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AUTOPSIA PSICOLOGICA Y PSICOCRIMINALISTICA FORENCE

Los países desarrollados, en materias de análisis e investigación criminal, regidos


por el método científico, han posicionado a la Psicología Forense como la ciencia
“Madre” en el estudio del comportamiento delictivo y los procesos mentales que los
preceden…
Denotando así, la existencia de una realidad pericial, aún más exigente sobre de la
actuación de funcionarios públicos encargados de aplicar de la Ley y de conducir a las
policías. Esto merece un constante ejercicio de búsqueda y actualización sobre aspectos
relacionados con el análisis y estudio de la “Verdad conductual” que apoya y garantiza
una correcta aplicación de la ley.

El psicólogo, que pretenda desempeñarse en las áreas de la psicología


forense (ciencia más arraigada a elementos más fácticos, que psíquicos) tiene el deber
ético y moral, de lograr una especialización profunda y experta en ámbitos de las ciencias
del comportamiento cómo lo son, entre otras; la criminología (¿porqués?),
la criminalística (¿cómo?) y la “etología humana” (¿Quien por costumbres?).

También es relevante considerar la importancia que reviste el Juicio Oral a la hora


de dirimir verdad o justicia, debiendo comprender y aceptar incuestionablemente que todo
aquello que no es Juicio oral, “no existe” ante los ojos de la ley, y con esto me refiero, a
que todos aquellos informes, pruebas, teorías, testimonios o declaraciones que no son
expuestos durante el transcurso del mencionado juicio son irresolutos, respecto del
desenlace del foro (Foro/Juicio Oral=Forense)

Es en esta la instancia, donde se enfrentan en “guerra de credibilidad” el ministerio


público (fiscal) o quien busca “culpar”, previo establecimiento de certezas (de lo
contrario se estaría incurriendo en un grave delito, transgrediendo incluso los derechos
humanos de las personas) y por la contraparte la defensoría penal (defensor público) o
quienes se concentran en sostener la “Duda Razonable” o el fundamento de la presunción
de inocencia, que en la gran mayoría de los casos, también debe ser probada. (acción
propia o “exclusiva” de la parte querellante o del fiscal acusador)
Estas partes, pueden complementarse durante todas las instancias del Juicio Oral
mediante la inclusión de representatividades privadas o particulares, cómo lo es el
abogado querellante por la Fiscalía y el abogado defensor en apoyo o complemento de la
defensoría. Lo mismo, en lo que respecta al perito, quien puede responder tanto ante
requerimientos oficiales, cómo particulares.

Posibilitando con esto, acciones técnicas para la prueba o pericias tendientes a


responder o resolver dudas psicolegales de personalidad o conductuales, capaces de
sumar evidencia psicológica o del comportamiento, a la evidencia procesal y material.
(Principio de consistencia o requerimiento necesario en la resolución judicial
responsable) “En un juicio oral, una mentira creíble goza de mayor valía que una verdad
mal fundamentada”

Principio que dota de importancia y protagonismo el desempeño del Psicólogo


Jurídico o Forense, quien a tiene a su haber mucho que aportar en los ámbitos jurídicos,
penal, civil y de la investigación criminal.
Son las evidencias, psicológicas, conductuales o los indicios psicológicos los que le
permiten al psicólogo forense, profundizar en los sentimientos, emociones, rasgos de
carácter, motivaciones, frustraciones, odios, necesidades compensatorias, ira, furia,
enfermedad, psicosis y su correlación conductual. En fin, “Oro invisible” ante los ojos
del funcionario con formación exclusivamente policial.

Es importante tener en cuenta que ante una investigación criminal, existen ciertos
aspectos de la víctima y de la escena del crimen, que sólo pueden ser percibidas o
determinadas mediante inferencias descriptivas, lineales nunca circulares, propias de
psicólogo forense experto en la identificación y clasificación de evidencias psicológicas
o conductuales asociadas a patrones delictuales o criminales pasados. Ninguna persona,
ni ninguna conducta, es original, ante los ojos expertos de un psicólogo forense o perito
bien preparado.
Cuando hablo de Indicios psicológicos, me refiero a un medio de prueba
resultante de una operación lógica mediante la cual, a partir de una circunstancia fáctica
plenamente demostrada en el proceso o en la escena criminal, se infiere, la existencia de
otro hecho llamado “indicador conductual”. Todo indicio psicológico ha de basarse en la
experiencia y supone de un hecho indicador, del cual el investigador infiere lógicamente
la existencia de otro, dilucidando así ciertos patrones de conducta en el comportamiento
delictivo.
Son la autopsia psicológica y la técnica de perfilación criminal, dos potentes
herramientas complementarias destinadas a suplir en buena forma ciertos vacíos
existentes en cientos de casos sin resolver o “mal resueltos”, donde la escasez de
evidencia material y el sesgo proveniente de “tincadas policiales” o por “hipótesis duras”,
terminaron por sepultar la esperanza de afectados o ciudadanos anónimos, incapaces de
refutar, demostrar o proyectar su verdad, por desconocimiento o por falta de
“credibilidad” ante una contraparte magnánima, provista de investidura y que en
comparación goza prácticamente de recursos ilimitados a la hora de tener que demostrar
lo indemostrable.

La Autopsia Psicológica en la Investigación Criminal. En la investigación


criminal, la Psicología Jurídica Forense, ha realizado un aporte importante en el
esclarecimiento de muertes dudosas o para determinar de manera estandarizada de la
modalidad de muerte de un occiso.

LA AUTOPSIA PSICOLÓGICA.

El origen de la Autopsia Psicológica, inicialmente más biológica que conductual,


se remonta a los años 50 en la ciudad de Los Ángeles (EEUU), específicamente “es el Dr.
Shneidman quien a partir de los años 60, junto con Farberow, describen en detalle el
procedimiento, que más tarde retoman Liman, Curphey y Tabachnick” (Citados por
Young, 1992).

La Autopsia Psicológica es entendida como “un proceso de recolección de datos


que permite reconstruir el perfil psicológico de una persona y su estado mental antes del
deceso por causa dudosa (suicidio, homicidio, muerte accidental o natural)”.
El Dr. Shneidman (citado por Ebert, 1991) indica que son cuatro los objetivos de este
proceso:
1. Determinar el modo o la causa de la muerte en casos equívocos.
2. Averiguar el tiempo en el cual se produjo la muerte.
3. Obtener la información suficiente para evaluar los datos obtenidos de diversos intentos
de suicidio, con el fin de prevenir dichos intentos y la letalidad de los mismos.
4. Terapéutico para con los amigos y familiares del occiso”.
Los puntos anteriores son la pauta que desarrollan y perfeccionarán posteriores
investigaciones del PAP, realizadas por Weisman 1967 (citado por Ebert, 1991), Neill,
Benensohn, Farber y Resnik, 1974 (citados por Ebert, 1991) quienes agregan 5 objetivos
más como son: notas y apuntes del occiso, entrevistas a los amigos, compañeros de trabajo
y familiares, eventos precedentes a la muerte, revisar la historia psicológica del paciente
y su historia de vida, tratando de encontrar a alguien que pudiera estar al tanto de los
sentimientos del occiso.

Como se observa, los autores Neill, Benensohn, Farber y Resnik, dan un gran
avance para el procedimiento de autopsia psicológica (PAP), al considerar como
importante tener el estudio del entorno del occiso, teniendo en cuenta las circunstancias
y personas que lo rodearon hasta su muerte.

– Construcción retrospectiva de la personalidad y conducta social – aquí se analizan


adiciones a las drogas o el alcohol, las relaciones de pareja y vínculos de amigos,
relaciones laborales y académicas, sentimientos de rabia o ira por alguna persona en
especial por parte del occiso, la historia familiar, historia de muertes en la familia, la
afición del occiso por instrumentos con los cuales se pudiera hacer daño o causarse al
muerte, la diversión y hobbys, gastos personales, círculos sociales como comunidades
religiosas, filosóficas, e ideológicas, estresores psicosociales (muerte pariente querido,
separaciones, cambios de localidad, ascensos o remoción de cargos) Anotaciones y
conclusiones: allí se establecen las anotaciones de las entrevistas y las percepciones del
examinador.

Desde una perspectiva más conductual, se consideran más en profundidad los


comportamientos y acontecimientos en que se involucra la vida humana, su razón de ser
y por lo tanto su relación directa con la realidad y congruencia de los hechos. La
psicología debe servir primordialmente para ayudar a los jurídicos en lo referente a la
comprensión de la génesis y manifestaciones típicas de comportamientos base para actos
delictivos, así como información sobre los métodos de interrogatorio y exploración de la
personalidad del o los sospechosos de un acto criminal.
Autopsia Psicológica y La Perfilación Criminal
Los profesionales que se han encargado de practicar el perfil criminal han incluido históricamente
un espectro numeroso de investigadores, científicos del comportamiento, de las ciencias sociales y expertos
forenses. Su contribución se ha dirigido a reducir el número de los posibles sospechosos, ayudar a vincular
diferentes casos criminales, y a desarrollar nuevas líneas de investigación en casos no resueltos, que están
“atascados” o de lesa humanidad.

El término offender profiling (“perfil del delincuente”) fue creado por los agentes
del FBI en el centro de entrenamiento de Quantico (Virginia Oeste) en los años ’70, para
describir la técnica de describir el comportamiento y características probables del autor
desconocido de un asesinato. Similarmente y de acuerdo con Ressler y colaboradores,
(1986), citados por Homant y Kennedy (1998) y Ailt y Reese en 1980, citados por Knight
(1998), el uso de perfiles psicológicos en los crímenes puede ayudar a determinar el tipo
de personalidad del criminal y sus características conductuales desde un análisis de los
crímenes que él o ella hayan cometido; la técnica permite realizar un perfil del agresor
tenga o no tenga antecedentes judiciales, si los tiene seria un criterio facilitador para la
elaboración del perfil (Homant,1998); esta definición está relacionada a la del FBI
(Federal Boureau of Investigation), la cual determina que el perfil criminal es una
herramienta que ayuda a obtener información específica del delincuente agilizando la
investigación, además brinda información a la policía sobre la manera más adecuada de
interrogar sospechosos.

El uso de la psicología para capturar criminales tuvo inicios literarios que datan
de 1841 con los “asesinatos de la calle morgue” de Edgar Allan Poe; sin embargo, en la
vida real esta aplicación tuvo principio en Gran Bretaña en el año de 1888 cuando el Dr.
George B. Philips patólogo forense, diseñó el método “modelo – herida”; este modelo se
basaba en la comprensión de la naturaleza de las lesiones de la víctima como base para la
elaboración estadística del perfil del delincuente.(Turvey 1.999). Por tanto, a
continuación se presenta un modelo o protocolo estandarizado en el que se la integra
la autopsia psicológica y laperfilación criminal, la puede denominarse la MAPI-
CRIMINAL o el modelo de autopsia psicológica para la investigación criminal.

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