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El montuvio subsiste en su nuevo

entorno y en la ciudad
El hombre del campo se ha adaptado a los cambios, pero sin
perder identidad - Esta semana hubo un encuentro de estudiosos
e historiadores sobre el tema

El montuvio, el personaje costeño del que hablaban los escritores de inicios del siglo XX, no
solo sigue vigente con sus tradiciones y costumbres, sino que gracias al producto de su trabajo
diario, nos alimentamos en la ciudad. Así lo destacan estudiosos, historiadores e investigadores
de este grupo étnico y social que durante la semana que concluye participaron en el Primer
Encuentro Regional Montuvio ‘Rodrigo Chávez González’, efectuado en la Casona Universitaria
y la Casa de la Cultura del Guayas. No solo trataron definiciones, costumbres, tradiciones y
manifestaciones montuvias. También abordaron lo idiomático, su unión en la diversidad y el
mantenerse visibles tras el paso del tiempo. Los expositores creen que más que una etnia es un
grupo poblacional, que ha sido influenciado por distintos factores y cuyo entorno ha cambiado
con los tiempos modernos. Carlos Avellán, escritor y expositor manabita, define al montuvio de
distintas maneras. En cuanto al mestizaje y sus raíces, considera que el montuvio tiene de
blanco, de negro y de indio, en diferentes proporciones. “Más que étnico, es un grupo social,
una agrupación de personas, una sumatoria de afectos, de valores y antivalores aparte de la
etnicidad, esto nos da un perfil, una característica, suele ser altivo, poco comedido, poco cortés,
con una pronunciación particular que ante el mestizo refleja cierta ingenuidad”, manifiesta. A
su criterio, se ha visto muy influenciado por el cambio de hábitat, la tecnología, la vestimenta
moderna, se ha adaptado a costumbres mestizas citadinas, por lo que ha perdido
“endoculturización”. Según Robespierre Rivas, escritor e historiador dauleño, al montuvio lo
reconocemos por su forma de hablar, de vestir, por sus acciones. “El hombre del campo nunca
morirá, está en el presente y en el futuro, ellos están distribuidos entre el campo y Guayaquil,
en un gran porcentaje”, asegura. A este grupo no se le ha dado prioridad a través del tiempo,
pero la historia está marcada por su existencia. “No habíamos sido reconocidos, ni por los
medios de comunicación, ni por las instituciones; ahora resulta que las instituciones
periodísticas están preocupadas por transmitir cómo son los rodeos montuvios, cabalgatas, la
mitología, cuentos, libretos de amorfinos y todo lo que nos representa”, acotó Rivas, como una
forma de reclamo por lo tardía de la reacción periodística ante sus valores y saberes. Según
Eumeny Álava, expositor en el encuentro, el montuvio es quien provee a la industria de las
materias primas, es el primer eslabón en la cadena de producción; sin embargo, es el menos
considerado y no recibe una adecuada retribución. (F) El encuentro El debate abarcó hasta la
escritura Montuvio con v y no con b. Ese fue uno de los temas que se trató en el Primer
Encuentro Regional Montuvio, realizado en la Casona Universitaria de Guayaquil. Conocedores
del tema, mostraron su inconformidad por la utilización de la v en el término que identifica al
hombre del campo costeño del país. Mencionaron a conocidos escritores que continúan
utilizando en sus obras la forma correcta para ellos de escribir montubio, con b. La Real
Academia de la Lengua estableció la escritura del término con “b” en el diccionario; sin
embargo un sector interesado en el tema hizo un análisis que arrojó que la v era la apropiada.
Según el historiador Persival Castro sobre el tema idiomático, dijo, “ montubio es una
expresión mas lógica porque la biología, la vida en el campo, la vida montubia si se quiere,
viene de monte y bio de biología, o sea la vida en el monte, a mi criterio es más apropiado con
b”. Reconoce que hay diccionarios que la tienen con las dos, “v” y “b”. Afirma que se inclina
definitivamente por la b de “bios” o biología del campo.

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