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función de lo que hace, del tiempo y el espacio en ele las maneras de hacer y en sus relaciones con
los cuales esta actividad se ejerce. Tener tal 0 cual maneras de ser y formas de visibilidad. Antes de
"ocupación" define competencias o incompetencias fundarse en el contenido inmoral de las fábulas, la
respecto a lo común. Eso define el hecho de ser proscripción platónica de los poetas se fu nda en la
o no visible en un espacio común, dotado de una imposibilidad de hacer dos cosas al mismo tiempo.
palabra común, etc. Hay entonces, en la base de Ja El problema de la ficción es primero un problema
política, una "estética" que no tiene nada que ver de distribución de lugares. Desde el punto de vista
con esta "estetización de la política" propia de Ja platónico, la escena del teatro, que es a la vez el
"época de masas", de la cual habla Benjamin. Esta espacio de una actividad pública y el lugar de
estética no puede ser comprendida en e l sentido exhibición ele "fantasmas", confunde el reparto de
de una captación perversa de la política por una identidades, de actividades y de espacios. Sucede
voluntad de arte, por el pensamiento del pueblo Jo mismo con la escritura: yéndose a la derecha y
como obra de arte. Si nos apega mos a Ja a nalogía, a la izquierda, sin saber a quién hay o no hay que
podemos e ntenderla e n un sentido kan tia no hablar, la escritura destmye toda base legítin1a de
- eventualmente revis itado por Foucault- como la circulac ión de la palabra, ele la relación entre
e l sistema de fo rmas a priori que determinan los efectos de la palabra y de las posiciones de
lo q ue s~ da a sentir. Es un recorte de tiempos y cuerpos en el espacio común. Platón desprende
de espacios, de lo visible y de lo invisible, de Ja así dos grandes modelos, dos grandes formas de
palabra Y del mido que define a la vez el Jugar existencia y de efectividad sensible de la palabra,
Y la problemática ele la política como forma de el teatro y la escritura -que serán también formas
experiencia. La política trata de Jo que vemos y de estmcturación para el régimen de las artes en
~e lo que podemos decir al respecto, sobre quién general- . Ahora bie n, éstas se revelan de entrada
tlen.e la competencia para ver y la cualidad para comprometidas con un cierto régimen de la política,
dec'.r, sobre las propiedades de los espacios y los un régimen de indeterminación de identidades,
posibles del tiempo. de eleslegitimación de posiciones de palabra, de
Es a partir ele esta estética primera q ue podemos desregu lación de repartos del espacio y del tiempo.
Este régimen estético de la política es propiamente
plantear la cuestió n de las "prácticas estéticas" en
el de la democracia, el régimen de la asamblea de
el sentido en que nosotros las entendemos, es d~cir
los artesanos, de las leyes escritas intangibles y de
formas de visibilidad de prácticas del arte, del Jugar
la institució n teatral. Al teatro y a la escritura, Platón
q ue ellas ocupan, de lo que "hacen" a Ja mirada de
opone una tercera forma, una buenaf~rma del arte,
lo común. Las prácticas artísticas son "maneras de
la forma coreográfica de la comunidad que canta y
hacer" que intervienen en la distribución general
danza su propia unidad. En suma, Platón desprende

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tres ma neras cuyas prácticas de la palabra y del tocios los sujetos es la negación ele toda relación
cuerpo proponen figuras de comunidad. Está la de necesidad entre una forma y un contenido
superficie de signos mudos: superficie de signos determinados. Pero esta indiferencia, ¿qué es e n
que son, dice, como pinturas. Y está el espacio del definitiva sino la igualdad misma de todo lo que
movimiento de los cuerpos que se divide él mismo adviene sobre una página de escritura, disponible
e n dos modelos antagónicos. Por un lado está e] para tocia mirada? Esta igualdad destruye todas las
movimie nto de los simulacros de la escena, ofrecido jerarquías de la re presentación e instituye también
a las identificaciones del público. Por el otro está la comunidad de los lectores como comunidad sin
el movimiento auténtico, el movimiento prop~o de legitimidad, comunidad dibujada por la sola circu-
los cue rpos comunita rios. lación aleatoria de la lecra.
La superficie de signos "pintados", el desdo- Hay así una politiciclacl sensible atribuida ele
blamiento del teatro, el ritmo del co ro danzante: e ntrada a grandes formas d e re parto estético
he a hí tres formas de reparto de lo sensible que como el teatro, la página o el coro. Esas "políticas"
estructuran la manera en que las artes pueden ser sigue n su lógica propia y vuelven a proponer sus
p ercibidas y pe nsadas como artes y como formas servicios e n é pocas y e n contextos muy diferentes.
ele inscripció n del sentido de la comunidad. Estas Pensemos en la manera e n que esos paradigmas
formas definen la manera en que las obras 0 per- han funcionado en el nudo arte/ política a finales
formances "hacen política", cualesquie ra sean por del siglo XIX y a comienzos d el siglo XX. Pensemos,
otra parte las intenciones q ue ahí rigen, los mo dos por ejemplo, en el rol asumido po r el paradigma de
de inserción sociales de los artistas o la maneras e n la página e n sus d iferentes formas, que exced en la
que las formas artísticas reflejan las estructuras 0 Jos materialidad de la hoja escrita: existe la democracia
movimientos sociales. Cuando a parecen Madame novelesca, la democracia indifere nte de la escritura
Bovary o La educación sentimental, estas obras son tal como la simbolizan la novela y su público. Pero
inmediatamente percibidas como "la democracia existe también la cultura tipográfica e iconográfica,
en literatura", a pesar d e la postura aristocrática ese entrelazamie nto de poderes de la letra y de la
y el conformismo político de Fla ube rt. Incluso su imagen, que ha jugado un rol tan importante en
rechazo de confiar a la literatura mensaje alguno es el Renacimiento y que las viñetas, [cuis-de-lampe)
conside rado corno un testimonio de la igualdad de- e innovaciones d iversas de la tipografía romántica
mocrática. Es demócrata, d icen sus adversarios, por han despe rtado. Este modelo confunde las reglas
su toma de partido por pintar en lugar de instruir. de correspondencia a distancia entre lo decible
Esta ig ualdad de indiferencia es la consecue ncia y lo visible propias de la lógica representaciva.
de una torna d e partido poética. La igualdad de Confunde también el reparto entre las obras del

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arte puro y las decoraciones del arte aplicado. Es paiticipó, en el Renacimiento, en la valorizació n
por esto que ha jugado un rol tan impo rtante -y de la pintura, en la afirmación de su capacidad
generalmente subestimado- en el trastorno del de captar un acto de palabra viva, el momento
paradigma representativo y en sus implicaciones decisivo de una acción y de una significación. La
políticas. Pienso particularmente en su rol en el poética clásica de la representación quiso, contra
movimiento Arts and Crafts y en todos su derivados d rebajamiento platónico de la mimesis, dotar de
(Artes decorativas, Bauhaus, constructivismo) donde una vida a lo "plano" de la palabra o del "cuadro'',
se definió una idea del mobiliario -en sentido de una profundidad específica, como manifestación
amplio- de la comunidad nueva, que inspiró de una acción, expresión de una interioridad o
también una idea nueva de la superficie pictórica 1ransmisión de una significación. Ella ha instaurado
como superficie de estructura común. entre palabra y pintura, entre decible y visible, una
relación de correspondencia a distancia, dando a
El discurso modernista presenta la revolución
pictórica abstracta como el descubrimiento por la imitación su espacio específico.
parte de la pintura de su "medium" propio: Ja Es esta relació n la que está en cuestión en la
superficie bidimensional. La revocación de la ilusión pretendida distinción ele lo bidimensional y ele
perspectivista de la tercera dimensión devolvería lo tridimensional como "propios" de tal o cual
a la pintura el dominio de su propia superficie. arte. Es entonces sobre lo plano de la página,
Pero precisamente esta superficie no tiene nada en el cambio de fu nción de las "imágenes" ele la
de propia. Una "superficie" no es simplemente una literatura o el cambio del discurso sobre el cuadro,
composició n geométrica de líneas. Es una forma pero también entre los trazos de la tipografía, del
de reparto de lo sensible. Escritura y pintura eran afiche y de las artes decorativas, que se prepara en
para Platón superficies equivalentes de signos gran parte la "revolución anti-representativa" de la
mudos, privados del soplo qu e anima y transporta pintura. Esta pintura, tan mal denominada abstracta
la palabra viviente. Lo plano, en esta lógica, no se y supuestamente devuelta a su medium propio,
opone a lo profundo, en el sentido trid imensiona l. forma parte ele una visió n de conjunto de un nuevo
Se opone a lo "vivo". Es al acto de palabra "viva'', ho mbre alojado en nuevos edificios, rodeado de
conducida por el locutor hacia el destinatar io objetos diferentes. Su planicie está ligada a la de
adecuado, que se opone la superficie muda de Jos la página, del afiche o de la tapicería. Ésta es la de
signos pintados. Y la adopción por la pintura de una interfase. Y su "pureza" anti-representativa se
la tercera dimensió n fue tambié n una respuesta a inscribe en un contexto de entrelazamiento del arte
ese reparto. La reprodu cción de la profu ndidad pu ro y del arte aplicado, que le da de entrada una
ó ptica estuvo ligada al privilegio de la historia. Ella significación política. No es la fiebre revolucio naria

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que lo rodea la que hace al mismo ciempo de "formal" de un arte y princ1p10 de re-partición
Malevitch el autor del Cuadrado negro sobre fondo político de la experiencia común. Pod ríamos, del
bla nco y el cantor revolucionario de las "nuevas mismo modo, reflexionar sobre las otras grandes
fo rmas de vida''. Y no es algún ideal teatral del formas, la del coro y del teatro q ue mencionaba, y
ho mbre nuevo lo que sella la alianza momentánea orras. Una histo ria de la política estética, entendida
entre políticas y artistas revolucionarios. Es primero c.:n este sentido, debe tomar en cuenta la manera
en la interfase creada entre "sopo rtes" diferentes, en q ue estas gra ndes fo rmas se o po ne n o se
en los lazos tejidos entre el poema y su tipografía c.:ntremezclan . Pienso, por ejemplo, en la manera en
o su ilustración, entre el teatro y sus diseñadores la cual este paradigma de la superficie de signos/
y afichistas, entre el objeto decorativo y el poema, formas se o puso o mezcló al paradigma teatral
que se forma esta "novedad" q ue va a ligar al artista de la presencia - y a las diversas formas que este
que supri me la figuración, al revolucionario q ue paradigma pudo él mismo tomar, de la figu ración
inventa la vida nueva. Esta interfase es política en simbolista de la leyenda colectiva al coro en acto
tanto q ue revoca la doble política inherente a la de los hombres nuevos-. La política se juega ahí
lógica representativa. Por una parte, ésta separaba el como relación entre la escena y la sala, significación
mundo de las imitaciones del arte y el mundo de los dc.:l cuerpo del actor, juegos de la proximidad o de
intereses vitales y las grandezas político-sociales. Por la distancia. Las prosas críticas de Mallarmé ponen
otra, su o rganización jerárqu ica -y particularmente c.: jemplarmente en escena el juego de referencias
e l primado de la palabra/ acció n viva sobre la nuzadas, oposiciones o asimilaciones entre esas
imagen pintada- constituía una analogía respecto formas, desde el teatro íntimo de la página o la
al orden político social. Con el triunfo de la página rnreografía caligráfica hasta e l nuevo "oficio" del
novelesca sobre la escena teatral, el entrelazamiento concierto.
igualitario de las im ágenes y los signos sobre la Por una parte, entonces, esas formas aparecen
superficie pictó rica o tipográfica, la promoción del romo po rtadoras de figuras de comunidad iguales
arte de los artesanos al gran arte y la pretensión a sí mismas e n contextos muy diferentes. Pero,
nueva de poner el arte en el decorado de toda inversamente, ellas son susceptibles de ser asignadas
vida, es todo un recorte o rdenado de la experiencia a paradigmas políticos contradictorios. Tomemos el
sensible que zozobra. e jemplo de la escena trágica. Para Platón, ella es
De manera que lo "plano" de la superficie de ponadora del síndrome democrático y al mismo
los signos pintados, esa fo rma de reparto igualitario tic.:mpo de la fuerza de la ilusión. Al aislar la mimesis
de lo sensible estigmatizado po r Platón, interviene en su espacio propio, y al circunscribir la tragedia
al mismo tiempo como principio de revolución l' ll una lógica de los géneros, Aristóteles redefine,

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incluso si no es su propósito, su politicidad. Y, en He citado tres formas a causa de su identificación


el sistema clásico de la representación, la escena l'<>nceptua l platónica y de su constancia histórica.
trágica será la escena de visibilidad de un mundo l·:videntemente, no definen la totalidad de las maneras
en orden, gobernado por la jerarquía de sujetos y en que las figuras de la comunidad se encuentran
la adaptación de situaciones y maneras de hablar estéticame nte bosquejadas. Lo importante es que es
ele esta jerarqu ía. El paradigma democrático se e n este nivel, el del recorte sensible de lo común
habrá vuelto un paradigma monárquico. Pensemos de la comunidad, de las formas de su visibilidad
también e n la larga y contradictoria historia de y de su disposición, que se plantea la c uestió n
la re tó rica y del modelo del "buen orador". A lo de la relación esté tica/ política. Es a partir de ahí
largo ele toda la é poca monárquica, la elocuencia que podemos pensar las intervenciones políticas
d emocrática demosteniana significó una excelencia de artistas, desde las formas lite rarias románticas
de la palabra, ella misma planteada como el atributo del desciframiento de la sociedad hasta los modos
imaginario del poder supre mo, p e ro ta mbié n nmtemporáneos de la pe1fonnance y la instalación,
sie mp re disponible p a ra retoma r s u función pasando por la poética simbolista del sueño o la
de mocrática, al prestar sus formas can ónicas y sus supresión daclaísta o constructivista del arte. A partir
imágenes consagradas a la apa rición transgresora de ahí pueden po ne rse en tela de juicio nume rosas
en la escena pública ele locutores no autorizados. historias imaginarias de la "modernidad" artística y
Pe nsemos incluso en los destinos contradictorios los vanos debates sobre la autonomía del arte o su
del modelo coreográfico. Trabajos recientes han sumisió n a la política. Las artes no prestan nunca a
recordado los avatares ele la escritura del movimiento las empresas de la dominación o ele la emancipación
elaborada por Laban en un contexto de liberación más que lo que ellas puede n prestarles, es decir,
de los cuerpos y convertida e n el mo delo de las simple me nte lo que tienen e n común con ellas:
graneles demostraciones nazis, antes de e ncontrar, posiciones y movimientos de cue rpos, funciones
en el contexto contestatario del arte perfomativo, de la palabra, reparticiones d e lo visible y de lo
una nueva virginidad subversiva. La explicación invisible. Y la a utonomía de la que ellas pueden
be njaminiana pN medio de la estetización fatal ele gozar o La subversión que ellas puede n atribuirse,
la política e n ''la e ra de las masas" quizá olvida el descansan sob re la misma base.
lazo muy antiguo entre el unanimismo ciudadano y
la exaltación del libre movimiento de los cuerpos.
En la polis hostil al teatro y a la ley escrita, Platón
recomendaba mecer si n tregua a los niños de ·
pecho .

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2. De los regímenes del arte y del escaso es identificado tal cual, sino que se encuentra
interés de la noción de modernidad subsumido por la pregunta por las imágenes.
Hay un tipo de seres, las imágenes, que son
Algunas de las categorías mds centrales para objeto de una doble interrogación: la de su origen
pensar la creación artística del siglo XX a saber, y, por consiguiente, de su contenido de verdad; y
las de modernidad, de vanguardia y. desde la de su destino: los usos a los cuales sirven y los
hace algún tiempo, de posmodernidad, resultan d ectos que ellas inducen. De pende de este régimen
tener igualmente un sentido político. ¿Le parece la cuestión de las imágenes de la divinidad, del
que ellas posean a/giin interés para concebir en
derecho o de la prohibició n de producirlas, del
términos precisos eso que liga "la estética" con lo
"político"? estatuto y de 'ta significación de las imágenes que
han producido dicho régimen. Depende también
No creo q ue las nociones de mode rnid ad y toda la polémica platónica contra los simulacros
de va nguardia haya n s id o s uficiente me nte de la pintura, del poema y de la escena. Platón no
esclarecedoras para pensar las nuevas formas del somete, como frecuentemente se dice, el arte a la
arte del último siglo, ni las relaciones de la estética política. Esta distinció n misma no tiene sentido para
con lo político. Ellas mezclan en efecto dos cosas é l. El arte para Platón no existe, sino solamente artes,
muy diferentes. Una es la historicidad propia de maneras de hacer. Y es entre ellas que traza la línea
un régimen de las artes en general. La otra, son de reparto: hay artes verdaderas, es decir, saberes
las decisiones de ruptura o de anticipación que fundados en la imitació n de un modelo con fines
operan en el interior de ese régimen. La noción de definidos, y simulacros de arte que imitan simples
modernidad estética recubre, s in darle concepto apariencias. Estas imitaciones, diferenciadas por su
alguno, la singularidad de un régimen particular de origen, lo son además por su función : po r la manera
las artes, es decir, de un tipo específico de vínculo en que las imágenes del poema da n a los niños y a
entre modos de producción de obras o de prácticas, los espectado res ciudadanos cierta educación, y se
fo rmas de visibilidad de esas prácticas, y modos de inscriben en el reparto de ocupaciones de la polis.
conceptualización de unas y de otras. Es en este sentido que hablo de régimen ético de
las imágenes. En este régimen se trata de saber
Aquí se impone un rodeo para esclarecer esta en qué medida la manera de ser de las imágenes
noción y situar el problema. En relació n con lo concierne al ethos, la manera ele ser de individuos
qu e llamamos arte, podemos en efecto distinguir,
y de co lectividades. Y esta cuestión impide al "arte"
en la tradición occidental, tres grandes regímenes
individualizarse como taF.
de identificació n. En primer lugar se encuentra
1 Podemos comprender a partir de csro el paralogismo contenido en todas 1as
lo q ue propongo denominar un régimen ético 1c:11tativas por deducir las características de las artes dd csratuto ontológico de
de las imágenes. En este régime n, "el arte" no Lis imágenes (por ejemplo, las im:esances tentativas de extraer de la ecología

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Del régimen ético de las imágenes se separa el l.o que destaca en primer término es el hecho del
régimen poético -o representativo- de las artes. Éste poema, la fabricación de una intriga que dispone
identifica el hecho del arte -o más bien de las artes- acciones que representan a hombres actuando, en
en la pareja poiesis(mimesis. El principio mimético detrimento del ser de la imagen , copia examinada
no es, en su fondo, un principio normativo que en base a su modelo. Ese es el principio de este
diga que el arte deba hacer copias que se asemejen rnmbio de función del modelo dramático del cual
a sus modelos. Es en primer lugar un principio h:1blé antes. Así, el principio de delimitación externa
pragmático que aísla, en el dominio general de de un dominio que consiste en imitaciones es al
las artes (de las maneras de hacer), ciertas artes mismo tiempo un principio normativo de inclusión.
particulares que ejecutan cosas específicas, a saber, Este se desarrolla e n formas de normarividad
imitaciones. Estas imitaciones se sustraen a la vez a qu e de finen las condiciones según las cuales
la veríficación ordinaria de los productos de las artes la s imitaciones pueden ser reconocidas como
por su uso y a la legislación de la verdad sobre los pertenecientes propiamente a un arte, y apreciadas,
discursos y las imágenes. Esa es la gran operación en su marco, como buenas o malas, adecuadas o
efectuada por la e laboración aris totélica de la Inadecuadas: re partos de lo re presentable y de lo
mimesis y por el privilegio dado a la acción trágica. Irrepresentable, distinción de géneros en función
tk los representados, principios de adaptación de
dd ícono la idea de lo "propio" de la pintura, de la foto grafía o del cine). Esta
tentativa pone en relación d< causa)' <fecto las propiedades d< dos regím<nes d< formas de expresión a los géneros, y por lo tanto a
pensamiento que se excluyen. El mismo problema es planteado por el an álisis los temas representados, distribución de semejanzas
bcnjamini'.'"o del aura. Benjamí n establece en efecto una ded ucción equívoca
del valor ntual de la imagen a partor del valor de unicidad de la obra de arte. según princip ios de verosimilitud, conveniencia
"Es un hecho de importancia decisiva que la obra de arre no pueda más que
perder su aura a parur del momenro en que ya no queda <n ella ninguna hud la <1 correspondencias, criterios de distinción y de
de su funció n ritual. En otros términos. el valor de un icidad propio de la obra l'<nnparación entre artes, etc.
de art~ "auténtica" se ~~nda .,en ese rirual que originariamente fue eJ soporte de
su am1guo valor de utolodad (/.a obra de arte en In épora de la reproducribi/;dad Llamo a este régimen poético en el sentido en
técnica). Este "hecho" en realidad no es m ás q ue el ajuste problemático de dos
esquemas de transformación: el esquema hiscoricista de la "secularización de lo que identifica a las artes -lo que la época clásica
sagrado" y el esquema económico de la transformación del valor de uso en valor
de cambio. Pero ahí donde el servicio sagrado define la función de la estatua
11:1111:.irá ·'bellas artes"- al interior de una clasificación
o de la pincura como imágenes, la idea misma de una especificidad del arte y de las maneras de hacer, y define por consiguiente
de una propiedad de unicidad de sus "obras" no puede aparecer. La borradura
de uno es necesaria para la emergencia del otro. De ninguna manera se sigue maneras de hacer bien y de apreciar las imitaciones.
que d segundo sea la forma transformada dd primero. E l "en otros términos" l.c> llamo r-epresentativo, en tanto que es la noción
supone como ~quivalenrcs dos proposiciones que no lo son para nada, y permite
mdos los pasajes entre la explicación maceriallsra del anc )' su transformación de representación o de mimesis la que organiza
en teología profana. De manera tal que la teorización benjaminiana del pasaje
de lo cultural a lo exposicional sostiene hoy tres discursos concurrentes: aquel 1..·stas maneras de hacer, de ver y de juzgar. Pero,
que cdebra la desmi tificación moderna del misticismo artístico, aquel que dota una vez más, la mimesis no es la ley que somete
a la obra y a su espacio de exposición de valores sagrados de la representación
de I~ invisi bl~, y aquel que opone a lo~ tiempos desaparecidos de la presencia las artes a la semejanza. Ella es en primer lugar
de dioses el toempo del desamparo del ser-expuesto" del hombre.

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el pliegue en la distribución de maneras de hacer mismo: producto idéntico al no-producto, saber


Y de ocupaciones sociales que hace visibles a las transformado en no-saber, /ogos idéntico a un
artes. No es un procedimiento del arte, sino un ¡iathos, intención de lo inintencional, etc. Esta
régimen de visibilidad de las arte . Un régimen Idea de un sensible que se ha vuelto extranjero
de visibilidad de las artes, es a la vez lo que 11 sí mismo, sitio de un pensamiento que a la vez
autonomiza las artes, pero también lo que articula se ha vuelto extranjero respecto a sí mismo, es el
esta autonomía con un orden general de maneras núcleo invariable de las identificaciones del arte
de hacer y de ocupaciones. Es lo que evocaba hace qu e configuran orig ina lmente e l pensamiento
un rato a propósito de la lógica representativa. Ésta i:slético: el descubrimiento por parte de Vico del
entra en una relación de analogía global con una "verdadero Homero" como poeta pese a él, el
jerarquía global de ocupaciones políticas y sociales: "j.lenio" kantiano que ignora la ley que produce,
el primado representativo de la acción sobre los d "estado estético" schilleriano, hecho de la doble
caracteres o de la narración sobre la descripción, suspensión de la actividad de entendimiento y de
la jerarquía de géneros según la dignidad de sus la pasividad sensible, la definición schellinguiana
temas, y el primado mismo del arte de la palabra, dd arte como identidad de un proceso consciente
de la palabra en acto , entran en analogía con toda y de un proceso inconsciente, etc. Esta idea recorre
una visión jerárquica de la comunidad. lj.1ualmente las autodefiniciones de las artes propias
A este régimen representativo se opone lo que de la época moderna: la idea proustiana del libro
llamo régin1en estético de las artes. Estético, ya l'ntt:ramente calculado y absolutamente sustraído
que allí la identificación del arte ya no se hace por de la voluntad; la idea mallarmeana del poema del
una distinción en el seno de las maneras de hacer l'Spectador-poeta, escrito "sin aparato de escriba"
sino por la distinción de un modo de ser sensible' por los pasos de la bailarina iletrada; la práctica
propio de los productos del arte. La palabra estética MllTealista de la obra que expresa el inconsciente
no remite ni a una teoría de la sensibilidad, ni del de.:! artista con las ilustraciones pasadas de moda
gusto ni del placer de los aficionados al arte. Remite de catálogos o folletines del siglo precedente; la
propiamente al modo de ser específico de lo que Idea bressoniana del cine como pensamiento del
pertenece al arte, al modo de ser de sus objetos. ci neasta extraído del cuerpo de los "modelos" que,
En el régimen estético de las artes, las cosas del rl·pitiendo sin pensar en ello las palabras y gestos
arte son identificadas por su pertenencia a un que éste les dicta, manifiestan en su ignorancia y
régimen específico de lo sensible. Este sensible, l'll la ignorancia de éstas su verdad propia, etc.
desligado de sus conexiones ordinarias, es habitado Es inútil continuar con las defini,c iones y los
por una potencia heterogénea, la potencia de l' jl·mplos. En cambio, es preciso señalar el corazón
un pensamiento que se ha vuelto extranjero a sí dd problema. El régimen estético de las artes es el

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que propiamente identifica el arte con lo singular el paso a la no-figuració n en pintura. Este paso
Y desliga a este arte de toda regla específica, de fue teorizad o en una asimilación sumaria con un
toda jerarquía de los temas, de los géneros y de las destino global a nti-mimético de Ja "modernidad"
artes. Pero lo realiza haciendo estallar en pedazos artística. Cuando los cantores de d icha modernidad
la barrera mimética que distinguía las maneras de vieron los lugares donde este sabio destino de
hacer del arte de otras maneras de hacer y separaba la modernidad se exhibía, invadidos po r toda
s us reglas del orden de ocupaciones sociales. suerte de o bjetos, máquinas y dispositivos no
Afirma la absoluta singularidad del arte y destruye Identificados, comenzaro n a denunciar la "tradición
al mismo tiempo todo criterio pragmático de esta de lo nuevo", una voluntad de innovación que
singularidad. Funda a su vez la autonomía del arte reduciría la modernidad artística al vacío de su auto-
y la identidad de sus formas con aquellas por las proclamación. Pero es el punto de partida el que es
cuales la vida se forma ella misma. El estado estético malo. El salto fuera de la mimesis no es para nada el
schilleriano que es el primer - y, en un sentido, rechazo ele la figuración. Y su momento inaugural se
insuperable- manifiesto de este régimen, marca ha denominado frecuentemente realismo, el cual no
bien esta identidad fundamental de los contrarios. El significa en absoluto la valorización de la semejanza,
estado estético es puro suspenso, momento en q ue sino la destrucción de los marcos en los cuales ella
la forma es probada por sí misma. Y es el momento fu ncionaba. Así, el realismo novelesco es en primer
de formación de una humanidad específica. lugar la inversión de jerarquías de la representación
(d primado de lo narrativo sobre lo descriptivo
A partir de esto, podemos entender las funciones
o la jerarq uía de los temas) y la adopción de un
desempeñadas por la noción de modernidad.
modo de foca lización fragmentado o amplificado
Podemos decir qu e el régimen estético de las
que impone su presencia bruta en detrimento de
artes es el no mbre verdadero de lo que designa
Jos encadenamientos racionales de la historia. El
el confuso ape lativo de modernidad. Pero Ja
régimen estético de las artes no opone lo antiguo
"modernidad" es más que un apelativo confuso.
a lo moderno. Opone más profundamente dos
La "modernidad" en sus diferentes versiones es el
regímenes de historicidad. Es en el seno del régimen
concepto que se aplica para ocultar la especificidad
mimético que lo antiguo se opone a lo moderno.
de este régimen de las artes y el sentido mismo
En el régimen estético del arte, el futu ro del arte,
de la especificidad de regímenes del arte. Dicho
su separación con el presente del no-arte, no deja
concepto traza, para exaltarlo o para deplorarlo,
de volver a poner en escena el pasado.
una línea simple de pasaje o de ruptura entre lo
antig uo y lo moderno, entre lo representativo y Quienes exaltan o denuncian la "tradición de
lo no-representat ivo o lo anti-representativo. El lo nuevo" olvidan en efecto que ésta tiene como
punto de apoyo de esta historización simplista fue t"omplemento estricto la "novedad de la tradición".

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El régimen estético de las artes no comenzó con espacios y los tiempos de la vida común, proponen
decisiones de ruptura artística. Comenzó con un fin del arte como identificación .c on la vida de
decisiones de reinterpretación de lo que hace o de la comunidad, que es tributaria de la relectura
quién hace el arte: Vico al descubrir al "verdadero schilleriana y romántica del arte griego como modo
Homero", es decir, no a un inventor de fábulas y de vida de una comunidad -y comunican, por otra
de caracteres, sino a un testigo del lenguaje y del parte, con las nuevas maneras de los inventores
pensamiento llenos de imágenes de los pueblos del publicitarios, que no proponen ninguna revolución,
tiempo antiguo; Hegel al señalar el verdadero tema sino solamente una nueva manera de vivir entre
de la pintura de género holandesa: ya no historias las palabras, las imágenes y las mercancías-. La
de posada o descripciones de interiores, sino la idea de modernidad es una noción equívoca que
libertad de un pueblo, impresa en refle jos de luz; querría ahondar en la configuración compleja del
Holderlin al reiventar la tragedia griega; Balzac régimen estético de las artes, retener las formas de
al oponer la poesía del geólogo que reconstituye ruptura, los gestos iconoclastas, etc. , separándolos
mundos a partir de huellas y de fósiles, a aquella del contexto que los autoriza: la reproducción
que se contenta con reproducir algunas agitaciones generalizada, la interpretación, la historia, el museo,
del alma; Mendelsohn al interpretar nuevamente la el patrimonio ... Ella q uisiera que haya un sentido
Pasión según San Mateo , etc. El régimen estético único ahora que la temporalidad propia del régimen
de las artes es, en primer lugar, un régimen nuevo estético de las artes es la de una ca-presencia de
de relación con lo antiguo. Constituye, en efecto, temporalidades heterogéneas.
como principio mismo de artisticidad, esa relació n La noción de modernidad parece entonces
de expresió n de un tiempo y de un estado de como inventada expresamente para confundir la
civilización que, anteriormente, era la parte "no- inteligencia de las transformaciones del arte y ele
artística" de las obras (aquella que era excusada sus relaciones con otras esferas de la experiencia
invocando la rudeza de los tiempos en que había colectiva. Existe n, me parece , dos grandes formas
vivido su autor). Inventa sus revoluciones sobre la ele esta confusión. Ambas se apoyan, sin analizarla,
base de la misma idea que le hace inventar el museo en esta contradicció n constitutiva del régimen
y la historia del arte, la noción de clasicismo y las estético ele las artes que hace del arte una forma
nuevas formas de la reproducción ... Y se consagra a autónoma de la vida y plantea así, al mismo tiempo,
la invención de nuevas formas de vida sobre la base la autonomía del arte y su identificación con un
de una idea de lo q ue el arte fue, ha sido. Cuando momento en un proceso de autoformación de la
los futuristas o los constructivistas proclaman el vicia .. Las dos grandes variantes del discurso sobre
fin del arte y la identificación de sus prácticas la "modernidad" se deducen de ella. La primera
con aquellas que edifican, ritman o decoran los quiere una modernidad simplemente identificada

28 29

 
 

con la autonomía del arte, una revolución "a nti- "forma" estética. Lo que es valorado es entonces
mimética" del arte idéntica a la conquista de la la determinación d e l arte como forma y auto-
forma pura, finalmente puesta al d esnudo. Cada furmación de la vida. En su punto de partida está
arte afirmaría entonces la pura potencia de l arte la refe rencia insuperable que constituye la noción
explorando los poderes propios de su me dio schilleriana de la educación estética del hombre.
específico. La modernidad poética o literaria sería Es e lla quien fijó la idea de que dominación y
la e xploración de los poderes de u n lengua je servidumbre son primero distribuciones ontológicas
d esviado de sus usos comunic acio nales. La (actividad del pensamiento contra pasividad de la
mode rnidad p ictórica sería el retorno de la pintura materia sen$ible) y quien definió un estado neutro,
a lo que le es propio: el pigmento coloreado y Ja un estado de doble anulación donde actividad de
superficie bidimensional. La modernidad musical pensamiento y receptividad sensible se vue lven
se identificaría con el lenguaje de doce sonidos una sola realidad, constituyen algo como u na
liberado de toda analogía con el lenguaje expresivo: nueva región del ser -la d e la apariencia y del
e tc. Y estas modernidades específicas estarían e n libre juego- que hace pensable esa igualdad que
relación de analogía distante de una modernidad la Revolución Francesa, según Schille r, muestra
p o lítica, susceptible d e identificarse, según las imposible mate rializar directamente. Es este modo
ép ocas, con la radicalidad revolucionaria o con espe cífico de habitar e l mundo sensible lo que
la modernidad sobria y desencantada d e l bu e n debe ser d esarrollado por la "educación estética"
gobierno republicano . Lo que se denomina "crisis para formar hombres susceptibles de vivir en una
de l arte" es, en lo esencial, la derrota ele este comunidad política libre. Es sobre esta base que
paradigma modernista simple, cada vez más alejado se ha construido la idea de la modernidad como
tanto d e las mezclas ele géne ros y de soportes tiempo consagrado al cumplimiento sensible d e
como de las poliva lencias políticas de las formas una humanidad aún la tente d el hombre. Sobre
contemporáneas d e las artes. este punto p odemos d ecir que la "revolución
estética" ha p roducido una ide a nueva de la
Esta derrota está evidentemente sobred eterminada
revolución política, como cumplimiento sensible
por la segunda gran forma del paradigma modernista,
ele una humanidad común que existe todavía
que se podría llamar modernitarismo. Entiendo por
solame nte como idea. Es así que el "estado estético"
esto la identificación de formas del régimen estético
schilleriano se convirtió en el "programa estético"
de las artes con las formas de cumplimiento de una
del romanticismo alemán , el p rograma resumido
tarea o de un destino propio de la mode rnidad. En
en ese borrador redactado en común por Hege l,
la base de esta identificación , hay una interpretación
Hólderlin y Sche lling: el cumplimiento sensible de
específica de la contradicción matri cial de la
la libertad incondicional del p ensamie nto puro e n

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las formas de la vida y de la creencia popular. Es el retorno de la línea curva y del ornamento; la
este paradigma de autonomía estética el que se ruina del modelo pictórico/bidimensional/abstracto
convirtió en nuevo paradigma de la revolución, a través de los retornos de la figuración y de la
y permitió posteriqrmente el breve pero decisivo significación, y la lenta invasión de las formas
reencuentro de artesanos de la revolución marxista 1ridimensionales y narrativas en el espacio en que
y de artesanos de las formas de la nueva vida. El se cuelgan las pinturas, del arte pop al arte de las
fracaso de esta revolución determinó el destino -en instalaciones y a los "cuartos" del video-art3; las
dos tiempos- del modernitarismo. En un primer nuevas combinaciones de la palabra y de la pintura,
momento, el modernismo artístico se opuso, en de la escultura, monumental y de la proyección de
su potencial revolucionario auténtico de rechazo sombras y de luces; el estallido de la tradición serial
y de promesa, a la degeneración de la revolución a través de las nuevas mezclas entre géneros, épocas
política. El surrealismo y la Escuela de Frankfurt y sistemas musicales. El modelo teleológico de la
fueron los principales vectores de esta contra- modernidad se ha vuelto insostenible , al mismo
modernidad. En un segundo momento, el fracaso de tiempo que sus repartos entre los "propios" de las
la revolución política fue pensada como el fracaso diferentes artes, o la separación de un dominio
de su modelo ontológico-estético. La modernidad puro del arte. El posmodernismo, en un sentido,
se volvió entonces algo así como un destino fatal ha sido simpleme nte el no mbre bajo el cual ciertos
fundado sobre un olvido fu ndame ntal: esencia artistas y pensadores han tomado conciencia de lo
heideggeriana de la técnica, corte revolucionario qu e fue el modernismo: una tentativa desesperada
de la cabeza del rey y de la tradición humana, y por fundar un "propio del arte" enganchándolo
finalmente, pecado o riginal de la criatura humana, con una teleología simple de la evolución y de
olvidadiza de su deuda con el Otro y de su sumisión la ru ptura históricas. Y verdader'.lmente no había
a las potencias heterogéneas de lo sensible. necesidad de hacer, de este reconocimiento tardío
Lo q u e se den o mina posmodernis mo es de un dato fundamental del régimen estético de las
propiamente el proceso de este vuelco. En un anes, un cone temporal efectivo, el fin real de un
primer momento, el posmodernismo ha puesto período histórico.
al día todo lo que, en la evolución reciente de las Pero precisamente su curso ha mostrado que
artes y de sus formas de pensabilidad, arruinaba el posmodernis mo era más que eso. La alegre
el edificio teórico del modernismo: los pasajes licencia posmoderna, su exaltación del carnaval
y mezclas entre artes que arruinan la ortodoxia de simulacros, mestizajes e hibridaciones de todos
lessingiana de la separación de las artes; la ruina
del paradigma de la arquitectura funcionalista y ' Cf. Raymond Bellour, " La Cham bre", en: L'Ei1m-images, 2, Paris, P.0.L.,
1999.

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los géneros, se transformó ráp ida me nte en un y la política. Su éxito depende menos de la conexión
cuestionamiento de esta libertad o autonomía que cómoda que ella propone entre la idea artíscica de
el principio modernitario daba -o habría dado- al la novedad y la idea de la dirección política del
arte la misión de cumplir. Del carnaval hemos movimie nto, que de la conexión más secreta que
regresado entonces a la escena primitiva. Pero .la ella efectúa entre dos ideas de la "vanguardia" .
escena primitiva se toma en dos sentidos: el punto Está la noción topográfica y militar de la fuerza
de partida de un proceso o la separación original. La que marcha a la cabeza, que detenta la inteligencia
fe modernista estaba enganchada a la idea de esta c.Jel movimiento, compendia sus fuerzas, determina
"educación estética del hombre" que Schiller había el sentido de la evolución histórica y escoge las
extraído de la analítica kantiana de lo bello. El vuelo orientaciones políticas subjetivas. En resumen,
posmoderno tuvo por sostén teórico el análisis existe esta idea que liga la subjetividad política con
lyotardiano de lo sublime kantiano, reinterpretado cierta forma - la del partido, destacamento avanzado
como escena de una separación fundadora entre la que extrae su capacidad dirigente de su capacidad
idea y coda presentación sensible. A partir de ahí, el de leer e interpretar los signos de la historia- , y
posmoderni 1110 entró en el gran concierto del duelo existe otra idea de la vanguardia que se arraiga en la
y del arrepenti.miento del pensamiento modernicario. ancicipación estética del porvenir, según el modelo
Y la escena de la separación sublime ha venido a schilleriano. Si el concepto de va nguardia tiene
resumir toda suerte de escenas de pecado o de un sentido en el régimen estético de las artes, es
separación original: la huida he idegge riana de por este lado: no por el lado de los destacamentos
los dioses; lo irreductible freudiano de l objeco :iva nzados de la novedad artíscica , sino por el lado
insimbolizable y de la pulsión de muerte; la voz de de la invención de formas sensibles y de marcos
lo Absolutamente Ocro que pronuncia la prohibición materiales de una vida por venir. Esto es lo que la
de la representación; la muerte revolucionaria del va nguardia "estética" ha aportado a la vanguardia
Padre. El posmodernismo se ha convertido entonces ··política", o lo que ella ha querido y creído aportarle,
e n el gra n treno de lo irrepresentable/ intratable/ al transformar la política en programa total de
irredimible, que denuncia la locura moderna de la vida. La historia de las relaciones e ntre partidos
idea de una aucoemancipación de la humanidad del y movimientos escéticos es primero la de una
hombre y su inevitable e interminable acabamiento confusión , a veces mantenida complacientemente,
en los campos de exterminio. en otros momentos violentamente denunciada, entre
La noción de vanguardia define el tipo de su jeto esas dos ideas de la vanguardia, que son de hecho
que conviene a la visión modernista, y que es dos ideas diferentes de la subjetividad política: la
apropiado según esta visión para conectar la estécica idea archipolítica del partido, es decir la idea de una
inteligencia política que compendia las condiciones

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esenciales del cambio, y la idea mecapolítica ele la 3. De las artes mecánicas y de la


subjetividad política global, Ja idea de la virtualidad promoción estética y científica de los
en los modos de experiencia sensibles, innovadores anónimos
de anticipaciones de la comunidad por venir. Pero
esta confusión no tiene nada de accidental. No es En uno de sus textos usted establece una relación
que, según la doxa de hoy, las pretensiones de los entre el desarrollo de las artes "mecánicas'; tales
artistas por una revolución total de lo sensible le como la fotografta y el cine. y el nacimiento
hayan hecho la cama al totalitarismo. Es más bien de la "nueva historia"' ¿Podría explicitar esa
la idea misma de la vanguardia política la que relación? ¿la idea de Benjamín según la cual a
comienzos del siglo XX las masas adquieren, en
está repartida entre la concepción estratégica y la
tanto que tales, una visibilidad gracias a estas
concepción estética de la vanguardia.
artes, corresponrk a esta relación?

En primer lugar, puede que haya un equívoco en


lo concerniente a Ja noción de "artes mecánicas".
Aquello que yo relacioné es un paradigma científico
y uno estético. La tesis benjaminiana supone otra
cosa que me parece dudosa: la dedu cción de
propiedades estéticas y políticas de un arte a partir
ele sus propiedades técnicas. Las artes mecánicas
inducirían, en tanto que artes mecánicas, un cambio
de paradigma artístico y una relación nueva del arte
con sus temas. Esta proposición nos envía a una
de las tesis maestras del modernismo: aquella que
liga la diferencia de las artes con Ja diferencia de
sus condiciones técnicas o de su soporte o medio
específico. Esta asimilació n puede entenderse ya
sea según el modo modernista simple o según la
hipérbole modernitaria. Y el éxito persistente de
las tesis benjaminianas sobre el arte en los tiempos

' 'Tinoubliable" en Jean-Louis Comolli y Jacques !u nciere. Arrét sur hútoir<.


l'.uis, Centre Georges Pompidou, 1997.

36 37

 
 

de la reproducción mecánica se sustenta sin duda El régimen estético de las artes es, en primer
' '
en el paso que ellas aseguran entre las categorías lugar, la ruina del sistema de la representación, es
de la explicación materialista marxista y las de la decir de un sistema donde la dignidad de los temas
ontología heideggeriana, asignando el tiempo de dirigía aquella de los géneros de representación
la modernidad al despliegue de la esencia de la (tragedia para los nobles, comedia para el pueblo;
técnica. De hecho, ese vínculo entre la estética y pintura de historia contra pintura de género, etc.).
la onto-tecnología sufrió el destino general de las El sistema de la representación definía, con los
categorías modernistas. En el tiempo de Benjamin, géneros, las situaciones y las formas de expresión
de Duchamp o de Rodtchenko, acompañó la fe que co·n venían a la bajeza o a la elevación del
en los poderes de la electricidad y de la máquina, tema. El régimen estético de las artes deshace esta
del hierro, del vidrio y del hormigón. Con el giro c.:orrelación entre tema y modo de re presentación.
llamado "posmoderno", acompai'la la vuel ta al Esta revolución sucede, e n primer lugar, en la
icono, aquel que muestra al velo de Verónica como literatura. Que una época y una sociedad se lean en
esencia de la pintura, del cine o de la fotografía. los rasgos, los hábitos o en los gestos de un individuo
Es necesario, por lo tanto, desde mi punto de cualquiera (Balzac), que la escoria sea lo revelador
vista, tomar las cosas a la inversa. Para que las artes de una civilización (Hugo), que la hija del granjero
mecánicas puedan dar visibilidad a las masas, o y la mujer del banquero sean compre nd.idas en la
más bien al individuo anónimo, deben primero ser potencia igual del estilo como "manera absoluta
reconocidas como artes. Es decir, deben prin1ero de ver las cosas" (Flaubert), todas estas formas de
ser practicadas y reconocidas como otra cosa anulación o de inversión de la oposición de lo alto
que técnicas de reproducción o de difusión. Es, y lo bajo no solame nte preceden a Jos poderes
entonces, el mismo principio el que da visibilidad a de la reproducción mecánica. Ellas hacen posible
cualquiera y hace que la fotografía y e l cine puedan que ésta sea más que la reproducción mecánica.
ser artes. Se puede incluso revertir la fórmula. Es Para que una manera técnica de hacer -sea ésta
porque e l anónimo se ha vuelto un sujeto de arte una forma de utilizar las palabras o la cámara- sea
que su registro puede ser arte. Que el anónimo sea c.:alificada como perteneciente al arte, es necesario,
no solamente susceptible de arte, sino portador de l:! n primer lugar, que su tema lo sea. La fotografía
una belleza específica, eso es lo que propiamente no se constituyó como arte a causa de su naturaleza
caracteriza al régimen estético de las artes. No técnica. El discurso sobre la originalidad de la
solamente éste comenzó mucho antes de las artes fotografía como arte "indic.ial" es un discurso muy
de reproducción mecánica, sino que es propiamente reciente que pertenece me nos a la historia de la
este régimen el que las ha hecho posibles por su fotografía que al retorno posmoderno mencionado
nueva manera de pensar el arte y sus temas.

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más arriba5. La fotografía tampoco se ha vuelto arte mundos a partir de sus vestigios, ese programa es
por imitación de las maneras del arte. Benjamin lo literario antes de ser científico. No entendamos
muestra bien a propósito de David Octavius Hill: solamente que la ciencia histórica tie ne una
es a través de la pequeña pescadora anónima de prehistoria literaria. Es la literatura misma la que
New Haven, no por sus grandes composiciones se constituye como una cierta sintomatología de la
pictóricas, que él hace entrar a la fotografía en sociedad y opone esta sintomatología a los gritos y a
el mundo del arte. Igualmente, no son los temas las ficciones de la escena pública. En el prefacio de
etéreos y las imprecisiones artísticas del pictoralismo Cromwell, Hugo reivindicaba para la literatura una
que han asegurado el estatus del arte fotográfico, es historia' de las costumbres opuesta a la historia de los
más bien la asunción del quien sea6: los emigrantes acontecimientos practicada por los historiadores. En
de L 'entrepont de Stieglitz, los retratos frontales de la guerra y la paz, Tolstoi oponía los documentos
Paul Strand o de Walker Evans. Por una parte, la ele la literatura, extraídos de los relatos y testimonios
revolución técnica viene después de la revolución de la acción de innurpe\f bles actores anónimos, a
estética. Pero también la revolución estética es, en los documentos de los historiadores extraídos de los
primer término, la gloria de un cualquiera -que archivos - y de las ficciones- de aquellos que creen
es pictórico y literario antes de ser fotográfico o dirigir las batallas y hacer la historia. La historia
cinematográfico. erudita ha retomado a cuenta suya la oposición, al
Agreguemos que aquello pertenece a la ciencia confro ntar la historia de los modos de vida de las
del escritor antes de pertenecer a la del historiador. masas y de los ciclos de la vida material, fundada
No son el cine ni la foto Jos que han determinado sobre la lectura y la interpretación de los "testigos
los temas y los modos de focalización ele Ja "nueva mudos", a la vie ja historia de los príncipes, de las
historia". Son, más bien, la ciencia histórica nueva y batallas y de los tratados, fundada sobre la crónica
las artes de reproducción mecánica que se inscriben de las cortes y las relaciones diplo máticas. La
en la misma lógica de la revolución estética. Pasar ;1parició n de las masas en la escena de la historia o

de los grandes acontecimientos y personajes a la en las "nuevas" in1ágenes no es, en primer término,
vida de los anónimos, encontrar los síntomas de un d vínculo entre la época de las masas y aquella
tiempo, de una sociedad o de una civilización en tle la ciencia y la técnica. Es, en primer lugar, la
los detalles ínfimos de la vicia ordinaria, explicar la lcígica estética de un modo de visibilidad que, por
superficie por las capas subterráneas y reconstruir una parte, revoca las jerarquías de g randeza de
la tradición' representativa, y por otra, revoca el
' la vocación polémica anri-modernisca de csre descubrirnienro rardfo del
"origen" de la fotograRa, calcado del miro de la invención de la pintura por modelo oratorio de la palabra en beneficio de la
Dibutades, aparece claramente, tanto en Ro land Barthes (la Cámara lúcida)
como en Rosalind Krauss (le photographique).
lectura de los signos sobre e l cuerpo de las cosas,
6
N. del T. Traducimos aq uí que/conque, el que refiere aquí a un sujeto inde- de los hombres y de las sociedades.
terminado.

40 41

 
 

Es esto lo que la historia erudita hereda. Pero 4. Si es necesario concluir que la historia
ella pretende separar la condición de su nuevo es ficción. De los modos de la ficción
objeto (la vida de los anónimos) de su origen
literario y de la política de la literatura en la cual Usted se refiere a la idea de ficción como
se inscribe. Lo que ella abandona -y que el cine y esencialmente positiva. ¿Qué debemos comprender
la foto recuperan- es esa lógica que deja aparecer exactamente por eso? ¿Cuáles son los vínculos
la tradición novelesca, de Balzac a Proust y al entre la Historia en la cual nos encontramos
surrealismo, ese pensamiento de lo verdadero del "embarcados" y las historias que son contadas
cual Marx, Freud , Benjamín y la tradición del (o desconstruidas) por las artes del relato? ¿Y
cómo comprender que los enunciados poéticos o
"pensamiento crítico" son herederos: lo ordinario
literarios "tomen cue1po': tengan efectos reales, en
se vuelve bello como huella de lo verdadero. Y se
vez de ser reflejos de lo real?¿Las ideas de "cuerpos
transforma en huella de lo verdadero si se lo arranca políticos" o de "cuerposde la comunidad" son algo
de su evidencia para hacer de él un jeroglífico, una 1/\) más que metáforas?¿Esta reflexión involucra una
fig ura mitológica o fantasmagórica. Esta dimensión redefinición de la utopía?
fantasmagórica de lo verdadero, que pertenece al
régimen estético de las artes, jugó un rol esencial en
Hay dos problemas que algunos confunden para
la constitución del paradigma crítico de las ciencias
construir el fantasma de una realidad histórica que
humanas y sociales. La teoría marxista del fetichismo
no estaría hecha más que de "ficciones." El primer
es el testimonio más evidente de esto: es necesario
problema concierne a la relación entre historia e
arrancar la mercancía de su apariencia trivial, hacer
historicidad, es decir la relación del agente histórico
de ella un objeto fantasmagórico para leer ahí la
y el ser hablante. El segundo, concierne a la idea de
expresión de las contradicciones de una sociedad.
ficción y la relación entre la racionalidad ficcional
La historia erudita quiso seleccionar dentro de la
y Jos modos de explicación de la realidad histórica
configuración estético-política que le da su objeto.
y social, entre la razón de las ficciones y la razón
Aplastó esta fantasmagoría de lo verdadero en los
ele los hechos.
conceptos sociológicos positivistas de la mentalidad/
expresión y de la creencia/ ignorancia. Lo mejor es comenzar por el segundo, esta
"positividad" de Ja ficción que analizaba el texto al
que ustedes se referían7 • Esta positividad implica
una doble pregunta: está Ja pregunta general por la
racionalidad de Ja ficción, es decir, de la distinción

· J. Rancicre, "La fiction de mémoire. A propos du Tombeau d'Alrxa rulrt de


Chris Marker", Trafic, nº29, Primavera de 1999, pp. 36-47.

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entre ficción y falsedad. Y está aquella otra de la la hístoria y de su ciencia.


distinción -o de la indistinción- entre los modos La revolución estética redistribuye el juego al
de inteligibilidad propios de la constnicción de las volver solidarias dos cosas: la confusión de fronteras
historias y aquellos que sirven para la inteligencia entre la razón de los hechos y la razón de las
de los fenómenos históricos. Comencemos por el ficciones, y el nuevo modo de racionalidad de la
comienzo. La separación entre la idea de ficción y ciencia histórica. Al declarar que el principio de la
la de mentira define la especificidad del régimen poesía no es la ficción, sino un cierto arreglo de
representativo de las artes. Es este último el que signos del lenguaje, la época romántica confunde la
vuelve autónomas las formas de las artes con línea cíe reparto que aislaba el arte de la jurisdicción
respecto a la economía de las ocupaciones comunes de los enunciados o de las imágenes, y también
y a la contra-economía de los simulacros, propia aquella que separaba la razón de los hechos y la de
del régimen ético de las imágenes. Eso es lo que las historias. No es que haya, según se dice a veces,
está en juego en la Poética ele Aristóteles. Ésta libera consagrado el "autotelismo" del lenguaje, separado
las formas de la mimesis poética de Ja sospecha de la realidad . Es todo lo contrario. Hunde, en
platónica sobre la consistencia y el destino de efecto, el lenguaje en la materialidad de los trazos
las imágenes. Proclama que el agenciamiento ele mediante los cuales el mundo histórico y social
acciones de l poema no es la fabricación de un se vuelve visible a sí mismo, esto en la forma del
simulacro. Es un juego de saber que se ejerce en un lenguaje mudo de las cosas y del lenguaje cifrado
espacio-tiempo determinado. Fingir no es proponer ele las imágenes. Es la circulación en este paisaje
señuelos, sino elaborar estructuras inte ligibles. de signos lo que define la nueva fi ccionalidad: la
La poesía no tiene cuentas que rendir sobre la nueva forma de contar historias, que es antes que
"verdad" de lo que dice, porque, en su principio, nada una manera de afectar con sentido al universo
no está hecha de imágenes o de enunciados, sino "empírico" de las acciones oscuras y de objetos
de ficciones, es decir, de agenciamientos entre los cualesquiera. El agenciamiento ficcional ya no es el
actos. La otra consecuencia que saca Aristóteles encadenamiento causal aristotélico de las acciones
de esto es la superioridad de la p oesía , que "según la necesidad y la verosimilitud". Es un
otorga una lógica causal a un agenciamiento de agenciamiento de signos. Pero este agenciamiento
acontecimientos, por sobre la historia, condenada literario de los signos no es de ningún modo una
a presentar los acontecimientos según su desorden auto-referencialidad solitaria del lenguaje. Es la
empírico. Dicho de otra forma - y es evidentemente identificación de los modos de la construcción
algo que a los historiadores no les gusta mirar muy Ficcional con los de una lectura de signos escritos
de cerca- el claro reparto entre realidad y ficción sobre la configuración de un lugar, de un grupo,
es también la imposibilidad de una racionalidad de de un muro, de una vestime nta, de un rostro.

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Es la asimilación de las aceleraciones o de las lo banal 'y de lo oscuro que se opone a los grandes
desaceleraciones del lenguaje, de sus mezclas de agenciamientos aristotélicos y que se constituirá
imágenes o saltos de tonos, de todas sus diferencias en la nueva racionalidad de la historia de la vida
de potencial entre lo insignificante y lo sobre- material, opuesta a las historias de los grandes
significante, con las modalidades del viaje a través hechos y de los grandes personajes.
del paisaje de los trazos significativos dispuestos De este modo, se encuentra revocada Ja línea
en la topografía de los espacios, la fisiología de de reparto aristotélica entre dos "historias" - la
los círculos sociales, la expresión silenciosa de de los historiadores y la de los poetas-, la cual
los cuerpos. La "ficcionalidad" propia de la é poca no separaba solame nte la realidad y la ficción,
estética se despliega entonces entre dos polos: sino también la sucesión empírica y la necesidad
entre el poder de significación inherente a toda constmida. Aristóteles fundaba la superioridad de la
cosa muda y la desmultiplicación de los modos de poesía, la cual cuenta "lo que podría pasar" según
palabra y de los niveles de significación. la necesidad y la verosimilitud del agenciamiento de
La soberanía estética de la literatura no es, acciones poéticas, en la historia, concebida como
por consiguiente, el reino de la ficción. Es, por el sucesión empírica de acontecimientos, de "lo que
contrario, un régimen de indistinción tendencia! pasó". La revolución estética trastorna las cosas:
entre la razón de los agenciamientos descriptivos el testimonio y la ficción dependen de un mismo
y narrativos de la ficción y los de la descripción y régimen de sentido. Por un lado, lo "empírico"
de la interpretación de los fenómenos de l mundo lleva las marcas de lo verdadero en la forma de
histórico y social. Cuando Balzac instala a su lector huellas e impresiones. "Lo que pasó" depende,
delante de los jeroglíficos entrelazados sobre la en consecuencia , directamente de un régimen de
fachada oscilante y heteróclita de La casa del gato verdad , de un régime n ele manifestación ele su
que juega con la pelota o lo hace entrar, con el propia necesidad. Por otra parte, "lo que podría
héroe de la Piel de Zapa, en la tienda del anticuario, pasar" no tiene ya la forma autónoma y lineal del
en la cual se amontonan confusamente objetos :igenciamiento de acciones. La "historia" poética
profanos y sagrados, salvajes y civilizados, antiguos articula de ahí en adelante el realismo que nos
y modernos, que resumen cada uno de ellos un muestra las huellas poéticas inscritas en Ja misma
mundo, cuando h ace de Cuvier el ve rd adero realidad y el artificialismo que monta máquinas de
poeta al reconstituir un mundo a partir de un fósil, comprensión complejas.
establece un régimen de equivalencia entre los Esta articulación pasó de la literatura al nuevo
signos de la nueva novela y los de la descripción :irte del relato, el cine. Éste lleva a su más alta
o de la interpretación de los fenómenos de una potencia el doble recurso de la impresión muda
civilización. Balzac forja esta nueva racionalidad de

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que habla y del montaje que calcula las potencias de un mismo régimen de verdad. Esto no tiene
de significancia y los valores de verdad. Y el cine nada que ver con tesis alguna sobre la realidad o
documental, el cine abocado a lo "real" es, en este la irrealidad de las cosas. En cambio, es claro que
sentido, capaz de una invención ficcional más un modelo de fabricación de historias se encuentra
fuerte que el cine de "ficción," fácilmente abocado ligado a una cierta idea de la historia como destino
a una cierta estereotipia de las acciones y de los común, con una idea de aquellos que "hacen la
caracteres. La tumba de Alejandro de Chris Marker, historia", y que esta interpenetración entre razón
objeto del artículo al cual ustedes se refieren, de los hechos y razón de las historias es propia de
ficciona la historia de Rusia del tiempo de los una época en la cual cualquiera es considerado
zares en el tiempo del post-comunismo, a través cooperando en la tarea de "hacer" la historia. No
del destino de un cineasta, Alexandre Medvedkine. se trata, por consiguiente, de decir que la "Historia"
Chris Marker no hace de éste un personaje ficcional, no está hecha más que con las historias que nos
no cuenta historias inventadas sobre la URSS. Juega contamos unos a otros, sino simplemente que la
con la combinación de diferentes tipos de huellas "razón de las historias" y las capacidades de actuar
(entrevistas, rostros significativos, documentos de como agentes históricos van juntos. La política y
archivos, extractos de películas documentales y el arte, como los saberes, constmyen "ficciones,"
ficcionales, etc.) para proponer posibilidades de es decir, reagenciamientos materiales de los signos
pensar esta historia. Lo real debe ser ficcionado para y de las imágenes, de las relaciones entre lo que
ser pensado. Esta proposición debe ser d istinguida vemos y lo que decimos, entre lo que hacemos y
de todo discurso -positivo o negativcr- según el cual lo que podemos hacer.
todo sería "relato," con alternancias de "grandes" Reencontramos aquí la otra cuestión que trata
y de "pequeños" relatos. La noción de "relato" de las relaciones entre lirerariedad e historicidad.
nos encierra en las oposiciones de lo real y del Los enunciados políticos o literarios tienen efecto
artificio en que se pierden por igual positivistas sobre lo real. Ellos definen modelos de palabra o
y desconstruccionistas. No se trata de decir que de acción, pero también regímenes de intensidad
todo es ficción. Se trata de constatar que la ficción sensible. Construyen mapas de lo visible, trayectorias
de la é poca estética ha defin ido modelos de entre lo visible y lo decible, relaciones entre modos
conexión entre presentación de hechos y formas de ser, modos del hacer y mo dos del decir. Definen
de inteligibilidad que confu nden la frontera entre variaciones de intensidades sensibles, percepciones
razón de hechos y razón de la ficción, y que estos y capacidades de los cuerpos. Se apoderan así
modos de conexión han sido retomados por los de humanos quienes quiera que s7an, marcan
historiadores y por los analistas de la realidad social. se paraciones, abren derivaciones, modifican las
Escribir la historia y escribir historias dependen

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maneras, las velocidades y los trayectos según Jos Dibujan, de esta forma, comunidades aleatorias
cuales éstos adhieren a una condición, reaccionan q ue contribuyen a la formación de colectivos de
frente a situaciones, reconocen sus imágenes. enunciación que vuelven a poner en cuestión la
Dichos enunciados reconfiguran el mapa de lo distribución de roles, d e territorios y de lenguajes
sensible al confundir Ja funcionalidad de los gestos ' -~n resumen, de esos sujetos políticos que ponen
y de los ritmos adaptados a los ciclos naturales en tela de juicio el reparto dado de lo sensible-.
de la producción, de Ja re producción y de la Pero precisamente un colectivo político no es un
sumisión. El hombre es un a nimal político porque organismo o un cuerpo comunitario. Las vías de la
es un animal literario, que se deja desviar de su subjetivación política no son las de la identificación
destino "natural" por el poder de las palabras. imaginaria, sino aquella de la des-incorporación
Esta literariedad es la condición al mismo tiempo "literaria".8
que el efecto de la circulación de los enunciados
No estoy seguro de que la noción de utopía dé
literarios "propiamente tales". Pero los enunciados
cuenta de buena manera de este trabajo. Es una
se apropian de Jos cuerpos y los desvían de su palabra cuyas capacidades definicionales fueron
destino en la medida en que no son cuerpos, en el completamente devoradas por sus propiedades
sentido de organismos, sino cuasi-cuerpos, bloques connotativas: ya sea el loco ensueño que conduce
de palabras que circulan sin padre legítimo que a la catástrofe totalitaria, ya sea a la inversa, la
las acompañe hacia un destinatario autorizado. a pe rtura infinita de lo posible que resiste a todas las
Tampoco producen cuerpos colectivos. Más bien clausuras totalizantes. Desde el punto de vista que
introducen, en Jos cuerpos colectivos imaginarios, nos ocupa, que es aquel de las re-configuraciones
líneas de fract ura, de des-incorporación. Esa de lo sensible común, la palabra utopía es portadora
sie mpre ha sido, lo sabemos, la obsesión de los de dos significaciones contradictorias. La utopía
gobernantes y de los teóricos del buen gobierno,
es e l n o Jugar, el punto extre mo de una re-
inquietos del "desclasamiento" producido por la
configuración polémica de lo sensible, que rompe
circulación de la escritura. Es también, en el siglo
con las categorías de Ja evide ncia. Pero es también
XlX, la obsesión de los escritores "propiamente
la configuración de un buen lugar, de un reparto
tales" que escriben para denunciar esta literariedad
no polémico del universo sensible, e n donde lo que
que desborda la institución de la literatura y desvía
hacemos, lo que vemos y lo que decimos se ajustan
sus producciones. Es cierto que la circulación de exactamente. Las utopías y los socialismos utópicos
estos cuasi-cuerpos determina modificaciones de han funcionado sobre Ja base de esta ambigüedad:
la pe rcepción sensible de lo común, de la relación
entre lo común de la le ngua y la distribución tJ Sobre esta cucsti6n, me permico remüir a mi libro Les mots dt i'histoirt: E",ai
depoitique du savoir, Editiom du Seuil•.1992. Tr. Cast. Los 11ombm tk la hmona.
sensible de los espacios y de las ocupacio nes. Una poirica tkl saber, B.A .. Nueva Visión, 1993.

50 51

 
 

por un lado, como revocación de las evidencias 5. Del arte y del trabajo. En qué las
sensibles en las cuales se enraíza la normalidad de prácticas del arte son y no son una, .
la dominación; por el otro, como proposición de excepción respecto de las otras practicas
un estado de cosas en el cual la idea de comunidad
tendría sus formas adecuadas de incorporación, en En la hipótesis de una "fabrica de lo sensible·; el
la cual sería por lo tanto suprimida esa contestación vínculo entre la práctica artística y su aparente
sobre las relaciones entre las palabras y las cosas afiiera, a saber el trabajo, es esencial. ¿Cómo, por
que constituyen el corazón de la política. En La su parte, concibe usted tal vinculo (exclusión,
noche de los proletarios, analicé desde ese punto distinción, indiferencia.. .)? ¿Podemos hablar de
de vista el encuentro complejo entre los ingenieros "el actuar humano" en generaly englobar allí las
prácticas artísticas, o bien éstas son una excepción
de la utopía y los obreros. Lo que los ingenieros
respecto de las otras prácticas?
sansimonianos proponían era un nuevo cuerpo
real de la comunidad, en donde las vías férreas y
En la noción de "fábrica de lo sensible," podemos
las de agua trazadas en el suelo substituirían las
primero entender la constitución de un mundo
ilusiones de la palabra y del papel. Lo q ue hacen
sensible comú n, de un hábitat común, como
los segundos no es oponer la práctica a la utopía,
el trenzado de una plura lidad de actividades
sino devolver a ésta su carácter de "irrealidad", humanas. Pero la idea de "reparto de lo sensible"
de montaje de palabras y de imágenes aptas implica algo más. Un mundo "común" nunca es
para reconfig urar el territorio de lo visible, de lo simplemente el ethos, la estancia común, que resulta
pensable y de lo posible. Las "ficciones" del atte y
de la sed imentación de un cierto número de actos
de la política constituyen , en este sentido, más bien
entrelazados. Éste es siempre una distribución
heterotopías que utopías.
polémica de maneras de ser y de "ocu.p acione:" en
un espacio de Jos posibles. Es a partlf de ah1 que
se puede plantear la pregunta por la rela~ión ~ntr:
la "ordinariedad" del trabajo y la "excepc1onahdad
artística. Aquí la referencia platónica aún puede
ayudar a plantear los términos del probl~m~ .. En el
tercer libro de La República, el sujeto 1111meuco es
condenado ya no simplemente por la falsedad Y por
el carácter pernicioso de las imágenes que propone,
sino según un principio de división del trabajo q~e
ya sirvió para excluir a los artesanos de todo espacio

52 53

 
 

político común: el mimetista 9 es, por definición, un y en la identidad d el ciudadano deliberante. ~I


ser doble. Éste hace dos cosas a la vez, mientras que desdoblamiento mimético que opera en el espacio
el principio de la comunidad bien organizada es teatral consagra y visualiza esta dualidad. Y, desde el
que cada uno no hace allí más q ue una sola cosa, punto de vista platónico, la exclusión del mime.lista
aquella a la cual su "naturaleza" lo destina. En un va a la par con la constitución de una comunidad
sentido, todo está dicho ahí: la idea del trabajo no donde el trabajo está en "su" lugar.
es en primer lugar la d e una actividad determinada, El principio de ficción que rige el régimen
de un proceso de transformación material. Es la representativo del arte es una manera de estabil~zar
de un reparto de lo sensible: una imposibilidad la excepción artística, de asignarla a una tekhne, lo
de hacer "otra cosa'', fundada sobre una "ausencia que quiere decir dos cosas: el arte de las imitaciones
de tiempo''. Esta "imposibilidad" forma parte de es una técnica y no una mentira. Deja de ser un
la concepción incorporada de la comunidad. Ella ·
simulacro pero, a 1 mismo · po , dei·a de ser la
t1em
considera el trabajo como la relegación necesaria visibilidad desplazada del trabajo, como reparto
d el trabajador en el espacio-tiempo privado de de lo sensible. El imitador no es más el ser doble a
su ocupación, su exclusión d e la participación quien hay que oponer la polis donde cada uno no
en lo común. El mimetista aporta la confusión hace más que una cosa. El arte de las imitac'.ones
en este reparto: él es un hombre de lo doble, un puede inscribir sus propias jerarquías y exclusiones
trabajador que hace dos cosas al mismo tiempo. Lo en el gran reparto de las artes liberales y de las
más importante es quizá el correlato: el mimetista artes mecánicas.
ofrece al principio "privado" d el trabajo una escena
pública. Él constituye una escena de lo común con El régimen estético de las ~rtes trastorna _esta
..0' n de los espacios · Este no. cuestiona
repartic1 , .
lo que debiera determinar el confinamiento de cada
uno en su lugar. Es esta re-partición d e lo sensible s implemente el desdoblamiento m1me.t1co en
lo que constituye su nocividad, aún más que el beneficio de una inmanencia del pensamiento en
la materia sensible, sino que también cuestiona
peligro de los simulacros que debilitan las almas.
Así la práctica artística no es el afuera del trabajo, el estatuto neu tralizado de la tekhné, la idea
sino su forma de visibilidad despla zada. El reparto de la técnica como imposición de una forma
democrático de lo sensible hace del trabajador un de pensamiento a una materia inerte. Es ~ecir,
ser doble. Éste saca al artesano de "su" lugar, el que pone al día el reparto de las ocu~a~wnes
espacio doméstico del trabajo, y le da el "tiempo" que sostiene la repartició n de los domm!~s de
de estar en el espacio de las discusiones públicas actividad. Es esta operación teórica y poht1ca la
q ue está en el corazón de Las Cartas sobre la
educación estética del hombre de Schiller. Tras la
' N. del T. l~ miméticíen designa aquí aJ sujeto que produce la mimesis.

54 55

 
 

definición kantiana del juicio estético como juicio se afirma como el principio de un nuevo reparto de
sin concepto - sin sumisión de Jo dado intuitivo Jo sensible, en la medida en que une en un mismo
a la determinación conceptual-, Schiller marca el concepto los términos tradicionalmente opuestos de
reparto político, que es lo que está en juego en Ja actividad fabricadora y de la visibilidad. Fabricar
este asunto: el reparto entre los que actúan y los quería d ecir habitar en el espacio-tiempo, privado
qu e padecen; entre las clases cultivadas que tienen y oscuro del trabajo que da el sustento. Producir
acceso a una totalización de la experiencia vivida une el acto de fabricar con el de poner al día, el
y las clases salvajes, hundidas en la parcelación de defin ir una nueva relación entre el hacer y el
del trabajo y de la experiencia sensible. El Estado ver. El arte anticipa el trabajo porque realiza su
"estético" d e Schiller, al suspender la o posición principio: la transformación de la materia sensible
entre entendimiento activo y sensibilidad pasiva , en presentació n de la comunidad a sí misma. Los
quiere arruinar, co n una idea del arte, una idea d e textos del joven Marx que dan al trabajo el estatuto
la socied ad fundada en la oposición entre aquellos de esencia genérica del hombre no son posibles
que piensan y deciden, y aquellos que se d edican más que sobre la base d el programa estético del
a los trabajos materiales. idealismo alemán: el arte como transfo rmación
Esta suspensión del valo r negativo d el trabajo d el pensamiento en experiencia sensible de la
llegó a ser en el sig lo XIX la afirmación d e su comunidad. Y es este programa inicial el que funda
valor positivo corno forma misma de la efectividad el pensamiento y la práctica de las "vanguardias"
común del pensamiento y de la comu nidad. Esta de los años 1920: suprimir el arte en tanto que
mutación pasó por la transformación del suspenso actividad separada, d evolverlo al trabajo, esto es,
del "Estado estético" a una afirmación positiva de a la vida que elabora su propio sentido.
la voluntad estética. El romanticismo proclama e l No pretendo d ecir con esto que la valorización
devenir-sensible de todo pensamiento y el devenir- moderna del trabajo sea el único efecto del nuevo
pensamiento de toda materialidad sensible como la modo de pensamiento del arte . Por una parte,
finalidad misma de la actividad del pensamiento en el modo estético del pensamiento es mucho más
general. El arte vuelve así a ser un símbolo del trabajo. que un pensamiento del arte . Es una idea del
Anticipa el fin - la supresión de las oposiciones- que pensamiento, vinculada a una idea del reparto de
el trabajo no está aún en cond iciones d e conquistar Jo sensible. Por otra parte , hay que pensar también
por y para él mismo. Pero lo hace en la medida la manera en que el arte d e Jos artistas se encontró
en que es producción, identidad de un p roceso definido a pa rtir de u na do ble promoción d el
de efectuación material. y de una presentación a sí trabajo: la pro moción económica del trabajo como
mismo d el sentido de la comunidad. La producción nombre de la actividad humana fundamental, pero

56 57

 
 

también las luchas de los proletarios para sacar


el trabajo de su noche -de su exclusión d e la
visibilidad y de la palabra comunes-. Es necesario
salir del esquema perezoso y absurdo que opone el
culto estético del arte por el arte al poder creciente
del trabajo obrero. Es como trabajo que el arte
puede tomar el carácter de actividad exclusiva.
Más sagaces que los desmistificadores del siglo XX,
los críticos contemporáneos de Flaubert señalan
lo que vincula e l culto de la frase a la valorización
del trabajo llamado sin frase: el esteta flaubertiano
es un rompedor de piedras. Arte y producción
podrán identificarse en el tiempo de la Revolución
rusa porque dependen de un mismo principio de
re-partición de lo sensible, de una misma virtud
del acto que abre una visibilidad al mismo tiempo
que fabrica objetos. El culto del arte su p o ne
una revalorización de las capacidades unidas a
la idea misma de trabajo. Pero ésta es menos
el descubrimiento de la esencia de la actividad
humana que una recomposición del paisaje de lo
visible, de la re lación entre e l hacer, el ser, el ver y
el decir. Cualquiera q ue sea la especificidad de los
circuitos económicos e n los cuales se insertan , las
prácticas artísticas no se hallan "en excepción" en
relación con las otras prácticas. Ellas representan y
reconfiguran los repartos de estas actividades.

58

 
 

Índice
Prólogo 5
1. Del reparto de lo sensible y de las relaciones
que establece entre política y estética 9

2. De los regímenes del arte y del escaso


interés de la noción de modernidad 21

3. De las artes mecánicas y de la promoción


estética y científica de los anónimos 39

4. Si es necesario concluir que la historia


es ficción. De los modos de la ficción 45

5. Del arte y del trabajo. En qué las prácticas del


arte son y no son una excepción respecto
de las otras prácticas 55

 
 

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