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POPAYÁN – CAUCA
JUNIO 26 DE 2019
Para dar inicio a este pequeño pero sustancial análisis del documento de
Samuel Arriarán la Filosofía del Barroco, como primera medida en necesario
hablar de cómo se dan los términos en los cuales se expresa esta Filosofía del
Barroco. De esta manera vamos a tener una mayor percepción de lo que en
realidad puedes ser o es el Barroco, que no es ese algo tan vano como lo han
tildado desde los inicios de su experiencia en el mundo, que no es una simple
pasa de moda, que no es algo que se debe dejar en el olvido o hacer como si
fuese una simple colección artística. Samuel Arriarán nos va a demostrar que el
Barroco va más allá de la visión que siempre hemos tenido de el, nos va a
demostrar que verdaderamente sirve para algo y no solo para observarlo con
los sentidos.
Sería totalmente necesario explicar las diferencias que existen entre la filosofía
de Barroco en Europa con relación a la de América Latina. Así tendremos más
claro a qué quiere llegar el autor con su escrito, no solo eso, también vamos a
llevar a cabo algo nuevo para nosotros, pero de mucha importancia. Para lograr
aquel objetivo vamos a recorrer el sendero de la historia misma, de esta
manera examinaremos los rasgos del Barroco en Europa según la descripción
del autor; el barroco es eso que trasciende todo aspecto formal, el Barroco a
sido definido como aquello que se arma de voluntad para así reaccionar frente
al espíritu renacentista de cada hombre (aquel estilo que buscaba la calma, la
tranquilidad, la serenidad, la perfección de las formas, pero todo lo contrario, el
barroco es a lo sumo inquietante, no es algo basado en lo pacífico por así
decirlo, es algo que perturba a grandes escalas. No ese eso que busca la
quietud, o la armonía espiritual, todo lo contrario, su ser es explícitamente el de
aquello que desarmoniza todo a su paso, que provoca la más aturdidora
ansiedad, que no es paz sino ruido intenso para los sentidos.
Podríamos concluir que la Filosofía del Barroco no es eso que está en contra
de la modernidad, sino que pertenece a ella como parte diferente de esta
misma, que no es la oposición, sino que es otro tipo de modernidad, es lo
diferente más no lo opuesto, que va más allá de todo arte y de toda religión, y
que se adhiere justamente en el entorno de América Latina, dándole así, una
identidad propia que lo diferencia del Barroco Europeo.
CONCLUSIONES.