Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
3. Escriba un breve ensayo sobre el siguiente tema: “¿Puede justificarse una guerra?”
¿Qué justifica una guerra? ¿Cuándo puede decirse que es moralmente justa? ¿Puede, de
hecho, afirmarse de alguna guerra que es “justa”? En teoría, lo sería aquella en la que
los combatientes se impusieran ciertos límites: la causa justa, la intención correcta, la
declaración formal, la razonable expectativa de la victoria, haber agotado todos los
demás recursos, la proporcionalidad de los daños con las ventajas, y, dentro de ello, la
proporcionalidad de los medios bélicos respecto de los fines intentados, la inmunidad
para los no-combatientes… Desde otra perspectiva menos formal, la guerra suele
justificarse cuando es para defender a los inocentes, para restituir los bienes
arrebatados injustamente, para castigar acciones punibles, para defenderse de un
ataque o para evitar uno con el que se ha amenazado. Sin dejar de lado los evidentes
efectos negativos de la guerra, cabe pensar que, en determinadas circunstancias, podría
llegar a justificarse.
Todos los pueblos han librado guerras en varios momentos de su historia. Y quizás
aquello que primero viene a nuestra mente, cuando pensamos en la guerra, sea el
aspecto nocivo y ominoso que acarrea. La guerra trae consigo pérdidas humanas y
materiales, la vida en su totalidad se trastoca y las personas se ven dominadas por el
miedo y la desprotección, sin contar con que se suprimen muchos de los derechos que
habían sido considerados como vitales.
Todo esto es innegable y hasta obvio. Pero, por fuerza, la guerra beneficia también a un
buen número de personas. Esto es así porque, en realidad, resultaría muy extraño que
las conquistas humanas, en términos de patrimonio territorial, instituciones, cultura,
conocimiento, etcétera, se hubieran obtenido siempre de manera pacífica. Pero,
además, la guerra tiene un sentido trágico en virtud del cual se da la manifestación de
acciones extraordinarias por su valor y solidaridad con el género humano, que quizá no
emergieran de no darse este tipo de confrontación humana. De allí que la guerra
provoque en nosotros emociones y sentimientos encontrados, cuyos cauces de
expresión más claros han sido el arte y la literatura.