Sunteți pe pagina 1din 129

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

TRAS LAS HUELLAS


Dos viajeros alemanes en tierras latinoamericanas

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Banco de la República
Biblioteca Luis Angel Arango

Miguel Urrutia Montoya


Gerente General

JUNTA DIRECTIVA
José Antonio Ocampo
Ministro de Hacienda y Crédito Público
Antonio Hernández Gamarra
Hernando José Gómez Restrepo
Roberto Junguito Bonnet
Salomón Kalmanovitz Krauter
Oscar Marulanda Gómez

Fernando Copete Saldarriaga


Gerente Ejecutivo

Alberto Carrasquilla Barrera


Gerente Técnico

Jorge E. Sánchez Oviedo


Subgerente Administrativo

Darío Jaramillo Agudelo


Subgerente Cultural

Jorge Orlando Melo González


Director Departamento de Bibliotecas y Artes

COMITÉ ASESOR DE ARTES PLÁSTICAS


Beatriz González EXPOSICIÓN
Becky Mayer Andreas Brockmann
Camilo Calderón Schrader Juan Guillermo Gómez García
Lui Fernando Botero Centro Latinoamericano (CeLA)
Santiago Cárdenas Universidad Münster, Alemania
Alberto ¡erra
Ingrid H6nsch
Jo é Ignacio Roca Acosta-Madiedo lnstitut für Landerkunde
Jefe Sección de Artes Plásticas
Maria Gayda
Fabio Franky Rodríguez Museum für Volkerkunde Berlín
Subjefe Sección de Artes Plásticas
Peter Masson
SECCIÓN DE ARTES PLÁ TICAS
lberoamerikanisches lnstitut Berlin
Jeannette Díaz Linares
Betty Guerrero Gómez Henning Bischof
Carolina Muñoz Uribe Volkerkundliche Sammlungen
Farith Murillo Molano
Diana Patricia Restrepo Torres TRADUCCIOÑ

Dora Luz Rodríguez Lugo Juan Ramón García Ober


Efraín Riaño Lesmes Martina Ratermann
William Sarmiento Juan Guillermo Gómez García

AGRADECIMIENTOS
Adolfo Meisel Roca

CORRECCIÓN
Ricardo Rodríguez Morales

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Andreas Brockmann
Michaela Stüttgen

TRAS LAS HUELLAS


Dos viajeros alemanes en tierras latinoamericanas
f'f)
~

~-+-- ~
~.
tn
(h ~

fl"c{j (

::>
o

BANCO DE LA REPÚBLICA
BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO

CASA DE EXPOSICIONES
OCTUBRE -DICIEMBRE 199 6
SANTAFÉ DE BOGOTÁ

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
~t~~co-
To.cn~~b Lo. Po.z
g-,
\
\
I
\
I
\
I
1
\
I
I
f

!
I
I
I
1_ _ .......... -_-eJ / /
Cor-dobo

Ruta de viaje conjunta de


W Relss y A. Stübel

Ruta de viaje W . Relss

Ruta de viaje A. Stübel

Los volcanes escalados


más I~portantes
1000 2000
k ...

Entwurf', Mo.rtlno. Ro.terMo.nn

l. Ruta de viaje de Alphons tübel


y Wilhelm Reiss por Suramérica
1868-1877

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
P R E S E N T A e ION
/
Esta exposición, que se muestra por primera vez en tierras
latinoamericanas y por segunda vez ante el público, es una
una ocasión ideal para acercarse a la percepción que se te-
nía en la Europa del siglo XIX del continente americano y
de sus habitantes, desde la óptica de dos viajeros alemanes:
Alphons Stübel y Wilhelm Reiss.
Stübel y Reiss llegaron con el propósito de seguir las
huellas de Alexander von Humboldt, en un viaje que esta-
ba previsto para ser realizado en corto tiempo y que a la
postre se convirtió en un recorrido que durante nueve
años (entre 1868 y 1877) realizaron por difererentes lugares
de Suramérica.
Durante los años que permanecieron en el continente,
realizaron un gran acopio de información y de objetos de
diferentes culturas. Tomaron más de dos mil fotografías y
realizaron dibujos que son testimonio histórico de la épo-
ca y que dan cuenta de la heterogeneidad de las regiones
que recorrieron. Esta exposición reúne la colección que
forma parte de cuatro museos alemanes, en donde se
aprecia claramente la diversidad de intereses y puntos de
vista desde los cuales observaron el territorio americano.
Esta es la oportunidad de establecer un puente cultural
entre América y Europa, al seguir las huellas del viaje reali-
zado por los dos científicos alemanes en tierras de Colom-
bia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay y Brasil.
El Banco de la República reconoce y agradece la colabo-
ración del CeLA y de los museos Institut fur Landerkunde,
Museum fur Volkerkunde Berlin, Iberoamerikanisches Ins-
titut Berlin y Volkerkundkiche Sarnrnlungen.

Darío ]aramillo AgudeJo


Subgerente Cultural

PRESENTACIÓN [5]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
MICHAELA STÜTTGEN

1 N T RO D U e e ION Ochenta días requirió sir Phileas Fogg para su viaje alrede-
dor del mundo. En 1873 el escritor francés Julio Verne des-
pachó a su héroe a ese fatigante tour. Cinco años antes, en
1868, fracasaron los investigadores alemanes Alphons
Stübel y Wilhelm Reiss en una tarea aparentemente mu-
cho más fácil. Ellos querían ir propiamente sólo a Hawai,
para investigar sus volcanes. Después de 80 días no había
en las islas del Pacífico ninguna huella de los vulcanólogos
-como tampoco nueve años después- cuando habían re-
gresado a Alemania, sin haber puesto un pie sobre Hawai.
Para su viaje de ida habían planeado una pequeña excur-
sión por Suramérica, que debería seguir las huellas de
Humboldt por los Andes. Sin embargo, la fascinación de la
majestuosa cordillera andina les hizo olvidar rápidamente
el destino original del viaje. Nunca llegaron a Hawai. Al-
gunas semanas se convirtieron casi en un decenio; el corto
paseo, en el "viaje investigativo más fundado y productivo
en la historia de descubrimiento de toda América" (Meyer,
1905: 64).
El voluminoso material que ambos investigadores reco-
gieron a lo largo de nueve años de viajes, comprende una
gran cantidad de dibujos de paisajes, óleos, mapas, material
geológico, colecciones botánicas y zoológicas, tumbas y ob-
jetos precolombinos, artesanías y arte, cerámicas, tallas,
adornos e instrumentos indígenas. Ademá , reunieron una
ingente cantidad de anotaciones, ob ervaciones, datos y
apuntes de diario. Una gran parte del legado de Stübel y
Reiss se encuentra actualmente en el archivo del Institut für
Landerkunde de Leipzig y ha sido presentado al público en
una sola ocasión: en la exposición organizada por el Centro
Latinoaméricano, CeLA, de la Universidad de Münster, por
la Oficina de Transferencia Tecnológica, AFO, de la misma
Universidad y el Instituto de Leipzig. La exposición que
ahora se presenta en la Biblioteca Luis Ángel Arango del
Banco de la República, en Santafé de Bogotá, tiene su origen
en el interés demostrado por la Subgerencia Cultural del
Banco y la Sección de Artes Plásticas de la Biblioteca por
la exposición que bajo el título Spurensuche se realizó en
diciembre de 1994 en el castillo de Cappenberg, en las
cercanías de Unna (Wesfalia).
Stübel y Reiss viajaron a Suramérica como vulcanólogos y
abandonaron el continente como arqueólogos, etnólogos,

[6]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
geógrafos y apasionados coleccionistas de fotografías. Su embargo, la atención a la multiplicidad de los colores na-
interés predominante fue en principio la vulcanología. En turales. De ahí que sus dibujos a lápiz no le colmaran ple-
los primeros años omitieron acaso alguna región de su in- namente. Contrató entonces al pintor ecuatoriano Rafael
terés, ascendieron a todos los volcanes significativos de Troya, quien lo acompañaría en sus expediciones por las
Ecuador y Colombia, midiéndolos, observándolos, dibu- altas montañas y preservaría los paisajes contemplados en
jándolos (~éase el artículo de Honsch, quien también sus fascinantes colores mediante la técnica del óleo. Nin-
transcribió a máquina la totalidad de las cartas originales). gún gasto ni ningún esfuerzo fue para este objetivo dema-
Cuánta ambición, valor y espíritu de aventura fueron ne- siado grande. Stübelllegó a ordenar talar toda una falda de
cesarios para sortear estas expediciones se deja ver clara- montaña para garantizar al pintor una vista óptima y des-
mente en las vivaces descripciones de su correspondencia pejada de todo el paisaje. Stübel era consciente de la extra-
del viaje, que ambos enviaban a su patria. Las contrarieda- vagancia de su empresa cuando escribe: «Nadie ha
des contra las que tuvieron que luchar, iban desde la difícil emprendido antes de mí un torneo gimnástico con cua-
consecución de cargadores, mulas y lugares para pasar la dros de más de un metro de ancho a través de los Andes"
noche, hasta las variaciones intempestivas del tiempo, pa- (carta del 26 de noviembre de 1872). Lamentablemente
sando por los desvíos de los caminos. Con frecuencia parece que todos los cuadros de Troya -excepto tres-,
arriesgaron la vida, y alguna vez apenas escaparon de mo- realizados por encargo de Stübel, se han perdido. Dos de
rirse de hambre y frío. La ciencia y el «impulso hacia la las piezas conservadas, que se encuentran en el Museo
verdad" fueron su más alta aspiración (véase el artículo Reiss de Mannheim, se pueden ver, alIado de los panora-
de Stüttgen). Por ellas soportaron muchas privaciones e mas a lápiz de Stübel, en esta exposición del Banco de la
hicieron grandes sacrificios. República.
Sus intereses geográficos no se limitaron sólo a las re- Stübel y Reiss no dejaron pasar inútilmente ningún día
giones volcánicas aún no investigadas. En todo caso, las de su expedición. Cuando, a causa de las agitaciones polí-
grandes ciudades desempeñaron también un importante ticas del país, se les impidió proseguir su viaje desde Lima,
papel en sus planes de viaje. Ellas les sirvieron reiterada- cambiaron sin demora a un área de investigaciones com-
mente de estaciones intermedias para recuperarse de las pletamente nueva. En Ancón, un lugar costero a 40 kiló-
fatigas, resolver asuntos de dinero, reelaborar y despachar metros al norte de Lima, emprendieron por primera vez la
el material acumulado. Múltiples planos de ciudades y fo- sistemática exhumación del cementerio del viejo Perú de
tos de Bogotá, Lima, Montevideo y Rio de Janeiro tran - Ancón y extrajeron un rico material de momias, textiles y
miten una impresión vívida de la imagen de las ciudades joyas (véase el artículo de Allkamper). El increíble estado
en esa época (véase el artículo de Heineberg). de conservación de estos objeto , que yacían allí desde
«La belleza de los escenarios naturales no es posible cientos de años, se dio gracias al clima extraordinariamen-
describirla con palabras" (Reiss, 1921: 61), escribe Wilhelm te seco y a la conformación arenosa del suelo de esta estre-
Reiss el 28 de febrero de 1869 desde Colombia. Para la des- cha franja de la costa peruana. Ellos enviaron la valiosa
cripción del impactante paisaje tuvieron que recurrir a colección a Alemania y más tarde la cedieron al
otras formas expresivas diferentes del lenguaje. La forma- Konigliches Museum fur VoIkerkunde de Berlín. Como
ción artística que había gozado Stübel durante sus estu- contraprestación obtuvieron la financiación de la publica-
dios de ciencias naturales, le fue para este objeto de gran ción El cementerio de Ancón en Perú. Para esta notable
utilidad. Poseía una notable capacidad como dibujante, obra en tres tornos hicieron elaborar acuarelas a color de
que llevó a la práctica en sus dibujos a lápiz de vistas pano- los objetos originales por pintores académicos en Berlín.
rámicas de paisajes de hasta cuatro metros de ancho. No- Éstas sirvieron como placas de impresión para la publica-
tables en esta forma de documentación científica son la ción. Los dibujos originales han sido conservados casi en
gran fidelidad en 1m: detalles y la reproducción a escala su totalidad en el Institut fur Landerkunde de Leipzig y
que puede compararse exactamente con la tomas aéreas son una parte destacada de esta exposición. Se trata de una
de nuestros días. La exigencia artístico-científica de Stübel representación artísticamente valiosa «no sólo del culto a la
por una fiel representación de la naturaleza le exigía, sin muerte, común a esta civilización, sino de una evocación de

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
la vida y sus costumbres, del sentimiento espiritual de la rador hasta los esclavos, están representados. Las estructu-
población precolombina" (Reiss/StübeI1880-1887: B). ras jerárquicas y la dependencia dentro de la sociedad que-
No sólo en Ancón, sino durante todo su viaje a través dan aclaradas al visitante de la exposición en la anotaciones
de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y la Amazonia, Stübel de las láminas estrictamente ordenadas (véase el artículo de
y Reiss coleccionaron objetos etnográficos de épocas anti- Brockmann).
guas tanto como nuevas, aparentemente sin criterio. Pese Después de que Stübel y Reiss habían cruzado los Andes,
a que eran propiamente geólogos, se sintieron obligados viajado por el río Amazonas hasta su desembocadura y lle-
como científicos a salvar "los pocos restos de la prehistoria gado finalmente hasta Río de Janeiro, decidió Reiss -agota-
de Suramérica, que en ocasiones son tomados del suelo, y do corporal y psíquicamente por las fatigas de ocho años de
que están expuestos al robo o la destrucción" (Uhle 1889- continuos viajes- interrumpir la empresa y regresar a Ale-
1890: 1). Como complemento a su obra sobre Ancón surge mania. Stübel, por el contrario, prosiguió con su impulso.
de esta colección etnográfica la publicación conjunta con Viajó, pasando por Uruguay, a la Argentina y cruzó dos ve-
el material de Bendix Koppel: Kultur und Industrie ces los Andes. En Bolivia se dedicó, alIado de los estudios de
südamerikanischen Volker. En primer lugar despachaban vulcanología, a la clasificación de las ruinas ya excavadas de
Stübel y Reiss todo el material coleccionado en cajas rum- Tiahuanaco. El resultado de estas mediciones, reproduccio-
bo a Alemania. Como para la colección de Ancón contra- nes, dibujos y fotos son reunidos en la obra publicada en
taron a su regreso a artistas que reprodujeran en acuarelas 1892, Die Ruinenstiitte von Tiahuanaco (véase el artículo de
a color los objetos con fidelidad, de manera que "haga su- Allkamper). El inventario de Stübel cobra una mayor signi-
perflua ... la posesión de los originales" (Uhle, 1889: 90: II). ficación cuando unos pocos años después se produce una
Las acuarelas cumplen sin duda con esta exigencia. Espe- gran destrucción de las ruinas. En Tiahuanaco culmina el
cialmente los logrados dibujos de textiles transmiten en su viaje de exploración científica de Stübel. Antes de regresar a
llamativo colorido y fina textura una autenticidad tan en- su patria recoge de paso su equipaje en San Francisco, que
gañosa, a la que no llegaban las posibilidades de la foto- había enviado previamente allí con destino posterior a
grafía. Stübel y Reiss estuvieron muy interesados en que la Hawai.
mayor cantidad de personas -tanto los especialistas como Alphons Stübel y Wilhelm Reiss dedicaron toda su vida a
el público en general- hicieran provecho de sus viajes y la ciencia, "impulsados por la verdad" (véase el artículo de
trabajos en Suramérica. En este sentido se exhiben en esta Schrader). Su viaje, que inició Stübel con 32 y Reiss con 29
expo ición la acuarelas originales que no ólo deberían, años, les ocuparía su vida entera. El enorme material que
sino que tienen que reemplazar a la piezas originales, ya habían acumulado durante u trave ía, ólo podía ser
que la mayoría de ellas se destruyeron durante la Segunda reelaborado con ayuda de múltiples colaboradores. La ex-
Guerra Mundial. posición muestra la diversidad del material acumulado y
Al lado del material geológico y etnográfico, Stübel y trabajado por ambos investigadores, tras las huellas que
Reiss extendieron su actividad de coleccionistas a las foto- ambos habían dejado a su paso por Suramérica.
grafías que adquirían en los estudios fotográficos. Su co- Para la realización de la presente exposición se contó
lección comprende más de 2.000 ejemplares, que ellos con la coordinación de los doctores Andreas Brockmann y
tomaron y consiguieron poco a poco durante sus diferen- Juan Guillermo Gómez García, del CeLA, de la Universi-
tes estaciones en las grandes ciudades. Fotografías de dad de Münster, así como con la decidida y entusiasta co-
hombres en su hábitat, de casas, calles, pueblos, ciudades y operación de la doctora. Ingrid Honsch, del Institut fur
paisajes, ofrecen una imagen completa de la Suramérica Landerkunde de Leipzig, la doctora Maria Gayda del
del siglo XIX. En ellas no se limitaron sólo a las regiones Museum fur Volkerkunde de Berlín, del doctor Peter
que ellos visitaban, como lo demuestran las fotografías de Masson del Ibero-Amerikanisches Institut de Berlín y del
lo indígenas de la Tierra del Fuego, hoy extinguidos. Los doctor Henning Bischof de la colección etnográfica del
retratos de personas, las llamadas fotos de tipo, reflejan en Reiss-Museum de Mannheim.
su totalidad un corte transversal de la sociedad. Todos los
grupos profesionales, razas y capas sociales, desde el empe-

[8]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Bibliografía

Hans Meyer, ''Alphons Stübel'; Mitteilungen des Vereins Alphons Stübe~ Cartas no publicadas de Suramérica,
für Erdkunde zu Leipzig für 1904,1905, págs. 57-78. legado en el Institut für Landerkunde, Archivo de Geografía,
Inv.-No. 6625-6721, K. 122, Leipzig, 1868-1877.
Wilhelm Reiss, Reisebriefe aus Südamerika 1868-1876,
München/Leipzig, Duncker & Humblot, 1921 Max Uhle (editorJ, Kultur und Industrie
(editado y revisado por Karl Heinrich Dietzel). südamerikanischer V6lker. Nach dem im Besitz des
Museums für V6lkerkunde zu Leipzig befindlichen
Wilhelm Reiss y Alphons Stübel, Das Todtenfeld von Sarnmlungen von A. Stübel, W. Reiss und Bendix Koppel, 2
Ancón in Perú. Ein Beitrag zur Kenntnis der Kultur und tomos, Berlín, Asher, 1889-1890.
Industrie des Inca-Reiches, 2 tomos, Berlín, Asher,
1880-1887·

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
2. Wilhem Reiss, 1874

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
MICHAELA STÜTTGEN

SOBRE LA VIDA Las biografías de los investigadores alemanes Alphons


Stübel y Wilhelm Reiss, quienes entre los años de 1868 y
y OBRA DE 1876 recorrieron e investigaron conjuntamente Sur-
américa, presentan muchos paralelos. La ciencia y el «im-
pulso hacia..la verdad» (Meyer) determinaron sus vidas.
ALPHONS STÜBEL Con todo, el trabajo de escritorio no podía satisfacer sus
afanes investigativos, de manera que se decidieron desde
y WILHELM REISS muy temprano por la arriesgada actividad de los viajes de
investigación científica. Dicha decisión está en ambos casos
en estrecha relación con su inestable estado de salud, que,
ya en sus primeros años, los obligó a realizar viajes de repo-
so por los países del sur de Europa, y que despertaron en
ellos una pasión por viajar. Stübel y Reiss provenían de
familias acaudaladas, lo que les posibilitó financiar la ex-
pedición con recursos exclusivamente propios, durante
largos años en Suramérica.
Por la ciencia y el impulso hacia la verdad hicieron los
sacrificios más grandes y soportaron privaciones, arriesga-
ron la vida y arruinaron su salud. Sus empresas investi-
gativas, entre las que se cuentan el ascenso a muchos
volcanes de Ecuador y Colombia, revelan una tenacidad y
empecinamiento que lindan con la obsesión. Sin embargo,
sin esa ob esión no se hubiera obtenido una colección tan
completa y ignificativa de objeto de Suramérica, de cuyo
número y complejidad se ofrece en e ta exposición tan solo
una impresión relativamente limitada.
Resulta paradójico que la ciencia que unió originaria-
mente a estos investigadores también los haya separado.
De las ob ervaciones y análisis de los resultados de sus
investigaciones vulcanológicas conjuntas, sacaron ellos
diferentes conclusiones teóricas, que no sólo científica,
sino personalmente los condujeron a un distanciamiento.
Hacia finales de los años noventa rompieron finalmente
su amistad.

WILHELM REISS
A Wilhelm Reiss, nacido el 13 de junio de 1838 en
MannheÍm, hijo del industrial y alcalde de la ciudad,
Friedrich Reiss, se le había previsto una vida completa-
mente diferente. Como primogénito debía seguir las hue-
llas del padre y asumir la dirección de la empresa familiar.
En consecuencia, el padre envió a su hijo de 17 años a la

SOBRE LA VIDA Y OBRA DE ALPHONS STÜBEL y WILHELM RE/SS [11]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
3. Alphons Stübel, 1871

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Escuela de Negocios de Amberes. Pero Wilhelm Reiss nos meses con el renombrado minerólogo Breithaupt en
vio rápidamente que «las teorías mercantiles eran atroz- Friburgo y concluyó sus estudios en Berlín.
mente aburridas» (Meyer, 1910: 48). Una dolencia ocular, Al igual que Reiss también Stübel tuvo que interrumpir
que trató de curar en un viaje a Italia, fue quizá la cir- sus estudios por motivos de salud. Emprendió un largo
cunstancia que le permitió encontrar la nueva dirección viaje de reposo por Egipto que empleó, de todas formas,
que tomaría su carrera profesional. En Italia descubrió para desarrollar también sus intereses científicos. El regre-
su interés por la geología y de regreso a su patria decidió so lo hizo por Italia, donde se ocupó por primera vez de los
ingresar a la Academia de Minas en Friburgo. Pero ello fenómenos vulcanológicos. Éste sería el primero de los
tampoco pareció ser lo más conveniente para él, ya que muchos viajes que habría de emprender en su vida.
rápidamente se cambió a la Universidad de Berlín y des- Después de sus estudios, entre 1862 y 1865, Stübel estuvo
pués a Bonn para estudiar Ciencias Naturales. Las dudas casi permanentemente en el exterior. Visitó Escocia, las is-
que anidaba sobre su talento científico y un precario es- las Orkney y Shetland, Madeira, Cabo Verde, Portugal, las
tado de salud lo llevaron a interrumpir sus estudios por Canarias, Marruecos y la península española. Una especial
un viaje que se prolongó durante dos años. Éste lo con- atención científica le consagró a la isla Madeira, donde per-
dujo en un principio a Madeira, donde se ocupó de maneció casi dos años y de la que levantó un considerable
actividades geológicas y descubrió un campo de fósiles. mapa en relieve. El refinamiento de sus métodos de expo-
El hallazgo le proporcionó prestigio en el mundo cientí- sición y representación topográficos le serían sumamente
fico y le dio un reconocimiento que lo motivó a conti- útiles en su futura expedición a Suramérica. Mientras se
nuar las investigaciones geológicas y vulcanológicas en ocupaba en la reelaboración del material coleccionado
las islas Azores y en las Canarias. En 1860 continuó Reiss durante sus viajes, también lo sorprendió la erupción vol-
sus estudios en las universidades de Heidelberg, cánica de Santori en 1865. Se apresuró a ir allí, y se encontró
Karlsruhe, GieBen y nuevamente Heidelberg. Allí se en el camino con Wilhelm Reiss, a quien había conocido
doctoró en 1864 en geología, química y física. No serían, hacía poco. Así se iniciaría un intenso trabajo conjunto que
con todo, las aulas universitarias el ámbito de su futuro se prolongaría por más de treinta años.
profesional. A principios de 1868, Wilhelm Reiss y Alphons Stübel
En 1865 Wilhelm Reis conoció a Alphons Stübel, con dan comienzo al largo y bien planeado viaje con destino a
quien proyectó hacer un viaje de exploración a Hawai e Hawai, que preveía una escala en Suramérica. Pero una vez
investigar sus volcane . El proyecto e aplazó como conse- llegados a Colombia, la fascinación de lo Andes los hizo
cuencia de las intempestivas erupciones de los volcanes olvidar de inmediato su destino originario. Ocho años
Santori en el archipiélago griego. En compañía del duró la expedición conjunta por Suramérica, que los con-
geólogo Karl von Fritsch ob ervó este fenómeno natu- dujo por Colombia, Ecuador, Perú y Brasil. Cuando Reiss,
ral, publicando su resultados en una erie de e critos. física y anímicamente agotado, regresa a Alemania desde
De esta manera se pone la primera piedra de los futuros Río de Janeiro, Stübel prosigue su viaje solo, pues no quiere
trabajos científico conjuntos de Stübel y Reiss. «concluir los esfuerzos de largo años de trabajo con el sen-
timiento de un desertor» (carta del 4 de febrero de 1876).
Viaja por Uruguay, Argentina, Chile y Bolivia regresando
ALPHONS STÜBEL luego a Perú. De allí no emprende su regreso directamente
La vida de Alphons Stübel transcurre comparativa- a Alemania, sino que cruza primero los Estados Unidos. En
mente más lineal y consecuente con sus objetivos. Naci- agosto de 1877 está nuevamente en su patria.
do el 26 de julio de 1835 en Dresde, hijo del concejal
Moritz Stübel, creció a partir de los catorce años en la
familia de su tío Julius, después de la muerte de sus pa- ALPHONS STÜBEL y WILHELM REISS
dres. En 1854 inició los estudios de Ciencias Naturales en EN SURAMÉRICA
Leipzig y se doctoró en 1860 en Heidelberg en las áreas Siguiendo las huellas de Alexander von Humboldt,
de mineralogía, química y física. Después trabajó algu- quien se les presentaba al comienzo como un gran mode-

SOBRE LA VIDA Y OBRA DE ALPHONS STÜBEL y WILHELM REISS [13]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
4. "La china'~ columna de piedra arenisca roja, reducida dicó al estudio de las ruinas prehispánicas de Tiahuana o,
aproximadamente a una vigésima parte de su tamaño
natural; izquierda: gobernador militar de Tiahuanaco; cuyas mediciones y esbozos realizados por él, pasarían a
centro: Monsieur Ber, un destructor de antigüedades bajo el conformar su libro Die Ruinenstiitte von Tiahuanaco im
prejuicio de la investigación científica; derecha: cura de Hochlande des alten Perú (Las ruinas de Tiahuanaco en el
Tiahuanaco (Bolivia, 1877J.
altiplano del viejo Perú). Reiss también mostró interés or
la arqueología y la historia cultural. En su carta al presi-
dente de Ecuador aboga en favor de la conservación de las
antiguas construcciones de la época incaica: «Las ruinas
de las construcciones incaicas son muy interesantes, pero
es muy penoso ver cómo se destruyen estos últimos vesti-
gios de una cultura del pasado. [... ] Las ruinas no son de
hecho de propiedad del dueño de la hacienda, sino que
pertenecen a todo el país, desde cuya larga historia con-
servan vivas las épocas famosas; incluso ellas pertenecen a
todo el mundo civilizado. Sería sumamente importante
rescatar lo poco que aún se conserva. [... ] No hay otra sal-
vación para estas interesantes ruinas, salvo que el gobier-
no asum~ su protección" (Reiss) 1921: 164).
Las cartas de viaje que Reiss y Stübel escribieron a su
patria, son) en múltiples sentidos, documentos altamente
lo, Stübel y Reiss desearon explorar los Ande . Pero entre instructivos. Ellas describen con exactitud el recorrido de
mejor conocían los Andes, tanto menos apreciaban los su viaje y contienen una buena cantidad de observaciones
resultados científicos de Humboldt: «Las descripciones de sobre el paisaje: «La belleza del escenario natural no es
Humboldt de esta región y su conformación son tan ab- posible describirla con palabras" (Reiss, 1921: 61) afirma
surdas, falsas y miserables, que deben releerse para con- Reiss con fascinación y lo vuelve a intentar: «La vista de
vencerse uno de que el famoso personaje realmente las este paisaje aún no pisado por el hombre es impresionan-
escribió" (carta de Stübel del 31 de agosto de 1870). Esta te" (Reiss, 1921: 70).
ob ervación acerca de Humboldt muestra cuán extraños Pero el epistolario informa también sobre las experien-
se le habían conv rtido tanto los métodos y objetivos de cias personales y las condicione adver as con las que tu-
investigación del científico berlinés, como su concepción vieron que luchar. Llenas de riesgos y peligros fueron en
humanista y filo ófica, formulados casi setenta años atrás. todo caso sus empresas científicas: fueron asaltados y ro-
tübel y Reis aspiraban) conforme a las exigencias de su bados y «[... ] arrestados por pierolistas en fuga (revolu-
tiempo) a la exactitud, imparcialidad y objetividad, libres cionarios o verdaderos asaltantes de caminos), con los
de cualquier especulación. Ellos no eran pensadores uni- que las autoridades bolivianas hacen trabajos en conjun-
versales como el barón de Humboldt) sino especialistas y to [... ] y después de 24 horas (logran) evadirse" (carta de
empíricos. Stübel del 6 de febrero de 1877). Durante una revolución
Si bien su interés predominante era la vulcanología) en Pasto (Colombia) su residencia fue utilizada por los
también se dedicaron a realizar mediciones astronómicas revolucionarios como puesto de guardia: «Me quedé
y meteorológicas) y reunieron colecciones zoológicas, tranquilamente viviendo allí) pues era imposible encon-
etnográficas y arqueológicas. Digna de observar es su co- trar otra residencia pronto, si bien se convirtió la habita-
lección de más de 2.000 fotografías que fueron acumu- ción -separada sólo por una cortina- en un depósito de
lando poco a poco a través de su viaje. Como arqueólogos pólvora y todas las noches se preparan para un asalto de
realizaron la excavación de Ancón) que dio origen a la los indios Laguna" (carta de Stübel de 15 de abril de 1870).
obra en tres volúmenes Das Todtenfeld von Ancón in Perú Pese a este aspecto romántico de Far West) ellos ven con
(El cementerio de Ancón en Perú). En Bolivia) Stübel se de- asombro «la seguridad con la que se puede viajar por es-

[14] M 1e H A E L A ST Ü T T G E N

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
tas tierras" (carta de Stübel del 25 de marzo de 1868). A tanto los blancos como los indios; donde la formación de
menudo tienen que luchar con los obstáculos de la natu- las personas se encuentra en el grado más bajo; donde se
raleza y poner en riesgo la vida. Una vez casi perecen bajo puede pensar que no hay familia; donde no se conoce
la nieve, y otra estuvieron a punto de morir de hambre. ninguna clase de respeto ni por la persona ni por las co-
«En esa ocasión -observa con cierto humor Stübel-, co- sas; donde ninguna persona tiene la intención de admi-
nocí el fino sabor de los rejos cocidos" (carta del 3 de mar- nistrar su negocio o su puesto público con honestidad,
zo de 1873). donde incluso no ven necesario siquiera el guardar las
Estas cartas contienen no sólo descripciones de viajes, apariencias; donde el clero posee un poder ilimitado y
informes sobre el adelanto de sus trabajos científicos yes- por lo demás, un clero que delata la más baja formación;
pectaculares experiencias vividas. Ellas también discuten un país donde la desconfianza, la envidia, la falsedad, la
críticamente con las condiciones sociales, económicas y pereza, la suciedad, la estupidez congénita y aprendida, la
políticas en Suramérica: «García Moreno -escribe Reiss el avaricia y el más alto grado de cobardía conforman los
17 de junio de 1870-, como casi todos los presidentes que atributos nacionales". Estas son palabras duras donde ha-
llegan al poder a través de una revolución de cuartel, go- blan la amargura y la intolerancia.
bierna por segunda vez el país. Indiscutiblemente es para Reiss parece ser algo más moderado y suave en su opi-
Suramérica una personalidad sobresaliente; no acumula nión frente a los habitantes del país. Pero aquí parece in-
dinero, pero sí un poder ilimitado. [... ] Actividades arbi- dicado señalar que las cartas de Reiss, en la edición de
trarias, asesinatos, embellecidos por un aparente proceso Karl Heinrich Dietzel de 1921, sufrieron fuertes recortes,
judicial, están a la orden del día. Sólo la voluntad del pre- omisiones y correcciones, como se deja ver en el prólogo.
sidente es ley; quien se atreva a contradecirlo encuentra la Expresiones como las citadas antes de Stübel fueron segu-
muerte" (Reiss, 1921: 101). Pese a estas fuertes críticas, ramente pasadas por las tijeras de la «censura': Las cartas
Reiss y Stübel están empeñados en ganarse la voluntad de Stübel se conservan casi en su totalidad, por lo que una
del presidente, pues en ocasiones sólo obtienen los carga- comparación entre ambas correspondencias podría crear,
dores y el alojamiento necesarios para sus expediciones probablemente, una falsa imagen de ellas.
con la ayuda de las cartas de recomendación u órdenes El respeto que demanda especialmente Stübel de los
del presidente. otros, parece no exigírselo él mismo. El trato con peones y
Su opinión sobre la población está caracterizada, sin servidores no fue de ninguna manera cortés. La insubor-
embargo, por una reprobación despiadada. Ya antes de dinación era castigada con una buena dosis de azotes o
haber pisado suelo suramericano, estaban cargados de con un confinamiento de tre días. Los medios de castigo
fuertes prejuicios que se revelan con una arrogancia fuera están siempre a la mano: «[ ... ] en todas las mesas y sillas
de lo común. Así se puede expresar Stübel en alta mar so- hay permanentemente látigos y varas de todas las forma"
bre los otros pasajeros: «Haya bordo algunos charlatanes (Stübel, carta del 17 de mayo de 1871). Con el revólver se
insoportables de esos que produce la France de la mejor ganaba el necesario respeto, pues «[... ] el revólver es lo
calidad, al lado de los fina y ridículamente ataviados mejor para mantener a la gente en jaque. El miedo frente
suramericanos que se caracterizan por la circunstancia de a este instrumento, en manos del extranjero, es completa-
que, tanto éstos como los otros, escupen por todas partes, mente ridículo" (Stübel, carta del 15 de mayo de 1870).
pero aún con mayor virtuosismo" (carta del 20 de enero Con cierta satisfacción informa Reiss a su padre cómo
de 1868). rompió la resistencia de su gente, temerosa de cruzar una
Después de largos años de permanencia en Suramérica altura peligrosa: «Sólo cuando tumbé al guía con un vio-
ellos no pusieron en cuestión sus prejuicios. Por el con- lento golpe de mi mazo y dejé al arbitrio de los peones el
trario, el desprecio y la aversión de Stübel son descarga- seguir marchando conmigo, de buena voluntad o bajo la
dos en una carta del 17 de mayo de 1871 a su tío desde amenaza de mi revólver, cruzaron la espantosa altura a
Quito. Nada es más inconcebible «[... ] que la muy curiosa paso de carga ..." (Reiss, 1921: 142).
institución de una República suramericana, es decir, un No obstante, se puede percibir un cierto desarrollo
Estado, en el que todos mienten cuando abren la boca, -hacia una imagen más diferenciada- en sus opiniones

SOBRE LA VIDA Y OBRA DE ALPHONS STÜBBL y WILHELM REISS [15]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
5. Carta de viaje de Alphons
Stübel a su tia del 17 de mayo
de 1871, Quito

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
sobre la población suramericana. Si al principio caracte- como aventureros, sino ante todo como científicos. En
rizaban a toda la población -((igual si eran cholos, blan- este sentido, Reiss responde a su padre sobre la propuesta
cos, negros, arrieros u obispos" (Stübel, carta del 15 de de publicación: ((No podríais estar orgulloso de esta obra.
abril de 1871)- , como ((miserable lumpen", más tarde, con Escrita en los apuros e inquietudes de un viaje y llevadas
el paso del tiempo, desarrollaron un sentimiento de justi- al papel fugazmente la mayoría de las impresiones, ellas
cia, que reconoce la desamparada condición en que viven no me parecen de ninguna manera apropiadas para
los indígenas: ((La mayoría de los indios son concertados, transmitir al público una idea clara de las facultades de tu
es decir, esclavos de algún hacendado, y por cierto escla- hijo" (Reiss, 1921: 16). Stübel se espanta con sólo pensar de
vos en el sentido más triste de la palabra. El hacendado ((exhibirlas" públicamente. Él mismo ve sus resultados
deja libre al indio cuando éste se quiere ir, pero sólo bajo muy críticamente y más bien con modestia: ((Si nosotros
la condición de que no le deba nada al (amo'. Pero como el hemos hecho algo científicamente, hasta ahora nadie lo
indio tiene que comprar todo al señor, éste sabe disponer puede juzgar, y no estimo de gran honor el ser publicados
las cosas de manera que el indio se encuentre permanen- sólo en razón al rendimiento de un trabajo de carreteros
temente con deudas impagables. Los indígenas se dejan -pues no otra cosa es el ascenso a una montaña elevada-o
maltratar de la manera más lastimosa, y aceptan pacien- Para mí es desagradable considerar que esas personas
temente cuando el señor les ordena pesar los alimentos en puedan pensar que yo pretendía ese complacencia" (carta
una balanza que se encuentra inclinada por lo menos en del 26 de abril de 1874).
un tercio en desventaja para el indio. Esta es una costum-
bre común. Si el concertado tiepe hijos, el hacendado los
6. Gabriel Garda Moreno,
casa lo más jóvenes posible, así no estén todavía aptos Presidente de Ecuador
para el matrimonio, pues de esta manera contraen deu-
das más rápidamente y quedan atados a la hacienda"
(Stübel, carta del 13 de enero de 1871).
Condenan el trato que los indígenas reciben de parte de
los blancos y por ello toman en cierta forma partido por los
nativos. Pero esto sucede también de una manera radical
que resulta típica de Stübel y Reiss. Así por ejemplo Reiss
desea (([ ... ] que catástrofes como la de 1868 [el terremoto en
Ecuador, la autora] pusiera en manos de los indios los me-
dios para limpiar la tierra de la alimaña que para desgracia
de Dios lleva la piel blanca y se dice descendiente de Euro-
pa" (Reiss, 1921: 100). Stübel no se queda atrás de esta pers-
pectiva extremista: ((En Riobamba hubo hace poco una
revuelta indígena que se proponía asesinar a todos los
blancos. Lamentablemente fracasó y sólo unos seis fueron
mutilados" (carta del 20 de enero de 1872).
En vida Stübel y Reiss se opusieron a una publicación
de sus cartas de viaje. Estando todavía en Suramérica, el
padre de Reiss le propuso a su hijo publicar extractos de
su correspondencia en revistas especializadas: No sólo en
círculos de especialistas el interés era grande; y no menos
la significación científica que el ánimo de aventura que
expresan las cartas, con su actualidad y autenticidad, las
hacía tan atractivas. Precisamente contra ésto se resistían
Stübel y Reiss. Ellos no deseaban despertar la atención

SOBRE LA VIDA Y OBRA DE ALPHONS STÜB E L y WILHELM REISS [17]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
En la actualidad estos epistolarios son testimonios his- Sólo en 1887 se concluyó la publicación de esta obra. Tres
tóricos que ofrecen imágenes interesantes de la vida, el años más tarde fue completada con la edición en dos volú-
pensamiento y el trabajo de la personalidad científica de menes de la obra Kultur und Industrie südamerikanischer
ambos viajeros. Las cartas de Reiss fueron publicadas trece Volker, realizada por Max Uhle, quien se basó en las colec-
años después de su muerte por Karl Heinrich Dietzel, en ciones de Alphons Stübel, Wilhelm Reiss y Benedikt
una edición trabajada fina y cuidadosamente. La publica- Koppel. Estas colecciones ya habían sido compradas en 1887
ción de las no menos interesantes cartas de Stübel, está por el Museo de Etnología de Leipzig. A causa de las des-
aún por hacerse. trucciones sufridas durante las guerras, la colección quedó
diezmada. Algunas de las piezas salvadas se pueden ver en
esta exposición. Como complemento a la mencionada pu-
DESPUÉS DE SU VIAJE blicación, se añade la obra publicada en conjunto por
POR SURAMÉRICA Alphons Stübel y Max Uhle en 1891-1892, Die Ruinenstiitten
Después de su regreso (Stübel arribó de vuelta a su pa- van Tiahuanaco im Hachlande des alten Peru.
tria un año y medio después que Reiss) los dos investiga- Entre tanto, Wilhelm Reiss se había radicado en Berlín y
dores se vieron desamparados frente a la inmensa casado en 1883. Entre 1879 y 1888 desempeñó varios cargos
variedad del material acumulado, que durante una estan- como la dirección de la Gesellschaft fur Erdkunde de Berlín,
cia de casi diez años en Suramérica habían venido envian- de la Gesellschaft fur Anthropologie, Ethnologie und
do por barco a Alemania. A ello se agregaba la ingente Urgeschichte y del Internationale Amerikanisten-Kongress,
cantidad de observaciones escritas y apenas esbozadas, también en Berlín. Después de estos años de labores, regre-
frente a las que Stübel se lamentaba frecuentemente como só al castillo Kónitz, cerca de Saalfeld, en 1892, donde desea-
lo informa su biógrafo y amigo Hans Meyer, de que «de ba dedicarse finalmente a la reelaboración de los resultados
todos los trabajos y esfuerzos crecientes éste es mucho de su viaje. Pero sus fuerzas creativas lo abandonaban, hasta
mayor que el viaje mismo" (Meyer, 1905: 70). La que finalmente capituló ante la ingente masa de material
reelaboración de tal cantidad de material que comprende acumulado, en lo que su amigo y biógrafo Hans Meyer ve
aspectos muy amplios de varias disciplinas científicas, exi- como «la tragedia de una vida científica" (Meyer, 1910: 82).
gió la ayuda de una buena cantidad de colegas. Además de El 29 de septiembre de 1908 murió en el castillo de Kónitz
que la fatiga de los pesados viajes se les escondía todavía durante una cacería de grajos. Se le encontró muerto en el
en el cuerpo, y una y otra vez los problema de salud les jardín alIado de u escopeta.
inhibía u capacidad de trabajo. Después de su regreso de Suramérica, Stübel empren-
En 1879 se dieron a la tarea de reelaborar los hallazgos dió constantes viajes a la Auvergne, a Siria, Sicilia, Egipto y
etnográficos del cementerio de Ancón, posiblemente por- al Vesubio, para confirmar sus teorías vulcanológicas.
que se trataba de un campo bastante comprensible del Reiss había hecho fuertes críticas a las teorías de Stübel.
conjunto del material acumulado. La publicación de los Estas diferencias científicas los llevaron, sumadas a las dis-
tres volúmenes de la obra Das Todtenfeld von Ancón in cusiones personales, al distanciamiento y finalmente a la
Perú. Ein Beitrag zur Kenntnis der Kultur und Industrie des ruptura total de su amistad. Después de 1898 no hubo más
Inca-Reiches fue financiada por el Museo Real de contacto entre los dos, y no se daría a la luz ninguna otra
Etnología de Berlín. Como contraprestación, los científi- publicación conjunta. Stübel estuvo obsesionado durante
cos donaron la colección completa de Ancón a la institu- sus últimos años de su vida con la idea de construir un
ción. La obra comprende 141 litografías a color, ejecutadas museo para su rica colección suramericana. En el Museo
por pintores académicos sobre las piezas de la colección. de Etnología de Leipzig se dispuso de un espacio para sus
Las láminas originales iluminadas, que tienen tanto un va- mapas, óleos, fotografías, panoramas y minerales en roca
lor arqueológico, vale decir, etnográfico, como artístico, se en la sección de geografía comparada, actualmente en el
conservan casi en su totalidad en el Institut fur Institut fur Uinderkunde. Alphons Stübel murió ello de
Landerkunde de Leipzig, y son exhibidas al público latino- noviembre de 1904 y fue cremado. Su urna funeraria se
americano por primera vez en esta ocasión. conservaba, alIado de su legado, hasta finales de los años

[18] MICHAELA STÜTTGEN

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
setentas en dicho museo. Después se decidió, en forma no Bibliografía
burocrática -con el producto de la venta de una escopeta
no inventariada- trasladar la urna de Stübel a la tumba de Hans Meyer, ccAlphons Stübel'~ Mitteilungen des Vereins
su familia, para que gozara del último descanso. für Erdkunde zu Leipzig für 1904,1905, págs. 57-78.

Wilhelm Reiss, ccWilhelm Reiss'~ Mitteilungen der


Gesellschaft für Erdkunde zu Leipzig, 19lO, págs. 46-96.

Wilhelm Reiss, Reisebriefe aus Südamerika 1868-1876,


München/Leipzig, Duncker & Humblot, 1921 (editadas y
revisadas por Karl Heinrich Dietzel)

Alphons Stübel, Cartas no publicadas de Suramérica,


legado en el Institut für Landerkunde, Archivo de Geografía,
Inv.-No. 6625-6721, K. 122.Leipzig, 1868-1877.

Paul Wagner, ccAlphons Stübel'~ Naturwissenschaftliche


Gesellschaft der Isis Dresden,1904, págs. V-XN.

SOBRE LA VIDA Y OBRA DE ALPHONS STÜBEL y WILHELM REISS [19]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
7. Indígena de Chocontá 8. Mestizo (altiplano de Bogotá),
(altiplano de Bogotá), vendedor de queso.
vendedor de huevos.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
INGRID HONSCH

LOS VIAJES DE A comienzos de año 1868 el vulcanólogo alemán, Alphons


Stübel, nacido en Dresden, inició en compañía de su ami-
/
go Wilhelm Reiss una excursión que debería realizar el es-
INVESTIGACION tudio vulcanológico del archipiélago de Hawai. En el viaje
de ida deseaban visitar las regiones volcánicas de los An-
DE ALPHONS des colombianos y ecuatorianos que habían conocido gra-
cias a las descripciones de Humboldt y Boussingault. Esta
STÜBEL POR escala debería durar sólo algunos meses; y por eso el equi-
/ paje había sido enviado por anticipado a San Francisco.
SUDAMERICA Allí permanecerían durante casi un decenio. Ninguno de
los dos viajeros llegaría nunca a Hawai. Por razón de los
(1868-1877) A intereses científicos de sus investigaciones en la inmensa
/
Terra incognita de los altos nevados andinos, los planes de
TRAVES DE SU viaje fueron drásticamente cambiados. El «paseo" por los
Andes se convirtió en el más sólido y productivo viaje de
CORRESPONDENCIA investigación en toda la historia de descubrimientos ame-
ricana (Meyer, 1905: 64).
Stübel y Reiss viajaron por diferentes caminos. Se en-
contraban de tramo en tramo para consultar los resulta-
dos de sus estudios y determinar nuevas tareas. Además,
discutieron críticamente las incoherencias y faltas de con-
cordancia con la realidad de las descripciones de
Humboldt. Ascendieron sistemáticamente a los volcanes,
levantaron sus mapas y tomaron muestras de material
mineralógico. Ambos asumieron grandes esfuerzos cor-
porales e intelectuales para alcanzar sus objetivos. La rica
cosecha de sus observaciones y apuntes fue aprovechada y
publicada en sendas obras científicas. Tanto la recolección
de minerales y material etnográfico, así como los panora-
mas de las cordilleras dibujados por Stübel, los óleos del
pintor ecuatoriano Rafael Troya, contratado por ellos para
sus expediciones, y las fotos compradas, fueron la piedra
angular del futuro «Museo para culturas comparadas" de
Leipzig. Del viaje de Stübel, que duró de 1868 a 1877, nunca
se ha ofrecido una detallada y completa información. Una
conferencia de Reiss en la Gesellschaft für Erdkunde de
Berlín en 1877, constituye la única excepción. El carácter
de Stübelle impedía llamar la atención sobre sí mismo. Su
ethos científico, junto a la ambición, constancia y minu-
ciosidad de su trabajo, lo condujeron al más alto rendi-
miento científico.
Sólo las cartas -que redactaba regularmente y que re-

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
emplazaron en alguna medida un diario de viaje- dirigi- observatorio que fue construido por Caldas y Mutis y que
das a sus parientes de Dresde dan información sobre las era utilizado provechosamente por el mismo Caldas en la
condiciones de trabajo, los esfuerzos en la organización de época de Humboldt. [... ] Como digno de ver, ya que por
las excursiones, los padecimientos físicos y psíquicos; pero las especiales relaciones climáticas hay pocos en el mundo,
también las satisfacciones de los «descubrimientos". Fue- es el día de mercado, que tiene lugar todos los viernes. Los
ron cedidas en 1918 por su hermana ' Ina al Archiv fur aborígenes traen aquí, desde una distancia de dos días de
Forschungsreisende en Leipzig Allí se conservan y por
1
• viaje, sus frutos de la tierra y otros víveres. Los productos de
primera vez (aparte de la publicación de la parte colom- tierra caliente y de las ronas frías se conjugan idílicamente:
biana realizada por el Boletín Cultural y Bibliográfico del papas, manzanas y fresas yacen alIado de plátanos, piñas,
Banco de la República, Santafé de Bogotá, Vol. XXXI, Núm. granadas, etc. Y así como se diferencian los frutos, así tam-
35 de 1994; nota del traductor) son publicados aquí algu- bién los compradores y vendedores en los rasgos de la cara y
nos de sus extractos. el color de la piel (véanse ilustraciones 7, 8, 9 Y 10). Pero
La selección de nueve cartas, que regularmente ocupa- también son innumerables los pordioseros e inválidos que
rían más de diez apretados folios, sólo se puede ofrecer sitian la plaza de mercado. Más digno de admirar en Bo-
fragmentariamente. El tema central de los textos seleccio- gotá es el empedrado, que sin duda en ninguna otra ciu-
nados es la investigación sistemática de los volcanes andi- dad de igual tamaño se podría encontrar tan malo, sin
nos. No menos atractiva hubiera resultado la descripción de excepciones."
las condiciones de vida, la financiación de la empresa y El 25 de octubre Stübel parte hacia el suroccidente co-
otros temas afines. lombiano. Las siguientes estaciones serán Ibagué, San
El 27 de enero de 1868 ambos viajeros arribaron a Santa Agustín y Popayán. En carta del 30 de noviembre de 1868
Marta (Colombia), tocando suelo suramericano. Después
de algunas excursiones a los alrededores de Santa Marta y
a los volcanes de lodo de Zamba y Tubara, viajaron por el
río Magdalena hasta Honda y de allí a Bogotá. Éste fue el
lugar de residencia de los viajeros entre el 30 de marzo y el
25 de octubre de 1868. Desde Bogotá organizaron múlti-
ples excursiones que les sirvieron, primero que todo, para
un conocimiento global del país. Los siguientes apartes
ofrecen una somera impresión de esos viajes.

"Bogotá, 16 de mayo de 1868

Querido tío,
[... ] Hice una excursión a la capilla de Guadalupe, que
se encuentra 650 metros más alta que Bogotá y que está
construida en la montaña más alta, La Peña, al pie de Bo-
gotá. La vista desde este punto es, en todos los sentidos,
maravillosa y única. La vegetación corresponde muy
cercanamente, por su carácter, al de las altas montañas de
los Alpes suizos y aún más al de ciertas regiones de
Madeira y Tenerife. Si es posible, pasaré algunos días en
Guadalupe o Monserrate, que está sólo cien metros más
abajo, para hacer con el doctor Reiss observaciones
barométricas, para lo cual el Observatorio de Bogotá pro-
porcionará el otro punto de referencia. Bogotá tiene un
11 . Figura de San Agustín.

[22] 1N G R1o H 6 N S e H

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
9. Indígena de Fameque (sic) 10. Indígena de Suba
) (altiplano de Bogotá), (altiplano de Bogotá),
vendedor de gallinas. vendedor de leña.

LOS VIAJES DE INVESTIGACIÓN DE ALPHONS STÜBEL POR SUDAMÉRICA [23]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
describe la excursión al volcán Tolima, emprendida entre ahora ha sido descrito una sola vez por un geógrafo co-
el 6 y 14 de noviembre. lombiano y, por cierto, de una manera muy deficiente. Lo
que allí encontré sobrepasó ampliamente mis expectati-
"Neiva, vas. No existen construcciones, pero hay un gran número
30 de noviembre de 1868 de estatuas sumamente interesantes, algunas de las cuales
están en verdad hermosamente trabajadas y hacen recor-
[... ] El 6 de noviembre emprendí la excursión a pie, dar el arte egipcio. El material utilizado aquí por los indí-
acompañado de siete peones colosalmente fuertes, y en cua- genas es una lava en extremo dura. El manejo de este
tro días llegamos a la nieve, cuyo comienzo se encuentra a material, que sólo era posible con herramientas muy per-
4.300 metros de altura. A cada paso teníamos que desbrozar feccionadas, prueba que los españoles no hubieran sido
el camino, y muchas plantas y helechos raros cayeron al filo capaces de conquistar esta parte de América, si el pueblo
del machete. No es fácil deshacerse de los múltiples obstá- escultor hubiera vivido aún. Esta época artística está, en
culos, y éstos deben ser superados. En las regiones de tierra todo caso, a cientos, si no a miles, de años atrás. Vimos la
alta tuvimos que padecer mucho por las lluvias y por el sue- cabeza de una estatua que sobresalía del piso. Creímos que
lo pantanoso. Los peones, con su carga sobre las espaldas, se no era tan grande y decidimos desenterrarla. Después de
hundían hasta las rodillas en el fango negro. Yo iba un poco tres días de trabajo dimos con la base, y fueron necesarios
mejor. A una altura superior a los 3.000 metros se acaba la 23 indígenas para levantar la columna de 5 metros de alto.
vegetación arbórea y hace su aparición el frailejón, una El tiempo fue menos favorable, pues llovió diariamente,
planta muy característica, que mide entre 4 y 5 metros de pese a que estábamos en la mejor época del año. Y en esta
altura. Dos noches pasamos a la altura de los 4.300 metros, selva, donde habitan los dioses astrales, había tantos bi-
porque deseaba estudiar las piedras del volcán y su compo- chos chupasangre que fuimos casi literalmente devorados.
sición topográfica. La temperatura descendía hasta medio Logré hacerme a algunos dibujos, con las manos
grado bajo cero, pese a que el cielo, con raras excepciones, ampolladas. [... ]
estuvo completamente cubierto y llovía a cántaros. Tales Sobre la cordillera Central descansan cuatro volcanes,
condiciones climáticas, como estar con siete peones en una cuyas nieves perpetuas dominan desde lejos. El que está
carpa de tela sencilla y dormir sobre el piso desnudo, no for- más al norte es el ya muchas veces mencionado volcán del
man parte de las actividades más elegantes. El 12 de noviem- Ruiz, que escaló el doctor Reiss; después sigue el Tolima,
bre subí al cono del volcán, tanto como las condiciones lo que inve tigué yo; luego viene, a una distancia considera-
permitieron, y llegué hasta una altura no del todo insignifi- ble hacia el sur, el Huila con muchos picos, y finaliza la ca-
cante: unos 5.000 metros. La cumbre del cono está sólo a dena el Puracé, con una serie de cumbres elevadas. El
unos 500 metros más arriba. El Tolima muestra, en el pre- Huila no pertenece a los volcanes conocidos menos signi-
sente, muy débiles huellas de su anterior actividad. La ex- ficativos, posee una altura de más de 6.000 metros, pero
cursión fue interesante en extremo y recorrimos un terreno hasta ahora ha escapado por completo a un estudio más
volcánico hasta ahora muy poco conocido. Al noveno día de detallado de los viajeros científicos".
nuestra ausencia regresamos a !bagué sin accidentes que la-
mentar. La gente que me acompañó era toda excelente".
Popayán seria la siguiente estación entre el 4 de febrero "Pasto,
y el 31 de junio de 1869. Desde allí informa a sus parientes 17 de septiembre de 1869
sobre los restos de la cultura precolombina y los volcanes.
[... ] Dejé Popayán el primero de julio yen la tarde del 14
"Poparán, del mismo mes llegué, después de un viaje muy favorable,
13 de febrero de 1869 a Pasto. De este tiempo, gasté sólo dos días en el ascenso al
cerro Munchique, una de las montañas más altas de la cor-
[... ] San Agustín es el único sitio en toda Colombia en dillera Occidental, justamente al frente de Popayán (que se
donde se encuentran restos de arte precolombino; hasta encuentra en el pie occidental de la cordillera Central).

[24] INGRID HONSCH

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Desde allí propuse orientarme dadas las condiciones del todo, poseer mapas fundados en mediciones reales. Pero
terreno especialmente difíciles, pero mi objetivo fue al- como aquí sería vana su búsqueda, se hace necesario ela-
canzado de una manera limitada, a causa del mal tiempo. borarlos.
El cerro Munchique tiene una posición muy favorable, de Stübel permaneció en Pasto hasta el 12 de enero de 1870,
manera que se puede divisar desde su cima, a 3.006 me- desde donde condujo su caravana al Cumbal, allí permane-
tros, el largo valle del Cauca hacia el norte, y hacia el occi- ció hasta el 15 de marzo en condiciones supremamente difí-
dente una parte del océano Pacífico, que limita con el casi ciles, realizando la exploración y la cartografía de los
deshabitado Chocó. Como hacia el oriente se reconocen volcanes. Desde Quito, la capital de Ecuador, a donde llegó
con claridad los volcanes del Huila, Puracé y Sotará. Así el2 de abril, informa a sus parientes de las etapas de su viaje:
como es de amplio el panorama, así de fascinante es la vis-
ta de las regiones cercanas, como también las condiciones
propias del suelo, que son de tal especie que se puede leer "Quito,
claramente la acción de los extraordinarios procesos 15 de abril de 1870
geológicos. En los dos días y dos noches que pasé en la
cima del Munchique, sólo pude pescar algunas imágenes [... ] Ese día ascendí al costado suroriental del volcán
furtivas, ora en una dirección, ora en otra, y pude hacer Cumbal y mandé instalar las carpas a 3.900 metros de al-
una ubicación muy poco satisfactoria de la latitud tura. A la mañana siguiente parecía querer despejarse la
geográfica. Este cerro, cuyo ascenso debería ser, en cierta parte alta del volcán, lo que me hizo decidir a escalar, in-
medida, el coronamiento (de mi trabajo) por la contem- mediatamente después de la salida del sol, el trayecto que
plación de la panorámica de los volcanes escalados y las nos faltaba hasta la cumbre. No es difícil alcanzar el punto
cordilleras transitadas, representa un punto central en las más alto que sobresale de las colosales masas de nieve,
poderosas cordilleras, y al mismo tiempo forma una espe- pues un estrecho peñasco rocoso libre de nieve, que es ca-
cie de tabique que posibilita la existencia de dos climas lentado por una fumarola, permite el paso. Según el baró-
completamente diferentes. Después de encontrarme metro nos encontrábamos a una altura de 4.770 metros
de nuevo al pie de la montaña, donde había dejado en un muy cerca de la cumbre, pero tuvimos que regresar, ya que
pequeño pueblo de indígenas bonachones mi respetable el clima se puso completamente imposible. No se podía
caravana (dieciocho m ulas y caballos y seis personas), des- ver a más de cinco pasos adelante, y el viento frío congela-
cendí hacia la región del Patía, rodeada de incontables va- ba la ropa ya húmeda. Pasamo una noche más en el cam-
lles secundarios. En cuatro día de dura marcha, durante pamento para podernos orientar al día siguiente desde
los cuales sufrieron bastante tanto los animales como los
hombres, con los muy respetables calores (el mínimo por
la noche era de 24 grados centígrados), llegamos al punto
donde de nuevo el camino conduce a regiones más altas.
Después de ascender y descender en tres ocasiones hasta
los 1.500 metros, alcanzamos el Alto de Aranda, desde
donde se destaca en primer lugar Pasto, muy al fondo de
un valle semicircular, al pie del volcán. [... )"
La ciencia tiene ahora otras exigencias y requiere saber
y precisar más que las meras mediciones de altura y una
elegante descripción de los peligros, con los que está vin-
culado un ascenso a estos macizos imponentes. La investi-
gación de la formación geológica de estos volcanes y el
cotejo con otros -;esto es, en general conocido-, es lo que
exige fundamentalmente la geología en la actualidad. Pero
para hacer estos estudios en un volcán, es necesario, ante
12. Portada de Compañía,
Quito 1874.

LOS VIAJES DE INVESTIGACIÓN DE ALPHONS STÜBEL POR SUDAMÉRICA [25]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
13. El Chimborazo visto desde Riobamba, 1874.

donde estábamos, si el tiempo era mejor. Pero esta espe- presión es producida por un profundo valle del cráter pa-
ranza sólo e pudo cumplir muy parcialmente. Un día des- recido al de la isla Palma (Canarias) y que lleva el nombre
pués arribé al pueblo de Cumbal y me di a la tarea de de valle del Hondón de Chiles. Después de pasar algunos
ascender a la parte suroccidental del mismo volcán, donde días en los alrededores del Hondón, visité el cercano Cerro
inmediatamente debajo de la zona de nieve, una fumarola Negro y descendí al principio por su pendiente (externa)
activa produce peculiare formacione sulfurosas. Ascen- occidental desde la región de los páramos hasta tierra
diendo obre la planicie de nieve, llegué a un gran cono templada, donde se impone la montaña de manera muy
del cráter, que se encuentra encerrado por fuertes rocas de hermosa. Mandé instalar las carpas en una pradera monó-
hielo, mientra el uelo se compone de negras ma as de tona con algunos grupos de árboles, a 2.600 metros de al-
traquita; este (último) llamativo fenómeno es producido tura. E te campamento nocturno fue el único que, en el
por el calor que emiten las piedras. Si bien es algo muy in- lapso de ocho semanas, pude tomar a esa altura. Por lo ge-
teresante encontrar en e tos volcanes poco conocidos de- neral vivía en una carpa a 3.200-4.200 metros de altura.
talles de esta clase, los mismos, sin embargo, desempeñan Regresando por el mi mo camino, ascendí la cumbre del
un papel sudsidiario, en la tarea que nosotros estamos Cerro Negro (4.460 metro) y de allí empezó el descenso
ocupados, esto es, describiendo las condiciones geológicas por un profundo y estrecho cráter, del cual ubía vapor en
del terreno volcánico. Poco después de volver de esta ex- pequeñas cantidades. Las paredes de e te volcán on tan
cursión que duró tres días (la región en las que están las empinadas que es imposible creer que se pueda de cender
fumarolas se llama «El mundo nuevo"), realicé un nuevo en él: sin embargo nos fue posible (al doctor Reiss dos
viaje a los volcanes de Chiles y Cerro Negro que me toma- meses antes) alcanzar el suelo con toda nuestra carga. Es
ron catorce días. completamente sorprendente lo que pueden rendir los
El volcán de Chiles tiene casi la misma altura del cargadores cuando quieren".
Cumbal, pero en su lado oriental, por causa de su figura en La estadía en Ecuador les demandó cuatro años (desde
punta triangular, produce la impresión de ser sólo el resto marzo de 1870 hasta noviembre de 1874). Desde esta esta-
de una montaña más bien de tamaño mediano. Esta im- ción fija del altiplano andino fueron investigadas siste-

[26] INGRID HONSCH

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
máticamente todas las regiones aledañas de la cordillera cuatro grados. El "campamento" parecía de hecho cuando
Oriental y Occidental. Hans Meyer concluye que Stübel y las carpas estaban cubiertas de nieve y todo alrededor estaba
Reiss habían recogido tal cantidad de material científico blanco, más una expedición al polo norte que un punto
"que para reelaborarlo no alcanza una vida humana" ubicado a 15 minutos al sur de la línea ecuatorial. De día, se
(Meyer, 1905: 66). De esta época datan los ascensos al acarreaban grandes bloques de nieve para producir el agua
Pichincha, Atacatzo, Corazón y otros volcanes. necesaria mediante el calor, pero el material combustible
era muy difícil de conseguir. Quien desee realizar aquí algu-
"Quito, na cosa útil debe sacrificarse enormemente. Hacer cham-
30 de julio de 1870 bonadas y hablar paja como Humboldt y muchos otros han
hecho sobre los nevados de Ecuador, es ciertamente mucho
[... ] Sólo algunas pocas palabras sobre nuestra última más cómodo."
excursión, con las que puedes hacerte una idea de nuestras
empresas y de sus necesarios preparativos. El cráter del "Tambillo,
volcán Pichincha (véase Tabla 1) se encuentra a una altura cerca de Quito, 15 de agosto de 1870
de 4.000 metros y está rodeado de pendientes tan empina-
das que sólo en un punto es posible el ascenso para los ca- [...] Nuestro viaje actual se limita a algunos volcanes cer-
minantes, sin vértigo. Como nosotros nos habíamos canos de Quito, que nuestros habladores antecesores (en
propuesto un levantamiento cartográfico y por ello verdad charlatanes) habían pasado completamente por
trigonométrico lo más preciso posible, fue necesario des- alto. Primero visitamos el Atacatzo (4.550 metros) y después
cender por este poco amable camino con nuestra carga e el Pasachoa (4.260 metros). En el primero nos favoreció el
instalar nuestro campamento en el cráter, 400 metros to- tiempo como nunca antes. Hasta el mediodía estuvieron
davía más alto (cerca de 500 metros abajo del pico más despejados trece de los más grandes volcanes de Ecuador, e
alto del volcán), por algunos días. Para llevar a cabo el incluso se podía reconocer el volcán de Pasto. Cuando se
plan, teníamos no menos de 23 cargadores, dos de los cua- está orientado en una región montañosa de la manera
les huyeron en la noche, además de la compañía de cuatro como nosotros lo estamos, el placer de su visión panorámi-
de nuestros servidores. Después de que 15 hombres des- ca es doblemente satisfactorio. Podríamos decir sin arro-
brozaban el camino de bajada con palos y barras de hierro gancia que hemos realizado una tarea en estas regiones
lo que tomó un día entero, descendimos al cráter con un -que son tierra virgen para las investigaciones científicas-,
tiempo muy favorable e instalamos en una pequeña plani- que nadie antes de nosotros ha llevado a cabo y que después
cie de piedra pomez nuestras tres carpas. Apenas lo había- de nosotros, aunque disponga de medios diez veces más fa-
mos hecho, se presentó una densa niebla que le arrebataba vorables, no será labor fácil de ejecutar. Ciertamente noso-
a los ojos los objetos más cercanos. No quedaba más que tros nos hemos congelado bajo el Ecuador mucho más que
esperar un tiempo mejor y tener paciencia. Ciertamente en el más frío invierno de Europa':
no temíamos tener que sacrificar mucho tiempo, pues pa-
saron diez días y medio antes de haber alcanzado suficien-
temente nuestros objetivos, y en esos diez días debimos "Quito,
haber tenido si acaso cuatro horas en las que nos fue posi- 15 de diciembre de 1871
ble de algún modo trabajar un poco. El resto del tiempo lo
ocupó una niebla impenetrable aun para el mismo Sol, [... ] Hace sólo dos días regresé de un viaje comenzado
niebla que además algunas veces era azotada en el cráter el 22 de junio a la cordillera Oriental y pasé las dos terceras
por fuertes vientos. Bajo el Ecuador se puede pensar que partes del tiempo a una altura entre los 3.600 y los 4.500
no hace frío. Pero es un error del cual nos hemos curado metros, sin haber entrado en contacto con pueblo alguno
desde hace mucho tiempo. El termómetro señalaba durante o una persona decente. Esperaba poder concluir con el
ese tiempo, en un lugar ubicado a 4-400 metros sobre el ni- Antisana a más tardar en catorce días, pero por causa del
vel del mar, hasta cinco grados bajo cero y nunca más de espantoso clima ello tomó siete semanas completas. No se

LOS VIAJES DE INVESTIGACIÓN DE ALPHONS STÜBEL POR SUDAM É RICA [27]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
puede hacer fácilmente una idea de las condiciones "Riobamba,
climáticas de esas altas montañas, y puesto que en el curso 2 de agosto de 1872
de semanas no sale el Sol tras las nubes ni unas pocas horas
y no pasa nunca un día con un tiempo agradable, todo con- [... ] Todos los esfuerzos que he hecho aquí para con-
traría tercamente a los sentimientos y los deseos. Además cluir lo más rápidamente posible las investigaciones, han
está la imposibilidad de protegerse contra el frío; día y no- sido infructuosos, en parte por el tiempo, en parte por la
che al aire libre y todo el trabajo realizado con las manos desorientación que nace de no saber ni siquiera los nom-
ateridas, no es una insignificancia. Los impedimentos casi bres de los volcanes conocidos científicamente que crecen
imposibles de vencer, que producen escasez tanto de gente como hongos en el suelo. Esta circunstancia es extremada-
útil de voluntad como difícil consecución de VÍveres, fueron mente penosa, pero se tiene que soportar con paciencia.
en esta excursión por suerte más fáciles que en las otras oca- Omitir algunas montañas sería restarle importancia al tra-
siones. No obstante disponer de un equipo de viaje tan bajo hasta ahora realizado. Confío, sin embargo, abrirme
completo en bestias y hombres, hubiera tenido que regresar paso poco a poco, no importando si las dificultades crecen
antes a Quito, si el doctor Reiss no me hubiera apoyado des- a diario y parecen insuperables.
de la capital con VÍveres, dinero y demás implementos cada Hace algunas semanas regresé del Chimborazo y del
mes. En realidad, el doctor Reiss había cogido un pequeño Carihuairazo. Al primero le di la vuelta completa a una al-
catarro que se manifestó en dolores reumáticos y regresó a tura media de 4.000 metros y subí en algunos tramos has-
Quito, evitando prudentemente durante algún tiempo se- ta una posición de 5.810 metros. Humboldt afirma haber
guir en los páramos. Poco después de Navidad él se propuso llegado a los 6.000 metros y Boussingault a su vez dice ha-
ponerse en marcha de nuevo y en corto tiempo, aprove- ber alcanzado una altura superior que Humboldt. Estas
chando la experiencia ganada por mí, borrar la ventaja que informaciones son bastante curiosas, si se contemplan
le llevaba. Yo mismo estoy en la necesidad de permanecer en más de cerca las condiciones del terreno. Pues ambos hi-
Quito para ordenar en alguna medida y empacar el consi- cieron el intento de ascender en un sitio donde es absolu-
derable material de esbozos de mapas, dibujos, mediciones tamente imposible alcanzar esa altura. Pero también es
y especialmente el material mineralógico que arrojó estos sabido aquí, por tradición oral, que Boussingault sólo lle-
seis meses de viaje. Sólo las piezas de rocas de formación gó a la zona baja de nieve a 5.000 metros, y él mismo da
volcánica tomadas por mi mano deben ascender a 1.000, si dos informaciones distintas sobre el punto alcanzado,
no a 1.500. Los volcanes más importantes de esta cordillera como lo ha mostrado Moritz Wagner. Puesto que e os as-
Oriental, de los cuales proceden estas piedras, se llaman: ce- censos tienen tan poquísima viabilidad, es tanto má risi-
rro Quinchucayas, cerro Puntas, Guamani, Chacana, ble que hombres cultos no se avergüencen de contar tale
Chusalungo, Antisana, Cotopaxi, Quilindana, El Morro y inexactitudes."
otros más. Sólo pude hacer una corta visita al Cotopaxi,
pues todo lo que no se había desintegrado en pedazos, ame-
nazaba con volverse completamente inútil. También las po- La actitud crítica frente a los métodos descritos por otros
bres mulas estaban endemoniadamente hartas ~e los viajes viajeros, que expone el vulcanólogo con mordacidad, pue-
y suspiraban por un descanso. Estas pobres bestias, que en de ser entendible en vista de los ingentes esfuerzos perso-
parte se han acostumbrado a vivir en el calor tropical, tuvie- nales y fundados estudios del terreno. Al lado de las
ron que pasar muchas noches 6 grados bajo cero, expuestas anotaciones de las observaciones y mediciones en los dia-
al aire libre y al viento más cortante. rios, Stübel documentaba lo que veía con exactitud en
pormenorizados dibujos de grandes panorámicas. Las
Saludos cariñosos, descripciones de los lugares están tan precisamente ejecu-
Tu Alphons" tadas, por medio de círculos prismáticos y mediciones an-
gulares, que se puede hablar de «mapas de perspectiva",
que también pueden ser usados como tomas topográficas.

[28 J 1N G R 1o H o N Se H

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
CCRiobamba, que pasar una noche bastante fresca. El Altar es el más be-
17 de septiembre 1872 llo de todos los volcanes que hasta ahora hemos conocido
y científicamente también es sumamemente interesante,
[... ] La excursión de tres semanas de la que regresé hace aunque al mismo tiempo el más inaccesible, pese a que
pocos días, cubrió nuevamente el Chimborazo, en especial está en las inmediaciones de Riobamba. Soy ciertamente el
sus costados oriental y occidental. Con ello está, para mi primer europeo que ha visitado el cráter lleno de enormes
investigación, la montaña concluida. Al regreso, descendí masas de glaciares. Las paredes interiores del cráter son
a <tierra caliente' para estudiar de pasada la base no volcá- tan empinadas que producen permanentes y enormes
nica de los Andes. En esta ocasión me acerqué a avalanchas de nieve. Una de las más fuertes se hizo sentir
Guayaquil, distante a dos días de viaje, y hubiera sido me- como un terremoto que pude observar desde una monta-
jor no regresar a los fríos y desagradables altiplanos. Esta ña elevada que permitía una panorámica general. Los es-
es la cuarta gran excursión que realizo a la Provincia del truendos fueron muy fuertes, pero no destruyeron
Chimborazo. De los seis meses de viaje que empleé duran- ninguna casa en Riobamba; otras localidades, que apenas
te la misma época el año pasado, traje 28 dibujos grandes se sacudieron, sufrieron más. Pero todas las inmediaciones
de la zona volcánica, y este año sólo he podido obtener, en de Riobamba se cubrieron de una espesa nube de polvo
el mismo lapso y con el doble de gastos, apenas cuatro que era producida por ello: las masas de tierra se despren-
cuadros. Esta es una señal de las condiciones climáticas. dían por las paredes limítrofes de los muchos valles como
Tales contrariedades no contribuyen propiamente a esti- tajos y se pulverizaban en la caída. Durante los terremotos
mular los deseos ni el trabajo, ni tampoco a proporcionar las persona suelen caer de rodilla y musitan «misericor-
una conclusión satisfactoria de todo lo emprendido. Pues dia, misericordia" mientras todo pasa. A esta excursión lle-
en la investigación sistemática de la totalidad de las mon- vé, excepcionalmente, a mi artista, a quien le fue posible,
tañas pertenecientes a este distrito volcánico, hasta su pese a las condiciones climáticas má adversas l , pintar do
base, es donde reside justamente el interés más preciso y cuadros imponentes del Altar y el Tunguragua. El hombre
científicamente má general. El logro de e te objetivo es lo tiene talento, pinta rápido y está dispue to a cumplir mis
que me exige acrificar cada vez más gruesas sumas de di- órdenes, de manera que lo cuadros son a medias mi crea-
nero y hacer esfuerzos desproporcionados. Temo que este ción. Nadie ha emprendido antes de mí un torneo gim-
año apenas pueda evitar una riña entre las entradas y los nástico con cuadros de más de un metro de ancho a travé
gastos, lo que no sería muy de eable. de los Andes. El botín de rocas volcánica es igualmente
interesante y no menos pequeño".
«Riobamba,
26 de noviembre de 1872 «Baños,
3 de enero de 1873
[... ] Mi última carta también datada de Riobamba; la
escribí cuando terminé mi viaje de Sangay. Desde enton- [... ] La última excursión al volcán activo de Sangay fue
ces, he tenido que luchar con todas las incomodidades, algo más favorable respecto al clima que la que emprendí
pero especialmente con el clima, que desde hace cuatro en abril. Ciertamente, esta vez me di por satisfecho al con-
meses es peor que nunca. Las horas en las que se podían templar el volcán a una distancia de 20 kilómetros e insta-
ver el solo las montañas, se pueden contar. Estuvimos a lé mi campamento durante seis días en la montaña a una
punto de perecer todos en la nieve. Alcanzamos la zona altura de 4.200 metros. Hay una increíble abundancia de
más baja de nieve del paso que conduce de la cuesta orien- valles y crestas rocosas inaccesibles, sobre los que descansa
tal del Altar (en la región del nacimiento del río Amazo- el Sangay, que brama ininterrumpidamente. Pero no me-
nas) como verdaderos cadáveres. Mi gente más fuerte nos salvaje es el clima. Media hora de sol es una rareza; por
perdió el conocimiento y la parte más grande del equipaje lo común pesadas masas de nubes envuelven el paisaje y
quedó sobre la nieve, de modo que nosotros, sin posibili- lluvias, nevadas, granizadas, neblinas y caídas de ceniza se
dad de prender fuego y hundidos en el pantano, tuvimos alternan continuamente durante horas. En la noche, los

LOS VIAJES DE INVESTIGACIÓN DE ALPHONS STÜBEL POR SUDAMÉRICA [29]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
relámpagos son un fenómeno muy común y los rayos se si- go, el cono del Cotopaxi permaneció despejado. A las seis y
guen tan rápidamente que se pueden contar de cinco a ocho media empecé el ascenso sobre la lava aún caliente, vertida
en un minuto. En una noche desde el anochecer hasta la desde la cumbre en el año 1854 o 1855, y después de las nueve
madrugada cayeron no menos de 3.000 rayos, al punto que llegamos a un punto ubicado a 5.580 metros sobre el nivel
mi carpa se iluminaba como por una luna llena. Sin duda, del mar. Ocho peones de un pueblo aledaño al Cotopaxi
gran parte de Ecuador es un territorio absolutamente inha- habían agotado ya sus fuerzas, y de Il).is escaladores bien en-
bitable: pues donde termina el «páramo» estéril, dominado trenados, uno cayó a consecuencia de un agudo dolor de
por la nieve y el hielo, empieza enseguida la selva no menos cabeza, otro sufrió vómitos. Desde aquí el camino es espan-
inhabitable. Ahora me encuentro en camino a esta última, tosamente fatigante a causa de la arena profunda y de la
después de que le di la espalda al terrible en verdad desierto gran inclinación de la falda. Nos encontrábamos encima de
arenoso de Riobamba. A lo largo del enorme trayecto que un banco de nubes que se extendía hacia todas las direccio-
va de Bogotá a Cuenca la cordillera Oriental no posee nin- nes del horizonte y sobre el que sólo sobresalían la cabeza
gún valle a través del cual se pueda descender a la región del Chimborazo y las dos puntas del lliniza. Después de las
amazónica, sin tener que atravesar primero una altura de diez el Cotopaxi se cubría en densa niebla, a cuya punta ya
por lo menos 4.000 metros. La única excepción la hace el río nos habíamos acercado alguna vez a no más de 300 metros.
Pastaza, en cuyo extrecho valle, al pie del Tuguragua, se en- A las once y cincuenta llegamos cinco personas al borde del
cuentra el pequeño pueblo de Baños como último punto cráter, es decir yo, mis tres peones y mi mayordomo. A ratos
habitado y accesible para las mulas». desaparecían las nubes, de modo que todos podíamos ver el
cráter en el que todavía se encuentran en actividad algunas
CCLatacunga, fumarolas. Esta fue una suerte rara. El barómetro daba una
13 de marzo de 1873 altura de 5.996 metros para nuestro punto, sin duda la ma-
yor altura que un pie humano ha pisado en América, quizá
[... ] Como conclusión de mi carta de hoy quiero infor- también la más alta (de cuantas hay aquí). Humboldt y
marte muy brevemente de la escalada del Cotopaxi, donde Boussingault afirman por cierto que alcanzaron tal altura
conseguí llegar hasta el borde del cráter. Los días excepcio- en el Chimborazo, pero se puede probar fácilmente que esto
nalmente bellos que en contra de la regla hicieron a princi- es inverosímil. Cinco veces he pasado la frontera de los
pios de marzo, me animaron a emprender el ascenso al 5.000 metros, vale decir, en el Cayambe hasta 5.050, en el
Cotopaxi sin tardanza, ya que los meses venideros hasta no- Antisana sobre el peligrosísimo glaciar, hasta 5.498, en 1
viembre no me lo permitirían. El día de mi partida de Chimborazo hasta 5.810. El Tunguragua posee igualmente
Latacunga hasta el pie del Cotopaxi el tiempo cambió de una altura de cerca de 5.000 metros y el Cotopaxi con cerca
improviso y había pocas esperanzas de un inicio favorable de 6.000. El resultado científico de e tos escalamientos e ,
de la excursión. De todos modos proseguí con ánimo el via- como apenas tengo que decirlo, mínimo. El doctor Reis
je y, pese a la caída de nieve espesa, mandé instalar el 7 de fue el primero que escaló el cráter del Cotopaxi y yo he
marzo mis carpas en el límite más bajo de nieve del sido ciertamente el último -por un largo tiempo-, a quien
Cotopaxi. Después del anochecer aclaró el cielo, como suele le es posible lograr una empresa vinculada a tantas even-
suceder, de manera que me pude orientar de alguna forma tualidades'~
hacia la cumbre por un buen camino. Pero al punto, gruesas
nubes cubrían la montaña y al campamento, instalado a "Guayaquil,
4.600 metros de altura; durante toda la noche una tormenta 15 de octubre de 1874
seguía a la otra. Al amanecer apenas daba crédito a mis ojos
cuando, entreviendo bajo la carpa, contemplé toda la mon- [... ] Dejé Latacunga el 25 de agosto, para encontrarme,
taña y sus valles, a lo largo y lo ancho, libres de nubes e ilu- según lo convenido, al pie del Chimborazo el día 27 con el
minados por los primeros rayos del día. El termómetro doctor Reiss, quien partió de Riobamba. El 28, con muy
indicaba 3,5 grados bajo cero. Cinco minutos más tarde el buen clima y nuestra caravana bien organizada compuesta
majestuoso cuadro era sepultado bajo las nubes. Sin embar- de 25 bestias e igual número de hombres, cruzamos un

[30] 1N G R 1 o H oN S C H

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
paso a 4.200 metros del Chimborazo, pero sin sentir la de casi 3.000 metros, en razón de que el camino, sólo
más mínima nostalgia, acampando de. nuevo en este des- transitable en la estación seca del año, es sumamente em-
consolado peladero y martillando bajo la tormenta en las pinado. Al pie de la cordillera arribamos, en dos días de
rocas negras, como lo habíamos hecho hacía dos años. marcha, a Bodegas, un pueblo cuyas casas todas están
Guaranda, una pequeña y miserable ciudad, en donde construidas sobre palafitos y se encuentra a orillas de uno
apenas se puede conseguir algo más que comida para las de los brazos navegables del río Guayaquil, que constituye
bestias, y sólo con esfuerzo un sitio donde pasar la noche, propiamente el puerto de la región montañosa. En época
fue nuestro campamento. El Chimborazo con toda la cor- de lluvias la selva está, con excepción de unos pocos valles,
dillera Occidental formaba la pared divisoria que nos se- bajo el agua, y la comunicación entre las casas durante tres
paraba del altiplano ecuatoriano, lo que para nosotros era meses se realiza casi exclusivamente en canoa. Los barcos
una satisfacción no pequeña. Pero también los señores del de vapor cruzan los caminos que en la estación seca se re-
altiplano respiraban más descansadamente ese día, puesto corren a caballo. En Bodegas pasamos del 3 al 16 de sep-
que somos, así pueda sonar esto muy raro, una aparición tiembre en parte en excursiones, en parte dedicados al
intranquilizadora para toda la población. El 30 de agosto, trabajo fatigante de empacar el equipaje completo y des-
después de que los animales descansaron un día, pasamos pedir a una cantidad de nuestros indígenas de la cordillera
la última cresta de montaña a 3.600 metros de altura y lle- que temían a las fiebres de (tierra caliente'''.
gamos el mismo día a una selva de (tierra caliente' que se El 19 de octubre de 1874 Stübel, con un rico material
extiende en un llano inabarcable al pie de la cordillera. investigativo, abandonó el Ecuador. En Perú Stübel y Reiss
Sólo se necesitan pocas horas para descender la alta cuesta deseaban proseguir las investigaciones de las cordilleras.

14. Ancón, balneario al norte de Lima, 1874.

LOS VIAJES DE INVESTIGACIÓN DE ALPHONS STÜBEL POR SUDAMÉRICA [31]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Una revolución en Lima contrarió sus planes. Ambos in- dispensables enseres y prendas de vestir para su viaje al
vestigadores utilizaron la obligatoria estadía en Lima para más allá. Hemos procurado recolectar la colección más
realizar una excavación sistemática del cementerio de completa posible de cada uno de lo objetos que caracteri-
Ancón, ubicado en la costa a 40 kilómetros de Lima. zaron a la cultura de esto primitivo habitantes de
Suramérica, y de hecho debe sorprender, cuando se con-
'lincón, templan los tejidos cuya ejecución es tan perfecta que
26 de febrero de 1875 pueden compararse con algunos de nuestros más finos
gobelinos. Las figuras tejidas corresponden muy de cerca
[... ] Pues bien, regreso a Ancón un instante. Sólo a al estilo etrusco, mientras los colores frecuentemente es-
quince minutos del pueblo nuevo se encuentran en medio tán tan bien conservados como si la lana hubiera sido te-
del desierto los restos de un antiguo asentamiento inca, ñida ayer, y no hace unos 600 y hasta 1.000 años. Las
del que, salvo algunos muros, aún existe un cementerio tumbas son en parte de hasta cuatro metros de profundi-
que fue rebuscado muchas veces por los españoles tras te- dad y hemos mandado excavar unas sesenta de ellas yen-
soros. Este último es tan grande, que no menos de tres mil contrado en algunas entre diez y doce cadáveres sentados
a cuatro mil incas debieron haber sido enterrado aquí. El unos al lado de otros. Las más interesantes son aquellas
clima, que no está a la zaga en sequedad al egipcio, ha pro- momias, a las que se le ha dado la figura -frecuentemente
ducido aquí una momificación perfecta. Pero estas tum- de tamaño colosal- de un hombre sedente, valiéndose de
bas ofrecen un interés adicional consistente en que los un contorno de gruesos almohadones y una vestimenta
antiguos incas se empeñaban en adornar a sus muertos lo completa. En general, existen en la actualidad sólo pocos
más cuidadosamente posible y en dotarlos de los más in- restos de la antigua cultura inca en Perú; lo que no se ha

[32] INGRID HONSCH

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
mandado destruir por cualquier motivo o exterminar sin costa aprovechando el oleaje. Pacasmayo es la estación fi-
sentido, no se conservó por la execrable población espa- nal de una carrilera cuyo destino no es de conjeturar. La
ñola, si ello significaba un trabajo exigente, que de lo con- carrilera se extiende por un valle muy estrecho y
trario no temería ejecutar. Este proceso de destrucción supremamente empinado hasta una distancia de 120 kiló-
continúa hasta el presente". metros y termina en un lugar desértico llamado La Viña.
Después de terminar las excavaciones, Stübel y Reiss so- Como cada semana sólo viajan dos trenes, nos encontrá-
brepasaron la cordillera peruana para descender a las sel- bamos muy alegres de que ya el lunes en la mañana
vas bajas del río Marañón y atravesar el subcontinente por pudieramos canjear la existencia desconsoladora de
su franja más ancha en un vapor por el Amazonas. En la Pacasmayo por un viaje sobre rieles. El viaje fue muy inte-
ruta Pacasmayo-Cajamarca -Chachapoyas-Moyo bam ba resante pero tan peligroso que quien lo ha hecho una vez,
hicieron su entrada al territorio del Amazonas. Este viaje no lo emprendería por gusto una segunda oportunidad.
les tomó entre abril de 1875 y marzo de 1876. Uno de los puentes se encuentra en un estado tan incierto
que cada uno de los vagones debe pasar por separado (el
CCChachapoyas, tren se compone en total de dos vagones). En otros sitios
5 de junio de 1875 los rieles están en el aire u ondulados como olas, y los últi-
[... ] En Pacasmayo, a donde arribamos en la tarde de mos diez kilómetros se volvieron tan intransitables a con-
lunes de Pascua, se encontraba una gran embarcación en secuencia de que el río había lavado tan completamente el
donde la gente apretujada entre toneles sobre los cuales se dique que había desaparecido cualquier vestigio de
acomodaba, era llevada a tierra por indígenas después de carrilera. La última estación, a la que pudimos arribar por
que la embarcación se había acercado lo más posible a la estos rieles, se llama Chilete. Allí nos detuvimos en una

16. Calle de comercio en Chachapoyas, Perú.

LOS VIAJES DE INVESTIGACIÓN DE ALPHONS STÜBEL POR SUDAMÉRICA [33]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
17. Rio de Janeiro: Rua dos Arcos
(Acueducto), Brasi~ 1875.

18. Cajón de Maipú en el camino al paso


de Uspallata, Chile, 1876.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
casa de estación solitaria con nuestro equipaje, sin posibi- Guayaquil pasando a Panamá, y desde allí a San Francisco,
lidad de procurarnos -en menos de ocho días-las mulas para recoger su considerable equipaje. Luego de algunos
para proseguir el camino [... ] viajes y excursiones por Norteamérica, donde visitó entre
En Chachapoyas pasamos algunos días antes de poder otras ciudades a Salt Lake City, Alphons Stübel llegó a
iniciar la excursión a Cuelap, una construcción inca ubi- Nueva York eln de julio de 1877, y desde allí partió para su
cada en una montaña elevada, la que emprendimos en patria el 25 de julio. Su última carta dice:
compañía del señor Werthemann, quien conocía bastante
bien el terreno. La construcción parecida a una fortaleza, "En altamar,
constituye un testimonio grandioso de la fuerza de trabajo 3 de agosto de 1877
y la persistencia de los antiguos habitantes de Perú. La
muralla de 12 a 15 metros de altura, que cerca un espacio Querido tío,
de 500 metros de largo por 60-120 de ancho, está construí- Desde Nueva York te anuncié mi partida a Europa para
da externamente por piedras talladas, muchas de las cua- el 25 de julio. Puesto que esta carta probablemente vaya en
les son de 50 cm. de alto por un metro de ancho y largo. El el mismo steamer en el que viajo, estas líneas son tan sólo
romper, trabajar y trasladar hasta aquí estos bloques, debe para confirmar mi feliz arribo a LiverpooL Nos encontra-
despertar la más grande admiración, si se piensa que las mos a unos 180 kilómetros de QueenstoWll, en donde será
herramientas de hierro eran desconocidas para los indíge- entregado el correo, antes de que el steamer recorra los
nas. La muralla misma está construida sobre la cresta de 440 kilómetros restantes de su destino y dentro de todo lo
un estrecho monte y el interior está rellenado de manera previsto llegaremos al puerto de Liverpool en la noche del
que forma una planicie que está casi a igual altura del bor- sábado. Toda la travesía por el mar fue favorecida por un
de de la muralla y sobre la cual estaban levantadas a su vez tiempo insuperablemente bello, de manera que parecía
algunas construcciones. Desgraciadamente sólo se puede más una travesía fluvial que un viaje por el oceáno Atlánti-
obtener una idea bastante incompleta del conjunto, pues co, generalmente tan desagradable. En la elección del bar-
el interior de esta ciudadela está invadido de una espesa, co también tuve mucha suerte, pues sólo muy pocas
casi impenetrable maleza. personas compraron pasajes, lo que en esta época del año
Las siguientes estaciones del viaje de Stübel y Reiss por es una excepción. Cuento con estar en París el 8 de agosto
Suramérica deben ser mencionadas aquí muy de pasada.
En su correspondencia, Stübel describe sus experiencias y
observaciones; ya no podía investigar más. Los medios de
transporte "modernos" le posibilitaron en corto tiempo el
desplazamiento hasta la desembocadura del Amazonas en
Pará (Belém), y desde allí proseguir en barco de vela hasta
Rio de Janeiro, donde Stübel y Reiss se encontraron el 18
de noviembre de 1875. Mientras Reiss regresa por motivos
de salud a Europa, Stübel emprende una segunda travesía
por Suramérica.
El 25 de febrero de 1876 deja Rio de Janeiro. Pasando
por Montevideo viaja a Buenos Aires, y desde allí a Córdo-
ba y Mendoza; cruza la frontera por el paso de Uspallata
(véase Ilustración 18), y llega a la capital de Chile, Santia-
go, el 26 de mayo. Después de algunas excursiones, se de-
dica nuevamente al estudio de los gigantescos volcanes de
Bolivia. Aquí ((camina" por el Illimani y explora las anti-
guas ruinas de Tiahuanaco (véase Ilustración 19). Después
prosigue su ((regreso a casa": por Puno, Lima, Callao,
19. PortaL monolítico de Ak-kapana,
figura alada de relieve.

LOS VIAJES DE INVESTIGACIÓN DE ALPHONS STÜBEL POR S UDAMÉRICA [35]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
y si fuera posible que me enviaras algunas líneas para ese Bibliografía
día, te pido que las dirijas al Hotel du Louvre. Me produjo
intranquilidad no haber recibido en Nueva York ninguna Walter Bergt, Alphons Stübel als Forscher Ufld Mensch,
respuesta a mis cartas enviadas desde San Francisco a Manuscrito. Archiv für Geographie, Institut für Uinderkunde,
Leipzig, 1936.
principios de mayo y junio.
Hans Meyer, "Alphons Stübel': MitteilUflgen des Vereins
Saludos cariñosos, fur Erdkunde zu Leipzig fur 1904, Leipzig, 1905, págs. 57-78.
Tu Alphons"
Alphons Stübel, Cartas inéditas desde Suramérica. Legado
en el CClnstitut für Landerkunde': Inv.-Núm. 6625- 6721,
NOTA K. 122, 1868-1877.
1 A la obra científica se le destinó el actual espacio en vida de
Stübel, donde aún se conserva. Stübel dispuso de una entrega Horst Rast, "Alphons Stübels Bedeutung als
gratuita de sus colecciones y su biblioteca a la ciudad de Leipzig, Forschungsreisender und Vulkanologe': Geographische
vinculada con la petición de una sección independiente para Berichte 117, Gotha, 1985, págs. 225-235.
culturas comparadas en el Museum fur Volkerkunde de Leipzig.
En 1896 Stübel pudo abrir el museo al público. Gracias a él, debe
su existencia el actual Archiv fur Geographie, antes Archiv fur
Forschungsreisende, es decir, el archivo de investigación. La
donación de Stübel conforma uno de los más completos legados
personales. Después de su muerte, su hermana Ida cedió otros
documentos personales, entre ellos las cartas de viaje, y favoreció
con una considerable suma de dinero la continuación de las ta-
reas del museo y el archivo. Las cartas escritas a mano fueron
transcritas completamente a máquina por la autora de este artÍ-
culo. Walter Bergt sólo tenía a disposición una transcripción
fragmentaria.

[36] INGRID HONSCH

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
HEINZ HEINEBERG

Suramérica se encuentra hoy en día entre los continentes


DESARROLLO Y de mayor crecimiento urbano: el llamado grado de muni-
cipalización, es decir, el porcentaje de población ciudada-
ESTRUCTURA DE na respecto a la población total, es por término medio
superior al 70% (Bahr/Mertins, 1992). Las distribuciones
ANTIGUAS CIUDADES urbanas, estructuras internas y el aspecto de las ciudades
suramericanas están marcados ostensiblemente todavía
COLONIALES hoy por el dominio colonial de tres siglos aunque haya
finalizado ya en el siglo XIX; no obstante el proceso explo-
ESPAÑOLAS EN sivo de crecimiento de las metrópolis, la municipalización
,/
e hiperurbanización sucedido en los últimos cincuenta
AMERICA DEL SUR años.
,/
En primer lugar se resumirán los objetivos de las fun-
SEGUN LOS PLANOS daciones de las ciudades y los períodos principales del
proceso de crecimiento urbano en la zona de influencia
DE LIMA (1872), española, así como los rasgos característicos de la distribu-
ción y estructura urbanas y de la función de las ciudades
coloniales españolas. A continuación se destacarán los ras-
BOGOTÁ (1852) gos individuales, pero a la vez típicos, de las ciudades de
Lima (Perú), Bogotá (Colombia) y Montevideo (Uru-
Y MONTEVIDEO (1865) guay), como se pueden documentar o interpretar siguien-
do los planos históricos· expuestos de las ciudades del
siglo XIX. La bibliografía sobre literatura específica al final
del artículo remite a textos básicos sobre la ciudad colo-
nial española y a fuentes más detallada .

EL DESARROLLO DE LA CIUDAD
COLONIAL ESPAÑOLA
La fundación de ciudades como centros de poder mili-
tar, político y eclesiástico ocupaba un lugar preeminente
en la política española de conquista y colonización en
Latinoamérica, «Cumplía el siguiente objetivo: un
núm.ero bastante reducido de europeos debía gobernar,
evangelizar y reordenar desde aquí los territorios conquis-
tados; para controlar mejor a los indígenas, éstos debían
ser concentrados en nuevas poblaciones (reducciones) en
la zona de influencia de estas ciudades; finalmente debían
servir como centros de economía de la colonización yex-
plotación" (Gormsen/Haufe, 1992: 148). Los primeros
asentamientos interiores de los conquistadores españoles
tras la ocupación fueron preferentemente lugares situados
en los puntos centrales de los imperios indios anteriores.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
A diferencia de los portugueses, cuya política colonial no de Chile (1541) y Valparaíso (1544); Asunción, que se había
iba dirigida a la conquista territorial, sino a la colonización establecido en 1537 como baluarte, recibió en 1541 el fuero
económica del litoral tropical de Brasil mediante la funda- urbano.
ción de puertos de mar, los españoles prefirieron lugares 4. Consolidación de estructuras urbanas existentes y
centrales continentales. Un ejemplo característico de tem- colonización de territorios lejanos entre 1573 y 1750. De
prana fundación de una ciudad interior es Bogotá, que en- gran importancia para el efecto fue el más amplio cuerpo
lazaba con una antigua población india. La desventaja de legal del urbanismo español, las Ordenanzas de descubri-
muchas fundaciones de ciudades continentales era por lo miento y población, decretadas por Felipe 11 en 1573. Allí se
general su desfavorable situación de tráfico. "Bogotá estaba reglamentaban los rasgos característicos de la estructura
tan apartada del mundo como por ejemplo Lhasa en Tibet y de la ciudad colonial: alrededor de la plaza rectangular si-
sólo salió de su aislamiento después de la Primera Guerra tuada en el centro, prevista para el crecimiento venidero,
Mundial por la evolución del tráfico aéreo. Como el resto de se debían asentar las principales instituciones del poder
las ciudades andinas debió su progreso en principio sólo a laico y eclesiástico con edificios monumentales (catedral,
las funciones capitalinas" (Wilhelmy/Borsdorf, 1984: 50). ayuntamiento, gobierno, juzgado, etc.). En las ciudades
El sistema de las ciudades coloniales interiores se com- coloniales españolas se produjo un desnivel entre el centro
pletó con una serie de puertos de mar, que estaban comuni- y la periferia, tanto en la calidad de las construcciones
cados con las primeras, pero también con la patria como en la distribución socio-urbana: alrededor de las
española. Así se crearon en la Suramérica española algunas instituciones centrales cerca de la plaza se crearon las resi-
parejas (interiores y de puerto) de ciudades interde- dencias de las familias líderes (clase superior), que repre-
pendientes. Parejas de ciudades típicas de la época colonial sentaban palacios suntuosos de la nobleza o distinguidas
son Bogotá -Cartagena (esta última ha sido sustituida des- casas burguesas de grandes patios interiores (casas de pa-
pués por los nuevos puertos de Barranquilla y Buenaventu- tio de la zona del Mediterráneo).
ra) o Lima-El Callao; la ciudad portuaria de El El Callao se Con las Ordenanzas de 1573 se hizo obligatorio -aun-
encuentra a sólo doce kilómetros de la ciudad de Lima. que ya antes se había aplicado frecuentemente- el plano
La fundación de las ciudades latinoamericanas coloni- ajedrezado con una longitud lateral de los cuadrados (lla-
zadas por los españoles se produjo según Gormsen y mados cuadras o manzanas) de cerca de 100 metros.
Haufe (1992: 148), en varios períodos: 5. En el marco de las llamadas reformas borbónicas de
1. Desarrollo de primeros puntos de apoyo pequeños finales del siglo XVIII la construcción se sometió a nuevas
como fase anterior a la urbanización (bases de expedición normas. "El estilo barroco es relevado por el neoclasicismo,
protegidas con fortificaciones simples, de existencia efí- con el que se identifican los jóvenes estados latinoamerica-
mera). nos tras la independencia". (Gormsen/Haufe, 1992: 148). De
2. Período experimental, hasta 1520 aproximadamente, gran importancia para el posterior desarrollo de las anti-
en el que se fundaron en la zona caribeña las primeras ciu- guas ciudades coloniales en el siglo XIX es el hecho de que
dades como puntos de partida para la conquista yasigna- también tras la emancipación política de España el plano
ción territorial de la tierra firme; aquí se produjo asimismo ajedrezado no sólo seguía siendo obligatorio, sino que in-
el primer asentamiento del poder eclesiástico y laico. cluso llegó a aplicarse con más rigor dentro de la coloniza-
3. Época de mayor actividad de fundaciones urbanas ción interior (Gormsen/Haufe, 1992: 152). El plano
entre 1521 y 1572, durante la que se crearon en ajedrezado se completó a partir de la segunda mitad del
Latinoamérica cerca de 20 de las principales ciudades y siglo XIX muchas veces con calles diagonales CC[ ... ] que de-
muchos asentamientos de órdenes. En el decenio 1534- bían permitir una mejor comunicación entre las distintas
1544, donde se concentran las actividades más importan- partes de la ciudad. [... ] Frecuentemente se trazaron nue-
tes de los conqui tadores, se produjeron las principales vos barrios en las afueras de la ciudad, rectangulares en sí,
fundaciones urbanas en la Suramérica española y se esta- pero girados por un cierto ángulo respecto al centro de la
blecieron como poblaciones permanentes: Quito (1534), ciudad. Con ello, el modelo de planificación colonial se
Lima (1535), Buenos Aires (1536), Bogotá (1538), Santiago trasladó a la era moderna, con todas las ventajas y todos

[38] HEINZ HEINEBERG

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
los problemas, por ejemplo para el tráfico de nuestros lar, y el lado más largo lo constituía la orilla del río Rírnac.
días" (Gormsen/Haufe, 1992: 152). Este área se dividió en 117 cuadras de 120 x 120 metros de
longitud lateral. ((Pizarro se quedó con una cuadra entera d~
LIMA cuatro solares para él mismo. Era aquella manzana sobre la
((La fundación de Lima fue el más importante acto que se encuentra el palacio de gobierno actual, que tuvo su
creativo de los conquistadores en la costa pacífica de origen en el palacio del conquistador" (Wilhelrny/Borsdorf,
Suramérica" (Wilhelmy/Borsdorf 1985: 75), las siguientes 1985: 76; véase el núm.3: Palacio de Gobierno en el lado norte
explicaciones se refieren cuando no se indique lo contra- de la Plaza Mayor en el Plano de Lima de 1872). La idea
rio a la misma fuente, así como a los contenidos del Plano original de Pizarro, que preveía para todas las calles una an-
de Lima de P. V. Jouanny, 1872; véase también Wilhelmy, chura igual y cruces rectangulares, se cumplió con exactitud
1952: 134-156). La decisión de Pizarro de abandonar Cuzco al principio en las partes centrales de la ciudad; más tarde
y trasladar el centro de poder español a la costa, constituyó resultaron en el trazado -como documenta el plano de
la base para el nacimiento de la ciudad de Lima, cuyo 1872- desviaciones considerables en las partes del este de la
nombre alude a la denominación de una antigua pobla- ciudad y al otro lado del río.
ción india. El crecimiento de Lima sobre la orilla norte, es decir la
El plano de la ciudad de P. V. Jouanny de 1872 indica las derecha del río Rírnac comenzó hacia 1740. La parte nueve
características fundamentales de la situación del lugar, el de la ciudad se llamó barrio de San Lázaro, por el hospital
plano original de la ciudad colonial y su desarrollo poste- de los incurables edificado allí (véase núm. 9: iglesia de
rior, es decir las añadiduras, así como la distribución local San Lázaro en el plano de 1872). El puente de madera ori-
de importantes instituciones públicas. Lima se fundó en la ginal, que unía la parte nueva de la ciudad con el casco
orilla sur del río Rímac, a una altura de 150 metros sobre el más antiguo, se sustituyó en 1610 por una sólida construc-
nivel del mar. Para la elección del lugar, ejecutada por ción de piedra; este Puente viejo pertenece hoy día a los
Pizarro en 1535, no sólo fue decisivo el suministro suficien- testimonios más importantes de la época colonial.
te de agua potable del río, sino también otros dos factores: En 1635, es decir sólo 100 años después de su fundación,
por un lado, el valle del Rímac que conducía a la montaña Lima había alcanzado la extensión que presentan tanto el
le aseguraba a los españoles el acceso a las minas de plata plano de la ciudad de M. Frézier del año 1713 como en líneas
del altiplano, y por otro lado ofrecía la extraordinaria po- generales también el Plano de Lima de P. V. Jouanny de 1872.
sibilidad para la construcción del puerto de El El Callao Además, Lima no se extendió demasiado en su superficie
situado en la costa a sólo 12 kilómetros al occidente, con edificada hasta finales del siglo XIX, en cambio, hizo más
una bahía protegida de los vientos sur y y sudoeste por la que cuadruplicar el núm. ero de sus habitantes (alrededor
isla de San Lorenzo, ubicada enfrente. Lima y El Callao de 25.000 según el primer censo del año 1614, en 1791: 56.168
aventajaban a todas las demás fundaciones dobles en el te- ciudadanos, sin contar los esclavos y los indios; en 1875 se
rritorio peruano por el hecho (([ ... ] de que no sólo se en- alcanzó la frontera de lo;; 100.000).
contraban exactamente en medio del litoral peruano, sino Los dos planos de la ciudad de 1713 y 1872 indican que
que Lima se convirtió en la capital y El Callao como puer- Lima estaba rodeada en el lado sur del río Rírnac por una
to habilitado, en el único autorizado para el comercio con muralla, fortificada con 34 bastiones. La muralla de adobe
la patria en la costa suramericana en la época colonial" crudo, edificada e~ 1683, de una altura original de 7 metros y
(Wilhelmy/Borsdorf, 1985: 74). Lima le debe al agua fría de con siete puertas, así como la instalación de un foso, se ha-
la corriente de Humboldt, que transcurre frente a la costa bían hecho necesarios por las incursiones de piratas que ha-
pacífica, un clima agradable para los europeos (con tem- bían asaltado la costa pacífica en el transcurso del siglo
peratura media anual de 19° C con oscilaciones entre los 23 XVII. Es importante señalar que la muralla de la ciudad de
y los 10° C entre el mes más caliente y el más frío). Lima era la única que rodeaba a una capital en toda la anti-
La fundación de Lima comenzó con la realización de un gua Suramérica española. No se derribó en su totalidad sino
plano de la ciudad, incluida la plaza, y la edificación de una hasta 1873, es decir un año después de la publicación del pla-
catedral. El primer plano de la ciudad fue de forma triangu- no de la ciudad de P. V. Jouanny, pues se había convertido en

DESARROLLO Y ESTRUCTURA DE ANTIGUAS CIUDADES COLONIALES ESPAÑOLAS [39]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
2~•. Plano de Lima por P. V. jouanny 1872.
~omlSlonados: E. Niemeyer & Inghirami, Lima.
Lttografta: C. Adler, Hamburgo (Escala original: 1:
12.000), reducido

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
28.Extracto del Plano de Lima por P. V. jouanny
1872.Comisionados: E. Niemeyer & Inghirami,
Lima. Litografía: C. Adler, Hamburgo (Escala
original: 1: 12.000)

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
rior (véase el palacio de justicia núm. 90: Palacio de Justi-
cia en el plano de 1872) con un gran ámbito de influencia;
fue sede obispal desde 1541, y poco después (1545) residen-
cia del arzobispo. El palacio arzobispal y la catedral (edifi-
cada en 1551 en el terrenos de una iglesia antigua y
reconstruida según planos antiguos después del terremoto
de 1746) recibieron sus solares respectivos en el costado
oriental de la Plaza Mayor (núm. 58: Palacio Arzobispa~
núm. 60: Catedral en el plano de 1872). En 1872 existían en
la ciudad de Lima más de 60 iglesias, capillas y conventos,
que, aunque destruidos en gran parte por los fuertes terre-
motos de 1687 y 1746, se volvieron a edificar -al igual que
las casas de los nobles y la burguesía- sobre los antiguos
29. Lima en el año 1713
(según M. Frézier, según Wilhelmy/Borsdorf1985: 75)] cimientos.
Entre las demás instituciones centrales provenientes so-
un obstáculo para el desarrollo de la ciudad. En el terreno bre todo de la época colonial, así estén indicadas en el pla-
de las antiguas fortificaciones se crearon paseos anchos, las no de la ciudad de 1872, se encuentra la universidad,
más antiguas avenidas de que dispone Lima. fundada por decreto real en 1551 (siguiendo el modelo de
Ya en 1851 se había abierto la muralla de la ciudad en la la de Salamanca en España), que convirtió a Lima en la
parte oeste para la construcción del Ferro-carril del Oeste primera ciudad universitaria de Suramérica y que ejerció
entre Lima y El Callao (véase núm. 56: Estación del Ferro- una influencia notable sobre la vida intelectual de las colo-
carril al El Callao), el primer tren de América del Sur. A nias españolas (véase núm. 79: Universidad de San Mar-
esta línea le siguieron hasta 1872, como muestra el plano cos). Además, existían otros seis colegios (véanse núm. 32,
de la ciudad de P. V. Jouanny, tres más, en dirección al sur 34, 75, 92, 97, 116), así como otras diversas instituciones
(Ferrocarril del Sur, núm. 62: Estación del Ferro-carril a culturales notables: cuatro teatros (véanse núm. 44, 71,
Chorrillos), al este (Ferrocarril del Este; núm. 26: Estación 106, 125), -entre ellos, el que se había edificado en 1563,
del Ferrocarril trasandino a La Oroya), y al norte (Ferroca- siendo el más antiguo de Suramérica-, una biblioteca
rril del Norte; núm. 25: Estación del Ferrocarril a Ancón). (núm. 74), un palacio de exhibiciones con museo y jardín
De gran importancia fue la construcción del ferrocarril zoológico (núm. 72) y un jardín botánico (núm. 123). En la
trasandino (por el mismo ingeniero norteamericano que ciudad de Lima existían además, en el año 1872, entre otras,
derribó entre 1871 y 1873 la muralla de la ciudad de Lima), las siguientes instituciones públicas: junto al ya menciona-
que se extendió desde un puerto a 4.817 metros de altura do Palacio de Gobierno, la Cámara de Senadores (núm. 87) y
hasta el lugar minero de La Oroya distante a 208 kilóme- la Cámara de Diputados y Congreso (núm. 98), trece hospi-
tros, como «el más impresionante ferrocarril de montaña tales y siete cuarteles militares. Como instituciones comer-
del mundo" (Wilhelrny/Borsdorf, 1985: 86). ciales el plano de 1872 indica siete molinos, un matadero, así
Esta nueva infraestructura de tráfico da una idea de la como otros diez lugares de producción (entre ellos, tres ta-
destacada aura centralista que caracterizaba a Lima alrede- lleres de fundición y una fábrica de pólvora).
dor de 1872. Las instituciones centrales laicas y eclesiásticas La buena dotación de instituciones públicas y comercia-
indicadas en el plano de la ciudad (véase también en la le- les de Lima (1872) se debía en gran parte al hecho de que la
yenda: Yclesias y Edificios) se remontan a la antigua época ciudad se había convertido en los siglos XVI YXVII en una
colonial española, que duró casi 300 años, y en la que su in- de las más ricas del mundo, debido a su importancia como
fluencia de epicentro rebasó con mucho el ámbito del Esta- centro administrativo y eclesiástico, y como ciudad del co-
do de Perú (proclamado independiente en 1821). mercio y sede de la moneda. «El bienestar general favoreció
Lima fue la capital del Virreinato de Perú, creado en el desarrollo de un comercio floreciente y una industria no-
1542/43. En 1542 se convirtió en sede de un tribunal supe- table para su tiempo. [... ] En Lima se formó un lujo, como el

[42] HEINZ HEINEBERG

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
que no se podían permitir en España ni los más ricos» zona original española de Santa Fé- Nueva Granada, El
(Wilhelrny/Borsdorf, 1985: 78). Pero Lima no pudo «medio Nuevo Reyno de Granada. En 1540 la Villa de Santa Fé fue
siglo antes del fin de la era colonial [... ] mantener su posi- elevada oficialmente al rango de ciudad. «Desde finales del
ción dominante y frenar el progreso de centros competido- siglo XVIII se llamó para diferenciarla de las muchas ciuda-
res como Caracas, Santiago y Buenos Aires. Además, la des con el mismo nombre Santa Fé de Bogotá, a partir de
ciudad sufrió graves enfrentamientos parecidos a una gue- 1819, cuando se querían borrar todos los recuerdos del do-
rra civil tras la independencia. Es sabido que Lima perdió minio español, sólo Bogotá. [... ] Bogotá fue seguidamente
entre 1750 y 1850 en importancia y habitantes» (KroB, 1992: la capital de la Capitanía General (1547-1718) y del
1l2). Para el nuevo crecimiento y sobre todo para el desarro- Virreinato de Nueva Granada (1718-1813), de la liberada
llo de la infraestructura había sido decisiva la estabilización Gran Colombia (1819-1830), que incluía EcuadoryVenezue-
del sistema político en Perú bajo la presidencia de Ramón la, de la República de Nueva Granada (1831-1858), de la Con-
Castilla (1842-1846); en este tiempo los ingresos del mono- federación Granadina (1858-1863), de los Estados Unidos de
polio del guano y el comercio creciente habían favorecido la Colombia (1863-1886) y de la República actual» (Wilhelrny/
modernización y el embellecimiento de la capital, así como Borsdorf, 1985: 30, 41).
gracias a la construcción del ferrocarril (véase antes) se ha- Bogotá, localizada a 2.650 metros de altura en un alti-
bía conseguido un mejor acceso a la zona interior (véase plano de la cordillera Oriental, pobre en vegetación (la Sa-
KroB 1992: 112 y sigs.). bana), se encontraba en la época colonial muy aislada y
A pesar del enorme crecimiento de la población, ocurri- sólo estaba comunicada con el mar Caribe, desde donde se
do sobre todo en los últimos 50 años, y la expansión urbana podía acceder en barco por el río Magdalena y después
de Lima, que hace mucho que se ha unido con el puerto de desde La Dorada por un camino de herradura hasta el alti-
El Callao (núm.ero total de habitantes en 1990: 6.5 millo- plano. Debido a este aislamiento geográfico y de tráfico se
nes), el antiguo trazado -como se documenta en el plano de había estudiado después de las guerras de independencia
1872- se ha mantenido hasta el presente en su mayor parte. trasladar la sede de gobierno al puerto de mar de
«Aunque las calles estrechas del centro apenas pueden dar Cartagena, a Cúcuta u Ocaña (entre Cúcuta y el río Mag-
cabida al tráfico moderno, hasta ahora ni se han ensancha- dalena). Sin embargo, se mantuvo en Bogotá, que consti-
do ni se ha tratado de descongestionarlas mediante la crea- tuye hoy en día -sobre todo por el tráfico aéreo- el centro
ción de aperturas diagonales. La City creció en dirección geográfico (y de tráfico) de Colombia.
vertical, la ciudad exterior en dirección horizontal. En el Para la elección del lugar en el que se fundó Bogotá por
centro e han edificado después de la Segunda Guerra Mun- decisión de Jiménez de Quesada en 1538, fue determinante
dial mucho ra cacielos, que e erigen arbitrariamente jun- toda una serie de factores positivos del emplazamiento,
to a los antiguos edificios de uno o dos pisos de la era que se pueden observar en parte también en el Plano
col nial» (Wilhelmy/Bor dorf, 1985: 81). topográfico de 1852 (hay que tener en cuenta que el plano
no está «orientado», véa e la flecha del norte abajo en el
B O G O T Á (e O LO M' B 1 A) plano). La situación en la cordillera Oriental era entre
Al igual que Lima, Bogotá cumple una función destacada otras cosas ventajosa, porque la cordillera Central no dis-
como capital desde su fundación en el año 1538. Bogotá se pone de altiplanos propicios para el asentamiento. Gonza-
llamó primero Villa de la Santa Fé, recordando el lugar de lo Jiménez de Quesada reconoció además la protección
nacimiento del conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada, que daba el lugar por el subsuelo fuerte y seco, que estaba
«[... ] que habían fundado Isabel de Castilla y Fernando de protegido tanto por las cuestas de montaña de las elevadas
Aragón en 1491 frente a Granada, el último baluarte de los cordilleras al este, entonces todavía pobladas de bosques,
árabes» (Wilhelmy/Borsdorf, 1985: 30) las siguientes expli- de La Peña, Monserrate (hasta 3.165 metros de altura) y
caciones sobre Bogotá se refieren a la misma fuente así Guadalupe (véanse los nombres de los ríos correspon-
como a los contenidos del Plano topográfico de Bogotá de dientes en el plano de 1852), como por el altiplano cenago-
1852; véase también Wilhelrny, 1952: 157-159). El territorio so (sólo las últimas medidas de desagüe han posibilitado el
relacionado con Bogotá se llamó primero 4!n alusión a la crecimiento expansivo de Bogotá). Los bosques de la mon-

DESARROLLO Y ESTRUCTURA DE ANTIGUAS CIUDADES COLONIALES ESPAÑOLAS [43]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
II:-;~'':~~~:;':~''~('~H;:'NH
-, .Id IW,¡" 11'/'1.,.

l .,.,...¡-:-",.':1.': '1;:;;:,;: I.oJ.·

..... ...... .... -


IOc-.,.. .. a..er..c. COMn:t.'TOI O,.,OfiIIAS 1L ...... F'Nadeet.~ ...... ar.~'TOIDEII<" "'1"~I.,,)lmrrM ... w.. .. ,~ 11 \l-'-."'~f""
mt11aOl aILI110e00
:¡:~a,.U~
lit. . . . . . . . .

::=t~
.............. W . . . . V\dMr na .....
PU...... . . , . ...
...
nUOClON rmauCA.
:~.±-...,..,...
4Ic.-.r.",~

::~~~~
"T"•.".
nEFEREXCUS ..... .I..... OtM
.. .,.T.....
:~:.:: ......
14 """" . . . TIM," ,
COItVEtCTOI U.u1l<1OOl
IJ &."
:~--=-'
.... e..-
n...
~~ ~
t=::-~_,.... ......
..~_

...... ,"
.
. . . . . . . . C - - .. MuMf6I ElnnCfOlDr\'"I:R8OS
1Iw.. .....
:~I=7"~
'"_., ::~,tt:Ñ""f •..• UI ·:'

~~~~,..w ..,W-.. "In ........ '1:....... tf'~


. ..........
16s.... .,...,...
~1 ...... 1 'hll v..-.. ........

"11). ... .-=... ... 1"'" ..


..... ,
l . . . . r-,..... rLA1A.$ t PL.UtTII...U ~ .. P...... ,~.... ~e. · I...

:~~~~. o4,....- ... 1...... c...__ .. J . . . 1" 1.... ('. ....


,., ~
I CapiUa ..... ,.t't'ImII. ..........
n ..
I't..~ ~~l:~. cv. .. =t~ Gl . . . . . ~
.,~~~. M~l\t~
{ol e... . . . . . .

30. Plano topográfico de Bogotá j parte de sus


alrededores levantado por el Coronel de
ingenieros Augustin Codazzi i algunos alumnos
del Colejio Militar. Reproducido de la edición de
1852 por Ayala i Medrana, Bogotá, 1859 (sin
indicación de escala), reducido.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
31. Extracto del Plano topográfico de Bogotá i parte de
sus alrededores levantado por el Coronel de ingenieros
Augustín Codazzi i algunos alumnos del Colejio
Militar. Reproducido de la edición de 1852 por Ayala i
Medrano, Bogotá, 1859 (sin indicación de escala).

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
taña lindante suministraban la madera necesaria para la Los dos riachuelos, por su parte, que antes eran impres-
construcción y para leña, dos ríos (San Francisco y San cindibles para el aspecto urbano de Bogotá, con sus verdes
Agustín), así como pequeños riachuelos, eran importantes matorrales de sauces y algunos grupos de árboles altos,
para el buen abastecimiento de agua (potable), las serranías discurren desde 1926 por tuberías de canalización y han
y llanuras extensas no arboladas en el oeste y norte prome- dejado sitio sobre el terreno para modernas calles princi-
tían una tierra fértil para el cultivo de frutas y hortalizas. pales. La Avenida Jiménez de Quesada permite ver clara-
Además, el lugar no sólo se encontraba cerca de poblaciones mente el curso serpenteado del río San Francisco"
indias (con tierra apta para el cultivo y buenas praderas), (Wilhelrny/Borsdorf, 1985: 31 y sigs.).
sino también en el centro del imperio chibcha, que había A mediados del siglo XIX Bogotá contaba con entre
sido conquistado en 1536 por Gonzalo Jiménez de Quesada 50.000 y 60.000 habitantes y parecía todavía una pequeña
(quien había seguido con su tropa el río Magdalena hacia ciudad de provincia, cuya extensión no había rebasado de-
arriba y un antiguo camino de la sal indio). cisivamente la de la época colonial. «Las calles eran estre-
Otro factor favorable, propicio para los europeos, era la chas, estaban mal adoquinadas y tenían una zanja abierta,
situación de altitud de la llamada tierra fría, el nivel de clima que transcurría por el medio de la vía y recogía además del
frío de las montañas tropicales. En el plano de Bogotá del agua de lluvia todo tipo de basura, que se solía desprender
año se indica la temperatura media anual de 16.5°C, que se de las casas a la calle. En caso de chubascos o lluvia torren-
supone que oscila entre 5°C y 23°C. Según Wilhelrny y ciallas calles inclinadas de la cuesta de montaña a la llanura
Borsdorf (1985: 31), las temperaturas medias del mes más se convertían realmente en torrentes, que no se podían atra-
caluroso y del más frío están bastante igualadas con 14.1 y 15° vesar durante horas, como sucede a veces aún hoy. En los
C respectivamente; las oscilaciones de la temperatura en un barrios exteriores las calles estaban sin adoquinar y se con-
mismo día, que en el trópico son bastante más altas, se vertían tras estos aguaceros en mierda de treinta centíme-
mueven entre las máximas al mediodía de 18-20° C y las mÍ- tros de altura. A ambos lados de las calles estrechas se
nimas nocturnas de 8-10 oC. Las precipitaciones son de encontraban senderos angostos, cubiertos con tablas de pie-
1000-1100 mm por año; dos épocas de lluvia en la Sabana de dra arenisca" (Wilhelrny/Borsdorf, 1985: 32).
Bogotá permiten una doble cosecha por año. La edificación en Bogotá a mediados del siglo XIX con-
Como es característico en la mayor parte de ciudades sistía en su mayor parte, probablemente, de casas con pa-
coloniales españolas en Latinoamérica, Bogotá también se tio de uno o dos pisos, construidas de adobe secado al sol y
construyó alrededor de una plaza céntrica según un es- blanqueadas. Ya que las casas con patio abiertas en el cen-
quema ajedrezado regular (véase en el plano de 1852, núm. tro se adaptaban menos al clima fresco de montaña, se ha
25: Plaza de la Constitución, llamada más tarde Plaza de pasado en Bogotá desde fines de la época colonial más y
Bolívar). cCLas únicas irregularidades en este plano de la más a la construcción de casas cerradas en sí.
ciudad proyectado esquemáticamente las causan los dos «Los antiguos edificios públicos muestran una cierta
riachuelos que atraviesan Bogotá en transcurso sinuoso: el gravedad y falta de uniformidad. El constante peligro de te-
río San Francisco, proveniente del profundo ,BoquerónC , rremotos obligó a los constructores a sacrificar la elegancia
un valle entre Monserrate y Guadalupe, que alcanza la al- y la pompa exterior por la solidez. Por eso, la antigua Bo-
tiplanicie y ha acarreado el cerro ligeramente inclinado gotá estaba edificada tan bajo, y las murallas de iglesias,
sobre el que se formó el centro de la ciudad con la plaza, la conventos y palacios eran tan gruesas" (Wilhelmy/Bors-
catedral [véase núm. 1 en el plano de 1852] y el Capitolio; y dorf,1985: 32).
el río San Agustín, que nace en las cuestas de La Peña. Una Como era característico para el desarrollo y la estructu-
parte de las calles se prolongaba antes por encima de ra funcional de las ciudades coloniales españolas, el plano
puentes al otro lado de los riachuelos sin modificaciones de 1852 demuestra la concentrada disposición característi-
en la antigua dirección, otras mostraban en su prolonga- ca de los edificios públicos y eclesiásticos en la zona cen-
ción pequeñas variaciones como resultado de mediciones tral de la ciudad. Desgraciadamente, en el plano no están
topográficas inexactas, pero que se corrigieron posterior- señalados todos los edificios importantes, y además están
mente mediante la división de las cuadras en dos partes. impresos borrosamente en el plano original y peor aún en

[46] HEINZ HEINEBERG

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
32. Bogotá: Plaza de la Constitución
(costado oriental) con la Catedral
y la Capilla del Sagrario.

33. Bogotá: Plaza de la Constitución


(costado occidental) con la "Casa de
los Portales)~

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
34, Observatorio y el Convento
de Santa Clara

la copia reducida. Están documentados sobre todo los i- va (Colegios) y do ho pitale (núm. 53, 55), aunque su
guientes edificios y sus funciones: el (bastante pequeño) núm.ero e encontraba muy por debajo de la dotación
Palacio del Presidente de la Confederación (núm. 46), la funcional correspondiente a Lima por aquellos tiempos. A
Cámara de Representantes (núm. 50), la Cámara del Sena- mediados del siglo XIX Bogotá disponía sólo de un teatro
do (núm. 49) Yotras instituciones gubernamentales (por (núrTl. 59), aunque por lo menos había un observatorio
ejemplo el núm. 47: Secretaría de Gobierno, de Guerra i de (núm. 45: Observatorio Astronómico). Respecto al comer-
Relaciones Esteriores) como la Casa de Moneda (núm. 57). cio, el plano de la ciudad indica sólo dos emplazamientos,
No se encontraban directamente en la plaza central (núm. de la producción de lana (núm. 51: Fábrica de tejidos de
25: Plaza de la Constitución), cuyo lado este lo ocupaba la lana) y la Fábrica de loza (núm. 52).
catedral, pero estaban muy cerca de la plaza. Bogotá ha conocido -como también la mayoría de las
Según Wilhelmy y Borsdorf (1985: 32) existían en Bogo- capitales de Suramérica- sobre todo después del fin de la
tá a mediados del siglo XIX 33 iglesias y conventos. En el Segunda Guerra Mundial, un crecimiento vertiginoso y
plano de 1852 están documentadas sin embargo sólo 26 una enorme transformación en el desarrollo urbanístico.
(incluida la Capilla del Sagrario dentro del complejo de la Sobre todo en los barrios situados al norte de la plaza cen-
catedral y una capilla en el hospital militar). A las impor- tral se edificaron a partir de los años sesenta rascacielos,
tantes funciones centrales de la ciudad pertenece también mientras que la mitad sur de la ciudad vieja se quedó en
la sede del arzobispo (véase núm. 56: Palacio Arzobispan. líneas generales al margen de la transformación arquitec-
De importancia eran además ocho instituciones educati- tónica. CCEstos barrios con sus viejas casas burguesas, igle-

[48] H E1N Z H E 1N E B E R G

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
ZONA URBANA EN 1560
l1li Aumento de superficie hasta 1791
. . Aumento de superficie hasta 19 1O
Aumento de superficie hasta 1938
mm Aumento de superficie hasta 1950
l222d Aumento de superficie hasta 1958

~ Aumento de superficie hasta 1966


E: :::::1 Zona rascacielos 1966
~
==
O
Calle importante
Ferrocarril Rfo
.3 .. km

35. El crecimiento urbano de Bogotá


(según Brücher 1969: 185)

sia ,museos y edificio gubernamentales son hoy en día la cas sobre el predominio en el río de La Plata, que en el fon-
parte más tranquila del centro de la ciudad" (Wilhelmy/ do ya había comenzado en las primeras décadas del siglo
Borsdorf, 1985: 33). XVI" (Wilhelmy/Borsdorf, 1985: 268; las siguientes explica-
ciones sobre Montevideo están basadas -si no se indica lo
MONTEVIDEO (URUGUAY) contrario- en la misma fuente así como en la interpreta-
Montevideo no es sólo la más joven de las tres ciudades ción del Plano de Montevideo en el estado de pacificación
elegidas, sino también la más joven de todas las capitales la- (1865) de Pablo Neumayer; véase también Wilhelmy, 1952:
tinoamericanas. Montevideo no se fundó hasta 1724, es de- 260-267).
cir casi dos siglos después de Lima y Bogotá. También las Los españoles no lograron en principio imponerse a
causas de su fundación difieren bastante de las de las otras Portugal en la desembocadura del río más largo fuera de
dos capitales. «Montevideo debe su fundación a la rivalidad la zona tropical suramericana. Sólo un gobernador lla-
entre españoles y portugueses sobre la posesión de la orilla mado Zabala, instalado en el cargo por el consejo ciuda-
norte del río de La Plata. En 1680, un siglo entero después de dano de Buenos Aires a comienzos de 1724, consiguió que
la segunda fundación de Buenos Aires, los portugueses se los portugueses desocuparan sin resistencia una segunda
asentaron en el lado contrario del río, desde donde realiza- población, instalada y fortificada por ellos, ante la supe-
ban un contrabando considerable con los españoles en Bue- rioridad española. Zabala fundó allí el 9 de febrero de
nos Aires. La fundación de la Colonia del Sacramento 1724 una base militar, que recibió el complicado nombre,
agravó el conflicto entre las dos potencias coloniales ibéri- muy acorde con su tiempo, de Muy noble y esclarecida ciu-

DESARROLLO Y ESTRUCTURA DE ANTIGUAS CIUDADES COLO IALES ESPAÑOLAS [49]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
dad de San Felipe y Santiago de Montevideo (Wilhelmy/ guiendo un esquema ajedrezado y con una plaza principal
Borsdorf, 1985: 268). ((El nombre de Montevideo es mucho (llamada primeramente Plaza Mayor, en el plano de 1865:
más antiguo que la ciudad. Se refirió primeramente al ce- Plaza de la Constitución). El casco más antiguo de Montevi-
rro de 142 m de altura, que se levanta de la franja estrecha deo, creado a partir de 1726, se encuentra en la península un
de la pampa uruguaya como marca visible a lo lejos desde poco encorvada, saliente al río de La Plata, que se extiende
el mar. Navegantes portugueses, que visitaron incluso an- de oeste-sudoeste a este-noreste (correspondientemente, las
tes que Juan Díaz de Solís, bajo Nuño Manuel y Cristóbal calles no transcurren en el sentido de las principales direc-
de Haro en 1514, la desembocadura del río de La Plata, fue- ciones celestes). Un fuerte, edificado al este de la Plaza de la
ron los primeros que vieron el monte y le dieron también Constitución, para proteger a la población de ataques sor-
seguramente su nombre, Monte de Santo Ovidio. [... ] En presa de los portugueses, se transformó después de finalizar
el uso general del idioma se juntaron más tarde las dos pa- la época colonial en un mercado cubierto (véase Mercado
labras a Montevideo o Santovidio" (Wilhelrny/Borsdorf, grande en el plano de 1865). ((Puesto que a la población le
1985: 267 y sigs.). estaba prohibido cualquier tipo de comercio, la función de
Como casi todas la demás ciudades de fundación espa- Montevideo quedó reducida [en principio] a la de una
ñola en Latinoamérica, también Montevideo se proyectó si- guarnición, cuya tarea era combatir el contrabando que

36. Plano de Montevideo en el estado de


pacificación al20 de Febrero 1865. Levantado por
Pablo Neumayer, Ingeniero civil y militar.
Publicado por la Litografía de L. Wiegeland,
Montevideo (sin indicación de escala), reducido

[50] HEINZ HEINEBERG

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
38. Vista de Montevideo y su puerto

alía de la todavía existente colonia portugue a de Sacra- clu ivo de la época colonial como puerto habilitado (en la
mento" (Wilhelmy/Bor dorf, 1985: 269). o ta occidental uramericana, véa e ant s) y pr dujo
Para el de arrollo de la ciudad fue deci iva entre 1741 y una di ten i n en el intercambio de biene entre la patria
1829 la "[ ... ] re olución de la orona española del año 1739 e pañola y la c lonias, que posibilitó que en M ntevideo
de dotar a Montevideo completamente de un foso de (como también en Buenos Aires) se desarrollara un co-
fortificación y protegerla ad má por el lado de tierra me- mercio intensivo de exportación, obre todo de pieles de
diante una ciudadela, debido a los conflictos bélicos previ- ganado vacuno (Wilhelmy/Borsdorf, 1985: 88,269).
ibles con Inglaterra y Portugal. [... ] ntre 1741 y 1750 e "A pe ar de ello, el futuro de Montevideo como ciudad
construyó la ciudadela, y en el tran cur o de lo 50 año del imperio colonial español seguía in estar a egurado, ya
siguientes se completó la obra de fortificación con el fuer- que poco tiempo después se a entaron cazadores de balle-
te en la e quina noroeste de la península, el Cubo del Nor- nas ingleses en Maldonado y Punta de la Ballena en el río
te, y con el ubo del Sur, un parapeto en dirección al mar de La Plata exterior. En 1806 el mismo Montevideo fue
abierto, así como con 34 casamatas a lo largo del puerto ocupado durante unos meses por los ingleses. La situación
(Las Bóvedas, 1798-1804), que servían como depósitos de ólo se aclaró con la guerra de independencia de los argen-
munición" (Gans 1990: 51 y igs.). En la segunda mitad del tinos y la siguiente guerra con Brasil por la posesión de te-
siglo XVIII se completó el papel de la ciudad anteriormen- rritorios importantes para el dominio del río de La Plata y
te limitado a lo militar con la dinámica creciente de las la desembocadura del río Uruguay. La guerra terminó en
funcione de puerto. 1828 con la paz de Río de Janeiro, después de que tropas
En 1778 El Callao perdió el privilegio del comercio ex- lusobrasileñas habían ocupado Montevideo en 1817, y lle-

[52] H E INZ HEIN EBE RG

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
vó al reconocimiento de la (República Oriental del Uru- puerto, que ya se extendía a lo largo de toda la costa norte
guay'. Montevideo se convirtió en la capital del nuevo Es- de la península occidental, se concentraba la Aduana.
tado tope" (Wilhelrny/Borsdorf, 1985: 269). En 1829 el El plano de la ciudad también permite apreciar clara-
primer gobierno independiente de Montevideo ordenó el mente como Montevideo, que contaba alrededor de 1865
derribo inmediato de todas las fortificaciones de la capital con unos 50.000 habitantes, ya había rebasado considera-
tarea que se extendió por varios años, pero que posibilitó blemente en aquel tiempo el casco antiguo de la época co-
una expansión urbana sin impedimentos. lonial, en particular en dirección al oriente. Un impulso
La mencionada (brevemente) evolución histórica per- decisivo para su desarrollo poscoloniallo había recibido la
mite explicar una serie de ((emplazamientos funcionales" ciudad en 1829, (( [... ] cuando el primer consejo constitu-
documentados en el plano de la ciudad de 1865: como insti- yente ordenó el derribo de las antiguas murallas de
tuciones de la función administrativa capitalina se observan fortificación y le encargó al ingeniero José María Reyes di-
en lugar destacado a lo largo del eje principal de tráfico de la señar un plano de extensión para Montevideo por fuera
ciudad antigua, fornlado por la Calle de Sarandí y la Calle de la antigua fortificación. El plano desarrollado por Reyes
del 18 de Julio (a ambos lados de la Plaza de la Independen- preveía la división de la nueva zona urbana en 136 manza-
cia), la Junta Administrativa (letra e) y la Casa del Presidente nas con una longitud lateral aproximada de 80 metros, in-
(letra k). Cerca de la Calle del Rincón situada más al norte cluidas dos plazas, la actual Plaza Independencia y la Plaza
está registrado el emplazamiento de la Casa del Ministro Cagancha, ahora Plaza Libertad. Con el plano de Reyes
Carrera (letra i). El perfil norte-sur trazado debajo del pla- comenzó la extensión moderna de Montevideo, que, tras
no de la ciudad, siguiendo la Calle del Queguay localizada haber quedado reducido mucho tiempo a la península,
más o menos en el centro, pone de relieve en qué alto grado empezó a crecer ahora en forma de abanico alrededor de
se encontraban las instituciones militares en Montevideo. la bahía y en el este a lo largo de la orilla del río de la Plata"
Éstas se repartían obre todo por el sector occidental, es de- (Wilhelmy/Borsdorf, 1985: 270). La ampliación de la ciu-
cir la más antigua de la ciudad, y también inmediatamente dad en dirección este se puede observar muy claramente
en la costa (por ejemplo, Park de Artillería y Quartel de Dra- en el plano gracias a las limitaciones de las calles en línea
gones en el extremo occidental de la península). punteada. En los años siguientes también se transformó la
Entre las funciones destacadas de Montevideo figuraba red de calles irregulares indicada en el sector oriental del
alrededor de 1765 también la sede del arzobi pado. Des- plano, mediante nuevos trazado reticulares, pero tam-
graciadamente en 1 plano de la ciudad no e tá regi trado bién por calles diagonales.
el palacio arzobispal, pero en cambio sí la catedral, edifica- Estas ampliaciones de la ciudad estaban en estrecha re-
da entre 1790 y 1804 en la plaza más antigua de la ciudad, lación con una rápida evolución demográfica constante
es decir la Plaza de la Constitución. El plano de la ciudad 39. Calle en Mo ntevideo
de Pablo Neumayer es bastante incompleto respecto a la
reproducción de las más importantes instituciones, paten-
te además en la ausencia del ayuntamiento antiguo (el ca-
bildo), edificado en la primera década del siglo XIX y
situado cerca de la Plaza de la Constitución, y de la univer-
sidad (Universidad de la República), fundada en 1893 en la
Calle del 18 de Julio. Como instituciones culturales regis-
tra el plano de la ciudad: el Teatro del Solís (cerca de la Pla-
za de la Independencia), el Teatro de S. Felipe (letra f), un
Club estrangero (letra c) y la Escuela de benevolencia (letra
y). Por toda la ciudad se repartía, además, una serie de
hospitales, iglesias y capillas. Tres ubicaciones de bancos
localizados en el sector norte del casco antiguo (letras a, b,
d) documentan funciones comerciales destacadas. En el

DESARROLLO Y ESTRUCTURA DE ANTIGUAS CIUDADES COLONIALES ESPAÑOLAS [53 ]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
-BIIIlI
Vor

~ 1830 · 1860

~ 1906 · 1947
~ 1948 . 1960
~ 1961 · 1979
1829

1861 · 1905 c=J Zonas verdes


It::::;:::::::J Zona portuaria/zonas industriales
1·:-:'.:':.:,;,: 1 Terreno amenazado por inundaciones
4
Aguado
Cordón
Buceo
Lo Unión
5 Carrito
~

b
3000 WE

~ 1000 · 3000 WE

~ 500 · 1000 WE
c=J Zonas libres 0,-,__1.L-_2,-,__3,-,_--'-_.....J5km
, 6 Victoria
~ 1980 · 1984 Frontera departamento 7 Villa de l Cerro WE = Wohneonhe iten

40. Fases de
crecimiento de
Montevideo (según
Mertil1s 198¡: 4¡)

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
de de la Independencia. «Cuando Montevideo se convir- NOTA
tió en la capital de Uruguay en 1830, vivían allí 15.000 per- 1. Plano de Lima por P. V. Jouanny 1872. Comisionados: E.
sonas, en aquel tiempo una quinta parte de la población Niemeyer & Inghirami, Lima. Litografía: C. Adler, Hamburgo
(escala original: 1:12.000).
total del país. [... ] Hasta 1861 Montevideo creció a 50.000 y
Plano topografico de Bogotá i parte de sus alrededores levan-
hasta 1880 a 100.000 habitantes. Entonces comenzó la evo- tado por el Coronel de ingenieros Augustín Codazzi i algunos
lución a velocidad acelerada. Cuatro años después la capi- alumnos del Colejio Militar. Reproducido de la edición de 1852
tal contaba con 164.000 habitantes y en 1889 con 215.000 por Ayala i Medrano, Bogotá, 1859 (sin indicación de escala).
personas. Alrededor de 1907 se traspasó la frontera de los Plano de Montevideo en el estado de pacificación al 20 de fe-
300.000" (Wilhelmy/Borsdorf, 1985: 274). brero de 1865. Levantado por Pablo Neumayer, ingeniero civil y
militar. Publicado por la Litografía de 1. Wiegeland, Montevideo
La evolución demográfica de Montevideo en el siglo XIX
( in indicación de escala).
se basaba por un lado en la emigración campesina, y por
otro en la inmigración europea. «Montevideo es el único
Bibliografía
puerto de inmigración de Uruguay, y dado que las posibili- ]ürgen Bahr y Günter Mertins, <Cldealschema der
dades de asentamiento para agricultores son muy limitada
en el país de estancieros, la gran masa de inmigrantes e sozialraumlichen Differenzierung lateinamerikanischer
concentró en Montevideo. De los 164.000 habitantes re- Grofistadte': Geographische Zeitschrift 69, No. 1, 1981, págs.
1-33·
gistrados en la capital en 1884, casi 73.000 eran
inmigrantes, sobre todo italiano ye pañoles" (Wilhelmy/
]ürgen Bahr y Günter Mertins, "Verstadterung in
Borsdorf, 1985: 274). Lateinamerika': Geographische Rund chau 44, núm. 6,1992,
Las condiciones climáticas de Montevideo son muy págs. 360-370.
ventajosas para el asentamiento de europeos, sobre todo
del sur de Europa. «El litoral uruguayo se di tingue Wolfgang Brücher, "Die moderne Entwicklung von Bogotá':
climáticamente del sur de Italia sólo por las temperatura Geographi che Rund chau 21, núm. 5,1969, págs. 181-189.
estivales un poco más templada y el mayor grado de pre-
Wolfgang Brücher, "Der innenpolitische Zentralismus in
cipitaciones, repartida por todo el año (950 mm con o ci-
Kolumbien und seine Auswirkungen auf das Wachstum der
laciones anuales posible entre 500 y 2.500 mm). En el
Hauptstadt Bogotá': en: Alfred Wendehorst und ]ürgen
decurso anual de las temperaturas, con valores medi de Schneider (ed. ), Hauptstadte. Entstehung, truktur und
22.5 0 e en el me más caliente y d 10.5 0 e en el má frí , Funktion, Referate des 3. interdisziplillaren Colloquiums des
nota incluso frente a Bueno Aire un mayor equilibri , Zentralinstituts, chriftenreihe des Zentralinstituts für
debido a la proximidad del mar" (Wilhelrny/B r d rf, Frankische Landeskunde und Allgemeine Regionalforschung
1985: 267). an der Universitiit Erlangen-Nürnberg 18, Neustadt a.d. Aisch,
Aunque el plano de la ciudad de Montevideo de 1865 ya 1979, págs. 123-135.

refleja las estructuras básica fundamentales de la configu-


Paul Gans, "Die Altstadt Montevideos. Bauliche
ración y la dotación centralista del núcleo del Montevideo
Veranderungen im kolonialen Kern der uruguayischen
actual, no e debe pasar por alto que la ciudad no tenía en Metropole': en: Günter Mertins (ed. ), Beitrage zur
aquel tiempo ni siquiera 150 año de fundada. En los si- Stadtgeographie von Montevideo, Marburger Geographische
guiente 100 años hasta el presente, la capital uruguaya ha Schriften 108, Marburgo, 1987, págs. 107-200.
conocido una considerable dinámica de desarrollo. Así vi-
vían por ejemplo en 1985 en la zona urbana de Montevideo Paul Gans, Die Innenstadte von Buenos Aires und
cerca de 1.3 millones de personas, lo que supone una multi- Montevideo. Dynamik der Nutzungsstruktur,
Wohnbedingungen und informeller Sektor, Kieler
plicación por ocho del núm.ero de habitantes de 1884.
Geographische Schriften 77, Kiel, 1990.

Erdmann Gormsen y Hans Haufe, "Die Stadt in der


Kolonisation Amerikas': en: Amerika 1492-1992. Neue

DESARROLLO Y E TRUCTURA DE ANTIGUAS CIUDADES COLONIALES ESPAÑOLAS [55]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Welten -Neue Wirklichkeiten: Geschichte-Gegenwart- zur Stadtgeographie von Montevideo, Marburger
Perspektiven, ed. por Ibero-Amerikanisches Institut u.a., Geographische Schriften 108, Marburgo, 1987, págs. 45-105.
Braunschweig, 1992, págs. 148-158.
Herbert Wilhelmy, Südamerika im Spiegel seiner Stadte,
Eberhard KrojS, Die Barriadas von Lima. Hamburger Romanistische Studien, B. Ibero-amerikanische
Stadtentwicklungsprozesse in einer lateinamerikanischen Reihe 23, Hamburgo, 1952.
Metropole, Bochumer Geographische Arbeiten 55, Paderborn,
1992. Herbert Wilhelmy y Axel Borsdorf, Die Stadte
Südamerikas. Teill: Wesen und Wandel, Stuttgart/Berlín,
Günter Mertins, "Wachstumsphasen Montevideos. 19 84.
Kriterien und Formen der raumstrukturellen Entwicklung und - Die Stadte Südamerikas. Teil 2: Die urbanen Zentren
Differenzierung unter besondáer Berücksichtigung des und ihre Regionen, Stuttgart/Berlín,1985.
sozialen Wohnungsbaus'; en: Günter Mertins (ed.), Beitrage

[56] HEINZ HEINEBERG

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 1: Campamento de expedición en el cráter del Guagua Pichincha.
(Óleo de Rafael Troya, 90 X5J.5 cm)

LÁ M 1NA s [57]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 2: Campamento en el Chimborazo, 1876.
(Óleo de Rafael Troya, 165 x 93 cm)

[58J LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 3: Vista del Cotopaxi desde Tiopulo, 1873.
(Óleo de Rafael Troya, 77 x 48 cm)

LÁMINAS [59]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
690ux¡'aI 't) ,41inzacfuquilo
75~ltzdelUrrñay

7J/il" 'Puela

Lámina 4: Corte transversal del décimo panoráma de la región volcánica del Ecuador (Dibujo de Stübel).

[60 ] L Á M 1N A S

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 5: Montañas volcánicas del Ecuador, según el libro Los volcanes del Ecuador de Th. Wolf, 1897> y con detalles del libro
Posiciones de la región volcánica del Ecuador de 5tübel y Th. Wolf, 1903, con anotaciones de Hans Meyer.

LÁMINAS [61]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
11.

y3 .

.-

Lámina 6: Lámina obscena masculina, cerámica de Ancón.

[62] LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
r~. (, ~ .. Ji,

..
". 1.. ..,~

h ,

- - ¡;

~ .,
, r )
'1:.1.. "_r,~_,

.¡... ..,, '. 'Z4 •••• )~Y'. ~· •• I .... __

Lámina 7: Instrumentos de piedra y objetos de adorno de piedra,


hueso y conchas de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.

LÁMINAS [63]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1.

Lámina 8: Láminas de oro de Colombia.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
(1};

Lámina 9: "Gran momia con cabeza falsa" (Ancón).

LÁMINAS [65]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
/ tí.}
,

'$

Lámina 10: Instrumentos y objetos de adorno de metal (Ancón).

[66) LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 11: a) Lámina de arcilla vestida; b) Lámina de arcilla;
c) Imitación de un niño pequeño de arcilla (Ancón).

LÁMINAS [67]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 12: Vista frontal y lateral de una Lámina pintada (Ancón).

[68] LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 13: Vasijas negras de arcilla (Ancón).

LÁMINAS [69]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
.," .

Lámina 14: Vasijas rojas, pintadas en parte (Ancón).

[70] LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
!h-:/..

tI

Lámina 15: Vasijas de arcilla y fragmentos (Ancón).

LÁMINAS [71]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 16: Piezas de ornamentación de vasijas de arcilla grandes
y pequeñas vasijas de adorno (Ancón).

[72] L Á M 1N A S

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
\

Lámina 1¡: Momia con vestido suntuoso, Horizonte medio (Ancón).

LÁMINAS [73]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 18: Fragmento de los motivos a rayas de las magníficas
vestiduras mostradas en la Lámina 17·

[74] LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
.r. _ __

Lámina 19: Ribetes ornamentados de pequeños tejidos de algodón,


período intermedio tardío (Ancón) .

LÁMINAS [75]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 20: Gobelino con Lámina de guerrero, periodo intermedio
tardío, probablemente de lea (Ancón).

[76] LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 21: Vestido de algodón, pintado, periodo intermedio tardío (Ancón).

L Á M 1N A s [77]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 22: Fragmento de la espalda del vestido de algodón de la
lámina 21, periodo intermedio tardío, Chancay (Ancón).

[78] LÁ M 1NA S

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 23: Vestidos multicolores de lana, perlado inca (Ancón) .

LÁMINAS [79]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 24: Husos y canastillas de trabajo (Ancón).

[80] LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 25: Vestidos variados (Ancón).

LÁMINAS [81]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
[;-}

Lámina 26: Tejidos ornamentados de gobelinos (Ancón).

[82) LÁMINAS

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 27: Tejidos ornamentados de gobelinos (Ancón).

LÁMINAS [83]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 28: Mitad derecha de un exquisito vestido de lana (Ancón).

[84] L Á M 1N A S

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 29: Tejido de lana ricamente ornamentado (Ancón).

LÁMINAS [85]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
\.1, I

( " I

Lámina 30: Gobelino con Láminas humanas (Ancón).

[86] L Á M 1N A S

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
~ .
¡¡¡

Lámina 31: Gobelino con Láminas humanas y animales (Ancón).

LÁ M 1N A S [87]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lámina 32: Tejidos de algodón, con rayas (Ancón).

[88] LÁ M 1N A S

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
DIETER ALLKAMPER

LAS "Los pueblos del antiguo imperio incaico, situado en la costa


occidental de Suramérica, disfrutaban en el tiempo de la
CULTURAS conquista española de una cultura muy desarrollada. Esto
no sólo lo testifican los informes de los antiguos cronistas,
PRECOLONIALES sino más todavía los restos de los monumentos y los múltiples
hallazgos de tumbas. Descripciones sueltas de las antigüeda-
des peruanas las han efectuado muchos viajeros, trabajos
ANDINAS más detallados los han realizado en primer término Rivero y
Tschudi, Castelnau, y últimamente Squier con su extraordi-
nario trabajo sobre las obras de los peruanos. Pero incluso en
la misma Europa nos podemos hacer una idea de aquélla
cultura, ya que nuestras colecciones disponen de ejemplares
estupendos de los hallazgos funerarios, sacados a la luz por
los buscadores de tesoros españoles ..." (Reiss, 1879: 290).

INTRODUCCIÓN
Los investigadores alemanes Wilhelm Reiss y Alphons
Stübel no sólo fueron conocidos como geólogos destaca-
dos, no obstante haber sido dentro de su campo de activi-
dades especialmente exitosos en los Andes. Más que eso,
las excavaciones arqueológicas a gran escala realizadasen
1875 en el Cementerio de Ancón en Perú demuestran la gran
capacidad de observación y el talento analítico de los dos
científicos habitual en la tradición científica del siglo XIX ,
como ya la había pue to de pre ente uno de lo inve tiga-
dore más conoCido y polifacéticos de u tiempo,
Alexander von Humboldt, en sus viajes por México, Amé-
rica Central y Suramérica, así como la amplitud de sus ri-
cas colecciones de material y e tudios.
Reiss y Stübel perseguían como objetivo de sus trabajos
en el ya incursionado campo de las culturas funerarias, ((
[... ] no sólo presentar el culto a los muertos habitual del
país, sino también retroceder a la vida y el quehacer, a la
sensibilidad espiritual de la población india antigua" (Reiss/
Stübel, 1880-87: Introducción). Estas formulaciones no han
perdido nada de su vigencia, y ya desde entonces se convir-
tieron rápidamente en el lema común de las investigaciones
arqueológicas y etnólogicas no sólo en América.
Las excavaciones de los dos geólogos alemat:les en la ne-
crópolis de Ancón eran de una importancia capital tam-
bién desde el punto de vista metodológico, a pesar de no
conocer todavía la estratigrafía, es decir la observación de

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
los estratos, imprescindible en las excavaciones contem- seos Estatales Patrimonio Cultural Prusiano-Museo de
poráneas, introducida sólo más tarde por el arqueólogo y Etnología, Berlín-Dahlem) se pudo asegurar la financiación
experto museísta Max Uhle. Richard Haas (1986: 7) señala de la obra El cementerio de Ancón en Perú. Un aporte para el
insistentemente que antes de las investigaciones de Reiss y conocimiento de la cultura e industria del imperio incaico, se-
Stübel no se habían realizado excavaciones de esta enver- gún los resultados de excavaciones propias de W Reiss y A.
gadura en Suramérica. Aunque los trabajos de excavación Stübel. Con la ayuda de la administración general de los Mu-
en sí no respondían todavía a las exigencias de hoy, los di- seos Reales de Berlín (tres tomos, Berlín, 1880-1887).
bujos realizados y la cartografía del terreno sobre todo, Las excavaciones en la necrópolis de Ancón motivaron
demuestran la mirada experta y la determinación de los una gran cantidad de investigaciones posteriores, que du-
geo-investigadores de que para la documentación dellu- ran hasta hoy y que han hecho progresar decisivamente la
gar de excavación es imprescindible el retrato del entorno arqueología de los pueblos andinos. Al señor Roger Meyer
y de su marco fisionómico y ecológico. le debo un reportaje del periódico peruano El Comercio
Entre las contribuciones de Reiss y Stübel a la entonces del 24 de julio de 1994, donde habla de las últimas exca-
joven arqueología científica, se encuentra la sistematización vaciones en Ancón efectuadas por el arqueólogo peruano
cuidadosa según temas y materiales de más de 2.000 obje- F. Kauffmann Doig. Éste encontró otras veinte tumbas de
tos, de suerte que aún hoy se puede observar todo el pano- momias, en perfecto estado, de las hasta ahora más de tres
rama de la cultura material de la costa norte y en parte de la mil sepulturas dejadas al descubierto. El número real de
costa central de Perú. De otro lado, las demás colecciones tumbas se cifra entre tanto en más de cuarenta mil.
precolombinas reunidas en sus expediciones a los otros paí- Al Cementerio de Ancón le siguió otra obra de dos to-
ses andinos: Ecuador, Bolivia y Colombia forman un intere- mos, que trataba también de la arqueología y la etnología
sante contraste cultural con la colección completa del de Suramérica con el título Cultura e industria de pueblos
cementerio de Ancón. suramericanos según las colecciones en posesión del Museo
Todas las colecciones están clasificadas según sean reci- Etnológico de Leipzig de A. Stübel, W Reiss y B. Koppel - tex-
pientes y Figuras cerámicas, textiles, herramientas para to y descripción de las Tablas por Max Uhle (Berlín, 1889-
trabajar los textiles y otros objetos elaborados de conchas, 1890). En el primer tomo, "Tiempo antiguo", están
madera, huesos y metal, por lo general plata o cobre. Sin documentados distintos objetos pequeños, que Reiss y
embargo, la colección contiene también restos de cerámi- Stübel pudieron reunir durante su viaje "por las tierras
ca y tela, cráneos de momias, momias animales, planta y montaño a de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y por la
frutos, es decir, objetos sin valor pecuniario, pero de tanto zona del río Amazonas", mediante compra o como regalos.
mayor valor científico. Además, el entonces cónsul general de Dinamarca en Co-
Un aspecto importante de su labor fue la vinculación de lombia, señor Bendix Koppel, puso a disposición de la do-
científicos reconocidos de otras disciplinas en los trabajos cumentación dotada de 28 Láminas de ilustraciones
de investigación, creando así prácticamente una temprana coloreadas su pequeña, pero valiosa colección precolom-
manifestación de la investigación interdisciplinaria: "plan- bina, que incluía entre otras piezas joyas e instrumentos
tas y frutas" las investigó, por ejemplo, el botánico L. de oro. Ambas colecciones las adquirió el Museo
Wittmack, "cráneos" el prestigioso médico R. Virchow, y Etnológico de Leipzig, en donde están depositadas hasta
«mamíferos" el zoólogo A. Nehring. hoy.
El mayor logro de Reiss y Stübel es, según Richard Haas Para la evaluación científica de las colecciones, es decir
(1986: 71), haber completado el dispendioso trabajo de inte- para la descripción atenta de los objetos, se pudo conse-
gración de la documentación en tres tomos, compuesta de guir la colaboración de Max Uh1e. Éste se desempeñaba
numerosas Láminas de dibujos coloreados; realizada tras fi- entonces como asistente en el museo y mantuvo en Dresde
nalizar los trabajos de excavación y que se difundió una intensa relación científica con Alphons Stübel, quien
internacionalmente con una resonancia capital para la ex- le transmitió los tópicos más interesantes para las poste-
ploración del Perú antiguo. Con la venta de la colección riores investigaciones de Uh1e, efectuadas sobre todo en
completa al Museo Real de Etnología de Berlín (hoy: Mu- Perú, y en parte también en el cementerio de Ancón. Así,

[90] DIETER ALLKAMPER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Max UhIe se convirtió rápidamente en uno de los princi- los todavía no probados definitivamente 22.000 años a. C.
pales arqueólogos en América. (hallazgos en cuevas cercanas a Ayacucho en Perú) y los
La colección de Leipzig no presenta, como tampoco la 12.000 años a. C., fechados con más precisión por las
del cementerio de Ancón, ni mucho menos todos los perío- mejoradas mediciones radiocarboníferas (cuevas en Ve-
dos y áreas culturales de los Andes, ni de la costa pacífica. Ni nezuela, el norte de Chile y los Andes centrales). Estos pe-
siquiera están representadas todas las culturas regionales de ríodos de tiempo se pueden asignar geológicamente a la
los Andes centrales, razón por la que se hace necesario para Glaciación Wisconsin (Pleistoceno superior), que equiva-
una comprensión de las culturas suramericanas un breve le aproximadamente a la Glaciación Vístula en Europa
resumen de su evolución y desarrollo. (70.000 - 10.000 años a. C.). Para los grupos de cazadores
Pero antes no podemos pasar por alto un problema que llegaron en dirección sur hasta la Tierra del Fuego
central de la historiografía americana: a pesar de todos los fueron decisivos, fenómeno parecido al sucedido en Euro-
progresos que ha logrado la arqueología en el doble conti- pa, los llamados interestadiales, es decir episódicos perío-
nente americano, sobre todo en los ámbitos de las culturas dos calurosos, en los que pudieron formarse áreas libres de
desarrolladas de América Central y del Sur con la ayuda de hielo que podrían haber servido como zonas de pastaje
modernos métodos científicos y de técnica de medición, para los animales de caza.
quedan todavía numerosos vacíos en la investigación que Los depósitos de huesos animales de las cuevas habitadas
impiden llegar a conclusiones científicas fiables. Impor- dan una imagen precisa de las piezas cazadas y con ello del
tantes preguntas sobre la historia de la cultura india tam- cariz económico de los cazadores de la época glacial y
poco se podrán responder en el futuro. Esto se debe en posglacial. Se han encontrado, por ejemplo, restos de una
gran parte a los robos y saqueos de los lugares de pobla- extinguida especie grande del perezoso (Megatherium), que
ción y de entierro. La obra de ((huaqueros" tiene en Améri- alcanzaba casi el tamaño de los elefantes de hoy en día.
ca Central y del Sur una larga tradición, y ha producido También el armadillo gigante (Glyptodon), la especie de ele-
destrozos inmensos. Los ((paisajes de la luna" resultantes fante «mastodon", que al parecer no fue tan importante
del saqueo de los tesoros de las tumbas en los áreas de fácil como pieza de caza, así como el machairodus (Homo-
acceso, como en Chancay, Paracas o Nazca, forman la tris- therium), el más grande animal carnívoro de la antiguedad,
te pero cotidiana imagen de todas las zonas arqueológicas y finalmente el caballo menor (Equus sp.) desaparecieron
de América. Durante sus expediciones Reiss y Stübel tam- poco a poco al final de la época glacial. En cambio, se exten-
bién conocieron estos de mane, de los que culparon sola- dieron especies animales como el ciervo real blanco
mente a los conquistadores españoles y a los posteriores (Odocoileus virginianus), el ciervo andino (Hippocamelus
dueños de los terrenos de a entamiento de estas culturas, antisensis) y camélidos menores como el guanaco (Lama
una acusación no del todo ajustada a las circunstancias, guanicoe) y la vicuña (Lama vicugna), así como mamíferos
como lo sabemos hoy. menores, como el roedor vizcacha (Lagidium peruanum).
Ganó en importancia, sobre todo, la caza de camélidos, de
CULTURAS PRECERÁMICAS los que nacieron después las especies domesticadas de la lla-
A las culturas desarrolladas en las épocas incaica y ma y la alpaca. Esto lo confirman sobre todo pinturas ru-
preincaica las antecedió un largo período, en el que grupos pestres repartidas por toda la zona andina, que representan,
de cazadores y recolectores recorrían las zonas costeras y las sin lugar a dudas, escenas de caza de manadas de camellos
estepas de montaña. Aunque numerosas investigaciones de menores.
los estratos geológicos y culturales en cuevas y techos for- En la zona costera, sobre todo en la desembocadura de
mados de roca han probado la presencia episódica de los ríos y lagunas, la rica oferta en alimentos la conformaban
llamados cazadores paleoindios sobre todo por los hallaz- peces, mamíferos del mar, mariscos, cangrejos y otros fru-
gos de restos óseos de caza y utensilios de piedra, y a veces tos del mar, así como aves acuáticas, oferta alimenticia que
también de madera y hueso, una fijación exacta de la fecha se podía completar en las zonas montañosas con plantas y
del comienzo de la población de los Andes sigue siendo una frutos silvestres. Dado que los restos de alimentos e instru-
tarea ardua. Así, las indicaciones temporales oscilan entre mentos o adornos de material orgánico sólo se conserva-

LAS CULTURAS PRECOLONIALES ANDINAS [91]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
PERU BOLIVIA

Horizonte 1.532 .,::~," •. ~;.~ K,


tardío
~ INCA .:

Periodo
intermedio
tardío

Horizonte
medio
-1.400-

-1.000-
Chimu
;:. "
Chancay
lea

Chincha - Tiahuanaco
.,·')f~

Wari
~-------- - '-------~

EJ
-600-
Moche
-
Recuay Lima p
Periodo u
intermedio k
temprano k
r
á
-
Horizonte
temprano ,;..t!,.._ _ _ _ _ _ _ _ C_ha_v_i_n_--'---+1 Paracas I
Periodo
inicial

Periodos
preceream icos Ayacucho. Chivateros.
Lauricocha, Toquepala, etc.

51. Cronología de las culturas andinas


(según Gagern, 1969) .

ban en las zonas áridas o semiáridas, la inve tigación se que no obstante sólo pueden ordenarse cronológicamente
concentró en especial en el análisi de los artefactos de con reservas, ya que tampoco e tá registrado el lugar exac-
piedra de los pueblos indios antiguo. Sobre todo las pun- to del hallazgo.
tas de proyectiles e tán sujeta frecuentemente a cambios En cambio, la gran punta de proyectil de la Lámina 7
fisiognómicos debido a las modificaciones en las técnicas (centro izquierda) sí que merece atención. La punta
de fabricación; por lo que se les considera muchas veces tripolar del proyectil, de nueve centímetros de longitud,
como «fósiles guía" de períodos concretos. ASÍ, las puntas con los lados ligeramente doblados, tiene ranuras en am-
lanceoladas, pedunculadas, trabajadas en una o dos caras bos lados. Se trata aquí de una técnica, conocida en el su-
(mono o bifaciales) o los proyectiles ((en forma de cola de roeste de Estados Unidos. Las puntas denominadas Clovis,
pescado" se asignan a las primeras épocas culturales en según su primer lugar de hallazgo, pueden fecharse
Suramérica. aproximadamente en el período hacia 10.000 años a.C.
Por desgracia, la colección de Reiss, Stübel y Koppel El instrumento de caza más importante de la época
sólo contiene una modesta selección de utensilios de pie- paleoindia fue la lanza, hasta que mucho más tarde se im-
dra, de los cuales algunos tienen una forma arcaica, pero pusieron la flecha y el arco, de mucha mayor precisión. En

[92] DIETER ALLKAMPER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
las lanzas difundidas por los Andes se trata por lo general pueblos andinos. Probablemente a partir del cuarto
de una vara en forma de barra con un macho en la parte milenio a. C. se puede hablar de una domesticación de
posterior, que sirve de arbotante. Este tipo de proyectil ciertos vegetales como las habas, la quinua (conocidos
(([ ... ] funciona aprovechando la función de palanca que como ((cereales incas»), algunas especies de calabazas o la
hace las veces de un brazo prolongado y que debe conse- pimienta chili. En la zona costera se produjo el algodón a
guir una mayor amplitud del lanzamiento y una mayor partir del 3.500 a. C., en los altos valles de los Andes el
eficacia de penetración» (Hirschberg, 1988: 422 y sigs.). maíz a partir del 3.000 a. C. y diversas clases de papas des-
Con la flecha y el arco surgió, como ya se ha indicado, de el año 2.500 a. C., es decir vegetales que alcanzaron im-
un instrumento mucho más eficaz, que se impuso utili- portancia mundial como alimentos base o materias
zando varias clases de flechas en la caza de mamíferos me- primas industriales a través del camino a Europa por in-
nores, pájaros y, como se puede observar aún hoy en las termedio de los conquistadores españoles. En las zonas
tierras bajas tropicales, de peces. Pero curiosamente el costeras áridas de Suramérica se han producido textiles de
arco se dió a conocer muy tarde en los pueblos andinos, algodón desde el ((arcaico superior», como abrigos, man-
probablemente sólo hasta la época incaica, de manera que tas, bolsos y redes de pescar anudadas, cuyas muestras mi-
las puntas ((microlíticas» encontradas en la montaña y en nuciosamente trabajadas pueden servir como indicios del
la costa occidental de Suramérica pertenecen o bien a esta insuperado arte textil de las épocas precolombinas más
época o a la colonial, o bien se trata de refuerzos para los próximas en los Andes centrales y en la costa pacífica.
proyectiles de lanza pequeña de fecha más antigua. En las La domesticación de animales comenzó seguramente
puntas de las flechas representadas en la Lámina 7 que, al ya en el séptimo o sexto milenio a.C., pero no alcanzó ni
igual que los demás objetos descritos por Max Uhle no es- de lejos el nivel del cultivo vegetal indio. De la mayor im-
tán fechadas cronológicamente, se trata de tipos básicos portancia fueron solamente la llama y la alpaca, camélidos
ampliamente difundidos: puntas triangulares con base nacidos de especies silvestres, así como la cobaya, que se
((subtriangular», de mango y/o aladas. Sobre todo aquellas criaba como animal de carne, rico en proteínas. La alpaca
puntas de flecha fabricadas de diversas clases de piedra y la llama ofrecían en cambio múltiples posibilidades de
dura como la calcedonia, el cuarzo o el cristal volcánico u aprovechamiento como suministradores de lana, pieles,
obsidiana, que no llegan a veces a un centímetro de largo; huesos para los utensilios de uso y adornos. Incluso los
como también los adornos de piedra en forma de perlas excrementos se empleaban como abono y material com-
minúsculas perforadas cónicamente, demu stran el alto bu tibIe. Pinturas rupestre de caravanas de llama te tifi-
nivel de las técnicas de trabajo de la piedra de los pueblos can su importancia temprana como animal de carga.
precolombinos. Los demás artefactos de la Lámina 7 son Debido a su resistencia frente a las austeras condiciones
instrumentos simples de hoja, en la mayoría de obsidiana, ecológicas y de los lugares de pastaje aún hoy se encuen-
que podrían haber servido de raspadores, alisadores de tran frecuentemente manadas de llamas a casi 5.000 me-
flechas, cuchillos o taladradore . tros de altura las llamas eran y son animales domésticos
La evolución de los pueblos cazadores nómadas hacia ideales e imprescindibles en las montañas andinas y dis-
los más especializados de cazadores, pescadores y frutan todavía de una adoración casi má~ico - religiosa. Las
recolectores de vegetales, y finalmente a los pueblos de llamas y alpacas no sirven como animales de tiro, por lo
agricultores asentados, que crearon las bases para el desa- que los pueblos indios no conocieron los carros, arados,
rrollo de las conocidas civilizaciones andinas, se produjo bueyes, caballos y asnos hasta la llegada de los europeos al
de forma parecida a la situación en Europa, esto es, paso Nuevo Mundo.
en paso. A los "períodos líticos» siguió en primer lugar, a Al final del período arcaico se había desarrollado un
partir del año 5.000 a. C., el "período arcaico" (Lumbreras, complejo de poblaciones extraordinariamente especifica-
1974), que fue sustituido a partir dell.300 a. C. por ellla- do en la forma de ((lugares de población permanente como
mado «período formativo". centros de cultivo de papas, maíz, habas y calabazas"
Está demostrado que a partir del año 8.000 a.e. au- (Meyers, 1980: 367). También el comercio exterior aumen-
mentó la porción vegetal en la gama alimenticia de los tó en importancia y llevó a un vivo intercambio de mate-

LAS CULTURAS PRECOLONIALES ANDINAS [93 ]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
rias primas y bienes elaborados: madera, obsidiana, piedra riego artificial y, a la vista de una población en rápido creci-
de chispa, lana y otros productos de la montaña se miento, la posibilidad de ampliaciones considerables del
intercambiaban por mariscos o algodón de la costa pacífica. área cultivable también en espacios secos.
La población se asentaba, según comprobaciones ar-
queológicas, en pequeños grupos de caseríos y en pueblos. HORIZONTE TEMPRANO
La muy desarrollada agricultura, la cría de animales, com- Con el comienzo del Horizonte temprano se extendió
plementada con la caza, la pesca y las actividades en grandes zonas de Perú un estilo artístico, que tuvo su
recolectoras garantizaban una base económica sólida. Ha- origen en la zona de Chavín de Huantar, una pequeña ciu-
llazgos de ruinas de templos de piedra y adobe, como por dad situada en la montaña andina del norte a 3.000 me-
ejemplo el ((Templo de las manos cruzadas" cerca de tros de altura. Como motivo central aparece en las
Kotosh en la zona alta central, testifican la presencia de cerámicas o losas de piedra entre otras cosas un ((ser hu-
pequeños centros religiosos, pero que todavía no se pue- mano-animal" en diversas variantes, una Figura que, do-
den comparar a las obras monumentales de las épocas tada de atributos de gato montés y garras de águila, se
posteriores. interpreta como una deidad (Willey, 1974). Entre los ejem-
plos más conocidos de la iconografía del Horizonte tem-
PERÍODO INICIAL prano se encuentran la Estela Raimondi descubierta en
Alrededor del año 1.800 a. C. según otros autores ya in- 1840 en Chavín y denominada según el historiador italia-
cluso en el 2.100 a. C. (Prem, 1989) comenzó el llamado no, una losa de 1.98 m de altura de granito claro con el
Período inicial o Período formativo!. A partir de entonces bajorrelieve de la citada deidad en forma de barra, así
la alfarería se convirtió en una rama importante de la acti- como el obelisco designado según el arqueólogo peruano
vidad artesanal, como lo prueban impresionantemente los Tello. En el Obelisco Tello la Figura central está represen-
ricos hallazgos de cerámica en las poblaciones indias. En tada en forma de reptil, en contraste con la Figura central
Valdivia, un lugar de pescadores en la costa suroccidental antropomórfica de la Estela Raimondi. Otros componen-
de Ecuador, se encontraron probablemente los más viejos tes importantes del estilo artístico Chavín son representa-
objetos de arcilla cocida. Las mediciones con radio- ciones altamente estilizadas de félidos, monos, serpientes
carbono (C-14) arrojaron una edad de 3.100 y 2.700 años a. y otros reptiles, así como de seres tipo murciélago, com-
C. (Hartmann, 1982: 294). La ubicación de los hallazgos de plementados frecuentemente con flores, árboles u otros
Valdivia llamó la atención obre todo por la cantidad de modelos de vegetación.
estatuillas femeninas de pocos centímetros de altura. La Según las últimas investigaciones (Meyers, 1990), no se
fuerte acentuación de los pechos y la vulva caracteriza la puede hablar de un surgimiento repentino de la cultura
Figuras de modo parecido a las Figuras de las glaciaciones Chavín, como se había supuesto antes. Más que eso, en
en el Viejo Mundo como utensilios de sacrificio o tumbas, otras partes de Perú aparecen elementos de estilo más an-
y en especial como ídolos de fertilidad relacionados con tiguos, que se repiten de manera modificada en la época
cultos agrarios hasta ahora desconocidos. Chavín.
Esto deja ver que la agricultura se convirtió muy pronto Un problema todavía no resuelto del todo es la cuestión
en el centro de la vida económica de los pueblos indígenas. del significado funcional de Chavín, que no estaba considera-
Precisamente las difíciles condiciones ecológicas ambienta- do tan sólo como centro religioso y al mismo tiempo como
les del costado occidental de Suramérica, como las áridas una especie de sitio de peregrinación, sino también como un
zonas costeras o los lugares elevados con su amenaza de he- lugar de población urbano o algo parecido. Probablemente se
ladas, han exigido siempre a los agricultores indígenas los trataba en el caso de Chavín de una de las primeras formacio-
máximos esfuerzos técnicos, que han podido cumplir y nes imperiales precolombinas. Independientemente de cómo
cumplen todavía con instrumentos muy simples. También podrán aclarar posteriores investigaciones los problemas
es cierto que los ríos, que siguen la empinada pendiente oc- no resueltos, los conocimientos actuales, comprobados ar-
cidental de los Andes con su declive correspondiente, ofre- queológicamente, permiten afirmar que Chavín refleja con
cían condiciones ideales para la creación de superficies de insistencia las estructuras complejas de esta cultura de de-

[94] DI ETER ALLKAMPER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
sarrollo temprano. Sólo la imponente arquitectura monu- trataba de la representación de personajes de alto rango,
mental con sus muros de piedra picados o afilados en el tal vez de jefes tribales o sacerdotes. La mayoría de las vasi-
mismo Chavín, o las cerámicas de bellas formas y decora- jas de retrato muestran facciones idealizadas, sobre todo
ciones halladas sobre todo en la zona costera, así como los de personas y por ello puede considerárselas como una «lí-
trabajos de oro y textiles hilados de colores hacen suponer nea genealógica" conFigurada en arcilla.
un oficio de artesanía especializado y de gran esmero ar- La colección de Reiss, Stübel y Koppel contiene curiosa-
tístico, que caracteriza también todas las posteriores cul- mente sólo una vasija de la cultura Moche, cuyas piezas
turas andinas. suelen ser frecuentemente el centro de las colecciones de la
También por las tumbas dotadas de distintos objetos se América antigua en los museos etnológicos. Esta «Figura
puede reconstruir claramente el cambio sucedido entre las obscena masculina" (Lámina 6), como la describe Max
sociedades pueblerinas, simples y bastante homogéneas, y Uhle, muestra una Figura en posición agachada. La cabeza
los asentamientos de población urbanos culturalmente es a la vez gollete y boca de la vasija, la vestimenta y los
diferenciados, con una élite aristocrática a la cabeza y una adornos indican una posición de rango destacado. Llama
amplia base campesina. la atención la sonrisa de la persona, que Max Uhle inter-
preta en su texto correspondiente de la Lámina 6 (1889-
PERíODO INTERMEDIO TEMPRANO 1890: Lámina 10) como expresión de «sensualidad". La
Alrededor del año 500 a. C. se ubica posiblemente por vasija está incompleta en la zona genital, por lo que sólo se
influencia bélica la desaparición de la cultura Chavín, y el puede denominar en parte como «eroticon".
abandono de los grandes centros religiosos. Pero esto no La sexualiad y el erotismo ya se encuentran como tema
significaba en absoluto el declive de los procesos culturales artístico, sobre todo en las vasijas de arcilla, en las culturas
o económicos en las zonas influidas por Chavín, sobre todo tempranas de los Andes, pero están especialmente exten-
si se observan las florecientes culturas regionales del Perío- didos en las culturas regionales de Moche, Virú, Vicús y
do intermedio temprano (aproximadamente 100 años a. C. más tarde en la época del imperio Chimú, e incluyen todas
- 600 d. C., véase la tabla cronológica, Ilustración núm. 51), las formas de la sexualidad imaginables. Pero esta repre-
cuando se fabricaron productos de alfarería, textiles y traba- sentación muchas veces atrevida no se debe malinter-
jos de metal: de oro, plata y cobre, de la mayor perfección pretar como signo exagerado de «sensualidad y lascividad"
técnica y artística. Solamente las vasijas cerámicas de la cul- (Hoyle, 1979: 97) o de decadencia moral. Como orna-
tura Moche, cuya zona de a entamiento comprendía la mentos funerarios las vasijas son parte del culto a la
franja costera del norte de Perú en una exten ión de aproxi- muerte, en el que se tematizan el dualismo y el círculo de
madamente 250 x 50 kilómetros, forman parte del legado la vida y la muerte, la fertilidad y la de compo ición, que
más impresionante de los pueblos precolombino de la tienen un valor elevado, como e fácil de uponer en
América antigua, y de lo objetos de exposición má valio- pueblos agricultores.
sos de muchos museos etnológicos. Artesanos especializa- Aproximadamente al mismo tiempo que lo mochica,
dos crearon vasos con Figuras y retratos, así como vasijas en la costa norte, se extendió en la costa sur peruana sobre
pintadas con escenas ejecutadas en la técnica de molde o de la base de la cultura Paracas, otra importante cultura re-
aplicación dominada magistralmente. gional: la cultura Nazca, la que carece de los monumentos
Las vasijas permiten forjarse una idea de las formas de de culto enormes y los retratos realistas de la vida de la ce-
vida y del imaginario religioso de las personas de enton- rámica moche, lo que no mengua en absoluto el nivel de
ces, gracias a las detalladas escenas: una breve selección de dominio artístico, artesano-técnico y agrario de este pue-
los temas representados abarca: engendramiento, naci- blo afincado en espacios desérticos extremos. Las sobre-
miento, muerte, cura de enfermos, lucha, toma de prisio- dimensionadas pinturas, llamadas «raspadas" algunas
neros, caza, agricultura, embriaguez por consumo de coca, tienen un diámetro de más de 100 metros en la «pampa" de
representaciones de demonios animales y deidades. De Nazca son los legados seguramente más conocidos y es-
importancia especial parecen haber sido las «vasijas cabe- pectaculares. La matemática alemana Maria Reiche
za", fabricadas con la ayuda de moldes. Probablemente se trató durante varios decenios, con la ayuda de trabajos de

LAS CULTURAS PRECOLONIALES ANDINAS [95]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
medición intensivos, de investigar y salvar las Figuras de Tiwanaku), uno de los lugares político-religiosos más
animales y signos geométricos amenazados, que tenían grandes de Suramérica. El complejo de ruinas se encuen-
probablemente un significado de culto astronómico. tra aproximadamente a 20 kilómetros al sur del lago
El arte cerámico de la época nazca se caracteriza sobre Titicaca en territorio boliviano.
todo por su pintura de pared fina y polícroma. Una sola El extenso lugar de culto con sus numerosos monu-
vasija puede tener hasta once colores diferentes, entre los mentos megalíticos había despertado muy pronto el inte-
cuales predominan los tonos rojos brillantes. La interpre- rés de los investigadores. También Alphons Stübel le
tación iconográfica de las pinturas de las vasijas con temas dedicó un amplio estudio, provisto de dibujos minucio-
de culto religioso sigue siendo contradictoria. Como mo- sos, de planos y mapas, bajo el título: El lugar de ruinas de
tivo principal de la pintura aparece una Figura personifi- Tiahuanaco en el altiplano del Perú antiguo - Un estudio de
cada con los atributos de un félido, que se denomina «dios historia cultural basado en tomas propias (Breslau, 1892).
o demonio gatuno" y es interpretado frecuentemente El estado de las excavaciones, todavía muy fragmentario
como deidad del tiempo. No pocas veces se encuentran y menguado considerablemente por el uso que se le ha dado
entre los atributos los «trofeos cabeza" y la maza, indicios al lugar como cantera, da como resultado, aparte del propio
probablemente de los rasgos bélicos y amenazantes de esta centro de ceremonias de medio kilómetro cuadrado de ex-
Figura de culto. Sobre todo en la época temprana nazca tensión, un territorio de población de aproximadamente
(100 a. C.-200 d. C.) se representa al demonio gatuno tres kilómetros cuadrados. Investigaciones más recientes
como doble ser «Félido y serpiente serrada", lo que subraya han probado además la existencia de una superficie de más
una interpretación de esta Figura como guía del creci- de 81 metros cuadrados, dedicada a campos de riego.
miento y la fertilidad. De los importantes monumentos de Tiahuanaco se ha
Un amplio espacio temático en la formación y pintura comenzado a evaluar arqueológicamente hasta ahora sólo
de las vasijas lo ocupa la representación de plantas útiles, el complejo del templo piramidal Acapana, cuya superficie
frutos y animales de la costa pacífica, entre los que desta- en plano abarca aproximadamente 2.500 metros cuadra-
can pájaros acuáticos y peces. El Museo de Etnología de dos, con una altura de 15 metros. El nombre todavía en uso
Berlín posee un gran número de vasijas de Figuras, que proviene de un estudio del investigador el suizo Johann
muestran de manera realista la caza y la pesca. En una pa- Jakob von Tschudi (1818-1889), mientras que Alphons
red de vasija se observa por ejemplo una Figura humana Stübel y Max Uhle emplearon esta denominación para el
nadando, con una red en la mano; otra va ija repre enta complejo del templo Kalasassaya (1892, lIa parte: 16), ro-
hombres con proyectiles y lanzas, así como los animales de deado de piedras megalíticas, que Tschudi había interpre-
caza (Eisleb, 1977). tado como El Fuerte.
En la época nazca tardía aparece otra Figura mítica, de- En cualquier caso, Stübel y Uhle no puedieron resistir
nominada según Eduard Seler (1849-1922) «demonio de la tentación de lanzar una indirecta al científico rival: «[... ]
vara serrada". Uno de los atributos más llamativos, pero de La descripción de las ruinas efectuada por Tschudi confir-
difícil interpretación es una barra varias veces angulada, ma desgraciadamente en muchos apartes lo pasajero de su
adornada con pares de dientes. Motivo acompañante visita ..." (1892, II a parte: 16). También rechazan la interpre-
vuelven a ser trofeos de cabezas enteras o por lo menos de tación etimológica del nombre Acapana: «La identifica-
parte con mechones de cabello. ción del nombre con la palabra quechua cakapana' : franjas
de nubes impregnadas de luz o rojizas, no tiene ningún
HORIZONTE MEDIO fundamento. La etimología de Tschudi, proveniente de la
A partir del año 600 d. C. se vislumbra el comienzo del lengua aimará (hapa, niño, ccana, luz) enlaza con la con-
Horizonte medio. Una gran parte de las regiones centrales fusa forma Apakana" (1892, II a a parte: 16).
andinas, además de zonas del norte de Chile y el Una investigación reciente, algo más imaginativa, de
noroccidente de Argentina fueron influidas por una nueva Jorge Miranda-Luizaga retoma una consideración ante-
corriente, de manera similar a la época chavín. El centro riormente difundida que ve en la pirámide de Acapana el
fue sin duda Tiahuanaco (en la grafía boliviana: «fuerte de la ciudad del templo", en cuya «planta superior

[96] DIETER ALLKAMPER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Oorl' Ttahuanaco 3900 m 1;' ti. Meere

52. El lugar de ruinas Ak-kapana y el


pueblo Tiahuanaco.

53. La puerta monolítica de Ak-kapana


(costado oriental).

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
nombre: la estela de 2.50 metros de altura representa posi-
blemente a una de las deidades desconocidas de la cultura
Tiahuanaco, como lo insinúan aplicaciones de gatos
monteses y serpientes en el cuerpo de la Figura.
A 1.500 metros aproximadamente de la Acapana se en-
cuentra Pumapuncu (Puerta del puma), otra ruina de
templo~ conocida sobre todo por sus losas de piedra con
relieves. La enorme dimensión de las losas evitó un saqueo
completo del lugar. Las ranuras encontradas en las losas
permiten observar un elemento técnico importante de la
construcción del complejo: los bloques fueron unidos con
sujeciones de cobre o bronce.
La obra de arte monolítica precolombina más conocida
de Suramérica es probablemente la Puerta del Sol, cincela-
da con gran esmero de un bloque de andesita de 4 x 2.75
metros. Alphons Stübel también reconoció la importancia
extraordinaria de la Puerta del Sol durante sus trabajos de
medición en Tiahuanaco y le dedicó sólo a este monu-
mento 16 Láminas coloreadas y varias páginas del texto.
54. La figura principal del relieve en la puerta Junto a la puerta se encuentra un bajorrelieve dividido en
monolítica de Ak-kapana]
tres escenas. Comienza con una greca escalonada, que ro-
se encontraba un depósito de agua" (1985: 93). Según dea a seres parecidos a los humanos, vistos de frente; luego
Meyers, la profundidad del depósito no sería más que el siguen hacia arriba tres grecas con Figuras zoomorfas ala-
resultado de la «actividad de generaciones de buscadores das y dotadas de cetros, en vista lateral, que presentan si-
de tesoros" (1982: 381). militudes manifiestas con las Figuras demoníacas de la
Inmediatamente al norte de la pirámide Acapana se enla- época chavín (Meyers, 1990). En el centro del friso aparece
za con otro complejo ceremonial de arquitectura impresio- resaltada por su tamaño la escultura principal, interpreta-
nante: la muralla exterior del Kalasassaya se compone de da como el dios creador (Viracocha o Tunupa). La Figura,
una construcción de megalitos de varios metros de altura y llamada también dios de entrada, tiene en las manos dos
losas de piedras volcánica amoladas y pulidas. La muralla varas con cuerpos de serpiente y cabezas de cóndor. La ca-
rodea un rectángulo de aproximadamente 15.000 metros beza está rodeada por una corona de rayos con elementos
cuadrados, en el que se encuentra el patio de un templo con de jaguar y de pájaros.
ruinas de edificios, que se consideran como los aposentos Max Uhle fue el primero en señalar la difusión de algu-
de los sacerdotes. El portal principal al que conduce una nos elementos típicos del estilo clásico de Tiahuanaco en
gran escalera de bloques de piedra enormes lleva a un com- las zonas de la costa central de Perú. En sus excavaciones
plejo más pequeño, lindante al oriente, que Kauffmann en los campos de ruinas de Pachacamac (al sur de Lima),
Doig designa en razón de su ubicación inferior como «Tem- uno de los centros de culto más importantes del Horizon-
plete semi-subterráneo" (1978: 428). Alrededor de 1960 los te medio, Uhle encontró motivos correspondientes sobre
arqueólogos C. Ponce Sanginés y G. Cordero Miranda con- todo en cerámicas y textiles.
siguieron despejar completamente el complejo. Para la explicación de la cerámica específica de Tiahua-
La plaza de culto, hoy completamente restaurada, está naco sirven dos vasijas (véanse Ilustraciones 55 y 56) per-
rodeada por una muralla de piedra arenisca, a la que se tenecientes a la colección del Museo de Etnología de
encuentran integradas varias esculturas de cabezas. El Berlín, presentadas modélicamente en un texto por Stübel
centro de la plaza lo ocupa una Figura monumental yUhle:
excavada en 1932 por Wedell C. Bennett y conocida por su

[98] DIETER ALLKAMPER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
VASO RICAMENTE ADORNADO de negro, y con cuatro rayos, se encuentra encima del pena-
DE TIAHUANACO cho cerca del borde de la vasija.
«El vaso es cilíndrico y se agranda con una ligera am- "La vasija está rodeada un poco por debajo del borde por
pliación de sus paredes hacia arriba. Un tono trabajado una elevación abombada, plana, pero ancha, que el artesano
con cuidado y aplicado finamente le proporciona un vivo ha conseguido presionando con los dedos las paredes hacia
color rojo. fuera. Esta ornamentación, que cumpliría seguramente
"La ornamentación de la vasija conFigura una cara también una función práctica, se encuentra imitada tam-
enmarcada por un peinado, de manera que la vasija repre- bién en los vasos de las estatuas de piedra descritas en la Lá-
senta en cierto modo la cabeza. La cara está tratada en re- mina 31: Figuras 1 y 2" (StübeUUhle, 1892, Primera parte:
lieve y pintada, el peinado sólo está pintado. En la texto de su Lámina 41).
representación predominan formas rectangulares, que Los vasos llamados cckero" (otra grafía: keru) con sus
equivalen estilisticamente a las esculturas de piedra dellu- paredes señalando hacia fuera y la pintura policroma per-
gar de las ruinas. tenecen a las dos formas primarias de la cerámica de
"La cara sobresale en forma de cuadrado, con la nariz, Tiahuanaco. La forma cónica básica del cuerpo de la vasija
la barbilla, la boca y los ojos más que con las demás partes. sólo varía poco. Pero en cambio la superficie del soporte
La nariz tiene forma de vara y está en sentido perpendicu- puede ser muy reducida en relación a la boca de la vasija.
lar con respecto a la superficie de la cara. Como adorno se han modelado abombamientos en punta
"Los ojos están pintados de negro y rodeados de un cir- o semirredondos en el centro de la vasija. La forma kero
culo amarillo, los labios son amarillos y rodeados de negro. no sólo sobrevivió a la cultura de Tiahuanaco, desapareci-
Una raya amarilla enmarca la cara por tres lados indicando da alrededor del año 1.000 d. C., y al imperio Inca, nacido
tal vez el cabello. Dos rayas amarillas horizontales adornan mucho después, sino que llegó a ser incluso en la época
la barbilla. Un pequeño aro amarillo en las mejillas, unido colonial española una vasija muy popular como vaso de
por una línea con el aro que rodea el ojo, viene a ser un madera pintada. Hasta el presente todavía son habituales
adorno análogo a los que decoran los ojos de las Figuras del en algunas zonas andinas ceremonias agrarias con un vaso
relieve en el portal de Ak-kapana (Nota del autor: Stübel y parecido al kero (Boetzkes/GockeUHohl, 1986: 64).
Uhle se refieren a los ccdemonios" de la Puerta del Sol).
"El tocado se compone de un manojo de cabellos que
cubre la frente y de lazos que caen por lo lados de la cara. El
manojo insinúa en el centro sobre la frente, en negro y ama-
rillo, un penacho de tres piezas, como aparece frecuente-
mente, por ejemplo, en la corona de rayos de la Figura
principal de la puerta. Hacia los lados éste se oculta bajo los
lazos pendientes, ricamente adornados. El dibujo de los dos
lazos se compone de tres campos rectangulares, ordenados
verticalmente uno encima del otro, completados con una
cabeza de cóndor, de manera que el fondo negro de los lazos
sirve prácticamente sólo para formar las líneas de contorno
para las cabezas rojas de los cóndores. El ojo tiene la forma
de un circulo negro, delineado de amarillo, pintado hasta la
mitad de negro. Las mitades del pico las divide una línea
amarilla: y otra igual, quebrada dos veces en forma de rodi-
lla, rodea la frente muy saliente sobre el pico, un cuadrado
amarillo insinúa la oreja, una línea arqueada un adorno en
el cuello. La parte más céntrica está conformada por un
cuadrado amarillo. Un signo parecido a una rueda, pintado
55. Vaso de cerámica
de Tiahuanaco]

LAS CULTURAS PRECOLONIALES ANDINAS [99]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
gún Haas (1986), al Horizonte medio y al mismo tiempo a
la influencia estilística de Huari.
La vasija de arcilla arriba a la izquierda en la Lámina 14,
puede servir como ejemplar para ilustrar lo anterior: se
trata de una vasija del siglo VIII d.C., quebrada, de forma
abombada, cónica en la parte inferior y de pintura
polícroma. Disponía originalmente de dos bocas y una asa
plana que las unía. El rasgo más importante que permite
señalar su procedencia temporal y estilística son los ador-
nos geométricos y Figurativos, que ocupan toda la vasija.
De un lado presenta un rostro humano cuadrado, provis-
to de extremidades, probablemente piernas; del otro
muestra un ser gatuno. Dos serpientes aparecen como ele-
mento unificador frente a las dos ((Figuras principales".

PERÍODO INTERMEDIO TARDÍO


Con el Período intermedio tardío (años 900-1476 d. C.)
se creó un desarrollo cultural como el vislumbrado hacia
el final de la época chavín. Alrededor del año 850 d.C. se
56. Vaso estilizado de la isla Titicaca. hundió el imperio Huari, y se crearon las condiciones para
la aparición de espacios culturales de índole regional.
También la vasija de la Ilustración 56 muestra la forma A unos 60 kilómetros al norte de la capital peruana se
básica de kero pero está dotada además de una cabeza de encuentra, por ejemplo, el centro de la cultura Chancay,
puma con chapa de adorno, una pieza de rabo y una asa. La cuya exte~sa necrópolis, lamentablemente casi saqueada
vasija se sitúa temporalmente en la llamada época decaden- por completo, rodea una parte del territorio orginario de
te de la cultura de Tiahuanaco, aproximadamente año 1000 poblamiento. Es obvio que también la zona de Ancón es-
d. C. (véase Eisleb/Strelow, 1980). El estilo artí tico geomé- tuvo expuesta a la influencia cultural inmediata de
trico de Tiahuanaco, pronunciadamente rígido y a veces en Chancay. E to lo testifican las numerosas va ijas y Figuras
extremo abstracto, se extendió también a Huari, un segun- de arcilla excavadas en el cementerio de Ancón. La Figura
do centro importante del Horizonte medio en el valle del de la Lámina 12 es especialmente representativa: se trata de
río Vinaque cerca de la ciudad peruana de Ayacucho. Esta una de las frecuentes esculturas de arcilla (cuchimilco) con
cultura se desarrolló, bajo la influencia de las ideas religio- su peculiar postura de los brazos/ muñone extendidos.
sas de Tiahuanaco y de los instrumentos propios de poder En el período más antiguo de la época chancay los alfare-
bélico militar, hacia un imperio expansivo, que abarcaba las ros utilizaban los colores negro, blanco, y amarillo rojizo; en
montañas del sur y centrales, además de todo el litoral pe- el período más reciente, sólo el negro sobre fondos daros.
ruano. El imperio pudo apoyarse en una excelente red de Pero llama la atención en general la despreocupación artesa-
caminos, comparable a la existente en la posterior época no-técnica de los trabajos de cerámica. La decoración se apli-
Inca, así como en centros administrativos y religiosos como có con el pincel grueso sobre una superficie áspera y no
Pachacamac, al sur de Lima. pulida. También las Figuras y esculturas de las vasijas, realiza-
En el estilo típico Huari, que se puede reconocer fácil- das con la ayuda de moldes, tienen un aspecto rudimentario,
mente sobre todo en la cerámica polícroma, están fundi- situación que contrasta radicalmente con los extraordinarios
dos varios estilos del arte regional de la costa sur, como trabajos textiles de la época chancay, de los cuales Reiss y
por ejemplo el de la época nazca tardía. También las Stübel pudieron rescatar una cantidad considerable de pie-
excavaciones de Reiss y Stübel en el cementerio de Ancón zas de las tumbas de Ancón.
han proporcionado cerámicas que se pueden asignar, se- El cementerio de Ancón testimonia de modo impresio-

[100] DI BTBR A LLKAMPB R

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
nante el variado culto a la muerte de la América pre- "4. Tumba muy profunda cuya parte inferor la ocupan
hispánica. La construcción más conservada, sin duda, es la dos momias con los complementos respectivos, sobre las
tumba de pozo, una modalidad que se encuentra por cuales se ha fijado un techo ligero de cañas y esteras. En la
ejemplo también en el valle del Cauca en Colombia arena colocada encima del techo protector se halló una
(Tierradentro) o en las culturas del occidente mexicano: momia provista con sencillez, y en un nivel algo más ele-
Nayarit, Colima, Guerrero o Jalisco. Allí se llegaron a vado el cadáver bien envuelto de un niño. Un objeto
excavar tumbas con pozos con una profundidad de hasta acompañante poco frecuente es el que se observa en la lar-
16 metros. El texto que describe las formas de las tumbas ga vara, colocada sobre la arena, con una vasija de arcilla
pertenece a los ejemplos sobresalientes de descripciones sobrepuesta (Lámina 31).
de hallazgos tan minuciosamente detallados que permiten "5. Tumba tapiada cuidadosamente con piedras de ro-
ver la mirada experta que sobre el terreno poseían los calla. El suelo está cubierto de arena desprendida e intro-
geólogos Reiss y Stübel: ducida por el viento, por lo que no se puede observar la
profundidad de la tumba. AlIado, el perfil de una tumba
PERFILES DE LAS TUMBAS intacta perteneciente al parecer a una persona pobre, cu-
« [... ] Figura 1. Tumba de seis metros de profundidad a bierta con esteras.
cuyo fondo conduce un pozo que se estrecha en forma de "6. Tumba de las colinas centrales, que contienen dos
embudo. La planta representa casi un círculo, con dos pa- conjunto de momias presionadas fuertemente entre sí, de
sillos laterales salientes de él, que se juntan en ángulo rec- los cuales el más grande está representado en la Lámina
to, en los que estaban colocadas las momias en nichos de 26, Figura 2.
poca profundidad, bajo el techo protector de una capa "7. Manera de sepultura poco frecuente: el muerto ex-
más re istente de guija. Uno de los pa illos laterales está tendido a lo largo, envuelto en algunos trapos, está ente-
representado aquí de perfil longitudinal, y una momia, ro- rrado superficialmente.
deada de vasija de arcilla, losas de tumba y cestos de tra- "8. Tumba pequeña en cuyo fondo se encuentra una
bajo, se encuentra frente al visitante. La egunda de las momia bajo un techo de protección, parecido a la Figura
momia visibles se encuentra, en el perfil dibujado, en la 4" (Reiss/Stübel, 1880-1887: texto para la Lámina 10).
pared lateral del otro pasillo, que transcurre en dirección La costumbre funeraria de envolver a los muertos en
al ob ervador, y en cuyo fondo se puede ob ervar la parte trozos de tela de longitudes considerables, no estaba di-
uperior de una tercera momia. El dibujo está basado en fundida sólo en la co tas secas, ino también en la m nta-
las circunstancia de la tumba, de la cual proviene la mo- ña andina. No obstante, en las regiones climática más
mia representada en las Láminas 11, 12 Y13. húmedas, y por eso mismo meno propicias para la con-
"2. os tumbas colocadas muy juntas, de desigual profun- ervación, se ha mantenido un número mucho menor de
didad, de las cuale una está representada vaciada de la arena tumbas de momias. Desgraciadamente los cuerpos de las
rellenante, mientras que la otra está todavía llena de arena. En momias del desierto costero se de trozaron y se siguen
la pared trasera de la primera está sentada la momia repre- de trozando en la bú queda afanosa de sus objetos acom-
entada en la Lámina 16, rodeada de diver o objetos. pañantes, a veces de gran valor, y se han perdido para la
"3-3b. Visión en perspectiva, junto al perfil y plano de investigación científica.
una tumba que contiene dieciséis momias (núm. 11 del Las momias excavada en Ancón se habían conservado
plano). Trece de las momias, provistas sólo en parte de ca- de modo natural, como explica Haas (1986: 42) por
bezas falsas, están sentadas en el fondo de la tumba, apo- disecación en la arena salitrosa. No así los muertos del ce-
yadas en la pared, mientras que las otras tres, entre ellas la menterio de Paracas: luego de extraerles los intestinos,
de un niño, fueron sepultadas en posición horizontal en fueron momificados artificialmente, asando los cadáveres
un nivel superior de la tumba, ya rellenada hasta la mitad sobre fuegos disecantes y rellenándolos después con arena
de arena. Vasijas de arcilla, losas de tumba (Láminas 32 y caliente. Después de su preparación se ataban con cuerdas
33) e insignias de honor en forma de estandarte (Lámina de algodón, para conseguir la posición sedente, que era
31) acompañan abundantemente a los muertos. una «posición de vida", contraria a la «posición de sueño"

LAS CULTURAS PRECOLONIALE ANDI AS [101]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
de los enterrados boca abajo o de espaldas. Siguió la envol- cocción reducida y pulida posteriormente, que pertenece
tura de los muertos con «algodón, pieles animales o este- al estilo de cerámica chimú, repartido por toda la zona de
ras" (Reiss/Stübel, 1880-1887: texto de su Lámina 19), y la costa norte y en parte de la costa central peruana. El
después con un trapo de algodón sencillo, pero largo. La centro de la cultura Chimú, sucesora de la cultura Moche,
cabeza puede estar cubierta además «con un trapo grande, fue Chanchán cerca de la ciudad portuaria de Trujillo, en
de rayas coloreadas" (Reiss/Stübel, 1880-1887: texto de su el norte de Perú. La extensión total de la capital chimú fue,
Lámina 19). según las últimas estimaciones, de aproximadamente 20
Otro rasgo común de algunos conjuntos de momias kilómetros cuadrados, y pertenece con sus instalaciones
son las cabezas artificiales: «Todas las cabezas consisten de de palacios, templos y viviendas de adobe y tapias de ba-
un cojín cuadrado, de tela áspera de algodón, cosido en rro, así como con sus jardines de riego, a los patrimonios
forma de saco, y lleno de hojas o crin vegetal. La parte de- más destacados de las culturas prehispánicas. Chanchán es
lantera, la cara, está pintada de rojo: las narices talladas en al mismo tiempo el testimonio arqueológico más impor-
madera están atravesadas por el centro y sujetadas con po- tante de una cultura de desierto altamente desarrollada,
cos puntos; los ojos consisten en cáscaras o conchas dise- cuya base económica era un cultivo de riego complejo
ñadas en forma de rombo, o de trozos de una corteza pero estrictamente organizado. Los productos agrícolas,
blanca de árbol, o en menor grado de metal (plata); las que probablemente eran de posesión estatal, se conserva-
pupilas de una gota negra de resina. La boca está dibujada ban en almacenes de la capital, construidos expresamente
con unas pocas puntadas de gruesas hebras de algodón; el para ello, y se repartían según las necesidades de la pobla-
pelo estaba simulado por lo general por fibras de áloe teñi- ción. Más de 20.000 espacios documentados arqueológi-
das de negro, pero se llegaron incluso a utilizar pelucas de camente dentro de la ciudad de Chanchán no se
cabello humano real, de trenzas largas [... ]. Un adorno fre- consideran ahora, como antes, parte de los edificios de vi-
cuente en las cabezas artificiales consistía en palillos de viendas, sino más bien talleres de artesanos. Su tarea prin-
madera afilados unidos por un trozo de caña transversal. cipal era cubrir la gran demanda de biene de lujo por
En cada palillo se encontraba originalmente un grano de parte de la aristocracia urbana, en especial de los manda-
maíz; sólo se conservan algunas de las conchas" (Reiss/ tarios chimú. Así se calculó, según las última hipótesis, un
Stübel, 1880-1887: texto de la Lámina 21) número aproximado de entre 25.000 y 30.000 habitante ,
Algunas de la cabezas artificiales (Lámina 9) están sólo una décima parte de la cifra estimada anteriormente.
adornadas con uno o varios ((retículos". Son palitos de La cantidad de objetos acompañante encontrados en
caña sencillos o cruzados con envolturas de hil de colo- buen estado en las tumbas de la época chimú es extraordi-
re , que tienen al parecer un significado mágico como nariamente alta. Se trata sobre todo de va ijas de arcilla
«ojos de los dio e ". Una función semejante debían tener con la denominada «boca de estribo". Están fabricadas, sin
en las descripciones de las losas de tumba de Reiss y excepción, con la ayuda de moldes pudiendo convertirse
Stübel, aquellos trozos de tela rectangulare y decorados de esta manera en mercancía de masas. Ésto explica, en
de colores, cosidos a un palo de madera, que se colocaban parte, su difusión sorprendentemente amplia, ya que se
en el suelo de la tumba o se apoyaban en el conjunto de encuentra también por fuera de lo propios territorios de
momias. los chimú.
La continuación de la vida en el más allá la aseguraban Por su forma y ornamentación características se reco-
diversos objetos acompañantes como vasijas para beber y noce, sobre todo, la cerámica de la temprana época chimú
cocinar, alimentos habituales de la zona costera, instru- de Lambayeque, al norte de Chanchán. Son habituales las
mentos de artesanía y de caza, como cajas de costura con vasijas dobles de asa común, que, llenas de agua, producen
alfileres de cactus y verticilos, así como ovillos de lana, an- sonidos de silbidos, por lo que son llamadas en español
zuelos de cobre, agujas y mazas también de piedra, además «silbato". También abunda la «vasija estribo", forma tradi-
de lanzas y hondas. cional de la costa norte con sus cabezas o Figuras enteras,
La colección del cementerio de Ancón contiene una va- trabajadas no muy artísticamente, casi estereotipadas. El
sija de asa (Lámina 13: izquierda abajo), ennegrecida por etnólogo Hans Dietrich Disselhoff estima acertadamente:

[102] DI ETER A LLKAM P E R

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
"Las escenas de género son frecuentemente las mejores, técnica de fundición plana. La escena presenta indudable-
pero también ellas están trabajadas según un modelo mente las características de la cultura Muisca (siglos XlII-
cualquiera. Las cabezas esculpidas no son comparables al XVI d. C.), una de las culturas desarrolladas en la Sabana
arte del retrato de los mochica. Los artistas han pasado a de la actual capital colombiana, Bogotá (los muiscas per-
ser artesanos" (1979: 321). tenecían a los grupos más importantes de los pueblos
La metalurgia se había desarrollado como la rama chibcha). Estos objetos de metal, como también los demás
artesanal sobresaliente de la época chimú, como lo atesti- de la colección Koppel, permiten apreciar que al margen
guan las valiosas joyas de oro, plata y cobre que se han en- de la técnica de la fundición hueca los pueblos chibcha co-
contrado de las tumbas. Las habilidades de los orfebres nocían todas las demás técnicas de fabricación como la
chimú obligaron a contrataciones forzosas de los artesa- soldadura, el repujado, el remachado y el cincelado.
nos metalúrgicos en Cuzco, tras la conquista del imperio Una técnica bastante impresionante engañó a los espa-
chimú por las tropas incas. ñoles que saqueaban los tesoros indígenas respecto al con-
Sorprendentemente, Reiss y Stübel encontraron en la tenido real de oro de algunos objetos, que se fundieron en
necrópolis de Ancón "metal trabajado [... ] sólo en número su mayoría. En la técnica conocida como "Mise en
relativamente pequeño" (Reiss/Stübel, 1880-1887: texto de Couleur", se aplicaban savias vegetales a la superficie de las
su Lámina 81). La mayoría de los objetos decorativos y de obras de tumbaga que causaban una reacción química
uso, de plata, cobre y ocasionalmente de plomo, como las concreta. Después de pulir se podía crear un brillo limpio
pinzas que se usaban para depilar la barba -, pequeñas de oro.
bandejas de plata o cobre, brazaletes, perlas de plata, ani-
llos y collares, Láminas decorativas, además de anzuelos y HORIZONTE TARDÍO
alfileres para coser, sólo se puede atribuir en parte a la cul- (~principios del siglo XVI, eran dos los estados civiliza-
tura chimú, debido a los escasos rasgos decorativos. dos en Suramérica que habían alcanzado su plenitud. Am-
Tampoco la colección descrita en la obra Cultura e in- bos tenían su origen y ubicación en las montañas de la
dustria de pueblos suramericanos parece contener objetos cordillera que se extiende a lo largo de todo el continente;
de la época chimú. Tanto más importante es la colección ambos se habían desarrollado en el clima templado casi
de adornos y objetos votivos de oro y "tumbaga" (aleación frío de las regiones montañosas más altas: el imperio de
de oro y cobre) de los pueblos Chibcha, asentados anti- los chibchas en el norte, el imperio de los incas en el sur.
guamente en Colombia, Panamá y Costa Rica. Las piezas Las dos civilizaciones ya se distinguían por su extensión
ejemplifican el alto nivel de los trabajos metalúrgicos, so- territorial, pues mientras que en el norte, en la Colombia
bre todo del oro, en el norte de los Andes. La mayoría de de ahora, la civilización quedó reducida a un territorio re-
los objetos de oro y tumbaga representados en la Lámina 8 lativamente pequeño, lo altiplanos y altos valles de Bogo-
servían probablemente como ídolos u objetos de sacrifi- tá y Tunja, el imperio inca se extendió enormemente;
cio; las Figuras dotadas de ojetes, como piezas ornamenta- incluía el Perú de ahora, Ecuador, Bolivia y una parte con-
les del atuendo de las capas más elevadas de la sociedad. siderable del norte de Chile; desplegó su poder por un ex-
Las Figuras planas antropomorfas, los llamados "tunjos" tremo hasta el litoral yermo en el océano Pacífico y por el
según la ciudad colombiana de Tunja) se fabricaron según otro hasta la región de la selva cálida en la pendiente
la técnica de la "cera perdida" y se adornaron además con oriental de los Andes.
"filigrana falsa': Uno de los objetos de oro de mayor inte- "Nuestro conocimiento de la cultura de los chibchas es
rés es la copia (realizada de la pieza original) de la colec- bastante escaso: no se han conservado monumentos de
ción Koppel, encontrado en 1856 en Colombia, y que se rango de la época precolombina, y raramente se encuen-
extravió en el traslado a Berlín. Está representada en el tran crónicas de los inicios de la conquista. No así en el
centro de la Lámina 8: la imagen muestra una balsa traba- caso de Perú. El Estado inmenso, eficazmente organizado,
jada en alambre de oro, en la que se agrupan ocho acom- sus monumentos poderosos y la industria altamente desa-
pañantes alrededor de la Figura central mucho más rrollada despertaron la admiración de los conquistadores
grande y destacada por ello (el zipa), todas trabajadas en la y sus sucesores; ellos nos han transmitido en crónicas y

LAS CULTURAS PRECOLONIALES ANDINAS [103]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
descripciones detalladas tanto la historia de los incas, tración eficaz de los súbditos y al mismo tiempo la posibi-
como también sus propias observaciones sobre la condi- lidad de realizar expediciones militares exitosas.
ción del país. En ello se ha ofrecido y tomado alguna que Debido a la ampliación considerable de la uperficie
otra leyenda como verdad histórica, alguna exageración para el cultivo agrario mediante terrazas, todavía conser-
fantástica como descripción auténtica. Pero aunque la vadas, canales de riego y sistemas de almacenamiento para
glorificación permanente, casi adoradora del imperio inca varios años, el imperio inca consiguió su base económica
gracias a las crónicas sacadas de los archivos españoles - necesaria. Los "quipus" (en quechua, khipu = nudo), lazos
tenga que ceder a una consideración más realista, es cierto de nudos, de lana o de algodón, servían básicamente para
que aún así se nos presentan mejor las circunstancias de fines estadísticos, en especial para el registro numérico de
manera humana, por lo que podemos comprenderlas me- las provisiones de alimentos. El quechua fue el idioma
jor" (Reiss/Stübel, 1880-1887: introducción). obligatorio yel culto al sol fue elevado a una especie de re-
Este pasaje de la introducción a la obra El cementerio de ligión de Estado, al que se tenían que someterse los pue-
Ancón, caracteriza de modo insuperable la consideración blos vencidos.
del imperio inca, aún vigente, aunque relativizada por los Podrá parecer todavía extraño que un imperio del ta-
expertos, del último gran Estado de la América indígena. maño del incaico, tan perfectamente organizado y supe-
Todavía existe una admiración exagerada, de tendencia rior militarmente, haya podido ser conquistado por unos
romántica, hacia los extraordinarios logros políticos, mili- pocos españoles. Pero esto sólo pudo suceder, como lo se-
tares, logísticos y arquitectónicos de esta civilización de ñalan todos los expertos en concordancia, porque las "tri-
significación universal. Esto tiene su razón de ser en el he- bus indias se habían puesto en seguida de su lado [el de los
cho de que no sólo una cantidad infinita de testimonios españoles, el autor]" (Oberem, 1982: 488). Es cierto que el
arqueológicos definen el particular estilo incaico o la in- dominio colonial de los e pañoles, comenzado a partir del
fluencia de su estilo, sino que también por primera vez las siglo XVI, sustituyó las estructuras de dominio de los
fuentes escritas, pictóricas o narrativas de la primera épo- incas, destruyó el complejo tejido social y administrativo,
ca de la conquista, son capaces de mejorar nuestros cono- y expropió a los pueblos indios de una gran parte de sus
cimientos del imperio inca. valiosas extensiones agrarias. Los monumentos religiosos
La época incaica, con sus logros culturales, materiales, y profanos también fueron víctima del ímpetu destructivo
políticos, socioeconómicos y otros, llena bibliotecas cien- de los europeos. A pe ar de ello, una parte considerable de
tífica enteras, por lo que los iguiente dato quedarán re- la cultura material ye pi ritual del tiempo precolonial ha
ducidos a unas poca línea. El imperio de las "cuatro sobrevivido, obre todo en lo e tados con un alto porcen-
regiones del mundo" (Tahuantin uyu) ólo existió duran- taje de población india como Perú, Bolivia y Ecuador. i-
te cien años, antes de caer en mano de los europeos. En la gue existiendo el quechua como idioma del imperio inca,
zona de Cuzco se desarrolló el centro de poder de los y también el ayrnará, que se habla sobre todo en la zona
incas. Partiendo de allí se conquistaron muchos territo- del lago Titicaca. La forma imperante de producción agra-
rios, por lo que el imperio se extendió en su apogeo hasta ria se a imila a la de los campesinos de montaña de la épo-
la frontera colombiana de ahora, e incluía además amplias ca incaica e incluso algunos instrumento de cultivo
zonas del centro de Chile, Bolivia y el noroccidente de Ar- agrario tradicionalmente prehispánicos, como por ejem-
gentina. No sólo avances de conquista, sino también una plo la "taclla" (pala cuadrada para cavar), e siguen utili-
política hábil y por cierto pacífica frente a los pueblos ven- zando. La arquitectura de adobe, piedra y paja de las
cidos, caracterizan la historia de la época incaica. El fun- viviendas de patio de la población campesina se ha podido
damento del Estado era una estructura social rígida, mantener hasta el presente. También los elementos de la
jerárquica, con el inca dominando de manera absoluta en indumentaria tejida, abundante de símbolos, están basa-
la cúspide y un i tema de administración y control inte- dos en modelos prehispánicos. Y lo mismo se puede afir-
grado por funcionarios y militares. Una red de caminos mar en lo referente a las fiestas religiosas y los cultos
muy ramificada y protegida por fuertes en los lugares de agrarios, que no han perdido su importancia original pese
importancia estratégica, creó las bases para una adminis- a la cristianización impulsada por los nuevos gobernantes.

[104] DI ETER ALLKA M P ER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
NOTA
1.La división cronológica se refiere a estilos artísticos Roswith Hartmann, "Ecuador-Alt-Amerikas Einfalltor?'~
particulares, sobre todo de la cerámica. Para los territorios en: Rudolf Portner y Nigel Davies (ed.), Alte
de antiguas civilizaciones desarrolladas, limitando al sur y
Kulturen der Neuen Welt, Frankfurt/Berlín/Wien, Safari
al norte, en la zona actual del norte de Chile, noroccidente bei Ullstein, 1982, págs. 281-314.
de Argentina, Ecuador y Colombia, se han creado esque-
mas propios de las sucesiones de culturas. Walter Hirschberg, (ed.) Neues Worterbuch der
Volkerkunde, Berlín, Reimer, 1988.

Bibliografía Federico Kauffmann Doig, La cultura Chimú-Las grandes


Ingeborg, Bolz, Waldemar StOhr y Dietrich Mahlow Arte civilizaciones del antiguo Perú, t. rv, Lima, 1964.
Colombiano - Kolumbianische Kunst von der Frühzeit bis
zur Gegenwart, Catálogo de la exposición en la Staatliche Federico Kauffmann Doig, Manual de arqueología
Kunsthalle, Baden-Baden, 1962. peruana, Lima,1978.

Manfred Boetzkes, Wolfgang Gockel y Manfred Hohl (eds.) Peter Kaulicke, Beitrage zur Kenntnis der lithischen
Alt-Peru - Auf den Spuren der Zivilisation, Roemer- Perioden in der Puna Junins, Perú, tesis
Museum, Hildesheim, sI
doctoral, Bonn, edición propia, 1980.
Hans Dietrich Disselhoff, Geschichte der
Altamerikanischen Kulturen, Wiesbaden, Lowit, 1979. Peter Kaulicke, Graber von Ancón, Perú, Materialien zur
Allgemeinen und Vergleichenden Archaologie, t. 17, München,
Dieter Eisleb, Altperuanische Kulturen I, Museo de 1983·
Etnología de Berlín, Neue Folge 31, Berlín, 1975.
H Kelm, y M. Münzel (de.) Herrscher und Untertanen,
Dieter Eisleb, Altperuanische Kulturen - Nazca II, Museo Indianer in Perú, 1000 v.Ch. - Heute, Museo de
de Etnología de Berlín, Berlín, 1977
Etnología de Frankfurt, Guía de la exposición, Frankfurt,
Dieter Eisleb,Alt-Amerika, Guía de la exposición del Henrich, 1974. .
Departamento de arqueología americana,
Wolfgang Lindig y Mark Münzel, Die Indianer, 2 tomos,
Museo de Etnología de Berlín, Tercera ed., Berlín, 1983. Tercera ed., München, 1985.

Dieter Eisleb, y R. Strelow Altperuanische Kulturen- Luis G. Lumbreras, The People and Cultures of Ancient
Tiahuanaco III, Museo de Etnología de Berlín, Berlín, 1980. Peru, Washington, 1974.

A. von Gagern, Jaguar-Kondor-Hirnmelsschlange. Roger Meyer, Alt-Perú-Ieben-hoffen-sterben.Ein Führer


Altperuanische Kunstwerke aus drei Jahrtausenden, zur Alt-Peru-Sarnmlung der VoIkerkunde-Abteilung des
Colecciones etnológicas de la ciudad de Mannheim en el Reiss- Lippischen Landesmuseums Detmold, Detmold, 1987.
Museum, Mannheim, 1969.
Albert Meyers, ((Dornige Austern und Jaguarkinder'~ en:
Wolfgang Haberland,Das gaben sie uns-Indianer und Rudolf Portner y Nigel Davies (ed.), Alte Kulturen der Neuen
Eskimo als Erfinder und Entdecker, Wegweiser zur Welt-Neue Erkenntnisse der Archaologie, Frankfurt/Berlín/
Volkerkunde, Museo de Etnología de Hamburgo, núm. 17, Wien, Safari bei UlIstein, 1982, págs. 361-388.
Hamburgo, 1975.
Albert Meyers, "Zentrales Andengebiet'~ en: Ulrich Kohler
Richard Haas,Kerarnikfunde aus Ancón, Perú. Die (ed.), Altamerikanistik-Eine Einführung in die
Tonobjekte der Sarnmlung Reiss und Stübel im Museum für Hochkulturen Mittel-und Südamerikas, Berlín, Reimer,
Volkerkunde Berlin, Indiana, Beiheft 11, Berlín, Mann, 1986. 1990.

LAS CULTURAS PRECOLONIALES ANDINAS [105]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Jorge Mirandu-Luizaga, Das Sonnentor-Vom überleben Juan Schobinger, Prehistoria de Suramérica, Barce!o-
der archaischen Andenkultur, München, 1985. na,1969·

Museo Amano (ed.), Diseños precolombinos del Perú, Immina von Schuler-Schomig, Werke indianischer
Lima, sI Goldschmiedekunst, Berlín, 1972.

Udo Oberem, ccGotterdammerung in den Anden'~ en: Axe! Schulze- Thulin,Museo Linden Stuttgart, Departa-
Rudolf Portner y Nigel Davies (ed.), Alte Kulturen der Neuen mento América, Stuttgart, 1989.
Welt, Frankfurt/Berlín/Wien, Safari bei Ullstein, 1982, págs.
389-4 20. Stübel, Alphons y Max Uhle, Die Ruinenstatte von
Tiahuanaco im Hochlande des Alten Perú. Eine
Hanns J. Prem, Geschichte Altamerikas, München,
Oldenbourg, 1989. kulturgeschichtliche Studie auf Grund selbstaendiger
Aufnahmen, Breslau, Wiskott, 1892.
Maria Reiche, Prehistoric Ground Drawings in Perú,
Stuttgart, sI Hermann Trimborn, Alte Hochkulturen Südamerikas, Die
Kulturen Alt-Amerikas, Frankfurt, 1969.
Wilhelm Reiss, "Todtenbestattung zu Ancón (Perú)'~
Verhandlungen der Berliner Gesellschaft fur Max Uhle, Pachacamac, Philadelphia, 1903.

Anthropologie, Ethnologie und Urgeschichte, Berlín, Gordon R. Willey, Das Alte Amerika, Propylaen der
1879, pág. 290-295. Kunstgeschichte, t. 19, Berlín, Propylaen, 1974.

Wilhelm Reiss, y Alphons Stübel, Das Todtenfeld von


Ancón in Perú. Ein Beitrag zur Kenntnis der Kultur und
Industrie des Inca-Reiches nach den Ergebnissen eigener
Ausgrabungen, tres vols., Berlín, Asher, 1880-1887.

[106] DI ETER ALLKAM P ER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
ANDREAS BROCKMANN

LAS SOCIEDADES Stübel y Reiss fueron geógrafos. La naturaleza latinoame-


ricana los sedujo. En cambio, la población de los países vi-
sitados por ellos no les fue accesible. Esto aparece
LATINOAMERICANAS
completamente claro en las cartas de viaje redactadas por
Stübel y es el tono característico de cada uno de estos do-
VISTAS POR STÜBEL cumentos. El valor etnológico y sociológico de su legado
está definido sobre todo por las colecciones allegadas y
y REISS menos por los comentarios que, sólo en casos excepciona-
les, estaban dirigidos a un público científico.
AlIado de los trabajos arqueológicos conjuntos y de la
rica y completa colección del material etnográfico, así
como de la documentación del asentamiento de
Tiahuanaco realizada por Stübel, se encuentra sobre todo
la colección de fotografía que permite dar un vistazo a las
sociedades visitadas por los viajeros alemanes. Estas imá-
genes han sido reordenadas por los científicos, y precisa-
mente este criterio de reordenación permite dar una clave
retrospectiva de su visión de las sociedades respectivas,
que sobrepasa el marcado tono subjetivo de las cartas de
viaje!. Las fotografía están organizadas de forma tal que
permitan ofrecer una información general de la geografía
y de la vida social de Suramérica. AlIado de las escenas ur-
banas, de los paisajes, etc., muchas muestran hombres de
Latinoamérica, cuyas fotografía casi todas están pegadas a
grandes planchas. La reordenación y lo rótulos de estos
documentos dan una explicación de determinadas estruc-
turas de las sociedades que ellos deseaban describir.
El hecho de que las personas sean valoradas diferen-
ciadamente según su rango, como consecuencia de su pro-
cedencia, es algo que se encuentra en casi todas las
sociedades. La diferencia predominante por criterios «racia-
les" parece ser a primera vista algo predeterminado de ma-
nera biológica. Con todo, subyace en esta clasificación una
selección de criterios de diferenciación que está predeter-
minada socialmente. El color de la piel se convirtió, pues, en
seña de diferenciación usual, y no por ejemplo la superficie
de nuestras células corporales, a pesar de que ambas están
fijadas en forma hereditaria Es de señalar pues, que el com-
2

ponente social en la diferenciación de individuos humanos


es más importante que el biológico y por ello se habla mejor
de «razas sociales': cuando se usa ese concepto, para aclarar
las diferencias sociales (Wagley, 1971: 21 y sigs.). Puesto que

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
este criterio aún hoy no ha perdido u vigencia, vale la bargo, no hay en toda la ciudad siquiera una hoja para es-
pena echar un vi tazo sobre la clasificación de Stübel. Ge- cribir y mucho menos e posible comprar un libro impre-
neralizando e puede decir: desempeñaban, y aún desem- so. Magnífica es la universidad y magníficos los
peñan, los "blancos", es decir, los descendientes de las conocimientos de los eñores doctores que ésta universi-
familias europeas, las más altas posiciones en las socieda- dad, al lado de las universidades de Bogotá y Medellín,
des latinoamericanas. Esto queda documentado, para el sientan en el mundo. Toda la gente es llamada doctor. Pero
caso, en la colección de tipos femeninos de descendencia nunca se sabe de qué facultad sacan su sabiduría. Supongo
española (fotografía 67). Este grupo poblacional contiene que la mayoría son juristas; pues todos piensan transfor-
los representantes de las clases altas, con quienes los inves- mar las leyes existentes y en su lugar poner otras un poco
tigadores estuvieron en relación, particularmente en las menos incómodas. De hecho, también en Bogotá la (legis-
grandes ciudades. lación' pertenece a la primera de las disciplinas con las que
"La gente es decir, los descendientes de españoles que el zorro académico tiene que vérselas. Cuando está ya un
reclaman el derecho a la cultura es intelectualmente de- buen tiempo en la universidad y prefiere no volver al cam-
plorable, en la forma más increíble. Popayán tiene apenas po a seguir con el lazo de pués de suficiente estudios de
uno se puede atrever a decirlo una universidad y, sin em- leyes logra obtener algunos fundamentos elementales del
latín" (carta de Stübel del 27 de mayo de 1869). Resulta cla-
ro que Stübel no tiene la más mínima consideración por
este grupo poblacional y conforme a su manera de pensar
lo hubiera puesto mejor en el más bajo peldaño de la e ca-
la social.
Lo mestizo nacido de blanco e indio, que hoy confor-
man en la mayoría de lo países latinoamericanos la por-
ción más grande de la población y son caracterizados
regionalmente con diferente nombres (me tizos, cholos,
etc.) e tán, sin embargo, apenas retratados. Precediendo
aun al indígena en la escala social, se encuentran los e cla-
vos, que casi sólo en la región andina eran ubordinados
"racialmente" a los indig na (fot grafía 68, 69). El comer-
cio tran atlántico de esclavo con el continente africano
había terminado desde hacía mucho tiemp03. "La e clavi-
tud en Brasil e todavía pró pera, pe e a que el envío direc-
to de África se cortó y los sclav existente deben quedar
libre en 15 años. Hay e pecialmente en la provincias del
norte, donde negocian lo esclavos a precio elevadí irnos,
enviándolos a Río yal ur" (carta de Stübel del 25 de di-
ciembre de 1875).
Por la misma época también e había suspendido en
Perú el comercio transpacífico de esclavos con China. "A
esta de gracia e a ocia otra casi tan grande, pues ningún
chino puede ser traído (China ha prohibido el comercio) y
esta circunstancia arruinará en los próximos 6 u 8 años
toda la haciendas azucareras" (carta de Stübel del 23 de
marzo de 1875). La agricultura de plantación en América
se resintió con la abolición de la esclavitud y cayó en una
crisis, cuyas consecuencias percibió Stübel en Colombia:
67. Mujer de Santiago de descendencia
española (Chile, 1876).

[108] A o R E A B R oe K M A N

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
68. Esclavo de Bahía (Brasil). 69. Esclava de Pernambuco
probablemente nacida en Africa.

((Cabalgamo hacia una hacienda que e llama Minca, tales negocio. Por el contrario, e toy convencido que nin-
pero que desde 1835, cuando fue abolida la e clavitud, de- gún ((cavallero" de Ecuador se echará atrás ante e te nego-
bió ser abandonada por el propietario, de manera que hoy cio" (carta de tübel del 15 de diciembre de 1871)
apenas existen huellas de actividad humana" (carta de (fotografía 71). Pe e a que el c ncepto de ((e clavitud" . e
tübel del 12 de febrero de 1868). Cortado el aba tecimien- basa más bien en una sociedad medieval estamentalmente
to de otros continentes, se recurrió de nuevo intensificado organizada, el concepto de raza social ocupa aquí un pues-
al sistema de la servidumbre por deudas que ataba a lo to destacado, pues sólo hombres con un determinado co-
indígenas a las grande haciendas y de Jacto significaba lor de piel y una determinada procedencia eran vistos
una continuación de la esclavitud (fotografía 70). De to- como mercancía.
das maneras, los indígenas seguían siendo vendidos. "Pero Que los habitantes originarios de América (fotografía
tan sólo un artículo de la hacienda ha tenido en los últi- 72), que no eran en la mayoría de los casos esclavo y por
mos tiempos un aumento significativo, vale decir, los ni- tanto no representaban ningún precio, habían sido arroja-
ños que se negocian hacia Guayaquil. El negocio es dos a la más baja escala social de las sociedades latinoame-
también efectuado por la policía. Un niño de 2 a 3 años ricanas, no debe ser algo que sorprenda a nadie. Sólo en el
cuesta en Quito 3.5 o máximo 8 pesos; en Guayaquil se área andina4, que ya antes de la venida de los españoles es-
paga por él 10 Y hasta 20 veces más. El indígena, así esté taba socialmente muy estratificada como el ámbito de una
miserablemente desamparado, nunca meterá la mano en civilización desarrollada, lograron los conquistadores y las

LAS OCIEDADES LATINOAMERICANAS VI TAS POR STÜBEL y REISS [109]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
generaciones siguientes una integración de la población
preexistente, bajo una continuación más intensa de la
identidad indígena, en una nueva estructura social: la elite
indígena existente fue reemplazada completamente por
los europeos y sus descendientes, y las antiguas estructuras
de dependencia fueron modificadas en el transcurso del
tiempo. En todas las demás regiones de Suramérica, en
donde antes de la llegada de los españoles no había una
formación semejante a un Estado, apenas tuvo lugar una
integración de los indígenas a las sociedades correspon-
dientes (Service, 1955). Allí se introdujeron como fuerza de
trabajo frecuentemente esclavos de otros continentes. La
existencia de la esclavitud representa un signo del abismo
que existía entre las razas sociales.
Stübel expone en una de sus cartas un ejemplo patente
del arbitrario trato de los indígenas por las clases altas:
"Hace unos pocos meses (el doctor Reiss se encontraba en
esa época en el Puracé), el suegro del (Gran general
Mosquera', un tal Cárdenas Mosquera, fue a caballo a
Puracé, se bajó en la casa de un indígena, entró a ella y allí
lo apuñaló, a causa de una sospecha de robo de quina. Este
hecho, del que fue testigo todo el pueblo, fue constatado
inmediatamente por las autoridades locales, el cadáver re-
conocido, etc. Estos documento tuvieron que ser remiti-
dos por el alcalde a Popayán. Se enviaron, pero se
perdieron en el camino. Las investigaciones se emprendie-
ron nuevamente, y, en contradicción con las primeras, e
encontró que a e a hora, cuando Cárdenas e bajó delante
de la casa de la víctima y salió c n el cuchillo ensangrenta-
do y partió en su caballo, el indígena se encontraba a algu-
na horas de distancia, en algún sitio del monte. Los
primeros testigos permanecieron callados, Cárdenas fue
70. Indio aymará de la región de La Paz.
liberado, y pese a que todos saben que él perpetró el asesi- Pongo= Indio, que está vinculado a la gleba de
nato, no hay nadie en este país que le ponga en cuestión su una hacienda, pero que sin embargo cumple
oficios temporalmente en la casa de su señor en
posición social si es que puede hablarse aquí propiamente la ciudad. (Bolivia, 1876).
de una sociedad» (carta del 27 de mayo de 1869).
La otra característica social la profesión a la que ambos
investigadores recurrieron como criterio de ordenación una cantidad de fotografía, no obstante no abarcar todas
de su colección, no era de ninguna manera tan marcada las profesiones.
como lo es en las actuales sociedades, que comportan una Altos funcionarios, políticos y curas fueron las víctimas
mucho más amplia elección de profesiones independien- permanentes de las críticas de Stübel. Así ve él las autori-
tes. La profesión estaba aún estrechamente ligada al dades: "Recientemente pusimos al mal tiempo buena cara
estamento y con ella a la procedencia. Se debe a la extre- e invitamos, puesto que no se podía evitar más tiempo, a
mada precisión de los investigadores el que las hayan des- cuatro de las personas más prominentes y más altos fun-
crito diferenciadamente y documentado por medio de cionarios del Estado. Entre ellos se encontraba el primer

[110] A N D R E AS BR oeKM A N N

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
71. Niña indígena comiendo papilla. La niña habla
sido comprada y es educada para el servicio
doméstico en una familia portuguesa. (Brasil, 1875)

a i tente del pre id nte y é te fue, cuando creyó que no se


le observaba, el que dejó deslizar un paquete de 25 haba-
no a su bol illo. Por fortuna la cuchara no eran de plata,
pues de lo contrario, sin lugar a duda, algunas hubieran
desaparecido. El asistente, que de paso e precia de su ori-
72. Indígena de Cuzco
gen de conde, e taba al final tan borracho que tuve que (Perú, 1877).
mandarlo conducir a u casa por mi arriero; nos quería
meter en camisa de once varas a mis otro servidores. Se rís, Berlín, etc. 2. Anualmente tendrá lugar una gran pro-
entiende por sí mismo que este asistente lleve de preferen- cesión a la gloria del sacre corazon de Jesus (sic), bajo
cia un rico uniforme, cosido en hilo de oro, que corres- cuya protección e haya al mismo tiempo toda la Repú-
ponde más o menos a un general francés" (carta del 16 de blica (esta ordenanza e publicó en el Nacional en letras
noviembre de 1870). doradas). 3. El Papa retiene durante el tiempo de la ocu-
También el Congreso ecuatoriano mereció un trata- pación de Roma la décima parte del diezmo como pen-
miento irónico en su trabajo: «El Congreso ha concluido sión. 4 · El diezmo debe ser recaudado desde ahora
su obra de tres meses. Los resultados de su actividad cul- también de la alfalfa, alimento del ganado. 5· El gobierno
minan en los siguientes puntos: 1. A los ecuatorianos les está autorizado para contraer un préstamo de 4.000.000
está permitido aceptar y portar sólo las órdenes papales, lo de pesos en el exterior, que pagando un interés del 6 %,
mismo sean las grandes medallas de las academias de Pa- debe ser cancelado en el curso de 40 años de las aduanas,

LAS SOCIEDADES LATINOAMERICANAS VISTAS POR TÜBEL y REISS [1n]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
que por supuesto ya están hace rato en gran parte empe- como cosa excepcional, me detuvo cuando cruzaba la pla-
ñadas. En estas resoluciones hay ciertamente mucha inge- za a caballo, para preguntarme si Alemania quedaba en
nuidad. Tuve la oportunidad de felicitar a algunos Egipto" (carta del 18 de mayo de 1870) (fotografía 75).
miembros del Congreso en razón de su exitosa actividad e La mayoría de las otras profesiones, que son tenidas en
indicarles la extraordinaria idea de alimentar, en el futuro, cuenta en la colección, proceden de las capas sociales bajas
a los curas con alfalfa" (carta del 1 de noviembre de 1873). de la época: gauchos (fotografía 73), aguatero (fotografía
La llamativa animadversión contra los religiosos se inten- 74), comerciantes de diversos productos 5, pescadores, mú-
sifica en otros pasajes. El clero es caracterizado corno cri- sicos (fotografía 76), y otros, hasta los pordioseros (foto-
minal y tildado de estúpido: «Pero entre las personas que grafía 77) Y delincuentes son reconocibles en las
llevan una falda y sombrero negro, hay apenas una que sea fotografías hechas en estudio. Además, las fotografías de
capaz de llevar adelante un negocio próspero, que no sea las grandes ciudades andinas documentan la fuerte dife-
la estafa más común, preferentemente la falsificación de renciación profesional de la población quechua y ayrnara.
moneda" (carta de 17 del junio de 1868). ((En el Cumbal me En las cartas de viaje se resaltan dos grupos profesionales,
preguntó el cura con una seguridad pasmosa si Alemania
quedaba en Asia o en África. Le contesté con i~ual seguri- 74. Aguatero de Quito (Ecuador, 1870- 1874)

dad: como Inglaterra, en el centro de África. El vicario de


Ipiales y Las Lajas, un cura joven, vestido elegantemente

73. Argentino CO/1 traje típico de gaucho


(Argentina, 1876).

[112 J A N D R E A BR oe KM A N N

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
los arrieros y los cargadores, con los que estuvieron en es- te este tiempo entre 15 y 20 cargadores. Para cargar, los in-
trecho contacto los investigadores y quienes fueron los dígenas son muy hábiles e incluso más fuertes que nues-
acompañantes permanentes en sus excursiones: «En toda tros cargadores. Los objetos de carga que pesan más de
la ruta no faltan posadas, en las que se ofrece la oportuni- 200 libras, y no pueden ser cargados en las mulas, los
dad a los arrieros de embriagarse con guarapo. En una de transportan los indígenas a Bogotá, cuesta arriba, y por
esas casas tuvimos que pasar la segunda noche y, cierta- cierto que todo el peso descansa sobre la cabeza" (carta del
mente sin ropa para abrigarse y sin comer, pues nuestro 17 de abril de 1868). (~penas se ha formado el grupo [de
guía se había escapado con las mulas en venganza por una cargadores] y se pone en camino, empiezan otras dificul-
reprimenda" (carta del 17 de abril de 1868) (fotografía 78). tades. El primero desea regresar, el segundo está muy car-
Los cargadores eran admirados y despreciados por Stübel: gado, el tercero finge estar enfermo, el cuarto no tiene
«Subir un piano de Honda a Bogotá cuesta entre 200 y 300 alimentos, etc., y todos los días inventan nuevas mentiras,
pesos, demora entre dos y tres meses y se requieren duran- para impedir continuar adelante. Si uno cede una vez está
perdido. Lo peor es cuando escasea el alcohol. Tuvimos
75. Padre Gonzales (sic), Franciscano de Córdoba,
famoso orador (Ar~entil1a, 1876). que enviar dos veces a uno de nuestro servidores a Pasto,
a traer nuevos peones y aguardiente en garrafas" (carta del
17 de septiembre de 1869) (fotografía 78).

76. Músico indígena en traje festivo.


Copacabana (Bolivia, 1876).

LAS SOCIEDADES LATINOAMERICANAS VISTAS POR STÜBEL y REISS [113)

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Aun cuando la organización de la colección fotográfica indígenas actuales, pues con el surgimiento de la antropo-
parezca, desde la perspectiva contemporánea, un gabinete logía como disciplina científica autónoma, los nombres de
de rarezas, es indudab~e su valor como documento de la los grupos en cuestión han cambiado en parte, y la refe-
época. Esta función queda más clara cuando se ven las fo- rencia de la ubicación de los poblados no se ajusta exacta-
tografía que registran a la población indígena de los países mente con las "áreas de repliegue" de los indígenas.
visitados, pues en ellas se encuentran fuentes visuales que Conforme a las cartas de viaje, Stübel se puso en con-
sirven como complemento de la forma de vida de esos tacto con pocos grupos étnicos, quedando prueba de su
pueblos. Así, las fotografías tomadas en estudio dan razón relación con los paeces, sibundoyes y lagunas, así como
de sus trajes típicos, y las tomadas en las poblaciones, de' con quechuas y aymaras andinos. Las fotografías com-
aspectos relativos a sus condiciones de vida. Al lado de pradas muestran además indígenas de las siguientes
ellas hay fotografías de grupos étnicos ya desaparecidos, tribus: ahushiri, amahuas, araucos, arará, callagualla,
como por ejemplo los de los indígenas de la Tierra del campa, cashivo, chipivos, chirihuanos, indígenas de la
Fuego, que amplían los conocimientos de culturas hoy Tierra del Fuego, guachua, huachipairi, matacos, mi-
históricas (fotografía 79). En algunos casos no es fácil or- ranhas, munducuru, napo, orejones, pachitea o mayo-
denar los grupos étnicos representados bajo los pueblos nischas, pasé, patagones, tapuya, tehuelche y tukuna6 . De

78. Cargadores de la altas montañas


de Bolivia (1876)
77. Pordiosero en Quito
(Ecuador, 1874)

[114] AN D REAS BR oe KM AN N

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
esta considerable lista, deben destacarse sólo tres grupos cripciones la usaban en la época de Stübel probablemente
étnicos. como un término aún válido para grupos indígenas inde-
Un primer ejemplo de este «Tras las huellas" de los des- finidos (Lowie, 1963: 553,556). Otra cosa sucede en la re-
cendientes de las fotografías de indígenas compradas por presentación de los calla gu alla, que hoy se escribe
Stübel son los llamados tapuya (fotografía 81). Sinónimo callawaya. Stübel anota en la fotografía: "Médicos bolivia-
de esta denominación son tapuyo, tapuia, tapuüa y nos y vendedores de remedios. Cruzan Suramérica hasta
tapoyer. La denominación "tapuya" fue utilizada por los Panamá, Chile y Brasil, y su lugar de origen debe ser el
primeros informadores del Brasil para casi todos los indí- pueblo de caquiaviri"7. Pese a que la denominación calla-
genas que no pertenecían al grupo muchísimo más grande waya es usada en lenguaje coloquial para los habitantes
de los tupi. Bajo esta denominación se comprendía en pri- que hablan sobre todo el quechua en una región de los al-
mer lugar una multiplicidad de pueblos y lenguas que des- tos Andes bolivianos, Ina Rosing da su propia definición
de el punto de vista de hoy eran muy heterogéneas y no de los Callawaya que se acerca bastante al comentario de
pertenecían a la misma familia lingüística. Por ello es Stübel: (fotografía 80) "[ ... ] Se debe llamar Callawaya sólo
"Tapuya", desde el punto de vista lingüístico y etnológico,
una categoría in ninguna significación. Pues no hay ni ha 80. "Medicos bolivianos"(sic), Caporoches: Consejeros médicos y
habido nunca una cultura "tapuya': y sólo las antiguas des- vendedores de remedios. "Callagualhos von Caquiaviri"
(Altiplano de Bolivia, 1876).

79. Indios de Tierra del Fuego


(fotografíagrafiado~ '1 París, 1886).

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
81 . Lugar de vivienda de Tap uyas, Río Amazonas
(asentamien to de una fa milia mestiza) 1875

a quien, primero, tenga un conocimiento amplio de las año de 1888 publicaron Stübel y Reiss 28 fotografías bajo el
yerbas medicinales; segundo, vaya de viaje con estos cono- título Tipos indígenas de Ecuador y Colombia y las dedica-
cimiento ; tercero, sea por generaciones médico y, cuarto, ron a los miembros del VII Congreso Internacional de
domine el (lenguaje secreto' Callawaya, al menos en sus Americanistas. La mayoría de estas fotografías existen hoy
rasgos generales" (Rosing, 1988: 66). en originales en la colección aquí comentada. Además, en
Como último ejemplo son de mencionar los Araucanos 1880 en la Verhandlungen der Gesellschaft für Erdkunde zu
de Chile, cuyas fotografías fueron compradas en Berlin se publicó el artículo de Reiss ((Ein Besuch bei den
Valparaíso y Copiapó (fotografía 82). Estos indígenas son Jivaros-Indianern". Mientras que en la primera de las pu-
hoy más conocidos bajo la autodenominación Mapuche. blicaciones se trata exclusivamente de la edición de las fo-
Las imágenes proceden de la época de la última gran gue- tografía, en la segunda Reiss ofrece un informe que es
rra de los chilenos contra los Mapuche, que terminó el citado aún frecuentemente como uno de los primeros es-
primero de enero de 1883 con la conquista de los critos sobre ese pueblo. Al igual que Stübel en sus cartas de
araucanos por parte de los chilenos (Schindler 1990: 35). viaje, no le es posible a Reiss liberarse de su eurocentrismo
AlIado de la colección de fotografía se encuentran tam- en la descripción de los indígenas, aspecto que se pone de
bién publicaciones científicas de los países visitados. En el manifiesto en sus comentarios sobre la limpieza (pág. 331)

[116] A o R EA S B R oe KM A N N

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
y la interpretación de los rasgos de la cara (pág. 333).
Stübel, quien también realizó a cabo una excursión a la
zona de los jívaros, no logró establecer contacto con ellos,
ya que temían, a causa de una epidemia de sarampión en-
fermedad mortal para ellos, cualquier contacto externo
(carta del 3 de enero de 1873).
"La noche anterior envié a la gente en todas las direc-
ciones para buscar a los jivaria, pero fue en vano, hasta que
al mediodía descubrimos por casualidad que las planta-
ciones de los indígenas se encontraban sólo a pocos minu-
tos de nuestro campamento. Respiré en .forma cuando
pasé de la oscura selva a una plaza despejada y divisé un
trozo de cielo. Las casas se encontraban vacías, pero una
gran cantidad de huellas frescas de pies humanos nos da-
ban prueba de que los indígenas no se encontraban muy
lejos. El sol brillaba ese día resplandeciente y cálido, y sal-
vó mis materiales de la ruina total, pues ya se estaban pu-
driendo completamente. Las cabañas moy espaciosas y
trabajadas con destreza, con sus acondicionamientos ca-
racterísticos de artículos de cocina, de cama y muebles,
etc., estaban tan limpios y ordenados que podrían servir
de ejemplo a cualquier (cavallero' de Ecuador» (carta del 13
de marzo de 1873).
Como conclusión se puede afirmar que ambos investi-
gadores no lograron acercarse a los habitantes de América
Latina, de manera que pudieran formarse una imagen
más desprejuicida de sus moradores. Entre las colecciones
82. Cacique araucano
y la correspondencia de Stübel se expresa la tensión exis-
(Chile, 1876)
tente entre la descripción científicamente más exacta y la
recomposición subjetiva. De esta forma ambigua se des-
cubre al investigador y al hombre Alphons Stübel. A una NOTAS
mirada crítica, del legado de ambos investigadores, surge 1. Estos criterios de ordenación corresponden sólo a la colec-
un nuevo estímulo para el análisis y reinterpretación de ción de Stübel qu!:! se con erva bajo Collection Stübel en Leipzig.
estos documentos. 2. Para una definición actual del concepto antropológico de
"raza" es recomendable la lectura de Vogel (1986).
3. Una descripción detallada y fácilmente accesible se encuen-
tra en Ernmer (1992).
4. Esta descripción se relaciona exclusivamente a Suramérica.
De todos modos el desarrollo de las altas civilizaciones en
Mesoamérica fue similar.
5. Entre estos vendedores, la mayoría indígenas, se puede con-
tar al productor de esas mismas mercancías, que al mismo tiempo
las vendía.
6. El modo de escribir propio de Stübel se ha conservado aquí.
7. Rosing denomina a Charazani, en la provincia boliviana
Bautista Saavedra, como el centro principal de la región
Callawaya (1988: 54).

LAS SOCIEDADES LATINOAMERICANAS VISTA POR STÜBEL y REISS [117]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Bibliografía

Piet Emmer, ''Afrikanischer Sklavenhandel und Sklaverei Elmar R. Service, "Indian-European Relationship in
im atlantischen Gebiet 1500-1900" en: Corrina Radatz, Afrika Colonial America'~ American Antropologist, vol. 57, 1955,
in Amerika. Ein Lesebuch zum Thema Sklaverei und ihre págs. 411-425.
Folgen. Gütersloh, Hamburgisches Museum für Volkerkunde,
1992, págs. 63-79. Alphons Stübel, Cartas inéditas desde Suramérica. Legado
en el Institut für Liinderkunde en Leipzig, Archivo de Geogra-
Robert H Lowie, "The 'Tapuya' '~ en: fulian H. Steward fía, Inv.- Núm. 6625-6721, K. 122, 1868-1877
(ed.), The Marginal Tribes, tomo 1 del Handbook of South
American Indians, Nueva York, Cooper Square, 1963, págs. Alphons Stübel, y Wilhelm Reiss, Indianer Typen aus
553-556. Ecuador und Colombia, Berlín, 1888.

Wilhelm Reiss, "Ein Besuch bei den fivaros-Indianern'~ Friedrich Vogel, "Sind Rassenmischungen biologisch
Verhandlungen der Gesellschaft fur Erdkunde zu Berlín, schiidlich?'~
en: Hans Rosner (ed.), Der ganze Mensch.
tomo VII, 1880, págs. 325-337. Aspekte einer pragmatischen Anthropologie, München, DTV,
1986, págs. 92-109.
Ina Rosing, Dreifaltigkeit und Orte der Kraft: die weisse
Heilung. Nachtliche Heilungsrituale in den Hochanden Charles Wagley, "The formation of the American
Boliviens, Mundo Ankari 2, libro I, Nordlingen, Greno, 1988. Population" en: Franzisco M. Salzano (ed.), The Ongoing
Evolution of Latin American Populations, Springfield, 1971,
Helmut Schindler, Bauern und Reiterkrieger. Die págs. 19-39.
Mapuche-Indianer irn Süden Amerikas, München, editorial
Hirmer, 1990.

[118] A N o REAS BRo eKM A N N

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
JOACHIM SCHRADER

ALPHONS Quien recuerde las delicadas observaciones de Alexander


von Humboldt sobre las personas de Latinoamérica se
asustará al conocer a Alphons Stübel desde sus primeras
STÜBEL
cartas como un personaje xenófobo, lleno de prejuicios,
que describe a sus compañeros de viaje desde Europa de la
-EL -« HOMBRE siguiente manera: ((Hay demasiados charlatanes insopor-
tables, como los produce la France de la mejor calidad, y se
EXPERTO» encuentran junto a suramericanos ataviados con tal ridi-
culez, que, al igual que los primeros, se caracterizan por el
ANOTACIONES A SUS hecho de escupir en todas partes, sólo que con más
IMPRESIONES SOBRE LOS virtuosismo. Describir la sociedad con más detalle sería
una tarea poco provechosa» (20 de enero de 1868). Tal vez
HABITANTES DE
el sajón Stübel haya interiorizado en ((vísperas» de la gue-
SURAMÉRICA
rra franco-alemana el desprecio del enemigo futuro, pero
lo que sí es extraño es el rechazo de aquellas personas, en
cuyos países quería vivir e investigar. Se podría argumen-
tar que los suramericanos que regresaban en 1868 de un
viaje a Europa, profesaban en efecto una actitud de
Nouveau riche, que podría encender la esperanza de que
Stübel iba a acercarse a los suramericanos menos pudien-
tes con mucha mayor amabilidad; ¡pero nada más lejos!
((Los habitantes de Sta. Martha son una mezcla de negros,
blancos e indios, en una palabra, chusma, y de increíble
pereza. Todo servicio tiene que ser pagado muy caro, por-
que a la gente le cuesta demasiado esfuerzo hacer cual-
quier cosa» (12 de febrero de 1868). No sorprende entonces
que escriba en tono elogioso de los (([ ... ] comerciantes ex-
tranjeros establecidos allí, por lo general alemanes [... ] La
carta de recomendación del conde Bismarck al cónsul de
Prusia levantó una atención muy deseada por nosotros»
(25 de febrero de 1868). Alexander von Humboldt no le es '
ni mucho menos modelo en la valoración de las circuns-
tancias sociales, y Stübello llega a acusar incluso de consi-
deraciones erróneas: ((Humboldt [... ] menciona [... ]
nombres de indígenas, sólo para rodearlos con un aire de
cientificismo, que impresiona al gran público, porque en
realidad la gente de Quito de entonces no era otra cosa
que necia, según conceptos europeos» (18 de mayo de
1870).
Claro que es cierto que las cartas al ((querido tío", que
asumía el lugar del padre para Stübel, son seguramente
menos apropiadas para trazar un juicio ponderado sobre

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
83. Huasos, esclavos de una
hacienda (Chile 1876)

las circunstancias sociales que los artículo (Alexander de 1869). ((Los indio de esta provincia son en general chi-
von Humboldt) o las cartas de temática e pecífica) corre- co fu rte muy guapo. e caracterizan obre todo lo do-
gida ademá en u redacción (Reiss) 1921). Pero por otro mingo por una ve timenta de colore, y muy cuidada. L
lado) la manifestaciones espontánea que tübel vierte en mismo e puede decir de la indias, pero éstas han ido
sus cartas familiares) expresan considerablemente la men- meno agraciadas por la naturaleza que los hombres. La
talidad del autor. Y así se puede observar en la lectura de mayoría de lo indio son concertado ) es decir que on
las cartas de casi un decenio un cambio en las valoracio- esclavo de algún hacendado) y además son esclavos en el
nes; se puede como lo expresa Luhmann observar al ob- sentido más triste de la palabra. Es verdad que el
servador en la observación. Stübel estaba dispuesto desde hacendero tiene que dejar libre al indio, si este se quiere
luego a corregir juicios negativos antiguos en cartas poste- marchar, pero sólo bajo la condición de que no le deba
riores: ((La clase más pobre de los habitantes del Estado de nada al ,amo (. Pero dado que el indio lo tiene que recibir
Cundinamarca son personas bastante tratables y honra- todo del dueño) éste sabe organizarse de manera que el in-
das) que no se pueden comparar con los habitantes de la dio esté siempre con una deuda irredimible para él. Los
costa» (17 de junio de 1868). También aprendió a distinguir indios se dejan maltratar de una manera lamentable y
entre los diferentes grupos de la población. A los indios los aceptan pacientemente que el dueño les pese los alimentos
trató ocasionalmente con simpatía: ((Estos indios no le en una balanza que se inclina, por lo menos en un tercio)
dan ninguna importancia al dinero) porque no tienen ne- desfavorablemente para el indio. Ese es el uso acostum-
cesidades y no saben qué hacer con él. Sal y cigarros, así brado. Si el concertado tiene hijos, el hacendero los casa
como aguardiente, es lo que más prefieren" (13 de febrero tan jóvenes como sea posible) incluso cuando todavía no

[120] JoA e H 1M Se H RA o E R

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
están en edad de casarse, para que así caigan cuanto antes e irresponsabilidad completa de los indios paeces, tomé en
en deudas y queden atados a la hacienda" (13 de enero de un tal pueblo Silvia diez cargueros, blancos y mestizos, y
1871). me proporcioné entre los indios sólo a tres individuos
Con un cierto detenimiento se dedicó Stübel a la pre- como guías para el trabajo suplementario en la selva. Ade-
sencia de los chinos en Perú (véase la Ilustración 84), que más contraté a un hombre, que debía supervisar a toda la
le habrán parecido especialmente exóticos, pero de los que pandilla" (3 de abril de 1869).
había leído algo en los pocos periódicos alemanes que Las experiencias que había tenido con sus colaborado-
pudo conseguir: "Todos los bienes de la gente adinerada res lugareños, parecen haber convertido a Stübel en un
perdería de golpe todo su valor, si se pudiera retirar a los auténtico misántropo al que ya no le interesaban nada
chinos de las haciendas, e igualmente Lima estaría com- más que la belleza de la naturaleza y los éxitos en su tarea
pletamente sin servicios en la vida pública y privada, si los de investigador: "No puedo dejar de repetir, para no incu-
chinos no desempeñasen de buena voluntad todos los tra- rrir en más detalles que tendrían que poner en entredicho
bajos. Aquellos chinos, que trabajan como criados en las mi amor por la verdad, que no basta una gran fantasía, ni
casas de Lima o que han conseguido una independencia, siquiera la de alguien familiarizado con las particularida-
no se pueden quejar en general de su existencia. Pero en des de otros pueblos, para imaginarse en qué medida una
cambio los chinos de las haciendas tienen que sufrir segu-
84. Médico chino en Lima
ramente sin excepciones un tratamiento que en sus deta- (Perú 1877) J
lles es, desde el punto de vista europeo, absolutamente
horrible. Todo lo que se ha escrito sobre ello en los perió-
dicos (en especial también en el de Colonia), en parte bajo
la indicación de los nombres, puede insinuar sólo aproxi-
madamente toda la crueldad de la que es capaz el hacen-
dado peruano. Ademá , es muy difícil obtener entrada a
las haciendas de chinos" (26 de febrero de 1875). "... el he-
cho de que ya no se puedan importar chino (China ha
prohibido el comercio), [... ] arruinará en los próximos
seis u ocho años todas las haciendas azucareras" (23 de
marzo de 1875).
Stübel se adaptó más y más a los modale de dominio
de los explotadores de esclavos en la manera de e tablecer
la relaciones laborales con los innumerable ayudantes
que precisaba para poder transportar su extenso
instrumental investigativo por largos y dificultosos cami-
nos: "Aquí la gente no se alquila por meses o semanas, sino
que la anulación del servicio y el despido es una cosa que
se efectúa en cinco minutos, máxime con la modificación
de que los señores se adelanten al despido por su ausencia
repentina" (15 de agosto de 1868). "El primer día de mi lle-
gada no fue posible negociar con el gobernador indio del
pueblo, pues se encontraba, al igual que la casi totalidad de
los habitantes del lugar, en su estado normal; es decir caí-
do de la borrachera. Sólo en los próximos días se consi-
guieron doce indígenas para que me acompañaran y
buscaran un camino" (13 de febrero de 1869). "Puesto que
en mi primer intento me había convencido de la inutilidad

ALPHONS STÜBEL - EL « HOMBRE EXPERTO » [121]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
República suramericana es una institución grotesca, es de- que por lo general no resulta demasiado sangrienta, a la
cir lo que es un Estado, en el que todo el mundo miente en chusma armada, a voluntarios (es decir, gente que se ha
cuanto abre la boca, el blanco como el indio, donde la cul- capturado con el lazo y obligado al servicio militar en un
tura está en el nivel más bajo que se pueda pensar, donde partido). Evidentemente, se trata en estos fines aparente-
no hay familia, donde no se conoce ni un ápice de cual- mente políticos, sólo de dilucidar si el partido conserva-
quier tipo de respeto tanto por la persona como por las dor o el liberal puede conseguir los mejores medios para
cosas, donde nadie tiene la intención de desempeñar su robar de los míseros erarios del Estado. A los 'voluntarios'
negocio u oficio honradamente, es más, ni siquiera consi- se les paga con préstamos voluntarios, que conceden las
dera necesario mantener la apariencia de ello, en donde el gentes más adineradas. Bajo 'préstamo voluntario' se en-
clero tiene el poder más ilimitado, y encima un clero que tienden los cientos o miles, que un hombre paga tras exi-
no posee ni la más mínima cultura, un país donde la des- gencia insistente inmediatamente de buena gana, o bien
confianza, la envidia, la falsedad, la holgazanería, la sucie- sólo después de haber pasado hambre durante tres días, o
dad, la necedad innata e inculcada, la avaricia y el mayor de haber estado atado 24 horas sobre los dedos de los pies"
grado de cobardía individual vienen a ser los rasgos carac- (16 de marzo de 1868).
terísticos nacionales: imaginarse un país así, digo, sólo lo Desde luego, a Stübelle ha faltado capacidad o disposi-
puede aquel que como nosotros ha tenido que tratar du- ción para identificar el genus proprium y para resaltar la
rante casi cuatro años con estos perros. Sólo al indio, que diferencia específica de las condiciones humanas, aunque
en la escala social está todavía por debajo de los esclavos, y tiene que haber conocido este método a más tardar en la
degenerado totalmente por la bebida, se le puede llamar lectura de las obras de Alexander von Humboldt.
soporte del Estado" (17 de mayo de 1871). Por supuesto que también Alexander von Humboldt
Si Stübel no se hubiera comparado permanentemente manifestó un eurocentrismo chocante en la valoración de
con Alexander von Humboldt, se podría atribuir su defi- las circunstancias sociales, políticas y económicas. Tenía
ciente capacidad para juzgar las circunstancias sociales y en mente la teoría contemporánea social de los
políticas, sólo al hecho de que a mediados del siglo XIX la "fisiócratas", desarrollada sobre todo con base en las cir-
cultura era todavía, en gran medida, un privilegio de las cunstancias europeas sobre todo las francesas cuando ha-
clases más altas de la sociedad. Los hermanos Humboldt, bla de México, Cuba o Cundinamarca. Hum boldt choca al
como Stübel, huérfanos a temprana edad, habían recibido lector de hoy cuando realiza el cálculo inmanente al siste-
una educación muy completa por profesores particulares ma sobre la rentabilidad de las distintas formas de la ex-
y realizado extensos viajes de estudio, al estilo de la educa- plotación de esclavos (véase Schrader, 1993). Al parecer,
ción tradicional de los príncipes. Wilhelm von Humboldt, Stübel no disponía de los conocimientos económicos que
el más importante reformador de la educación en Prusia, excedieran la organización (exitosa) de su propia empresa,
murió el año de nacimiento de Stübel, pero sus ideas acer- cuando se e>...rtraña: "Suena increíble cuando se cuenta que
ca de una educación humanista no habí.a n influido ni en en Bogotá tampoco se trabaja propiamente, sino que todo
la escuela cívica de Leipzig, que Stübel frecuentó como lo que la gente lleva puesto o lo que sirve para amueblar
hijo de un concejal de Leipzig, ni en su tío, que lo adoptó una casa, o lo que pueda pertenecer además a la vida con-
tras la muerte temprana de los padres (Scurla, 1971: 449). fortable, viene casi sin excepción de Europa" (17 de abril de
Porque de lo contrario, Stübel tendría que haber recorda- 1868). Podría haber reconocido en ello una expresión de la
do que la «cultura política" de alguno que otro Estado, dependencia extrema de los países suramericanos de las
agraciado por la "cultura clásica", antiguamente no se dis- potencias hegemónicas de Europa y Norteamérica, aun-
tinguía mucho de lo que observaba ahora en Colombia: que no se le pueda exigir la noción posterior, caracterizada
"La República consiste de nueve estados, de los cuales cada un siglo más tarde por el sacerdote y sociólogo belga
uno tiene su gobierno independiente. La revolución en es- Roger Vekemans con el término de "herodianismo" (1971:
tos estados individuales es prácticamente interminable, 224). '~í como Herodes vivió físicamente en Jerusalén,
puesto que los partidos conservador y liberal no tratan de pero mentalmente en Roma, así las capas altas de
superarse por listas electorales, sino que llevan a la lucha, Latinoamérica vivían físicamente en Latinoamérica, pero

[122] J OACHI M SCH RA o ER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
mentalmente en Estados Unidos o en Europa" (Steger,
1971: 30).
Seguramente no se le hace justicia a Stübel cuando se lo
caracteriza como de escasa formación humanística o
como misántropo, pero también es posible que lo haya
sido o que haya pasado a serlo. En cambio, es mucho más
importante preguntarse si no existieron razones para que
se convirtiera en lo que era, o que le daban las justificacio-
nes para tratar el «contexto social" de sus investigaciones
con negligencia científica. Nos hemos acostumbrado a de-
nominar científicos como Alexander von Humboldt a
"hombres de conocimientos universales", a personas que
todavía eran capaces de manejar todo el saber de su tiem-
po. Desde entonces hay que constatar, también en la cien-
cia, aquél proceso que Max Weber llamó la evolución
hacia el "hombre experto". La ciencia era para Stübel ya
una «profesión": «Las ciencias naturales como por ejem-
plo física, química, astronomía (Max Weber pudo haber
añadido a lo que se dedicaban Stübel y Reiss, o sea geolo-
gía, vulcanología, geografía, arqueología, etnología) pre-
uponen evidentemente que las últimas leyes del suceder
cósmico hasta donde alcance la ciencia merecen la pena
ser conocidas, no sólo porque se pueden obtener con estos
conocimientos éxitos técnicos, sino, en el caso de ser (pro- "85. Buenas Mozas de Montevideo'; tipos de
fesión', (por sí mismos' " (Weber, 1973: 323). Tuvo que haber ' mujeres de origen español (Uruguay 1876)
sido esta concepción de la ciencia como profesión, la que
motivó a Stübel a acusar a otro autor con el argumento de Ellos no se preguntan si tiene algún sentido existir en el
que e encontraba en la ucesión de Alexander von mundo descrito por los ((expertos" científicos, así habría
Humboldt: "(Él) pertenece a los muchos [... ] que buscan proseguido Max Weber su argumentación. Alphons
mediante la imitación del estilo de Humboldt embaucar a Stübel no es seguramente visto de esta manera un caso
un público sin criterio. Este estilo ha hecho más daño que único, sino que se encuadró en las larga listas de científi-
beneficio a la ciencia" (15 de agosto de 1870). Stübel como cos, comerciantes, diplomáti os, navegante, ingenieros o
"hombre experto" se vanagloria como alguien que no tie- mercenarios, que personificaron el desnivel hegemónico a
ne que guardar consideración: ((Conocemos el país tan a escala mundial; y que consiguieron tal vez precisamente
fondo, como no lo ha conocido ningún viajero antes de por eso resultados tan destacados en sus ámbitos reduci-
nosotros, y tampoco tenemos que avergonzarnos después dos de trabajo. Deberíamos preguntarnos en esta ocasión
de llamar a la gentecilla por su nombre. Porque amigos no de nuevo, si nosotros como investigadores contemporá-
tenemos aquí ningunos, a pesar de que el ministro de neos de América Latina (y aparte de los mencionados
Asuntos Exteriores nos aseguró que nunca habían viajado también ayudantes para el desarrollo, protectores del me-
foráneos por el país tan estimados como nosotros. Este dio ambiente, defensores de los derechos humanos, repre-
ministro parece por cierto más o menos un dependiente sentantes de grupos solidarios, practicantes, estudiantes
de comercio, y sus conocimientos de la política no deben de intercambio o turistas), hemos superado ya en lo más
rebasar seguramente mucho los del último. Nada resulta íntimo realmente la arrogancia tradicional frente a las per-
más ridículo que tomar a estas personas en serio. Todo sonas de América Latina.
aquí es ironía" (13 de enero de 1871).

ALPHONS STÜBEL -EL « HOMBRE EXPERTO » [123]

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Bibliografía

Wilhelm Reiss, Reisebriefe aus Südamerika, 1868-1876, Hanns-Albert Steger (ed.), "Soziologie in und über
editadas y revisadas por Karl Heinrich Dietzel, München/ Lateinamerika'~ en: Steger (ed.), 1971, págs. 25-35.
Leipzi~ Duncker & Humblot. 1921.
Alphons Stübel, Cartas de viaje no publicadas de
Achim Schrader, Alexander von Humboldt als Soziologe, Suramérica, legado del Institut für Liinderkunde Leipzig,
Arbeitshefte des Lateinamerika-Zentrums, núm, 17, 12 págs., Archiv für Geographie, Inv.-Núm. 6625-6721, K. 122,1868-1877.
Münster, 1993.
Roger Vekemans, "Integrationsprobleme
Herbert Scurla, 1m Banne der Anden. Reisen deutscher latenamerikanischer Gesellschaften'~ en: Steger (ed.), 1971,
Forscher des 19. Jahrhunderts, Berlín, Verlag der Nation, págs. 223-231.
1971.
Max Weber, "Vom inneren Beruf zur Wissenschaft'~ en:
Hanns-Albert Steger (ed.), Die aktuelle Situation ]ohannes Winckelmann, Max Weber. Soziologie -
Lateinamerikas, Frankfurt, Atheniium, 1971. Universalgeschichtliche Analysen-Politik, quinta ed.,
revisada, Stuttgart, Kroner, 1973, págs. 311-339.

[124] JOACH 1 M SCH RA DER

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
AUTORES

Doctor Dieter Allkamper Doctora. Ingrid Honsch


Miembro correspondiente del Centro Latinoamericano de Directora de la Biblioteca Central Geográfica y del Archivo de
Münster, docente en el Colegio Westfalia de Dortmund. Geografía, Institut fur Lánderkunde Leipzig.

Doctor Andreas Brockmann Doctor Achirn Schrader


Gerente del Centro Latinoamericano, Universidad de Catedrático del Instituto de Sociología y Pedagogía Social,
Münster. director del Centro Latinoamericano, Universidad de Münster.

Doctor Heinz Heineberg Licenciada Michaela Stüttgen


Director del Instituto de Geografía, Universidad de Münster, Colaboradora científica del Centro Latinoamericano,
miembro del Centro Latinoamericano de Münster. Universidad de Münster.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
5 Presentación

6 Introducción
MICHAELA STÜTTGEN

11 Sobre la vida y obra de Alphons Stübel y Wilhelm Reiss


MICHAELA STÜTTGEN

21 Los viajes de investigación de Alphons Stübel por Suramérica


(1868-1877) a través de su correspondencia
INGRID HÓNSCH

37 Desarrollo y estructura de antiguas ciudades coloniales españolas en América


del Sur según los planos de Lima (1872), Bogotá (1852) y Montevideo (1865)
HEINZ HEINEBERG

57 Láminas

89 Las culturas precoloniales andinas


DIETER ALLKAMPER

107 Las sociedades latinoamericanas vistas por Stübel y Reiss


ANDREAS BROCKMANN

119 Alphons Stübel-el «hombre experto»


.
Anotaciones a sus impresiones sobre los habitantes de Suramérica
JOACHIM SCHRADER

125 Autores

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
DISEÑO
CAMilO UMA A CARO

IMPRESIÓN PANAMERICANA
FORMAS E IMPRE O

ANTAFÉ DE BOGOTÁ, COLOM BIA 1966

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

S-ar putea să vă placă și