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Emiliano Zapata

Emiliano Zapata Salazar (Anenecuilco, Morelos, 8 de agosto


de 1879-Chinameca, Morelos, 10 de abril de 1919), conocido
Emiliano Zapata Salazar
como Emiliano Zapata, fue uno de los líderes militares y
campesinos más importantes de la Revolución mexicana y un
símbolo de la resistencia campesina en México. Como parte del
movimiento revolucionario, estuvo al mando del Ejército
Libertador del Sur. También fue conocido como el «Caudillo
del Sur». Fue ideólogo e impulsor de las luchas sociales y las
demandas agraristas, así como de justicia social, libertad,
igualdad, democracia social, propiedad comunal de las tierras y
el respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras
de México, víctimas de la oligarquía y el latifundismo de los
hacendados del Porfiriato. Aunque Zapata fue excluido, junto
con Pancho Villa, del Congreso Constituyente de 1917, a ellos
se debe el constitucionalismo social que de ahí surgió,
especialmente el artículo 27.1

Emiliano Zapata en 1914


Índice
General de División
Inicios
Primeras incursiones políticas Años de servicio 9 años
La revolución maderista y el plan de Ayala Apodo El Caudillo del Sur, El Atila
La lucha en el sur a la muerte de Madero del Sur
El gobierno «convencionista» Lealtad Ejército Libertador del Sur,
Muerte de Zapata 1911-1919
Vida personal Unidad Ejército Libertador del Sur
Museos Mandos Ejército Libertador del Sur
Véase también Conflictos Revolución mexicana (1910-
Referencias 1919)
Bibliografía Información
Otras fuentes Nacimiento 8 de agosto de 1879
Enlaces externos Anenecuilco, Morelos,
México
Fallecimiento 10 de abril de 1919 (39 años)
Inicios Chinameca, Morelos,
México
Emiliano Zapata nació en una familia campesina, siendo hijo de
Causa de muerte Herida por bala de fuego
Gabriel Zapata y Cleofas Salazar.2 Tuvo seis hermanas: Celsa,
Ramona, María de Jesús, María de la Luz, Jovita y Matilde. Y Firma
tres hermanos: Pedro, Eufemio (quien también alcanzó el grado
de General en la Revolución) y Loreto.3 Su abuelo materno,
José Salazar,
militó en el ejército de José María Morelos y Pavón durante el sitio de Cuautla;
sus tíos paternos Cristino y José Zapata lucharon en la guerra de Reforma y en la
Intervención Francesa a las órdenes de los generales Carlos Pacheco y Porfirio
Díaz.3 4 5 Su infancia se desarrolló en el contexto del latifundismo porfirista en
Morelos. Realizó sus primeros estudios con el profesor Emilio Vara, quien había
sido un viejo soldado juarista.4 6 A sus nueve años, al presenciar el despojo de
tierras a campesinos ocasionadas por hacendados de la zona, y después de
escuchar a su padre que le respondía que nada podía hacerse, le dijo:7
Restos de la casa natal de Emiliano
Zapata en Anenecuilco, Morelos
¿No se puede? Pues cuando yo sea grande, haré que las devuelvan.

Tenía 16 años cuando murió su madre, 11 meses después perdió a su padre.7 8 Pronto trabajó como labrador y arriero. El 15 de
junio de 1897 fue aprehendido por las fuerzas rurales de Cuernavaca, durante la fiesta del pueblo de Anenecuilco. Su hermano
Eufemio logró que lo dejaran en libertad, pistola en mano. Por esta razón, los hermanos Zapata abandonaron el estado. Emiliano
permaneció un año trabajando en la hacienda de Jaltepec en Puebla.9

Primeras incursiones políticas


En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla para discutir la forma de defender sus tierras y las del pueblo frente a los
hacendados colindantes.10 Su rebeldía lo condenó a la leva (conscripción), y en 1908, Zapata fue incorporado al 9° Regimiento
de Caballería, bajo el mando del coronel Alfonso Pradillo.11 12 En Cuernavaca, Zapata fue asignado como caballerango de Pablo
Escandón, Jefe del Estado Mayor de Porfirio Díaz; tras lo cual fue trasladado a cumplir las mismas funciones bajo el mando de
Ignacio de la Torre, yerno del General Porfirio Díaz, quien le tomaría especial afecto por su destreza y conocimiento con los
caballos.

El 24 de enero de 1909, fue fundado en Villa de Ayala el Club Melchor Ocampo que
apoyó la candidatura de oposición de Patricio Leyva para el gobierno del estado de
Morelos, entre cuyos integrantes figuró Zapata siendo esta su primera aparición
política ajena al mundo campesino apoyando a dicho candidato en contra de los
latifundistas como Pablo Escandón y Barrón, dueño de la hacienda San Diego
Atlihuayán.13 14 15

El 12 de septiembre de 1909, Emiliano Zapata fue elegido calpuleque (palabra


náhuatl, que significa jefe, líder o presidente) de la Junta de Defensa de las tierras de
Anenecuilco-Villa de Ayala-Moyotepec13 16 17 donde empezaría a analizar
documentos que se originaron en el virreinato que acreditaban los derechos de
propiedad de los pueblos sobre sus tierras, los cuales habían sido negados por las
Leyes de Reforma, sobre todo la Ley Lerdo que obligó a las corporaciones civiles a
vender o ser expropiadas las tierras improductivas, lo cual fue motivo en su tiempo
del apoyo de varios líderes indígenas como Tomás Mejía a los gobiernos
conservadores mexicanos y al Segundo Imperio Mexicano. Estas leyes además Fotografía de Emiliano Zapata
fueron aprovechadas por varias personas para acrecentar sus tierras de manera ilegal (derecha) y su hermano Eufemio
al solicitar la propiedad de zonas comunales que los pueblos no trabajaban. Por esto, (izquierda).
se convertiría en dirigente agrario de Morelos, su estado natal.

En febrero de 1910 fue incorporado por la fuerza al Noveno Regimiento de caballería con sede en Cuernavaca, con el grado de
soldado raso.18
En mayo de 1910 recuperó por la fuerza las tierras de la Hacienda del Hospital11 19 que eran protegidas por el jefe de policía,
José A. Vivanco, y que dejó en posesión de los campesinos del lugar. Por este hecho tuvo que escapar varias veces del gobierno,
pues fue declarado bandolero.20 Algunos meses después participó en la reunión que se celebró en Villa de Ayala, con objeto de
discutir lo que después se convertiría en el Plan de Ayala. Reunió a los vecinos de tres pueblos: Anenecuilco, Villa de Ayala y
Moyotepec. Con ellos inicia un nuevo reparto de tierras derribando las cercas.

La revolución maderista y el plan de Ayala


Al proclamarse el Plan de San Luis, que marcaba el inicio de la Revolución de 1910, Zapata
leyó un ejemplar; llamándole la atención especialmente el artículo tercero, que ofrecía la
restitución de las tierras a sus legítimos propietarios.13 21 Emiliano Zapata sostiene pláticas
con Pablo Torres Burgos, un influyente maestro rural, y con Gabriel Tepepa, Catarino
Perdomo y Margarito Martínez. Se llega al acuerdo de que Torres Burgos, quien era el más
letrado del grupo, se entrevistara con el Jefe de la Revolución Francisco I. Madero, en San
Antonio, Texas.22 23 24

El resultado de esta entrevista fue la decisión de tomar las armas por Pablo Torres Burgos,
Emiliano Zapata, Rafael Merino y cerca de 60 campesinos, entre los que se encontraban:
Catarino Perdomo, Próculo Capistrán, Manuel Rojas, Juan Sánchez, Cristóbal Gutiérrez, Julio
Para el caricaturista,
Díaz, Zacarías y Refugio Torres, Jesús Becerra, Bibiano Cortés, Serafín Plascencia, Maurilio
"Madero se anda por las
ramas", sin resolver Mejía y Celestino Benítez.25 Esto lo hicieron el 10 de marzo de 1911, cuando proclamaron el
ningún conflicto, encima Plan de San Luis, reunidos durante la feria de cuaresma en la ciudad de Cuautla.26 Se dirigió
de él se levanta el hacia el sur, pues ya era perseguido por Aureliano Blanquet y su batallón de soldados. En este
zapatismo sumamente período del movimiento zapatista sobresalen las batallas de Chinameca, Jojutla, Jonacatepec,
violento y acompañado Tlayecac y Tlaquiltenango, así como la muerte del zapatista y antiguo líder del movimiento
de la muerte y la
suriano, Pablo Torres Burgos, que incluso precedió al mismo Emiliano. A la muerte del
desolación.
mismo, Emiliano Zapata es elegido por la junta revolucionaria del sur, el 29 de marzo de
1911, nuevo jefe revolucionario maderista del sur.25 Las reivindicaciones zapatistas
contenidas en el Plan de Ayala, que suponían una reforma agraria radical ("La tierra es de quien la trabaja", frase de Teodoro
Flores, padre de los hermanos Flores Magón, que se convertiría en lema de su lucha[cita requerida]), fueron inaceptables para los
sucesores de Porfirio Díaz. Lo mismo se puede decir de Francisco León de la Barra quien, haciendo uso de su facultad de
presidente, encabezó diversos enfrentamientos políticos y armados con el jefe suriano, e incluso del mismo Francisco I. Madero.

Emiliano Zapata establece su cuartel general en Cuautlixco, pueblo cercano a Cuautla. Desde ahí dirigió el ataque al Ejército
porfirista, defendido por el 5° Regimiento, al mando del coronel Eutiquio Munguía; además de un Cuerpo Rural, a las órdenes del
comandante Gil Villegas. El 29 de marzo, Zapata asumió el mando de las fuerzas revolucionarias que en ese momento constaban
de cerca de mil hombres.27 El 2 de abril toma Huehuetlán, Puebla y logra tomar la ciudad el 13 de mayo de 1911.25 28

Al triunfo del maderismo, Zapata no concibe el licenciamiento de sus tropas sin que a cada uno se le otorgue la seguridad de
tierras para sembrar a cambio de sus fusiles. Para él, la guerra no terminaba con el derrocamiento del porfirismo, sino con la
cristalización del objetivo del pueblo campesino: la devolución de las tierras robadas por los hacendados millonarios.

Esto dio lugar a que Francisco León de la Barra, presidente interino, lo considerara rebelde, por lo que mandó fuerzas a
someterlo: mil hombres bajo el mando de los generales Victoriano Huerta y Aureliano Blanquet. Para agosto de 1911, Francisco
I. Madero acordó entrevistarse con Emiliano Zapata en Yautepec para buscar una solución pacífica en el conflicto suriano y con el
fin de convencerlo de que licenciara sus tropas. Mientras tanto, Zapata era fuertemente criticado por la prensa conservadora del
país. En la reunión no se logró ningún acuerdo, pues Madero no concebía la reforma agraria como lo hacía Zapata. Madero creía
que primero había que hacer una reforma política profunda, mientras que para Zapata era prioritaria la devolución de las tierras
robadas por las haciendas. A decir de Zapata, Madero había traicionado la revolución. El gobierno federal reiteró su decisión de
imponer el orden por la violencia, y Zapata se desplegó con sus tropas a los límites entre Guerrero y Puebla, escondiéndose del
gobierno y generando emboscadas a pequeños contingentes federales. En este periodo, Zapata se casó con Josefa Espejo y el
padrino de la boda fue el propio Francisco I. Madero.

Con Madero como presidente de la República, las diferencias no disminuyeron. Zapata se entrevista con Madero en el Palacio
Nacional, donde sostienen una fuerte discusión. Madero ofrece a Zapata una hacienda en el estado de Morelos "como pago a sus
servicios a la Revolución", cosa que enfurece a Zapata que le contesta:

No, señor Madero. Yo no me levanté en armas para conquistar tierras y haciendas. Yo me levanté en
armas para que al pueblo de Morelos le sea devuelto lo que le fue robado. Entonces pues, señor
Madero, o nos cumple usted, a mí y al estado de Morelos lo que nos prometió, o a usted y a mí nos
lleva la chichicuilota.

Dicho esto mientras con gesto amenazador, golpeó con fuerza su carabina .30-30 sobre el escritorio de Madero.

En otras pláticas que mantuvo con Francisco I. Madero y Emiliano Zapata, éste le demostró con base en un ejemplo muy
simple, como se sentían los campesinos en relación al despojo de sus tierras:

Mire, señor Madero; si yo aprovechándome de que estoy armado, le quito su reloj y me lo guardo, y
andando el tiempo nos llegamos a encontrar y con igual fuerza, ¿tendría usted derecho a exigirme su
devolución? —¡Como no, general, y hasta tendría derecho de pedirle una indemnización por el tiempo
que usted los uso indebidamente!29

Zapata le dijo que eso era exactamente lo que había pasado en Morelos, donde unos cuantos hacendados habían despojado a los
campesinos de sus tierras

El 25 de noviembre de 1911 Zapata lanzó el Plan de Ayala, redactado por Otilio E. Montaño, documento que se convertiría en su
estandarte y en el fiel ejemplo de la ideología de los campesinos morelenses. En él se exigía la redención de los indígenas y la
repartición de los latifundios creados durante el porfiriato. Se desconocía a Francisco I. Madero como presidente y se reconocía a
Pascual Orozco como jefe legítimo de la Revolución mexicana. Este documento sería transformado después del levantamiento de
Victoriano Huerta por los diferentes ideología (muchos de ellos influenciados por Ricardo Flores Magon), y posteriormente
defendido por Zapata en la Convención de Aguascalientes. Los intelectuales que se dedicaron a modificar el Plan de Ayala, en el
que desconocían a Madero y Huerta, como presidentes; y Orozco, como líder de la revolución; se encargaron de dejar claro el
carácter social del movimiento, y además rectificaron el concepto de ‘clase’ dentro de la sociedad mexicana. Arturo Felipe Ávila
Espinosa (Historiador del Instituto de Historia de la UNAM) dice:

“Ponían en la mesa asuntos políticos fundamentales que no habían sido abordados o que habían sido
soslayados por las otras corrientes, como la legitimidad de la Revolución, la representación de la soberanía
popular en una época revolucionaria, la responsabilidad de las corrientes revolucionarias, la necesidad de su
unificación para la formación de un nuevo gobierno y la convocatoria a que se efectuara una Convención de
todos sus jefes para constituir el gobierno nacional. Estos señalamientos enriquecían el debate político entre
las corrientes e indicaban una posible ruta de convergencia entre ellas.Pero, además, otra característica que
distinguió al zapatismo fue el énfasis con el que defendió el contenido social de la Revolución, su tozudez al
atribuir a ésta un sentido de transformación y de reforma a las instituciones en beneficio de los sectores
populares mayoritarios y excluidos”30
Además, el documento postulaba que, en vista de que no se había cumplido con lo que se le había prometido al campesinado, la
lucha armada era el único medio para obtener justicia. Sin embargo el Plan de Ayala no es sólo un documento que escrito para dar
a conocer las ideas del movimiento zapatista, sino que que es el primer indicio en un documento oficial del pensamiento socialista
en México, pues este se había presentado antes con textos publicados, más no oficiales, de Ricardo Flores Magon.31 Dentro del
Plan de Ayala hay puntos que representan de manera más cercana tales pensamientos son los puntos 6°, 7° y 8°:

“que los terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o caciques a la sombra de la
tiranía y de la justicia venal entrarán en posesión de estos bienes inmuebles desde luego, los pueblos o
ciudadanos que tengan sus títulos correspondientes de esas propiedades, de las cuales han sido despojados”
32

Para entender este punto se debe recordar que en paralelo a la Revolución Mexicana, sucedía la Revolución Rusa, que tenía
ideales del socialismo aplicados a la clase campesina que era también mayoritaria en la Rusia de la época.

“7°. En virtud de que la inmensa mayoría de los pueblos y ciudadanos mexicanos no son más dueños que del
terreno que pisan sufriendo los horrores de la miseria sin poder mejorar en nada su condición social ni poder
dedicarse a la industria o a la agricultura por estar monopolizados en unas cuantas manos las tierras, montes y
aguas, por esta causa se expropiarán, previa indemnización de la tercera parte de esos monopolios a los
poderosos propietarios de ellas, a fin de que los pueblos y ciudadanos de México obtengan ejidos, colonias,
fundos legales para pueblos, o campos de sembradura o de labor, y se mejore en todo y para todo la falta de
prosperidad y bienestar de los mexicanos” 33

En esto se plantea en un documento oficial la frase ‘La tierra es de quien la trabaja’, usada después en la Revolución Cubana, por
Ernesto Che Guevara.

“8° Los hacendados, científicos o caciques que se opongan [...] se nacionalizarán sus bienes y las dos terceras
partes que a ellos les correspondan” 34

Esta frase extraída del artículo 8°, es vital para comenzar a visualizar el pensamiento socialista tanto de los autores del
documento como de Emiliano Zapata.

Durante 1912, Emiliano Zapata combatió al Ejército Federal que, al mando de los generales Arnoldo Casso López, Juvencio
Robles y Felipe Ángeles, buscaba la pacificación en los estados del sur. Los zapatistas buscaron defenderse y lo hicieron
"brutalmente", según la versión del Ejército Federal: en las narraciones de los ataques zapatistas son comunes las referencias a
asaltos, incendios y violaciones entre otros. Lo cierto es que dichas narraciones eran alteradas para justificar los desastres
cometidos por los miembros del Ejército Federal[cita requerida]. En ese año sobresalen los ataques a Tepalcingo, Yautepec, Cuautla
y Cuernavaca, aunque debe afirmarse que en ese entonces el movimiento zapatista era muy débil, tanto en el ámbito político
como en la rama militar, sobre todo cuando la campaña del gobierno maderista contra los sublevados surianos quedó a cargo del
general Felipe Ángeles. Por sus métodos civilizados y tolerantes, le restaban bases al zapatismo, pues Ángeles simpatizaba con
ellos.

La lucha en el sur a la muerte de Madero


Tras el asesinato de Francisco I. Madero y el ascenso en el poder de Victoriano Huerta, la lucha armada se exacerbó y Zapata fue
uno de los jefes revolucionarios más importantes, al tiempo que introdujo importantes reformas en Morelos. Posteriormente, estas
posturas lo opusieron al nuevo presidente el Gral. Venustiano Carranza. Una vez en el poder, Victoriano Huerta envió una
comisión encabezada por el padre de Pascual Orozco, Pascual Orozco (Padre) a pactar la paz con Emiliano Zapata.35 Esto le
facilitaría tener un frente menos de guerra en el país. Zapata, que contaba ahora con el dominio de Morelos y parte del Estado de
México, del estado de Guerrero, de Puebla y de Tlaxcala, se negó a pactar con aquellos a quienes él llamó “asesinos de Madero”.
Fusiló al emisario de Huerta, envió una carta al general Félix Díaz, repudiando al
gobierno de Huerta y para el mes de mayo de ese mismo año, reformó su Plan de
Ayala, declarando que Victoriano Huerta era indigno de la presidencia del país. A
Pascual Orozco se le retiró el cargo de Jefe de la Revolución y Zapata quedó
entonces como único jefe del Ejército Libertador del Sur.

En los primeros meses de 1914, Zapata tomó Jonacatepec y Chilpancingo. Ese


mismo año su ejército constaba ya de 27,000 hombres, por lo que para abril ya había
controlado por completo el estado de Morelos y algunos lugares de Guerrero. Poco
después tomó Cuernavaca y para junio ocupó Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta,
con lo que amagaba a la Ciudad de México. La población de la capital del país, huía
al saber la cercanía del ejército de Zapata. Las fuerzas constitucionalistas les
cerraron el paso, al ocupar la Ciudad de México antes que las propias zapatistas, las
cuales se encontraban más cerca. En septiembre, Venustiano Carranza envió a Juan
Sarabia, a Antonio I. Villarreal y a Luis Cabrera Lobato a conferenciar con Emiliano
Zapata, pero nuevamente el caudillo suriano exigió la renuncia de Venustiano
Carranza al Poder Ejecutivo, y el reconocimiento del Plan de Ayala. Los emisarios, General Emiliano Zapata
como toda respuesta, abandonaron su campamento y el estado, pues Carranza
rechazó rotundamente sus peticiones, calificándolas de "inadecuadas" para el
momento en que vivía el país.

El gobierno «convencionista»
El mismo mes, Emiliano Zapata, desde su cuartel general de Cuernavaca, promulgó la entrega de tierras a los pueblos. Invitado
por varios delegados de la Convención de Aguascalientes, en la que los tres grupos más importantes que participaron en la
Revolución mexicana intentaron dirimir sus diferencias, Zapata no fue en persona al citado evento, pero envió a una comisión,
integrada por Antonio Díaz Soto y Gama, quién protagonizó el Incidente de La Bandera; y a Leobardo Galván González, un
licenciado del pueblo de Tepoztlán, nacido en el barrio de Santo Domingo, en la actual calle de Aniceto Villamar en un predio
llamado "Coyulan" y único morelense enviado por Emiliano Zapata a Aguascalientes, que desempeñó un papel importante de
negociación para la asistencia de la delegación zapatista, negociaciones tanto con Lucio Blanco como con el mismo general
Francisco Villa, Paulino Martínez, Manuel J. Santibáñez y Manuel Uriarte, quienes quedaron en calidad de observadores hasta
que la Convención optó por desconocer a Venustiano Carranza. Así pues, Emiliano Zapata se unió con Francisco Villa y ambos
reconocieron a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de México, no así el encabezado por Venustiano Carranza, lo que
provocó la continuación de la guerra civil. A finales de noviembre, la poderosa División del Norte y el Ejército Libertador del Sur
entraron en la Ciudad de México.

Alcanzó así fama nacional el movimiento zapatista como la otra cara de la


moneda entre los campesinos surianos y los del norte. En su estancia en la
capital, las tropas tuvieron una actitud más que pacífica: obtuvieron recursos
mediante limosnas y evitaron los robos y asaltos de algunos bandidos que
ensuciaban su nombre haciéndose llamar zapatistas. El 4 de diciembre de ese
año Villa y Zapata tuvieron la célebre entrevista de Xochimilco, lográndose una
alianza militar entre ambos ejércitos. Villa aceptó en cambio el Plan de Ayala, a
excepción de sus acusaciones a Francisco I. Madero, quién había sido su Entrada de los generales Villa y
Zapata a la ciudad.
redentor y se obligó a dar armas a Zapata.
Concretados estos acuerdos, Emiliano Zapata partió rumbo a Amecameca y
tomó Puebla el 17 de diciembre de 1914, aunque en los primeros días de enero la
plaza le fue arrebatada por las fuerzas del general Álvaro Obregón. Éste habría
de dedicar sus mayores esfuerzos para combatir al poderoso ejército villista,
dando lugar a que durante 1915 Morelos fuera gobernado por los campesinos
levantados en armas, asesorados por los intelectuales de la lucha suriana. En
1916, una vez que Venustiano Carranza se había instalado en la Ciudad de
México y que Francisco Villa hubiera sufrido serias derrotas por parte del
Villa y Zapata el 4 de diciembre en la ejército de Álvaro Obregón, Carranza dispuso la ofensiva contra el zapatismo, al
silla presidencial mando de Pablo González Garza. Con apoyo incluso de la aviación del ejército,
Cuernavaca fue ocupada por los constitucionalistas en mayo y, aunque regresó
efímeramente a manos de los zapatistas, quedó definitivamente en su poder el 8
de diciembre de ese mismo año. Ante la carencia de armas y ya sin el apoyo villista, en muy poco tiempo casi todas las
poblaciones del estado quedaron en poder de los constitucionalistas. En 1917, Zapata, lanzando una contraofensiva, reconquistó
Jonacatepec, Yautepec, Cuautla, Miahuatlán, Tetecala y Cuernavaca.

En marzo expidió la ley administrativa para el estado, reabrió escuelas, creó instituciones para reiniciar la producción de
alimentos del campo y continuó la guerrilla en zonas periféricas y de frontera. Sin embargo, en octubre del mismo año entró a
Morelos el general Pablo González Garza, apoderándose del territorio. Para 1918, Emiliano Zapata era, al igual que Francisco
Villa lo sería en 1920, un guerrillero con poco futuro, pues ante las constantes batallas y lo escaso de las municiones, la muerte de
los cabecillas y la ley agraria de Carranza, que apaciguó la causa suriana, su movimiento, indudable manifestación del
descontento campesino, no llegó a consolidarse como una verdadera organización político-militar. Siendo una rebelión de masas
campesinas, se limitó a realizar su guerra de guerrillas a partir de 1918

Muerte de Zapata
La guerra por parte del gobierno tomó perfiles despiadados en el norte. El
gonzalista Jesús Guajardo le hizo creer a Zapata que estaba descontento con
Carranza y que estaría dispuesto a unirse a él. Zapata le pidió pruebas y
Guajardo se las dio al fusilar a aproximadamente cincuenta soldados federales,
con consentimiento de Carranza y Pablo González, y ofrecerle a Zapata
armamento y municiones para continuar la lucha. Así, acordaron reunirse en la
Hacienda de Chinameca, Morelos, el 10 de abril de 1919. Zapata acampó con
sus fuerzas a las afueras de la hacienda, y se acercó a la misma acompañado
únicamente por una escolta de diez hombres. Al cruzar el dintel, un ordenanza
apostado a la entrada, tocó con su clarín la llamada a honores. Esa fue la señal
para que los tiradores, escondidos en las azoteas, abrieran fuego contra Zapata,
que alcanzó a sacar su pistola, pero un balazo se la tumbó. No pocos condenaron
el procedimiento. Además, esto dio lugar a que, una vez muerto por más de
veinte balas de escopeta en el cuerpo, Zapata se convirtiera en el apóstol de la
Emiliano Zapata revolución y símbolo de los campesinos desposeídos. El movimiento continuó,
aunque ya con menos intensidad, y los zapatistas acordaron nombrar a Gildardo
Magaña Cerda jefe del Ejército Libertador del Sur. Él sería el último, pues casi
un año después, los antiguos compañeros de Zapata se integrarían al gobierno aguaprietista, aunque algunos de ellos serían
asesinados por el mismo gobierno.
Entre la gente común del estado de Morelos, que se negaba a dar crédito a la muerte de Zapata, circulaba la creencia de que no
era su caudillo el que había sido asesinado por Guajardo. Se decía que le hacía falta un lunar, que si Zapata era más alto o más
moreno. Se decía que no era posible que, si Zapata había escapado a tantas emboscadas y siempre había tenido tan buen olfato
para los engaños, hubiera caído de esta manera. Se decía que Zapata había mandado en su lugar a uno de sus compadres, con
quien compartía un gran parecido. Desgraciadamente la identificación del cadáver de Zapata por parte de antiguos compañeros de
armas y gente cercana fue contundente: el cadáver correspondía al caudillo del sur.

Las leyendas llevaron a Zapata hasta el Lejano Oriente, donde un compadre árabe le habría ofrecido protección; según esa
leyenda, Zapata se había embarcado en Acapulco para huir a Arabia. Otros más aseguraban que en las noches de luna, se le podía
ver cabalgando cerca de Anenecuilco, el sitio de su nacimiento. También allí ubicaban, décadas después, a un anciano encerrado
en una casa, que aseguraban era Zapata. Un corrido escrito en esos días dio una idea de esta situación:

Su cuerpo al fin sepultaron


llenos de júbilo y gozo
y muchos, muchos lloraron
por sus culpas y reposo.

Pero su alma persevera


en su ideal libertador
y su horrible calavera
anda en penas, ¡oh terror!

Por las orillas de Cuautla


flota una horrible bandera,
que empuña la calavera
del aguerrido Zapata.

Tal constancia a todos pasma;


de la noche en las negruras,
se ve vagar su fantasma
por los montes y llanuras.

Se oyen sonar sus espuelas,


sus horribles maldiciones
y, rechinando las muelas,
cree llevar grandes legiones.

Extiende la yerta mano


y su vista se dilata...
¡Recorre el campo suriano
el espectro de Zapata!

Fragmento del Corrido del espectro de Zapata, anónimo.36

Hace algún tiempo, se publicó un texto que cuestiona la versión oficial de la muerte de Zapata en la Hacienda de Chinameca.37
Hasta la fecha no ha habido una respuesta pública, con argumentos, ni siquiera de historiadores profesionales, que refute este
cuestionamientos a la versión oficial.
Zapata es el autor de la famosa frase «Es mejor morir de pie que vivir toda una vida
arrodillado». Dolores Ibárruri, «La Pasionaria», ciertamente la popularizó.

Vida personal
El motivo por el que se incorporó a Emiliano Zapata al ejército fue el hecho de que había
raptado a una joven. La acusación la puso el padre de Inés Alfaro Aguilar, joven con quien
tiempo después Zapata tendría dos hijos: Nicolás y Elena Zapata Alfaro. En la fotografía en la
que Zapata aparece junto al Gral. Pancho Villa sentado en la silla presidencial, el niño más
pequeño que se asoma es Nicolás. También según el historiador Jesús Sotelo Inclan, Zapata se
casó con una joven de clase acomodada llamada Luisa Merino y al caer la dictadura porfirista,
el 20 de agosto de 1911 contrajo matrimonio con la señorita Josefa Espejo Sánchez conocida El cadáver de Zapata
como “La Generala” originaria de Anenecuilco, hija de don Fidencio Espejo y Guadalupe exhibido en Cuautla,
Sánchez Merino con quien procreó dos hijos más. El primero tuvo por nombre Felipe; éste Morelos, el 10 de abril de
nació en el cerro El Jilguero y murió a la edad de cinco años, en uno de los tantos refugios que 1919.

como familia tuvieron, luego de ser mordido por una víbora de cascabel. La segunda hija fue
Josefa; ella nació en Tlaltizapán y un año antes que su hermano Felipe murió a consecuencia
de una picadura de alacrán. Así Josefa quedó sin hijos en poco tiempo. Sin embargo, Zapata tuvo más hijos como es el caso de
Ana María Zapata, hija de Petra P. Torres.[cita requerida]

Museos
La llamada Ruta de Zapata es un proyecto turístico para conocer la historia del llamado caudillo revolucionario.

Ruta de Zapata

Cuautla: puede visitarse la antigua estación de ferrocarril, que sirvió como cuartel zapatista; el palacio municipal,
donde se veló su cadáver; la plazuela del sur (Plaza del Señor del Pueblo), donde descansan sus restos, debajo
de una estatua en su honor, y la máquina 279, que sirvió durante la época revolucionaria;
Anenecuilco: cuenta con la Casa Museo Zapata, un museo innovador, con la habitación donde nació Emiliano
Zapata;
Chinameca: restos del casco de la ex hacienda donde fuera acribillado, y cuenta con un museo con fotografías;
Tlaltizapán: donde está ubicado el Museo Cuartel Zapatista y el mausoleo a Emiliano Zapata Salazar.

Véase también
Jesús Chávez Carrera
hermanos Flores Magón
Teodoro Flores
Plan de Ayala
principales jefes y oficiales zapatistas
Revolución mexicana
Francisco Villa
Emiliano Zapata (Morelos)
zapatismo
¡Viva Zapata!

Referencias
de 2018). «Zapata reactivado: Centenario de la Constitución» (h
1. Centeno, Ramón I. (1 de febrero una visión žižekiana del ttp://msem.ucpress.edu/content/3
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Studies/Estudios Mexicanos (en Consultado el 29 de noviembre
14. Palacios, 1960, p. 26.
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Contraparte.

Enlaces externos
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Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Emiliano Zapata.
Emiliano Zapata 1909-1919 (http://www.bibliotecas.tv/zapata/index.html) Documentos, bibliografía, corridos,
fotografías, caricaturas y videos.
Zapata Vive (http://zapatavive.colmex.mx/items/browse?search=Emiliano+zapata&submit_search=Search&adva
nced%5B0%5D%5Belement_id%5D=&advanced%5B0%5D%5Btype%5D=contains) Biblioteca Digital de El
Colegio de México con corridos y entrevistas sobre Emiliano Zapata y las batallas de los zapatistas

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