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EL TRABAJO DE LA INTERPRETACION

Autor: Amelia Haydée Imbriano

“El trabajo de la interpretación”, es un tema que me ha llevado a una hipótesis: La


interpretación es producto de un trabajo metapsicológico cuya consecuencia implica la
construcción subjetiva. Esta es producto del trabajo del aparato psíquico, en donde
queda incluido que se construye un sujeto de la interpretación y que ese sujeto
construye una subjetividad “verdaderamente propia”, la de su deseo. El analista ‘se
esforzará, jugará sus bazas’ para que se ponga en función la dialéctica del deseo”.1
En el escrito La dirección de la cura y los principios de su poder2 encontramos varias
referencias respecto a la interpretación que tienen como rasgo común la precisión de la
formalización conceptual correlacionada con la clínica. Muchas veces he insistido
respecto a que “no hay clínica sin ética”, interno a este topos hoy quiero destacar que no
hay clínica psicoanalítica sin metapsicología, sin la formalización conceptual que le
otorga su propiedad: el objeto perdido o das Ding.
Entre las mencionadas referencias, cito: "La interpretación, para descifrar la diacronía
de las repeticiones inconscientes, debe introducir algo que bruscamente haga posible su
traducción”3. Y agrego un comentario de Lacan: “ (…)La interpretación (es) donde se
sitúa el horizonte en el que se entregaron a Freud los descubrimientos fundamentales,
sobre los cuales vivimos todavía en lo referente a la dinámica y a la estructura de la
neurosis…Nada más, pero también nada menos”.4

Freud y el trabajo metapsicológico

En La transmisión de la metapsicología5 propuse a la misma como un esfuerzo lógico


por transmitir aquello que deja como enseñanza la experiencia clínica, recordando que
la construcción de la misma atraviesa toda la obra freudiana, desde los tiempos de las

1
Lacan, J. La dirección de la cura y los principios de su poder. 19578. Escritos 1. Siglo XXI. 8va ed.
1980. Apartado I, punto 5. Pág. 221 y Apartado III, punto 1, pág. 234
2
Lacan, J. Ibid.
3
Ibid. Cap. II, punto 2, pág. 225.
4
Ibid. Cap. II, punto 8, pág. 230.
5
Imbriano, A. La transmisión de la metapsicología. Conversación analítica II. Coordinación: Hugo
Piciana. En prensa
Cartas a Fliess6 -Carta 41 a 847- hasta 1937 -Análisis Terminable e interminable-8 en
donde aludiendo al Fausto, de Goethe, escribe: “ es preciso que intervenga la bruja,
entiéndase: la bruja metapsicología”. “Sin un especular y un teorizar metapsicológicos,
no se da aquí un solo paso adelante. Tenemos solo un punto de apoyo: la oposición
entre proceso primario y secundario y ha este he de remitir aquí”.
Quiero destacar: 1.- La metapsicología implica el trabajo de una falta constitutiva, un
real perdido, falta que se convierte en causa de la constitución subjetiva9, como señala
Diana Rabinovich. 2.- La metapsicología es la “herramienta” freudiana, sin ella ninguna
técnica es posible.
La verificación de estas puntuaciones me llevaron a poner en relación diferentes
conceptos: Vivencia de satisfacción, Inscripción psíquica y Representación cosa.
Bajo el subtítulo recientemente propuesto, -el trabajo metapsicológico- me referiré al
trabajo del aparato psíquico que, a modo de síntesis, digo: se trata de re-transcripciones,
en donde el trabajo consiste en escribir algo allí donde no hay. Escritura de las
representaciones que hacen posibles representar el objeto perdido10.
Freud denomina “vivencia de satisfacción” a una experiencia de valor fundamental (no
se refiere a la descripción de un acontecimiento) que establece el modo en que se
constituye el desear, sobre la base de la articulación entre vivencias y el pensar, como
una operación constituyente de ligaduras. Entre las vivencias, entendidas estas como
“restos”, señala dos: afectos y estados de deseo11. Ambas son de máxima
significatividad para el decurso de la función psíquica, pues le dejan como secuela
“motivos compulsivos”. “Del estado de deseo se sigue directamente una atracción hacia
el objeto de deseo, respectivamente su huella mnémica”12. “Cuando el estado de deseo
inviste de nuevo el objeto-recuerdo (…) la satisfacción por fuerza faltará, porque el
objeto no tiene presencia real sino sólo en una representación-fantasía”. Las investiduras
del objeto-recuerdo son siempre “complejos”13 representacionales.

6
Freud, S. Carta 41. 13 de febrero de 1896. Referencia de James Strachey en Sigmund Freud, Obras
completas. T. I. Ed. Amorrortu. Bs.As. 1976. Pág. 316.
7
Freud, S. Carta 84. Ob. cit. T. I, pág. 316.
8
Freud, S. Análisis terminable e interminable. Ob. cit. T. XXIII, pág. 227-8
9
Rabinovich, D. El concepto de objeto en la teoría psicoanalítica. Manantial. Bs.As. 1997
10
Fechado por Freud el 25 de septiembre de 1895.
11
Ibid. Pág. 367
12
Ibid. Pág. 367
13
Ibid. Pág. 373
En esta teorización Freud otorga al lenguaje la posibilidad de crear lo que denomina
“juicio primordial” -en tanto “Urteil” primordial-14. La meta buscada es la identidad,
que es producida siempre en fracaso”15. Esta representación del “objeto” se contruye
con relación al prójimo que “es simultáneamente el primer objeto-satisfacción y el
primer objeto-hostil, así como el único poder auxiliador”16. Así, la vivencia de
satisfacción funda el circuito del deseo.”17. Respecto a lo cual yo me atrevo a
considerar: la vivencia primaria de satisfacción es una interpretación subjetiva fundante,
o sea, el sujeto se constituye por una pérdida convertida en causa de trabajo: el trabajo
de representación subjetiva y equiparo a este con un primer trabajo de interpretación del
sujeto.
En el esquema de la Carta 52, se plantea la hipótesis acerca de la composición del
aparato psíquico: entre percepción y conciencia existe un sistema de inscripciones en
términos de signos: el perceptivo, el inconsciente y el preconsciente, que difieren
formalmente por sus criterios asociativos (simultaneidad, causalidad y semejanza), y
en sus contenidos. Ni siquiera el primero en constituirse es una transcripción exacta
de lo percibido18 sino que incluye un elemento ausente en la percepción. En el
trabajo de inscripción del signo perceptivo, según la lógica de la simultaneidad, se
asocian otros elementos, motivo suficiente para aceptar que el signo perceptivo no es
idéntico al objeto percibido.
El signo inconsciente, (equivalente a la representación-cosa), corresponde ya a una
retranscripción de lo inscripto por simultaneidad. De tal modo que el sistema
correspondiente a esta segunda transcripción, ordenada por nexos causales consiste en
una transformación de lo primariamente inscripto. La inscripción de la representación-
cosa se efectúa en una articulación entre la serie “presencia-ausencia-presencia” con la
serie “placer-displacer-placer”, germen de la lógica causal.
El preconsciente es la tercer retranscripción, y está ligada a representaciones-palabra.
Freud señala que las transcripciones se siguen unas a otras constituyendo la operación
psíquica de épocas sucesivas de la vida y que en la frontera entre dos de estas épocas
(las entiendo como tiempos lógicos) tiene que producirse una traducción del material
psíquico, y agrega: “Y me explico las peculiaridades de las psiconeurosis por el hecho

14
Ibid. Pág. 373
15
Ibid. Pág. 376
16
Ibid. Pág. 376
17
Ibid. Pág. 386
18
Freud, S. Carta 52. 6 de diciembre de 1896. Ob. cit. Tomo I, pág 275
de no producirse la traducción para ciertos materiales, lo cual tiene algunas
consecuencias”19.
La operación transpositiva es una categoría fundamental del trabajo metapsicológico
inherente al trabajo de representación, se trata de “mutar una cosa por otra, en donde lo
que se muta no es lo original, pues esto falta a la representación”20, como bien señala
Mabel Levato. Se trata de una mutación de una pérdida en causa.21.
La representación implica una “traducción-traición”. Traducir supone una transposición
de un mismo contenido de acuerdo a otras lógicas y a otras convenciones simbólicas.
Implica una progresiva complejización que establece nuevos enlaces, donde siempre
queda algo retenido, indócil a la traducción: La cosa –das Ding-.
Desde todo punto de vista es interesante notar que “la cosa” patentiza lo no
representable y causa el trabajo psíquico, causa el trabajo de construcción subjetiva,
causa del juego entre la diacronía y sincronía de las repeticiones inconscientes, causa el
esfuerzo o exigencia de trabajo impuesta a lo psíquico22.
Estos antecedentes son necesarios para lograr el entendimiento de la Deutung
(interpretación) en la obra freudiana, pues es el fundamento de la metapsicología.
Desde descubrir el modo de funcionar del inconsciente y su constitución, Freud otorga
valor como herramienta de la cura a la interpretación.
La idea relativa a que los sueños, los lapsus, los actos fallidos, los síntomas, el conjunto
de las formaciones del inconsciente pueden interpretarse, pues ocultan/revelan un
sentido, constituye una de los principales aportes de la clínica freudiana. No se trata de
brujerías, sino de metapsicología. Coherente con ello, la construcción del método
analítico, en donde la clave señalada es la regla fundamental analítica en tanto que
asociación libre producida sobre la dinámica de la transferencia.
Finalizo este subtítulo con una frase de Lacan: “El retorno al texto de Freud muestra
(…) la coherencia absoluta de su técnica con su descubrimiento”23 : “la regla analítica
cuyos instrumentos todos, a partir de la libre asociación, se justifican por la concepción
del inconsciente de su inventor”24.

19
Ibid. Pág. 276
20
Levato, M. La noción de representación en la obra freudiana. Revista Praxis Freudiana.
www.praxisfreudiana.com.ar 2004
21
Ravinovich, Diana. Ob. cit.
22
Freud, S. Pulsiones y destinos de pulsión. 1915. Obras completas. Tomo XVII. Amorrortu. Bs.As.
1976
23
Lacan, J. La instancia de la letra en el insconsciente o la razón desde Freud. Escritos 1. Ob. cit. pág.
199
24
Lacan, J. Ibid. Pág. 199
Lacan, la interpretación y sus efectos metabólicos

La cita de J. Lacan referida en el inicio supone el concepto de trabajo del inconsciente.


Realizaré una apreciación limitada de la misma en un contexto en donde se destaca que
“el deseo es la metonimia de la falta”25, y que “no se capta sino en la interpretación”26,
referencias totalmente coherentes con el das Ding freudiano.
Se destaca la interpretación en relación con una función: descifrar. En un escrito
precedente, conocido como La instancia de la letra27 , Lacan distingue el trabajo de
desciframiento comparándolo con la interpretación de un criptograma que “sólo tiene
todas sus dimensiones cuando es el de una lengua perdida”28. El texto se refiere
principalmente a la tópica del inconsciente en tanto que algoritmo29 , o sea, al “papel
constituyente del significante en el estatuto que Freud fijaba para el inconsciente”30 y
toma como pretexto al trabajo de interpretación del sueño, - a propósito de la incidencia
del significante sobre el significado -, que “hay que entenderlo al pié de la letra (…) de
esa misma estructura literante ( fonemática) donde se articula y se analiza el significante
en el discurso(…). (La) estructura de lenguaje (…) hace posible la operación de (…)
lectura (que) está en el principio (…) de la Traumdeutung”31.
Resulta necesario presentar unas puntuaciones: “no es (…) más que continuar en la
Traumdeutung. La Entstellung, transposición, (…) (es) el deslizamiento del significado
bajo el significante, siempre en acción (inconsciente) en el discurso. (…) (Y) las dos
vertientes de la incidencia del significante sobre el significado (…): La Verdichtung,
condensación, es la estructura de sobreimposición de los significantes donde toma su
campo la metáfora (…). La Verschiebung, desplazamiento, es (…) ese viraje de la
significación que la metonimia demuestra”. Lacan se pregunta: “Qué es lo que distingue
a esos dos mecanismos que desempeñan en el trabajo del sueño (…) un papel
privilegiado, de su homóloga función en el discurso?. Nada, sino una condición
impuesta al material significante, (…) que habría que traducir por: deferencia a los

25
Lacan, J. La dirección de la cura… Ob. cit. pág. 254
26
Lacan, J. Ibid. Pág. 255
27
Lacan, J. La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud. 1957. Escritos 1. Ob. cit.
pág. 196
28
Lacan, J. Ibid, pág. 196
29
Lacan, J. Ibid. Pág. 199
30
Lacan, J. Ibid. Pág. 197
31
Lacan, J. Ibid, pág. 195
medios de la puesta en escena”32 , alusión al trabajo de figuración, pero también a la
palabra pues “para el inconsciente ella no es sino un elemento de puesta en escena como
los otros”33. En mi entender, es por esta vía como otorga a la palabra función de
representación del sujeto, función significante.
Vuelvo al punto de marras. En el escrito sobre La dirección de la cura, se realiza un
recordatorio sobre “la oposición fundamental del significante al significado, en la cual
(…) (el psicoanalista francés demuestra) que empiezan los poderes del lenguaje (y
cómo estos ponen en evidencia) el automatismo de las leyes por las que se articulan en
la cadena significante. Los mecanismos llamados inconscientes, condensación,
deslizamiento, … (atestiguan en) su estructura común:(…) la relación del deseo con esa
marca del lenguaje que especifica al inconsciente ”34 . Los podemos pensar como modos
de funcionar del inconsciente, en el sentido de realización de operaciones de
transcripciones, lo cual implica un trabajo fundamental: la transposición, operación de
transferencia de valores, operación “diabática”, o sea, de atravesamiento entre
representaciones que produce un cambio en el trabajo metabólico del inconsciente, que
entiendo como elaboración y realización-articulación del deseo.
Entonces, si la interpretación es “para descifrar la diacronía de las repeticiones
inconscientes”, se trata de descifrarlas al pié de la letra, razón del deseo en la obra
freudiana, razón que encuentra su valor en el das Ding y la consecuente estructura del
trabajo psíquico, entendiendo relaciones de sistemas de transcripciones en Freud o
articulaciones de la cadena significante en Lacan, pero siempre relación de un sujeto
con su deseo.
No nos referiremos específicamente a “la diacronía de las repeticiones inconscientes” y
a “la sincronía de los significantes que allí se componen” para podernos limitar al
tiempo de exposición. La referencia alude al punto de juego de lo temporal, en donde
con excelencia Freud nos ha mostrado desde la proton pseudus35, el entrecruzamiento
particular de lo diacrónico y lo sincrónico, en el trabajo del inconsciente.
El punto que interesa es que allí, la interpretación “debe introducir (…) algo que
bruscamente hago posible su traducción”36. O sea que allí, en ese entrecruzamiento o
nudo por fuera del tiempo y siempre presente, “algo” debe introducir la interpretación

32
Lacan, J. Ibid, pág. 196
33
Lacan, J. Ibid. Pág. 197
34
Lacan, J. La dirección de la cura. Ob. cit. pág. 253
35
Freud, S. El proyecto de psicología científica. 1895. Obras completas. Ob. cit. Tomo pág.
36
Lacan, J. La dirección de la cura y… ob. cit. pág. 225
para hacer posible una nueva traducción, y entiendo esta como una nueva
retranscripción, un nuevo reordenamiento, una nueva interpretación del sujeto, una
nueva construcción del sujeto, posibilitando que el sujeto construya según su deseo.
La interpretación, resulta entonces, una adición, una intrusión, un decir diferente37,
tratándose de un significante que el sujeto interpretará. Lo “propio” es que quien lo
descifra tiene que interpretarlo, y ese es el trabajo del sujeto en análisis, pues se trata de
construir lo propio de su deseo. “El psicoanalista sin duda dirige la cura”38. Posición
innegable. El analista "se esforzara en jugar sus bazas (…) para hacerle adivinar la
mano "39. “Puesto que se trata de captar el deseo, y puesto que sólo puede captárselo en
la letra, puesto que son las redes de la letra las que determinan, sobredeterminan su
lugar de pájaro celeste, ¿cómo no exigir al pajarero que sea en primer lugar un
letrado?”40
En el escrito sobre La dirección de la cura, la puntuación sobre la interpretación
referidas a 'para descifrar', 'debe introducir' 'bruscamente' y 'traducción' delimitan la
precisión del estatuto de la interpretación.
La experiencia analítica implica la puesta del inconsciente en suposición; la asociación
libre producirá un metabolismo del trabajo del inconsciente a cielo abierto. La
intervención del analista (en tanto que elevada a interpretación por sus efectos), debe
orientarse en el sentido del reconocimiento del deseo, puesto que “el deseo, si Freud
dice la verdad del inconsciente y si el análisis es necesario, no se capta sino en la
interpretación”41 . Se trata de producir un sujeto en relación a un deseo despierto, lo cual
implica el despertar del sujeto, lo cual justifica la intervención de un analista.

37
Miller, J. Acerca de las interpretaciones. Escansión l. Paidós. Bs.As. 1984.
38
Lacan, J. La dirección de la cura… Ob. cit. Pág. 218
39
Lacan, J. Ibid. Pág. 221
40
Lacan, J. Ibid. Pág. 273
41
Lacan, J. Ibid. Pág. 255

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