Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
VENEZUELA COLONIAL
CONOCIENDO VENEZUELA
25 SEPTIEMBRE, 2016
BY ADMIN
La Real Compañía Guipuzcoana fue una empresa comercial constituida el 25 de septiembre de 1728, con el
objeto de monopolizar el comercio de la provincia de Caracas con España. Operó en Venezuela durante más
de 50 años, desde 1730 hasta 1785, y tuvo gran influencia en el desarrollo económico, social y político de la
colonia.
Fue una empresa a base de acciones, cubiertas por capitalistas vascos, principalmente de la provincia de
Guipúzcoa, en el norte de España. El rey tuvo una considerable participación en el negocio, pues recibió de los
empresarios 200 mil pesos en acciones. Esta circunstancia dio a la Compañía Guipuzcoana carácter oficial. De
allí su denominación de "Real Compañía".
Los objetivos que se propuso la corona española con la conformación de la compañía se lograron en buen
término:
Primero: Aseguraron el comercio con las provincias venezolanas, que antes beneficiaba en gran parte a los
contrabandistas extranjeros.
Segundo: Aseguraron el envío de frutos a España, regularizando y aumentando los embarques de cacao y
tabaco, principalmente, y de esta manera pudieron rebajar los precios de dichos frutos en la Península.
Sin embargo, el éxito de la Guipuzcoana se ve turbado por la oposición y las rebeliones al umbral de la
independencia del territorio venezolano. Al principio fue una oposición sorda, legal y pacífica. Más tarde llegó
a ser oposición violenta.
Los primeros que se consideraron afectados por el monopolio de la Guipuzcoana fueron los hacendados y los
mercaderes venezolanos, y comenzaron a oponerse a través del Cabildo, organismo municipal integrado por
representantes de dichos sectores.
Asimismo, las actividades de la Guipuzcoana afectaban directamente a los contrabandistas, sobre todo a los
asentistas ingleses, quienes protestaron ante el gobierno español, pues consideraban que las inspecciones que
realizaba la compañía en sus barcos era una violación del convenio suscrito entre España e Inglaterra en 1713.
Por otra parte, el sector más numeroso de los pequeños agricultores y comerciantes se vio también afectado
por la Compañía, pues estos grupos eran los más ligados al comercio de contrabando. La empresa se hizo
particularmente odiosa, porque trataba de controlar el gobierno de la colonia y ponía al frente de los cargos a
elementos de su confianza.
En consecuencia, el descontento contra la Guipuzcoana estalló en varias revueltas, entre las cuales fueron las
más importantes: La que encabezó Andrés López del Rosario, más conocido como el negro "Andresote", y la
que acaudilló Juan Francisco de León.
A partir de estas revueltas se permitió a los hacendados y mercaderes criollos adquirir acciones de la
Compañía, y de esa manera, tener participación en los beneficios de la empresa. Esto explica, en cierto modo,
la tranquilidad y la paz en que opera la Compañía en los siguientes 35 años de permanencia en Venezuela.
Luisa Cáceres de Arismendi
Nace en Caracas el 25 septiembre de 1799.
Muere en Caracas el 2 de junio de 1866.
Fortín de Pampatar
El barco en el que viajaba es atacado por un buque corsario, el cual se apodera de todo el
cargamento y abandona a los pasajeros en la isla de Santa María en los Azores. Imposibilitada
de regresar a Venezuela, Luisa llega a Cádiz el 17 de enero de 1817. Es presentada ante el
Capitán General de Andalucía, quien protesta por el trato al que fue sometida por las
autoridades españolas de América, y le da la categoría de confinada, asignándole además una
pensión de 10 reales en vellón diarios. Durante su permanencia en Cádiz, se negó a firmar un
documento donde debía manifestar su lealtad al rey de España y renegar de la filiación patriota
de su marido, a lo cual respondió que el deber de su esposo era servir a la patria y luchar por
libertarla. El 3 de mayo de 1818 llega a Filadelfia, luego de fugarse de Cádiz con la ayuda de
Francisco Carabaño y el inglés Mr. Tottem; de allí se dirige a Margarita donde desembarca el
26 de julio de 1818. Finalmente, 19 de septiembre de 1819, el Consejo de Indias dicta una
resolución que le concede absoluta libertad y facultad de fijar su residencia donde desee.
Residió en Caracas hasta el día de su muerte. Sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional
en 1876.