidos en Samaría por los
colonizadores asirios (2Re 17, 30), el Talmud (Sanh 63, b) identifica a Sucot-
Benot con una gallina y a Jergal con un gallo. Cf. A. Cohen, Il Talmud (trad.
Italiana; Bari 1935) 314” (J. MATEOS – J. BARRETO, El evangelio II, 7612).
61. Otros entienden el pasaje de otra manera: “Antes de que el gallo cante dos
veces. La negación de Pedro será tan rápida que un gallo no tendrá tiempo
de cantar dos veces. La hipérbole marca un fuerte contraste con la vehe-
mencia de Pedro en sus propuestas. No es preciso referir estas palabras a
una división de la noche [Mc 13, 35]” (E. J. MALLY, Evangelio, 145).
410 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
sar. Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a
ser entregado en manos de los pecadores. 42 ¡Levantaos! ¡vámo-
nos! Mirad, el que me va a entregar está cerca.»
sables para mostrarnos que no debe haber ningún miedo que pueda sepa-
rarnos de Dios, de nosotros mismos y de los otros. A partir de ese momento
podemos ya pronunciar la plegaria que la Iglesia nos propone el viernes
santo: «Te damos gracias y te bendecimos, Señor Jesucristo, porque con tu
santa cruz has redimido al mundo»” (E. DREWERMANN, Il vangelo, 418).
70. “Caso de que la petición pudiera dar la impresión de cierta inseguridad en la
postura de Jesús frente al sufrimiento, la oración es la expresión de la subordi-
nación completa de su voluntad a la divina” (J. GNILKA, El evangelio II, 305).
71. Cf J. GNILKA, El evangelio II, 304-305.
72. “Jesús se separa del grupo de los tres, pero a poca distancia; se deja caer en
tierra, como derrotado; no es una postura de oración sino de abatimiento”
(J. MATEOS - F. CAMACHO, Marcos, 252).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 413
73. “Mas no sólo en la oración, en toda su vida prolonga Jesús lo que ese ‘abba’
implica; y la absoluta confianza y el dolor aceptado hasta el extremo en
Ghetsemani son la traducción real e histórica de esa fijación y de esa pater-
nidad... Hasta el punto de que al final de la comprehensión neotestamenta-
ria de la revelación de Dios y de la autorrevelación de Jesús, aquél será de-
signado como ‘el Padre’, y éste, sin más, como «el Hijo»” (O. GONZÁLEZ DE
CARDEDAL, Jesús de Nazaret, 98)
74. “Con el sueño, los discípulos se han desentendido de la situación; no tie-
nen verdadera adhesión a este Jesús, sino al Mesías glorioso que ellos ima-
ginan, aunque saben el estado de abatimiento en que Jesús se encuentra
(33-34), no muestran interés ni solidaridad con él” (J. MATEOS – F. CAMACHO,
Marcos, 254).
414 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
75. “La frase no conseguían tener los ojos abiertos, está en relación con la cegue-
ra y significa la incomprensión (6, 54; 18, 25; cf. Ex 8,15.32; 9, 7.34; 1 Sm 3,
2). Ante la debilidad de Jesús y su propia conducta no saben qué decir” (J.
MATEOS – F. CAMACHO, Marcos, 255).
76. La palabra siguiente del texto griego filológicamente discutible, señala una
pausa o cambio de situación... El Hijo del hombre abraza el destino que se
le ha señalado; ahora ha sonado la hora... Jesús afronta decidido su futuro”
(R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 276).
77. Entonces el hombre toca al abismo. “¿Qué es el abismo? ¿Acaso es la presen-
cia de un Dios demasiado grande que desgarra la mente de quien intenta
comprenderlo? O, por el contrario, ¿no será la total ausencia de Dios y el
sinsentido de la existencia? ¿O simplemente la espantosa distancia que sepa-
ra al hombre de Dios? O quizás nada de todo eso. Tan sólo hay una certeza:
quien no se enfrenta al abismo no conoce a Dios ni se conoce a sí mismo”
(J. OTÓN CATALÁN, Vigías, 149). Estas palabras las escribe el autor a propósito
de sus reflexiones sobre las horas de Jesús en Getsemaní.
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 415
78. “El logion del Hijo del hombre varía la forma más antigua de 9, 31: entrega-
do en manos de los hombres. El contraste Hijo del hombre-pecadores es
más pregnante aún. En LXX Sal 35, 11; 70, 4; 81, 4 el piadoso pide a Dios
que tenga a bien rescatarlo de la mano del pecador o de los pecadores. En
Marcos el contrate empalma con la tradición del Hijo del hombre” (J. GNILKA,
El evangelio II, 309).
79. Cf PRONZATO, Un cristiano III, 50.
80. “De cualquier modo, como observa A. Feuillet, ‘Getsemaní representa el cul-
men de la ceguera’ de los discípulos” (A. PRONZATO, Un cristiano III, 50).
416 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
81. A pesar de eso “Marcos prolonga hacia atrás el tema de la pasión. Están las
tres predicciones que desde el capítulo 8 en adelante van midiendo la narra-
ción; estas predicciones no se limitan a prever la pasión, sino que demues-
tran que Cristo era consciente de ella y señalan su significado: Una vida en-
tregada en sustitución, por todos” (B. MAGGIONI, El proyecto, 207).
82. “El relato que Marcos nos ha legado tiene dos partes: la primera presenta la
carga emotiva de un beso que, según el texto, es traidoramente efusivo. Y la
vergonzosa nocturnidad con que actúa la policía del Templo ante un profeta
que ha hablado a plena luz, cada día en el mismo Templo. La segunda parte
presenta la noble reacción de Jesús: no puede menos que protestar –única
vez en toda la pasión de Marcos– por la violencia de la nocturnidad y los
‘machetes y palos’. Nos presenta también el bochornoso espectáculo de la
huida de los amigos” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 215).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 417
93. “El joven, en paralelo con el que aparecerá en el sepulcro (16, 5), figura de Je-
sús mismo: hecho prisionero, deja en manos de sus enemigos su vida mortal
(la ‘sábana’, cf 15, 46), pero sigue vivo y libre (huyó desnudo), fuera del do-
minio de sus perseguidores. Así, en el momento de empezar la pasión, Mc se-
ñala simbólicamente su desenlace” (J. MATEOS – J. CAMACHO, Marcos, 258).
422 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
94. “Cuando Jesús llega ante el Sanedrín el proceso está ya juzgado de antema-
no; se trata de encontrar el motivo jurídico para su muerte. Y no es posible
encontrarlo en los falsos testimonios que se contradicen entre sí. Se lo pro-
porcionará la misma respuesta de Jesús” (J. DELORME, El Evangelio, 107).
95. “El Sanedrín condenó a Jesús a muerte por haberse declarado Hijo de Dios y
Mesías, de manera distinta a la religión del templo de la época, y porque él,
de esta manera, se proponía cambiar la fe judía desde sus cimientos. Además,
se reconocen otros motivos, también políticos” (F. LENTZEN-DEIS, Comentario,
440).
96. “De esta manera se sincroniza el proceso de Jesús y la negación del discípu-
lo. Pedro continúa teniendo su ‘nombre de oficio’, interrumpe su huida y si-
gue a Jesús. Para no dar pie a la interpretación equivocada de que se trata
de un verdadero seguimiento, se introduce la expresión ‘de lejos’. Para que
el seguimiento sea verdadero es necesario estar dispuesto a ir con Jesús a la
cruz” (J. GNILKA, El evangelio II, 326-327).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 423
97. “Phôs designa más bien antorcha. La elección de phôs en nuestro pasaje
puede explicarse en virtud de que gracias a la “luz” de las llamas ha podido
ser reconocido Pedro” (S. LÉGASSE, El proceso, 4215).
424 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
98. “Parece evidente que ellos reflejan una polémica cristiana contra el templo,
conservada en otros testimonios del Nuevo Testamento (cf. Hech 7, 48; 17,
24; Heb 9, 11; 9, 24). En un nivel, los acusadores de Mc 14, 55-59 son falsos,
porque no concuerdan (había diversas opiniones sobre el tema) y porque
están comprados para condenar a Jesús en contra de la voluntad de Dios.
Pero, irónicamente en otro plano, Mc sabe que son verdaderos, pues Jesús
lo ha dicho y con su muerte se rasgará el velo del templo, quedando así de-
sacralizado (15, 38), y a los tres días surgirá en su pascua el nuevo y verda-
dero templo” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 400).
99. “Pero no se trata de un punto de partida elegido al azar y sustituible por
cualquier otro. Hablar del naos de Jerusalén significa, en efecto, hablar de lo
más sagrado del judaísmo y de lo que más lo representa. Por otra parte, la
pretensión de Jesús de tener poder sobre él plantea a la conciencia judía la
cuestión de Jesús como Mesías” (G. BIGUZZI, “Yo destruiré este templo”, 145).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 425
100. “Se ha pensado que este silencio, que se repite ante el juez romano (15, 4s)
pretenda recordar el pasaje de Is 53, 7, donde se dice del Siervo de Yahveh:
‘Y no abrió su boca... como va la oveja al matadero’. Pero esta alusión bíbli-
ca no es segura” (R. SCHNACKENBURG, El evangelio II, 291).
101. “Ante el silencio de Jesús, el sumo sacerdote se ve obligado a hacer la pre-
gunta que nunca se habían atrevido a hacer, porque los acusaba. Formula la
declaración que desea de Jesús, la que esperaba que él mismo pronunciara”
(J. MATEOS – F. CAMACHO, Marcos, 261).
426 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
105. “En el fondo, Jesús precisa por última vez: Yo soy, pero no como os lo
imagináis” (A. PRONZATO, Un cristiano III, 79).
106. Sobre en que consistió la blasfemía, que según el sumo sacerdote pronun-
ció Jesús, los autores no se ponen de acuerdo. “Es posible que el sumo sa-
cerdote y el sanedrín hayan ‘leído’ la afirmación de Jesús en clave de apro-
piación de prerrogativa divina. En realidad, el salmo 109 (110) habla del rey
davídico sentado a la derecha del poder en cuanto ejerce en la tierra el po-
der que Dios detenta en los cielos. Con estas palabras el trono terreno del
Mesías ‘representa’ solamente el trono celestial de Dios. En cambio, Jesús
parece atribuirse un trono celeste” (A. PRONZATO, Un cristiano III, 80).
428 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
107. “Por lo demás, históricamente apenas se concibe esta escena ante el supre-
mo tribunal judío. Pero el evangelista y la tradición primitiva cristiana ante-
rior a él la han referido para poner de relieve la oposición insuperable y
alentada por las pasiones entre la incredulidad judía y la fe cristiana en el
Hijo de Dios. No puede excluirse un núcleo histórico... Ni a partir de la
profecía bíblica de Is 50, 5s; 53, 7, se explica la escena adecuadamente” (R.
SCHNACKENBURG, El evangelio II, 294). Como es obvio, no estamos de acuerdo
con algunas de las afirmaciones de esta nota.
108. “Ahora cede cobardemente, y no ante un interrogatorio apremiante del su-
premo tribunal de Israel, sino ante la inofensiva pregunta de una criada cu-
riosa; no ante las amenazas de la muerte, sino ante el miedo de ser ridiculi-
zado” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 220).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 429
halla a mucha distancia de la que tienen esos entre los que se en-
cuentra. Al salir afuera, canta el gallo por primera vez. Es extraño
que no se produzca en Pedro ninguna reacción ante este primer
canto del gallo112. La no reacción de Pedro supone que él no con-
sidera negación de Jesús cuanto acaba de decir. Piensa que se tra-
ta de una simple simulación. Esto supone que Pedro al igual que
Judas espera una reacción de Jesús y entonces él se sobrepondrá.
Pero la misma criada lo encuentra fuera y le dice que él es
uno de ellos. Y Pedro lo negó. Ahora no reniega de Jesús, niega
pertenecer a su grupo113. Pero los presentes insisten en que es
uno de ellos. Entonces él se puso a echar imprecaciones y a ju-
rar: “Yo no conozco a ese hombre de quien habláis”. Jura, pone
a Dios por testigo, y se echa sobre sí toda clase de males si
miente. Y la afirmación que avala con el juramento y las impre-
caciones es la siguiente:”Yo no conozco a ese hombre de quien
habláis”. Su negación lleva consigo dos pecados. Niega conocer
a Jesús, a quien llama hombre. Pero se separa así de toda la re-
velación y sentido del Hijo del hombre, y a quien de alguna for-
ma desprecia con un “ése” (ese hombre)114.
En Pedro aparece la debilidad, el miedo, la insuficiencia de
lo humano en la repuesta a la gracia. Desde el punto de vista
psicológico fue el miedo lo que produjo en él ese aturdimiento.
No quiso abandonar a Jesús, como hicieron los otros, prefirió
seguirlo “de lejos”, y visto el resultado, aunque enseguida lloró
sin descanso, no siguió ya a Jesús en su proceso, posiblemente
por miedo a nuevas defecciones.
112. El primer canto del gallo falta en códices de gran relevancia; cf E. J. MALLY,
Evangelio, 150.
113. “Nótese la gradación que hay en las negaciones de Pedro: ignorancia fingi-
da, simple negación, negación con maldiciones y juramento” (E. J. MALLY,
Evangelio, 149-150).
114. “Lo hace mediante un juramento. Con la maldición jura no conocer a ese
hombre. Es la fórmula usual con la que uno se distancia de otra persona.
Los rabinos la utilizan como dicho de excomunión (cf. Mt 7, 23). Pedro evita
intencionadamente mencionar el nombre de Jesús. Su distanciamiento de Je-
sús es perfecto. Se lleva a cabo solemnemente y ante testigos” (J. GNILKA, El
evangelio II, 344).
14. UNGIDO PARA LA PASCUA 431
115. “Las palabras griegas epibalôn eklaien son difíciles de traducir. Podrían sig-
nificar ‘habiéndose puesto, lloró’, es decir, empezó a llorar (Klostermann,
Schniewin… ); o ‘habiendo reflexionado sobre ello, lloró’ (Zorell), o (menos
probablemente) ‘habiendo cubierto su cabeza, lloró’. Esta lectura apoya la
primera interpretación” E. J. MALLY, Evangelio, 150.
CAPÍTULO 15
GRITO DE VICTORIA:
JUICIO Y MUERTE DE CRISTO
tud suya, que nos recuerda Juan, según la cual, en alguna oca-
sión Jesús se les había escapado de las manos (8, 59; 10, 39),
porque todavía no había llegado su hora. Sabemos expresamen-
te por Marcos que ya desde los comienzos de su misión los fari-
seos se confabularon con los herodianos (judíos y gentiles) con
objeto de eliminarlo (3, 6).
Los representantes de las instituciones judías atando a Jesús
frenaban el desarrollo de las Escrituras tendentes a lo escatoló-
gico y mesiánico que se concentraba en él. Marcos recalca que
de este acto era responsable todo el Sanedrín. Es como si la ins-
titución entera se eliminara a sí misma. Con esta acción Israel
cometía el mayor de todos sus errores.
Ataba al hombre que tenía la posibilidad de abrir a Israel a
horizontes universales, ataba a quien tenía la capacidad de dar-
le la posibilidad de ser hombre. Marcos tan sugerente, tan lleno
de símbolos, no ha podido recordar que ataron a Jesús para
rememorar un mero hecho histórico. Y si así lo hizo en un pri-
mer momento, no pudo resistir una profunda conmoción al leer
el escrito. En ese escalofrío pasó por su mente todo su evange-
lio y vio claramente que la actuación de Jesús y las actitudes de
los hombres ante su persona y mensaje conducían a este
momento y a este suceso: tenía que ser atado.
Fue conducido a Pilato6. Marcos no nos da ningún dato sobre
Pilato. Repite varias veces su nombre, pero nada más. Lo da por
conocido. Pero es llamativo que no aluda a su cargo. Parece que
sería como algo elemental. Es posible que lo haya silenciado
porque su papel va a ser de mero títere. Se dejará convencer por
los dirigentes judíos, y después por temor a la multitud soltará a
Barrabás (15, 8-15), y condenará injustamente a Jesús. Pilato trai-
cionó vergonzosamente su papel de juez de derecho romano.
11. “A pesar de los ánimos que le da Pilato, Jesús no responde más. Guardará
silencio desde este momento hasta su grito en el momento de su muerte (para
el tema del silencio en el salterio, cf 14, 61; Is 53, 7). El maravillarse de Pilato,
que se repetirá en otro lugar (15, 44), es más que la adecuada reacción psico-
lógica. Indica lo extraordinario, lo divino [5, 20]” (J. GNILKA, El evangelio II, 352).
12. “Oigamos a San Ambrosio: “Acusan al Señor, y calla, y calla bien, pues no
necesita defensa. Ansíen ser defendidos los que temen ser vencidos. [Jesús]
con su silencio no confirma la acusación, sino que, no rechazándola, la
menosprecia. Pues, ¿qué podía temer el que no ambicionaba su propia sal-
vación? La salvación de todos pone en peligro la suya, para poder adquirir la
de todos” (citado por M. IGLESIA, Nuevo Testamento, 246, nota a 15, 4-5).
442 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
judías, sobre todo con los saduceos, fue frontal. Éstos en segui-
da presintieron que las estructuras socioeconómicas se ponían
en entredicho y terminarían por derrumbarse. Poder que ellos
detentaban y administraban. Había, pues, un fundamento serio
para pedir la intervención de Roma. Jesús indirectamente se
había sublevado contra el estado. Los Sumos sacerdotes prime-
ramente hicieron ver al grupo judío que las pretensiones de Jesús
se oponían a la Escritura y luego lograron convencer a Pilato de
que la ideología de aquel individuo conducía a la destrucción
de Israel, una provincia a quien el estado romano estaba obliga-
do a proteger. Así de sencillo y de trágico, a la vez, es la sustan-
cia del problema. La causa de la muerte de Jesús desde un pun-
to de vista teológico fuimos todos. Desde la historia, el agente
principal fue Anás y el grupo saduceo.
El motivo inmediato de la condena se centró en una cuestión
socioeconómica. Jesús ponía en peligro las finanzas del templo,
fuente principal y única de la riqueza de Jerusalén. La visión que
Jesús tenía de Dios y del hombre acababa con aquel sistema, a
todas luces sumamente corrompido. A este núcleo esencial del
problema se añadían otros de índole teológica que hicieron que
a la causa de los saduceos se unieran los otros grupos como fari-
seos y escribas. Pero estos últimos probablemente no habrían
condenado a Jesús.
Excepto Jesús, todos los personajes de la Pasión de más o
menos relevancia quedan malparados. Pilato porque no fue due-
ño de la situación y no quiso enfrentamientos con el Sumo Sacer-
miento del precepto sabático judío, de las prescripciones sobre pureza, trato
con pecadores y cultualmente impuros y, finalmente, su crítica a la ley. Todo
esto socava los fundamentos del judaísmo. Puesto que en tiempos de Jesús
el Sanedrín mismo no podía ejecutar la pena de muerte, se llegó a una maño-
sa colaboración con la potencia romana ocupante tan odiada por otra parte.
Así que Jesús cayó prácticamente entre el aparato de los poderosos. En defini-
tiva, lo asesinaron: malentendido, cobardía, odio, mentira, intriga y emociones”
(Jesús, 140). Yo añadiría: envidia y dinero, y cuanto decimos en el texto, que
si el movimiento de Jesús seguía adelante la estructura de Israel como estado
se tambalearía.
446 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
20. “La escena del puesto de guardia nos muestra a un Mesías solidario de todo
dolor humano, solidario del hombre pisoteado injustamente. El Mesías se
revela, no como lo esperábamos, en la gloria y el triunfo, sino como el Sier-
vo de Yahvé, como el Hijo del Hombre compañero del sufrimiento de tantos
hombres” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 226).
15. GRITO DE VICTORIA: JUICIO Y MUERTE DE CRISTO 447
suficientemente fuerte como para superar las adversidades. Está, por ejemplo,
en ver cómo hombres santos, a los que desde una profunda actitud de fe reco-
nocemos como vicarios de Jesús, están enredados en los nudos de la historia y
continúan jugando a ser hombres de estado, en ver a hombres píos y munda-
nos intrigar por vanidades en medio de la aprobación o de la indiferencia poco
menos que de todos. Y todo esto después de haberse proclamado discípulos [J.
SULLIVAN, Verità selvaggia, Torino 1979]” (A. PRONZATO, Un cristiano III, 101).
24. El término ‘sacar’ (e0ca/gw hapax legomenon en Marcos) recuerda Lev 24, 14;
Núm 15, 35 s, según los cuales, el blasfemo o el que viola el sábado tiene
que ser lapidado fuera del campamento (cf. Lev 16, 27; Hch 7, 58; Hch 13,
12). De esta manera, el sacar documenta que Jesús es expulsado del pueblo”
(J. GNILKA, El evangelio II, 369).
25. “Este individuo representa, por tanto, a un seguidor de Jesús que está ejer-
ciendo la misión; Simón es nombre más griego que judío, pero en todo caso
se trata de un oriundo de Cirene, en el norte de África; esto es, no pertene-
ce al país judío ni profesa la ideología nacionalista; carga con su cruz (de
Jesús y suya) cumpliendo la condición del seguimiento” (J. MATEOS – F. CAMA-
CHO, Marcos, 271).
15. GRITO DE VICTORIA: JUICIO Y MUERTE DE CRISTO 449
26. “Un testigo del camino de la cruz es el judío de la diáspora, Simón. Viene del
campo, pero no se dice que trabaje allí. Es conocido en la comunidad pri-
mitiva junto con sus dos hijos, que llevan nombres no bíblicos. Seguramente
eran cristianos [Rufo: Rom 16, 13]” (F. LENTZEN-DEIS, Comentario, 458).
27. “Sorprende que en una narración reducida a su esqueleto, refiera Marcos tan-
tos detalles sobre este individuo indicando su proveniencia y el nombre de sus
hijos. Pudiera tratarse de personas muy conocidas en la primitiva comunidad
cristiana. O quizás quisiera dejar claro que el asunto que está aconteciendo pue-
de documentarse históricamente y que no pertenece a la leyenda” (A. PRONZA-
TO, Un cristiano III, 104). Otros piensan que es una advertencia de Marcos para
avisar al lector de que no estamos en el día de Pascua, coincidiendo así con
Juan. Pero esto es no conocer a Marcos y su ironía.
450 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
esa ruptura al igual que hará José de Arimatea (15, 43) entrando
en casa de Pilato para pedir el cuerpo de Jesús, trasgrediendo las
normas de pureza.
Un dato curioso en un evangelio tan conciso es que se diga
de él que era el Padre de Alejandro y de Rufo. La interpretación
según la cual estos dos personajes serían figuras claves de alguna
comunidad no parece suficiente, aunque Marcos da en alguna
ocasión informaciones similares, pero siempre al dato propiamen-
te histórico parece que hay que añadirle una realidad significante.
La venida del campo podría indicar que ya no practica el judaís-
mo ortodoxo, y el hecho de que sus hijos lleven uno nombre grie-
go y otro latino le vincula a los paganos. Un judío del cual han
surgido grupos cristianos venidos del paganismo sin fronteras28.
El sentido que se esconde en todo este pasaje podría ser que
a Jesús le ayudan a llevar la cruz los judíos abiertos a la conver-
sión de los paganos. Marcos pondría así una nota positiva con
respecto al grupo judío al que considera ordinariamente como
opuesto frontalmente al ministerio de Jesús. Vio en aquel hom-
bre, abierto, la imagen de cuantos un día se dispersaron y al lle-
gar a Antioquía hablaron también a los griegos. Y fue aquí don-
de por primera vez se llamó a los discípulos “cristianos” (Hch 11,
26), es decir, llegaron a ser de verdad cristianos, porque hasta
entonces más bien parecían una secta judía. Lo más probable es
que estemos ante una sencilla historia, leída teológicamente por
el evangelista, con el significado que acabamos de exponer29.
El que el discípulo porte su cruz indica con toda seguridad que
Jesús había quedado tan maltratado, después de la flagelación30,
32. “«Y lo crucifican» (kai staurousin auton). El mismo respeto se manifiesta con
estas tres palabras griegas. No hay ninguna descripción, el autor no tiene nin-
guna necesidad de conmover a sus lectores evocando el sufrimiento del ajus-
ticiado. Aquellos para quienes la crucifixión era algo distinto a un hecho del
pasado sabían lo que era ésta. Bastaba con nombrarla para sentir todo el
horror y toda la vergüenza. De este modo, sin embargo, y esto era algo
que también se sabía, se realizaban la misión de Cristo y el plan de Dios”
(S. LÉGASSE, El Proceso, 93-94).
33. “Desnudez significa pobreza: los verdugos heredan los bienes de los conde-
nados; de Jesús sólo pudieron conseguir la ropa puesta. Pero, al mismo tiem-
po, ella es signo de máximo desprecio y pérdida de dignidad. Queda Jesús
impotente, ante las miradas curiosas y burlescas. Por normal vergüenza, los
cristianos ponemos un velo sobre su miembro de varón, pero los romanos
dejaban el cuerpo enteramente destapado, para degradación y escarmiento
de posibles imitadores” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 409).
34. “El impresionante cuadro que muestra a Jesús crucificado entre ‘dos salteado-
res, uno a [su] derecha y otro a su izquierda’ contrasta cruelmente con otra
escena. En efecto, el lector del evangelio se ve conducido a recordar la pre-
15. GRITO DE VICTORIA: JUICIO Y MUERTE DE CRISTO 453
gunta que los hijos del Zebedeo habían dirigido a Jesús: ‘Concédenos que nos
sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda’ (Mc 10, 17). Pue-
de tener también en su mente la respuesta que dio Jesús a los dos hermanos,
donde evoca el bautismo y la copa (véase 14, 36) que les esperan dentro de
poco. En esta hora el rey está entre dos ‘visires’” (S. LÉGASSE, El proceso, 96).
35. Solo en su vida. Marcos le presenta infatigable en la predicación del reino,
siempre o casi siempre rodeado de gente, pero con las que no establece una
conversación que le reconforte; él siempre está hacia los otros y hacia el
Padre. Pero es que, por otra parte, ¿con quién podría dialogar en serio Jesús
fuera del Padre? El poder, el dinero y el placer, que suelen ser el objetivo de
todos los hombres, para él no eran nada, puro vacío, mejor dicho, tinieblas,
abismo, mentira.
36. Cf X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 408-410, páginas que dedica el autor a esta
soledad de Jesús.
454 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
hasta la hora nona.34 A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz:
«Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?», –que quiere decir– «¡Dios mío, Dios
mío! ¿por qué me has abandonado?» 35 Al oír esto algunos de los
presentes decían: «Mira, llama a Elías.» 36 Entonces uno fue
corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una
caña, le ofrecía de beber, diciendo: «Dejad, vamos a ver si viene
Elías a descolgarle.» 37 Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expi-
ró.38 Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo. 39 Al
39. Bellísima reflexión de Simone Weil: “Un hombre perseguido y condenado por
su fidelidad a una causa o a una colectividad, a una idea o a una fe, por razo-
nes nacionales, políticas o religiosas, no padece esta total pérdida de presti-
gio... Aunque en cierto sentido, Cristo haya sido el primer mártir, el señor y
modelo de todos ellos, en otro sentido puede afirmarse aún con más verdad
que ni siquiera es un mártir. Se burlaron de él como de esos locos que se tie-
nen por reyes, pero después murió como un criminal de delitos comunes”
(citado por A. PRONZATO, Un cristiano III, 118).
40. “Para Marcos, en cambio, Jesús tiene poder sobre el naos no sólo como Hijo
glorioso del hombre que está sentado a la derecha de la Potencia, como se
decía en 14, 58-62. Aquí Marcos añade que Jesús tiene poder sobre el naos
precisamente como crucificado. Pero para la anunciada destrucción del san-
tuario, Marcos, tanto aquí como en 14,58, remite al lector hacia delante” (G.
BIGIZZI,”Yo destruiré este templo”, 159).
456 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa
manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era hijo de Dios.»
41. “La oscuridad no es natural, sino teofánica [Am 8, 9]” (L. ALONSO SCHÖKEL,
Biblia del peregrino, 146).
42. Cf para toda esta cuestión J. GNILKA, El evangelio II, 376.
43. “Ante la cruz todo el cosmos queda en tinieblas al caer los soles y las estre-
llas de este mundo: es la tramoya apocalíptica que acompaña la llegada del
Mesías que viene a instaurar el reino” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 232).
15. GRITO DE VICTORIA: JUICIO Y MUERTE DE CRISTO 457
44. “Si Marcos lo entiende también así, es posible que haya interpretado este nue-
vo grito inarticulado de Jesús como un signo de superación y de victoria” (R.
SCHNACKENBURG, El evangelio II, 325).
45. “Las tinieblas duran tres horas, aludiendo a los tres días de las que precedie-
ron a la salida de Egipto” (J. MATEOS – F. CAMACHO, Marcos, 274).
46. Marcos no traduce el salmo: “por qué”, sino “para qué”. “Insistir en las pala-
bras eis ti, apoyándose particularmente en Mc 14, 4, donde el sentido es final,
y ver aquí una pregunta sobre el fin de la muerte de Jesús (y no sobre su
causa) es, sin duda, legítimo desde un punto de vista estrictamente filológico
(aunque eis ti pueda ser también causal: Mt 14, 31). Sin embargo, pensar que
Marcos ha leído en los labios de Jesús una pregunta real, cuya respuesta
habría que buscar en 10, 45... es de la más elevada fantasía” (S. LÉGASSE, El
proceso, 10797).
47. “Las palabras iniciales del Sal 22 que probablemente Jesús recitó entero,
expresan el abandono misterioso del Hijo (aunque un ‘justo’ que ora: ‘Dios
mío, Dios mío’, no está abandonado de Dios). En la cita del salmo el ‘por qué’
original (arameo) pasa a ser ‘para qué’ en la traducción de Mc y Mt; la fron-
tera entre ambos significados –por qué; para qué- es franqueable, pero el
enfoque es diverso para Mc y Mt. (Jesús y con él el cristiano que sufre) no
preguntan por el motivo. [“¿Qué he hecho yo para sufrir esto?”], sino por la
finalidad. [“¿Qué pretende Dios con mi crucifixión?”. “¿Hacia dónde me lle-
va?”. “¿Qué objetivo intenta alcanzar con este sufrimiento mío?”]” (M. IGLESIAS,
Nuevo Testamento, nota a Mc 15, 34).
458 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
50. “Entre estas dos interpretaciones de la muerte de Jesús se sitúan los dos
momentos en que él mismo la interpreta: su oración (v. 34) y el grito (v. 37).
Jesús experimenta una dolorosa migración de sentido en su concepción de
Dios. El “Abbá” (14, 36) ahora es llamado “Eloi” (“mi Dios”); ante ese des-
concierto de Jesús por el silencio y abandono del Dios “mayor” que la expe-
riencia que ha sido el cimiento de su práctica, el pueblo responde hiriente-
mente, llevándole vinagre para que aguante hasta que llegue Elías a descol-
garle... ¡Se burlan de él con razón!” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 232).
51. 2 S, 7,11.
460 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
52. “Se esperaba el retorno de Elías (cf. Mc 6, 14; 8, 28; 9, 11; Ml 3, 1; 4, 5). La
creencia popular afirmaba que una de sus tareas consistiría en rescatar al
hombre piadoso de sus apuros (Eclo 48, 1-11). No es fácil de explicar la con-
fusión de elôi con ’Eliyâh; pero la forma de ‘Dios mío’ en Mt 27, 46 (êlî, que
quizá responda mejor al original) podía entenderse más fácilmente como una
forma abreviada de ’Elîyâh” (E. J MALLY, Evangelio, 155).
53. “¿Ha pensado Marcos que dando de beber al Crucificado, lejos de realizar un
acto de compasión, se prolongaba, por el contrario, el suplicio del mismo y
que de este modo se daba, irónicamente, a Elías tiempo para intervenir? En
todo caso, es seguro que este brebaje, hecho de ‘vinagre’, y la frase del ver-
sículo 36a recuerdan el Sal 69 (LXX 68), 22, y que de este modo Jesús con-
tinúa reproduciendo los rasgos dibujados, pensando en él, en la Escritura”
(S. LÉGASSE, El proceso, 111).
15. GRITO DE VICTORIA: JUICIO Y MUERTE DE CRISTO 461
60. “De pie frente a la cruz, observa la muerte de Jesús. Su palabra nace como
consecuencia del grito de muerte de Jesús y de las restantes circunstancias de
su muerte. A diferencia de los jerarcas judíos, que exigen una señal para
poder creer (32b), el centurión al pie de la cruz desemboca en la fe” (J. GNIL-
KA, El evangelio II, 380).
61. “Con las palabras del centurión insinúa Mc que serán los paganos quienes
interpretarán correctamente esa muerte, viendo en ella la suprema manifes-
tación del amor de Dios. ‘Hijo de Dios’ es la expresión usada por Marcos en
el título del evangelio (1, 1). Al llamarlo así, el Centurión da la razón a Jesús
contra los que lo han condenado y justifica toda su actividad” (J. MATEOS – F.
CAMACHO, Marcos, 278).
62. Aunque se tratara de un hecho histórico es claro que la mujeres no creen en la
cruz como paso a la resurrección porque irán al sepulcro con aromas (Mc 16,
1). La cosa se complicaría aún más si se hiciera alusión al salmo 38, 12: “Com-
pañeros y amigos huyen de mi llaga/ mis allegados se quedan a distancia”.
15. GRITO DE VICTORIA: JUICIO Y MUERTE DE CRISTO 463
64. “Al decir que él esperaba el reino de Dios se da a entender que no se consi-
deraba todavía como discípulo de Jesús. En Lc 2, 25. 38 una expresión simi-
lar designa al judío piadoso. Pero mira con simpatía el movimiento puesto en
marcha por Jesús” (J. GNILKA, El evangelio II, 390).
65. Cf Jn 18, 28; Hch 10, 28: “vosotros sabéis que le está prohibido a un judío
juntarse con un extranjero o entrar en su casa”.
66. Ya lo hemos recordado varias veces: “Caída la tarde/ya anochecido, cinco
veces en Marcos, todas en contexto negativo” (J. MATEOS - F. CAMACHO, El
evangelio I, 161). Véase en esa misma página cada una de las veces que apa-
rece y el sentido negativo que entraña.
67. Marcos con esto quiere recalcar que Jesús a tenor de los cánones de este
mundo ha muerto de verdad y ha sido sepultado también de verdad,
cerrando el sepulcro con una gran piedra. Resuena aquí el texto funda-
mental de Pablo para toda la cristología: “Porque os transmití en primer
15. GRITO DE VICTORIA: JUICIO Y MUERTE DE CRISTO 465
lugar, lo que a mi vez recibí; que Cristo murió por nuestros pecados, según
las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las
Escrituras” (1 Cor 15, 3-4).
68. A no ser que se quiera indicar que ha sido capaz de transgredir la ley judía
del descanso; cf J. GNILKA. EL evangelio II, 390-391.
CAPÍTULO 16
10. Bastaría citar en este punto el secreto mesiánico; pero todo el evangelio es
un interrogante acerca de quién es Jesús. Se le introduce de inmediato sin
decir sus orígenes (1, 9). Da la impresión de ser un personaje sin relieve, se
le presenta sin artículo: “un tal Jesús”; inmediatamente el Padre le proclama
Hijo (1, 11). La sorpresa es mayúscula. Sobre él en seguida se interroga su
familia (3, 20-21.31-35), los escribas (3, 22-30), después lo harán con admi-
ración sus discípulos (4, 41), cuya pregunta continuará en el aire durante todo
el evangelio (8, 27-30). Le interrogará el sumo sacerdote (14, 60-64) y Pilato
(15, 1-15). Finalmente, las mujeres, que creían conocerlo un poco, quedan
espantadas ante el anuncio del joven (16, 6-8). Esta sorpresa, de quién es
Jesús, del último capítulo constituye el culmen de todas las precedentes. Por
tanto, Marcos no podía terminar de otra forma si quería ser fiel a sí mismo.
11. Marcos trae dos perícopas muy significativas sobre el sábado (1, 21-33: 2, 23-
3, 6). En esta última, de gran significado acerca del sábado y el hombre, Jesús
proclama la superioridad de éste sobre aquél.
12. Cf. 1, 35; 15, 1; 11, 20.
13. Por contraposición a puesto el sol o caída la tarde. “Caída la tarde/ ya ano-
checido, cinco veces en Marcos, todas en contexto negativo” (J. MATEOS-
F. CAMACHO, El Evangelio I, 161). Salida del sol y la mañana tienen en Marcos
un sentido positivo. Es curioso que se diga de la semilla que cayó en terre-
no pedregoso que “cuando salió el sol, se secó”; “salido ya el sol” ¿se secó el
viejo Israel? “Pasado el sábado” (16, 1); cf 11,20: “Al pasar muy de mañana
vieron que la higuera estaba seca hasta la raíz”.
14. “Galilea es la ‘patria’ de Jesús en un sentido mucho más profundo que el
meramente histórico. Galilea es el lugar donde Cristo ha actuado y donde
obra ahora, aunque oculto detrás de su proclamación, y donde obrará en su
parusía” (W. MARXEN, El evangelista, 87).
16. JESÚS DE NAZARET, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO 471
15. “Esta exigencia y misterio del inicio galileo de la pascua está en el fondo de
la respuesta que ofrecen dos testimonios principales de la tradición evangé-
lica. Mt 28, 16-20 entiende Galilea de un modo simbólico y real: allí han ido
las mujeres y los once (los doce sin Judas) y desde allí extienden la Iglesia a
todo el mundo; es evidente que ha comprendido (e interpretado de forma
positiva) lo que en Mc es palabra abierta de llamada. De manera convergen-
te, Jn 21 ha entendido Galilea, con el lago y la pesca, como punto de parti-
da del mensaje universal, con Pedro al frente del grupo de los siete misione-
ros, que recuerdan necesariamente los siete panes y cestos de la segunda
multiplicación de Mc 8, 1-21 que es culmen y conclusión de su evangelio gali-
leo” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 425).
16. Cf J. MATEOS - F. CAMACHO, El evangelio I, 4.
472 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
25. Aunque, como hemos dicho, es la explicación más coherente del conjunto
del evangelio que nos pudiéramos imaginar: “En el contenido de estos versí-
culos finales del evangelio, junto con el tema del silencio y temor de las muje-
res, se puede señalar aun otro aspecto de unanimidad en el conjunto de la
obra de Marcos...” (J. CABA, Resucitó Cristo, 136).
16. JESÚS DE NAZARET, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO 475
26. “Hoy está en medio de la gente, mañana huye de ella. Muestra tener prodi-
giosos conocimientos, pero también alguna vez confiesa su ignorancia. Está
cercano y lejano. Unas veces quiere hacerse entender y trata de explicar su
pensamiento, pero a renglón seguido deja a todos perplejos con actuaciones
y palabras extrañas. Es desconcertante” (Biblia de Jerusalén. Nuevo Testa-
mento. Edición pastoral, 68).
27. “Y sucedió que por aquellos días vino [un tal] Jesús” (1, 9).
28. “Pues decían: ‘Está fuera de sí’ ” (3, 21).
29. No el hijo del carpintero, como dirá Mateo (13, 55).
30. “A lo largo del evangelio, Mc insiste continuamente en la incomprensión de
los discípulos / los Doce (cf. 4, 41; 6, 52; 7, 17s; 8, 18.21.33; 9, 10.28.32.34;
10, 10.26.35; 13, 1.4; 14, 27ss). Jesús se la reprocha con frases que los equi-
paran a ‘los de fuera’ (7, 18; 8, 18; cf. 4, 12) y tanto él como el narrador
utilizan otras que los comparan a los fariseos [6, 52; 8, 17; 9, 34; cf. 3, 4b.5]
(J. MATEOS, Los Doce, 253)
476 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
31. “Lo que ya se había dicho en los anuncios de la pasión y resurrección está
expresamente al final del evangelio de Marcos: Jesús fue crucificado y resu-
citó. En el mensaje especial del ángel se envía a los discípulos a un nuevo
estar-con-el-resucitado en ‘Galilea’” (F. LENTZEN-DEIS, Comentario, 469).
32. Algunos autores se oponen a esta opinión. Es evidente que no se trata del mis-
mo secreto mesiánico, pero el misterio de Jesús, que es, en el fondo, a lo que
se refiere el secreto mesiánico, continúa. El hecho de enviarles nuevamente a
Galilea a hacer el seguimiento, se sitúa en esa dimensión. “Tampoco es condu-
cente explicar el silencio de las mujeres como una muestra más del secreto
mesiánico, característico del segundo evangelio” (J. CABA, Resucitó Cristo, 13249).
33. 8, 31; 9, 31; 10, 33.
34. “No es de excluir a priori la posibilidad de la voz media... la cual reflejaría la
concepción de una auto-resurrección por parte de Jesús. Por ella se inclina
en nuestros días J. Kremer, apelando a las demás formas verbales que apa-
recen en el NT, a las formas equivalentes en hebreo y a las antiguas tradi-
ciones” (F. PÉREZ HERRERO, Pasión y Pascua, 357).
16. JESÚS DE NAZARET, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO 477
35. “El Jesús de Marcos supera, pues, toda definición, ya que su persona y su
relación con Dios quedan envueltas en un gran misterio. No se piensa siquie-
ra en poderlo encerrar en el marco de un título mesiánico. Efectivamente,
entre las confesiones del capitán romano (15, 39) y la doble intervención de
la voz divina (1, 11; 9, 7) las diversas confesiones y exclamaciones más o
menos cristológicas contenidas en Marcos son, en su gran mayoría, debidas
a intervenciones inoportunas...” (J. M. GONZÁLEZ RUIZ, Evangelio, 32).
478 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
43. “[Marcos] enseña que la experiencia pascual lo que hace es abrir los ojos para
que el cristiano vea trasfigurado su quehacer diario en ‘Galilea’. Para que
comprenda con profundidad el camino de Jesús. Para que tenga fuerza al
seguirlo cargando con la cruz diaria que acompaña la misión con Jesús” (F.
RIERA I FIGUERAS, Jesús, 248).
44. “Tanto Mt 28 como Lc 24 y Jn 20-21, al introducir unas escenas de experien-
cia pascual independientes de la vida de Jesús, han corrido el riesgo de sepa-
rar resurrección e historia de Jesús, interpretando la pascua como algo que
se añade al trascurso de la vida, como elemento separado del conjunto del
evangelio. Mc, en cambio, al culminar su narración con la escena de la tum-
ba vacía y el mandato de la vuelta a Galilea, ha puesto de relieve el carác-
ter pascual de todo el evangelio” (X. PIKAZA, Camino de pascua, 90).
45. “Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos;
ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo” (Mc 10, 32).
16. JESÚS DE NAZARET, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO 481
46. “Y ahora Marcos que ha hecho teología narrando, cambia de método y hace
teología no narrando relatos de apariciones; al prescindir de ellos muestra
que es posible prescindir de esa forma de expresión de fe pascual y remite
al lugar y al modo como se tiene acceso a Jesús. Para eso ha escrito todo el
relato, y para eso lo ha dejado inconcluso: para mostrar la práctica a prose-
guir, quién es el que hay que seguir y cuál es el camino a Galilea” (C. BRAVO
GALLARDO, Jesús, 241).
47. Mc 16, 7 remite a Mc 14, 2: “Pero después de mi resurrección iré delante de
vosotros (proaxô) a Galilea”. Este término “en Marcos insinúa el seguimien-
to (10, 32). Con esta imagen se ha dado a entender que el seguimiento será
posible otra vez después de la pascua, que el Señor lo restablecerá graciosa-
mente. Entonces ellos, los que fueron ciegos ante la cruz y respecto de la
cruz, le entenderán mejor, y serán capaces de llevar a cabo las tareas ya
encomendadas, de proseguir la obra de Jesús, de predicarlo (cf. 3, 15). De
esta manera, Galilea, tierra del comienzo, será también la provincia del nue-
vo inicio” (J. GNILKA, El evangelio, II, 297).
482 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
Silencio y fe
Pero la pregunta que normalmente el lector se hace es: si las
mujeres no hablaron, ¿cómo los discípulos llegaron a la fe? Ense-
guida daremos respuesta a este interrogante. Advertimos, sin
embargo, que no era imprescindible que ellas llevaran el men-
saje, pues ya les había avisado Jesús de que después de su muer-
te él les precedería en Galilea (14, 28). Quedaban, pues, invita-
dos. Y es muy probable que, pasados los primeros momentos de
sobresalto y confusión, los discípulos fueran recordando la vida
de Jesús y sus dichos. Tarde o temprano las palabras del maes-
tro, tan cruel e injustamente crucificado, iban a resonar en su
corazón. No se puede negar que Jesús preveía su muerte y que
pertenecen al tiempo de la vida pública estas predicciones de la
Pasión48, aunque en su configuración actual ya se hallen suma-
mente teologizadas.
Por otra parte, la afirmación de Marcos no significa que ellas
más tarde no comunicaran de alguna forma la experiencia. Qui-
zás Marcos quiera afirmar primeramente que la fe de los discí-
pulos no surgió del mensaje de las mujeres49. Muy probable-
48. “Esto es algo que admiten hoy casi unánimemente exegetas e historiadores;
son los teólogos los que todavía se dejan influir por la afirmación de Bult-
mann en el sentido de que no podemos saber qué pensó Jesús sobre su
muerte, el cual incluso se habría ‘derrumbado’ sin saber qué hacer ante ese
inopinado sesgo que echaba por tierra todos sus planes. Lo que Bultmann
expresa como simple conjetura se convierte para determinados teólogos en
elemento esencial de su reflexión teológica (y luego se populariza en ciertos
ambientes). Esto más que rigor histórico, es una interpretación ideológica y
tendenciosa” (E. SCHILLEBEECKX, Jesús, 275).
49. “En esta línea se mueven actualmente la mayoría de los autores. Baste adu-
cir como testimonio representativo, la explicación de U. WILCKENS, Resurrec-
ción, 50-51: “¿Por qué las mujeres no obedecen el mandato del ángel, sino
que callan testarudamente la experiencia que han vivido junto a la tumba?...
Parece que el anuncio de la resurrección hecho por el ángel sería el momen-
to indicado a partir del cual, según Marcos 9, 9, estaba permitido anunciar
públicamente que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. ¿Por qué, pues, las
mujeres se niegan a trasmitir la noticia? El motivo reside en que al parecer,
Marcos no quiere colocar a las mujeres como los primeros testigos de la resu-
rrección, quiere que éstos sean los discípulos” (F. PÉREZ HERRERO, Pasión y
Pascua, 36589).
16. JESÚS DE NAZARET, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO 483
54. “El relato de Marcos sobre la resurrección de Jesús conserva ciertamente uni-
formidad, en cuanto a la forma y fondo con el resto de su evangelio” (J. CABA,
Resucitó Cristo, 135).
55. “¿Querrían los evangelios salir al paso de una espiritualidad tan entusiasta, tan
fascinada por la experiencia del Señor glorioso y por los dones del Espíritu,
que consideraba como algo totalmente superado, residuo de una mentalidad
terrena e imperfecta, toda referencia al Jesús terrestre?” (R. AGUIRRE MONASTE-
RIO, Introducción a los evangelios sinópticos, 49).
16. JESÚS DE NAZARET, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO 485
56. “Después del ‘sábado’, el ‘primer día’, al ‘salir el sol’. Hemos entrado en una
nueva época. Se terminó la época de los sábados, de las leyes, templos, cos-
tumbres y sacrificios de este mundo viejo, es el primer día de la nueva crea-
ción, de una humanidad nueva ya imagen de Dios. Es el momento preciso
de la ‘salida del sol’ del Reino: ha nacido la humanidad nueva de la que el
Resucitado es su primicia” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 245).
486 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
57. Estoy en desacuerdo con la opinión de Pikaza, según la cual, una de estas
mujeres es la madre de Jesús, pero acepto “que el camino mesiánico está
expresado por estas mujeres, que son germen y anuncio de su nueva familia
en Galilea” (X. PIKAZA, Pan, casa, palabra, 418).
58. ¿Puede encerrar algún sentido el que las mujeres no tengan preparados los
aromas y tengan que comprarlos? Quizás signifique que no esperaban ese
final de Jesús o que “no van a ofrecerle sus propios aromas como la mujer
del perfume de Betania; los compran, como José había comprado la sábana.
Es decir, los aromas no significan el don de sí mismas” (J. MATEOS - F. CAMA-
CHO, Marcos, 281).
59. “Los judíos practicaban la unción de los cadáveres, ciertamente infrecuente,
con aceite. Nada se nos dice de una mezcla de aromas. Excepto en la sepul-
tura de un rey [2Crón 16, 14]” (J. GNILKA, El evangelio II, 398-399).
60. Cf Mt 26, 6-13; Mc 14, 3-9; Jn 12, 1-8.
16. JESÚS DE NAZARET, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO 487
61. “El lector se extraña entonces de que se pongan a preguntar por el camino:
‘¿quién nos retirará la piedra de la entrada del sepulcro?’ ¿Cómo no se les ha
ocurrido llevar con ellas a algún hombre? El relato no tiene interés en ello.
Lo cual demuestra que no se instala en la lógica de un desarrollo histórico,
sino en otra lógica distinta” (J. DELORME, El evangelio, 109).
62. “El uso de la voz pasiva para indicar la remoción de la piedra (...) deja entre-
ver la intervención divina en lo sucedido. Muy bien se puede ver aquí una
intención apologética en contra de la divulgación del robo del cadáver y una
formulación simbólica de victoria sobre el poder de la muerte” (J. CABA, Resu-
citó Cristo, 13045).
488 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
63. “Alude al primer día de la creación (Gn 1, 5); Marcos señala así el comienzo
de la nueva creación, en el que brilla la luz (ya salido el sol): La resurrección
de Jesús es el principio de la resurrección definitiva” (J. MATEOS – F. CAMACHO,
Marcos, 281).
64. “G. Nolli traduce “nacido ya el sol”: y ello no en relación con el momento de
salir de casa, sino de llegar al sepulcro. Quizás pueda descubrirse en este
detalle un aspecto simbólico como hace notar H. Schlier: ‘... se levantaba el
sol sobre el sepulcro...’. Se trata del levantarse del sepulcro de un sol com-
pletamente distinto, del sol de la salvación” (A. PRONZATO, Un cristiano III,
1354).
65. Quizás a esta luz debe ser leído 14, 51: “Un joven le seguía cubierto solo de
un lienzo; y le detienen. Pero él, dejando el lienzo, se escapó desnudo”.
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67. “Cuando Marcos relata esta historia de Jerusalén ‘el primer día tras el sábado’
es, ya desde hace mucho, el domingo cristiano. El salto de lo viejo a lo nue-
vo traspasa todo el relato, centrado en la inminente parusía. Al espacio sagra-
do ‘abierto’ responde el vacío del sepulcro. A la clausura de la muerte ha
sucedido la apertura de la resurrección” (E. SCHILLEBEECKX, Jesús, 311).
68. “La aparición del mensajero celeste –no la tumba vacía que aún no han vis-
to– siembra el estupor entre las mujeres. Miedo y horror son la reacción que
responde al encuentro del hombre con lo divino. La palabra del ángel es el
cénit de la perícopa. Al mismo tiempo constituye el punto culminante con-
clusivo del evangelio” (J. GNILKA, El evangelio II 400).
69. “En el conjunto del NT sólo Marcos emplea este término de manera constante
y consecuente (cf. 1, 24; 10, 47; 14, 67 par; 16, 16). En Mt, Jn y Hch aparece
siempre Nazwrai=oj. Lc utiliza las dos formas. El sentido peyorativo de tal
designación, que no se encuentra nunca en labios de sus seguidores y ami-
gos queda patente en Mc 1, 24 par; 14, 67 par; Hch 6, 14 (cf. Hch 22, 8 y 26,
9; 24, 5 y Mt 2, 23). Especialmente significativa es la exclamación de Natana-
el en el cuarto evangelio: ‘¿Nazaret? ¿Es que de Nazaret puede salir algo bue-
no?’ [Jn 1,46]” (F. PÉREZ HERRERO, Pasión y Pascua, 35552).
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70. “Su evangelio (el de Marcos) es muy crítico ante experiencias extáticas extra-
ordinarias y apariciones apoteósicas. Marcos no quiere ayudar a las tenden-
cias triunfalistas que había entre sus cristianos, como vimos al principio.
Remite al discípulo a Galilea, a la vida conflictiva de Jesús, a la vida conflic-
tiva del cristiano comprometido en el combate por el Reino. Enseña que la
experiencia pascual lo que hace es abrir los ojos para que el cristiano vea
transfigurado su quehacer diario en «Galilea»” (F. RIERA I FIGUERAS, Jesús, 248).
71. “No hemos de buscar explicaciones psicológicas a ese miedo; tiene una fina-
lidad redaccional. Porque Marcos sabe que el relato, de hecho, se relanzó;
que se superó el miedo; que se retornó a Galilea; y que la causa de Jesús
prosigue” (C. BRAVO GALLARDO, Jesús, 241).
492 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS
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502 EL SORPRENDENTE JESÚS DE MARCOS