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Fecha : 17-09-2019
RESUMEN
Olson:
Nos dice que existe una asimetría mediante la cual se continúa tratando a las cosas como
objetos secundarios o como epifenómenos de alguna primera instancia cultural o social y que,
además, el papel de las cosas nunca es el de ser ellas mismas sino siempre el de representar algo
más.
Su propósito es demostrar que existe una ontología hostil a las cosas que continúa
condicionando a las aproximaciones dominantes en los estudios de la cultura material como
consecuencia de concepciones teórico-filosóficas que tienen sus comienzos en los filósofos del
racionalismo y la ilustración, pasando por Descartes y Kant, finalizando por los pensadores del siglo
XIX que concebían a la materialidad como un mundo externo, “aparente” e ilusorio. En general, las
“cosas” son vistas como un villano o como la contraparte del humanismo.
Shanks:
Nos dice que la arqueología simétrica defiende la postura de que no debemos tener como
premisa que la forma en que ocurrió el pasado se vaya a imponer a nuestra comprensión solo por
la presencia de la evidencia.
Menciona además que la arqueología simétrica trata sobre las relaciones, además de ser una
“actitud”, y es así como comprende cuatro componentes:
Por último, se menciona que existe una continuidad y conexión de este “enfoque” con
otros – fenomenología, dialéctica (Heráclito), Hegel, Nietzsche –, sin que signifique esto una
identidad e igualdad. Además, la define como “un término sintético que pone en cuestión el
carácter de la coherencia disciplinaria y sugiere nuevas formas de articulación entre disciplinas”
y tiene como premisa que “los procesos históricos se han de comprender como el resultado de
la creatividad humana”.
Webmoor:
Enfatiza en las visiones asimétricas tanto del procesualismo, el cual está atado a un
dualismo profundo entre personas y cosas; y la asimetría postprocesual, que mantiene un
favoritismo humanista que conlleva a la división antes vista.
Witmore:
Parte diciéndonos que se dan entre humanidades y ciencias, y su repercusión en las
divisiones de ideas y cosas, presente y pasado, y un largo etc. son creaciones propias del ser
humano. El principio de simetría parte de la proposición de que personas y cosas se construyen
simultáneamente, y la simetría hace referencia a la nivelación analítica de estas entidades
diversas y divididas. Así, la arqueología simétrica no explora la manera como las personas se
están en el mundo, sino más bien cómo un grupo distribuido de personas y cosas confluyen en
una compleja red de interacciones con una serie de entidades diversas. Se analizan y desglosan
temas como la práctica, capacidad de acción, traducción, cambio, tiempo y cosas; para
finalmente establecer que es necesario determinar que la simetría es necesaria como la manera
de entender la convivencia de los humanos con el mundo, dejando de lado las concepciones
paradigmáticas que mediante una suerte de “guerra dialéctica” desmedran las teorías que se
forjaron en el pasado. Además de ser una manera innovadora de articular los dualismos
mencionados en los artículos.
Con respecto a los comentarios, Almuneda cree que la arqueología simétrica representa
una incorporación de reflexiones estructuralistas a la arqueología posrpocesual; y que tal hecho
contribuye a avanzar en dirección correcta a la disciplina arqueológica. Fernández Martínez es
más crítico, observa el carácter poco problemático de las dualidades planteadas, así como el
individualismo manifestado por Webmoor; por último, compara las manifestaciones de los
autores con las críticas marxistas que surgieron en contra del post-estructuralismo. Finalmente,
Moro resalta el poco enriquecimiento sociológico de los trabajos y teorías arqueológicas, a
partir de esto propone que uno de los objetivos de la arqueología simétrica debería ser, más
que relativizar, reforzar el conocimiento científico.