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Jasón Pedraza Pinzón

Reseña: Conflicto armado

A lo largo de la historia Colombia ha sufrido por conflictos internos que


descomponen y fragmentan al país, no es fácil identificar los sucesos que
contribuyen el origen. Aún siguen vigentes y son el resultado, tanto como la prueba
de la debilidad de un Estado que no resuelve la gran diferencia económica del país,
como la falta de identidad el pueblo.

La lucha por mantener un control social y político ha sido en vano debido al mayor
problema de Colombia, el cual se trata del enfrentamiento armado. El
enfrentamiento armado ha sido la equivocada expresión de las diferencias sociales
del país. La cual no encuentra una vía pacífica para llegar a un acuerdo; entre estas,
probablemente sean el conflicto por la tierra, por el territorio, lo que con mayor
frecuencia ha generado confrontaciones violentas.

Los enfrentamientos entre distintos grupos armados los cuales querían controlar y
adquirir el poder del Estado, han sido una constante en la historia de Colombia. La
disputa por mantener un control territorial ha desencadenado un gran recorrido de
violencia, hasta llegar a la formación de grupos armados como la guerrilla o grupos
paramilitares. Cualquier acto de protesta social era criminalizado. Por causa de esto
los grupos armados se fortalecieron y surgían otros nuevos. El intento de solucionar
este crecimiento de la oposición por parte del estado, fue el paramilitarismo. Con el
Decreto Ley 1699 de 1964, se autorizó la creación de autodefensas; es decir, se
permitió armar a los campesinos para que sirvieran de apoyo a las Fuerzas
Armadas. El Ejército comenzó a promover su creación para una lucha activa, donde
la legalidad no debía constituir un obstáculo. Todo esto por el fallido intento de los
acuerdos de paz. La llegada del narcotráfico, ha sido un auténtico factor de
expansión del conflicto, pues son los que abastecen a los grupos armados ilegales
de todo aquello que necesitan para mantener su estrategia de combate. A su vez,
se benefician de los grupos armados, que les ofrecen protección frente a las
autoridades. Por otra parte el crecimiento del narcotráfico, que conlleva
particularmente al lavado de activos financieros ha influido en la concentración de
tierras, ha encontrado un camino ideal para su desarrollo, en un país que sigue
inmerso en el conflicto armado volviendo a los combates territoriales constantes que
amenazan la estabilidad del país. Además de constituir la principal fuente de
financiación de los grupos armados ilegales, el narcotráfico genera por sí mismo
una parte sustancial de la violencia que impregna a Colombia. La clásica
competencia interna por ganar nuevos mercados, los ajustes de cuentas o las
venganzas son otra forma más de violencia y sufrimiento para el país. Una histórica
campaña de violencia se desata entre 1989 y 1991 por parte de ciertos grupos, para
evitar que el Gobierno colombiano firmara los acuerdos de extradición con los
Estados Unidos. Este negocio del narcotráfico se convierte en una vía para el
enriquecimiento rápido solo para pocos individuos los cuales impiden el acceso de
tierras a varios agricultores y empresarios pequeños y también crea distorsiones
económicas y mucha corrupción para el estado, agrandando y potenciando el
conflicto armado e interno del país. Se estima que el conflicto en Colombia consume
cerca de cinco mil millones de dólares al año. Una cifra que corresponde a costos
por parte del estado, una cifra la cual supera tanto al presupuesto anual de sanidad
como al de educación, convirtiendo un Estado que invierte más en la guerra que en
otros factores más importantes para el desarrollo de un país.

El conflicto armado interno en Colombia, recrudecido en los últimos años y con


crecientes niveles de degradación ha generado una grave crisis humanitaria en
donde la superación de éste es el principal tema en la agenda nacional y de los
esfuerzos de cooperación por parte de la comunidad internacional.

La complejidad de esta situación y su prolongación, han requerido la intervención


no solo del Gobierno colombiano sino del conjunto de las instituciones del Estado y
además de la Comunidad Internacional. Para atender este conflicto se pusieron en
marcha en Colombia procesos de Desarme, Desmovilización y Reinserción, con el
objeto de que esto se constituya en un amplio proyecto de reconciliación y paz,
enmarcados en la Constitución todo esto con el fin de reincorporar a los miembros
de grupos organizados al margen de la ley a la vida civil, económica y política y
avanzar en el camino a la paz y a la reconciliación y garantizar los derechos de las
víctimas a la verdad, a la justicia y a la reparación.

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