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TRABAJO DE INVESTIGACION CIVIL BIENES

YURY SLENDY LOZANO CASALLAS

YEYMI VERONICA LOZA MONROY

SANDY FERLEY AFANADOR JAIMES

DR, GUSTAVO CAMACHO SARMIENTO

PAMPLONA NORTE DE SANTANDER

UNIVERSIDAD DE PAMPLONA

ARTES Y HUMANIDADES

CIVIL BIENES III

2017
INTRODUCCIÓN

Este trabajo lo realizamos de acuerdo a la investigación que hicimos en conjunto


acerca de los temas como lo son el dominio y los bienes; de acuerdo a lo que
específica el código civil colombiano, que efectos jurídicos producen y en que
pueden ser empleados a nuestro beneficio y entorno. Teniendo en cuenta que en
"El Código Civil comprende las disposiciones legales sustantivas que determinan
los derechos de los particulares, por razón del estado de las personas, de sus
bienes, obligaciones, contratos y acciones civiles" (Se subraya).
DOMINIO EMINENTE: es un concepto jurídico, que en
el Derecho contemporáneo se aplica al dominio (entendido como parte
del derecho de propiedad) que corresponde al Estado y se aplica en el concepto
de expropiación.
En cambio, en contextos históricos, particularmente en el feudalismo medieval y
su extensión durante el Antiguo Régimen, la propiedad de la tierra tenía una
consideración peculiar, puesto que se compartía entre señor y siervo (o, más
genéricamente, campesino), es decir, entre quien retenía ese dominio eminente y
quien accedía al denominado dominio útil (en el caso de que las tierras se
consideraran originalmente del señor, puesto que también era posible lo contrario -
que hubiera sido el señor el que se atribuyera derechos sobre tierras originalmente
de los campesinos-). Se ha interpretado el "dominio eminente" del señor como una
mezcla entre propiedad y soberanía, con lo que la renta feudal por él percibida se
identifica con el concepto de impuesto y el resto de los derechos que ejerce se
identifican con el concepto de jurisdicción.
Los derechos que otorgaba cada dominio (útil y eminente) no fueron algo
establecido definitivamente, sino que evolucionaron. Mientras que (en el caso de
entender la relación originaria como una concesión del señor al campesino)
inicialmente podía equipararse el dominio eminente como un dominio
directo (prácticamente una propiedad) y el dominio útil con un dominio inferior;
mientras que con el tiempo (especialmente en el contexto de la crisis del Antiguo
Régimen en Francia y la Revolución francesa) podía equipararse el dominio útil
con el directo, entendiéndose que correspondía al campesino un dominio de
propiedad (el que corresponde a un "dueño"), quedándole al señor únicamente
un dominio de superioridad (el que corresponde a un "señor" -concepto que queda
así distinguido del de "dueño"-).
En la actualidad se entiende por dominio eminente “el poder del estado sobre la
totalidad del territorio de su jurisdicción”. Es decir el estado no es titular del
territorio, en el sentido de ser “dueño” de él, sino en el sentido de ejercer
soberanía sobre él.
Se puede ver contemplado en el artículo 102 de la constitución política donde nos
dice; el territorio, con los bienes públicos que dé el forman parte, pertenecen a la
nación.
El estado por medio de la constitución establece los límites de la sociedad como
se establece en el artículo 104 de la constitución política de Colombia donde nos
dice que la constitución es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad
entre la constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicaran las disposiciones
constitucionales.
Es deber de los nacionales y de los extranjeros en Colombia acatar la constitución
y las leyes, y respetar y obedecer a las autoridades, siendo esta la forma de
aplicar el dominio eminente.

Po otro lado decimos que El dominio eminente es un derecho de naturaleza


política y por ello no está ligado a patrimonio estatal, y que se diferencia del
dominio público del Estado en que éste sí tiene contenido económico.

Caso de dominio eminente, según los artículos 4° de la Carta Política y el artículo


674 del Código Civil. De conformidad con este último texto son bienes de la unión
aquellos cuyo dominio corresponde a la República. Si éstos están destinados al
uso de todos los habitantes como las calles, plazas, puentes y caminos se les
llama bienes de la unión de uso público o bienes públicos del territorio. Sobre
ellos no ejerce el Estado un derecho de propiedad privada sino uno de dominio
eminente en el cual se conjuga el derecho político del Estado con el derecho de
todos a usarlo "teniendo en cuenta que al señalarle la destinación el particular
cuando trace las calles, vías, plazas, zonas verdes, etc., automáticamente
determina su constitución como bienes de la unión".

La propiedad estatal comprende los bienes que el Estado posee como propiedad
privada, en condiciones similares a la que detentan los particulares. Pero también
y principalmente, comprende aquellos elementos constitutivos del territorio de
Colombia con respecto a los cuales tiene un dominio eminente que le permite el
ejercicio de actos de soberanía: tales son el suelo (territorio continental e islas,
islotes, cayos, morros y bancos que le pertenecen), el subsuelo, el mar territorial,
la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica exclusiva, el
espacio aéreo, el espectro electromagnético y el espacio donde actúa, y un
eventual segmento de órbita geoestacionaria, de conformidad con el derecho
internacional o con las leyes colombianas a falta de normas internacionales. De
modo que el territorio, "con los bienes públicos que de él forman parte",
pertenecen a la Nación, personificación jurídica del Estado (arts. 101, 102 y 332
de la Constitución).

DOMINIO PÚBLICO: “es el conjunto de los bienes afectados al uso de todos”.


El dominio público lo forman los bienes que sirven para el uso de todos como los
ríos, los puertos, los caminos, las calles, las plazas públicas. Estos bienes,
evidentemente, no están sometidos a las reglas del derecho civil concernientes a
la propiedad. Ni aún puede decirse que el estado sea su propietario. En efecto, la
propiedad se compone de tres elementos el usus, o derecho de uso; el fructus, o
derecho de recoger los frutos y productos; y el abusus o derecho de enajenar.
Por consiguiente los bienes de uso público son; el dominio público inalienable,
que no se puede vender, ni donar, ni hipotecar. El dominio público imprescriptible,
no se admite posesión por lo tanto no procede la pertenencia art 375 CC. Es decir
son inapropiables, y el dominio público inembargable que esta fuera del comercio.
El origen del dominio público está en la afectación de una cosa no a un servicio
público, sino al uso directo del público. Se explica de este modo, de una parte,
inalienabilidad y la indisponibilidad de esta clase de bienes, los puertos, los
caminos, los ríos, objetos que, si estuvieran entregados al comercio jurídico, no
podrían cumplir su destino, y por otra parte, esta solución incontestable de que el
carácter del dominio público cesa de corresponder a los bienes de este dominio
cuando cesa su afectación al uso público.
Se comprende que la voluntad del legislador es imponer a tal o cual cosa que,
normalmente, debiera entrar en el dominio privado, todos o parte de los caracteres
del dominio público. Esto ocurre con las fortificaciones que, aunque no están
afectadas al uso libre del público, forman parte del dominio público en el sentido
estricto de la palabra, pues no pueden ser enajenadas, en virtud de una
disposición terminante.
El dominio público comprende edificaciones y muebles. Esto es en lo que
concierne a las construcciones, obras, edificios públicos pertenecientes al estado,
a los departamentos o a los municipios, como liceos, universidades, ministerios,
hospicios, prisiones, tribunales, alcaldías etc. Los partidarios del primero de los
sistemas expuestos más arriba los consideran como formando parte del dominio
público, en razón del servicio público a que están afectados.
Por el contrario los partidarios del criterio puramente natural niegan el carácter de
dominio público a todos los edificios, cualesquiera que ellos sean, salvo, acaso, a
los monumentos públicos propiamente dichos, tales como los arcos de triunfo,
columnas conmemorativas y las estatuas que son dependencia de la vía pública.

El dominio público, además de los edificios que acaban de ser indicados, los
edificios nacionales, departamentales y municipales en las que el público puede
ser admitido libremente y sin justificación, como las bolsas, museos, mataderos,
mercados, asilos nocturnos y refugios públicos contra el frio.
En consecuencia, se colocan dentro del dominio público y consideramos, por
tanto, como inalienables e imprescriptibles, los edificios dedicados al culto porque
están afectos directamente al uso del público para la celebración del culto.
Naturaleza del derecho de la persona moral sobre el dominio público; el derecho
de la persona moral, estado, departamento, municipio, sobre los bienes de su
dominio público no es un derecho de propiedad, pues no comprende los atributos
esenciales de la propiedad, usus, fructus, abusus. El dominio público pertenece,
en tanto que dura su afectación, más bien al uso público que a la persona moral
de que depende. La persona moral no tiene sobre esta parte de su dominio más
que un derecho de guarda, de gestión. De administración.
Sin embargo, esta idea de que el dominio público no es objeto de un derecho de
propiedad, y se encuentra, por tanto fuera del comercio, sufre varias importantes
atenuaciones.
El estado, el departamento y el municipio ejercen un verdadero derecho de
propiedad, no solamente sobre los bienes de su dominio privado, sino también
sobre los accesorios del dominio público, que, naturalmente, escapan a esta
afectación al uso público, en la que hemos encontrado nuestro criterio. Por esta
razón, los productos naturales nacidos en los caminos y en los paseos de dominio
público ( frutos y leña de la poda de los árboles, hierba de los paseos, etc )
pueden ser vendidos; los derechos de pesca y de caza en los ríos navegables y
flotables, pueden ser arrendados; la persona moral recibe en su dominio privado,
con facultad de libre disposición, los aluviones depositados por las aguas a lo
largo de su dominio público; tiene derecho a la indemnización debida por el
concesionario de una mina situada en el subsuelo de la vía publica, etc.
La persona moral puede ejercitar para la protección del dominio público las
mismas acciones que un propietario propiamente dicho, principalmente las
acciones posesorias. Del mismo modo tiene derecho a ejercitar la acción de
cesión de medianería, cuando llega el caso, contra los propietarios vecinos.
La persona moral, que no puede enajenar los bienes de su dominio público puede
otorgar en ellos concesiones o autorizaciones de ocupación temporal, que, por lo
demás tienen carácter precario, en el sentido de que son esencialmente
temporales, y en general, revocables o rescindibles. Estas concesiones dan lugar
a la percepción de un canon que presenta todos los caracteres de un
arrendamiento y confiere al concesionario un derecho que puede defender contra
terceros como una propiedad privada, sobre todo por medio de la acción
posesoria.
Distinción de los diferentes dominios; ya se ha dicho que hay tres personas
públicas a las que se aplica la distinción de domino público y domino privado: el
estado, el departamento y el municipio. Las demás personas morales de derecho
público (establecimiento público), no tienen más que un dominio privado.
Los bienes de dominio público departamental son los caminos que forman parte
de la red departamental, es decir los que han sido construidos con el presupuesto
del departamento.
Los bienes de dominio público municipal son los caminos vecinales y rurales, las
plazas, calles, pasajes, las iglesias y otros edificios destinados al culto, los
cementerios y los museos. Entran, por el contario, dentro del domino privado las
casas con sistoriales, hospicios, hospitales, escuelas, etc.
En si el domino público, son los bienes que una administración afecta al uso
directo de la comunidad o que la utilizan para servir a la sociedad.
Ley 23 de 1982
Artículo 14º.- El traductor de la obra del dominio público, es autor de su propia
versión, pero no podrá oponerse a que se hagan traducciones distintas de la
misma obra, sobre cada una de las cuales se constituirá derecho de autor a favor
del que las produce.
Artículo 16º.- El que tomando una obra del dominio público la adapta, transporta,
modifica, compendia, parodia o extracta de cualquier manera su sustancia, es
titular exclusivo de su propio trabajo; pero no podrá oponerse a que otros adapten
transporten, modifiquen, compendien la misma obra, siempre que sean trabajos
originales, distintos del suyo.
Artículo 23º.- Si no hubiere herederos ni causahabientes, la obra será de dominio
público desde el fallecimiento de éste. En los casos en que los derechos de autor
fueren trasmitidos por un acto entre vivos, corresponderán a los adquirientes
durante la vida del autor y veinticinco años desde el fallecimiento de éste y para
los herederos el resto del tiempo hasta completar los ochenta años, sin perjuicio
de lo que expresamente hubieren estipulado al respecto el autor de la obra y
dichos adquirientes.
Parágrafo 3º.- La defensa de la paternidad, integridad y autenticidad de las obras
que hayan pasado al dominio público estará a cargo del Instituto Colombiano de
Cultura cuando tales obras no tengan titulares o causahabientes que puedan
defender o tutelar estos derechos morales.
Capitulo xiv
Del dominio publico

Artículo 187º.- Pertenecen al dominio público:

1. Las obras cuyo período de protección esté agotado;


2. Las obras folclóricas y tradicionales de autores desconocidos.
3. Las obras cuyos autores hayan renunciado a sus derechos, y
4. Las obras extranjeras que no gocen de protección en la República.

LOS BIENES OCULTOS: articulo Son bienes raíces que pertenecen a entidades territoriales,
que han sido abandonados por estos o cuya titulación es confusa. Para restablecer el dominio y la
titulación de estos bienes se requiere previo concepto de la Procuraduría General de la Nación
sobre su calidad de oculto.

ACUERDO 0114 DE 1977 (noviembre 22) acta 35; Ley 28 de 1974, ARTICULO
56. ARTICULO 1. Según el objeto para el cual se celebren, los contratos pueden
ser de obra, de suministro, de compra-venta de bienes muebles, de compra venta
o permuta de inmuebles, de arrendamiento, de prestación de servicios, de venta
de bienes muebles, de donación, de empréstitos y para la recuperación de bienes
ocultos.

Contratos sobre los bienes ocultos, Artículo 129. La Universidad Nacional de


Colombia deberá adelantar las diligencias administrativas y demás necesarias
para recuperar los bienes abandonados materialmente y cuyo título de propiedad
ofrezca establecer un denunciante.

Previo concepto de la Procuraduría General de la Nación sobre la calidad de


oculto de un bien podrá celebrarse contratos con los particulares para su
denuncia. En estos convenios, la participación del denunciante no podrá ser
superior al treinta por ciento (30%) del valor del bien cuya recuperación se
obtenga.

Detentan esa condición los bienes de propiedad de un ente público, respecto de


los cuales su calidad jurídica es oscura o dudosa. La ley prevé etapas y
procedimientos que tienen por objeto la recuperación efectiva de dichos bienes,
que se inicia mediante la denuncia realizada ante la autoridad competente que
verifica el cumplimiento de los elementos legales que condicionan la calidad de
oculto y adopta la correspondiente decisión mediante un acto administrativo que
se puede controvertir ante esta jurisdicción. Declarado un bien como oculto,
procede la celebración de un contrato entre el denunciante y el Estado, por medio
del cual se le confieren al primero las facultades necesarias para que promueva
las acciones que conduzcan a esclarecer la situación del bien de propiedad
pública, a cambio de lo cual el denunciante tiene derecho a que se le pague un
valor proporcional al del bien, cuando este fuere recuperado. Dicha figura tiene,
entre otras, la finalidad de asociar el interés particular al público en la defensa y
conservación de la integridad del patrimonio del Estado y las demás entidades
administrativas. La ley 130 de 1913, artículo 18, le atribuyó al Consejo de Estado
la competencia para conocer privativamente en una sola instancia de los litigios
relativos a la condición de ocultos que tengan los bienes denunciados como tales
en el aparte f) del artículo 30 del Código Fiscal.
Se precisó que los requisitos para que un bien quede comprendido dentro del
concepto de oculto son: “a) El abandono material por la entidad dueña de él; b)
que el carácter de propiedad pública se haya hecho oscuro; c) Que su
reincorporación al patrimonio público no pueda obtenerse sino mediante los
recursos y acciones en juicio, y d) Que haya ignorancia o desconocimiento del
bien por parte de la Administración. Para que un bien adquiera la calidad de
oculto, no basta que tenga una o más de las características que la ley ha señalado
para considerarlo como tal, sino que es indispensable que reúna todos los
elementos que aquella ha determinado para que el bien oculto exista legalmente.”
El anterior recuento normativo y jurisprudencial resulta suficiente a la Sala para
afirmar que hay uniformidad jurisprudencial respecto de los requisitos que
establece la ley para que un bien sea declarado oculto y que estos son: a. Que el
bien esté en el patrimonio del Estado con título claro de dominio. b. Que las
autoridades lo ignoren o desconozcan. c. Que su primitivo carácter de propiedad
pública se haya oscurecido, debido, entre otras circunstancias, a su abandono por
parte de la entidad propietaria. d. Que por ello su dominio se haya vuelto litigioso y
que su recuperación para el Estado amerite el adelantamiento de acciones.
el artículo 80 del código fiscal nos dice que serán “ bienes ocultos del estado, no
solo los simplemente abandonado u ocultos en su sentido material, sino también
aquellos respecto de los cuales se haya hecho oscuro su carácter primitivo de
propiedad nacional, sea por actos de maliciosa usurpación, por incuria ( poco
cuidado, negligencia ) de las autoridades, o por otra causa semejante”. Ósea que
serán bienes ocultos del estado aquellos que no puedan explicar su propiedad.
LOS BIENES INCULTOS; Bienes incultos son aquellos “bienes pertenecientes a
los particulares con capacidad de explotarlos, que no los explotan. También se les
llama ‘bienes de engorde’.” De esta definición se puede destacar que justifica el
nombre de “incultos” de estos bienes, ya que incultos significa etimológicamente
“no-cultivados”, carácter propio de aquello que no se explota. Es necesario aclarar
que en este caso “cultivar” no se refiere literal y estrictamente a las actividades
agrarias, sino más bien una amplia gama de actividades de explotación de la tierra
(puede ser ganadería y actividades pecuarias también, entre otras). Por otro lado,
destaca esta definición, una realidad que debe evitarse en Colombia acerca de la
distribución de la tierra: La multiplicación de los latifundios en manos de
particulares, que es un signo de mala distribución de la riqueza y mal
aprovechamiento del beneficio potencial del territorio (más adelante, al analizar las
otras leyes, se ampliará esta idea).

- Ley 200 de 1936: Expresamente no existe la denominación “bienes incultos” en


esta ley, sino, más bien, la denominación “porciones incultas” (Art. 1º Ley 200/36),
refiriéndose a aquellos fundos que no se explotan económicamente. Aún así,
tratándose de un objeto apropiable, con valor de utilidad y económico, no existe
ningún obstáculo para llamarlo “bien”, porque cumple con los requisitos para serlo.
Así, pues, “porciones incultas” es perfectamente sinónimo de “bienes incultos”.

Aclarado lo anterior, entramos a la definición presentada por la ley en su Art. 1º:


Porciones incultas son aquellas tierras “cuya existencia sea necesaria para la
explotación económica del predio, o como complemento para el mejor
aprovechamiento de éste [sin ser directamente explotadas económicamente]”.
Vemos que esta definición destaca el carácter de la ausencia de explotación
económica. Ley 200/36 las “porciones incultas” cumplen con la función de
explotación económica aunque sea de manera indirecta, por lo que no tienen el
carácter de re probabilidad, por la falta de aprovechamiento de las riquezas
territoriales del país. En cambio, en la ley 200/36 sí aparecen unos bienes que
cumplen con todo lo establecido de bienes incultos: Se trata de los bienes baldíos.
La ley define en su Artículo 1º lo que no son los bienes baldíos: “no son baldíos
sino de propiedad privada, los fundos poseídos por particulares, entendiéndose
que dicha posesión consiste en la explotación económica del suelo por medio de
hechos positivos propios de dueño, como las plantaciones o sementeras, la
ocupación con ganados y otros de igual significación económica. EI cerramiento y
la construcción de edificios no constituyen por sí solos prueba de explotación
económica, pero sí pueden considerarse como elementos complementarios de
ella. También a las porciones incultas cuya existencia sea necesaria para la
explotación económica del predio, o como complemento para el mejor
aprovechamiento de éste”.
Como conclusión respecto a la ley 200/36, podemos decir que es mucho más
valioso, conceptual y prácticamente, tomar por “bienes incultos” a los bienes
baldíos, excluyendo de ellos a las llamadas “porciones incultas”. Por otro lado, a la
luz de esta ley, y si se acepta el argumento reciente, es necesario concluir que
“bienes incultos” no es nada diferente de los “bienes baldíos”.

Ley 160/94: Esta ley nos trae la denominación de “tierras incultas” para aquellos
bienes inmuebles rurales, consistentes en la superficie del territorio, que no son
explotados económicamente y que por motivos de utilidad social y económica,
pueden ser expropiables por parte del Estado. En esta ley tampoco aparece la
denominación “bienes incultos” pero, por la misma razón expuesta en el aparte
dedicado a la ley 200/36, no hay ningún obstáculo para llamar “bienes incultos” a
las llamadas “tierras incultas”, advirtiendo que no se puede perder de vista que el
bien en este caso es sólo la superficie de la tierra y no las construcciones o el
subsuelo que hay en ella.

Esta ley amplía la definición de los bienes incultos, según la legislación


Colombiana, porque, al incluir en el régimen de tierras incultas las que trata el
capítulo 11 de la ley, ya no los circunscribe a los bienes baldíos (Art. 52 ley 160/94
conc. Art. 1º Ley 200/36), sino que lo amplía a aquellos bienes que se utilizan para
la plantación de cultivos ilícitos (Art. 52, par. 2), a aquellos bienes en los que los
propietarios violen las leyes que regulan la utilización racional de los recursos
naturales renovables y a los propietarios que violan las normas sobre zonas de
reserva agrícola (mismo Art. 52). Así, pues, son tierras incultas no sólo las que no
se explotan económicamente sino que lo son además aquellas que acabamos de
mencionar.

Por otro lado, la ley 160/94 conserva el carácter de utilidad social-económica de


distribución y aprovechamiento de las riquezas de la Nación, que deben de tener
los bienes incultos, al establecer entre sus objetivos en su Art. 1º “…Reformar la
estructura social agraria por medio de procedimientos enderezados a eliminar y
prevenir la inequitativa concentración de la propiedad rústica o su fraccionamiento
antieconómico… Fomentar la adecuada explotación y la utilización social de las
aguas y de las tierras rurales aptas para la explotación silvoagropecuaria, y de las
tierras incultas, ociosas o deficientemente aprovechadas, mediante programas que
provean su distribución ordenada y su racional utilización... Regular la ocupación y
aprovechamiento de las tierras baldías de la Nación, dando preferencia en su
adjudicación a los campesinos de escasos recursos, y establecer Zonas de
Reserva Campesina para el fomento de la pequeña propiedad rural…”. Estos
objetivos van encaminados a preservar la Función Social de la Propiedad
establecida en el Art. 58 de la Constitución y están en consonancia con el destino
que se le debe dar a los denominados “bienes incultos”.
Podemos decir que esta ley, al ampliar la lista de bienes que se incluyen dentro de
la denominación de “tierras incultas”, permite justificarla como una denominación
que cobija varias clases de bienes y, así, no puede ser reemplazada con otro
término equivalente (como ocurría en la ley 200/36 que era igual bien inculto a
bien de bien baldío).

Finalmente, después de hacer esta pequeña investigación acerca de los bienes


incultos, se podría plantear una clasificación doctrinal así:
Bienes incultos: Son aquellos bienes que no son explotados económicamente.
Dentro de éstos se encuentran dos clases: Aquellos cuya explotación económica
es permitida y deseada, es decir, aquellos que se incluyen al régimen de los
bienes baldíos. Y aquellos que no están dentro de ese régimen y que su
explotación no es obligatoria o no es permitida (como las zonas ecológicas que a
pesar de cumplir un fin de utilidad común no pueden ser explotadas en la forma en
que lo son los bienes baldíos).
LOS BIENES EJIDOS; ejido es la porción de tierra de uso público que no se labra
y que permite establecer las eras o reunir los ganados. El ejido puede ser
propiedad de un municipio o de un estado.
LEY 41 DE 1948
ARTICULO 1° Los terrenos 'ejidos situados en cualquier Municipio del país no
están sujetos a la prescripción, por tratarse de bienes municipales de uso público
o común. ARTICULO 2° La administración de los terrenos ejidos, tanto urbanos
como rurales, corresponde al Concejo Municipal del Distrito de su ubicación. Esta
administración podrán ejercerla los Concejos Municipales por conducto de un
Personero Municipal Delegado para Ejidos y Vivienda Popular, funcionario que
tendrá las facultades de que más adelante se hablará. ARTICULO 3° Los terrenos
ejidos urbanos podrán ser destinados por los respectivos Concejos Municipales, a
resolver el problema de la vivienda popular en las respectivas ciudades,
ARTICULO 4° Los terrenos ejidos urbanos que, en virtud de la facultad conferida
en el artículo anterior, se destinen a solucionar el problema de la vivienda popular,
podrán ser enajenados sin el requisito previo de la subasta pública, con tal que los
respectivos contratos sean aprobados por el Concejo Municipal, y con el lleno de
los requisitos siguientes. ARTICULO 5° El área total de los lotes de terrenos
urbanos que se vendan, no podrá ser mayor de trescientos (300) metros
cuadrados. Con todo, podrá ser superior esa superficie, cuando el lote de que se
trate esté situado de tal manera que haga imposible el uso de la mayor extensión
que tenga. ARTICULO 6° El precio por el cual se vendan los terrenos ejidos
urbanos podrá ser rebajado hasta en un cuarenta por ciento (40%) del avalúo
catastral. Este precio puede ser pagado por contados en plazos no mayores de
veinte (20) años. En ningún caso el precio de los lotes que se vendan con la sola
aprobación de los contratos por el Concejo, podrá ser superior al del avalúo
catastral. 1 ARTICULO 7° Para adquirir lotes procedentes de terrenos ejidos
urbanos y beneficiarse, por tanto, de los precios y facilidades de pago fijados en el
artículo anterior, el adquirente deberá reunir los siguientes requisitos: a) Que sea
reconocidamente pobre; b) Que tenga bajo su cuidado una familia a la que deba
alimentos; c) Que sea oriundo de la ciudad, o que, al menos, haya vivido en ella
durante cinco (5) años; d) Que no tenga casa propia; e) Que con anterioridad al
momento de la adquisición no haya sido adjudicatario, en propiedad, de lote
alguno ejidal con destino a la construcción de casa de habitación; í) Que el lote
sea destinado exclusivamente para construcción de la casa para la familia que
dependa del comprador, y que en ningún caso se destine para arrendamiento o
para otro negocio cualquiera; g) Que tanto el lote materia de la negociación como
el edificio que se construya sobre él, se constituyan en patrimonio de familia no
embargable, a favor del mismo adquirente, de su esposa y de los demás
miembros de su familia que vivan con él y a sus expensas. Para la constitución de
este patrimonio no se requieren las formalidades de que tratan los artículos 10 y
siguientes de la Ley 10 de 1931, y basta para ello la simple aceptación del
contrato por parte del ejidatario. ARTICULO 8° Son absolutamente nulos los
contratos de compraventa de terrenos ejidos urbanos que se celebren con
incumplimiento de los requisitos señalados en los artículos 5°, 6° y 7° de esta Ley.
ARTICULO 9° Los terrenos ejidos urbanos inaptos para ser destinados a la
solución del problema de la vivienda popular, tales como los situados dentro del
sector comercial de las respectivas ciudades, podrán enajenarse con otro fin por
los correspondientes Municipios, mediante el requisito de la subasta, por su valor
comercial. ARTICULO 10. Con los valores provenientes de la venta,
arrendamiento o cualquiera otra clase de transacciones de ejidos, los Municipios
formarán un Fondo Rotatorio que irá a una cuenta especial, y será destinado a la
compra de 2 nuevos terrenos, con el fin de parcelarlos y venderlos-en la forma
determinada en los artículos anteriores. ARTICULO 11. Los terrenos ejidos rurales
podrán ser destinados por los respectivos Municipios, a fomentar la producción de
víveres baratos. En consecuencia, los ejidos rurales formados por terrenos fértiles
y cultivables podrán ser aportados por los Municipios a sociedades cooperativas
de producción agrícola. Tales sociedades no podrán tener como socios, a
excepción de los respectivos Municipios, sino a aquellas personas naturales que
se dediquen o quieran dedicarse primordialmente a labrar personalmente la tierra.
ARTICULO 12. Las personas que, conforme al artículo anterior, deseen formar
parte de las cooperativas de producción agrícola, deberán suscribir acciones por
un valor no menor de cien pesos ($ 100) moneda corriente cada una. El pago de
estos aportes podrá hacerse por el campesino, mediante abonos parciales que se
tomarán en porcentajes de las utilidades que al accionista correspondan en la
cooperativa. Dicho porcentaje será fijado por los estatutos de cada cooperativa.
ARTICULO 13. A excepción de los Municipios, ninguno de los socios de estas
cooperativas podrá ser dueño de acciones cuyo valor nominal sea superior a dos
mil pesos ($ 2.000) moneda corriente. ARTICULO 14. Salvo el caso contemplado
en los artículos 11 y 18 de esta Ley, los ejidos rurales formados en tierras fértiles y
cultivables no podrán ser vendidos por los Municipios correspondientes en ningún
caso, a menos que con el crecimiento de las ciudades lleguen a convertirse en
urbanos. ARTICULO 15. Los ejidos rurales formados por terrenos quebrados o
que no sean fértiles, podrán ser vendidos en pública subasta siguiendo las reglas
generales. Es absolutamente prohibida la venta de ejidos situados en las hoyas de
los ríos la cual se declara reserva forestal, a fin de evitar la disminución de las
corrientes de esas aguas. ARTICULO 16. Las tierras que el Municipio aporte a las
cooperativas de producción agrícola, según el artículo 11 de esta Ley, serán
avaluadas por peritos, los cuales serán nombrados así: uno por el-Personero
Municipal Delegado para Ejidos y Vivienda Popular, o en su defecto por el
Personero Municipal del Distrito; otro por el Gerente provisional o definitivo de la
cooperativa respectiva, y el tercero será nombrado por los dos principales. El
monto de ese avalúo será dividido por el valor asignado a cada acción, con el fin
de determinar el número de acciones que le correspondan al Municipio. 3
ARTICULO 17. La Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero abrirá créditos a
estas cooperativas con la responsabilidad solidaria del respectivo Municipio
accionista, con plazo hasta de diez (10) años y por cuantías que sean suficientes
para subvenir a los gastos que demande la producción agrícola. Estos créditos
también podrán otorgarse para el sostenimiento de los cooperados en el tiempo
comprendido entre la preparación del terreno y siembra y la recolección de las
cosechas. Para la seguridad del pago de estos créditos, la cooperativa prestataria
podrá dar en garantía hipotecaria las tierras que le pertenezcan. ARTICULO 18.
La misma Caja de Crédito Agrario suministrará a las cooperativas las semillas y
los elementos de labranza necesarios, a precio de costo. ARTICULO 19.
Autorízase a los Concejos Municipales de los Distritos en donde hubiere situados
terrenos ejidos, para crear el empleo de Personero Municipal Delegado para
Ejidos y Vivienda Popular, y la oficina correspondiente con el personal que
determinen los mismos Concejos. ARTICULO 20. Son funciones del Personero
Municipal Delegado para Ejidos y Vivienda Popular, las siguientes: 1° Representar
al Municipio en todos los negocios relacionados con sus terrenos ejidos, fundación
de barrios populares, construcción de casas para obreros, y empleados,
distribución de las mismas, etc. 2 a Tramitar los expedientes sobre propuestas de
compra de ejidos, practicando personalmente las pruebas exigidas para acreditar
que se reúnen los requisitos necesarios para poder ser comprador de ejidos y que
el lote cumple también con las exigencias del artículo 5o de esta Ley. 3 a Dictar la
resolución en que, previo análisis de las pruebas, resuelva lo que sea pertinente,
accediendo, negando, ordenando la práctica de nuevas pruebas, etc: 4 a
Presentar al Concejo las minutas que contengan los contratos de venta de ejidos
para que esa corporación resuelva lo que sea legal. 5 a Otorgar, a nombre del
Municipio, las escrituras que contengan los contratos de compraventa ya
aprobados por el Concejo. 4 6 a Dar en arrendamiento los lotes de terrenos ejidos
urbanos a las personas que los ocupen y que carezcan de medios para adquirirlos
en propiedad. Estos contratos siempre se otorgarán por escrito, y la renta será
fijada por el respectivo Concejo Municipal. 7 a Practicar, ante los Jueces
competentes, las diligencias conducentes al avalúo y remate de los ejidos y hacer
el nombramiento de los peritos. Los avisos de los remates se harán con veinte
(20) días mínimum de anticipación y se publicarán por tres (3) veces en un
periódico escrito y en una radiodifusora local. 8 a Representar al Municipio en las
acciones y diligencias que instaure ante los Jueces competentes para recuperar
los ejidos. También lo representará ante el Tribunal en la segunda instancia. 9 a
Firmar todos los documentos necesarios para la fundación de las cooperativas de
producción agrícola y para obtener la autorización sobre funcionamiento de las
mis- mas. 10. Las demás que les señalan al Personero Municipal sobre vivienda
popular y ejidos, otras leyes. 11. Hacer las investigaciones tendientes a descubrir
qué terrenos ejidos están ocupados por personas que carezcan de derecho para
ello, y proceder a instaurar las acciones judiciales o administrativas
correspondientes para lograr su desocupación y restitución al Municipio.
ARTICULO 21. Cuando el ocupante de ejidos fuere tenedor, por reconocer
dominio del respectivo Municipio, sin tener contrato de arrendamiento con el
Distrito, el Personero Delegado para Ejidos y Vivienda Popular procederá a
instaurar la acción de tenencia, que se tramitará como juicio de lanzamiento de
arrendatario. No son necesarios requerimientos previos al tenedor para que
prospere esta acción. ARTICULO 22. La base del avalúo de los peritos dentro de
los juicios de tenencia reglamentados en el artículo anterior, será el catastral.
ARTICULO 23. Se declaran de utilidad pública las mejoras plantadas en terrenos
ejidos de los respectivos Municipios. La base de la Indemnización será el avalúo
catastral de las mismas. 5 ARTICULO 24. Autorizase a los Municipios capitales de
los Departamentos para crear Personeros Delegados en lo Penal, quienes podrán
ser los suplentes del Personero Municipal. ARTICULO 25. Esta Ley regirá desde
su sanción
BIENES BALDIOS; son aquellos bienes raíces que nunca han tenido propietario
particular que no han salido de la órbita estatal, están situadas dentro de los
límites territoriales del estado.
se adquieren por ocupación, es un bien raíz ubicado en los sectores rurales, que están
única y exclusivamente, en cabeza de la nación, con el fin de adjudicarlos a las personas
naturales, empresas comunitarias y cooperativas. Atreves del instituto colombiano de
desarrollo rural-incoder o los particulares, siempre y cuando demuestren ocupación y
explotación económica, no inferior a los 2/3 partes de la superficie que se pretende, por
un periodo no inferior a 5 años.
Estos bienes no han tenido dueño anterior situación que los diferencias de los bienes
vacantes ( 706 cc ) que se encuentran abandonados por no tener dueño aparente o
conocido.
ARICULO 675 DEL CC: bienes baldíos son bienes de la unión todas las tierras que
estando situadas dentro de los límites territoriales, carecen de otro dueño.
En el decreto 1858 de 2015; en el referido artículo 65 de la Ley 160 de 1994,
también señala que "Los ocupantes de tierras baldías por ese solo hecho, no
tienen la calidad de poseedores conforme al Código Civil, y frente a la
adjudicación por el Estado solo existe una mera expectativa. La adjudicación de
las tierras baldías podrá hacerse por el Instituto mediante solicitud previa de parte
interesada o de oficio.
En el capítulo 15 título apertura de matrícula inmobiliaria de bienes baldíos, se
encuentran los siguientes artículos.

Artículo 2.2.6.15.1. Objeto. El presente capítulo tiene por objeto establecer la


asignación e identificación registral a bienes baldíos sin antecedente registral,
mediante la apertura de folios de matrícula inmobiliaria.

Artículo 2.2.6.15.2. Inicio. Una vez el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural


(Incoder) o quien haga sus veces, en el desarrollo de sus funciones misionales o
por comunicación de autoridad administrativa o judicial, identifique tierras
posiblemente baldías, mediante acto administrativo de trámite dará inicio
oficiosamente a la actuación administrativa para la apertura de folio de matrícula
inmobiliaria de bienes baldíos a nombre de la Nación.

Este acto administrativo se comunicará, dentro de los diez (10) días siguientes a
su expedición, con sujeción a lo dispuesto en el artículo 37 de la Ley 1437 de
2011.

Artículo 2.2.6.15.3. Pruebas. El Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder),


o quien haga sus veces, pedirá y practicará las pruebas que considere pertinentes
en atención a lo dispuesto en el artículo 40 de la Ley 1437 de 2011 y, en todos los
casos, solicitará certificado al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) o a los
catastros descentralizados o a quien haga sus veces, en el que se describan los
predios a los que se refiera el presente capitulo, con cédula catastral,
georreferenciación, señalando cabida y linderos, y la información de relación
jurídica del bien que obre en sus bases de datos.

Del mismo modo, solicitará a la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos


correspondiente certificado en el que se indique la carencia de antecedentes
registrales inmobiliarios asociados a derechos reales sobre estos predios.

Entonces los bienes baldíos, son adjudicados por el estado y de esta manera se
cumple el precepto constitucional sobre la función social de la propiedad, lo
establece la Corte Constitucional en su sentencia C-536 de 1997:

“La función social de la propiedad, a la cual le es inherente una función ecológica,


comporta el deber positivo del legislador en el sentido de que dicha función se
haga real y efectiva, cuando el Estado hace uso del poder de disposición o manejo
de sus bienes públicos. De esta manera, los condicionamientos impuestos por el
legislador relativos al acceso a la propiedad de los bienes baldíos, no resultan ser
una conducta extraña a sus competencias, porque éstas deben estar dirigidas a
lograr los fines que previó el Constituyente en beneficio de los trabajadores
rurales.”

BIENES VACANTES; son aquellos inmuebles sobre los cuales se ejerció la


propiedad privada pero que parecen en el momento sin dueño aparente o
conocido, pertenecen a la unidad nacional de tierras- ley 1152 de 2007 o fondo
nacional agrario.
El estado para ser dueño de ellos tiene que ser un proceso judicial. como:
Casas,
Parcelas de terreno
Chalets

La diferencia fundamental es que los Mostrencos son para bienes muebles (que
se pueden mover básicamente) y los Vacantes es para referirse a bienes
inmuebles (casas, fincas, chalets).

El artículo 706 del Código Civil preceptúa lo siguiente: “Estímense bienes vacantes
los bienes inmuebles que se encuentran dentro del territorio respectivo a cargo de
la Nación, sin dueño aparente o conocido;

Bienes mostrencos; son los bienes muebles que han tenido dueño particular
pero han sido abandonados material y jurídicamente y no se sabe quién es su
dueño aparente, los existentes en el territorio nacional pertenecen al I.C.B.F, ley
75 de 1968 articulo 66. También los encontrados fortuitamente por los servidores
públicos en ejercicio de sus funciones o con ocasión de las mismas.

Para ser considerados mostrencos se necesita que haya estado en el dominio


anterior del hombre e incorporado a su patrimonio que se hallen en el mismo
caso.

Con fundamento en la jurisprudencia y en el artículo 706 del CC para que un bien


sea considerado vacante se requiere:

Que sea inmueble, que haya tenido dueño, que este ubicada en el territorio
nacional, que actualmente carezca de dueño aparente o conocido y que se
encuentre abandonado.

Para un bien mostrenco se requieren las mismas condiciones pero que se trate de
un bien mueble.

Requisitos
El proceso será de conocimiento del juez del lugar de la ubicación del inmueble,
opera el fuero real articulo 28 numeral 7.
Debe atenderse también a la cuantia es decir que se ubicara en uno de los tres
grandes ramos y será de conocimiento del Juez municipal o de circuito.

Por Activa:
será la entidad a la cual deben serles adjudicados los bienes objeto de la misma, y
según la ley serán entonces el ICBF si se trata de muebles y los fondos de
vivienda de interés social para los inmuebles.
Por pasiva:
los titulares de derechos reales conforme el certificado del inmueble o el bien
sujeto a registro.
Si existen poseedores conocidos también deben ser llamados al proceso.
Si son bienes mostrencos no será necesario demandar a una persona
determinada.
En el caso de la declaración de vacancia de un inmueble rural se requiere
demostrar que efectivamente haya salido del patrimonio de la nación.
En este proceso se aplicarán los numerales 5, 6, 7, 8 y 9 del artículo 375.
La Denuncia debe hacerse ante el ICBF.

Respuesta Negativa:
por la no comprobación de los documentos y la naturaleza del bien.

Respuesta positiva:
el denunciante recibirá:
- Contraprestación económica de acuerdo al valor comercial del bien. El valor de la
recompensa está estipulado en el artículo 4 del decreto 3421 de 1986.
- Gastos y costos deben ser asumidos por el denunciante.
- Garantía de seriedad
- Anotación en el libro de denunciantes.

Las anteriores decisiones se harán mediante resolución motivada.

Pruebas
Si versa sobre bienes inmuebles o muebles sujetos a registro se aportará el
certificado correspondiente.

PROCESO DE DECLARACIÓN DE BIENES VACANTES O MOSTRENCOS.


ART. 383 CGP
Competencia
Legitimación
En el auto admisorio de la demanda se ordenará emplazar a las personas que
puedan alegar derechos sobre el bien, en la forma señalada en el artículo 108.

De oficio se decretará la inscripción de la demanda o secuestro del bien, según el


caso. Si al practicarse el secuestro, los bienes se hayan en poder de persona que
alegue y demuestre algún derecho sobre ellos o que los tenga a nombre de otra,
se prescindirá del secuestro y se prevendrá a dicha persona para que comparezca
al proceso.
Si la demanda es admitida
Procedimiento para Denunciar bienes vacantes o mostrencos
Procedencia de la Declaración
Si una persona conoce un caso de bien vacante o mostrenco acude a la sección
jurídica de las entidades demandantes y celebra un contrato, mediante el cual
pacta la participación que le corresponde por la denuncia del bien y la entidad
promueve el proceso mediante apoderado tal como se explicó anteriormente.

Quien conozca la existencia de un bien vacante, mostrenco o vocación hereditaria


debe denunciarlo por escrito.

Pero ¿qué sucede si el dueño de un bien ya se vacante o mostrenco aparece? Se


pueden presentar dos situaciones, la primera que aparezca el dueño antes de que
hayan sido vendidos por el estado, en este caso le será restituido el bien, pero
este deberá pagar los gastos de conservación y las demás gastos en que hubiera
incurrido la persona que denuncio el bien vacante. Pero cuando la cosa ha sido
enajenada, la cosa se mirara irrevocablemente perdida para el dueño como lo
establece el artículo 709.

Cuando se trate de cosas que se salven de un naufragio, estas deben ser


restituidas al interesado, mediante el pago de gastos por el salvamento, pero si
dentro de 30 días no aparecen los interesados, se declararan mostrencas.
BIBLIOGRAFÍA

Derecho civil bienes, patrimonios y derechos reales volumen 2 de Ambroise Colin


Henry Capitant

Código civil colombiano

Constitución política de Colombia

https://es.wikipedia.org/wiki/Dominio_eminente

http://yeinnyortiz14.blogspot.com.co/2011/05/patrimonio-publico.html

http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=3431

http://impresa.prensa.com/opinion/bienes-ocultos_0_648685199.html

http://www.uniderecho.com

http://www.citpaxobservatorio.org

Apuntes de la clase del profesor Camacho

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