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Colombia y su inserción en la economía mundial

En primer lugar, en los últimos años la economía de Colombia se ha mantenido en

promesas y grandes propósitos políticos, de los cuales desde entonces no se han visto

validados y no se han notado grandes cambios tal y como se aseguraban; entre estos estaba el

gran crecimiento económico y posicionamiento de Colombia entre los países con una gran

economía. Los gobiernos influyen en éste proceso con la mala tomas de decisiones, es por

esto que nuestra economía se ha visto limitada, al igual que la de muchos países latinos.

El comportamiento que ha tenido la economía colombiana en los últimos años nos permite

interpretar que, se requiere de la disposición de agentes que, mediante la realización de planes

y estrategias favorables a mediano o largo plazo, ayuden a alcanzar las grandes tasas de

penetración para así tener como principal objetivo aumentar el alcance del volumen de ventas

en relación con la competencia hacia a los mercados internacionales.

Por otra parte, se sabe que los procesos de liberalización comercial consisten en la

reducción de restricciones previas de impuestos al comercio internacional. Actualmente, se

considera la posibilidad de asumir procesos de conversión industrial teniendo en cuenta que

estos les permitirían a las economías no sólo aumentar los niveles de productividad y

competitividad sino también, una mejor asignación de los recursos productivos de manera

más eficiente.

Muchos países desistieron de esta iniciativa, lo cual demuestra sus estructuras endebles

que dificulta esta introducción. En los primeros años de los noventa, todavía para Colombia

estaba latente el compromiso por alcanzar la adecuada combinación del mercado

internacional, la estructura de producción y las expectativas con respecto a las propuestas

liberalizadoras y de inserción en mercados. Afortunadamente, cada día Colombia avanza en

su propósito de internacionalización en medio de una lenta transformación de su base

material.
Es lógico pensar que, en América Latina, los países como: Brasil, México y Chile, podrían

asociarse a países que reconocen la importancia de adoptar un nuevo patrón de producción,

en los que se destaque el uso intensivo de tecnología y la adopción de estrategias de

innovación, Colombia por el contrario sustenta más adelante que se aleja de estas tendencias,

ya que sus importaciones de productos de alta tecnología la ubican por debajo del promedio

del resto de países de la región, sus exportaciones se continúan respaldando en productos

tradicionales; lo que se ha convertido en un nuevo obstáculo de accesos a un comercio cada

vez más exigente. Esto conlleva a inferir que Colombia necesita nuevas formas

organizacionales de asociación y redes de producción a nivel nacional e internacional, para

obtener altas tasas de crecimiento y posición en los mercados de exportación.

En consecuencia por todo lo que ha sucedido y debido a los altos y bajos que ha tenido

Colombia, las malas decisiones y las diversas opciones que ha tenido que adoptar; la

economía se muestra rezagada en cuanto a los ritmos de asimilación de los cambios y a su

capacidad de adaptación, y en consecuencia no sólo no es probable que se logre un rápido

avance del proceso de diversificación productiva, sino también que ofrezcan verdaderas

respuestas que impulsen las fuerzas del mercado y el gran posicionamiento.

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