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- Texto: Gn 37:1-11
- Serie: José en egipto
- Meta: Que los cristianos erradiquen la envidia de sus corazones
- Fecha:
- Lugar:
Está claro que cualquiera puede caer presa de la envidia, sin importar cuánto dinero,
virtudes o éxito tenga en la vida.
La envidia es un sentimiento de tristeza o enojo por los bienes y privilegios de que otros
disfrutan
En las Escrituras, a veces “la palabra celos [...] se refiere al deseo de ser tan próspero
como otra persona, mientras que envidia alude al deseo de arrebatarle lo que posee”.
De modo que, en cierto sentido, quien envidia a alguien no solo ansía lo que tiene, sino
que además pretende quitárselo.
“El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos.”
Proverbios 14:30
Cuando vemos a alguien que tiene algo que a nosotros nos gustaría tener – ya sean
posesiones materiales, cualidades, ministerios o talentos – se levanta una reacción
natural humana que se llama envidia. Se requiere de un esfuerzo constante para ser
libres de esto y para poder estar agradecidos por lo que tenemos y “gozarnos con los
que se gozan” (Romanos 12:15)
No es pecado ser tentado a la envidia, pero si dejas que tales pensamientos vivan y
crezcan en ti, causarán mucho daño.
¿Por qué la envidia es pecado? Porque divide a las personas. Destruye relaciones,
causa discordia, crea espíritu de amargura y maldad. Hace que la gente diga y haga
cosas de maneras tóxicas. Tener envidia es claramente un pecado, y está definido como
tal en la Palabra de Dios.
“Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.”
Santiago 3:16.
Hoy veremos como la historia bíblica nos muestra que la envidia que anidaban los
hermanos de José les llevó a hacer daño a su hermano.
El primer problema de unidad familiar en la vida de Jacob y de sus hijos viene por
los conflictos de José con sus hermanos. ¿Por qué informaba José a su padre
sobre sus hermanos?
2° La envidia de sus hermanos: Envidia significa que no eres feliz con las
bendiciones que Dios les da a otros. Como tú no tienes algo, no quieres que nadie
lo tenga y esa no es la verdad. Hay que aprender a alegrarse de lo que otros
tienen, tengamos igual, más o menos nosotros que ellos.
- La envidia es un sentimiento tan grande que nubla nuestra juicio, y está dispuesto
a “matar”, “desafiar”, o simplemente hacerle daño al otro, solo porque nosotros no
tenemos lo que los otros tienen.
- Si alojas envidia en tu corazón vas a terminar consumido de envidia.
Conclusión: Amados hermanos, no importa que tanto o poco tenga una u otro, lo
importante es que Dios siempre nos da lo que necesitamos ¿Tienes todo lo que quieres?
Estoy que no, aunque sí tienes todo lo que necesitas.
Fil 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en
Cristo Jesús.