Llevar a cabo un proceso de lectura facilita, además de su propia comprensión, a la configuración
de conceptos e ideas en mi cabeza, de manera que puedo entenderlos y ejecutarlos. Mi proceso
de lectura consiste, por ejemplo, en partir por leer un texto y subrayar sus ideas principales, así como conceptos o palabras que no termino de comprender. Una vez hago esto, vuelvo a leer con mayor atención tomando apuntes, no sólo de lo que considero importante rescatar, también de ideas que surgen en mi cabeza a partir de lo que acabo de leer. El realizar una lectura de manera detenida intensifica la comprensión de los textos, a la vez que nos empapa de información, datos, referentes, etc., estimulando así la creatividad y generando soluciones mentales. Sin embargo, no es suficiente tener una saturación de ideas y conceptos mentales si no puedo comprenderlos ni materializarlos de alguna forma. Llevar un procedimiento de lectura, me ayuda, asimismo, al proceso de escritura, pues me obliga a separar conceptos y organizarlos; y es gracias a la escritura que puedo exponer con palabras en orden y coherentes, las ideas que busco tener claras.