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INTRODUCCIÓN CONCEPTUAL

1.2 La crisis económica americana y mundial. La incidencia


de los factores éticos1

Causas éticas de la crisis


Los indicadores no dejan lugar a dudas. Han quedado atrás los discursos racionalizadores que

planteaban que se estaba ante una etapa más del ciclo económico, o un fenómeno similar a la crisis

del sudeste asiático, o la de México de inicios de los 80'.

Las cifras son las peores desde la finalización de la segunda guerra mundial. El Banco Mundial,

y el FMI están revisando sus evaluaciones hacia la baja. Se estima que en 2009 el producto bruto

mundial se contraerá entre 0,5 y un 1,5%. En Estados Unidos caería 2,6%, en la zona del euro 3,2%,

en Japón 5,8%. El crecimiento de China caería de un 11 % anual, a un 6%. Es la mayor crisis de los

últimos 80 años.

La economía americana destruyó en enero y febrero de 2009, diariamente 23.000 puestos de

trabajo. Perdió 2.000.000 de empleos en 2008, y en los dos primeros meses de 2009, otros 1.200.000.

La tasa de desocupación se disparó al 8,1%. La tasa de desocupación inglesa era a fin de enero de

2009, del 6,5%, la mayor desde 1997. En Francia se preveía una caída del producto bruto en 2009, de

1,5%, y la pérdida de 300.000 empleos. La producción industrial fue en enero 2009, un 14% menor a

un año antes. En Alemania, las exportaciones cayeron en un 20% en enero 2009, respecto a un año

atrás.

En España la desocupación llegaba a final de 2008 a 13,8%. En Irlanda el desempleo sería a fin

de 2009 del 14% (4,3% en 2006).

¿Cómo se desplomó la economía americana, la mayor del mundo, arrastrando en su caída a las

principales economías mundiales? Las burbujas de los subprimes, y de los derivativos, y otros

productos financieros sin bases reales desempeñaron un papel crítico en la crisis. Se ha estimado

que el volumen de la industria de derivativos tóxicos es por lo menos cinco veces mayor al de las

hipotecas tóxicas.

1
Extracto de: “Una agenda renovada de responsabilidad social empresarial para America Latina en la era de la crisis” de Bernardo
Kliksberg, en “RSE y Trabajo Decente en la Argentina” – Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
¿Cómo pudieron desarrollarse durante años estas burbujas que pusieron en riesgo los ahorros

de la gran mayoría de los americanos y de las bolsas mundiales? ¿Qué factores las posibilitaron y

propiciaron?

Hubo varios déficits éticos de gran envergadura que incidieron en la situación.

Una economía de mercado sin valores éticos puede ser portadora de altísimos riesgos, como

visionariamente lo había percibido Adam Smith cuando en sus textos fundantes (The Theory of

Moral Sentiments, 1759) enfatizaba la imprescindibilidad de que el mercado estuviera basado en

valores éticos como "prudencia, humanidad, justicia, generosidad, y espíritu público".

Primera falla ética: el Estado abandonó su misión de proteger el interés colectivo en

campos estratégicos
La política pública en Estados Unidos, en la presidencia anterior, desreguló activamente el

mercado parafinanciero y debilitó severamente las instituciones regulatorias existentes. En nombre

del "fundamentalismo de mercado" como lo llamó el Presidente de Francia, Sarkozy, se dejó a la

"autorregulación" de los actores económicos un mercado tan delicado y clave como el

parafinanciero. Uno de los orientadores de esas políticas, Alan Greenspan (The Week, 2008) declaró

al ser interpelado en el Congreso americano sobre los desastrosos resultados producidos al

desregular "estoy en estado de estupor. Creímos que las instituciones financieras se auto regularían

para proteger sus intereses, y los de los accionistas, y no lo hicieron... todo el edificio intelectual que

construimos se ha venido abajo".

El debilitamiento en extremo de la capacidad regulatoria del Estado tuvo entre sus expresiones

límites el hecho de que la SEC fue incapaz de procesar las denuncias documentadas, que desde

1990 se venían haciendo sobre el caso Madoff.

Juan Somavia, director de la OIT (2009) resume con precisión la situación: "La visión ideológica

de la economía que sostiene que la desregulación siempre es la mejor política, nos ha llevado a los

problemas del sistema financiero. Esta visión sobrevaloró el mercado, infravaloró el papel del

Estado y devaluó la dignidad del trabajo".

Segunda falla ética: la conducta de los altos ejecutivos financieros.


El caso AIG fue sólo la punta del iceberg. Culminaron conductas similares consecuentes. La

desregulación salvaje creó un clima de "incentivos perversos".


Era posible llevar adelante casi en impunidad lo que el Presidente Obama ha llamado "una

codicia desenfrenada".

Los altos niveles gerenciales de diversas empresas financieras de gran peso las llevaron a

situaciones de altísimo riesgo sistemático para favorecer la maximización de ganancias a corto

plazo, dado que sus "paquetes" estaban ligados a los beneficios inmediatos de las empresas. Las

intoxicaron de activos dudosos, que incidían en los balances aparentes, aún cuando el futuro fuera

totalmente dudoso.

Fue la acusación del Congreso en sus interpelaciones contra Richard Fuld presidente de

Lehman Brothers, que llevó a la quiebra a una empresa de 160 años de existencia. El presidente de

la Comisión respectiva del Congreso, Henry Waxman, le mostró que había cobrado en los últimos

años 500 millones de dólares. Además que se había cubierto, por si lo despedían con un "paracaídas

de oro", una cláusula en su contrato que en ese caso obligaba a la empresa a pagar le 65 millones de

dólares. Le preguntó: "¿es esto juego limpio?". Nicholas Cristoff Premio Pulitzer, tituló su columna

en el New York Times dedicada a Fuld "Se necesita ejecutivo, 17.000 dólares por hora, no se necesita

ser competente". Su remuneración era 2.000 veces el salario mínimo (8,25 la hora), que ganaban

amplios sectores.

También la que se le hizo a John Tayhn presidente de Merrill Lynch, que ya habiendo sido su

empresa absorbida por otra, con dinero del Estado, anticipó el pago de bonos por 4.000 millones a

los altos ejecutivos. Asimismo en plena crisis hizo redecorar su oficina por 1.200.000 dólares

incluyendo una alfombra por 87.000 dólares y una cómoda de 35.000 dólares.

Además estas conductas del alto nivel corporativo mostraron una total insensibilidad a la

posible ira de los ciudadanos. Uno de los tantos casos de manifestación de esta "campana de cristal"

fue la comparecencia de los presidentes de las tres grandes empresas automotores al Congreso para

pedir desesperadamente un rescate multimillonario. Se les preguntó en primer término, como

habían viajado de Detroit a Washington. Indicaron que en avión privado.

Se les mostró que el costo de ese viaje en el que pedían ayuda masiva del contribuyente era 60

veces el que hubieran tenido comprando un pasaje business.

En la ira popular contra AIG se estuvo cuestionando todo un estilo de cultura corporativa que

era el antimodelo de la idea de responsabilidad social empresaria.

Reflejando los sentimientos ciudadanos el Presidente Obama (16 de marzo de 2009) denunció a

las corporaciones que "usan el dinero de los contribuyentes para pagar sus remuneraciones,

comprar cortinados de lujo, o desparecer en aviones privados". Calificó los pagos de cerca de 20.000
millones de dólares en bonos a fines de 2008 a altos ejecutivos de empresas de Wall Street

fracasadas como "ultrajantes", ya los pagos de AIG como "el colmo de la irresponsabilidad".

Tercera falla ética: los sesgos de las agencias calificadoras de riesgos.


Las agencias son claves para los inversores. Califican los bonos y papeles emitidos por las

corporaciones y los bancos para obtener recursos de los inversores. El Congreso americano las

interpeló y enjuició severamente por su pésimo trabajo en los años de las burbujas. David Segal

(New York Times, 18/3/09) describe así su operatoria: "Pusieron su sello de aprobación en

incontables subprimes y valores vinculados que ahora se describen como tóxicos. El problema,

señalan los críticos, consistía en que eran pagadas por las corporaciones cuya deuda debían

graduar, percibían millones en honorarios y tenían un incentivo financiero en dar altas notas a

valores que no lo merecían. Por lo menos 10 grandes compañías que quebraron o fueron rescatadas

en el último año tenían calificación para la inversión. Era lo mismo que dar a pacientes con

enfermedades mortales certificados de salud total. Moody' s calificó la deuda de Lehman Brothers

con A2, días antes de que se presentara a quiebra, y le dio a la deuda no asegurada de AIG, un

rating de A3, más alto aún que A2, una semana antes de que el Gobierno se viera obligado a tomar

la compañía en septiembre pasado".

Los vacíos éticos en las políticas públicas y la cultura corporativa amoral, que hoy la opinión

pública en Estados Unidos y el mundo desarrollado sanciona severamente, exigiendo sanciones y

cambios de fondo, causaron daños profundos a vastos sectores del planeta. Lo sintetizó el

presidente de la Comisión de Medios del Congreso americano, Charles Rangel (22/3/09): "Los

sueños fueron hechos añicos, y las casas se han perdido, porque un reducido grupo de ejecutivos se

hallaban motivados por codicia en lugar de preservar el sistema del que América y el mundo

dependen".

Contar con un "trabajo decente", el gran derecho que debería asistir a todo ser humano como lo

plantea la OIT, se ha transformado para muchos en inalcanzable. La OIT estima que el número de

desocupados puede aumentar en 2009 en 50 millones. La crisis que primero fue financiera y luego

se transformó en económica, se está convirtiendo rápidamente en humanitaria.

Nueva York tiene el record de personas viviendo en las calles de los últimos 30 años, el número

de personas que piden estampillas de alimentación para poder comer (50.000) es el mayor en años,

muchas personas en los Estados Unidos han dejado de comprar medicamentos indispensables
porque no cuentan con los medios, la pobreza ha aumentado severamente a nivel mundial, se

suceden los estallidos sociales y caen gobiernos enteros.

Hay un clamor por cambios. Hacia el centro de ellos se plantean, junto a grandes planes de

reactivación, un rol regulatorio serio y activo de las políticas públicas, y la revisión de la cultura

corporativa.
2) Temas claves de la agenda de una ética para el
desarrollo
2
2.1 Desarrollo Técnico y Desarrollo Humano

Hay dos conceptos de desarrollo. El concepto que fue usual durante muchos años era la idea de

que el desarrollo tecno-científico, económico, basta para remolcar, como una locomotora, los

vagones de todo el tren del desarrollo humano, es decir: libertad, democracia, autonomía,

moralidad. Pero, lo que se ve hoy día, es que es un hecho que estos tipos de desarrollo han traído

muchas veces subdesarrollos mentales, psíquicos y morales.

Es evidente que el problema fundamental es el desarrollo humano, que debe ser un concepto

multidimensional. Hay un concepto promedio, el concepto enmendado del desarrollo únicamente

técnico. Fue en cambio la idea del desarrollo sostenible, la que introdujo la idea del porvenir del

planeta, del porvenir de los seres humanos, y también la necesidad de la salvaguardia vital de los

humanos, que es una consideración ética.

Pero, debemos ver, ante todo eso que resulta del desarrollo técnico-económico. Muchas veces

fue el individualismo, en el sentido de pérdida de las solidaridades tradicionales; el egocentrismo,

que también destruye y olvida las solidaridades, y que se consagra únicamente a su propio interés;

la pérdida de muchas aptitudes polivalentes del ser humano por la hiperespecialización de cada

persona, la pérdida de muchas facultades por la adaptación y para enfrentar su destino.

Se puede decir también que un cierto tipo de alfabetización no consistió solamente en el hecho

de enseñar el lenguaje, de enseñar cultura, sino se caracterizó también por el hecho de rechazar, de

despreciar culturas orales multimilenarias, que no sólo tenían supersticiones, sino que también

saberes y sabidurías.

En este desarrollo, tal como podemos verlo en los países llamados desarrollados (o más

desarrollados), hay la disminución del sentido de la responsabilidad personal, y hay muchas más

cuestiones contraproducentes, como lo decía hace treinta años Ivan Illich, en todos los sectores: la

polución urbana, la burocratización de las actividades, la hiper-especialización de la medicina que

olvida las personas, todos los defectos, y enfermedades de la vida cotidiana.

Pienso que la incapacidad profunda de estos tipos de desarrollo es que están basados

únicamente en la cuantificación, el cálculo, y consideran el bienestar humano únicamente en

2
Extracto de ” Estamos en un Titanic” de Edgar Morin. Disponible en: www.pensamientocomplejo.com.ar
términos cuantitativos y monetarizados. No se ven los problemas de las calidades de vida, y la

calidad misma de la vida, que escapan a la cuantificación. Sabemos, por ejemplo, que un tipo

tradicional antiguo de agricultura familiar polivalente era una economía que permitía subsistir con

un pequeño sector monetarizado para los intercambios. ¡Es una vida menos fea que la vida de una

persona que se encuentra sin dinero en las villas miserias, callampas o favelas, en un mundo

totalmente monetarizado!

Podemos decir entonces que el desarrollo, en el sentido únicamente técnico y económico,

provoca la agravación de las dos pobrezas – la pobreza material para tantos excluidos, y también

una pobreza del alma y de la psiquis. Desarrollo humano significa entonces integración, la

combinación, el diálogo permanente entre los procesos tecno-económicos y las afirmaciones del

desarrollo humano, que contienen, en sí mismas, las ideas éticas de solidaridad y de

responsabilidad. Es decir que hay que pensar de nuevo el desarrollo para humanizarlo. ¿Cómo

integrar la ética? No se puede hacer una inyección de ética como se hace una inyección de

vitaminas en un cuerpo enfermo. El problema de la ética es que debe encontrarse en el centro

mismo de este desarrollo.

La cuestión de la técnica es muy bien conocida. La polivalencia de la técnica desde la

prehistoria, donde la posibilidad de hacer instrumentos para el trabajo daba al mismo tiempo la

posibilidad de hacer armas para matar. Pero hoy día el desarrollo de las máquinas, de la técnica, no

es únicamente un desarrollo que tiene la posibilidad de domesticar las energías físicas y de la

naturaleza al servicio de los humanos; es también un desarrollo que ha domesticado los humanos al

servicio de las máquinas –es decir, a obedecer a la lógica de las máquinas, que es la hiper-

especialización, la cronometrización, y el mecanicismo o determinismo mecanicista. Hay hoy día en

nuestras sociedades una mentalidad adaptada muy bien para controlar y para conocer las

máquinas artificiales, pero que no sirve para controlar y para conocer los seres humanos. Porque los

conocimientos que se basan únicamente en la cuantificación y el cálculo no pueden conocer lo que

significa la vida, es decir la pasión, el amor, el sufrimiento, todos los rasgos subjetivos de la

Humanidad. La objetividad cuantitativa no conoce lo real, conoce sólo la parte superficial de lo real.

Si además vemos ciencia, técnica, economía y beneficios como los cuatro poderosos motores del

porvenir humano, hoy día vemos también que no hay tampoco la regulación económica necesaria,

sobre todo en el mercado mundial actual que se ha desarrollado desde los años noventa. Hay la

lógica de la rentabilidad, es una lógica que produce las poluciones tan comunes, y que constituyen

un peligro para todo el planeta. La única gran profecía de Karl Marx fue la idea que la mercancía va
a reemplazar todas las relaciones humanas. Hoy día no son únicamente las relaciones humanas, las

relaciones biológicas también, porque los genes –la vida misma– se han convertido en mercancías,

en algo que se puede vender; se puede hacer de los genes una propiedad privada.

Si vemos todos estos problemas, podemos decir que estamos en un Titanic planetario, con su

«cuatrimotor» técnico, científico, económico y de beneficios, pero no controlado éticamente y

políticamente. ¿dónde encontrar posibilidades de esta regulaciones y controles ético y político?

Pienso que las fuentes pueden encontrarse en la segunda hélice de la mundialización; abandono la

metáfora del cuatrimotor para tomar una nueva metáfora la de una doble hélice.

La primera hélice –muy conocida– es la hélice que impulsó la mundialización comenzada a

fines del siglo XV, con la conquista de América. Un proceso que continuó con la colonización, con la

esclavitud, con la conquista, con el lucro. Es el fenómeno de la dominación. Y, al mismo tiempo, hay

una segunda mundialización, que le es antagónica y también inseparable. La segunda

mundialización empieza con Bartolomé de Las Casas, quien afirmó que los indios de las Américas

tenían una personalidad humana, cosa que era negada por los teólogos católicos españoles. Se

continuó con Montaigne, que decía que otras civilizaciones aparte de la occidental tienen sus

valores. Se continuó con las ideas nacidas en el mundo mismo de la opresión, que fue el Occidente

europeo: ideas de las libertades personales; las ideas universalistas y humanistas, que llevaron a la

abolición de la esclavitud; los procesos de promoción de los derechos de los hombres y mujeres; los

procesos de descolonización; la difusión de la democracia; y hoy en día la conciencia ecológica, es

decir, de una comunidad de destino humano y del planeta.

Esta segunda mundialización tiene en sí misma una fuerza, un motor de responsabilidad y de

solidaridad. Es la conciencia también y el sentido de la comunidad de destino: comunidad de

destino planetario –evidente–, pero también de continentes. Tenemos una comunidad europea. Se

debe discutir, se debe desarrollar el sentido de la comunidad de destino latinoamericano. Esto es la

conciencia, porque no se pueden adelantar las cosas sin la inteligencia y la conciencia que pueden

introducir la ética y la política, los partidos políticos y el pensamiento político, en el desarrollo

mismo. No hay que subordinar más el desarrollo humano al desarrollo económico; debemos

invertir esto y subordinar el desarrollo económico al desarrollo humano. Ese me parece es el papel

ético fundamental. No debemos ser simples objetos en este Titanic sin piloto, sino que debemos

cambiar y ser sujetos de la aventura humana.


2.2 Desarrollo sostenible3

El desarrollo sostenible procura satisfacer las necesidades del presente sin hipotecar las de las

generaciones venideras. Debemos hallar un medio de solucionar los problemas sociales y

medioambientales de hoy y aprender a vivir de manera sostenible.

¿Qué es el desarrollo sostenible y cómo puede lograrse?

¿A qué llamamos exactamente desarrollo sostenible y cómo puede alcanzarse? Veamos algunos

ejemplos concretos de lo que cabe hacer:

- Fomentar la paz

En el decenio de 1990 se produjo un aumento de los conflictos tanto en África y América del

Sur, como en Asia y Europa. La guerra es un estado de violación extrema de los derechos humanos,

en particular el derecho a la vida, y de profunda desorganización en el país, que aniquila todo

progreso social y económico. Sin paz, no será posible ningún modelo de desarrollo. Por ello,

fomentar la paz es también trabajar en pro del desarrollo sostenible.

- Luchar contra el calentamiento del planeta

Expertos de todo el mundo estudian las causas y consecuencias de las emisiones de gas con

efecto invernadero, que se encuentran en el origen del calentamiento global del planeta. La

comunidad internacional se ha movilizado para hacer frente a este problema.

3
Información relevada del programa La educación para el desarrollo sostenible de UNESCO. Más información en:
http://www.unesco.org/es/education-for-sustainable-development/
Se han adoptado medidas para preservar el planeta de las repercusiones negativas del

calentamiento mundial causado por la contaminación del aire (transporte, fábricas y centrales

nucleares), entre ellas el cambio climático, el aumento de los niveles del mar y la modificación de

las corrientes marinas. Debemos, pues, proteger el planeta a fin de transmitir un patrimonio

sostenible a las generaciones futuras.

- Reducir las desigualdades entre el Norte y el Sur y luchar contra la pobreza

Un importador del Norte organiza un circuito de compra y distribución de café producido por

agricultores del Sur en un entorno preservado.

Estos agricultores venden su producción a un precio justo, lo que les permite cubrir los costos

de producción y vivir dignamente. Estamos hablando del comercio justo, que contribuye a reducir

la pobreza.

- Luchar contra la marginación de las mujeres y las niñas

En el Sur, la alfabetización de las mujeres y la asistencia de las niñas a la escuela garantiza el

bienestar de sus familias: los niños están mejor nutridos, cuidados y, por lo menos, cursan el ciclo

completo de enseñanza primaria. Las madres pueden contribuir entonces a los ingresos familiares

mediante actividades económicas y participan plenamente en la vida de la comunidad. La

alfabetización de adultos o la escolarización de los niños permiten a todos y cada uno beneficiarse

de su derecho a la educación.

- El desarrollo sostenible implica una visión diferente del mundo

El desarrollo sostenible, concepto en constante evolución, es por tanto la voluntad de mejorar la

calidad de vida de todos, incluida la de las futuras generaciones, mediante la conciliación del

crecimiento económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente.

Como bien ilustran los ejemplos anteriores, la mejora de la calidad de vida se concreta de forma

diferente de un continente a otro, de una nación a otra, y de un país a otro. Sin embargo, ningún

continente, gobierno, institución o persona pueden por sí solos alcanzar este objetivo, por cuanto la

índole de las dificultades que han de superarse requiere a la vez un compromiso internacional,

colectivo e individual.

Para mejorar nuestra calidad de vida es preciso cambiar nuestro aprendizaje. Tal y como

destaca el Director General de la UNESCO Koichiro Matsuura: “La educación, en todas sus formas
y todos sus niveles, no es sólo un fin en sí mismo, sino también uno de los instrumentos más

poderosos con que contamos para inducir los cambios necesarios para lograr un desarrollo

sostenible.”

2.3 El capital social y la cultura4

Existen cuatro formas básicas de capital:

- Capital Natural, constituido por la dotación de recursos naturales con que cuenta

un país.

- Capital Construido, generado por el ser humano que incluye diversas formas de

capital (infraestructura, bienes de capital, financiero, comercial, etc.).

- Capital Humano, determinado por los grados de nutrición, salud y educación de

su población.

- Capital Social, descubrimiento reciente de las ciencias del desarrollo.

El Capital Social abarca por lo menos cuatro dimensiones:

- El grado de confianza existente entre los actores sociales de una sociedad

- Su capacidad de asociatividad

- La conciencia cívica

- Los valores éticos predominantes en una sociedad

Estos elementos son evidenciadores de la riqueza y fortaleza del tejido social interno de una

sociedad. La confianza, por ejemplo, actúa como un “ahorrador de conflictos potenciales” porque

limita el “pleitismo”. Las actitudes positivas en materia de comportamiento cívico, que van desde

cuidar los espacios públicos hasta el pago de los impuestos, contribuyen al bienestar general. La

existencia de altos niveles de asociacionismo indica que es una sociedad con capacidades de actuar

cooperativamente, armar redes, concertaciones, sinergias de todo orden a su interior.

4
Extracto de: “Más ética, más desarrollo” de Bernardo Kliksberg. Editorial Temas. 19va edición

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