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MEMORIA

La memoria es un proceso psicológico que posibilita el almacenaje, la codificación y el registro de

la información, con la particularidad de que puede ser evocada o recuperada para ejecutar una

acción posterior, dar una respuesta, etc. Es un proceso característico del ser humano (aunque no

exclusivo), sin el cual no se puede llevar a cabo ningún aprendizaje. Memoria y aprendizaje son

procesos que se suelen estudiar conjuntamente.

La memoria no es una capacidad única, sino que podemos hablar de un conjunto de procesos que

ocurren a partir de la percepción de la información, sea consciente o inconscientemente:

- Codificación, como requisito previo al almacenamiento, que consiste en organizar la información

de forma que se le pueda dar un significado para poder recordarla (anotar las ideas principales de

un texto, utilizar imágenes mentales, construir reglas mnemotécnicas, etc.).

- Almacenamiento, mediante el cual se retiene la información codificada por un tiempo

determinado. Como veremos en el siguiente apartado, se suele considerar la existencia de tres

estructuras para ello: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo, y la memoria a largo plazo.

- Recuperación, consistente en localizar una información concreta de entre toda la almacenada.

Estructuras y procesos de almacenamiento y recuperación de la memoria

Los primeros experimentos sobre memoria en los años 50 del siglo XX sugirieron que los procesos

de memoria se fundamentaban en la existencia de distintas estructuras con funciones y

características particulares. Frente a estas propuestas, en la década de los 70 algunos autores

centraron sus trabajos en el estudio de los niveles de procesamiento y, admitiendo que la

información puede ser procesada en distintos niveles de profundidad (desde lo sensorial a lo


semántico), abogaron que contra más profundo es el procesamiento, mayor probabilidad existe

quela información se retenga. Así, la eficacia de la recuperación estaría de algún modo relacionada

con la perfección con que se hubiera elaborado la información para ser almacenada.

El modelo multi almacén de Richard Atkinson y Richard Shiffrin (1968)

La idea principal del modelo de Atkinson y Shiffrin es que existen unos componentes estructurales

del sistema de memoria que constituyen tres almacenes fijos con información distinta, que dan

lugar a tres tipos de memoria. Además, se considera que existen unos procesos de control del flujo

de información entre ellos.

a) LA MEMORIA SENSORIAL es el almacén de registro de las sensaciones durante un

periodo muy breve, para posteriormente ser transferidas a la memoria a corto plazo, o

desaparecer. El tipo de información almacenado en la memoria sensorial es muy elemental y

está fuera del control voluntario y la consciencia por parte del sujeto. Equivaldría a una

especie de instantánea de las sensaciones a las que estamos sometidos en un momento dado.

Así, se trata de impresiones no elaboradas o interpretadas, provenientes del medio exterior,

que se desvanecen rápidamente a menos que intervengan los sistemas de memoria a corto o

a largo plazo.

El término memoria sensorial no designa un solo sistema, sino un conjunto de sistemas de

memoria, probablemente tantos como sentidos (visual, auditivo, olfativo, táctil, gustativo). Las

más estudiadas son la memoria icónica (información sensorial a través de la visión) y la memoria

ecoica (información sensorial a través de la audición).


La información de la memoria sensorial retiene, sobre todo, propiedades literales del estímulo

(propiedades físicas), y su función general es la de dar al cerebro un poco más de tiempo

para realizar el análisis del estímulo. La memoria icónica, en concreto, incrementa la duración

de las impresiones visuales en algo más de un cuarto de segundo, es decir, una imagen que se

presenta durante 1 segundo dura en realidad 1 segundo y cuarto. Al alargar la duración de cada

imagen, la memoria icónica posibilita que, por ejemplo, percibamos movimientos continuos en las

imágenes del cine en lugar de una sucesión de fotografías estáticas.

b) LA MEMORIA A CORTO PLAZO requiere de un control ejecutivo y atencional que

permita mantener y manipular cantidades limitadas de información, al contrario que la MS no

deriva de un proceso automático. Los conceptos de conciencia y atención están muy

relacionados con la memoria a corto plazo.

La MCP es nuestra memoria de trabajo o consciente, también denominada memoria operativa. Se

utiliza para retener información, apoyar el aprendizaje de nuevos conocimientos, resolver los

problemas o responder a las demandas del medio interactuando con él, y se caracteriza porque

los símbolos con los que está trabajando se mantienen en ella mientras les prestamos

atención y los estamos usando, pero tan pronto nos dedicamos a otra cosa, decaen rápidamente;

por este motivo, se considera como el sistema central de la memoria.

A modo de almacén breve, mantiene la información entre unos 15 y 30 segundos, que codifica en

forma de imágenes sensoriales ya elaboradas (imágenes visuales, sonidos, sabores). La

consecuencia es que la información tiene menor riqueza sensorial que en el almacén que le

precede, dado que se pierden detalles al captarse únicamente las líneas generales para una

codificación más elaborada (con significado o semántica).


La capacidad de la MCP está limitada en aproximadamente entre 5 y 9 elementos. Esta limitación

implica la necesidad de utilizar estrategias para potenciar la amplitud, como la formación de

grupos (asociación de distintos elementos a una clave o idea en el momento de su

presentación, para facilitar su posterior recuperación). En tareas de recuerdo se puede observar

los efectos de primacía o de recencia que, respectivamente, muestran la tendencia a recordar

con más facilidad los elementos presentados al principio o al final de una lista, que los elementos

intermedios.

Si la información almacenada en esta memoria no se pierde, es transferida al tercer

componente(la MLP), donde permanece en estado latente por un tiempo muy largo, quizá

el resto de la vida, aunque a veces resulte inaccesible. La limitación de la capacidad de la MCP

ofrece, sin embargo, la ventaja de que el sistema no se sature de información trivial. Solamente

aquella información relevante, atendida y repasada, tendrá finalmente acceso al sistema de MLP,

y de allí podrá a su vez recuperarse hacia la MCP mediante evocación.

c) LA MEMORIA A LARGO PLAZO es el almacén caracterizado por retener una enorme

cantidad de información (ilimitada) durante mucho tiempo (posiblemente indefinido). Se

corresponde a lo que popularmente todos entendemos por memoria. Mientras que la información

en la MCP está activa, en la MLP permanece habitualmente en estado de inactividad o latente.

Se encuentra a la espera, y requiere de mecanismos sofisticados y bien entrenados para poder

recuperar cualquier información almacenada en su base de datos.

Estos mecanismos dependen de las características personales y de la instrucción recibida. Se

caracteriza por tener una forma de almacenar muy flexible y que puede utilizar imágenes
sensoriales, aunque preferentemente codifica en forma de memoria semántica (se supone que la

información se trasvasa paulatinamente a códigos cada vez más elaborados y profundos).

Según los investigadores, las imágenes sensoriales se utilizarían para la información sobre objetos

y la codificación semántica para las ideas y el lenguaje.

La memoria declarativa y no declarativa permiten, respectivamente, el aprendizaje explícito (saber

qué) y el aprendizaje implícito (saber cómo).

Memoria declarativa: La memoria declarativa la conforman el conjunto de conocimientos de

carácter general y personal adquiridos de forma consciente, que se pueden expresar y evaluar

a través del lenguaje, es decir, el conocimiento representado en la memoria declarativa puede

ser pronunciado o explicado. Tiene la naturaleza de memoria explícita pues se manifiesta cuando

la ejecución de una tarea requiere la evocación o recuerdo consciente de memoria a largo plazo.
Memoria no declarativa: La memoria no declarativa constituye el almacén donde está asentada

un tipo de información que difícilmente podemos declarar o expresar verbalmente. Tiene la

naturaleza de memoria implícita puesto que se manifiesta al ejecutar tareas donde ocurre una

evocación o recuerdo involuntario y automático de experiencias previas, es decir, es el recuerdo

no consciente de una tarea que ha sido practicada. Asimismo, se caracteriza por ser poco flexible

y modificable, y por utilizarse en situaciones específicas. Por contra, es más resistente al olvido

que la memoria explícita.

COGNICIÓN Y LENGUAJE

El organismo asimila la información del entorno en función de sus estructuras internas y de la

propia actividad del organismo frente al medio. De esta interacción se produce la acomodación,

proceso de modificación de algunas estructuras y surgimiento de otras de nuevas, para lograr

la adaptación del organismo con el ambiente. Es decir, el equilibrio entre las demandas del

medio y las estructuras orgánicas, conductuales y psicológicas. Este equilibrio se altera

continuamente ante los cambios que ocurren tanto dentro del organismo como fuera de él, lo

cual lleva a reiniciar el proceso de ajuste. Por ello existen tantas diferencias entre el

comportamiento innato y el aprendizaje adquirido.

Los repertorios innatos permiten la supervivencia de los organismos ante condiciones fijas

del medio. Cada especie posee un conjunto de patrones fijos de respuesta ante un conjunto bien

delimitado de estímulos, pero si los estímulos son diferentes a aquellos contemplados en el

programa genético, el organismo no está en condiciones de dar respuestas adecuadas. Por ello,

no es posible sobrevivir sólo con los repertorios innatos y cada organismo adquiere nuevas

asociaciones entre estímulos y respuestas, enriqueciendo así el potencial adaptativo y de


acción frente a los cambios del medio. Las asociaciones más simples producto del aprendizaje se

denominan aprendizaje reactivo y asociativo, y como ejemplo de ello explicamos algo más

detalladamente el aprendizaje respondiente y aprendizaje operante.

Los procesos de habituación y sensibilización comparten una serie de características: se dan

en todas las especies, son fundamentales en la adaptación de un organismo a su ambiente, y

ayudan a organizar y dirigir la conducta para que resulte más eficaz entre la infinidad de

estímulos del medio. También ayudan a reducir la reacción ante aquellos estímulos que son

irrelevantes.

El aprendizaje cognitivo trata de explicar cómo los individuos pueden aprender conductas

nuevas sin experiencia previa, cómo se pueden recordar respuestas de gran complejidad

durante un periodo largo de tiempo y sin refuerzo o cómo se pueden aprender conceptos

muy difíciles.

Se considera al organismo un ser activo capaz de elaborar la información y de generar

conductas por motivaciones internas, de forma que el aprendizaje se basa en representaciones

cognitivas de la conducta.

El lenguaje es mucho más que la comunicación. La mala comprensión y la poca valoración que a

veces se le da al lenguaje, hacen que mucha gente crea que el lenguaje tiene la única función de

comunicar el pensamiento, cuando, en realidad, sus funciones y vínculos son más complejos, a tal

punto de que se nos haría imposible pensar sin un lenguaje, o tener una cultura humana tal y como

la conocemos.
Algunas personas creen que un niño desarrolla lenguaje a partir del momento en que logra articular

palabras y hablar. El lenguaje, es mucho más que comunicación y se relaciona, fundamentalmente,

con dos fenómenos:

a) la categorización mental del mundo que nos rodea y sus sentidos,

b) el de permitir la socialización.

Socialización. La segunda función del lenguaje es posibilitar la socialización. Casi todos los

teóricos interesados en el origen del lenguaje están de acuerdo en que este se relaciona con la

actividad social de nuestra especie y, sin duda, esto influyó en la manera social de ser de nuestra

especie. Algo que saben los científicos cognitivos y psicólogos, es que los niños nacen bañados

por el lenguaje y desde que inician su viaje por el mundo ya están expuestos al lenguaje. En los

primeros minutos de vida, los bebés hacen las restricciones fonotácticas.

La importancia del papel que desempeña el lenguaje en el desarrollo de la comprensión de los

deseos es muy alta, al igual que en la organización de las emociones y las creencias de los otros y

de uno mismo. Así, el lenguaje queda establecido como un factor determinante en el desarrollo de

la cognición social y, por lo tanto, en la ubicación social del ser cognoscente en el mundo.

También, se sabe que a mayor contacto social significativo, mayor desarrollo del lenguaje, y mejor

capacidad para categorizar y comunicar significados. Es probable que muchos de los problemas

actuales en el desarrollo del lenguaje de algunos niños, se deban al empobrecido ambiente

lingüístico que existe; esto no significa que no se desarrolle el lenguaje, sino que se restringen

algunos aspectos.
En estudios sobre teoría de la mente, se demostró que los niños con mayor uso léxico y mejores

niveles de socialización, resolvían mejor las pruebas de “teoría de la mente”; por ende, pensaban

más fluido y organizaban mejor las posibilidades de resolución de problemas, pues, entre otras

cosas, tenían más acervos en memoria prospectiva.

A lo largo de los primeros años del niño, se desarrollan diferentes habilidades que le permiten

comprender que las personas son seres mentales que tienen deseos, emociones, intenciones y

creencias. Especialmente, entre los cuatro y cinco años aparece un dispositivo mental que hace

que el niño tome la comprensión de las anteriores situaciones, y las aplique a sus acciones e

interacciones con otras personas; asimismo, explicarlas e interpretarlas en diferentes niveles, sin

duda esto es una proeza.

A todo lo anterior, los psicólogos y científicos cognitivos le han denominado teoría de la mente y

esto nos posibilita comprender que las creencias de los otros pueden ser iguales o diferentes a las

nuestras y, con ello, su forma de ver el mundo.

Inteligencia

La inteligencia es uno de los conceptos centrales en el estudio de la Psicología casi desde que ésta

surgió como ciencia. Durante más de un siglo, los psicólogos han reflexionado y argumentado

acerca de lo que constituye la inteligencia general o, incluso, si la noción de inteligencia tiene

alguna validez.

La cuestión de si la inteligencia es una aptitud o habilidad singular y general o si está compuesta

por muchas aptitudes o habilidades separadas y distintas, ha sido clave a lo largo del último siglo.

Los primeros estudios científicos sobre la inteligencia fueron realizados por Galton e intentaron
determinar las causas de las diferencias intelectuales entre humanos. A partir de ahí se han ido

sucediendo definiciones y las controversias entre las distintas teorías de la inteligencia han ido

aumentando.

Galton definió la inteligencia como una aptitud cognitiva general que determina el éxito o fracaso

ante. Según él, se trataba de una cualidad cualquier tarea biológica, la herencia constituía el factor

que determinaba las diferencias entre la, por tanto, era inmodificable y cualquier intento de mejorar

la inteligencia de las personas potencial cognitivo sería vano.

Profundizar en la naturaleza de la inteligencia requiere el desarrollo de modelos basados en teorías

que contemplen aquellos procesos fundamentales que dan lugar a las consistencias de

comportamiento observadas, y que constituyen la unidad fundamental del estudio de las

diferencias individuales, el rasgo.

Un modelo procesual responde a un modelo explicativo que plantea una serie de mecanismos de

funcionamiento responsables, o causantes, de las conductas observadas; los modelos estructurales

solo establecen los posibles componentes del comportamiento.

Predecir un comportamiento implica establecer los precursores de la conducta en términos de una

serie de acciones o procesos interrelacionados que pueden interpretarse como elementos

determinantes de la conducta resultante.

Eysenck retomó la idea de Galton de que, quizás, la inteligencia era una consecuencia importante

de la rapidez mental, planteando la investigación de la inteligencia general en función de la

velocidad de procesamiento de la información.


Según esta hipótesis, la inteligencia se relaciona con medidas tan sencillas como el tiempo de

reacción (TR), el tiempo de elección (TRE) o el tiempo de inspección (TI). A mayor inteligencia,

mayor rapidez y consistencia en el tiempo empleado en emitir una respuesta ante estas tareas

simples. Las tareas utilizadas en este paradigma se denominan tareas cognitivas elementales. Y

por elementales se entiende:

-Son tan simples que, incluso deficientes mentales pueden resolverlas.

-No requieren del conocimiento y el aprendizaje pasado, ni del pensamiento abstracto para su

realización.

-No comportan valor o significación psicológica alguno.

Inteligencia y Tiempo de Inspección.

El TI (tiempo de inspección) es el tiempo mínimo necesario que una persona tarda en reconocer

de forma correcta un estimulo presentado durante un espacio de tiempo muy corto.

No tiene que ver con el TR, sino con la velocidad de aprehensión, pues la persona tiene todo el

tiempo que necesite; la rapidez en el procesamiento se evalúa disminuyendo el tiempo de

exposición hasta que el tiempo de presentación sea tan corto que las discriminaciones de los

sujetos sean por puro azar.

El procedimiento experimental básico consiste en mostrar al sujeto un estimulo simple,

generalmente dos líneas paralelas de diferente longitud. La persona tiene que decidir si la línea

más larga está a la izquierda o la derecha.

La tarea es tan simple que todo el mundo puede realizarla, pero la duración de la presentación es

tan corta, que se hace progresivamente más difícil decidir.


Motivación y Emoción

Según el diccionario de la RAE, la emoción puede definirse como una alteración del ánimo intensa

y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática. Otras

definiciones afirman que la emoción es una variación profunda pero efímera del ánimo, o

una conmoción afectiva de carácter intenso.

También se define la emoción como un conjunto complejo de respuestas químicas y neuronales

que aportan una respuesta distintiva y brusca ante el hecho quela provoca. Parece claro, pues, que

todas las definiciones concuerdan en la intensidad y en la brevedad de la experiencia

emocional, así como en el hecho de que se producen dentro del sujeto.

Etimológicamente, el término emoción deriva de emovere, en latín; emoción y movimiento

provienen del mismo verbo, lo que indica que las emociones conducen a la acción. Habitualmente

se entiende que la emoción es una experiencia multidimensional en la que, como mínimo,

conviven tres respuestas: cognitiva, conductual y fisiológica. Además, cada una de estas

dimensiones puede adquirir especial relevancia en una emoción en concreto, en una persona

en particular, o ante una situación determinada.

Sin embargo, existen otros conceptos similares a la emoción que frecuentemente se confunden o

se utilizan como sinónimos. No es fácil diferenciar algunos de ellos, pero vamos a intentar

aclararlos a continuación. Mientras que la emociones una reacción afectiva brusca y aguda

acompañada de síntomas somáticos, el sentimiento es la evaluación consciente que la persona

hace de la percepción de su estado corporal durante una respuesta emocional. El sentimiento

es más difuso y más duradero que la emoción, y no comporta una reacción somática tan

intensa. La emoción se relaciona con el cuerpo, mientras que el sentimiento lo está con la mente.
Por otra parte, el afecto es un proceso de interacción social entre personas. El afecto se da

y se recibe, mientras que las emociones sólo se experimentan en uno mismo. Finalmente, la actitud

emocionales el estado emocional y afectivo basal del sujeto que le conduce a reaccionar

de un modo similar ante ciertos sucesos vitales.

Funciones de las emociones

Todas las emociones tienen alguna función que les confiere utilidad, independientemente de

si producen placer o disgusto. Las emociones tienen tres funciones principales: adaptativas,

sociales, y motivacionales.

a) FUNCIONES ADAPTATIVAS: las emociones surgieron como el resultado de la ejecución

de respuestas fisiológicas controladas por el cerebro que permitieron sobrevivir a nuestros

antepasados. Por ello, algunas emociones son fruto de nuestros instintos primitivos, como la

alegría, la tristeza, el miedo o la ira. La emoción prepara al organismo para movilizar la energía

necesaria que conduzca a la ejecución de alguna conducta.

b) FUNCIONES SOCIALES: la expresión de las emociones es de gran valor en las relaciones

interpersonales, ya que permite predecir el comportamiento asociado con las mismas. Algunas

funciones sociales son conocer la conducta de los demás, comunicar los estados afectivos o

promover el altruismo, aunque también es cierto que pueden producirse malentendidos. La

represión de las emociones asimismo tiene una evidente función social ya que, en ocasiones,

es necesaria la inhibición de ciertas reacciones emocionales.


c) FUNCIONES MOTIVACIONALES: la relación entre motivación y emoción es intensa,

de modo que entre ambas se genera una gran interacción. Las emociones refuerzan y dirigen

la conducta motivada, haciéndola más efectiva.

Clasificación de las emociones

Una cuestión controvertida en este campo es si existen o no determinadas emociones básicas

o universales. Quienes defienden su existencia afirman que se trata de procesos fruto de la

selección natural, con un sustrato neural (activaciones de diversas partes del sistema nervioso

autónomo) y un estado afectivo asociado único, así como una expresión emocional transcultural

y universal. Sin embargo, algunos trabajos concluyen que no existe universalidad en el

reconocimiento y en la expresión de las emociones, siendo los sesgos metodológicos los

responsables de tales atribuciones. La clasificación derivada de la propuesta evolucionista de

las emociones, puesto que posee bastante trascendencia. Según ella, las emociones se dividen en:

- Emociones primarias: surgen como fruto del desarrollo evolutivo del sujeto en los primeros

momentos de la vida, como la sorpresa, el asco, el miedo, la alegría, la tristeza y la ira. Cada

una de ellas tiene una función adaptativa y se diferencian entre sí en cuanto a

procesamiento cognitivo, experiencia subjetiva, comunicación no verbal, afrontamiento, y

activación fisiológica.

- Emociones secundarias: son aquellas que aparecen en la infancia intermedia (2’5 -3 años)

como consecuencia de la maduración y de los procesos sociales. Ejemplos de ellas son la culpa,

la vergüenza, el orgullo, los celos, la arrogancia, el bochorno, etc. Sin emociones

primarias no pueden surgir las secundarias. Además, para que aparezcan las emociones
secundarias es necesario que el niño esté aprendiendo las normas sociales y que sea capaz

de evaluar su identidad personal de acuerdo a ellas.

El proceso emocional

El proceso emocional se inicia con la percepción de cambios en la situación externa o interna

del sujeto (desencadenantes emocionales), que son procesados por un primer filtro de evaluación

afectiva. Éste produce como consecuencia inmediata una reacción que incluye una expresión

corporal, una tendencia a la acción y unos cambios fisiológicos. Un segundo filtro (evaluación

cognitiva), muy influenciado por el aprendizaje y la cultura, modifica esta reacción afectiva dando

como resultado la respuesta observable. Antes de analizar paso a paso el proceso completo, haremos

un breve repaso de cómo ha evolucionado el cerebro humano para comprender el gran poder de

las emociones sobre la mente.

Inteligencia emocional

Aunque las definiciones populares de inteligencia hacen hincapié especialmente en los aspectos

cognitivos (como la capacidad matemática, verbal, lógica, etc), varios investigadores influyentes

en la psicología actual reconocen desde hace tiempo la importancia de otros aspectos no cognitivos

en ella. El concepto tradicional de inteligencia no permite explicar por qué algunas personas parecen

dotadas de un don que les permite vivir felizmente sin destacar por sus capacidades cognitivas, o

por qué los alumnos más brillantes no siempre terminan siendo los más exitosos en la vida. Por

otra parte, no existe una relación entre inteligencia tradicional y capacidad para enfrentar

contratiempos o superar las dificultades de la vida.


Las primeras raíces del concepto inteligencia emocional pueden hallarse en los tratados de

Darwin, quien afirmaba que la expresión de los sentimientos era clave para la supervivencia de la

especie humana. En 1983, Howard Gardner (1943-)introdujo la idea de incluir tanto la inteligencia

interpersonal (capacidad para comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras

personas) como la inteligencia intrapersonal (capacidad para comprenderse uno mismo, apreciar

los sentimientos, temores y motivaciones propios) en el concepto global de inteligencia.

Sin embargo, en 1995 Daniel Goleman (1947-) popularizó la inteligencia emocional gracias a sus

libros, que se convirtieron en best sellers en todo el mundo. Goleman indica que poseer inteligencia

emocional no significa simplemente “ser amable”, sino que a veces hay que afrontar realidades

incómodas que no es posible eludir por más tiempo.

Desarrollo del Ciclo Vital

En psicología se utiliza el término desarrollo haciendo un reconocimiento implícito dela existencia de

cambios psicológicos en el trascurso de toda la vida de una persona, por ello actualmente es

ampliamente utilizado el término ciclo vital. Atendiendo a esta variación continua, se estudian

aspectos del desarrollo biológico, del desarrollo cognitivo y del desarrollo psicosocial de los

individuos, aceptando la influencia de factores tanto ambientales como biológicos y siendo la

influencia de cada factor muy variable tanto individualmente como a lo largo del tiempo.

Actualmente no hay una opinión unánime sobre el tipo de variables que influyen en el desarrollo y

cuál es su aportación, de modo que suelen presentarse 3 dicotomías: herencia-ambiente, continuidad-

discontinuidad, y ideográfico-nomotético.
ESTADIOS PRIMERA INFANCIA (0-6 años): Aprender a andar, a reptar, a comer sólidos,

a hablar, a controlar los esfínteres, las diferencias sexuales y el pudor sexual, prepararse para

aprender a leer, formar conceptos y aprender el lenguaje para describir la realidad física y social.

MEDIANA INFANCIA (6-12 años):Aprendizaje de habilidades físicas necesarias para juegos

comunes, aprender a convivir con los semejantes, construcción de actitudes saludables hacia un mismo

como organismo en crecimiento, aprendizaje de los roles sociales masculinos y femeninos, desarrollo

de los conceptos necesarios para la vida diaria, desarrollo de la conciencia, la moralidad y la escala de

valores, adquisición de independencia personal, desarrollo de actitudes hacia los grupos sociales y las

instituciones.

ADOLESCENCIA (12-18 años):Adquisición de relaciones más maduras y nuevas relaciones con

pares de la misma edad y de los dos sexos, adquisición del rol social masculino o femenino,

aceptación del propio físico y utilización eficaz o acertada, adquisición de independencia

emocional de los padres y otros adultos, preparación para la convivencia en pareja y la vida

en familia, adquisición de un conjunto y un sistema de valores éticos como guía de

comportamiento, deseo y adquisición de un comportamiento socialmente responsable, selección de

una ocupación.

PRIMERA EDAD ADULTA (18-30 años): Selección de la pareja, aprendizaje de la convivencia con

pareja, formación de una familia, crianza de los hijos, gestión de la casa, inicio de la actividad laboral,

toma de responsabilidad social, búsqueda de un grupo social donde incluirse.

MEDIANA EDAD (30-60 años):Preparación y estimulación de los hijos y otros niños/adolescentes

para que se conviertan en adultos felices, adquisición de responsabilidad social y cívica como adultos,

logro y mantenimiento de una actuación-rendimiento-comportamiento satisfactorios en la carrera

ocupacional propia, desarrollo de actividades de ocio adultas, relacionarse con el cónyuge como
persona, aceptación y ajuste los cambios físicos y fisiológicos con la edad, ajuste al

envejecimiento delos progenitores.

MADUREZ (más de 60 años):Ajuste al descenso de la fuerza física y la salud, a la jubilación y a la

disminución de la renta, a la muerte de la pareja, establecimiento y afiliación explícita al grupo de

edad correspondiente, adopción y adaptación de los roles sociales de manera flexible, establecimiento

satisfactorio de cambios vitales físicos

Teoría de Jean Piaget

Jean Piaget (1896-1980) es conocido universalmente por su estudio del conocimiento humano, con un

énfasis especial en la formación del conocimiento en los niños. Formuló una teoría sobre el

desarrollo de la inteligencia humana (a partir de la observación de sus 3 hijos), de una gran

importancia histórica y muy influyente todavía en nuestros días, aunque también criticada por

su limitado rigor experimental y por subestimar en alguna etapa algunas de las capacidades de los

niños.

Lo realmente novedoso en su tiempo fue que se empeñó no sólo en la descripción del proceso de

desarrollo, sino en proporcionar una explicación de porqué ocurre. A menudo se habla de su

psicología genética donde hay que interpretar el término genética como referencia a génesis u

origen, es decir, una psicología centrada en el estudio de cómo se origina el conocimiento. Su

formación como biólogo se refleja en su perspectiva evolucionista, promulgando que el conocimiento

(la inteligencia) es la herramienta que tiene el ser humano para adaptarse al medio. De modo muy

escueto, las características generales de su teoría son:

-Intelectualismo: se ocupa esencialmente por los aspectos intelectuales del desarrollo, otorgando a los

factores afectivos o motivacional es un papel mucho menor. Este es un punto de crítica de sus

detractores.
-Biologismo: considera que la inteligencia humana es la forma superior de adaptación biológica.

La adaptación del organismo al medio se consigue con el equilibrio entre los procesos de

asimilación y acomodación. La asimilación supone incorporar a los esquemas cognitivos del

individuo información nueva pero similar a la existente, mientras que la acomodación es el

proceso de creación de nuevos esquemas o transformación de esquemas previos para incorporar

información totalmente novedosa. En términos de adaptación, la asimilación sería un ajuste

provisional pero rápido a las demandas del medio, mientras que la acomodación comportaría

una modificación más profunda del patrón de organización del individuo, a medio o largo plazo. .-

Interaccionismo: la inteligencia es producto de las interacciones entre sujeto y medio, de la actuación

del sujeto sobre el medio y no simplemente de su observación. Así, con dicha interacción el

sujeto formula y comprueba teorías, establece relaciones, etc. Dicha actuación hacia el medio puede

ser en el plano físico o mental

-Constructivismo: el conocimiento se va construyendo como resultado de la interacción con el

medio, de la interpretación de las diversas situaciones a las que se enfrenta el individuo, y del

equilibrio entre asimilación y acomodación. Partiendo de la premisa de que no existen ideas innatas,

Piaget propone la existencia de unas unidades básicas de organización, los esquemas de acción, que

permiten que una acción se repita o que se aplique a otras situaciones.

El nivel superior de organización de los esquemas son las estructuras, donde la información puede

entrar, salir, o reubicarse de manera flexible. Así, generando esquemas y estructuras se va

construyendo la inteligencia, y el resultado depende mucho de cómo estén organizados los esquemas

en dichas estructuras.
ESTADIO SENSOMOTRIZ. En el estadio sensomotriz el desarrollo de la inteligencia está

esencialmente ligado a la aparición de destrezas y habilidades sensomotrices, con el punto culminante

alrededor de los 18 meses. En el estadio de las operaciones concretas aparece la capacidad de

representación, que denominamos función simbólica: la imitación, el dibujo, el juego, el lenguaje.

Inicialmente el niño se caracteriza por su pensamiento intuitivo y prelógico, y posteriormente

desarrolla el pensamiento lógico todavía ligado a la acción, es decir, el niño ejecuta una acción,

experimenta, y luego elabora una teoría lógica sobre su experiencia.

LOS DOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA La visión juega un papel muy importante en el desarrollo,

y muy especialmente en el del niño pequeño, incluso en el neonato. Los aprendizajes de los más

pequeños están muy influenciados por la observación y la copia de modelos. Para los neonatos, el

vínculo con los padres está relacionado con la observación de su rostro, a la vez que la

expresividad del niño reforzará el vínculo que sienten sus padres.

Durante los dos primeros años de vida el niño pasa de emitir sonidos sin ninguna intención

comunicativa, a formular oraciones muy simples con una relativa corrección sintáctica. La

intencionalidad comunicativa existe, aunque de manera muy simple, a partir de las 4 -6 semanas.

INFANCIA ADOLESCENCIA. A partir de los 2 años los cambios continúan, pero a un ritmo distinto.

En la primera infancia, hasta los 6 años, la evolución en las actividades motrices es aún muy notoria

y el niño va logrando conductas motrices cada vez más complejas tanto de motricidad gruesa como

de motricidad fina: logrará correr con velocidad variable, detenerse súbitamente, trepar, dar

volteretas, chutar una pelota, ir en bicicleta, columpiarse, utilizar correctamente los cubiertos,

ensartar cuentas en un cordón, abrochar botones, coger correctamente un lápiz o un pincel, asir y

utilizar unas tijeras.


Durante esta etapa también es importante el progreso en la producción y la utilización intencional

del lenguaje. A partir de los 6 años el desarrollo en las áreas motriz y de lenguaje continúa, pero van

tomando más relevancia las áreas psicosocial y cognitiva, muy relacionadas con la escolarización y

la socialización de los niños y adolescentes, y fundamentales en su preparación para la vida

adulta.

A partir de los 7 años la expansión del vocabulario es rápida, y está mediada por diversos

factores como el contexto familiar, escolar, social, la propia inteligencia, etc. Llegados a la edad

adulta, la producción del lenguaje se estima entre 3000 y 5000 palabras (aunque hay una gran

diversidad de opiniones), y el lenguaje receptivo (lo que se puede comprender) puede abarcar

20.000 palabras o más. El lenguaje receptivo es, a todas las edades, más extenso que el lenguaje

expresivo. En el juego simbólico el niño inicialmente habla con relación a él y para sí mismo, el

lenguaje es egocéntrico y con escasa intención comunicativa como consecuencia del egocentrismo

de su pensamiento y del escaso lenguaje expresivo. Conforme avance en su desarrollo será capaz

de hablar de objetos, situaciones o personas ajenos a él, con una intención plenamente comunicativa

y con una gran riqueza léxica.

A lo largo de la infancia y la adolescencia ocurre el proceso de socialización, que conlleva el

aprendizaje y la interiorización de las normas y los valores de la sociedad de pertenencia.

Para los niños más pequeños los contextos que fundamentalmente intervienen en la socialización

son la familia y la escuela, pero a medida que avanzan de edad, y particularmente durante la

adolescencia, entran en juego los grupos de amigos y las actividades extraescolares, sean lúdicas,

deportivas o de carácter académico.

Hasta alrededor de los 4 años los niños no son capaces de reconocer emociones sencillas

universales (alegría, tristeza, miedo, sorpresa, enfado), y hasta los 8-10 años no son capaces de
reconocer emociones complejas más influenciadas por el contexto sociocultural(culpabilidad,

celos, orgullo, agradecimiento, compasión...) y mostrar empatía; ocurre algo similar con el

reconocimiento o la identificación de algunas sensaciones, sobre todo de malestar.

Los niños del periodo preoperacional se caracterizan por tener un sentido de la responsabilidad

objetivo, es decir, cuando evalúan una situación tienen en cuenta lo que ven, el significado directo,

sin tener en cuenta que a veces intenciones y consecuencias no concuerdan Mientras son pequeños,

no se sienten responsables o con posibilidad de control sobre su salud. Cuando devienen niños

mayores y adolescentes adquieren el sentido de responsabilidad subjetivo, de modo que sí que

atienden a las intenciones de quien causa un hecho, y alrededor de los 10 años van tomando

conciencia de su responsabilidad y posibilidad de control sobre su salud.

Así, cuando se dan explicaciones o instrucciones a los más pequeños, deben ser escuetas,

concretas, objetivas y sencillas de ejecutar, mientras que con los mayores se puede trabajar

más ampliamente la prevención.

A medida que el niño crece va adquiriendo conocimiento sobre sí mismo hasta poder pensar

sobre sí mismo y sus propios pensamientos, actos, o actitudes, y paralelamente irá desarrollando

el sentimiento de autoestima. Los más pequeños se definen a sí mismos solamente por sus

rasgos físicos, después se definen a partir de las actividades que ejecutan , alrededor de los

10 años empiezan a definirse a partir de rasgos psicológicos y posteriormente se definen también

según sus valores sociales y morales, y su sistema de creencias.

El pensamiento formal no se centra solamente en el aquí y ahora, sino que el adolescente en su camino

hacia la edad adulta irá adquiriendo la capacidad de pensar en diversas posibilidades, tratarlas
como hipótesis y someterlas a prueba desarrollando su capacidad crítica de la realidad. Así, en el

pensamiento formal lo que es real se subordina a lo que es posible, se emplea el método hipotético-

deductivo, tiene carácter proposicional porque se formula en enunciados verbales de pensamiento

lógico, y utiliza la combinatoria al contemplar todas las opciones de posibles variables.

EDAD ADULTA. La edad adulta es una etapa muy activa del desarrollo vital de la persona, a nivel

laboral, social, intelectual y psicológico, y más variable a nivel cualitativo que cuantitativo,

marcada por los acontecimientos que típicamente ocurren en esta etapa del ciclo vital. Si durante la

infancia y la adolescencia lo común es que haya un progreso en todas las áreas de desarrollo en

términos de ganancia, con la llegada de la edad adulta parece ser que empieza a instalarse un juego

entre ganancias y pérdidas o regresiones donde el adulto avanzará con más o menos éxito en función

de su respuesta adaptativa frente a las demandas de la situación y sus capacidades.

Sin embargo, es importante remarcar que es una etapa en la que hay más estabilidad que

cambio, y que la variabilidad interindividual aumenta conforme se avanza en la etapa. A efectos

prácticos en este texto asignaremos esta etapa a los individuos con edades comprendidas entre los 18

y los 65 años, a sabiendas que las diferencias entre los más jóvenes, los de mediana edad, y

los mayores serán importantes.

En la edad adulta suele iniciarse la actividad laboral, ocurre la selección de pareja, se adquiere la

responsabilidad social y se construye la identidad propia, probablemente se forme una familia y

se deban criar y educar a los hijos, en el área laboral posiblemente se progrese y se logre un buen

nivel de rendimiento y satisfacción personal, y conforme se avance en edad deberán realizarse


ajustes a los cambios físicos y fisiológicos del cuerpo, a la progresiva independencia de los hijos, o al

envejecimiento de los progenitores.

Los acontecimientos vitales que empiezan a manifestarse hacia los 40 años son previsibles, con

lo que es importante disponer de cierta flexibilidad para adaptarse a los cambios, y es necesario

tener en cuenta cómo se utilizan las estrategias de afrontamiento para evitar que aparezca la

crisis(inteligencia social, emocional, cognitiva).

El nivel de autoconocimiento y autoconciencia se expande enormemente. A menudo la valoración

del desarrollo psicosocial de los adultos hasta los 30-35 años se realiza en términos de rendimiento

(finalización de estudios superiores, inicio y progreso en la actividad laboral, responsabilidades

familiares), y a partir de los 30-35 años se realiza más en términos de satisfacción de lo que ya se ha

alcanzado.

Aún reconociendo lo estereotípico de la barrera de los 40 años, es cierto que alrededor de esta

edad (actualmente quizás más tarde, porque se ha retrasado el periodo estudiantil, el inicio de la

actividad laboral, la maternidad/paternidad) el individuo se cuestiona su vida en términos de

satisfacción: ¿qué he hecho hasta ahora?¿ha valido la pena?, ¿me siento satisfecho?¿elijo cómo

vivo?, ¿hacia dónde dirijo mi vida? A lo largo de esta etapa también ocurren (o adaptativamente

deberían ocurrir) cambios en el proceso de control, es decir, las conductas relacionadas con el

control deben adaptarse en función de las demandas en cada edad.

Algunos autores (Heckhausen y Shultz, 1995) sugieren dos tipos de control, primario y secundario,

que conceptualmente se asemejan a los procesos de asimilación y acomodación que proponía

Piaget. El control primario sería equiparable a la asimilación, el sujeto intenta adecuar el entorno

a sus necesidades, mientras que el control secundario sería equiparable a la acomodación, el sujeto
realiza cambios en sí mismo para adaptarse a las exigencias del entorno, y tiene la función

compensatoria de minimizarlas carencias, regresiones o pérdidas cuando el control primario no ha

logrado sus objetivos.

Entre los adultos jóvenes y de mediana edad es adaptativo ser optimista sobre los propios procesos de

control primario, pero en la edad adulta avanzada es más adaptativo destinar esfuerzos a adoptar

nuevas conductas de control secundario. Mientras que es adecuado que el control primario se

mantenga más o menos constante, el control secundario debería prosperar para la adaptación

progresiva al cambio debido a la edad.

En la descripción de los estadios del desarrollo intelectual, Piaget esgrime que la forma más

evolucionada de pensamiento es el pensamiento formal. Sin embargo desde muchos foros se

sostiene que el desarrollo cognitivo no se culmina al finalizar la adolescencia sino que esta

forma de pensamiento se supera por el denominado pensamiento post-formalo dialéctico que

favorece la aportación de soluciones y la buena adaptación al entorno. Como se ha indicado

anteriormente, el cambio es en términos más cualitativos que cuantitativos: el pensamiento

post-formal implica el desarrollo de habilidades de relación, síntesis e integración, que

permiten establecer vínculos entre distintos dominios del conocimiento y compensar la regresión

en algunas capacidades, si se da el caso.

Así, se potencia una flexibilidad cognitiva que permitirá la adecuación a los cambios, la adopción

de nuevas actitudes e ideas y el abandono de otras, el cambio de creencias, etc. Los rasgos del

pensamiento post-formal se pueden resumir en los siguientes:


- Relativismo: para entender el significado de determinados acontecimientos es

imprescindible contextualizarlo, conocer el contexto donde ocurren; el conocimiento y los

sistemas de valores construidos socialmente están en revisión constante.

- Aceptación de contradicciones: se adoptan soluciones de compromiso para superar puntos

de vista antagónicos, se aceptan puntos de vista distintos a los propios, y se acepta que

la mayoría de problemas cotidianos tienen más de una solución

- Asunción y convivencia con estados de incertidumbre, y reconocimiento de la

utilización de procedimientos erróneos: conciencia de que no puede tenerse conocimiento

sobre todo, que no existen verdades absolutas sino que a menudo las situaciones

cotidianas implican procesos probabilísticos y la toma de decisiones de riesgo, y que a

veces la decisiones que se toman son equivocadas

- Alejamiento de posiciones/ideas polarizadas o dicotómicas y adopción de

posiciones/ideas integradoras

- Pensamiento metasistémico: posibilidad de comparar y abstraer relaciones entre sistemas

abstractos y a veces incompatibles

El adulto en general tiene un mayor conocimiento de sus limitaciones por lo que es menos

impulsivo y más reflexivo en la resolución de problemas, asimismo tiene mayor

capacidad de descentración o de distanciamiento respecto de las situaciones o problemas

difíciles, con lo que la menor implicación emocional le permite ser más racional y efectivo a

la hora de resolverlos. Además tiene mayor capacidad para extraer conocimiento de las

experiencias vividas y utilizarlo en situaciones complejas o ambiguas.


VEJEZ. En esta etapa hemos incluido a los individuos que superen los 65 años de edad,

conscientes de que durante buena parte de la primera década en muchos de ellos no habrá

grandes diferencias en los planos físico, psicológico y cognitivo, respecto de la etapa adulta, y que

no se corresponden en absoluto con la imagen de un anciano con las facultades mermadas.

Lo que sí es cierto, es que en el juego entre ganancias y pérdidas o regresiones que aparecía

en la edad adulta ahora será cada vez más notable el desequilibrio hacia las regresiones y

pérdidas.

En la actualidad en los países desarrollados y en un contexto sociocultural y unas condiciones

económicas aceptables, mientras el envejecimiento siga su curso normal(envejecimiento primario),

sin enfermedades crónicas, los individuos pueden desenvolverse con relativa facilidad y con un buen

grado de autonomía hasta alcanzar los 75-80 años, nuestros ancianos pueden ser activos,

competentes y autónomos. Cuando el envejecimiento es patológico o acelerado (envejecimiento

secundario),o las condiciones económicas o el contexto sociocultural son desfavorables la

dependencia acontece antes.

Es destacable en este grupo la gran variabilidad tanto intraindividual (estabilidad/inestabilidad de un

mismo individuo a lo largo del tiempo) como interindividual (semejanzas/diferencias entre

individuos de la misma edad), en las funciones físicas, psicológicas o cognitivas. El grupo

es muy heterogéneo, y dicha heterogeneidad se incrementa a medida que aumenta la edad de sus

integrantes. Las tareas del ciclo vital a las que habrá que ajustarse son, entre otras, el descenso de la

fuerza física y la salud, la jubilación y la disminución de la renta, la pérdida de familiares,

amigos y/o pareja, la adopción del rol de abuelos, la adaptación flexible a los cambios vitales

físicos, la pérdida de autonomía o independencia, la proximidad a la muerte, etc.


En el plano psicosocial, dado que muchos de los cambios que vayan ocurriendo son progresivos

y no son inesperados, toma mucha relevancia la percepción de control, es decir, el grado en el que el

individuo percibe que existe una relación entre sus acciones y los acontecimientos que le siguen. En

función de cómo la persona mayor perciba que tiene este control logrará un bienestar físico y

emocional, traducido en un menor grado de estrés, el logro de realización de muchas de sus

actividades de la vida diaria, y el mantenimiento e incluso incremento de conductas saludables.

Personalidad

Según la Teoría Cognitiva, la personalidad se entiende desde el punto de vista de las creencias, que el

sujeto elabora conceptos y formas, además de las explicaciones de los acontecimientos.

Si autores como Cattell se basaban en la tabla periódica para formular su teoría de los rasgos, la teoría

cognitiva se basa en el funcionamiento del ordenador para explicar la cognición.

La teoría de del rasgo desde los acercamientos cognitivos es la forma en que las personas varían su

conducta, para enfrentarse a demandas específicas. Dependiendo de la demanda, el sujeto se

comportará de una manera u otra.

La personalidad, o estructura de personalidad, es el conjunto de rasgos psicológicos que define todo

el universo de sentimientos y cogniciones, que configura los comportamientos y la manera habitual

en que el individuo se relaciona consigo mismo y con los demás.

La psicología contemporánea define la personalidad, por tanto, como un patrón de funcionamiento

consolidado, que se refleja en una generalidad y coherencia de respuestas en distintos tiempos y

contextos por parte del sujeto.

Otras connotaciones del concepto personalidad, tienen que ver con la representación que el individuo

tiene de sí mismo y con la manera en que se presenta al mundo. Desde esta perspectiva la personalidad
es la “máscara” que enseñamos fuera; una estrategia para ocultar algún aspecto interno y conseguir

mejor aceptación social o, simplemente, para preservar una idea más valorizante de nosotros mismos.

De hecho, el origen epistemológico del concepto persona se remonta a la antigua Grecia, donde

significaba justo máscara. Allí, en el teatro, se colocaban las máscaras, para representar las diferentes

personalidades impostadas por el actor. En la actualidad, la psicología describe las personalidades

“como si” para referirse a aquellos individuos que escenifican sus emociones sin sentirlas en realidad.

Un concepto que tendemos a confundir con personalidad es el de identidad. Este último, se refiere a

la representación que tenemos de nosotros en relación a las pertenencias de las que formamos parte,

y que está muy relacionado con los sentimientos de certeza existencial. Esta diferencia entre ambos

conceptos, también se perfilaba ya desde la antigua Grecia, en todas las reflexiones filosóficas sobre

el Ser y el no Ser, la esencia y la apariencia, o lo inmutable y lo cambiante.

En la actualidad, la psicología ha optado por describir los diferentes tipos de personalidad de manera

pragmática, es decir, en función de las diferentes maneras en que se relacionan con sus propios

sentimientos y con las demás personas. Cuando estos patrones de funcionamiento se tornan rígidos y

desadaptativos, nos encontramos ante los llamados trastornos de la personalidad.


Referencias Bibliográficas

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Signoret Dorcasberro, Alina (2009, marzo). Cognición; pensamiento y lenguaje: Estudios de

Lingüística aplicada. (en línea) Disponible en: https://ela.enallt.unam.mx/index.php/ela/article/537

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